nº 22 andalucía

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2 2 octubre 2005

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Amigos, Museos, entrevistas y artículos culturales de interés de Andalucía

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  • 2 2octubre 2005

  • Alfredo Snchez Monteseirn. Alcalde de Sevilla

    Rosario Torres Ruiz. Consejera de Cultura de laJunta de Andaluca

    6 editorial

    8 la opininEntrevista a Pablo Surez. Director General deMuseos de la Junta de Andaluca

    Entrevista a Guillermo Prez Villalta

    Historiador del arte, una especie en extincin?Francisco Jos Portela

    18 descubrirLos Museos de Sevilla. Manuel Rey Moreno

    El Real Alczar de Sevilla. Jos Mara Cabeza

    As naci Itlica. Francisco Vlez

    Sevilla como puerta de Amrica. Pablo E.

    Prez-Mallana

    La Universidad de Sevilla. Juan Antonio Carrillo

    Hablan los directores de museos de Sevilla

    40 federacionesFEAM

    Audiencia con S.M. La Reina

    Asamblea General 2005

    Da Internacional del Museo 2005

    XXXII Asamblea General de la FederacinFrancesa de Amigos de Museos

    Asamblea de la Federacin Mundial de Amigosde los Museos

    FMAM

    Entrevista a Carla Bossi

    44 formacin Experimentar la cultura: Turismo cultural global,competencia y mrketing. Neil Kotler

    Asociacin de Amigos, Museo de Amrica yformacin. Paz Cabello

    50 amigos

    60 al daNo te lo pierdas

    64 miembros

    Presidente de Honor:Carlos Zurita, Duque de SoriaPresidenta:Mercedes Franco

    Vicepresidentes:Fausto Serra de DalmasesJuan Ignacio de MesaSecretaria General:Ana Luisa DelclauxTesorero:Joaqun NebredaVocales:Lola Mitjans, Carmen Araoz,Ana Carro, Daniela Sarrano,Pilar Espona, Maln Ruiz deElvira, Francisco Portela, JosJoaqun de Ysasi-Ysasmendi,Julio Malln, Joaqun Salmern,Rafael Mesa, Nuria de Miguel

    Federacin Espaola deAmigos de los MuseosMuseo de AmricaAvda. Reyes Catlicos, 628040 MadridTel.: 913 600 057Fax: 915 436 106www.amigosdemuseos.comE-mail: [email protected]

    Foto de portada: Francisco RiveroCartel XII Congreso:Imagen cedida por GuillermoPrez Villalta

  • M e satisface poder dar la bienvenida a este Congreso, a todosaquellos miembros e invitados de las Asociaciones de Amigos delos Museos, que van a celebrar su encuentro mundial en estaciudad que sabe tan bien acoger al que la visita.Deca Ortega y Gasset que por cultura se entenda la respuesta dada porel hombre a cada problema que la vida plantea, y que como la ciudad escultura por excelencia, all est la respuesta. Para ofrecer esas respuestas,las ciudades necesitan de este tipo de iniciativas culturales que surgen dela propia comunidad, como son las Asociaciones de Amigos de losMuseos, que se comprometen junto a las instituciones pblicas en sergarantes y responsables del patrimonio cultural de todos los ciudadanos. A la hora de hacer ciudad, ese es el principio que preside nuestro trabajo:la bsqueda de la cooperacin y la colaboracin entre todos los actoresimplicados en la vida de la ciudad; el Ayuntamiento y la ciudadana, de ahtodo nuestro apoyo a estas iniciativas ciudadanas.Las ciudades en la era de la globalizacin y del conocimiento necesitan deestrategias compartidas que den respuesta a los nuevos retos urbanos. En este sentido, nuestra ciudad actualmente cuenta con una estrategia dedesarrollo para la cultura de Sevilla; estrategia cultural que, perfilada entretodos, se define como Sevilla Factora Cultural. En esa estrategia, losmuseos son uno de los elementos fundamentales. En primer lugar, comoun elemento de proyeccin e imagen de la ciudad. Debemos poder confor-mar una imagen de marca asociada a la cultura y a la creatividad. Objetivoque estamos alcanzando si tenemos en cuenta los notorios efectos. El ao pasado se incrementaron los flujos tursticos que experimentaronlos principales museos de la ciudad: Bellas Artes, Centro Andaluz de ArteContemporneo, Arqueolgico, de Artes y Costumbres Populares, Mar-timo, el Museo de Carruajes y el segundo ms visitado, el Museo Taurino.En 2002, Sevilla en infraestructuras musesticas se situaba por encima dela media andaluza y en convergencia con el nivel nacional.Pero, adems, queremos hacer de la propia ciudad un museo vivo y alalcance de todos. Pretendemos la explotacin del potencial del patrimoniode la ciudad como un recurso educativo, destinado al progreso educativo ycultural de la ciudadana, y de los jvenes en particular. Y esto lo estamosllevando a cabo a travs de un amplio programa educativo, de promocin ydinamizacin educativa, que en 2003 cont con la participacin del 90%del total de los centros educativos de Sevilla.Es imprescindible llegar a comprender lo que representan los museos paranuestras ciudades. Tanto desde un punto de vista econmico, como espa-cios con funciones educadoras abiertos y con intencin de llegar a nuevospblicos. Y este hacer ciudad, por el que fluya la educacin desde lasescuelas a los museos, slo ser posible con iniciativas ciudadanas comolas que ustedes promueven y que son un excelente indicador de la saludcvica y cultural de una comunidad.

    Bienvenidos a Sevilla.

    Alfredo Snchez MonteseirnAlcalde de Sevilla

  • V ivimos un tiempo en el que el concepto tradicional de museo, el que se ha manejado habi-tualmente durante la mayor parte del pasado siglo XX, est sometido a una profunda revi-sin. Los principios decimonnicos que alimentaron el nacimiento de muchas de estasinstituciones se han quedado obsoletos e incluso han llegado a convertirse en un cors quebloquea su desarrollo.Como en todas las pocas de crisis, pasar algn tiempo antes de que podamos contar con unaalternativa definida; necesitamos reflexin y un poco de perspectiva para confeccionar un modelomusestico acorde con los nuevos tiempos y mayoritariamente aceptado. De lo que no cabe dudaes de que en ese proceso de definicin estn llamadas a jugar un papel protagonista las asocia-ciones de amigos de los museos.Porque si hay un mbito en el que los nuevos museos estn regenerando los viejos preceptos esen el de las relaciones con la sociedad que los acoge. As, estas asociaciones, que son un vnculoesencial entre estas instituciones y la ciudadana, pueden servir de puente para que el museoest plenamente integrado y no caiga en el error de funcionar como una isla. Los museos de todo el mundo estn ventilando sus dependencias y estn abriendo sus puertasde par en par con objeto de obtener una mayor proximidad con respecto a los ciudadanos yciudadanas, pero adems estn modificando y ampliando sus funciones para acercarse apropuestas ms cercanas al concepto de centro/factora cultural que al museo meramente exposi-tor y conservador.Y en este apartado, estas asociaciones de amigos de los museos tambin tienen mucho quedecir, no slo porque suponen un pblico bien formado y entusiasta que acude fielmente a lasactividades que programan estos centros, sino porque se convierten ellas mismas en generadorasde actividades que enriquecen la oferta que se lanza al exterior.Tienen, adems, estas asociaciones un valor intrnseco que no quisiera pasar por alto, y es el defuncionar como referencia positiva para el resto de la poblacin. La cultura no se puede dejarexclusivamente en manos de las administraciones; los ciudadanos y ciudadanas de hoy nopueden desentenderse y limitarse a ser receptores pasivos de lo que se cocina para ellos. La cultura es un elemento primordial para el desarrollo integral de una sociedad moderna, peroese desarrollo es inviable o ficticio si no est cimentado en la participacin. Es urgente reivindicaruna cultura democrtica en el que las propuestas sean accesibles, claro est, pero tambin en laque ciudadanos y ciudadanas responsables y activos se involucren en la vida cultural para dejarsu propia impronta.Los museos han dejado de ser museos. En Andaluca tenemos el ejemplo reciente del Picasso deMlaga, un centro que, adems de exponer la obra picassiana, programa espectculos teatrales,acoge ruinas fenicias y romanas visitables, ofrece conferencias y talleres y cuenta con auditoriopropio y una potente unidad didctica. Las cosas estn cambiando a gran velocidad y la tcnica est acelerando estos cambios. Ennuestra comunidad, por ejemplo, hemos puesto en marcha un portal especfico de museos yconjuntos arqueolgicos que ofrece mltiples servicios, entre ellos, una visita virtual a las principa-les colecciones de Andaluca. Estas resultan ahora accesibles para cualquier persona del planetasin salir de su habitacin.Son muchas las incertidumbres y las expectativas; por eso son tan importantes foros de debate yreflexin como este XII Congreso Mundial de Asociaciones de Amigos de los Museos, en el quedestacados especialistas ofrecern su particular visin sobre los temas que conciernen alpresente y futuro de estas instituciones situadas en el corazn de nuestra vida cultural.Para nosotros es una gran satisfaccin que este congreso se celebre en Sevilla. Andaluca ha dementalizarse de que la Cultura debe ser su gran apuesta y acoger eventos de esta naturaleza nosayuda a ratificarnos en este propsito, a creernos realmente que la Cultura puede ser la llave denuestro futuro.

    Rosa Torres RuizConsejera de Cultura de la Junta de Andaluca

  • I niciamos el curso con grandes retos y la esperanza de ver a todos los Amigos en nuestra gran citaen Sevilla. Como todos sabis, hemos trabajado con ilusin y dedicacin en la organizacin deeste XII Congreso Mundial de Amigos de los Museos, una vez ms, la Federacin Mundial haconfiado en nosotros para celebrar su reunin internacional. La FEAM es ahora, gracias a todosvosotros, una institucin ms slida y madura, y esperamos que la presencia de todos los Amigos enel Congreso refleje la fuerza de nuestro movimiento asociativo. Seremos ms de 300 Amigos llegados de los cinco continentes, emblemticos ponentes debatirnsobre la realidad de los museos y sus Amigos. Sevilla ser la anfitriona ideal de este encuentro porsu extraordinario Patrimonio, su tradicin multicultural, el carcter alegre de sus gentes y su saborespaol. No podis faltar.La FEAM ha tenido un fiel compaero de viaje, la Fundacin Itlica de Estudios Clsicos que, con suayuda constante, tesn y prestigio en la ciudad hispalense, ha hecho ms fcil y grata la organiza-cin de este Congreso. No queremos olvidar a quienes han credo en nuestro proyecto y nos hanapoyado. Desde aqu, nuestro agradecimiento a las instituciones, patrocinadores y autoridades. Y, por supuesto, a los voluntarios. Ellos son el mayor activo de nuestras asociaciones de Amigos y laFEAM ha encontrado en estos meses de organizacin Amigos comprometidos e ilusionados, que hanpuesto su tiempo y profesionalidad a nuestro servicio. Muchas gracias a todos ellos.Pero si Sevilla es nuestra cita, queremos ofreceros una herramienta til para visitarla y saborearla.La revista 22 de la FEAM ha confiado en la pluma de artistas, intelectuales y gestores culturaleshispalenses para descubriros los secretos de la ciudad, esperamos que os sirva de gua.Este ao, la FEAM ha cumplido su objetivo de aumentar el nmero de sus miembros. A da de hoysomos ya un centenar de asociaciones y nuestro futuro ms inmediato es realmente alentador.Seguiremos con nuestro empeo de ofrecer cursos sobre materias que puedan ser tiles a lasasociaciones en sus tareas diarias, e incluso viajes que puedan proporcionar experiencias y conoci-miento. Pero, sobre todas estas actividades, destaca la oportunidad nica de poder participar en elXII Congreso Mundial y de utilizar este encuentro como plataforma para dar a conocer nuestra labora la sociedad. Adems, se nos brinda la ocasin de conocer de primera mano las experiencias deotras asociaciones de Amigos de todo el mundo, de dar a conocer las nuestras, y de establecer rela-ciones que puedan facilitar fructferos encuentros en el futuro.

