panorama general del arte gótico

1. Introducción

2. Panorama general del Arte gótico

3. Aspecto social

4. Aspecto económico

5. Aspecto axiológico

6. Aspecto filosófico

7. Aspecto artístico

7.1 La arquitectura gótica

7.2 La pintura gótica

7.3 La escultura gótica

8. Desarrollo

8.1 Escena posible de un domingo familiar en la Europa

occidental del siglo XIV

9. Conclusión

Israel García Plata

2 Introducción

El Arte gótico comprende los siglos XII a XV, alcanzando en algunas regiones el siglo

XVI. Se trata de un acontecimiento paradigmático no sólo en las artes sino en muchas esferas

de la cultura. La consolidación del estilismo y el marco teórico que comprende el Arte gótico va

a representar el origen o la fundación de las grandes urbes de la Europa occidental, que por

resultado de los constantes encuentros entre los habitantes de occidente y oriente, así como

de otros pueblos, van a nutrir una sociedad compleja en sus formas y en sus manifestaciones.

La presente monografía pretende hacer una revisión general al panorama históri co del Arte

gótico, tratando aspectos clave para la comprensión adecuada del mismo, como son: la esfera

de lo social, lo económico, lo axiológico, lo filosófico y lo artístico, esferas de la cultura que

inevitablemente determinarán el acontecer artístico de la época.

En la historia del Arte, el término “gótico”, que refiere al arte producido por los godos

con el que se representa a este periodo en particular, fue acuñado por los historiadores

renacentistas, en concreto por Giorgio Vasari, quien con la finalidad de desdeñar la producción

artística del periodo que comprende la Baja Edad Media, acusa de bárbaro el Arte producido.

Debemos recordar que el teórico y el artista del renacimiento, va a confiar el valor estético de

la obra de arte en las manifestaciones greco-romanas, acuñando adjetivos peyorativos al Arte

que se acercaba más bien a ideales de belleza inspirados por una religión y con un carácter

evangelizador, lo mismo que adoctrinante, cosa que a los renacentistas les resultaba

empobrecedor. Además de desprovisto de calidad técnica en sus representaciones.

Fue hasta el periodo del Romanticismo, en donde los ideales estéticos del Arte gótico

van a ser revalorados y van a equipararse con los de este otro periodo artístico. Los

historiadores del romanticismo, ven en el gótico una sublimación en la obra de arte sin

precedentes. La posibilidad de alcanzar lo sublime1 a partir de la obra de arte para los

romanticistas es el rasgo más distintivo de los ideales estéticos de este periodo. Por tal motivo,

1 Término acuñado por Kant que sugiere una experiencia de la belleza en la obra de arte que desborda o

sobrecoge el espíritu humano, llevándole a una sensación inigualable de placer y goce estético.


3 los romanticistas ven en la experiencia sensible del arte gótico, un acercamiento a este ideal.

Se comparte entonces el mismo esfuerzo por alcanzar el grado último del goce estético y por

tanto, se revalora la obra de arte gótica y sus ideales de belleza. Esta revaloración del periodo

del arte gótico hasta nuestros días parece seguir vigente, la majestuosidad de las catedrales,

los imponentes vitrales, el misticismo aparejado al ritual religioso representado en las pinturas

y en la escultura, parecen poner de manifiesto que el Arte gótico, es prueba de uno de los

periodos artísticos más imponentes en la historia del Arte entera. Siendo así, hacemos una

revisión al contexto histórico de los siglos XII al XV que comprende la llamada Baja Edad Media,

para dibujar a partir de ello el ambiente general que rodea al Arte gótico.


4

Panorama general

del Arte gótico


5 Aspecto social

El aspecto fundamental que constituye el surgimiento de las ciudades de la Baja Edad

Media (siglo XII – XV), en donde encuentra su manifestación el Arte Gótico, es la salida de

grupos de campesinos, vasallos y guerreros, principalmente, de los campos en los que

trabajaban y vivían. El aumento de la población, la tiranía y el abuso de los señores feudales, la

alteración de los climas, entre otras causas, obligaron a algunos a abandonar su lugar de origen

y escapar del yugo del poder feudal, para así, encaminarse en la búsqueda de espacios más

prósperos para sus propósitos de vida.

