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7/26/2019 Medicina Científica y Filosofía Natural- Dos Aportes de José Celestino Mutis Al Desarrollo Integral

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Pontificia Universidad Javeriana

Colombia

GÓMEZ GUTIÉRREZ, ALBERTO; BERNAL VILLEGAS, JAIME E.

Medicina científica y filosofía natural: Dos aportes de José Celestino Mutis al desarrollo integral de las

ciencias en ColombiaUniversitas Médica, vol. 51, núm. 1, enero-marzo, 2010, pp. 74-78

Pontificia Universidad Javeriana

Bogotá, Colombia

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Imagen de la medicina

IMAGEN DE LA MEDICINA

Medicina científica y filosofía natural:Dos aportes de José Celestino Mutis al

desarrollo integral de las ciencias en Colombia

ALBERTO GÓMEZ GUTIÉRREZ, PHD Y JAIME E. BERNAL VILLEGAS, MD PHD*

* Profesores Titulares, Instituto de Genética Humana, Facultad de Medicina, Pontificia UniversidadJaveriana.

José Celestino Mutis y Bosio (1732-1808):Prócer intelectual de los próceres que proclamaron la Independencia

F o t o g r a f í a t o m a d a p o r : J e s ú s A l e x a n d e r T r o c h e z Z a m b r a n o .



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La historia de la ciencia en nuestro

país ha sido elaborada a manera decrónica para el gran público o bien amanera de rigurosos trabajos acadé-micos dirigidos a un público restrin-gido. Entre estos dos extremos, y conel propósito de documentar los pila-res fundamentales de la ciencia enColombia, hemos optado por unaaproximación intermedia, a la vezatractiva y rigurosa, en torno a 2 ma-nuscritos de José Celestino Mutis enel período colonial en los años que

precedieron lo que se ha llamado la“independencia” de nuestro país.

La percepción del origen exclusi-vamente mutisiano de la ciencia enColombia, ha sido compartida por lagran mayoría de los historiadores ennuestro país hasta la fecha. Con títu-los -y fechas- tan explícitos que vandesde La hybris del punto cero: cien-cia, raza e ilustración en la NuevaGranada, 1750-1816 de Santiago Cas-tro-Gómez, hasta Los ilustrados de Nueva Granada, 1760-1808: Genea-logía de una comunidad de interpre-tación de Renán Silva, cada uno delos trabajos sobre el desarrollo del es-píritu científico en Colombia hasubvalorado los cimientos que seconstruyeron en los claustros y en lasbibliotecas de los colegios coloniales.Todos han propuesto la mágica fechade los años cincuenta o sesenta del si-

glo XVIII como si se tratara de la lle-gada de algún meteorito que trajo lasemilla que germinó como las plantas

que se describirían en la Real Expedi-

ción Botánica del Nuevo Reino deGranada.

Como sucede con todas las genea-logías, es atractivo, casi imprescindi-ble, fijar lo que llamamos “el tronco”,el fundador de todas las ramas del ár-bol que se busca describir. Sin embar-go, por útil que sea este proceder, noconviene olvidarse de las raíces, queserán las que darán estabilidad al apa-rato vegetal o, en nuestro caso, al apa-

rato intelectual.

Es así que, una vez estudiada pordos de nosotros la participación de unsector de la comunidad educativa enla construcción de los fundamentos dela ciencia neogranadina -en el libroScientia Xaveriana (2008)-, hemosbuscado caracterizar dos elementosclaves y raizales en la identidad de unapresencia individual consideradaancestro común de todos los científi-cos de nuestro país.

