PROBABLE FUTURO DE LA RELACIÓN HUMANO-ANGÉLICA

Índice

1.-Nuestro objetivo2.-Ser humano y angélico en un mismo destino3.-Lo creado y lo que está por crear4.-Una respuesta universal5.-La comunicación humano-angélica y la electricidad6.-El ángel como mensajero y sus jerarquías7.-La bipolaridad humano-angélica8.-Relación humano-angélica: dos capacidades y un efecto9.-Posible destino de lo desintegrado10.-Hombre y ángel: dos extremos de la misma entidad11.-La consciencia y la inconsciencia: la comprensión12.-Posible explicación científica a la luz en la cabeza13.-La iluminación: diálogo humano-angélico14.-Manifestación cromática del diálogo humano-angélico15.-La oportunidad y el Ángel Solar16.-La importancia de proponer y realizar17.-Posible manifestación del Amor18.-El andrógino

1.-Nuestro objetivo

Diversas e institucionalizadas son las respuestas que nos dicen qué es el ángel, no pretendemos engrosar la lista sino argumentar acerca de la relación humano-angélica, para que cada cual elabore su propia respuesta.

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En todas las definiciones sobre el ángel, se le relaciona con lo inmaterial, etéreo, con la luz, se le atribuye la facultad de comunicarse con seres divinos y humanos, le adornamos con la inocencia y con ese estado en el que se ha perdido la capacidad de herir, quizás porque nosotros todavía seamos capaces de hacerlo. 2.-Ser humano y angélico en un mismo destino

Vamos a hablar del ángel respecto de la electricidad, del concepto científico de la luz, de la doble polaridad y lo más aventurado, que el ángel y el hombre pudieran ser dos seres complementarios, de cuya acción combinada se crea el mundo material y que ambos evolucionamos paralelamente en el mismo 4º Reino, con la única diferencia de que el hombre inicia su andadura desde una estructura material, mientras que el ángel lo hace desde su propio mundo inmaterial.

El que la materia sea el resultado de una combinación, pudiera justificarse desde distintas perspectivas, entre las que hemos elegido la que ocurre cuando el científico aísla a un protón en su laboratorio, que arbitrariamente y sin que pueda controlarlo, aparece un solo electrón orbitando alrededor y a determinada distancia del protón aislado, creándose artificialmente un átomo.

La materia de la estructura humana atrae al ángel, de la misma manera que la estructura inmaterial angélica constituye un objetivo humano, por esa razón, el hombre y el ángel permanecemos unidos en un mismo destino.Cuando actuamos, deseamos o pensamos, existe una parte inmaterial que nos induce a la acción, y otra material, de la que nos servimos para ejecutarla. A esa parte inmaterial la identificamos como energía y la manifestamos como intención.

Esa energía pudiera ser la voluntad.

3.-Lo creado y lo que está por crear

La materia que utilizamos no ha sido creación nuestra, a tenor de lo que afirman los científicos al decir que nuestro universo es el resto de las materias evolucionadas en otros universos, bien sean del pasado, del presente o del futuro para nosotros, ya que el tiempo es una medida relativa respecto del espacio, también que la materia perceptible es apenas el 4% del espacio que ocupa nuestro sistema solar, incluidos líquidos y gases.

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Según estas apreciaciones, ¡qué poquito hay creado, y cuánto falta por crear! Lo que constituye una verdadera y esperanzadora oportunidad, para considerar la posibilidad de otro mundo, creado a partir del que ahora tenemos. Si el hombre no es creador, ¿quién ha creado a nuestro mundo material?

4.-Una respuesta universal

Las religiones y las creencias ofrecen variadas respuestas, afirman que el creador ha sido su propio dios, reclaman una fe peculiar y separada de la fe de las demás y defienden a sus dogmas como único y exclusivo camino.

Quizá una respuesta universal pudiera contener mayor verdad, y aunque fuese falsa, evitaría la confrontación. Apuntamos hacia la atrevida premisa de afirmar que la creación es una obra conjunta entre el hombre y otra entidad, que pudiera ser el ángel, e iniciamos esta afirmación reconociendo la tendencia humana hacia la espiritualización y sutilización de la materia, empeño en el que invertimos tiempo, nos esforzamos porque el cambio nos cuesta, sin embargo, así aumentamos la voluntad y desatendemos, cada vez más, a las formas materiales.

