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LA GÁVEA (Memoria de rotación en Río de Janeiro, Brasil) por Roberto Sánchez, médico de familia español [email protected] Brasil es un país continental, dicen esas frases que se repiten como un mantra y que ya no se sabe si pertenecen a uno o al imaginario popular. Cuando te dicen que Brasil es un país continental no se sabe si eso es bueno o malo. Los países grandes parecieran más difíciles de gobernar. En ocasiones, la extensión territorial no suele constituir una fortaleza, sino por contradictorio que pudiera parecer una debilidad. A la variable extensión hay que sumarle la variable población. Todo el mundo dice que los países nórdicos son un éxito en el modelo de gestión porque están poco poblados. Yo creo que no es sólo eso, evidentemente. En el caso de Brasil sucede un fenómeno bien conocido en Latinoamérica y en los países con bajos índices de desarrollo humano: la concentración urbana. El capitalismo en versión dura y el pasado colonial han generado monstruos ingobernables llamados ciudades, a expensas de un importante éxodo rural. La gran asimetría entre las capitales y el resto del territorio que tiene lugar en países como Argentina o Brasil se relaciona con un pasado colonial donde lo que interesaba era una ciudad portuaria fuerte que abasteciera y satisficiera las necesidades de la metrópoli. ¿A quién carajo le importaba en Europa lo que sucedía en Manaus? Por ejemplo, las líneas ferroviarias en algunos países latinoamericanos se construyeron no pensando en la circulación de las personas por el territorio nacional sino pensando en el transporte de materias primas para darle salida al mar hacia los territorios europeos. En ocasiones eran incluso empresas europeas las que se encargaban de equipar las líneas. Esta asimetría es una realidad social y administrativa y tiende a concentrar todos los recursos en una ciudad megalómana e invivible donde no hay ningún problema en que haya no oportunidades para todos, y donde además, no se toman en consideración políticas que generen tales oportunidades. Así pues, tenemos a un buen número de excluidos viviendo hacinados en las favelas, villas miserias, conurbanos, etc…. Dicen los marxistas que la alternativa a este modelo son unos núcleos poblacionales de transición entre el campo y la naturaleza, a medio camino entre ambos. También es cierto que en los países más desarrollados y con un reparto más justo de la riqueza esta transición se resuelve de otra manera, y es posible vivir con más o menos facilidades fuera de las grandes ciudades. La asimetría entre la capital o ciudad grande y el resto del territorio provoca que prestar los servicios sea más difícil y caro. Y eso trae como consecuencia que el

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Page 1: Memoria dr. roberto sánchez

LA GÁVEA

(Memoria de rotación en Río de Janeiro, Brasil)

por Roberto Sánchez, médico de familia español

[email protected]

Brasil es un país continental, dicen esas frases que se repiten como un mantra y

que ya no se sabe si pertenecen a uno o al imaginario popular. Cuando te dicen que

Brasil es un país continental no se sabe si eso es bueno o malo. Los países grandes

parecieran más difíciles de gobernar. En ocasiones, la extensión territorial no suele

constituir una fortaleza, sino por contradictorio que pudiera parecer una debilidad.

A la variable extensión hay que sumarle la variable población. Todo el mundo dice

que los países nórdicos son un éxito en el modelo de gestión porque están poco

poblados. Yo creo que no es sólo eso, evidentemente. En el caso de Brasil sucede un

fenómeno bien conocido en Latinoamérica y en los países con bajos índices de

desarrollo humano: la concentración urbana. El capitalismo en versión dura y el

pasado colonial han generado monstruos ingobernables llamados ciudades, a

expensas de un importante éxodo rural. La gran asimetría entre las capitales y el

resto del territorio que tiene lugar en países como Argentina o Brasil se relaciona

con un pasado colonial donde lo que interesaba era una ciudad portuaria fuerte

que abasteciera y satisficiera las necesidades de la metrópoli. ¿A quién carajo le

importaba en Europa lo que sucedía en Manaus? Por ejemplo, las líneas

ferroviarias en algunos países latinoamericanos se construyeron no pensando en la

circulación de las personas por el territorio nacional sino pensando en el

transporte de materias primas para darle salida al mar hacia los territorios

europeos. En ocasiones eran incluso empresas europeas las que se encargaban de

equipar las líneas.

Esta asimetría es una realidad social y administrativa y tiende a concentrar todos

los recursos en una ciudad megalómana e invivible donde no hay ningún problema

en que haya no oportunidades para todos, y donde además, no se toman en

consideración políticas que generen tales oportunidades. Así pues, tenemos a un

buen número de excluidos viviendo hacinados en las favelas, villas miserias,

conurbanos, etc…. Dicen los marxistas que la alternativa a este modelo son unos

núcleos poblacionales de transición entre el campo y la naturaleza, a medio camino

entre ambos. También es cierto que en los países más desarrollados y con un

reparto más justo de la riqueza esta transición se resuelve de otra manera, y es

posible vivir con más o menos facilidades fuera de las grandes ciudades.

La asimetría entre la capital o ciudad grande y el resto del territorio provoca que

prestar los servicios sea más difícil y caro. Y eso trae como consecuencia que el

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papel del Estado sea muy débil o casi inexistente, lo que provoca finalmente

problemas de articulación territorial.

Este fenómeno tiene su mejor ejemplo en la distribución de los médicos por el

territorio. La “libertad” y la “orientación al mercado” de todos los sistemas

sanitarios latinoamericanos conlleva una fuerte concentración de profesionales en

las capitales y un abandono de territorios alejados, con lo que se lesiona

fuertemente el principio de equidad (no todos los habitantes del país tienen por

igual derecho a la protección de la salud, ya que en territorios alejados los servicios

sanitarios se están prestando de manera subóptima).

En Brasil por tanto, las primeras problemáticas con las que nos enfrentamos

emergen simplemente de estudiar la demografía, tan importante siempre.

La segunda problemática así fácilmente identificable en Brasil y en Latinoamérica

en general es la desigualdad. No hay más que tener ojos en la cara para darse

cuenta de eso. Se corre el riesgo de convertir el debate, en este caso, de la

desigualdad en Brasil en un asunto de los brasileños, cuando es un problema del

modelo global. Esto no es una disculpa ni mucho menos, sino una realidad que nos

ayuda a enfocar el problema adecuadamente.

De todo esto bebe el sistema sanitario, que no es más, como bien es conocido, que

un trasunto político, social, administrativo y cultural del país.

La división de la sociedad en claras clases sociales “salta” al sistema sanitario y por

esa razón se construye un sistema sanitario para los ricos y otros para los pobres.

Este modelo es poco interesante para todos, ya que no hace otra cosa que

profundizar más en la desigualdad (los barrotes y los porteros físicos 24 horas en

las casas de la Zona Sul (rica) de Río de Janeiro son un ultrafiltrado de esta

realidad). La clase alta recibe una atención sanitaria cara y iatrogénica como la que

más y la poca articulación interna del sistema resulta muy poco eficiente.

El “egoísmo solidario” de los ricos para contribuir con la construcción de un

sistema sanitario equitativo y así disminuir la desigualdad (y así aumentar la

seguridad) y garantizar la salubridad (ausencia de enfermedades infecciosas, por

ejemplo) se queda a medio camino en Brasil y en otros países latinoamericanos.

