nabucodonosor ii y la toma de jerusalén

33
2. HACIA UN NUEVO MAPA GEOPOLÍTICO EN EL PRÓXIMO ORIENTE Como se ha comentado, el punto de partida de la presente investigación se centra en el ocaso del imperio Asirio, que llegó a su punto culminante de poder con el largo reinado de Asurbanipal 1 . Profundas crisis, sobretodo de carácter interno, darán paso a una etapa de decadencia, que a la postre acabará definitivamente con el imperio en el año - 612, fecha donde cae su capital, Nínive, a manos de la confederación formada por medos y babilonios. El tablero político del Próximo Oriente se mueve. Esta nueva etapa marcada por el resurgimiento por todo lo alto de Babilonia, tendrá consecuencias en toda la región. Medos, egipcios, caldeos y las poblaciones sometidas al imperio asirio moverán ficha. 2.1. Crisis en el imperio asirio El estado neoasirio se caracterizó en materia de política internacional por la promoción de una fuerte política expansionista. Esta les llevó a conquistar casi toda Asia Anterior y Babilonia, llegando incluso bajo el reinado de Asurbanipal (-668-627) a Anatolia y Egipto. Los territorios conquistados fueron sometidos a gobernadores asirios o a reyezuelos vasallos del poder asirio, con las consiguientes cargas tributarias 2 . Ahora bien, ya sobre el fin del reinado de Asurbanipal la información de la que disponemos es escasa, de hecho, no 1 Roux, 392 2 Sanmartín 160

Upload: comunitat-atid

Post on 28-Jun-2015

501 views

Category:

Documents


2 download

TRANSCRIPT

Page 1: Nabucodonosor II y la Toma de Jerusalén

2. HACIA UN NUEVO MAPA GEOPOLÍTICO EN EL PRÓXIMO ORIENTE

Como se ha comentado, el punto de partida de la presente investigación se centra en el

ocaso del imperio Asirio, que llegó a su punto culminante de poder con el largo reinado

de Asurbanipal1. Profundas crisis, sobretodo de carácter interno, darán paso a una etapa

de decadencia, que a la postre acabará definitivamente con el imperio en el año -612,

fecha donde cae su capital, Nínive, a manos de la confederación formada por medos y

babilonios. El tablero político del Próximo Oriente se mueve. Esta nueva etapa marcada

por el resurgimiento por todo lo alto de Babilonia, tendrá consecuencias en toda la

región. Medos, egipcios, caldeos y las poblaciones sometidas al imperio asirio moverán

ficha.

2.1. Crisis en el imperio asirio

El estado neoasirio se caracterizó en materia de política internacional por la

promoción de una fuerte política expansionista. Esta les llevó a conquistar casi toda

Asia Anterior y Babilonia, llegando incluso bajo el reinado de Asurbanipal (-668-627) a

Anatolia y Egipto. Los territorios conquistados fueron sometidos a gobernadores asirios

o a reyezuelos vasallos del poder asirio, con las consiguientes cargas tributarias2.

Ahora bien, ya sobre el fin del reinado de Asurbanipal la información de la que

disponemos es escasa, de hecho, no hay constancia de ningún documento oficial que

indique la fecha exacta del fin del mandato y defina claramente su sucesión, aunque

probablemente se sucedieran dos de su hijos en el trono3. Este hecho podría representar

simbólicamente el caos en el que ya se veía sumida la administración asiria.

A mediados del siglo VII, el gran imperio asirio, con su enorme capital, Nínive,

enriquecida con palacios y obras de arte, y la famosa biblioteca en la que fueron

reunidas todas las obras de la literatura, entraba en saturación. Los males que aquejaba

el imperio se venían arrastrando desde hacía años. Pese a las conquistas, la represión

militar y el gobierno ejercido desde los palacios provinciales sobre los territorios

anexionados, el imperio carecía de unidad. Muchas de sus partes no mantenían una

sólida relación económica entre sí, la unidad lingüística se había realizado a expensas

del asirio y a favor del arameo, y las continuas deportaciones en masa de las

1 Roux, 3922 Sanmartín 1603 CASSIN, E., BOTTÉRO, J. y VERCOUTTER, J., (1993:80)

Page 2: Nabucodonosor II y la Toma de Jerusalén

poblaciones sometidas había contribuido notablemente a incrementar esta debilidad

interna4. Mientras que los aparatos administrativo y ceremonial no paraban de crecer,

las rentas y tributos, frutos de la expansión, empezaron a disminuir con la pérdida del

control de las provincias más lejanas. Esta combinación, sumada al debilitamiento de la

autoridad desde la muerte de Asurbanipal y los abusos de poder militar dieron como

resultado un estallido de desórdenes. Su epicentro, las poblaciones arameas y caldeas

del sur de Babilonia, principalmente de Bīt-Yakn y del País del Mar5.

2.2. Babilonia bajo el yugo asirio

Babilonia, que desde finales de la época casita no jugaba un papel preponderante en

lo que respecta a política internacional, se había visto sometida a una fuerte presión por

el imperio asirio. Esta presión se reforzó durante los reinados de Ssamsi-Adad V (-823-

811) y sus sucesores, los cuales terminaron por reclamar sus derechos al trono

babilónico, llegándolo a ocupar en repetidas ocasiones6. Como es de suponer, esto no

era de recibo en Babilonia, cuyos jefes soñaban con agrupar en una verdadera unidad

política a todas las tribus nómadas, entre las cuales la comunidad de raza y de religión,

el deseo de apropiarse de las tierras de cultivo, y también el odio contra el ocupante

asirio, creando así un nacionalismo agresivo y envidioso.7 De esta forma se sucedieron

revueltas en la zona, donde los babilonios intentaron en cada ocasión favorable

independizarse del yugo asirio. El jeque caldeo Merodac-Baladán estuvo en varias

ocasiones a punto de conseguirlo a principios del año 700.

