no. 8 - héroes y villanos

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http://laplumaenlapiedra.blogspot.com/ Marzo 2012 No. 8 ¡Ojalá me hubiese valiente hubiera muerto y despojado a otro valiente. muerto Héctor, que es aquí el más bravo! Entonces un

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Revista cultural de distribución gratuita por internet. No. 8 - marzo 2012

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Page 1: No. 8 - Héroes y villanos

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Page 2: No. 8 - Héroes y villanos

Portada: Giovanni Battista Tiepolo, The rage of Achilles, fresco, 1757.

Cita: Homero, La Ilíada, Bruguera Mexicana de Ediciones, México, 1977, p. 378.

Derechos Reservados. La pluma en la piedra , Toluca, México, No. 8, marzo 2012.

La pluma en la piedra es una publicación mensual e independiente de distribución

gratuita por internet. Todos los artículos, ensayos, escritos literarios y obras publicadas

son propiedad y responsabilidad única y exclusiva del autor y pueden reproducirse

citando la fuente.

La pluma en la piedra

Da las gracias, como cada mes, a todos aquellos que hacen posible esta publicación:

colaboradores, escritores, artistas, lectores, suscriptores, amigos imaginarios y aquellas

valientes personas que leen La pluma por amor al arte.

Page 3: No. 8 - Héroes y villanos

Escribieron este número:

Serena Torres Peralta

Alejandra C. L.

José J. González

J. M. Falamaro

Karina Posadas Torrijos

3

Artista

José J. González

Page 4: No. 8 - Héroes y villanos

4

Artículos y ensayos

Héroes y villanos Serena Torres Peralta

Los villanos en el anime

Alejandra C. L.

7

13

Galería

Música y baile (Dulce y sus sinfonías) José J. González

17

Editorial

5

C o n v o c a t o r i a

32

En contra de la impermanencia de las cosas José J. González

Charlas inoportunas

J. M. Falamaro Psicosis

Karina Posadas Torrijos

19

25

29

Creación literaria

Page 5: No. 8 - Héroes y villanos

La pluma en la piedra

Toluca, 5 de marzo 2012.- Gran alboroto crea

señora en la autopista libre a Tzintzuntzan,

cuando en medio de los coches, comenzó a

gritar y mover los brazos con desesperación. Los

ahí presentes miraron primero con curiosidad y

después con alarma, cuando algún

malintencionado esparció el rumor de que el fin

del mundo se aproximaba.

Entre un dispositivo de seguridad que se

desplegó en segundos y gracias a la ejemplar

tarea de los cuerpos de seguridad estatal y uno

que otro militar, se pudo tranquilizar a la

multitud, quienes ya comenzaban a asaltar coches

y camiones para hacerse de provisiones.

Tres heridos, seis señoras histéricas y todos

los niños llorando fue el saldo de tan

extraordinario suceso. Cuando las autoridades

iniciaron las investigaciones correspondientes

para dar con la persona que inició la psicosis

colectiva, dieron con Doña Juana, oriunda de

Temascalcingo en el Estado de México.

Doña Juana declaró encontrarse de

vacaciones por el mundo y se disculpó por el

malentendido, pues, según sus propias palabras,

había sido víctima de una emoción inusitada:

“Estaba probando mi nuevo celular y la conexión

a internet, cuando me llegó un correo notificando

que ya había salido ‘La pluma en la piedra 8’. Me

emocioné porque m’hija escribe allí. Me bajé del

coche y le grité a mi marido, que se había

detenido a comprar unos chescos”, dijo la

implicada.

Cuando se le preguntó a Juanita, como la

conocen en su colonia, sobre La pluma en la piedra,

ella explicó que se trataba de una revista mensual

de distribución gratuita por internet, donde los

más grandes escritores y artistas han publicado

parte de sus obras. Mencionó que el número de

marzo corresponde a la 8a. edición y que contaba

con la participación de: Serena Torres Peralta,

con un muestrario de héroes y villanos; Alejandra

C. L. con una probadita de los villanos que

aparecen en los animes; José J. González, con un

relato que gira en torno a una mesa;

J. M. Falamaro, con sus charlas inoportunas; y

Karina Posadas Torrijos, quien comparte un

cuento donde plasma las psicosis de la que es

víctima.

Doña Juana, la provocadora del percance,

también mencionó la existencia de una “galería”

dentro de semejante revista, en donde una vez

más hacía acto de presencia José J. González, con

un fresco de música y baile, pero que también era

una sinfonía Dulce.

Después de tales declaraciones, los

hombres representantes de la autoridad

consignaron a la alborotadora por 48 horas al

torito más cercano de la entidad, pues se presume

que la susodicha se encontraba bajo el influjo de

enervantes. Así mismo, se comenzó la búsqueda

de las personas que la culpable había nombrado,

pues se cree que pertenecen a una banda de

traficantes de ideas.

5

“¡Ya llegó!”, grita señora en medio de la autopista a Tzintzuntzan. Ante las

miradas atónitas de quienes se arrodillaron, implorando perdón por sus

pecados. “¡Ya llegó!”, repetían algunos: “¡El fin del mundo ya llegó”.

“¡El fin del mundo ya llegó”, gritan.

Page 6: No. 8 - Héroes y villanos
Page 7: No. 8 - Héroes y villanos

Este personaje se encuentra con los: Héroes ____ Villanos ____

Por Serena Torres Peralta

Héroes y villanos

7

E stimado lector, a continuación le presento un divertimento escritural donde se

presentan las fichas técnicas de algunos héroes y villanos, reales y ficticios. Sin embargo,

después de escribir la línea anterior, me percaté de la dificultad que conlleva el hecho de

clasificar quiénes eran héroes y quiénes villanos, por lo que al final de cada personaje, me tomé la

libertad de dejar un espacio para que usted elija quién es quién en la historia.

Así mismo, debo agradecer la ayuda inconmensurable de Wikipedia, pues gracias al extenso

cúmulo de información que posee, me facilitó la ardua tarea de recabar los datos que conforman

cada ficha. Finalmente, debo aclarar que estoy consciente de la nimia cantidad de personajes que

aquí se exponen, pero no debe ser presa de la desilusión, bienaventurado lector, esta empresa está

diseñada para que usted complemente el fichaje con sus personajes favoritos. Tal vez, algún día se

cree un juego de cartas tipo Yu.Gi.Oh a partir de nuestro trabajo.

Nombre: Don Carmelo (interpretado por Miguel Inclán en Los

olvidados de Luis Buñuel)

Alias: El Ciego

Origen: Desconocido

Poderes: Puede ver más allá de lo evidente y golpear con un palo

con clavos a quienes intentan robarle su dinero.

Enemigos: Todos los niños de la calle.

Aliados: El Ojitos (hasta que se escapa).

Historia: De profesión mendicante, un día encuentra al Ojitos,

quien fue abandonado en la ciudad por su padre. Él le ofrece un

techo a cambio de que el Ojitos trabaje y lo ayude a ganar dinero.

Tiene debilidad por las jovencitas, en especial por Meche. En un

intento por hacerla suya, el Ojitos lo golpea y se queda solo

nuevamente. Entre sus frases famosas están: “¿Sigues esperando a tu papá? […] No regresará, esas

cosas pasan todos los días. Hay mucha miseria y las bocas estorban” y “Ojalá los mataran a todos al

nacer”.