Figura 1.1 Mapa de los principales asentamientos en el periodo gótico.

Los causes del viaje que emprendieron estos grupos no perseguían destino territorial

alguno, sin embargo, es posible que grupos de personas convergieran en lugares comunes por

el fácil acceso a los recursos necesarios para la vivienda como lo son el agua, vegetación

abundante, el clima más o menos estable, y la suficiente distancia de los campos de

dominación feudal. Este fenómeno de desocupación de sus lugares de origen, al paso del


6 tiempo, originó la formación de pequeños asentamientos de familias que encontraban el

común acuerdo bajo las determinaciones de los jefes de familia que solían ser los padres y

algunas veces, los abuelos. De este modo, la forma de organización de estas ciudades tuvo su

origen en la familia, que más tarde y por razón de acaudalamiento comercial y por incremento

de su poder de imposición, acabaría por conformar liderazgos que bien pueden ser entendidos

como formas de poder oligárquico.

Una vez establecida la ciudad por causa de la explosión demográfica, la sociedad de la

Baja Edad Media se reorganiza desde estamentos claramente identificables encabezados por la

figura del Papa, seguida de la del Rey, los nobles (burgueses, clérigos y algunos militares),

artesanos, campesinos y siervos. En la sociedad de este periodo, pueden identificarse gremios

de oficios y profesiones. Además, aparece la formación de los municipios, es decir, se

delimitan social y políticamente las regiones que constituyen las ciudades, otorgando cierta

autonomía a dichos municipios, y se nombran cargos para la representación de los mismos

ante el rey. Se fundan las llamadas escuelas catedralicias que concentran el estudio de la

teología y el derecho, las mismas que más tarde se convertirían en lo que hoy conocemos por

Universidades. Europa occidental comienza a sentar las bases de una sociedad altamente

refinada. El desarrollo de la urbe en la Europa del siglo XII y XIII, experimenta también

conflictos propios de una ciudad mayormente densa en su población: acontecen problemas

graves de salud como las pestes y otros tipos de epidemias, así como revueltas y conflictos

sociales de todo tipo.

Figura 1.2 Universidad de Oxford, Inglaterra. De las primeras fundadas en el gótico.


7 Aspecto económico

Las ciudades que se levantan en la Baja Edad Media, con toda la magnificencia y el

esplendor de sus catedrales, palacios, fortificaciones y demás edificios civiles, se debe

principalmente al poder económico resultante de las prácticas comerciales. La burguesía

comienza a ser la principal auspiciadora de la floreciente Europa occidental. El comercio que

aparece de forma necesaria en la subsistencia de las familias que conforman las nuevas y

crecientes sociedades, juega un papel fundamental en la comprensión del fenómeno

demográfico bajomedieval: se trata de la transición de una economía y organización

sociopolítica feudal a la de la ostentación del poder por parte de la burguesía. De tal fenómeno

surge una nueva clase dominante, tal es la burguesía, que poco a poco irá cobrando fuerza y

terminará por inclinar a su favor las jerarquías sociales en respuesta al poder de los todavía

vigentes señores feudales de los pueblos aledaños.

La sociedad bajomedieval confía el desarrollo de sus ciudades en la práctica del

comercio, en oposición al autoconsumo exclusivamente agrícola de la organización feudal del

periodo románico. Para ello, se crean espacios exclusivos para la práctica comercial, como son

los mercados, las lonjas y las ferias.

Figura 1.3 Interior de una lonja gótica.


8 El aumento de la población en estos asentamientos y el constante y fluido comercio

entre los pobladores de la ciudad y las poblaciones vecinas, terminó por consolidar el poder de

la burguesía, y con ello, el de la monarquía y el clero. El burgués, aquél que por razón del

intercambio comercial, acaudala fortuna, influencia y poder, va a posibilitar el surgimiento de

ciudades fastuosas y a dar lugar a comunidades propiamente urbanas. Mientras, los

integrantes de la clase eclesiástica, al ser testigos del auge del comercio y la riqueza resultante

de esta práctica, ordena la implementación de los diezmos y limosnas, además de otras

remuneraciones a la institución religiosa. A partir de entonces, el poder económico de los

Figura 1.4 Pintura gótica en la que se aprecia al Papa y su corte.