La vuelta de torna la dio Nabopalasar, jefe caldeo, cuyo poder creyó conveniente

reconocer oficialmente el por aquel entonces rey de Asiria, Sinsharishkun. Las

dificultades por las que atravesaba el imperio asirio dieron alas a las esperanzas de

independencia de Babilonia. Nabopalasar decide atacar. Primero saqueó Uruk y después

atacó Nippur. La reacción asiria no se hizo esperar e hizo retroceder a Nabopalasar a

Uruk por un lado y cercó Babilonia por otro. La contienda se acabó decantado a favor

de los babilonios, cuando Nabopalasar logró vencer en Uruk y la población de Babilonia

pudo romper el cerco. El 23 de noviembre del año -626 Nabopalasar es reconocido

oficialmente rey de Akkad8. De esta forma, se fundaría la dinastía neobabilonica.

4 Wagner 2695 CASSIN, E., BOTTÉRO, J. y VERCOUTTER, J., (1993:81)6 Sanmartín 1617 CASSIN, E., BOTTÉRO, J. y VERCOUTTER, J., (1993:82)8 Los imperios 82 extraido de

Page 3: Nabucodonosor II y la Toma de Jerusalén

Pero no todo estaba resuelto, el ejército asirio, a pesar de la crisis de su imperio,

distaba de ser débil, permanecía leal y poderoso. Los asirios seguían guardando la

iniciativa, los contraataques babilonios eran prudentes y limitados. En este momento

histórico se interrumpe el texto de la crónica, que hasta entonces había detallado todo el

curso de los acontecimientos. Cuando, en el -616, comienza el relato de una nueva

crónica podremos ver que la correlación de fuerzas habrá cambiado, será allí donde

nuevos actores entrarán en juego.

2.3. La caída de Nínive

Cuando en el -616, décimo año de Nabopalasar, comienza el relato de una nueva

crónica, esta relata como son ya las tropas babilónicas las que han tomado la iniciativa9.

El escenario toma un vuelco total, son los babilonios los que han tomado la iniciativa y

año a año han ido expulsando a los asirios progresivamente de las ciudades de la Baja

Mesopotamia. Los babilonios empezarán a remontar por el río Tigris, llegando a asediar

la ciudad de Asur. En esta ocasión el ataque es rechazado por las tropas asirias, pero en

esta fase, los babilonios encontraron un aliado sumamente eficaz en el pueblo de los

medos.

Los medos ocupaban la zona central de los Zagros y la ruta de Jorasán, habían

sufrido igualmente durante siglos las incursiones y saqueos de los asirios. A pesar de

ello, se habían aprovechado también de su vecindad, ya sea controlando la ruta

comercial de Jorasán, vendiendo a los asirios caballos o incluso suministrando tropas

auxiliares.10 Cuando la suerte del conflicto entre caldeos y asirios se decantaba a favor

de los primeros, los medos decidieron intervenir, probablemente movidos no sólo por

rencores seculares y deseos de revancha de montañeses siempre oprimidos por el

imperio, sino también por la nueva religiosidad zoroástrica que, en aquellos momentos,

estaba echando raíces en la meseta de Irán11. Sea como fuere, la intervención de los

medos se caracterizá por su violencia destructiva. De la mano de los babilonios, esta vez

sí, arrasaron Asur en el -614. Parece ser que en el mismo campo de batalla, Nabopalasar

por los babilonios y Ciaxares por los medos, firmaron un tratado de amistad, el cual iba

a ser reforzado a través del matrimonio entre su hija con el hijo del rey babilonio.12

9 Roux, 39310 Más alla de la biblia, 19811 Más allá de la biblia 19812 CASSIN, E., BOTTÉRO, J. y VERCOUTTER, J., (1993:83)

Page 4: Nabucodonosor II y la Toma de Jerusalén

La destrucción de Asur no fue un golpe fatal, pero había dejado en la lona a los

asirios. Sinshariskun, al mando del ejército, pudo reunir de nuevo algunas fuerzas para

intentar frenar la embestida de las tropas de la confederación médica y el ejército

babilonio, que ya se dirigían a la capital Nínive.

La capital fue asediada en el -612, pudiendo resistir tres meses. Después fue tomada,

saqueda y su rey Sinsharishkun muerto, probablemente en la batalla. Parte de la

población logró huir bajo la dirección de Ashshuruballit, que se había hecho proclamar

rey de Asiria, a la postre, el último. El último bastión asirio fue entonces Kharrān, que

ya era el último fragmento del territorio nacional.

Con el hundimiento de Asiria, también Egipto intentó meter baza. El farón de

entonces, Nekao, volvió a subir por el corredor siriopalestino hasta su extremo norte, no

tanto para prestar apoyo a lo que quedaba de Asiria, sino más bien para cortar el paso a

los caldeos en el Éufrates y volver a tomar el control de Siria Palestina, territorio que

Egipto no había dejado nunca de considerar posesión suya milenaria.13 De ahora en

adelante, serán las tropas egipcias las que van a encontrarse los babilonios ante ellos.

Egipto tomará el relevo de Asiria sobre el Éufrates.

De esta forma llegamos a un nuevo mapa geopolítico de Oriente Próximo. Asiria

desaparece para siempre, con un halo de misterio incluido, no se sabe nada de lo que le

sucedió a su último monarca, Ashshuruballit (algunos historiadores se han preguntado si

no fueron los mismos aliados egipcios que se deshicieron de él).14 Los medos ocupan

Asiria propiamente dicha, considerando el medio y alto valle del Tigris como su

frontera occidental. Los babilonios, dueños de toda Mesopotamia y de todo el valle del

Éufrates, estimaban que el conjunto de territorios del oeste del río les correspondía por

derecho. Por su parte, el faraón reivindica abiertamente lo que había sido su dominio

siriopalestino. Pero en esa zona, a su vez, los reinos que habían seguido siendo

autónomos se aprovecharán de esta nueva situación para reivindicar su posesión e

iniciar nuevos proyectos de crecimiento, ejemplo de ello es el reino de Judá15.

