número extraordinario conmemorativo 1974-1994 || poemas seleccionados
TRANSCRIPT
Poemas SeleccionadosAuthor(s): Margarita FelicianoSource: Letras Femeninas, , Número Extraordinario Conmemorativo 1974-1994 (1994), pp. 177-179Published by: Asociacion Internacional de Literatura y Cultura Femenina HispanicaStable URL: http://www.jstor.org/stable/23022489 .
Accessed: 18/06/2014 22:49
Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at .http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp
.JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide range ofcontent in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and facilitate new formsof scholarship. For more information about JSTOR, please contact [email protected].
.
Asociacion Internacional de Literatura y Cultura Femenina Hispanica is collaborating with JSTOR to digitize,preserve and extend access to Letras Femeninas.
http://www.jstor.org
This content downloaded from 185.44.78.115 on Wed, 18 Jun 2014 22:49:56 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
Poemas Seleccionados
Margarita Feliciano Atkinson College
York University - CANADA
Cartografia A Justo Jorge Padron
Porque estudio los mapas de la tarde los rios se me tornan temerarios;
porque observo las nubes prisioneras
siento este nudo oscuro en la garganta.
Se colma el agua de violentos peces
con tu contacto fuerte,
y la lluvia negra se estremece sorda
cuando escucho tu nombre que navega
por pielagos azules;
y se sosiega el alma al llegar a la orilla. Somos dos gotas de agua que se juntan
para llegar a ser el mar que nos proteje.
La Cesta de Tomates
A Pablo Neruda
Quien sabe desde donde, de que talamo azul de sol y tierra,
surgieron con todo su rubor
con la dulce pasi6n de lo infinito.
Se hallaban en el nido de su cesta en toda su redonda suavidad, como gorriones nimios que esperan alimento. Su fuego iluminaba el mediodi'a
espejando el color y la luz de aquel pueblo dormido entre su alta plenitud.
This content downloaded from 185.44.78.115 on Wed, 18 Jun 2014 22:49:56 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
178 Numero Extraordinario Conmemorativo: 1974-1994
Legaron desde lejos, de una tierra usurpada a la marea
que la paciencia humana supo poner en pie. Diariamente las manos menestrales
(y aquellas de mi amado) laboraron su palpito incesante
preservando su ardiente crecimiento
preparaban su viaje a la ciudad.
Y llegaron al fin, listos para el momento decisivo, aguardando su entrada en ollas y bandejas. Para yantar de fiestas y envidias de pinceles. Los cuchillos no osaban acariciar su piel ni nadie se atrevi'a a darle muerte
a aquel prieto fulgor latiendo en su belleza.
Buscando
Voy buscando, la medula, la esencia de las cosas, dejando atras la hondura
de hojas y de ramas, ojivas enlazadas de gotico verdor. Tensas se balancean encima de nosotros,
abajo hacia la costa
donde los buitres vuelan con torpeza en torno a un esqueleto putrefacto,
y un enjambre de tabanos
proliferan, azuzan mi estupor.
Cielo y mar se confunden uniendose en la suave caricia de los vientres. La muerte se convierte en consigna, en la moneda de oro que soborna los dias.
Durmiente
Trepan los roquedales
hacia un ardiente cielo estremecido. Desde un azul silente
casi inmoviles giran altazores en cruz.
This content downloaded from 185.44.78.115 on Wed, 18 Jun 2014 22:49:56 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions
Nadie sabe si todo Ya dejo de existir o si una nueva vida se esboza tenuamente
en el rumor del viento
^Quien nos traera el verde esperanzado,
esa corriente de agua subalterna
que fluye hacia un umbral de incertidumbres?
Las aguas de ese rio se van perdiendo siempre en la distancia con su lento caudal adormecido.
No arrojaran destellos,
por su sed de distancias contra el oxido oscuro de pedruzcos.
Habran de enmudecer como una mano herida
sangrando en el silencio del durmiente.
Exilio
Cuando pasan nos muestran
sus piernas esculpidas en musculos
pletoricos de vida inagotable. La calle es una inmensa sonrisa
que desgrana las horas
al compas de unos dioses
enloquecidos por su inutil prisa. No, Srta. Miller, el verbo "amar"
no se conjuga asi.
Es un arte tranquilo,
acaso un sentimiento,
que nace en el fracaso
de la ambition y el exito
y se torna invencible
cuanto mas renunciamos y olvidamos
a esa portion atavica de nuestro apasionado y fiel egoismo.
This content downloaded from 185.44.78.115 on Wed, 18 Jun 2014 22:49:56 PMAll use subject to JSTOR Terms and Conditions