matrimonio y divorcio a la luz de la palabra,

MATRIMONIO Y DIVORCIO A LA LUZ DE LA PALABRA

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Matrimonio y Divorcio a la luz de la palabra Jairo Araujo Segunda Edición, 2013 - San Juan de Pasto Prólogo: Rev. Ancizar García Poema: Rev. Omar Ríos Obra escrita inédita de la manera como aquí se presenta A nombre propio de carácter derivado Todos los derechos reservados al autor Prohibida su reproducción total o parcial, sin permiso escrito del autor A menos que se indique otra cosa, las referencias bíblicas han sido tomadas de la versión Reina Valera Revisada, 1960. Sociedades Bíblicas

Unidas.


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CONTENIDO O

Dedicatoria. Pág. 5

Agradecimientos. Pág. 7

Prólogo. Pág. 9

Introducción. Pág. 11

Capítulo 1

Matrimonio bajo la voluntad divina vs Matrimonio bajo el capricho humano. Pág. 13

Capítulo 2

¿Cómo evitar, el fracaso matrimonial? Pág. 21

Capítulo 3

Para un matrimonio en conflicto. Pág. 25 Capítulo 4

¿Por qué, el matrimonio debe ser, hasta la muerte? Pág. 27

Capítulo 5

La desintegración de la familia “El divorcio como señal de maldición generacional” Pág. 33

Capítulo 6

La mentalidad facilista, de aquellos que piensan casarse, con la esperanza de divorciarse. Pág. 37

Capítulo 7

Proceso antes del divorcio. Pág. 41

Capítulo 8

¿Qué hacer, en caso de divorciarse? El traicionado y el que traiciona. Pág. 45

Capítulo 9

Comentario a San Mateo 19.3 al 12. Pág. 51

Capítulo 10

El divorcio en la Biblia. Pág. 65 Capítulo 11

Algunos interrogantes, en cuanto al divorcio. Pág. 67

Capítulo 12

El antiguo pacto y el nuevo pacto. Pág. 73

Poema el recasamiento. Pág. 79

Bibliografía. Pág. 81


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DEDICATORIA

Dedico este escrito a quien el Señor me ha dado como mi bendición, mi bella esposa Angela, a mis padres, a la Iglesia en general, como también a todos aquellos que anhelen llevar a la práctica, los principios escriturales y doctrinales, que aquí se presentan.


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AGRADECIMIENTOS

A mi Señor Jesucristo, por permitir la realización de este escrito. A mi padre el hermano Segundo Araujo, quien basado en las Escrituras, me encamino en este maravilloso sendero del evangelio, gracias por sus oraciones, enseñanzas, consejos y su gran apoyo. A mi madre la hermana Marina Araujo, gracias por su respaldo, por su ejemplo, y enseñanza en cuanto al enorme valor que tiene la familia. A cada uno de los hermanos que de una u otra forma hicieron posible este trabajo. Agradecimiento especial a los siguientes hermanos y familias: A los Directivos Regionales y Distritales, de manera especial a nuestro Supervisor de la Región Sur, Rev. Ancizar García, a nuestro Presbítero, Rev. Jhon Girón, como también a los siguientes hermanos (as) y familias, Rev. Luis Villada, Rev. Orlando Botero, Rev. Gabriel Cisneros, Ptr. Gerardo Castillo, Rev. Omar Ríos, Hna. Lenny Ruiz, Hna. Carolina Tez, Flia. Vallejo Torres, Flia. Araujo y a nuestra amada Ipuic Séptima donde actualmente por gracia de Dios pastoreo.


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PRÓLOGO El Pastor Jairo Araujo desde su infancia se ha interesado mucho por la enseñanza, ha sido su sueño y pasión; de padres cristianos, ha desempeñado oficios de liderazgo en la obra de Dios. Hace unos cuatro años el hermano Araujo, junto a su familia y otro grupo de hermanos, tomaron la decisión de hacer membrecía en la iglesia Pentecostés Unida Internacional de Colombia. Él ha sido de bendición ejerciendo el ministerio de la enseñanza como Conferencista Distrital, Regional, y Pastor de la Ipuic en Colombia, ya que se ha preocupado por prepararse graduándose en Teología y Sagrada Biblia, Psicología y Capellanía, entre otros estudios; lo más importante, es su destacado testimonio y búsqueda de Dios, lo que hace apto este maravilloso trabajo. Me parece muy imprescindible este tema hoy en día en la obra del Señor pues la sana doctrina está siendo conciliada con influencias humanistas, como lo predijo el ESPÍRITU SANTO a través del Apóstol Pablo (2 Timoteo 3:1 – 13,4:1 – 4). Digo esto porque tiene todo que ver con la salvación de los que están adentro y afuera de la iglesia, estoy seguro que esta obra titulada “Matrimonio y divorcio a la luz de la palabra” es un llamado del ESPÍRITU SANTO a la iglesia a nivel mundial, porque este fenómeno doctrinal de segundas nupcias de divorciados lo que los PENTECOSTES llamamos recasamiento está sutilmente invadiendo la iglesia del Señor en todo el mundo y de esta manera los que toleran esto pensando que están ayudando a las personas para que según ellos sean felices dentro de la iglesia, usan argumentos humanistas, jurídicos y eisegeticos (interpretaciones personales de la biblia) (2 Timoteo 4:9).


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El matrimonio es una institución divina desde el principio y así debe seguir. Por tanto:”... Lo que DIOS juntó, no lo separe el hombre" (San Mateo 19:6). Esta obra está completamente inspirada y soportada por la bendita palabra de Dios. POSDATA: Cuando hago injerencia de lo jurídico no estoy rechazando la parte jurídica del matrimonio. Lo que quiero decir es la legalización de segundas nupcias de divorciados.

Rev. Ancizar García Delgado Supervisor Región Sur de Colombia de la Ipuic

Docente en Teología, Educación Cristiana y Filosofía Moral


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INTRODUCCIÓN

Estimado Lector, en adelante encontrara plasmado, lo concerniente a la enseñanza basada en la palabra de Dios tocante al matrimonio, su importancia, origen, el ideal de Dios para el mismo, el divorcio, su origen, como también, los efectos perjudiciales, físicos, emocionales y espirituales que afectan a los implicados en este flagelo que azota la familia. Me gozo cuando encuentro algunas personas que han sido bendecidas a través de esta obra, “Matrimonio y divorcio a la luz de la palabra”. Sugiero que antes de leer cada capítulo, ore a Dios, tenga una Biblia a la mano y se disponga a estudiar detenidamente todo lo que aquí está escrito. Mi deseo es que Dios continúe bendiciendo su vida, hogar y familia hoy y siempre.

Jairo Araujo


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CAPÍTULO 1 1

MATRIMONIO BAJO LA VOLUNTAD DIVINA Vs MATRIMONIO BAJO EL CAPRICHO HUMANO

En este capítulo, cuando hablo de matrimonio bajo la voluntad divina, me refiero al matrimonio que se hace entre un hombre y una mujer, solteros o viudos, que siguen los principios fundamentales para

buscar pareja, y que aun cuando su relación matrimonial, pase por las más adversas situaciones, no consideran la posibilidad de un divorcio; en su lugar dejan que Dios ministre y restaure su relación de compromiso. Cuando hablo de matrimonio bajo el capricho humano, me refiero en primer lugar a las segundas nupcias de divorciados (recasamiento), y también al matrimonio entre parejas del mismo sexo, quienes tienen motivaciones muy distantes de la voluntad divina, para unirse en dichas relaciones. Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios. (Hebreos 13:4) A la luz de la palabra de Dios, observamos que el matrimonio, es un estado digno, decente y valioso, lo cual contrarresta de manera firme, pensamientos tales como “el matrimonio es como el demonio” que surge de personajes que ven el matrimonio como algo desagradable, basados en sus propias experiencias y perspectivas erróneas del mismo. Todo matrimonio entre un hombre y una mujer, sin importar raza, religión o condición social, tiene el mismo valor ante Dios, ya que por naturaleza el matrimonio fue constituido por Dios y está conformado por criaturas de Dios.


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Fue instituido para que sea permanente (hasta la muerte), aun cuando surjan dificultades y desavenencias que es natural que ocurran, puesto que el vínculo está integrado por seres humanos con defectos y debilidades. Deseo compartir en este capítulo, dos tipos de matrimonios y tres maneras de búsqueda de pareja, los cuales al conjugarse pueden resultar en un matrimonio bajo la voluntad de Dios, o en un matrimonio bajo el capricho humano. 1. MATRIMONIO BAJO LA VOLUNTAD DIVINA. Su lema “Hasta

que la muerte los separe” El matrimonio, no es un contrato ante los hombres, es un pacto ante

Dios, de allí podemos aprender un gran principio, el matrimonio no lo

validan los hombres, tiene valor por su naturaleza misma, puesto que es establecido por Dios y es único en su género, es por eso que la expresión “una sola carne” que representa unión al referirse al contexto exclusivamente del matrimonio, no es igual al contexto de la fornicación y el adulterio, puesto que en el matrimonio la unión representa honra, pero en la fornicación y en el adulterio, la unión representa deshonra. La Palabra de Dios es muy explícita, ya que describe literal y simbólicamente, el gran significado del matrimonio hecho bajo la voluntad divina, basta tan solo con observar algunos pasajes de las escrituras en cuanto a ello, para reconocer el gran valor que tiene el matrimonio para Dios. Veamos la primera manera de búsqueda de pareja. - QUIEN BUSCA PAREJA DE MANERA COMPLETA: Es aquel, que

se somete primeramente a la voluntad de Dios, y no busca una pareja bajo su propio querer (capricho), si no aquel que confía en que Dios le dará lo que él o ella necesite; y que antes de tener una pareja que


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pueda llegar a ser su conyugue, tiene en cuenta varios aspectos, entre ellos los siguientes:

- Que sienta atracción. Pero no se deja dominar exclusivamente por la

mera atracción. Que exista amor. No capricho, obsesión, mucho menos apasionamiento. Que haya compatibilidad. La cual se reconoce durante el noviazgo, si se es sabio. Que compartan

principios. Que los dos sean creyentes, amen a Dios, tengan propósitos similares en cuanto a su vida, provengan de condiciones sociales similares, concuerden con sus edades, busquen valores y principios, internos y externos mutuos. No se centra exclusivamente

en lo material. Es moderado, no interesado. No busca alguien

perfecto. Sabe que como humanos siempre tendremos defectos. Usa

la razón de manera sabia. Adquiere consejo, ante los padres, pastor, líderes o personas con mayor experiencia, pero sobre todo atiende y pone en práctica los buenos consejos a la luz de la Palabra. Sabe

esperar, no se apresura. Espera en Dios y en el momento adecuado. Busca equilibrio entre sus gustos y deseos. “No hace lo que siente por que siente, si no que hace lo que debe, aunque no sienta y no hace lo que siente cuando no debe.” (David Hormachea). Sabe mantener la

pureza antes de casarse. Sabe respetar y se hace respetar, pero sobre todo lo hace, porque teme a Dios.

2. MATRIMONIO BAJO EL CAPRICHO HUMANO. Su lema “Hasta que el divorcio los separe”

Más como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. (Mateo 24:37 – 39). Hay una frase interesante en estos versículos, la expresión “casándose y dándose en casamiento,” el contexto del pasaje se refiere a la venida del hijo del hombre; pero el texto es claro, puesto que el casarse y darse


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en casamiento al que se refiere aquí, no es el matrimonio bajo la voluntad divina, si no el matrimonio bajo los caprichos y deseos del hombre. Hoy en día la historia es similar a la de los tiempos de Noé; al tratar un tema tan delicado como el matrimonio, es indispensable declarar que hay parejas las cuales Dios une, pero hay parejas que se unen, aun

cuando Dios no aprueba tal relación o unión. (Segundas nupcias de divorciados o matrimonios entre parejas del mismo sexo) Hoy en día, parejas divorciadas se casan una y otra vez, esta práctica es más evidente en la farándula, un actor se casa con varias mujeres en su vida, se divorcia en varias ocasiones, y contrae nuevas nupcias, esto es

a lo que llamamos uniones bajo el capricho humano. En la actualidad, muchos países legalizan matrimonios, entre hombres y mujeres del mismo sexo; la familia y la sociedad se desintegran cada vez más, aun, dentro de las congregaciones surgen matrimonios, los cuales se acomodan a los caprichos humanos y se van en contra de la voluntad de Dios. Quiero mencionar las otras dos maneras de búsqueda de pareja en este punto. - QUIEN BUSCA PAREJA DE MANERA SUPERFICIAL: Su lema “Hasta que otro u otra mejor los separe” En esta modalidad predomina el capricho del hombre o la mujer, ya que busca su propio gusto, deseando satisfacer de forma egoísta sus deseos y enfocándose de manera exclusiva en el aspecto exterior de la otra persona, o en lo que posee (físicamente o materialmente), lastimosamente, cuando alguien escoge una pareja bajo este modo superficial, al contraer matrimonio genera mayores problemáticas, desatando así una cadena de dificultades que provocan el divorcio.


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- QUIEN BUSCA PAREJA DE MANERA SUPER ESPIRITUAL: Su lema “Hasta que una nueva revelación divina nos separe” Dentro de este serio problema se ven involucrados en repetidas ocasiones, aquellos que pretenden inspirados bajo sus propios deseos que Dios les de lo que ellos quieren (capricho), mas no lo que ellos necesitan (voluntad de Dios). Los que buscan pareja de esta manera, piden señales o visiones que en la gran mayoría de los casos son absurdas; esta también es uno de las razones para que muchos hoy, sigan solteros, pues esperan a que Dios les entregue en sus manos a quien va a ser su pareja sin siquiera ellos abrir su boca para conquistarla. Este método mal enfocado lleva a muchos a culpar a Dios por sus propios fracasos y malas elecciones, ya que dicen: “Yo ore por él o ella

y fracasé” pero la verdad fue que oro por sus propios caprichos, mas no para que se cumpla la voluntad divina en él, esto lo lleva a pensar erróneamente, que Dios le dará alguien perfecto. Este tipo de matrimonios, lamentablemente en muchos casos termina en fracaso. La persona ideal que Dios da, es una persona con defectos, más no perfecta. Ahora mencionare algunos tipos de matrimonios, que son candidatos al fracaso, ya que, en el capricho humano no obra la voluntad divina.

