peron, juan domingo. conducción política cap iv al vi

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  • 8/14/2019 PERON, Juan Domingo. Conduccin Poltica Cap IV al VI

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    Juan Domingo Pern

    ConDuCCinPoltiCa

    (Captulos IV, V y VI)

    InstItuto naCIonal JuandomIngo pernde estudIose InVestIgaCIones HIstrICas, soCIalesy poltICas

    Buenos aIres2006

    Cuando uno conduce con verdadera pasin,lealtad y sinceridad, es mucho ms difcil

    el puesto del que dirige que el puesto delque ejecuta y es por eso que debemos formar

    y preparar a nuestros hombres

    Juan Domingo Pern

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    Diseo, composicin y armado:Caligrax Servicios Grcos Integrales S. H.Av. Pueyrredn 1440, 2 - C1118AAR Buenos AiresTeleax: [email protected] - www.caligrax.com.ar

    Impresin:Talleres Grcos DEL S. R. L.E. Fernndez 271/75 - PieyroTeleax: 4222-2121

    Marzo de 2006

    Captulo IVorganizaCinDelaConDuCCin

    Alejandro y la oligarquaDespus de haber escuchado la clase de la seora, tan interesante, espe-

    cialmente en lo tocante a la oligarqua que ella trat, pensaba yo que es,hasta cierto punto, tentadora la oligarqua.

    Deca ella que Alejandro el Grande, que sin duda ue un rey descamisado,que al salir de Macedonia regal todos sus bienes conservando para l slo laesperanza, tambin cay en manos del sentido y del sentimiento oligrquico.

    Cuando se apoder de Persia y entr al palacio de Daro, y vio su trono deoro, se dio vuelta y dijo a los generales que lo acompaaban: Esto s que sellama ser rey.

    Claro que l siempre haba sido un rey descamisado.Tambin dijo la seora que Alejandro, despus de estar entre los persas, se

    asimil a ellos y cay en manos de la oligarqua otra vez.Le pas lo que dice la seora que no nos tiene que suceder a nosotros. Los

    conductores han cado mucho en eso.Yo voy a seguir tratando de los otros conductores, de los que no se asimi-

    laron a la oligarqua.

    Los organismos de la conduccinHabamos visto ya los elementos de la conduccin, las caractersticas moder-

    nas de la conduccin, la doctrina, la teora, las ormas de ejecucin y el mtodode la conduccin. Hoy voy a hablar sobre los organismos de la conduccin.

    Antes de estudiar la conduccin conviene reerirse, siquiera sinttica-mente, a todos los rganos componentes de la conduccin.

    Por eso, cuando hablamos de los elementos de la conduccin comovalores intrnsecos de la conduccin misma, nos reerimos a los conduc-tores, a los cuadros y a la masa en sus caractersticas originales. Cuandohablamos de las carac tersticas de la conduccin moderna, la situamos enel tiempo y en el espacio.

    Cuando nos reerimos a la conduccin, a la doctrina y a las ormas deejecucin, nos reerimos a los elementos de unidad de la conduccin.

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    Cuando hablamos del mtodo de la conduccin, establecemos las dis-tintas particularidades acerca de cmo ha de considerarse, desenvolverse ytratarse la conduccin en s.

    Desarrollo orgnico y control de la conduccinHoy vamos a conversar sobre los rganos constitutivos de la conduccin. Va-

    le decir, el conductor, los auxiliares de la conduccin, la transmisin, la ejecuciny el control de la conduccin.

    La conduccin en s necesita tener un desarrollo permanentemente orgni-co. Es uno de los problemas bsicos de la conduccin, porque es, sin duda, unaactividad dicil, no slo en la concepcin, en la planicacin y en la ejecucin,sino tambin en el control.

    No se concibe una conduccin sin un control. Vale decir, que no es sucienteque yo d una disposicin, que ha de cumplirse, si no compruebo personalmen-te que se cumple, porque los hombres son siempre rebeldes al cumplimiento,unos por inercia, otros por apata y otros por mala intencin.

    De manera que no es suciente decirle al hombre lo que hay que hacer, sinoque es necesario comprobar si lo hace.

    Esa es la experiencia ms clsica en toda clase de conducciones.

    Una actividad centralizadaPor eso, al analizar cada uno de estos elementos constitutivos diremos,

    en lo que se reere al hecho de conducir, que es necesario escalonar clara-mente cul es el aspecto en que acta cada una de las conducciones. Por esodebemos establecer, como punto de partida, que la conduccin moderna entodos los campos, tanto en lo econmico, como en lo poltico, en lo social oen lo militar, se caracteriza por ser una actividad centralizada.

    Es decir, hoy no se concibe una conduccin como en la Edad Media,

    donde se diriga a larga distancia o con gran espacio de tiempo, mediantelargas directivas.

    Hoy existen los medios de comunicacin necesariosPor qu? Porque no existan los medios de comunicacin necesarios. Para

    ir de un pueblo a otro tardaban lo que se tarda hoy en ir en avin de Amricadel Sur a Europa. Es decir, los medios han hecho evolucionar la orma de laconduccin. Y lo que digo para estas comunicaciones intercontinentales, lo di-go tambin para las comunicaciones y transmisiones dentro de un territorio.

    Hoy para que todo el pas quede impregnado de una noticia, de una di-rectiva o de una orden, es suciente que yo tome la radio en cadena general,diga una cosa, y diez minutos despus todo el pas est envuelto en la ola deesa noticia o de esa disposicin.

    Acciones estratgicas y tcticasLgicamente, con esto ha ido evolucionando tambin la conduccin. An-

    tes era ms necesario conar en rganos intermediarios. Hoy es posible rea-lizar la conduccin directa en ciertos rdenes de accin.

    Esto sirve para la conduccin general, o sea, lo que desde hoy en adelantellamaremos la conduccin estratgica, porque en la poltica hay tambin unaaccin estratgica y hay acciones tcticas, porque la poltica es una lucha, ydonde hay una lucha, hay una lucha general y hay luchas particularizadas.

    La lucha general es la estratgica y la lucha particularizada es la lucha tctica.

    Denicin de estrategia y tctica en polticaQu hace la estrategia en la poltica? Prepara las mejores condiciones

    generales para obtener el xito tctico en las acciones parciales.Eso tomaremos en adelante, para entendernos, como deinicin de lo

    que es la estrategia poltica. Estrategia poltica es la serie de medidas yacciones que la conduccin general establece dentro del marco total, parapreparar las mejores condiciones de la lucha tc tica en los lugares dondeella se realiza.

    Y la lucha tctica, o sea la tctica poltica, es la accin puesta en movi-miento en los sectores de accin poltica para vencer en la lucha dirigidacontra los adversarios.

    Es decir, en otras palabras, que quien hace la conduccin general, el con-ductor, tiene por misin actuar en el campo poltico en orma tal que posibi-

    lite las mejores condiciones de lucha, en cada lugar que ella se realice.

    Estbamos acostumbrados a conar slo en la lucha tcticaPor qu, seores, debe dividirse este campo? Por qu razn no se hace

    solamente la lucha estratgica y no la tctica? Por qu razn no se hacesolamente la tctica y no la estratgica? Nosotros estamos acostumbrados,en nuestra poltica, a conar demasiado en la lucha tctica.

    Hasta ahora se ha hecho muy poco en el orden de la lucha estratgica.Se conaba en la accin de los caudillos parciales.

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    El gobierno cometa un sinnmero de errores en el orden poltico, empe-zando por hacer demagogia en vez de obra de gobierno; haca poltica desdeel gobierno, en lugar de realizar obra en el campo de las satisacciones popu-lares, que son la base del predicamento general en poltica, y que los caudilloslocales estaban obligados, despus, a destruir de una u otra manera.

    Qu ayuda tenan los colaboradores locales de la accin poltica general?Ninguna, por parte del gobierno o del que gobernaba y conduca la polticaen el campo estratgico.

    Otras veces se eecta slo la accin estratgicaEn otros casos se eecta una accin estratgica en la direccin de la po-

    ltica, pero no siempre acompaada con la accin tctica, porque, ecaz enuna orma general, la conduccin estratgica afoja los resortes parciales. En-tonces, all donde no hay enemigos, los hombres se ponen a luchar entre ellosen vez de ormar un rente para realizar la lucha.

    El ideal: la mejor estrategia con una hbil accin tcticaEl ideal, en este tipo de conduccin, ha de ser tratar de ejercitar la mejor

    conduccin estratgica, que ha de ser cumplida con una hbil y combativaaccin tctica en los campos particulares.

    Pregunto yo: por qu deben ser las dos y no una sola?Primero, porque en la prctica hay inconvenientes y actores desavorables

    cuando se realiza unilateralmente la conduccin; y segundo, por una razn deser de la conduccin misma: debe haber una conduccin estratgica, porque esla que ja los grandes objetivos que deben ser bien y hbilmente elegidos.

    Ejemplo de la estrategia peronista: las tres banderasPor ejemplo, en nuestra conduccin poltica estratgica, cules son los

    objetivos que nosotros hemos elegido como gran orientacin de nuestroMovimiento? Cules son las banderas que hemos puesto al rente? La Justi-cia Social, la Independencia Econmica y la Soberana Poltica.

    Por qu razn han sido bien elegidos esos tres objetivos? Porque nuestrosadversarios, si quieren actuar, tendrn que tomar los mismos objetivos nuestros.Nadie puede ir ya en este Pueblo contra la Justicia Social, contra la Independen-cia Econmica o contra la Soberana. Y si van, peor para ellos.

    De manera que, elegidos hbilmente los grandes objetivos estratgicos, laaccin de la lucha en cada lugar est habilitada enormemente para los que

    la realizan. Por qu? Porque tienen tres banderas irreemplazables, contra lascuales ni los adversarios pueden luchar.

    Las acciones son complementariasEsto lo doy slo a ttulo de ejemplo de cmo ha de complementarse una

    accin con la otra. Por qu dicen algunos no dir ijo yo toda la poltica delpas? No puede ser, por una simple razn: cmo podra yo manejar, gober-nar o conducir la poltica en la provincia de La Rioja, estando yo en BuenosAires, si all hay una lucha local encauzada en un medio que desconozco, enuna situacin que vara diariamente y que yo tambin desconozco?

    Yo necesito que esa lucha local la dirija alguien con conocimiento perec-to del lugar, costumbres, accin y situacin diariamente variables.

    Esa es la conduccin tctica; y as como yo no puedo permitir que se querealiza la accin tctica me venga a intererir, o a dar las directivas de culser la conduccin estratgica que yo llevo en el pas, tampoco me puedometer a enmendarle la plana al que sabe y conoce la situacin local.

    Gobierno de conjuntoYo mando en conjunto, pero no en detalle. Mando en conjunto creando

    las mejores condiciones para que en La Rioja est en buenas condiciones ypueda empear su lucha tctica y triunar.

