musica y cerebro

Upload: andrea-garcia-rivas

Post on 11-Jul-2015

193 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

  • 5/11/2018 Musica y cerebro

    1/7

    M u s i c a y c e r e r oiDonde reside el secreto del poder singular de la musica?En busca de una respuesta, se estan reordenando los componentesdel proceso desarrollado en el cerebro de interpretes y melomanosNorman M. Weinberger

    roveedora de sensaciones placenteras, larmisica endulza nuestras vidas. Un po-tente crescendo orquestal puede hacer-nos derramar lagrimas y provoca escalo-frios. Cambios de intensidad en Ia bandasonora aiiaden carga emotiva a pelfculas y progra-mas de television, Los padres arrullan can nanasa sus bebes.Este apego a la music a tiene sus rafces en nues-tro pasado remote, en los albores de la cultura,Hace mas de 30,000 afios, el hombre tocaba yafiautas de hueso, instrumentos de percusion y bi-rimbaos, Todas las sociedades cuentan con Sll pro-pia rmisica. De heche, parece que la sensibilidadmusical es innata. Los bebes de dos meses se vuel-ven bacia sonidos consonantes, 0 placenteros, y seapartan de los disonantes. Cuando el acorde queresuelve una sinfonia nos produce un delicioso es-calofrio, se activan en el cerebro los mismos cen-tros de placer que operan al comer chocolate, rea-lizar el acto carnal 0 tomar cocafna,Este fe no rn en o en cie rra u n intrigante m iste rio b io -logico: ipor que la mdsica -universalmente esti-mada y unica en su poderosa capacidad de haceraflorar emociones- nos resulta tan penetrante yvaliosa? l.Pudo su aparici6n favorecer la supervi-vencia human a, facilitando el aparejamiento, porejempJo, como ha propuesto Geoffrey F . Miller, deIa Universidad de Nuevo Mexico? l,Naci6 para pro-mover la cohesion social en grupos que habfan ere-cido demasiado, como sugiere Robin M. Dunbar,de la Universidad de Liverpool? iO, en palabras de

    Steve Pinker, de la Universidad de Harvard, se tra-ta 8 6 1 0 de una "tarta auditiva", una feliz casualidadde la evoluci6n que cosquillea placenteramentenuestro cerebro?La neurociencia no ha dado todavfa con la res-puesta. Pero en los iiltimos aiios hemos empezadoa adquirir un conocirniento mas exacto dellugary el mecanismo del procesamiento cerebral de lamusica, 10 que debiera establecer la base para re-solver cuestiones evolutivas. Contra pron6stico, elestudio de pacientes con dafios cerebrales y el ana-lisis de las Imageries del encefalo de individuos sa-nos no ha desvelado ningtin "centro" de la musi-

    Los CINCO SENTIDOS

    ca. Antes bien, activa esta divers as areas repartidaspor el cerebra, incluidas las involucradas en otrostipos de cognicion, Esas zonas activas varian se-gun Ia experiencia y la formacion musical de cadapersona. El ofdo cuenta con menos celulas sen-soriales (3500 celulas ciliares intemas) que cual-quier otro organa sensorial (el ojo, por ejemplo,aloja 100 millones de fotorreceptores). Sin embar-go, nuestra respuesta cerebral a la rmisica resultaextraordinariamente adaptable: bastan pocas horasde entrenamiento para modificarla.Afinar el cerebraHasta el advenimiento de las tecnicas de forma-cion de imageries, se obtenfa informacion so-bre la forma en que el cerebra percibe la rmisi-ca mediante el estudio de pacientes -famososcompositores incluidos- que hubieran sufridolesiones, accidentes cerebrovasculares u otrostrastornos. En 1933, Maurice Ravel comenz6 apresentar sintomas de isquemia cerebral focal(una atrofia que afecta areas concretas del cere-bro). Sus capacidades conceptuales permanecfanintactas -podia ofr y recordar sus antiguas COID-posiciones y tocar escalas-, pero era incapaz deescribir musica. Hablando de Jeanne d'Arc, unaopera que planeaba cornponer, Ravel confiaba aun amigo, " ... la opera esta aquf, en mi cabeza. Laoigo, pera nunca la escribire. Se ha terminado. Yano puedo escribir mi musica", Ravel murio cua-tro afios despues, tras una malograda interven-cion neuroquinirgica. El caso presto credibilidada la idea de que podrfa no haber un centro cere-bral especffico de la musica,La experiencia de otro compositor sugiri6, ade-mas, que 1annisica y el habla se pracesan de for-ma independiente, Tras sufrir un accidente cere-brovascular en 1953, Vissarion Shebalin perdi6 elhabla y la inteligibilidad de 10que se le decfa, S 1bien retuvo Ia capacidad de escribir rmisica has-ta que rnurio, diez afios mas tarde. La hip6tesisdel procesamiento independiente parece, pues,asentada. Con todo, la investigacion reciente semuestra mas cauta, cuando relaciona rasgos corn-partidos por la rmisica y el lenguaje: una y otro

