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Page 1: Manual Pera Williams
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Page 3: Manual Pera Williams

Pera WilliamsManual para

el productor

y el empacador

Primera edición de 1.500 ejemplares, 2010.

Reservados todos los derechos de la presente edición

para todos los países.

Este libro no se podrá reproducir total o parcialmente en

ninguna de sus formas sin el consentimiento por escrito

de los autores.

Las fotografías e ilustraciones de este Manual fueron

provistas por los autores de cada capítulo.

Hecho el depósito que prevé la ley 11.723

ISBN: 978-987-25872-0-8

Impreso en Argentina | Printed in Argentina

Page 4: Manual Pera Williams

4 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Page 5: Manual Pera Williams

5Prólogo

La República Argentina lidera las exportacionesmundiales de pera, con un aporte de casi el 40% deltotal producido en el Hemisferio Sur.

De las exportaciones nacionales de pera, el 92% co-rresponde a las provincias de Río Negro y Neuquén*.Sobre 17.500 hectáreas plantadas, el cultivar Williamses el más importante y emblemático de la región, con8.600 hectáreas en producción y una cosecha anualde aproximadamente 300 mil toneladas.

La variedad es muy requerida en los mercados es-tadounidense y europeo, debido a la calidad lo-grada en la zona, su sabor y aroma y sus excelentescualidades para la conservación, a pesar de ser unapera de verano. Su volumen ha crecido significati-vamente durante los últimos diez años, y la tenden-cia continuará en los próximos, a medida queentren en producción las nuevas plantaciones.

Las condiciones agroclimáticas en nuestra regiónson propicias para el desarrollo de este cultivar,que puede alcanzar un rendimiento de más de 80toneladas por hectárea. Es una de las primerasperas en cosecharse, por lo que requiere menospulverizaciones, y es la menos atacada por carpo-capsa, la plaga clave de los frutales de pepita.

Por otra parte, los ingresos correspondientes a suexportación son los primeros de importancia en elciclo anual, lo que permite iniciar la temporada confinanciamiento.

La tecnología de producción de esta pera ha alcan-zado niveles importantes, con el aporte de actores pú-blicos y privados. La recopilación y estandarizaciónde estos datos resulta clave como base fundamental

de pautas tecnológicas reconocidas por todos. Tantopara ser más competitivos en su producción, comopara fijar puntos de partida de investigaciones quenos permitan mejorar permanentemente.

El presente Manual contiene las pautas tecnológi-cas utilizadas actualmente para este cultivar, yforma parte del Proyecto “Respuesta a las limitan-tes tecnológicas que amenazan la competitividadde la pera Williams argentina” financiado por elConsejo Federal de Ciencia y Tecnología (COFECYT)y el Programa de Apoyo a la Modernización Produc-tiva de la provincia de Río Negro (Pro Río Negro).

Más allá del valor de su contenido, es importantedestacar que en su planificación y elaboración par-ticiparon, por primera vez en la región, todas lasinstituciones involucradas en la problemática: laCámara Argentina de Fruticultores Integrados(CAFI), la Federación de Productores de Fruta deRío Negro, el Instituto Nacional de Tecnología Agro-pecuaria (INTA), la Facultad de Ciencias Agrarias dela Universidad Nacional del Comahue y el InstitutoNacional de Tecnología Industrial (INTI). A ellas sesumaron destacados profesionales IngenierosAgrónomos de la actividad privada, con quienes seconsensuaron las tecnologías descritas.

En total, más de sesenta autores hicieron su aportey materializaron sus conocimientos en esta obra,que esperamos sea de importancia estratégicapara la región.

A todos, nuestro sincero agradecimiento. Tambiénal Ing. Agr. Adrián H. Nuñez, del Ministerio de Pro-ducción de la provincia de Río Negro, por su cons-tante apoyo.

Dr. Enrique SánchezCoordinador del Proyecto

Ing. Agr. Julián Álvarez Pro Río Negro

* SENASA, 2009.

Page 6: Manual Pera Williams

6 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Page 7: Manual Pera Williams

7Índice

Capítulo 1. Introducción

1.1. Origen e historia de la pera Williams1.2. Taxonomía y morfología de Pyrus comunis1.3. Importancia comercial

Capítulo 2. Plantación

2.1. Calidad de la planta de vivero2.1.1. Origen de las plantas 2.1.2. Identidad varietal2.1.3. Características anatómicas de la planta de vivero2.1.4. Sanidad

2.1.4.1. Enfermedades de la raíz 2.1.4.2. Enfermedades causadas por virus y otros microorganismos

2.1.5. Transporte de las plantas 2.2. Portainjertos

2.2.1. Portainjertos “francos” 2.2.2. Portainjertos “clonales”

2.3. Consejos útiles para la implantación2.3.1. Preparación del suelo2.3.2. Recepción de plantas2.3.3. Plantación

Capítulo 3. Conducción y Poda

3.1. Sistemas de conducción3.1.1. Eje central

3.1.1.1. Primer año 3.1.1.2. Segundo año3.1.1.3. Años siguientes

3.1.2. Mini espaldera3.1.3. Doble eje

3.1.3.1. Poda de plantación3.1.3.2. Poda del primer año3.1.3.3. Poda del segundo año3.1.3.4. Poda de fructificación

3.1.4. Espaldera tradicional3.1.5. Monte tradicional

Capítulo 4. Fenología y Polinización

4.1. Fenología4.2. Polinización

Capítulo 5. Crecimiento del fruto y Raleo

5.1. Principales factores que afectan el crecimiento del fruto5.1.1. Factores internos5.1.2. Factores externos

5.2. Raleo5.2.1. Raleo manual5.2.2. Raleo químico

5.3. Caída de frutos durante la cosecha

Page 8: Manual Pera Williams

8 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Capítulo 6. Manejo del suelo y Fertilización

6.1. Suelos6.1.1. Propiedades físicas6.1.2. Propiedades físico-químicas de los suelos6.1.3. Condiciones de salinidad de los suelos

6.1.3.1. Suelos salinos6.1.3.2. Suelos sódicos6.1.3.3. Suelos salinos - sódicos

6.2. Fertilización 6.2.1. Requerimiento de nutrientes6.2.2. Fertilización con macronutrientes6.2.3. Fertilización foliar

6.3. Manejo del suelo en montes en producción6.3.1. Enmiendas orgánicas6.3.2. Control de malezas

6.4. Análisis de suelos

Capítulo 7. Manejo del riego

7.1. La evapotranspiración y las necesidades de riego7.2. Necesidades de agua en plantas jóvenes7.3. Métodos de riego. Ventajas y desventajas para el Alto Valle

7.3.1. Riego por superficie7.3.2. Riego por inundación7.3.3. Riego por surcos7.3.4. Riego localizado

7.4. Programación del riego 7.5. Red comunal de desagües. Contribución al problema de drenaje 7.6. Instrumental para mediciones de agua en el suelo y de capa freática7.7. Monitoreo de la napa freática. Indicadores para la operación del riego. Detección del problema de drenaje.7.8. Importancia del manejo del agua zonal (vecindario)

Capítulo 8. Plagas y su manejo en el cultivo

8.1. Introducción8.2. Morfología externa de los organismos plaga8.3. Daños producidos por insectos y ácaros

8.3.1. Daños por alimentación8.3.2. Daño por oviposición8.3.3. Daño por excrecencias8.3.4. Daño por habitáculo o vivienda

