presbiterio 35

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Nº 35 Octubre de 2012 LA VOZ DEL PAPA DECLARAMOS A SAN JUAN DE ÁVILA, SACERDOTE DIOCESANO, DOCTOR DE LA IGLESIA UNIVERSAL «Nosotros, acogiendo el deseo de muchos hermanos en el episcopado y de muchos fieles del mundo entero, tras haber tenido el parecer de la Congregación para las Causas de los Santos, tras haber reflexionado largamente y habiendo llegado a un pleno y seguro convencimiento, con la plenitud de la autoridad apostólica declaramos a san Juan de Ávila, sacerdote diocesano, y santa Hildegarda de Bingen, monja profesa de la Orden de San Benito, Doctores de la Iglesia universal, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo». (S. S. BENEDICTO XVI, Fórmula de la Declaración de S. Juan de Ávila como Doctor de la Iglesia universal, Plaza de S. Pedro Vaticano, 7 -10 -2012) LA VOZ DEL ARZOBISPO HAGO PÚBLICA LA CONVOCATORIA DEL SÍNODO DIOCESANO «Este Año de la Fe es como “una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo…, que llama a los hombres a la conversión de vida mediante la remisión de los pecados (cf. Hech 5, 31)”. Manifestemos esta conversión en una confesión más convencida y esperanzada, en una celebración más intensa de la fe en la liturgia, particularmente en la Eucaristía, y en un testimonio cada vez más creíble de aquello que profesamos. Con la inteligencia de la fe hemos de contribuir a la inteligencia de la realidad, llevando al hombre la experiencia de Dios. “Resistid fuertes en la fe”, exhortaba san Pedro a los primeros cristianos en un ambiente pagano. No debemos ceder al puro conformismo y a la cobardía. En este solemne contexto del Año de la Fe, del cincuentenario del Concilio Vaticano II y de vigésimo aniversario de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica, hago pública la convocatoria del Sínodo Diocesano a cuya celebración invito a todos los diocesanos, niños, jóvenes y adultos para mayor gloria de Dios y bien de la Iglesia, pidiendo que encomendéis a partir de ahora esta intención para que podamos entender los caminos de Dios con propuestas creativas y accesibles, y demostrar con la propia vida que el Evangelio es la verdad que nos hace libres. ¡Renovarnos caminando desde Cristo! Santa María, Virgen del Pilar, “faro esplendente y de gloria, consolida la fe de un pueblo que no se cansa de repetir en la Salve: Muéstranos a Jesús”. Con confianza invocamos tu protección materna y te pedimos que se fortalezca nuestra fe, en medio de las dificultades que podamos encontrar. Amén ». (MONS. JULIÁN BARRIO BARRIO, Homilía en la Misa de Apertura del Año de la Fe, Fiesta de Ntra. Sra. del Pilar, Catedral de Santiago, 12-10- 2012). PRESBITERIO Boletín de la Delegación para el Clero del Arzobispado de Santiago NÚMERO ESPECIAL: DOCTORADO DE SAN JUAN DE ÁVILA

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Boletín de la Delegación para el Clero del Arzobispado de Santiago. Número 35. Octubre 2012

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Nº 35 Octubre de 2012

LA VOZ DEL PAPA

HEMOS VISITADO A …

DECLARAMOS A SAN JUAN DE ÁVILA, SACERDOTE DIOCESANO,

DOCTOR DE LA IGLESIA UNIVERSAL

«Nosotros, acogiendo el deseo de muchos hermanos en el episcopado y de muchos fieles del mundo entero, tras haber tenido el parecer de la Congregación para las Causas de los Santos, tras haber reflexionado largamente y habiendo llegado a un pleno y seguro convencimiento, con la plenitud de la autoridad apostólica declaramos a san Juan de Ávila, sacerdote diocesano, y santa Hildegarda de Bingen, monja profesa de la Orden de San Benito, Doctores de la Iglesia universal, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo».

(S. S. BENEDICTO XVI, Fórmula de la Declaración de S. Juan de Ávila

como Doctor de la Iglesia universal, Plaza de S. Pedro – Vaticano, 7 -10 -2012)

LA VOZ DEL ARZOBISPO

HAGO PÚBLICA LA CONVOCATORIA DEL SÍNODO DIOCESANO

«Este Año de la Fe es como “una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo…, que llama a los hombres a la conversión de vida mediante la

remisión de los pecados (cf. Hech 5, 31)”. Manifestemos esta conversión en una confesión más convencida y esperanzada, en una celebración más intensa de la fe en la liturgia, particularmente en la Eucaristía, y en un testimonio cada vez más creíble de aquello que profesamos. Con la inteligencia de la fe hemos de contribuir a la inteligencia de la realidad, llevando al hombre la experiencia de Dios. “Resistid fuertes en la fe”, exhortaba san Pedro a los primeros cristianos en un ambiente pagano. No debemos ceder al puro conformismo y a la cobardía.

