por qué no podemos esperar que los padres de normalistas

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La experiencia de una ausencia inesperada genera dolor, incertidumbre, tristeza, impotencia, angustia e incluso culpa en quienes aun permanecen...

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Por qu no podemos esperar que los padres de normalistas, vctimas de desaparicin forzada, superen la tragedia que ello implica?Para entender la tragedia que viven los padres de los normalistas de Ayotzinapa desaparecidos hace un ao hace falta echar una mirada a un problema que aqueja a mucha gente en nuestro pas: Desapariciones forzadas de personas. Es necesario comprender que las familias de estos jvenes viven el da a da con la esperanza de encontrarlos con vida, pese a que las investigaciones correspondientes del caso concluyeron que stos fueron incinerados la misma madrugada en que fueron secuestrados por policas.Por qu los polticos y periodistas emiten recomendaciones o llamados a superarlos, mientras sus parientes ms cercanos insisten en exigir al gobierno en turno que aclare dnde estn detenidos? Acaso saben lo que implica hacer una solicitud de esa naturaleza? Puedo apostar a que no.En cuanto a los padres, imaginamos siquiera por qu se niegan a aceptar el destino que la verdad histrica de la PGR indica que tuvieron? Es la falta de certidumbre lo que los mantiene con la esperanza de hallarlos, algo que al parecer no comprendieron las autoridades estatales y federales, as como algunos titulares, colaboradores y analistas de los medios de comunicacin...Hace unos 15 aos me toc vivir una situacin particular con un hermano que desapareci de repente, l padece una enfermedad mental que afecta su entendimiento y que nubla su mente, a pesar de estar medicado; eso fue lo que en ocasiones lo llev a realizar acciones incomprensibles para la mayora, como el da en que decidi que no quera estar ms con nosotros y decidi irse sin msl sali mientras yo dorma, era de madrugada, por lo que cuando despert y me percat de ello, ya me llevaba por lo menos unas tres horas de ventaja. Y a pesar de que sal corriendo a buscarlo en las calles contiguas, as como en parques, camellones y avenidas principales, donde supuse que podra ubicarlo, no pude hallarlo.Fueron extensas jornadas en las que recorr a pie las aceras en busca del rostro conocido, horas en las que tomaba el transporte pblico para salvar las distancia ms largas mientras miraba incansablemente por las ventanas para ubicar a alguien que se le pareciera un poco Si eso ocurra entonces deba bajar para encontrarme con la persona que acababa de pasarEn ese tiempo haca mucho calor, pensaba que quiz no la estaba pasando tan mal si es que se quedaba en algn parque o camelln a descansar, entonces crea que era una suerte que no estuviramos en poca de lluvia, posteriormente consider inconveniente que descansara sobre el pasto de noche porque las ratas podran morderlo, si es que los insectos no hacan antes lo propioLuego recordaba que sin su medicamento no poda dormir y que quiz podra estar a salvo si paraba de da su caminata para echarse un rato bajo la sombra de algn rbol. Entonces me asaltaba el miedo porque saba que si pasaban ms das sin que tomara sus medicinas podra perder la conciencia poco a poco, hasta llegar el momento en que quiz olvidara su nombre o simplemente no recordar quin era.Desde el momento en que not que no estaba la angustia se apoder de m, cada minuto del da me acompa una sensacin de prdida que me haca sentir incompleta al principio y vaca despus, experiment con frecuencia un agudo dolor en el pecho y una infinita tristeza que no pareca tener fin.Los primeros das llor mucho su ausencia, me culp por no haber puesto suficiente empeo en su cuidado, por no haber tomado las medidas necesarias para que aquello no ocurriera, incluso por no haberme despertado cuando l sali del departamento, pero nada de eso lo trajo de vuelta, incluso not que de tanto llorar se me haban secado los ojos, inexplicablemente se acabaron las lgrimas, aunque el dolor nunca ces.Fue frustrante acudir a la Procuradura de Justicia del DF antes de que se cumplieran las 24 horas de la desaparicin porque el agente que nos atendi advirti que no ingresara los datos antes de que se cumplieran al menos 72 horas, y que quedara bajo el estatus de ausente. Fue necesario insistir para que lo hiciera, explicarle la condicin de enfermo mental para que reconsiderara ayudarnos con el llenado de la media filiacin que requeramos para imprimir las copias que habamos planeado distribuir primero en las delegaciones que colindaban con la nuestra.As las cosas mis hermanas y yo nos dimos a la tarea de pegar las hojas con su fotografa en sedes del Ministerio Pblico, hospitales, clnicas, terminales de autobuses, postes, telfonos pblicos, locales comerciales, plazas, paradas de camiones, puentes, unidades de transporte pblico, pizarrones del Metro, patrullas, etc, Preguntamos a miles de personas si lo haban visto pasar, tenamos la esperanza de que alguien hubiera reparado en l por su condicin. Mientras se acumulaban las horas bamos pensando en la ruta que