En realidad en ningún país latinoamericano se han puesto en marcha mecanismos

decididos para terminar con este sistema dual. Esta realidad nos puede servir

como termómetro para evaluar las reformas que se están poniendo en marcha allá,

quizá no tan profundas y rápidas como pensamos algunos en Europa.

En Argentina, por ejemplo, dos fueron los intentos de unificación en las últimas

décadas, que no tenían tanto que ver con aunar el sistema de ricos con el de

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pobres, sino con el tránsito de un sistema Bismarck a uno Beveridge. Ambos

intentos resultaron un rotundo fracaso.

Dentro de los movimientos de cambio de los últimos años en los sistemas

sanitarios latinoamericanos destaca por encima de todos Brasil. Desde 2009 se

vienen haciendo movimientos decididos para reformar y mejorar el Sistema Único

de Salud. Los cambios no vienen tanto de la intención de unificar el sistema dual

sino de mejorar la atención sanitaria de la clase baja.

Aún no ignorando lo que se podía haber hecho y no se ha hecho, no vamos a caer

en el lamento y vamos a dar la importancia que tiene a lo que se está haciendo, que

es mucho.

Lo más interesante de este proceso es que se ha optado por romper con las falsas

ilusiones y promesas del sistema sanitario prorico y se está queriendo

implementar una estrategia fuerte de Atención Primaria, en la que están en la

agenda algunos puntales muy interesantes como la Prevención Cuaternaria y la

independencia de la Industria Farmacéutica.

Una cosa que me llamó rápidamente la atención es que los residentes y los tutores

usaban bolígrafos de marca Bic y no llevaban bolígrafos de publicidad de ningún

fármaco.

En este proceso hay un sitio que es, con todas las dificultades y objeciones que se le

quiera poner, un ejemplo por su empuje: Río de Janeiro.

En este lugar se ha conjugado una apuesta política decidida sostenida sobre las

decisiones técnicas de un grupo de médicos de familia jóvenes, comprometidos y

valiosos. A su vez este proceso ha sido apoyado por un “seguro” de que las cosas

tenían que salir bien e iban a salir bien; se trata de la Sociedad Brasileña de

Medicina Familiar y Comunitaria. Una asociación profesional como la que muchos

soñamos en España para la Medicina Familiar y de la que lamentablemente

estamos muy lejos, por una parte del modo de funcionar de las nuestras.

En la experiencia carioca (gentilicio de los habitantes de Río) se combina la

constitución un corpus teórico sólido y claro (definición de cartera de servicios y

de competencias del residente) y la puesta en marcha de algunos elementos

básicos de la Atención Primaria clásica, como la territorialización, es decir, el

equipo de Atención Primaria referencia para una Zona Básica de Salud o su

equivalente. También se han hecho convivir en la reforma acertadamente

elementos del mapa que ya estaban bien constituidos, como los Agentes de Salud,

que son claves en el funcionamiento del sistema brasileño y del latinoamericano en

general.

Page 4: Memoria dr. roberto sánchez

Se han añadido algunas prestaciones que bien sorprenderían en España, como

unos servicios de salud bucodental públicos insólitos en comparación con los de

los sistemas sanitarios europeos.

Se han construido unas buenas infraestructuras. Por más que algunos trabajadores

se quejen de que algún Centro de Salud es prefabricado a base de pladur, son unos

lugares lindos para trabajar. Y con el aire acondicionado a toda hostia, como les

gusta a los cariocas jajja, símbolo de “confort”. Con jardín y plantas en el centro,

con modelo de silla del médico al lado de silla del paciente y no mesa interpuesta,

con infinidad de salas para infinidad de usos, con lugares cómodos de espera y

donde no suele haber grandes aglomeraciones, con unas serigrafías preciosas con

personas y pacientes del propio barrio, con lugares bien definidos y propios para

los distintos profesionales y distintas categorías profesionales, con unos mapas

didácticos en los que vienen especificados la geografía del barrio y en colores, los

equipos a los que pertenecen, que ayudan a crear sin quererlo una idea de

comunidad y de “orgullo de barrio”.

En la Atención Primaria de Río, entre otras cosas, se destacan por un buen manejo

de los indicadores de salud y de las mediciones. Tienen todo muy bien registrado:

cuántos familias hay, de cuántos miembros, cuántos hombres, cuántas mujeres,

cuántos diabéticos, cuántos hipertensos, cuántos niños, cuántos pacientes con tales

enfermedades infecciosas, cuántos pacientes con el tratamiento puesto… Esos

datos son públicos y todos los pacientes pueden verlos en un mural, lo que

contribuye también en mi opinión al “orgullo de barrio” y al “orgullo de Centro de

Salud”, con lo que se granjean el respeto de todos en medio de un ambiente en la

comunidad que en ocasiones está marcado por la violencia y las dificultades. En las

consultas de enfermería figuran registradas todas las familias del cupo y con un

código de colores se resaltan la existencia o no de las enfermedades infecciosas

más prevalentes, con lo que con un vistazo podemos obtener amplia información

en este sentido.

Por desgracia todos los servicios de Atención Primaria tienen la gestión

terciarizada a través de organizaciones sociales, y una empresa se encarga de la

misma, con lo que los profesionales tienen la pulsión de medir con el objetivo de

justificar la “Accountability” ante la empresa a final de año. Aun con ese déficit en

la manera de gestionar, nadie había dado tal impulso a la prestación de servicios

jamás.

Tienen en el mismo Centro algunas instalaciones para promover la participación

comunitaria, como máquinas de ejercicio físico y huertos comunitarios.

Incomprensiblemente, en un contexto de bastante rigor científico, se toleran y

hasta se promueven terapias “alternativas” como la homeopatía, la acupuntura etc.

Page 5: Memoria dr. roberto sánchez

Suele haber café gratuito para el personal. Hay agua mineral gratuita y fresca (en

medio del calor de Río puede resultar un lujo y un manjar) y vasos de plástico para

profesionales y pacientes. En bastantes centros hay una zona física que administra

una red de apoyo a la docencia e investigación que provee salas de reunión para

tales fines… con ordenadores con acceso a internet, wifi, proyector, etc… todo

nuevo y en instalaciones “bonitas”, ambiente amigable y agradable. Esta red se

llama OTICS (Observatorio de Tecnologías de Información y Comunicación en

Sistemas y Servicios de Salud).

Se utiliza un sistema informático para gestionar la historia clínica que bien se

asemeja al de España.

Los profesionales son en general comprometidos, diligentes y trabajadores. Suelen

fichar. Se le da mucha importancia a la docencia. Los residentes tienen, a parte de

sus horas de asistencia, actividades formativas obligatorias. En los Centros de

Salud hay una biblioteca más que suficiente para realizar consultas en el momento

o diferidas.

La articulación con el sistema secundario en general es mejorable, y eso que hay un

sistema de gestión de citas con el nivel hospitalario, que en ocasiones ayuda y en

otras no, aunque no es culpa del método sino de las rémoras y los lastres del

sistema.

