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Pepina y una Antología de Diversiones http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/"><img Autor: René Julio Milla Auger

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Pepina conoce a un Pionero de los Parques de Diversiones en Chile

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Page 1: Pepina y Una Antologia de Diversiones

Pepina y una Antología de Diversiones

http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/"><img

Autor: René Julio Milla Auger

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En memoria a Don Luis Castañeda y un recuerdo para mi amigo Antonio y su familia.

En pueblo del sur de Chile…

Pepina: acaban de llegar unos juegos al pueblo Tijereteen

Tijeretín: que bueno y ¿sabes su nombre?

Pepina: si, Boston Park, es una feria de entretenciones, ¿Por qué no lo vamos a conocer mientras arman los juegos?

Tijeretin: que buena idea, vamos a buscar a los demás chicos…

Los niños llegaron donde se emplazaban los juegos y quedaron impresionados con lo que sus ojos miraban…

Pepina: ¡miren un carrusel!…

Un carrusel multicolor con sus corceles mágicos que nos hacen recordar los cuentos de hadas, entre ellos un asiento para ir dando vueltas y vueltas sentados en estos caballos de diferentes colores, naranjos, celestes, ocres y su luces que todavía no estaban encendidas, daban la impresión de que no hemos visto nada de cómo será realmente este parque…

Tijeretín: ¡haya hay columpios!...

Granes columpios de seis metros de altura, que al balancearse en sus cadenas dejaban ver que tocarías las estrellas en la noche de ese día…

Mangostina: miren, miren un carrusel de aviones…

Todos los niños corrieron a ver los aviones que despegarían del suelo en cualquier instante, para su divertimento…

Periquin: miren, miren hay varios juegos de tiros…

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Entre esos juegos existían patos que hacían una redondela, había otros donde decía tiro de corcho, una ballesta, y estaban colocando los gatos para que cayeran y las argollas…

Pepina: miren un escenario…

Sobre este tenia el nombre “Boston Park”…

Peina: le voy a decir a mi papi que me traiga a los juegos…

Y los demás niños corearon que también ellos les dirían a sus padres para que fueran a los juegos infantiles que habían llegado al pueblo de Puerto Aysén y llego la hora tan esperada la noche de ese de fin de semana. Pepina iba con sus papas el papa de Pepina era el Alcalde de ese poblado…

Alcalde: buenas noches y bienvenido a nuestra ciudad

Dueño del parque: muchas gracias por brindarnos este espacio, para que se diviertan los niños, mi nombre es Luis Alejandro Castañeda Castañeda, oriundo del barrio Franklin de Santiago…

El mío es Don Ratón, mucho gusto don Luis

El placer es mío señor alcalde

E esta manera comenzó la travesía del parque de diversiones…

El carrusel era distinto de noche todo iluminado y con gran colorido sus luces me llevaban a pensar cuantas estrellas existían en el universo que nos daban un colorido que ni en mis mas profundos sueños había visto por este mundo, sus colores daban vueltas y cuando tuve que subirme me encontraba en un universo distinto, ese que siempre había querido ver, me senté entro del corcel y todos los que ha mi alrededor se encontraban daban infinitas vueltas, entre luces de colores y bellos destellos multicolores, lo que me causo mas impresión fue que don Luis daba vuelta el carrusel con su propia fuerza.

Tenia una vara larga que atravesaba el carrusel de lado a lado y tal igual como si estuviera remando impulsaba el tío vivo que trabajo tan ardua pensaba solo para que nosotros nos divirtamos que buen hombre era este señor…

Después fuimos a las sillas voladoras y te cuento que giraban mas rápido de los que yo podía ver a mi alrededor y se elevaban mas alto que las cabezas de los asistentes a este evento que nos dejaba claro que no habíamos visto nada en nuestras cortas vidas, después de eso baje totalmente mareada pero feliz de haber tenido esa experiencia tan majestuosa y en mi propio pueblo

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Continuamos al poco rato de que se me paso el mareo en los aviones que divertido, mi copiloto fue Tijeretin y los dos gritábamos a la vez ¡que divertido, hurra! Acabo esa diversión y nos fuimos los tiros…

Los patos daban vueltas y unos seguían a los otros y mientras tanto los mayores les disparaban con un rifle de aire con postones, mas allá habían unos rifles con un corcho en la punta y disparaban a unas cajetillas de cigarrillos a ver si las botaban, algunos les pegaban y otros no, mi papa me dejo tirar a los gatos con una pelota de trapo pero me di cuenta que era muy difícil, no era lo que yo creía, después fui a la pesca milagrosa, con una caña había que sacar unos pececitos de plástico que tenían premios y me gane un peluche y un chocolate y de pronto unas bocinas comenzaron a llamar a la gente que se acercaran al escenario que la función ya iba a comenzar…