    Os esperamos.Hasta pronto.

    Mercedes FrancoPresidenta

  • Pablo Surez estrena larecin creada DireccinGeneral de Museos en laConsejera de Cultura. Ha sido recibido con espe-ranza en muchos sectores.Su gran reto: hacer de losmuseos andaluces verda-deros centros culturalesdel siglo XXI.

    ent

  • Algunos ejemplos de grandes actuaciones sonla transformacin del Palacio de la Aduana deMlaga en Museo de Mlaga con las seccionesde Bellas Artes y Arqueologa, continuar cola-borando con el mantenimiento del MuseoPicasso y con el desarrollo del programa anualde exposiciones, la construccin del Museo deArte Ibero de Jan, el nuevo espacio para lacreacin contempornea de Crdoba y poten-ciar de una manera significativa el CentroAndaluz de Arte Contemporneo.

    FEAM: En qu momento de desarrollo seencuentra el Plan de Calidad de los MuseosAndaluces?P.S.: El Plan de Calidad de los Museos Andalu-ces se configura dentro de las caractersticaspropias de un instrumento de planificacin que incide sobre bienes ya existentes, cuyas condi-ciones estn evaluadas inicialmente a travsde un diagnstico, estableciendo unos objeti-vos claros y medidos, unas lneas de accin yun compromiso con los agentes y la sociedad,para utilizar la idea de calidad del serviciopblico en una verdadera orientacin estrat-gica para el futuro de los museos y no en unamera descripcin de intenciones. Su intencin esencial es mejorar la experienciadel pblico en el museo, entendida como unaexperiencia de calidad avanzada en susconcepciones y dinmica en sus acciones, a lavez que realista, en cuanto a los recursos exis-tentes, y previsora de los que pudiera incorpo-rar en el futuro inmediato. Todo ello, bajo una

    FEAM: Desde que fue nombrado Direc-tor General de Museos, Cules sonsus prioridades?Pablo Surez: La prioridad de la DireccinGeneral de Museos es fortalecer e impulsareste nuevo centro directivo especializado quepermita alcanzar los dos principales compromi-sos de legislatura en esta materia: abordar unanueva Ley de Museos de Andaluca y la ejecu-cin del Plan de Calidad de los Museos, demanera que los museos se potencien como unservicio pblico de calidad para el ciudadano,usuario y destinatario final del mismo. El objetivo mximo es la modernizacin de los museos para convertirlos en centros culturalesy museos del siglo XXI.En el ejercicio 2005 se pretende profundizar eimplementar las lneas estratgicas del Plan deCalidad de los Museos mediante:- Comunicacin interna y externa de losMuseos (sealtica).- Estudios sobre el pblico (pblico real ypotencial, anlisis de satisfaccin, etc.). La cali-dad como base para la mejora del servicio alciudadano.- Rentabilizar las inversiones expositivas esta-bleciendo y potenciando circuitos de exposicio-nes temporales y producciones propias en losque se hace partcipe a otros museos de la redandaluza de museos. - Incorporacin a las nuevas tecnologas en elmbito de la administracin cultural, como hasido la finalizacin del portal de museos yconjuntos arqueolgicos y monumentales.

    revistaPablo Surez MartnDirector General de Museos de la Junta de Andaluca

    - Eliminacin de todas las barreras arquitect-nicas. Sin olvidar que unos de los fines primordialesen la gestin y promocin de los museosandaluces son el incremento y enriqueci-miento de sus colecciones, incluyendo lacobertura de aquellas lagunas que existan enellas, en base a su discurso museolgico y asu plan de desarrollo de contenidos e impul-sar el equilibrio territorial a travs del desarro-llo de las instituciones dotndolas de infraes-tructuras adecuadas al cumplimiento de lafuncin bsica de gestin, investigacin,conservacin y difusin, as como en lamejora de las condiciones de confortabilidadde la visita pblica.

    concepcin museolgica actualizada y orien-tada a ser referente cultural. Para ello define un objetivo general: mejorar elpapel y prestaciones de los museos andalucescomo servicio pblico, insertando su actividaden el territorio como proyecto cultural y contri-buyendo al desarrollo social y econmico de lacomunidad andaluza.Ante esto, la Consejera de Cultura de la Juntade Andaluca ha querido dar un salto cualita-tivo, acorde con el cambio sociolgico en elque nos encontramos inmersos, y disear estePlan de Calidad de los Museos Andaluces,como un instrumento clave para abordar lamodernizacin de los museos de la regin, unamodernizacin dirigida a este pblico cada vez

  • - Suelen formar parte de la campaa que poneen marcha la Consejera de Cultura conocasin de la celebracin del Da Internacionaldel Museo y que, entre otras actividades,suele contar con la edicin de un cuadernoque recoge todas las actividades que se cele-bran en los museos andaluces con ocasin deese da.Adems, la Consejera de Cultura edita laGua oficial de Museos Andaluces, en la quefiguran los museos incluidos en el Registro ylos museos gestionados por la Junta de Anda-luca. Actualmente est disponible la editadaen 2003 y existe la reedicin de la versin enCD de 2004.En cuanto a la incorporacin de nuevoscentros, la Direccin General de Museos, encoordinacin con las Delegaciones Provincia-les de Cultura, se dirige a los museos que anno estn en el Registro Andaluz de Museospara animarlos a que se incorporen al mismo.A su vez se presta toda la colaboracintcnica a la hora de la elaboracin de losproyectos de creacin de nuevos museos.Los museos que soliciten integrarse en elRegistro de Museos de Andaluca debencumplimentar un proyecto de creacin demuseo, que se articula en tres programas:institucional, museolgico y museogrfico,cuyo contenido est definido en el Reglamentocitado: El proyecto de creacin de museos debepresentarse en la Delegacin Provincialcorrespondiente a la provincia a la que perte-nece el museo. Toda la documentacin seremite a la Direccin General de Museos paraque contine con los trmites. En la DGM sevuelve a revisar el proyecto. Una vez completoel expediente, ste traslada a la ComisinAndaluza de Museos que lo estudia y visita elmuseo. El informe emitido se discute en lassesiones de la CAM. Finalmente, el Serviciode Museos y Conjuntos, a la luz de los infor-mes propios, de la Delegacin Provincial y dela CAM redacta un informe total que se comu-nica a los titulares del Museo por si quierenrealizar las oportunas alegaciones y tras ellaspropone a la DGM la Resolucin de aproba-cin o denegacin de viabilidad del proyectopresentado. La inscripcin se produce tras la solicitud delinteresado, una vez que haya ejecutado total-mente el proyecto presentado en su da a laDelegacin Provincial, sta emite informe favo-rable o desfavorable y lo remite a la DGM, queestudia la solicitud y concluye el expediente enforma de Orden de la Consejera por la queinscribe el museo en el Registro y dicha Ordense publica en el BOJA.En la actualidad, existen 88 museos en elRegistro Andaluz de Museos, habindoseanotado e inscrito durante el 2004 trecenuevos museos.

    FEAM: Ha pasado ao y medio de la aper-tura del Museo Picasso de Mlaga, llamadoa ser uno de los buques insignia de losmuseos andaluces. Qu papel juega enestos momentos en el conjunto de museosandaluces?

    El Plan deCalidadtiene elobjetivo demejorar elpapel yprestacio-nes de losmuseosandalucescomo servi-cio pblico

    ms diverso e interesado en la oferta de losrecursos culturales de Andaluca y que consis-tir bsicamente en la mejora de la calidad desus programas y contenidos. Por ello, su ejecu-cin es continua en el tiempo y, dada la diversi-dad de nuestros museos, su aplicacin esconstante, aunque muchas veces sus medidasno sean vistas por nuestros visitantes. Sinembargo, podemos decir que el Plan de Cali-dad va desarrollando todas sus actuaciones deuna forma constante y ser al final del procesode modernizacin de nuestros museos cuandosea palpable la aplicacin de todas las medi-das que contemplan.

    FEAM: Cmo estn actuando o piensanactuar con los museos del Registro Andaluzde Museos? Cmo se plantean la incorpo-racin de nuevos centros?P.S.: Entre las diferentes medidas que seestn aplicando desde la Direccin Generalcon respecto a los museos del Sistema A n d a-luz de Museos estara la emprendida desde elao 2000 por el Ministerio de Cultura encooperacin con las Comunidades A u t n o m a s ,que ha puesto en marcha un programa deinformacin sobre los museos espaolesmediante la distribucin de un cuestionarioestadstico bianual a todos los museos exis-tentes en las distintas Comunidades A u t n o-mas. En la actualidad se ha publicado la infor-macin relativa a la estadstica de 2002 y seestn empezando a entregar los cuestionariosestadsticos de 2004.Se ha puesto en marcha desde 2002 unsistema de inspecciones de los museos delRegistro que pueden ser susceptibles decausar baja. Estas inspecciones las estn reali-zando los miembros de la Comisin Andaluzade Museos y ya ha empezado a dar sus frutosmediante informes a los titulares de algunosmuseos en los que se les indican los aspectosdeficitarios que deben subsanar y dndoles unplazo razonable para que se modifiquen, sopena de que se inicie el trmite de cancelacinde la inscripcin.Para los museos incluidos en el Registro Anda-luz de Museos:- Se convocan subvenciones y ayudas desde1997, destinadas fundamentalmente a lamejora de las instalaciones, a la adquisicin deequipamiento y a programas de difusin de lasinstituciones. La ltima convocatoria desubvenciones a museos se hizo por Resolu-cin de 24 de enero de 2005 (pendiente deresolucin). Las subvenciones otorgadas en2004 fueron de una cuanta de 400.000 eurospara museos pblicos y de 106.547 euros paramuseos privados. - Actualmente, se est introduciendo el sistemade catalogacin de las colecciones DOMUS enlos museos del Registro que lo solicitan. LaConsejera facilitara la licencia del programa,la formacin del personal, la migracin de lasbases de datos ya existentes y la asesorainformtica y tcnica en el manejo del mismo,as como los servidores para poner en comnlas bases de datos. Los museos pondran losequipos informticos, el mantenimiento y elpersonal catalogador.

  • P.S.: La apertura del Museo Picasso deMlaga ha supuesto un antes y un despus enlo que se refiere a la concepcin de lo quedebe ser un museo de este nuevo siglo, porello no es casual que se haya convertido porsu nmero de visitantes en el ms visitado deAndaluca, por encima del de Bellas Artes deSevilla o el Museo de la Alhambra.Con una nueva frmula de direccin, estemuseo cuenta con servicios complementarios,como documentacin, auditorio o biblioteca,que contribuyen a formar al pblico en el artecontemporneo a travs de Picasso.Juega un papel fundamental en la red demuseos ubicados en Andaluca y ha supuestoun ejemplo de buen hacer desde las adminis-traciones pblicas en la concepcin y creacinde un museo, as como en la incorporacin asu patronato de entidades privadas. Tampoco podemos olvidar lo que ha supuestocomo centro cultural para la ciudad de Mlaga,as como la generacin de puestos de trabajodirectos e indirectos y de revitalizacin econ-mica del entorno y en general, para Mlaga ysu provincia.