EL MATRIMONIO POR INTERES: En este tipo de matrimonio obra el capricho del hombre, ya que se centra en algunos aspectos mal enfocados, entre ellos los siguientes:

INTERES FISICO: Su lema “Hasta que la belleza se acabe y los

separe”. Aquellos que se casan exclusivamente por que se sienten atraídos por la otra persona, no por sus virtudes o valores, si no por


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su atractivo físico, una vez casados abren los ojos y se dan cuenta que no todo es como pensaban, y como si esto fuera poco, descubren que en la sociedad que los rodea, hay mujeres más bellas u hombres más atractivos que su conyugue, en su gran mayoría estos hogares fracasan.

INTERES ECONOMICO: Su lema “Hasta que el dinero los separe”. Aquellos que van tras el poder económico cuando se llegan a casar, generalmente también fracasan, la Biblia dice: raíz de todos los males es el amor al dinero. Cuando contraen matrimonio, no por amor si no por interés de fama de bienes o riquezas, en algún momento su vacío emocional no les permitirá que continúen unidos y por tal razón el divorcio se hará presente.

INTERES DE SUPUESTA LIBERTAD: Su lema “Hasta que la realidad los separe”. Cuando alguien no tiene buenos principios o bases pre matrimoniales, tiende a creer que el matrimonio es simplemente para salir de la rutina en su hogar, librarse de la autoridad de sus padres, tener sexo, y otra serie de razones incoherentes como las anteriores, las cuales provocan en este tipo de matrimonios muchos fracasos.

EL MATRIMONIO OBLIGATORIO O FORZOSO. Su lema “Hasta que los problemas los separe”. Muchos piensan en el matrimonio como una oportunidad legal para tener sexo, lamentablemente hoy en día el número de parejas en lo que se conoce como unión libre, ha aumentado impresionantemente, esta mala concepción del sexo también hace que muchos adolescentes, jóvenes o aun adultos, pretendan experimentar lo que se siente antes de tiempo, es decir antes de casarse, de allí la cantidad de embarazos no deseados, los cuales en su gran mayoría producen, abortos, en otros casos, madres solteras y en otros matrimonios obligatorios. El decir es el siguiente “ya que estas embarazada, pues casémonos” en muchos de estos casos no hubo buena instrucción, y cuando la hubo simplemente se la


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ignoró, lo que ha provocado en este tipo de matrimonios, un alto porcentaje de divorcios.

REFLEXIONES A LA LUZ DE LA PALABRA DE DIOS. - El matrimonio según la voluntad divina es una bendición.

(Proverbios 18:22) - La mujer que teme a Dios es sabia; no es parte del problema si no parte de la solución dentro de su matrimonio. (Salmos 128:3; Proverbios 12:4, 14:1) - Cuando un hogar está bajo la voluntad de Dios, goza de plenitud.

(Proverbios 5:18; Eclesiastés 9:9) - Cuando el hombre se deja guiar por Dios, es bendición en su

matrimonio. (Efesios 5:33; 1 Pedro 3:7)

- El matrimonio bajo la voluntad de Dios, cumple el propósito divino para el mismo. (La unidad o unión de una pareja, de forma permanente, bajo el respeto mutuo, la obediencia, el amor, la procreación y la intimidad integral). (Colosenses 3:18 – 19; Efesios 5:23 – 25) En síntesis, los matrimonios de personas libres, solteras (os) y viudas

(os), que siguen los principios de búsqueda de pareja y tiene en cuenta la dirección de Dios, se unen, bajo LA VOLUNTAD PERFECTA O ABSOLUTA DE DIOS. Los matrimonios de personas no libres, divorciadas, o lo que es peor personas del mismo sexo, se unen bajo el capricho humano, es decir en CONTRA DE LA VOLUNTAD DE DIOS. Por último es necesario aclarar que, todos aquellos que contraen

matrimonio, aun cuando no conozcan de Dios, ya sea por lo católico, o


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por lo civil, y aunque no hayan seguido los principios fundamentales de búsqueda de pareja, en el mismo momento en que contraen el pacto

matrimonial, quedan unidos, aun cuando sean incoversos, estos se unen BAJO LA VOLUNTAD PERMISIVA DE DIOS. Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea de hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade. (Gálatas 3:15)


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CAPÍTULO 2 2

¿CÓMO EVITAR, EL FRACASO MATRIMONIAL? Estimado Lector, quiero dar a conocer algunas causas por las cuales muchos matrimonios terminan en divorcio, lo cual no es otra cosa que “separación legal ante los ojos de los hombres”, mas no ante los ojos de Dios. (Mateo 19:6; Marcos 10:9). Es muy importante reflexionar en torno al significado profundo del compromiso matrimonial, en términos de su carácter permanente y de por vida. Conviene tener en cuenta algunos factores que hacen que el ideal de Dios de que una pareja se mantenga unida hasta la muerte, no sea tenido en cuenta o no llegue a su cumplimiento. Este capítulo va dirigido con mucho cariño, a aquellos que están interesados en cumplir la voluntad de Dios. Aunque el listado es mucho más amplio y complejo que el que aquí presentare, solo quiero dar algunas razones debido a las cuales, el adulterio, el maltrato y cada una de aquellas cosas destructivas, que provocan el divorcio, suceden. 1. SENTIMIENTOS INESTABLES: El amor es el factor fundamental

en la formación de la pareja, pero es muy fácil llegar a estar confundidos en cuanto al nivel sentimental, debido a que el amor es un sentimiento, debe ser tratado con mucha atención y cuidado, el amor nace, crece y madura. Pero también puede detenerse en su desarrollo, enfermarse y aun morir, se necesita una disciplina enriquecedora, que lo aumente y fortalezca, pero cuando esto no sucede, entonces debido a que


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nuestro corazón es muy cambiante (inestable) el amor de pareja se empieza a deteriorar al punto que se convierte en desamor. Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? (Jeremías 17:9).

Es necesario, no solo basarse en emociones, sentimientos o razonamientos humanos, es sumamente importante, que cada miembro de la pareja, deje que el amor y la gracia de Dios sature su corazón y entonces podrá responder afirmativamente a Dios primeramente, (Proverbios 23:26) y de igual manera podrá corresponder positivamente a su pareja como tal. (Eclesiastés 9:9)

2. RUTINA EN LA RELACIÓN: Cuando en la pareja se considera que

todo se ha dicho, cuando el amor se expresa con la misma liturgia de siempre, cuando los conflictos son reiterativos y no hay crecimiento en ningún área común, entonces el futuro de la felicidad se reduce, mientras se aumenta un presente de infortunio. Una buena manera de neutralizar la falta de creatividad es la renovación del amor, se logra a través del respeto y la comprensión, los cuales deben ser fundamentales para ayudar a lograr este propósito, es necesaria la demostración permanente de afecto, por todos los medios posibles. En el Antiguo Testamento, Isaac y Rebeca fueron observados desde una ventana mientras se acariciaban, de tal manera que Abimelec se dio cuenta de que ellos, no podían ser otra cosa que marido y mujer (Génesis 26:8 – 9). Cuando el amor es alimentado de ternura, dedicación, fidelidad, cariño y pasión, siempre encuentra caminos por los cuales ofrecer novedades a la pareja, y se torna mucho más agradable la relación, cuando Dios es el centro de la pareja y de cada individuo.


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3. CELOS: Este terrible sentimiento negativo, lejos de enaltecer el amor, lo humilla y carcome, logrando estropear la sustancia del amor, ya que estos, producen controversias interminables. En Cantares se afirma que los celos “son duros como el seol” (Cantares

8:6) mientras que en Proverbios se dice que son "el furor del hombre” (Proverbios 6:34). Si responde sinceramente las siguientes preguntas le ayudaran a evitar, este terrible mal de los celos en su vida. ¿Qué aporta a la relación un individuo celoso? ¿Cuántos hogares han terminado en divorcios debido a los celos? ¿Cuántos matrimonios han fracaso debido a celos sin fundamento? Un simple repaso de la realidad diaria nos puede ofrecer razones más que suficientes para reconocer el peligro de esta enfermedad, llamada los celos y lo demoledores que pueden ser para el matrimonio.

4. DISCORDIAS INCESANTES: Las discordias permanentes, los escándalos, y los altercados sólo consiguen abrir grietas muy difíciles de reparar en la relación de pareja. Hay que aceptar que aun en la mejor de las relaciones se pueden dar momentos de cansancio y mal humor, las discusiones son inevitables y forman parte del complejo mundo de las relaciones interpersonales, pero es necesario saber superar esos momentos de crisis, a fin de que la paz y la armonía no se vean quebrantadas.

CONCLUSIÓN

Es necesario que la pareja cristiana que se ama profundamente, que comparte y convive en comunión con Dios, consigo mismo y con su conyugue, sea consciente de los peligros que amenazan su relación y se


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esfuerce por evaluar adecuadamente sus sentimientos y confrontar los terribles males de la rutina, los celos y la discordia. Solo de esta manera podrán cumplir los propósitos y ordenanzas de parte del Señor para el matrimonio.


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CAPÍTULO 3 3

PARA UN MATRIMONIO EN CONFLICTO Con amor y verdad se perdona el pecado, y con temor del SEÑOR se evita el mal. Cuando el SEÑOR aprueba la conducta de un hombre, hasta con sus enemigos lo reconcilia. (Proverbios 16:6 – 7). NVI Cuando los problemas dentro de un matrimonio se han desbordado y han sobrepasado los límites de respeto, amor propio y por la pareja, el divorcio es tomado como una ruta de escape para muchos matrimonios en conflicto. En caso de adulterio, la salida fácil preferiblemente es involucrarse con una nueva mujer o un nuevo hombre, antes que restaurar la relación con su conyugue. Las consecuencias de tal decisión son terribles, puesto que al iniciar una nueva relación, en la gran mayoría de casos tan solo se hace necesario esperar un tiempo para vivir de nuevo la misma experiencia. El camino fácil, no es el mejor, el más bueno, o el más recomendable. (Proverbios 14:12; Proverbios 16:25). Para restaurar la relación afectada, es necesario que el culpable se disponga a salir del adulterio o el maltrato en caso de que ese sea el problema, y también que vuelva a reconquistar o re enamorar aquella persona a quien le fue infiel o le ha maltratado; el infiel o el abusador

es quien debe tomar la iniciativa. La parte o persona afectada, mucho más si es creyente, debe aprender a perdonar aquellos graves defectos y acciones. En una relación así, para que las heridas sanen tomara tiempo, no se conseguirá de la noche a la mañana, por lo tanto, se requiere de paciencia, requiere perdón y no de labios para afuera; requiere un compromiso firme y sincero por parte de la persona que cometió la infidelidad o el maltrato para no continuar en dicho proceder.


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El proceso de sanar las heridas que dejan como secuela el adulterio o el maltrato, debe comenzar por ser sanados individualmente, es decir tanto quien fue infiel o abusivo, como a quien le fueron infiel o fue abusado. Esto hace que la relación se sane paulatinamente; indudablemente para que todo esto llegue a su clímax más agradable, el matrimonio en conflicto, necesita de la intervención de Dios el cual está lleno de paciencia, sanidad, amor, bondad y perdón. En definitiva, la parte afectada, como también la parte culpable, deben permitir que en cada uno de ellos Dios haga su obra. Cuando esto ocurre, se torna realista, la oportunidad de rehacer un matrimonio en conflicto. Solo Dios puede sanar las heridas internas, que le provocaron a quien le han sido infiel o a quien le han maltratado, solo él puede cambiar el duro corazón de aquel que las provoco con su infidelidad, o con su abuso, si las dos partes lo permiten, Dios les dará sabiduría para saber cómo restaurar su matrimonio y quitar de en medio los roces que producen malestar en aquella pareja. Como dice la canción clásica, solo Dios hace al hombre feliz, la vida es vana, todo se acaba, solo Dios hace al hombre feliz, solo Dios hace a la pareja feliz, solo Dios hace al individuo feliz, el divorcio no hará feliz,

a ninguno de los dos. Cuando el divorcio llega, en la parte afectada se produce un sentimiento de “libertad”, pero no obtendrá la llenura que necesita, en la parte culpable se abrirá la puerta para seguir pecando, su sentimiento será de placer más no de felicidad. En este breve capítulo solo hemos pensado en la pareja, pues hemos excluido de este capítulo a los hijos, y los efectos perjudiciales que provocan el divorcio y las nuevas nupcias de sus padres en ellos, ¿Qué tal si pensáramos por un momento en los hijos?...


