moral del matrimonio y la familia
DESCRIPTION
Moral Del Matrimonio y La FamiliaTRANSCRIPT
MORAL DEL MATRIMONIO Y LA FAMILIA
El varón y la mujer: seres para el encuentro
La Sagrada escritura nos enseña que el varón y la mujer fueron creados en uno para el otro (Gn 2, 18.23-24). El Creador ha inscrito en la naturaleza humana el deseo innato de complementariedad entre varón y mujer, el cual se vive en un clima de responsabilidad y madurez expresadas en el matrimonio.
El matrimonio y la comunión entre Dios y los Hombres
“El matrimonio basado en un amor exclusivo y definitivo se convierte en el ícono de la relación de Dios con su pueblo y viceversa, el modo de amar de Dios se convierte en la medida del amor humano” (Deus Caritas Est Nº 11).
La comunión entre Dios y los hombres encuentra su pleno y definitivo cumplimiento en el Señor Jesús, cuando, por amor, asume la naturaleza humana y muere en la cruz por su esposa, la Iglesia: “Por ellos yo me consagro a ti, para que también ellos se consagren a ti, por medio de la verdad” (Jn 17,19).
Jesucristo, fuente de la gracia del matrimonio
Así como Dios salió al encuentro de su pueblo por una alianza de amor y fidelidad, ahora el Salvador y esposo de la Iglesia sale al encuentro de los esposos mediante el sacramento del matrimonio y les da fuerzas en cada momento de la vida familiar para después participar en el banquete celestial (cf. GS Nº 48).
Bienes y exigencias del amor conyugal
Unidad e indisolubilidad: “…los dos se hacen uno solo” (Gn 2,24). “…lo que Dios unió que no lo separe el hombre” (Mc 10,9; Mt 19,6). La comunión en Jesucristo dada por el sacramento del matrimonio, confirma, purifica y perfecciona la comunión personal de los esposos.
La fidelidad. El amor conyugal exige un amor inviolable. La fidelidad de Dios a su alianza y la fidelidad de Cristo a su Iglesia deben ser nuestro espejo para ejercer nuestro amor conyugal.
La apertura a la fecundidad. El amor conyugal está ordenado a la procreación y educación de los hijos, pues este servicio contribuye al bien de los mismos padres.
La familia, “Iglesia doméstica” al servicio del Reino
La familia es el santuario de la vida. Es un auténtico camino de santificación reflejando la comunión que hay en Dios. Es la “pequeña Iglesia”, la “Iglesia Doméstica”, llamada a vivir el amor, a ser reflejo del amor de Dios, servir y realizar en ella el reino de Dios.
Jesús quiso nacer en el seno de una familia para tenerla de ejemplo. Los padres han de ser para sus hijos los primeros anunciadores de la fe con su palabra y ejemplo.
El hogar es la primera escuela de vida cristiana y “escuela del más rico humanismo”. Es en el hogar donde aprendemos el amor fraterno, el gozo del trabajo, la reconciliación y sobre todo el culto diario por medio de la oración.
La familia hoy
La familia de hoy sufre situaciones adversas provocadas por el secularismo y el relativismo ético, por los diversos flujos migratorios internos y externos, por la pobreza, la inestabilidad social y por legislaciones civiles contrarias al matrimonio.
Lo mismo que ocurre en relación a Dios, así ocurre con el amor. De la misma manera que ignoran a Dios, se ignora lo que es verdaderamente el amor.
Hoy se suele confundir el sentimiento superficial y pasajero con el amor, generando inmadurez para constituir una familia. Peor aún, el machismo aún presente degeneran la igualdad en dignidad y responsabilidades reconocida y proclamada en el cristianismo.
El papel de la madre es fundamental en la educación de los hijos. El padre debe ejercer su responsabilidad y colaboración en la educación de los hijos. Los hijos tienen el derecho de contar con sus padres para que les acompañen hacia la plenitud de la vida.
DIOS TE AMA GRATUITAMENTE…
¡AMA IGUAL A LOS DEMÁS!
OREMOS
ORACIÓN POR LOS MATRIMONIOS
Oh Dios, nuestro padre celestial, protege y bendice las parejas que has unido.
Profundiza y refuerza su amor a diario. Concédeles por tu misericordia que no lleguen a
ofenderse el uno al otro.
Perdónales y corrige sus faltas, y haz que siempre se perdonen cada vez que sin darse
cuenta se dañan el uno al otro.
ORACIÓN POR LOS MATRIMONIOS
Oh Dios, concédeles el aspirar y llegar a dar y ser lo mejor el uno para el otro. También te pedimos que llenes sus vidas cotidianas de
virtudes que sólo tú puedes darles. Y así, Señor, toma su amor y sus vidas en conjunto, que sean para ti una alabanza, que estén al servicio de los
demás.
Cuídales y guárdales bien en lo físico, alertas en la mente, tiernos de corazón, y devotos en
espíritu. Que estén siempre unidos delante de ti, en alegría
y en paz con la ayuda de Cristo nuestro Señor. Amen.
ORACIÓN POR LA FAMILIA
Que ninguna familia comience en cualquier de repente,Que ninguna familia se acabe por falta de amor.
La pareja sea el uno en el otro de cuerpo y de mentey que nada en el mundo separe un hogar soñador.
Que ninguna familia se albergue debajo del puentey que nadie interfiera en la vida y en la paz de los dos.
Y que nadie los haga vivir sin ningún horizontey que puedan vivir sin temer lo que venga después.
La familia comience sabiendo por qué y donde vay que el hombre retrate la gracia de ser un papá.
La mujer sea cielo y ternura y afecto y calory los hijos conozcan la fuerza que tiene el amor.
Bendecid oh Señor las familias, Amén.Bendecid oh Señor la mía también.
Bendecid oh Señor las familias, Amén.Bendecid oh Señor la mía también.
Que marido y mujer tengan fuerza de amar sin mediday que nadie se vaya a dormir sin buscar el perdón.
Que en la cuna los niños aprendan el don de la vida,la familia celebre el milagro del beso y del pan.
Que marido y mujer de rodillas contemplen sus hijos,que por ellos encuentren la fuerza de continuar.
Y que en su firmamento la estrella que tenga más brillopueda ser la esperanza de paz y certeza de amar.
La familia comience sabiendo por qué y donde vay que el hombre retrate la gracia de ser un papá.
La mujer sea cielo y ternura y afecto y calory los hijos conozcan la fuerza que tiene el amor.
Bendecid oh Señor las familias, Amén.Bendecid oh Señor la mía también.
Bendecid oh Señor las familias, Amén.Bendecid oh Señor la mía también.
Bendecid oh Señor la mía también.