    55

  • 5/11/2018 Musica y cerebro

    2/7

    constituyen medias de cornunicacidn ycada uno cuenta can una sintaxis, unaserie de reglas que gobiernan la combi-nacion de elementos (notas y palabras,respectivamente). De acuerdo can Ari-ruddh D. Patel, del Instituto de Neu-roeiencia en San Diego, las imagenescerebrales sugieren la existencia deuna region en el16bulo frontal que per-mite la construcci6n correcta de la sin-taxis, musical y lingiifstica, rnientrasque otras regiones se ocupan de aspec-tos relacionados con el procesamientodel lenguaje y la mrisica,El estudio de las imagenes cerebra-les ha arrojado luz sobre Ia respues-ta del cerebro a la rmisica. En parti-cular, ha permitido ahondar en c6moel oldo suministra los sonidos al cere-bro. Lo misrno que otros sistemas sen-soriales, el auditive muestra una Of-ganizacion jerarquica: consta de unaserie de estaciones neuronales de pro-cesado que van desde el Dido basta lacorteza auditiva, el myel m a s elevado.EI procesamiento de sonidos, piense-

    se en las notas musicales, empieza enel ofdo interno (coclea); aquf se des-compone un sonido complejo (el queproduce un violin, por ejemplo) en lasfrecuencias que 1 0 constituyen. Luego,la coclea transmite esta informacion a10 largo defibras del nervio auditive--cada una can "afinacion" distinta-, que operan como trenes de descargasneuronales. Por fin, estos trenes llegana la corteza auditiva en el lobule tem-poral. Cada celula del sistema auditivecerebral esta "afinada' para responderde forma optima a una nota a frecuen-cia concreta, la curva de afinacion deuna celula se solapa con la curva de lascelulas vecinas, de forma que no que-dan huecos en Ia percepci6n del espec-tro acustico, De heche, puesto que lasceluias vecinas estan afinadas a fre-cuencias similares, la corteza auditi-va levanta una suerte de "mapa de fre-cuencias" a traves de su superficie.Pero la musics entrada mayor com-plejidad que un simple sonido aislado.Consiste en una secuencia de sonidos,

    RESUMEN / EL CEREBRO MUSICAL

    Los CINCO SENT!DOS 5 7

  • 5/11/2018 Musica y cerebro

    3/7

    PROCESAMIENTO CEREBRAL DE LOS SONIDOS MUSICALESI

    CUANDO UNA PERSONA ESCUCHA MUSICA, el cerebrc pone en functonamtento una serie de re-giones allende la eorteza auditiva, lncluldas zonas que aeostumbran excitarse durante otros t iposde operac.iones cognitivas. Las experiendas visuales, tactlles y emocionales del lndivlduo afectanala lncal lzaclon del proeesamiento de la musica,

    Ondassenoras

    Onda acustlcacompleja correspondiente

    a un solo sanido Membranadel tfrnpano

    EIo ldo externo y el oldo medio transforrnan el sonido (ondas depreston del airel en ondas del fluido del eldo tntemo. Un huese-cil lo, el estr ibo, empuja la c6c1ea, provocando variaciones en lapresi6n del f1uido interno.Las vibraciones en la membrana basilar de la c6c1eahacen, a su vez, que las celulas c l lladas internas (losreceptores sensoriales) envlen senales electricas alnervio auditive, que luego las transmiteal cerebro.(ada una deestas ((~Iulas ciliares responde a unafrecuenoa de vlbracton dlterente,