Page 8: No. 8 - Héroes y villanos

8

1 El STOP es un juego de patio que consiste en dibujar un círculo en el piso, dividido en partes. Cada jugador se coloca sobre una de las fracciones y le pone nombre, usualmente el de un país. Uno de los jugadores comienza diciendo: “Declaro la guerra en contra de mi peor enemigo que es…” y a continuación dice el nombre de algún otro jugador. Todos corren menos el jugador nombrado, quien pondrá su pie en el centro y gritará “stop”. En ese momento todos se detienen y el jugador del centro elige a otro jugador para adivinar la distancia a la que se encuentra.

Integrantes: Adolfo Hitler (Alemania), Hirohito (Japón) y Benito Mussolini (Italia).

Alias: Bloque Berlín-Roma-Tokio, Los fantásticos (para los amigos), Hijos del averno (para los enemigos).

Origen: Después de una pequeña disputa en una partida de STOP1, donde el premio era un lugar

llamado Austria, Adolfo y Benito profundizan sus conversaciones y descubren que tienen intereses en

común. Así, después de un mal comienzo, van estrechando sus lazos de amistad y deciden formar un

equipo en pro de las naciones que lideraban, celebrando con la firma de un pacto en 1936 y el cual se

mantendría hasta la muerte de ambos. Algunos años después, en 1940, Hirohito, quien simpatizaba con

las opiniones de Adolfo y Benito, se une a la agrupación. A partir de ese momento se autonombraron

los Amigos del Eje.

Poderes: Buques y aviones de guerra, tanques, diferentes armas de fuego, químicas y biológicas entre

muchas, muchas, muchísimas otras.

Enemigos: El equipo de los Aliados conformados por Stalin (Ex-Unión Soviética), Roosevelt (Estados

Unidos) y Churchill (Reino Unido).

Aliados: Hungría, Rumanía, Bulgaria y muchos otros, tanto simpatizantes, como a quienes no les

quedó de otra.

Historia: Después de que se diera por terminada la Primer Justa Mundial de STOP, se firma el Tratado

de Versalles por actitudes antideportivas durante el desarrollo del juego, otorgando muy pocos

beneficios a los equipos de Alemania, Italia y Japón. Tiempo después, éstos últimos exigen la revancha

en la Segunda Justa Mundial de STOP, la cual inicia en 1939 y termina hasta 1945. Ante la derrota

inminente, Adolfo se suicida para no darles el gusto a sus contrincantes de atraparlo, en tanto, Benito

trata de escapar, pero es alcanzado y fusilado por una turba iracunda, marcando la disolución del

equipo. Después de lo sucedido, Hirohito continúa con su trabajo de emperador, pero renuncia a

algunas prestaciones de ley, entre ellas su ascendencia divina.

Este equipo se

encuentra con

los:

Héroes ____

Villanos ____

Page 9: No. 8 - Héroes y villanos

9

Nombre: María de los Dolores Asúnsolo y López Negrete de Martínez

del Río

Alias: Dolores del Río

Origen: Nació el 3 de agosto de 1905 en el estado de Durango, México.

Poderes: Actuación, algo de canto y baile, belleza, levantamiento de ceja

nivel experto.

Enemigos: Las malas lenguas dicen que María Félix.

Aliados: El número de aliados es inconmensurable, entre ellos se puede

destacar a Emilio “El Indio” Fernández, Salvador Novo, Diego Rivera y

Frida Kahlo.

Historia: Doña Dolores creció en el seno de una familia acomodada al norte de México. Tras el

estallido de la Revolución en 1910, su familia tuvo que separarse para evitar correr el destino de todo

hacendado. Junto con su madre, viaja a la Ciudad de México donde comienza a estudiar baile. Es

descubierta por un productor estadounidense que la invita a probar fortuna en Hollywood,

convirtiéndose en una gran figura de las décadas de los 20’s y 30’s. Bajo sospecha de ser comunista por

su relación sentimental con Orson Welles y al sentirse relegada a papeles secundarios, regresa a México

en 1942 donde continúa su carrera cinematográfica, convirtiéndose en una de las grandes divas de la

Época del Cine de Oro Mexicano.

Esta mujer se encuentra con las: Heroínas ____ Villanas ____

Nombre: Salomé

Alias: Salomé

Origen: Hija de Hepatía, esposa y cuñada de Herodes.

Poderes: Bailes sensuales.

Enemigos: Sin definir.

Aliados: Su madre.

Historia: Dicen las malas lenguas que Salomé se enamoró de Juan El Bautista y

trató de seducirlo. Al verse rechazada por El Bautista, albergó odio por él.

Después de danzar frente al rey y que éste le ofreciera lo que ella quisiera, consulta la decisión con su

madre y pide la cabeza de Juan en una bandeja de plata.

Esta mujer se encuentra con las: Heroínas____ Villanas ____

Page 10: No. 8 - Héroes y villanos

10

Este personaje se encuentra con los: Héroes ____ Villanos ____

Nombre: Rodolfo Guzmán Huerta

Alias: El Santo, el Enmascarado de Plata.

Origen: Tulancingo, Hidalgo, 23 de septiembre de 1917.

Poderes: Habilidades de lucha libre.

Enemigos: El cerebro del mal, hombres infernales, zombies, el Rey

del Crimen, mujeres vampiro, el estrangulador, brujas, marcianos,

monstruos, muertos, jinetes del terror, la mafia, momias de

Guanajuato, asesinos de otros mundos, la hija de Frankenstein, la

magia, Drácula, el Hombre lobo, secuestradores, lobas, el

Dr. Frankenstein, Dr. Muerte, La Llorona, el Servidor Asesino, al

inicio los técnicos y después los rudos.

Aliados: Blue Demon y todo el bando técnico.

Este luchador se encuentra con los: Héroes ____ Villanos ____

Nombre: Lobo Feroz

Alias: Juancho, para los amigos.

Origen: El bosque.

Poderes: Ojos, orejas y nariz muy grandes, además de un hocico

con dientes filosos.

Enemigos: El cazador del bosque.

Aliados: Desconocido.

Historia: Era conocida su afición por las jovencitas y por las

mujeres mayores. En ocasiones las engalanaba y éstas caían

rendidas a sus pies, sin embargo, a veces las galanteadas se ponían

difíciles y él tenía que valerse de cualquier artimaña para poder

conquistarlas. Una vez se corrió el rumor de que se había comido, literalmente, a una muchachita y a su

abuela, situación que provocó un gran tumulto y que un cazador, poco entendido en las artes del

donjuanismo, le abriera la barriga para sacar a las víctimas. El cazador fue procesado por difamación,

daños en propiedad ajena y homicidio culposo y calificado.

Page 11: No. 8 - Héroes y villanos

Este personaje se encuentra con los: Héroes ____ Villanos ____

11

Nombre: Bruce Wayne, Bruno Díaz. Alias: Batman, el Hombre Murciélago.

Origen: Proveniente de una familia multimillonaria. Presencia el asesinato de sus padres, cuando salían

de un teatro en Ciudad Gótica. Huérfano y traumado, decide tomar la justicia en sus propias manos e

inicia, como una actividad en sus ratos libres, una cacería de maleantes en toda la ciudad bajo el nombre

de Batman.

Poderes: Gran intelecto, habilidades físicas no sobrenaturales y dinero.

Enemigos: El Guasón, Dos Caras, El Espantapájaros, Hiedra Venenosa y muchos más.

