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UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA FACULTAD DE PSICOLOGÍA Programa de Intervención en Catástrofes Socionaturales - Año 2010 -

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

Programa de Intervención en

Catástrofes Socionaturales - Año 2010 -

Programa Equipo de Intervención en Catástrofes

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Integrantes del Equipo:

Directora: Lic. Mabel Tejo

Co-Directora: Lic. Alejandra Gagliardi

Co-Director: Lic. Xavier Oñativia

Coordinadora: Lic. Natalia Larroca

Integrantes:

Lic. Irene Ascaini

Lic. María Eugenia Luna

Colaboradoras externas:

Lic. Valeria Carpio

Lic. Julia Paradiso

………………………………………………………………………………………………………………………….

"No cabe duda de que las fuerzas naturales desempeñan un papel importante

en la iniciación de multitud de desastres, pero ya no deben seguir

considerándose como causa principal de los mismos. Tres parecen ser las

causas fundamentales que dominan los procesos de desastre en el mundo en

desarrollo, que es, precisamente, donde su incidencia es mayor:

la vulnerabilidad humana, resultante de la pobreza y la desigualdad;

la degradación ambiental resultante del abuso de las tierras

y el rápido crecimiento demográfico, especialmente entre los pobres."

(Wijkman y Timberlake, 1985)

Programa Equipo de Intervención en Catástrofes

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Programa Equipo de Intervención en Catástrofes

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Programa Equipo

de Intervención en Catástrofes

Descripción del problema

Las catástrofes socio-naturales son una realidad ineludible cuyo estudio y tratamiento temático constituye un desafío al momento de diseñar dispositivos de intervención.

Para entenderlas, poder prevenirlas y mitigarlas es importante ver la correlación entre fenómenos naturales peligrosos (como un terremoto, un huracán, un maremoto, inundaciones, etc.) y determinadas condiciones socioeconómicas y físicas vulnerables (como situación económica precaria, viviendas mal construidas, tipo de suelo inestable, mala ubicación de la vivienda, etc.). En otras palabras, se puede decir que hay un alto riesgo de catástrofes si uno o más fenómenos naturales peligrosos ocurrieran en situaciones vulnerables. Ser vulnerable a un fenómeno natural es ser susceptible de sufrir daño y tener dificultad de recuperarse de ello.

La vulnerabilidad de la población se produce por ejemplo: 1) Cuando la gente ha ido poblando terrenos que no son buenos

para vivienda, por el tipo de suelo, por su ubicación inconveniente con respecto a derrumbes, avalanchas, deslizamientos, inundaciones, etc.

2) Cuando ha construido casas muy precarias, sin buenas bases o cimientos, de material inapropiado para la zona, que no tienen la resistencia adecuada, etc.

3) Cuando no existen condiciones económicas que permitan satisfacer las necesidades humanas (dentro de las cuales debe contemplarse la creación de un hábitat adecuado).

Esta falta de condiciones socioeconómicas puede desagregarse en desempleo o subempleo y por tanto, falta de ingreso o ingreso insuficiente, escasez de bienes, analfabetismo o bajo nivel de educación, formas de producción atrasadas, escasos recursos naturales, segregación social, concentración de la propiedad, etc.

Las condiciones de vulnerabilidad que una población presenta no son condiciones que se hayan dado independientemente del hombre. Muy por el contrario, es el mismo hombre quien las ha creado y al hacerlo se pone de espaldas a la naturaleza, corriendo el riesgo de resultar dañado si ocurriese un fenómeno natural determinado.

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De este modo es posible entender la responsabilidad que tienen los hombres en la producción de las catástrofes "naturales", sabiendo que los fenómenos naturales causarían menos daños si se fuese capaz de entender cómo funciona la naturaleza y crear un hábitat acorde con este conocimiento.

Las estadísticas muestran que la ocurrencia de catástrofes naturales en países en vías de desarrollo ha aumentado significativamente en los últimos cincuenta años. Dado que el peligro permanece más o menos constante, la explicación tiene que encontrarse en el hecho de que las condiciones de vulnerabilidad de la población y sus asentamientos están empeorando aceleradamente.