    Celulas clllares

    EI cerebra p re ce ss la m as tc a de for-ma [erarquka y repartida. Dentro de18corteza audltiva, 1

  • 5/11/2018 Musica y cerebro

    4/7

    f I - r-:,~n I - ~rrr,~"_~_ l~" REAJUSTE DE LA AFINACION DEL CEREBRO ~. '~ 'J~CADA CELULA DEL CEREBRO esta "af inada" para responder deforma optima a una nota 0 frecuencia concrete (a). La afinecionoriginal se rncdlfica cuando el sujeto aprende que una determi-nada nota revlste l nte res (6 ). Semejante ajuste celular modifica el"mapa de freorenclas' del cerebra de larata, de forma que unazona mayor de la corteza procesa la nota importante; por ejem-plo, el mapa se arnpl la para 8 kHz, cuando esta es la f recuencla re-forzada (el.

    14 0 I Frecuencra reforzadaRespuesta optima12 0

    0- 100 Hespuesta1;) 6p!ima

  • 5/11/2018 Musica y cerebro

    5/7

    F . . _ l r : PERCEPCI6~ MUSICAL DE LOS BEBES -~ -~AUN QUE MUCH OS CREEN no Tener ap -titudes para la rruistca, todos contamoscon derta senslbi lldad rnuslcal, De heche,para encontrar alguien con un "cerebromusical" basta cen observar a cualqulsrpebe. Antes de adqu iri!'el don dellengua-je, los babes ya muestran una habilidadextra.ordina:ria para reacclonar ante 12 1rnu-sica. QUlzapar eilo los padres y otras per-sonas se cornunlcan instintivamentecon'los pequef ios como sl entonaran una can-cion. util izando arnphos espectros de fre-cuencias y f rasesmelodleas que imitan lossonidos del bebe, Todas las cultures util i-zan esa comuntcacton maternal.los bebes no s610 reaccionan posltl-

    vamente ante este tlpo de estfmulo.islnoque, adem a s . parecen reclamarlo. En unestudio realltado en 1999 po r Laura-Lee&alkwTIIWiliiam F . Thompson, ambos en-tonces en la Universidad York de Toronto,rnadres norteamericanas y de lalndia can-taban la mlsma cancJ6n en p resenda .de s ubebe yen ausencla de este. Despues, otrosparticipantes juzqabart correctamenteencual de las do s grabadones e sr aba p re sen -te el bebe, EI estudlo COndl1Y0que debfanexistir alqunos elementos musicales co-munes en ambas cultures, pueslos oyen-tes de 'las grabadones dersctaban si .e lbebe esteba presente Q no,independien-

    E l H ABU l (O N EN TO NA OO N M US IC AL quereme-d a lo s s on id os d el h eb e (motherese) es co mn n at o do : l a s am ur a s.

    temente d e s i ofan lacanci6n en su propialengua 0 en otra,,Como podemos saber 5 1 un bebe se

    p e r c a t a de 1 2 1 r n u s i c a s l a u n no puede ha-blar para contarlo? Utillzando medldas ob-jetivasde su comportamiento. Per eJempto,un bebee5ta sentado en el regaz.o de 5 1 . 1madre; a la izquierda. y a 1 2 1derecha s e ins-t alan dosa ttevoces y cajas adyacsntes deplastlco trans parente. En su estado normal,lascajas aparecen oscuras, pero slel bebegira s u c ab ez a h ad a una deellas, recibeunpremio: lacaJa se lluminay dentro apareceun rnufieco anlmado (un perro 0 un mono

    de trapo), Durante la prueba, un Investiga.-dor rnanipula rnarlonetas u otros objetosenfrente del bebe para atraer su a tenc ion .Un estfmulo musical (una nota 0 una mele-dial se emite repetidamente por uno de losaltavoces, En rnornentos aleatortos, el expe-rirnentador putsa un baton escondido quecambia el estfmulo ..Siel bebe nota ladire-renda y se gira h ad e e la lta vo z, s e Ie premiacon la activaci6n del muneco,Tales pruebas han rnostrado que los be-

