2014

Método Comparativo

Reseña del texto de: Colino, César (2004), "Método Comparativo”.Victoria Valdivia

Cristian Parker. Victoria Valdivia.

Método Comparativo

Colino, César (2004), "Método Comparativo", en Román Reyes (Dir): Diccionario Crítico de Ciencias

Sociales, Pub. Electrónica, Universidad Complutense, Madrid 2004

http://www.ucm.es/info/eurotheo/diccionario

Reseña por: Victoria Valdivia.

El ser humano, desde su nacimiento, está expuesto a estímulos: símbolos que provienen de

su entorno y van dándole información respecto a su origen, posición y finalidad en el

sistema dentro del cual se circunscribe: es entonces que desde su aparición en el mundo, el

hombre adquiere todo tipo de información y construye su realidad a partir de la

observación.

Sin embargo, la observación como proceso de conocimiento no se basta así misma, precisa

de otras etapas de la construcción gnóstica a fin de generar razonamientos complejos y con

capacidad explicativa ampliada para que den cuenta de una realidad en común, pues es en

el lugar común donde la sociabilización se produce. En otras palabras el hombre necesita

observar y aprehender su realidad para poder construir en sociedad desde la base del

consenso.

Se menciona pretéritamente que todo parte a raíz de la observación; el infante es capaz de

observar el rostro de los padres antes de descubrir su propio ser y es justo que de ésta forma

sea, pues al adquirir la categoría de las características fisonómicas y psicológicas de sus

familiares más cercanos, al enfrentarse así mismo, se reduce en el infante la disonancia

cognoscitiva y puede asociarse efectivamente con su grupo familiar: se reconoce como uno

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de ellos por cuanto es semejante y comparte ciertas características con dicho grupo

humano. Ej.: color de ojos, forma de cara, cantidad de extremidades, etc.

Sin siquiera conocer el proceso que lleva a cabo, el ser humano desde su inicio es capaz de

construir categorías para clasificar las cosas y por medio de la comparación definir su

naturaleza. Sabemos que una manzana no es un animal porque no tiene signos vitales, sino

que es una fruta por cuanto es alimento producido por seres del reino vegetal, de sabor

dulce y que sirve de alimento.

Comparar es el ejercicio primario para poder desarrollar el método comparativo, el cual

según Colino es “una de las dos tradiciones o estrategias de investigación de la ciencia

social comparativa: una histórico-cualitativa y otra cuantitativa o estadística”. Esta génesis

mixta del método comparativo le da la flexibilidad precisa para aplicarlo en las áreas del

conocimiento humano, que para fines de este trabajo, representa primariamente a las

humanidades y en particular a las ciencias sociales.

Es un método porque tiene una forma de aplicarse, ordenada y sistemáticamente; con

prerrequisitos y etapas. En éste sentido se aproxima mayormente al método científico y su

rigurosidad también aspira a la comprobación empírica del estudio. Mas aquí no se detiene

y en su dimensión cualitativa rescata las peculiaridades del objeto de estudio; esto por

medio de la acción directa del investigador, quien definirá las categorías en base a las

cuales comparará. Esta actividad debería conducir el razonamiento hacia el estudio de caso.

Colino, en su trabajo, señala que el método comparado presenta también dificultades y

precisamente una de ellas sería el tratar de comparar lo no comparable. Este error suele

suceder en investigaciones que han tenido un desempeño poco acucioso o con falta de rigor

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investigativo, pues se ha descuidado la construcción de las categorías, observando

particularidades o generalidades; tendiendo hacia los extremos en la escala de abstracción y

de ésta forma creando categorías muy pequeñas (que no pueden contener más de una

variable) o categorías muy extensas (que contienen a todas las variables), por lo cual el

comparar no se podría dar bajo ningún requisito.

Otro error común entorno al método comparado, ligado hacia la cientificidad de éste, está

en la desconfianza del investigador respecto a su propia observación; esto quiere decir que

en la medida que el investigador se obsesione con la empiricidad de cada categoría que

construye, su labor será estéril. Ello porque necesariamente el investigador ha de saber y

conocer sus limitaciones humanas: no se puede abstraer del sesgo de pertenencia; siempre

hablará desde un lugar del mundo respecto a su objeto de investigación. El investigador no

ha de esforzarse por demostrar que no hay sesgo de investigación en su construcción de

categorías, sino que debe colocar el esfuerzo en el tratar de describir todo aquello que ve;

no omitir voluntariamente características de las variables, sino que ser imparcial respecto a

sus creencias entorno a la relevancia de dichas características.

Finalmente, en términos de Colino, es recomendable recurrir a todas las técnicas

investigativas en la creación de un documento que pretenda tener carácter científico; a

pesar de las conveniencias del método comparativo, ha de triangular los procedimientos

con distintos grados en la escala de cientificidad, a fin de que el resultado de la

investigación sea lo más próximo a la realidad que observa.

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Apreciaciones Finales.

Con todo, el ejercicio del método comparativo ha de resultar de aprendizaje más rápido

para el investigador, debido a que parte de un ejercicio que todos los seres humanos

realizamos desde nuestro nacimiento: comparar. El aprender a comparar, no debería

resultar menos motivante que el aprender a expresarse correctamente mediante el uso de la

lengua; ello puesto que una comparación bien ejecutada iluminará aquellos sectores grises

del conocimiento, bajo los cuales el entendimiento no puede darse debido a la falta de

entendimiento entre apreciaciones de mundo diferentes.

Las dificultades que presenta el método comparativo en su aplicación, son solucionables en

la medida de que el investigador realice su función en observancia al rigor que debería

existir en la labor sea cual sea el método que elija para llevar a cabo la misión. En términos

de escala de abstracción, el método comparativo ofrece la ventaja de resultar

convenientemente explicativo para nóumenos de corta y mediana data; nos ofrece, a la vez,

la posibilidad de comparar desarrollos fenomenológicos que se han suscitado en distintos

espacios-tiempos y/o en distintos lugares, guardando siempre la preocupación de construir

las categorías suficientes a fin de que efectivamente puedan ser comparados.

Finalmente, el método comparativo, devuelve al investigador su libertad primigenia de

poder estudiar aquello que desea estudiar, siguiendo su instinto investigativo y sin que su

foco sea el convencer a otras disciplinas de la certeza de sus investigaciones.

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