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CAPÍTULO 4 4

¿POR QUÉ, EL MATRIMONIO DEBE SER HASTA LA MUERTE? Estimado Lector, en este capítulo, quiero dar una respuesta sencilla pero categórica y profunda, debe ser hasta la muerte porque el plan y la orden de Dios, es que así sea. Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. (Mateo 19:6) Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. (Marcos 10:9)

Las palabras de Jesús aquí expresan que lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe, lo cual es la meta que toda pareja debe esforzarse por alcanzar y expresa la voluntad de Dios en cuanto al matrimonio. Es necesario tener en cuenta la indisolubilidad como meta divina para el matrimonio, la palabra de Dios de ninguna manera anima o apoya el divorcio. La declaración que dice lo que Dios juntó, no lo separe el

hombre, no es solo un dicho, es indudablemente un mandamiento, es la revelación de una ley u ordenanza moral. Es importante tener en cuenta tres tipos de matrimonios, los cuales representan la mayoría de los estilos de familia, exceptuando lógicamente las familias donde solo hay un padre o una madre. 1. EL MATRIMONIO EN QUE NINGUNO DE LOS DOS ES

CREYENTE: Es interesante notar que el propósito y la orden de Dios se cumple, aun en matrimonios de parejas no creyentes, las cuales pasan por serias etapas de dificultades, y pese a ello, lo único que los separa es la muerte natural y física, el problema dentro de estas parejas, es que no tienen a Dios en sus corazones, pero sin embargo se mantienen unidas hasta la muerte.


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2. EL MATRIMONIO EN EL QUE LOS DOS SON CREYENTES: Cuando un matrimonio está bajo la voluntad de Dios, no existirá el divorcio, si la pareja está dispuesta a someterse a la voluntad de Dios, aun cuando haya existido infidelidad o maltrato de por medio, Dios les dará la fuerza necesaria para superar las situaciones adversas, y mantenerse unidos hasta la muerte.

3. EL MATRIMONIO EN QUE SOLO UNO DE LOS DOS ES

CREYENTE: En una pareja, donde uno es creyente y el otro no lo es, la razón por la cual se puede mantener unida hasta el final, aun cuando haya infidelidad, o cosas peores de por medio, es que la parte afectada o inocente, tiene su confianza puesta en el que todo lo puede. Por dolorosa que sea la situación, el amor de Dios y la confianza en él, hace que la parte afectada, no albergue, resentimiento, odio, amargura, o deseo de venganza, esta influencia piadosa que hay en la parte afectada, acompañada de una actitud firme para evitar que la infidelidad o el maltrato se perpetúe, ha logrado en la gran mayoría de casos, que el conyugue que tenía el problema, recapacite, vuelva a su hogar y perseveren unidos, hasta el final.

Quiero bosquejar esta situación, con un importante testimonio. Una pareja unida en matrimonio, en la cual, el esposo era incrédulo, donde existían hijos de por medio y ella era creyente, sucedió un caso de infidelidad extrema. En alguna de las vacaciones familiares, el esposo llevo a su amante a las mismas vacaciones. - Además maltrataba a su esposa - debido a esta situación, la hermana reaccionaba fuertemente, lloraba lanzando cosas de un lado para otro a causa del dolor que sentía por la infidelidad y el maltrato que recibía. Un Pastor sabio, interesado no en el divorcio, si no en la solución, le explico que ella no debía permitir que este caso de infidelidad y maltrato continuara, pero que confrontara la situación, como una hija de Dios que era, no con reclamos, ni peleas, mucho menos con gritos,


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más bien, que le demostrara a su conyugue que confiaba en Dios, pero que también estaba dispuesta a perdonar esa situación con el fin de que no siga sucediendo; ella lo hizo, confronto al hombre, no termino de decirle lo que pensaba y lo que estaba dispuesta a hacer, cuando su esposo empezó a llorar, porque estaba sorprendido de que una mujer que tiene a Dios en su corazón, sea capaz de estar dispuesta a perdonar tal circunstancia. Hoy él también es creyente, se han mantenido unidos gracias a la misericordia y fortaleza que ellos reciben de parte de Dios. De los anteriores tipos de parejas, podemos aprender lo siguiente. Primero: Independientemente cual sea su situación, sean o no creyentes, o solo uno de ellos sea creyente, ninguno de los tipos esta excepto de tener problemas de maltrato físico o verbal, infidelidad conyugal, o serios problemas que afecten su convivencia matrimonial. Segundo: Independientemente de en cuál de estos tres tipos de matrimonios se encuentren, el propósito de Dios, el cual es que se mantengan unidos hasta la muerte, puede llegar a su cumplimiento. Hay muchas razones, por las cuales una pareja debe continuar, solo daré cuatro de ellas.

1. POR QUE LO DEMANDA DIOS: El matrimonio debe ser hasta la

muerte, porque así lo demanda Dios, puesto que sólo en una unión permanente, puede lograrse el ideal de una sola carne, que es una expresión de la voluntad final de Dios para una pareja de casados.

2. POR QUE LO DEMANDA EL AMOR: El matrimonio debe ser hasta la muerte, porque así lo demanda el amor, el amor matrimonial es una continua donación de sí mismo al otro, es una entrega íntima, noble, total y confiada, que al tiempo que lo exige todo, también excluye todo, el amor matrimonial no admite reservas, provisional o anulación, si así fuera, perdería su propia identidad o sería un amor decapitado, el amor es una posibilidad abierta, su permanencia


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depende de su cultivo y maduración, la pareja debe cultivar constantemente la firmeza de su amor.

3. POR QUE LO DEMANDAN LOS HIJOS: El matrimonio debe ser

hasta la muerte, porque así lo requiere el bien de los hijos, la raza humana es la más dependiente e indefensa de todos los seres vivos que habitan el planeta, el desarrollo físico, psíquico y práctico del ser humano, demanda muchos años de cuidado y entrenamiento. A diferencia de la mayoría de los animales, el niño demanda cuidados y un proceso de educación sumamente complejo, esto hace que su dependencia de sus progenitores se prolongue durante un tiempo muy considerable.

El hijo no necesita meramente de una familia, sino de su familia; necesita de sus padres, su desarrollo integral entonces, dependerá en sumo grado del carácter de la relación de amor que sus padres mantengan, si descubren al padre y a la madre amorosamente juntos, se sentirán seguros. Pero se mostrarán inseguros y ansiosos si tienen miedo de perder la confianza de las dos personas más queridas en el mundo, a las que se aferran instintivamente con todo su ser, la desavenencia matrimonial produce un quebrantamiento en la conciencia infantil, que muchas veces es incurable, muchas situaciones traumáticas, desarrolladas en la infancia, tienen que ver con los conflictos matrimoniales de los padres y perduran a lo largo de toda la vida del hijo. Cuando los padres rompen su relación, los hijos quedan a mereced de un destino, que siempre es incierto, una encuesta científica, estableció que el 85% de la delincuencia juvenil ocurre entre los hijos de padres divorciados. Otras investigaciones comprueban, que un individuo que no conoció desde pequeño un amor constante o padeció dolorosas desilusiones al respecto, se vuelve incrédulo frente al amor que recibe, no sabe amar


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con confianza y si se casa, su matrimonio corre el riesgo de ser inseguro y de fracasar. Esto también ocurre en caso de que haya divorcio y recasamiento, según la Psicología, para un hijo que sabe que su padre fue infiel, se fue a vivir con otra y como si fuera poco su madre le pone un padrastro, el daño psicológico es tal, que para él, sería mucho más fácil recuperarse de la muerte de su padre, que de la desunión de sus padres, y las nuevas uniones de los mismos. Esto también se da según algunos estudios, en el caso de la persona a quien le fueron infiel y fue abandonada, para ella sería más fácil recuperarse de la muerte de su ser querido, que de la separación por infidelidad, el hecho de que una persona tienda a recasarse, se debe a este sentimiento profundo, que se aumenta con el desprecio y el abandono total, por ende tiende a buscar amparo en otra persona, de allí que el nuevo hogar sea inestable y en gran porcentaje lastimosamente ocurre un nuevo divorcio. Debido al daño, emocional, espiritual y físico, que produce una separación, es importante este aspecto, ya que el fin del matrimonio unido, hasta la muerte, es compartir, convivir, amarse y procrear, por cuanto, procreación no implica sólo la generación de hijos, sino la educación, protección y crianza de los mismos, lo que exige el sacrificio lento y continuo de los padres.

4. POR QUE LO DEMANDA LA FELICIDAD DE LA PAREJA: El

matrimonio, debe ser hasta la muerte, porque la felicidad de los esposos así lo requiere, por el bienestar espiritual, físico, emocional, psicológico, del individuo y de la pareja como tal. Por lo tanto, es necesaria la unión antes que la desunión, la plena realización del amor conyugal, no resulta de la conformación de una cantidad de aventuras amorosas, que se puedan tener fuera del matrimonio, o de una nueva relación amorosa que se pueda emprender, sino de la perseverancia y el trabajo constante por mejorar la relación matrimonial que se tiene.


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Por último quiero compartir estos bellos pasajes de las escrituras. Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido. Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera. (Romanos 7:2 – 3). Estos versículos en particular, ilustran la gran verdad de este principio, “el que solo la muerte, deja plena libertad, para casarse de

nuevo,” el Apóstol Pablo, quiere dejar en claro dos cosas: Primero: La muerte corta la relación de la persona con la ley que la une a su conyugue. Segundo: Esa liberación de la ley a través de la muerte física, permite que una persona tenga la posibilidad de unirse a otra. La mujer casada está ligada por la ley mientras su marido vive; pero si su marido muriere, libre es para casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor. (1 Corintios 7:39). Pablo recalca una vez más, la característica tan seria del compromiso que define al matrimonio, el cual solo culmina cuando muere alguno de los dos conyugues, quedando libre para casarse, pero exclusivamente con alguien que tema a Dios y tenga los mismo principios Cristianos.


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CAPÍTULO 5 5

LA DESINTEGRACIÓN DE LA FAMILIA. EL DIVORCIO COMO SEÑAL DE MALDICIÓN GENERACIONAL

El divorcio es una de las muchas señales de maldición generacional, es decir, un mal que persigue muchas familias, generación tras generación. Pasó delante de Moisés, diciendo en voz alta: — ¡El Señor! ¡El Señor! ¡Dios tierno y compasivo, paciente y grande en amor y verdad! Por mil generaciones se mantiene fiel en su amor y perdona la maldad, la rebeldía y el pecado; pero no deja sin castigo al culpable, sino que castiga la maldad de los padres en los hijos y en los nietos, en los bisnietos y en los tataranietos. (Éxodo 34:6 – 7). DHH Por un hombre, entro en el mundo el pecado y por el pecado la muerte, y la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. (Romanos 5:12). Así como se trasmiten las bendiciones, se trasmiten las maldiciones. Es por eso que hay familias plagadas por enfermedades de carácter genético o hereditario, también hay familias asediadas por males de carácter emocional o psicológico. (Deuteronomio 32:5; Isaías 57:3 – 4). Así como la bendición tiene su causa, la maldición también la tiene, así como la bendición tiene sus señales o evidencias, la maldición también las tiene. La causa de la bendición es la obediencia a Dios (Temor a Dios), la causa de la maldición es la desobediencia a Dios (El Pecado). Quiero compartir algunos datos sobre el divorcio: Cuando una persona se divorcia y se involucra en un segundo matrimonio,


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mientras su conyugue vive, las estadísticas dicen, que tiene menos de un 30 % de posibilidad de que su segundo matrimonio sobreviva 5 años o más y que el tercer matrimonio solo tendrá un 15 % de posibilidades de éxito. En Hollywood, en las Vegas o en el mundo del cine y la farándula, los actores y actrices se divorcian, se vuelven a casar una y otra vez, luego la misma historia se repite en sus hijos y los hijos de sus hijos. Lo terrible es que este problema de divorcios y segundas nupcias, quiere acceder aun dentro de las congregaciones cristianas, como hijos de Dios no podemos cerrar los ojos ante esta lacerante realidad, usted mismo puede averiguar la cantidad de personajes que aun dentro de las congregaciones “cristianas”, van por su tercer, quinto, o séptimo matrimonio, eso evidencia claramente una señal de maldición que se repite aun en la misma persona o individuo. Estadísticamente, casi todos los matrimonios se terminan por las mismas causas y en caso de que una persona haya accedido al segundo divorcio, este se da por la misma causa por la cual su primer matrimonio fracasó; y así sucede en los siguientes, lo que es peor en sus hijos, nietos y generaciones consecutivas. Los hijos de parejas divorciadas, tienden a ser más propensos a conflictos, debido a sus mayores posibilidades de problemas de conducta, tienden a pasar más tiempo en la cárcel, su capacidad de sociabilidad disminuye, según algunos estudios, también son más propensos a enfermedades físicas y mentales, puesto que tienden a encerrarse en su propio mundo, actuando así de forma más agresiva y de forma sutil luchan por tener apoyo emocional, esto hace que tomen más tiempo de lo normal para poder tener un adecuado desarrollo. Además según las estadísticas generales estos hijos de parejas divorciadas en caso de llegar a casarse, el flagelo del divorcio tiende a repetirse una vez más en sus hogares.


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Una persona divorciada y que ha contraído segundas nupcias, mientras su conyugue vive, no tiene la autoridad moral, para aconsejar a una pareja que tiene problemas en su matrimonio y mucho menos a sus propios hijos. Las maldiciones generacionales son evidentes e innegables, veamos algunos ejemplos bíblicos: Abraham dijo una mentira, (Génesis 12:10 –

19) esta se trasmitió a su hijo Isaac, (Génesis 26:7) y la misma a la esposa de Isaac y a Jacob su hijo, (Génesis 27:1 – 4). David peco, (2

Samuel 11: 1 – 27) el mismo pecado y las consecuencias, se evidenciaron en sus hijos; primero muere el niño, (2 Samuel 12:15 –

18) Ammón, viola a su propia hermana Tamar, (2 Samuel 13:1 – 19)

Absalón, cobra venganza y se rebela contra su propio padre, (2 Samuel

13:20 – 39; 2 Samuel 14; 15; 16; 17; 18) Adonias su hijo usurpa el trono, (1 Reyes 1:5 – 27) y por ultimo Salomón hijo de David y Betsabé, asesina a Adonias su hermano mayor, (1 Reyes 2:23 – 25). Todo esto significa que hay familias y personas, que traen a cuestas una maldición, ya sea de tipo físico, psicológico o emocional y espiritual. En cuanto al matrimonio, es imprescindible que hoy más que nunca tomemos con mayor seriedad este asunto del divorcio, puesto que muchos de nosotros, sin saberlo aun dentro de las congregaciones podemos traer a cuestas maldiciones en el área afectiva (divorcio) y en el área sexual, (adulterio, fornicación) entre otras señales que a la postre desintegran las familias destruyendo al individuo y afectando la sociedad. Aunque muchos consideran el divorcio, únicamente como un efecto que viene como resultado de unas causas, sin embargo desde la perspectiva espiritual, el divorcio es también una causa que desata un efecto en cadena, de una serie sucesiva de divorcios en generaciones enteras.


