microrrelatos de 6ºa

Microrrelatos de 6ºA

Curso 2012/2013

Microrrelato 1

Yo veo en el camino del colegio a mi casa una hermosa ciudad.

Pensé que antes esta ciudad no era así. Las calles eran todas de tierra, no

había carreteras como las de ahora. Las personas no tenían coches, iban de

un lugar a otro caminando o en burro. No existían aparatos tan avanzados.

Los niños jugaban tranquilamente en las calles. ¿Se divertirían mucho

jugando en las calles? Yo creo que sí, a mí me encantaría. ¿Cómo sería mi

vida en esas circunstancias?

Autor: María Menacho Hernández.

Microrrelato 2

Saltar, saltar, saltar es lo que me gusta más. No paso ningún día sin

saltar. También corro y juego entre las piernas de mi dueño. Pero cuando

salgo más y hago todas estas cosas es cuando no hay sol y por las noches o

en un día nublado. Soy un conejo inofensivo y juguetón. Como sano y

tengo mucho pelo. Siempre pienso que me gustaría hacer cosas distintas

como: salir cuando hace sol, no tener tanto pelo, ser más tranquilo. Lo que

me encantaría sería ser por un día una persona. ¿Cómo sería?


Microrrelato 3

Era ya de madrugada. Tal vez ella no supiera de qué estaba hablando.

Creo que se lo explicaré porque no sé qué hacer. Bueno conciencia, he

suspendido un examen y no sé si decírselo a mis padres. La conciencia le

dijo que creía que se lo tenía que decir a sus padres. Pero ella respondió: no

quiero. No se lo voy a decir. Me voy a la cama. Su conciencia, mientras

descansaba, le susurraba: díselo, díselo, díselo. ¿Qué hará la niña, cambiará

de opinión?


Microrrelato 4

Estoy volviendo a casa después de la entrega de notas. Y un rico olor

a pan llega hasta mi nariz, y pienso: me podría comer un bocadillo. Miro

en mi bolsillo y veo que me quedan 50 céntimos, entro en la panadería,

pero… Un hombre extraño me está mirando. No sé qué hacer, estoy muy

confusa.

Autora: Raquel Benítez Pérez.

Microrrelato 5

Hablaba, hablaba, hablaba y hablaba, siempre estaba hablando. Si no

era de una cosa, era de otra y si no de otra, hablaba en el baño, en el

salón… No sé cómo podía hablar tanto. Y un día muda se quedó y por fin

el silencio volvió a casa.

Autora: Raquel Benítez Pérez.

Microrrelato 6

No era lo que parecía, no, era aún mas impresionante, un lugar

solitario, donde solo había una casa, allí vivían un señor, una señora y sus

dos hijas.

Cuando salían los cuatro de la casa, sus objetos cobraban vida, la

cámara iba sacando fotos, la televisión informaba del tiempo a las sillas, y

los libros se leían unos a otros…, además había una fotografía en la que

estaba toda la familia, salían de la imagen y caminaban por toda la casa,

pero cuando llegaba la familia , todo, pero todo, estaba como antes.

Autora: Susana Silva Garrido

Microrrelato 7

Yo soy un caballo, cada mañana galopo por las praderas en busca de mis

amigos, por el camino voy comiendo cada planta que encuentro. Al llegar a

mi establo, mi dueño cepilla mi cabello negro azabache. Mis ojos son

brillantes, mis orejas puntiagudas, y mis patas largas y potentes. No quiero

presumir pero creo que soy muy guapo, alto y esbelto, aunque todos los

días hago lo mismo, me levanto, corro y sigo corriendo, como, corro más

aún y me duermo, ya que quiero llegar a ser un campeón de carreras.


Microrrelato 8

Ella era muy guapa, lista y esbelta, todo era fácil para ella, era…”La

conciencia”, ordena, piensa por su dueña, le ayuda…, hasta que un día,

cuando era ya de madrugada, tenía que ordenar que durmiera, aunque, tal

vez ella no supiera, también a despertarse, aunque tal vez ella no supiera, o

quizás a comer, aunque tal vez ella no supiera, no lo sé…, pero lo que sí sé

es, que a pesar de todo, siempre estarán juntas ya que la niña se moriría y

no tendría escapatoria.


Microrrelato 9

Me habría encantado poder haber estado con delfines, peces, ballenas

pero no fue así, me reencarné en cucaracha, ese insecto asqueroso, feo,

viscoso, sin vida social.

Me hice amigo de un gran piojo que me llevó de cabeza en cabeza

hasta el pulmón del mundo, Brasil, al río Amazonas.