    De manera que en el orden de la organizacin de las acciones, dentro delas caractersticas naturales y especiales que cada situacin estratgica o tc-tica plantea a los conductores, cada uno debe actuar en su puesto, ayudandosin intererir, porque toda intererencia es inoportuna y perjudicial.

    Intererencias en la conduccinObserven ustedes que todos los confictos que se nos plantean en la conduc-

    cin poltica, dentro del Movimiento, son motivados por esas intererencias.As llega el desacuerdo, el que est arriba interviene, observa, dice: Yo

    estoy con ste. Y as se produce la divisin en el par tido.

    Solucin de los confictos: La unidadYo, que conduzco desde aqu, no estoy con nadie, estoy con todos! Por

    esa razn no puedo estar con ningn bando ni ningn partido.Cuando se hacen dos bandos peronistas, yo hago el Padre Eterno: los

    tengo que arreglar a los dos.

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    Yo no puedo meterme a avor de uno o del otro, aunque alguien tengala razn.

    A m solamente me interesa que no se dividan.No puedo darle la razn a ninguno de los dos, aunque vea que, evidente-

    mente, alguno de los dos la tiene.Eso sera embanderarme, y si yo me embandero, el arreglo se hace ms

    dicultoso.Ms bien los llamo, converso con ellos, y les digo: Djense de cuestiones;

    qu van a seguir discutiendo!; pnganse de acuerdo y arreglen el conficto.Y cuando nos arreglamos y nos ponemos de acuerdo, no hay problemas en-tre nosotros que no se puedan solucionar.

    El conductor superior no puede embanderarsePor eso, en mi uncin de conductor superior, si me embanderase pasara

    a meterme en la conduccin tctica del lugar, donde no es mi esera de accin.Perjudicara los intereses locales, abandonara el problema, intervendra en loque no es objeto de mi conduccin, y al abstraerme en ese programa, abando-nara la conduccin de conjunto y estara mal conducido lo estratgico y malconducido lo tctico. Y sa no es la uncin del que conduce desde arriba.

    El sentido comn divide la conduccin tctica de la estratgicaPor esa razn he hecho esta disertacin, para explicar dnde est la lnea

    divisoria entre la conduccin tctica y la conduccin estratgica.No hay una lnea divisoria; hay un sentido comn que dice hasta dnde

    llega uno en su actividad y una prudencia que anuncia dnde debe dete-nerse antes de invadir la jurisdiccin de los dems, pero sobre todo eso, hayun espritu de amistad, de correligionario, de partidario, de doctrina, quele dice a uno que cualquiera sea la esera de accin donde acte, si lo hace

    con buena voluntad y para ayudar, est bien; y si lo hace con mala e, conmala voluntad, para entorpecer o para producir riccin, est uera de suaccin y de su misin.

    Con buena e y con buena voluntad, en todas partes; con mala e y malavoluntad, en ninguna parte resultar ecaz.

    Conduccin superior y relaciones con los conductores tcticosPor esa razn, al establecer estos elementos de la conduccin, yo quiero

    ser sucientemente explcito para que dejemos ya, dentro de nuestro movi-

    miento, esas ideas perectamente jadas: cada uno en su casa y Dios en la detodos, como reza el proverbio.

    En este caso, con disculpa de lo que digo, el que conduce lo estratgicoes el que est en todas partes, pero de una manera general, y el que conducelo tctico es el que est todo en su uncin y en su accin. No se mete en lacasa de al lado.

    Si acta dirigiendo la poltica en la Capital Federal, que no se meta en unpueblo de Buenos Aires. Si acta en un pueblo de Buenos Aires, que no semeta en la Capital. Si acta en La Rioja, que no se meta en Catamarca.

    Eso est uera de la uncin de ellos.Y est uera de la esera de ellos porque la conduccin general y las rela-

    ciones entre los distintos sectores de la conduccin corresponden a la con-duccin superior.

    El peronismo elimin los actores disociantesSi todos actuamos dentro de esta esera de accin que nos ja la propia

    uncin, nosotros no podremos intererir nunca, molestar o crear problemasinexistentes.

    Ya en nuestro pas se han producido. La intencin de ormar una liga degobernadores se produjo.

    En nuestro movimiento todos esos que han actuado con antigua con-cepcin, han producido actores disociantes y de molestias en la con-duccin.

    Hoy, aortunadamente, ya se ha delimitado perectamente bien. No seha terminado con las intererencias, pero, sin embargo, lo vamos realizandoorgnicamente bien.

    Cada provincia, con su gobierno y su representante del Partido Peronistaen el Consejo Superior, con sus autoridades partidarias dentro de cada una

    de ellas, con amable comprensin y conduccin parcial, va desenvolvindoseperectamente bien.

    Solucin amigable de los pequeos confictosCuando hay alguna pequea cosa, nos reunimos, hablamos, nos ponemos

    de acuerdo. Sobre todo, viviendo la verdad y no teniendo reservas mentales,no hay problemas, para nosotros, que no podamos arreglar.

    Cuando se produce algn pequeo roce, yo pongo especial atencin y enseguida llamo a las partes y les digo: A ver, qu pasa? Vamos a estudiar.

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    Estudiamos y arreglarnos el roce y restaamos lo que pueda haber. Nodejo proundizar. Hay que estar atento cuando se produce la rasgadura, paraque despus no se haga la gr ieta. Cuando se produce la rasgadura voy y pon-go un poco de mezcla, ratacho, y listo.

    La conduccin militarEn otras palabras, la conduccin no es el mando.Por eso los generales no sirven para esto, porque los generales estn acos-

    tumbrados a mandar. Son unos hombres que a los quince aos son puestosal rente de una unidad o empiezan a educarse en la disciplina. Cuando tie-nen dieciocho aos recin empiezan a mandar; y entonces para ellos todo esmando. Luego, cuando llegan a general les ponen tres o cuatro mil hombresa sus rdenes, les dan su grado, el cdigo de justicia militar y el mando. Nadiedice que no. Cmo va a decir que no!

    Conduccin poltica y conduccin militarEn la poltica el asunto es otra cosa. Primero, que nadie le da los tres mil

    hombres; se los tiene que ganar el conductor. El grado no lo t iene, ni tampo-co el cdigo, y si manda una cosa sin sentido no le obedece nadie.

    Esa es una conduccin muy distinta. Aqu hay que arreglrselas para que lagente haga caso y, sobre todo, tener cuidado de no ordenar nunca nada que no sepueda hacer, porque si eso se hace una vez, abre la puerta para que por ah pasentodos los dems que no quieren hacer lo que deben o lo que conviene hacer.

    Es decir, hay que procurar que no desobedezcan por primera vez. Cuandose trata de un asunto escabroso, mejor es maniobrar bien para que no tenganada que decir nadie.

    Desde que estoy en el gobierno nunca he tenido que decir: Hay que ha-cer tal cosa, siempre me las arreglo para que me vengan a decir los dems lo

    que yo quiero que se haga.Y sobre todo, en esta clase de conduccin superior es conveniente estar

    acorazado con la condescendencia y sobre todo con la transigencia.

    Transigencia y toleranciaLa poltica, a pesar de que en ella hay algunos intransigentes, es un juego de

    transigencia. Se debe ser intransigente slo en los grandes principios. Hay queser transigente, comprensivo y conormarse con que se haga el cincuenta porciento de lo que uno quiere, dejando el otro cincuenta por ciento a los dems.

    Pero hay que tener la inteligencia necesaria para que el cincuenta porciento de uno sea el ms importante.

    En esta conduccin, nada r gida, todo dctil, nada imponente, todo sen-cillo, hay que ser tolerante hasta con la intolerancia.

    El concepto de la energa en el gobiernoNaturalmente que hay que tener tambin el concepto de la energa cuan-

    do la energa est justicada.Un gobierno dbil termina con su prestigio, pero no hay que ejercer la

    energa inoportunamente. Un acto de energa realizado en una oportunidad,por impulso, por pasin, por odio o por cualesquiera de esos malos conseje-ros, lleva al desprestigio.

    Cuando uno toma una medida enrgica, ha de pensarlo muy ramenteque no sean las pasiones las que se lo aconsejen, sino el raciocinio. Que searamente meditada; que sea apreciada en todas sus consecuencias y muyconsultada antes de tomarla.

    Consultar hasta a los propios interesados, que cuando uno los sabe consultar,ellos aconsejan lo que uno quiere, porque es lo justo. Entonces se toma la medidaenrgica y no se afoja aunque vengan degollando como dijo Martn Fierro. Selleva adelante y se cumple. De lo contrario, no se deba haberla tomado.

    Las rdenes deben meditarse proundamenteLa conduccin poltica es dicil, porque es cuestin de tacto, ductilidad y

    aplicacin consciente de las medidas de la conduccin.Si un general da una orden mal dada, lo ms que le puede pasar es arre-

    pentirse y dar una contraorden. En poltica, una vez que se toma una medidamala, ya no tiene arreglo. Dirn que es un torpe, un sinvergenza, y eso nadiese lo sacar ms de encima, porque no tiene el cdigo ni un montn de cosas

    con que cuentan los militares.De manera que esta conduccin ha de meditarse muy proundamente,

    porque la disciplina con que se acta en poltica es muy distinta de la militar.

    Disciplina poltica y disciplina militarEs una disciplina consciente, como lo es tambin la militar, pero sin rigi-

    dez; porque el militar est all en un servicio: si es soldado, obligatorio, y ses jee u ocial, en su proesin, de la cual l ha hecho e para cumplirla y ha

    jurado realizarla con honor, disciplina y dignidad.

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    De manera que cuando recibe una orden, buena o mala, est obligado acumplirla, porque est en su servicio, en su obligacin; pero al poltico si le danuna orden que no le gusta, manda al diablo al conductor y no la cumple.

    Es decir, que hay un grado y una orma totalmente distintos de disciplina.Es una disciplina de corazn, basada en la comprensin y en la persuasin,no en las rdenes ni en las obligaciones.

    El conocimiento de los hombresLos hombres que actan en poltica deben ser siempre manejados con

    persuasin.Nadie puede actuar si no va convencido de que lo que va a hacer es bueno,

    lo comparte y lo quiere realizar.Indudablemente que en esta clase de conduccin hay que tener una gran

    intuicin para conocer a los hombres. En poltica, a los hombres hay que ayu-darlos a ir adelante, cuando lo merecen. El que no tiene condiciones y puedeser peligroso para el propio movimiento, a se hay que anularlo!

    En poltica no se puede herir. Nunca hay que largar a uno con una patarota, porque hay qu ver el mal que hace! En poltica no se hiere, se mata ono se hace nada. Esas son imposiciones del medio en que uno acta en esaclase de conduccin.