Papas y de los demás representantes de Dios en la Tierra, comienzan a beneficiarse

económicamente y a fortalecer su dominio institucional. No sólo las catedrales, sino los

conventos, que van a aparecer en este periodo de la Baja Edad Media, manifestarán este

poderío económico en las diversas ornamentaciones de sus recintos, de sus vestimentas y de

sus rituales.

Por otro lado, el poder monárquico también se verá beneficiado. La corona en turno

impone desde entonces ciertos gravámenes a los intercambios comerciales, llamándolos a

éstos alcabalas. El poder del Rey y su familia, además de toda su corte, ostentará el poder


9 económico desde su particular estilo de vida, fortaleciendo sus ejércitos y consolidando su

fortaleza política.

Aspecto axiológico

El conjunto de valores y creencias que constituyen el plano de lo axiológico en la

sociedad de la Baja Edad Media, estará influenciado determinantemente por los valores

cristianos. El Arte Gótico, es la representación de los ideales estéticos y de los valores de una

sociedad profundamente católica y supersticiosa.

Podemos señalar en la constitución de las sociedades medievales en general, y

mayormente en este periodo, conceptos como el de Pecado y Salvación, como ejes por los que

las conductas humanas de este periodo histórico se van a ver reguladas. El concepto de Pecado

que yace inserto en apreciación moral del pensamiento generalizado, va a regir en buena

medida la conducta de los hombres en sociedad. El cristianismo, al hacer énfasis en el relato

bíblico de Adán y Eva, sostiene a la par que todo hombre lleva consigo el Pecado original que

nos fue heredado por la desobediencia y violación de los designios de Dios por parte de

nuestros padres originarios. Aunado a ello, está la creencia generalizada en las normas

dictadas por la Iglesia, tanto en los mandamientos otorgados a Moisés, como los manifiestos

en las sagradas escrituras. De tal modo que los habitantes de este periodo histórico,

experimentan un temor de Dios que se verá reflejado en el celoso resguardo de lo expuesto en

la biblia y de lo manifestado por las autoridades eclesiásticas. Será la Inquisición quien

representará un instrumento de dominación y resguardo de las normas de pensamiento y de

acción cristiana.

Sin embargo, a cualquier forma de dogmatismo y ortodoxia de pensamiento suceden

manifestaciones subversivas; por tal motivo, dentro de las creencias y los valores

generalizados, está presente el culto a supersticiones de origen pagano que son consideradas

como herejías. La herejía a la que pertenecen los acusados de brujería o conspiración contra


10 los designios de la iglesia, los que profesan creencias paganas, etc., constituyen parte de las

creencias que comprenden la Baja Edad Media. Así pues que la censura y el castigo, forman

parte del compendio de valores que representan a la sociedad de la época.

Figura 1.5 Tribunal de la inquisición (pintada hacia 1812 – 1819, de autor anónimo.)

Por otro lado, permea en la sociedad el valor de la heroicidad y la valentía que asume

sobre todo el caballero que lucha en las cruzadas, así como la lealtad al Rey y al Papa a quien el

caballero y el ciudadano bajomedieval debe en todo momento.

Figura 1.6 Caballero medieval (detalle de miniatura gótica)


11 Aspecto filosófico

En el periodo concerniente al Arte Gótico, sucede un interesante fenómeno en la

historia de las ideas: la interpretación de la metafísica de Aristóteles desde una perspectiva

estrictamente religiosa, la cual recibe el nombre de escolástica. Sin embargo, concretamente a

los siglos que comprenden del IX al XIII, habrá una revisión de la obra de Platón en lo que

respecta al problema de la luz, concepto que ocupa la atención de los pensadores de la época.

De tal modo, aparece el llamado neoplatonismo que servirá de marco teórico del Arte Gótico

al explicar desde la filosofía el concepto de luz y la relación que tiene ésta con el conocimiento

y la revelación divina.

