mujeres del ferrocarril candás - castejón 2010

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La sociedad Minas de Hierro y Ferrocarril del Carreño, apareció en la escena empresarial como una de las muchas amparadas por el poderoso holding del Crédito Industrial Gijonés a principios del siglo XX. Esta sociedad construyó un ferrocarril de vía métrica de poco más de 6 kilómetros de longitud, desde Candás (donde convergerían ramales procedentes de las minas de Regueral, Piedeloro y Coyanca), hasta Aboño, punto de enlace con el resto de ferrocarriles asturianos y con las vías de acceso al

puerto de El Musel en Gijón. Obtuvo en 1902 la concesión y la línea que fue inaugurada el 8 de enero de 1909. Entre Aboño y el puerto del Musel se utilizaba la línea propiedad del Sindicato Asturiano del Puerto del Musel, filial del Crédito Industrial Gijonés. El Sindicato poseía, también, la titularidad de una línea de ancho ibérico entre Veriña, Aboño y El Musel. Las líneas de ancho de 1 metro fueron electrificadas entorno a 1917. En dicho años, la Sociedad Minas de Hierro y Ferrocarril de Carreño traspasó sus concesiones a Urquijo y Cia., rebautizándose esta última Sociedad como “Ferrocarril de Carreño S.A.”, y haciéndola titular de las citadas concesiones. En 1921 adquirió las líneas de vía ancha y estrecha que llegaban al Musel, y en 1922 inauguró la línea entre Regueral y Avilés. El “Ferrocarril de Carreño”, fue una de las primeras vías métricas en apostar por la tracción eléctrica.

Candás - ASTURIAS 2010

La importancia que el ferrocarril tuvo para este concejo asturiano, ya quedó reflejada en la obra de Leopoldo Alas Clarín, ferviente admirador de la zona y narrador de los acontecimientos y las vivencias de la época. Pero no fue hasta la entrada en funcionamiento de “el Carreño”, la llegada a Gijón en 1917 y la posibilidad de las personas a viajar en él desde 1950, lo que abrió las miras de los candasinos y las candasinas. Su llegada fue

un revulsivo para las mujeres, por cuántas oportunidades laborales generó. Mujeres, que además de aprovechar “el Carreño” para ir a vender, a pasear o a visitar a familiares a Gijón, lograron salir de sus casas para poder ganarse un futuro. Mujeres luchadoras, las de Carreño, a las que nunca importó trabajar y aportar su pequeño grano de arena para apoyar la maltrecha economía familiar. Este es el caso de Isabel García Pantiga, limpiadora, cuya cartilla de identidad podemos ver al lado, es la número 33/21149 expedida por el Instituto Nacional de Prevención Caja Nacional de Seguro de enfermedad Delegación de Oviedo. La trabajadora se dio de alta en el régimen el 1 de Agosto de 1944 y su primera asistencia fue el 29 de Marzo de 1947.


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En una época en la que las mujeres casadas

tenían la obligación de dedicarse en exclusiva

al marido y a los/as hijos/as, Isabel se encontró

con las trabas de la ley: tenía que solicitar

acogerse a la EXCEDENCIA FORZOSA y una vez

contraído matrimonio remitir a las Oficinas de la

compañía el oportuno certificado del Registro

Civil. No pudo conservar su trabajo en “el Carreño”

si seguía adelante con sus planes de matrimonio.

Ella, como muchas trabajadoras, se vio

obligada a separarse del ferrocarril. Esta

trabajadora entró en “el Carreño” porque

necesitaban a una persona, y su padre habló de

ella a los encargados. Empezó a trabajar, unos

meses antes de cumplir 16 años, en la limpieza,

estuvo 11 años (desde 1939, en la Estación de Candás, hasta que se casó en el año 1951).

Recuerda que entraba a las 8:00 h., limpiaba el material del suministro del día anterior, los

cristales, suelos y si tenía tiempo algo por fuera. Había asientos de primera y de segunda, y

cuando se les rompían las fundas, era ella quién las cosía.