En este solemne contexto del Año de la Fe, del cincuentenario del Concilio Vaticano II y de vigésimo aniversario de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica, hago pública la convocatoria del Sínodo Diocesano a cuya celebración invito a todos los diocesanos, niños, jóvenes y adultos para mayor gloria de Dios y bien de la Iglesia, pidiendo que encomendéis a partir de ahora esta intención para que podamos entender los caminos de Dios con propuestas creativas y accesibles, y demostrar con la propia vida que el Evangelio es la verdad que nos hace libres. ¡Renovarnos caminando desde Cristo! Santa María, Virgen del Pilar, “faro esplendente y de gloria, consolida la fe de un pueblo que no se cansa de repetir en la Salve: Muéstranos a Jesús”. Con confianza invocamos tu protección materna y te pedimos que se fortalezca nuestra fe, en medio de las

dificultades que podamos encontrar. Amén ».

(MONS. JULIÁN BARRIO BARRIO, Homilía en la Misa de Apertura del Año de la Fe,

Fiesta de Ntra. Sra. del Pilar, Catedral de Santiago, 12-10- 2012).

PRESBITERIO Boletín de la Delegación para el Clero del Arzobispado de Santiago

NÚMERO ESPECIAL:

DOCTORADO DE SAN JUAN DE ÁVILA

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ECOS DEL PRESBITERIO… Acto de reparación en Pontedeume tras la profanación del Sagrario del templo parroquial. El día 30

de Septiembre D. Julián Barrio presidió un acto eucarístico, acompañado del Párroco, D. José Ramón Cascón; del Canónigo de ceremonias de la Catedral, D. Juan Filgueiras; del Director Espiritual del Seminario Mayor, D. Ricardo Vázquez, y de un grupo de sacerdotes del Arciprestazgo. La celebración fue un gran acto de fe y de amor en honor de Jesucristo Eucaristía.

Gran asistencia al Curso de Teología para sacerdotes del I.T.C. El miércoles 3 de Octubre dieron comienzo las clases de actualización teológica para el Clero, que se desarrollarán todos los miércoles del curso hasta Mayo. El número de matriculados ha experimentado un gran incremento respecto a años pasados. La temática (centrada en el Concilio vaticano II, 50 años después de su apertura), así como el profesorado (que este año incluye a todos los Obispos de la Provincia eclesiástica gallega), han levantado una gran expectación entre los sacerdotes.

Peregrinación Diocesana a Roma para participar en la Declaración de San Juan de Ávila como Doctor universal de la Iglesia. La peregrinación fue organizada por la Delegación para el Clero, del 4 al 8 de Octubre de 2012. Participaron 43 personas: 12 sacerdotes, 25 seminaristas y 6 seglares, que viajaron a Roma partiendo del aeropuerto coruñés de Alvedro y haciendo un trasbordo en Madrid. También nuestro Arzobispo se desplazó a Roma para participar en el evento. El grupo diocesano aprovechó al máximo los pocos días disponibles, compaginando los momentos de celebración y oración con las visitas culturales y los momentos de esparcimiento. Se realizaron visitas guiadas a los lugares de mayor interés religioso y artístico: Catacumbas de S. Calixto, Basílicas Mayores (S. Pedro del Vaticano, S. Juan de Letrán, Sta. María la Mayor y S. Pablo de Extramuros), otras Basílicas Menores (Sta. Cruz de Jerusalén, S. Clemente,…), Museos Vaticanos,… Los sacerdotes y seminaristas pudieron también visitar dos instituciones relacionadas con la formación sacerdotal: El Colegio Español de S. José (donde el grupo fue recibido por el Rector, D. Mariano Herrera y por los sacerdotes de Santiago que estudian en Roma), y la Congregación para la Educación Católica (en la que hizo de anfitrión D. Cristóbal Robledo, Oficial de la Secretaría de la Congregación). El momento culminante de la Peregrinación se vivió el Domingo 7, cuando, en el marco de la Misa de inicio del Sínodo para la Nueva Evangelización, en la Plaza de S. Pedro, el Papa Declaró Doctor de la Iglesia universal a S. Juan de Ávila. También fue declarada Doctora la benedictina alemana Sta. Hildegarda de Bingen. El lunes 8, en el Altar de la Cátedra de S. Pedro, se vivió otro emotivo momento, en la Eucaristía ofrecida por las Diócesis de España en acción de gracias por el Doctorado del Patrón del Clero secular español. Presidió la celebración el Cardenal Arzobispo de Madrid, D. Antonio María Rouco Varela. Concelebraron más de 60 Obispos (entre ellos, Mons. Barrio) y varios centenares de sacerdotes españoles. El regreso en avión se realizó el mismo día por la tarde, haciendo trasbordo en Madrid. En todo momento hubo un ambiente de gran alegría e intensidad espiritual. Hay que destacar el clima de fraternidad que se vivió entre sacerdotes, seminaristas y laicos.