A pesar de esta desatención, nuestro cuerpo continúa haciendo la digestión sin que nos enteremos, el corazón late sin que intervenga nuestra voluntad y, en este proceso, llegamos a cambiar de forma física, dejando de desear y de pensar igual que antes.

5.-La comunicación humano-angélica y la electricidad

¿Quién adapta nuestras cambiantes estructuras materiales?, ¿es la propia naturaleza?, ¿será la voluntad divina?, o quizás sea el ángel.

Si fuese el ángel, el hombre tendría que comunicarle la parte inmaterial de su propuesta, bien con la forma de un deseo o la de un pensamiento, y la actividad angélica se manifestaría en términos de realización y en el plano en el que se hubiera realizado la comunicación.

Del resultado se crearía una materia, de la misma manera que para formarse un átomo hacen falta, básicamente, electrones y protones, y estos son partículas con masa material, cargadas eléctricamente.

En esta comunicación se intercambian cargas eléctricas entre el hombre y el ángel.

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La ciencia nos dice que la electricidad es un flujo de electrones, que el movimiento de partículas cargadas eléctricamente genera una corriente eléctrica de su misma polaridad, lo que nos permite afirmar que la relación entre el hombre y el ángel es un fenómeno eléctrico y también magnético, porque una corriente eléctrica genera un campo magnético.

Pero las creencias en los ángeles no tienen nada que ver con la electricidad. ¿De donde nos llegan estas creencias?

6.-El ángel como mensajero y sus jerarquías

Se nos afirma que el ángel es el mensajero de una buena noticia, y a este respecto, encontramos en la Persia antigua, en Mesopotamia y en el Antiguo Testamento, el oficio de mal’akh, persona que transmitía la buena nueva, siendo Meshia su representante, hijo del dios Ormuz y casado con Meshiana. Meshia era el comunicador entre su descendencia humana y Ormuz, de ahí el nombre de “Mesías”, esta comunicación duró hasta que Ahrimán sedujo a la pareja, según la creencia persa, así cesó tal comunicación. Antes de la seducción ahrimánica, los hijos de Meshia eran semidioses y quizás también, unos de los precursores de nuestra actual creencia en los ángeles. En el ámbito católico, se atribuye la clásica jerarquización angélica a Pseudo Dionisio, o Dionisio Areopagita como se hizo llamar, que agrupa a los ángeles en diez categorías o potestades, de las que la décima le corresponde solamente a Dios y fracciona a las otras nueve en tres grupos de tres, o coros, que son los Serafines, Querubines y Tronos, las Virtudes, Dominaciones y Potestades, los Ángeles, Arcángeles y Principados. En este sentido, a Dios se le atribuye la máxima jerarquía, pero angélica.Pseudo Dionisio copió esta jerarquización de las que ya argumentaron los platónicos y Plotino, así como también San Ambrosio, que a su vez las recopilaría de civilizaciones más antiguas. La exclusiva revelación divina, como dádiva a determinada creencia, parece dudosa.

Cuando el pueblo de Israel, en el siglo VI adC, fue sometido a la esclavitud y desterrado a Babilonia, invocaba de Yahvé una protección que creía perdida, porque habría fallado el mediador, repuso aquel oficio persa de mal’akh, en espera de que el mítico Meshia le transmitiese la buena noticia de su liberación y creó la figura de un Mesías que, liderando a una hueste de seres alados, liberaría a Israel de la esclavitud.

7.-La bipolaridad humano-angélica

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La evolución de la creencia en los devas o ángeles, pasa por curiosidades tales como la del Islam del Medioevo, pues consideraba que estos semidioses contraían matrimonio con humanos y, la misma jurisprudencia islámica de aquella época, reguló jurídicamente la unión entre hombres y ángeles, a los que denomina ifrid, o genios masculinos y femeninos.

No es este el objeto de nuestro trabajo, sino que, si hemos admitido que la relación humano-angélica es un intercambio de cargas eléctricas positivas y negativas, es que tanto el hombre como el ángel las contienen en sus cuerpos, y deberá de ser así, porque nuestro cuerpo físico contiene átomos con electrones y protones, somos bipolares.