Un problema grandísimo de los sistemas latinoamericanos en general y del

brasileño en particular es la fragmentación, la heterogeneidad.

Por un lado la territorial, que hace que por ejemplo en Río se esté apostando muy

fuerte por la Atención Primaria y en otros estados no. Eso implica que la formación

en la residencia de Medicina Familiar y Comunitaria sea buena-excelente en Río y

no así en otros estados. Pasa lo mismo con las retribuciones. La descentralización

de las competencias es buena y necesaria, pero siempre que se realice en unos

niveles de equidad e igualdad entre regiones tolerable.

Por otro lado la coordinación entre niveles se comporta con duplicidades,

asimetrías, desigualdades y absurdas luchas internas entre las competencias

municipales, “autonómicas” y estatales.

El sistema no funciona como un todo engrasado, sino como parcelitas por las que el

paciente transita, que a menudo se convierten en cortijos particulares.

Esto se manifiesta en infinidad de chiringuitos, cada uno de cada cual, que hace que

por ejemplo las rotaciones del resi de Medicina Familiar y Comunitaria sean en el

sitio que los responsables de los residentes “contratan”. Sí, tienen que pagar, y no

siempre las posibilidades que hay para formarse en algunas áreas son

satisfactorias por diferentes motivos.

Page 6: Memoria dr. roberto sánchez

La poca coordinación y la apuesta por lo privado también explica el flujo de los

estudiantes que acceden a la especialidad desde distintos programas formativos.

En Brasil (y en otros países latinoamericanos también) es posible y muy fácil

trabajar en cualquier especialidad sin haber recibido la formación específica para

tal fin.

En Brasil hay 5.000 médicos de familia con especialidad. Solamente la mitad

trabajan como médicos de familia pasando consulta, el resto están relegados a

guardias u otras actividades (realidad parecida a la española). Menos del 10% de

los médicos que trabajan como médicos de familia en Brasil tienen la residencia

hecha.

Las citas con los especialistas del hospital se dan por una especie de centralita

según oportunidad y rapidez de atención. Esto origina que la atención del paciente

se “disipe” fuera del área de referencia y que en ocasiones la supuesta ventaja de

que la cita se dé en una semana se convierte en que la cita se da en un hospital que

queda a la otra punta, con lo que el paciente la termina perdiendo, ya que no tiene

medios para ir hasta allí.

Parece que la fragmentación es un imán que seduce incomprensiblemente, y hasta

personalidades claman por la libertad de elección de Centro de Salud, el nivel

secundario tiene pretensiones de Área Única… Errores que ya se han demostrado

tales y que se encaminan a repetirse.

Como no hay mal que por bien no venga, ante la pereza o imposibilidad de

desplazamiento al nivel secundario, el paciente busca protección y atención en el

nivel primario, con lo que se refuerza finalmente el papel de la Atención Primaria.

La fragmentación provoca estragos entre los recursos humanos, y especialmente

entre los médicos.

40 años de neoliberalismo y de orientación del sistema sanitario al mercado han

creado monstruos, y los médicos brasileños son vistos como “la casta.” Y en gran

parte se han ganado ese trato, ya que flota en el ambiente la idea de que la

Medicina es para ellos no un medio, sino un fin en sí mismo, un bautismo de

oligarquía.

Eso provoca que los médicos (muchos, pero no todos) gusten de tener varios

trabajos para conseguir varios sueldos y sobresueldos, y anden de acá para allá, no

siempre cumpliendo con sus obligaciones adecuadamente en cada uno de sus

trabajos, y sobre todo en el empleo público, que es lo más grave, ya que sus

retribuciones se pagan con el esfuerzo colectivo (impuestos o partidas de los

presupuestos generales del Estado).

Page 7: Memoria dr. roberto sánchez

La renuncia de los médicos a ser millonarios es una condición indispensable para

construir un sistema sanitario público de calidad. La integración de los efectivos de

la clase baja en la clase médica también.

Esto se solucionaba muy fácilmente con una sencilla Ley de Incompatibilidades y

algunos complementos por ejercerla, sólo es una cuestión de voluntad.

Una de las quejas que se escuchan es que en Brasil en general y en Río en

particular todo funciona con demasiada dependencia de los incentivos.

En Río los puntales son la reforma de la Atención Primaria y la residencia en

Medicina Familiar y Comunitaria. A los residentes para captarlos se les ofrece muy

buenos sueldos, de 2.500 a 3.000 euros al mes al cambio. ¡Aún así algunos quieren

más y hacen guardias en otros lugares! En Brasil la residencia dura dos años.

Hay una manera de comprar sin dinero la adhesión, y es el caso de la ideología. No

se trata de ser de izquierdas o de derechas (si es que eso sigue existiendo aún),

sino de comprender que un sistema sanitario fuerte es una manera muy grande de

servir a la patria y a tu gente, y de alcanzar un compromiso moral y social que

sustituya a los Reais.

Dice Juan Carlos Monedero en una entrevista: “Dijimos que tenemos que recuperar

las emociones. Es una cosa que aprendimos de América Latina. No puedes luchar

contra la cosmovisión neoliberal, que es una promesa de consumo infinita eterna

en un supermercado inagotable… Tienes que ofrecer algo que merezca la pena. La

izquierda dice no consumas, no hagas esto, no hagas lo otro… Hace falta inventar, y

ahí las pasiones son relevantes… No es una apelación a lo irracional, como siempre

ha dicho la izquierda… La apelación a las emociones es una herramienta para

permitir que estas cosas que parecen imposibles las incorporemos. En el momento

en el que te enfrías, esas cosas no puedes ponerlas en marcha… “.

La batalla que se está librando en el sistema sanitario de Río es fundamental. Se

está intentando que bajo la intervención fuerte del Estado que organiza la

provisión de los servicios, el 100% de los cariocas tengan cobertura. Desde luego

que son ofertados para clase baja, pero también para la clase media, que por vez

primera tiene una opción que nunca antes había tenido. En algunos barrios de Río,

como Botafogo o Catete, la clase media comienza a ser usuaria del Sistema Único

de Salud, Atención Primaria incluida.

El campo de la gestión sanitaria es bien complejo porque se trata de conjugar a

distintos actores con distintos intereses, pero dos cosas tienen en común todos los

procesos que quieren la reforma y la mejora de los sistemas (públicos) de salud:

una Atención Primaria fuerte y una intervención fuerte del Estado. De su éxito está

pendiente Brasil, Latinoamérica y el mundo entero. Una victoria se convertiría de

inmediato en un ejemplo para el resto de de países limítrofes, y se contagiarían

éstos como si de una enfermedad infecciosa se tratara. Los contagios locales son

Page 8: Memoria dr. roberto sánchez

fundamentales en la geopolítica. Asimismo, el camino recorrido ya no tiene vuelta

atrás. En 2016 hay elecciones y el que venga a disputar y desafiar el poder

existente tiene que englobar lo que hay (concepto de hegemonía gramsciana).

En Río se comenzó con la Reforma de la Atención Primaria de Salud en 2009,

cuando solamente el 3,5% de la población no incluida en planes de salud

(aseguradoras mutuales o privadas) tenía cobertura en Atención Primaria. En

2015 vamos por el 50%. Se pretende llegar al 70% al final de proyecto, en 2016. En

2011 comienza el programa de residencia de la Secretaría.

