MONÓLOGOS

2012

TALLER DE EXPRESIÓN

1º D.B.H.

En estas páginas encontraréis los textos elaborados por los alumnos del Taller de Expresión. Monólogos que han trabajado durante la segunda evaluación, para la puesta en escena ante sus compañeros.

EL BAÑO

El baño que lo usa toda la familia, por ejemplo el padre, que coge su revista y después de media hora sigue dentro.

Tú fuera esperando y cuando va a salir, deja un tufo que lo flipas, que para no ahogarte tienes que entrar con mascarilla.

Después la hermana mayor que se peina mucho… pero va tu madre y ve todo el lavabo lleno de pelos.

Luego la madre que entra y sale en un abrir y cerrar de ojos.

Al cabo de un rato vas tú y ves que ya no queda más papel, y entonces dices:

- ¡Mamáaaa! ¡Tráeme papel!

- ¡Espera hijo que ya va!

Luego te dice que no queda, que tiene que bajar a la tienda a comprar.

Mientras tú estas con los pantalones bajados, cogiendo frío, e intentando echar un giñote. Y al final llega y sales.

Pero luego esta el hermano pequeño que apunta fatal a la taza y lo deja todo hecho un asco.

Bueno me voy, que tengo ganas de ir al baño.

Por IKER SANTOS

Los cuentos ¡Hola, buenos días!

¿Nunca os habéis fijado que los cuentos no son siempre como se cuentan? Por ejemplo, la mítica conversación de caperucita y su abuela fue algo así:

- ¡Abuelita, abuelita! ¿Dónde está tu bolso? - Lo he escondido para que no me robes el dinero. - ¡Abuelita, abuelita! ¿Por qué has candado la nevera y el armario? - Para que tú y tus amigos no me dejéis sin comida ni alcohol. - ¡Abuelita, abuelita! ¿Por qué has cambiado la cerradura de la puerta? - Para que no te cueles en mi casa.

También hay otros muchos cuentos que no han sido contados bien del todo, y que en el fondo a todos nos parecían raros. Como el de los siete cabritillos que antes de abrirle la puerta a nadie, tenían que mirarle el pie por el agujero de la puerta.

A ver, ¡que se dejen de tonterías y que tapen ese puñetero agujero con algo! Anda que menudo frío que les tenía que entrar por ese agujero en invierno. Es que sólo de pensarlo, te da frío.

O también el de la bella durmiente, que habría que ver lo que se pinchaba para quedarse dormida de esa manera.

Y que me decís del patito feo, que fijo que era de otro padre porque que todos fuesen blancos menos él… no es algo muy normal.

¿Y Blanca nieves? Esa era una tirana que tenía a todos los animales trabajando para ella y a los siete enanitos esclavizados en la mina.

También otro cuento no contado bien del todo, es el de la bella y la bestia. Que la bella se casaba por amor…

¡Oh! ¡Qué bonito! ¿Verdad?

Pues no. La bella no se casó con ese feote de la bestia (que de ahí le viene el nombre) por amor. Está claro que se casó por dinero.

O si no, que le pregunten al marido de la duquesa de Alba. ¡Muchas gracias!