8.4. Plagas primarias8.4.1. Carpocapsa [Cydia pomonella (L.)]

8.5. Plagas secundarias u ocasionales8.5.1. Pulgones o áfidos

8.5.1.1. Pulgón del algodonero o pulgón negro del peral (Aphis gossypii)8.5.1.2. Pulgón lanígero (Eriosoma lanigerum)

8.5.2. Psílido del peral (Cacopsylla bidens)8.5.3. Cochinillas

8.5.3.1. Cochinilla del manzano (Lepidosaphes ulmi) 8.5.3.2. Piojo de San José (Quadraspidiotus perniciosus)8.5.3.3. Cochinilla harinosa (Pseudococcus viburnii -ex. P. affinis-)

Page 9: Manual Pera Williams

9Índice

8.5.4. Trips8.5.4.1. Trips de las flores (Frankliniella occidentalis) 8.5.4.2. Trips del peral (Thaenothrips incosequens)

8.5.5. Ácaros8.5.5.1. Arañuela roja europea (Panonychus ulmi) 8.5.5.2. Arañuela roja común (Tetranychus urticae) 8.5.5.3. Arañuela parda (Bryobia rubrioculus) 8.5.5.4. Ácaro de la erinosis del peral (Phytoptus pyri) 8.5.5.5. Ácaro del agamuzado del peral (Epytrimerus pyri)

8.5.6. Grafolita: Cydia molesta (Busk)8.5.7. Bicho de cesto o bicho canasto (Oiketicus platenses)8.5.8. Enruladores8.5.9. Mulita o gorgojo de la vid (Naupactus xanthographus)8.5.10. Taladrillo de los forestales (Megaplatypus mutatus) 8.5.11. Babosita del peral (Caliroa cerasi)

8. 6. Manejo de plagas8.6.1. Carpocapsa8.6.2. Manejo sanitario

Capítulo 9. Enfermedades y su manejo en el cultivo

9.1. Enfermedades que afectan principalmente las hojas y las flores9.1.1. Oídio del manzano (Podosphaera leucotricha)9.1.2. Sarna del peral (Venturia pirina)

9. 2. Enfermedades que afectan principalmente a las raíces y el cuello de la planta9.2.1. Podredumbre del cuello (Phytophthora cactorum)9.2.2. Agalla de corona (Agrobacterium tumefaciens)

9.3. Enfermedades sistémicas9.3.1. Virosis

9.4. Manejo de las enfermedades9.4.1. Oídio9.4.2. Sarna9.4.3. Podredumbre del cuello

Capítulo 10. Tecnología de aplicación de agroquímicos

10.1. Introducción10.2. Condiciones climáticas10.3. Características del cultivo10.4. Equipo de aplicación10.5. Consideraciones finales

Capítulo 11. Adversidades climáticas

11.1. Heladas11.1.1. Tipo de heladas

11.2. Riesgo de daño por heladas primaverales del cv. Williams a nivel regional11.3. Monitoreo de la temperatura11.4. Control de heladas primaverales11.5. Temperaturas elevadas11.6. Vientos

11.6.1. Cortinas rompevientos

Page 10: Manual Pera Williams

10 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Capítulo 12. Manejo de poscosecha

12.1. Maduración y cosecha del fruto12.2. Autorización de la cosecha: Programa de Madurez12.3. Índices de cosecha y su evolución 12.4. Cosecha: recomendaciones, criterios y cuidados, transporte adecuado12.5. Cosecha en pasadas12.6. Acondicionamiento 12.7. Enfriamiento de los frutos

12.7.1. Sistemas de preenfriado12.8. Manejo de la fruta durante el proceso de empaque12.9. Materiales de empaque 12.10. Conservación

12.10.1. Muestreo de los frutos durante la conservación12.10.2. Condiciones de conservación

Capítulo 13. Enfermedades de poscosecha

13.1. Enfermedades patogénicas13.1.1. Moho azul o podredumbre húmeda 13.1.2. Moho gris13.1.3. Podredumbre por Alternaria13.1.4. Podredumbres lenticelares

13.1.4.1. Ojo de pescado13.1.5. Podredumbre por Cladosporium

13.2. Manejo de enfermedades patogénicas de poscosecha13.2.1. En la plantación, durante la estación de crecimiento13.2.2. Durante la cosecha13.2.3. Después de la cosecha13.2.4. En la planta de empaque

13.3. Enfermedades fisiogénicas 13.3.1. Cáliz amarillo o maduración prematura del cáliz13.3.2. Cáliz negro (Black end) o cáliz duro (Hard end) 13.3.3. Decaimiento del corazón (core breakdown)13.3.4. Deshidratación13.3.5. Enfermedad del frío o maduración incompleta13.3.6. Escaldadura blanda13.3.7. Escaldadura de senescencia13.3.8. Escaldadura superficial13.3.9. Fisiopatías relacionadas con atmósfera controlada (AC)

13.4. Daños13.4.1. Daños mecánicos13.4.2. Daños producidos antes de la cosecha13.4.3. Daños producidos durante la cosecha y el transporte a la planta de empaque13.4.4. Daños producidos en la planta de empaque13.4.5. Daños producidos durante el transporte y la comercialización13.4.6. Daños por sol o asoleado 13.4.7. Daños producidos durante el almacenamiento en atmósfera controlada o modificada 13.4.8. Daños químicos13.4.9. Daños producidos por las sales de flotación13.4.10. Daños causados por fungicidas y/o antiescaldantes13.4.11. Daños ocasionados por pérdidas de amoníaco

Capítulo 14. Recursos necesarios para la inversión y la producción

Page 11: Manual Pera Williams

11Índice

Listado de autores

(Autor/Afiliación/Capítulo)

Adaro, Ariel (Expofrut SA) 2; 3Álvarez, Hugo (UNCo) 5Apcarian, Alicia (UNCo) 6Aragón, Jorge (Kleppe S.A.) 12; 13Aruani, María Cristina (UNCo) 6Barnes, Norma (UNCo) 12; 13Behemer, Sergio (UNCo) 10Bondoni, Mariano (UNCo) 8Calvo, Gabriela (INTA) 12Candan, Ana Paula (INTA) 12Cichón, Liliana (INTA) 8Colavita, Graciela (UNCo) 5; 11Colodner, Adrián (INTA) 13Curetti, Mariela (INTA) 6Dapoto, Graciela (UNCo) 8Di Masi, Susana (INTA) 13Di Prinzio, Alcides (UNCo) 10Díaz, Dante (Cervi) 12Dillon, Julio (Salentein) 2; 3Dussi, María Claudia (UNCo) 5Edelstein, Ricardo (Frutas Lanin) 12Fernández, Darío (INTA) 8Fernández, Leandro (Dole) 12Fernández, Miriam (Cooperativa FrutiOro) 12Forquera, Juan Carlos (UNCo) 11Franco, Carlos (Asesor privado) 13Galeazzi, Juan (UNCo) 7Garrido, Silvina (INTA) 8Garriz, Patricia (UNCo) 5Gastiazoro, Juliana (UNCo) 4Giambelluca, Adriana (Tres Ases) 12; 13Giardina, Gustavo (Asesor privado) 5Giayetto, Alejandro (INTA) 1; 9