Si el ángel fuese unipolar, la relación humano-angélica se limitaría a esa polaridad, anulándonos esta argumentación, por lo que elegimos la lógica de que el ángel también es bipolar.

8.-Relación humano-angélica: dos capacidades y un efecto

¿Cómo se podría efectuar la relación entre el hombre y el ángel?

Mediante dos capacidades y un efecto:

1-la capacidad inmaterial humana para proponer

2-la capacidad angélica para construir en la materia

3-y el efecto: la desintegración de la propuesta humana y, también, de la construcción angélica.

El ejemplo más claro es el del funcionamiento de una batería, lo más interesante está en observar el circuito externo y el interno.

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Por el interior material del cuerpo de la batería circulan las líneas de fuerza de su campo magnético, desde el polo negativo hacia el positivo, mientras que por el exterior, y sin tocar materia, circulan al contrario, desde el positivo hacia el negativo.

Desde la polaridad positiva del hombre, salen las líneas de fuerza magnéticas hacia el ángel en forma de intención, regresando al hombre a través de su polaridad negativa, a través de su propia estructura material o cuerpos físico, sensitivo y mental.

Pero como ambos somos bipolares, existe otro circuito inverso que interacciona con el anterior, a través del que se realizan todas las funciones orgánicas, tanto las propias humanas como las angélicas.

El ángel también tiene su propia funcionalidad orgánica, la diferencia respecto del hombre es que no tiene una estructura organizada de la misma manera, a esa “organización” la denominamos inmaterial.

Este segundo circuito es el que provoca la desintegración de las formas ya obsoletas, mientras que el primero las integra de nuevo, bien recreando o creando, actualmente todavía es mayor la recreación que la originalidad creativa, debido a que forjamos nuestra intención basándonos en los impulsos que generan otros, sin decidir por nosotros mismos.

De ahí que la desintegración tenga que resolverse aún por medios externos, para descomponer lo orgánico u organizado.

Esta desintegración se produce sin que se destruya ni uno solo de sus componentes.

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Parte de estas partículas desintegradas, las eliminamos mediante la respiración y nuestro propio metabolismo, incorporándose a los reinos mineral, vegetal y animal.

9.-Posible destino de lo desintegrado

Existen otras partículas que no son eliminadas mediante estos procedimientos físicos, tales como aquello que deseábamos, o un pensamiento al que ya no atendemos, ¿dónde van las que resultan de no desear ni pensar en lo mismo? Pues se podrían quedar en nuestro propio reino humano, e intentaremos razonar por qué.

La actividad intelectual provoca secreciones hormonales y enzimáticas, que, de intensificarse y mantenerse, pudieran ionizarse positivamente, proceso que estaría regido por la glándula pineal y manifestado a través de los sistemas neuronal y nervioso, que de no ser así, actuarían por estímulos externos, permaneciendo inactiva esta glándula.

En cambio, en una actividad física sin concentración mental, predominarían las secreciones de ionización negativa, dirigidas por la pituitaria y por la diversidad hormonal que produce, es la responsable de la mayoría de nuestro funcionamiento orgánico y muscular y este es a su vez, el resultado de lo que deseamos y pensamos.

Si la acción física de la pineal activa la producción de sustancias cuyos átomos pudieran tener menos electrones que protones, sería porque las emociones y los pensamientos contendrían iones positivos, estos cambiarían a negativos a través de los mecanismos orgánicos, siendo expulsados al exterior al final del proceso.

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La mayor parte de nuestro metabolismo pudiera estar regido por la pituitaria, y si esta glándula ostenta la polaridad negativa y es la causante de las emisiones metabólicas y radiactivas humanas, habría una correspondencia respecto de la pineal como centro de la polaridad positiva, que distribuida mediante el inmenso cableado eléctrico, constituye nuestra red nerviosa y neuronal.

Conclusión, el hombre absorbe, produce y emite sustancias ionizadas, es un centro emisor de radiación beta, a la vez que es una antena receptora de radiación alfa, es decir, la actividad humana es un fenómeno radiactivo y también electromagnético.

10.-Hombre y ángel: dos extremos de la misma entidad

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Este conjunto de emisiones radiactivas pudiera formar el aura magnética, de la que una pequeña parte se observa en la fotografía Kirlian, pero ¿qué ocurre con el ángel?