3. EL AUGE DE LA DINASTÍA NEOBABILONICA

13 Roux, 39714 CASSIN, E., BOTTÉRO, J. y VERCOUTTER, J., (1993:84)15 Más allá de la Biblia 202

Page 5: Nabucodonosor II y la Toma de Jerusalén

Pronto en Babilonia subirá al trono el príncipe heredero, Nabucodonosor II (-604-

562), el monarca más importante de la dinastía neobabilónica. Bajo su mandato realizó

una extensa campaña de expansión que le sirvió para someter al nuevo imperio

neobabilónico, que incluía toda Mesopotamia norte y central, Siria, Anatolia y

Palestina. Igualmente fueron importantes los choques con Egipto. Por otro lado,

merecerá una mención especial la obra de Nabucodonosor en Babilonia, el cual impulsó

una extraordinaria actividad arquitectónica, de carácter predominantemente religioso.

La ciudad bajo su reinado alcanzó su mayor esplendor16.

3.1. La política de Nabucodonosor II

En -607 Nabopalasar se encontró un difícil obstáculo en su campaña por apoderarse

de Siria, la guarnición egipcia que defendía el campamento fortificado de Karkemish,

sobre el río Éufrates, plaza estratégica para la eventual entrada a la zona de Siria

Palestina. Después de dos intentonas, Nabopalasar, ya en avanzada edad, decide

encargar la misión al príncipe heredero, Nabucodonosor, nombrándolo jefe de todos los

ejércitos. Cabe apuntar que desde hace dos años, Nabopalasar ya había asociado a su

hijo más estrechamente al ejercicio del poder, dirigiendo, por ejemplo, campañas

conjuntamente.

Nabucodonosor cumplió el encargo con creces. En -605 tomó Karkemish franqueando

por sorpresa el Éufrates. La violencia de los combates, en los cuales abundaron los

furiosos cuerpos a cuerpos, dan buena prueba de lo que Babilonia y Egipto se estaban

jugando. De hecho, la victoria de Karkemish hizo caer en manos de Nabucodonosor la

mayor parte de Siria-Palestina, desde el Éufrates hasta la frontera egipcia.17

Inmediatamente después, todavía en -605 morirá Nabopalasar. Nabucodonosor será

reconocido como rey el 7 de septiembre de ese año, tanto en la capital como en las otras

ciudades del reino.18

A partir de ese momento, dado que la situación interior se desarrollaba en plena

calma, permitió a Nabucodonosor llevar a cabo una muy considerable política exterior.

Una de sus principales acciones en este sentido fue empezar largas campañas por todo el

territorio, principalmente en Siria, encontrando más bien poca resistencia, donde el

nuevo rey volvía cargado con un enorme botín. Uno de los objetivos de estas campañas

16 Sanmartín 16417 Roux 39818 Los imperios 86 extraído de

Page 6: Nabucodonosor II y la Toma de Jerusalén

era igualmente tener vigilado de cerca de Egipto. En -601incluso los llego a atacar

directamente, pero el faraón Nekao, que había tenido tiempo de movilizar sus fuerzas

pudo repeler el ataque. Las pérdidas por ambos bandos fueron elevadas,

Nabucodosnosor necesitó dos años para poder reconstruir su ejército19.

A lo largo de estos años, los babilonios habían intentando atribuirse una imagen más

benevolente sobre los territorios conquistados de las que tenían sus predecesores asirios.

Por ejemplo, no recordaron sus empresas militares en sus inscripciones

conmemorativas, se entregaron al cuidado de los templos, acentuando el carácter de

liberación de sus campañas y la utilización cultural de los recursos20:

El Líbano, montaña del cedro, sobre la cual un enemigo extranjero (los egipcios)

gobernaba depredando sus riquezas: sus gentes estaban dispersas, tras huir lejos.

Con la potencia de mis señores Nabu y Marduk, yo organicé el ejército para una

expedición al Líbano. Hice feliz aquella tierra arrinconando de ella al enemigo

arriba y abajo. A los habitantes dispersos los reuní y volví a establecerlos… Hice

vivir a los habitantes del Líbano con seguridad, a todos juntos, sin que nadie los

molestase. (ANET, p.307)21

Cabe decir, sin embargo, que la práctica bélica de Nabucodonosor no fue tan amable.

A la eficiencia de la maquinaria de combate y de asedio, el ejército babilonio, bajo el

mando del monarca, supo añadir la movilidad del saqueador. De esta forma pudo, sin

demasiados problemas, sofocar y someter a aquellos territorios que intentaron resistir,

como Tiro o Judá, cuyo caso trataremos extensamente en el capítulo quinto de este

trabajo.

Las crónicas que han permitido a los investigadores seguir fielmente el curso de los

acontecimientos finalizan en -595. A partir de ese año, faltan tres crónicas que debían

cubrir los treinta y ocho años siguientes. 22 Sin embargo, no podemos finalizar este

apartado sin hacer referencia a dos hechos, a la postre menores, que intentaron mermar

el poder del monarca en ese año. Por un lado, un ataque elamita en el Tigris. Y por otro,

una revuelta interior de los medios militares, la cual fue dura y rápidamente reprimida

por Nabucodonosor.

19 Los imperios 8620 Más allá de la Biblia 23021 cita en Roux 40022 CASSIN, E., BOTTÉRO, J. y VERCOUTTER, J., (1993:87)

Page 7: Nabucodonosor II y la Toma de Jerusalén

3.2. El esplendor de Babilonia

La obra de Nabopalasar, artífice del encumbramiento político de Babilonia, fue

ampliamente continuada por Nabucodonosor, prosiguió con el engrandecimiento de la

ciudad, en todos los sentidos, hasta convertirla en metrópoli de toda Mesopotomia.

Posiblemente se trataba de la ciudad más grande del mundo23. Cubría una extensión de

850 hectáreas y contenía, según se cuenta, 1179 templos y capillas, con una población

estimada de 100.000 personas, pudiendo llegar a albergar el doble24.