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No olvidemos que Dios aborrece el divorcio. (Malaquías 2:16) Solo Cristo, es el único que puede arrasar, desmenuzar, romper, y acabar, toda clase de maldiciones de generación en todas nuestras áreas como seres humanos. Cuando un hogar o familia, permite que la unción y gracia de Dios llegue a su corazón como también a su entorno, entonces y solo entonces, los yugos que desintegran las familias se pudrirán. Acontecerá en aquel tiempo que su carga será quitada de tu hombro, y su yugo de tu cerviz, y el yugo se pudrirá a causa de la unción. (Isaías 10:27)


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CAPÍTULO 6 8

LA MENTALIDAD FACILISTA, DE AQUELLOS QUE PIENSAN CASARSE, CON LA ESPERANZA DE DIVORCIARSE.

Lo que usted va a leer, ha sido objeto de debate por mucho tiempo, mi deseo no es herir u ofender, pero si declarar lo que la Biblia dice respecto a este asunto. Desde el momento en que el hombre por causa del pecado, perdió su inocencia, su naturaleza se fue degenerando cada vez más, y su inclinación siempre ha sido y es hacia lo malo. (Proverbios 15:26; Proverbios 21:4; Proverbios 24:9; Romanos 1:24 – 32) Debido a estas inclinaciones del hombre, desde hace mucho tiempo y hasta la actualidad, la familia como unidad fundamental de la sociedad, se ha visto afectada por muchos flagelos aberrantes y destructivos, que en la mayoría de los casos tienen que ver específicamente, con la parte sexual. El divorcio no solo es producto de unas causas, motivos o circunstancias, es producto de la desobediencia del hombre a las ordenanzas divinas, las cuales reiterativamente, van en contra de toda fornicación, adulterio o infidelidad. En la mentalidad facilista de muchos, el divorcio es tomado como una puerta de escape que los conlleva al libertinaje y por ende al pecado. Según: (Deuteronomio 24:1 – 4), durante mucho tiempo basados en la ley mosaica, los judíos practicaron el divorcio, debido a la influencia machista, el hombre se sentía en el absoluto derecho de abandonar a su esposa y como si fuera poco, de tomar para sí, mujeres extranjeras y concubinas, incurriendo en adulterio, los hombres alardeaban por esta


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situación, no así en el caso de las mujeres, quienes eran consideradas adulteras, si tenían más de un hombre. Es lamentable que hoy en día, la sociedad que avanza en conocimiento, ciencia y otras cosas, vaya en retroceso, en cuanto a la moral, la ética y los valores. Miles se divorcian, contraen nuevas nupcias, fracasan una y otra vez, todo esto, debido a su mentalidad facilista, que toma el matrimonio como un simple contrato, obtienen un divorcio y como si nada hubiese pasado, las dos partes divorciadas contraen otras relaciones, lastimosamente en las dos partes surge el fracaso, puesto que el problema más que de pareja, es individual y personal, específicamente, de carácter espiritual, emocional e íntimo, por lo tanto la solución, no es sencillamente divorciarse y casarse una vez más, ya que en las dos partes el problema persistirá, solo que ahora, el conflicto será con alguien diferente. Es interesante la historia del profeta Oseas, quien se mantuvo fiel, aun cuando su esposa, se convirtió en una prostituta. Su amor, no era de labios para afuera, era amor genuino, lo más interesante de la historia, es que el profeta en ningún momento pidió el divorcio de su esposa. Según los capítulos 1 al 3, de Oseas, ningún profeta como él, representó en su propia vida la palabra del Señor que debía anunciar a Israel, ya que fue su vida matrimonial, la que se convirtió en un símbolo vivo de su predicación. El drama vivido con Gómer, su esposa adúltera, hizo que Oseas comprendiera en toda su profundidad, lo que es el pecado y sobre todo, le permitió proclamar como nadie lo había hecho antes, la profundidad del amor de Dios, un amor que no se deja vencer por la infidelidad, sino que siempre hace prevalecer la misericordia sobre la


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ira y la fidelidad ante la infidelidad. “Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo.” (2 Timoteo 2:13).

Es por eso, que en el caso de Oseas, el simbolismo de esta acción es claro, ya que Oseas siguió amando a su esposa a pesar de su infidelidad, como si fuera poco, la volvió a tomar y ¡vaya de qué manera! (Oseas 3.1 – 5). Según, (Mateo 5:31; Mateo 19:3; Mateo 19:7; Marcos 10:2; Marcos 10:4),

se nota claramente, la intención legalista de los fariseos por buscar excusas con las cuales ellos puedan sentirse animados o amparados bajo su mentalidad facilista, para continuar en su práctica divorcista, estas expresiones, no son más, que el reflejo del pensamiento del hombre en cuanto al divorcio y la indiferencia del hombre, en cuanto a la importancia del matrimonio como lo instituyo Dios. Durante siglos, muchos países, gobiernos y aun algunas denominaciones, han tratado de excusar el divorcio y el nuevo casamiento (recasamiento), amparados en leyes que animan al soltero, a casarse facilistamente, sin siquiera explicarle la importancia del matrimonio o las razones por las cuales, una pareja no debe casarse, mucho menos, le explican acerca de los deberes a que se somete, los roles que debe cumplir o las dificultades que le pueden sobrevenir, a consecuencia de esta falta de preparación pre matrimonial, al final obtienen el divorcio, anulan el matrimonio ante la ley humana, la cual es permisiva y algunas leyes eclesiásticas, las cuales se tornan facilistas, contradiciendo y desobedeciendo así el mandato de Dios, dejando de lado el pacto matrimonial, el cual es ante Dios y la promesa de ser fiel, en las buenas y en las malas.

CONCLUSIÓN El amor y la relación de Cristo con su Iglesia, reiteradamente, simbolizan el matrimonio establecido por Dios, de allí, que el matrimonio es un serio compromiso, que requiere firmeza, entrega y


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amor reciproco, no con el objetivo de divorciarse, si no con el objetivo de perseverar.


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CAPÍTULO 7 7

PROCESO ANTES DEL DIVORCIO

Este capítulo, nos ayudara a mirar paso a paso, que se debe hacer antes de un divorcio, en caso tal que este sea inevitable.

Entre dos hijos de Dios, que son creyentes, están unidos en matrimonio, son temerosos de Dios y están dispuestos a vivir bajo la autoridad de la palabra de Dios, mas no por emociones humanas, el divorcio, no ocurrirá jamás.

Para que haya solución en los conflictos matrimoniales que hoy en día conllevan al divorcio, es necesario no solamente el consejo del Pastor o la opinión de algunos cuantos hombres, se hace necesaria ineludiblemente la intervención divina en el corazón de los conyugues, sobre todo en el corazón de aquel, que no considera tan siquiera la posibilidad de continuar en su hogar y apartarse de su abuso o de su inmoralidad sexual, los cuales provocan este serio problema. Hay dos casos que es necesario tener en cuenta como situaciones críticas, que pueden culminar en divorcio, el maltrato y el adulterio, es decir, cuando existe violencia permanente, no cuando alguien comete un acto de violencia o maltrato a su conyugue ya sea insultándolo o golpeándolo, no por ese acto inmediatamente debe terminarse su relación matrimonial, lo que debe hacerse es nunca más permitirlo, el abuso existe porque se permite, la solución es: Primero: Debe buscarse la confrontación no el enfrentamiento, es necesario ser categóricos y firmes al no permitir y dejar que la otra persona continúe con ese abuso físico o con su adulterio nunca más.


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Segundo: Si es creyente debe buscar amparo, protección y ayuda en la iglesia, el deber de la Iglesia es proteger y amparar a quien lo necesita, es decir el problema debe confrontarse primero dentro de la Iglesia. Tercero: Si dentro de la Iglesia no encuentra solución, es necesario recurrir a la ley para denunciar este acto de violencia que ocurre en su hogar. Lo anterior significa, que no necesariamente por que existe violencia, automáticamente el matrimonio se destruye y debe culminar con el divorcio, de igual manera, no necesariamente por que existe un acto de adulterio inmediatamente se destruye el matrimonio o debe haber un divorcio, es necesario ejercitar el perdón, el amor y lógicamente confrontar el problema de forma enérgica para no permitir que el conyugue siga en su adulterio. Primero debe confrontarse el problema de forma personal, segundo debe confrontarse el problema en la Iglesia, con la ayuda del pastor o líder, por ultimo si los anteriores no funcionaron, debe confrontarse legalmente. En cuanto a quienes están casados con individuos, ya sean hombres o mujeres, que persisten en la violencia, y no quieren cambiar ni quieren arrepentirse, o con aquellos que en su infidelidad, deciden irse con otra persona, continuar en el pecado y abandonar a su conyugue, sin importar que hayan ruegos, lagrimas, solicitudes, consejos, y no se logra que la persona desista, es decir esa persona que quiere seguir jugando en dos casas, con dos mujeres o esa que quiere seguir con dos hombres; como también con aquellos que cual bombilla se encienden en adulterio, luego se apagan, luego se encienden y luego se apagan, es decir que hoy es perdonada o perdonado por su infidelidad, pero que al cabo de un tiempo recae, y que después de haber pasado por el proceso de la investigación profunda de las escrituras, el asesoramiento detallado, la confrontación del problema de forma directa o personal, la confrontación del problema ante las autoridades


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de la Iglesia, y luego ante las autoridades legales, y si aun así el individuo no elije o acepta el cambio, se debe entrar primeramente en lo que se conoce como el proceso de separación de cuerpos. El divorcio es lo último en lo que se puede pensar; hasta este punto quiero aclarar algo, y es que nunca de la boca de un cristiano o hijo de Dios, debe salir la petición de un divorcio, este se da solo en caso de que el inconverso, el violento o el infiel, lo pida, jamás como idea de un hijo o hija de Dios. El divorcio en la pareja no puede ser producto de una ignorancia que se puede corregir, de un capricho, de una discusión, de un mal entendido, este llega cuando hay un proceso al que debe ser sometido y que ante todos los medios posibles, sin embargo se continua en un mal camino, viene el proceso de separación, esta separación de

cuerpos, ha producido que al cabo del tiempo las parejas tengan la oportunidad de reconciliarse, debido a que no se permitió que la otra persona siga en su abuso y se apartó de ese conyugue. Recuerde que los fracasos a los ojos de los hombres, son solamente oportunidades a los ojos de Dios. Donde terminan las posibilidades del hombre, allí comienzan las posibilidades de Dios. Así que es conveniente que cualquier pareja que esté atravesando por problemas matrimoniales se saque de la cabeza la idea que para rehacer la vida, es necesario divorciarse. El divorcio no es la voluntad de Dios. (Malaquías 2:16)

CONCLUSIÓN Lamentablemente en muchos casos, pese a que se ha aplicado cada punto del proceso antes del divorcio, muchos hogares se han


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desintegrado, es precisamente este el punto donde muchos tratan de alterar y adulterar las escrituras para abrir una puerta de escape, permitiendo conforme a una psicología y filosofía humanista, que el divorciado pueda volverse a casar, sin embargo la palabra de Dios no cambia, jamás se acomoda a las concepciones humanistas o filosóficas, el que se divorcia o separa que en el griego es la misma palabra, bíblicamente solo puede quedarse sin casar o reconciliarse con su marido o su mujer. (1 Corintios 7:10 – 11)


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CAPÍTULO 8 10

¿QUÉ HACER, EN CASO DE DIVORCIARSE? El Traicionado Y El Que Traiciona

Pero a los que están unidos en matrimonio, mandó, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido, y sí se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido, y que el marido no abandone a su mujer. (1 Corintios 7:10 – 11) Observemos estos versículos, tomando cada una de sus partículas. 1. "Pero a los que están unidos en matrimonio, mandó,” El Apóstol Pablo, hace énfasis, en que esto es una orden soberana, que está establecida en cuanto al matrimonio. (Génesis 2:24; Efesios 5:31). Y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. (Mateo 19:5 – 6) Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno, Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. (Marcos 10:7 – 9) 2. "no yo, sino el señor”. Al decir, no yo, si no el Señor, está diciéndoles a quienes están unidos bajo este vínculo sagrado del matrimonio, que la orden proviene de la autoridad máxima del universo, quien es el creador del matrimonio. La orden o mandato, se puede observar así: Tomando la primera partícula, que expresa la orden, la última partícula que la ratifica, y uniéndolas, para analizar, el término separar y abandonar.