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Solemne Apertura del Año de la Fe en la Catedral, el 12 de Octubre.

En el contexto litúrgico de la Fiesta de Nuestra Señora del Pilar, D. Julián Barrio presidió una Misa con la que se dio inicio al Año de la Fe en nuestra Archidiócesis. En la celebración participaron unos 70 sacerdotes, los seminaristas del Seminario Mayor y varios cientos de fieles. Fue precedida de una breve ceremonia en el baptisterio, en la que se realizó la profesión de fe. En su homilía, Mons. Barrio dijo que el Año de la fe tiene que ser un año para la conversión. Ésta ha de manifestarse “en una confesión más convencida y esperanzada, en una celebración más intensa de la fe en la liturgia, particularmente en la Eucaristía, y en un testimonio cada vez más creíble de aquello que profesamos”. Aprovechó también la ocasión para hacer pública la convocatoria del Sínodo Diocesano.

El Arzobispo y el Clero del Arciprestazgo de Arousa, con los voluntarios de Cáritas. El 14 de Octubre tuvo lugar la 18ª Convivencia de las Cáritas del Arciprestazgo de Arousa. Se desarrolló en la Parroquia de Sta. María de Godos y asistieron unos 150 voluntarios acompañados de sus Párrocos. La Misa fue presidida por D. Julián y concelebrada por 11 sacerdotes.

Presentación de un nuevo libro del sacerdote D. Carlos García Cortés: “Episcopologio moderno de la Iglesia compostelana. Arzobispos de Santiago 1751-2011”. La presentación tuvo lugar el jueves 25 de Octubre, en el aula S. Felipe Neri del Seminario Mayor de Santiago. Además del editor y del propio autor, intervinieron en el acto el Rector del Seminario Mayor, D. Carlos Álvarez Varela, y el Canónigo Archivero de la Catedral y profesor del I.T.C, D. Segundo Pérez López.

Xuntanza de profesores y educadores con motivo del Año de la Fe, el 27 de Octubre. Profesores de religión, catequistas y educadores de colegios religiosos fueron convocados por la Vicaría de Enseñanza y Catequesis en el colegio La Salle de Santiago. El P. Francisco García, S.D.B, ofreció a los asistentes una reflexión sobre “El educador cristiano en la Nueva Evangelización”. A continuación todos se trasladaron a la Catedral para participar en una Misa en la que hicieron profesión de su fe.

XIIª Asamblea Diocesana de Pastoral familiar: “Familia y Año de la Fe”. Se celebró en la Casa Dicoesana de Ejercicios Espirituales de Santiago, el 27 de Octubre. El Delegado Diocesano de Apostolado Seglar, D. Andrés García Vilariño, presentó una ponencia titulada “Implicaciones de la Nueva Evangelización en la familia”.

ORAMOS POLOS SACERDOTES ENFERMOS… - D. Manuel Canabal Castro, Párroco de Sta. María de Cuntis y Unidas. - D. Baldomero Louro Lado, Párroco de S. Marcos de Corcubión. - D. Gerardo Doval Abad, Párroco de S. Xiao de Grixalba (Sobrado dos Monxes).

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DOCTORADO DE SAN JUAN DE ÁVILA… (*)

LA SANTIDAD DEL CLERO ES IMPRESCINDIBLE PARA REFORMAR A LA IGLESIA

«Caritas Christi urget nos (2 Co 5, 14). El amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, es la clave

de la experiencia personal y de la doctrina del Santo Maestro Juan de Ávila, un «predicador evangélico»,

anclado siempre en la Sagrada Escritura, apasionado por la verdad y referente cualificado para la «Nueva

Evangelización».