Las posibilidades de controlar la naturaleza son remotas (salvo en el campo de la predicción de desastres). Por lo tanto, la única manera de poder reducir las posibilidades de ocurrencia de catástrofes es actuar sobre la vulnerabilidad. Sin embargo, no es suficiente actuar solamente sobre los rasgos exteriores físicos de la vulnerabilidad en un momento dado. Si no actuamos sobre las causas de la misma, nuestros esfuerzos tendrán un éxito muy limitado. Por lo tanto es importante concientizar a la población sobre su situación de vulnerabilidad y otorgarle los conocimientos necesarios para poder alcanzar condiciones de seguridad. La población tiene que actuar y presionar para mitigar esta situación y reducir la ocurrencia de catástrofes, esto se logra a través de un programa permanente de promoción, capacitación y asistencia técnica.

Las catástrofes como fenómeno social, debe ser utilizada como herramienta de trabajo por quienes, nos dedicamos a promover a las personas como sujetos de derecho como fin último, y el fortalecimiento de la autonomía comunitaria como estrategia de transformación de la realidad. Cualquier tentativa de trabajar comunitariamente con la mira única y exclusiva de prevenir posibles catástrofes, estará de antemano condenada al fracaso. Cualquier acción preventiva que se pretenda promover deberá, necesariamente, producir cambios en términos cotidianos de mejoramiento de la calidad de vida.

En resumen, el que un evento o fenómeno se considere o no riesgo, dependerá de que el lugar en donde se manifieste, esté ocupado o no por una comunidad vulnerable al mismo. El que se considere o no amenaza, dependerá del grado de probabilidad de su ocurrencia en esa comunidad y el que se convierta o no en una catástrofe, dependerá de la magnitud real con que efectivamente se manifieste el fenómeno, y del nivel de vulnerabilidad de la comunidad. En este sentido se ve claramente que las catástrofes constituyen fenómenos sociales. Tratándose aquí de fenómenos que

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tienen su origen en la actividad humana, su prevención, es decir, su eliminación, control o reducción, debe constituir la regla general. Denominamos Prevención, a todas las acciones encaminadas a evitar o disminuir los efectos de una catástrofe.

Si bien, como ya dijimos, las catástrofes son fenómenos eminentemente humanos y sociales y, en consecuencia, debemos despojarlos del calificativo de "naturales" que genera la sensación de que el mundo "es así" y no podemos hacer nada para evitarlo, los riesgos, por el contrario, presentan claramente dos orígenes: los procesos intrínsecos de transformación de la naturaleza (como las erupciones volcánicas, los terremotos, los huracanes, etc.) y la actividad humana (como la construcción de represas, el aprovechamiento de la energía nuclear, la utilización de tecnologías obsoletas o contaminantes y el uso inadecuado de los recursos del medio, etc). No siempre es posible establecer una frontera tajante entre los riesgos naturales y los de origen humano.

Otro concepto importante es el de mitigación: consiste en disminuir la vulnerabilidad, es decir eliminar o reducir en lo posible esa incapacidad de la comunidad para absorber, mediante el autoajuste, los efectos de un determinado cambio en el ambiente, reducir su impotencia frente al riesgo, ya sea éste de origen humano o natural. A hacerla más flexible, más autónoma, más dueña de su relación con el ambiente. La diversificación y fortalecimiento de la estructura social de la comunidad constituye una importante medida de mitigación." (D.M.C., University of Wisconsin, 1986).

Por lo tanto con la Prevención y la Mitigación tratamos de evitar que se produzca una catástrofe. En el primer caso mediante la eliminación o reducción del riesgo, y en el segundo mediante la eliminación o reducción de la vulnerabilidad.

Teniendo en cuenta todo lo expuesto anteriormente este equipo se propone desarrollar acciones preventivas desde un concepto de salud integral, con el objetivo de disminuir las situaciones de riesgos y de vulnerabilidad teniendo como protagonista a la comunidad.