    Educacin de los elementos undamentalesIndudablemente que realizada la conduccin dentro de las eseras de ac-

    cin a que me he reerido, en lo grande y en lo particular, o en lo estratgicoy en lo tctico, dentro de ormas perectamente orgnicas, cumpliendo cadauno su uncin, conscientemente, en la realizacin de esa conduccin, puedellegar a adquirir un alto grado de perectibilidad.

    Para lograr esta perectibilidad, infuye, ms que nada, la educacin de los

    tres elementos undamentales de la conduccin: el conductor superior, y loscuadros auxiliares de la conduccin y la masa.

    Educar al soberanoClaro que ese ideal no se alcanza en dos, ni en cinco, ni en veinte aos;

    son necesarios cincuenta aos de trabajo para educar al soberano, comodecan antes.

    Cuando nosotros decimos que hay que educar al ciudadano, nos pone-mos a educarlo. Antes, de acuerdo con las ormas de la conduccin poltica,

    les convena ms bien que el soberano no estuviera muy educado, que notuviese mucha conciencia de sus derechos y de sus prerrogativas.

    En 1945 no tenamos uerzas organizadasSeores, yo me extend un poco en esto porque quera dar una idea

    general sobre los dos grandes aspectos de la conduccin. Por ejemplo,para particularizar y terminar este tema debo decirles que cuando tomla direccin de la conduccin, recin tuvimos nosotros algunas uerzasorgnicas.

    En 1945, cuando se prepar la eleccin del 24 de ebrero, me vinieron adecir que no tenamos uerzas organizadas, que cmo bamos a hacer noso-tros rente a esos partidos que haca tantos aos que estaban organizados,que gastaban mucho en su propaganda, que tenan todos sus comits insta-lados, que gastaban millones en movilizar a sus hombres, y que nosotros notenamos ni partido, ni comit, ni dinero, ni propaganda, sino la que hacanlos descamisados con carbn en la calle.

    La eleccin es un acto cuantitativoPara m, la eleccin es un acto cuantitativo. Son votos que se meten den-

    tro de las urnas, los hombres que comparten mis ideas y las de todos los quepensamos as, necesitamos estar organizados? Lo que necesitamos es genteque vote, y para eso no es necesario organizar. Es cuestin de llamar a la gen-te para que vote. Y si nosotros hemos persuadido al Pueblo Argentino de quetenemos razn, para qu vamos a tener comits?

    Eectivamente, los hechos me dieron la razn en las elecciones, puescon lo poco que pudimos hacer nosotros orgnicamente se super todolo previsto.

    Que iba a conducir a una masa como la que tena el Peronismo,

    total y absolutamente inorgnica? Qu conduccin poltica poda-mos hacer?

    Para conducir hay que tener una masa organizada, hay que tener coman-dos organizados y hay que tener un comando superior, tambin organizado,que pueda actuar. Si no se cuenta con eso, es mejor callarse la boca y noconducir; hay que dejar que todo se conduzca solo, sobre todo en la eleccin,que es un acto cuantitativo.

    Los hechos me dieron la razn en estos problemas, a pesar de que notenamos nada.

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    Para gobernar es imprescindible la organizacinEl tiempo, que nos dijo que para ganar elecciones no se necesita organi-

    zacin, nos dijo, despus, que para gobernar es imposible hacerlo sin teneruna organizacin, porque el gobierno es un acto cualitativo.

    Ah se necesita seleccionar a los hombres.Y hemos pagado caro, en el peronismo, el no haber estado organizados y

    no haber seleccionado los hombres con que hemos actuado.

    En poltica, no hay nada que por s sea decisivoDe manera que, bien apreciada, sa debe ser una pauta que nos presenta

    la clase de conduccin y el valor de la conduccin en cada uno de los actospolticos en que actuamos nosotros, considerando como actos polticos elgobierno y la lucha comicial.

    En este sentido la conduccin tiene aspectos sumamente diversicados, amuchos de los cuales uno les asigna coecientes exagerados.

    Algunos giran alrededor de puntos jos y dicen: Vea, el que nosotrostengamos a tales hombres en el movimiento es decisivo para l.

    Otros dicen: Es decisivo que hagamos tal cosa en tal parte.En poltica no hay nada que por s sea decisivo.Lo decisivo es que aunemos todos los coecientes de accin eectiva y los

    conduzcamos bien.Eso es lo nico que la conduccin puede hacer dentro de la poltica:Los dems son resortes de otra naturaleza, administrativos o de gobierno,

    pero no de la poltica.

    Cada uno en su uncinY esto divide el otro sector en que acta la poltica: el gobierno por un

    lado y la poltica por otro. Ni los del gobierno haciendo la poltica ni los de

    la poltica haciendo el gobierno.Este es otro de los actores undamentales de la conduccin: no emba-

    rullar los tpicos, cada uno en su uncin. Y nada de cada uno uera de suuncin, ni en la del vecino.

    Por esa razn, al establecer nosotros las bases para la conduccin, debe-mos jar claramente esos cuatro aspectos.

    El que conduce la poltica acta en lo estratgico y en lo tctico. El quegobierna por un lado y el que conduce la poltica por otro.

    Creacin del Consejo Superior PeronistaPor eso, mientras he estado en el gobierno, no he querido tomar la di-

    reccin de la poltica y he creado el Consejo Superior Peronista, que esquien conduce.

    Nadie podr decir que estando yo en el gobierno he dicho: Quiero queulano de tal sea tal cosa.

    Slo el pueblo elige los candidatosNo! A m me vienen a preguntar y me lo preguntan todos los das:

    Quin es su candidato?Yo, invariablemente, contesto lo mismo: El que elija el pueblo. Ese es mi

    candidato.Flaco servicio hara si yo me pusiera a digitar quines han de ser los hom-

    bres que deben actuar en cada parte.Empezara por demostrar que altaba a la verdad, cuando deca que cada

    peronista lleva el bastn de mariscal en su mochila.Ser el pueblo quien lo elija y si tienen las condiciones morales necesarias

    para actuar en la uncin pblica.

    Eliminar los motivos de riccin en el movimientoYo puedo decir: Ese no debe ser, porque no tiene condiciones morales

    para serlo. Pero si el pueblo lo decide yo le dir al pueblo: Este hombre tienetales condiciones que no convienen. Pero si l no renuncia o el pueblo no lorenuncia, yo tampoco lo voy a renunciar.

    Mientras nosotros mantengamos bien dividido eso, no habr motivos dericcin dentro del movimiento peronista.

    Empujar con lealtad desde cada puestoLos que gobiernan, los que conducen la poltica, los que la conducen en el

    campo estratgico y los que la conducen en el campo tctico, deben empujardesde el puesto que les ha correspondido, y al que tienen derecho, y empujarlealmente y corriendo ligero, pero no hacindole zancadillas al que corre allado para hacerlo caer y ganar l.

    No; con ormas lcitas cada uno en su andarivel, como decimos los quehemos hecho atletismo, sin molestar a los costados.

    Si la conduccin se realiza en esta orma, todo se acilita, absoluta-mente todo.

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    El que conduce en grande vive en jauja, porque no tiene problemascon los hombres, ya que los problemas de las cosas se solucionan inme-diatamente.

    Siempre es lo mismo. El hombre lo complica todo.La naturaleza es maravillosa, si el hombre no la echa a perder, algunas veces.Todo esto que conorma una tcnica general para la conduccin, est ba-

    sado en no intererir en esos cuatro aspectos a que me he reerido.

    Hay que evitar intererenciasEsto lo debemos ijar proundamente en todo el movimiento pero-

    nista.Si ustedes echan una mirada al panorama, se darn cuenta de que todos

    los inconvenientes que tenemos surgen de eso.El que est arriba se mete en lo de abajo, o el de abajo se mete en lo de

    arriba o en lo de al lado; el que est en el gobierno se mete en la poltica, y elque est en la poltica se mete en el gobierno.

    Esta es una accin de conjunto que manejamos de acuerdo, respetandoen cada caso lo que hay que respetar.

    Si yo me metiese en la conduccin de detalles de cada provincia o territo-rio, cometera muchos desaguisados.

    Interdependencia de poltica y gobiernoNosotros hemos creado una organizacin que permite que la poltica est

    conducida de acuerdo con el gobierno, porque no podemos dividirlos enorma absoluta, ya que el gobierno es parte de esa poltica y la poltica esparte de ese gobierno; pero cada uno en lo suyo.

    Cada uno en su conduccin y todos de acuerdo.Claro est que es ms cil decirlo que hacerlo. Pero con la prctica y el

    respeto de esas grandes directivas, llegaremos a ejecutarlas mecnicamente,sin que nadie imagine siquiera que puede hacer lo que no debe.

    Si cada uno entra en esta accin, con la prdica de unos cuantos aospor ejemplo veinte, tendremos educada a la masa, a los dirigentes y a losconductores.

    Elemento primordial: el conductor y su doctrinaDe esta misma accin surge que el conductor es el elemento primordial,

    porque tiene una accin directa y otra indirecta en la conduccin.

    La accin directa es la que l realiza y la indirecta es la que sugiere, consu propio procedimiento, al resto de las conducciones locales, a las demsconducciones.

    Por otra parte, de esa conduccin superior es de donde sale la doctrina.La doctrina no puede salir de otra par te, y es la infuencia de esa doctrina

    la que va preparando los mtodos y sistemas de accin en la conduccintctica de toda la poltica.

    La responsabilidad de la conduccinEsa accin directa e indirecta del conductor, su ejemplo, sus virtudes, sus

    deectos, sus mtodos, sus sistemas, trascienden todos hasta el ltimo esca-ln de la masa.

    De tal palo, tal astilla.Como l sea, ser la masa.Sus virtudes las cosechar en los hechos y sus deectos los surir tambin

    en los propios hechos.Esto es sumamente importante.Por eso, uno debe tratar, aunque no sea nada, de serlo todo, si tiene la

    responsabilidad de la conduccin.

    La elevacin cultural de la masaIndudablemente que eso se acilita extraordinariamente con la diusin,

    el pereccionamiento y la elevacin del nivel cvico y cultural de la masa.Es ms comprensible, ms cil y todo se sistematiza mejor, cuando hay

    una alta comprensin y sta viene con la elevacin del nivel cultural.De ah que yo crea que el peronismo tiene una uncin esencial que rea-

    lizar dentro del Pueblo Argentino: ir elevando la cultura poltica, la culturacvica del pueblo.

    Sin eso estaremos siempre expuestos a que nos saquen la masa, engandola;pero si le enseamos a la masa a discernir por s, a apreciar por s, a comprenderpor s, entonces estamos seguros de que no la volvern a engaar nunca ms.

    Y no engaada, no podr irse con los que tienen la mala intencin, sinoque ir con los que tienen la buena intencin.