Por NAHIA URKIA

LAS MALETAS

¡Buenos días! Yo, os voy a hablar sobre las maletas. ¿Cuánto espacio necesita una persona en una maleta? Todo. Da igual de que la llenes, da igual de cómo sea de grande la maleta. ¡La llenas hasta arriba! ¿Por qué? Porque las maletas no se llenan de ropa, se llenan de “por si acasos”. - Voy a llevar otro pijama. - ¿Pero si sólo vas a dormir una noche? - ¡Va! ¡Por si acaso! - Voy a llevar un jersey gordo ¡que Sevilla en agosto no se sabe!... Y al final, tantos por si acasos hacen que la maleta no se pueda cerrar, y tienes que pedirle a alguien que se ponga encima para poderla cerrar. ¡Un lío!... Bueno, ¿cuanto tiempo necesita una persona para hacer una maleta? ¡Exactamente el tiempo que tenga para hacerla! Después, deshacerla es distinto. Distinto si la deshace una chica o un chico. Una chica al llegar al hotel, lo tiene que colocar todo, en perchas, en maletas, en cajones.... Los chicos en cambio, somos más de ir picando, y sustituyéndola por ropa sucia. ¡Cogiendo, sustituyendo! ¡Cogiendo, sustituyendo! ¡Cogiendo, sustituyendo! ¡Es genial! Así el último día tienes la maleta hecha. Pero una chica se puede preguntar: - ¡Espera, espera! ¡Eso es una locura! ¿Y si algún día te confundes y te pones unos calzoncillos sucios? Los chicos, podemos vivir con ese riesgo.

Por UNAI TROYA

LOS VECINOS

Bueno, una cosa que hay que aguantar son los vecinos. ¿Qué tal os lleváis con vuestros vecinos? Yo con los míos... ¡Mal! Porque mira, el de arriba se levanta a las cinco de la madrugada tosiendo. Se mete en la ducha y ¡venga a toser! Su hijo de unos... ¡treinta años! se pasa todo el puñetero día botando un balón de baloncesto encima de nuestra cabeza. Después, a la mañana, cuando salgo a la terraza para parar de oír al vecino toser ahí está su mujer en el balcón, preparada con la regadera. ¿Para qué? ¿Para regar las flores? ¡No! Para regarme a mí. El de al lado, no sabe que en los CHINOS se compra una pequeña pegatina que se pone debajo de las patas de las sillas, para que al arrastrarlas no hagan ruido. Pero él ¡venga con el movimiento! Encima, yo no sé qué hace, pero todo el día lo pasa sentado, pero al momento se levanta. Luego el de enfrente, tiene un perro que empieza a ladrar cuando oye al otro vecino toser. Y no te hablo de su dueño, tiene veinte años y claro, todos los días “fiestuqui” en su casa. Y yo me paso la noche con la escoba dándole al techo. ¡YA OS IMAGINAIS QUE VECINOS TAN, TAN AMABLES TENGO, Y QUE BIEN VIVO! ¡Muchas gracias!

Por ANE RODRIGUEZ

LAS TIENDAS

¡Hola! Yo os voy a hablar sobre las tiendas. Por ejemplo, chicas, ¿Qué me decís de Bershka? Entras allí y su música “Txumpa-txumpa” invade tu cuerpo. Empiezas a bailar y para cuando te das cuenta, todos te están mirando. Otro ejemplo es Zara, sus rebajas empiezan a las 00:01, pues ¿Cómo no? miles de personas a las 00:00 en la Web de Zara, para que cuando aparezca en letras enormes ¡Empiezan las rebajas! … Todas locas comprando de todo. - ¡Yo compraré más! - ¡No! ¡Yo más! - ¡Noo yo! … y esos son resumiendo los diez primeros minutos de las rebajas. Luego, también están los chinos... ¿Qué haríamos sin ellos? A las cuatro de la mañana, en un día lluvioso, ellos están ahí para ofrecerte un paraguas a 5 euros. Pero, hay que admitir, que son muy desconfiados. Entras a su tienda, vas a la derecha, chino a la derecha. Vas a la izquierda, chino a la izquierda. No dejan de perseguirte. Pues para acabar, os voy a dar un consejo, cuando tengáis que pagarle a un vendedor borde y amargado 99 céntimos, pagarlos con 99 monedas de un céntimo. Ya veréis cómo no os vuelve a poner esa cara de amargado...