El primer día de mi estadía en Río fui recibido por una compañera española que

trabaja en la coordinación técnica del programa de residencia en Medicina Familiar

y Comunitaria del municipio.

Allí coincidí con otra compañera residente peruana, y la médico española nos dio

una “induction” acerca de lo que estaban haciendo.

Me impresionó un mapa que tenían en el que se representaba la ciudad de Río de

Janeiro. Es como si lo que los turistas llamamos Río fuera el pico del pájaro, o el

“sólo la puntita”, mientras que la ciudad se extendía muchíiiismo más allá.

Yo había escrito en la lista de distribución de Atención Primaria MEDFAM pidiendo

ideas para rotar en mis vacaciones. Me escribió y me invitó. Luego me escribió un

correo comentándome lo que hacían y los lugares que podía visitar. Era imposible

decir que no. Una semana después ya tenía el vuelo.

Concurrí durante 10 días en Septiembre de 2015. Ni ellos me pagaron nada ni yo

les pagué nada.

El primer día fuimos a visitar un Centro de Salud a una zona periférica de la ciudad.

Salimos con un coche de la Secretaría Municipal con conductor que nos lleva hasta

allá. Es lejos, difícil y peligroso llegar, así que hay que ir así. Me siento culpable por

el gasto generado al sistema. Era la primera vez que veía la infraestructura

sanitaria carioca en Atención Primaria, que he descrito con anterioridad. Paso

consulta con un residente. Una niña de corta edad con una inflamación llamativa en

el ángulo de la mandíbula. “Un absceso secundario a una infección dental”, pienso

con mi mentalidad europea. El residente la explora y resuelve el diagnóstico con la

etiqueta de parotiditis. Ojo con ignorar el contexto epidemiológico local. Primera

lección clínica recibida. El residente pide a la niña (aparentemente de clase baja)

que abra la boca para inspeccionar la orofaringe. El residente se da cuenta de que

no tiene una linterna encima y mira en derredor para buscarla. No la halla, se mete

la mano en el bolsillo y la alumbra con la luz del Iphone. Paradojas de la

modernidad.

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Salimos a almorzar. Todos salen a almorzar a las 12.00. Es un momento lindo del

día. Charlo con algunos residentes que hablan castellano, otros portuñol (mezcla

de portugués y español) y me esfuerzo por entender y hablar con los que hablan

portugués. No es fácil entender todo, pero se puede comprender el contexto.

Además cuando escuchas hablar portugués auténtico te das cuenta de que la

posibilidad de entenderte en otras ocasiones no se consigue por tu capacidad de

entender sino que ellos se esfuerzan en hablar para ti castellano o portuñol. Los

residentes tienen esa tarde una clase, así que paso la tarde con otra compañera,

ésta ya adjunta.

Vemos a una niña de nuevo y cuando la consulta termina se establece una

conversación con la madre, de buen aspecto físico y guapa. De repente veo que el

coloquio deriva hacia una lesión y una cicatriz. La madre se levanta la camiseta y

podemos observar que su torso es un queloide completo. Jamás había visto cosa

igual. Pobre mujer.

En un momento dado la compañera me dice: Tú eres Roberto, leí tu texto sobre las

mujeres. Y en ese momento me emociono por dentro de pensar que algo que uno

escribe en su habitación a miles de kilómetros llega hasta allí.

En los ratos muertos intento no molestar demasiado porque ellos también tienen

sus cosas que atender y van de acá para allá. Habitualmente ojeo un tratado de

Medicina Familiar que coordina Gustavo Gusso y otra persona, que está muy bien,

muy adaptado a la realidad brasileña, con capítulos que hablan del sistema

sanitario brasileño, de la atención en las favelas, etc… y en el que participan

médicos de otros países, como mi maestro Juan Gérvas.

La programación de mi estadía está más o menos prefijada, pero hay lugar para la

variación porque como dice mi compañera española, las cosas en Río cambian de

un momento para otro.

Al día siguiente está programada la visita a otro Centro de Salud de la periferia, de

un barrio muy pobre. El día anterior muere un chaval de 13 años por una bala

perdida en un tiroteo. Vemos el Centro de Salud, similar al anterior. Paso consulta

con una médico de familia. Se trata en esta ocasión de consultas rápidas, en un

espacio abierto, separado por un biombo de la sala de espera, sin posibilidad de

realizar exploraciones amplias ni grandes acciones, donde en principio se tratan

problemas rápidos y/o banales… una toma de tensión arterial, una auscultación,

una prescripción, la entrega de unos análisis… Finalmente los pacientes consultan

por problemas iguales a los que se pueden plantear en una consulta normal, por lo

que en ocasiones hay una cierta disociación en el abordaje, que se resuelve

emplazando de nuevo al paciente a una consulta más convencional o con

soluciones provisorias. En un momento dado varios pacientes piden analíticas que

no tienen justificación, derivaciones incomprensibles etc… Miro a la médico que

me devuelve la mirada y le digo: - Ya estamos…igualito que en España -.

Page 10: Memoria dr. roberto sánchez

Voy con los adjuntos a almorzar. Me llevan en sus coches. La comida en Brasil es

deliciosa y abundante. Vamos a un sitio tipo buffet. Yo siempre pido parecido a

ellos para no desentonar. Pienso: cómo me voy a poner! Cuando llegamos a la cola,

me pesan la comida y hay pagar por peso jajajjajaj, me jodieron!

En la tarde paso consulta con otra compañera. Vemos algunos pacientes con

motivos de consulta similares a los europeos y con soluciones parecidas. Ella es

muy diligente, resolutiva y humana (la compañera anterior también ). A la hora

de la prescripción les dan a los pacientes un papelito para que retiren los fármacos

en el dispensario que está en el mismo Centro de Salud, gratuitamente. Hay

fármacos esenciales y se evitan los fármacos de fantasía. Me llama una estudiante

para que le ayude a hacer unos test rápidos de ETS (VIH, VHB, VHC, sífilis). No le

sale bien la sangre en gota al pinchar a la paciente en el dedo. - Pínchala en el

lateral del dedo, que está más vascularizado -, le digo. Y la sangre efectivamente

brota.

A las 4 de la tarde le digo a la adjunta que me voy, para llegar a casa antes de que la

noche se eche encima, porque anochece pronto y los primeros días se preocupa

uno mucho por el tema de la seguridad, hasta que se le va cogiendo un poco el tono

a la ciudad. ¿Ya te vas? – me dice-, si es muy pronto -. Ellos están hasta las 20.00

horas. Tienen la posibilidad de trabajar cuatro días en semana y quedarse hasta las

20.00 o 5 días en semana y hacerlo hasta las 18.00.