    FEAM: El Museo de Mlaga lleva bastantetiempo cerrado. Cmo ve el futuro de estainstitucin?P.S.: Desde 1997, la situacin del Museo deMlaga ha estado pendiente de resolver elproblema de su ubicacin. Como agentesimplicados, no slo han participado el Ministe-rio de Cultura y la Consejera de Cultura, sinotambin el Ayuntamiento de Mlaga y diferen-tes asociaciones civiles que han apoyado, aligual que la Junta de Andaluca, la ubicacindel Museo en el Palacio de la Aduana portratarse del edificio histrico ms representa-tivo de la arquitectura civil de la ciudad.Desde la Junta de Andaluca siempre se hadefendido la opcin de mantener unidas en unnico edificio las dos secciones del Museo,Arqueologa y Bellas Artes, para lo que seconsideraba imprescindible disponer de todo eledificio de la Aduana. Tras las elecciones de2004, la nueva situacin introduce cambios enla propuesta del Ministerio respecto a Aduanaplantendose la cesin de todo el edificio paraMuseo de Mlaga y comenzando las gestionespara que se produzca el traslado de los orga-nismos que actualmente tienen su sede endicho edificio. Recientemente, se ha presentado al Ministeriode Cultura un avance del programa museol-gico que sirva de base para la posible convo-catoria del concurso pblico para la redaccindel proyecto de adaptacin arquitectnica deledificio a su uso musestico con un presu-puesto inicial para los primeros trabajos de unmilln de euros.

    FEAM: Qu opinin le merece el papel quedesempean las asociaciones de Amigosde los Museos? Cree que la sociedad civildebe tener un papel activo en la gestin delpatrimonio?P.S.: El museo de nuestros das no seconforma ya solamente con ser visitado por unpblico progresivamente numeroso y ms

    diversificado. El nuevo reto planteado desdehace unas dcadas es la participacin de lasociedad civil, introducindola en espaciosanteriormente reservados a profesionales ygestores. La frmula ms extendida para elloson las asociaciones de Amigos de Museos.Un 30% de los museos del Registro Andaluzde Museos, cuenta con una de estas asocia-ciones y la Consejera de Cultura ve muy posi-tivo que su nmero vaya aumentando paraque pueda ampliarse la colaboracin con lasmismas. Consideramos que las asociaciones deAmigos de los Museos desempean un papelesencial como dinamizadores de los museosandaluces en los que se hallan implantadas,mediante la programacin y participacin enmltiples actividades (seminarios, cursos, visitas, etc.), aportaciones de carcter econ-mico para fines diversos como, por ejemplo, larestauracin de bienes culturales erigindose,adems, en portavoces cualificados de lasinquietudes del pblico. Lo deseable es quetodos nuestros museos tengan una Asociacinque colabore y participe, pero la iniciativacorresponde a la sociedad civil.Entre los hechos que ilustran el valor que estaConsejera otorga a las asociaciones deAmigos de los Museos, figura el que las msimportantes de Andaluca conformaron uno delos grupos de inters a los que se present elDocumento de Avance del Plan de Calidad delos Museos Andaluces, con el objetivo decontar con las aportaciones que quisieranrealizar.Asimismo, en la celebracin del Da Interna-cional del Museo de 2003, se hizo unacampaa de difusin de estas asociaciones yde animacin a los ciudadanos para que seintegraran en ellas.Otra muestra del papel creciente que estasasociaciones van a representar en los museosde Andaluca es que, en la futura ley deMuseos de nuestra Comunidad Autnoma, seva a consagrar, por un lado, el fomento de lasvas de participacin ciudadana en el mbitode la gestin, conservacin, investigacin ydivulgacin de las instituciones musesticas,en especial favoreciendo la creacin e implan-tacin de asociaciones o entidades sin nimode lucro que tengan por objeto la promocinde los museos o el desarrollo de actividadesde voluntariado cultural en su mbito y, porotro, y con la finalidad de facilitar el afianza-miento y proyeccin cultural y fomentar laparticipacin de la sociedad, los museos detitularidad o gestin autonmica contarn conConsejos de Participacin Social en los quetendrn cabida los representantes de lasAsociaciones respectivas.

    La aperturadel MuseoPicasso hasupuestoun antes yun despusen lo quese refiere ala concep-cin de loque debeser unmuseo deeste nuevosiglo

  • Guillermo Prez Villalta(Tarifa, 1948), PremioNacional de Artes Plsticas,con obras en las principalescolecciones y museosnacionales, es uno de losgrandes artistas del pano-rama espaol. Desde queen los setenta fue partedestacada de la renovacinfigurativa, su obra no hahecho sino profundizar enlos misterios de la pintura.Su compromiso con lapintura como forma depensamiento y conoci-miento, donde la tradicin yla memoria participan deforma importante, hacen dePrez Villalta un interlocutorvalioso para hablar delmuseo en general y de losde arte contemporneo enparticular.

    Pepe Yiguez: Qu relacin tiene el museoen tu formacin como artista?Guillermo Prez Villalta: Como la mayora dela gente, empec a ir a los museos al final dela adolescencia. Creo que esa cosa de las visi-tas infantiles es algo absurdo. Yo fui, o mellevaron, de nio, pero no me enter de nada.Las cosas que ve un nio son totalmente anec-dticas. Empec a ir con catorce o quince aosms o menos y como viva en Madrid tena unagama de museos interesantes, sobre todo elPrado y el incipiente Museo de Arte Contempo-rneo, que entonces estaba en la BibliotecaNacional. A partir de los 18 o 19 me vuelvo unaespecie de adicto y empiezo a hacer viajespara ver museos, en aquella poca ms dearte contemporneo.

    P.Y.: Quizs porque en Espaa la atencinal arte contemporneo era escasa y la infor-macin muy limitada.G.P.V.: S, pero tambin pienso que es cosa dela edad. Yo siempre he relacionado un poco laidea de vanguardia con la juventud. Un ansia tremenda de ver cosas nuevas y,claro, no slo museos, sino tambin la Docu-menta de Kassel o la Bienal de Venecia ytodas las cosas que haba en ese momento yque no haba en Espaa, por lo menos hastalos ochenta, donde se empieza a estabilizar unpoco lo que es el arte contemporneo.Despus de esa poca juvenil he sido muy

    entrevis

    El museo debeestar hechopara ver ypara gozarPor Pepe Yiguez,periodista especialista en Arte

    G u i l l e rmo Prez Vi l l a l t a

    El museono tieneque tenerningunafuncindidctica

  • adicto a otro tipo de museos, de los que tengomis favoritos y a los que vuelvo con ciertafrecuencia.

    P.Y.: Es la adiccin a los museos lo que tedecide a ser artista o, al revs, ese ansia dever y de conocer se activa cuando decidesser artista?G.P.V.: No decido ser artista, ya lo era. No scomo decirte. Yo era artista, era lo que megustaba en la vida, slo que mi vocacinprimera y ms fuerte siempre ha sido la arqui-tectura, pero, fundamentalmente, por motivosde cmo est la carrera, no la acab. Estuvediez aos, pero no la acab. Si decid algo, nofue el hacerme artista, sino decidir que mimodo de vida iba a ser de pintor y no de arqui-tecto, pero nada ms.

    P.Y.: En esa poca de tus inicios, el museoestaba bastante mal visto y mucha gente loconsideraba una institucin reaccionaria.G.P.V.: Bueno, s. Yo viv activamente unmomento tan importante para tantas cosascomo los finales de los sesenta. En esos aos,una de las consignas contra el orden estable-

    piensa que soy un carca, pero creo, que mipostura es bastante avanzada. Por lo pronto,hay una contradiccin en el trmino; es impo-sible un museo de arte contemporneo; pero,dejando este tema, para m, la coleccin de unmuseo de arte contemporneo debera empe-zar con una perspectiva de, al menos, treinta ocuarenta aos. Luego, habra otro apartadocon una serie de exposiciones y eventos que,justamente, debera encargarse de revisar loque ha pasado en esos treinta o cuarentaaos y, por ltimo, salas donde se presente loque en ese momento pudiera parecer intere-sante o novedoso. Pero, realmente, la colec-cin tiene que tener una perspectiva histricay un anlisis crtico que hoy desgraciadamenteno se hace. Hoy, se cuelgan cuadros y a loscuatro aos se cambian porque ya no funcio-nan por lo que sea. Ese concepto me pareceerrneo, una cosa es lo que pasa y otra larevisin crtica y racional de lo que ha pasadoen el arte contemporneo durante ciertotiempo por medio de exposiciones y estudios.Ahora no se estudia nada. Todo es sacar ysacar hacia adelante y todo se confunde y seconvierte en una inmensa bazofia. Yo todavano he visto un anlisis serio de lo que hapasado en el arte de los aos sesenta enadelante. Nada.

    P.Y.: Ese descuido de la coleccin tiende a generalizarse hasta el punto de no ser raro un museo o centro de arte sincoleccin.G.P.V.: Hoy se ha convertido en una especiede Disneylandia, que es el concepto que mejorfunciona en el mundo.

    La colec-cin de unmuseo deartecontempo-rneo debetener unaperspectivahistrica yun anlisiscrtico quehoy desgra-ciadamenteno se hace

    stacido era abajo con el museo y todas las cosasde aquella poca de que haba que entrar enlos museos, cosas que se siguen diciendo y delas cuales, yo ahora, la verdad es que no parti-cipo mucho.

    P.Y.: Pero entonces, cual era tu postura enaquellos das que estaba mal visto entrar enun museo?G.P.V.: Yo entraba en los museos de la manerams normal, pero tambin es cierto que,cuando el museo de arte contemporneo pasa la Ciudad Universitaria, con un grupo degente muy activa hicimos eventos, lo queentonces se llamaban happenings y ahora ledicen performances, que fueron muy divertidos.Organizbamos cosas como el festival deprimavera con actividades muy novedosascomo un desfile de modas en el museo, algoahora muy corriente, pero que entonceslevant mucha polmica, o la actuacin de ungrupo de rock. Cosas que en aquel momentoeran necesarias, pero que se han vueltonormales y pierden inters y ya slo provocanaburrimiento.

    P.Y.: El museo ha cambiado mucho desdeesos aos, cmo ves el concepto actualde museo?G.P.V.: Bastante aberrante. Yo tengo una ideaclarsima de lo que tiene que ser un museo dearte contemporneo y cuando la digo, la gente

    Elementos Costeros1980Acrlico s/ papel66 x 50 cm

  • ese tipo de obra va creando una amnesiaprogresiva y no slo amnesia, sino una descul-turizacin terrible. Incluso hay crticos, uno enconcreto y no dir el nombre, que dice tantranquilo que todo lo que se ha hecho antesde Pollock no le interesa, cmo se puededecir eso? Yo pienso ms bien al contrario:que, a partir de Pollock, todo empieza a serbastante dudoso.

    P. Y.: Si el arte es algo, es tradicin renovada.G . P. V.: No es cuestin de tradicin. El artetiene que ver con el pensamiento humano. Esuna forma de pensamiento como pueda ser lafilosofa o la ciencia. Entonces, ignorar qu hahabido 6.000 aos antes me parece alucinante.

    P.Y.: Cmo puede intervenir el museo paraevitar el proceso de desculturizacin delque hablas?G.P.V.: Hay que dejar una cosa bien clara: elmuseo no tiene que tener ninguna funcindidctica. Eso le incumbe al colegio o a launiversidad. El museo est para que vayas alla ver y saques tus propias consecuencias. Noa esos museos que pretenden explicarlo todo,muchas veces con criterios dudosos, porque lamayora de las veces consiste en bajar laescala para que el museo pueda llegar alfamoso amplio pblico. El museo debe estarhecho para ver ypara gozar, unsitio de placer.Es lo que tieneque buscar unmuseo, quellegues all yests encantado.Eso es imposiblecon una seoritaexplicando concincuenta niosalrededor tiradospor el suelo, chillando o corriendo por los pasi-llos. Los nios no tienen ningn sentido en elmuseo. Lo s por propia experiencia, pero soncosas que estamos viviendo en esta poca,que es la ms tonta de la humanidad.