A lo largo de la historia, nuestro país, se ha visto afectado por distintos tipos de desastres socio-naturales. Su ubicación geográfica, su extensión territorial y su distribución de población, son factores que facilitan estos acontecimientos. Los más predominantes, tanto por los daños que ocasionan como por sus recurrencias, son aquellos vinculados a amenazas de origen hidrometeorológico, en particular, las inundaciones. Le siguen (en orden decreciente) aquellos vinculados a amenazas de origen antrópico, geológico y biológico.

Describiremos de manera sintética, los tipos de riesgos de mayor recurrencia a escala nacional, señalando algunas características generales, sus detonantes y las zonas de mayor recurrencia.

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Riesgos de origen hidrometeorológico:

El 69 % de los desastres ocurridos en el país entre los años 1970 y 2007 han sido detonados por eventos de origen hidrometeorológico, entre ellos, los predominantes por su recurrencia son (en orden decreciente): las inundaciones, las tempestades, las nevadas y las sequías.

Las inundaciones son el tipo de riesgo más recurrente y el que ha generado mayores daños acumulados. Argentina se ubica entre los 14 países más afectados por inundaciones, ocasionando pérdidas equivalentes al 1,1% del PBG. Los datos de desastres ocurridos entre 1970 y 2007 muestran que el 93% de los departamentos o partidos del país se encuentran en alguna situación de vulnerabilidad.

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Las tempestades son el segundo tipo de desastre más recurrente en el país. Son detonadas por la combinación de varias amenazas simultáneamente: lluvias, vientos, granizadas, rayos. La totalidad de las provincias y el 70,4 % de los departamentos o partidos del país ha sido afectado por tempestades. Las zonas de mayor recurrencia, el AMBA, las ciudades de Córdoba, Santa Fe y Rosario, registran un promedio de 1,5 a 2 eventos por año.

Las sequías se presentan con frecuencia e intensidad irregular, generan pérdidas en la producción agropecuaria, Buenos Aires y Santa Fe, dos provincias en las que la producción agrícola es predominante, son las que mayor recurrencia presentan. La sequía azota al 90% del territorio de Argentina, una situación agravada en algunas provincias por la propagación de incendios forestales. Riesgos de origen antrópico y mixto:

Los incendios están fundamentalmente asociados a zonas urbanas y se trata de eventos puntuales, de escasa duración y extensión territorial. Son el tipo de desastre que más muertes ha dejado en las últimas décadas (16,1% del total), ocasionando frecuentemente pérdida de viviendas o de instalaciones industriales. Sus causas son diversas, pero a menudo asociadas a negligencia, comportamientos humanos erróneos, cortocircuitos, escapes o explosiones.

Los Colapsos estructurales se definen como los potenciales daños o colapsos de cualquier tipo de estructuras construidas por el hombre (incluidas aquellas relacionadas con las redes eléctricas, acueducto o alcantarillado).

En Argentina, los colapsos estructurales están asociados, mayormente, a zonas urbanas densamente pobladas. Bajo este tipo de riesgos, se producen dos tipos de situaciones de desastre: 1) desastres puntuales, tales como derrumbes de viviendas u otras construcciones; 2) desastres con impactos directos sobre los sectores de provisión de energía o agua. Se presentan con una frecuencia irregular y las zonas que muestran mayores recurrencias son la provincia de Buenos Aires y la ciudad de Buenos Aires. Riesgos de origen geológico:

La actividad sísmica en Argentina está asociada a la convergencia entre las placas de Nazca y Sudamericana. La Placa de Nazca subduce sobre la Sudamericana, produciendo un empuje de aproximadamente 11 cm. por año.

Presentan una recurrencia ostensiblemente menor que los eventos antes mencionados. Sin embargo, cuando ocurren y adquieren

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magnitudes altas, su capacidad destructiva es muy significativa y es importante considerarlos en términos de la gestión de riesgos.

La provincia de San Juan se localiza al oeste del territorio argentino en el área con mayor sismicidad del país; se han registrado al menos cinco sismos destructivos históricos. Por otro lado, la actividad sísmica de Salta es una de las más intensas del país. Esta provincia ha sufrido las consecuencias de numerosos terremotos que afectaron distintas poblaciones, especialmente su capital y las ubicadas en la zona este de su territorio.