El hecho de que Nabucodonosor pudiera mantener sólidamente sus posesiones a lo

largo de sus años de mandato, permitió al monarca llenar sustancialmente las arcas

babilónicas. Gracias a estas riquezas, Nabucodonosor impulsó una política interior con

un objetivo bien definido, convertir la ciudad de Babilonia en el centro político de un

reino fuerte y próspero. Cabe decir en este sentido, que Babilonia había sido ya –desde

la época de Hammurapi a comienzos del II milenio a.C.- el punto de referencia para

toda el Próximo Oriente asiático, y en especial para Asiria, su dueña en lo político pero

su discípula en lo cultural25. Ahora, con Nabucodonosor, volvería a convertirse en el

centro político y cultural del mundo antiguo.

Para ello, Nabucodonosor inició una serie de construcciones y reformas en la ciudad

de gran calado, no podemos olvidar que la ciudad había sufrido destrucciones en las

pasadas guerras. Los considerables trabajos estuvieron encaminados por un lado a

reforzar o extender las defensas de la capital. Y por otro, a profundizar en el sentido

cultural y religioso de Babilonia, que estaba viviendo la apoteosis de su dios, Marduk,

en cuyo honor se había compuesto unos siglos antes el «Mito de la Creación» en lengua

acadia26.

Son dignos de mención diferentes labores realizadas bajo el reinado de

Nabucodonosor. En primer lugar, acabó los trabajos de reconstrucción del Etemenanki,

la gran torre de pisos, que había sido iniciada bajo el reinado precedente. Restauró

varias capillas del gran templo de Marduk y reconstruyó varios templos, prodigando por

todas partes el oro, la plata, las piedras preciosas y las maderas raras27.

23 Roux 40824 Roux 40825 Sanmartín 16426 Sanmartín 16427 CASSIN, E., BOTTÉRO, J. y VERCOUTTER, J., (1993:90)

Page 8: Nabucodonosor II y la Toma de Jerusalén

Sobre el cauce del Éufrates al norte de la ciudad, Nabucodonosor reconstruyó a

mayor escala un palacio que su padre había levantado. La obra fue monumental, el

palacio comprendía cinco patios, una puerta monumental, un sinfín de salas y estaba

muy bien fortificado. Es en este palacio, en su ángulo nordeste posiblemente (nota al

pie), donde se elevaban los famosos jardines colgantes.

Además de la vía procesional (veintidós metros de ancha, hecha con baldosa de

piedra calcárea blanca y mármol rojo) brillaba por su belleza la puerta de Ihtar, la más

bella de las ocho puertas de la ciudad. Esta formaba un conjunto colosal, con tres

portillos y torres almenadas, adornada en su fachada y en sus muros interiores, con

ladrillos de esmalte azul, con filas alternas de dragones y toros en relieve.

Babilonia, que estuvo durante tanto tiempo replegada sobre si misma durante la

hegemonía asiria, no dejó de ser nunca la guardiana de las tradiciones sumerio-acadias

en esta zona “sagrada” de Mesopotamia. El renacer de Babilonia, bajo la dinastía

caldea, tenía que estar ligada, de alguna forma, al renacer de la ciudad, eso sí, teñida de

una fuerte impronta religiosa28.

4. EL REINO DE JUDÁ ENTRE EL IMPERIO ASIRIO Y BABILONIO

En el capítulo cuarto del presente trabajo detenemos momentáneamente la línea

cronológica seguida, para volver a los cincuenta años (640-590) en que se sitúa el

hundimiento del imperio asirio. Así, focalizaremos nuestra atención en el legado de los

reinos de Israel y Judá, para luego prestar toda la atención al pequeño reino de Judá, y

en como vivió este periodo, siempre a la sombra ya sea de Asiria, Egipto o Babilonia,

hasta la toma de Jerusalem por Nabucodonosor.

4.1 El reino del Norte y el reino del Sur

Los reinos históricos de Israel (el reino del Norte) y Judá (el reino del Sur) tenían

personalidades políticas, culturales y hasta lingüisticas diferentes. En varias ocasiones

su relación desembocó en hostilidades. De hecho, los reinos solo convivieron bajo la

unión personal de David y Salomón (s.-X).29 El sino de ambos reinos fue poco

28 Roux 40729 Sanmartin 172

Page 9: Nabucodonosor II y la Toma de Jerusalén

esplendoroso. La desaparición de ambos –como los profetas bíblicos habían anunciado

en numerosas ocasiones30- sería inevitable.

El reino del Norte, con su capital Samaria, tuvo una breve y agitada historia. Mientras

el imperio asirio se convertía en hegemónico en la región, Israel, estuvo enfrascada en

guerras con Siria, con los amonitas y moabitas, ignorando o subestimando el peligro que

les amenazaba por parte de los asirios. Rápidamente se convertirían en vasallos suyos.

Bajo el dominio de Teglat-Falasar III (-745-727), Israel, junto a los fenicios y los

filisteos prepararon una gran coalición antisiria31, a la cual “invitaron” a participar a

Acaz, rey de Judá. Éste no solamente rechazó unirse, sino que pidió ayuda al rey asirio,

el cual intervino de inmediato. La entrada de Teglat-Falasar tuvo consecuencias

dramáticas para el reino del Norte, deportó a las clases dirigentes y solo dejó una migaja

de estado (Efraim), convertido en estado vasallo dependiente bajo un rey proasirio.

Una década más tarde (Salmansar V habia sustituido a Teglat-Falasar), se produjo en

Efraim un nuevo levantamiento. Samaria fue sitiada y después de tres años de

resistencia, conquistada en -722. Ese fue el fin del reino del Norte, de ahora en adelante,

el nombre de “Israel” solo fue reclamado por el reino del Sur, Judá32.

El reino del Sur, con capital Jerusalem, a pesar de ser más débil desde un punto de

vista económico y político, resultó ser más estable. Posiblemente por considerarse

heredero único, no solo del estado davídico y de su ideología, sino también de la

tradición religiosa que se había desarrollado en el reino del Norte y de su culto.