Giganti, Humberto (UNCo) 8Ginobili, Juan (Dole) 2; 3Gomila, Teófilo (INTA) 12Holzmann, Rosa de Lima (INTA) 6Horne, Federico (UNCo) 7Irisarri, Jorge (UNCo) 6Laino, Angel (Orsero) 14Magdalena, Carlos (INTA) 10Miracca, Claudio (Expofrut SA) 13Oteiza, Eric (PEA) 12Polla, Gabriela (UNCo) 7Quadri, Miguel (Salentein Fruit) 12Raffo, Dolores (INTA) 2; 3Ramírez, Paula (Orsero) 12Ramos, Enrique (Salentein Fruit) 14Reeb, Pablo (UNCo) 5Requena, Antonio (INTA) 7Rodríguez, Andrea (INTA) 4; 5; 11Rodríguez, Rodolfo (INTA) 2; 3; 5Rossini, Mirta (INTA) 9Salvador, María Eugenia (Tres Ases) 12; 13Sánchez, Enrique (INTA) 6Sánchez; Darío (Asesor privado) 13Sanoner, Carolina (Cosur S.A.) 13Schmid, Patricia (UNCo) 6Sosa, Daniel (UNco) 2; 3Sosa, María Cristina (UNCo 13Tassara, Miguel (INTA) 11Thomas, Esteban (INTA) 11Toranzo, Jorge (Expofrut SA) 2; 3Villarreal, Patricia (INTA) 1; 14Vita, Laura (Kleppe SA) 5Zaffino, Roberto (Orsero) 2; 3

Revisores

Álvarez, Julián (Pro Río Negro)Colavita, Graciela (UNCo)Dussi, María Claudia (UNCo)Fernández, Darío (INTA)Giayetto, Alejandro (INTA)Reeb, Pablo (UNCo)Sánchez, Enrique (INTA)Schmid, Patricia (UNCo)

Corrección y Diseño

Área Comunicaciones del INTA Alto Valle

Bellés, CarlosCalí, María JulietaIzaguirre, Sebastián

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12 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

1.1. Origen e historia de

la pera Williams

El cultivo del peral se inicia en el oeste asiático, enlos valles formados por la cadena montañosa TianShan en China hace unos 3000 años, aunque escri-tos de Homero (700 aC) sugieren una posible pro-cedencia europea.

La primera especie domesticada fue Pyrus pyrifo-lia, peral silvestre que producía frutos comesti-bles. Posteriormente se realizaron hibridacionesentre P. ussuriensis y P. pyrifolia. En Occidente, P.communis var pyraster y P. communis var. cauca-sica fueron seguramente los ancestros del peraleuropeo. El género Pyrus incluye 22 especies divi-didas en occidentales y orientales según su situa-ción geográfica. Las más utilizadas en laactualidad son P. betulifolia, P. calleryana, P. pyri-folia y P. ussuriensis (orientales), y P. communis,P. communis var. pyraster, P. amygdafoliformis, yP. salicifolia (occidentales).

La pera Williams fue descubierta originalmente en1765 en Inglaterra por el señor Stair, y fue llamada“Stair´s pear” (pera de Stair). Posteriormente, unviverista llamado Williams la adquirió y diseminópor toda Inglaterra, por lo que esta variedad co-menzó a denominarse Williams´ pear. Sin embargo,su nombre completo es Williams´ Bon Chetrien,cuya traducción podría ser “Williams el buen cris-tiano”. Hacia 1799, el señor James Carter introdujoesta pera en los Estados Unidos estableciendo elcultivo en la propiedad de Thomas Brewer en Rox-bury, Massachussets. Más tarde, Enoch Bartlett deDorchester (Massachussets) adquirió la variedady, desconociendo su denominación, la propagó por

Estados Unidos bajo su propio nombre. Fue reciénen 1928 que se tomó conciencia que Bartlett y Wi-lliams eran la misma entidad, cuando se introduje-ron a ese país nuevas plantas procedentes deInglaterra. El importador de esta variedad en Ar-gentina fue probablemente el comerciante inglésJames Brittain hacia el año 1817, quien la cultivó ensu finca a orillas de la desembocadura del Ria-chuelo en Buenos Aires.

En el Alto Valle, el cultivo y propagación del peralde esta variedad tendría sus probables orígenes enpioneros inmigrantes de principios del Siglo XXcomo el suizo Wilhem Gaspar Kopprio, quien instalóun vivero en la zona de Allen hacia 1910. Cuentanque Kopprio trajo de Francia un pie de membrillerode Angers en el cual injertó la mayoría de sus pera-les. Una crónica lo coloca entre los pioneros de laactividad, cuya especialidad fue la pera WilliamsBon Chretien que él propagó y llamó “la mejor perade agua”. Kopprio definía a esta variedad como“grande y mantecosa y excelente para el comercio”en su primer catálogo de plantas (1926). Es hacia ladécada de 1920 cuando la Estación ExperimentalRío Negro (transformada luego en la EEA Alto Valle)y la Estación Agronómica Cinco Saltos implantan laprimera colección de 24 variedades de manzanosobre portainjerto Northern Spy, para contrarrestarla incidencia del pulgón lanígero, que había aniqui-lado las plantaciones injertadas sobre pie franco desemilla. También en ese año se implanta la primeracolección de vides “de almería y americanas”. En1926 se amplía la colección de frutales de pepita.Las variedades de peral sumaban 24, siendo la prin-cipal la Williams Bon Chretien, en tanto que se au-mentó a 27 la de manzanos, con Jonathan yDelicious como las más importantes.

Capítulo 1

Introducción

Page 13: Manual Pera Williams

13Capítulo 1 Introducción

1.2. Taxonomía y morfolo-

gía de Pyrus communis

Pyrus communis pertenece a la subdivisión Angios-perma; Clase Dicotiledónea de hoja caduca; sub-clase Rosidae, orden Rosales, familia Rosácea ygénero Pyrus.

Es un árbol piramidal que puede alcanzar los 20metros de altura. Tiene una vida media de 65 años.Su tronco es alto, grueso, de corteza agrietada ygris. Las ramas se insertan formando un ángulo de45º con el tronco; son de corteza lisa, primeroverde y luego gris-violácea con numerosas lentice-las. Sus hojas son ovales, finamente dentadas o en-teras, coriáceas, glabras, algo lustrosas por el hazy con un pecíolo de igual longitud que la lámina omás corto. Las flores tienen largos cabillos y for-man unos corimbos umbeliformes en la termina-ción de las ramillas. Tienen un ovario ínfero decolor blanco o blanco-rosado, y el cáliz está for-mado por cinco sépalos lanceolados, estrechadosen punta. Los pétalos miden generalmente 12-15mm y son obovados y libres. El fruto es en pomo,estrechado en la base. En el interior está divididoen cinco celdillas, cada una con 1 a 2 semillas decubierta exterior lisa o algo mucilaginosa. La pieldel fruto es más o menos lisa, de color verde y tomaun color pardo o amarillento al madurar. Su pulpaes dura, en un inicio ácida y en la madurez pasa aser blanda y dulce.

P. communis posee raíces profundas con el eje cen-tral muy desarrollado, la que le permite tener unbuen anclaje y ser resistente a la sequía.

1.3. Importancia comercial

En la actualidad, el Alto Valle de Río Negro y Neu-quén es la principal zona exportadora de pera anivel mundial, con una superficie de aproximada-mente 20.500 ha. En ellas, el cultivo de pera Wi-lliams ocupa 9.600 ha., siendo la principal variedadproducida (47% de la superficie).

La mayor proporción de la superficie de pera Wi-lliams se encuentra en el rango de edad productiva;sólo el 14% tiene más de 40 años. El ingreso paula-tino de nuevas áreas a la etapa productiva explicael crecimiento de la producción de la variedad. Enparticular, la temporada 2008-2009 significó un in-cremento de algo más de 70.000 tn, totalizando344.000 tn de pera Williams, equivalentes al 45,5%de la producción total regional de la especie.

El principal destino de la producción es la exporta-ción. El 61% de la producción ingresa a los merca-dos del mundo, el 17% se comercializa en elmercado doméstico y el 22% se industrializa parala producción de jugo concentrado como productocentral.

Los principales mercados de exportación son Bra-sil, Rusia, Italia y Estados Unidos.