La primacía de la gracia que impulsa al buen obrar, la promoción de una espiritualidad de la

confianza y la llamada universal a la santidad vivida como respuesta al amor de Dios, son puntos

centrales de la enseñanza de este presbítero diocesano que dedicó su vida al ejercicio de su ministerio

sacerdotal. […]

Aunque el «Padre Maestro Ávila» fue, ante todo, un predicador, no dejó de hacer magistral uso

de su pluma para exponer sus enseñanzas. Es más, su influjo y memoria posterior, hasta nuestros días,

están estrechamente vinculados no sólo con el testimonio de su persona y de su vida, sino con sus

escritos, tan distintos entre sí.

Su obra principal, el Audi, filia, un clásico de la

espiritualidad, es el tratado más sistemático, amplio y

completo, cuya edición definitiva preparó su autor en

los últimos años de vida. El Catecismo o Doctrina

cristiana, única obra que hizo imprimir en vida (1554),

es una síntesis pedagógica, para niños y mayores, de los

contenidos de la fe. El Tratado del amor de Dios, una

joya literaria y de contenido, refleja con qué

profundidad le fue dado penetrar en el misterio de

Cristo, el Verbo encarnado y redentor. El Tratado

sobre el sacerdocio es un breve compendio que se

completa con las pláticas, sermones e incluso cartas.

Cuenta también con otros escritos menores, que

consisten en orientaciones o Avisos para la vida

espiritual. Los Tratados de Reforma están relacionados

con el concilio de Trento y con los sínodos provinciales

que lo aplicaron, y apuntan muy certeramente a la

renovación personal y eclesial. Los Sermones y

Pláticas, igual que el Epistolario, son escritos que abarcan todo el arco litúrgico y la amplia cronología de

su ministerio sacerdotal. Los comentarios bíblicos —de la Carta a los Gálatas a la Primera carta de

Juan y otros— son exposiciones sistemáticas de notable profundidad bíblica y de gran valor pastoral. […]

Si el Maestro Ávila es pionero en afirmar la llamada universal a la santidad, resulta también un

eslabón imprescindible en el proceso histórico de sistematización de la doctrina sobre el sacerdocio. A lo

largo de los siglos sus escritos han sido fuente de inspiración para la espiritualidad sacerdotal y se le

puede considerar como el promotor del movimiento místico entre los presbíteros seculares. Su

influencia se detecta en muchos autores espirituales posteriores.

La afirmación central del Maestro Ávila es que los sacerdotes, «en la misa nos ponemos en el altar

en persona de Cristo a hacer el oficio del mismo Redentor» (Carta 157), y que actuar in persona Christi

supone encarnar, con humildad, el amor paterno y materno de Dios. Todo ello requiere unas condiciones

de vida, como son frecuentar la Palabra y la Eucaristía, tener espíritu de pobreza, ir al púlpito

«templado», es decir, habiéndose preparado con el estudio y con la oración, y amar a la Iglesia, porque

es esposa de Jesucristo.

La búsqueda y creación de medios para mejor formar a los aspirantes al sacerdocio, la exigencia

de mayor santidad del clero y la necesaria reforma en la vida eclesial constituyen la preocupación más

honda y continuada del Santo Maestro. La santidad del clero es imprescindible para reformar a la

Iglesia. Se imponía, pues, la selección y la adecuada formación de los que aspiraban al sacerdocio. Como

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solución propuso crear seminarios y llegó a insinuar la conveniencia de un colegio especial para que se

preparasen en el estudio de la Sagrada Escritura. Estas propuestas alcanzaron a toda la Iglesia. […]

La declaración de Doctor de la Iglesia Universal de un santo supone el reconocimiento de un

carisma de sabiduría conferido por el Espíritu Santo para bien de la Iglesia y comprobado por la

influencia benéfica de su enseñanza en el pueblo de Dios, hechos bien evidentes en la persona y en la

obra de San Juan de Ávila. Éste fue solicitado muy frecuentemente por sus contemporáneos como

Maestro de teología, discernidor de espíritus y director espiritual. A él acudieron en búsqueda de

ayuda y orientación grandes santos y reconocidos pecadores, sabios e ignorantes, pobres y ricos, y a su

fama de consejero se unió tanto su activa intervención en destacadas conversiones como su cotidiana

acción para mejorar la vida de fe y la comprensión del mensaje cristiano de cuantos acudían solícitos a

escuchar su enseñanza. También los obispos y religiosos doctos y bien preparados se dirigieron a él como

consejero, predicador y teólogo, ejerciendo notable influencia en quienes lo trataron y en los ambientes

que frecuentó.