La declinación a la coalición antisiria de Ajaz también tuvo consecuencias. Aunque

forzados por la necesidad, los de Judá se habían declarado dependientes de los asirios,

y, cuando también se produjo un intento de levantamiento de los del Sur, acabaron

siendo igualmente vasallos de la gran potencia asiria. En todos los lugares de Judea,

incluso en el Templo de Jerusalem, podían encontrarse divinidades y cultos asirios33.

El ocaso del imperio asirio permitió un breve respiro en el reino del Sur, el rey Josías

(-639-609) intentará aprovecharlo.

4.1 El reinado de Josías

30 Kung 12631 Cazelles 17332 Los imperios33 Cazelles 183

Page 10: Nabucodonosor II y la Toma de Jerusalén

Los cincuenta años comprendidos entre -640 y -590 situados alrededor del

hundimiento de Asiria representaron para las poblaciones sometidas al imperio y para

los estados vasallos adyacentes a él un intermedio si no de libertad, sí desde luego de

recuperación de las posibilidades de iniciativa.34 Igualmente, esta renovada libertad de

acción para la periferia imperial supuso igualmente un período de fermentos

ideológicos. Prueba de ello es el reinado del rey Josías en Judá.

Tras subir al trono jovencísimo, Josías supo aprovechar la situación favorable para

dar al reino de Judá un nuevo impulso. Sus aspectos más destacables serán las reformas

que promulgará de carácter religioso e ideológico, cuyas bases materiales y políticas no

son desde luego despreciables.35

Josías impulsará que en primer lugar el Templo de Jerusalem, y después toda la

ciudad, fueran consideradas como sede de Dios y, por consiguiente, sagradas, a través

de concentrar todo el culto sacrificial en el Templo. Igualmente hará ordenar a todos los

sacerdotes de Yahvé que trasladen su residencia a Jerusalem y llevará a cabo una

“purificación” de cultos paganos y sincretistas, de sus altares, objetos e imágenes en

todo el territorio (II Re 23:4-14)36. Por último se instaura una nueva reglamentación de

todo el culto israelita. De esta forma, Josías intentó imponer la unicidad de dios, del

culto, y del lugar del culto. De este programa de reformas se derivó un profundo cambio

político y religioso con una marcada voluntad de reunificación y asimilación, que le

llevó posiblemente a anexionarse partes del reino del Norte37

Sin embargo, parece que Josías tropezó con una fuerte oposición a su política de

reformas. Las tribus del norte guardaban una mal recuerdo de la política de los reyes de

Judá (caso de Ajaz citado anteriormente, por ejemplo) y sus tradiciones religiosas se

habían alejado mucho de Jerusalem durante el dominio asirio (la llegada de poblaciones

extranjeras deportadas por Asiria había hecho acrecentar el sincretismo (II Re 17: 24-

34)38.

A pesar de ello, Josías prosiguió estrechando la relación que tenía el culto a Yahvé y

el sentimiento nacional, hasta que en un determinado punto esa voluntad le llevó a

cometer un acto, a todas luces, de osadía. Se encontrará en medio de un mapa

geopolítico que se está sacudiendo.

34 Más alla de la Bíblia 20135 Más allá de la Bíblia 20436 cita en Más allá de la Biblia37 Cazelles 18338 cita en Cazelles 183

Page 11: Nabucodonosor II y la Toma de Jerusalén

4.3 El fracaso y el legado

Cuando en pleno desmoronamiento de Asiria, el faraón Nekao trató de avanzar en -

609 hacia el Eufrates para enfrentarse a los babilonios, que ya habían acabado con los

últimos residuos del imperio Asirio, le va a salir al paso Josías con un ejército en

Meggido. Su objetivo, impedir que Egipto se constituyese de nuevo en amo de Siria y

Palestina, perdiendo así Judá la libertad obtenida. La batalla se decanta del lado egipcio,

mientras que Josías encontró la muerte o fue herido mortalmente39. En ese instante la

reforma de Josías acaba, la confianza en Yahvé es puesta en tela de juicio y el rigor

reformista abandonado. La suerte de las reformas de Josías, está atestiguada por los

escritos del profeta Jeremías, que ya en tiempos del rey había manifestado su apoyo

explícito a los principios de estas.40

De esta forma, Judá quedó bajo dependencia de Egipto. El hijo de Josías, Joacaz, que

había sido proclamado sucesor de su padre por el pueblo, fue destituido inmediatamente

por Nekao. En su lugar nombró rey a su hermano Eliaquim (-609-598), dándole el

nombre de Joaquim para indicar que el nuevo monarca era un producto suyo.

Sin embargo, el dominio egipcio en la franja sirio-palestina no duraría mucho. Pronto

Nekao tendrá que enfrentarse a los babilonios, ya dirigidos por Nabucodonosor, en

Karkemish, a orillas del Eufrates.

5. LA TOMA DE JERUSALEM

El reino de Judá que había caído sobre soberanía egipcia, será suplantado pronto por

otra dominación, la del imperio neobabilónico. Después de Josías, la situación política

del reino era bastante clara: la monarquía tenía los días contados. No había sitio para un

Estado-tope políticamente entre el norte y el sur. Analizamos aquí los sucesos que

llevaron a Nabucodonosor II a tomar dos veces la ciudad de Jersualem y el bullicio

interno del reino de Judá, que a la postre, le había llegado ya el final.

5.1. Una mala herencia, primera capitulación

39 Los imperios 17940 Más allá de la Biblia 215

Page 12: Nabucodonosor II y la Toma de Jerusalén

En el año -605 se produce un cambio fundamental en la situación política de la

región. La zona sirio-palestina era pretendida por los egipcios al mando del farón

Nekao y los babilonios dirigidos por Nabucodonosor. La batalla, como ha sido

explicada anteriormente, terminó con victoria de este último. Como aparece en II Reyes

24:7: «El rey de Egipto ya no salió más de su país, porque el rey de Babel le arrebató

todo lo que le había pertenecido, desde el río de Egipto hasta el Eufrates».