Me entró el arrebato arriesgándome la vida, de entrar en el río para

saber si las cucarachas éramos resistentes al agua. Me adentré y…

Autor: Jorge Canino Cruz

Microrrelato 10

Sueño que soy un gato, me tiro al jardín, y de vez en cuando me dejo

rascar detrás de la oreja. Como pescado y duermo toda la tarde sobre una

alfombra persa. Cuando mis dueños duermen, me escapo con mis amigos y

recorremos el barrio en busca de comida, cenamos de las basuras del

barrio, no es lo que parece pero admito que una o dos veces lo hago. Por la

noche trepo los tejados y contemplo la luna. Más tarde me acuesto en la

alfombra otra vez y hasta mañana que me verán mis dueños aquí como si

no hubiera pasado nada. Pero lo que más me gusta de ser gato es que tengo

siete vidas, siete vidas para disfrutarlas.

Autor: Miguel Santana García

Microrrelato 11

Sueño que soy un perro. Como, pienso y duermo todas las tardes

delante de la puerta. Vigilo la casa. Por las mañanas me hago el simpático

para que me den comida. Siempre he pensado cómo me puedo rascar.

Juego con mis dueños a la pelota, soy muy bueno sabiendo que veo en

blanco y negro. Soy el mejor amigo del hombre. Me doy un paseo por el

parque con mis amigos los perros callejeros. A pesar de que desciendo del

lobo, no me gustaría vivir salvajemente. Me encanta ser perro y no lo

cambiaría por nada en el mundo.


Microrrelato 12

Era ya de madrugada. Tal vez ella no supiera por qué tienen que

comprar los perros en vez de adoptarlos. También se preguntaba sobre

esos animales que aún no hemos visto o conocido, se preguntaba que cómo

puede existir un solo mundo con vida humana. Ella se preguntaba muchas

cosas de las que nadie podría saber. Se preguntarán quién es ella, ella es la

conciencia que es el ser de las personas.


Microrrelato 13

No era lo que parecía, pero los insectos se habían revolucionado, se

hicieron grandes y pesados, perseguían y molestaban a la gente, también a

mí. Yo me asusté corrí hacía mi habitación y cerré la puerta con llave.

Estuve pensando y...! Imposible ¡ ! No tienen poder sobre mí ¡

Autor: Raúl Ramírez Rodríguez

Microrrelato 14

Era ya de madrugada. Tal vez ella no supiera que somos gemelos o

hermanos, pero tendrá que saberlo, es… mi conciencia. Ella tiene que

saberlo todo, hasta el más pequeño detalle en los confines de La Tierra. No

sé si está en mi cabeza o en mi estómago, ¿y si está en mi cerebro…? No lo

sé. ¿Cómo sería mi conciencia? ¿Qué sabría de mí? ¡Ah¡ Tantas preguntas

y ninguna respuesta, al final me voy a volver loco.

Autor: Raúl Ramírez Rodríguez

Microrrelato 15

Hablaba, hablaba, hablaba, hablaba, hablaba, hablaba… Tanto que

no paraba ni para tragar saliva, se le secó la garganta, se hinchó y empezó a

toser como una enferma, luego comenzó a carraspear y de su boca salió la

letra A.

La A dijo que estaba harta de tanto trabajar, salió por la puerta, la

señora nunca más pudo pronunciar la A, lo último que me dijo fue… ,

“¿dónde est…?, ¿qué h psdo?

Autora: Raquel Tejera Hernández.

Microrrelato 16

No era lo que parecía, todo era mucho mejor, mi vida había

cambiado por completo, ya no era una niña pequeña, estaba más cerca de

conseguir mis sueños y hacerme mayor, hice nuevos amigos y descubrí un

nuevo ámbito de vida. Despertarme más temprano…, salir más tarde…, y

trabajar más, era la parte menos entusiasmante, pero aún así seguía siendo

un momento único, ¡me iba al instituto! ¿En qué clase me tocará? ¿Cuántos

alumnos habrá? ¿A cuántas personas conoceré? Todo eran incógnitas en

aquel momento.


Microrrelato 17

Cambio de cuerpo a u ser parecido a mí en cuanto a características, la

única diferencia es el tamaño. Me gusta mandar, mandar y mandar, sobre

todo a mis descendientes, haz esto, haz lo otro… Creo que me podría

acostumbrar a ser madre.

Tengo hambre…, mam…, tendré que hacer la comida, ¡pi, pi, pi,

pi…! También sacaré la secadora, -¡mamá… una cucaracha! Y mataré a la

cucaracha, uf… ¡Qué cansancio! No quiero ser madre aún, quiero ser yo

misma, creo que es lo mejor del mundo.


Microrrelato 18

Era ya de madrugada. Tal vez ella no supiera que me entristecía y

que me comía de dentro a fuera como un agujero negro, pues esa persona

me llevaba persiguiendo desde que nací; me observa fijamente y examina

mis errores una y otra vez; sin embargo, no tiene ojos, oye lo que pienso y

digo, pero no tiene oídos ni telepatía, me dice lo que está mal y lo que he de

hacer, aunque no tenga boca. Se esconde en mi cabeza. Ella es mi

conciencia.


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