Nación. Su conceptualización, teoría y práctica en el siglo XIX.

Mónica Valencia

1350227

El presente escrito tiene como objeto realizar una análisis de la nación desde dos puntos

fundamentales, uno de ellos la manera en como en el contexto-Siglo XIX- se construyó

dicho concepto- o como se dio el proceso de construcción e implementación de este- y los

preceptos y condiciones que se forjaron alrededor del mismo; por otro lado realizar un

acercamiento a la manera en que algunos autores han trabajado la nación y como este

concepto se ha convertido en un punto clave para entender (la formación de los estados-

nación) del siglo XIX.

Para desarrollar el cuerpo del trabajo, tomare como base diferentes autores que se han

preocupado por analizar las cuestiones que trae consigo el concepto de nación y la manera

en como este se relaciona con el termino de nacionalismo y Estado.

El autor principal que entra en la cuestión de este análisis es Eric Hobsbawm, el cual en

diferentes textos ha tratado de explicar el proceso de la creación de la nación y los

nacionalismos, por otro lado se encuentra Ernest Gellner, el cual en su texto “Naciones y

nacionalismos” da un acercamiento a diferentes definiciones que permiten abordar el

concepto de nación. Junto con estos entrara en cuestión Benedict Anderson, el cual en su

texto “Comunidades Imaginadas” esboza algunos caracteres fundamentales que se le

adjudican a la nación en cuanto a los elementos que la componen. Para cerrar el trabajo

tomaré en cuenta el acercamiento historiográfico que realiza Elias Palti en su texto “La

nación como Problema” sobre el concepto de nación y la manera en como algunos

historiadores lo han trabajado

Teniendo claro esto la estructura del texto está organizada de la siguiente manera:

primeramente se hará una breve mención de la posible causa por la cual se inicia el hecho

de pensarse la nación en el siglo XIX y como estos pueden haber influenciado en la

preocupación de crear nación, seguidamente se trabajara una definición de lo que es nación

y de lo que es el nacionalismo para poder pasar a entender cómo se implementan estos en el

contexto decimonónico en Europa. Finalmente se esbozara el debate existente en la

historiografía sobre el concepto en cuestión y los procesos de construcción del mismo.

Abordar el concepto de nación no es algo sencillo, para entender sus bases y su

construcción hay que tener en cuenta una serie de relaciones y necesidades de los que

participan en este proceso, por eso parece pertinente iniciar el tratamiento de este concepto

teniendo en cuenta los actores principales de su consolidación.

El siglo XIX está marcado por una serie de procesos que tuvieron como protagonista dos

polos contrapuestos según los ideales e intereses que cada uno tenía para sí mismo. Estos se

pueden enmarcar de manera generalizada en burgueses y proletarios, los cuales estuvieron

en contiendas de caracteres políticos y económicos donde lucharon por su preeminencia, su

establecimiento como clase y los derechos que les competían.

Para el caso de este escrito, es importante resaltar las revoluciones que se dan en la primera

mitad del siglo, debido a que la síntesis de estas se ven esbozadas en el surgimiento de la

clase burguesa y su ascensión posterior al poder y en el asentamiento y reconocimiento de

la clase obrera. La importancia esboza en el hecho de que son esos burgueses que al subir al

poder político- teniendo como ideología el liberalismo político- necesitan crear o mejor,

buscar herramientas que los legitimasen y ratifiquen el “proyecto” de Estado que buscan

consolidar, es así como una de dichas herramientas será la nación.

Teniendo en cuenta esto, se puede comprender que el Estado y la nación tienen una relación

muy cercana en cuanto a que se necesitan entre sí, para su construcción y practica en la

realidad. Gullner esboza esta relación argumentando que “[nación y estado] están hechos el

uno para el otro, que el uno sin el otro son algo incompleto y trágico” (Gellner, 19, 1988)

permitiendo así comprender la manera en cómo se ayudan el uno al otro para llegar a ser.

Pero no es solo la relación entre Estado- Nación la que ayuda a consolidar el último sino

que hay otro termino sin el cual- según los planteamientos de Hobsbawm- sería imposible

entender que es la nación: el nacionalismo. Se puede decir entonces que “naciones no

construyen estados y nacionalismos, sino que ocurre al revés” (Hobsbawm, 18,1992)

Al realizar las anteriores relaciones, se puede captar la complejidad que tiene el concepto

de nación, ya que, no resulta sencillo darle una definición explicita, sino que este- ya sea

abordado como termino o analizado en la realidad- depende de un proceso arduo de

construcción. De esta manera parece más pertinente abordar las definiciones de

nacionalismo y estado primeramente que, como ya se planteó, son aspectos fundamentales

para comprender lo que significa la nación como concepto y como realidad y

posteriormente esbozar el concepto de nación tanto en palabra como en práctica.