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3. “que la mujer no se separe del marido; y que el marido no abandone a su mujer”. La palabra divorcio, en castellano, tiene varios sinónimos, las palabras, separe y abandone, son sinónimos de divorcio; en el hebreo la palabra kerituth, significa divorcio, repudio o despido, sí nos remitimos al griego, la palabra divorcio, viene del griego, apostasion, que significa, separar, desligar, desatar, abandonar. Termino afín es la palabra repudio, que viene del griego apoluo, que significa, dejar suelto, dejar ir. La orden consiste en que tanto el hombre como la mujer, unidos en matrimonio, no se separen, es decir, no se divorcien. Quien se divorcia, o quien divorcia a su pareja, está trasgrediendo y desobedeciendo este sagrado mandato. Dios no está de acuerdo con el divorcio, puesto que el divorcio, no es su propósito, para el matrimonio. (Malaquías 2:15 – 16). En el intermedio de las dos partículas, del pasaje que analizamos, encontramos lo siguiente: 4. “y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido” El mandato divino entonces cuando se llega al divorcio, tiene sólo dos opciones. Quedarse sin casar, o reconciliarse con su marido. La palabra de Dios, no pasa de moda, lo que en ella está estipulado, es digno y merecedor, de ser escuchado, leído y practicado. Versículos y frases como la anterior, son claros y contundentes.

Quedarse sin casar. Es una orden, que Dios mismo le da a quienes se divorcian, una orden de parte del soberano, no debe contradecirse, debe cumplirse. Dios es razonable, sin embargo, él tiene voluntad absoluta e ineludible. Es necesario mirar algunas razones, por las cuales una


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persona divorciada, sin importar causa, motivo, razón o circunstancia por la cual se divorció, no debe casarse de nuevo.

1. Porque Dios, así lo ordena: (1 Corintios 7:10 – 11) 2. Por qué el divorcio, es una señal de maldición generacional, la cual se transmitirá a sus hijos, es decir, si se divorcia y se casa nuevamente, este mal asediará a su propia descendencia, el pecado entro en el mundo por un solo hombre y por el pecado la muerte y la muerte paso a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. (Romanos 5:21.; Éxodo 34:6 – 7; Deuteronomio 5:9; Deuteronomio 32:5; Isaías 57:3 – 4, Oseas 8:7) 3. Por la consecuencia pecaminosa a la que lo conlleva el divorcio y en la cual lo envuelve, el nuevo casamiento; (Mateo 5:32; Mateo 19:9, Marcos 10:10 – 11) 4. Porque la única manera de tener una posibilidad, sana y Bíblica de casarse de nuevo, es a través de la muerte física de su conyugue. (Romanos 7:2 – 3; 1 Corintios 7:39) 5. Por causa del reino de los cielos, (su salvación) quien se queda solo o sola, obedece así, la palabra de Dios, “y hay eunucos que así mismo se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos” (Mateo 19:12)

Reconciliarse con su marido. La orden de Dios, es que siempre exista la posibilidad de reconciliarse con su esposa legítima, o su verdadero esposo. ¿Qué posibilidad tiene una persona que desea reconciliarse con su conyugue, cuando este o esta, ya está casado o contrajo matrimonio con otra persona? Hoy en día muchos divorciados corren de manera desenfrenada a buscar un nuevo matrimonio, otros a causa de sus sentimientos de soledad y rechazo, al sentirse abandonados, no buscan su apoyo en


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Dios, sino que lo hacen en los brazos de otra persona, otros a causa de la mala influencia se vuelven a casar, una vez divorciados. Más triste aun, es cuando muchos lo hacen, como producto de una mala interpretación de las sagradas escrituras que hablan sobre este tema, la gran mayoría se recasan, como resultado de un mal consejo, y otros lo hacen, despreciando el buen consejo.

EL TRAICIONADO Y QUIEN TRAICIONA Es necesario conocer hasta qué grado hay “culpabilidad o

inocencia”, en otras palabras ¿Existe realmente como causa de un divorcio, un inocente absoluto y un culpable absoluto? Generalmente al infiel se lo trata de manera categórica como “culpable” y a quien fue traicionado se lo trata como “inocente”, miremos lo que en un sentido literal y claro, indica culpa e inocencia. La culpabilidad indica, infracción, incumplimiento trasgresión o falta. La inocencia indica, ingenuidad, inexperiencia, simpleza, candor, credulidad. Es necesario recordar algunos principios:

Todo matrimonio bajo la voluntad divina permanece unido hasta la muerte, pese a las dificultades, a los conflictos, aun a la misma infidelidad, ya que en el matrimonio bajo la voluntad divina se cumplen las palabras, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre, en un matrimonio bajo la voluntad divina, Dios da gracia para perdonar al infiel, fuerza para que el traicionado perdone de corazón y fortaleza para que el que cometió la falta, no recaiga en su pecado.


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Un matrimonio bajo el capricho humano, es aquel en el que la pareja se une bajo sus propios razonamientos, quereres, gustos, pensamientos, filosofías y voluntades, debido a ello, tristemente al llegar las dificultades que a todo matrimonio le suceden, hay un momento en el que sus bases no logran sostenerlos y por ende se divorcian, ya que la base no está en Dios, si no en sus propios caprichos.

En primera estancia, de los anteriores principios podemos aprender que en un matrimonio, las dos partes son totalmente responsables ante Dios al adquirir un compromiso tan serio. En segunda estancia, aplicarle el término "inocente", a quien se divorcia por infidelidad y se casa nuevamente, es decirle una gran verdad ya que, el "inocente" es aquel que desconoce parcial o completamente lo que está sucediendo, por tal razón, la falta de conocimiento le conduce al pecado de adulterio (recasamiento). (Lucas 16:18) En tercera estancia, el infiel a quien se denomina culpable, es un ser humano con virtudes y defectos, que tiene una seria debilidad la cual, es pecado. Para obtener la victoria y no seguir en ese pecado, la fortaleza la encontrara en Dios, también necesitara el apoyo de su conyugue, quien sea de verdad espiritual, no una pareja tras el escudo de la “inocencia”, sino una pareja que por su conducta y fidelidad a Dios, aun a su enemigo hace estar en paz con él, la cual por su influencia piadosa, no exige un divorcio, si no que anhela cumplir el mandato de Dios, recurriendo a Dios para confrontar el problema, con autoridad, discernimiento, y sabiduría de parte de Dios, con una actitud sincera dispuesta a perdonar y no dejar que el enemigo de su matrimonio, el cual es satanás, obtenga la victoria.


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Así que, no es cuestión de tener lastima de quien se divorcia, porque su esposo o esposa le fue infiel, por ello decirle, que por ser “inocente” puede casarse de nuevo, porque Dios es amor, porque no es justo, porque produce tristeza que se quede sola o solo, en fin, ¿Quién dijo que en el tiempo de la gracia un verdadero hijo de

Dios y creyente esta solo?, aun cuando su matrimonio fracase, ese fracaso lo conlleva no a buscar excusas para casarse de nuevo, o a buscar un "inocencia" la cual es relativa, sino que lo conlleva a entregar su vida en las manos del Señor, quien es, padre de huérfanos, defensor de viudas y aun cuando su padre o su madre lo dejaren o en este caso, aun cuando su esposo o su esposa lo abandonare, el Señor con todo lo recogerá, no para ofrecerle alternativas humanas, sino para ofrecerle su verdadera paz. (Salmos 27:10; Salmos 68:5).


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CAPÍTULO 9 9

COMENTARIO A SAN MATEO 19:3 AL 12 Apreciado Lector, este pasaje de las Sagradas Escrituras ha sido usado para enseñar acerca del matrimonio y el divorcio, puesto que ese es su tema central, encontramos aquí dos posiciones, la posición de los fariseos, amparados en la ley mosaica y la perspectiva de Jesús. Es imprescindible tener en cuenta los pasajes paralelos a este texto. (Mateo 5:31 - 32; Marcos. 10:1 - 12; Lucas. 16:18); como también, (1

Corintios 7:1 – 16); sin hacer de lado los otros escritos del Apóstol Pablo, el Apóstol Pedro y los demás escritos, acerca del matrimonio y divorcio en las Sagradas Escrituras. En este capítulo quiero enfocarme, en el texto, contexto y parte de la situación histórica, que rodea los versículos del 3 al 12 de Mateo 19.

(San Mateo 19:3 – 12) 3 Entonces vinieron a él los fariseos, tentándole y diciéndole: ¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?

Hay 3 aspectos importantes en este versículo en cuanto a la procedencia y el contenido de la pregunta. ¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa? 1. ¿De quienes provenía la pregunta? Es necesario recordar que los

fariseos, eran uno de los grupos judíos más influyentes de la época, tanto que a diferencia de los saduceos y otras variantes, los fariseos lograron que sus interpretaciones fueran aceptadas por la mayoría de los judíos.

Tras la caída del Templo o Santuario del pueblo Israelita, los fariseos tomaron el control del judaísmo oficial, ellos fueron descendientes

http://es.wikipedia.org/wiki/Templo_de_Jerusal%C3%A9n


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de aquellos judíos, que regresaron de la cautividad de Babilonia, los fariseos, ocuparon los mejores y más importantes estrados en el Sanedrín, o Concilio, que era el nombre del tribunal más alto de los judíos. Los fariseos, eran un grupo no solo religioso, sino también político, que ante los ojos de muchos eran respetados. Sin embargo, a partir del mismo Juan el bautista, quien los califico como ¡Generación de Víboras! (Mateo 3.7). Los evangelios describen claramente, la manera como Jesús mismo confronto duramente sus enfoques legalistas y sus acciones hipócritas, es claro que ellos no lograron intimidar a Jesús con sus perspectivas legalistas, que ellos convirtieron en libertinaje.

2. ¿Con que objetivo hicieron esta pregunta? La motivación de los fariseos era inducir a Jesús a decir algo, con lo cual ellos pudieran contrarrestarlo, o acusarlo, claramente dice el texto, con el fin de tentarle, es decir con el objetivo de tenderle una trampa.

3. ¿Como iba enfocada la pregunta? Si usted observa, el enfoque de la

pregunta, va encaminado a la posición legalista con la cual ellos querían buscar excusas, para justificar la práctica del divorcio.

Primero: La pregunta dice, ¿es lícito?, esto quiere decir, legal, legítimo, permitido, o autorizado. Segundo: ¿Es lícito al hombre?, Como pueden observar aquí, puesto que ellos se basaban según la ley; en la ley judía, el varón era quien tenía “el supuesto derecho” de divorciarse de su mujer, pero no la esposa de su marido, era por esto que el hombre con una simple declaración, la cual no tenía apelación, podía reclamar el divorcio. Tercero: ¿Repudiar a su mujer por cualquier causa?, En otras palabras ellos preguntaron, si había una posibilidad según la ley de divorciarse, a esto se refiere la palabra causa, sus sinónimos, motivo, razón o


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circunstancia, esto era lo que asumían que se concedía según, (Deuteronomio 24.1 – 4), allí la expresión “algo indecente” que el pasaje daba como base para el divorcio, daba lugar para debate, puesto que algunos maestros lo limitaban al adulterio, o a alguna otra conducta sexual indecente, esto en el caso de los de la escuela de pensamiento, Shamai, Beit Shamai, quienes exigían una causa grave para aceptar el divorcio. En la práctica común, la cual era apoyada por algunos rabinos, en este caso los de la escuela de pensamiento Hilel, Beit Hilel, aceptaban el divorcio por cualquier causa, es por eso, que el divorcio, se daba prácticamente, como asunto del capricho del esposo, por cualquier razón, o causa, sin olvidar que era solo el hombre quien hacía uso de este supuesto derecho. 4 Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, Jesús hace memoria, de las palabras que están en, (Génesis 1:27) y en (Génesis 5:2). Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Es necesario tener en cuenta una expresión que en este mismo pasaje, se ratifica en dos ocasiones, la frase “al principio”, podemos notar que Jesús es claro en su posición, sin entrar en debate con los fariseos, Jesús enseña el propósito de Dios y el propósito de la ley, el no vino para abrogar o invalidar la ley, sino para cumplirla, mientras algunos rabinos de la época de Jesús, aceptaban el divorcio por cualquier causa, otros lo hacían únicamente en caso de adulterio o infidelidad conyugal, sin embargo, Jesucristo menciona que cuando Dios mismo creó al hombre y a la mujer, hizo solamente una mujer para un hombre y un hombre para una mujer. Es por ello que Jesús reafirma el propósito original o ideal de Dios, en cuanto a la permanencia del matrimonio, (Marcos 10:9)


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5 y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?

En este versículo, Jesús da realce a las palabras de Adán, en (Génesis

2:24). Con esta referencia, enseña la debida importancia y relevancia a la dignidad y el sentido profundo de la unión del hombre con la mujer, en el vínculo sagrado del matrimonio, el evangelista Marcos, habla de ello, en (Marcos 10:7 – 8), el Apóstol Pablo, también relata en cuanto a estas importantes palabras, en (Efesios 5:31). Jesús hace hincapié en cuanto al propósito de Dios acerca del matrimonio, el cual debe ser indisoluble y permanente, mucho más dentro de los hogares cristianos. El divorcio podría parecer necesario en muchas ocasiones, pero nunca puede ser bueno, el principio de que serán los dos una sola carne, se puede cumplir exclusivamente, en un matrimonio sin disolución, bajo las ordenanzas y la voluntad de Dios. 6 Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.

Las palabras de Jesús aquí, son una ordenanza o un mandato. Debido a la mala interpretación que se ha dado a estas palabras, en la actualidad el divorcio, se toma como una ruta de escape. El evangelista Marcos, hace referencia a la misma ordenanza en, (Marcos 10:9) Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre, el Apóstol Pablo, es más específico, cuando dice en, (1 Corintios 7:10) Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; la orden de Dios es que dentro de un hogar unido bajo el vínculo del matrimonio, no haya divorcio, el final del matrimonio bajo la voluntad de Dios, solo se da a través de la muerte física de uno de los cónyuges, solo en este caso, la otra persona queda libre para casarse, con tal que sea en el Señor, aquí


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se aplican las palabras que en la actualidad se les menciona a la pareja, el día de la boda, “hasta que la muerte los separe,” (Romanos 7:2 - 3; 1 Corintios 7:39). 7 Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla? Los fariseos replican de manera desafiante y malintencionada al preguntarle al Señor, cuál era la causa o la razón por la cual Moisés, permitió que el hombre pueda divorciar o repudiar a su mujer, basados en, (Deuteronomio 24:1 – 4), la intención de los fariseos de buscar ocasión de caer a Jesús no había cambiado.