Aparece también hasta el periodo que comprende el gótico, una emergente

preocupación por la dimensión de las sensaciones humanas, confiando por ello, en las

doctrinas empiristas que para entonces habían sido anuladas por el periodo románico, un

papel central en la constitución del pensamiento y de las manifestaciones artísticas. La

experiencia sensible adquiere un valor relevante, es por ello que las filosofías se orientan hacia

un naturalismo y un humanismo que comienza a cobrar fuerza y que posteriormente se

consolidaría con la llegada del Renacimiento.

Figura 1.7 Santo Tomás de Aquino


12 A este periodo pertenecen los esfuerzos de diferentes filósofos-teólogos -en su

mayoría procedentes de Oriente- quienes buscan principalmente conjugar la fe y la razón, así

como comprobar la existencia de Dios, reflexionar sobre el misterio de la Trinidad, y

comprender el orden del mundo en función de la creación divina. Sobresalen filósofos como

Santo Tomás de Aquino, Averroes, Pedro Abelardo, Guillermo de Ockham, entre otros.

Aspecto artístico

El Arte gótico es la expresión más elevada de los ideales de trascendencia y eternidad

de una ciudad, como hemos dicho antes, auspiciado gracias a las riquezas resultantes del

comercio y la recaudación de gravámenes de distintos tipos. El Arte gótico encuentra su

principal manifestación artística en la construcción de edificios civiles, como son las catedrales,

los palacios, los castillos o fortificaciones de la ciudad, etc., en donde encontramos a las

distintas vertientes artísticas concentradas en la magnificencia de las catedrales.

El arte en este periodo, está regulado por la representación de pasajes bíblicos y

todavía tiene una marcada tendencia a la evangelización como sucedía en el periodo

románico, pero se diferencia de este respecto de una preocupación latente en los artistas

góticos por las representaciones más naturalistas o realistas, y por la representación de

aspectos propiamente humanos en su obra. En este periodo además, pueden encontrarse

obras artísticas (como retablos o pinturas al óleo) que ilustran la vida cotidiana y el quehacer

común de los habitantes de estas ciudades, cosa que resulta novedosa llegados a este periodo.


13 La Arquitectura en el gótico

La catedral gótica, en contraste con los monasterios del románico, perseguía la luz y la

variación de sus colores, así como la elevación del edificio hacia el cielo. Este ideal,

arquitectónicamente significó un reto para los constructores de la época, por tal motivo la

sociedad de la Baja Edad Media se organiza a partir de su poder económico para levantar

ciudades majestuosas que serán símbolo de su poder y autonomía. Los diferente s estamentos

sociales, llevan a cabo funciones específicas para el levantamiento de sus ciudades y

específicamente sus catedrales; son los burgueses los que aportan en buena medida el dinero

para su construcción, sin embargo, todos los estamentos de las nacientes ciudades participan

de la edificación de las mismas, haciendo aportaciones en la limosna o participando con su

propio trabajo. Independientemente de la construcción de los recintos especiales para los

rituales cristianos, los burgueses a su vez, edifican sus viviendas con la intención de hacer ver

su poderío económico y su estatus social.

Las catedrales solían ser construidas en una base en forma de cruz latina generalmente

orientada al este. Dentro, estaban compuestas por naves, capillas y girolas. La bóveda de

crucería que caracteriza a las catedrales góticas, permitía desplazar los dos arcos que la cruzan

(nervios) por contrafuertes externos. Esta disposición de la bóveda de crucería y el uso de los

contrafuertes permitía a su vez levantar los altos y delgados muros de las catedrales de tal

forma que pudieran colocarse los vitrales por donde pasaría la luz, así como los rosetones en la

fachada de las catedrales. La luz, como hemos dicho, tiene un papel fundamental en la catedral

gótica, pues se trata de la iluminación divina que entra por los vitrales y por los rosetones, tal

es la presencia de Dios en la catedral.


14

Figura 1.8 (1) arco en punta, (2) Bóveda de crucería, (3) Contrafuertes, (4) Columnas

El arco ojival es otra característica de las catedrales góticas, heredadas tal vez de los

encuentros con los pueblos árabes y por el estilismo de sus mezquitas. El arco ojival otorgaba

mayor verticalidad a la construcción, ganando con ello altura y estilismo.