De esta forma, toda la región Siria Palestina cae en poder de Nabucodonosor. Pero

éste no pudo afianzar inmediatamente la conquista, ya que su padre, Nabopalasar,

muere meses más tarde. El vencedor tuvo que regresar rápidamente a Babilonia para

asegurarse la sucesión41.

El rey Joaquim, por su parte, sobrevivió a este desplazamiento del poder,

reconociendo a tiempo y de forma adecuada al nuevo soberano, Nabucodonosor. En este

punto se puede poner de relieve las diferentes interpretaciones que se tenían de este

vasallaje. Para los babilonios, el sometimiento fue un acto espontáneo e incruento:

«Todos los reyes de Hatti vinieron a su presencia y él recibió su enorme tributo» (ABC,

p.100:17)42. Por otra parte las fuentes proféticas recogen el efecto del sometimiento de

forma muy diferente: «Todos llegan para entregarse a la violencia. Sus rostros ardientes

son (como viento) solano y amontonan cautivos como arena. Se burla de los reyes, se

mofa de los príncipes, se ríe de todas las plazas fuertes; alza un terraplén y las toma»

(Habacuc 1:6-10).

Durante tres año el reino de Judá pagará sus tributos a Nabucodonosor, quién recogió

el botín y procedió a algunos asedios, sin asalto decisivo. Sin embargo, en -601, a raíz

de los choques entre Egipto y Babilonia, Joaquim vislumbra que podría darse un nuevo

cambio de tendencia en lo que se refiere a la hegemonía de la zona y aprovecha para

negar su obediencia a Nabucodonosor43. Vuelve la tentación de librarse del yugo y

Joaquim enciende la mecha del levantamiento. Quiso el destino que el rey muriera (-

598) antes del contraataque de Nabucodonosor.

Así, su hijo y sucesor Joaquín, de dieciocho años de edad, se encontró en una

situación extremadamente delicada, quedando como responsable de la rebelión. A los

tres meses de su reinado tiene que enfrentarse a Nabucodonosor que viene a poner sitio

a Jerusalem.

41 Cazelles 18842 cita en Más allá de la Biblia 21943 Roux 399

Page 13: Nabucodonosor II y la Toma de Jerusalén

Éste, asediado por los babilonios, decidió capitular inmediatamente. Parece ser que

Nabucodonosor, dada la rendición, trató con bastante indulgencia a Joaquín.44 A pesar

de eso, Jerusalem no se libró de ser conquistada, cae el 2 de Adar, es decir, el 15 o 16 de

marzo de -597. El palacio y el Templo fueron saqueados, se deportaron a miles de

personas45 (entre ellos Joaquín y su familia, parte del clero, dignatarios…) y se

proclamó un nuevo rey vasallo, Sedecías, tio de Joaquín.

La catástrofe de Jerusalem fue considerada durante largo tiempo como una desgracia

nacional. El período de diez años que sigue a la deportación de Joaquín (-597-587) será

una época llena de explosión política entre la población de Judá.

5.2. Las tensiones internas

A partir de la primera toma de Jerusalem, Nabucodonosor quiso disponer de un

gobierno “seguro” en Jersualem. Por ello, consciente que el Templo era un verdadero

hogar nacionalista46 deportará no solamente al rey Joaquin (substituido por Sedecías)

sino también a parte del clero, profeta Ezequiel incluido. Realmente no parece que

Nabucodonosor ganará por aquel entonces demasiada popularidad en Judá. El tributo

era pesado (acrecentado en -594 y -593), y al fin y al cabo, Babilonia caía muy lejos.

En Jerusalem se mantuvo una fiebre iluminista, que se alimentaba de los recuerdos

de la liberación del -701 y de los odios contra las expoliaciones de -597. Los habitantes

de Judá se dividían, pues, entre aquellos que incitaban una decidida resistencia a

Babilonia y los que viendo la ineficacia de esta resistencia, reclamaban moderación.

Esta división se extendía también a los exiliados de -597. A pesar de la distancia, las

poblaciones mantuvieron una activa relación, de tal manera que los unos estaban bien

informados de los otros y trataban de influirse mutuamente.

El debate interno que se desarrollaba por entonces puede ser seguido, sobre todo, a

través de los libros de Jeremías y Ezequiel. En este punto cabe dedicar unas pocas líneas

a explicar un poco sobre estas figuras proféticas.

Estos, a pesar de lo que se pueda pensar, no se presentan como adivinos, sino tal

como indica el sentido original del término griego prophetes como los que «declaran

con toda franqueza», «anuncian» algo. En su sentido hebreo, nabi, hace referencia al

«que llama» o al «llamado». Así, los profetas se erigen como los “llamados” de manera

44 Los imperios 17245 Roux 39946 Cazelles 191

Page 14: Nabucodonosor II y la Toma de Jerusalén

especial por Dios. Ese profetismo comenzará en la historia con la institución de la

monarquía y, en el fondo, acabará con ella, en la catástrofe del exilio.47 Su misión,

proclamar el mensaje de Dios mediante acciones simbólicas y dichos proféticos. Sus

palabras, dirigidas a todo el pueblo, fueron recogidas por sus discípulos y conservadas

en libros que llevan sus respectivos nombres. A través de su mensaje exhortarán y

advertirán, amenazarán con el ocaso a los dos reinos; arremeterán contra el culto

mundanizado y contra los cultos extranjeros; proclamaron una fe estrictamente

monoteísta y seguirán una línea de dura crítica social.48

Volviendo al debate interno, la discusión giaraba en que politica seguir frente al

vasallaje babilonio. Una parte de la corte del rey Sedecías apoyaba decididamente una

revuelta, la cual se apoyaría en una alianza con los egipcios y otros vecinos de Judá.

Otra, era mucho más moderada y advertía del peligro que podía conllevar la rebelión.

Existía incluso una tercera postura que defendía la rebelión, partiendo de la base que

Yavé no habría permitido nunca habría consentido nunca la llegada de los caldeos.