El Maestro Ávila no ejerció como profesor en las Universidades, aunque sí fue organizador y

primer Rector de la Universidad de Baeza. No explicó teología en una cátedra, pero sí dio lecciones de

Sagrada Escritura a seglares, religiosos y clérigos. No elaboró nunca una síntesis sistemática de su

enseñanza teológica, pero su teología es orante y sapiencial. En el Memorial ii al concilio de Trento da

dos razones para vincular la teología y la oración: la santidad de la ciencia teológica y el provecho y

edificación de la Iglesia. Como verdadero humanista y buen conocedor de la realidad, la suya es también

una teología cercana a la vida, que responde a las cuestiones planteadas en el momento y lo hace de

modo didáctico y comprensible.

La enseñanza de Juan de Ávila destaca por su excelencia y precisión y por su extensión y

profundidad, fruto de un estudio metódico, de contemplación y por medio de una profunda experiencia

de las realidades sobrenaturales. […]

Es muy de notar su profundo conocimiento de la Biblia, que él deseaba ver en manos de todos,

por lo que no dudó en explicarla tanto en su predicación cotidiana como ofreciendo lecciones sobre

determinados Libros sagrados. Solía cotejar las versiones y analizar los sentidos literal y espiritual;

conocía los comentarios patrísticos más importantes y estaba convencido de que para recibir

adecuadamente la revelación era necesario el estudio y la oración, y que se penetrara en su sentido con

ayuda de la tradición y del magisterio. Del Antiguo Testamento cita sobre todo los Salmos, Isaías y el

Cantar de los cantares. Del Nuevo, el apóstol Juan y San Pablo que es, sin duda, el más recurrido. «Copia

fiel de San Pablo», lo llamó el Papa Pablo VI en la bula de su canonización.

La doctrina del Maestro Juan de Ávila posee, sin duda, un mensaje seguro y duradero, y es

capaz de contribuir a confirmar y profundizar el depósito de la fe, iluminando incluso nuevas prospectivas

doctrinales y de vida. Atendiendo al magisterio pontificio, resulta evidente su actualidad, lo cual

prueba que su eminens doctrina constituye un verdadero carisma, don del Espíritu Santo a la Iglesia de

ayer y de hoy.

La primacía de Cristo y de la gracia que, en términos de amor de Dios, atraviesa toda la

enseñanza del Maestro Ávila, es una de las dimensiones subrayadas tanto por la teología como por la

espiritualidad actual, de lo cual se derivan consecuencias también para la pastoral, tal como Nos hemos

subrayado en la encíclica Deus caritas est. La confianza, basada en la afirmación y la experiencia del

amor de Dios y de la bondad y misericordia divinas, ha sido propuesta también en el reciente magisterio

pontificio, como en la encíclica Dives in misericordia y en la exhortación apostólica postsinodal Ecclesia

in Europa, que es una verdadera proclamación del Evangelio de la esperanza, como también hemos

pretendido en la encíclica Spe salvi. Y cuando en la carta apostólica Ubicumque et semper, con la que

acabamos de instituir el Pontificio Consejo para promover la Nueva Evangelización, decimos: «Para

proclamar de modo fecundo la Palabra del Evangelio se requiere ante todo hacer una experiencia

profunda de Dios», emerge la figura serena y humilde de este «predicador evangélico» cuya eminente

doctrina es de plena actualidad”. […]

BENEDICTO XVI

(*) – Fragmentos de la Carta Apostólica para la Declaración de S. Juan de Ávila como Doctor de la

Iglesia universal, Vaticano, 7 Octubre de 2012.