El tercer día participo de un curso de formación de formadores con acreditación,

llamado EURACT. Allí hay unos actos de presentación en los que compruebo que

no me entero de casi nada y en los que me doy cuenta de que gran parte de las

labores de la vida y sobre todo del primer año de residencia consisten en engañar

al personal y hacer parecer que sabes y que entiendes, cuando realmente ni sabes

ni entiendes nada. El acto se celebra en un aula que lleva por nombre “Auditorio

Bárbara Starfield”. Creo que con este ejemplo queda claro el compromiso de este

grupo con la Atención Primaria. Hablan un par de capacitadores que a su vez

trabajan en la Coordinación Técnica. Manejan los conceptos de Medicina Basada en

la Evidencia, de las peculiaridades del aprendizaje, del humanismo médico… me

encanta la música de la partitura.

En la tarde doy una sesión a los residentes sobre Osteoporosis. Me emociona

pensar que vienen desde a tomar por culo para escucharme. Intento hacer unas

bromillas para adherirlos al hilo de la cuestión.

Al día siguiente cambia el plan previsto y finalmente un compañero de la

Coordinación Técnica que siempre está muy liado, como todos, toma su tiempo

para llevarnos a un estudiante de Medicina y a mí hacia Rocinha, la favela más

grande de Río.

Page 11: Memoria dr. roberto sánchez

En Río se aprovechan los trayectos en coche para dar clase, sesiones, docencia,

debates científicos… es apasionante y precioso eso, me recuerda a mis rotaciones

en el ámbito rural. El compañero nos da una clase magistral sobre organización de

servicios y Atención Primaria en Brasil.

Rocinha alberga a 70.000 personas y es una favela pacificada. Ha transitado hacia

lo más parecido a una pequeña ciudad. Me comentan que antes había un grupo en

relación con el tráfico de droga que la controlaba entera. El grupo perdió el control

del poder y ahora varios se lo disputan, con lo que la situación empeoró. Paradojas

del poder.

El compañero nos enseña el Centro y en un momento dado nos cruzamos con una

señora que luego me entero que es un cargo importante de la Subsecretaría de

Salud. Me presenta ante ella y dice: - Es Roberto, médico español, tenemos mucho

que agradecerle por haber venido -. En ese momento pienso que voy allí 10 días,

les incordio, me ponen un coche con conductor para desplazarme a los distintos

Centros de Salud o puntos de aprendizaje, les robo tiempo… y encima dicen que me

tienen que agradecer. Logro balbucear un: - ¿Qué dices? Será al revés, que yo os

tengo que agradecer a vosotros…-. Me emociono por dentro.

Me presentan a un médico joven, tutor de residentes. Desde ese momento me

convierto en su sombra. Su labor consiste en resolver las dudas de los residentes a

su cargo. Cuando la situación es dificultosa se consulta en los libros. Vemos los

distintos pacientes, abundan las consultas de dermatología venérea. Hacemos

algún procedimiento con algún residente, como una infiltración de rodilla. La

paciente, una señora de unos 60 años, se siente vulnerable cuando habla de su

intenso dolor, y llora en la consulta. Las emociones humanas son las mismas en la

Rocinha, que en Serrano, que en Zamora, que en Congreso, que en Leblón. Hay una

cosa que nos iguala a todos por mucho que queramos diferenciarnos.

Todo el mundo para continuamente al joven médico en los pasillos para que le

solucione marronacos. Él aguanta todo con impresionante paciencia.

Rocinha es un sitio vibrante, apasionante para un extranjero. Éste no puede sacar

fotos, ni mirar muy descaradamente, por respeto, educación y por si acaso… Debe

hacer como si formara parte del ecosistema. Pero a la vez no puede perder detalle

de ese regalo del cielo de poder ver eso y estar ahí. No todo el mundo puede contar

con ese privilegio, de ver esa realidad humana, política y social. No se trata del

morbo por la pobreza sino del interés del humano por una construcción

sociológica humana, con sus miles de contradicciones. Rocinha es un “barrio” que

en algún sentido se asemeja al caos asiático, con miles de cables enredados hasta

decir basta sobrevolando tu cabeza (¿cómo sabrá cada cable el fusible que debe

accionar?). Rugido atronador de coches y motorboys (motoristas taxista), la gente

que desfila por la calzada y por la acera en un sentido y en otro de la carretera

principal. Miles de tiendas con sus luces y sus reclamos. Niños que van y vienen.

Page 12: Memoria dr. roberto sánchez

Basura en el costado. Gritos, risas, gente que fuma en sitios relativamente

apartados del bullicio y que contempla el paisaje. Peluquerías y salones de belleza.

Gente que se juega la vida cruzando la carretera. Rincones desconocidos e

insospechados. Fruterías y tiendas de comidas. Restaurantes. Impresionantes

vistas de la favela. No hay cosa que no se pueda encontrar en la Rocinha.

A la hora del almuerzo nos juntamos el médico, el agente comunitario y yo. Vamos

a un sitio en el que podemos sentarnos en una especie de terraza “en primera

línea” con vistas al tránsito. Yo pienso que es como estar en esos restaurantes que

el mar te bate sobre el edificio y lo ves todo, pero con un paisaje urbano y

desgarrador. La gente que viene y va en sandalias, el tumulto. Pienso que en esa

conjunción y en el haber llegado hasta allí se construye algo profundo, una

metáfora llena de sentido.

Durante el regreso al Centro de Salud vemos un mural gigante en la calle que dice:

“A todos los habitantes de Rocinha que trabajaron para mejorar las condiciones de

vida de la gente de aquí”. Algo me recorre por dentro.

A continuación vemos unos pacientes más mientras espero al Agente de Salud para

ir con él a pasar visita a su zona. El motivo de la visita de la tarde es ver a los

hipertensos que no se han acercado al Centro de Salud en los últimos 6 meses a

controlar su presión arterial, porque los fármacos son gratis, y el requisito para

seguir obteniéndolos es seguir controlándose. Cuando el paciente no cumple va a la

“lista negra” y se le va a tomar la presión arterial a casa. Sí, está claro que esa

estrategia puede ser muy discutible en términos científicos y de costoefectividad,

pero no es el caso que nos ocupa.

Subimos a buen ritmo por la carretera principal. Yo no sabía en qué consistía la

visita ni a dónde íbamos (probablemente me lo hubiera dicho pero no me enteré

bien jajajja), y en un momento mi compañero se abre a la derecha y señalando

unas escaleras que se adentran en el margen de la carretera principal, me dice: -

aquí comienza mi zona -.

Comenzamos a bajar por unas escaleras y unas “calles” superestrechas esquivando

cascotes de cemento, cableado, basura, aguas residuales… pero a la vez observando

una organización interna decididamente premeditada. Jamás había visto tanto

orden dentro del desorden. Dejábamos las casas a nuestro lateral y quedaban éstas

construidas de manera absolutamente inverosímil, algunas con partes a medio

terminar, otras que se levantaban sobre un terreno que cuesta creer que las

sostuviera. No olvidemos que las favelas se suelen asentar sobre la ladera de una

colina. En algunos momentos podíamos observar como un pasillo grande central

por donde bajaba una columna de agua con buena fuerza, de no sé qué

procedencia. Pensaba como de coña en los canales de Venecia o de Amsterdam. Me

comentaba alguna compañera: - imagínate qué pasa cuando llueve, con todo el

barro y todo lo que arrastra la lluvia -. El agente iba cantando el nombre del

Page 13: Memoria dr. roberto sánchez

paciente, porque no había timbres en las casas, y ellos salían a nuestro encuentro.