Aliados: El mayordomo Alfred, Robin, Batichica, el comandante Gordon y los miembros de la Liga de

la Justicia.

Historia: Hombre loco que construye juguetes excesivamente caros para

atrapar a todos aquellos a quienes considere inmiscuidos en actividades

delictivas. No cobra por sus servicios. Trata de compensar sus culpas con

actos y fiestas filantrópicas, además de que ninguna novia le dura.

Este personaje se encuentra con los: Héroes ____ Villanos ____

Nombre: Pepe “El Toro” (Interpretado por Pedro Infante en Nosotros los pobres,

Ustedes los ricos y Pepe “El Toro”)

Alias: Pepe “El Toro” Origen: Humilde

Poderes: Sabe trabajar, se entiende con la madera (carpintero), don de canto,

honrado, valiente y buen peleador.

Enemigos: El mariguano, El tuerto, el papá de Chachita, Boby Galeana, la pobreza.

Aliados: La Chorreadoa, Chachita, la palomilla, Lalo Gallardo y la esposa e

hijos de Lalo Gallardo.

Historia: Pepe “El Toro” es un hombre trabajador que tiene que hacerse cargo de su madre y su

sobrina, Chachita, quien cree que él es su papá. Su madre enferma y queda postrada en una silla de

ruedas sin poder hablar, después del mal paso que da la mamá de Chachita. Trata de salir adelante, pero

el mundo siempre le pone trabas. Es acusado de un asesinato y termina en la cárcel, a pesar de su

inocencia, en tanto, su madre es brutalmente golpeada y termina moribunda en el hospital, al igual que

su hermana. Las dos mueren, Pepe demuestra su inocencia, sale del tambo, ajusticia al asesino de su

madre, le perdona la vida, pero este muere por pelear chueco. Se casa con “La Chorreada”, tiene un

hijo, éste muere en un incendio, Chachita se va con su familia rica, regresa, tiene dos hijos más, éstos y

“La Chorreada” mueren en un choque de tranvía, encuentra a un viejo amigo, se vuelve boxeador, lo

mata sin querer, se hace amigo de la reciente viuda y ambos acuerdan quedarse solos por siempre.

Page 12: No. 8 - Héroes y villanos

12

Nombre: José Doroteo Arango Arámbula

Alias: Francisco Villa, Pancho Villa (pa’ los cuates) y El Centauro

del Norte.

Origen: Doroteo Arango nace en el estado de Durango, México,

en 1878. Acerca del origen de Pancho Villa existen diversas

historias a su alrededor, siendo una de las versiones más populares

aquella que cuenta que mató al hijo de un hacendado, porque éste

había violado a su hermana. Perseguido por la falsa justicia, decide

adentrarse en las montañas y, tiempo después, conoce al líder de un

grupo de bandoleros al que llamaban: Francisco Villa. Doroteo

Arango se une a ellos y, a la muerte de Villa, es nombrado líder de

la banda, adoptando el mismo nombre de su predecesor.

Poderes: Encanto arrollador con las mujeres, valentía y determinación, el Siete Leguas (el caballo que

Villa más estimaba, cuando oía pitar los trenes, se paraba y relinchaba), la División del Norte

(formación militar), los Dorados (hombres de valor y confianza, leales al General), trenes, armas,

uniformes, cientos de campesinos y gente del pueblo inconformes por el excesivo poder de los

hacendados y sus abusos.

Enemigos: Hacendados, gabachos, John J. Pershing, Victoriano Huerta, Venustiano Carranza, Álvaro

Obregón y todo aquel que fuera en contra de sus ideas.

Aliados: Los Dorados, campesinos y gente del pueblo, Francisco I. Madero, Felipe Ángeles,

Venustiano Carranza, Emiliano Zapata y todo aquel que compartiera sus ideales.

Historia: Existen muchas alrededor de este personaje, entre ellas su asalto a Columbus, Nuevo México,

el cual todavía le duele al orgullo gringo; todos sus matrimonios, corriendo el rumor de que se casó 75

veces; los niños huérfanos que recogía y adoptaba; su carácter voluble; el encuentro con Zapata, su

comida en Sanborns en la Ciudad de México y el incumplimiento de enviarle armas al sur; la película

estadounidense en la que participó o la leyenda sobre la propuesta indecorosa por parte de Alemania.

Tras un periodo de tranquilidad, ya con Álvaro Obregón como presidente de México y ante el temor de

que tomara nuevamente las armas, es emboscado y asesinado el 20 de julio de 1923.

Este personaje se encuentra con los: Héroes ____ Villanos ____

Page 13: No. 8 - Héroes y villanos

13

Por Alejandra C. L.

Los villanos en el anime

D entro de mis vastas manías, existe

una llamada “anime”, que es la

animación japonesa. Pero no me

voy a detener a explicar realmente qué es el

anime porque seguramente muchos de ustedes

comprenden de lo que les estoy hablando. Más

bien, de acuerdo al tema que toca en nuestra

querida revista, hablaré de los malos que han

acompañado a varias series de anime que he

visto a lo largo de estos últimos diez años.

Sin embargo, a veces pienso que

catalogarlos del todo en una lista no sería muy

grato, ya que muchos de ellos siempre tienen

una historia que contar y, sobre todo, justifican

el porqué de sus actos, lo que me lleva de

inmediato a nuestro primer villano por analizar:

Vegeta, el príncipe saijajin de Dragon Ball Z, que

después se convierte en el compañero de peleas

del protagonista Gokú.

Vegeta es un caso bastante interesante. Si

mal no recuerdo, llega a la Tierra con el

objetivo de encontrar las esferas del dragón

para pedir la inmortalidad. Por eso, para

alcanzar su objetivo no le importa lo que deba

hacer, así destruya a la misma Tierra o mate a

su propio compañero. Pero al toparse con

Gokú se encuentra con la horma de su zapato,

y es precisamente esta horma la que lo obliga a

ser el némesis del protagonista. Siempre

obsesionado con acabarlo y con tener una pelea

donde él gane, lo cual nunca sucede por alguna

u otra cuestión, llevándo a que Vegeta se vuelva

al mismo tiempo enemigo y compañero de

peleas de Gokú, combatiendo para proteger a la

Tierra que convierte en su hogar, a falta de su

planeta que fue destruido por un extraterrestre

malvado.

Conforme avanza la serie, al final de

Dragon Ball GT, uno va sintiendo simpatía por

Vegeta. Incluso yo admito que llegué a tenerlo

como amor platónico, ya que su fuerte carácter,

la forma en cómo se obsesionaba con esa pelea

por Gokú y la manera en que protege aquello

que quiere, aunque no lo demostrara del todo,

presenta a una persona que pese a ser malvado,

demostraba que podía tener sentimientos,

llegando a entender el porqué de su actuar.

Y es que si uno se pone a analizar los

villanos de las series de anime, realmente no

hay maniqueísmo, esta idea de que hay un

bueno y un malo, un enfrentamiento y el malo

pierde. Dentro de las series de anime los

malvados pueden volverse buenos o si no

mueren, pero siempre con una justificación de

por qué realizaron tales cosas que incluso

pierdes la noción de su maldad.

Tal es el caso de Itachi Uchiha, el

hermano mayor de Sasuke Uchiha, uno de los

Page 14: No. 8 - Héroes y villanos

Alejandra C. L.

personajes de la serie Naruto. Por mucho

tiempo uno cree que Itachi es malvado, cruel y

llegaba uno a considerarlo despiadado por

matar a su familia. Pero cuando le confiesa la

verdad a su hermano Sasuke mientras éste lo

mata, uno pierde la idea de que Itachi era el

malvado.

