Pero mira como beben Lo que va de ayer a hoy

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Lo que va de ayer a hoy

Historias bblicas de ayer que

se repiten hoy

PERO MIRA CMO

BEBEN (Mateo 14, 13-21)

AYER

- Cmo daremos de comer a tanta gente? Slo tenemos cinco panes y dos peces.

Seran peces del lago, tal vez pescados por Pedro y

sus compaeros. No se dice si los asaron e hicieron

un bocadillo con el pan y el pescado, o los comieron

crudos. Cuando se tiene hambre nadie es exigente.

El hecho es que todos comieron, tambin las

mujeres y los nios, aunque el machismo de la

poca no los contaba. Y sobraron aun de panes y

peces el nmero simblico de 12 canastos, que no

se perdieron porque el hambre del pas

continuaba.

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Nos imaginamos a los apstoles pescando en este

lago, cuando no haba escapes de petrleo ni se

conoca la contaminacin por productos qumicos.

Aos y siglos despus, aquellas tierras fueron

arrasadas y ensangrentadas por muchas

invasiones. El mensaje del nazareno Jess corri

por todo el mundo y lleg tambin a las playas de

Amrica, con los pies de los misioneros,

acompaados con las espadas de los

conquistadores. Franciscanos, mercedarios,

dominicos anunciaron el mensaje de paz. Pero

las espadas siempre por encima de ellos junto a las

bolsas con monedas de los mercaderes.

Y as llegamos a

HOY

Cmo encontraremos pan para dar de comer a

tanta gente?, Que esperen cada cuatro aos a que

les demos bolsas solidarias para que nos voten

en las elecciones!: Mientras dejemos a los

socilogos y a las ONGs contar que en el pas falta

alimentacin para ms de 2 millones de personas y

en desnutricin infantil ocupa el quinto lugar

mundial.

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Pero por encima de los cultivos agrcolas, ahora

unos nuevos invasores, con palas mecnicas, abren

la tierra para buscar oro, plata, nquel; para

plantar, en vez de maz, caa de azcar que se

exporta bien y palma africana que produce

grandes beneficios para las empresas, pero

contaminacin y tierra estril para los campesinos.

Juan es uno de ellos, arrinconado en las orillas del

ro en una zona de Guatemala cuyo nombre

prefiero callar. Digo arrinconado porque con

halagos y promesas fue cediendo sus tierras a la

empresa de palma africana, que va extendiendo

sus plantaciones. Dando pasos atrs, un da se dio

cuenta de lo haban dejado, no entre la espada y la

pared, sino entre el palmeral y el ro. Solamente le

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quedo su casita y una pequea milpa, apenas para

comer tortilla unos pocos meses.

La solucin fue hacerse con artilugios de pesca

artesanal y echarse al ro a buscarse la vida para l

y su familia. Su trabajo de labrador se convirti

en el de pescador artesanal. Junto con varios

vecinos de su aldeta se resignaron a cambiar su

fuente de alimentacin y economa. Juan bajaba

los jueves al mercado con dos cestos amarrados a

la moto. Le deprima e irritaba el ver aquellas

extensiones enormes de cultivo de palma, donde

antes tenan milpas, frutales, cafetales, bosques de

pinos Pero tena que tragarse la irritacin.

Despus de que lo engaaron, no era cuestin de

enfrentarse con una empresa que tena en el

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bolsillo a los alcaldes y al gobernador de toda la

regin. Se fue acostumbrando a su rutina de bajar

al ro con los aparejos y echar la barquita al

agua

Aquel da, uno cualquiera de la semana, lleg el

padre a celebrar la misa y los sacramentos que

hicieran falta. La parroquia de la ciudad tena a

su cargo 60 capillas que el sacerdote iba

recorriendo unas pocas veces cada ao. Para la

aldea era aquel un da de fiesta. Dejaban el

trabajo. En la capilla de madera, se sentaban a

descansar de la fatiga y la tensin de los das y

meses anteriores, adems de encontrarse con el

Dios en quien crean y escuchar la palabra

sagrada. Faltaban pocos das para la navidad. En

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la lectura aquel da escuch que el libro hablaba de

