EVANGELIUM VITAEcapítulo III

“No matarás”

• 52. "Maestro, ¿qué he de hacer de bueno para conseguir vida eterna?" » (Mt 19, 16). Jesús responde: « Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos » (Mt 19, 17). El Maestro habla de la vida eterna. A esta vida se llega por la observancia de los mandamientos del Señor.

El mandamiento de Dios no está nunca separado de su amor; es siempre un don para el crecimiento y la alegría del hombre. Constituye un aspecto esencial y un elemento irrenunciable del Evangelio.

Esto es buena y gozosa noticia. El Evangelio de la vida es un gran don de Dios y una tarea que compromete al hombre. Al darle la vida, Dios exige al hombre que la ame, la respete y la promueva.

• El hombre, imagen viva de Dios, es querido por su Creador como rey y señor. Creado para dominar el mundo, recibió la semejanza con el rey universal.

38 Llamado a ser fecundo y a multiplicarse, a someter la tierra y a dominar sobre todos los seres inferiores a él. El hombre no es dueño absoluto, es “administrador del plan establecido por el Creador”. La vida se confía al hombre como un tesoro que no se debe malgastar, como un talento a negociar. La vida humana es sagrada e inviolable.

• 53. La vida humana es sagrada porque desde su inicio comporta "la acción creadora de Dios“. Sólo Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta su término. La Sagrada Escritura impone al hombre el precepto « no matarás » como mandamiento divino.

• Dios es el defensor del inocente. Dios demuestra que « no se recrea en la destrucción de los vivientes » (Sb 1, 13). Sólo Satanás puede gozar con ella: por su envidia la muerte entró en el mundo.

• 54. Explícitamente, el precepto « no matarás » tiene un fuerte contenido negativo: indica el límite que nunca puede ser transgredido. Implícitamente, sin embargo, conduce a una actitud positiva de respeto absoluto por la vida, ayudando a promoverla y a progresar por el camino del amor que se da, acoge y sirve.

• « Lo de... no matarás... y todos los demás preceptos —señala san Pablo— se resumen en esta fórmula: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo" »

• 55. matar un ser humano, en el que está presente la imagen de Dios, es un pecado particularmente grave. La legítima defensa, en que el derecho a proteger la propia vida y el deber de no dañar la del otro resultan, en concreto, difícilmente conciliables.

• El mismo precepto exigente del amor al prójimo, formulado en el Antiguo Testamento y confirmado por Jesús, supone el amor por uno mismo como uno de los términos de la comparación: « Amarás a tu prójimo como a ti mismo » (Mc 12, 31).

La pena de muerte y el aborto

La pena de muerte• Tanto en la Iglesia como en la sociedad civil hay una

tendencia progresiva a pedir una limitada aplicación e incluso su total abolición.

• Se trata de buscar un justicia penal conforme con la dignidad del hombre y

el designio de Dios.

Para qué sirve una condena

• Como primer efecto: compensar el desorden introducido por la falta.

• “La autoridad pública debe reparar la violación a los derechos personales y sociales mediante la imposición (…) de una adecuada expiación del crimen (…) para ser readmitido al ejercicio de la propia libertad”. (Pág. 100)

Cuál es el objetivo de una condena

• La preservación del orden público y la seguridad de las personas.

• Ofrecerle al reo un estímulo y una ayuda para corregirse y enmendarse.

La medida y la calidad de la pena

• Deben ser valoradas y decididas atentamente

• Según esto, solo se podría aplicar la pena de muerte en casos guiados por la “absoluta necesidad (…) cuando la defensa de la sociedad no sea posible de otro modo” (p.101)

• Sin embargo hoy estos casos son hoy prácticamente inexistentes.

El mandamiento «no matarás»

• “(…)El absoluto carácter inviolable de la vida humana inocente es una verdad moral explícitamente enseñada en la Sagrada Escritura, mantenida constantemente en la Tradición de la Iglesia y propuesta de forma unánime por su Magisterio”.

Qué dicen los documentos• « Nada ni nadie puede autorizar la muerte de un

ser humano inocente, sea feto o embrión, niño o adulto, anciano, enfermo incurable o agonizante. Nadie además puede pedir este gesto homicida para sí mismo o para otros confiados a su responsabilidad ni puede consentirlo (…). Ninguna autoridad puede legítimamente imponerlo ni permitirlo. »

• CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE. Declaración Iura et bona

“…puso una señal a Caín para que nadie que le encontrase le atacara”

• Ni siquiera el homicida pierde su dignidad personal y Dios mismo se hace su garante.