Realizando una síntesis de los argumentos que Gellner1 plantea como nacionalismo, se

puede decir entonces que este esta íntimamente relacionado con principios políticos y de

unidad, los cuales tienen como base legitimar al estado y su política, por ende, según él el

nacionalismo debe tener como premisa un estado. (Gellner, 1988)

Esta definición se centra en caracteres de fundamentación teórica de lo que se busca lograr

con el nacionalismo, pero hay que tener en cuenta que el desarrollo de este en la vida

cotidiana está ligado a preceptos culturales y de sentimientos de identidad con diferentes

elementos de la realidad social.

En cuanto al concepto de Estado, Gellner afirma que “el estado es aquella institución o

conjunto de instituciones específicamente relacionadas con la conservación del orden”

(Gellner, 17, 1988) partiendo de la definición de Max Weber.

Teniendo un breve acercamiento a dos conceptos claves para trabajar nación, se hará menos

difícil trabajar a ciencia cierta el centro de este escrito que es el término de nación. Para

trabajar este concepto Hobsbawm plantea que antes de 1884 nación es “la colección de los

habitantes en alguna provincia, país o reino y también extranjero”, pero que después de

dicho año la nación se define como “el conjunto de los habitantes de un país regido por un

mismo gobierno” (Hobsbawm, 23, 1992)

1 Es necesario indicar que se utilizan aquí las definiciones que Ernest Gellner da en su texto “Naciones y Nacionalismos” debido a que es uno de los autores que Hobsbawm usa como base para desarrollar su tesis sobre el dignificado de nación.

Estos conceptos permiten ver como el proceso de construcción de nación logra su cometido

central- que fue esbozado anteriormente- de legitimar al Estado, ya que, al pasar de ser una

“colección de habitantes” a ser una “colección de habitantes regidas por un mismo

gobierno” se hace evidente la manera en como el Estado se inserta de manera directa y

consiente en la vida de la sociedad.

Habiendo esbozado la teoría de los anteriores conceptos, se hace ahora necesario realizar el

análisis de la manera en como en la práctica – del contexto decimonónico- eran

implementados los mismos. Para esto se tendrá en cuenta principalmente lo esbozado por

Hobsbawm en los capítulos “La nación como novedad: de la revolución al liberalismo” y

“Banderas al viento: naciones y nacionalismos” de los textos, “Naciones y nacionalismo

desde 1780” y “La era del Imperio 1875-1914” respetivamente.

Como se planteó al inicio del escrito, el siglo XIX está lleno de procesos que tiene como

base las relacione entre burgueses y proletarios, en el caso de la construcción de Nación no

es diferente. Esta construcción parte del interés de congruencia e identidad de las llamadas

“masas” para legitimar la hegemonía de un poder estatal preminente y difícil de derrocar, lo

cual se puede sintetizar en el término Estado- nación. Para entenderlo más claramente

Hobsbawm sintetiza esta relación en el contexto como:

“ La nación era la nueva religión cívica de los estados. Constituía un≪ ≫

nexo que unía a todos los ciudadanos con el estado, una forma de conseguir

que el estado-nación llegara directamente a cada ciudadano, y era al mismo

tiempo un contrapeso frente a todos aquellos que apelaban a otras lealtades

por encima de la lealtad del estado: a la religión, a la nacionalidad o a un

elemento étnico no identificado con el estado, tal vez sobre todo a la clase”

(Hobsbawm, 153,1987)

Para lograr este fin, los estados fijaron diferentes preceptos o condiciones que se debían

tener para poder ser nación y/o pertenecer a una. Entre estos se encuentran elementos

étnicos, religiosos, estatales, territoriales y lingüísticos, siendo los últimos dos algo

predominantes ante el resto. Pero la fijación de esto preceptos limitaba de alguna u otra

manera la adhesión de todos los pueblos en la idea de nación, ya que se daban caso donde

aunque compartían un territorio, no compartían el mismo lenguaje o viceversa.