También sería bipolar, con su centro positivo atraería a las radiaciones beta humanas que, por su propia actividad funcional, también emitiría las mismas radiaciones beta, pero angélicas, que podrían ser atraídas por el centro positivo humano, o lo que sería lo mismo, por nuestra glándula pineal.

Así se completaría un ciclo que, de repetirse, constituiría una verdadera frecuencia vibratoria.De manera que, al hombre y al ángel, pudiéramos considerarnos como los dos extremos de una misma entidad.

Este ciclo tiene una interesante analogía respecto de la trayectoria de un electrón alrededor del núcleo atómico, y es que para completar un solo orbital ha de dar dos vueltas completas de 360 grados cada una.Claro, en una vuelta reconoce a la intención humana y en la siguiente, orbita más cerca o más alejado del núcleo, construyendo aquella intención en una forma material, como lo es un átomo. 11.-La consciencia y la inconsciencia: la comprensión

Esta doble emisión radiactiva llega a producir un verdadero efecto fotoeléctrico, el mismo que le valió el Nóbel a Einstein en 1921, pero lo interesante está en considerar que este fenómeno real, solo se produce entre una frecuencia mínima y otra máxima, lo que nos permite establecer dos períodos bien diferenciados en la relación humano-angélica, uno inconsciente y el otro consciente.

La inconsciencia y la ausencia de diálogo entre el hombre y el ángel, dura mientras la frecuencia tenga valores por debajo del mínimo, el hombre está indeciso y es incapaz de concretar su intención. La relación será consciente cuando el convencimiento aparte a la indecisión, conectando con la realidad a través de una lógica y entonces, se propone porque se comprende.

Sabemos que la radiactividad transmuta las formas materiales, ello supone progresar hacia elementos más pesados de la Tabla Periódica, hacia el laurencio, o al contrario, hacia elementos más simples y sutiles, hacia el hidrógeno, pues podemos leer afirmaciones tales como que, el cuerpo de un Maestro de Sabiduría está compuesto por átomos de hidrógeno, diríamos con mayor más exactitud, por isótopos del hidrógeno, lo que también jerarquizaría también a los propios Maestros.

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Determinada cantidad de sustancias ionizadas positivamente, y existentes en el cuerpo humano, puede hacer que entre en actividad la glándula pineal, segregando a su propia hormona, la melatonina, a la vez que el metabolismo humano, convertiría a estas sustancias en residuos ionizados negativamente, proceso regido por la pituitaria y sus secreciones hormonales, que son variadas y distintas para cada cuerpo. 12.-Posible explicación científica a la luz en la cabeza

La actividad conjunta de estas dos glándulas, provoca que unos órganos segreguen luciferina, un pigmento en forma de proteína, y otros a una enzima que actuará de catalizador, la luciferasa, (curiosamente ambas derivadas del nombre Lucifer, portador de luz), de cuya combinación química resulta una molécula energética, la ATP, cuya función es la de almacenar y ceder energía al conjunto celular. Las agrupaciones celulares con sustancias ionizadas y las moléculas ATP, forman un conjunto que, al combinarse con el oxígeno respirado, se oxidan provocando el fenómeno natural de la luminiscencia, tanto en minerales como en vegetales, en animales o en los seres humanos, situándolo en el hombre precisamente, en la cabeza, entre estas dos glándulas. Hablando en estos términos podríamos comprender qué es “la luz en la cabeza, o antakarana”, la misma que la iglesia católica coloca en las cabezas de sus santos y una vez más, podríamos sustituir a la fe por la lógica.

Este fenómeno luminiscente tiene su analogía en las auroras, tanto boreales como australes y respecto al tema que nos ocupa, se debería al flujo radiactivo entre el hombre y el ángel, correspondiéndose con el místico término de aspirante espiritual, cuando estas radiaciones electromagnéticas estén formadas por partículas alfa o beta, o con la actividad de un iniciado, cuando las emisiones radiactivas se correspondiesen con las radiaciones gamma, esas que quizás puedan provocar la luminiscencia.

