nicolás maquiavelo

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NICOLAS MAQUIAVELO FLORENCIA:1469-1527 NACIMIENTO DE “ LA CIENCIA POLITICA” REALISMO POLITICO OBJETIVO: UNIFICAR A ITALIA Y FOMENTAR UN CAUDILLO CAPAZ DE HACERLO. ALVARO CARRILLO ARAUJO. IDEAS POLITICAS.

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Nicolás Maquiavelo

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  • 1. NICOLAS MAQUIAVELO FLORENCIA:1469-1527 NACIMIENTO DE LA CIENCIA POLITICA REALISMO POLITICO OBJETIVO: UNIFICAR A ITALIA Y FOMENTAR UN CAUDILLO CAPAZ DE HACERLO. ALVARO CARRILLO ARAUJO. IDEAS POLITICAS.

2. BREVE ICONOGRAFIA MAQUIAVELO http://images.google.es/images?gbv=2&hl=es& q=olas+maquiavelo&start=18&sa=N&ndsp=18 3. FLORENCIA EL DUOMO:BRUNELLESCHI PUENTE VIEJO RIO ARNO http://www.aboutflorence.com/florencia/galeri a-foto-de-Florencia/ponte-vecchio- Florencia.html 4. EL DAVID DE MIGUEL ANGEL http://www.aboutflorence.com/florencia/galeri a-foto-de-Florencia/David-Florencia.html 5. Nicols Maquiavelo -Niccolo Macchiavelli- naci en Florencia el 3 de mayo de 1469. Era hijo de Bernardo dei Niccolo Macchiavelli, jurisconsulto, y de Bartolommea dei Nelli, una dama muy bella e instruida. Fue escritor, jurista, diplomtico y poltico. Consagr su vida a la teora y praxis poltica, la que dedujo de su observacin y su experiencia directa de la confusin poltica. Su prestigio comenz pronto, y a los veinticinco aos se le nombr secretario del gobierno Dei Dieci. Se desempe, luego, en distintas legaciones en algunos estados de Italia y en Alemania, misiones stas que hubo de comentar en sus escritos. En 1502 contrajo matrimonio con Marietta Corsini, del mismo nacieron cinco hijos. MAQUIAVELO Nicols 6. MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 Sus actividades como embajador duraron hasta el ao de 1512, en que se le dieron responsabilidades polticas y tcnicas incluyendo la organizacin de una infantera nacional y de una caballera. En el ao 1513 es alejado del poder y comienza una poca de persecucin contra l. Los Mdicis lo encarcelaron y fue sometido al tormento, acusndosele de conspirador. Ya haba publicado para entonces obras filosficas y literarias, pero luego de ser prcticamente desterrado de Florencia, desde su casa de campo, intensific sus tareas; y gracias a la atraccin que siempre experiment el gran Lorenzo de Mdicis, uno de los espritus ms representativos del Renacimiento por las artes y las letras, pudo Maquiavelo obtener su favor. 7. MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 La obra fundamental del clebre filsofo florentino, la que ha perdurado a travs del tiempo, dando siempre lugar a las ms encontradas opiniones, es "El Prncipe", libro que encierra, cuanto de filosofa prctica y reglas de gobierno podra apetecer cualquier jefe de Estado de cualquier tiempo, dispuesto a no reparar en medio para alcanzar sus fines. Su ndole moral es fundamentalmente recusable. "El Prncipe" ha tenido apologistas entusiastas, como Gentile, Alfieri, Wicouefort, Gobineau y Nietzsche; y detractores implacables, a cuyo frente se hallan, en diferentes pocas, hombres como Saavedra, Fajardo, Voltaire, Federico de Prusia, Macaulay, Castelar, Tolstoi, etctera. 8. El pueblo se acostumbra a la familia que lo gobierna y se abstiene a cambiarla, reprochando fcilmente a un nuevo gobernante ajeno a sta. Es preciso convenir desde luego en que es mucho menos difcil mantener los estados hereditarios, acostumbrados a la familia de su prncipe, que los estados nuevos. En efecto, el prncipe hereditario no necesita ms que una capacidad regular para mantenerse siempre en sus estados; y no hay duda de que lo conseguir, sometindose a la imperiosa necesidad de los tiempos en que vive, y no saliendo voluntariamente del orden y mtodo establecidos por sus predecesores, a no venir a despojarle una fuerza infinitamente superior: an en este ltimo caso podr volver a recobrarlos a pocos reveses de fortuna que sufra el que los ocupe despus de l. (Pgina 16) MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 9. MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 Napolen coment el libro de Maquiavelo con discrepancia en algunos puntos, pero siempre con simpata. En cuanto al prncipe que hubiera de tomar como modelo, para el diseo de su obra, se cita a Fernando El Catlico y Csar Borgia. Maquiavelo vivi algn tiempo en la corte del duque Valentinois, y en ella pudo ver muchos hechos y actitudes que aprovech para la composicin de su libro. Sea como fuere, lo cierto es que "El Prncipe" est considerado, con justicia, como una manifestacin tpica del espritu del Renacimiento y una de las obras maestras de la literatura universal. Muri el 22 de Junio de 1527, a la edad de 58 aos, en Florencia. Sus restos fueron inhumados en Santa Croce. 