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Ponencia ENR 2013 “Nuevos Responsables para la Nueva Evangelizacion”

“NUEVOS RESPONSABLES PARA LA NUEVA EVANGELIZACIÓN” – Ponencia de la Presidenta del MCC en el ENR 2013

I. INTRODUCCIÓN

Presentación

En primer lugar me gustaría aclarar que con esta charla no pretendo descubriros cosas nuevas. Pero lo que si le pido al Señor es que me ayude a saber despertar en cada uno de vosotros el ardor para hacer nuevo aquello que todos llevamos en el corazón: El deseo de evangelizar.

El deseo de comunicar que Cristo muerto y Resucitado. Estamos en tiempo de Pascua y no es por casualidad….

II. NUEVOS REPONSABLES PARA LA NUEVA EVANGELIZACIÓN .

1. Claves a tener en cuenta

El tiempo actual: la llamada específica a la Nueva Evangelización

La Nueva Evangelización es una necesidad, nadie lo niega. Pero empezamos a sentirnos cansados de oír hablar de ella y no verla por ninguna parte. Todos hablamos de cómo debe entenderse o plantearse, pero detrás de las palabras hacen falta hechos que refrenden todo lo que postula.

La costumbre y la seguridad de lo que ya se conoce, pesan mucho. El ánimo de los cristianos no ha cambiado tampoco. Seguimos esperando que otros, los héroes del momento, sean lo que hagan el trabajo. Por desgracia los héroes no abundan como debieran.

Ya, Santa Catalina de Siena decía que lo fundamental para que la Iglesia se transforme es la conversión individual de cada uno de nosotros. Para la Nueva Evangelización es necesaria una Evangelización de quienes estamos dentro de la Iglesia. Esto supone un cambio en la actitud personal y un cambio de la comunidad entera.

La Nueva evangelización es una acción sobre todo espiritual, es la capacidad de hacer nuestros, aquí y ahora el coraje y la fuerza de los primeros cristianos, de los primeros misioneros. Es enamorarse de Dios para servir a Dios sirviendo a los demás.

El Papa Pablo VI habló de una Iglesia evangelizada y evangelizadora, lo cual supone que para evangelizar, antes se debe estar evangelizado. No puede haber una Nueva Evangelización sin Nuevos Evangelizadores que hayan vivido su Pentecostés personal. Evangelizar, sin antes ser evangelizado, sería construir sobre arena.

A nueva evangelización, nuevos evangelizadores.

III. MOTIVOS PARA LA NOVEDAD

Recuperar la alegría de Creer y el entusiasmo de comunicar la fe.

Nos decía el Papa Juan Pablo II en la Novo Milenio Ineunte: Quien ha encontrado verdaderamente a Cristo no puede tenerlo solo para sí, sino que debe anunciarlo. Y para ello, es necesario un nuevo


impulso apostólico que sea vivido, como compromiso cotidiano de las comunidades y de todos los grupos cristianos. NMI 40.

Porque El Evangelio se encarna en personas concretas que porque lo viven, lo anuncian y lo comunican.

Pero por desgracia, son muchos los que viven su fe sin la necesidad de comunicarla.

Son muchos los cristianos sin tener la menor idea de su responsabilidad de trasmitir la Buena noticia a los demás.

La nueva evangelización no es una empresa individualista ni solitaria, sino una acción comunitaria y eclesial.

Cuantos hombres y mujeres han abandonado su compromiso cristiano, porque olvidaron que su fuerza no consistía en sus criterios o en sus capacidades si no en la acción del Espíritu.

¿De dónde nace nuestra alegría?

Recordemos el texto de san Juan en el capítulo 20:

Al anochecer del aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa con las puertas cerradas por miedo a los judíos, y en esto entro Jesús y les dijo: “Paz a vosotros” y diciendo esto les enseñó las manos y el costado y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor.

Desde aquel día los discípulos tenían una nueva forma de mirar, de oír , de gustar , de ser..

Ellos decían con fuerza. “Hemos visto al Señor”. Jn. 20,25

a) Volver a las raíces: Recuperar el amor primero

Todos los que estamos aquí, seguro que habremos experimentado en algún momento la cercanía de Cristo en nuestra vida. Son esos instantes que no cambiaríamos por nada. La alegría que en esos instantes sientes, es indescriptible.