    be s dist inguen, igual que los adultos, en-tre dos nctas musicales adyacentes, Tam-bien perciben los carnblos en el tempo (Iavelocidad alaqus se interpreta lamusicaly el ritmo. Reconocen una melodfa sise in-terpreta en otro tono. Respaldan estes es-tudioslos recienteshatlaeqos de Laurel J.Trainor, de 1 2 1 Universidad de McMaster.Esta investigadora ha comprobado que losbabes de dos a seis meses de edad prefie-ren los sonidos consonarrtes a 105dlsonan-tes. Parece que el aprendlzaje de 1 2 1m u s l r asemkla mucho antes, qulzas i n u te ro . Pe-ter Hepper, !' Ie la Unlversldad Queen's deBelfast, observ6 que, quince dias antes delparte, los fetos distinguian entre una can-ci6n nueva y l a s ln ton la de la serie de te-levision "Neighbors" (Vecinos), escuchadaa dtarlo por sus rnadres durante sernanasde ernbarazo.

    nidos que atraen la atenci6n y se alma-cenan en la memoria.Para averiguarlo, Jon S. Eakin, Jean-Marc Edeline y e l au tor e rnp rendieron .enlos anos noventa, una serie de experi-mentes; se traraba de resolver la cuestionde si cambiaba la organizacion basica dela corteza auditiva cuando un individuose percaraba de la importancia de unanota deterrninada, Expusimos a coneji-llos de Indias a un gran nnmero de 00-tas distintas y registrarnos la respues-ta de celulas de la corteza auditiva paraestablecer que notas producian la res-puesta mas intensa,A continuaci6n, reforzamos 1 3 audi-ci6n de una determinada nota, hacia laque no existfa ninguna preferencia pre-via, mediante la aplicacion de una suavedescarga en Ia pata cada vez que sona-ba. Las ratas aprendieron 1a asociaci6n

    a 1 cabo de pacos minutos. Medimosde Duevo Ia respuesta de las celulas,inmediatamente tras el entrenamien-to y a varios intervalos hasta dos me-ses despues. La afinaci60 can maximarespuesta nemonal se habia desplaza-do desde Ia frecuencia original ala fre-

    60

    cuencia de la nota reforzada mediantela serial electrica.Par tanto, el aprendizaje reajusta elcerebro de forma que aumenta el mi-mere de celulas que responden conmayor intensidad a los sonidos que sepotencian mediante refuerzo conduc-tua!. La nueva "afinacion" se extien-de por roda la corteza, rnodificando elmapa de frecuencias de forma que unamayor superficie de la corteza proce-sa las notas reforzadas. Para determi-nar a que frecuencias muestra mayorsensibilidad un animal, basta can defi-oil' el "mapa" de frecuencias de su cor-teza auditiva,EI reajuste de la afinaci6n resultoasombrosarnente duradero: se forta-leci6 sin necesidad de adiestramientoadicional y persistio durante meses, Es-tos hallazgos propiciaron un incremen-to de las investigaciones que sugeJianque el cerebro inscribe la importan-cia aprendida de un estfmulo dedican-do mayor mimere de celuJas al proce-samiento de dicho estfmulo. Si bien noresulta posible registrar Ia activjdad deneuwnas humanas individuales duran-

    te el proceso de aprendizaje, los estu-dios basados en irnagenes del cerebradetectan cambios en la magnitud me-dia de las respuestas de miles de ce-lulas en diversas regiones de la corte-za. En 1998, Ray Dolan y su grupo, delColegio Universitario de Londres, en-trenaron a humanos en una tares simi-lar, al tiernpo que les insisrfan en la irn-portancia de una nota detenninada. Losneurologos comprobaron que el apren-dizaje producfa el mismo cambio en laafinaci6n observado ell aaimales ..Losefectos a largo plazo de esre reajustecerebral podrfa explicar por que reco-nocernos con prontitud una melodfa fa-mil iar en una sala ftl idosa y por que laspersonas que sufren perdida de memo-ria debido a 1a enfennedad de Alzhei-mery otras patologias neurodegenerati-vasrecuerdan musicas que aprendieronen e1pas ado.Para "ofr" musica no necesitamosque ningun sonido real nos Begue aloido, basta con imaginarla. Piense enalguna pieza que conozca e "interpre-tela" en su cabeza. i,En que zona ce-rebral se ejecuta la pieza? En 1999,