• Es justamente aquí donde se manifiesta el misterio paradójico de la justicia misericordiosa de Dios.

• Dios no quiso castigar al homicida con el homicidio, ya que quiere el arrepentimiento del pecador y no su muerte.

Síntesis

El aborto

Mi embrión tus ojos lo veían(Sal 139/138, 16)

• Entre todos los delitos contra la vida, el aborto procurado presenta características que lo hacen particularmente grave e ignominioso.

• El Concilio Vaticano II lo define, junto con el infaticidio, como «crímenes nefandos».

«¡Ay, los que llaman al mal bien y al bien mal! (Isaías 5,20)

• Hoy se ha ido perdiendo conciencia de su gravedad• Su aceptación en la mentalidad, las costumbres y en la

misma ley es señal evidente de una peligrosísima crisis del sentido moral.

• Precisamente en el caso del aborto se percibe la difusión de una terminología ambigua, como la de « interrupción del embarazo », que tiende a ocultar su verdadera naturaleza y a atenuar su gravedad en la opinión pública.

• Pero ninguna palabra puede cambiar la realidad de las cosas: el aborto procurado es la eliminación deliberada y directa, como quiera que se realice, de un ser humano en la fase inicial de su existencia, que va de la concepción al nacimiento.

Derecho a la vida: desde la concepción

• « El ser humano debe ser respetado y tratado como persona desde el instante de su concepción y, por eso, a partir de ese mismo momento se le deben reconocer los derechos de la persona, principalmente el derecho inviolable de todo ser humano inocente a la vida ».

(Donum Vitae)

Desorden moral grave• La legislación canónica sanciona que « quien

procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomunión [automática] ». La excomunión afecta a todos los que cometen este delito conociendo la pena, incluidos también aquellos cómplices sin cuya cooperación el delito no se hubiera producido.

• La valoración moral del aborto se debe aplicar también a las recientes formas de intervención sobre los embriones humanos que, aun buscando fines en sí mismos legítimos, comportan inevitablemente su destrucción.

Conclusiones

• Debemos ser conscientes de que nos enfrentamos a una nueva situación cultural, que “confiere a los atentados contra la vida un aspecto inédito y —podría decirse— aún más inicuo ocasionando ulteriores y graves preocupaciones: amplios sectores de la opinión pública justifican algunos atentados contra la vida en nombre de los derechos de la libertad individual” (CVII, énfasis nuestro)

Amar y respetar la vida• El cristiano tiene el imperativo de respetar, amar y

promover la vida de cada hermano, según las exigencias y las dimensiones del amor de Dios en Jesucristo. « El dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar la vida por los hermanos » (1 Jn 3, 16).

• Se nos pide amar y respetar la vida de cada hombre y de cada mujer y trabajar con constancia y valor, para que se instaure finalmente en nuestro tiempo, marcado por tantos signos de muerte, una cultura nueva de la vida, fruto de la cultura de la verdad y del amor.

• Es urgente una movilización general de las conciencias y un común esfuerzo ético, para poner en práctica una gran estrategia en favor de la vida. Todos juntos debemos construir una nueva cultura de la vida.

• La revelación del Evangelio de la vida se nos da como un bien que hay que comunicar a todos.

60. Algunos intentan justificar el aborto sosteniendo que el fruto de la concepción, al menos cierto número de días, no puede ser considerado una vida humana personal. En realidad, desde el momento en que el óvulo es fecundado, se inaugura una nueva vida que no es la del padre ni la de la madre, sino la de un nuevo ser humano. A esta evidencia la genética muestra que desde el primer instante se encuentra fijado el programa de lo que será ese viviente.

Aunque la presencia de un alma espiritual no puede deducirse de ningún dato experimental, las mismas conclusiones sobre el embrión humano ofrecen una indicación para discernir racionalmente una presencia personal desde este primer surgir de la vida humana.