Apeadero de Candás nevado. Foto tomada en el año 1952 y cedida al Ayuntamiento por Luis Prendes. En los 50 se pone en marcha la LÍNEA DE VIAJEROS/AS DIRECTA A GIJÓN. La vieja aspiración de un más cómodo y rápido viaje entre Candás a Gijón, aprovechando la caja abandonada del antiguo proyectado Ferrocarril Estratégico Ferrol - Gijón, pese a las numerosas conversaciones celebradas entre las partes interesadas, no llegaban a buen fin. En tal situación, estalló la Guerra Civil, constituyéndose en Asturias el “Consejo de

Asturias y León”, cuyo Presidente Belarmino Tomás, en 1937, dispuso que se efectuarán los trabajos necesarios para la puesta inmediata en

marcha del transporte de viajeros/as directamente de Gijón-Avilés, por el tramo de Aboño del mencionado Ferrocarril Gijón-Ferrol. Cuando las obras se hallaban a punto de terminarse, se derrumbó el frente asturiano y desaparecido el Consejo, las mismas fueron suspendidas, hasta su reanudación en 1949 y posterior inauguración del ferrocarril directo el 1 de octubre del referido 1950.


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Documento firmado el 5 de Julio de 1955 en Candás por el Jefe de Servicio, Julio Paraja, en él se constata que en 1936 se suspendieron algunas pensiones que percibían los/as trabajadores/as el ferrocarril del Carreño. Concretamente se cita el caso de una guardesa del paso a nivel de Llanos situado en una parroquia del concejo de Carreño (Perlora). Se llamaba Generosa Suárez Prendes, se había jubilado en 1932, cuatro años más tarde se le retiró la pensión y desde la compañía, diecinueve años después de dicha suspensión, se pide información para ver si fue sancionada por la autoridad militar por su actuación durante la dominación marxista.

El movimiento feminista emerge en España inmediatamente tras la muerte del General Franco, con un retraso de cinco a siete años sobre otros países europeos y en medio de un fuerte clima

de reivindicaciones sociales, sustentado por partidos de izquierda. Este clima se mantendrá desde aquel invierno de 1975 hasta el refrendo popular de la Constitución en 1978, que recogía en el Art.14 la igualdad de los españoles ante la ley, sin que prevalezca discriminación por sexo, religión u opinión o cualquier circunstancia personal o social.


“ … Ramona se murió y hacía falta una mujer

para limpiar en el ferrocarril.”- así recuerda

Luisa García Martin, la propietaria de este

carnet su entrada en “el Carreño”. Este

ferrocarril asturiano fue una empresa que

destacó en la época por las contrataciones

femeninas, sobre todo para el puesto de

taquilleras ó expendedoras de billetes, por

considerar que las cuentas salían mucho

mejor y eran más exactas cuando las realizaban mujeres. Existe un documento interno de

dicha empresa, fechado el 16 de junio de 1962, que así lo constata. Las mujeres no podían

acceder a muchos puestos que en la mayoría quedaban en aquella época reservados para los

varones. No fue hasta el año 1978, en RENFE y hasta mediados de los 80 en FEVE, cuando

las mujeres tuvieron derecho a poder ascender y hacer promoción interna dentro de las

empresas ferroviarias, para ocupar cargos hasta entonces “exclusivos de hombres”.

Este cambio se debió, entre otras cosas, a la aplicación del principio de Igualdad, expresado

en la Constitución, en su artículo 14.


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Una medida gubernamental va a determinar una estrategia imprevista: contratar masivamente a mujeres en el puesto de guardabarrera. En los pasos a nivel que coincidían con carreteras generales de importante tránsito tenían que ser obligatoriamente vigilados permanentemente en dos turnos, normalmente estos puntos los vigilan varones, mientras que en los pasos de caminos vecinales o puntos de poca importancia, que sólo se guardaban durante las horas de luz, se encomendaban a mujeres. No hemos localizado, hasta el momento, ninguna foto de una GUARDESA del Carreño en su puesto de trabajo, así que para ilustrar este puesto hemos recurrido al archivo del Museo del Ferrocarril de Gijón que nos cedió esta foto de una guardesa en la línea de Madrid. El puesto de guardesa, desapareció junto con los pasos a nivel, entre finales de los 70 hasta mediados de los 80. Este puesto era destinado a mujeres,

principalmente con nexos familiares con ferroviarios: en su mayoría viudas, o huérfanas, porque se pensaba que éstas no tenían vida social podían estar en este puesto la mayor parte de su vida y las horas que fueran precisas, también esposas, hijas o hermanas de ferroviarios. Las guardesas solían vivir al lado del paso a nivel en “ las casillas de los pasos” en unas condiciones no siempre óptimas, y no era raro que viviesen allí mismo, con sus hijos/as. Una guardesa cobraba en “ el Carreño” en el año 1955 un jornal de 10,40 ptas. más el 25 % de carestía de vida, y un plus familiar que variaba en función de los puntos que tuviera. Un peón en esa fecha cobraba 15,34 ptas.