Page 14: Manual Pera Williams

14 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

2.1. Calidad de la planta

de vivero

Las nuevas plantaciones y la renovación parcial demontes envejecidos en los próximos años exigiráncontar con plantas de identidad varietal, calidad ysanidad necesarias para iniciar un cultivo exitoso yrentable, con rápida entrada en producción.

El productor debe efectuar su pedido con la debidaanticipación para que el viverista pueda organizarsu funcionamiento y ofrecer una mejor calidad deplantas. Al mismo tiempo, deben preverse sobre lasuperficie a plantar las prácticas culturales perti-nentes, un análisis de suelo y la nivelación de la su-perficie, aún en caso de emplearse el riegomecanizado.

El retiro de las plantas del vivero debería ser en losmeses de junio y julio. Éstas deben estar perfecta-mente identificadas y acondicionadas durante eltransporte y con sus raíces cubiertas. Debe evitarsesu permanencia en cámaras con fruta, porque eletileno que se genera anticipa en primavera el mo-vimiento de las yemas y provoca una brotación an-ticipada y poco uniforme.

La calidad de las plantas (estado sanitario, cabe-llera radicular y grosor del eje) es un elemento departida fundamental. Si éstas presentan falenciasserá necesaria una clasificación previa.

2.1.1. Origen de las plantas

En nuestra zona, anualmente se recibe gran cantidadde plantas producidas en otras regiones. Antes deadquirirlas, sería muy conveniente para el productor

realizar una visita al vivero a fin de observar las con-diciones de manejo en las cuales se multiplica el ma-terial vegetal. Un vivero organizado presentamenores riesgos de identificar incorrectamente unavariedad o de injertar material vegetal contaminadoy así se evitan graves perjuicios económicos queestos errores de manejo le pueden traer al productoren el futuro.

Se deberá observar con mucho cuidado el tipo desuelo, riegos, estado vegetativo de las plantas, yen especial la presencia de síntomas de enferme-dades y/o plagas, acordando al momento de la vi-sita la calidad de las plantas requeridas (variedad,portainjerto, altura y grosor del fuste, etc.).

Al adquirir plantas de otras regiones es importanteplanificar correctamente el momento de planta-ción, ya que en épocas tardías (agosto-septiembre)el productor puede recibir plantas en avanzado es-tado de brotación, las cuales presentan un mayorriesgo de mortalidad y un escaso crecimiento ve-getativo durante la primera temporada.

2.1.2. Identidad varietal

La autenticidad del material vegetal depende ex-clusivamente del viverista. Se recomienda siempreadquirir plantas en viveros registrados ante INASE(Instituto Nacional de Semillas) y ante las autori-dades del SENASA, a través del Registro NacionalFitosanitario de Operadores de Material de Propa-gación, Micro propagación y/o Multiplicación Ve-getal, para el control de plagas no cuarentenariasreglamentadas. De esta manera se asegurará quela variedad y el portainjerto corresponden genética-mente al material solicitado.

Capítulo 2

Plantación

Page 15: Manual Pera Williams

15Capítulo 2 Plantación

2.1.3. Características anatómicas de laplanta de vivero

Las plantas deben tener un fuste de 1,60-1,80 m dealtura y como mínimo 10-12 mm de diámetro, me-dido a 1 m de altura, con una altura del injerto de20-25 cm a partir de la primera inserción de la raíz.

Deben tener un buen sistema radicular compuestopor abundantes raíces finas y no presentar cortes,heridas importantes ni síntomas de deshidratación.

Las yemas deben ser de buena calidad. Se debe ob-servar que tanto éstas como el fuste no presentenheridas.

2.1.4. Sanidad

Es importante realizar un diagnóstico visual al mo-mento de recibir el material proveniente del vivero.

Plagas y enfermedades suelen apreciarse a simplevista. Dependiendo del grado de infestación, pue-den ser un gran problema para la futura planta-ción. Algunas enfermedades/plagas puedencontrolarse con tratamientos fitosanitarios previosa la plantación, dependiendo del porcentaje deplantas infestadas. En caso de encontrarse conporcentajes muy altos se debe rechazar la partida.

2.1.4.1. Enfermedades de la raíz

Las enfermedades como Phytophtora y agalla decorona son las más graves, ya que presentan un di-fícil control y afectan el normal desarrollo y la vidade las plantas.

2.1.4.2. Enfermedades causadas por virus yotros microorganismos

Estas enfermedades se transmiten debido al usode materiales de propagación contaminados du-rante la práctica de injertación en vivero. Si bien lossíntomas pueden ser difíciles de detectar en estaetapa, su presencia afecta directamente la preco-cidad, el rendimiento y la vida futura del cultivo.

Su ausencia sólo se garantiza adquiriendo las plan-tas en viveros registrados, que cuenten con plan-teles de plantas madres libres de virus comomaterial de propagación base.

2.1.5. Transporte de las plantas

El transporte desde el vivero al establecimientodebe realizarse en vehículos que permitan conser-var la humedad de las raíces, a fin de evitar su des-hidratación.

Es muy importante no descuidar la tarea de cubrir bienlas raíces durante el traslado, aunque el vivero quedea unos pocos minutos de la chacra o cuando se tengaque movilizar plantas entre establecimientos.

La pérdida de humedad también puede producirsepor un excesivo pasaje de aire a través de la cargadurante el transporte.

Al momento de recibir el material vegetal, es nece-sario controlar que la lona de cobertura esté correc-tamente cerrada y rechazar aquellas plantas quepresenten síntomas de deshidratación debido auna incorrecta protección durante el viaje.

Page 16: Manual Pera Williams

16 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

2.2. Portainjertos

Los portainjertos de peral pueden ser clasificadosen dos categorías según el tipo de propagación quese utilice en el vivero.> portainjertos que se multiplican por semilla

(francos).> portainjertos que se multiplican agámicamente

por acodo en cepada o por distintos tipos de es-tacas vegetativas (clonales).

2.2.1. Portainjertos “francos”

El pie franco es originado a partir de la semilla dePyrus communis. Se caracteriza por inducir pocaprecocidad en la entrada en producción y promoverun crecimiento demasiado vigoroso y heterogéneopara los requerimientos de plantaciones con dis-tanciamientos menores a dos metros. En la región,este portainjerto ha demostrado un elevado nivelde adaptabilidad a distintos tipos de suelo y mane-jos del riego, debido a su capacidad de desarrollarun buen sistema radical, con buena resistencia apulgón lanígero.

Se han seleccionado diversas semillas de Pyruscommunis a partir de variedades como Volpina enItalia, Fiudiere en Francia, Kirschensaller en Alema-nia y Winter Nelis en Chile, para lograr una mayoruniformidad en el comportamiento vegetativo delas plantas. Sin embargo, estas selecciones siguensiendo demasiado vigorosas y poco precoces. Enotros países productores como China, India y Japónse utilizan otros portainjertos obtenidos por semi-lla pertenecientes a otras especies del géneroPyrus (P. Serotina, P. Calleyriana, P. Ussuriensis yP. Betulaefolia), pero adolecen de las mismas limi-taciones señaladas para Pyrus communis.

En la actualidad, en las condiciones de los vallesirrigados de las provincias de Río Negro y Neu-quén, la búsqueda de mayor precocidad en la en-trada en producción y el control del excesivo vigorde los árboles de peral injertados sobre portain-jertos francos debe orientarse a determinar mar-cos apropiados de plantación, elección desistemas de conducción y poda, y ajustar prácticasculturales fundamentales como la fertilización y elmanejo del riego.