10. Un gobernador nuevo sufre de complicaciones creadas producto de la ceguera del pueblo que piensa que la mudanza traer bienestar. [...] las dificultades ms grandes se encuentran en el principado nuevo, [...]. Estas mismas nacen de las variaciones que ocurren naturalmente en los principados nuevos; porque, si al principio los vasallos se prestan con gusto a mudar de seores, creyendo que el cambio es ganancioso, y, llevados de esta opinin, toman las armas contra aquel que los gobierna, suelen engaarse, y no tardan luego en reconocer que su situacin empeore cada da, siendo muchas veces los males que experimentan consecuencia necesaria de la mudanza. (Pgina 18) MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 11. Un pueblo rebelde genera una actitud ms reforzada y agresiva en el prncipe que lo conquista. Es cierto tambin que no se pierde con tanta facilidad un pas rebelde, despus de haber sido reconquistado, porque el prncipe, a pretexto de la rebelin, no repara tanto en usar de aquellos medios que pueden asegurarle la conquista; y as castiga a los culpables, atiende ms a contener los sospechosos y se fortifica hasta en los lugares de menor peligro. (Pgina 19) MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 12. Es importante que los dominios de un soberano tengan rasgos comunes, porque de lo contrario, no podr poseer a ambos. [...] un soberano quiere reunir a sus antiguos dominios otro estado nuevamente adquirido. Lo primero que se debe considerar es si este ltimo confina con los otros, y se habla en ambos la misma lengua o no. En el primer caso, es muy fcil conservarlo, sobre todo si los habitantes no estn acostumbrados a vivir libres; porque entonces, para asegurar la posesin, basta haberse extinguido la lnea de sus antiguos prncipes, y por lo dems, conservar sin alteracin sus usos y costumbres. De este modo se mantendrn tranquilos bajo el dominio de su nuevo seor, a no existir entre ellos y sus vecinos una antipata nacional. (Pgina 19 - 20) MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 13. Para mantener los dominios, el soberano de extinguir al antiguo poder y no modificar la cotidianidad de sus habitantes. [...] aunque hubiese alguna diferencia en la lengua de estos pueblos, podan conciliarse entre s, siendo muy parecidos en sus usos y costumbres. El soberano que adquiere esta clase de estados necesita atender a dos cosas solamente, si quiere conservarlos: la primera es, como queda dicha, el que se haya extinguido la antigua dinasta; y la otra, que no altere sus leyes, ni aumente las contribuciones. (Pgina 20) MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 14. MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 Las mayores dificultades se encuentran cuando en el pas nuevamente adquirido, la lengua, las costumbres y las inclinaciones de los habitantes son diferentes de las de los sbditos antiguos: entonces, para conservarlo, se necesita tener tanta fortuna como habilidad y prudencia. Uno de los arbitrios ms eficaces y preferibles con que el nuevo soberano har ms durable y segura la posesin de semejantes estados, ser fijar en ellos su residencia. (Pgina 20) Imagen :http://www.citerea.com.ar/biografias.htm 15. Si no se logra ganar la voluntad del hombre, se debe debilitar para impedir que se vuelva en contra tuya. Y aqu debo advertir que es necesario ganar la voluntad de los hombres, o deshacerse de ellos; porque, si se les causa una ofensa ligera, podrn luego vengarla; pero arruinndolos, quedan imposibilitados de tomar venganza. La seguridad del prncipe exige que la persona agraviada quede reducida al extremo de no poder inspirar recelos en lo sucesivo. (Pgina 21) MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 16. El prncipe debe cuidar siempre de ser el ms poderoso de su medio, con lo cual logra impedir que otro ms poderoso que l le arrebate su poder. Debe tambin el nuevo soberano de un estado distante, y diferente del suyo, constituirse en defensor y jefe de los prncipes vecinos ms endebles, y estudiar cmo ha de debilitar al estado vecino que sea ms poderoso; impidiendo sobre todo que ponga all los pies cualquier extranjero que tenga tanto poder como l; porque suceder a las veces que llamen a alguno los mismo descontentos, o por miedo, o por ambicin, [...]