Argentina es también un país en el cual el proceso volcánico es un factor de riesgo: la cordillera de los Andes, que corresponde a un arco magmático, presenta numerosos aparatos volcánicos que han estado en actividad desde el comienzo del Mioceno (hace 23 millones de años) hasta el presente.

Cuadro de registros de eventos, según incidencia.

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Fundamentación:

El Equipo de Intervención en Catástrofes de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de la Plata, se propone trabajar en el campo de la salud mental con personas en situación de catástrofes de origen socio natural, considerando que, aquellos daños sufridos como consecuencias de vivenciar situaciones violentas y que no hayan sido elaborados, impactan en la subjetividad. El estudio y tratamiento de esta temática constituye un área de vacancia dentro de nuestra institución. Para llevar a cabo sus objetivos y diseñar dispositivos de intervención, el equipo realizará tareas en Investigación, Docencia e Intervención, encuadrándose dentro de los principios propuestos por la Extensión Universitaria y adhiriendo al Marco de Acción de Hyogo 2005-2015. Aumento de la resiliencia de las naciones y las comunidades ante los desastres.

El estatuto de la Universidad Nacional de La Plata especifica que las actividades que se desarrollen en el área de Extensión, deben contribuir a la búsqueda de respuestas de problemas sociales, “…La Extensión Universitaria será el principal medio de la Universidad

Nacional de La Plata para lograr su función social, contribuyendo al

tratamiento de los problemas que afectan al bienestar de la

comunidad, la reconstrucción del tejido social, el desarrollo

económico sustentable y el fortalecimiento de la identidad cultural.” (Fragmento extraído del Preámbulo del Estatuto. Página 1).

Atendiendo a los principios de la Extensión Universitaria, se conforma un equipo de docentes, graduados y estudiantes avanzados de Psicología que trabajarán profesionalmente aportando su especificidad, capacitándose para intervenir, promoviendo actividades de prevención y realizando tareas de planificación, para abordar a la salud mental de las personas afectadas por situaciones, que por su magnitud y violencia, impactan en la subjetividad.

Considerando que, cada sociedad de acuerdo al momento histórico-social en el que se encuentra, elaborará distintas formas de respuesta frente a una determinada catástrofe social y siendo un factor decisivo para dicha elaboración sus producciones en las dimensiones: político, cultural, económico, educacional, jurídico, etc.; la Universidad en tanto actor social privilegiado, tiene una responsabilidad significativa a la hora de aportar herramientas para una respuesta colectiva.

Este Programa, recoge ese compromiso y reafirma los principios que enmarcan la Extensión Universitaria de esta Casa de Estudios, poniendo a su disposición, los aportes específicos en el campo de la investigación, prevención e intervención psicológica.

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Marco Conceptual:

El acontecer de una catástrofe en el seno de una comunidad

atraviesa de modo disruptivo distintos aspectos fundamentales del sujeto y de sus grupos de pertenencia y referencia, afectando múltiples dimensiones: económicas, sociales, vinculares, colapsando generalmente la capacidad de respuesta de las instituciones del medio. La forma en que se piensan estos planos determina las prácticas posibles de ser puestas en juego.

En este sentido es necesario señalar algunas referencias conceptuales elementales para delimitar nuestra propuesta de trabajo.

Desastre (del latín Astra) alude a una alteración de la configuración astral, un desorden del cosmos. Se trata por lo tanto de un trastocamiento de los elementos que están por fuera de la órbita del sujeto. Desastre identifica al evento, que por su gran magnitud se torna potencialmente disruptivo.

Catástrofe (del griego Trophe, darlo vuelta todo) refiere a la alteración de las referencias simbólicas del sujeto cuando la magnitud del evento excede las capacidades simbólicas singulares y colectivas.

Los hechos y situaciones objetos de este Programa atacan y afectan los sistemas representacionales de los sujetos y sus comunidades, el recurso simbólico que permite reducir o mitigar el encuentro con lo real de lo imprevisible o ineludible. De este modo el desastre, definido en el plano social, físico y sanitario deviene a su vez en catástrofe subjetiva.