Por supuesto que existen personajes que

tienen grandes dosis de maldad, pero nunca los

dejan a la deriva, indicando que no son malos

por naturaleza, sino más bien fueron

adquiriéndola, porque la sociedad misma los

obligó o los corrompió el poder que les

otorgaron.

Veamos dos casos de estos, en primera

instancia tomemos de ejemplo a Lucy de Elfen

Lied. Ella nace con dos cuernos en la cabeza, es

huérfana y por si fuera poco en el orfanato

donde vive se burlan de ella. Ante su defensa

comienza a matar por medio de sus brazos

invisibles (que son capaces de moverse a una

velocidad impresionante). Aunque para muchos

es malvada, en especial dentro de la historia,

cuando uno ve el anime descubre que todas las

circunstancias que sufrió Lucy la van llevando a

un estado de desesperación tal, que la lleva a

desear acabar con la humanidad.

En segunda instancia tomemos a Light de

Death Note. Considerado como uno de los

íconos dentro de muchos otakus (y espero que

no me maten cuando lean este artículo), Light

es la prueba de que el poder cambia a la gente.

La historia de este chico comienza cuando

encuentra después de salir de clases un

cuaderno de la muerte, donde al anotar el

nombre de una persona, esa persona morirá al

cabo de sesenta segundos. Para no arriesgar a

alguien, se decide por matar a un secuestrador

que ve en las noticias por la noche,

descubriendo la terrible verdad. Al darse cuenta

de lo que había hecho, comienza a matar a

todos los delincuentes de Japón, no tardando

en autoproclamarse como el dios del nuevo

mundo, ya que, según él, está limpiando a la

humanidad de la escoria. Pero sus actos llaman

la atención del FBI y algunas otras

organizaciones de la justicia, lo cual lleva a

investigaciones. Light, al ver que su deseo de

ser un dios puede terminar, no se toca el

corazón para eliminar a sus contrincantes,

utilizando a personas para que él jamás sea

descubierto como la mente maestra detrás de

toda la oleada de crímenes que comienzan a

desatarse en lo que él llama “justicia”. Y es

precisamente esta obsesión por quitar a todo

aquel que considera peligroso para su

ascensión, lo que lo convierte en alguien

malvado y cruel, ya que no se conmueve ni con

la muerte de quienes consideraba sus seres

queridos.

Otro caso parecido podría ser Lelouch

Lamperouge de Code Geass, aunque este parece

tener tres razones para actuar de manera tan

despiadada que al final nos conmueven hasta el

14

Page 15: No. 8 - Héroes y villanos

tuétano y se llega a tener admiración y simpatía

por el personaje. En primera, su familia fue

asesinada y busca vengarse de los ejecutores del

mismo, sabiendo de antemano que detrás de

todo eso se encuentra su padre. En segunda,

tiene el Geass, un poder que hace que a quien

sea que le ordene algo lo ejecute, consiguiendo

que la gente se mate de inmediato si él lo

ordena. Y en tercera instancia, lo único que

desea es que su hermana menor, Nunally, viva

en un mundo donde no exista la esclavitud ni

las conquistas. Pero para esto llega a realizar lo

que un filósofo dijo alguna vez: “el fin justifica

los medios”, llevando a la destrucción a varias

personas y claro, tampoco se fija mucho en los

verdaderos intereses que tienen sus seguidores.

En algunas otras series, dejando de lado a

un personaje en específico, se plantean muchas

de las veces que los verdaderos malvados son

los seres humanos o que ellos son los que

llevan a la destrucción todo lo que los rodea.

Como primer ejemplo tenemos de nuevo a

Elfen Lied, en donde conforme la serie avanza,

uno se replantea seriamente cómo la sociedad

hace a un individuo malvado y, por lo tanto, la

sociedad misma está llena de maldad. En otro

ejemplo tenemos a Saikano, una serie donde

una chica es forzada a convertirse en un arma

porque hay una guerra, causante de la

desaparición de varias ciudades. Aunque en esta

serie no hay un maniqueísmo tan evidente, ni

siquiera un trato de la maldad o de algún

malvado en específico, la forma como se

muestran las miserias de la guerra, así como la

destrucción de la misma, nos lleva de inmediato

a reflexionar nuevamente que dentro de nuestra

naturaleza como humanos, existe algo llamado

maldad y que al encontrarse latente, nos llevará

a nuestra propia destrucción, como suele pasar

con algunos de los personajes citados

anteriormente.

Me gustaría citar más personajes

inolvidables dentro de series, pero la lista es

muy larga y creo que nunca acabaría. Sólo me

resta decir que dentro de las series de anime,

uno conoce al malvado más de lo que se llega a

conocer dentro de una historia maniqueísta,

aunque bien… pone a pensar que uno nunca se

vuelve malvado nada más porque sí. Todos

tienen una historia qué contar y ésta es otra de

las razones por las que me gusta el anime, ya

que el malvado siempre terminará

sorprendiendo.

15

Los villanos en el anime

Page 16: No. 8 - Héroes y villanos

La Galería

Page 17: No. 8 - Héroes y villanos

La Galería

“Dulce… Dulces los labios del pintor, hastiado de espacios en blanco. Ya ha roto todos los

cuadros que hizo la última semana. Ya canceló el envío de varios de ellos a las publicaciones de

difusión. Ya no mira. Ya no. Ha preferido apagar la luz, porque cada toque de blancura lo saca de

sus cabales. Dulce… a eso sabe la espalda cuando la pruebas con cuidado. ¿Acaso no es la pregunta

que todos nos hemos hecho: a qué saben las cosas? Pintor se acerca a la mujer acostada a su lado.

Está decidido a descubrir el sabor de ella. Y al acercarse a su piel escucha los timbales que se llevan

el espacio para dejarle el movimiento.”

17

Música y baile (Dulce y sus sinfonías). José J. González, acrílico sobre cartón, 45 x 89cm.

Page 18: No. 8 - Héroes y villanos
Page 19: No. 8 - Héroes y villanos

Por José J. González

Primera parte

L a mesa de la cocina hace dos días que había perdido la pata. Era imposible poder

comer sobre ella, pues uno nunca sabía en qué momento terminaría volcándose. Por

ello Lizz y Harry preferían comer en el suelo, sólo colocaban una manta como

mantel y todo estaba listo.

Ya habían llamado al carpintero para que viniese a repararla, pero por alguna extraña razón

éste se negaba a aparecer. Quizá pensaba que en la casa donde habita un escritor no hay dinero

para solventar una simple y llana pata de palo, o quizá se creía el mejor carpintero del mundo y, por

ello, no gastaría fuerzas en esa simple y llana pata de palo.

–¿Por qué no compramos otra mesa, Harry? –dijo con cierta resignación Meli.

–No, nada de eso Meli, ésta aún tiene mucha vida por delante. Mírala ahí, hasta parece estar

triste porque le falta su patita –dijo bromeando.

–Pero si yo la veo muy vieja, yo dudo que nos pueda durar un año más –dijo sería y luego

agregó: –Y qué tal si tiene polilla, no querrás que esos animales se devoren tus libros.