    TEMAS 39

  • 5/11/2018 Musica y cerebro

    6/7

    F L A U T A E H U E S Oe nw n tr a d a e n u n y a c i m i e n to f r a n c e s d e h a c e 3 2 . 0 0 0 a n o s . C o n s t i t u y e u n a p ru e b ap a l m a ria d e l a afidon m u s ic a l d e l h om b r e d e s d e l o s a lb or e s d e l a ( u lt u ra .

    Andrea R. Halpern, de la Universidadde Bucknell, y Robert J. Zatorre, de IaUniversidad McGill en Montreal, 0-metieron a examen el cerebro de vo-Iuntarios legos en nnisica mientras es-cuchaban una partirura 0 imaginabanescucharla. Los neur6logos hallaronque buen mimero de las areas temp ora-Jes que participaban en la audici6n demeJodias se activaban tambien cuandodichas melodfas s610 se imaginaban.Desa rr oll o c e reb ra lLos estudios entre rmisicos han am-pliado los descubrimientos anotadosmas arriba, confirmando la capacidaddel cerebro de reajustar sus circuitosen apoyo de la actividad musical. Dela misma forma que el adiestramientoincrementa el nurnero de celulas queresponden a un sonido cuando este seconvierte en importante, un aprendi-zaje prolongado aumenta la intensi-dad de las respuestas y los cambiosffsicos operados en el cerebro. Losrmisicos que ensayan muchas horas aldfa, a Io largo de afios, muestran talesefectos: responde a la musica de for-ma distinta de los legos y presentanun hiperdesarrollo de ciertas regionescerebrales,Christo Pantev se hallaba en la Uni-versidad de Miinster cuando, en 1998,

    dirigio uno de esos estudios, Obser-vo que, al escuchar una interpretacional piano, y comparado con un lego, elmusico activa un 25 por ciento mas desus regiones auditivas del hemisferioizquierdo, Efecto de las notas musica-le que no ocurre si se trata de otrossonidos, Ademas, esta expansion de lazona de respuesta resulta mayor cuan-to mas joven se inicio el sujeto en losestudios musicales. A tenor de la in-vestigaci6n con nifios la experienciamusical precoz puede facilitar el desa-rrollo. En 2004, Antoine Shahin, La-rry E. Roberts y Laurel J. Trainor, dela Universidad McMaster en Ontario,registraron respuestas cerebrates al so-

    Los C INCO SEN '1 1 DO S

    nido de un piano, un violin y a notaspuras, en nifios de cuatro y cinco afios.Los que habfan convivido en un am-biente familiar melomano mostraronuna mayor actividad auditiva del cere-bro, equiparable a nifios tres afios rna-yores que no estaban en contacto conIa rmisica.Los mnsicos pueden presentar ma-

    yor respuesta a sonidos, en parte por-que su corteza auditiva es mas exten a.Peter Schneider y sus colaboradores, dela Universidad de Heidelberg, declara-ron en 2002 que el volumen de la mis-rna era un 130 por ciento mayor en losrmisicos, E! porcentaje de incrementoen volumen se relacion6 con el nivel deaprendizaje musical, con Ia coda cons i-guiente de que el aprendizaje de la rmi-sica aumenta el nurnero de neuronasdedicadas a su procesamiento,Ademas, el cerebro de un musicoconcede un area mayor para el control