13.-La iluminación: diálogo humano-angélico

Esta argumentación nos recuerda lo que ocurre en una tormenta, que el aire ionizado negativamente se encuentra en la superficie de la tierra mientras que el ionizado positivamente está a dos kilómetros de altura, en las nubes, y entre ambas capas iónicas existe una fuerza de atracción tal que, de vez en cuando, entran en contacto y salta el chispazo, el rayo.

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En la misma frontera entre la consciencia y la inconsciencia de un diálogo humano-angélico, el hombre se encuentra en esa mística fase a la que denominamos aspirante espiritual, de vez en cuando salta un esporádico rayo, es un momento de genialidad en el que hemos descubierto algo al que nos referimos diciendo, místicamente, que nos ha iluminado.

En la medida en que ese diálogo se haga más fluido y el hombre aprenda el lenguaje angélico, así como que el ángel a escuchar lo humano, ese rayo se produce más veces y en un mismo tiempo, porque aumenta su frecuencia y estaría ocurriendo algo semejante al efecto fotoeléctrico.

Hasta que la relación entre el hombre y el ángel fuese tal, que de ella surgiría ininterrumpidamente un rayo, la luz destellaría sin cesar y hasta tal potencia, que ninguna materia en el reino humano podría ya soportarla, sería entonces cuando pudiese surgir el cuerpo espiritual de un iniciado, un cuerpo de luz, del que se dice emanan continuamente ondas electromagnéticas de carácter gamma, cesando el efecto fotoeléctrico y las radiaciones de partículas alfa y beta.

De acuerdo con lo anterior, en el hombre aumentaría la frecuencia vibratoria disminuyendo la longitud de onda.En el ángel ocurriría al revés, lo que nos permite afirmar que la espiritualización material se lleva a cabo cuando el resultado del ejercicio de la voluntad se manifestase como luz ultravioleta, en cambio, el resultado de la actividad angélica como luz infrarroja.

14.-Manifestación cromática del diálogo humano-angélico

La manifestación cromática humana comienza en el verde y continúa hacia el violeta, la angélica va desde el verde hacia el rojo. Una actividad intelectual humana se expresa a través de tonos azules, y si se intensifica, son violetas.

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La actividad angélica intensa tiene su cromatismo en los tonos anaranjados, y de intensificarse, adquiere tonalidades rojizas.

Nuestra percepción humana respecto de la luz, se limita estrechamente entre los 380 y los 750 nanómetros de longitud de onda.La capacidad perceptiva de los ángeles elementales esta fuera de estos límites, mucho más distantes se encuentran las de ángeles más sutiles, de ahí que, la relación entre el hombre común y el ángel elemental, todavía sea inconsciente, porque generalmente, los respectivos límites perceptivos carecen todavía de zonas comunes. 15.-La oportunidad y el Ángel Solar

Cuando hombre y ángel exceden estos límites de percepción, se combinan ambas emisiones radiactivas, cuyo resultado es ese brillo radiante, radiactivo, al que científica y místicamente denominamos luz, acaba la inconsciencia y comienza un real diálogo humano-angélico en el que la materia se crea de mutuo acuerdo y a la que se adorna de una cualidad: la oportunidad, a la que pudiera definirse como aquello que hace falta, aquí y ahora.

Es este el momento en el que se revela la realidad del místico Ángel Solar, precisamente cuando el aspirante pasa a través de las sucesivas etapas del discipulado, en las que su radiación se compone de partículas, llegando a ser un iniciado y habiendo perdido la posibilidad de regresar hacia una de las polaridades por separado, pues ya no es un ser bipolar, sino que se ha desprendido de la polaridad electro-negativa entregándola a su correspondiente ángel, del que ha recibido su electro-positiva.

El proceso iniciático es desequilibrante, por ello las desesperantes crisis iniciáticas, sin embargo, la mítica aplicación del Cetro de Poder del Hierofante, restablecería el equilibrio para que, en la 4ª iniciación, fuese el Ángel Solar quien absorbiera las energías depositadas en el hombre y en el ángel, hasta entonces y en cada ceremonia iniciática.

En este proceso, el hombre colaborará con muchas jerarquías angélicas al principio, debido a la mayor actividad material y a la diversidad propia de la materia, son los ángeles denominados elementales constructores.