Por AINHOA MARTÍN

LAS VACACIONES

¡Hola! ¡Buenos días! Yo os voy a hablar sobre las vacaciones. El trimestre está terminando y llegan las vacaciones de Semana Santa, y yo me voy a Córdoba. Lo primero que hay que hacer son las maletas, y claro mi madre está todo el tiempo preguntándome: - Diego ¿dónde está el bañador? Y claro yo le digo - en el armario, en el segundo cajón – Y como es natural, no me escucha hasta que pego un grito como si estuviera hablando con una abuela. Después, bajas al garaje y tu padre te dice que no entran las maletas. Y cómo no, me las meten en el asiento de al lado para ir un poco apachurrado. Resumiendo, diez horas en el coche con las maletas de las narices apachurrándote. Entonces, te duermes un poco para que el viaje se te haga más corto y cuando te despiertas le preguntas a tu padre: - ¡Aita! ¿Cuánto falta? Y el te responde: - Nueve horas – Y digo: - ¿Cómo? ¿Sólo he dormido una hora? Entonces, me vuelvo a dormir y cuando me despierto ya hemos llegado. Pero, no hay sitio para aparcar. Y claro, 25.000 vueltas para aparcar encima de la acera, para que la grúa se lleve el coche con el que tienes que volver. Y eso es todo. Pensándolo, mejor quedarse en casa que eso de irse de vacaciones estresa mucho.

Por DIEGO TAMAYO

LA SALA DE ESPERA DEL DENTISTA

.

Bueno, puede que la gente piense que el médico es lo peor, pero yo pienso que hay algo mucho peor que eso… el dentista. ¡Lo odio!

Y no, no es porque te hagan daño o cosas raras en la boca… ¡no! Lo que no me gusta del dentista es la sala de espera.

Sí, esa sala pequeña en la que tienes que esperar cuando el dentista está lleno. Normalmente es pequeña, y tiene música siempre. Es parecida a la de un ascensor. Y bueno, no sabría decir que estilo de música es, porque yo creo que tiene un estilo propio, "estilo de espera", o algo así.

Y dejando la música aparte, hablemos de la temperatura. Siempre hace calor, ¡y nunca para bien! ¡Hasta en invierno pasas calor! Porque, lo que pasa con la temperatura en la sala de espera del dentista es alucinante. Tú sacas el termómetro en la sala de espera de tu dentista, y te saldrá esto:

España: 4ºC. Brasil: 30ºC. Ubicación actual (la sala de espera): 35ºC.

Así que ya sabéis, si en invierno tenéis frío, ¡pasar de tomaros un actimel y poneros una bufanda azul!, ¡iros a la sala de espera de vuestro dentista!

Y cambiando de tema; ¿Cómo se entretiene la gente en la sala de espera? Normalmente con las revistas. Os voy a explicar cómo funciona el ciclo de estas revistas. Un dentista las compra, las deja ahí, ¡y no vuelven a salir de esa sala! Yo cuando fui, cogí revistas y leí titulares como:

“Franco muere”

O “el hombre llega a la Luna”

Aunque también habían revistas más modernas como: Sálvame, ¡Hola! o ¡Exprime tu PC! Vaya entretenimiento...

En fin, resumiendo la sala de espera del dentista es pequeña, la música y las revistas son una mierda, y lo que viene después no es nada bueno. ¡Con lo fácil que es esperar fuera de la puerta en una fila!

Aunque, bueno, pensándolo bien, tampoco me puedo quejar tanto, porque en el mundo están pasando muchas desgracias:

Crisis, hambre, guerras... sin ir más lejos, ayer se me rayó la pantalla del Iphone. ¡Adiós!

Por CELSO PÉREZ

LA VERGÜENZA

¡Buenos días!

Cuentos, los que os vamos a contar nosotros ahora. ¡Nadie se ha parado a pensar, la vergüenza que pasamos nosotros a la hora de hacer los monólogos! Yo soy muy vergonzosa y me dieron un consejo: - Cuando hables en público y tengas vergüenza, piensa que los demás están desnudos y pierdes la vergüenza.