Los payasos fueron los primeros en aparecer y se comenzaron a presentar…

Yo soy el payaso Panchulin, el que se saca el calcetín

Hola mi nombre es payaso Farolillo, el que saca la sorpresa del bolsillo

Que tal niños mi nombre es Canutillo el payaso de chocolate con avena juejuejuejue…

Esos payasos nos hicieron reír mucho se tiraban agua, reían cantaban y sacaban a los niños para que participaran en sus concursos era maravillosa, después salió Ángelo y su guitarra y nos deleito con sus tonadas fantásticas, era realmente perfecta esa noche en los juegos, para concluir esta visita había un tren y una línea donde avanzaba el trencito y tenia tres colores en donde uno podía ganar varios premios así es que elegí un color y entre el rojo, blanco y azul y gane, que divertido, otro peluche, luego mi papa invito a don Luis a la casa para que conversaran y como yo tenia tanto sueño me fui a acostar después de tanto ajetreo de diversiones, así es que di las buenas noches, dejando a los adultos con sus conversaciones…

Don Ratón: ¿Cómo se le ocurrió esta idea tan maravillosa don Luis?

Bueno esto viene de una herencia familiar, desde que tengo uso de razón, que he trabajado en feria de diversiones, la persona que me enseño el oficio fue mi tío Negro, disculpe el se llamaba Emilio Castañeda Rabeelyo, mi tío comenzó con un par de juegos que fueron el tiro al blanco y el columpio y con eso iba de pueblo en pueblo deleitando a los mas pequeños y grandes también, e hay nació este gusto por dar a conocer un arte que en muchas localidades no se conocen y voy haciendo participes a todas las personas, con estas entretenciones…

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Don Ratón: ¿ha recorrido muchos pueblos don Luis?

Así es conozco ahora todo Chile desde el altiplano chileno hasta Punta Arenas, hay una infinidad de localidades en este país, pequeños pueblos, caseríos, villas y cuyos nombres muchos ni siquiera conocen así es que en cada pueblo he visto, mucha alegría y eso es lo que me mueve para hacer lo que hago diariamente, divertir a los demás, por que una sonrisa a carcajada abierta, no la puedes pagar con nada de este mundo, es por esta razón que quiero tanto este oficio, que para mi ha llegado a ser una profesión, contesto don Luis Castañeda…

Disculpe mi intromisión ¿pero tiene hijos? Pregunto don Ratón

Don Luis: si mi estimado señor Alcalde, tengo doce hijos a lo largo de este hermoso país, he sido una vida difícil, los que mas me han acompañado han sido, Susana, Luisa, Mónica, Lorenzo y Toño,(Carlos Antonio), ellos nacieron en diversas ciudades de Chile uno nació a 4500 metros de altura en Potrerillos, mientras mi esposa alumbraba yo estaba terminando una función, el show nunca debe acabar, claro que después lo celebre en grande, otro nació en Tocopilla, Santiago, Antofagasta y Salamanca y así sucesivamente, ellos cultivaron los valores y tradiciones de estos Juegos de Diversión y podría añadir que todos mis hijos son profesionales gracias a este oficio, eso es lo mas gratificante que me pueda haber entregado la vida, en mis largo peregrinar nómade por este territorio, he visto muchas culturas y he podido aprender de ellas para traspasárselas a mis hijos, de esta manera los he criado con valores, ellos también me han colaborado en el parque de diversiones, ya que eso les serviría en el futuro, para ellos mismos, por que la vida no es fácil…

De esta manera transcurría la conversación, en la casa del Alcalde de la ciudad de Puerto Aysén, Don Ratón. Una casa fabricada de tejuelas de Alerce, para que aguante la crudeza de los inviernos patagónicos chilenos, en su interior cortinas claras color crema, una chimenea que invitaba a conversaciones largas y amistosas, mientras que en el exterior se dejaba caer la lluvia que siempre es persistente en esta parte del país…

Don Ratón: ¡pero su trabajo es arduo, me di cuenta como impulsaba el carrusel con su propia fuerza para que los niños se divirtieran!

Don Luis: así es pero tiene grandes recompensas, nuevamente debo reiterar que la alegría de los niños es impagable, además no solo es el concepto de diversión en mis recorridos, he visto aquella cara de niños que no tienen dinero, para

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subirse a los juegos y una vez estando en Arica, a un niñito le pregunte si quería subir gratis y me respondió, que me lo agradecía, pero mas le gustaría a el tener un plato de tallarines que llevarse a la boca, eso me dejo pensando que podría hacer por ayudara a niños con ese problema…

Don Ratón: ¿y se le ocurrió algo, por que en esta ciudad al igual que en otros lados del país suele suceder que hay niños con ese problema?

Don Luis: si mi querido amigo, después de tanto pensar se me ocurrió realizar la “La Maratón del Diente”…

Don Ratón: ¿y en que consiste esa maratón?