    P.Y.: Sin embargo, algunos museos parecenno tener en cuenta al espectador y acabanpor echarlo.G . P. V.: Al contrario, se le atrae con todo tipo deseuelos, que se podra resumir en que loadecuado, lo fino, es ir al museo, cuando todoel mundo sabe que el arte es una cuestinminoritaria y que siempre lo ha sido. Desgra-ciadamente, el arte siempre ha sido elitista yno est hecho para la masa, que siempre hatenido otras cosas. Mi visin puede parecerreaccionaria, pero es realmente progresista; elproblema es que hoy lo progre es reaccionario.

    P.Y.: Para finalizar, qu reforma conside-ras ms urgente en el museo?G.P.V.: Que no lo estropeen ms de lo que yaest. Que no lo toquen ms, que se dediquena restaurar los cuadros, a limpiarlos de repin-tes y a exponerlos en las mejores condiciones.Es lo que deben hacer.

    P.Y.: Un mundo donde el espectculo hasustituido a la cultura.G.P.V.: Pero ya ni siquiera espectculo, sinoespectculo-parodia, donde no existe unaverdadera realidad. El castillo de la belladurmiente es una fantasa sobre un castillotardomedieval y el museo es una ficcin sobrelo que sera el arte. Todo es una parodia, vivi-mos en el mundo de la gran parodia y la gentese lo toma como real, se asume la parodia y seconvierte en real.

    P.Y.: Cmo ves tus propias obras en losmuseos?G.P.V.: En las colecciones privadas estn muybien, pero en los museos, la mayora de lasveces no slo estn mal colgadas, sino malsituadas en su contexto, sin criterio. Por fin elReina Sofa, que tiene como seis obras mas,ha colocado una, porque, como mi obra no ibacon el criterio del momento, pues no quedababien y no estaba representada.

    P.Y.: Parece que te quejas del poco pesoque tiene ese criterio y que, por lo tanto, estan fcil que cambie.G.P.V.: Cambia por temporada, cada tempo-rada cambia. Hemos tenido unos aos dondela fotografa ha sido imperante y, de pronto,este ao ya no se lleva. Los fotgrafos tendrnque dedicarse de nuevo a pintar porque pareceque hay una reaccin pictrica que veremos aver qu bodrios nos presenta. Igual que en losochenta hubo una vuelta a la pintura, con loque se produjo la mxima proliferacin debodrios pictricos como no he visto en mi vida.Ahora supongo que veremos veinte mil paro-dias de pintura.

    P.Y.: Qu influencia tiene el museo entodos estos cambios?G . P. V.: Ms que el museo, hay una figura queha aparecido en los ltimos veinte o treinta aosy que, para m, es definitiva de este estado decosas, que es el comisario o el curator, que esel que monta y dirige todo como si fuera unasunto propio y no se da cuenta que est mane-jando las obras de otros. El problema se acen-ta cuando compruebas que los directores delos nuevos museos vienen todos de ese campo,tienen el mismo estilo y hacen ese mismo tipode cuestiones; gente que no est formada en elcampo de la musestica o de la historia del arte.

    P.Y.: Tambin la obra de arte puede estarsufriendo alteraciones. Ya no es necesarioque la obra tenga importancia significativapara que acabe en el museo, sino queincluso nace en el museo porque el propiomuseo la encarga.G.P.V.: Falta perspectiva crtica. La obra sehace para un contexto muy determinado y notiene la menor vigencia posterior. Ha ocurridomucho de los cincuenta en adelante. Se harealizado mucho arte instantneo y uno de losproblemas de los museos es, que parece quetienen que estar compitiendo con ese arteinstantneo, que se convierte en moda y notiene vigencia posterior. Y lo que es peor parael museo, que trabaja con la memoria, es que

    El comisarioes el quemonta ydirige todocomo sifuera unasuntopropio y nose dacuenta queest mane-jando lasobras deotros

  • El rico patrimonio artsticoque tiene Espaa ha acon-sejado ofrecer la mejorformacin universitaria a losfuturos profesionales. As se ha venido haciendodesde hace ya varios aoshasta que, con el pretextode la inminente convergen-cia europea, el ttulo delicenciado en Historia delArte pudiera estar a puntode desaparecer.

    C uando una nacin posee un patrimoniohistrico-artstico tan rico como el queatesora Espaa y est encaminada aconvertir tamaa riqueza cultural en una de lasfuentes potenciales de generacin de ingresos,parece altamente razonable que utilice lasaulas universitarias para formar a los futurosprofesionales en la materia. As lo ha venidohaciendo la Universidad espaola desde hace

    varias dcadas gracias a los continuadosdesvelos de ilustres profesores como AnguloIiguez, Camn Aznar, Azcrate Ristori,Hernndez Daz, Garn y Ortiz de Taranco,Otero Tez, Hernndez Perera o MartnGonzlez, que unieron sus impulsos en losmomentos finales de la dcada de los sesentadel pasado siglo para conseguir que la autori-dad ministerial diera luz verde a una pretensinansiada desde bastante tiempo atrs: contarcon unos titulados en Historia del Arte. En un principio, esto slo pudo ser factible apartir de una seccin del antiguo tronco de losestudios generalistas de Filosofa y Letras y,ms adelante, de los ya ligeramente especiali-zados de Geografa e Historia. Al fin, el nuevoplan de estudios de 1993 autoriz la implanta-cin de una licenciatura de Historia del Artecon enseanzas desarrolladas a lo largo decinco aos, plan que se mantuvo en la ulteriorreforma del 2000, si bien en algunas universi-dades la duracin qued reducida a cuatroaos. Desde entonces, la titulacin ha mante-nido el prestigio hasta convertirse en una delas ms demandadas por los estudiantes de laUniversidad espaola en los campos cientficosde Humanidades y Ciencias Sociales.La titulacin universitaria de Historia del Arteha venido preparando para su incorporacin almercado de trabajo a centenares de estudian-tes cada ao; y tambin a otros muchos alum-nos deseosos de ampliar sus conocimientossobre el pasado artstico espaol, europeo yuniversal; es decir, a no pocas personasdeseosas de enriquecer su formacin, nuncamejor dicho, por amor al Arte. Todo ello parece de la ms absoluta normali-dad si tenemos en cuenta que Espaa haquedado, dentro de la Unin Europea, desti-nada a jugar un papel esencial en el sectorterciario o de servicios como potencia cultural yturstica de primer orden en razn de su densopasado histrico y su riqusimo patrimonioartstico. Nunca haban sido abiertos tantosmuseos pblicos estatales, autonmicos omunicipales o privados; nunca se haba pres-tado tanta atencin a las tareas de inventario y

    La carrerade Historiadel Arte seha conver-tido en unade las msdemanda-das en loscamposcientficosde Humani-dades yCienciasSociales

    en extincinHistoriador del arte, una especie

    Francisco JosPortela SandovalCatedrtico de Historia delArte de la UniversidadComplutense de Madrid

  • catalogacin de los objetosartsticos para preservar suconservacin y salvaguar-dar su existencia; nuncase haban editado tantoslibros sobre estilos, artis-tas, catedrales o palacioscomo en los ltimos aos;

    nunca se haban realizadotantas y tan buenas exposicio-

    nes como las organizadas enmomentos todava recientes, algu-

    nas de las cuales alcanzaron unarepercusin social inusitada y hasta, en

    algunos casos, incomprensible. La formacin encaminada al estudio yconservacin del patrimonio artstico ha

    sido el norte de la cotidiana y esmeradatarea de un profesorado generalmentebien preparado para las funciones

    docentes, que, adems de desarrollarun destacado volumen de investigacin

    de elevado nivel en su campo cientfico, hasido capaz de transmitir sus conocimientos aun alumnado que, segn se desprende delcontenido del Libro Blanco remitido hace algu-nas semanas a la Agencia Nacional de Evalua-cin de la Calidad, ha sabido realizar su activi-dad profesional a satisfaccin de los emplea-dores. Esto nos pone en relacin con laevidente necesidad de que las titulacionesuniversitarias respondan a una demandasocial, que fue la justificacin que -no sepretenda olvidar ahora!- motiv la anteriorreforma de los planes de estudio, precisamentela que vino a otorgar andadura especfica ydiferenciada a la Historia del Arte.Esta es la mejor muestra de cmo las universi-dades espaolas ms de la mitad de las exis-tentes y entre ellas, todas las pblicas ennmero de 25, ocupando la prctica totalidadde las comunidades autnomas, a excepcinde Navarra, Cantabria y La Rioja siguenocupndose de preparar a los estudiantes parala conservacin, tutela, administracin y estu -dio histrico del rico patrimonio artstico euro -peo y del espaol en particular. Y ello nos havenido situando en paralelo con las mejoresuniversidades de Europa (Pars, Toulouse,Roma, Florencia, Bolonia, Pisa, Bruselas,Amsterdam, Londres, Berln, Friburgo, Copen-hague, Atenas, etc.) para hacer de nuestramateria la disciplina humanstica msadecuada para dar cuenta de no pocas realida-des culturales de un mundo cada vez msdominado por la imagen. Precisamente, esacoincidencia con varias universidades euro-peas, con las que se viene manteniendo desdehace aos una muy positiva red de intercambiode estudiantes a travs del sistema Erasmus-Scrates, deja en evidencia una posible justifi-cacin oficial de que la supresin de los estu-dios de la licenciatura de Historia del Artevenga exigida por la convergencia en el Espa-cio Europeo de Educacin Superior a partir delos acuerdos del denominado Proceso de Bolo-nia. Qu irona! Precisamente, Bolonia, labella ciudad medieval, luego generadora delclasicismo de los Carracci en la Italia delBarroco!

    Pero de pronto, como si se tratara de unarepentina galerna del Cantbrico que se cierneamenazadora y consigue agriar, visto y novisto, un idlico da de playa o de montaa, hanempezado a dejarse sentir las primeras turbu-lencias: un miembro de una subcomisin deuna comisin de un consejo el que ahora sedenomina de Coordinacin (?) Universitariainsina la supresin de los estudios de Historiadel Arte del catlogo de ttulos, como si fueraesa primera gota de lluvia que, al principio deltemporal, quieres ignorar y piensas que segu-ramente no ser ms que lo que ha dejadocaer alguien; pero lo malo es cuando no divi-sas al pjaro, y a medida que las gotas sesuceden, entonces te das cuenta de que latormenta, la galerna y hasta quin sabe si eldiluvio, estn al llegar.Ese diluvio, Dios no lo quiera, hara que, vueltaslas aguas a sus cauces, la Universidad espa-ola del recin estrenado siglo XXI se vieraprivada, de la noche a la maana, de una de lasms recias ramas humansticas del rbol de suciencia como es la Historia del Arte. Eso serauna autntica barbarie y un despojo del saberporque la Historia del Arte tiene entidad propia;no es slo Historia, con la que ha de manteneruna estrecha interrelacin; ni tampoco es sloEsttica por ms que deba mantener fuertesvnculos con la reflexin filosfica.Las autoridades universitarias, autonmicas,ministeriales y hasta el mismsimo titular de laPresidencia del Gobierno por cierto, ayudar aentender y valorar las obras artsticas de losdiferentes estilos favorece no poco el dilogoentre culturas y la alianza de civilizaciones,han prometido su apoyo para que no llegue aproducirse el homicidio artstico y alguna deaqullas ha asegurado por escrito que todo loanunciado no pasa de ser ms que una simplepropuesta o estudio preliminar en busca dehacer buen uso de los recursos disponibles yofrecer las formaciones ms tiles que refuer-cen el atractivo acadmico y profesional de losestudios de humanidades. Menos mal. Qutranquilidad!. Y para colmo, se nos aseguraque, antes de tomar decisiones, se esperacontar con el dictamen de un grupo de exper-tos y despus, con la audiencia de agentessociales y organizaciones profesionales. QueDios nos coja confesados...Al menos, que nos dejen como estbamos allpor los aos setenta: del tronco general(carrera) de Historia se desgaja la fecundarama (especialidad, mencin o como ahora sequiera denominar) de la Historia del Arte paraasumir un determinado porcentaje de crditosa cambio de que, aunque slo sea, entreparntesis como ya aconteca hace un cuartode siglo, figure la mencin Historia del Arte.Menos es nada para algo tan importante comoformar adecuadamente a los alumnos para quepuedan acometer, en su momento la conserva-cin, tutela y administracin del rico patrimonioartstico espaol, parte fundamental del tesorocultural de Europa y del mundo.