Pues bien, el signo de una autentica vida en Cristo es la alegría. Es el mejor vehículo para testimoniar que somos Iglesia.

Es como dice el Papa; “La alegría, es el elemento central de la experiencia cristiana”.

Cuantas comunidades, cuantos grupos que en vez de testimoniar con sus vidas la alegría de la Resurrección del Señor, siguen anunciando la amargura de la Cruz. Y que conste que no se trata de anular ni menospreciar el sentido del sacrificio o del dolor o de la muerte; se trata de descubrir el auténtico sentido.

Y aún en las pruebas y las dificultades de la vida hay espacio par la alegría de la Fe, incluso pueden ser ocasiones para encontrar la luz de Cristo y la Esperanza.

Viendo el otro día la película de Jesús de Nazaret, veía la escena de Nicodemo acercándose a Jesús y preguntándole sus dudas. Nicodemo, un Maestro de la ley, hombre de buen corazón y con ganas de seguir al Señor, afirma que cree que es el hijo de Dios pero, tiene dudas, tiene miedo…………


Quizás muchos de nosotros seamos esos Nicodemos, gente que quiere seguir al Señor, pero que las adversidades, las dificultades…..nos atenazan. Y hoy, al igual que le dijo a Nicodemo, también nos dice a nosotros: tenéis que nacer de nuevo, nacer en el Espíritu, renovar nuestro corazón con el amor.

Hay que nacer de nuevo a la acción del Espíritu en nosotros, para llevar a cabo:

b) La urgencia evangelizadora

San Pablo nuestro Patrón, dice: Ay de mi si no evangelizara…y también: os he anunciado aquello que he recibido. Somos testigos de lo que hemos visto y oído.

El Evangelio es vida, y esta vida tiene un nombre y un perfil: se llama Jesús de Nazaret, que murió y se entregó por ti y por mi. Pero debe ser proclamado por personas que hayan experimentado la vida en abundancia, porque sólo el convencido, convence; únicamente el motivado motiva; pues no puede dejar de hablar y testificar lo que ha visto y ha oído.

c) Redescubriendo nuestra vocación Bautismal

Vocación bautismal: La propia esencia de ser cristiano.

Hoy es necesario fortalecer nuestra “identidad bautismal” . ¿Qué quiere decir esto? Sencillamente, tomar conciencia de lo que significa ser cristiano: somos partícipes de la vida de Cristo, seguir a Cristo e identificarse con Él y su misión. Y adquirir la formación que le permita obrar cada día como tal

El Bautismo constituye la vocación fundamental de un cristiano. Allí comienza su camino todo cristiano: como Hijo del Padre, miembro del Cuerpo de Cristo y templo del Espíritu Santo. El Bautismo es la base de nuestra identidad y la fuente de nuestra misión. Es la condición fundamental: nos confiere la misma dignidad como discípulos de Jesucristo.

Ahora bien, no todos los bautizados, aunque tienen la misma dignidad bautismal, realizan la misma tarea, ni las mismas obligaciones. La fe recibida como en germen en el Bautismo debe crecer y madurar. En la Iglesia cada uno está llamado a encontrar el lugar que le corresponde. No es algo automático, sino una respuesta de fe. A esto se le llama: “vocación específica”, que significa que el bautizado ha concretizado su lugar, tarea y misión en la Iglesia.

Decir Iglesia es referirnos a los bautizados. Nosotros tenemos por delante muchos retos y desafíos. Cada uno debe identificar cuáles le corresponden como propios para responder a esta nueva etapa de misión.

IV. RESPONDER A LA VOCACIÓN

A odres nuevos vinos nuevos

¿Cómo debería ser un Responsable hoy? Sencillamente, Responsables Creyentes.

Y para desarrollar esta afirmación voy a utilizar las claves que nos dio el Papa Francisco en la misa a los cardenales después de ser elegido Papa:


1. Profesando la Fe

Hombres y mujeres que confiesan a Jesús porque tiene a Jesús en sus vidas. Que saben en quien creen, y de quien se fían.

• Que se sienten llamados, escogidos.

Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe los que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto y vuestro fruto permanezca. ( Jn 15,14-16)

• Que arden en deseo de profesar la propia fe.

La nueva evangelización quiere decir, compartir con el mundo sus ansias de salvación y “dar razón de nuestra fe, comunicando la esperanza.” San pedro en su primera carta así nos lo recuerda: 1ª P 3,15.