Las columnas que aparecen en la catedral gótica, son generalmente delgadas y con

fustes en forma de columnillas delgadas (baquetones). Además de estos pilares que

contribuyen al soporte de la catedral, el elemento más importante en el soporte del edificio

son sin duda los contrafuertes que se extienden a los constados de las catedrales por los que

descansa el peso y el equilibro de la catedral.

Las catedrales cuentan además en su mayoría, con desagües de agua de lluvia que son

conducidos desde los arcos y que terminan algunas veces en gárgolas. Una serie de

ornamentos más añadidos a la construcción de las catedrales, constituyen todo el esplendor y

la belleza de estas construcciones.


15

Figura 1.9 Catedral de Chartes, Francia.

Además de las catedrales, es digno de llamar la atención las construcciones de los

fastuosos palacios góticos que dependía del gusto y el refinamiento de la nueva clase

dominante, la burguesía. La construcción de estos edificios obedecía a la demostración de

poder y dominación de los burgueses que al ostentar semejantes fortificaciones, podían ver

representado su ascenso a la clase social dominante. Los palacios y castillos eran construidos

de piedra y solían tener gruesos muros. La planif icación de estos edificios buscaba garantizar

no sólo el esplendor y la belleza de las ciudades góticas medievales sino también, la seguridad

de quienes los habitaban. En cada esquina de la fortificación encontramos torres en las que se

colocaban guardias de seguridad. Toda la edificación solía estar rodeada de profundos surcos,

por lo que el acceso al palacio era posible desde un puente retráctil.

Figura 1.10 Castillo de Belmonte, Cuenca España.


16 La Pintura en el gótico

La práctica de la pintura artística en el periodo del gótico, responde todavía a los

cánones religiosos establecidos desde el periodo románico, pero con una clara diferenciación

de este periodo por la humanización de los personajes representados y por la búsqueda de

perspectiva y realismo en su obra. La pintura en el gótico la vamos a encontrar ya no en los

muros como sucedía en el románico, sino que las representaciones pictóricas las vamos a

encontrar en los vitrales. Éstos se componían de trozos de vidrio de diferentes colores

sostenidos por un marco de acero. En estos vitrales podemos encontrar escenificaciones de los

pasajes bíblicos.

Figura 1.11 Vitral de la Catedral de Notre Dame, Francia.

Figura 1.12 Rosetón de la catedral de Saint Denis, Francia.

Por otro lado, sigue habiendo una tendencia a la elaboración de miniaturas con

contenidos religiosos, además de la recreación de relatos bíblicos que tienen un propósito

generalmente evangelizador. Un elemento importante por señalar en la pintura del gótico es la

transposición de la pintura, como ya decíamos a los vitrales pero también a los retablos. Por tal

motivo, en este periodo artístico es común encontrar pintura al temple, es decir,

representaciones pictóricas sobre madera. La figura humana en estas manifestaciones

pictóricas pierde hieratismo y se hace evidente cierto énfasis en la humanización de los


17 personajes. Los rostros humanos muestran alegría, enojo, consternación o dolor, etc., a

diferencia del románico que es donde prevalece la ausencia de expresiones humanas y es

patente un marcado rigor geométrico y sobrio en la representación humana, tanto en pintura

como en escultura.

Más tarde, debido a la conglomeración de artistas en gremios y la producción que

éstos llevaban a cabo en sus talleres, surge una nueva técnica pictórica que les permitirá

explorar la variación de los colores en su pintura y desarrollar habilidades técnicas para lograr

el realismo anhelado, la dotación de volumen a la figura y la perspectiva; esa nueva técnica es

la pintura al óleo que aparecerá al final del periodo que comprende al gótico.

Los motivos pictóricos del gótico presentan generalmente la vida y la pasión de Cristo,

así como a las Vírgenes con niños, Papas y algunas veces a los Monarcas. No debemos ol vidar

que los artistas de la época, han formado agrupaciones y talleres desde donde producen su

obra artística, y que por las prácticas comerciales comunes a la época, se hace igualmente

común que los artistas tengan encargos de burgueses y nobles, y que por lo tanto, la obra

artística empiece a cobrar fuerza como objeto decorativo de valor. Es a partir de entonces que

los artistas comienzan a firmar sus obras y a adquirir fama dentro del gremio del Arte.