    Cada conductor crea su instrumentoEso ser a la vez el reaseguro del peronismo para que nunca estemos

    tentados de tener una mala intencin, para que seamos siempre instru-

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    mentos del pueblo y no lleguemos jams a hacer del pueblo un instrumen-to nuestro.

    Por esa razn, al hablar del conductor es necesario decir que orma susuerzas, las organiza, las instruye, las prepara y las conduce.

    De lo contrario, no es conductor.Cada conductor crea su instrumento como cualquiera que debe realizar

    un trabajo.Nadie lo puede hacer en su lugar, de manera que l tenga algo que

    agradecer.

    Con el sacricio de todos los dasSi no lo hace l personalmente, con sacricio de todos los das, con la

    prdica constante y permanente, con el e jemplo, si l no se empea con todassus uerzas y con toda su vida y la vida de un hombre es demasiado cortapara hacerlo todo no podr conducir bien.

    Por esa razn, creo y lo he sostenido siempre que el genio es trabajo.Nada puede realizarse por inspiracin de nada, sino por la prdica cons-

    tante y permanente, por la continuidad extraordinaria del esuerzo. Sola-mente as se podrn vencer las malas inclinaciones, a las cuales es siemprems propensa la gente, que a las buenas.

    Dosicacin de la prdica doctrinariaDe manera que todo eso est sobre los hombros de uno. Es necesario ir

    arbitrando los medios para realizarlo, pensando que a los pueblos no se lespuede dar eso por bolsas; hay tambin una dosicacin.

    No es suciente con que el pueblo engulla; es necesario que asimile, y hayque hacerlo de manera que el pueblo asimile.

    No hay que hacerlo en la medida de lo que uno puede decir o ensear, sino en

    la medida en que el pueblo aprende, dndole lo suciente para que asimile.No mucho; poco, pero bueno.Esta prdica de la doctrina, desarrollada paulatinamente, ha de ser con-

    venientemente dosicada.Nosotros podemos estar contentos con los resultados que hemos obteni-

    do con nuestra prdica. Hasta nuestros propios adversarios estn hablandoen peronista desde sus propias tribunas!

    Quiere decir que nuestra doctrina no slo ha entrado en los peronistas,sino tambin en los contrarios.

    Los conductores auxiliaresSi es importante la accin del conductor, no lo es menos la accin de los

    conductores auxiliares. Estos representan la multiplicacin del conductor.Si hombres de las mismas ideas y sentimientos, de la misma orientacin doc-

    trinaria, de la misma manera de ser, actan en orma directa, en contacto con lamasa, dando los mismos ejemplos, evidenciando las mismas virtudes, inculcan-do los mismos principios, se llega a inspirar a la masa con mucha ms rapidez.

    Por esa razn es elemental y undamental la ormacin de los hombresauxiliares de la conduccin.

    Era imposible ormar conductores en 1946Me dirn: por qu nosotros no comenzamos ya en el ao 1946 a or-

    mar esto?Dir a ustedes que pens sobre eso, y que me dije lo siguiente: Dios nos

    libre de los malos maestros, porque un mal alumno es un mal y un malmaestro son miles de males, por todos los alumnos que orma.

    Cuando el peronismo se orm no sabamos quin era quin. No nos co-nocamos, no ramos amigos, porque si hubiramos dicho que en aquellostiempos ramos amigos, hubiramos mentido.

    ramos hombres de una misma causa, que pensbamos alcanzar losmismos objetivos, pero que venamos de todas partes y de todas direc-ciones.

    Cmo podamos pensar que ya ramos amigos?Recin ahora comenzamos a hacernos amigos, cuando nos conocemos y

    sabemos cules son los puntos que calza cada uno.Las resoluciones, en su iniciacin, marcan las horas de los audaces. Me

    he dado cuenta de que cuando se produce una revolucin que a todos losque vienen a orecerse, diciendo: Yo soy bueno para esto, hay siempre que

    dejarlos e ir a buscar a los que no vienen a orecerse.Generalmente, sos convienen ms.Todos saben tanto como yo cuntos hombres hemos tenido que sacar de

    los que actuaron en los primeros tiempos, porque sus valores morales noestaban a la altura de sus ambiciones o de sus deseos.

    La Escuela Superior PeronistaLa Escuela Peronista pudo haber empezado a uncionar en 1946. Esto que

    hemos hecho ahora lo podamos hacer entonces, pero quines hubieran ve-

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    nido a la Escuela Peronista? Hubiramos podido seleccionar a los hombresque deban obtener por lo menos la iniciacin de esta marcha en la prepara-cin para la conduccin?

    Eso me hizo pensar muchas veces, y nunca me apur. Algunas veces sentala necesidad, pero preera que siguisemos desenvolvindonos ms o menoscomo bamos.

    Ahora que nos conocemos, ahora que entre nosotros mismos nos se-leccionamos de acuerdo con nuestros valores morales, ahora un hombresin condiciones morales que viniese a esta escuela, l solo se ira; no seencontrara cmodo.

    Y en el uturo, con los cuadros auxiliares de la conduccin haremoslo mismo.

    El hombre que no est a tono con las virtudes que deben tener los queconducen, a los que dirigen, no se sentir cmodo entre nosotros.

    Dirigentes con una prounda moralQuiz en ciertos aspectos tiene ms importancia el conductor auxiliar

    que el propio conductor, porque el auxiliar es el que est en contacto directocon la masa, y por buenas que sean las intenciones del que conduce de arriba,l no puede dar su ejemplo personal ni llegar con su palabra todos los das aquienes l debe ir ormando en la misma mstica y en la misma moral.

    Un partido poltico cuyos dirigentes no estn dotados de una pro-unda moral, que no estn persuadidos de que sta es una uncin de sa-criicio y no una ganga, que no est armado de la suiciente abnegacin,que no sea un hombre humilde y trabajador, que no se crea nunca msde lo que es ni menos de lo que debe ser en su uncin, ese partido estdestinado a morir, a corto o a largo plazo, tan pronto trascienda que loshombres que lo conducen y dirigen no tienen condiciones morales sui-

    cientes para hacerlo.

    La descomposicin comienza por la cabezaLos partidos polticos mueren as, porque ya he dicho muchas veces

    que los pescados y las instituciones se descomponen primero por lacabeza.

    El da en que nos descompusiramos nosotros, no tardara mucho endescomponerse todo el movimiento, disolverse y dispersarse.

    As mueren las instituciones.

    Por esa razn creo que es una responsabilidad la que adquirimos los quetomamos los puestos directivos.

    Siempre que veo una orquesta lo miro al que dir ige y pienso: Preeriraestar tocando all un instrumento y no ser el director que tiene que vigilar alos que tocan y debe tener una capacidad superior. Es ms cmodo tocar yhacer lo que le indican.

    En esto de la conduccin es lo mismo.Cuando uno conduce con verdadera pasin, lealtad y sinceridad, es mu-

    cho ms dicil el puesto del que dirige que el puesto del que ejecuta y es paraeso que debemos ormar y preparar nuestros hombres.

    Grandes directivas para la conduccin estratgicaSobre las ormas de la conduccin en el orden estratgico, en grande, se

    conduce por grandes directivas, con gran amplitud. Por qu? Porque debenser cumplidas por todos en distintos lugares, circunstancias y tiempos.

    No se pueden dar rdenes que resulten ciertas en una parte e inciertas enotra; que resulten buenas en una parte y malas en otra; dbiles en un lado yuertes en otro.

    Hay que dar directivas que permitan que los que tengan que ejecutarlasdispongan de un amplio campo para jugar dentro de todas las solucionesque se pueden presentar.

    Por eso se dan solamente directivas para la conduccin en grande, o sea,grandes lneas de accin con amplio rente para moverse dentro de esa accin.

    rdenes para la conduccin tcticaLa conduccin tctica se dir ige directamente por disposiciones. Por qu?

    Porque l est viendo la lucha all y puede decirle al otro: Haga tal cosa paratener la unidad y la centralizacin en la direccin de la lucha.

    Por eso cuando acta el Consejo Superior Peronista, no debe hacerlo porrdenes, sino por grandes directivas de conjunto; pero cuando acta el quedirige la lucha en una localidad, lo hace por disposiciones rgidas, que nodeben ser violadas por nadie. Es decir, por rdenes.

    La conduccin tctica es por rdenes; la estratgica por directivas.

    Inormacin de ida y vueltaDentro de la conduccin debe uncionar, en orma permanente, una in-

    ormacin de ida y vuelta. Esto quiere decir que uno debe dar inormacin a

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    los que ejecutan, para dar conciencia de accin, es decir, que nadie debe ac-tuar en poltica sin saber que est haciendo algo y qu est haciendo, ademsde llevar la persuasin de que debe hacerlo.

    En una orden militar se dice: Haga tal cosa y se termin. En poltica nose puede hacer. El que lo hace se equivoca. Se debe llamar al hombre y decir-le: La situacin es sta. Nosotros tenemos que lograr estos objetivos. Yo hepensado que esto es lo que podemos hacer. Qu le parece a usted?

    Y as lo persuade y lo va convenciendo. Si lo larga sin convencerlo,cumplir de mala gana o no lo har, pero si se va convencido, es probableque lo haga.

    Y siempre hay la posibilidad de llamarlo despus y decirle por qu nocumpli, o por qu lo hizo mal, si en verdad estaba convencido de que debahacer lo que se le indic.

    Inormacin recproca permanenteEsto de los sistemas y de las ormas tiene una importancia extraordinaria,

    pero implica un trabajo tambin extraordinario.Para tenerlo siempre despierto al que realiza la tarea en el punto de con-

    tacto, es necesario tenerlo permanentemente inormado, y que l a su vez lotenga inormado a uno.

    As, cuando va mal, se lo puede llamar y decirle: Va mal; agarre para elotro lado. Ese cambio de opiniones, ese consejo, esa consulta permanenteque puede realizarse en las pequeas eseras, avorece y ayuda extraordina-riamente la conduccin, sobre todo la comprensin, y uno puede vigilar sicuando trabaja ese hombre lo hace para todos o para l, lo que es muy im-portante tambin en la conduccin.

    Ese sistema de inormacin de ida y vuelta es indispensable en la reali-zacin de toda la conduccin, no slo para mantener latente y permanente

    la accin, sino tambin para vivir inormado sobre lo que hacen en el lugarde la conduccin.

    Equilibrio entre la accin particular y la de conjuntoOtra cosa que hay que vigilar permanentemente, en la conduccin, es

    que las partes se encuadren siempre en la situacin de conjunto y en laaccin de conjunto.

    Una de las cosas ms comunes en la conduccin poltica es que el queconduce en el lugar cree que el mundo gira alrededor del pueblo que dir ige,

    y entonces no hay problema que l no subordine a la accin poltica quedesarrolla all en el pueblito.