seguiramos al da siguiente, y as cada vez. Recuerdo que lo que me pona en pie cada maana era la luz del da, lamentaba que oscureciera porque saba que a partir de ese momento deba volver a casa, lo mejor en mi situacin era no exponerme a la inseguridad pblica, ya que si no me cuidaba, despus no habra quin continuara con la bsqueda.Mil ideas rondaban mi cabeza mientras recorramos hospitales en busca de heridos y ministerios pblicos en busca de detenidos, cuyas caractersticas fsicas se asemejaran a las de mi hermano. En cualquiera de los casos nos topbamos con la indiferencia de la gente, con su falta de consideracin hacia lo que sentamos en ese momento. No falt quien me dijera que no lo buscara ms porque al fin l era una carga para mi familia y yo poda simplemente olvidarme de que exista, ya que el destino que tuviera sera una consecuencia bien merecida por escabullirse.Ese tipo de comentarios me hicieron dar cuenta que a nadie sino a mi familia y a m nos importaba encontrar a mi hermano para llevarlo de vuelta al hogar, a nadie ms en esta gran ciudad, donde su bsqueda era comparable a localizar la aguja en un pajar, no pareca ser algo que afectara a los dems, pese a que siempre se tomaban el tiempo para importunarnos con preguntas propias de un sacia morbos. Cuestionaban sobre su enfermedad y sobre su conducta para terminar diciendo que debamos pasar de l si no queramos enfermar en el intento de encontrarlo o peor an, perder nuestro valioso tiempo buscando algo que jams recuperaramos.Siendo millones los que habitamos la capital a muchos les daba lo mismo uno ms o uno menos y as nos los hicieron saber, as que estuvimos expuestos no slo a las palabras necias de aquellos indiferentes sino a la incansable necedad de empleados de Locatel que nos importunaban constantemente para preguntarnos si ya lo habamos encontrado o si ya haba aparecido herido en un nosocomio o muerto en el SemefoEstaba tan harta de ver que haba sido un error acudir a las autoridades correspondientes en busca de apoyo para la bsqueda, que apenas pude percatarme que el algn momento pase a ser sospechosa de la desaparicin de mi hermanoEso ocurri cuando el agente judicial encargado del caso se hizo presente siete das despus para indagar sobre nuestra relacin familiar, sobre su tratamiento farmacolgico y atencin mdica, sobre la carga que significaba tenerlo, y la liberacin que implicaba que no estuviera ms.Luego de revisar cada rincn del lugar que habitbamos, sugiri que poda haber sido vctima de un crimen, entonces pregunt si habamos revisado los tinacos y ante mi negativa, se dio a la tarea de indagar con los vecinos si podra hacerlo personalmente, slo para descartar que permaneciera oculto en algn lugar de la casa As que entonces yo tena un motivo ms para que apareciera con bienTras una semana de intensa bsqueda planeaba salir a pegar carteles en otras demarcaciones cuando nos percatamos de que muchos de las fotocopias que habamos pegado previamente ya haban sido retiradas, as que era momento de hacerlo nuevamente, y as hasta que aparecieraCon frecuencia los dueos de los negocios que me permitan pegar mis hojas me preguntaban si crea que alguien que lo hubiera visto recordara sus facciones al ver el rostro con la media filiacin, pero yo no les contestaba nada, siempre un nudo en la garganta me impeda contestar.La verdad es que en el fondo saba que pocos reparaban en ese tipo de carteles, en realidad tena la esperanza de que mi hermano los viera en algn momento, que se reconociera en la fotografa y que cuando eso sucediera l tuviera la lucidez necesaria para pedir ayuda a alguien, para llamar a Locatel o a alguno de los telfonos que habamos incluido, o en el mejor de los casos tomar uno de esos papeles y preguntar cmo llegar a la colonia, yo saba que estando ah recordara como llegar.No olvido que me incomodaba ver como el resto de la gente segua con su rutina habitual, sin penas, sin preocupaciones, sin mayores conflictos que el de llevar a sus hijos a la escuela, ir a trabajar, hacer las compras o preparar la comida del da, el mundo segua girando a pesar de nuestra tragedia.Hubo momentos en que deseaba poder volver el tiempo atrs para no estar viviendo ese da, para no estar sufriendo lo que sufra en esos momentos, me enojaba ver al resto de la gente celebrando una fecha en particular, disfrutando de un paseo, en fin, todo aquello que yo jams podra volver a hacer si no era capaz de localizar a mi hermano antes de que fuera demasiado tarde.Haban pasado nueve interminables das en los que ca en cuenta que haba perdido peso e inters por otra cosa que no fuera traerlo de regreso a casa. Al principio apenas prob bocado, el hambre pareca haberse esfumado de pronto, lo que me mantena en pie era la adrenalina que me provocaba la angustia de no saber si estaba bien, si estaba cansado, si haba comido o bebido algo, si haba encontrado un lugar para dormir cada noche. Estaba demacrada, apenas haba descansado por las noches, cuando me acostaba me senta mal de dormir en una cama mientras no saba dnde se quedara l.Luego empec a comer para no debilitarme y conservar la energa que requera para continuar