Figura 1.12 Matrimonio Arnolfini de Jan van Eyck


18 Sucede así con los pintores góticos Jan van Eyck y Giotto, que sus habilidades para

pintar con mayor naturalismo y con la aplicación de nuevas técnicas pictóricas lograron

hacerse del gusto de los burgueses de la época y entonces, lograron acaudalar ciertas riquezas

como terrenos otorgados por la burguesía y el clero, algunas otras propiedades como casas y

pequeños negocios que arrendaron –en el caso de Giotto-, además por su puesto de las

menciones otorgadas por la monarquía y el clero. De este fenómeno, es posible rastrear los

orígenes del Arte como mercancía y del éxito de determinado artista en razón de su protección

por los grupos paradigmáticos del poder.

Un caso excepcional en la pintura del gótico es el Bosco, un pintor que está más

cercano a la temática religiosa y mística, en su obra parece apartarse por momentos de los

lineamientos estéticos de la época al no pintar en sus cuadros a cristos o a vírgenes, sino que

recurre a la representación un tanto sarcástica de animales humanizados, o bien animales

fantásticos, mezclando con cierto misticismo profano el contenido de su obra.

Figura 1.12 Cristo con la cruz a cuestas, el Bosco.


19

Figura 1.13 Juicio final, el Bosco.


20 Escultura en el gótico

La escultura al igual que la pintura en el gótico, sufre una serie de modificaciones en la

concepción estilística que la diferencia del arte románico. Es sobre todo el abandono del

hieratismo y la frontalidad lo que la distinguirá en el gótico.

Figura 1.14 Diferencias entre escultura románica y gótica

La escultura se hace generalmente en piedra, cono sucedía en el periodo anterior pero

también se explora el uso de la madera para dar forma a representaciones humanas. El

tratamiento de la madera es singular pues aparece policromada, otorgando mayor naturalismo

a la obra. Además de la ausencia de hieratismo, las esculturas góticas suelen presentar

expresiones y dejan ver cierto dinamismo en ellas. Otros rasgo distintivo en el gótico es la

realización de esculturas monumentales en las catedrales. Los pilares que soportan dichos

edificios, aparecen ahora con esculturas incrustadas de gran tamaño. Estas figuras presentan

generalmente un patetismo distintivo. Patetistmo que posteriormente revaloraría el

Romanticismo. Las catedrales tendrán esculturas algunas veces de animales fantásticos de

origen oriental como son las gárgolas.


21

Figura 1.15 Gárgolas en la catedral de Notre Dame, Francia

La temática de la escultura es generalmente religiosa, y al igual que la pintura sigue

teniendo una función didáctica y alegórica. Sin embargo, en este periodo al experimentar

cierta libertad de producción, comienza a representar situaciones cotidianas que les serán

permitidas plasmar en sillerías, retablos, sepulcros y en fachadas de edificios civiles.

Desarrollo

Escena posible de un domingo familiar en la Europa occidental del siglo XIV

Una familia de ocho integrantes compuesta por un matrimonio y sus seis hijos, se

levanta como de costumbre en día domingo un poco antes de salir el sol. Durante la noche, el

hijo más pequeño, de apenas diez meses de edad, no dejó de llorar. Al parecer el frío era tan

inclemente que las pieles de oveja que colocó la madre en el camastro del niño no fueron lo

suficientemente abrigadoras para combatir con el frío de invierno que arremetía contra la

ciudad.


22 El padre, campesino de oficio, se levantó y encendió el fuego de la chimenea que se

había extinguido en algún momento de la noche. Su mujer se levantó un par de minutos

después y se dirigió al fogón para calentar un pequeño balde con leche para su bebé. Uno a

uno los niños fueron levantándose, la madre, una fiel devota de Dios, ordenó hacer una

oración para agradecer el inicio del día domingo y poder acudir a la catedral a celebrar la

ceremonia eucarística. A él, al padre, le placía saber que después de su visita a la catedral, iría

a ver a un par de amigos suyos para jugar a los naipes y ganarles un par monedas.