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TESTIMONIO …(*) NO HAY MUERTOS, HAY DURMIENTES

Descender a las Catacumbas de San Calixto, en Roma, la ciudad eterna, supone mucho más que internarse dos decenas de metros y bajar al corazón mismo de nuestra fe. Implica, como nos dice Miguel A., el guía salesiano que nos acompaña, trasladarnos al pasado, a la Roma imperial de los primeros siglos del Cristianismo. «Resetear» la mente pragmática y tecnológica y adentrarse en un laberinto excavado en la blanda tierra volcánica por unos hombres y mujeres que creían en un judío ajusticiado por las manos cobardes de Pilato - para poder dar a sus semejantes el descanso merecido. Por aquel entonces, muchos morían por el simple hecho de ser cristianos (¡eso si que era una persecución!) y acababan

siendo mártires. Testigos del mensaje y de la persona de Jesús, pues eso significa etimológicamente mártir: testigo. Testigos felices, sabían que Alguien que había resucitado había entregado su vida por ellos antes. Aquello de «Somos capaces de amar, porque Alguien nos ha amado primero» (cfr 1 Jn 4).

A medida que vas descendiendo los escalones de piedra gastada por el transcurrir del tiempo, la claridad natural desaparece y unos pequeños faroles de luz amarilla son la única conexión con el mundo actual, que como entonces, ignora a quienes duermen bajo él. Pues para nosotros, los cristianos, la muerte es solo eso, un sueño del que despertaremos un día, cuando llegue el Esposo. Y caminando en profundo y respetuoso silencio por estos pasillos húmedos y estrechos, flanqueados por tumbas dentro de las paredes, cubiertas de símbolos y mensajes alegóricos, uno se pregunta quienes son los que de verdad duermen, ellos o nosotros, en nuestro mundo de luz artificial y alegrías tantas veces sucedáneas.

Aquí, escondidos, traían a sus muertos para el reposo final, que en ocasiones colocaban en panteones donde toda la familia yacía unida. Todavía se conservan las inscripciones en latín grabadas en la piedra. Aquí rezaban por ellos, celebraban las primeras misas de difuntos, y colocaban, siempre, una lámpara de barro con aceite junto a las tumbas. Una luz, símbolo de esa otra Luz que no se apaga y que iluminaba los pasadizos y el camino de los que allí quedaban.

Aquí estuvieron, por ejemplo, Santa Cecilia, patrona de los músicos, y San Tarsicio, el niño que murió a manos de sus compañeros cuando iba a llevar la Comunión a los enfermos de la comunidad, al negarse a dárselas a ellos para evitar que se burlasen del Señor. Hoy es el patrono de los monaguillos. Pero también muchos otros cristianos anónimos, que durmieron su sueño eterno hasta que a mediados del S. XIX el arqueólogo Giovanni Battista de Rossi descubrió esta otra Roma subterránea, alternativa a la turística y vaticana que recibe al grueso de los visitantes. Por eso el guía insiste en que no levantemos la voz dentro de las catacumbas. No despierten a los durmientes, dice susurrando.

Al regresar a la superficie uno ya no es el mismo. La luz del sol vuelve a bañar los objetos con su claridad inundándolo todo. El aire es cálido, la Naturaleza nos habla de la belleza de la Creación, los edificios de Roma en la lontananza nos devuelven al siglo XXI. El mensaje de los primeros cristianos ha llegado a nuestros corazones a través del silencio. Su ejemplo de valentía y testimonio, nos ha marcado para siempre. Siguen siendo mártires, durmientes, testigos a pesar del paso de los siglos.

Celebramos nosotros también durante estos días de Noviembre la memoria y el recuerdo de «nuestros durmientes», aquellos que nos precedieron en el camino de la vida, y que hoy duermen ya el sueño de la fe. Tanto unos como otros, los primeros cristianos de las Catacumbas de San Calixto y los difuntos de nuestro cementerio (koimeterion, palabra griega que significa “dormitorio”), apelan a nuestra misión de ser mártires en nuestro entorno, familia, trabajo. Nos urgen a despertar de nuestro letargo, a reavivar nuestra fe y esperanza en una tierra prometida, con la que ellos soñaron en vida. A escuchar las palabras del Maestro a la hija de Jairo, que no estaba muerta, sino dormida: ¡Contigo hablo, niña: levántate! Y entender que es a nosotros a quien las dirige hoy. ¡Adelante, a ti te digo, levántate. Y anda!

Juan Manuel Sandín Pérez

(*) – Artículo escrito por Juan Manuel Sandín, seminarista de la Diócesis de Astorga en formación en el

Seminario Mayor de Santiago. Participó en la Peregrinación a Roma con motivo del Doctorado de S. Juan de

Ávila y pudo visitar las Catacumbas de S. Calixto.