Carnet de identidad expedido a favor de M ª Carmen Vigil García, entró a trabajar en el ferrocarril de Carreño en 1955. Su padre, Segismundo Vigil, también trabajaba en él, era Jefe de Estación de Aboño. M ª Carmen tenía apenas 16 años, y entró como taquillera de “corre

turnos”, es decir, estaba dos días en Gijón, dos días en Candás, y dos días en Avilés. El séptimo día descansaba, como mandaba la normativa.

Consiguió una plaza fija, cuando dejó el trabajo una compañera suya llamada Petra, y tuvo la oportunidad de tener su propia plaza, en las taquillas de Gijón. El trabajo en el ferrocarril lo mantuvo hasta el año 68, al contraer matrimonio, a los 28 años de edad.


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Orla con “La Dirección,

jefes, empleados y

obreros” del Carreño en 1957. De los 217 empleados/as de la imagen, 26 eran mujeres lo que supone aproximadamente un 12 % de la plantilla del ferrocarril de Carreño en ese año. Y es que la incorporación de mujeres al mercado ferroviario entraba en frontal contradicción

con el pensamiento tradicional que daba al cabeza masculino el papel público y a la mujer el rol doméstico.


Foto de la estación de Candás, punto central del Ferrocarril de Carreño. Si bien, como ya dijimos, este ferrocarril nació

exclusivamente destinado al transporte de mineral, el paso del tiempo le convirtió en una línea primordialmente de viajeros/as entre Gijón, Candás y Avilés. La última inauguración

importante del ferrocarril en su etapa de empresa privada, ya totalmente volcada en el tráfico de viajeros/as, tuvo lugar el 12 de agosto de 1968, cuando los trenes del Carreño acceden a los terrenos de la estación del Langreo de Gijón, mucho mejor situada respecto del casco urbano que la hasta entonces utilizada original del Ferrol-Gijón. Y de allí siguen saliendo, hoy en día, los trenes. En la actualidad, los trenes de vía estrecha luchan aceleradamente contra su propio pasado para recrear el futuro que se les demanda.


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Los hijos y las hijas de los del

Carreño, tenían derecho a ir a

una escuela particular, se

impartían clase por las tardes de

18:00 a 19:30 h.

aproximadamente. La formación

se impartía en un local que

llamaban EL HOGAR. El

ferrocarril del Carreño tenía un

bajo en Candás, donde hoy están

los pisos de la Matiella, que se llamaba por aquel entonces los pisos de Nora allí ubicaron el

hogar. Tenía una biblioteca, donde guardaban los trofeos de los torneos que se hacían. El

maestro solía estar también vinculado a la familia ferroviaria, por ejemplo, durante unos

años ejerció como tal, Pepín el moreno, que era hermano de Mª Cruz, una candasina también

trabajadora del ferrocarril que comenzó en el economato y luego acabó su trayectoria laboral

en trabajos administrativos ya en F.E.V.E. En la escuela, recuerdan que pasaban muy buenos

momentos.


La peculiaridad de las empresas paternalistas del régimen

franquista dividía el salario entre la percepción económica y las

prestaciones sociales; es decir la propia empresa proporcionaba

en muchas ocasiones, la vivienda, el economato, el colegio de los

hijos e hijas, las bonificaciones para viajar, etc. Esto hacía que los

varones ferroviarios se vieran ligados de una forma especial a

la empresa. No sólo era el sueldo lo que les ataba al trabajo, sino

elementos básicos en los que se organizaba su familia, por

encima de todo se sienten FERROVIARIOS. En el Hogar del

ferroviario de Candás, se contaba con botiquín, escuela, sala de

lectura, salón de actos, economato y bar. Los Reyes Magos iban

a la escuela porque, cada año, se disfrazaban los jefes de

estación. Oliva Fernández conocida como “ la hija de Trapa”, hija y trabajadora del ferrocarril

recuerda: “ … lo pasábamos muy bien. Recuerdo un año que me regalaron una muñeca, una

cartera, un juego de chocolate, un paraguas, que años después jugó la mi fía con ello”.

Foto cedida por la familia Echevarría de Candás.