    motor de los dedos que ban. de ejecutarIa pieza, En 1995 Thomas Ebert y sugrupo, de la Universidad de Constanza,observaron que l a s regi one s del cerebraque reciben estimulos sensoriales pro-cedentes del segundo al quinto (Indicea mefiique) dedo de la mano izquier-da eran significativameate mayores enel caso de violinistas; se trara, precisa-mente, de los dedo que realizan rno-vimientos rapidos y complejos cuandose toea el v i o l i n . En cambro, no obser-varon ningtin incremento de las zonasde la corteza que reciben la informa-cion de la mano derecha, responsabledel control del arco y no precisa de vir-tuosismo en los dedos. Los legos nopresentan estas diferencias. Ademas,Pantev, ahora en el Institute de IJJVes-tigaci6n Rotman de 1a Universidad deToronto, inform6 en 2001 de que el ce-rebra de trompetistas profesionales re-acciona con notable intensidad solo alsonido de la trornpeta, perc no al de unviolin, por ejemplo.Los musicos deben tambien desa-rrollar una mayor habilidad para utili-

    zar las dos manes, en particular para laejecucion en el teclado. Cabria, pues,esperar que esta mayor coordinaci6nentre las regiones motoras de los doshemisferios con tara con una base ana-tomica, Parece que as! es. El cuerpo ca-llosa anterior, que contiene el haz defibras que interconecta las dos areasmotoras, es mayor en los musicos queen los leges. A su vez el incremento esmayor cuanto mas remprana la educa-cion musical. Otros estudios sugierenque el tamafio real de la corteza moto-ra, asf como del cerebelo ~una regi6nen la parte posterior del encefalo res-ponsable de la coordinacion mctora-e-es mayor en Losmnsicos.: Emoc iones mus icaJesAmen de indagar el procesamiento ce-rebral de los sonidos musicales, se in-vestiga el mecanisme mediante el cualdespiertan intensas emociones, Los es-tudios pioneros que John A. Slobo-da, de Ia Universidad de Keele, lle-v6 a cabo en 1991, revelaron que masdel 80 por ciento de los adultos mues-treados expresaron respuestas fisicasa la musica: escalofrtos, lisa 0 lagri-mas. En un estudio realizado en 1995por Jaak Panksepp, de la Universidadde Bowling. el 70 por ciento de varioscentenares de jovenes entrevistados,varones y mujeres, declararon que lesgustaba la nnisica "porque evoca emo-ciones y sentimientos". Este trabajo sevio reforzado por los resultados que,en 1997, obtuvo Carol L Krumhansl,de Ia Universidad de Cornell. Con sugrupo colaborador Krumhansl anot6el ritrno cardiaco, Ia presion sanguf-nea, la respiracion y 011"OS parametresfisiologicos durante la audicion de di-ferenres piezas musicales que se supo-nia que expresaban felicidad, tristeza,miedo 0 tension. Cada tipo de musicaevoc6 un patron distinto, si bien con-sistente, de cambio fisiologico entrelos individuos.Hasta fecha reciente, se sabfa muy

    poco sobre los mecanismos cerebralesirnplicados, Con el caso de Petra L6-pez (nombre ficticio) lleg6 I.aprimera

    6]

  • 5/11/2018 Musica y cerebro

    7/7

    clave. Esta mujer, que ha sufrido da-fios bilaterales en sus lobules tempera-les, incluidas las regiones de la cortezaauditiva, rnuestra normales la inteli-gencia y memoria generales; no pre-senta difieultades con el lenguaje. Encambio, no se percata ni reconoce rmi-sica alguna, aunque se trate de una pie-za que ya conocfa 0 de una canci6nnueva que ha of do repetidamente. Nodistingue entre dos melodias, por dife-rente que sean. Sin embargo, rnuestrareacciones emocionales norm ales antediversos ripos de rmisica. Su capacidadde identificar una emoci6n con una se-lecci6n musical concreta es completa-mente normal. De este caso inferimosque se necesita el lobulo temporal paracomprender una melodfa, pero no paraproducir una reaccion ernocional; estaes subcortical e irnplica tambien, a loslobules frontales,En 2001, Anne Blood y Zatorre, dela Universidad McGill, recurrieron a

