SÓLO AL SEÑOR ADORARÁS

3º a 6º de Primaria

Dios está aquíDios está aquí.Tan cierto como el aire que respiro.

Tan cierto como la mañana se levanta.

Tan cierto como que este canto

lo puedes oír.

Las tentaciones de JesúsEntonces Jesús, movido por el Espíritu, se retiró al desierto para ser tentado por el Diablo. Guardó un ayuno de cuarenta días con sus noches y al final sintió hambre. Se acercó el Tentador y le dijo: —Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.Él contestó: —Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

Luego el Diablo se lo llevó a la Ciudad Santa, lo colocó en el alero del templo y le dijo:—Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, pues está escrito: Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti; te llevarán en sus palmas para que tu pie no tropiece en la piedra.Jesús respondió: —También está escrito: No pondrás a prueba al Señor, tu Dios.

De nuevo se lo llevó el Diablo a una montaña altísima y le mostró todos los reinos del mundo en su esplendor, y le dijo: —Todo esto te lo daré si postrado me rindes homenaje.Entonces Jesús le replicó: —¡Aléjate, Satanás! Que está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, a él sólo darás culto.Al punto lo dejó el Diablo y unos ángeles vinieron a servirle.

Mateo 4

Las tentaciones de JesúsConvertir las piedras en pan

Usar mis cualidades y talentos en beneficio propio, pero sin que esto sirva para ayudar a los demás.

Las tentaciones de JesúsPostrarse ante el Diablo y rendirle homenaje

Querer mandar a todos y que todos hagan lo que yo quiero tanto en casa, como en el colegio, con los amigos, en el deporte, la catequesis…

Las tentaciones de JesúsTirarse del alero del Templo de la Ciudad Santa

Aparentar delante de los demás mi poder y mi prestigio, que todos vean lo que soy capaz de hacer.

En esta Cuaresma queremos…Ser capaces de privarnos de cosas que nos gustan mucho y a las que normalmente no sabemos decir que no.

Compartir con aquellos que no tienen aquello de lo que yo puedo prescindir.

Encontrar más ratos para escuchar a Jesús a solas y compartir con Él mis alegrías y preocupaciones.

Ayudar a todos aquellos que lo necesiten.

Poner mis cualidades y talentos al servicio de todos.

Ser una persona sencilla que no alardea ni presume delante de los demás.

No buscar a toda costa ser el primero ni el mejor, sino dejar que otros también puedan serlo.

Tratar de obedecer más que mandar y escuchar más que hablar.

Conviértete

y cree en el Evangelio