. La razn es muy sencilla, pues al extranjero recin venido se le renen siempre los menos fuertes, por cierto motivo de envidia que los anima contra el ms poderoso. De modo que, sin esfuerzo alguno, logra el invasor atraerlos a su partido. El prncipe que se hallase en este caso, deber atender nicamente a que sus nuevos amigos no tomen mucha fuerza, al paso que con sus tropas procurar debilitar y abatir a los fuertes y poderosos [...]. (Pgina 22) MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 17. Todo buen soberano debe prevenir los problemas y no esperar a que sucedan, ya que posiblemente la solucin no tenga efecto. Hicieron, pues, los romanos en esta ocasin lo que debe hacer todo prncipe prudente; el cual no slo acude al remedio de los males presentes, sino que tambin precave los que estn por venir. Cuando los males se prevn anticipadamente, admiten remedio con facilidad; pero, si se espera a que estn encima para curarlos, no siempre se logra el remedio, hacindose a veces incurable la enfermedad. (Pgina 23) MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 18. No debes compartir tus reinos con alguien tan poderoso como t, ya que aumentas la posibilidad de perder tus posesiones. No contento con haber aumentado el poder de la iglesia, y despus de haber perdido sus aliados naturales con el deseo de enseorearse del reino de Npoles, hizo la locura de partirlo con el rey de Espaa; y as, siendo l antes rbitro nico de Italia, se cre en ella un rival, un concurrente, a quien pudiesen recurrir los descontentos y los ambiciosos; y pudiendo haber dejado en este reino un rey que hubiese sido tributario suyo, le ech de all, para poner otro en su lugar con bastante poder para echarle a l mismo. (Pgina 25) MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 19. Debes ser egosta y no procurar el engrandecimiento de otros, porque as, evitas la envidia y por ende tu ruina. [...] una regla general que nunca o rara vez falla, y es la siguiente: el prncipe que procura el engrandecimiento de otro labra su ruina, porque claro est que para ello ha de emplear sus propias fuerzas o su habilidad, y estos dos medios que ostenta, siembran celos y sospechas en el nimo de aquel que por ellos ha llegado a ser ms poderoso. (Pgina 27) MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 20. Privar del derecho de libertad a otro, provocar tu propia destruccin si no te anticipas. Cualquiera, pues, que llegue a hacerse dueo de una ciudad acostumbrada a gozar de su libertad, y no la destruya, debe temer que ser destruido por ella. (Pgina 33) MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 21. El estar acostumbrados a obedecer al mismo prncipe, vuelve al pueblo ciego a la libertad y a la toma de decisiones, lo que facilita la fijacin de un nuevo soberano. [...] cuando las ciudades o las provincias estn acostumbradas a vivir sujetas a un prncipe, cuya dinasta se haya extinguido, como ya estn acostumbradas a la obediencia, y por otra parte privadas de su soberano legtimo, no son capaces de avenirse para elegir otro nuevo, ni tienen disposicin para llegar a proclamarse libres; siendo, por consiguiente, ms lentas y remisas en tomar las armas, y presentando al prncipe nuevo ms medios de granjearse su amor, al paso que afianza la posesin del territorio . (Pgina 33) MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 22. El hombre sabio se caracteriza por imitar los pasos de los hombres superiores a l, tratando siempre de igualarlo lo ms posible. Casi siempre caminan los hombres por sendas trilladas antes por otros, y casi no obran por s, sino por imitacin; pero como sta no puede ser exacta en un todo, ni suele ser posible llegar a la altura de aquellos que se toman por modelos, el hombre sabio debe nicamente seguir los caminos que abrieron otros, tenidos por superiores, e imitar bien a los que han sobresalido, a fin de que, si no se consigue igualarles, se le acerque a lo menos en alguna cosa. Cada uno, pues, deber portarse como el ballestero prudente, que, cuando