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Foto tomada en 1958, en la época “dorada” del Ferrocarril del Carreño, pusieron en marcha un plan de modernización (en los años

1957-1962 les concedieron

créditos por parte del Estado a

la empresa, para renovar el

material y la maquinaria del

Ferrocarril del Carreño, el cual

contaba con máquinas que

habían sido adquiridas algunas

inclusive en 1903) y comenzaron a priorizar los

servicios de viajeros/as en la compañía, mientras que el transporte de mineral va perdiendo fuerza. A tal fin, y como campaña de difusión de la propia compañía, articularon, durante unos años, amplios y variados programas festivos en Candás. Curiosamente en “el Carreño” festejaban “San Cristóbal” por todo lo alto, en lugar del patrón de los/as ferroviarios/as. El 10 de julio para el personal era día festivo en la empresa, ese mes cobraban la paga extra, y era frecuente que la plantilla acudiera masivamente muy ilusionados/as con sus familias. Al coincidir en fechas estivales, turistas y vecinos/as del concejo también podían sumarse a las actividades lo que redundaba en un mayor conocimiento y uso de los trenes. En los 60 se extingue esta celebración.


Año 1959, las trabajadoras del Carreño salen en carroza por las calles de la villa marinera de Candás. En el centro la REINA, a ambos lados, vestidas con el traje de asturiana, las DAMAS. En la villa de Candás celebraban San Cristóbal, en detrimento de San Fernando, patrón de los ferroviarios que se festeja en Mayo, y/o de Santa Marta, patrona de los ferroviarios que se celebra el 29 de Julio en otras localidades de España.


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Trabajadoras del ferrocarril

del Carreño, en el Hogar del

ferroviario en el año 1959,

recibiendo las bandas

como REINA y DAMAS DE

LA FIESTA coincidiendo

con la festividad de San

Cristóbal, patrón de los/as

transportistas, 10 de Julio.

Carmen Vigil, primera por la

derecha, recuerda que

durante dos años seguidos

fue elegida como dama de honor de las fiestas de los ferroviarios de Candás: “ ... como todas

las taquilleras eran mayores, nos escogían a mí y a una compañera de Gijón para ser damas

de honor. Había misa, desfile de carrozas, concierto, comida y baile”


Foto de una jornada festiva y de convivencia en la que se reunían

los/as trabajadores/as de uno de los trenes más emblemáticos del norte español, el llamado tren de Carreño, que comenzó a recorrer las vías de la región en Enero de 1909 y que por lo tanto, cumplió el año pasado su

centenario. Con motivo de esta efeméride, emulando las jornadas de convivencia de antaño, en Candás se celebró el “Día del ferroviario” fue el pasado 25 de Septiembre de 2009. Por primera vez F.E.V.E organizó esta celebración en Asturias, dándose cita en esta localidad asturiana aproximadamente 800 ferroviarios/as de todo el norte de España: de Galicia, León, Cantabria o Vizcaya, además de los/as asturianos/as.


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Una comida de los/as

trabajadores/as del

Carreño. En el centro de la

imagen a la izquierda con

jersey más claro, Teresa

Rodríguez Fernández y a su

lado, a la derecha, con jersey

de cuello más alto, Luisa

García Martin. Ambas

residen en Candás. Teresa

tiene en la actualidad 84 años

y recuerda con nostalgia: “ … entré en la empresa del Carreño, el 14 de mayo 1962, me

acuerdo perfectamente porqué fue el día que se casó el Rey. Yo no me casé así que no tuve

que pedir la excedencia forzosa, y me pude jubilar por F.E.V.E, el 15 de Octubre de 1985,

también me acuerdo porque es mi santo. Mi jubilación coincidió cuando trajeron a Candás

esos trenes tan guapos que llamaben “los Fabiola”. Antes de eso, la gente de Candás para ir a

Gijón, tenía que coger el tren en la estación de Candás, bajarse en el Musel que era hasta

donde llegaba, ir hasta la estación del tranvía y llegar hasta Gijón, no había manera de llegar

directamente, hasta que no entraron estos trenes”. Luisa, cumple este año 93 años, ella era de

familia extensa y desde bien joven tuvo que prestar ayuda económica a la familia. Desempeñó

los dos trabajos “de mujeres” más frecuentes, por aquel entonces, en el concejo de Carreño:

trabajó en las fábricas de conserva y en 1956 se incorporó al ferrocarril.