2.2.2. Portainjertos “clonales”

Estos portainjertos se multiplican vegetativamentea través de técnicas de vivero mediante el enraiza-miento de estacas. Debido a la dificultad que pre-senta el peral para emitir raíces adventicias en labase de estacas o de brotes encepados, la cantidadde portainjertos clonales de peral existentes a nivelmundial resulta escasa. Algunas de las seleccionesson: Old Home x Farmingdale de Estados Unidos,con resistencia al “tizón de fuego” (Fire Blight),serie BP obtenidos en Sudáfrica y algunas seleccio-nes de Old Home realizadas en Francia. No obs-tante, la multiplicación de todos estos materialescontinúa siendo dificultosa aunque se han logradoavances con algunas técnicas de propagación utili-zando estacas herbáceas y semileñosas, tratadascon reguladores del crecimiento inductores de ladiferenciación de raíces y colocadas en ambientesapropiados con elevada humedad relativa (“bajoniebla”). Esta tecnología de propagación aún no seha implementado a nivel comercial en el Alto Vallede Río Negro. Experiencias realizadas en la regióncon algunos de los portainjertos de la serie BP notuvieron un comportamiento agronómico adecuadocomo para considerarlos en futuras plantaciones.

La producción de portainjertos de peral mediantemicro propagación es factible pero requiere de insta-laciones y personal altamente especializado que au-menta significativamente los costos con respecto amétodos tradicionales de multiplicación. La posibili-dad de lograr mediante esta técnica plantas auto en-raizadas (sobre sus propias raíces) es descartada portener un prolongado período de “juvenilidad” que re-tarda significativamente la entrada en producción.

Con la finalidad de sobrellevar los inconvenientesseñalados para los portainjertos clonales del gé-nero Pyrus se han probado algunas selecciones demembrillero (Cydonia oblonga) para ser utilizadascomo portainjertos clonales de peral. Precisamente,gran parte de los cultivos de perales de Europaestán injertados sobre portainjertos de membri-llero. Se ha comprobado que estos cultivos tienenuna gran eficiencia productiva, menor vigor y mayorprecocidad en la entrada en producción que lasplantaciones sobre pie franco. Las selecciones máspromisorias son BA 29 y Sydo, ambas de origenfrancés, provenientes del membrillero de Angers,que se caracterizan por su buen vigor.

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17Capítulo 2 Plantación

En la región del Alto Valle los portainjertos de mem-brillero han presentado síntomas de incompatibili-dad con Williams, Beurrè D´Anjou, PackhamsTriumph y Abate Fetel, esta última en menor grado.Estos síntomas son más graves que los observadosen otras regiones productoras de Europa, especial-mente Francia e Italia. Dichas diferencias podríanestar relacionadas con las condiciones climáticaspropias de la zona, que tiene vientos frecuentes y unperiodo estival muy cálido. Este último acentúa eldéficit hídrico por un deficiente transporte de agua através de la zona del injerto entre el membrillero yel peral. Ante esta situación, es posible recurrir aluso de interinjertos o “filtros” de variedades que tie-nen mayor afinidad con el membrillero, como BeurrèHardy, Passe Crassane y Comice.

La presencia de virus es otro factor que incidesobre la incompatibilidad en las combinacionesperal - membrillero, siendo necesario disponer dematerial con sanidad certificada. Concretamente,el portainjerto de membrillero, el filtro y la variedaddeben tener la condición de libres de virus.

Además, es muy importante considerar el tipo desuelo donde se implantará el nuevo monte deperal. Los suelos livianos con alta permeabilidadexponen a este portainjerto, aún utilizando un “fil-tro”, a sufrir condiciones de estrés hídrico en espe-cial durante el verano, sobre todo si se utiliza elriego gravitacional. En estas situaciones, el uso deriego localizado (goteo, micro aspersión, etc.) conposibilidad de suministrar nutrientes (fertirriga-ción) resulta sumamente ventajoso.

En síntesis, implantar perales Williams utilizandoportainjertos de membrillero requiere tener encuenta los aspectos expuestos: calidad y sanidaddel material vegetal, utilización de filtros de varie-dades compatibles y manejo eficiente de prácticasculturales (riego, fertilización y control de malezas).

2.3. Consejos útiles para la

implantación

2.3.1. Preparación del suelo

Para ello se recomienda:> Realizar un análisis de suelo completo y en al-

gunas situaciones un análisis de nematodos, de

acuerdo con las indicaciones del técnico. Los re-sultados permiten decidir correctamente la elec-ción del cultivo y del portainjerto a utilizar.

> Corregir las deficiencias que presenta el sistemade riego y drenaje. Evitar suelos con napas freá-ticas altas.

> En caso de replante, eliminar por completo losrestos vegetales de cultivos anteriores.

> Nivelar correctamente el terreno si se utilizanriegos por surco o manto.

> Subsolar el suelo: esta práctica es muy impor-tante porque permite romper las capas compac-tadas y mejora el crecimiento de la planta en susprimeros años. Es recomendable pasar este im-plemento a lo largo y a lo ancho del cuadro, cada80 cm. o menos y sobre la línea de plantación.

2.3.2. Recepción de plantas

> Desde la salida de las plantas del vivero hasta sullegada al lugar de plantación puede transcurrirun tiempo prolongado. De ser así, es convenienteacondicionarlas para evitar su deshidratación.

> Durante el transporte de las plantas hasta sulugar de plantación, deberá cubrírselas con unalona protectora.

> Se aconseja preparar el día anterior a su recep-ción una trinchera con las dimensiones necesa-rias para dejar las plantas.

> Antes de colocar las plantas en la trinchera, cor-tar el hilo inferior que asegura los paquetes deplantas a fin de poder separar las raíces. Esto per-mite que al taparlas con la tierra no queden raícesexpuestas al aire con riesgo de deshidratación.

> Una vez en la trinchera, tapar completamente lasraíces con tierra y regar con abundante agua,manteniéndolas húmedas hasta el momento desu plantación.

> Si las plantas son mantenidas en cámara frigorí-fica, ésta no debe contener fruta. Los gases de lamaduración predisponen a un movimiento antici-pado de las yemas que afectará la brotaciónluego de plantadas.

Page 18: Manual Pera Williams

18 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

2.3.3. Plantación

Es muy importante, por razones fisiológicas, llevara cabo la implantación durante los meses de junio,julio y agosto, para permitir un correcto arraigue alas plantas al momento de la brotación.

De esa forma se logra que las plantas (raíz y fusteaéreo) se adapten para afrontar las demandas deagua y nutrientes de los nuevos brotes durante elcrecimiento vegetativo primaveral.

Plantaciones muy tardías (realizadas en septiem-bre) normalmente se ven expuestas a temperaturaspor encima de los 20 ºC, acelerando su brotación alos pocos días de ser implantadas. Además, lasplantas son propensas a deshidratarse al no tenerraíces totalmente activas, situación que puede cau-sar una gran mortalidad durante el primer año. Enesta época el viento puede provocar estrés hídricoy desecamiento de brotes tiernos. Por esta razónes aconsejable plantar temprano, para favorecer elinicio de la actividad de las raíces y una brotaciónuniforme.

Foto 2.1

Page 19: Manual Pera Williams

19Capítulo 2 Plantación

Otros conceptos prácticos> Marcar el cuadro y las filas antes de plantar, res-

petando el marco de plantación. Para facilitar laoperación es conveniente pasar un subsoladorsobre la fila de plantación y plantar sobre ésta.

> En presencia de raíces muy grandes es preferi-ble agrandar el pozo para evitar la poda de lasraíces.

> En caso de efectuarse poda de raíces, será ne-cesario un tratamiento preventivo mediante unbaño con un producto fungicida.

> Extraer de la trinchera únicamente los paquetesa medida que se van plantando, para evitar quese deshidraten.

> No deben dejarse paquetes de plantas en elcampo si se va a demorar la plantación.