advierte que el blanco a que dirige sus tiros se halla demasiado distante, considera la fuerza de su arco y apunta ms alto que el blanco, con el objeto de llegar siquiera a tocarlo. (Pgina 34) MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 23. El factor fortuna siempre es necesario, aunque uno sea lo suficientemente talentoso deber tener una ocasin favorable para desarrollarse. Su vida y sus acciones probarn tambin que toda su fortuna consisti en presentrseles una ocasin favorable para introducir la forma de gobierno que pareca ms conveniente a sus nuevos estados, y en haberse sabido aprovechar de ella. Hubieran sido intiles su valor y talento si no se les hubiese malogrado por falta de las prendas personales correspondientes. (Pgina 35) MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 24. La distincin de la buena crueldad depende tanto de la efectividad que su utilizacin posea y del hecho de no abusar de su uso. [...] proviene del uso bueno o malo que se hace de la crueldad. Se le puede llamar bien empleada (si es permitido dar el nombre de bueno a lo que es malo en s mismo) cuando se ejerce una sola vez dictndolo la necesidad de consolidar el poder, y cuando nicamente por utilidad del pueblo se recurre a un medio violento. Crueldades mal empleadas son aquellas que, aunque poco considerables al principio, van luego creciendo en lugar de acabarse. (Pgina 50) MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 25. La idea del beneficio es saborearlo lo ms posible, al contrario de la ofensa, que debe durar muy poco. [...] estas ofensas deben hacerse todas de una vez, a fin de que hieran menos siendo menor el intervalo de tiempo en que se sientan; y, por el contrario, los beneficios han de derramarse poco a poco y uno a uno, para que se les tome mejor el sabor. (Pgina 51) MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 26. Para dominar a otros, debes esconderte en la imagen de uno de ellos, protegindolo y fortalecindolo, para luego canalizar tu poder a travs de l. [...] porque cuando los nobles se ven estrechados por el pueblo con exceso, suelen encontrar el medio ms fcil de subyugarlo tomando por caudillo a alguno de su jerarqua y dndole el nombre de prncipe para satisfacer, bajo la sombra de una autoridad reconocida, la necesidad que tienen de dominar; y tambin el pueblo por su parte, y por no ceder a su enemigo, toma a las veces el partido de oponerle un plebeyo, en quien igualmente espera apoyo y proteccin. (Pgina 52 - 53) MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 27. El que siempre seas necesario para otros, te garantiza la fidelidad de stos. Un prncipe sabio debe, por consiguiente, conducirse de modo que en todo tiempo y en cualquier trance estn persuadidos sus sbditos de que le necesitan y no pueden pasar sin l: sta ser siempre la mejor garanta del celo y de la fidelidad de los pueblos. (Pgina 56) MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 28. Un prncipe prudente debe obtener victorias por medio de sus tropas, al igual que debe preferir ser derrotado usando stas y no las ajenas. [...] yo creo que tanto debe temerse el valor de las tropas auxiliares como la cobarda de las mercenarias; y que un prncipe prudente ms bien querr exponerse a ser batido con sus propias tropas que vencer con las extranjeras; adems de que no es verdadera victoria la que se consigue por medio de un socorro extrao. (Pgina 70) Habindose ofrecido David a salir a pelear contra el temible filisteo Goliat, el rey Sal, para encender su nimo, le arm con su espada, su morrin y su coraza; pero viendo David que ms le servan de embarazo que de provecho estas armas, declar que, para vencer a su enemigo, no necesitaba de otras que su propia honda y el cuchillo. Rara vez le viene a uno la armadura ajena; lo ms comn es que venga demasiado estrecha o demasiado holgada. (Pgina 71) MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 29. MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 [...] mas llega a tanto por desgracia la imprudencia de los hombres, que entran a ciegas en las empresas, prometindose ventajas imaginarias y dejndose llevar de apariencias lisonjeras, sin conocimiento ni previsin del mal que est oculto, como sucede con la calentura htica de que he hablado. (Pgina 72) [...] como nuestra naturaleza no es capaz de tanta perfeccin, es necesario