• 61. Los textos de la Sagrada Escritura, presentan de tal modo al ser humano en el seno materno, que exigen lógicamente que se extienda también a este caso el mandamiento divino « no matarás ».La vida humana es sagrada e inviolable. El hombre, desde el seno materno, pertenece a Dios. La Tradición cristiana es clara en considerar el aborto como desorden moral particularmente grave. A lo largo de su historia bimilenaria, esta misma doctrina ha sido enseñada constantemente por la Iglesia.

62. El Magisterio pontificio ha reafirmado con gran vigor esta doctrina común:• Pío XI rechazó las justificaciones del aborto a destruir la

vida humana aún no nacida. • Juan XXIII reafirmó que la vida humana es sagrada (desde

que aflora, ella implica directamente la acción creadora de Dios 67 ).

• El Concilio Vaticano II, «se ha de proteger la vida con el máximo cuidado desde la concepción; tanto el aborto como el infanticidio son crímenes nefandos».

• La disciplina canónica ha castigado con sanciones penales a quienes se manchaban con el aborto. La excomunión tiene como fin hacer plenamente conscientes de la gravedad del pecado y favorecer, una adecuada conversión y penitencia.

• Esta doctrina se fundamenta en la ley natural y en la Palabra de Dios escrita; es transmitida por la Tradición de la Iglesia y enseñada por el Magisterio ordinario y universal.

• 63. La valoración moral del aborto se debe aplicar también a las recientes formas de intervención sobre los embriones humanos que, aun buscando fines en sí mismos legítimos, comportan inevitablemente su destrucción:• Experimentos con embriones (como objeto de

experimentación constituye un delito en consideración a su dignidad de seres humanos. La misma condena moral concierne también al procedimiento que utiliza los embriones y fetos humanos todavía vivos).• En verdad, la eliminación de criaturas humanas inocentes, aun

cuando beneficie a otras, constituye un acto absolutamente inaceptable.• Una atención especial merece la valoración moral de las

técnicas de diagnóstico prenatal. Estas técnicas son moralmente lícitas cuando están exentas de riesgos desproporcionados para el niño o la madre, orientadas a posibilitar una terapia a favorecer una serena y consciente aceptación del niño por nacer. Pero, dado que las posibilidades hoy todavía escasas, sucede que estas técnicas se ponen al servicio de una mentalidad eugenésica, acepta el aborto selectivo para impedir tipos de anomalías.

• En realidad, el valor y la serenidad con que hermanos nuestros, afectados por formas de minusvalidez, viven su existencia cuando son

aceptados y amados por nosotros, constituyen un testimonio eficaz.

La Iglesia está cercana a aquellos esposos que, acogen a sus hijos gravemente afectados de incapacidades, así como agradece a todas las

familias que, por la adopción amparan a quienes han sido abandonados.

En el otro extremo de la existencia, el hombre se encuentra ante el misterio de la muerte.

« Yo doy la muerte y doy la vida » (Dt 32, 39): el drama de la eutanasia

Además, el hombre, rechazando u olvidando su relación fundamental con Dios, cree ser criterio y norma de sí mismo y piensa tener el derecho de pedir incluso a la sociedad que le garantice posibilidades y modos de decidir sobre la propia vida en plena y total autonomía.

La ciencia y la medicina tuvieron un gran desarrollo que hace que el hombre pueda y sienta el derecho a extender su vida con diversas intervenciones

Cada vez más fuerte la tentación de la eutanasia, esto es, adueñarse de la muerte, procurándola de modo anticipado y poniendo así fin « dulcemente » a la propia vida o a la de otros.

Eutanasia: se debe entender una acción o una omisión que por su naturaleza y en la intención causa la muerte, con el fin de eliminar cualquier dolor.

Cuando la muerte se prevé inminente e inevitable, se puede en conciencia « renunciar a unos tratamientos que procurarían únicamente una prolongación precaria y penosa de la existencia, sin interrumpir sin embargo las curas normales debidas al enfermo en casos similares »

Debe distinguirse la decisión de renunciar al llamado « ensañamiento terapéutico », o sea, ciertas intervenciones médicas ya no adecuadas a la situación real del enfermo.

La renuncia a medios extraordinarios o desproporcionados no equivale al suicidio o a la eutanasia; expresa más bien la aceptación de la condición humana ante al muerte.

« cuidados paliativos », destinados a hacer más soportable el sufrimiento en la fase final de la enfermedad.