Pues a mí ese método no me funciona. Vamos, que si pienso que los demás están en pelotas, en vez de quitarte la vergüenza, te empiezas a reír y no paras.

Nunca os ha pasado la típica situación de que estás en un hotel y dices: - La llave de la habitación 61 por favor. Vas a la habitación, metes la llave, y la puerta no se abre. Empiezas a gritar: - ¡Mamáaa!, ¡abre la puerta! - ¡Papáaa!, ¡que estoy aquí!

Lo intentas y nadie abre, hasta que un tío feo en calzoncillos con cara de dormido te abre la puerta y te dice: - ¿Qué quieres? Tú con mucha vergüenza le dices: - ¡Perdón!, ¡me he confundido! También, está la típica situación que estás con tus amigas y viene un turista francés. Os empieza a hablar, hasta que le dices: - ¡Perdón, pero no sabemos francés!

Claro, que él tampoco entiende español.

En fin, un lío. Él lo intenta con gestos, voces... pero no nos entendemos. Hasta que el francés harto de nosotras, se marcha. La última situación es cuando tienes que hablar en público. Estás nerviosísima y solo piensas en lo que tienes que decir. Para subir al escenario tienes cuadro escaleras, cuatro escaleras misteriosas. Es tu turno, y justo cuando empiezas a subir la primera escalera... ¡tamapaaa!... te caes de morros.

En ese mismo instante piensas. ¡¡¡TIERRA TRÁGAME!!!

Por MIREN MARTÍN

LAS REBAJAS

¡Hola! Yo soy un segurata y he venido aquí a hablaros sobre las ¡rebajas! Hay varios tipos de rebajas, primero están las de las tallas grandes. Esas son las peores. Y lo peor de este tipo de rebajas viene cuando se abre la tienda. ¡Eso no son personas! ¡Eso es como una manada de bueyes desesperados por comprar ropa más barata que de costumbre! Después, están las rebajas de la gente mayor. ¡Este tipo de rebajas es el peor! Es que las viejas vienen en grupos para robar grandes cantidades, y eso sin contar cuando traen sillas de ruedas para guardar las cosas grandes. El otro día, ya harto, le dije a una de ellas que a ver que llevaba en la silla de ruedas, que me lo enseñara, o si no la detendría. Bueno, que me lo enseña y... ¡Un vestido, unos pantalones y unas bragas! Le digo: - Señora, deje eso en su sitio o la detengo. Y ella... con todo el morro del mundo, va y me dice: - ¡Uy, se me habrá debido de caer dentro, y no me he dado cuenta! Por último, están las rebajas de los niños, que parece que son las más tranquilas, pero claro, ¿los niños con quién vienen? Con las madres y ellas aprovechando, utilizan a los niños como sacos para robarnos cosas. Bueno, me voy que... mientras os cuento esto, me vacían la tienda.

Por GONZALO TAMAYO

LOS PROBLEMAS DEL COLE

Los problemas empiezan cuando te tienes que ir a la cama, pero te da una pereza tremenda porque estás viendo la tele y encima tienes el culo pegado al sofá. El segundo problema es que cuando suena el despertador “tiririri”, “tiririri”, “tiririri”, lo aplazas cinco minutos. Suena otra vez, y otros cinco minutos... Así todo el rato hasta que en un momento dado te das cuenta de que solo tienes seis minutos para hacerlo todo.

Te vistes fatal, te peinas fatal, no desayunas, no te llevas el almuerzo, y sales corriendo de casa. Mientras sales de casa recuerdas que tu madre te dijo el día anterior, que te llevaras llaves porque igual ella no estaba. Y dices:

- ¿Ahora como voy entrar? Y sales corriendo de casa. De repente, ves el bus que se va ante tus narices. Corres pero no llegas a cogerlo, y vas andando al colegio.El problema es que siempre te encuentras el semáforo en rojo. Notas que te suena la tripa, pero no tienes nada para comer, se pone el semáforo en verde y sigues corriendo.