Desde el Hogar del ferroviario no sólo se organizaban fiestas, también se hacían excursiones ej. a las a las Cuevas de Román de Candamo etc., y se vendía de todo en el economato: azúcar, pimienta, sal, madreñas, telas, legumbres, etc. Algunas trabajadoras, como M ª Cruz Prendes Álvarez de Casa Moreno, recuerdan: “ … verdaderamente, el economato daba muchas ventajas a los obreros. Tenían productos de muy buena calidad, y se cobraba el coste del producto, más el 2 %, así que imagínate. Después algunos

pagaban con dinero, otros iban a crédito y se lo descontaban de la nómina…”


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Durante los años 60 en “el Carreño” no sólo se hacían actividades lúdicas para la plantilla (fiestas, comidas,

excursiones, bailes, etc.), en las que la empresa mostraba su lado más social, se hacían también charlas informativas para la plantilla. Un claro ejemplo de ello son charlas sobre salud femenina que impartía, Don Alejandro, el ginecólogo de la foto (tomada en el 1960) en el Hogar el Ferroviario.


Nómina de una trabajadora del ferrocarril de Carreño expedida el 31 de Agosto de 1964. Pertenece a Mª Carmen Vigil García, expendedora de billetes una categoría profesional que se popularizó como “taquillera”. Causó alta en la empresa en Septiembre de 1955 como expendedora de billetes complementaria, percibía un jornal de 14,65 pesetas más el plus de carestía de ida del 25 %. Tenía el número de matrícula 283 y como misión, cuando empezó, dar descansos a las taquilleras de Gijón.

Las taquilleras en la estación de Candás, como recuerda M ª Oliva Fernández, vecina de Piedeloro: “ … teníamos que abrir la taquilla para vender los billetes. Entorno las 10, tomábamos un café, y si hacía frío, cruzábamos hasta Casa Estaca o Casa Calvera (íbamos corriendo) a por un caldo. Al final de la jornada se hacía un arqueo para contar los

billetes vendidos, y el dinero que se había recaudado. Bueno se hacía un primer arqueo hacia la una, y otro al final de la jornada. Trabajamos unas 8 horas, y solíamos entrar de 6 de la mañana a las 2 de la tarde, y de las 2 a las 11 de la noche”.


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María Ana Rodríguez Sánchez, entró a trabajar el día 5

de Octubre de 1950, lo hizo como guardesa puesto en

el que estuvo durante un año, un trabajo que ella

recuerda como muy aburrido, porque estaba muchas

horas sola. Después pasó como limpiadora para las

cocheras de Candás, donde compartió horas de

trabajo con Luisa, Teresa, Carmina y Ventura. Allí,

estuvo hasta que se jubiló de la F.E.V.E en 1980. Entró

cobrando 6 ptas., y para subir 1 real, o sea 25 céntimos,

tuvo que trabajar un quinquenio, 5 años. Varias

personas de su familia también trabajaron en “el

Carreño”: su padre, antes de la guerra, como jefe de

movimiento de ahí que a ella la llamaran “ Anita la hija

del jefe”, cinco de sus siete hermanos también fueron

empleados del ferrocarril y su tía Elisa era guardesa. Este carnet servía de documento de

identidad a los/as agentes ferroviarios/as para facilitar la aplicación de la tarifa reducida

en los viajes que hacían fuera de servicio y su uso venía regulado por la Orden Ministerial

de Obras Públicas del 31 de Enero de 1934. El carnet era un documento de identidad con

retrato y firma de el/la agente, incluía autorización para los viajes por la propia red en las

condiciones fijadas y en algunas Compañías extrañas.


De izquierda a derecha, Ramona“La

Quimarana”, guardesa ya fallecida, a su lado, Teresa Rodríguez y Luisa García, ambas limpiadoras. Foto tomada entre los años 1965 – 1967 en un vagón de pasajeros de la estación de Candás. Normalmente en estos vagones viajaban obreros que iban a la zona de Aboño, y Veriña a trabajar en las fábricas de la zona. El trabajo de limpiadora era bastante fatigoso se limpiaban los trenes: los suelos que eran de madera con una escoba, los

vagones por el exterior, y se contaba con un grifo y un bidón para hacerlo. El trabajo era duro, y el horario también: se trabajaba de noches, después de que hubiese llegado el último tren, y todo tenía que estar listo antes de que saliese el primero.