Pío XII afirmó que es lícito suprimir el dolor por medio de narcóticos, a pesar de tener como consecuencia limitar la conciencia y abreviar la vida, « si no hay otros medios y si, en tales circunstancias, ello no impide el cumplimiento de otros deberes religiosos y morales ».79 En efecto, en este caso no se quiere ni se busca la muerte, aunque por motivos razonables se corra ese riesgo. Simplemente se pretende mitigar el dolor de manera eficaz, recurriendo a los analgésicos puestos a disposición por la medicina.

la eutanasia es una grave violación de la Ley de Dios, en cuanto

eliminación deliberada y moralmente inaceptable de una

persona humana. Esta doctrina se fundamenta en la ley natural y en

la Palabra de Dios escrita; es transmitida por la Tradición de la

Iglesia y enseñada por el Magisterio ordinario y universal.82 Semejante

práctica conlleva, según las circunstancias, la malicia propia del

suicidio o del homicidio.

El suicidio es siempre moralmente inaceptable, al igual que el homicidio

El suicidio, bajo el punto de vista objetivo, es un acto gravemente inmoral, porque comporta el rechazo del amor a sí mismo y la renuncia a los deberes de justicia y de caridad para con el prójimo, para con las distintas comunidades de las que se forma parte y para la sociedad en general.84 En su realidad más profunda, constituye un rechazo de la soberanía absoluta de Dios sobre la vida y sobre la muerte.

« suicidio asistido » hacerse colaborador, y algunas veces autor

La eutanasia, aunque no esté motivada por el rechazo egoísta de hacerse cargo de la existencia del que sufre, debe considerarse como una falsa piedad, más aún, como una preocupante « perversión » de la misma. En efecto, la verdadera « compasión » hace solidarios con el dolor de los demás, y no elimina a la persona cuyo sufrimiento no se puede soportar.

La opción de la eutanasia es más grave cuando se configura como un homicidio que otros practican en una persona que no la pidió de ningún modo y que nunca dio su consentimiento.

El deseo que brota del corazón del hombre ante el supremo encuentro con el sufrimiento y la muerte, especialmente cuando siente la tentación de caer en la desesperación y casi de abatirse en ella, es sobre todo aspiración de compañía, de solidaridad y de apoyo en la prueba.Esta repugnancia natural a la muerte es iluminada por la fe cristiana y este germen de esperanza en la inmortalidad alcanza su realización por la misma fe, que promete y ofrece la participación en la victoria de Cristo Resucitado: es la victoria de Aquél que, mediante su muerte redentora, ha liberado al hombre de la muerte

La certeza de la inmortalidad futura y la esperanza en la resurrección prometida proyectan una nueva luz sobre el misterio del sufrimiento y de la muerte, e infunden en el creyente una fuerza extraordinaria para abandonarse al plan de Dios.

DIOS es el único que puede decir cuándo el camino terreno se ha concluido.

Una de las características propias de los atentados actuales contra la vida humana consiste en la tendencia a exigir su legitimación jurídica.

La cultura democrática de nuestro tiempo ha difundido la opinión de que el ordenamiento jurídico de una sociedad debería limitarse a percibir y asumir las convicciones de la mayoría

Tendenciass

Por un lado individuos que reivindican para sí la autonomía moral

Por el otro se considera que el ejercicio de las funciones públicas obliga a cada uno a prescindir de sus propias convicciones, la responsabilidad de la persona se delega a la ley civil abdicando de la propia conciencia moral.

Relativismo ético

Relativismo ético

Equívocos y contradicciones

DEMOCRACIA

Es un INSTRUMENTO NO UN FIN

No es un sustituto de la moral

Entre los valores que la democracia fundamentalmente promueve, está la dignidad de la persona humana, sus derechos y considerar el “bien común” como regulador de la vida política

En la base de estos valores no pueden estar provisionales y volubles “mayorías de opinión, sino solo el reconocimiento de una ley moral objetiva.