> Orientar el injerto en contra del sector de dondeprovienen los vientos más frecuentes en la zona.

> No cubrir con tierra el portainjerto, para evitarque la planta se afranque.

> Si se utiliza lombricompuesto, éste debe colo-carse en el pozo de plantación a razón de 500gramos por planta como mínimo.

> Tapar las raíces con tierra de la superficie delsuelo (primeros 20 cm) por su mayor contenidode materia orgánica y fertilidad.

> Finalizada la plantación, se debe efectuar unriego (5-10 litros por planta) para mejorar la con-dición del sistema radicular.

Realizar la poda de plantación de acuerdo con elsistema de conducción seleccionado.

Foto 2.2

Page 20: Manual Pera Williams

20 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Mediante el uso de diferentes sistemas de con-ducción se pretende lograr una producción tem-prana y continua del monte, sobre una baseeficiente y económicamente efectiva. Todos lossistemas emplean elementos comunes de poda ymanejo, con las variaciones propias que identifi-can a cada uno en particular. Estas técnicas pue-den dar distintas respuestas dependiendo delmomento y el grado de intensidad en que seanutilizadas.

3.1. Sistemas de conducción

Es importante que el productor elija el sistema deconducción antes de plantar, ya que las densidadesde plantación, la poda y el manejo posterior sondistintas y no es conveniente realizar cambios du-rante el proceso.

Se puede elegir entre dos sistemas: la espaldera omini espaldera y el eje central. La principal diferen-cia entre ambos es que el primero es un sistemaplano y el segundo de tipo cónico.

3.1.1. Eje central

Se basa en un eje dominante con 16 a 18 cargado-res distribuidos radialmente a lo largo del eje conuna relación de al menos 3 a 1 (eje a cargadores).La carga de la fruta se encuentra en los cargadores,ya sea sobre dardos o brindillas cortas.

Requiere un marco de plantación que va de 4 mentre filas a 1,5 a 2 m entre plantas, con densidadesentre 1250 y 1667 plantas por hectárea.

La altura final de la planta es de 4 a 4.5 m y es con-veniente dejar un espacio entre plantas en la partesuperior de la fila, para el ingreso y mejor distribu-ción de la luz (Foto 3.1).

Para la poda de plantación se aconseja despuntarel eje a 1.10-1.20 m eligiendo buenas yemas, elimi-nando toda rama competitiva y dejando aquellascon una relación mayor a 3:1 y todo crecimiento pordebajo de los 0,80 m. Para llevar adelante estapráctica es de gran importancia realizar la planta-ción temprana con el fin de asegurar una brotaciónuniforme del eje. El sistema radical del portainjertofranco normalmente es escaso, situación que seagrava más si proviene de un vivero con suelo pe-sado. Esto condiciona la plantación dejando elfuste completo (sin despunte) debido a la res-puesta de frotación no uniforme (pelado del eje) enprimavera.

3.1.1.1. Primer año

Durante el crecimiento del primer año se debe efec-tuar el doblado de las ramas en un ángulo mayor a90º respecto al eje, de tal manera que la punta dela rama quede por debajo de su inserción con éste.Un doblado excesivo induce la aparición de creci-mientos vegetativos vigorosos (chupones). Estapráctica permite un mejor aprovechamiento de loscrecimientos del primer año y un aumento de laprecocidad.

En invierno serán elegidas no más de 5 ramas,manteniendo la relación 3 a 1 respecto del eje, auna altura de 0, 80 m de la superficie del suelo. Eleje permanecerá sin despuntar en condiciones debuen crecimiento.

Capítulo 3

Conducción

y Poda

Page 21: Manual Pera Williams

21Capítulo 3 Conducción y poda

3.1.1.2. Segundo año

Continuar con el doblado de ramas en el veranotal como fue mencionado. La poda de inviernoconsiste en elegir 3 a 4 ramas con buena relaciónrespecto al eje y sobre las 4 a 5 primeras que sedejaron el año anterior eliminar todo crecimientoindeseado (chupones), en cualquier lugar dondese encuentren, sin dejar “tacos”. Si el crecimientodel eje es adecuado, éste se dejará sin despuntar.Además, se deberá controlar todo crecimiento queprovoque competencia con el eje.

3.1.1.3. Años siguientes

Continuar de la misma manera. El doblado de ramaspuede evitarse cuando la planta haya alcanzado los3,5 m ya que a partir de esa altura se produce unmejor equilibrio del eje con las ramas, eligiéndosesolamente aquellas con buen ángulo y una relaciónmayor de 4 a 1 respecto del eje. Las ramas que tie-nen una buena disposición en el tronco, pero con unángulo de inserción muy cerrado pueden renovarseefectuando un corte con tijera tipo “silla,” a los efec-tos de favorecer el crecimiento de una nueva rama,en este caso con mejor ángulo.

Foto 3.1

Page 22: Manual Pera Williams

22 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

La cantidad de años en alcanzar una altura prede-terminada de 4,5 metros dependerá del creci-miento de la planta, y el objetivo es lograr uncrecimiento anual de 1 m en promedio.

Poda de fructificación: se considera esta poda enlos laterales radiales cuando estos tienen más dedos años. Tiene como propósito eliminar horque-tas, chupones, brindillas débiles (4 mm o menos)dejando dardos y brindillas cortas coronadas demás de 4 mm de diámetro (Fotos 3.2 y 3.3).

De ser necesario se deberán recortar las ramas la-terales. Demorar esta tarea tanto como sea posibley al cortar, hacerlo siempre en un diámetro inferiora los 6 mm.

Cuando se haya superado la etapa de formaciónde la planta (normalmente 6 años) se deben co-menzar a limpiar los primeros 20 cm de la inter-sección con el eje, a fin de favorecer la penetracióny distribución de la luz en el interior de la copa.(Foto 3.4)

3.1.2. Mini espaldera

Se basa en un eje con dos ramas por piso y un totalde 4 pisos formados por ramas orientadas en elsentido de la fila y con una relación eje/rama late-

ral de 3 a 1. Como en el sistema anterior, debemantenerse el eje como terminación de la planta,para evitar la proliferación de chupones sobre elúltimo piso.

Requiere un marco de plantación de 2,5 a 3 m entreplantas y 4 m entre filas, con una densidad de 1000a 833 plantas por hectárea (Foto 3.5).

La carga de la fruta está siempre sobre los cargado-res, ya sea sobre dardos o brindillas que se dispo-nen en espina de pescado, pudiendo dejarbrindillas un poco más largas que en el sistema an-terior. Lo más importante es evitar ramas gruesasdesde el eje y horquetas sobre las laterales que for-man los pisos de la espaldera.

La poda de formación es similar al eje central, conla diferencia de que se dejan dos ramas por piso,las cuales estarán a una distancia de aproximada-mente 80 a 90 cm.

El doblado de las ramas se hará de tal manera quela inclinación sea igual a 90º respecto del eje, evi-tando siempre curvaturas próximas a la insercióncon la rama portadora.

La poda de fructificación es similar a la mencionadapara el eje central.

Foto 3.3Foto 3.2

Page 23: Manual Pera Williams

23Capítulo 3 Conducción y poda

3.1.3. Doble eje

Este sistema tiene la particularidad de que al dividirla planta en dos ejes se redistribuye el vigor del piefranco, lo cual permite generar una estructura másequilibrada.

La distancia de plantación dependerá de la separa-ción que se le de a los dos ejes, que deberá estarentre 0,80 a 1 m. Por lo tanto, la distancia entreplantas deberá ser de 1.6 a 2 m y la distancia entrefilas de 3.5 a 4 m de acuerdo con el ancho que se lequiera dar a la espaldera.