En la primera casa que entramos nos invitaron a sentarnos y a tomar café carioca

con bollo, que por supuesto tuvimos que aceptar. Estaban haciendo una reforma en

el hogar. Recuerdo que me causó mucha impresión ver una gran tele de plasma allí

colgada. La televisión tiene una función cultural y social crucial en Brasil, sobre

todo las novelas (telenovelas). Hasta tal punto que constituyen hasta espacios de

socialización política, según me comentaban.

A mí viendo todo eso se me vino a la cabeza la leyenda de la bandera de Brasil:

Orden y progreso. Y eso era lo que había encontrado allí en Rocinha: orden y

progreso, dentro del desorden y la regresión. Quizá no había una reproducción a

escala más cierta del país entero que Rocinha. Quizá no había una definición más

exacta para un país tan contradictorio.

En la segunda casa también nos recibieron con alegría y alboroto. El Agente de

Salud era una persona entrañable, que además vivía en la misma Rocinha y había

crecido allí, se tenía a la gente en el bolsillo, se notaba que los pacientes le querían.

En esa segunda casa nos dieron un trozo muy grande de melón, que fuimos

comiendo por el camino. En la tercera casa nos dieron un refresco a cada uno… Y a

partir de ahí el compañero dijo que no aceptábamos más cosas, que nos íbamos a

hacer hipertensos nosotros también.

Me llamaba la atención que las pinturas tan bonitas que llenan las paredes de Río

también estaban presentes en esas callejuelas de Rocinha. A algunos pacientes los

pillábamos de sopetón, y no les hacía mucha gracia saber que estaban en “la lista

negra”, así que se dejaban tomar la presión de mala gana. Algunos sentados sobre

bloques de cemento en la puerta de casa… yo les ponía el tensiómetro automático

cómo y donde buenamente podía, a veces sujetaba el monitor el propio paciente.

Otras lo dejaba en el suelo y los gatos merodeaban y lo lamían. Un paciente se puso

de mala hostia porque le fuéramos a buscar y le tomé la presión mientras se

fumaba un cigarrillo jajajja. Subimos a casas imposibles, construidas en lo alto, y

que a su vez tenían unas escaleras empinadas y estrechas hasta llegar a las

estancias en las que se hacía la vida. En el transcurso de las visitas pude conocer a

abuelitos entrañables, que me recordaban tanto a los de la ciudad española en la

que trabajo… su dignidad y sus ojos agradecidos y lindos eran los mismos. En otras

ocasiones entrábamos a tomar la presión al paciente y se la terminaba tomando a

todos los miembros de la familia, 4 o 5.

Yo les hacía la broma de que intentaba medir la presión al Agente de Salud pero

que no me daba el manguito porque él estaba realmente muy cachas y tenía un

bíceps muy grande (que era el caso)…. y se partían de la risa.

Cuando di la sesión de Osteoporosis después de haber visitado la Rocinha, en el

momento que hablé de la prevención de las caídas me di cuenta de lo importante

que es el contexto local. Hay una parte que dice: “Para prevenir las caídas (y las

Page 14: Memoria dr. roberto sánchez

fracturas) hay que actuar entre otros sobre los factores ambientales: iluminación

defectuosa, desniveles y escaleras, suelos en mal estado, cables, mascotas, tráfico y

transporte público, obstáculos urbanos…. ¡Intenta controlar tú esos factores en

Rocinha! jajajja

Cuando terminamos nos bajamos la carretera principal bebiendo el refresco con la

pajita de rigor. Allí todo se bebe con pajita. De vuelta para el hostel me vine con el

médico y vivimos la efervescencia de la noche en Rocinha. Pasamos por una

pasarela construida por el famoso arquitecto brasileño Niemeyer. Una

contradicción más. Fuimos hasta la parada de bus. Al lado hay unas instalaciones

deportivas de alto nivel. Dos contracciones pues. Pillamos el bus hacia Copacabana.

El autobús urbano te deja fino el amortiguador trasero.

Al día siguiente visité un barrio también muy pobre, pero no constituido como una

favela. En esta ocasión acompañaría a un equipo que atiende a personas que viven

en la calle. A mi llegada al Centro la doctora había salido y mientras esperaba, unos

compañeros tuvieron la amabilidad de pasearme un poco por las instalaciones.

Conocí a una residente que había rotado en España, en Madrid, por Valdebernardo.

Recuerdo que pensé en ese momento si la habrían tratado tan bien en España

como a mí me estaban tratando en Río. Ojalá que sí.

Acto seguido me reuní con el equipo y comenzamos las visitas. Es común que las

personas que viven en la calle en condición de indigencia se desplacen de un sitio a

otro. De ahí que cuando hay un caso de este tipo los médicos se deben poner en

contacto con los del equipo que corresponde a la nueva zona de estadía del

paciente. En este caso fuimos a un Centro de Salud cercano en una furgoneta. Nos

acompañaba otro médico de personas de la calle, que seguía trabajando a su edad

en un medio tan duro a pesar de algunas notables y llamativas dificultades físicas

que aquejaba. Me emocionó su dignidad. En el nuevo Centro se discutió al paciente

en una de esas sesiones que parecen no tener fin y que más vale que te pillen

sentado. Así se procede, son casos muy complejos con problemas muy complejos

que van desde asuntos de tutelas judiciales de hijos, enfermedades de transmisión

sexual como sífilis, enfermedades infecciosas como tuberculosis multirresistente,

autos judiciales de ingreso involuntario, consumo de drogas, violencia… todo junto

en una misma persona… en este caso una chica de 16 años que ya era madre de dos

hijos….

Continuamos nuestra recorrida por la calle. Según vamos me dice el Agente de

Salud señalándome con disimulo a un grupo de jóvenes a lo lejos: ¿Tú sabes cómo

es el proceso del consumo de crack? Le digo que no, y a la que miro, veo el humo

que sale del tumulto y a los chavalillos dándole ahí a la droga.

Pasamos al lado de tres varones que duermen en la calle. El procedimiento es

acercarse y preguntarles si están bien, si necesitan algo, si quieren algo, si les pasa

algo. La filosofía del equipo es lo que se ha dado en llamar “reducción de daños”.

Page 15: Memoria dr. roberto sánchez

No se busca la solución beata y paternalista, sino ser realistas y hacer por ellos en

función del contexto, minimizando las consecuencias de sus acciones, más que

querer influir sobre ellas. Uno de ellos solicita ayuda porque refiere que le ha

pegado la policía con la porra en la espalda y le duele mucho. La doctora le explora

sobre el terreno. Le dice que le va a hacer llegar unos fármacos para tomar y para

que mejore de su dolor. Cuando terminamos la doctora envía al Agente de Salud a

darle al paciente la prescripción y los fármacos con las instrucciones de toma.

Además del cuadro por el que consulta tiene unas lesiones en las extremidades

inferiores impresionantes, que no sé lo que son. – Son infecciosas – me dicen- . Las

otras dos personas no quieren consulta, pero aceptan unos preservativos que el

Agente de Salud les ofrece.