La irrupción de un desastre en el marco de la organización humana deviene de modo particular según el grado de desarrollo y preparación de esta última, pero sin embargo pueden señalarse algunas características generales que lo determinan como tal:

• Crean demandas que exceden las capacidades normales de cualquier organización o de gobierno.

• Atraviesan límites jurisdiccionales. • Cambian el número y la estructura de las organizaciones que

responden al desastre. • Crean nuevas tareas e involucran nuevas personas que

habitualmente no responden a los desastres. • Desbordan a los equipos y capacidades que habitualmente

responden a emergencias de rutina. • Producen confusión para entender que hacen las distintas

instancias gubernamentales que intervienen.

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• Evidencian la falta de planificación y respuesta a los desastre y la falta de coordinación de las distintas agencias intervinientes.

(Federal Emergency Management Agency (FEMA), en International Bioethical Information System (IBIS), 2005.)

El Equipo de Intervención en Catástrofes, considera al sujeto de nuestra práctica, tal como lo enuncia el Código de Ética del Colegio de Psicólogos de la Provincia Buenos Aires:

“…desde una perspectiva integral del fenómeno humano, como

una persona concreta que estructura singularmente su experiencia;

como un sujeto a la vez producido y productor de su medio social,

multideterminado por una trama de vínculos significativos internos y

externos, expresados y representados a través de dinamismos

grupales; emergente en un contexto histórico que lo enmarca y

delimita; portador de una ideología, inscripto en una cultura,

inmerso en sus circunstancias socioeconómicas y políticas, y

tendiendo a organizarse como una totalidad y unidad en el nivel de

integración”

Considerando al ser humano desde esta perspectiva, entendemos la subjetividad como un proceso, un devenir en transformación; una producción que va a englobar las acciones y las prácticas, los cuerpos y lo que se produce en el “entre otros”, nudo de múltiples inscripciones (deseantes, históricas, políticas, económicas, simbólicas, psíquicas, culturales, sexuales, etc.). No se trata de un adentro y un afuera, o la famosa antinomia individuo-sociedad, sino “de pensar una dimensión subjetiva que se produce en

acto y que constituye sus potencias en su propio accionar”. (Ana María Fernández. Prólogo del libro “Política y Subjetividad”).

Será necesario contar con una multireferencialidad teórica que permita apelar a diversas vertientes teóricas y disciplinarias desde las que puede encararse el desafío de la complejidad propia de esta temática; para lo cual construiremos a modo de “caja de herramientas”, dispositivos que nos permita intervenir ante las diversas situaciones que entran dentro de la temática de catástrofes socio- naturales.

Desde esta perspectiva entendemos que la condición de lo traumático está propiciada por un evento de corta o larga duración, que no tiene que ver con un dolor, una partida o un sufrimiento propio de las vicisitudes de la vida cotidiana, sino por padecer una amenaza o sufrimiento, cuya característica central no es lo imprevisible sino lo inescapable o incontrolable.

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Lo que traumatiza tiene que ver con una circunstancia personal vincular que asocia al ser humano con algo que no se puede comprender, de lo cual siente que no tiene escapatoria y tal vez lo más importante, que se ve muy dificultado o directamente impedido de ponerlo en palabras. Esto es lo que confiere su carácter traumatogénico.

En función de lo anterior, al no poder hacerlo pasar por el lenguaje, el psiquismo comienza a producir sintomatología por la vía corporal, elementos característicos de estas situaciones.

Compartimos con Silvia Bleichmar que el evento traumático impacta en los sistemas de significación del sujeto y afecta los modos usuales de funcionamiento y las referencias que lo sitúan a sí mismo en relación a un entorno.

Estos tipos de sucesos atacan dos aspectos centrales de la organización del yo:

a) La autopreservación, es decir el Yo ve afectada la validez y vigencia de sus enunciados identitarios constitutivos. Estos quedan en cuestión y con riesgo de disolución.

b) La autoconservación, la forma en que el Yo se representa la conservación de la vida y sus riesgos.