–Pues yo la veo tan buena como el primer día que la trajimos… Bueno, pero qué se ha creído

ese carpintero, ¡caramba!

–Quizá tiene un poco de trabajo Harry, si quieres vuélvele a llamar.

–No, no, no, puede creer que lo necesitamos verdaderamente para arreglar una mesa;

dejémoslo así.

–Está bien, será cómo quieras Harry.

Llegó la hora de la comida, tendrían que tender el mantel como lo ya han venido haciendo, y

para que cuando terminen tengan que levantarlo. En verdad que todo esto era un fastidio. Harry no

podía escribir porque siempre que lo intentaba sólo podía escribir sobre mesas lisiadas. Tenía que

hacer algo para que todo volviera a su equilibrio, para que todo fuera como antes, donde los dos

comían en la mesa, donde él podía escribir sobre cosas que no fueran mesas y patas de madera.

En contra de la impermanencia de las cosas1

19

Dadme un punto de apoyo y levantaré el mundo.

ARQUÍMEDES, Περὶ ȋɯ̑υ Μɳχαυικɯ̑υ

ɵԑɯρɳμἀȋɯυ ᴨρᴏҫ Έραȋᴏσἐυɳυ ἒφᴏδᴏς

1 El título está basado en un verso de Corso.

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José J. González

Lizza, como siempre, marchaba a trabajar a las dos de la tarde. Su empleo en aquella casa

editorial la regresaba a casa hasta casi las ocho. Mientras tanto, Harry se quedaba en casa, sentado

en una de aquellas sillas con cuatro patas. Miraba por largo rato a aquel mueble que si no podía

reparase terminaría en el fuego. No podía creer que por carecer de un elemento también careciera

de un valor, así es todo el mundo, se dijo.

–Todos somos servibles mientras podemos llevar a cabo ciertas actividades y tareas. Pero,

desde el momento que ya no podemos más, nos van haciendo de lado, vamos adquiriendo un rol

de cosa estorbosa –monologó.

Ahora entendemos por qué Harry le preocupa llegar a viejo. Lo compadecemos, pobre

hombre. Pero Harry olvida que hay cosas que las personas viejas sólo pueden hacer, por ejemplo,

jugar ajedrez todo el día sin ser molestado para llevar a cabo cualquier nimia tarea, o leer un libro

completo sin interrupciones, o dormir. Sin embargo, para poder hacer esto uno tiene que tener un

ahorro para no preocuparse de dinero, y para tener dinero uno tiene que trabajar, y si hablamos de

trabajo nos damos cuenta que Harry no tiene. Por tanto, la única que puede aspirar a esta vida

tranquila es Meli. A él le espera un destino turbio, todos los escritores y pintores lo tuvieron. La

mayoría de ellos murieron pobres y en la calle.

Sonó el teléfono.

Quizá era Meli, quien más llamaría a estar horas de la tarde. Harry se levantó con cierta

pesadez de la silla, caminó lento hacía el teléfono que seguía sonando.

–Sí, bueno… –se escuchó una voz grave al otro lado.

–Sí, diga –contestó Harry.

–Señor Harry.

–A sus órdenes, ¿qué se le ofrece?

–Llamo de la carpintería “El roble”. Lamento comunicarme hasta ahora, lo que pasa –ahí

venía el pretexto: –es que se me había olvidado que tenía un compromiso con usted.

–Se le olvidó… bueno, bueno, está bien.

–No sé si aún requiere de mis servicios.

–Lo lamento, es que le he hablado a otro carpintero, quedó en venir esta tarde. De hecho

creo que ya llegó, tengo que dejarlo. Gracias de todas formas. Buena tarde.

–Buena t…

Harry colgó.

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Por la tarde volvió Meli del trabajo, como siempre, regreso agotada. Harry le preparó una

silla para que ella tomara asiento y así poder descansar. ¿No ha venido el carpintero?, preguntó

Lizza.

–No, no ha venido –luego agregó Harry: –pero llamó por la tarde, me dijo que se le había

olvidado porque según él tenía carga de trabajo.

–Eso quiere decir que mañana vendrá, ¿verdad?

–Le dije que ya no se presentara. Le mentí que ya habíamos conseguido otro carpintero.

–¿Y quieres decirme quién es el nuevo carpintero?

–Pues no lo sé, mañana saldré a buscar alguno que quiera trabajar.

–Te digo que mejor compremos una nueva mesa.

Harry parecía un niño siendo regañado. Agachó la cabeza como quien espera el sermón final.

Meli seguía hablando, para ese entonces él ya estaba sumergido en un espacio en blanco. Empezaba

a idearse algunas cosas para la mañana del día siguiente. Harry es como un jugador de ajedrez,

siempre pretende ir un paso adelante fingiendo que ha sido puesto en predicamentos.

Después de haber cenado y haber platicado del día de Meli, los dos decidieron descansar.

Apagaron la luz de la pequeña sala y de la cocina. Harry fue a la biblioteca, mientras que Meli se

arropaba para dormir. Él regresa a la habitación con un grueso ejemplar de Solschenitzin, hace

meses que le lee a ella esta novela rusa.

Nadie tenía ganas de trabajar los domingos, ni siquiera los «libres».

Iban al trabajo de modo indolente, sin que hubiese en los autobuses las acostumbradas

apreturas de los días laborales, y se preocupaban solamente de cómo resistir hasta las seis de la

tarde.2

–Meli… Meli –susurró Harry.

Como lo había sospechado Harry, ella ya estaba más que dormida. Cuando se duerme ni el

paso de un ferrocarril es capaz de levantarla. Él continuó leyendo hasta que al fin sus ojos ya no

podían mantenerse abiertos. Dejó el libro en el buró, apagó la luz, y durmió abrazado a Lizza.

Desde que Izza trabaja en la editorial siempre regresa muy cansada, por lo regular le quedan

pocas ganas para hacer algo. Era de esperarse que una mujer como ella tuviera un buen trabajo.

Desde un inicio se había destacado por sus buenas notas. Harry, por otro lado, siempre fue el

despreocupado, el que dejaba todo para lo último, el que prefería trabajar en los proyectos de otros

y no en los propios. Su única ambición era escribir y pasarse la vida al lado de su linda esposa .

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2 NOTA DEL ESCRITOR. Alexander Solschenitzin, “Capítulo XXXI: Las impresiones vocales” en El primer círculo, Bruguera, Barcelona, 1971, p. 291.

En contra de la impermanencia de las cosas

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José J. González

Todo para Harry adquiría sentido al lado de Izza, la anulación de su yo había iniciado desde aquella

vez primera que encontró a Meli.

Por la mañana sonó el despertador. Eran las seis en punto. Harry se levantó. Él siempre

había tenido la costumbre de levantarse muy temprano. Fue a la cocina, miró con tristeza a aquella

vieja y acabada mesa. Todo tiene un ciclo de vida, se dijo. Se sentó sobre un tapete cerca del centro

de la sala. Su postura era parecida a la de los sujetos que meditan.

El despertador volvió a tocar. Ahora eran las siete, Meli continuaba dormida, Harry se

levantó y caminó despacio hacia la habitación. Apagó el ruidoso objeto. Luego volvió al centro de

la sala, pero en vez de sentarse se quedó parado, su mirada se perdía en la profundidad de algún

sitio desconocido.

Volvió a caminar hacia su habitación. Abrió el ropero y saco un abrigo. Buscó sus zapatos, se

colocó una bufanda en el cuello y se fue directo a la puerta de salida. Antes de salir echó una última

mirada a su vieja mesa.