Los niños, por órdenes de su madre, se vistieron con lo mejor que tenían, limpiaron el

lodo y el estiércol de sus zapatos y se lavaron la cara. Ella, se puso el vestido que había

mandado a hacer con un sastre amigo de su marido. El vestido había sido diseñado

exclusivamente para ella y eso le hacía realmente feliz. Lo que no sabía, es que ese vestido no

había sido pagado por su marido sino que era parte del cobro de una apuesta que había hecho

una noche de juego de naipes con su esposo. Sin embargo, este dato ella no lo debería saber

nunca, pues a su criterio, los juegos de azar eran cosa prohibida por Dios y por tanto se trataba

de la consumación de un pecado vil.

El más grande de los hijos, un joven de 17 años, había manifestado una clara vocación

por las artesanías, cosa que al padre no le hacía mucha gracia pues consideraba inútiles esos

oficios. De cualquier modo, el primogénito había planeado acudir a escondidas a un taller del

padre de uno de sus amigos de la infancia, en donde se esculpía en piedra y en madera

pequeñas figurillas que más tarde se venderían en las lonjas de la ciudad. El día domingo,

representaba para él, el día por el que valía la pena esperar que transcurrieran rápido los días

de la semana.

La familia estaba lista para acudir al rito litúrgico en la catedral. Sólo restaba esperar a

que sonaran las campanas para apagar el fogón y salir de casa. Se oyeron entre los juegos de

los niños las campanadas de la catedral y tanto la mujer, como el primogénito, sintieron el

impulso de dirigirse a la puerta y encaminarse. Una vez cerca, notaron que la gente se

aglomeraba a las puertas de metal y de madera tallada de la catedral. Veían ingresar familias

de campesinos con los que compartían tierras y la venta de sus cosechas, pero sobre todo,

quienes más llamaban su atención, eran las familias de los burgueses que llegaban en carretas


23 preciosísimas tiradas por caballos igualmente preciosísimos. La mujer admiraba hondamente

el brillo de sus vestidos y las telas esplendorosas que cubrían sus cuerpos, le fascinaba ver a las

mujeres burguesas con sus cabellos adornados por piedras preciosas y con sus peinados

majestuosos. Una vez dentro, al primogénito le embelesaba respirar el aire de la catedral que,

independientemente del olor que despedían los campesinos cuando se aglutinaban a la

entrada, se mezclaba con los inciensos que provenían de la nave central de la catedral y que le

sugerían perfumes, tal vez, de origen celestial.

La familia tomaba su lugar, a uno de los costados de la catedral y en la parte de atrás,

cerca del gran portón de madera. Desde ahí, podía ver el joven el gran rosetón que yacía justo

encima del portón y por el que, a esa hora precisa, dejaba pasar los rayos del sol que se

traslucían con los colores de los grandes vitrales rojos y azules que tanto le fascinaban,

iluminando el interior de la catedral con un policromatismo sin igual. En cuanto salía el

sacerdote, la muchedumbre entraba en un silencio sepulcral, augurando el inicio de los cantos

angelicales de los coros gregorianos. Al escucharse las primeras notas, el joven se sentía

hondamente conmovido y en muchas ocasiones, al no poder contener sus emociones, dejó

filtrarse una lágrima de puro placer sensual y espiritual al escuchar los cantos gregorianos. El

sonido del órgano que se mezclaba con las voces, recorría todo el interior de la catedral

inundando con bellos sonidos todo el recinto. Al callar, la voz del sacerdote que en latín

recitaba versos que no entendía pero que igualmente le deleitaban, se fundía con el incienso

que no dejaba de fluir en el interior y que por momentos, llegaba a imponerse al hedor de

muchos de los asistentes. El joven, por influencia principalmente de su madre, era un ferviente

devoto del catolicismo, mientras escuchaba los cantos y las voces en latín de los sacerdotes,

miraba a los Cristos crucificados y se sorprendía de la habilidad de los artesanos. Él quería ser

uno de ellos.