    La titulacinde Historiadel Arte esla disciplinahumansticamsadecuadapara darcuenta deno pocasrealidadesculturalesde unmundo cadavez msdominadopor laimagen

  • Los Museos deSevillaManuel Rey MorenoVicepresidente de Turismo de Sevilla

    Sevilla es y fue, y granparte de su patrimonio locustodian sus museos. Visi-tar Sevilla supone pasearpor sus calles, disfrutar desu gastronoma, admirarsus monumentos y gozar desu gente. Pero no olvidensus museos. Manuel ReyMoreno nos invita a unrecorrido erudito y fasci-nante por los museos sevi-llanos. Les proponemosvisitar la ciudad con loscinco sentidos.

    Corra el ao de 1841 cuando en Sevillaabre sus puertas el Museo que, con eldevenir de los tiempos, se convertira enla que es la Segunda Pinacoteca de Espaa: elMuseo de Bellas Artes fue concebido comootros tantos en Espaa para salvar la ingentecantidad de obras de arte religioso que sequedaron hurfanas tras la desamortizacinde Mendizbal. Se crea en un singular edificioque, curiosamente, fue afectado de pleno poreste proceso, por el cual la Iglesia pierde granparte de su entonces inmenso patrimonio: elConvento de la Merced Calzada, preclaroejemplo del ms puro manierismo andaluz, seconvierte en un singular remanso de paz enmedio del bullicio de la ciudad, en el queperderse y admirar estas obras maestras denuestros Siglos de Oro, muchas de las cualesfueron creadas para este mismo recinto; amnde otras tantas procedentes de donaciones departiculares y adquisiciones pblicas, que abar-can medio milenio de lo ms granado del artepictrico, cermico y escultrico de Andaluca.El prestigioso Museo Arqueolgico Provincial,nacido en el seno del anterior y tambin enpleno Romanticismo, cuando renace confuerza el inters por desentraar las races denuestra historia, pasara a adquirir entidadpropia ya en el siglo XX al ocupar el otroraPabelln de las Bellas Artes de la Exposicin

  • El Museo deBellas Artesnace comoconsecuen-cia de ladesamorti-zacin deMendizbal,para acogerlos bienesartsticosrequisados

    Iberoamericana de 1929, obra del famosoarquitecto sevillano Anbal Gonzlez, que loidea como homenaje al rico plateresco espa-ol. Entre sus fondos cabe destacar la Astarty la copia del Tesoro del Carambolo comohuellas de la mtica cultura tartsica, el anclabizantina hallada durante las obras del metroen la Plaza Nueva, cermica de Triana delsiglo XV y un par de grgolas del convento deSan Francisco, sin olvidarnos del ingente patri-monio de poca romana, con ejemplosde sorprendente calidadartstica.Justo frente a esteltimo, nosencontramoscon un bellopalacio queparecesurgido delestanqueque preside laPlaza deAmrica: el Pabe-lln Mudjar, en el cualAnbal Gonzlez dio buenacuenta de la explosin decorativaneomudjar que siempre aliment el alma deSevilla. No se pudo encontrar sede msadecuada para el Museo de Artes y Costum-bres Populares, dedicado al profundo, singulary a la vez universal espritu de Andaluca.Aparte de las diferentes salas que documentanambientes domsticos de diversa ndole contotal profusin de detalles, indumentarias deuso comn y objetos religiosos cotidianos, nosencontramos con una de las mejores coleccio-nes de bordados del mundo, que de por s bienpodran constituir un museo monogrfico: ellegado Daz Velzquez; por otro lado, losfondos de azulejera y cermica son nicos ensu especie. Cabe destacar la gran generosidaddel pueblo de Sevilla en este sentido, gracias ala cual el patrimonio del Museo no para decrecer.No lejos de all, se encuentra el conjuntomonumental ms ambicioso de todos losproyectados por este insigne arquitecto: laPlaza de Espaa, un poema de ladrillo, forja y

    cermica, ideado como un sincero abrazo de laMadre Patria a sus jvenes hijas las repblicasiberoamericanas, donde hoy se ubica el intere-sante Museo Militar Regional, heredero de losfondos de la antigua Maestranza de Artillerade Sevilla, a los cuales se uniran posterior-mente elementos de la Pirotecnia Militar y susEscuelas de Aprendices, y otros procedentesde diversas unidades y organismos de laRegin Militar Sur. El Museo est vinculado

    desde su origen a la Ctedra GeneralCastaos, que organiza

    diversos actos a lolargo del ao,

    como exposicio-nes y confe-

    rencias.Dirigimosahora nues-tros pasoshacia el ro

    Guadalquivir,padre de las

    glorias del legen-dario pasado de Sevi-

    lla como Puerto y Puerta deIndias, para adentrarnos en uno de

    sus smbolos ms conocidos: la Torre del Oro,obra almohade de 1220 diseada como partefundamental del sistema defensivo de la ciudady luego famoso punto de referencia del Puertode Amrica; acaba de ser restaurada y hoyluce de nuevo con todo su evocador esplendor.En su interior descubrimos el Museo Naval,que conserva una amplia gama de enseresrelacionados con las artes nuticas, comobanderas, anclas, mapas; retratos de marine-ros ilustres, maquetas de navos y gran canti-dad de documentos epigrficos relacionadoscon Sevilla y con los grandes descubrimientosmartimos.No lejos de all nos encontramos con una delas plazas de toros de mayor renombre en elmundo taurino: la de la Real Maestranza deCaballera de Sevilla, conocida como la Cate-

  • T anto en los periodos islmicos como enlos cristianos, cada poca le ha idomarcando su huella, en forma arquitect-nica o paisajstica, y as el perfil y aspecto quenos ofrece es el resultado de una serie deconstrucciones y destrucciones efectuadas atravs de la historia, en consecuencia, sntesisde la ciudad de Sevilla. Como Casa Real ha albergado innumerablesepisodios de muy diversa naturaleza, entreellos nacimientos, muertes y bodas de miem-bros de Familias Reales: nacen el reyFernando IV, el prncipe don Juan (primognito

    El Real Alczarde Sevilla Jos Mara Cabeza MndezDirector-conservador del Alczar

    dral del Toreo, donde desde 1989 podemosconocer de primera mano los entresijos de estefascinante arte gracias a la creacin del MuseoTaurino. Las colecciones estn dedicadas, porun lado, a la Real Maestranza de Caballera,donde se relata su rica historia, que provienede la reconquista de la ciudad por el reyFernando III el Santo en 1248; por otro, en elreservado a la Tauromaquia se evocan losjuegos caballerescos practicados por lanobleza durante los siglos XVII y XVIII, origendel arte de los toros como lo conocemos en laactualidad, pasando por figuras como Joselitoel Gallo y Juan Belmonte, y terminando conuna coleccin de trajes de luces, cabezas detoros, capotes y hasta pinturas de autorescontemporneos.No podemos concluir este paseo por losmuseos sevillanos sin citar sus dos incorpora-ciones ms recientes. Por un lado, el Museode Carruajes del Real Club de Enganches deAndaluca, creado en 1999 en el antiguoConvento de los Remedios, fundado por losCarmelitas Descalzos, que muestra unavariada coleccin de tipos de carruajes segnla finalidad de su uso y su evolucin a travsdel tiempo, adems de prestar atencin a suhistoria y trascendencia social en Sevilla. Porotro lado, el flamante Centro Andaluz de ArteContemporneo, creado en el Monasterio de laCartuja de las Cuevas, lugar de gran trascen-dencia histrica en nuestra ciudad. Adems desu uso religioso, su vinculacin con la gestacolombina y su conversin en factora de lozay porcelana china en el siglo XIX, fue PabellnReal durante la Exposicin Universal de 1992.La coleccin del CAAC se inicia con Equipo 57y El Paso, y cuenta con obras de destacadosautores, como Luis Gordillo, FranciscoPeinado, Guillermo Prez Villalta, Gema Cobo,etc.; adems, organiza exposiciones tempora-les, conferencias, seminarios y talleres.

    Considerado como el primeredificio civil de la ciudad,constituye, sin duda alguna,uno de los monumentosms densos y complejos envolmenes, cronologa yfuncionalidad conocidos.Histricamente, ha sido lasede de los dignatarios yprncipes musulmanes de laSevilla islmica y desde1248 hasta nuestros dascorte de los reyes castella-nos en la ciudad hispalense.Desde 1931 es propiedadmunicipal y por ello, ademsde ser residencia de laFamilia Real, es hoy prolon-gacin de las Casas Consis-toriales, foro cultural, aulauniversitaria y monumentoturstico, gestionado por elorganismo autnomo muni-cipal Patronato del RealAlczar.

  • de los Reyes Catlicos) y la infanta MaraAntonieta, hija del rey Felipe V y de Isabel deFarnesio. Mueren el rey Fernando III, conquis-tador y ms adelante patrn de Sevilla, AlfonsoX el Sabio y Mara de Padilla. Mientras que lasbodas celebradas de mayor relevancia fueronla de la princesa Isabel, hija de los ReyesCatlicos, con el prncipe Alfonso de Portugal,la de doa Germana de Foix, viuda del reyFernando V el Catlico, con el duque de Cala-bria, la del emperador Carlos V con Isabel deBraganza y en 1995, la boda de la infanta doaElena de Borbn con don Jaime de Marichalar.Los elementos arquitectnicos que identificanal Real Alczar y son considerados como mssingulares de todo su conjunto son los palaciosislmicos, el palacio gtico y el palacio mud-jar, junto con otras piezas de inters.El primitivo alczar lo traza Abdallah ben Sinanel siriaco y se edifica al comienzo del siglo X(914). La cerca murada de aquel periodo califalque hoy envuelve el patio de Banderas se situjusto en el lado occidental de lo que fuera lacalzada romana que conduca a Orippo y enun rea que debi ser puerto fluvial y foro decorporaciones en la Sevilla romana.Durante la dinasta de los Banu Abbad, reyestaifas de la ciudad, que la gobernaron desde elao 1023 hasta 1091, se realizan nuevasampliaciones del citado alczar califal, dirigidashacia poniente buscando sin duda el cauce delro Guadalquivir como foso natural. En la etapaalmohade (1147-1248) cuando Sevilla seconvierte en capital del nuevo imperio marro-qu, se llevaran a cabo importantes obrasfundamentalmente de ampliacin. No obstante,en el interior de los recintos califal y abbaditareconstruyen nuevos palacios, de los cualeshan llegado a nuestros das importantes yconocidos vestigios, como el cercano al lienzooccidental de la muralla califal conocido comodel Yeso, del cual hoy disfrutamos de unpequeo patio descubierto por Tubino en 1886y mandado restaurar por el marqus de laVega-Incln en 1915. Sevilla, capital del imperio almohade, inicia apartir de la derrota de las Navas de Tolosa(1212) una profunda decadencia e inestabilidadinterior que har posible su conquista por lasarmas castellanas y la desaparicin de eseimperio musulmn. Abandonada la ciudad, elrey Fernando III toma posesin del Alczar 22 de diciembre de 1248, en donde tresaos y medio despus 30 de mayo de 1252muere de hidropesa, cuando contaba 50 aosde edad y haba estado reinando treinta ycinco aos en Castilla y veintids en Len. El Alczar que se encuentra el Rey Santo eraun conjunto palatino de unas dimensionespoco o nada conocidas en los territorios caste-llanos. Fernando III no tiene oportunidad derealizar ninguna obra en el recinto, pero s suhijo el rey Alfonso X el Sabio, quien mandatransformar antiguas estructuras almohadespara construir su palacio gtico. ste secompona de cuatro salas, dos paralelas alpatio del Crucero almohade y otras dosperpendiculares, situadas en los extremos delas anteriores, estando cubiertas con bvedasde nervaduras y con un aterrazado que consti-