Cuando Meli despertó se dio cuenta de la ausencia de Harry. No se le hacía extraño que él de

vez en cuando decidiera salir por las mañanas. Ella nunca sabía a dónde iba a esas horas; de algo

podemos estar seguros, ni el mismo Harry sabía dónde podría llegar a parar. Él sólo caminaba y

caminaba sin rumbo fijo hasta que se cansara o se aburriera de andar, entonces volvía, nunca decía

palabra alguna, simplemente entraba, se sentaba y todo empezaba a correr como si nada hubiera

sucedido.

Pero aquella mañana era diferente, Harry sabía claramente a dónde dirigirse. La gente lo

miraba extraño, él los miraba extraño. La gente hablaba de él, él no hablaba de la gente. Su mundo

siempre estaba concentrado en una especie de microcosmos, y en ese espacio había entrado desde

hace un buen tiempo Meli. Él le permitió que entrara.

Eran apenas las siete y tres cuartos cuando Harry llegó a donde tenía que llegar. Sabía que

tenía que esperar un cuarto de hora más. Tomó asiento en la banqueta. Un par de niños pasaron

cerca de él, lo más seguro es que se dirigían a la escuela, o algo así. Los niños se rieron de su

peinado no-peinado.

Los pensamientos de Harry cada vez se mostraban más abstractos hasta para mí, con cada

día que pasaba algo dentro de él se hacía más difícil de apreciar. Algunas ocasiones parecía dejar de

pertenecer, parecía irse, viajar a las curvas y líneas de las que nos habla Long. Ni él mismo

comprendía que pasaba, sólo dejaba que pasará.

–Buenos días.

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En contra de la impermanencia de las cosas

–Buenos días –contestó Harry volviendo en sí.

Un ruido metálico se escuchaba a sus espaldas. La cortina de aquel establecimiento era

empujada hacia arriba. Harry se levantó.

–Puede usted pasar –dijo una voz anciana y apagada.

–Sí, gracias.

Harry entró. Herramientas por aquí y por allá asaltaban la vista de Harry. Él siempre había

odiado las herramientas, pero quería su vieja mesa.

–¿Tendrá clavos de una pulgada y media? –preguntó Harry a media voz.

–Claro que sí señor, ¿cuántos va a necesitar?

–Yo diría que como unos diez.

–¿Tan sólo diez?

–Sí, sólo diez.

El señor camino hasta el almacén, Harry lo vio con qué esfuerzos se doblaba para tomar los

clavos. Aquel hombre empezaba a ser como la mesa. No tardaría mucho en que alguien decidiera

relevarlo por considerarlo inservible. Harry empezaba a odiar el mundo.

El viejo caminó de regreso hasta el mostrador. Aquí los tiene, dijo.

–¿Cuánto le debo?

–No es nada, lléveselos.

–No, en verdad, ¿cuánto le debo?

–Amigo, se los regalo.

El viejo se dio la vuelta para tomar una bolsa de plástico donde echar los clavos. Harry

aprovecho este movimiento para tomarlos y colocarlos dentro del abrigo. Saco un billete de a

veinte y lo dejó en el mostrador, luego salió con paso apresurado.

Siempre había detestado que la gente le regalara las cosas. Sabía que a veces estaba jodido,

pero no por ello le gustaba obtener conmiseración de los demás, aunque fuera por buena obra. Los

regalos le hacían sentirse miserable.

Harry caminó rápido a casa. Cuando entró, vio a Meli cocinando.

–Hola, Harry.

–Hola.

Observó con detenimiento la mesa, luego preguntó:

–¿El martillo aún está en la caja?

–Creo que sí, ¿por qué?

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Page 24: No. 8 - Héroes y villanos

José J. González

Harry no contestó.

Se dirigió a su habitación; bajo la cama estaba la caja. La sacó con mucho esfuerzo. Ahí

estaba el rojo martillo de oreja. Lo tomó con cuidado, hacía mucho que no lo sentía en sus manos.

Una sonrisa se dibujó en su rostro de escritor y pintor mediocre. Tendrás una segunda

oportunidad, dijo.

Efectivamente, ese rojo objeto representaba una oportunidad.

Harry regresó a la cocina. Ahí seguía Meli.

–¿Qué harás? –preguntó Meli sin despegar la vista de la estufa

–Espera y lo verás –contestó Harry con cierta alegría en sus palabras. –Espera y lo verás.

La vieja pata estaba colocada en una esquina. La mesa ya se encontraba arrumbada como los

objetos que han sido olvidados por un infortunio o un amo descorazonado. Harry no pudo evitar

sentir cierto aire de tristeza. Ahora quedarás como nueva, dijo en voz baja.

–Te he dicho Harry que ya tiremos ese pedazo de leña.

–Nada de eso –los ojos de Harry miraron fijamente a Meli.

Harry saco de su bolsillo los diez clavos que había pagado. Sus dedos podían sentir el frío

metal, la redondez y un extremo terminado en punta. Tomó la vieja pata de madera y la colocó en

el lugar que debería de ir.

Luego, con el martillo en la mano derecha y con la izquierda sosteniendo el clavo se prepara a

brindarle a su vieja compañera una oportunidad más; asesta un fuerte golpe sobre el clavo. Meli

voltea para ver lo sucedido. Harry toma otro clavo y da un nuevo golpe, luego otro y otro. Se

detiene. Se retira a cierta distancia para ver el resultado de su trabajo. Un gesto de alegría se pinta

en cada uno de sus músculos faciales.

–Allí la tienes –espera la respuesta de Meli.

–Haber déjame verla.

Meli se dirige rápidamente hacia donde está la mesa.

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PERSONAJES

C. Bukowski: Poeta insensible con ansia de probar elíxires extravagantes de algún vino barato entre bocanadas de

humo. Acaba de recibir otra larguísima nota de rechazo, nadie lo quiere publicar e, incluso, ha deseado ser leído y

que lo entienda cualquiera. No conoce obra alguna de Joaquín. Ha visto representar la misma comedia, el mismo

papel del pseudointelectual y la misma obra por algún escritor.

Joaquín: Biógrafo de universos infinitos. Escritor de ensayos patéticos experimentales.

* * *

C. BUKOWSKI: (Tomando nota.) Martes, siendo las 12:35 de la mañana, me encuentro en el

domicilio del buen y afamado estudioso de las letras, Joaquín…

JOAQUÍN: (Interrumpe estrepitosamente al joven poeta.) Mmm… no soy letrado, mi joven amigo.

C. BUKOWSKI: (Prosigue.) Bien. Usted perdone. Prosigo: disfrutamos de esta hospitalidad

hogareña en la sala de estar, con un único fin, charlar con Joaquín.

JOAQUÍN: (Rascándose la cabeza.) ¿En verdad desea, mi buen amigo, charlar? Antes creo nos

debemos un café. ¿Me permitiría unos minutos?, voy por ellos.

C. BUKOWSKI: (A solas.) ¿Quién se cree este santurrón? Interrumpiéndome mientras llevo el

hilo de una entrevista y luego, ¿dónde está la hospitalidad?, cuando sobre la mesa únicamente veo

vasos vacíos. Sólo espero que no tarde.

JOAQUÍN: (Vuelve con las manos.) ¿Cómo dice que se llama, mi joven amigo? No, espere…

¿cómo se le ocurrió venir a charlar conmigo?