caminando, pero me alimentaba en forma tal que no era capaz de percibir el olor, el calor, el sabor o el color de los alimentos porque si reparaba en ello corra el riesgo de sentir nauseas solo de pensar que poda disfrutar de la comida mientras mi hermano no tena que llevarse a la boca.Al no poder conciliar el sueo, acept que algunos conocidos me llevaran a realizar algunos recorridos en auto sobre las avenidas donde los indigentes solan pernoctar, para horas ms tarde planear visitas a albergues donde las personas en situacin de calle acuden cada jornada en busca de una racin de alimento, una cama y una ducha.As fue como conoc algunas de las granjas en el barrio de Tepito, donde alcohlicos y adictos a las drogas son obligados a vender algunos artculos para colaborar con la manutencin de los centros que les dan cobijo.Finalmente, llegu al Semefo el da en que comprend que tarde o temprano tendra que aceptar que mi hermano hubiera estado expuesto a un accidente vial, a una muerte por inanicin o deshidratacin, o por ser vctima de la delincuencia, as que me prepar para lo peor, mirar las fotografas de los cuerpos encontrados por toda la ciudad a partir del momento de su ausencia. Fue una de las experiencias ms duras de mi vida porque me advirtieron que de encontrar semejanza con algunos de los restos incluidos en alguna de las carpetas, tendra que pasar a reconocer el cuerpo, de lo contrario sera depositado en la fosa comnTuve suerte porque la mayora de las vctimas eran mujeres, as que mi bsqueda se redujo a unos cuantos hombres de su edad, haba muchos adolescentes, l era un adulto joven entonces, as que fui a casa con la esperanza de que estuviera vivo.A los nueve das renov mi fe en que no se hubiera ido porque si bien la incertidumbre de no saber cmo o dnde estaba me agobiaba, tena la certeza de que mientras no hubiera un cuerpo en el Servicio Mdico Forense l segua con vida.En mi incomprensible soberbia rogu a Dios que me permitiera encontrarlo antes de que alguien o algo le hiciera dao, antes de que enfermara o muriera de hambre y sed, antes de que perdiera por completo la razn Pero el creador decidi hacer que volviera a casa por su propio pie, sano y salvo, con la piel quemada por haber estado expuesto al sol durante los nueve das, cansado por tanto caminar, lleg descalzo, pero sin un rasguo, haba encontrado la forma de sobrevivir en la calle, no haba visto ninguno de los carteles que habamos distribuido con tanto esfuerzo en las colonias vecinas, ni siquiera se haba acercado a los lugares donde estaban visibles para todos, pero volvi y con l mi vida entera, mi tranquilidad, mi seguridad y mi certeza.Apenas nueve das dur la tortura de perder a mi hermano, una experiencia que no le deseo a nadie porque vivir la ausencia de un ser amado es vivir una muerte lenta, una cuyo dolor te sangra el corazn un poco cada da hasta dejarte vaco para sentir algo que no sea frustracin, tristeza, abandono, indiferencia y dolor, dolor y ms dolor...Perder a 43 adolescentes y jvenes es una tragedia nacional en cuanto a que fueron desaparecidos por una autoridad, primero secuestrados, luego torturados y probablemente asesinados con saa, sin que se haya dictado sentencia a los presuntos implicados y sin que haya evidencia de los restos o pertenencias que puedan darle a los deudos la certeza de que deben dejar de buscarlos con vida, que pueden dignamente ofrecerles un lugar para que descansen en pazY para los padres es la incertidumbre de no saber, la esperanza de volver a verlos, abrazarlos, acariciarlos, procurarlos mientras no haya un cuerpo sin vida que demuestre que ya no estn entre nosotros.Es de todos conocido, que no hay una verdad creble o evidencia tangible que les hagan conocer cmo fueron los ltimos momentos de vida de sus hijos, hermanos, nietos, esposos, amigosEl Estado no ha procurado apoyo psicolgico para que las familias que buscan a las vctimas puedan asumir el duelo correspondiente, no ha habido apoyo emocional para que se sientan arropados por alguna autoridad que les garantice que habr justicia para todos, tampoco apoyo econmico para compensar las irreparables prdidas, cmo entonces pretenden que superen el 26 de septiembre del 2014?Siempre voy a lamentar que 43 estudiantes de mi pas hayan sido vctimas de desaparicin forzada porque incomodaron a una pareja cuando protestaban en una de las entidades donde la polica y las autoridades estatales estn al servicio del crimen organizado y no voy a aceptar la verdad histrica del gobierno de Pea Nieto como vlida mientras no se conozca lo que en realidad pas con los chicos, mientras no sean entregados los restos, mientras los deudos no sean compensados moral y econmicamente y mientras los culpables no paguen por este crimen de lesa humanidad.La causa de los padres de los normalistas es mi causa en tanto que alguna vez supe lo que era separarme involuntariamente de un ser querido, por eso deseo que no cese la exigencia de justicia, por quienes siguen ausentes, por ellos y para ellos, por sus familias para que Dios les gue y les d la fortaleza necesaria para continuar, y en su momento, los conforte en su irreparable prdida