Una vez acabada la liturgia, las familias se acercaban a las urnas a depositar una cierta

cantidad de dinero, el ejercicio de la limosna era comprensible pues a la catedral le hacía falta

la construcción de unas capillas más y de otras decoraciones. Al salir de la catedral, recorrían

los alrededores y caminaban sin tener claro su destino. Algunas veces, los niños habían sido

sorprendidos por su padre al obsequiarles golosinas que había comprado a una vendedora

ambulante. Sin pasar más de lo debido, la familia volvía a casa y se envolvía en actividades

ociosas. La mujer tejía y bordaba servilletas la mayoría de las veces. Él salía a casa de uno de


24 sus conocidos a jugar cartas. A su mujer le decía que salía a hablar de negocios. Los niños

jugaban entre ellos y el joven, el hijo mayor, acudía a casa de su amigo el hijo del artesano, y

bajo cualquier pretexto, buscaba ingresar al taller para adivinar el uso de las herramientas.

Una vez que el sol comenzaba a bajar y perderse entre las montañas, tanto el padre como el

hijo, volvían a casa para tomar la cena que preparaba para entonces la madre y esposa. Leche

para los niños, vino para el padre, pan y cereales para todos. Había que irse a la cama y

pelearle al frío de la madrugada para levantarse al día siguiente antes del amanecer y

comenzar con las labores cotidianas del cuidado de sus tierras, en donde toda la familia se veía

involucrada.

Conclusión

Me parece que la revisión de los paradigmas que dirigen la historia debe tener

implicaciones que transcienden la esfera de lo exclusivamente académico. La revisión que

supone esta monografía tanto del periodo románico como la profundización del periodo del

gótico, me hace suponer que el curso de las cosas, la historia misma, sigue determinando

patrones que son posibles identificar. Uno de ellos es la organización política de la sociedad de

la que se trate y los modelos económicos que resultan de lo primero. Además de ello, me

parece que el conjunto de valores y las formas autorizadas de pensamiento constituyen y dan

forma a los acontecimientos sociales y por ende, a los acontecimientos artísticos de la época.

Pensar y valorar mi propia condición histórica supone un ejercicio particularmente

difícil, sin embargo, mi profesión y vocación filosófica me permiten contar con una serie de

herramientas conceptuales que me servirán para elucidar en lo posible, la realidad histórica y

social en la que me encuentro. El puente que tiendo desde la información que he tratado en

esta monografía está construido desde esta perspectiva, la de la comprensión de mi realidad

económica, social, política, axiológica y de las formas habituales de pensamiento. Me parece

que es irrefutable la singularidad y relevancia de estas esferas de la cultura para la


25 comprensión individual de nuestro ser en el mundo. Por tal motivo, encuentro en el periodo

del gótico, razones para suponer que la gran ciudad en la que vivo se mueve por intereses de

grupos sociales a los que no pertenezco y que buscan mantener dicho orden de jerarquía

social y económica, pues éste parece ser el común denominador de las grandes ciudades.

En este puente que pretendo tender entre mi investigación y mi vida personal, radica

el hecho de desentrañar en lo posible los hilos que mueven mis relaciones sociales, teniendo

en cuenta que existen, así lo demuestra la historia, jerarquías sociales y regulación de las

idiosincrasias por orden y manipulación de los grupos de poder. Por tal motivo, me es

necesario en la construcción de este puente, identificar en mi vida personal, a las personas que

me han influido de manera determinante para pensar del modo en que lo hago, de los

acontecimientos que me han influenciado a tener la conducta que muestro ahora, y a

identificar todo aquello que ha moldeado mi escala de valores. Me parece que el vínculo de la

investigación académica con nuestra vida personal, contribuye a perfeccionar nuestra propia

personalidad y a consolidar nuestro carácter, finalmente, a ser mejores seres humanos y a

afirmar todo esfuerzo de la existencia humana, el cual se resume en la búsqueda de nuestro

ideal de felicidad.


26 Bibliografía

VV.AA. (1987): Historia del arte. Ed. Carroggio. Barcelona.

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B. FLORIA, G. (1975): Historia de la pintura. Ed. nPlaza y Janés. Esplugas de Llobregat

BRACONS, J. (1986): Las claves del arte gótico Ed. Arín. Madrid

LUIGI, G. (1997): La arquitectura en Europa. Ed. Acento editorial. Madrid

panorama general del arte gótico

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