    El Alczarha sidotestigo deimportantesbodasreales, laltima la dela infantadoa Elenade Borbn

  • tuye la plaza de armas. Por elexterior presenta recios contra-fuertes tratados como torresalmenadas y los cuatro ngulosson ocupados por otras tantastorres mayores que, en su inte-rior, ocultan escaleras de cara-col, que justifican el nombre deCuarto del Caracol que recibien la Edad Media. Actualmenteest considerado como el edifi-cio de arquitectura civil de estilogtico situado ms al sur deEuropa.Durante el siglo XVI estasestancias fueron conocidascomo Salas de las Bvedas ode las Fiestas, porque en ellasse celebraron los banquetes conocasin de la boda imperial y deotros variados festines, siendoprecisamente en ese periodocuando gozan de una intensaremodelacin que dulcifica suausteridad medieval, aadindo-sele elementos y piezas queproclaman la modernidad rena-centista.En el siglo XVIII, despus delterremoto de 1755, el palacio seresinti gravemente con elhundimiento de su nave septen-trional, aparte de otros impor-tantes daos, la cual fue mandada reconstruirpor el rey Carlos III al ingeniero Sebastian Vander Borcht. Por tanto, el espacio que aprecia-mos ahora corresponde a esa intervencintardobarroca, debindose indicar que en losltimos aos se ha restaurado intensamentecon la realizacin de yeseras en sus bvedas,enmarques de puertas, solera y zcalo demrmol. En esta pieza se encuentran los bellsimos ymonumentales tapices de la Conquista deTnez por Carlos V, que han sido testigos deexcepcin de importantes acontecimientos,siendo los ms recientes la constitucin delParlamento de Andaluca el 21 de junio de 1982o la entrega de las medallas de las Bellas A r t e sespaolas en 1998 por SS.MM. los Reyes.Respecto al palacio mudjar, conviene recordarque fue mandado hacer por el rey Pedro I elCruel o el Justiciero, continuador de la lneaarquitectnica implantada por su padre, entrelos aos 1364 y 1366 con alarifes y carpinterosde origen musulmn, procedentes de Sevilla,Granada y Toledo. Su construccin se realiza con materiales pere-cederos como son la cermica, el yeso y lamadera, respetando la mxima cornica queimpide hacer obras eternas, por aquello deningn ser humano puede hacer competen -cia al Creador. Por tanto, nos encontramoscon un edificio histricamente cristiano, peroartsticamente musulmn.Se ha de destacar que aun siendo un edificiocivil, la decoracin aplicada en su conjunto sesustenta en la conocida simetra islmica atravs de elementos vegetales y geomtricos,reunidos fundamentalmente en los paos cer-

    micos, con el principal argu-mento de cualquier religinmonotesta como es la unidad yla multiplicidad.La fachada principal del palaciomudjar cierra el testero defondo del patio de la Montera yest organizada con dos cuer-pos laterales de doble altura, elinferior con arcos de mediopunto enmarcados por alfices yapeados sobre pilares deseccin rectangular construidosen ladrillo, mientras que elsuperior est compuesto por ungran arco central, tambin demedio punto, apoyado en pila-res de ladrillo y adornado ensus enjutas por atauriques, flan-queado a cada lado por gruposde tres arquillos peraltadossobre columnillas de mrmol,prolongados en paos desebka. Estas galeras superio-res enmarcan las ventanas delos salones principales del pala-cio alto, adornadas a su vezcon yeseras ejecutadasdespus de la conquista delreino de Granada, como lo indi-can las granaditas herldicasque las adornan.En el cuerpo central, la piedra

    labrada, la cermica, la madera tallada y elladrillo se combinan unitariamente a pesar deser ejecutados por artesanos de distintas tradi-ciones decorativas. Es de destacar la franjasuperior o dintel de reparto, que, revestido concermica blanca y azul, refleja repetidamenteel mote de los nazares: y no es vencedor sinoAl. Dicho elemento est enmarcado con unainscripcin que, en caracteres gtico-monaca-les, dice: El muy alto y muy noble y muy pode -roso y muy conqueridor D. Pedro, por la graciade Dios Rey de Castilla y de Len mand fazerestos alczares y estos palacios y estas porta -das que fue hecho en la era de mil cuatrocien -tos y dos (1364 era cristiana).En su interior, el conocido como Saln deEmbajadores es el centro del rea pblica,tiene planta cuadrada y est cubierto con unacpula lignaria de tracera mudjar respon-diendo a la tipologa islmica de la Qubba. Suinterior recibe la decoracin ms suntuosa ydelicada del palacio mudjar: Arrancando conlos zcalos de alicatados, los paramentosposeen arabescos, atauriques y epigrafa conriqusima variacin cromtica, estableciendo uncuerpo inferior de cuatro grandes arcos ciegosque cobijan en tres de sus lados elegantesarqueras de herradura sobre columnas califa-les. En la parte superior se sita la galera deefigies de los reyes de Castilla desde tiemposde los godos hasta Felipe III, cincuenta y seisen total. El espacio se cierra por la cpulacitada, que parte de una estrella de doce puntasy descansa sobre trompas de mocrabes.De la planta alta del palacio, sobresale eldespacho y el dormitorio del rey don Pedro, deconstruccin coetnea con la planta baja,

    Es conside-rado comoel PalacioReal msantiguo deEuropa enactivo

  • adems del oratorio de los Reyes Catlicoscon el extraordinario altar cermico realizadopor Francisco Niculoso Pisano en 1504, uno delos primeros paos ejecutados en Sevilla conazulejera lisa policroma.Otros elementos de inters los encontramos apartir del siglo XVI debido a los grandes bienesllegados a la ciudad durante los aos depuerto y puerta de las Indias, que aumentanconsiderablemente las rentas alcazareas ypermiten la ejecucin de importantes obras,sobre todo en la parte alta del palacio mudjar,que llegan a completar las dependencias delrey Pedro I antes sealadas, hasta convertirloen un confortable alojamiento para los mesesde invierno, bsicamente.Asimismo el necesario control de todos losenseres y bienes procedentes del nuevomundo, hace que la reina Isabel la Catlicadecida crear la Casa de Contratacin de lasIndias por cdula de 14 de enero de 1503, que,en definitiva, y bajo concepcin arquitectnica,se trataba de un conjunto de almacenes mslas viviendas del rector y del tesorero, la Capi-lla y la Sala de Audiencias. De toda aquellaedificacin slo queda la Sala de Audiencias,un espacio rectangular conocido como Cuartodel Almirante y unos muy interesantes espa-cios situados en la planta superior.La Sala de Audiencias que hoy apreciamos, esuna pieza cuadrada cubierta con una ricatechumbre de madera de labores geomtricasdel siglo XVI, pintada y dorada. El espacio estpresidido por un altar-retablo con la Virgen delos Mareantes o del Amparo de los Navegan-tes, obra de Alejo Fernndez (h. 15311536),procedente de la desaparecida Capilla y endonde se identifica a Cristbal Coln y al reyFernando V el Catlico, entre otros.Por su parte, el Cuarto del Almirante es, comose ha dicho, una sala rectangular cubierta conun entramado de madera atribuible al maestrode carpintera del Alczar Martn Infante (finals. XVI). Actualmente sirve como espacio deuso cultural y oficial, decorada con cuadros delos siglos XIX y XX, ms el lienzo que repre-senta Las postrimeras de San Fernando deVirgilio Mattoni (1887), propiedad del Museodel Prado. Hacia el comienzo de la decimosp-tima centuria Sevilla vivir un perodo de fuer-tes contrastes con pocas de gran prosperidady por contra tambin de inevitables decaden-cias. Sin embargo, nuestro recinto se ver enri-quecido con nuevas e importantes obras efec-tuadas para una anunciada visita de Felipe IIIque, por cierto, nunca se llegara a realizar.El arquitecto Vermondo Resta trabaja para elReal Alczar siguiendo las directrices delalcaide y primer ministro del nuevo monarcaFelipe IV, el conde-duque de Olivares, centrn-dose sus actividades fundamentalmente en losjardines y en el remozamiento general de losedificios, que en este caso s llegaron a alber-gar al rey durante trece das en el ao 1624.Tambin entre 1625 y 1626 se instala en elespacio que actualmente ocupa el patio delLen, el mayor teatro que tuvo la ciudad(Corral de la Montera), siendo pasto de lasllamas a finales de esa centuria, despus dehaber servido para la representacin de las

    ms importantes obras de la poca.Con el reinado de Carlos II no se realizaninguna obra de nueva planta ni de remodela-cin importante; slo se producen tareas lige-ras de conservacin, pero llegada la primeraetapa borbnica el recinto gozar de momen-tos de esplendor motivado por la estancia de laFamilia Real y toda su Corte durante cuatroaos (17291733), quedndonos como mues-tra relevante la ampliacin de la portada delapeadero y la construccin de la Armera Real,hoy destinada para sala de exposiciones.Ms adelante, en el perodo del reinado deFernando VI se produce el conocido terremotode Lisboa, que causa importantes estragos endiversas zonas del Alczar, siendo necesarioapuntalar, entre otros elementos, la galera deGrutescos y los baos de doa Mara de Padi-lla en el plano inferior del jardn del Crucero.Cinco aos despus, en 1760 y reinandoCarlos III, se decide macizar hasta el nivelsuperior del patio el primitivo jardn delCrucero, se construye el corredor entre elapeadero y el patio de la Montera, intercep-tando el eje mayor del referido patio, y selevanta la desaparecida cruja norte del palaciogtico, actual saln de Tapices, con un prticoadyacente de traza clasicista diseada por elya mencionado Sebastin Van der Borchst.En el reinado de Isabel II el conjunto servir deresidencia a los duques de Montpensierdurante algn tiempo y para ello se tuvieronque realizar importantes obras de restauracin,especialmente en el palacio mudjar.Prximo a nuestro tiempo ha de reconocerseun buen nmero de actuaciones en pro de laconservacin del conjunto, realizadas bajo ladireccin de los Sres. Romero Murube yManzano Martos, desde que la titularidad delmonumento pas al municipio. Ms adelante,en 1988, el Ayuntamiento de la ciudad y Patri-monio Nacional firman un convenio por el cualy entre otros acuerdos, se establece que elAyuntamiento como nico propietario autorizacon carcter indefinido la utilizacin del deno-minado Cuarto Real Alto, con sus dependen-cias anejas, para el uso y servicio exclusivo deresidencia de SS.MM. los Reyes de Espaa ymiembros de la Real Familia durante susestancias en la ciudad, garantizndose portanto la permanencia del uso secular del Alc-zar, lo que hace que sea considerado como elPalacio Real ms antiguo de Europa en activo.