C. BUKOWSKI: Pues, si me permite explicar, a la revista a la que pertenezco le interesó un

artículo suyo publicado hace…

JOAQUÍN: (Con un dejo de sorpresa en el rostro.) Revista dice. Hace años que no me tomo el

tiempo para esos menesteres. Permítame... (Yéndose de repente.)

C. BUKOWSKI: (Atónito, a solas, mirando a todos lados de la sala, murmurando entre dientes.) Debería

largarme de aquí, a quién le interesa semejante charla. Además, ¿quién es Joaquín? Hasta ayer no

sabía quién era, si no fuera por mi jefe…

JOAQUÍN: (Entra con dos tazas de café en la mano.) ¡Qué curioso!, no pregunté si deseaba un café.

C. BUKOWSKI: No se preocupe. Me tomaré el café.

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Por J. M. Falamaro

Charlas inoportunas

Para C. Bukowski

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J. M. Falamaro

JOAQUÍN: ¡Qué bien, mi joven amigo! ¿No le parece que a veces se tiene la impresión de estar

sujeto al suelo de una gran escenografía, dentro de un inmenso teatro? Sólo falta un público.

(Riendo.) Seriamos pésimos actores, ¿no lo cree? Imagínelo por un momento, usted con su diálogo

en la mano y su servidor, un pésimo improvisador. ¡Qué daría por estar en el teatro! Las personas

arriba de las tablas sí que saben vivir…

C. BUKOWSKI: (Lo interrumpe.) Mmm… como le iba diciendo, Joaquín, he venido hasta su

domicilio esperando una charla amena sobre su artículo: La ausencia del héroe…

JOAQUÍN: (Mirando su taza vacía, vacilando.) Se me ha acabado mi café, aun así, qué más da.

Tendremos que seguir sin ello. (Levanta la vista y mira a su interlocutor.) ¿Me imagino que usted

escribe?

C. BUKOWSKI: Por supuesto.

JOAQUÍN: ¿Y me imagino que es bueno en su trabajo?

C. BUKOWSKI: Claro, en cierta ocasión tuve la osadía de escribir Cómo ser un gran escritor. Un

puñado de líneas triviales que se volvieron escandalosas cuando consideraron preguntar por mi

gusto por la vida, una vida donde se tiene el deleite por “los hombres desesperados, hombres con

los dientes rotos y los destinos rotos. También me gustan las mujeres viles, con las medias caídas y

arrugadas y con maquillaje barato. Me gustan más los pervertidos que los santos. Me encuentro

bien entre los marginados porque soy un marginado. No me gustan las leyes, ni morales, religiones

o reglas. No me gusta ser modelado por la sociedad”. Considerado decadente, busqué otras

opciones. Fue cuando hallé mi oficio, mihi ipsi scripsi.

JOAQUÍN: Lo felicito, se ha hecho de un nombre. Es usted importante, tanto que me

encuentro anonadado y confundido, pues no sé qué hace aquí, tomando café, escuchando a un

cuentacuentos mediocre, inexperto en los temas más zafios.

C. BUKOWSKI: Debo confesar que su sala de estar es impresionante. No hay nada que

perturbe su estancia, sin cuadros, sólo café, unos cuantos libros… Cuando venía hacia acá, me hice

a la idea de encontrarme con un personaje con la nariz metida en los libros, hojas, un aroma

arrojado en el ambiente, con murmullos poéticos, anidando una fábula en un rincón, relieves,

inspirado en crear algo nuevo… Usted me ha impresionado.

JOAQUÍN: Lo he decepcionado más bien. No lo culpo. Si me hubiera enterado que vendría,

hubiese comprado cigarrillos, un buen vodka y, por qué no, más café, ¿no lo cree?

C. BUKOWSKI: No se crea, Joaquín. (Sacando del bolsillo de la camisa una cajetilla de cigarrillos.)

¿Tendrá fuego? (Tendiéndole la cajetilla a Joaquín.)

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Charlas inoportunas

JOAQUÍN: Claro, claro. Tal parece que no ha sido del todo un fracaso esta charla. (Tomando un

cigarrillo.)

C. BUKOWSKI: (Encendiendo el cigarrillo que acaba de tomar.) Bien, de acuerdo al protocolo

establecido, debo hacerle unas preguntas si no le molesta, Joaquín.

JOAQUÍN: (Inspirado en el humo y en las espirales del cigarrillo.) Claro.

C. BUKOWSKI: ¿Hace cuánto que escribe?

JOAQUÍN: ¡Qué curioso, mi joven amigo! Me he hecho la misma pregunta. (Un momento de

silencio, una sonrisa, movimientos insinuados de cabeza.) No lo sé. Pero, qué curioso, lo que sí recuerdo es

a mi padre escribiendo una noche fría, con papel en mano. Inspirado. Redactando una carta a mi

madre. Esperando que unas líneas lo eximieran de tantas culpas. También recuerdo a mi abuela,

escribiendo un testamento inmaterial, un recordatorio de indiferencia, odio sin piedad, misantropía,

olvido sin clemencia, rencor. A mi hermana menor y sus primeros garabatos, según una tía

raquítica, obras de arte que un día ella misma echó al cubo de la basura. (Pausa.) Posiblemente no

tengo una respuesta, quizá los demás lo sepan. Siempre saben más de uno. Debería preguntarles,

ahora que si quiere una respuesta mía, diré que ayer como a eso de las cinco de la tarde. (Pensando.)

Ahora sólo falta que me pregunte por el día de mi cumpleaños.

C. BUKOWSKI: Se de buena fuente que pronto festejara un año más.

JOAQUÍN: (Frunciendo el ceño, mirando al suelo, con una sonrisa estúpida como en el fondo de una fosa.

Pausa larga.) No me explico a dónde lo llevará esta pregunta, pero asumo que espera una respuesta

satisfactoria, mi buen amigo. (Toma de la cajetilla otro cigarrillo, lo humedece entre los labios y lo pasa entre los

dedos.) Me molesta. Siempre me ha molestado esta pregunta, porque asumo que los festejos de

cumpleaños le han acompañado a usted desde su tierna edad. Pues en mi caso no es diferente, aún

recuerdo mis primeros festejos: las decoraciones forzadas, los colores chillones, los globos, los tíos,

los primos, gente ajena, desconocidos, las canciones, el pastel, como olvidar ese pastel verde, y a

dónde lleva todo eso: a la culminación de un beso en la frente, abrazos, mordidas de pastel, el grito

de una tía bofa desde el otro lado de la habitación: “¡que cumplas más años mi niño!”. Cuando

tienes cuatro años no lo entiendes, pero a los siete, es ya insoportable seguir escuchando la misma

frase, cada vez más cruel, mi joven amigo, esa felicidad desbordante, que inspira, ¡qué gran ilusión!

De pronto, a la víspera de cumplir diez años, algo dentro de mí descubrió que esto no estaba bien,

porque cuántos años más esperaba vivir. ¡Cuántos más! Esperando llegar a los cincuenta, sesenta,

setenta, ochenta… No, eso no está bien. (Encendiendo el cigarrillo estrepitosamente.) Fue entonces, mi

joven amigo, que me di cuenta que nadie se plantea sobriamente cuántos años quiere vivir .

