Nivel 2 - ¿Qué debo de hacer después de ser salvo? Lección 11 – La Santidad

1. Dios ha llamado a todos los creyentes a una vida santa. No hay excepción alguna a este llamado.

2. El concepto de la santidad puede resultarle un tanto antiguo a la generación actual.

3. Ser santos significa ser moralmente intachables. Es estar apartados del pecado y, por consiguiente, estar consagrados “separados para Dios.

4. La santidad absoluta de Dios debe servimos de gran consuelo y seguridad.

5. El mejor modo de comprender la idea de la santidad, consista en observar cómo usaban esta palabra los escritores del Nuevo Testamento.

6. Vivir una vida santa, por lo tanto, es vivir una vida de conformidad con los preceptos morales de la Biblia, y en contraste con la orientación pecaminosa del mundo.

Nivel 2 - lección 11 – La Santidad

7. Por consiguiente, si la santidad es tan fundamental para la vida cristiana, ¿Por qué no la experimentamos en mayor medida en la vida cotidiana? ¿Por qué son tantos los creyentes que se sienten constantemente derrotados en su lucha contra el pecado? ¿Por qué a menudo la iglesia de Jesucristo parece conformarse más al mundo que la rodea, que a Dios?

8. Las respuestas a las preguntas enunciadas pueden agruparse en tres áreas básicas de problemas. 9) El primer problema es que nuestra actitud hacia el

pecado se centra en nosotros mismos más bien que en Dios.

10) El segundo problema consiste en que entendemos mal la frase “vivir por la fe” .

11) El tercer problema es que no tomamos en serio algunas clases de pecados.

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12. Muchos cristianos tienen lo que podríamos llamar una “santidad cultural”.

13. “La santidad no consiste en especulaciones místicas, fervores fanáticos, ni en durezas impuestas o impuestas; consiste en pensar cómo piensa Dios y en desear lo que desea Dios.”

14. Los mejores creyentes jamás pueden por sí mismos merecer la salvación basados en su santidad personal.

15. Nuestra santidad delante de Dios depende enteramente de la obra que Jesucristo hizo por nosotros, por la voluntad de Dios.

16. ¿Está dispuesto a comenzar a considerar al pecado como una ofensa contra un Dios santo, en lugar de verlo como derrota personal solamente? ¿Está dispuesto a aceptar su responsabilidad personal por sus pecados, comprendiendo que al hacerlo, tiene que aprender a depender de la gracia de Dios? ¿Y está dispuesto a obedecer a Dios en todas las áreas de la vida, por insignificante que sea la cuestión o la circunstancia?