Los profetas Ezequiel y Jeremías habían tomado posición (Al parecer Sedecías había

pedido consejo en varias ocasiones a Jeremías49). Jeremías sostenía que la intervención

caldea y el consiguiente desastre eran inevitables en cuanto instrumento de cólera divina

contra las traiciones de apostasía que habían tenido lugar en Jersusalem (Jer 21:5-7). En

cierto modo su postura en filocaldea, contraria a la sublevación. De hecho, el profeta

acabo encarcelado por su postura frente a los babilonios por ser considerado

colaboracionista.50 Ezequiel, por su parte y desde el exilio, piensa también que la suerte

de Judá está prefigurada por analogía en la de Israel y motivada por una larga serie de

traiciones. Considera igualmente que los babilonios actúan por voluntad divina y que el

final es inevitable. Además, advierte que la alianza con los egipcios y la ruptura del

vasallaje babilonio comportaría terribles consecuencias (Ez 17:15-18).

5.3. La destrucción de Jerusalem

47 Kung 11748 Kung 12049 Más allá de la Biblia 22750 Más allá de la Biblia 227

Page 15: Nabucodonosor II y la Toma de Jerusalén

A la larga, el rey Sedecías no pudo resistir las propuestas seductoras de los egipcios

y de otros vecinos de Judá para que abandonara a Nabucodonosor, a pesar de las

repetidas advertencias (véase Jeremías). Así, se urde una nueva coalición contra

Babilonia. Estos reaccionan rápidamente51. Nabucodonosor, que no esperaba otra cosa,

arremetió contra las plazas fuertes judías de la Sefelá (Laquis y Azeqa) y puso sitio a

Jerusalem enero de -588. Las esperanzas para el reino de Judá volvían cuando el farón

Hofrá, siguiendo sus compromisos de aliado de romper el cerco actúa y amenaza la

retaguardia de Nabucodonosor (Jer 37: 4-11). Más acabó siendo una mera ilusión. El

ejército de socorro del farón se retiró, tal vez sin dar ni siquiera batalla52.

El asedio a Jerusalem siguió adelante. Este se hizo insostenible después de año y

medio, los víveres comenzaron a escasear y llegó el hambre a la ciudad. Sedecías, con el

fin de movilizar todas las fuerzas disponibles, llegó incluso a proclamar una

manumisión de los esclavos hebreos que acabó de vuelta en esclavitud53.

Cuando en julio de -587 fue abierta una brecha en las murallas de la ciudad, Sedecías

intentó escapar junto a sus hijos y el cuerpo de guardia, pero le dieron alcance de cerca

de Jericó. La ciudad resistió todavía unos meses sin rey y su tropa de elite, hasta que los

caldeos, al mando de Nebuzardán, entraron en las murallas. Esta vez no habría piedad,

el castigo de Nabucodonosor fue fulminante.

Para empezar, Sedecías y los suyos fueron conducidos a Riblá, ante Nabucodonosor.

Éste, mandó matar ante los ojos de Sedecías a sus hijos. Luego le sacó los ojo, y

finalmente lo deportó Babilonia (II Re 25:7). En agosto de -587, Nebuzadan, provisto

de amplios poderes54, destruyó completamente Jerusalem, derribó las murallas, redujo a

cenizas el Templo, el palacio y otros edificios de cierta importancia, saqueó el Templo,

deportó a miles de judíos y mandó a sesenta y siete notables, entre ellos, a cinco

distinguidos sacerdotes a Riblá, donde serían ajusticiados.

Los babilonios dejarán a Godolías como “gobernador” de Judá, o de lo que quedaba

de ella. Godolías había sido prefecto del palacio de Sedecías, y era el miembro más

autorizado de la familia Safán además de uno de los más convencidos partidarios el

movimiento filocaldeo55. Junto a él se refugiaron otros miembros de la élite que no

habían sido deportados, entre ellos Jeremías, y juraron un pacto de colaboración, a

51 Cazelles 19152 Roux 399 53 Más allá de la Biblia 22954 Los imperios 17455 Más allá de la Biblia 231

Page 16: Nabucodonosor II y la Toma de Jerusalén

través del cual se comprometían a someterse al nuevo dominio (Jer 40:9-10), con el fin

de conseguir la recuperación económica y social.

Pero el drama todavía no había acabado. Al cabo de pocos meses, Godolías fue

asesinado junto a su corte, entre los que se contaban judíos y caldeos, por un grupo de

conjurados «de sangre real» (II Re 25:25), que no habían sido deportados porque habían

permanecido armados en localidades periféricas que los caldeos no habían conquistado.

De aquí en adelante poco sabemos de la suerte de Judá en estos años. Los personajes

de relieve y muchos judíos por miedo a las represalias huyeron a Egipto, sumiendo al

territorio en el caos más absoluto, sin clase dirigente y con la población diezmada por la

guerra, al peste, el hambre y la emigración.56

6. CONCLUSIONES

56 Los imperios 175

Page 17: Nabucodonosor II y la Toma de Jerusalén

El período histórico en que se ha centrado este trabajo, se abre con la caída del

imperio asirio. Sigue con el auge, en contrapartida, del imperio neobabilónio y focaliza

a través de su monarca más representativo, Nabucodonosor II, su expansión, tomando el

caso particular de la toma y el vasallaje del reino de Judá.

De este convulso período podemos extraer varias conclusiones significantes, que serán

determinadas por los cambios políticos y religiosos que vivió toda la región de la época.

Así, la dinastía caldea, que junto a sus aliados medos, se habían hecho dueños y señores

de toda Mesopotamia gracias a la destrucción de un imperio asirio que había entrado en

barrena, buscarán en una Babilonia independiente recuperar el prestigio perdido.