A medida que se aumenta la frecuencia vibratoria, disminuye el número de entidades angélicas que colaboran con el hombre, hasta la 4ª iniciación, siendo entonces cuando llega el reconocimiento mutuo entre un hombre y su Ángel Solar, ahora se sabe del verdadero sentido de la amistad, hecho que se materializaría a partir del quinto subplano mental, contando desde el más denso o concreto.

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16.-La importancia de proponer y realizar

El hombre común del futuro habrá penetrado en aquellos mundos de alta frecuencia y el ángel lo hará respecto de la longitud de onda, por lo que, forzosamente y en algún momento, interferirán combinándose sus campos magnéticos, el diálogo entre el ser humano y el angélico pudiera ser algo habitual y generalizado, lo que no sucede actualmente en la mayoría de nosotros por mucho que nos empeñemos rezando, invocando o meditando, sino convirtiendo en realidad una propuesta, reconociendo las propias limitaciones y dejando de esperar a que alguien nos revele la verdad o que venga a iluminarnos.

Todos tenemos al alcance la mayor gloria, es la del propio y personal descubrimiento, pues de la misma manera que científicamente no hay dos ondas electromagnéticas iguales, la revelación de la verdad no es la misma en todos los seres, cada cual tiene su particularidad lumínica y nadie puede descubrírsela.

Veamos algo de lo que puede ocurrir al final de este proceso y que tiene que ver con esa energía que denominamos Amor.

17.-Posible manifestación del Amor

Ocurren dos hechos, uno es el reconocimiento del Ángel Solar, el Prometeo o Atlas individual, el otro es la combinación de energías que permiten la manifestación del Amor, esa energía de 2º Rayo.

Analicemos brevemente esta combinación.La polaridad positiva del hombre se manifiesta en la energía del Rayo 4º, la angélica en la del 3º.

La negativa humana tiene su manifestación en la del 5º Rayo y la angélica en la del 6º.

He aquí el doble circuito entre el hombre y el ángel. El 4º atrae al 6º y repele al 3º.

El 5º atrae al 3º y repele al 6º.

Así queda completo el circuito humano-angélico y da comienzo un diálogo consciente entre ambos.

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Cuando ambas positivas funcionan como polaridad única, y también las negativas, son atraídas a la manifestación las energías de los Rayos 7º y 1º, siendo entonces y solamente entonces, cuando el iniciado pudiera saber realmente qué es el Amor, del que hasta este momento ha obtenido un concepto mental como máximo, pero ahora sería una realidad manifestada cuando las energías de la voluntad del Rayo 1º se combinan con las de la realización del Rayo 7º.

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No hemos podido encontrar expresiones de mayor concreción para argumentar mejor acerca de la relación humano-angélica, aquí hemos utilizado expresiones místicas y científicas, pero también pudiera argumentarse a través del lenguaje más abstracto de todos, el más universalmente comprendido, el que no tiene las limitaciones propias de un idioma o de una creencia, es el lenguaje de los números.Siguiendo esta expresión numérica sería posible recorrer enteramente el proceso del mutuo intercambio entre el hombre y el ángel, para llegar al final en el que, las polaridades humana y angélica, acaban su flujo mutuo.

18.-El andrógino

De esta manera podemos entrever, en abstracto y desde nuestras propias y actuales limitaciones, las características futuras del ser humano, las del ángel y las del Ángel Solar, esperando desde los tres subplanos superiores del plano mental, a que este flujo humano-angélico y la bipolaridad finalicen, y también, las de ese otro místico y lejano ser, aunque presente y real en los espacios de mayor sutilidad, al que denominamos andrógino, a falta de otro término, fruto de la combinación entre un hombre y un ángel, ambos unipolares y que podría resultar ser quien ha de continuar el proceso evolutivo en el próximo Reino, el 5º Reino Espiritual.

Esta pudiera ser la manera en la que nos expresemos en el futuro, respecto del diálogo consciente entre el hombre y el ángel, pero ese futuro ya está presente porque lo estamos haciendo.

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El eterno ahora es una realidad cuando el futuro se manifiesta en el presente, utilizando a las estructuras materiales conseguidas en el pasado, y aquello que era un ideal, toma forma en la materia.

Este ideal es competencia humana y la forma que tenga que adoptar es un trabajo angélico.

Eloy Millet MonzóValencia-12/12/2010

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