José Celestino Mutis, escépticoilustrado, fue a su vez uno de los prin-cipales hagiógrafos, en un sentido lai-co, de 2 grandes científicos europeosque alcanzaron su esplendor en la pri-mera y segunda mitades del sigloXVII, respectivamente. En palabrasdel mismo Mutis:

“Cuanto alcanzó el gran Newton en asuntos filosóficos y matemáticos, tanto adelantó elinmortal Linneo en asuntos de botánica y dehistoria natural. Únicamente hallo semejan-



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tes a sí a estos dos inmortales varones, em- pleados cada uno por diverso respecto en

estudios y ser fieles intérpretes de las obrasde la naturaleza.” 1

La naturaleza del escepticismomutisiano parecía entonces estar teñi-da por un cierto sentido aristocrático.Pero Mutis era al mismo tiempo fielcreyente de Newton y Linneo, y pa-ciente observador y experimentador.En efecto, en el curso de su larga vidatomó en cuenta cada uno de los re-portes que le fueron comunicados por

los habitantes del Nuevo Reino de Gra-nada, para contrastarlos con los hallaz-gos previos o para proponer nuevosconceptos en torno a lo que él llamóen sus cursos “filosofía natural”. Sirechazó algunas noticias populares,fue por su evidente inconsistencia conlos fundamentos de las nuevas cien-cias. Algunas tradiciones de raigam-bre popular, por ejemplo el uso delextracto de una planta natural llama-da “guaco” como cura para la morde-dura de serpientes, fueron validadaspor él como elemento terapéutico, le-gitimando así el saber local.

Desde su llegada a las tierras ame-ricanas dedicó día tras día a la descrip-ción de la naturaleza que lo rodeó,pero también buscó proyectar sus co-nocimientos a través de la docencia.Por un lado, estableció cátedras dematemáticas, filosofía y medicina, y

por el otro creó la que fue, sin lugar adudas, la más importante escuela debotánica de América en el siglo XVIII

por fuera de las aulas de colegios y

universidades.

En cuanto a sus cátedras formales,gracias al riguroso trabajo del padre Pe-dro Ortiz Valdivieso, S.J. en la transcrip-ción, traducción y análisis de undocumento manuscrito en latín inéditode Mutis, hemos incluido en el presentebinomio histórico bajo el título de Filo-sofía Natural Mutisiana (2009), uno delos pocos documentos disponibles paraconocer a fondo, y de manera directa,

su propio discurrir. Las elaboracionesprevias de los estudiosos de la historiade la docencia mutisiana, centrándoseen lo que Renán Silva llamó la “mues-tra” a su alcance, han girado en torno a3 documentos nucleares en su primerperíodo santafereño: a- El Discurso(1763), b- Los Elementos (1764), y c-La Lección (entre 1763 y 1766). Coneste documento manuscrito por JoséCelestino Mutis en latín, al que, en lostérminos de Silva, podríamos referirnoscon el apelativo de “La Oración (1764)”,se amplía la muestra documental parahistoriadores y naturalistas pues contie-ne una elaboración original y maravi-llosamente estructurada, sobre el sentidode la filosofía natural que hoy denomi-namos “física”. También, para losfilólogos, presenta un interés especial,pues es tal vez la primera obra mutisiana

1 Mutis, J.C. Carta a Carlos Linneo (hijo), septiem-bre 12 de 1778. En: Hernández de Alba,Guillermo. Archivo epistolar del sabio naturalis-ta don José Celestino Mutis, Tomo I (1968), p.79.



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que se divulga a la vez en latín y en cas-

tellano.

¿Cuál fue el sentido de la filosofíanatural para el gaditano? La respuestaestá en el propio documento que he-mos puesto a disposición del públicogracias al apoyo de la Vicerrectoría yde la Editorial de nuestra Universidad.En la presente reflexión queremos so-lamente resaltar la evidente y signifi-cativa admiración de Mutis porNewton, y por una manera de percibir

la naturaleza que estaba en boga en lacivilización occidental a mediados delsiglo XVIII. También vincular la re-flexión mutisiana con sus propios tra-bajos anteriores en el área de lamedicina, y en particular con su Me-moria académica de 1759 sobre la irri-tabilidad.