El rotante externo me comenta que allí la policía atiza pero bien, y habla muy mal

de ellos. Dicen que con el advenimiento de los Juegos Olímpicos todo esto va a

empeorar, porque van a querer sacar a los indigentes afuera de la ciudad.

Acto seguido nos dirigimos a la trasera de las calles, a la vía del tren. Pasamos junto

a una casa en la que a la puerta hay una familia “normal” sentada en sillas

conversando. A continuación hay una especie de bar en el que veo que venden

unos vasos transparentes con tapa y agua mineral dentro, que se asemejan a un

yogur. - Hace mucho calor acá y la gente viene aquí a comprar agua - pienso. Justo a

continuación, en un momento del recorrido siguiendo la vía se abre un recodo y

puedo contemplar a unas 15 personas en diferentes posiciones y estados

consumiendo. Crack fundamentalmente. Entonces el Agente de Salud se acerca y

me explica pormenorizadamente como consumen el crack ayudándose de ese vaso.

Como le hacen agujeros, ponen la piedra… en fin, todo el proceso. Allí había otra

chica vendiendo los vasos. Reflexioné acerca de cómo es capaz de adaptarse la

actividad económica a las características del mercado.

El Agente de Salud era muy considerado conmigo y estaba realmente empeñado en

que aprendiera el proceso… y preguntaba a todas las personas que estaban allí

consumiendo si tenían una piedra de crack para que yo la viera jajajja, hasta que

llegó uno que me la enseñó. – Es para que la vea el médico español -, decía. Qué

grande.

Otro estaba dándole a otra cosa, inhalando de una botella. Tenía un nombre que no

recuerdo. Unos decían que era cloroformo y éter, otros que era un gas que se

utilizaba para tinte del pelo, como un disolvente. Recuerdo que le dijeron algo al

chaval y rió. Nunca olvidaré aquella risa en la que no había ningún diente en esa

persona tan joven. Según volvíamos para el Centro de Salud un integrante del

equipo levantó un doble techo que colgaba de la pared y vimos a varias personas

más hacinadas consumiendo.

La vía del tren está literalmente hecha un cristo y vamos pisando mil cosas.

Recuerdo que tenía una amiga enfermera que trabajaba en un poblado chabolista

Page 16: Memoria dr. roberto sánchez

en Madrid y me comentaba que llevaban unas botas que pesaban dos kilos cada

una porque tenían una suela de impresión para evitar cualquier incidente. La

doctora va en francesitas. La cercanía es una de sus señas de identidad. Enseguida

me doy cuenta de que es una persona muy especial, con mucha mano izquierda y

que empatiza muy bien, al igual que el Agente de Salud. De esta gente que

desprende como una fuerza diferente, centrípeta.

Al terminar la jornada hay un momento para la charla y me invita a que pregunte

lo que quiera. A mis preguntas responde que no todas las personas que viven en la

calle son consumidoras de droga. Que hay mucha heterogeneidad entre ellas. Y que

hay mucha heterogeneidad entre las personas que viven en la calle entre los

distintos barrios, que cada barrio tiene sus perfiles. Comenta que los albergues de

acogida no es que sean una opción mala para intentar paliar el problema, pero que

tienen reglas muy estrictas que la persona casi nunca cumple y por eso tienen que

terminar finalmente fuera de ellos. Cuenta que en Sao Paulo han puesto en marcha

una experiencia de tratamiento e integración muy interesante, que consiste en

capacitarles con una especie de módulo de Formación Profesional e insertarles en

el mundo laboral. Con un sueldo fijo al mes todo comienza a cambiar.

Se termina la jornada y me pego al rotante externo para volver a casa. El momento

de la vuelta casi siempre es de “preocupación”; cómo volver a casa desde aquellas

periferias. A veces me bajaba con el coche de la Secretaría, pero intentaba no

hacerlo si había cualquier otra posibilidad, por intrincada que fuera, para no

generar trastorno a mis anfitriones.

Me dice el compañero que si no me importa esperar un poco, que es el

representante de los residentes de los Estados del Sur y tiene una pequeña reunión

con los representantes de los residentes de Río y de los Estados del Norte, porque

se está planteando una huelga de residentes, y deben explicitar cada uno su

postura.

La suya es que no hay lugar para una huelga por motivos económicos, que cree que

los residentes ya ganan suficiente. Me dice que él gana unos 1.000 euros de sueldo

base al cambio, no mucho más con complementos. Recordamos que los residentes

de Río ganan 3.000 al cambio. Pero me dice que aun así le parece suficiente y que

no están las cosas en el país para protestar por eso, que son unos privilegiados. En

seguida me doy cuenta de que mi compañero no se hizo médico por la plata. Me

cuenta que en Brasil los especialistas hospitalarios pueden vivir como dios, y entre

unas cosas y otras ganar más que en Europa.

La reunión termina y nos vamos para el metro. Una residente nos acerca hasta la

parada. Es noche cerrada. Bajamos hasta Copacabana hablando de América Latina,

de Europa, del capitalismo y la crisis global. Siento que hablamos el mismo idioma.

Se nota enseguida la gente que ha viajado y ha leído.

Page 17: Memoria dr. roberto sánchez

El siguiente día repito en Rocinha, en el mismo Centro de Salud al que fui el día

anterior, la misma sesión de Osteoporosis para los residentes y tutores. Luego

bajamos en el autobús hacia Copacabana en un trayecto imposible en el que voy de

pie y en el que intentar sostenerse erguido es como intentar hacerlo en un caballo

desbocado. Tomamos unos pinchos (petiscos) con los muchachos.

A la mañana siguiente vuelvo a Rocinha, a un Centro de Salud diferente al del día

anterior, que queda arriba del todo de la favela. Voy a estar con la psiquiatra, que

tiene un marcado perfil comunitario. Me cita a las 7.40 para subir desde Zona Sul y

me las veo putas para llegar allí a esa hora. Qué sueño, qué tráfico y qué

dificultades para todo. Tomamos varios transportes, incluida una furgoneta

lanzadera hasta llegar a las cercanías del Centro de Salud. Me enseña el Centro de

Salud, todo el mundo le para continuamente con el fin de comentarle tal paciente,

tal caso. Me dice: - Mira -; y desde la ventana puedo ver una vista de Río

impresionante. Saco una foto con la cámara que menos huella ecológica deja: la de

la retina. Subimos a la oficina de los Agentes de Salud a que nos comenten un caso

de los interminables, que cuando terminan no recuerdas ya cómo comenzó todo.

Luego nos vamos con la Agente de Salud a una visita domiciliaria, a ver a una

paciente que aparentemente está deprimida. Nos adentramos de nuevo en las

entrañas de la favela, todo el mundo las para, las saluda y les comentan.