Llegas al colegio, entras en clase y ves a la profesora de matemáticas que te pregunta por qué has llegado tarde. Tú le contestas que ha sido porque te has despertado tarde, y… - ¡Escusas! ¿Has traído justificante para que me crea eso? Y tú le dices que no has traído justificante, porque tus padres no estaban. Te sientas en el pupitre, de repente suena el timbre y se va la profesora de matemáticas y detrás viene la profesora de Gizarte. - ¿Habéis hecho los deberes? Pasa por todas las mesas y cuando llega a donde ti, tú le das la típica escusa. Que se te ha olvidado el cuaderno… Ella lo apunta. La clase se te hace eterna, y la tripa no para de rugir. ¡Por fin suena el timbre! Este mismo ritual se repite en cada una de las clases. Proceso eterno que parece no acabar nunca.

Al final, después de mucho sufrir, puedes marcharte. Llegas a casa, llamas al timbre… ¡pero no hay nadie! Tu hermana te dice que saques las llaves.

Tú haces como que miras en la mochila, abres cremalleras, pero nada. Tu hermana no es tonta y sabe perfectamente que has olvidado las llaves, y estás haciendo teatro. Te lo ha preguntado sólo para chincharte. Al rato llega tu madre. Tu hermana corre a chivarse. Tu madre te llama y te dice: - ¡Pero Nerea! ¡Cómo te puedes olvidar las llaves! ¡Qué cabeza tienes! ¡Un día para olvidar!

Por NEREA TEJADA

LAS HERMANAS PESADAS Yo tengo una hermana de unos catorce años, y es un poco plasta. Yo diría muy plasta. Que si déjame dinero que ya no me queda… En el baño con las planchas del pelo… Ella siempre tiene que ser la primera en todo. Encima se encierra y no hay quien la saque. Es como un perro guardián. ¡Cuando se mete en la ducha la que arma! ¿Cuánto tiempo estará? ¿Media hora? ¿Una hora? ¡Increíble! Y yo por su culpa tarde, siempre deprisa. Encima, si luego le dices: - Ana, ¡tonta! ¡No estés tanto en la ducha! No me queda tiempo para ducharme. Ella me dice tan pancha:

- ¡Claro! ¡Claro! Luego otra historia es la del móvil. Le hablas y ella ni caso, sigue con la black berry. Le vuelvo a hablar y hablar, hasta que le grito:

- ¡Es que pareces sorda! Ni caso. Ahí sigue hasta que le pego una cheta y le digo:

- ¡Vete a GAES! ¡Sorda! Ella siempre, pero siempre, me dice:

- ¡AY chica, déjame en paz! – Y me eha de su cuarto. Luego está el ordenador. Vale, en eso todos nos quedamos embobados, pero lo de mi hermana es increíble. Le pasas la mano por delante de la cara, y nada. No reacciona. Puedes decirle, “Ana eres mongola”, y nada. Es cómo hablar a la pared. Esos momentos son los mejores del día. Luego, cuando se da cuenta, ya la has fastidiado. Entonces te paras a pensar lo tonta que es, y dices “ESTA NIÑA NO TIENE REMEDIO”

Por MARÍA OROZCO

EL MÉDICO

¿Alguna vez habeís tenido algun dolor? Seguro que sí. ¿Y que viene despúes de la palabra dolor? ¡Médico! Cuando escuchas esa palabra pareze que se te quita el dolor, pero no os engañeis, es sólo momentaneo. Llamas y te dicen: - ¡Bueno! Pues ven el sábado a las ocho de la mañana. ¡Vale! Y tú te quedas como… ¡Pero que dices niño! ¿No me basta con madrugar a las siete de la mañana todos los días o qué? Llegas allí y todo son palabras bonitas. ¿Qué tal? ¿Cómo estas? ¿Qué te duele?... Hasta que te meten un palo hasta la garganta y te entran unas ganas de potar delante del tío, ¡que vamos! Y bueno, por último, lo que mas rábia me da del médico es que cada vez que voy por lo que sea me dice: - Tomate un ibuprofeno cada cuatro horas ¿Vale? En resumen, vamos, que he ido para ¡¡naadaaa!!!! ¡Gracias!