    Cuando viene alguna cosa, la resuelve por su cuenta.No es se el procedimiento.El que hace una conduccin de su pueblito, departamento, provincia o

    territorio, ha de pensar siempre que va a resolver alguna cuestin de luchapoltica, y ha de pensar, tambin, si eso que l hace avorece a la accin deconjunto o no la avorece, en cuyo caso, si no est seguro, lo mejor es consul-tar a la accin de conjunto, y all le dirn si conviene o no conviene, porqueellos estn ms en la accin de conjunto.

    La conduccin tctica no debe resolverse unilateralmenteVale decir, que nunca, en la conduccin tctica de una accin poltica,

    ha de pensarse y resolverse unilateralmente, porque as es como se rompe launidad de accin y se acta en uerzas disolventes en vez de uerzas concu-rrentes, que es la base del xito en la poltica.

    De la misma manera, en una situacin estratgica alsa, el xito en el pue-blito no salva nada.

    Qu va a hacer con que venza en el pueblito si perdemos en la Repblica?Es una cosa bien clarita: en una situacin poltica estratgica, el xito tcticono conduce a nada.

    Lo que decide es la situacin de conjuntoPor esa razn, en esto hay que llevar a los hombres y a la mentalidad de

    los hombres que conducen, que nada ha de hacerse uera de la situacin deconjunto, porque lo que decide es esa situacin de conjunto.

    De nada le va a valer a un peronista ser convencional en Calamuchita, siel presidente de la Repblica uese un radical o un conservador.

    Es decir, que hay que servir al conjunto, en primer trmino, y dentro delconjunto, actuar, porque todo se viene eslabonando desde arr iba.

    Las disposiciones y el controlAdems de la inormacin y del encuadre del conjunto en la accin,

    es necesario cuidar las disposiciones y el control. Vale decir, que hay queutilizar todos los medios posibles para que las noticias, directivas, dis-posiciones u rdenes, alcancen oportunamente a los rganos a que estndestinadas.

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    Una de las allas undamentales de los polticos es que se renen en orga-nismos directivos y conversando, dicen: Bueno, esto hay que transmitirlo.Transmtelo, le dicen al secretario. Este dice a otro: Transmitilo.

    Pasa el tiempo y la noticia, la orden o la directiva llega a algunas partes ya otras no llega.

    A algunas partes llega al da siguiente, a otras al ao siguiente; a algunaspartes llega completa, e incompleta a las otras.

    Un sistema completo de transmisiones permanentesEsto es algo que tiene un valor importantsimo, aunque nos parezca que

    no. Que todo el mundo est igual y oportunamente inormado, despus de launidad de concepcin, es lo nico que asegura la unidad de accin.

    De nada vale que nosotros lo pensemos si no lo hacemos pensar a todoslos dems que deben actuar.

    De manera que esto, que parece una cosa secundaria, es undamental.Hay que organizar un sistema de transmisiones permanentes y completo

    para que las noticias, inormaciones, disposiciones, directivas y rdenes lleguenoportunamente y a todas partes, porque, si no, la aplanadora no se orma.

    Esa aplanadora de que tanto hemos hablado no marcha, no unciona.Este deecto lo he observado mucho en nuestro trabajo, y es muy comn.

    El raude, los radicales y los maniestosYo recuerdo siempre a los radicales y menciono esto como un caso de la

    ecacia de las medidas que se toman contra la accin del adversario.Siempre, con los radicales amigos mos, he criticado una cosa: A us-

    tedes los engaaban, en la provincia de Buenos Aires, y con el raude lesganaban la eleccin. Ustedes se reunan en el comit, lanzaban un mani-iesto y se quedaban tan tranquilos por cuatro aos, y la masa tambin

    se conormaba.

    Levantar al pueblo, para combatir al raudeHay que hacer una cosa, hay que levantar al Pueblo. Qu maniiesto

    ni qu ocho cuartos! Una orden: levantar al Pueblo. Frente al raude sereacciona de una sola manera. Hay que tener todo bien conectado y a lavoz de ahora, se levanta todo el mundo, le queman los comicios, le ma-tan los iscales, cualquier cosa. Es la nica orma de combatir el raude;pero con maniiestos!...

    Indudablemente, que para hacer una cosa as es necesario tener la con-duccin y todo un sistema de accin establecido, de transmisin, para quellegue y se conecte en un todo, y accione todo el mundo junto.

    La accin de conjunto es extraordinaria.Ya vamos a hablar, cuando hablemos de los principios de la conduccin,

    de la accin de masa, que es base, en poltica.

    Accin de masa, economa de uerzaLa accin de masa es un principio eterno e inmutable de la conduccin,

    porque todas las conducciones, en el orden militar o econmico, la usan.Es decir, no hay que echar gotas. Hay que echar con el balde para que

    haga eecto.Eso se llama el principio de la economa de la uerza que dice que no hay

    que pretender ser uerte en todas partes, porque entonces uno termina porno ser uerte en ninguna.

    Tambin dice que no se puede pretender ser siempre uerte porque termi-na por no ser uerte nunca.

    Hay que ser uerte en un lugar y en un momento, y por eso que hay quetener todo en la mano para poderlo manejar a n de conducir.

    Ganar la calle en un momento y lugar decisivosEsa accin de masa destruye cualquier cosa.Recuerdo que una vez, cuando estaba en la Secretara de Trabajo, en 1944,

    que salan a la calle la FUBA y la UD, yo estaba metido dentro, pero tenatodos los obreros atrs y les deca: De casa al trabajo y del trabajo a casa.

    Venan y me decan todos los das: Nos estn ganando la calle y no hayque dejrsela ganar.

    Yo contestaba: Y bueno, para qu quieren la calle?; dejmosles que ten-

    gan la calle.Que hacen maniestaciones, que insultan a la gente, que nos pegan cuan-

    do nos encuentran aislados, que matan vigilantes, me decan.Paciencia contestaba, somos una vctima ms de los polticos.Hay que ganar la calle en un momento y en un lugar decisivo. Pretender

    tener siempre la calle es gastar la uerza y no ser nunca uerte.Les dije: Les voy a demostrar que en esto la economa de la uerza triuna.Llam a los madereros y les ped: Muchachos, hganme unos garrotes

    grandes.

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    Despus llamamos al gremio de la carne y les dijimos: Muchachos: seaniman con 500 bastones a salir a la calle?

    Les dimos quinientos palos, salieron, ganaron la calle y los otros no lavolvieron a recuperar ms.

    Hay que dominar la tcnica de la conduccinClaro que para hacer eso nosotros esperamos dos meses.Cuando ellos se haban aburrido de andar solos por la calle, nosotros

    estbamos resquitos, listos y con ganas de salir a la calle.Lgicamente todo se termin en un solo acto.Todo eso tiene una tcnica, no se hace porque s. Esa tcnica es la que hay

    que dominar en la conduccin, y est basada en principios cientcos, en losverdaderos principios del arte de la conduccin.

    No se conduce a ojo de buen cubero, sino a conciencia y estudiando mi-nuciosamente un problema y resolvindolo todo cientcamente.

    Hay que hacerse un conductor, un proesional, si es posible, dominandolos principios del arte y aplicndolos bien y oportunamente.

    El elemento de accin y la organizacinTodo eso lo vamos a considerar en su momento. Me reero a que para

    poder realizar eso, cumplir los principios y ejecutarlos es indispensable quetengamos esto que es la base.

    Se podr dominar y accionar en conjunto, porque de qu sirve el principiosi no podemos juntar la gente y hacerla salir en un momento oportuno conunidad de accin y de concepcin. Es intil. Uno se queda con la linda idea.

    Decimos muy bien las cosas, las pensamos mejor, pero las hacemos mal,porque no tenemos el elemento de accin, la tcnica ni la organizacin.

    Para poder golpear con un martillo, primero hay que tener la uerza

    y el martillo.Con esto es exactamente igual.No se puede accionar en la conduccin si uno no ha preparado su ins-

    trumento y su herramienta. Cuando tiene la herramienta en la mano, golpeauerte y bien.

    Trabajo paulatino de adoctrinamientoTodo esto que nosotros tratamos de ormar y que haremos paulatina-

    mente, no se improvisa.

    Es trabajo de aos y aos, porque hay que ir llevando estos conocimien-tos a la masa, a los dirigentes, y ponindolos en prctica para que la expe-riencia misma lo vaya ormando a uno en la escuela de la accin, que es lamejor escuela.

    El que lo haya hecho una vez, no se olvida ms; el que se haya equivocadouna vez, tal vez se olvide menos, porque tiene la leccin del racaso, que esuna de las grandes lecciones que da la vida. Claro que es una experiencia cara

    y que llega a menudo tarde, pero siempre vale para la vida.

    La masa debe conocer la situacinOtra de las cosas indispensables en la conduccin, y para la cual hay

    que estar conectado hasta con el ltimo rgano, es que hasta el ltimohombre conozca la situacin; qu es lo que se quiere hacer y qu se debehacer.

    Hay que arbitrar los medios para que todo hombre conozca la situacin,sepa lo que hay que hacer y cmo hay que proceder.

    Eso hay que llevarlo a la masa. Cuanto ms penetrada est la masa de es-tas cuestiones, mejor ser el procedimiento, ms inteligente, ms comprensi-va y a la unidad de accin vendr con ms uerza y decisin. Esa es otra cosaque hay que sistematizar.

    Fracaso por insuciencia de inormacin

    Generalmente, las acciones racasan porque las noticias son insucien-temente conocidas, porque la persuasin no ha llegado a todos los hombres

    y unos estn indecisos; esto es lo que pasa generalmente aqu, y que yo hetratado de ir terminando por la inormacin.

    Es una cosa muy comn que en determinadas situaciones todo el mundodiga: Qu dice el General?

    Se habla de un candidato: Qu dice el General?Eso no se debe decir en una masa organizada.Cuando llega la noticia debe llegar completa y todo el mundo debe saber

    qu se piensa en el medio, arriba y abajo.Esto hay que sistematizarlo, porque todava no lo tenemos bien siste-

    matizado.Si eso se realiza, es posible la ejecucin con unidad de accin.Y si se asegura un sistema, es algo que se va produciendo en las mejores

    condiciones.

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    El clculo de las uerzasSi la conduccin poltica es buena, rente a una conduccin poltica in-

    orgnica, es invencible. Un partido poltico que tenga una conduccin bienrealizada, tiene que ser invencible, porque orma un cuerpo de accin queaplica la uerza en el momento oportuno, donde hay que aplicar la mitad dela uerza para vencer, reservando la otra mitad.

    Claro que hablo teniendo en cuenta que existe un predicamento po-ltico como el del peronismo, porque de lo contrario sera intil que secondujera, bien.