Comenzamos a transitar por escaleras, pasadizos, puentes imposibles en estado

precario de equilibrio social y arquitectónico. En un momento comienzo a oler a

marihuana y al doblar la esquina las trabajadoras saludan a unos chicos que al

parecer son los “reguladores del tráfico”. Llegamos a casa de la paciente, que la

encontramos tumbada en el sofá. Ahí comienza una entrevista en la que somos

ayudados en la anamnesis por algunas personas de su entorno. La paciente es una

persona mayor que no cumple adecuadamente con la medicación y que es un poco

desastre, aunque entrañable. El abordaje es psiquiátrico, pero casi más

“comunitario” o “social”. Nos volvemos para el Centro y pasamos consulta. En

Brasil y en Río existe lo que se llama el “matriciamiento”, un especialista

“hospitalario”, en este caso “comunitario” o “ambulatorio” que apoya

asistencialmente la labor del médico de familia referencia de ese paciente. La

psiquiatra se desplaza al Centro de Salud (en este caso su puesto de trabajo está

radicado ahí) para ver conjuntamente con el médico de familia algunos casos

seleccionados. Ese día vemos cuatro casos. El de una mujer cuya hija falleció por

ahogamiento hace dos meses, otra mujer con trastorno bipolar que había sido

abusada… Me gusta que la psiquiatra escribe en la historia cuando un paciente

llora en la consulta. Hay poco más de media docena de psicofármacos que son los

que se manejan en la farmacopea del sistema público, con un par de antidepresivos

ISRS, y sin tantas fantasías y proezas farmacológicas como acá.

Vemos y tratamos casos de gravedad leve-moderada. Los graves son derivados

hacia otro circuito.

Page 18: Memoria dr. roberto sánchez

Después del almuerzo tenemos unos grupos terapéuticos. La psiquiatra destaca

por su formación, metodología y práctica en este campo. El primero sobre

consumo de drogas y alcohol. Van 4 pacientes. Uno habla sin parar durante toda la

sesión. Pienso que está puesto hasta las cejas pero luego me comenta mi

compañera que lleva 8 años sin consumir; no me lo imagino dando la tabarra así

durante todas las sesiones semanales 8 años seguidos jajajj. Me impresiona un

chico joven, de unos 30 tacos, alto, delgado, muy guapo, consumidor de cocaína,

que acude al grupo con su hijo de unos 5 años, que duerme profundamente en el

regazo de su padre mientras éste participa en el grupo.

El siguiente grupo es “comunitario”, la sala se llena. Saco la conclusión de que

coexisten en él pacientes con trastornos psiquiátricos leves y personas sin

patología psiquiátrica que se toman el grupo como una terapia de autoayuda. La

psiquiatra tiene muy bien estudiada la metodología de trabajo y pone una serie de

reglas que me parecen interesantes: lo que se dice en el grupo queda en el grupo,

no se admiten niños, no se puede hablar de los problemas de los demás ni enjuiciar

a los otros, sino hablar de lo propio, utilizar siempre la primera persona del

singular, evitar dar discursos o sermones…

Cada uno cuenta su película y enseguida surgen los acaparadores. Al final de la

sesión todos parecen querer recetas y la psiquiatra tiene que poner un poco de

orden. Los pacientes se van sentando en una silla enfrente nuestra. Junto a la

prescripción siempre tiene lugar alguna pequeña consulta o alguna pregunta de mi

compañera, y ésta invita a los pacientes de alrededor a que hablen entre ellos para

que no se haga silencio y así preservar un poco la intimidad del paciente

interpelado, si es que eso es posible en ese entorno. Comienza un desfile

interminable de pacientes donde mi compa tiene dar un golpe de mano para evitar

consultas como tales, ya que es un tiempo para prescripciones en el que están

permitidas pequeñas y rápidas preguntas. Los pacientes acuden con las demandas

más inverosímiles, que son inmediatamente desarticuladas en un tira y afloja que

roza lo cómico jajjaja.

Me vuelve a impresionar otra chica muy joven, ésta tendrá 27, que espera paciente

su turno con dos niños pequeños jugueteando todo el rato alrededor. Cuando le

toca saca a los niños de la sala, se sienta frente a nosotros y le empiezan a brotar

las lágrimas enseguida. También es consumidora de coca.

Le pregunto si no cree que los pacientes participan en el grupo porque quieren

recetas al final. Me dice que eso ya se lo ha planteado y se lo han planteado muchas

veces. Me dice que en cierta manera puede ser en algunos casos, pero que ese

encuentro interesado a ella le permite preservar y perseverar en el contacto con

los pacientes y reconducir el proceso terapéutico a donde le interesa. Si los

médicos de familia en España elimináramos las consultas que se hacen “por el

interés de sacar algo” (parte, baja, derivación, receta, certificado…) y nos

Page 19: Memoria dr. roberto sánchez

quedáramos con las que se hacen exclusivamente por nuestro saber y nuestro

criterio científico no sé si llegaríamos a ver 10 pacientes al día. No lo justifico

porque creo que deberíamos aportar valor científico con nuestro trabajo y no

hacer ni una burocracia, simplemente lo describo.

Son las 17.30 y llevamos desde las 7.40. Estoy que no puedo con mi alma. Mi compa

tiene aún consulta privada ese día por la tarde. - Hay que ganar un poco de plata -,

me dice. Comienza a las 18.30 y estará aún otro par de horas más. Al día siguiente

vuelve a entrar a las 8.00.

Este texto es la parte “científica”, “médica” y “formal” de una memoria más amplia

y literaria llamada “La Gávea”, que se podrá encontrar próximamente de manera

íntegra en Internet, en el blog “Una palabra tuya bastará para sanarme”:

http://1palabratuyabastaraparasanarme.blogspot.com.es/

Para conocer más aspectos formales de la Reforma y de la Atención Primaria en

Río de Janeiro y Brasil se recomienda leer el Relatorio final de Juan Gérvas y

Mercedes Pérez. Disponible en:

http://www.sbmfc.org.br/default.asp?site_Acao=MostraPagina&PaginaId=524

Agradecimientos.

Gracias a los compañeros de la Coordinación Técnica por las atenciones recibidas,

y en su plano profesional por su dedicación y gran trabajo con el proyecto en Río,

porque es el proyecto de toda Latinoamérica y el mundo entero: André, Adelson,

Michele (secretaria) y los demás compañeros.

Gracias a Caio, Annie, Marcia, residentes y preceptores de Clínica da Familia Assis

Valente, Clarisse, Rita, residentes y preceptores de Clínica de Familia Anthidio Dias

da Silveira (Jacarezinho), Michael, Renata, Leandro, Daniel y residentes y

preceptores Clínica de Familia Maria del Socorro, Valeska, Anderson, Fabricio,

Bruno y residentes de Clínica de Familia Víctor Valla (Manguinhos), Joana Thiesen

y personal de Clínica de Familia Albert Sabin.

Gracias a los pacientes por posibilitar que acompañara a sus médicos y Agentes de

Salud y haber permitido con su aquiescencia que les conociera a ellos, sus familias,

sus historias y su país. Gracias a los motoristas de la Secretaría y a Joaquim,

Patricia, Jacobo y Bianca.

Y muchas gracias a Lourdes Luzón. Sin ella nada de esto hubiera sido posible. La

gente que batalla por cambiar las cosas desde la praxis es la que realmente vale la

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pena. Ya dijo Marx que lo que los filósofos habían hecho hasta entonces era

interpretar el mundo, pero que no se trataba de interpretarlo sino de cambiarlo. La

teoría la sabemos todos. Gracias además por ser tan linda persona.