8 Él les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así. Debido a las corrientes de pensamiento de las cuales venían los fariseos, en lugar de entrar en este debate, Jesús hizo una apelación o reclamo, en cuanto a (Deuteronomio 24:1 – 4), lo cual estaba estipulado según la ley mosaica; de esta manera, restableció la ORDENANZA original del Creador, expresada en (Génesis. 1:27 - 28; y Génesis 2:24), como superior a la PROVISIÓN de (Deuteronomio. 24:1 – 4), la cual se dio, sólo ante la dureza de corazón de los judíos, en este versículo es necesario tener en cuenta, a que se refiere con la expresión “dureza de corazón”. Primero: La dureza de corazón, llega al hombre cuando el hombre no quiere oír la voz de Dios. (Hebreos 3:7 – 8) Segundo: Ser duro de corazón es ser obstinado, terco, rebelde y desobediente. Es necesario aclarar un asunto trascendental, el divorcio no nació con la ley mosaica, ni tampoco en el pueblo Judío, es importante conocer el origen del divorcio.


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Primero: El divorcio es una práctica, que se ha realizado desde la antigüedad, específicamente en las civilizaciones y culturas más antiguas. Segundo: Para cuando se dieron las leyes mosaicas o el pentateuco para el pueblo de Israel, en su entorno ya existían más culturas que practicaban el divorcio. Tercero: El divorcio tiene un origen pagano, más no un origen divino. Cuarto: Moisés fue criado como hijo de la hija del Faraón, aunque él era hebreo de nacimiento, (Éxodo 2:1 – 10), esto significa que Moisés conocía muy bien, las costumbres paganas de la civilización Egipcia, claramente dice, (Éxodo 2:11), que cuando Moisés ya había crecido o cuando él ya era hombre tuvo que huir de Egipto.

En este versículo, Jesús replica por segunda vez, la expresión “al principio” reiterando con esto, que aunque la sociedad de aquel entonces amparada en la ley, continuaba practicando el divorcio, Dios mismo no instituyo el divorcio, más al principio no fue así, en otras palabras desde el comienzo Dios no ha querido que el hombre se separe de su mujer y que la mujer, no se separe de su marido. 9Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera. Una vez más, como lo hizo en (Mateo 5:32), donde dice, Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio. Jesús declara que el divorcio, por la razón o causa que sea, es discordante con el ideal de Dios y va en contra del propósito divino para el matrimonio.


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La posición firme que Jesús nos enseña en cuanto al divorcio, no ha cambiado ni con el tiempo, ni con las circunstancias, ni con las causales, que en cada tiempo han surgido. En el tiempo de Jesús, el Imperio Romano tenía 6 causales para el divorcio, el Rabino Shamai, aceptaba 1 causal para el divorcio, (infidelidad o adulterio) el Rabino Hilel, aceptaba cualquier causa para el divorcio, de igual manera con el paso del tiempo, algunos imperios y naciones, han aceptado el divorcio, según alguna serie de causales, algunos de ellos, tienen 5 o más causales, un ejemplo, es la ley Colombiana, que hasta la fecha tiene 9 causales para el divorcio, es seguro que con el paso del tiempo las causales incrementaran. Constantemente y durante el paso del tiempo, algunos buscan excusas o causas para el divorcio, mientras que otros ayudan, para que por dura que sea la situación, la pareja se concientice, que solo Dios puede mantenerlos unidos hasta el final, cumpliendo así su propósito. Al examinar los versículos paralelos a este versículo, podemos notar que Mateo debido a que dirige su evangelio a judíos que conocían la ley, menciona, aquí y en 5:32, la condición a no ser por causa de fornicación. o salvo por causa de fornicación, condición, la cual, ni Marcos, ni Lucas, incluyen en su relato, ni aun Pablo hace alusión a lo mismo, esto ha generado debate durante mucho tiempo, algunos estudiosos, han dicho que esta condición, es un esfuerzo por parte de Mateo, de ablandar una prohibición total sobre el divorcio, tristemente sabemos que en la vida real, eso nunca se ha puesto en práctica, puesto que el terrible mal del divorcio, a asediado el matrimonio, durante generaciones enteras antes y después de Cristo. Como es reiterativo en este pasaje, Jesús da su posición, clara y contundente, frente a (Deuteronomio 24:1 – 4), ya que afirma categóricamente, la indisolubilidad del matrimonio en el plan divino.


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Es necesario detallar, los incisos aparentemente exceptivos, del versículo 32 del capítulo 5, y del versículo 9 del capítulo 19. Para analizar esta frase, es importante, mirar el sentido general y específico de estos versículos y sus respectivos paralelos. Y les dijo: Cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra ella; y si la mujer repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio. (Marcos 10:11 – 12) Todo el que repudia a su mujer, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada del marido, adultera. (Lucas 16:18) Como es evidente, Marcos y Lucas narran el mismo suceso desde dos ópticas diferentes, el tema central, es el divorcio, hablan de las condiciones tan serias que ante los ojos de Dios, tiene el matrimonio y por consiguiente, el resultado pecaminoso al que lo conlleva el divorcio, tanto Marcos como Lucas son categóricos en cuanto a este asunto. Ahora bien, puesto que ni Marcos ni Lucas, mencionan la condición, es importante saber la posición que tenía Mateo dentro de la Iglesia, él era uno de los doce Apóstoles, la Iglesia a quien él se dirigía, estaba compuesta de Cristianos convertidos que venían del judaísmo y de la gentilidad o paganismo. En el caso de (Mateo 19:9 y 5:32), el deseo del autor, es dar a conocer claramente la posición que Jesús tiene en cuanto al divorcio y lo serio que es el matrimonio ante los ojos de Dios. Primero: A qué se refiere (Mateo 19:9 y 5:32) y específicamente en qué casos se aplicaba? Notemos algo de suma importancia, donde leemos, salvo, o a no ser por causa de fornicación, algunos han traducido incorrectamente como, a no ser por inmoralidad sexual, o a no ser en caso de


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infidelidad conyugal, algunas otras versiones de la biblia de carácter literal, han traducido mejor este versículo, diciendo: fuera del caso de

unión ilegitima o ilegal, o, fuera del caso de concubinato.

El pasaje paralelo a estas dos citas, es (Deuteronomio 24:1 – 4), que dice: Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano, y la despedirá de su casa, la costumbre judía y la permisión mosaica era el divorciarse de su esposa, en caso de

fornicación, es decir en caso de que ella durante el desposorio hubiese fornicado o sido infiel a su desposado, la cosa indecente era que durante la noche de bodas, el esposo descubría que dicha mujer no era virgen, y por ende había fallado al compromiso del desposorio, que exigía fidelidad total, a esto se refiere salvo por causa de fornicación; lo que naturalmente no incluye, ni tiene nada que ver con infidelidad matrimonial o conyugal que es adulterio. Segundo: Tener en cuenta la definición, de la palabra fornicación. El Nuevo Testamento, fue escrito en el idioma griego, inicialmente Mateo fue escrito en hebreo y luego traducido al griego; la expresión porneía, se refería a la fornicación que se realizaba durante el desposorio, o compromiso matrimonial, como también al estado de concubinato, y a las relaciones ilegitimas (poligamia, incesto, etc.) que estaban en contra de la voluntad divina. Fue Lamec, el primer hombre que incurrió en poligamia según, (Génesis 4:19). Y salvo, o a no ser, en estos casos, según la ley, no sólo era lícita la separación sino obligatoria, puesto que no hay matrimonio sino unión ilegal, es decir que aun la misma ley la prohibía. (Mateo 14:3 – 4; Marcos 6:17 – 19; 1 Corintios 5:1) Interesantemente la palabra griega para adulterio es moichea y si como dicen algunos la única razón para que un divorciado se pueda volver a casar, es debido al adulterio o infidelidad conyugal, entonces porque


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Jesús claramente hace distinción entre porneía (relación sexual ilícita);

(1 Corintios 5:1 – 2) y moichea, (relación sexual extra matrimonial). Tercero: Tener en cuenta los estados civiles que rodean el entorno de este texto. Entre los judíos, se conocían tres estados civiles, El soltero, El desposado y El casado. Dentro de los judíos había ciertas costumbres en cuando al matrimonio, o bases para el mismo, enfocadas en la ley; puesto que el tema de este pasaje es el divorcio, es preciso recordar que el divorcio, aun dentro de la misma ley, tenía sus limitaciones, algunos pasajes al respecto, para que se estudien son los siguientes: (Deuteronomio 22:13 – 19; Deuteronomio 22:28 – 29; Levítico 21:7; Ezequiel 44:21 – 22; Levítico 21:14; Malaquías 2:15 – 16). Cuarto: ¿Cuándo y en qué casos se practicaba comúnmente, el divorcio? Teniendo en cuenta que el divorcio fue una práctica que amparada en la ley, se realizó aun cuando Dios no lo ordenaba; es interesante tener en cuenta, que el divorcio en la mayoría de los casos, se daba exclusivamente durante la época del desposorio, durante este período, una pareja estaba comprometida a casarse, era por eso que tanto al uno como al otro, ya se los conocía como marido y mujer, o esposo y esposa, aun cuando no convivían juntos, ejemplo, el caso de José, a quien se le dijo no temas recibir a María tu mujer, más sin embargo, ellos solamente eran desposados, (Mateo 1:20). Con base a esto el desposorio era un compromiso sumamente importante y serio, durante este periodo, en caso de que alguno de los dos sea infiel, la única manera de romper este vínculo, era a través del divorcio, el cual se hacía públicamente o en secreto, en este caso el alejarse públicamente, era causa de vergüenza para quien era


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despedido, fue por eso, que José quiso dejar a María, secretamente, pues no quería difamarla o humillarla ante los demás, ya que la amaba, (Mateo 1:19). Quinto: Un análisis, acerca de las relaciones ilegitimas. De las partículas a no ser o salvo por causa de fornicación, podemos aprender algo interesante, en las dos partículas, Mateo se refería al problema de numerosos cristianos de su tiempo, que se convertían del paganismo, los cuales al entrar a la iglesia tenían que romper con todo tipo de relaciones o uniones ilegitimas que habían tenido antes de entrar a la Iglesia. Mateo, se refiere a matrimonios nulos, por haber sido contraídos en grados de parentesco prohibidos por la misma ley, esto es a lo que se refiere con la expresión, a no ser por causa de fornicación, relaciones o uniones que eran ilegitimas, o que estaban en contra de la misma ley. (Mateo 14:3 – 4; Marcos 6:17 – 19; 1 Corintios 5:1) Favor leer (Levítico 18:1 – 30). Al comenzar este pasaje, Jehová habla a Moisés, y a través de él, Dios da una ordenanza para el pueblo de Israel, la cual decía que no debían practicar las inmoralidades que se hacían en Egipto, donde ellos estuvieron mucho tiempo, ni tampoco como lo hacían en Canaán, a donde ellos se dirigían, a partir de allí menciona una larga lista de relaciones ilegitimas, o inmorales, entre ellas, relaciones incestuosas, e inmundas, tales como el homosexualismo y el lesbianismo, (1 Timoteo

1:8 – 10); hay muchos pasajes que hacen alusión a este asunto, entre ellos, (Levítico 20:13; Levítico 20:17 – 21; Levítico 20:19 – 20; Deuteronomio 22:30; Deuteronomio 27:20 – 23). Algo muy importante, es que las dos expresiones, se refieren de manera literal y categórica a las relaciones que debían separarse o divorciarse, ya que si seguían unidas, de todos modos estarían en


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pecado, entre ellas estaban, las uniones de concubinato, los judíos practicaban la poligamia, aunque solo una, era la legítima esposa, sin embargo eso no era lo que Dios había ordenado. Esto también acogía, el caso, de las relaciones ilegitimas, las cuales, la misma ley prohibía, también, en estos casos, era imprescindible, que se separaran, puesto que de igual forma si continuaban unidos, aun cuando estén dentro de la Iglesia seguirían en pecado. La intención de los fariseos de tentar a Jesús había fallado, con base a la discusión interpretativa de la ley, todos los seguidores del Rabino Shamai, decían que solo en caso de adulterio o moichea, podían divorciarse y volverse a casar, tal como muchos interpretan hoy, los seguidores del Rabino Hilel, afirmaban que se podían divorciar por cualquier causa. Sin embargo Jesús, en ningún momento entra en esa discusión, ni se inclina a ninguna de las 2 corrientes de interpretación, pero si afirma, de manera contundente, el propósito de Dios para el matrimonio, desde el principio. Si hubiera una diferencia moral, tan radical entre el caso del repudio o divorcio, por motivos de adulterio o infidelidad, tanto Jesús, como los dos evangelistas, deberían haberlo indicado en todos los lugares en que se hace referencia al divorcio. Jesús, nos enseña una posición firme en cuanto al matrimonio, sin entrar en el conflicto de la época, frente a la pregunta mal intencionada de los fariseos. 10 Le dijeron sus discípulos: Si así es la condición del hombre con su mujer, no conviene casarse. En este versículo en específico, son sus discípulos los que entran en dialogo y en un tono sorprendido, declaran, “si esa es la condición del


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hombre con su mujer, no conviene casarse”, esta reacción se da con base, a que Jesús, da un ejemplo específico, cuando dice, que el divorcio seguido de un nuevo matrimonio (recasamiento), es adulterio, este ejemplo en particular, de hecho, hace más intensas las demandas de la ley, puesto que los judíos pensaban en el adulterio, solo como el pecado de una mujer contra su esposo; sin embargo, Jesús enseñó que el hombre, también puede cometer adulterio contra una mujer y así pecar contra ella, aboliendo así la concepción machista, del hombre judío. Es de suma importancia, concebir que los discípulos, reaccionaron de esta manera, puesto que ellos eran judíos, ellos entendieron la enseñanza de Jesús y lo más importante, la pusieron en práctica, es por eso, que ninguno de los apóstoles que fueron casados, se divorciaron, tampoco se recasaron, y mucho menos enseñaron acerca de dicha falsedad doctrinal, de allí la importancia de estas palabras. 11Entonces él les dijo: No todos son capaces de recibir esto, sino aquellos a quienes es dado.