    Primero es necesario cumplir las dems condiciones que hemos mencio-nado, porque si uramos demcratas progresistas, por bien que condujra-mos, nuestro esuerzo resultara intil.

    El control de la ejecucinOtra cosa importante es lo que se reere al control de la ejecucin, que es

    otro de los actores que cierran el ciclo de la conduccin.Adems de todos los elementos mencionados, es necesario ejercer un

    control permanente y minucioso de la ejecucin.Los hombres son todos buenos, pero si se los vigila son mejores. Es decir, que

    en la conduccin no puede considerarse solamente que las cosas se han de hacer,sino que se debe tener la seguridad de que se hagan, y que se hagan bien.

    Por eso, todos los organismos de la conduccin deben tener sus controlesde ejecucin.

    Razones de la necesidad del controlVale decir, que la uncin de un elemento directivo de la accin poltica

    no slo ha de conormarse con decir lo que hay que hacer y comunicarlo,sino tambin en comprobar que se haga.

    En todas las act ividades es necesario realizar esto.An en el gobierno, yo sigo siempre el mismo sistema. Cuando me olvido,

    las cosas no se realizan hasta que hago sentir el control.Ese control de todos los actos es necesario por dos razones: primero, para

    saber si las cosas se hacen; y segundo, porque si todos nos controlamos atodos, tendremos mayor inters en andar mejor.

    En poltica, como en muchas otras cosas de la vida, hay que obrar siem-pre como si uno estuviera en presencia de Dios, como si estuviera ante unapresencia superior.

    La esencia del conductorSeores: por hoy yo doy por terminada esta clase con la que he cerrado

    los captulos preliminares de la conduccin y desde la prxima clase deseoentrar directamente en la conduccin.

    Todo lo que hemos hablado, como prolegmenos de la conduccin, es muyimportante, pero la mdula misma de toda la par te de la conduccin la comen-zaremos a tratar en la prxima clase, hablando del conductor como la parte vitaldel arte de la conduccin, sus condiciones morales, intelectuales y partidarias.

    Har una rpida recopilacin de lo que yo creo que debe ser el con-ductor, para despus entrar inmediatamente en lo reerente a la parteinerte del arte.

    Parte vital y parte inerte de la conduccinEl arte est compuesto siempre de una parte vital, que es el artista; de una

    parte inerte, que es la teora del ar te.La primera que quiero presentar es lo que considero que constituye el

    artista en la conduccin.Como en todas las ar tes, la conduccin no escapa a las reglas generales.Quiero presentar al conductor como considero que debe ser: cules son

    sus valores y cualidades, para despus considerar directamente la teora delarte, analizando una serie de principios que lo caracterizan.

    Los principios del arte de la conduccinNadie puede decir cules son los principios del arte de la conduccin,

    ni tampoco nadie se ha animado a decirlo. Unos han dicho mucho yotros poco.

    Que existen principios, es indiscutible, porque si no existieran, la con-duccin no sera un arte. Y es arte y tiene principios porque de lo contrario

    no sera arte.Cristalizando unos cuantos principios, y analizndolos, nos iremos me-

    tiendo suavemente, como un tornillo, dentro del arte mismo, pensando quede nada vale la teora si no se tiene un poco del artista.

    Lo que la teora puede dar es una tcnica, y eso no es solamente tcnica.

    El artista de la conduccinLa teora sirve al arte, pero si no hay un artista se har una obra perecta,

    pero sin vida. La inspiracin es del artista. En esto todos tienen un poco de

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    artista, segn la cantidad de gotas de leo sagrado de Samuel que Dios hapuesto en cada uno.

    Unos lo hacen con acierto y otros con menos acierto, porque de artista yde loco, como dicen, todos tenemos un poco.

    Todo el mundo tiene, en esto, un poco de artista. Pero eso se pereccionaextraordinariamente por el mtodo.

    Al arte se llega por el genio o por el mtodoLos antiguos decan que al arte se llegaba por dos caminos: por el genio o

    por el mtodo. Los que no tengamos la suerte de haber recibido mucho leosagrado, por lo menos tengamos la perseverancia de persistir en el mtodopara arrimarnos al arte.

    Por otra parte, la conduccin no requiere solamente genios, necesitahombres medianos y de trabajo, que muchas veces son ms ecaces.

    La inspiracin puede dar una solucin, en algunas circunstancias: No hayque caer en la escuela que estuvo en boga en 1800, que deca que el arte essolamente para los que nacen artistas y que los que no nacen artistas paraqu se van a dedicar al arte! Se nace o no!

    En la conduccin se triuna o se racasaEsa escuela negativa no es la de la conduccin. Si en la conduccin apare-

    cen los hombres ar tistas, mejor, pero no son siempre indispensables.Se puede conducir mejor sin artistas.En el arte aparece un artista, pero hay muchos otros que pintan bien y

    que a veces gustan como los mismos ar tistas.Hay muchos cuadros de un pintor moderno, que pinta ms o menos, y

    que a m me gustan mucho. Es cuestin de gustos. Y en la conduccin haymucho de gustos.

    Pero, naturalmente, el arte de la conduccin es ms perecto en ese senti-do, porque a un cuadro o a una escultura uno la aprecia y le gusta o no; peroen el arte de la conduccin el tipo triuna o racasa.

    Enseanza prctica de la conduccinYo tratar, en pocas clases, de poner en evidencia esos actores de

    xito o de racaso en el anlisis del conductor y de la teora de la con-duccin.

    Si lo consigo, quedar satisecho.

    Es una cosa bastante dicil.Yo tratar de hacer un anlisis lo ms proundo posible, y despus que

    hayamos terminado con la exgesis de esos grandes principios, haremos al-gunos ejercicios terico-prcticos sobre conduccin.

    Yo plantear una situacin; ustedes harn la apreciacin de la situacin,tomarn la resolucin y proyectarn un plan de accin.

    Eso es lo ms prctico, porque sobre la conduccin se procede por dossistemas: primeramente, por el anlisis y estudio terico; y despus, por losestudios aplicados, que pueden ser situaciones concretas; porque esto de ha-blar de la conduccin es cil, pero lo dicil es conducir.

    Las ejercitacionesNo queremos ormar hombres que sepan hablar de la conduccin, sino

    que sean capaces de tomar una resolucin y ejecutarla.Esa ejercitacin es la que va a ir dndole alas a uno para comenzar a volar

    en la aplicacin de los grandes principios de la conduccin.Esas ejercitaciones son tambin, en algunos casos, anlisis de hechos

    histricos.Se plantea una situacin producida en la historia, se estudia crticamente

    y se dice por qu racas o triun. Cules son los actores que condujeronal xito. No se estudia una situacin para volverla a aplicar, porque esa situa-cin no se repite ms. Se la estudia como una gimnasia, para ser ms sabioen todas las ocasiones.

    Ese es el camino para ejercitar la conduccin.

    La experiencia del General PernYo podra hablarles aos sobre esto, porque me he pasado la vida

    estudiando, pero nunca podra transmitirles la enseanza que ustedes

    sacarn en cuatro o cinco trabajos sobre situaciones, que ustedes estnobligados a analizar, a aislar y a amiliarizarse con los actores del xito

    y del racaso, como as a apreciar situaciones concretas, tomar resolucio-nes concretas y preparar un plan, para llevar a cabo una accin tctica oestratgica en la poltica.

    En las prximas clases empezaremos a tratar del conductor.Sobre esto he escrito varias cosas, que si las tienen a mano, podrn leerlas.Hay varios trabajos mos sobre el conductor, y un librito mo que habla mu-

    cho sobre la conduccin. Es de carcter militar, pero es aplicable a la poltica.

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    Captulo VelConDuCtor

    La conduccin: arte y cienciaEn nuestra clase anterior habamos dejado para tratar hoy lo reerente al

    conductor, es decir, lo que yo llamo, la parte v ital del arte.Se ha llegado a discutir muchas veces si la conduccin es un arte o una ciencia.Asunto dicil diremos de establecer en orma categrica, porque en

    ella uno utiliza todos los conocimientos, sean stos de la c iencia o sean de lavida, que es la ms grande de todas las ciencias, para un conductor.

    Sin embargo, es indudable que la conduccin es un arte; es puramente unarte, y utiliza tambin, como las dems ar tes, partes de la ciencia. Si en lugarde arte uese una ciencia, ya existira alguna rmula para crear una obra dearte como la de Napolen, como la de Alejandro o la de Csar.

    Ciencia y arte: dierenciaCreo que todava no existe una ciencia que capacite al hombre para

    realizar esa clase de trabajo. La ciencia, en general, diiere del arte y serige por leyes, las cuales establecen que, a los mismos eectos, correspon-den las mismas causas.

    El arte, en cambio, es una cosa distinta; no tiene reglas jas ni leyes, sinoque se rige por principios, grandes principios que se enuncian en una mismaorma, pero que se aplican de innitos modos y maneras. Vale decir que nadanos da la posesin de un arte, de un principio como cierto, sino mediante latransormacin que el criterio y la capacidad del conductor hace en su apli-

    cacin en cada caso concreto; porque las mismas causas en la conduccin noproducen los mismos eectos.

    La conduccin es permanente creacinIntervienen los hombres e intervienen los hechos y aun en casos similares,

    a iguales causas no se obtienen iguales eectos, porque cambian los hombresy cambian los actores que juegan en la solucin del problema.

    De manera que la conduccin es un arte sui generis. Es distinto de to-dos los dems. Es un arte porque presupone, permanentemente, creacin. La

    Las condiciones del conductor, en la poltica, son ms o menos las mis-mas que se requieren para la tcnica de la conduccin. Claro que las condi-ciones son otras, y es sobre eso que voy a tratar.

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    conduccin sin espritu creador no existe, y es permanente creacin porquetodos los casos que la historia plantea en la conduccin son distintos, comodistintos son los actores que intervienen en cada caso.

    La habilidad del conductorLa habilidad del conductor est en percibir el problema, en captar cada

    uno de sus actores en su verdadero valor, sin equivocar ninguno de los co-ecientes que, con distinta importancia, escalonan las ormas principales ylas ormas secundarias del hecho.

    Captado el problema en su conjunto, elaborado por el propio criterio yresuelto con espritu objetivo y real, el hecho se penetra; el anlisis lo des-compone, la sntesis lo arma y el mtodo lo desarrolla.

    Eso es todo cuanto se puede decir de la operacin que, naturalmente, seproduce en la personalidad del conductor. Es algo tan extraordinario comolo que sucede con los organismos siolgicos que, ingiriendo distintas subs-tancias, pueden producir reacciones y eectos similares.