• Sin miedo ni falso pudor.

Porque cuando nos falta fe, se manifiesta en miedos y temores que paralizan.

No podemos ser evangelizadores tristes y desalentados. Impacientes o miedosos.

No podemos estar siempre quejándonos de todo lo que nos rodea: la descristianización, la falta de valores, la crisis económica.

Es verdad que hay una situación difícil, pero, ¿porque no dejamos de perder tanto el tiempo en suspirar por lo mal que va al mundo, y nos dedicamos mas a ofrecer el gran tesoro del amor de Dios? No tenemos que estar tan preocupados por convencer, sino por contagiar la alegría de ser hijos de Dios.

• Vencer el desánimo y la rutina.

Si el mundo está mal, mejoremos nosotros para cambiar mi pequeña parcela.

Necesitamos Esperanza para vivir el presente: Dios se ha hecho hombre y por amor a nosotros, ha dado su vida para la salvación del mundo. Y tenemos la promesa de que el estará con nosotros hasta la consumación de los tiempos.

Y hoy nos sigue repitiendo a nosotros los mismos que les dijo a los apóstoles: “Id y anunciad lo que habéis visto y oído”.

• No podemos estar acomodados

Cuantas excusas. En uno de los artículos del instrumento Laboris para sínodo dice: La Iglesia esta llamada hacer un esfuerzo de renovación para estar a la atura del momento actual ante los nuevos desafíos del mundo actual.

Debe proyectarse hacia nuevas fronteras, a los que están lejos como a los que están dentro.


Tenemos que dar un gran paso adelante, tenemos que entrar en una etapa histórica. Tener el coraje de transitar por nuevos senderos.

Hemos de tener el valor de preguntarnos ¿Por qué los hombres y las mujeres no tienen necesidad de Dios? o ¿Cómo estamos captando nosotros el interés de las personas que queremos atraer hacia la Iglesia?

Y no es cuestión de cambiar cosas, es cuestión de ser testigos de fe.

Ante los desafíos de hoy, no podemos responder ni desde la resignación ni encerrándose en nosotros mismos

El Papa Juan Pablo II no se cansaba de decir: ”No tengáis miedo”. Tenemos una palabra que decir al mundo de hoy.

Mirando hacia afuera y hacia adentro porque en nuestra Iglesia existen muchas personas que han recibido los sacramentos pero no han sido evangelizadas. El mandato de Jesús de ir y evangelizar a toda la creación, se ha trasformado en algunas personas hoy en, Id y evangelizad a los bautizados.

a) Vida de Oración

La oración es lo que nos saca de la comodidad, de la pereza, de las distracciones, preocupaciones y otros “enredos” de la Vida para Buscar a Dios. Es el deseo de Dios. Es nuestra inquietud de Dios.

Orar es como encontrarnos con un amigo.. Si nunca tenemos tiempo para él… Si el tiempo que le dedicamos es demasiado corto.. y si le hablamos de mal modo.. Habremos condenado esta relación a morir..

Descubrir el amor gratuito de Dios La presencia de Dios. Silencio interior

b) Escucha de la Palabra

Y esto no solo es leer el evangelio

No solo hay que llevar la palabra a la cabeza, sino bajarla hasta el corazón.

Una palabra encarnada en la vida. La clave del estilo de Jesús es encarnarse. Estar en el mundo sin ser del mundo. (Pequeños detalles. Ejemplo Sacerdote de Lorca)

c) Celebración Sacramental

Personas alimentadas con los Sacramentos

Eucaristías vividas, celebradas, no vamos a misa….

Que en nuestros rostros se pueda percibir la presencia de Dios.

d) Para poder dar un Testimonio de Vida

Respeto por el hermano, por su situación.


2. Siempre en camino

a) Conversión y transformación.

b) Apertura a la novedad del Espíritu: mente abierta, corazón creyente

c) Opción por los demás

Por todos sin excepción. Preocupación por el bien de las personas. Que me duela el otro. Me complementa

Estar atentos a los demás y de escuchar no solo lo que nos convienen, sino también lo que nos complica, lo que nos deja sin tener tiempo para nosotros.

Sin miedo al dialogo y a la confrontación positiva.