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PARA REFLEXIONAR…(*) PLAUSUS MAGNUS

Este título quizás requiera una explicación. Mi labor en el Sínodo de los Obispos para la Nueva Evangelización es la redacción de las Actas. Como éstas son plurilingües trabajamos en equipo cinco asistentes de la Secretaría General, uno por lengua oficial (italiano, español, inglés, francés y alemán), a parte del latín que es lengua propia de la Iglesia Católica. Nuestra labor es recoger por escrito absolutamente "todo" lo que se dice en el aula, palabra por palabra, desde errores de pronunciación hasta las reacciones de los Padres Sinodales ante las diferentes intervenciones. Esto último se recoge insertando en el texto transcrito algo así: [risus], [plausus], etc. Dicho esto, uno se puede hacer una idea de por dónde va el título de esta entrada.

En la Congregatio XVII intervino el benjamín del Sínodo, un joven catequista de la diócesis de Roma llamado Tommaso de tan sólo 23 años e invitado como oyente a este Sínodo. La cuestión es que este joven inyectó un poco de savia en la asamblea, cautivando a todos los presentes con un testimonio atrevido, directo y sencillo que arrancó la ovación más grande en lo que llevamos de Sínodo. Me imagino los nervios que pudo pasar cuando escuchó: "Loquatur nunc Dominus Tomasso Spinelli et ad loquendum se praeparet...". Tragó saliva y comenzó:

“Mi reflexión quiere ser simplemente una ayuda para entender qué espera un joven de la nueva evangelización. Vosotros sacerdotes (dirigiéndose a los obispos) habéis hablado sobre el papel de los laicos, yo que soy laico, quiero hablar del papel de los sacerdotes. [Risus]

Nosotros los jóvenes tenemos necesidad de guías fuertes, sólidos en su vocación y en su identidad. Es de vosotros, sacerdotes, de quien nosotros aprendemos a ser cristianos, y ahora que las familias están más desunidas, vuestro papel es todavía más importante para nosotros. Vosotros nos testimoniáis la fidelidad a una vocación, nos enseñáis la solidez en la vida y la posibilidad de elegir un modo alternativo de vivir, siendo éste más bello que el que nos propone la sociedad actual. Mi experiencia testimonia que allí donde hay un sacerdote apasionado, la comunidad, en poco tiempo, florece. La fe no ha perdido atractivo, pero es necesario que existan personas que la muestren como una elección seria, sensata y creíble.

Lo que me preocupa es que estos modelos se han convertido en una minoría. El sacerdote ha perdido confianza en la importancia de su propio ministerio, ha perdido carisma y cultura. Veo sacerdotes que identifican "dedicarse a los jóvenes" con "disfrazarse de joven", o peor aún, vivir el estilo de vida de los jóvenes. Y lo mismo en la liturgia, que en el intento de hacerse originales se convierten en insignificantes. Os pido el coraje de ser vosotros mismos. No temais, porque allí donde seáis auténticamente sacerdotes, allí donde propongáis sin miedo la verdad de la fe, allí donde no tengáis miedo de enseñarnos a rezar... nosotros, los jóvenes, os seguiremos!. Hacemos nuestras las palabras de Pedro: "Señor, ¿a quién iremos? Solo Tú tienes palabras de vida eterna". Nosotros tenemos hambre de lo eterno, de lo verdadero.

Por tanto, propongo: 1) Aumentar la formación, no sólo espiritual, sino también cultural, de los sacerdotes. Con demasiada frecuencia vemos a sacerdotes que han perdido el papel de maestros de cultura que les hacía importantes para toda la sociedad. Hoy, si queremos ser creíbles y útiles, debemos volver a tener buenas herramientas culturales. 2) Redescubrir el Catecismo de la Iglesia Católica en su carácter conciliar: en concreto la primera parte de cada sección, donde los documentos del Concilio iluminan los temas tradicionales. De hecho, el Catecismo pone con sabiduría como premisa a la explicación del Credo una parte inspirada en la Dei Verbum, en la que se explica la visión personalista de la revelación; a los sacramentos, la Sacrosantum Concilium, y a los mandamientos, la Lumen Gentium, que muestra al hombre creado a imagen de Dios. La primera parte de cada sección del Catecismo es fundamental para que el hombre de hoy sienta la fe como algo que le afecta de cerca y sea capaz de dar respuestas a sus preguntas más profundas. 3) Por último, la liturgia se olvida y se desacraliza con demasiada frecuencia: hay que volver a ponerla con dignidad en el centro de la comunidad parroquial.