Significa que lo que angustia al sujeto no es la muerte biológica sino las formas en que representa su angustia de aniquilamiento.

(Continúa en la siguiente página)

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La OPS describe las siguientes manifestaciones clínicas en

situaciones de catástrofes:

Fase pre-

crítica (horas

o días

previos)

Fase de

crisis(evento y

72 horas

posteriores)

Fase post-

crítica(30 días)

Fase de

recuperación(posterior al

primer mes)

Angustia.

Inseguridad.

Vigilancia

obsesiva.

Crisis.

Estrés peritraumático.

Reacciones colectivas de

agitación.

Reacción de ansiedad

y/o depresión.

Trastornos de

conciencia.

Reacción de excitación

y/o psicótica.

Descompensación de

trastornos psíquicos

preexistentes.

Trastorno por estrés

agudo.

Trastornos depresivos

y de ansiedad.

Descompensación de

trastornos psíquicos

preexistentes.

Abuso de alcohol y

drogas.

Violencia.

Trastorno por estrés post-

traumático.

Otros trastornos psíquicos tardíos o

complicados.

Alcoholismo y otras adicciones.

Violencia.

(Protección de la Salud Mental en Situaciones de Desastres y Emergencias (2002). OPS.)

Cuanto más recursos psicosociales cuente una persona ante la experiencia de atravesar estas situaciones más apuntalamientos y asideros dispondrá para su afrontamiento. De allí la importancia de las políticas de prevención orientadas en este sentido como así también de brindar lo más rápido posible respuestas de apoyo concreto a la población damnificada.

Finalmente, es intención de este equipo, poder lograr que los agrupamientos destinatarios de esta práctica, adopten en palabras de Ignacio Lewcowicz, una “Posición Comunitaria”, es decir, puedan crear y recrear de modo activo sus propios vínculos, sus modos de organización y elaborar sus propias estrategias que les permita un mejor atravesamiento comunitario por estas situaciones de origen socio natural.

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Objetivos Generales

A) Promover y fortalecer el desarrollo de las capacidades de la comunidad y de sus actores sociales para modificar conductas y/o situaciones de riesgo, actuando prioritariamente sobre los factores causales que inciden en catástrofes socio-naturales. B) Intervenir en catástrofes socio-naturales con el fin de disminuir los daños que su impacto pueda producir en la población afectada.

Objetivos Específicos

• Desarrollar modelos de intervención psicosocial en catástrofes.

• Promover el desarrollo de las capacidades locales a través de actividades de previsión y prevención en colaboración con organizaciones gubernamentales y no gubernamentales.

• Diseñar y actualizar periódicamente mapas de riesgo.

• Conformar redes de intercambio con los miembros de otras instituciones que intervengan en caso de catástrofe.

• Promover actividades de formación en temas relacionados.

• Realizar investigaciones en las temáticas vinculadas a catástrofes socionaturales.

• Diseñar material de difusión y capacitación.

• Difundir los resultados de las investigaciones realizadas.

• Brindar asesoramiento y capacitación a equipos e instituciones que lo requieran.

• Brindar apoyo orientado a la preservación de la salud mental del personal de salud, de defensa civil y de organizaciones sociales que realicen tareas en campo

• Realizar cursos, capacitaciones y tareas de concientización destinados a alumnos universitarios de áreas disciplinarias que podrían involucrarse en caso de catástrofes.

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Acciones:

1- Elaboración de mapas de riesgo de situaciones críticas y de

recursos institucionales para su afrontamiento.

2- Organización y sistematización de iniciativas entorno a la

prevención y el fortalecimiento de las redes sociales. 3- Diseño de dispositivos de abordajes para la intervención en

situaciones de crisis en la comunidad. 4- Asesoramiento a distintos grupos y organizaciones

gubernamentales y no gubernamentales en temáticas vinculadas a las

catástrofes socio – naturales. 5- Diseño e implementación de talleres de capacitación. 6- Evaluación, monitoreo y sistematización de las acciones llevadas a

cabo. 7- Diseño de material gráfico (cartillas) informativo y de

capacitación.

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