Que tienen Predilección espontánea por los pobres y los excluidos;

Pasión por la educación de las nuevas generaciones” (Documento de trabajo, n. 115).

d) Compromiso y Servicio

Recuperar la alegría de servir

La comunidad no es para vivir bien. No es para estar bien sino para hacer el bien

3. Construyendo y edificando

a) Comunión

La Primera dificultad está en las relaciones humanas.

Querer a tus hermanos, a los que tienes cerca.

Aceptando sus limitaciones y sus miserias.

Constructores de paz, de unidad.

Amor entre nosotros y unidad entre nosotros

Hemos de unirnos nosotros, estrechar los lazos de la comunión y unidos, lanzarnos en la común-misión, en la única misión; la de extender el Reino de Dios

b) Promover cauces para el dialogo

Procurando el respeto de los unos con los otros.

Actitud siempre crítica, pero nunca criticones.

Nuestra tentación consiste en vivir en muchos momentos acercándonos solo a aquellos que piensan como nosotros o aquellos que nos causen excesivos problemas. No podemos ser comunidades estufa.


c) Amistad y acogida.

Vidas abiertas

V. VOCACIÓN ESPECIFICA: Nueva evangelización desde el MCC.

1. Validez del MCC en la tarea Evangelizadora

Madurez del MCC

En estos años hemos cumplido los cincuenta años de la celebración del primer cursillo en todas las diócesis españolas, eso nos da cierta perspectiva de que ya somos adultos y que podemos mirar de una forma objetiva, las bondades y los defectos de nuestras escuelas como motores del MCC.

El origen de nuestro movimiento está en un don del Espíritu Santo.

Estamos aquí porque hemos sido llamados por el Señor, porque el Espíritu ha tocado vuestros corazones y os ha invitado a vivir un determinado carisma.

Ese don es una capacitación para evangelizar y para hacerlo en un ámbito concreto, en la punta de lanza en el primer anuncio.

Para posibilitar que personas se vayan encontrando con el Señor, que encuentren una referencia fundamental en sus vidas, y que después sigan caminando detrás de ese señor en unos grupos de maduración de la fe y con una clara vocación de ser fermento en los ambientes.

a) Sentido Eclesial:

Toda comunidad cristiana funciona con los dones del Espíritu Santo.

Pentecostés es el inicio de la Iglesia. Es el espíritu quien anima y capacita.

Estamos aquí como un movimiento de Iglesia, no estamos aquí por libre, en algo que nos hayamos inventado nosotros, sino que estamos participando colaborando con otros en una enorme tarea, la tarea evangelizadora de la iglesia.

En la Iglesia desde la Iglesia y con la Iglesia estamos evangelizando, primer anuncio.

b) MCC como opción prioritaria

Responsables que tengan claro que son los responsables de nuestras estructuras

2. Necesidad de Responsables que:

a) Conozcan

Conocer nuestra identidad.

Conocer para amar con pasión

Conocer nuestra metodología para poder llevar a cabo nuestra finalidad.


Distinguir entre la formación personal y la formación necesaria para trasmitir la fe de una forma concreta.

b) Comprendan

Comprender para servir: . Y eso pasa por:

Renovar la alegría de pertenecer.

Saber cuál es nuestro sitio en la tarea de la Nueva evangelización

Capacitar nuestras escuelas para el primer anuncio.

c) Vivan la mentalidad y el carisma del MCC

VI. ESCUELAS RENOVADAS Y CAPACITADAS PARA ASUMIR E L RETO.

1. Que vivan un espíritu comunitario.

a) Comunión de todos con Cristo

b) Comunión de todos entre sí.

c) Capacitar escuelas para el primer anuncio

2. Para ser creíbles en el mundo.

Los nuevos evangelizadores son aquellos cristianos que por vivir auténticamente su fe, son capaces de comunicarla a otros, contándoles la experiencia de su encuentro con Cristo. “La fe –ha escrito Benedicto XVI– crece cuando se vive como experiencia de un amor que se recibe y se comunica como experiencia de gracia y gozo”. Y hoy, añade, es necesario un compromiso más convencido en favor de una nueva evangelización “para redescubrir la alegría de creer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe” (Carta Porta fidei, n. 7).

VII. CONCLUSIÓN

1. Una nueva llamada a despertar nuestro ardor misionero

¿A que esperamos? ¿Es que podemos dudar del amor de Dios?

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