Para el futuro dela sociedad y el desarrollo de la democracia urge descubrir de nuevo la existencia de valores humanos y morales esenciales y originarios.

los elementos fundamentales del conjunto de relaciones entre la ley civil y ley moral

Derecho a la vida

Derecho a la vida

conformidad de la ley civil con la ley moral

Las leyes que autorizan o favorecen el aborto y la eutanasia se oponen radicalmente no sólo al bien del individuo, sino también al bien común y por consiguiente están privadas totalmente de auténtica validez jurídica

• 68. Una de las características propias de los atentados actuales contra la vida humana consiste en la tendencia a exigir su legitimación jurídica. No pocas veces se considera que la vida de quien aún no ha nacido o está gravemente debilitado es un bien sólo relativo y el por tanto el Estado debería respetar esta decisión, llegando incluso a admitir el aborto y la eutanasia.

• 69. La cultura democrática de nuestro tiempo ha difundido la opinión de que l ordenamiento jurídico de una sociedad debería limitarse a percibir y asumir las convicciones de la mayoría y por tanto basarse sólo sobre lo que la mayoría misma reconoce y vive como moral.

• Se perciben dos tendencias aparentemente diametralmente opuestas. Por un lado individuos que reivindican para sí la autonomía moral, por el otro se considera que el ejercicio de las funciones públicas obliga a cada uno a prescindir de sus propias convicciones, la responsabilidad.

• 70. La raíz común de todas estas tendencias es el relativismo ético. Sin embargo la problemática del respeto de la vida muestra sus equívocos y contradicciones. En realidad la democracia no puede mitificarse convirtiéndola en un sustitutivo de la moralidad, es un “ordenamiento” y como tal un instrumento y no un fin. Su carácter “moral” no es automático, sino que depende de su conformidad con la ley moral, a la que (como cualquier otro comportamiento humano) debe someterse

• 71. Para el futuro dela sociedad y el desarrollo de la democracia urge descubrir de nuevo la existencia de valores humanos y morales esenciales y originarios. Son valores, por tanto, que ningún individuo, ninguna mayoría y ningún Estado pueden crear, modificar o destruir. La ley civil debe asegurar a todos los miembros el respeto a algunos derechos fundamentales, entre ellos el primero y fundamental es el derecho inviolable de cada ser humano inocente a la vida.

• 72. En continuidad con toda la tradición de la Iglesia se encuentra también la doctrina sobre la necesaria conformidad de la ley civil con la ley moral.

• Las leyes que autorizan u favorecen el aborto y la eutanasia se oponen radicalmente no sólo al bien del individuo, sino también al bien común y por consiguiente están privadas totalmente de auténtica validez jurídica

El aborto y la eutanasia son crímenes que ninguna

ley humana puede pretender legitimar.

Estas leyes establecen una grave y precisa obligación de oponerse a ellas mediante la objeción de

conciencia

La predicación apostólica inculco a los cristianos a obedecer a las

autoridades publicas, pero al mismo tiempo enseñó firmemente a que

hay que obedecer a Dios antes que a los hombres.(hch 5,29)

La obediencia a Dios de donde nace la fuerza y el valor para resistir a las

leyes injustas de los hombres

Un problema de conciencia se podría dar en casos de voto para

favorecer una ley restrictiva, como alternativa a otra ley mas

permisiva

Cuando no sea posible evitar completamente una ley abortista, pero su

oposición al aborto sea clara, puede ofrecer su apoyo a propuestas

encaminadas a “limitar los daños” de esa ley y disminuir así los efectos negativos en

el ámbito de la cultura y la moralidad publica.

Es necesario tener en cuenta los principios generales sobre la

cooperación en acciones moralmente malas.

Desde el punto de vista moral, nunca es licito cooperar formalmente en el mal.

Esta cooperación se produce cuando la acción realizada, se

califica como colaboración directa a un acto contra la vida humana

inocente.

Las acciones que cada uno realiza personalmente tienen una responsabilidad moral de

la cual nadie puede nunca sustraerse y sobre la cual cada

uno será juzgado por Dios mismo

El rechazo a participar en la ejecución de una injusticia, es

deber moral y derecho humano fundamental.

“Amaras a tu prójimo como a tu mismo” (Lc. 10,27)promueve la vida

El mandamiento “No mataras” establece el camino a la libertad y a desarrollar

determinadas actitudes y comportamientos a su servicio.

Dios confió la vida del hombre a su cuidado responsable, para que

custodie con sabiduría y la administre con fidelidad.

El Espíritu llega a ser una ley nueva que da fuerza a los

creyentes, inspira y plasma el mandamiento “no mataras”