    Es un arte simple para el que posee las cualidadesEl conductor es un ente de transormacin maravilloso, que percibe

    un enmeno y saca una solucin elaborada por s, parte intuitivamente,parte por el anlisis y parte por la sntesis. Dicil de comprender, porqueson enmenos que no creo haya nadie que pueda explicar de una ma-nera certera.

    Lo que s se puede expresar es que ste es un arte simple y todo de ejecu-cin, como deca Napolen. Simple, para el que tiene las cualidades y calida-des; dicil para el que no las posee. Que esas cualidades y calidades puedenadquirirse realmente, es cierto.

    El conductor puede crearse y pereccionarseDe manera que el conductor, indudablemente, puede nacer, pero puede

    tambin crearse y pereccionarse.De esto se podra hablar con sentido analtico y con sentido losco das

    enteros. Pero no es nuestra nalidad extendernos en conocimientos abstrac-tos de lo que es un conductor, sino en catalogar algunos de los conocimien-tos que l debe poseer para ser ms sabio en cada una de las ocasiones enque deba actuar. Por principio, el conductor no es solamente un captador,diremos, de enmenos y que elabora xitos, y racasos.

    Quien proceda con un criterio ms o menos ormal a cristalizar sistemas,a establecer mtodos y a crear recetas para conducir como para hacer lacomida se equivoca.

    Si uese posible realizar la conduccin poltica con sentido esquemtico,con sentido dinmico, mediante sistemas preestablecidos o recetas al alcancede todos, sera una cosa muy cil.

    La creacin, exigencia del conductorPero es dicil, precisamente porque la principalsima exigencia de la

    conduccin es crear y hasta ahora, lo que ms dicil se le ha presentadoal hombre es la creacin. Tenemos mucho hecho en el mundo, pero nomucho creado. La tarea del conductor es crear, crear siempre, estar siemprepredispuesto a crear.

    Parte inerte y parte vital de la conduccinAl dividir el arte de la conduccin deben tenerse en cuenta dos partes

    undamentales: la parte vital del arte, que es el conductor, el artista, y la par teinerte, que comprende toda la teora del arte y su tcnica.

    Esta teora del arte y su tcnica puede ser aprendida por cualquiera y, enconsecuencia, cualquiera puede llegar a poseer los secretos de la conduccin.

    El secreto de la creacinAhora bien; conducir ya es otra cosa. Los secretos estn ntegramente

    en la teora y en la tcnica, pero hay un secreto superior a todos que es elde la creacin; algunos hombres lo poseen naturalmente, otros lo adquie-ren, pero lo alcanzan con distinta medida. Yo lo he calicado como el leosagrado de Samuel, como calico a menudo las cosas que no se puedendenir exactamente.

    Uno de los grandes errores en la preparacin de los hombres de Estado enel mundo, ha sido precisamente prescindir de la tcnica de la conduccin.

    Conduccin poltica en el orden internacionalLa conduccin poltica en el orden internacional se distingue muy clara-

    mente de la conduccin militar.Se dice que la conduccin militar es la continuacin de la conduccin

    poltica; o, en otras palabras, que la guerra es la continuacin de la polticapor otros medios.

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    Hay una continuidad absoluta entre una y otra conduccin. En la polticainterna la tcnica de conduccin es tambin la base de la conduccin militar,porque quien hace la conduccin de la poltica por otros medios, vale decir, laguerra, utiliza el instrumento natural del trabajo de toda la conduccin interna.

    Unidad en la preparacin de la NacinCuando elaboramos dentro del pas una poltica, estamos preparando la

    conduccin de un pueblo en lo interno y tambin en lo internacional paraque haya unidad en la preparacin de la Nacin. No se prepara la Nacin uni-lateralmente para un trabajo o para otro; la Nacin se prepara para que tengaaglutinacin, doctrina, una vida nacional y un sentido nacional; se educa, seprepara, se orma, se organiza y se conduce en conjunto. Yo no entiendo laconduccin de la Nacin en compartimentos estancos por distintas materias.

    El hombre no vive por partes, sino integralmente. La Nacin no vive porsectores, sino universalmente, y se es el punto de partida undamental.

    Concepto de universalidad en la accin polticaEs necesario que el hombre tenga el concepto de la universalidad de la

    accin poltica. Esta no se puede dividir: la poltica orma un campo indi-visible e integral. El que no llegue a comprender eso, no podr jams actuarbien en poltica.

    Vale decir, que la poltica no se aprende por especialidades y por compar-timentos: la poltica se comprende.

    Es as como hay hombres que han hecho poltica toda su vida y nunca lacomprendieron; as como hay hombres que quiz jams hicieron poltica,pero cuando actuaron, lo hicieron bien, porque la haban comprendido.

    La poltica es actividad integralEl error de enoque y de penetracin del aspecto poltico de la Nacin est en

    no mirar en grande la poltica; ella no se puede mirar en pequeo, porque es laactividad integral; todo est comprendido por la poltica; y quien no abarque elprograma y mire slo un sector por un pequeo agujerito, no podr hacer nadaen poltica. Por qu? Porque las grandes causas estn en los enmenos integra-les, no en las pequeas partes que componen ese enmeno de conjunto.

    De manera que para ser conductor poltico, lo que hay que estudiar es esta po-ltica integral. No pequeos sectores de especializacin en la poltica, porque aun-que tenga a su lado a tcnicos, no le servirn; sos son asesores y no conductores.

    La poltica se comprende, no se aprendeEn otras palabras, no se comprende la poltica si no se tiene un panorama

    de la unidad integral de la poltica, que es universal e indivisible, pero que unola puede penetrar y comprender. La poltica no se aprende; se comprende.

    Tonto es perder una vida estudiando la poltica solamente para aprender-la, porque cuando se la ha aprendido, se muere y no sirve para nada. Debetratarse de comprenderla.

    Valor de la experiencia polticaEs imposible aprender la poltica. Es tan innito el nmero de casos concretos

    que la poltica plantea, que quien quisiera aprenderlos todos se morira antes dehaber aprendido la milsima parte. Vale decir que la experiencia poltica es com-prensible para el entendimiento de los hombres, para elaborar el criterio necesarioque permita enocar los problemas y resolverlos de por s con sentido objetivo.

    Jams pretender acordarse de qu caso ha pasado que se parezca al que sedebe resolver, o qu es lo que la teora dice como principio a aplicar. Eso notiene ningn valor; es la penetracin y la comprensin del problema lo queva a dar la solucin.

    De la situacin al objetivoDe cualquier situacin fuye, teniendo en cuenta el objetivo, qu es lo que hay

    que hacer para que marchemos desde esta situacin en que vivimos a ese objetoque perseguimos. El camino surge de la experiencia de la situacin. Y eso hay quemirarlo objetivamente. Es poner en movimiento la materia, directamente, y en-tonces de ah va a salir el camino, camino nico o camino mltiple, pero camino,que es lo que uno busca entre las situaciones y el objetivo que persigue.

    Las posibilidades de solucin son innitasEs dicil establecer tambin en este campo nada ajustado a una realidad

    concreta. En este tipo de actividad nada hay concreto, sino la situacin queplantea cada caso. Y para resolverla, los caminos son innitos, como innitoes el nmero de hombres, y como innito es el nmero de las distintas ydiversas maneras de pensar y de actuar.

    Napolen y las acciones poltica y militarSin embargo, Napolen que es uno de los hombres ms admirables, no

    slo en la solucin de los problemas, sino por las ideas que ha legado sobre

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    sus mtodos de conduccin tena una armacin de extraordinario valorpara todo el que conduce, no slo en lo militar, sino tambin en lo poltico.

    Porque Napolen ue, por sobre todo, un poltico. El luch con una ideapoltica, no luch jams con una idea militar. La accin militar de Napolenue un medio para ejecutarla . Su objetivo su gran objetivo ue poltico.

    Si l enrent a ocho o diez coaliciones, no lo hizo nunca por una raznmilitar. Las enrent militarmente, pero por una razn poltica.

    Es que siempre la accin militar est subordinada a la poltica.

    El xito se construyeLa guerra no se hace nunca por s; no tiene valores intrnsecos; se hace

    siempre al servicio de una idea poltica. Y l, entonces, ha armado una teo-ra que para m es lo ms valioso que se puede encontrar en la conduccin:una verdadera trouvaille, como dicen los ranceses. En la teora que Napo-len esboz en varias oportunidades, dijo: El xito no depende de la suerte,tampoco de la casualidad y no es un designio del destino. El xito dijo Na-polen se construye; el xito se realiza.

    Es decir, que el xito se concibe, se prepara, se organiza, se realiza y seexplota, porque el xito de los hombres est en los hombres mismos, est ensu propia accin.

    El conductor: un constructor de xitosEl conductor es un constructor de xitos. Esa es la mejor denicin que se

    puede dar de un conductor. Es decir, es un hombre que recibe un elementoque es una situacin y que recibe un objetivo, que es lo que l debe lograr,partiendo de esa situacin. Entonces l concibe.

    El xito es alcanzar el objetivo. Lo prepara, lo organiza, lo realiza y cuandollega all, le saca provecho.

    Los xitos casuales son muy rarosLa conduccin es, lisa y llanamente, la construccin de xitos, y el conductor

    es un constructor de ellos. Quiere decir que el xito puede construirse. Algunoscreen que es la casualidad, otros que es la suerte, que es la ortuna. Si, puede ha-ber xitos casuales, pero en un hombre que obtiene ochenta xitos, puede habertres xitos casuales. Los setenta y siete restantes los ha construido l mismo.

    Es dicil que a uno se le d setenta y siete veces la suerte en la ruleta;puede darse tres veces...

    A Napolen, que enrent durante treinta aos cientos de suertes dis-tintas, no ue la casualidad ni el azar quienes lo avorecieron siempre hastaWaterloo, en que la suerte no lo avoreci. All l no prepar ni realiz elxito; quiz lo esper al azar, y por ser sta quiz la nica vez que l esper dela suerte, ella le jug una mala partida. Pero sa es la realidad.

    Las gradaciones en los xitos de la conduccinSi yo quisiera determinarles a ustedes cul es la virtud del conductor y

    qu es la conduccin, podra decirles, como cosa absolutamente cierta, algovaga pero real: el conductor es un constructor de xitos y la conduccin esla elaboracin de esos xitos por intermedio del conductor, que utiliza unatcnica, una inspiracin y su capacidad propia.

    Si tiene una gran tcnica, puede salir una linda casa, una buena casa; sitiene una buena inspiracin, puede hacerla grande; pero si tiene talento, en-tonces la hace hasta linda, y si tiene ms talento, hace una cosa nueva querevoluciona la arquitectura en el mundo.

    En n, esto tiene innito nmero de gradaciones, como innitas puedenser las creaciones del hombre.

    Sobre el conductor en s y sobre la conduccin, yo no les podra decirnada ms nuevo ni ms concreto que esto, que por otra parte no es mo; es,en muchos conceptos, de Napolen.