El que Jesús exigiera fidelidad conyugal sin una “vía de escape” pasmaba a los discípulos, la pregunta era ¿Quién podría cumplir una

demanda tal?, la respuesta es categórica, no todos son capaces de recibir esto, si no aquellos a quienes es dado, Jesús no obstante, en todo este pasaje, reafirma que el matrimonio con todas sus exigencias, sigue siendo la intención divina, exclusivamente para aquellos a quienes les está concedido. 12Pues hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre, y hay eunucos que son hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba. Aunque el termino eunuco significa “el que es cabeza,” hay un término secundario, que designa el significado de eunuco, el cual es,


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castrado, Jesús, en este pasaje lo aplica a quien se mantiene soltero, ya sea por su condición física, fuese congénita, innata o de nacimiento, como también la que es hecha por el hombre, o a los que por su propia decisión se mantenían solteros, y otros se quedaban en este estado por causa del reino, en otras palabras, aquellas personas que se separan y divorcian pero que por causa de la salvación, deciden quedarse sin casar, es decir no toman un segundo matrimonio, mientras su cónyuge vive. En síntesis, todo el pasaje esta entrelazado, y nos deja una clara definición de lo serio que es el matrimonio ante Dios, reafirmando una vez más su ideal, de que un matrimonio sea permanente.


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CAPÍTULO 10 10

EL DIVORCIO EN LA BIBLIA

Quiero compartir algunos ejemplos, en cuanto a limitaciones acerca del divorcio en la Biblia.

ALGUNAS LIMITACIONES, EN CUANTO AL DIVORCIO. 1. Cuando un esposo acusaba falsamente a su esposa de infidelidad, o

fornicación antes del matrimonio, es decir durante el desposorio, no podía divorciarse de ella jamás.

Cuando alguno tomare mujer, y después de haberse llegado a ella la aborreciere, y le atribuyere faltas que den que hablar, y dijere: A esta mujer tomé, y me llegué a ella, y no la hallé virgen; entonces el padre de la joven y su madre tomarán y sacarán las señales de la virginidad de la doncella a los ancianos de la ciudad, en la puerta; y dirá el padre de la joven a los ancianos: Yo di mi hija a este hombre por mujer, y él la aborrece; y he aquí, él le atribuye faltas que dan que hablar, diciendo: No he hallado virgen a tu hija; pero ved aquí las señales de la virginidad de mi hija. Y extenderán la vestidura delante de los ancianos de la ciudad. Entonces los ancianos de la ciudad tomarán al hombre y lo castigarán; y le multarán en cien piezas de plata, las cuales darán al padre de la joven, por cuanto esparció mala fama sobre una virgen de Israel; y la tendrá por mujer, y no podrá despedirla en todos sus días. (Deuteronomio 22:13 – 1)

2. Por otro lado, si alguien se casaba con una virgen no desposada, es

decir no comprometida con nadie para casarse, pero a quien él había seducido, para tener relaciones sexuales, jamás podía divorciarse de ella.


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Cuando algún hombre hallare a una joven virgen que no fuere desposada, y la tomare y se acostare con ella, y fueren descubiertos; entonces el hombre que se acostó con ella dará al padre de la joven cincuenta piezas de plata, y ella será su mujer, por cuanto la humilló; no la podrá despedir en todos sus días. (Deuteronomio 22:28 – 29) La mayor parte de estas disposiciones tenían como propósito restringir las numerosas prácticas abusivas y establecer un cierto orden social. No obstante, en el Antiguo Testamento se encuentran evidencias, de que Dios no aprobaba el divorcio como su voluntad final, veamos algunos ejemplos. 3. Un Sacerdote no podía casarse con una divorciada. Con mujer ramera o infame no se casarán, ni con mujer repudiada de su marido; porque el sacerdote es santo a su Dios. (Levítico 21:7) Ninguno de los sacerdotes beberá vino cuando haya de entrar en el atrio interior. Ni viuda ni repudiada tomará por mujer, sino que tomará virgen del linaje de la casa de Israel, o viuda que fuere viuda de sacerdote. (Ezequiel 44:21 – 22) 4. El sumo sacerdote, no podía casarse con una mujer divorciada, sino

que debía buscar una mujer virgen como esposa.

No tomará viuda, ni repudiada, ni infame ni ramera, sino tomará de su pueblo una virgen por mujer. (Levítico 21:14) En el Nuevo Testamento encontramos una cantidad de pasajes que tratan específicamente sobre esta cuestión; (Mateo 5:31 – 32, 19:3 – 12; Marcos 10:2 – 12; Lucas 16:18; 1 Corintios 7:10 – 11; Romanos 7:2 – 3 y 1 Corintios 7:15). En síntesis, tanto en el Antiguo, como en el Nuevo Testamento, los preceptos de Dios son que un hombre y una mujer, se unan como esposo y esposa para toda la vida.


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CAPÍTULO 11 11

ALGUNOS INTERROGANTES, EN CUANTO AL DIVORCIO

Al examinar los diversos pasajes Bíblicos acerca del matrimonio y el divorcio, surgen una serie de preguntas, las cuales son ineludibles si se quiere tener un concepto maduro y completo sobre el tema. Quiero anexar una pregunta que recibí en mi correo, la cual me pareció sumamente interesante, y que naturalmente tiene que ver con el tema de este libro, el correo decía así: Hola Dios le bendiga, le escribo por lo siguiente, ya que me pareció muy bueno su estudio sobre el divorcio, quiero comentarle mi caso y me gustaría que me diera su opinión, llegue muy joven a la iglesia y me bautice porque me gustaba un hermano, solo por eso, ya que él me decía que si no me bautizaba no podía ser mi novio. Resulta que al tiempo de ser bautizada ese hermano se presenta con la que ahora es su esposa, en medio de mi dolor al tiempo me aparte, (pero debido a ello llegaron a la iglesia mis hermanos y mi madre solo falta mi padre), me aleje pero ellos siguieron en el camino de Dios, la razón por la que me aparte es porque no tenía nada que hacer allá ya que mi única razón ya no estaba, me fui al mundo, me case por lo civil con un mundano naturalmente, estuve 5 años casada, fruto de lo cual nació un bebe, esto me puso muy mal y supuestamente me reconcilie con Dios, pero solo por eso, por miedo, al tiempo llegaron problemas a mi hogar, fruto del embarazo, quede algo gorda, él empezó a verme los defectos y decidió dejarme, volví con mis padres, fue un golpe muy bajo para mí. Tengo 11 años separada y apenas 2 años divorciada, puedo decir que tengo 5 años viviendo para Dios como debe ser, actualmente soy líder de mi iglesia me he guardado para Dios, tengo novio los dos amamos la obra de Dios, quiero salir a la obra, quiero ir al instituto, el padre de mi hijo hizo su vida con la misma mujer por quien me dejo, él no es cristiano, a pesar de que su madre sí, ya que mi madre se la gano para el Señor, pregunto, ¿qué se hace en ese caso? ¿No puedo volver a casarme? soy joven, tengo deseos


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como cualquier otra persona, tengo sueños, anhelos de tener un hogar. Me encantaría escuchar su opinión con respecto a mi situación, gracias por tomarse el tiempo de leer esto que Dios lo bendiga hoy mañana y siempre. Termina su inquietud con lo siguiente. Nota: Le aclaro, Dios sabe que no tenía el conocimiento que tengo ahora sobre esto y no se imagina lo que se siente, cuando todos te dicen no puedes, cuando la Biblia te dice TODO LO PUEDO EN CRISTO QUE ME FORTALECE... Hasta aquí la pregunta de dicha mujer. Paso a dar respuesta a esta situación, no basada en argumentos o pensamientos humanistas sino a la luz de la palabra. Bueno estimada hermana me alegra mucho que haya leído el estudio publicado respecto a este tema. Le felicito por ser una sierva del Señor, y su anhelo de servirle a tiempo completo. Quiero aclarar una cosa sencilla, y es que el divorcio, sin importar causas no cambia su estado

civil ante Dios, lo cierto es que en todas partes donde he viajado y con muchas personas con quienes he hablado, quienes tienen un problema semejante al suyo, siempre tienden a buscar una respuesta dada

conforme al corazón, es decir una respuesta sentimental, en mi caso me encantaría, pues sería mucho más fácil responder y decir que, –En todos los casos no existe ningún problema según la Biblia si un

divorciado sin importar causas se vuelve a casar, pero mi tarea como predicador de la palabra de Dios, es responder conforme a las escrituras.– Usted es una mujer joven, además de llena de la gracia de Dios, aunque la Biblia dice es mejor casarse que estar ardiendo de

pasión, eso se lo dice a quienes han enviudado, pero sobre todo a

solteros, en ningún momento a divorciados. En fin su pregunta es qué puedo hacer en ese caso, ¿puedo volver a casarme? y aunque la respuesta no puede ser un simple si o un simple no, porque ambas

cosas traen consecuencias, lo cierto es que en caso de casarse siendo divorciada, repito sin importar las causas, la consecuencia es que automáticamente entra en un pecado y es el adulterio, mientras se


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mantenga en dicho pecado por medio del nuevo matrimonio, la Biblia dice que solo el que confiesa su pecado y se aparta alcanzara misericordia, pero si confiesa y continua en esa relación de pecado,

no puede alcanzar misericordia. Y si no se casa, es cierto sentirá

soledad emocional, pero eso lo sienten aun personas que están

casadas. Aunque en muchas ocasiones quisiéramos que la palabra de Dios se acomode a nuestra situación, lo cierto es que somos nosotros los que debemos acomodarnos a la palabra de Dios. Finalmente usted dice y es cierto, que cuando esto sucedió no tenía el conocimiento que tiene ahora, la Biblia dice que el pueblo pereció es decir fue castigado por falta de conocimiento, y también dice en (Romanos 2:12) Porque todos lo que sin ley pecaron, sin ley también perecerán; y todos los que en la ley pecaron, por la ley serán juzgados: es decir Dios perdona pecados, pero no puede perdonar consecuencias, aunque el pecado se haya cometido en ignorancia, las consecuencias son inevitables. Usted dice algo cierto y es TODO LO PUEDO EN CRISTO QUE ME FORTALECE, precisamente obedecer al mandato

divino, es parte esencial que trae el poder y la fortaleza de Dios en nuestras vidas, aunque parezca o sea algo difícil, recuerde, que solo Dios nos fortalece para mantenernos firmes y obedecer aun cuando el obedecer traiga dolor, pues la obediencia es mejor que los sacrificios. Bendiciones.

A continuación tratare algunos interrogantes en lo concerniente al tema del matrimonio, el divorcio y las segundas nupcias en la Biblia.

1. Cuando hay divorcio por alguna causa que la Biblia justifica, ¿existe el derecho de volver a casarse?

Esta es una pregunta muy común, pero realmente la palabra de Dios, jamás centra su atención, en justificar el divorcio o sus causas, ya que ese no es el propósito de Dios para el matrimonio, (Génesis 2:24;


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Mateo 19:5; Marcos 10:7 – 8; 1 Corintios 6:16; Efesios 5:31). Bíblicamente el divorcio, hace que la pareja pueda separarse, pero solo ante los ojos de los hombres, mas no ante los ojos de Dios, (Mateo 19:6;

Marcos 10:9). Por tal razón, lo único que abre la posibilidad, de casarse de nuevo, es a través de la muerte de uno de los dos conyugues, (Romanos 7:2 – 3; 1 Corintios 7:39). Aun en el caso de enviudar, la recomendación es preferiblemente no casarse de nuevo, (1 Corintios

7:40), pero en caso de hacerlo, es indispensable que lo haga con alguien que sea creyente y con los mismos principios y valores Cristianos. 2. ¿Cómo trataría Jesús un caso de presión psicológica, crueldad física, violencia moral, o explotación sexual en una pareja desavenida dentro del contexto matrimonial? En el caso de quien provoca el daño, o es infiel, si no hay arrepentimiento genuino, la Biblia es clara en cuanto a los fornicarios, adúlteros, o aquellos que causan daño. (Proverbios 6:32; Gálatas 5:19; Hebreos 13:4). ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. (1 Corintios

6:9 – 10). En caso de la persona afectada el amor de Dios, puede curar sus heridas, y no solo eso, si no que le da la fuerza necesaria para perdonar, confrontar y superar el problema por difícil que sea, consiguiendo perdonar y reconciliarse aun con su conyugue incrédulo, pues al que anda en el camino que a Dios le agrada, aun a sus enemigos hace estar en paz con él. (Proverbios 16:7)

3. El llamado "privilegio paulino" (1 Corintios 7:12 – 16), ¿puede ser

una base que justifique el divorcio y recasamiento?