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J. M. Falamaro

¡Vivirlos!, signifique lo que signifique esta palabrita. Porque puede verse una notoria diferencia

entre: “cuántos años cumples” a “cuántos años más quieres vivir”. Que un hombre en medio de la

plaza festeje los años que tiene gritando: “tengo veinte años, espero vivir diez años más”, y eso es

suficiente. Suficiente para que el mundo lo mande al psiquiátrico, a la cárcel o al exilio. (Pausa.)

Hoy, por ejemplo, tengo veintitrés años, y recorrer Sudamérica me tomara cuatro años, con esos

años me conformo y me doy por bien servido. ¿Quién no se tomaría la vida en serio si festejara no

los años pasados, sino los años que se ha empeñado en vivir? Una pregunta que se ha olvidado

preguntar, que se les ha olvidado preguntarme y que se la hago ahora, mi joven amigo: ¿Cuántos

años espera…?

Alguien llama a la puerta. Joaquín abre. Las luces donde se encuentra el invitado se apagan y este desaparece de

escena. En la puerta alguien se dice y se hace llamar C. Bukowski.

JOAQUÍN: Es absurdo, demasiado absurdo.

Mientras cierra el cerrojo, unas sombras se alejan, apenas se perciben por la rendija de la hoja de la puerta.

JOAQUÍN: (A solas.) ¿Qué hacen unos hombres en la sombra, guardando silencio,

descubriendo que han sido olvidados, abandonados? La grandiosa atracción del olvido del

momento de algún lugar sin moverse de su sitio. (Pensando.) Puede que haya sido ese viejo

indecente, sin embargo, su falta de interés, su exceso de silencio, sus equivocaciones, su aliento a

vino barato… (Mirando al público.) Pero cuando le obligué a recitar 3 horas, 16 minutos y 30 segundos

me convencieron de que se trataba de un impostor. Inmediatamente llamé al joven Bukowski a la

puerta y en presencia del impostor, los arrojé a los dos a la calle.

Sale con su cigarrillo en la mano. Telón.

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Page 29: No. 8 - Héroes y villanos

N o creo que padezca alteraciones mentales. Todos, en algún momento, hemos

escuchado una o varias voces en la cabeza. Hablándome. Incitando a hacer

aquello que regularmente no harías y a fin de cuentas se hace. Y sucede que hay

veces en las cuales te ves en un abismo de colores ininteligibles, solo y anhelando

tiempos perdidos. Ahí es cuando vienen al rescate. No. ¡Qué loca no estoy! Simplemente, las cosas

ocurren aunque no lo quieras.

¿Te acuerdas de la primera vez que nos conocimos? Te encontré acostado en el sofá viendo

salir de la lámpara del techo muñequitas de porcelana. Estaban bailando y caminaban por el aire

formando círculos apenas perceptibles. Nacían de la luz y terminaban sus días estrellándose en el

piso. Sólo mirabas. No recuerdo el instante en que racionalizaste todo. Por eso me dejaste. Me

abandonaste a mitad de la carretera, sin gasolina y sin un quinto para salir de allí. Lo sé. Guardo

silencio, pues los otros no deben enterarse de ciertas cosas… Pero ellas lo saben y aunque intentes

callarlas por todos los medios, un día explotarán. Te obligarán a regresar a ese camino por mí y

entonces yo...

Pero dime, ¿qué se siente ser médico? Salvas personas y encierras sus miedos en un armario

hasta que llenas tus bolsillos. No puedes callarme. ¿Acaso temes que sepan sobre las muñequitas

que te persiguen? Ya sé, sólo haces tu trabajo. Por eso me buscaste. ¿Sabes?, mi piel desprende por

las noches un ligero olor a nardo y a canela desde aquel día.

¿Quién? Bueno, si no hubieras deshecho lo que iniciaste, jamás lo habría encontrado en

aquella carretera. Caminaba en medio de los árboles, cuando un jaguar negro se posó en frente de

mí. El más hermoso que he visto. Sólo me miraba y así fue como encontró mis ojos ardientes de

tristeza. Se abalanzó y sentí su poderosa mano sobre mi rostro, como si, de tanto ser un animal,

hubiera olvidado el fuego intempestivo de los humanos. Temí el dolor de sus garras atravesando mi

piel, pero en vez de eso, siguió mirándome. Únicamente quería tenerme contra el suelo. Entonces,

me olvidé de ti. Hasta ahora que te empeñas en verme y preguntarme sobre él... Porque es tu

trabajo y porque te pagan por eso.

¡No estoy mintiendo! Acarició cada uno de mis dedos con la tersura de su lengua. En ese

momento, me abandoné a mis sentidos sin pensar ya nunca más en ti. Al salir la luna, su piel se

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Por Karina Posadas Torrijos

Psicosis

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Karina Posadas Torrijos

deshizo en mil pétalos de aire. Así descubrí, en medio del abismo, que mi jaguar era un hombre de

piel cobriza y larga cabellera por donde caían los suspiros de la noche. Entonces comenzó a subir

por mis piernas, rodeó mi cintura y atravesó mi espalda con la dulce furia de quien había esperado

toda la eternidad por ese instante.

No sé de qué me hablas. El encierro fortuito no me asusta y los sedantes hace tiempo

dejaron de funcionar conmigo. Eres tú quien debería ser acusado de psicosis, porque él me

encontrará. No puedes evitarlo. Le dejé el corazón en los labios. ¡No necesito que me ofrezcas

agua! La única voz en mi cabeza ahora es la tuya. Acusadora. Incrédula. Incapaz de entender cómo

todas las noches entra la sombra del jaguar a mi cuarto… y no se irá jamás.

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Sé parte de esta publicación en línea. Puedes participar de la siguiente forma:

- Envía un artículo y/o ensayo original en formato Word que gire en torno al tema de cada mes. No

debe rebasar las 10 cuartillas. En caso de incluir citas textuales, no olvidar colocar la referencia

bibliográfica.

El tema de abril es:

Desventuras de la infancia

- Manda la imagen de una obra plástica o fotografía con temática libre a nuestra Galería. Se deberá

incluir una ficha con el nombre del artista, el título y la información técnica de la obra.

- Creación, la sección favorita de todos. Comparte un escrito de creación artística en cualquier

género literario en formato Word con un máximo de 10 cuartillas. En caso de querer publicar alguna

obra de mayor extensión, enviarla por entregas o un fragmento de la misma. En caso de contar con

dirección electrónica en donde se pueda leer íntegra, incluirla en los datos.

Todos los materiales deberán ser enviados a más tardar el 26 de marzo de 2012 a la siguiente

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Junto con los documentos enviados, los autores podrán anexar una reseña biográfica que no rebase las 5

líneas. En caso de contar con un sitio web en donde se pueda conocer más acerca de las obras del autor, no

olvidar incluir la dirección electrónica.

Así mismo puedes difundir el evento, sitio web o cualquier información que desees compartir con nuestros

lectores.

La pluma en la piedra

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Edición Fecha de publicación Temática

No. 9 2 de abril de 2012 Desventuras de la infancia.

No. 10 7 de mayo de 2012 Madres perversas. Tiranía y dictadura.

No. 11 4 de junio de 2012 La pintura y sus matices. Escribiendo

a partir de los trazos.

No. 12 2 de julio de 2012 Testimonios: la vida antes de la

tecnología.

No. 13 6 de agosto de 2012 El trabajo de escribir.

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¡ O j a l á m e h u b i e s e valiente hubiera muerto y despojado a

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