a lo menos que tenga el prncipe bastante prudencia para preservarse de aquellos vicios y defectos que pudieran perderle. (Pgina 77) No hay virtud que tanto se gaste por s misma, si puede decirse as, como la generosidad. El demasiado liberal no lo ser largo tiempo, se quedar pobre y ser despreciado, a menos que no sacrifique a sus sbditos con continuos tributos y demandas; y entonces se har odioso. (Pgina 80) 30. MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 No debe hacerse caso de la nota de crueldad cuando se trata de contener al pueblo dentro de los lmites de su deber; porque al final se sabe que ha sido uno ms humano haciendo un corto nmero de castigos indispensables que aquellos que, por demasiada indulgencia, provocan el desorden, de que resultan luego la rapia y la muerte. (Pgina 81) 31. MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 No es conveniente tampoco que el prncipe tenga miedo de su sombra, ni que escuche con demasiada facilidad las relaciones siniestras que le cuenten; antes bien debe ser muy circunspecto, tanto para creer como para obrar, sin desentenderse de los consejos de la prudencia, pues hay un medio racional entre la seguridad loca y la desconfianza infundada. Algunos polticos disputan acerca de si es mejor que el prncipe sea ms amado que temido, y yo pienso que de lo uno y de lo otro necesita. (Pgina 82) 32. MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 Generalmente se hallan los hombres ms prontos a contemplar al que temen que al que se hace amar, lo cual consiste en que siendo esta amistad una unin puramente moral o de obligacin nacida de un beneficio recibido, no puede subsistir contra los clculos del inters; en lugar de que el temor tiene por objeto el apartamiento de una pena o castigo, de cuya idea la impresin que recibe el nimo es ms profunda. (Pgina 82 - 83) 33. MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 [...] no debe hacerse temer tanto que deje de ser amable y merezca que le aborrezcan [...]. Bstale para no ser aborrecido respetar las propiedades de sus sbditos y el honor de sus mujeres. Cuando se halle en la necesidad de imponer la pena de muerte, manifieste los motivos que tuviere, y sobre todo no toque a los bienes de los condenados, porque es preciso confesar que ms pronto olvidan los hombres la muerte de sus parientes que la prdida de su patrimonio. (Pgina 83) 34. MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 [...] como los hombres aman por libertad o por capricho, y por el contrario, temen segn el gusto del que los gobierna, un prncipe prudente no debe contar sino con lo que est a su disposicin; pero sobre todo cuide, segn ya tengo advertido, de hacerse temer, sin llegar a ser aborrecible. (Pgina 84) 35. MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 [...] generalmente los hombres juzgan por lo que ven, y ms bien se dejan llevar de lo que les entra por lo ojos que por los otros sentidos. Todos pueden ver, y muy pocos saben rectificar los errores que se cometen por la vista. Se alcanza al instante lo que un hombre parece ser; pero no lo que es realmente; y el nmero menor, que juzga con discernimiento, no se atreve a contradecir a la multitud ilusa, la cual tiene a su favor el esplendor y la majestad del gobierno que la protege. (Pgina 88) 36. MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 Poco, pues, tiene que temer el prncipe las conjuraciones si su pueblo le quiere; y tampoco le queda ningn recurso faltndole este apoyo. Por lo cual una de las mximas ms importantes para todo prncipe prudente y entendido es contentar al pueblo, y contemplar a los grandes sin exasperarlos con demasas. (Pgina 91) 37. MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 Hay tres especies de talentos: unos que saben descubrir cuanto les importa saber; otros que disciernen con facilidad el bien que se les propone, y, en fin, los hay que no entienden por s ni por medio de otro. Los primeros son sobresalientes, los segundos buenos y los terceros absolutamente intiles. (Pgina 110) 38. MAQUIAVELO Nicols, EL PRINCIPE,Ed. EDAF, Madrid 1984 [...] que los prncipes que fan demasiado en la fortuna, se arruinan cuando ella los abandona. Aquellos que arreglan su conducta a las circunstancias, rara vez son desgraciados, porque la fortuna se muda solamente para los que no saben acomodarse al tiempo. (Pgina 119)