Observemos lo que dice: (1 Corintios 7:12 – 16): Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en


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vivir con él, no la abandone. Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone. Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos. Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios. Porque ¿qué sabes tú, oh mujer, si quizá harás salvo a tu marido? ¿O qué sabes tú, oh marido, si quizá harás salva a tu mujer? En el pasaje, el Apóstol Pablo es contundente al declarar que la orden de Dios es que no haya divorcio, tan solo con observar los dos versículos anteriores; (1 Corintios 7:10 – 11) Así que él no puede justificar, algo que sabe que Dios no justifica, en ese caso él recomienda la separación del creyente con el incrédulo, mas no es una regla que se debe seguir, ya que en los matrimonios donde uno de los dos no es creyente, el propósito de Dios no es que haya divorcio, sino que aun el que no es creyente, se convierta a su santo evangelio; Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas. (1 Pedro

3:1). En caso de que pese a todo esfuerzo, lamentablemente se tenga que llegar al divorcio, en el mismo pasaje, el Apóstol Pablo nos enseña acerca de la orden de Dios, la cual es, “y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer.” En otras palabras, no casarse de nuevo mientras el otro cónyuge este vivo. 4. ¿Qué pasó en algún momento de la historia de la humanidad para

que hoy en día lleguemos a contemplar una sociedad que mira al divorcio como algo normal en la vida?

(Génesis 3:16 – 17) Responde esta pregunta. Dios originalmente diseño una unión indivisible, pero cuando el pecado entro en la raza humana, un conflicto terrible se abatió sobre el matrimonio, el ideal del matrimonio se hizo pedazos, el caos entro en el hogar y el divorcio fue


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el resultado inevitable. Recordemos lo que dice: (Malaquías 2:16). Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que el aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales. Dios odia el divorcio, el hombre o la mujer que se separa o abandona a su cónyuge hace lo que Dios odia, también cubre de iniquidad sus vestidos, una traducción literal diría que el hombre que se divorcia mancha de violencia sus vestidos, esta es una descripción muy gráfica de la magnitud de su pecado. El divorcio es pecado y la santidad de Dios responde a esto con un odio justo, aun en los casos del más intenso conflicto y pecado más severo, Dios desea que un esposo y una esposa mantengan su unión matrimonial. Todo lo anterior representa el ideal de Dios para el matrimonio, pero recordemos que ese ideal de Dios fue distorsionado por el pecado y como consecuencia se abrió la puerta al divorcio, lo cual es aborrecido por Dios. 7. ¿Qué diferencia hay entre divorcio y nulidad matrimonial? El divorcio es la disolución del matrimonio, se refiere al proceso que tiene como intención dar término a una unión conyugal. Claro está que la Biblia no lo aprueba, bajo ninguna circunstancia, y cuando se da, la Biblia es clara al respecto. En (1 Corintios 7:10 – 11) y en (Marcos 10:9). La nulidad matrimonial, es la invalidación de un matrimonio, donde se supone que el matrimonio no ha existido y no puede surtir efectos. Para muchos hoy, se ha tornado en una vía de escape, en lugar de un divorcio solicitan una nulidad matrimonial, para casarse de nuevo, pero aunque existen múltiples “razones” humanas para aceptar una nulidad, la única técnicamente aceptada es, cuando en una pareja que va a contraer matrimonio, uno de los dos, ya está legalmente casado o casada con otro, pretendiendo estar casado a las misma vez con dos personas diferentes, en este caso el único matrimonio valido del individuo casado, es el primero, y este segundo es nulo.

https://es.wikipedia.org/wiki/Matrimonio

https://es.wikipedia.org/wiki/Matrimonio

http://es.wikipedia.org/wiki/Matrimonio


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CAPÍTULO 12 12

EL ANTIGUO PACTO Y EL NUEVO PACTO

Apreciado Lector, usted se preguntara, ¿Qué tiene que ver el Antiguo

Pacto y el Nuevo Pacto con el tema que se trata en esta obra?,

Veamos.

¿EN QUE CONSISTE UN PACTO O QUE ES UN PACTO?

Un pacto es un acuerdo, compromiso o juramento mutuo entre dos o más personas, en el caso del matrimonio, es entre dos personas, es decir un hombre y una mujer, este acuerdo los vincula y los lleva a tener que cumplir una serie de beneficios y obligaciones. A través de los tiempos los pactos han jugado un papel muy importante entre la relaciones que los hombres han tenido y sigue así hasta nuestros días, estos pactos se realizan mediante ceremonias, para que puedan ser ratificados, validos o perfeccionados. Hermanos, hablo en término humanos: Un pacto aunque sea de hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida ni le añade. (Gálatas 3:15) Algunos requerimientos para hacer un Pacto, desde los tiempos antiguos son: El juramento, el intercambio de prendas, la señal o sello del pacto entre otros. Algo importante a tener en cuenta es que el Pacto, se debe hacer ante testigos, de no darse estos requisitos, el Pacto solo queda en promesas que no tienen ninguna validez ni importancia, por lo tanto, ninguno de los dos involucrados queda obligado a cumplirlo.


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En el Nuevo Testamento, también se habla de pactos, enseñándonos que ningún pacto es válido sino es confirmado, de lo contrario solo son promesas. Esto se observa en (Hebreos 9:15 – 22); en este pasaje se nos habla de hechos o de actos que confirman el pacto, es por esto que los testigos y la autoridad, tienen un papel muy importante, ya que a través de ellos se confirman o se ratifican los matrimonios. Todo esto nos lleva a comprender que el matrimonio, entra en la

categoría de pacto, tal y como lo establece la Palabra de Dios. Es necesario también recordar que la palabra testamento en griego también significa pacto, es decir Pacto = Testamento. Hablemos ahora en cuanto al Antiguo Pacto.

1. ANTIGUO PACTO (DIOS E ISRAEL)

Y Moisés tomó la mitad de la sangre, y la puso en tazones, y esparció la otra mitad de la sangre sobre el altar.

Y tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo: Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos.

Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas. (Éxodo 24:6 – 8) El primer Pacto hecho con Israel, tuvo un mediador, el cual era Moisés, este pacto involucra a Dios y el Pueblo de Israel, tiene sus promesas, sus condiciones y su señal o sello, en este caso la señal es la sangre rociada, producto de los sacrificios u holocaustos de los becerros y los machos cabríos.


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La importancia del Pacto entre Dios e Israel era tal que como lo confirma, (Jeremías 31:31), Dios tuvo una relación tan íntima con el pueblo, que era la de un carácter matrimonial. (Isaías 50:1; Isaías 54:6 – 8; Jeremías 31:1 – 14; Oseas 1:2; Oseas 3:1 – 5),

en los anteriores pasajes bíblicos se nos habla acerca de la relación de Dios con Israel, a quien se ve como una esposa infiel, la cual una y otra vez le falló a Dios, cometiendo esta falta a tal grado que provoco que Dios le diera carta de divorcio o repudio, es decir se separó de ella, aun así, el siguió demostrándole su amor y para con ellos la puerta aún sigue abierta. Sin embargo la palabra de Dios nos enseña: A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.

Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;

Los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. (Juan 1:11 – 13). Dios todo lo conoce, a él nada lo toma por sorpresa, o le toma desprevenido, en su mente ya estaba la existencia de la Iglesia. Observe lo que dice la Palabra de Dios en; (Romanos 7:2 – 3), Porque la

mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el

marido muere, ella queda libre de la ley del marido.

Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera;

pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a

otro marido, no será adúltera.


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De allí la importancia tan sublime que tiene la muerte de Cristo, en la cruz del calvario. Es tal la importancia que con su muerte nos dio vida, pero hay algo más, fue a través de esa muerte que el Pacto matrimonial entre Dios e Israel quedo finalizado culminado o consumado. 2. NUEVO PACTO (CRISTO Y LA IGLESIA) Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia. (Efesios 5:32) El nuevo pacto hecho con la Iglesia, también tiene un mediador, el cual es Jesucristo, este pacto involucra a Cristo y a la Iglesia, también tiene sus promesas, sus condiciones y su señal o sello, la cual es la sangre preciosa de Jesucristo derramada en la cruz del calvario. (Mateo 26:28; Marcos 14:24; Lucas 22:20; 1 Corintios 11:25; Hebreos 7:22; Hebreos 12:24; Hebreos 13:20). Veamos lo que dice: (Hebreos 9:15 – 22). Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.

Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador.

Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive.

De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre. Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo, diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado.


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Y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio. Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión. En estos versículos se nos enseña acerca de Cristo, como el mediador del nuevo pacto, o como lo dice en: (Hebreos 8:6); un mejor pacto, también se nos habla acerca de la Institución del Nuevo Pacto y se menciona algo acerca de la muerte del Testador.

Pero no todo quedo en la muerte, Jesús resucito y ahora vive por los siglos de los siglos; en palabras sencillas el Nuevo Pacto, hace posible que todo lo que quedo atrás, es decir el Antiguo Pacto, se haya cumplido en el calvario, note las palabras de Jesús en la cruz, consumado es. (Juan 19:30). Es por ello que el matrimonio es de tan suma importancia, el pasaje de (Efesios 5:22 – 33) nos da una clara enseñanza en cuanto a este asunto dándonos instrucciones como las siguientes: Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como lo hacen para el Señor. Porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la iglesia, su cuerpo, de la cual él es el Salvador. Ahora bien, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella para hacer la santa limpieza en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo , una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Así también los maridos deben amar a sus esposas como a sus mismos cuerpos.


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El que ama a su mujer se ama a sí mismo. Después de todo, nadie aborreció jamás su propio cuerpo, sino que se alimentan y cuidan de su cuerpo, como también Cristo a la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo. "Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne". Grande es este misterio, pero yo me refiero a Cristo y a la iglesia. Sin embargo, cada uno de vosotros ame también a su mujer como se ama a sí mismo, y la mujer respete a su marido. NTV

CONCLUSIÓN La razón por la que se aclara lo anterior, es porque muchos han dicho que Dios se divorció de Israel para casarse con la Iglesia, pero la Biblia no enseña tal cosa, es más, como lo explicamos anteriormente, para que Cristo se case con su Iglesia, tuvo que haber muerte, de esta manera el Pacto matrimonial de Dios con Israel, terminó, es por ello, que el divorciarse y casarse una vez más, mientras su conyugue vive constituye en adulterio.


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POEMA EL RECASAMIENTO

Yo nunca he sido poeta ni tampoco trovador, Pero al ver este problema que hay a nuestro alrededor

Fue que me surgió este tema, que es inspiración de Dios.

Como tengo poco tiempo quiero expresar lo que siento Pues hay muchos que están creyendo en el tal recasamiento, Sabiendo que esto es un cuento, que no tiene fundamento,

Pues nos tuerce la escritura y también el mandamiento Que mi Dios le diera a Adán cuando estuvo allá en el huerto,

Una persona te daré para que vivas contento, Y por ello dejaras así también a tus padres

Y la amaras sin cesar, hasta que la muerte los separe.

Este problema mi hermano es un error doctrinal, Y no solo un error sino un veneno mortal

Que se ha metido en la iglesia, En la iglesia julana de tal.

Hermano tú que me escuchas no te dejes engañar

De ese cuentillo que un día naciera en cualquier lugar; Pues una mente carnal, desocupada y perdida,

Como dijo el apóstol Pablo y a Timoteo lo repetía, Que en los postreros tiempos algunos apostatarían

de la verdadera FE. Y a muchos engañarían, Esto lo digo seguro sin equivocarme ni un tanto,

Que ese tal RECASAMIENTO no es del ESPIRITU SANTO.

Los que están aquí presentes quiero que pongan cuidado No vaya ser que algún día también resulten engañados,


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Desesperados y confusos como pájaros enjaulados, Por esa doctrina hueca que el mismo diablo ha inventado

Para engañar a las almas que a CRISTO han aceptado.

Eso le paso a Eva y a Adán haya en el pasado, Por no entender el mandamiento

Que el mismo Dios les había dado; De aquel hermoso lugar salieron avergonzados.

Pues él que dijo no mataras, dijo también no cometerás adulterio

Y el que traspasé un mandamiento por pequeño que este sea será transgresor de todos;

Aunque muchos no lo crean.

El recasamiento señores es el mismo adulterio, Y no sabéis que los adúlteros no pueden heredar el cielo,

O ignoráis las escrituras, como que refutaban a Cristo, La verdad de este evangelio.

A todos nuestros ministros les rogamos por favor Que no olviden la enseñanza que Jesucristo dejo

Para que este pueblo aprenda a hacer la voluntad de Dios, Ten cuidado de ti mismo y también de la doctrina,

Persiste en ella por siempre, pues haciendo estas cosas Te salvaras a ti mismo y también a muchas gentes.

Autor,

Rev. Omar Ríos


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BIBLIOGRAFÍA

BIBLIOTECA ELECTRÓNICA CARIBE, Editorial Caribe, subsidiaria de Thomas Nelson, Inc.

DICCIONARIO ELECTRÓNICO CARIBE, Editorial Caribe, subsidiaria de Thomas Nelson, Inc.

COMENTARIO ELECTRÓNICO CARIBE, Editorial Caribe, subsidiaria de Thomas Nelson, Inc.

NUEVA TRADUCCIÓN VIVIENTE, Tyndale House Publisher, Inc. ISBN. 978 – 1-4143-3594-0. Carol Streams, Illinois, Estados Unidos

VERSIÓN REINA-VALERA © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina. ISBN: 978-1-59297-645-4

NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL, Editorial, sociedad bíblica internacional. ISBN. 1563204193

TRUJILLO, Jorge L, Divorcio y Recasamiento: ¿Qué dice la Escritura? Internet. (http://www.vidaeterna.org/esp/ensayos/adulterio.htm)

COBLENTZ, John, Lo que dice la biblia acerca de: el matrimonio, el divorcio y las segundas nupcias. ISBN. 0 87813 – 606 – 1. Christian Ligh Publications, Inc. Harrisonburg, VA22802

http://www.vidaeterna.org/esp/ensayos/adulterio.htm


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matrimonio y divorcio a la luz de la palabra,

Spiritual