una muchedumbre hambrienta y de que Jess

provocaba a sus apstoles: denles ustedes de

comer. Oy comentar al padre que con unos

pocos panes y peces, tambin con la colaboracin

de los apstoles y los vecinos, haban podido

repartir comida a cinco mil mujeres y nios, sin

contar los hombres (o al revs, es igual). No tuvo

muy claro si lo explic el predicador o se lo

imagin l, que toda aquella gente estaba

reunida en el campo porque los guardias de

Herodes les haban expulsado de sus tierras para

construir en ellas unas termas privadas (las

piscinas de entonces) y jardines para placer del

tirano y sus aduladores; pero ellos, los pobres

unidos, slo podran compartir las tortillas de maz

y los peces esperando un pas ms justo y feliz.

Aquella celebracin en la ermita les serva a los

campesinos para relajar la tensin y soar con que

tal vez podran conseguir una vida mejor.

Sala Juan de la misa contento, platicando con los

vecinos, cuando se les acerc corriendo un

patojillo:

Vengan, vengan, que est pasando una cosa

rara! y casi arrastrndoles les hizo bajar por el

camino del ro.

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All, sobre un recodo estaban flotando como

muecos de plstico, peces y peces, de esos que

todas las maana salan ellos a pescar.

Se sentaron desalentados en el suelo; un

compaero dijo en voz alta lo que estaban

pensando todos: Malation. No era una

maldicin. Los que haban trabajado en la palma

sintieron el olor de ese producto que no se disuelve

con el agua, pero envenena toda vida que

encuentra a su paso.

Por la cabeza de todos empezaron a correr

imgenes de las consecuencias que eso iba a traer.

Adems de quedar sin peces se quedaban sin agua

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para beber. Las aves o mamferos que se acercasen

al ro, tambin sufriran las consecuencias. Juan y

sus compaeros que siempre se haban mantenido

al margen de la poltica, que no haban dejado

entrar en su aldea a los candidatos en campaa,

que ni siquiera se haban preocupado de la

situacin social del pas, ahora se dieron cuenta de

que con la empresa que caus el derrame del

veneno en el ro, no se poda ir a pedirles favores

sino a exigirles responsabilidades. El prroco que

haba acudido junto a ellos al enterarse de la

catstrofe, se comprometi tambin a llevar

mensajes e informes a los medios de comunicacin

y organismos responsables. Juan sinti que en ese

momento ya no poda conformarse con ser vctima

pasiva de un sistema que pona el dinero por

encima de la vida y las personas.

Recordemos que todo aquello estaba sucediendo

en los das cercanos a navidad.

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El da en que celebraron en la capilla de madera la

fiesta del nacimiento de Jess, los fieles reunidos

escucharon a los jvenes cantar al son de la

marimba, con voz vibrante de indignacin, este

conocido villancico que aquel da lanzaba un

mensaje distinto.

As cantaron:

Pero mira cmo mueren

los peces en el ro

Pero mira cmo mueren

quin es el asesino?

Beben, se mueren y no

vuelven a beber

Ni puede beber agua el

nio de Beln

.

La Virgen no est lavando

Que el agua lleva veneno

Los ngeles van llorando

Cuando maltratan al pueblo

..

Pero mira cmo mueren los peces en el ro

Pero mira cmo mueren quin es el asesino?

Beben, se mueren y no vuelven a beber

Ni puede beber agua el nio de Beln.

Pero mira como beben Lo que va de ayer a hoy

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..

Herodes planta la palma

Y contamina los ros

Quin salvar nuestra tierra

De los que la han invadido?

..

Pero mira cmo mueren los peces en el ro

Pero mira cmo mueren quin es el asesino?

Beben se mueren y no vuelven a beber

Ni puede beber agua el nio de Beln

Dios hizo el mundo

tan bello

Nos dio los peces y el

pan

No lo acapare ninguno

Prtalos con los

dems.

Pero mira cmo mueren los peces en el ro

Pero mira cmo mueren quin es el asesino?

Beben, se mueren y no vuelven a beber

Que traiga la justicia Jess de Nazaret!