    las teenicas de formaei6n de image-nes del cerebro para acotar con mayorprecision las regiones cerebrales com-prometidas en las reacciones emocio-nales provocadas par Ia rmisica. El es-tudio utilizaba estfrnulos emocionalessuaves, asociados a la consonancia y ala disonancia. Un intervale consonantecorresponde a una relacion de frecuen-cias (entre las dos notas que detenninanel intervale) sencilla. Ofrecen un ejem-plo el do central y el sol central: la re-lacion entre sus frecuencias (260 y 390hertz, respectivamente) es 2:3; su inter-pretacion simultanea define un inter-valo de "quinta perfecta" de sonoridadagradable, Un do central y su do soste-nido (277 hertz), en cambio, presentanuna relacion de frecuencias "comple-ja' , alrededor de 1 8: 1 9 ; Sll interpreta-cion simultanea produce un sonido quese considera desagradable aspero.i.Que mecanismos cerebrales subya-cen a esta experiencia? Las imagenesobteni.das mediante TEP (tomografiapor emision de positrones), registradamientras los sujetos escuchaban acor-des consonantes 0 disonantes, mos-traron Ia intervencion de diversas re-giones del cerebra en las reaccionesemocionales. Los acordes consonantesactivaban la region orbitofrontal (par-te del sistema de recornpen a) del he-misferio derecho y tarnbien parte de unarea debajo del cuerpo callose. Por elcontrario, los acordes disonantes acti-vaban la circunvolucion del parahipo-campo derecho. Por tanto, por 10 me-nos dos sistemas, cada LIDO relacionado

    62

    con diferentes tipos de emocion, se ac-tivan cuando el cerebro procesa emo-clones vinculadas a la rmisica. Todavfaqueda por descubrir como los diferen-tes patrones de actividad en e1 sistemaauditive podrfan relacionarse con estasregiones de reactividad diferenciada delos bemisferios,En e1 mismo afio, Blood y Zatorreavanzaron un paso mas en la compren-

    sion del mecanisme a traves del cualla musica produce placer. Cuando so-metieron a examen el cerebro de rruisi-cos que sentfan una euforia estremece-dora al escuchar musica, observaron enlas imagenes que se acrivaba alguno delos mismos sistemas de recompensa es-timulados por I t t comida, el sexo y lasdrogas de adicci6n.En resumen hasta la fecha, se sabe

    que existe una base bioJ6gica para larmisica y que el cerebro cuenta conuna organizacion funcional para larruisica. Parece bastante clara, inclusoen este estadioinicial de la investiga-cion, la intervencion de diversas regio-nes cerebrales en el procesamiento deaspectos concretos de Ia musica, apo-yando la percepci6n (cuando se apre-hende una melodfa, por ejemplo) asfcomo evocando emociones. Los nni-sicos parecen contar con especializa-clones adicicnales sobre todo un hi-perdesarrollo de eiertas estructurascerebrales, Estes efectos demuestranque e l aprendizaje modifies Ia activi-dad del cerebra, incrementando la res-puesta de celulas individuales y el mi-mero de celulas que reaccionan coninrensidad a sonidos que adquieren re-levancia para el individuo. Conformeavanza 1a investigacion sobre la mu-sica y el cerebro, ahondaremos en elporque de la mnsica asfcomo en susmultiples facetas.

    , .l.'. ,,'I .',~ _ _ L _ I

    THE OR IG INSOFMUSIC. Dirigido por Nils L.Wallin, Bjorn Merker y Steven Brown.MIT Press, 1999.TH E PSICHOLOGY OF MUSIC. Segunda edi-ci6n. Dirigido par Diana Deutsch. Aca-demic Press, 1999.MUSIC AND EMOTION: THEORY AND RE-SEARCH. Dirigido por Patrik N. Jusliny John A. Sloboda. Oxford UniversityPress, 2001.

    THE CooNITIVE NEUROSCIENCE OF MUSIC.Dirigido por Isabelle Peretz y Robert J.Zatorre. Oxford University Press, 2003.

    TAMMio Y VIDAT HO MA S A M cM AH ON Y J OI -I N T YL E' A B ON N eR

    Un volurnen de 22 x 23,5 cmy 25Spaginas. profusa.mentei1ustrado en negro y en color.

    SUMARIO Historia naturaldel tamafio

    Proporciones y tarnafio Hsica de las dimensiones Biologia de las dimensiones Ser grande Ser pequefio Ecologfa del tarnafio

    Prensa Cieniifica, S. A.

    TEMAS39