Instituto Estatal de la Cultura

Para el Instituto Estatal de la Cultura resulta imperante promover los espacios de reflexión que permitan un mayor entendimiento de nuestra identidad, ya vista a través de nuestros procesos históricos, como vista también a la luz de la extraordinaria producción de connotados artistas que han consolidado el prestigio del Estado de Guanajuato tanto en el ámbito de arte popular como en el de la creación plástica contemporánea.

Los museos del estado contienen tópicos muy destacados de nuestra identidad cultural que en definitiva resultan referentes obligados para su probo entendimiento; destaca por supuesto la obra extraordinaria del maestro Diego Rivera, la generosa y diversa producción plástica de los maestros José y Tomás Chávez Morado, así como la entrañable interpretación que de México hiciera Olga Costa. Mención especial merece la obra del maestro Hermenegildo Bustos a quien se llamara “pintor del alma de un pueblo” y por supuesto, la amplia colección del acervo arqueológico y virreinal, que junto a las bellísimas expresiones de arte popular nos ofertan un extraordinario panorama de la cultura guanajuatense.

Inaugurado en 1979, el Museo del Pueblo se ubica en una bellísima casona barroca del siglo XVII que perteneció a la familia Sardaneta y Legaspi, marqueses de San Juan de Rayas, quienes fueran grandes promotores del cambio social en Guanajuato. El primer marqués de Rayas, don Vicente Manuel de Sardaneta y Legaspi, obtuvo el título nobiliario por sus pagos a la Corona; entre sus obras destacan la aportación de la mitad del presupuesto para concluir la construcción de la cortina de la Presa de la Olla, la construcción del Mesón de San Antonio y la donación de la peana de plata de la virgen de Guanajuato.

Está integrada por casi mil piezas de artesanías y juguetes mexicanos en miniatura, única en el país, donada por la maestra Ma. Teresa Pomar. Es un valioso testimonio de la creatividad y oficio de varias regiones del país; en su elaboración pueden apreciarse los más diversos materiales tales como hoja de maíz, madera, hueso, barro, tela, palma, alambre, plomo, entre otros.

Construida en 1775 por el primer marqués de Rayas, indudablemente es uno de los mayores tesoros de este conjunto arquitectónico, ya que ostenta una bellísima portada barroca característica que le da nombre– labrada en cantera rosa atribuida al destacado arquitecto Felipe de Ureña, con una composición iconográfica dedicada a Los Cinco Señores (Jesús, María, José, santa Ana y san Joaquín), de especial devoción para la familia Sardaneta y Legaspi.

Colección Hermenegildo Bustos.

Arte religioso y popular.

Grandes maestros

Fundado en 1975, el Museo-Casa Diego Rivera se ubica en la que fuera la casa natal de Diego María Rivera Barrientos, quien viera su primera luz el 8 de diciembre de 1886, en una de las habitaciones de la planta baja.

El Museo Casa Diego Rivera exhibe de manera permanente la colección Marte R. Gómez, compuesta por 175 piezas originales de la autoría del maestro Diego Rivera.

El edificio presenta el partido arquitectónico de una típica vivienda guanajuatense, resuelta con patio central en tres niveles. Destaca la fecha “1864”, que se encuentra en la parte superior de la puerta de herrería en el pórtico de acceso a la casa. La sobriedad de la fachada y su ecléctica solución estilística delatan su pertenencia a la segunda mitad del siglo XIX.

Está ubicado en la zona centro de la ciudad de Silao, Gto., en la casa natal de los hermanos José y Tomás Chávez Morado, quienes ahí vivieron sus primeros años. Es un inmueble típico del Bajío que fue donado para que se usara como museo didáctico para fomentar así el desarrollo social y cultural de la comunidad de Silao. Es éste uno de los pocosmuseos de autor en el país.

En las primeras seis salas de este museo es posible admirar una colección de estudios previos, dibujos y fotografías que describen el proceso creativo dela obra muralista del maestro José Chávez Morado y que resultan muestra fehaciente de su destreza.

Estos documentos, como ya se mencionó, son testimonio del desarrollo de sus obras monumentales, como los murales realizados en el Museo Regional Alhóndiga de Granaditas (Guanajuato, Gto.) o la realizada en Ciudad Universitaria (UNAM), en los Laboratorios CIBA, El Paraguas del Museo Nacional de Antropología, el cancel escultórico del museo El Caracol en Chapultepec, el monumental bajorrelieve en bronce de la Cámara de Diputados, en la ciudad de México; y en Guadalajara, el cancel de bronce en la Plaza Juárez y el mosaico Historia de Jalisco,

Tres salas contienen una importante muestra de la obra escultórica del maestro Tomás Chávez Morado. Estas incluyen relieves en bronce y yeso directo, talla en bulto en piedra, bronce y yeso patinado, que dan cuenta de la obra nacionalista.

  Cabe destacar la importancia de la

mujer en la obra de este hábil escultor, lo que se explica porque a temprana edad los hermanos Chávez Morado perdieron a su madre. Tomás decía que a través de su trabajo rendía homenaje a las mujeres, lo que se hace evidente en obras como Riquirán, Imploración y Pequeña madrecita, en las que hace referencia a la maternidad, así como en esculturas como Pensativa, Cabeza de vieja y Niña con gato, en las que representa a mujeres de diferentes edades.

El Museo-Casa Olga Costa y José Chávez Morado es un espacio cultural que reúne, conserva y difunde la obra de estos artistas y su aporte a la cultura guanajuatense y al arte mexicano del siglo XX. Mediante la exhibición permanente de una importante colección de antigüedades reunidas por ellos, el visitante puede recrear el ambiente íntimo donde vivió esta pareja de artistas durante su estancia en Guanajuato, desde la década de 1960 hasta su muerte, y conocer la producción artística de ambos gracias a la colección de pinturas que se resguardan y exhiben en las salas de este recinto.

Esta casa fue construida en lo que originalmente era la torre de la noria que alimentaba la entonces Hacienda de Guadalupe, hacienda de beneficio cuyo auge se ubica durante el siglo XVIII y que fue clausurada durante la guerra de independencia. La torre de la noria fue levantada al margen del arroyo Pastita, del cual captaba agua para ser utilizada en la molienda de la plata, según el sistema de beneficio del metal vigente durante esa época, llamado de patio.