  • Estas ruinas de Itlica, hoysaqueadas por la mano y lacodicia del hombre y lastima-das con el paso del tiempo,formaron parte de una bellaciudad que fue protagonistade un importante captulo denuestra historia: el nacimientode la Btica, punta de lanzade un imperio y un modelo decultura que forma parte denuestro modo de vivir y enten-der el mundo.

    E n un comienzo, Itlica fue asentamientomilitar para el ejrcito romano all por elao 206 a.C., cuando lleg a estacomarca un joven general de 24 aos de edadllamado Publio Cornelio Escipin El Africano,que, con un ejrcito de 35.000 soldados,acababa de conquistar Cartago Nova, para acontinuacin, dirigirse al Sur y derrotar a loscartagineses en la Segunda Guerra Pnica.De ello nos habla el historiador romano Apiano:A partir de ese momento, poco antes de laOlimpiada ciento cuarenta y cuatro, comenza-ron a enviar anualmente a los pueblos deIberia conquistados, pretores en calidad degobernadores o superintendentes para mante-ner la paz. Y Escipin, despus de dejarles unejrcito pequeo adecuado a un asentamientopacfico, estableci a los soldados heridos enuna ciudad a la que se le puso el nombre deItlica, patria de Trajano y Adriano, quienesms tarde fueron los primeros emperadores deprovincia. Itlica fue primer municipio romanofuera de Italia y ms tarde Colonia AeliaAugusta Itlica, como reza su nombre latinoen poca imperial. Lo que actualmente se visita son los restos decasas (siete de ellas perfectamente datadas),los magnficos mosaicos que se conservan, la

    red viaria de avanzado diseo, ejemplo de unaciudad moderna. Su alcantarillado en granparte perfectamente conservado, as como loque queda de sus templos y edificios pblicos:las termas mayores y menores, el CastellumAquae (depsito de agua), el Traianeum, elgran anfiteatro tercero en el mundo romanodespus del Coliseo de Roma y el de Capua.Sin embargo, es mucho ms lo que permaneceenterrado, oculto a nuestros ojos, aunque unaparte importante de su contenido se conocegracias a recientes investigaciones realizadascon tcnicas muy avanzadas. Itlica se divide en dos zonas y dos pocas. LaVetus urbs (ciudad vieja) y la Nova urbs,esplndido barrio residencial, moderno, edifi-cado durante el gobierno de Adriano, posible-mente en recuerdo de su padre adoptivoTrajano junto con las Termas Mayores, elTraianeum, la palestra y el anfiteatro y otrosedificios pblicos an sin excavar como elGimnasium, al que se le calcula una plantasimilar a la de El Escorial.La parte nueva de la ciudad fue abandonada amediados del siglo III por diversas razones,econmicas, polticas, pudiendo ser tambin,mas no como principal motivo, por estar asen-tada en tierras de bujeo (arcilla expansiva),segn testifican los cronistas e investigadores;pero la ciudad continuara siendo ocupada demanera anrquica hasta los tiempos de ladominacin musulmana. Lo que fue la Vetusurbs permanece bajo el casco urbano delpueblo de Santiponce, construido enparte con materiales de la vieja y lasti-mada colonia romana, a principios delsiglo XVII tras la gran arriada.Las primeras excavaciones arqueol-gicas de las que se tiene constanciadatan de 1781 y 1788 y fueron lleva-das a cabo por Francisco de Bruna.Aunque de modo intermitente, lasexcavaciones as como los estudiossobre Itlica no han cesado bajo laresponsabilidad de prestigiososarquelogos e investigadores, entrelos que se debe destacar la figura deDemetrio de los Ros, andaluz nacidoen Baena (Crdoba), an no recono-cido de manera justa, pese a la

    As naci ItlicaFrancisco Vlez NietoEscritor y Vicepresidente de la Fundacin Itlica de Estudios Clsicos

  • la lluvia. Slo con andar unos pocos metros, ala derecha, hallamos una gran manzana sinexcavar. En la parte izquierda aparece laprimera casa y las calles menores (decuma-nos), perfectamente trazadas a cordel. Aspodemos admirar lo que queda de un impo-nente edificio, posiblemente por sus caracters-ticas un colegium, que se conoce como Casade la Exedra. De l se pueden ver los restosde la palestra y el criptoprtico, sus patios yhabitaciones interiores, conservndose magn-ficos mosaicos en los suelos de algunas deellas. En el centro de la mansin de la casa dela Exedra se sita un gran patio con un estan-que. Cuenta con amplias habitaciones y unastermas. El nombre de Casa de la Exedra sedebe a la bveda del fondo, hoy derruida, quepodra haber sido sala de reuniones.A continuacin, pasando el primer angiportusy dando un lado de su solar al Cardo Mximo yla fachada principal a una calle, se encuentrala Casa de Neptuno, otro posible colegium,que, al igual que la anterior, ocupa toda unamanzana; se calcula que su planta es de unos6.000 metros cuadrados. Debe su nombre a ungran mosaico, que se considera el suelo deuna piscina, cuyo centro lo domina este diosromano de las aguas con un enorme tridente,montado en una biga tirada por dos caballos

    de mar. Son igualmente de inters los otrosmosaicos de las habitaciones, especial-

    mente el del laberinto. Junto con laCasa de la Exedra, estas dos

    mansiones ocupan, cada unade ellas, la manzana entera

    en esta zona residencialde la nueva ciudad de

    Adriano.

    importantsima labor en defensa del patrimoniosevillano que realiz. El anfiteatro estaba compuesto de tres gradas(caveas): la superior, destinada a las mujeres ylos nios para aminorar el sangriento impactode las luchas en la arena; en la primera barrerao palco, la clase influyente. Dos presidencias: aun lado el poder civil y poltico, al otro el reli-gioso. De las tres gradas, se puede decir quese conservan las dos primeras. Su altura totalpudo haber sido el doble de la que ahora secontempla. En el centro de la arena est lafosa bestiaria, que en su tiempo estuvocubierta con una estructura de madera; era lazona de servicio del coliseo. Su eje mayor mide 160 metros y el menor137. Es todo un ncleo de hormign revestidode ladrillos con enchapado de mrmoles. Enlas galeras internas, vomitorios que rodean suinterior, se puede ver la magnfica red dealcantarillado, con ms de un metro ycincuenta centmetros de altura, que rodeatodo el interior del edificio. Se encuentra enperfecto estado, siendo una verdadera obra deingeniera, as como una aventura en el tiempopara las personas atrevidas a recorrerlas.Dejando atrs el anfiteatro y pasando losrestos de murallas, se llega al Cardo Mximo,que atraviesa la ciudad. Las edificaciones deambos lados estaban porticadas, como toda la

    Nova Urbs, paraproteger a sus

    habitantesdel calor y

  • Al otro lado de la calle se encuentra la Casa delos Pjaros. Su nombre, como en todas, sedebe al mejor mosaico que de ella seconserva, con treinta y tres especies de pja-ros diferentes, y que ha sido restaurado hacepocos aos. Los mosaicos son esplndidos yde una gran belleza. Es la nica de Itlica quepuede recorrer el visitante.Enfrente se puede ver la Casa de Hylas, degran amplitud; slo se ha excavado una mitadde ella y est levantada sobre tres niveles.Tiene amplios patios y habitaciones, en los quese conservan bellos mosaicos que estncubiertos para protegerlos del tiempo por sudelicado estado, entre los que destaca el delas Cuatro Estaciones. Domina toda la ciudad el emperador divini-zado; el original, una escultura impresionante,se puede contemplar en el Museo Arqueol-gico de Sevilla junto con otra treintena demagnficas esculturas, todas procedentes deItlica. Desde este mirador artificial, bajo el quese encuentra una casa, el visitante tiene laocasin de disfrutar contemplando la vega delro Betis. Justo detrs de la estatua de Trajano,en su lado izquierdo, se pueden ver los restosde la Casa de las Tabernas o el Emparrado.Sin embargo, la pendiente en la que estsituada, el tiempo y la falta de mantenimientoadecuado durante muchos aos, se han encar-gado de la prdida de gran parte de su valor.En el lado del decumano que conduce hacia laCaada Honda, se ubican varias tabernascuyos suelos prcticamente han desaparecido.Dejando atrs la estatua del emperador, tene-mos el cementerio de Santiponce, enclavadoen pleno centro del Cardo Mximo. Al lado,los restos del Templo de Trajano (Traianeum),posiblemente el edificio pblico ms saqueadoy esquilmado de todo el conjunto. Prctica-mente, slo quedan sus cimientos. A sufbrica, de gigantescas proporciones, se lecalcula una altura mxima de 25 metros; eneste edificio se encontrara una estatua delemperador de unos doce o catorce metros dealtura. Girando a la derecha, se llega a la casadel Planetarium, de cuyo mosaico ms impor-tante ha tomado su nombre. ste tiene en sucentro un medalln que representa las divinida-des planetarias, que, segn el calendario

    romano, dan ttulo a los siete das de lasemana. En el centro Venus (viernes) y a sualrededor la Luna (lunes), Marte (martes),Mercurio (mircoles), Jpiter (jueves), Saturno(sbado) y Helios-Sol (domingo). Las Termas Mayores son los baos pblicosms importantes de la ciudad, consideradoslos ms grandes de la Pennsula Ibrica. Debide ser un monumental edificio del que Adrianoquiso dotar a la Nueva Urbs. Las termaseran, al mismo tiempo, bao pblico, restau-rante, gimnasio, paseo, biblioteca y sala deconferencias. En ningn otro edificio pblico seencuentra este ritmo de vida que los romanosdaban a su jornada. Slo est excavada sumitad. Las primeras excavaciones se deben aDemetrio de los Ros, a mediados del sigloXIX, y durante ellas, fueron encontradas lasesculturas divinizadas de Trajano y Adriano.Los estudios llevados a cabo en 1991mediante tcnicas geofsicas, confirman laexistencia de un complejo deportivo de unos32.000 metros cuadrados. A unos trescientosmetros de las termas, y fuera del conjunto sedivisan unas bvedas. Son los depsitos deaguas (castellum aquae), edificacin subterr-nea, que, con una capacidad aproximada deun milln de litros, serva para el abasteci-miento de la ciudad y, especialmente, de lastermas mayores. El agua llegaba a travs deun acueducto desde Escacena del Campo,poblacin a unos cuarenta kilmetros deItlica. Saliendo del conjunto, llegamos primero a lastermas menores, enclavadas entre las callesTrajano y Adriano. Ocupan una parcela aproxi-mada de 3.000 metros cuadrados y fueronexcavadas entre 1860 y 1904. El segundo granedificio pblico, el teatro, se encuentra al otroextremo del casco antiguo de Santiponce El teatro romano data de la poca de Augusto

    (finales del siglo I d. C.). Sufri varias reformasposteriores. Excavado en los aos setenta,est a la espera de que se culmine su proyectofinal de restauracin. Desde el ao 1997 seviene celebrando en primavera el FestivalEuropeo de Teatro Grecolatino de Itlica, quecongrega a miles de jvenes estudiantes, ycuyo prestigio ha saltado las fronteras adqui-riendo ao tras ao mayor importancia yrelieve. El gradero pudo tener en un tiempocapacidad para unos 3.000 espectadores. Mide71 metros de dimetro; la escena tiene 48,5metros.