Don Luis: en todos aquellos pueblos donde he estado invito a comerse a los niños una plato de tallarines con salsa y una botella de bebida gaseosa, el ganador es el que primero termina el plato y ese se lleva una canasta familiar para su casa y el estomago llenito…

Don Ratón: por lo que veo es usted un hombre de bien

Don Luis: así me lo han dicho varias veces, pero usted sabe que uno trata de hacer bien, después son las personas las que decidirán si uno hizo bien o no con referente a sus actos, de ahí parte la simpleza de las grandes cosas que uno pueda hacer por sus semejantes, además no lo hago por buscar fama, si no mas bien recuerdo a Pablito, así se llamaba el niño de Arica y eso me conmovió el alma y desde ahí que hago, no se si llamarla una obra de caridad, pero yo lo definiría, como una ayuda al prójimo, sin esperar nada a cambio de lo que doy excepto la cara del niño después de comer una tallarinata, es por esta razón que, que muchos Corregidores, Alcaldes, y muchas autoridades me abren sus puertas, claro que esto también me ha costado que me pongan un seudónimo.

Don Ratón: ¿si no es mucho molestar se podría saber?

Don Luis: por supuesto, estamos en confianza, me llaman “El Al capone de Ñuñoa”…

¿Por qué? Pregunto don Ratón

Don Luis por la sencilla razón de que me rodeo siempre de autoridades y muchas veces hago cosas que las demás personas no hacen o no logran entender por que lo hago, por ejemplo de pronto llegaba la policía y les contribuía con bencina para sus carros y les decía que fueran a atrapar a los delincuentes y a mi me dejaran trabajar a eso le llamaban cohecho, pero en 1960 era muy distinto, por que era

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una ayuda para la policía, muchas veces en una ciudad donde abundaba la delincuencia, de esta manera fue como llegue a ganarme ese apodo…

Mientras el temporal afuera de la casa caía con mayor fuerza, mientras el fuego de la chimenea se avivaba mas a cada instante, que recorría la noche en marcha el alba…

Don Ratón: yo conocía ya ese seudónimo, pero déjeme decirle una cosa, Uste ha sido una persona muy importante y para mucha gente yo era pequeño y su nombre ya era conocido por muchos acá, por la labor que usted había marcado en su vida en ayuda y beneficio hacia los demás, es realmente un orgullo que usted sea “El Al capone de Ñuñoa”…

Don Luis: lo dice por alabarme señor Alcalde…

Don Ratón: todo lo contrario, lo digo por que así es y estoy muy feliz y contento de saber que usted es la persona que esperaba conocer hace años atrás y que nunca había tenido la oportunidad, por que en una redada que se hizo en Santiago en esos años vivía allá, si usted no hubiese brindado ayuda en combustible al carro policial, mi abuela materna hubiese muerto por el atropello en el cual estuvo involucrada…

Don Luis: ¿y como supo Usted sobre eso?

Don Ratón: lo que sucede es que escuche hablar a los carabineros y salió su apodo y ellos dijeron algo que nunca se me olvidara “gracias al Al capone de Ñuñoa pudimos atrapar a hombre que embistió con su carro a esta señora”, así es que debo estarle doblemente agradecido….

La conversación prosiguió entre don Luis y don Ratón y de pronto salieron unos documentos que don Luis había guardado por largo tiempo

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Don Luis dijo este fue un amor malo, que quería mucho pero como decirle cuanto la amaba si solo podía encontrar palabras que fueran soeces y sin mucho peso para lo que era mi amor en ese instante, lo que realmente puedo decir es que la ame con todo mi corazón, las muerte la arrebato de mis manos con todo lo que ella significaba para mi en ese periodo de mi vida…

Con enfado, rabia, y con un mundo de verdaderas manías se detenía ese hombre al lado de la mesa quebrándose por dentro y reviviendo por fuera como si fuese a golpear con su puño fuerte la mesa de que tenia dentro de su carroza pero se controla al verme a su lado, que emocionalidad el de estar amando de esa manera, tan profunda y fuerte, gritando al universo su pasión sin embargo comiéndosela por dentro tan cual si estuviera en un entierro, en el cual todo se debe callar y no decir nada absolutamente, para que la memoria y la imagen de la persona amada se recuerde siempre intacta…

Don Luis me muestra una de sus tantas fotografías en las cuales sale acompañada por sus parientes más cercanos y que lo acompañan a diario

De ahí sigue un sin numero de de otros escritos que me llevan a conocer mucho mejor la vida de este hombre empeñazo que hace que su vida halla sido un fruto de conocimientos y aunque halla conseguido solamente llegar a 8básico fue un hombre afortunado en su vida diaria.

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Miradas de un hombre que siempre estuvo vinculado con las diversiones y espectáculos el primero en su tipo en Chile y recordado por todos aquellos pequeños que en esos años fuimos niños y recordamos su parque de diversiones, “Boston Park”…

Fin