Concluyo con las palabras que dieron inicio al nacimiento de la Europa Medieval: "Nosotros os queremos, dad prueba de vuestra santidad, del lenguaje correcto y de vuestra instrucción; de tal modo que cualquiera que vaya a vosotros se edifique con vuestro testimonio de vida y vuestra sabiduría (...) y regrese alegre dando gracias al Señor omnipotente." (De la carta Letteris Colendis de Carlo Magno al monasterio de Fulda, año 780). Gracias.” [Plausus magnus].

(*) - Artículo de D. Óscar Valado, sacerdote de nuestro Presbiterio que amplía estudios en Roma. Ha colaborado como redactor en el Sínodo para la Nueva Evangelización. Publicado en: /elcientoporuno.blogspot.com.es/

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¡NORABOA! A todo o Clero secular español, pola proclamación do seu Patrono, S. Juan de Ávila, Doutor da Igrexa

universal, o 7 de Outubro.

A D. Xaquín Gomez Barros, Párroco de S. Pedro de Cornazo (Vilagarcía), que recibiu, o 19 de Outubro, unha homenaxe organizada por sacerdotes e leigos que estiveron ligados ó movemento Xuventude Agrícola Rural Cristián, do que D. Xaquín foi consiliario nos anos 60 e 70. A homenaxe tivo lugar no Seminario Maior de Santiago e contou coa presencia de D. José Antonio Seoane Ares, Vicario Terrorial de Santiago, e do Delegado para o Clero, D. Lino Arcos Salgado.

A D. Salvador Domato Búa, Coengo da Catedral e Director do Arquivo Histórico Diocesano, que foi galardonado o día 25 de Outubro na gala dos Premios Galegos do Ano, organizada polo xornal El Correo Gallego. Con este premio recoñécese a traxectoria de Mons. Domato, organizador de cinco visitas papáis a España; a última, a de Benedicto XVI a Santiago no Ano Santo 2010.

Á Fundación Amancio Ortega e a Cáritas - España, pola firma dun convenio de colaboración, o día 25 de Outubro, que implica a doación a Cáritas de 20 millóns de Euros para o Programa de Atención Básica, que cubre necesidades en materia de alimentación, axuda farmacéutica, servicios de vivenda e material escolar.

NON ESQUECER…

Exposición sobre a “Vida e espiritualidade de Nai Teresa de Calcuta”, na Casa do Agua de A Coruña (C/ Manuel Murguía, S/N, xunto ó estadio de Riazor), do 25 de Outubro ó 12 de Novembro.

VIIª Xornadas sobre Bioética: "Bioética e espiritualidade", organizadas polo I.T.C. e a Delegación de Pastoral da Saúde. Sábado, 17 de Novembro, na Aula Magna do I.T.C.

Última tanda de Exercicios Espirituáis para o Clero do ano 2012. Terá lugar do 9 ó 14 de Decembro, na Casa Diocesana de EE.EE. de Pontedeume (tlfno. 981 430 335). O director será D. Javier Siegrist, Párroco do Sto. Cristo da Misericordia, na Diocese de Getafe.

Si quieres enviar sugerencias, noticias o fotos a “Presbiterio”, escríbe a: Deleg. para el Clero – Arzobispado de Santiago, Pza. de la Inmaculada n. 1, 15.704 - SANTIAGO DE COMPOSTELA

e-mail: [email protected]

LEMBRAMOS E ORAMOS… Polos sacerdotes falecidos no último mes:

- Fr. Manuel Otero Abad, O.P. (+7-10-2012), exCapelán do Convento de Nais Dominicas de Santiago de Compostela, cidade da que era natural. Estaba destinado no Convento da Virxe do Camiño en León.

- D. Jesús Vázquez Regueiro (+13-10-2012), Párroco Emérito de Sta. Marta de Babío, Sta. Mariña de Rois e S. Cibrán de Bibres.

Polos sacerdotes defuntos dos que se cumprirá o Cabodano do seu falecemento en Novembro, mes de Santos:

- D. José Caamaño Senande (+13-11-2010), Párroco Emérito de S. Xoán de Sardiñeiro (Fisterra) (2º Cabodano).

- D. Jaime García Rodríguez (+25-11-2009), Coengo da SAMI Catedral de Santiago e exDelegado de Peregrinacións (3º Cabodano).

Durante o mes de Novembro, especialmente adicado ós defuntos, ofrezamos oracións e apliquemos Misas por tódolos sacerdotes defuntos do noso Presbiterio .

D.E.P.