  • El Descubrimiento de Amricaconvierte a Sevilla en unpuerto universal y escala obli-gada en la ruta al NuevoContinente. Los siglos XVI yXVII marcan el periodo deesplendor de la ciudad, en loscuales la Casa de Contrata-cin tendr la exclusividad dela carrera de Indias, hasta queen 1717 Felipe V ordena sutraslado a Cdiz.

    E n el ao de 1503, los Reyes Catlicosmandaron que se fundase en Sevilla unaCasa de la Contratacin, que, andandoel tiempo, fue el organismo encargado de orga-nizar todo el trfico de mercancas y personasentre el Viejo y el Nuevo Mundo. Ello convirtioficialmente a la ciudad en el centro adminis-trativo ms importante en relacin con eldescubrimiento, conquista y colonizacin de lasIndias Occidentales. La eleccin no fue casual,ni fruto de ningn arrebato o decisin polticainteresada, sino una lgica consecuencia devarios factores.En primer lugar, Sevilla era un puerto fluvial,sin duda el ms importante de Castilla y que, alestar situado a ochenta kilmetros del mar ycon una entrada difcil de traspasar sin contarcon pilotos expertos, estaba totalmente a salvode cualquier ataque de piratas o marinasenemigas. Su situacin en la fachada sur occi-dental de la Pennsula Ibrica tambin colo-caba al puerto hispalense en el inicio de lasrutas martimas que unan Europa conAmrica. En aquellos tiempos de la navegacina vela las embarcaciones deban seguir lasautopistas ocenicas que los vientos y lascorrientes trazaban en los ocanos. En estesentido, los vientos alisios marcaban en el marun camino seguido por todas las embarcacio-nes que, saliendo desde el Golfo de Cdiz,descendan hasta las Canarias primero y CaboVerde despus, para luego arrumbar al oeste yllegar al arco de las pequeas Antillas conviento a favor en casi todo el trayecto.Ahora bien, por qu entre las muchas ciuda-des costeras de la Baja Andaluca se escogiSevilla para ser sede de la Casa de la Contra-

    tacin?. La respuesta es clara: se trataba delncleo urbano ms poblado de toda Castilla y,a la hora de organizar los grandes convoyesque se dirigiran hacia Amrica, era imprescin-dible contar con alojamiento temporal para lastripulaciones, artesanos para las reparaciones,almacenes para las mercaderas y funcionariospara administrar el formidable embrollo desemejante empresa, que, en sus buenos tiem-pos, poda precisar muchos miles de tripulan-tes, soldados, pasajeros y toneladas demercancas.Refirindonos a los funcionarios, hay que decirque Sevilla era un importante centro del poderreal en una Andaluca que todava tena lamayora de sus tierras y de sus ncleos depoblacin bajo el control de la Iglesia o losgrandes y pequeos miembros de la nobleza.En ella exista un gran palacio real: el alczar,en una de cuyas dependencias se instal laCasa de la Contratacin. Adems, la catedralserva de panten a varios monarcas castella-nos, como Fernando III, Alfonso X o Pedro I,que, tras la conquista, la haban escogidocomo capital temporal del reino. Por ello, enuna empresa como la colonizacin de Amrica,que pretenda ser obra del Estado, no se podaelegir como centro del monopolio comercialuna ciudad propiedad de algn poderosonoble, que, sin duda, hubiera querido compartircon los monarcas los beneficios obtenidos.Finalmente, Sevilla era tambin desde la BajaEdad Media un importante centro financiero ylos capitales eran necesarios para engrasaraquella formidable mquina. En la ciudad sehaban asentado mercaderes de varios paseseuropeos, que acudieron al calor de los nego-cios que se hacan con el norte de frica y,una vez liberada la orilla septentrional del

    La ciudadse convirtien sede deun poderosogremio demercaderes

    Sevilla comopuerta de AmricaPablo E. Prez-MallanaCatedrtico de la Universidad de Sevilla

  • estrecho de Gibraltar de la dominacinmusulmana, en la ruta comercial que unapor va martima las dos regiones ms ricasde Europa: el norte de Italia y Flandes. Lageografa urbana de la ciudad an recuerdaesta presencia con los viejos nombres desus calles: Gnova (actual avenida de laConstitucin), Francos, Alemanes o Placen-tines (por los habitantes de Piacenza).Gracias a todo esto, la ciudad de Sevilla seconvirti en sede de un poderoso gremiode mercaderes, que, reunidos en unConsulado de Comercio, construyeron unbello edificio renacentista entre la Catedraly el Alczar, congregndose as en unmismo mbito urbano los tres grandespoderes: el de la Iglesia, el del monarca yel del dinero. Ese fue el edificio de la CasaLonja, que en el siglo XVIII habra deconvertirse en sede del Archivo General deIndias.Los conventos sevillanos tambin se vieronengrandecidos por esta marea de gentes yriquezas. Como antesalas y puestos deespera mientras que los frailes se embarca-ban para las Indias, las principales rdeneslevantaron impresionantes edificios en laciudad, de los cuales an quedan vestigios,aunque muchos han cado vctimas de laespeculacin o estn muy deteriorados porla incuria y el paso del tiempo.Por otra parte, los grandes escritores delSiglo de Oro como Cervantes, Lope deVega o Mateo Alemn, cantaron el bulliciocosmopolita de la ciudad y pintores y escul-tores como Velzquez, Murillo o MartnezMontas, nacieron en su ambiente culturalo tuvieron sus talleres en ella alimentadospor la demanda de obras de arte que venadel otro lado del Atlntico.En pocas palabras, Sevilla, que tena unos40.000 habitantes a principios del XVI, llega poseer entre 150.000 y 200.000 a princi-pios del XVII, fecha en la que era una delas tres o cuatro ciudades ms pobladas yfamosas de Europa.Pero toda bonanza tiene su final. A media-dos del siglo XVII una tremenda pestediezm su poblacin y, lo mismo quemuchos sevillanos, el Guadalquivir, vafluvial en que haba fundado su grandeza,tambin estaba herido de muerte. Ms decien aos de intenso trfico haban hechoque muchos barcos se hundieran en sucauce, los cuales, al no poder ser extradosdel fondo, se convertan en traicionerosobstculos para otras embarcaciones.Como tambin los buques se hicieron cadavez ms grandes, el cauce fluvial se tras-form en una peligrosa ruta en la que habaque sortear centenares de peligros. Con eltiempo pareci ms conveniente trasladarel centro del monopolio a un puerto del lito-ral. En 1717 se escogi Cdiz, que, tras sercompletamente amurallada, tom el relevode las glorias de la ciudad de Sevilla.

  • La evocacin del pasado y lareflexin sobre el presente yel futuro, son los grandes ejesvertebrales de la conmemora-cin del V Centenario de lafundacin de la Universidadde Sevilla. Desde su naci-miento hasta hoy, la Universi-dad ms antigua de Andalucaha tenido una larga singla-dura, evolucionando acorde alos nuevos tiempos.

    A fines del XV, Sevilla era, sin lugar adudas, la mayor ciudad del Reino:dominaba un entorno natural de primerorden, era el principal puerto de Castilla y enella existan colonias de genoveses, pisanos,catalanes, placentines, etc. El Descubrimientode Amrica y los posteriores viajes colombinospotenciaron estas caractersticas y orientaron ala ciudad a un destino esencialmente martimoy comercial. Con ms de cien mil habitantes, Sevilla seconvirti en la primera ciudad de Espaa y enuna de las seis ms pobladas de Europa, laciudad que por su posicin geoestratgicapoda garantizar el xito de la exploracin de lanueva frontera atlntica.Por influjo de lo que el monopolio del comercioamericano va a ir exigiendo en instituciones,tcnicas, mercancas, dinero y mentalidad,Sevilla se transform: surgieron nuevos orga-nismos (Casa de Contratacin y Consulado deCargadores a Indias), y se modernizaron otrosya existentes (Aduana y Casa de la Moneda). Las nuevas tendencias culturales permearon lavida de la ciudad. En este ambiente y en estetiempo histrico, entre fines del XV y comien-zos del XVI, es en el que va a germinar elhecho fundacional de la institucin que est enlos orgenes de la Universidad de Sevilla: elColegio-Universidad de Santa Mara de Jess.

    Tres fechas de los inicios del siglo XVI sonespecialmente significativas respecto de lafundacin de la Universidad de Sevilla: en1502, y en respuesta a una peticin formuladacuatro aos antes por el Concejo de la ciudad,los Reyes Catlicos concedieron al Ayunta-miento de Sevilla una Real Cdula mediante lacual le otorgaban licencia para un EstudioGeneral con ctedras en las que se leyeseTeologa o Cnones o Leyes o Medicina yotras artes liberales.En 1505, el carmonense Maese RodrigoFernndez de Santaella, Arcediano de la Cate-dral de Sevilla, que haba sido colegial del RealColegio de Espaa en Bolonia y era sin dudauno de los personajes ms cultos de la Sevillade fines del Medievo, obtuvo una Bula del PapaJulio II para erigir en la ciudad un Colegio-Universidad que podra impartir enseanzas deArtes, Lgica, Filosofa, Teologa, DerechoCannico y Civil. Otra Bula de la misma fechaque la anterior adjudicaba al Colegio-Universi-dad algunos bienes eclesisticos con el prop-sito de contribuir a su financiacin.La Bula de 1505 fue confirmada en 1508 por elmismo Pontfice, otorgando a la Universidad deSevilla todos los privilegios que ya disfrutabanotras Universidades del Reino, y autorizndoleadems la enseanza de Medicina. En 1551, elConcejo hispalense cedi sus derechos alColegio fundado por Maese Rodrigo, cesinque no fue reconocida por el Rey hasta losEstatutos de 1621, que actualizaron y moderni-zaron los primeros, de 1565.Las races de la Universidad moderna hay quesituarlas en el afn renovador de Carlos III,quien mediante una Real Cdula de agosto de1769 aprob el Plan de Estudios de Olavide(de 1768) y orden establecer la Real Universi-dad Literaria, que en 1771 se traslad a laCasa Profesa de la Compaa de Jess, en laque durante casi dos siglos transcurrir el largocamino de transformacin de la Universidadescolstica en una Universidad moderna.Desde comienzos del siglo XIX surgi un ciertoespritu de modernizacin de la Universidad deSevilla, que qued reflejado en el acuerdoadoptado por el Claustro en 1803 solicitando lacreacin de una ctedra de Fsica Experimen-tal. Posteriormente, desde mediados del siglo

    La Universidadde SevillaProfesor Dr. Juan Antonio CarrilloSalcedoComisario para la conmemoracin del V Centenario de la fundacin de la Universidad de Sevilla

    La conme-moracin dequinientosaos dehistoria es laocasinparapreguntar-nos acercade lafuncin quela Universi-dad puede ydebe llevara cabo en lasociedad delconoci-miento y enun mundoen rpidoproceso decambio

  • Investigacin con sede en la Universidad deSevilla, y de varios Centros de Investigacinentre los que destacan el Centro Nacional deAceleradores; el Centro de InvestigacionesCientficas Isla de Cartuja; el Laboratorio deInvestigacin Biomdica (LIB); el Instituto deMicroelectrnica de Sevilla; y el Centro deInvestigacin, Tecnologa e Innovacin de laUniversidad de Sevilla (CITIUS), que hainiciado su funcionamiento en el ao 2004.Hace cinco siglos, la creacin de la Universi-dad de Sevilla respondi a un contexto cultural,poltico y cientfico muy distinto del presente,aunque acaso ambos tengan un rasgo comn:la desazn que suscita la toma de conciencia