Por MAIDER SANCHEZ

LAS PIJAS

¿Quién aguanta a las pijas? ¡Yo por lo menos, no! Vamos a ver... Entre que empiezan, ¡Ayer me fui de tiendas y me cogí unos tacones de 12cm, que costaban 153€! ¡Y encima de marca! ¡O sea! ... Y tú como no te enteras de nada, te quedas como que... ¡Pues vale! ¡A quién le importa! Te vas al Mercal Calzados y te coges los mismos tacones por 20 euros, y si quieres una camiseta, te vas a Zara que te cuesta 5 euros. Les dices eso y te dicen que no, que se tienen que comprar ropa cara de marca porque si no, se mueren. Mirar, el día pasado, me fui con mi amiga de compras y le dije que se comprase una camiseta preciosa. Y ella dijo que no, porque era muy barata.

Y para acabar, nunca falata la típica pija rica consentida, con el bolso rosa y dentro del bolso un chiuhahua con complementos rosas. Me voy, que ya no aguanto.

Por GARAZI SORZABALBERE

LAS BRONCAS QUE NOS ECHAN LAS MADRES

Esas veces que estás viendo la tele y no te enteras de nada. Y de repente, se oye un grito tremendo diciendo:

- ¡SELENAAAAAAAAAAAA! ¡Claro! ¡Cómo no! Pego un salto, y salgo corriendo. Y es mi madre que me está llamando, porque al llegar del cole, dejé la chaqueta y los zapatos tirados en la mitad del salón. Y ahí está, echándome la bronca como media hora. Luego termina, nos sentamos en el sofá y tengo tan mala suerte, que justamente están dando un programa de un crío que hace exactamente lo mismo que yo. ¡Claro! Yo en silencio, me piro caminando rápido. Me meto en mi cuarto y digo en voz muy baja: - ¡Mierda! De la que me he librado.

Por SELENA PEREA

DESVENTAJAS DE TENER HERMANAS

¡Odio a mi hermana! ¡Siempre igual! Seguramente muchos de vosotros tendréis hermanas o hermanos, pero para los que no los tengáis, os voy a explicar la movida esta de tenerlos. Hay desventajas de ser la pequeña. Por ejemplo, tú siempre que estás con alguna cosa, ella te dice que se lo des, porque ella es la mayor. Otra situación muy frecuente que ocurre es con la batería del ordenador, que se le acaba, y ¡cómo no!, siempre me pide que le traiga el cargador. Claro que yo ya estoy harta, y me enfrento. Le llevo la contraria, y me persigue corriendo por toda la casa. Entonces yo me escapo y me escondo debajo de la cama. Eso sí, con protección por si acaso. Cojo un Boli, y una zapatilla o lo primero que pille por casa. Después de cinco minutos de búsqueda, da conmigo. Cuando te encuentra, tu le tiras el boli, le pegas con la zapatilla, pero claro, ella entonces te tira del pelo tan, tan fuerte, que....¡UIBA! ¡Un mechón de tu pelo en sus manos! Bueno, estas son algunas de las desventajas de ser la pequeña y tener hermanas abusonas. Pero también hay desventajas de ser la mayor. Por ejemplo, cuando yo le digo a mi madre que ella me ha hecho algo. Me lo invento con la intención de fastidiarla, y la bronca se la lleva sí, o sí. ¡NI ME IMAGINO LO QUE LE ESPERA AL HERMANO MEDIANO!....

Por ENARA MICHEO

¡Y ESTO HA SIDO TODO!

Marzo del 2012