Podemos ver por las políticas que llevaron a cabo Nabopalasar, y sobre todo

Nabucodonosor, que todos los esfuerzos se concentraron en su propio país. Fue una

época de innumerables reconstrucciones, de renacimiento político, económico, cultural

y religioso. Para llevar a cabo este gran movimiento, la recuperación de los pedazos de

territorio que habían estado bajo dominio asirio fue fundamental, el botín y los tributos

dieron la oportunidad desde un punto de vista económico para llevar a cabo la gran

reforma.

Por su parte, el reino de Judá, que había resultado en principio más estable que su

vecino del norte, vivió constantemente entre el vasallaje y la búsqueda de

autodeterminación. Dada la situación política, que les hizo estar a la sombra, primero de

los asirios, después de los babilonios, convirtieron las esperanzas de libertad en

aventuras demasiado peligrosas y con un final previsible. Los únicos años en que el

reino de Judá tuvo un respiro (-640-590) fueron aprovechados por Josías para impulsar

una profunda reforma política. Destacar en este punto, que el siglo VII a.C. vió como se

llevaron a cabo profundas tendencias renovadoras, las reformas de Josías encaminadas a

la unificación del culto y la gran obra de Nabucodonosor en Babilonia así lo atestiguan.

La toma de Jerusalem por parte de Nabucodonosor muestra el punto álgido de este

encuentro entre un imperio en auge, en busca de la gloria y un reino que intentaba

encontrarse en un mapa político en el que no tenía cabida. Así, el hecho de

Nabucodonosor tomara dos veces la capital de reino de Judá, muestra como el monarca

quiso afianzar sus posesiones decididamente, y a la vez su carácter más piadoso frente

al vasallaje, si se compara por ejemplo con la forma de intervención característica de los

asirios. Para Judá, la época de hegemonia caldea resultó ser a la postre más de lo

mismo. Búsqueda insistente de alianzas y coaliciones, ya sea con Egipto, ya sea con sus

Page 18: Nabucodonosor II y la Toma de Jerusalén

vecinos más cercanos que no llevaban a nada, más allá de su propia destrucción. De esta

forma se cerraría una página importante de la historia.

Page 19: Nabucodonosor II y la Toma de Jerusalén

La elección de Mesopotamia, historia política, económica y cultural de Georges Roux es

causa de haber sido uno de los libros en que me he apoyado en la redacción de mi

trabajo de curso, dedicado a Nabucodonosr II y su toma de Jerusalem.

Para mi, como estudiante nuevo en la materia, realizar una reseña (cuyo componente

crítico es esencial) resulta un poco embarazoso, ya que a pesar de que mi conocimiento

en lo que respecta a Mesopotamia ha ido creciendo a lo largo de este semestre, me

siento muy pequeño frente a la grandiosidad de la obra de Roux, una verdadera

eminencia en su campo. De él he aprendido mucho, su lectura ha marcado en mi un

antes y un después en mi concepción de la materia.

El libro Mespotamia, es antes que nada, un manual de iniciación, ya que a pesar de

su extensión (quinientas páginas y veinticinco capítulos), el objeto de la investigación es

inmensamente grande, ya que no deja de ser el análisis de una civilización de casi cuatro

mil años. En su estudio, se tratará desde la definición en sí del ámbito de estudio, la

civilización del valle del Tigris y el Eufrates, siguiendo con sus inicios, sus diferentes

apogeo y auges, y finalmente su lenta y larga decadencia en los inicios de la era

cristiana.

Quizás lo más remarcable de la lectura de la obra de Roux es que uno puede no

solamente ver con precisión y exactitud la evolución histórica de la civilización con sus

diferentes denominaciones (caldea, sumerio-acadia…) a pesar de ser un único y mismo

fenómeno, sino que puede hacerse una idea del grandioso legado que esta nos ha dejado.

Al fin y al cabo, se nos demostrará que es en Mesopotamia donde se darán las primeras

experiencias de agricultura, los primeros esbozos del derecho, los primeros análisis del

Universo, los primeros sistemas administrativos eficaces, los símbolos religioso y como

no, la invención de la escritura por parte de los sumerios aproximadamente en el -3300,

y con ello la primera literatura y la primera tradición escrita.

Tal como indica su autor, la obra no va dirigida fundamentalmente a especialistas. Se

puede apreciar que a pesar de la complejidad histórica de la temática que se trata, su

lectura no deja de ser nunca dinámica y sobretodo clara, hecho imprescindible para

poder crear una imagen definida de la historia. En este sentido, es muy admirable la

gran cantidad de tablas cronológicas, mapas e ilustraciones que nos ofrece el autor,

ayudando sin lugar a duda a cumplir dicho objetivo.

7. BIBLIOGRAFIA

Page 20: Nabucodonosor II y la Toma de Jerusalén

- CASSIN, E., BOTTÉRO, J. y VERCOUTTER, J., 1993, Los imperios del Antiguo Oriente,

III: La primera mitad del primer milenio (Historia Universal Siglo XXI, volumen 4),

Madrid-México: Siglo XXI editores.

- CAZELLES, C., 1984, Historia política de Israel: desde los orígenes a Alejandro

Magno (Introducción a la lectura de la Biblia, volumen 1), Madrid: Ediciones

Cristiandad.

- DE VAUX, R., 1975, Historia antigua de Israel, Madrid: Ediciones Cristiandad.

- KUNG, H., 1993, El Judaísmo. Pasado, presente y futuro, Barcelona: Círculo de

Lectores

- LIVERANI, M., 2005, Más allá de la Biblia. Historia antigua de Israel, Barcelona:

Crítica

- ROUX, G., 1987 Mesopotamia. Historia política, económica y cultural, Madrid: Akal.

- SANMARTÍN, J. 1998, “El Próximo Oriente asiático. Mesopotamia y sus áreas de

influencia”, en: Joaquin Sanmartín / José M. Serrano, Historia Antigua del Próximo

Oriente: Mesopotamia y Egipto, Madrid: Akal.

- WAGNER, C. 1999, Historia del Cercano Oriente, Salamanca: Ediciones Universidad

de Salamanca

Page 21: Nabucodonosor II y la Toma de Jerusalén