    Un criterio amplioPero podemos sacar de aqu tambin alguna enseanza para la conduc-

    cin. Lo primero que se necesita es tener un criterio amplio y descartar lossistemas, la rutina y la receta. Es decir que en esto no hay que copiar; hay quecrear, porque el arte es creacin.

    Nadie se ha hecho amoso copiando cuadros o esculturas, ni tampoco co-

    piando ejemplos, porque algunas veces se copian tambin los malos ejemplos.Es cuestin de discernimiento de cada individuo; pero lo importante es

    que cuando se quiere realizar una obra de este orden, que tenga algn valor,haya creacin.

    En consecuencia, hay que poner en juego el criterio, no la memoria, losmodelos, las recetas ni los sistemas. Para esto no hay sistemas.

    No puede sistematizarse la conduccinLa conduccin es uno de los aspectos de la vida imposible de sistematizar;

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    no puede haber sistematizacin. Esa es la enseanza que surge de la teora dela construccin de los xitos.

    Por otra parte, es necesario pensar que lo que el conductor enrenta esuna situacin concreta y que lo que necesita es una solucin, que no encon-trar en ninguno de los ejemplos de la historia, ni sacar explcitamente deninguno de los principios de la teora del arte.

    Los principios surgen de las obras maestrasLos principios de la teora del arte han surgido de las grandes obras maes-

    tras de la conduccin poltica. De manera que, siendo principios empricos,no los podremos abricar nosotros, sino que surgen de los hechos. Por eso laconduccin no es una tcnica, sino un arte, y de all que el conductor no esun tcnico, sino un artista.

    El conductor acta ante casos concretosEl artista que debe crear tiene ante s un caso concreto; le encargan la

    obra, tiene los materiales, todo lo necesario. El debe darle vida; sa es la solu-cin que buscar si es escultor o pintor. Si es conductor le dan un desordentremendo y tiene que arreglarlo para salir adelante.

    Le entregan una Argentina capitalista, sin justicia social, sin soberanapoltica y sin independencia econmica, y tiene que solucionar todos losproblemas.

    No es que yo quiera citar un ejemplo nuestro, pero s quiero dar el ejem-plo real.

    Hay que darse cuenta de los inconvenientes con que se tropieza en la rea-lizacin de una obra de conduccin, los malos ratos que hay que pasar, lasamenazas, las noches y los das tristes; pero al nal se llega a una solucin yentonces la satisaccin compensa todos los malestares.

    La experiencia propia es dicilLa experiencia propia en la conduccin es dicil. Generalmente llega tar-

    de y cuesta cara, porque se aprende sobre los errores y la experiencia en carnepropia es, en poltica, maestra de los tontos: hay que tratar de aprender en loserrores que cometen los dems.

    De manera que en esta gimnasia espiritual permanente, que es el estudiode todos los hechos, de todos los casos y su anlisis, se van acoplando, entodas las situaciones, los conocimientos necesarios.

    No se estudian los casos concretos ocurridos en la historia de la conduccinpoltica del mundo para volverlos a aplicar por si el caso se repite; no, se estudianpara ser sabios en todas las ocasiones, para entrenamiento, pura y exclusivamen-te, para hacer una gimnasia de la conduccin. Ese es el valor de los ejemplos.

    El conductor no debe dejarse conducirPero, aunque parezca una verdad de Perogrullo, una de las cosas ms

    importantes para el conductor es que tenga presente que quien debe con-ducir los acontecimientos es l. Y que no debe ser conducido jams por losacontecimientos.

    Esa es una de las condiciones undamentales del conductor. Que sea con-ductor; que l conduzca los acontecimientos, y que no sean los aconteci-mientos los que lo conduzcan a l. Primera cuestin. Y segunda, que debesaber siempre lo que quiere.

    Debe conocer cul es el objetivoDebe conocer siempre cul es el objetivo sobre el cual marcha.Estas dos cosas parecen asimismo dos verdades de Perogrullo, porque

    conducir, lgicamente, presupone que sea uno el que origina, desencadena yrealiza los acontecimientos, y no que sea l el juguete de esos sucesos.

    Tambin hay que saber lo que se quiere, cul es el objetivo por el cual seconduce.

    Yo les dira a ustedes que en la historia son muchos ms los con-ductores que han sido conducidos por los acontecimientos y que nosaban qu era lo que queran, o cul era su objetivo, que los que hanconducido y los que han tenido claro el objetivo y la inalidad por laque luchaban. Es una cosa extraordinaria, pero es as. Es exactamentecomo yo les digo.

    Hay que abarcar los actores undamentalesOtra de las cuestiones que el conductor no debe jams olvidar es que

    todos los hechos tienen actores determinantes y actores secundarios. Gene-ralmente, como le pas a Don Quijote, muchos de los hombres luchan, diri-gen la accin contra los molinos de viento, y se olvidan de sus enemigos. Esdecir, son atrados a esos objetivos secundarios donde gastan toda su energa

    y su tiempo, mientras ven deslar los objetivos principales sin apoderarse deellos y encaminarlos a su voluntad.

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    Vale decir, que en todas las acciones de la poltica hay actores determi-nantes o principales y actores secundarios. El secreto est en abarcarlosbien, comprenderlos bien y dominar los undamentales, dejando libreslos secundarios que no tienen mucha importancia; o, cuando mucho,atendiendo los objetivos undamentales con los medios undamentales oprincipales, y atendiendo los secundarios slo con uerzas y con mediosde segundo orden.

    Desechar los objetivos sin valorOtro asunto que a menudo olvidan los hombres en la conduccin y us-

    tedes han de haberlo observado mil veces, es que hay personas que tienentemas jos. Se ocupan de cosas sin importancia, se ven atradas por un objetivoque no tiene valor, y por l desprecian los verdaderamente importantes.

    Eso es muy comn en los hombres, porque el hombre no solamentetiene criterio para discernir, sino que tiene tambin pasiones que lo arras-tran; y las pasiones lo llevan, generalmente, hacia los objetivos secundarios.Muchas veces un poltico, por perseguir a otro, ha perdido toda su accinpoltica. Se hundi l por otro, sin alcanzar el objetivo que persigui; per-di todo lo que buscaba.

    Esto es un asunto muy importante, porque contiene la razn misma deser de la conduccin. Y tambin est en la naturaleza del hombre. El hombresuele ser pasionista por naturaleza y aun por costumbre. Y el conductor nopuede tener esa clase de deectos.

    Lo que no debe olvidarseEn otras palabras, seores, surgira de todo esto, que yo muy sinttica-

    mente expongo en razn del tiempo, que el conductor debe tener ciertascualidades y ciertas calidades sin las cuales ser siempre obstruido por su

    propia personalidad durante la conduccin.Hay cosas que no debe olvidar jams, ya que el olvido de ellas constituir

    una serie de inconvenientes y actores desavorables que se sumarn a losactores desavorables que los hechos le van a presentar, y que, a medida quel los vaya poniendo en juego durante la conduccin, se irn multiplicandoen progresin geomtrica hasta que el cmulo de errores y de actores desa-vorables anulen toda su posibilidad de conduccin.

    Por eso quiero mencionar brevemente estas cualidades y calidades. Losublime de los principios no est en su enunciacin, sino en su ejercicio.

    Cualidades indispensables del conductorDiremos al pasar algunas de las cualidades que yo creo son indispensables

    en el conductor.Empecemos por establecer que el conductor es un artista; no un tcnico.

    Vale decir, que l no elabora nada mecnicamente, que la conduccin es pro-ducto de su creacin. De lo contrario, no va a tener nada que agradecer a suaccin de conductor.

    En este sentido un perito en ciencias polticas y sociales no presupone, enmanera alguna, un conductor, como tampoco un conductor necesita ser unperito en ciencias polticas y sociales. Uno es un tcnico; el otro es un artista.Para hacer una Piedad, de Miguel ngel, o una Cena, de Leonardo, o unChacabuco, de San Martn que he citado tantas veces o un Wagram, deNapolen, no intervino un tcnico. Tcnicos ha habido muchos, y al lado deNapolen haba tambin un tcnico. Ahora, probablemente en Napolen,cuando en Italia venci a los austracos y piamonteses, no haba un tcnicosi era un hombre de veintin aos!: haba un artista, y l supli toda latcnica como la supli Miguel ngel; y ste era un hombre que no tena tc-nica, segn sostienen los pintores. Pero l hizo las grandes obras. Otros, quehan sido tcnicos, no han hecho ninguna obra.

    Lo mismo pasa, ms o menos, con todos.No es la tcnica, sino el arte lo que lleva a la produccin de las obras

    maestras.

    Conducir es actuar y crearEl arte tiene un sentido vital que no puede reemplazarse con la tcnica.

    Por eso digo que no son en realidad los conocimientos ni la extraordinariaerudicin lo que da la capacidad.

    Conducir es actuar, es crear.

    Lo nico que la tcnica ensea es un sistema, pero no ensea los mediosde realizarlo. Eso est en cada individuo, o no est.

    Por eso digo que no presupone un perito en ciencias polticas y socialesun buen conductor poltico.

    Tenemos tantos ormados por nuestras acultades y, sin embargo, nohe visto ninguno que se haya destacado en el orden de la conduccinpoltica.

    La conduccin poltica necesita, para triunar, en este orden de cosas y enprimer trmino, un conductor. Pero un conductor en la poltica no ha de ser

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    slo eso; tiene que ser un maestro, porque su accin no es solamente condu-cir, sino que es, primeramente, ensear; luego ormar; organizar despus, ypor ltimo, recin conducir.

    Lo primero, orjar el propio instrumentoPorque el instrumento de trabajo de l es tan heterogneo e inmenso, que

    lo primero que tiene que hacer es ormar su instrumento. De lo contrario,cmo va a trabajar!

    El podra suplir, en algunos casos, con la accin, la alta de instrumento,del mismo modo que alguno podr modelar a dedo o pintar con el dedo.Pero no puede ser ste el sistema permanente, porque no llegar a producirobras de arte acabadas, como deben ser las que produce la conduccin.

    Complejidad de las unciones del conductorPor esa razn l debe ser tambin el conductor de pueblos; tiene que ser,

    adems de un hombre que conduzca, un hombre que sepa ensear, que sepaormar al pueblo, que sepa organizarlo y que sepa, nalmente, conducirlo.

    Muy pocos han sido los conductores argentinosPor eso creo que los conductores de la poltica, en la Argentina, han sido

    muy pocos. Por qu pienso as? Porque hemos llegado hasta esta altura yvemos que el pueblo argentino no est todava ni ormado, ni instruido, niorganizado para posibilitar esa conduccin.

    Nosotros hemos tenido caudillos; no hemos tenido conductores. Si hu-biramos tenido conductores,