Relacionando esta parte practica con un análisis teórico, pueden verse esbozados estas

características de la nación en la definición que plantea Benedict Anderson, en su texto

“Comunidades Imaginadas”, donde platea la nación como “una comunidad política

imaginada como inherentemente limitada y soberana”(Anderson,23, 1993). Argumenta

esto desglosando el concepto de tal manera que puedo deducirlo de la siguiente forma; la

nación puede entenderse como un conglomerado de seres que comparten un territorio al

cual el componente de soberanidad le brinda un carácter de independencia (esto es posible

gracias al contexto en que nace la nación: modernidad) y una serie de caracteres

particulares que les brindan un componente de identidad generalizado generando así un

ambiente de compañerismo.

En esta definición se puede ver sintetizada la manera en cómo se pudieron haber sentido los

nacionalistas, pero en realidad no se puede afirmar que existía “para la mayoría de las

personas la identificación nacional” (Hobsbawm, 19,1992)

Se presentaron dos modelos diferentes de nación en el siglo XIX, ambos con diferencias

enmarcadas por lo cual depende de los intereses de los que formaban nación se tomaba uno

u otro modelo. Estos son el Modelo francés y el alemán, conteniendo el primero una base

ardua en la importancia del constitucionalismo, y el segundo unos caracteres más

enraizados en lo étnico.

Los caracteres anteriormente mencionados sintetizan de alguna manera la gran variedad de

procesos nacionales que se dan en Europa en el siglo XIX, ahondar en cada uno o en las

especificaciones de las características que se mencionaron implicaría trabajar una

bibliografía mucho más amplia y sería un escribir un ensayo solo con dicho tema. Lo que se

pretende en este es trabajar el concepto de nación y su aplicación general en la europea

decimonónica.

Para cerrar el cuerpo del trabajo, resulta interesante al menos aproximarse en como la

importancia de la construcción de la nación en el siglo XIX ha llevado a tomar posturas

diferentes al campo historiográfico, en este sentido Elias Palti realiza un capitulo llamado

“El nacionalismo y sus historiadores” donde plantea un análisis historiográfico del

significado y la significación de nación como concepto y la manera en que este ha sido

tratado a través del tiempo - para ser más exacta a partir del siglo XIX- por los diferentes

estudiosos del tema.

Palti al realizar su análisis historiográfico divide la manera en que se ha estudiado la

nación en dos: los genealógicos y los anti-genealógicos, siendo los primeros aquellos que

argumentaban que la nación puede verse desde la antigüedad y los últimos aquellos que

arguyen a la modernidad el nacimiento de la nación. En este punto debe tenerse claro que el

análisis del concepto de nación nace en el siglo XIX y que Palti comparte los postulados de

aquellos que nombra anti genealógicos. (Palti, 2002)

Teniendo esto en cuenta, cabe resaltar que los autores y los planteamientos y argumentos

aquí trabajados parten de la premisa anti genealógica de la nación, ya que, a mi parecer es

el siglo XIX el que permite un desarrollo de la idea de nación, ya que, es el elemento que

permite responder a las necedades - de legitimar el liberalismo político- en el contexto.

Para concluir se puede decir que La nación como concepto y como realidad está llena de

diversos procesos de construcción y de elementos determinantes para la consolidación de

esta, además se puede decir que si no se comprende la magnitud y las partes que componen

dicho termino resultaría muy complejo entender otros procesos y relaciones existentes

durante el siglo XIX. De esta manera creación de nación podría verse como un elemento

central de la época decimonónica.

BIBLIOGRAFIA

- Anderson, Benedict (1993) COMUNIDADES IMAGINADAS. REFLEXIONES SOBRE EL ORIGEN Y DIFUSIÓN DEL NACIONALISMO. Introducción. Fondo de Cultura Económica S.A, México.

- Gellner, Ernest (1988). NACIONES Y NACIONALISMOS. Alianza editorial S.A. Madrid

- Hobsbawm, Eric (1987) LA ERA DEL IMPERIALISMO- 1875-1914. Grupo editorial Planeta. Buenos Aires, Argentina.

- Hobsbawm, Eric (1992). NACIONES Y NACIONALISMOS DESDE 1780. Grijalbo Mondadorí. Barcelona. España.

- Paltí, Elias (2003) LA NACIÓN COMO PROBLEMA. LOS HISTORIADORES Y LA CUESTIÓN COLONIAL “La nación, su historia y la historia de su historia” “El nacionalismos y sus historiadores”. Fondo de Cultura Económica S.A, México.