Lograr una abertura mayor a 1 m manteniendo elparalelismo entre ejes es dificultoso en el momentode su formación, mientras que distancias menoresa los 80 cm producirán ramas débiles sobre losejes. La abertura correcta de los ejes al inicio deformación del sistema facilitará el manejo de las fu-turas estructuras productivas (Foto 3.6).

3.1.3.1. Poda de plantación

Las plantas provenientes del vivero serán llevadasal terreno siguiendo los pasos mencionados en elcapítulo anterior. Posteriormente serán rebajadas auna altura de 30 cm del suelo, a fin de partir conuna abertura de ejes lo más baja posible.

En el primer ciclo de crecimiento se aconseja inter-venir por lo menos dos veces en primavera, elimi-nando competencias que comprometan elliderazgo del eje.

3.1.3.2. Poda del primer año

Una vez definidos los dos ejes con la separaciónadecuada, las plantas son conducidas y fijadas alprimer alambre, situado a un 1 m de altura. Hasta elmomento de alcanzar la altura del alambre los ejesserán guiados con un soporte (hilo), para mantenerel distanciamiento y evitar quebraduras por accióndel viento. Antes del inicio del segundo creci-miento, ambos ejes serán podados por encima dela atadura sobre el alambre. Esta poda tiene comoobjetivo acentuar el crecimiento uniforme y verticaldel eje.

3.1.3.3. Poda del segundo año

A partir de este momento no se despuntan los ejes;sólo se eliminan las competencias y se mantiene larelación 3 a 1 mencionada en los otros sistemas deconducción.

Los dos ejes conforman las ramas principales sobrelas que se distribuirán las cargadoras con un re-cambio gradual cada 3 años.

Foto 3.4 Foto 3.5

Page 24: Manual Pera Williams

24 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

3.1.3.4. Poda de fructificación

Se procederá teniendo en cuenta los principios pro-puestos para los otros sistemas de conducción enalta densidad

3.1.4. Espaldera tradicional

Existen numerosas plantaciones de pera Williamsen espalderas conducidas de manera tradicional yplantadas con distanciaminetos de 4 x 3 y 4 x 4.

Los errores más frecuentes son la distancia entrepisos, la presencia de ramas gruesas hacia la calleya sea desde el eje o desde los laterales y la elimi-nación del eje sobre el último piso, que ocasionaun excesivo crecimiento vegetativo (chupones) enla parte superior de la estructura.

Todos estos inconvenientes se solucionan dejandouna buena distancia entre pisos (80 a 90 cm), elimi-nando las ramas fuertes (horquetas) que salen delos pisos hacia la calle y las que salen del eje. En elcaso de tener ramas muy gruesas en el último piso(relaciones 2 a 1 ó 1 a 1 con el eje), se debe planifi-car la eliminación de éstas sustituyéndolas porotras más finas en un periodo de varios años, a finde no disminuir notoriamente la producción.

Sobre cada piso se debe dejar el tipo de brindillamencionado, mayor a 5 mm de diámetro y en formade espina de pescado (Foto 3.7).

3.1.5. Monte tradicional

La poda de fructificación en los montes conducidosde manera tradicional debe tender a favorecer elingreso y distribución de la luz en el interior de lacopa, a fin de lograr yemas vigorosas y brindillasde buen diámetro.

Se comienza tratando de lograr una buena distri-bución radial de los planos, dejando no más de 6por planta. Dentro de cada plano la distanciaentre ramas debe ser mayor a 80 cm, con no másde 5 ramas por plano, eliminando toda horquetay chupones.

Sobre estas ramas se recomienda priorizar las brin-dillas de 5 a 10 mm (medida en la base de cadabrindilla) que se convertirán en cargadoras defruta. Con posterioridad y una vez fructificadas la-teralmente, se deben acortar dejando 4 a 6 yemasflorales. Dejar brindillas coronadas, eliminar todocrecimiento con un diámetro de 4 mm o menos, yaque son brindillas débiles que no desarrollaránbuenas yemas florales.

Foto 3.7Foto 3.6

Page 25: Manual Pera Williams

25Capítulo 3 Conducción y poda

Se procurará dejar las brindillas en forma deespina de pescado y eliminar gradualmente loscrecimientos por arriba o por debajo de lasramas sobre cada plano. En caso de plantasdébiles se deberá solucionar la causa que pro-voca la falta de crecimiento y adecuar unapoda de acortamiento, con el propósito de in-centivar el crecimiento y tener mejor materialal año siguiente.

En plantas muy vigorosas y con excesivo sombre-ado en la parte interna, media y baja se aconsejareducir el vigor mediante técnicas apropiadas(menos nitrógeno, anillado, deschuponado ennoviembre, estrés hídrico en septiembre y octu-bre) y eliminar ramas gruesas (chupones) en laparte alta de la copa dejando abundante materialde fructificación. Si se presentan brindillas débi-les en la parte baja, deben ser rebajadas a unpuño (10 cm) a fin de lograr yemas florales parael año siguiente (Fotos: 3.8, 3.9 y 3.10).

Foto 3.10

Foto 3.8 Foto 3.9

Page 26: Manual Pera Williams

26 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

4.1. Fenología

El método de observación de los estados fenológi-cos de Fleckinger (Figura 4.1) permite el estudio delcrecimiento y desarrollo de las yemas mixtas de losfrutales de pepita (manzanos y perales).

El método tiene como base una serie de figuras ele-gidas de los diferentes aspectos por los que va pa-sando el botón floral, desde el estado de reposoinvernal hasta el pequeño fruto recién formado.Tales estados se designan con las primeras letrasdel alfabeto. Cuando el estado de la yema esté re-presentado exactamente por una de las figuras delos estados-tipo, es claro que la yema se encuentraprecisamente en ese estado. Si el desarrollo de layema se sitúa entre dos estados, se le asignará laletra del primero, precediendo al número (del 1 al4) que corresponda como sub-estado.

Estados tipo:> Yema floral cerrada> Botón de flor hinchado> Flor abierta> Ovario fecundado> Fruto cuajado

Definiciones de los diferentes estados-tipo feno-lógicos en perales

Estado A: Ojiva marrónLa yema está recubierta de escamas marrones máso menos oscuras y cerosas. Tiene un largo de alrede-dor de uno y medio a dos veces el diámetro del broteen el punto de inserción. Las escamas más externas(de primer orden) registran un mayor crecimiento.

De A a B: se observa el crecimiento en longitud delas escamas internas (segundo y tercer orden) porsu base. Hay elongación y engrosamiento de layema que queda oscura y cerosa sobre las partesya descubiertas.

Estado B: Huso o bastón con vivos clarosLa longitud de la yema es de 3-4 veces el diámetrodel brote. Continúa la elongación de las escamasinternas que están imbricadas y se desplazan te-lescópicamente las unas bajo las otras. Aparecentriángulos y vivos de color claro amarillo verdoso.Es la primera manifestación del crecimiento de layema en primavera.

De B a C: hay un aumento de las superficies clarasdescubiertas y de las dimensiones de las yemas.

Estado C: Ojiva bicoloreadaLa yema presenta partes iguales de superficie claray oscura. El diámetro en su parte hinchada es alre-dedor de dos veces y medio el del brote en su puntode inserción.

De C a D: la yema continúa hinchándose y se abre.Las escamas de segundo y tercer orden se separanpor su punta. El crecimiento de los elementos queellas protegen continúa, mientras que su propiocrecimiento disminuye. Las escamas, las brácteas,las hojas enruladas y las estípulas filiformes for-man una pantalla laxa alrededor de la inflorescen-cia. La bráctea bifurcada sale y se dobla.