Isaac Newton, para algunos el últi-mo de los alquimistas y el primero delos experimentalistas, reintrodujo lafilosofía natural aristotélica en torno alas cifras que la fueron sustentando.A partir del entendimiento ycuantificación del sustrato material dela naturaleza, las leyes propuestas porNewton condujeron poco a poco ha-cia la búsqueda de su sustrato inmate-rial. Una ley universal como parecíaser la ley de la gravedad, que todavíapara Newton necesitaba de partículasque la hicieran posible desde el punto

de vista mecánico, se fue despojandode éstas para ingresar en el terreno delas energías electromagnéticas.

En medio de esta nueva escuela, en

el campo aparentemente más cercanopara nosotros de la medicina científi-ca, otro ancestro intelectual de Mutis,el suizo Albrecht von Haller, habíabuscado el fundamento de la irritabi-lidad, por oposición a la sensibilidadde estirpe claramente mecanicista através de las fibras nerviosas. Siguien-do a Haller, José Celestino Mutis pro-dujo en Madrid, antes de viajar aAmérica, su Memo ri a Acad ém icaacerca de la irritabilidad de los ner-

vios en la que define claramente quela contracción muscular puede ser vistadesde la óptica de la sensibilidad, perotambién desde la óptica de la irritabi-lidad. Ambas claramente complemen-tarias: la primera de estirpe física y lasegunda de estirpe química. Este do-cumento fue inicialmente transcrito yanalizado en nuestra obra MedicinaCientífica Mutisiana (2007).

La escuela halleriana, tanto como laescuela newtoniana, adoptadas ambaspor Mutis, seguían siendo mecanicistasy reduccionistas a pesar de ser la fuentede importantes deducciones universales.En el campo de la química, la filosofíanatural mecanicista tuvo su edad de oroa finales del XVIII con los trabajos deAntoine de Lavoisier y la escuela fran-cesa de la química analítica, hasta la lle-gada del británico Humphry Davy consu obra Elements of chemical philosophy

(1802), en la que propuso que “las va-riadas formas de la materia y sus cam-bios, dependen de poderes activos como



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la gravitación, la cohesión, la repulsión

calórica o calor, la atracción química yla atracción eléctrica”.2 Davy sugeríaque la actividad natural tenía un funda-mento inmaterial y dinámico, siguien-do los postulados de los idealistasalemanes de la “ Naturphilosophie”. To-dos los fenómenos naturales serían elproducto de una tensión universal. Lamateria parecía entonces estar subordi-nada al espíritu, y el cuerpo a la mente.La percepción de la naturaleza parecíaser una ilusión de los sentidos.

Dejamos así hoy, en esta reflexiónaparentemente heteróclita, una visiónpanorámica de los conceptos que lleva-ron a José Celestino Mutis a redactar 2documentos que hemos llamado princeps en la historia de las ciencias enColombia, en atención a que se tratapropiamente de las primeras obrasmutisianas en la construcción de suprodigioso edificio intelectual: por unaparte, en su calidad de médico, la inda-gación científica de una función orgá-nica particular -claramente influenciado

por los trabajos de Albrecht von Haller-,

y por otra, el discurso inaugural inédi-to de 1764 dictado a los estudiantes co-loniales del Nuevo Reino de Granada,claramente influenciado por los trabajos de Isaac Newton y todavía algo le- jos, más de desde el punto de vistageográfico que desde el punto de vistacientífico, de sus propios contemporá-neos, precursores de la filosofía natu-ral dinámica.

El presente binomio documental

histórico, surgido de un raro fondoarchivístico universitario que en sumomento perteneció al prócer CamiloTorres, podría constituirse en estímu-lo humanista para el día a día de losmiembros de la comunidad de la sa-lud, y definitivamente en fundamentoacadémico para no olvidar que cadauna de las tareas de la medicina debeestar impregnada de una fisiologíauniversal -a la manera aristotélica- quecomprende mundos que van muchomás allá de la dinámica interna de losórganos de nuestra economía.

2 Citado en: Sysak, J.A. The natural philosophyof Samuel Taylor Coleridge (2000), p.244.

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