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Teresa Rodríguez, limpiadora, en esta imagen trabajando en la limpieza de la cabina del “ motorista”. Entró para limpiar los trenes al retirarse otra trabajadora llamada Consuelo, poco después la trasladaron a las oficinas de Oviedo para atender el comedor de los obreros. Ella era la encargada de calentar la comida que solían llevar de casa, servir y recoger las mesas. Teresa, recuerda cómo se convirtió en el rostro amable que atendía el comedor, popularmente la llamaban “la compañera del comedor”. Recuerda con especial ilusión su paso del Carreño al Organismo de “Ferrocarriles de Vía Estrecha” (F.E.V.E), porque le supuso cobrar un salario más cuantioso y tener mejores condiciones laborales. La integración del “Ferrocarril de Carreño” al F.E.V.E creado por Decreto de 23/02/1965, tuvo lugar el 10 de enero de 1950, después de haber efectuado dos años antes, locomotores MAN, propiedad de Carreño, pruebas con

éxito de resistencia y velocidad entre Avilés y Candás. Aquel pequeño ferrocarril minero de 6,42 kilómetros, distancia entre las estaciones de Aboño y Candás, a lo largo de los años se fue extendiendo sin pausa más allá de los límites territoriales E. y O. del concejo que le dio su nombre, hasta convertirse a los 64 años de la fundación, en la línea del F.E.V.E directa Gijón-Ferrol, oficialmente inaugurada el 8 de enero de 1973.


M ª Carmen González Fernández, taquillera

trabajando en el apeadero de Candás. Ella

entró en la empresa del Carreño, en el año

1968, tenía 18 años, y trabajó como

expendedora de billetes hasta el año 1973, lo

dejó con 23 años para casarse. Trabajaba para

“el Carreño”, pero en aquellos años, F.E.V.E ya

tenía la línea Gijón – Ferrol, por lo que también

atendían los billetes que les solicitaban de esa

línea. Por ese trabajo extra a F.E.V.E, les daban

un dinero a parte, pero seguían perteneciendo

al Carreño. Su padre Gonzalo González,

también trabajó en el ferrocarril, empezó siendo

un niño, llegó a ser inspector y en este puesto

se jubiló. Ser hija de ferroviario, en aquel

entonces era una situación muy agradecida,

le supuso poder estudiar: primero en Gijón,

estudios elementales, y después el bachillerato en Candás, además de taquigrafía y

mecanografía, materias muy solicitadas por las mujeres en aquel entonces. El hermano de M ª

Carmen también trabaja en el ferrocarril, y continúa activo en la Estación de Oviedo.


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Trabajadoras del ferrocarril de Carreño en la estación actual de Candás. Este grupo de mujeres fueron homenajeadas por el Ayuntamiento de Carreño en el año 2009 con motivo del DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER TRABAJADORA. Son un ejemplo de la lucha por conseguir la igualdad, un grito a la esperanza de las que hoy luchan por poder ser consideradas como iguales. Ellas abrieron este camino y a ellas hay que agradecerles su esfuerzo para lograr muchos de los avances sociales de los que goza la sociedad de principios del siglo XXI. Sobre todo agradecerles que hayan estado ahí en el cambio de usos y costumbres y que sean un claro ejemplo para las MUJERES TRABAJADORAS.


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TEXTOS:

Autora: Amelia Fernández López, con la colaboración de Amaya Varela Rodríguez, José Jesús Varela Fernández, ferroviario de Candás, Javier Fernández López, Director del Museo del Ferrocarril de Gijón, Nuria Vila Álvarez y Jairo Fernández, de la Biblioteca y Centro de Documentación del Museo del Ferrocarril de Gijón.

B IBLIOGRAFÍA CONSULTADA

Libro “Historia del concejo de Carreño en la general de Asturias” por Marino Busto García. Editado en 1984 por Caja Rural gijonesa, y reeditado por el Ayuntamiento de Carreño.

Libro “ El ferrocarril FERROL – GIJÓN” por José Antonio Gómez Martínez. Publicado por ediciones TREA S.L en 1999.

Ponencia “El empleo ferroviario como una construcción masculina. El caso de la compañía MZA, 1857 – 1936”, de Esmeralda Ballesteros Doncel y Tomás Martínez Vara. Universidad Complutense de Madrid.

Libro “Mujeres y hombres en la España franquista: sociedad, economía, política, cultura” por Gloria Nielfa Cristóbal. Año 2003. Universidad Complutense de Madrid

Libro “Historia general de Candás y su concejo de Carreño” por David Pérez - Sierra González. Editado en 2003 por el Ayuntamiento de Carreño y la Autoridad Portuaria de Gijón.

Fuentes orales extraídas del vídeo editado por el Ayuntamiento de Carreño con motivo del día l de la mujer trabajadora “ Mujeres que trabajaron en el ferrocarril de Carreño” año 2009.

Artículo de el diario EL COMERCIO de 26.04.2010 “Los ferrocarriles de vía estrecha en Asturias” por Javier Fernández López, Director del Museo del ferrocarril de Asturias.

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