Estado D: Aparición de los botones floralesLos botones florales se separan progresivamente(muñeca separada). Los ejes llevan las futuras floresy las hojas enruladas que también se agrandan.

Capítulo 4

Fenología y

Polinización

Page 27: Manual Pera Williams

27Capítulo 4Fenología y polinización

Las escamas y las brácteas han alcanzado sus di-mensiones definitivas. Las escamas más externas(primer orden) caen y las de segundo orden si-guen insertas. Luego, los botones comienzan asepararse.

Estado E: Puntas rojasLos sépalos, ligeramente separados en su base,dejan ver los pétalos que enrojecen vivamente a laluz. Todas las flores presentan, al mismo tiempo,los mismos fenómenos. Por último, todas las esca-mas caen.

De E a F: los botones engrosan y se separan másnetamente. Las puntas rojas se identifican por laseparación de los sépalos. El botón rojo aparece,se transforma en botón rosa, luego engrosa y sevuelve blanco. La forma del botón rosa es bien es-férica.

Estado F: Una flor abierta en la inflorescenciaDe F a G: se produce la apertura y expansión suce-siva de todas las flores.

F1: de 1 a 3 flores abiertas;

F2: las otras flores se abren;

F3: las flores se expanden;

F4: los pétalos están desplegados. Cada flor ad-quiere su mayor diámetro y en ese momento estánmás decoloradas.

La plena floración corresponde a la clase F2: lamayoría de las flores abiertas aunque no estánexpandidas.

Estado G: Caída de pétalosDe G a H: la caída de los pétalos involucra progre-sivamente a varias flores y luego, a todas (caen si-multáneamente en varias flores).

G1: caída de 0-25% de pétalos;

G2: caída de 25-50% de pétalos;

G3: caída de 50-75% de pétalos;

G4: caída de 75-100% de flores.

Estado H: Desarrollo del frutoEl último pétalo ha caído, la evolución de la flor haterminado y comienza el desarrollo del fruto des-pués de la fecundación.

De H a I: los ovarios engrosan y cuando han alcan-zado un diámetro igual a dos veces el que tenía elovario de la flor en plena floración (F2) se denomi-nan frutos cuajados.

La fecha media de plena floración (F2) para el AltoValle es el 24 de setiembre. Sin embargo, existenfluctuaciones debido a las condiciones climáticas.Por ejemplo, en 1993 el estado F2 se alcanzó el 16de setiembre mientras que en 2000 se registró el 5de octubre.

Page 28: Manual Pera Williams

28 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Figura 4.1: Estados fenológicos del peralSegún Fleckinger

Page 29: Manual Pera Williams

29Capítulo 4Fenología y polinización

4.2. Polinización

La polinización es el primer paso en el proceso deconstitución de la semilla (Foto 4.1.). Su presenciaen el fruto asegura el aporte de sustancias (auxinas,giberelinas y citocininas), las cuales tendrán una in-fluencia directa sobre el tamaño, la forma la madu-ración, la calidad organoléptica y la conservación.

Es conocida la capacidad que presenta la variedadWilliams para producir frutos partenocárpicos (sinsemillas). Debido a esta particularidad, en ocasio-nes se implanta en montes puros, es decir, sin unafuente de polen proveniente de una variedad conigual período de floración.

Si bien son numerosas las plantaciones puras que

acreditan una producción aceptable en la región,los argumentos a favor de una fuente de polen al-ternativa siguen siendo los más válidos. Tradicio-nalmente las variedades D´Anjou y Packham’s sonlas más utilizadas en los esquemas de plantación,dependiendo su porcentaje del valor comercialasignado. Estos esquemas de polinización, que engeneral corresponden a filas completas de la varie-dad polinizadora, deben ser acompañados al mo-mento de la floración con una fuerte presión deabejas (4-6 colmenas por ha) debido a que los nec-tarios de la flor del peral no tienen la capacidad deatracción para las abejas que presenta el manzano.Las condiciones climáticas son también de vital im-portancia en el proceso de polinización; vientos su-periores a los 30 km/h y temperaturas por debajode 10-12 ºC reducen su actividad.

Foto 4.1

Page 30: Manual Pera Williams

30 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

El crecimiento del fruto que resulta de la división yalargamiento celular sigue un modelo represen-tado por una curva sigmoidea (con forma de S)cuando se grafica el volumen del fruto en funcióndel tiempo (Figura 5.1). Ésta presenta tres fasesbien definidas: la fase I o período de crecimientoexponencial (multiplicación celular), la fase II o pe-ríodo de crecimiento lineal (agrandamiento y ex-pansión celular) y la fase III que incluye la etapafinal del crecimiento y el período de maduración.

Cuando el tiempo es medido en días después de laplena floración (DPF), la fase I de multiplicación ce-lular se extiende hasta los 40-60 DPF. Posterior-mente, en la fase II se produce la expansión celularcon el incremento significativo de tamaño. Estafase tiene una duración aproximada de 65-70 días.A partir de ese momento se desencadenan en elfruto una serie de transformaciones bioquímicas

que conducen al desarrollo de las característicasorganolépticas de la variedad. Esta última sueledurar de 10 a 30 días.

En la zona del Alto Valle, la edad media del fruto(desde plena floración hasta fecha media de cose-cha de los últimos 10 años) es de 106 días, es decirque a fines comerciales los frutos son cosechadosantes de la fase final para preservar la calidad deconservación.

5.1. Principales factores

que afectan el creci-

miento del fruto

El crecimiento de los frutos está en gran medidacondicionado por factores propios de la planta (in-ternos), ambientales y de manejo (externos).

5.1.1. Factores internos

> Tamaño inicial del fruto: el número de célulasdefinido en la primera fase de crecimiento deter-minará el tamaño potencial del fruto. La cantidadde células en el pequeño fruto está regulada porsustancias hormonales y es afectada por la dis-ponibilidad de agua y la provisión de hidratos decarbono y nutrientes.

En general, los frutos chicos contienen menos cé-lulas y más pequeñas que los de tamaño grande.Se ha comprobado que los frutos que durante laprimera fase de la curva de crecimiento son gran-des llegan a cosecha con tamaños mayores quelos que partieron con dimensiones pequeñas.

Capítulo 5

Crecimiento

del fruto y

Raleo

Figura 5.1. Curva de crecimiento del fruto

Page 31: Manual Pera Williams

31Capítulo 5 Crecimiento del fruto y raleo

> Número de semillas: el tamaño del fruto es pro-porcional al número de semillas maduras viablesy se debe a la cantidad de hormonas (citocininas,auxinas, giberelinas) producidas por cada semilla.

Además de su particularidad de desarrollar frutossin semilla, la pera Williams posee naturalmenteun contenido de hormonas más elevado. Por lotanto, la cantidad de semillas no condiciona sig-nificativamente el tamaño final de los frutos.

> Estado nutricional de las yemas: la energía ini-cial para el crecimiento vegetativo y la floraciónproviene de las reservas alimenticias de laplanta. Cuando éstas son escasas, la división ce-lular en los pequeños frutos también cesa enforma temprana limitando el crecimiento poten-cial posterior de los frutos.

> Relación hoja-fruto: esta relación indica la can-tidad de frutos de una planta en función de la su-perficie foliar fotosintéticamente activa. Ladisponibilidad de sustancias hidrocarbonadasdepende de la superficie foliar y de la intensidadde fotosíntesis. Los frutos actúan como destinopara estas sustancias y con frecuencia se pro-duce competencia entre ellos. La relación normalde hojas-fruto que determinan cantidad y calidadde cosecha es de aproximadamente 50 hojas porfruto.

> Carga frutal: la cantidad de frutos y el tamañoque alcanzarán están en estrecha relación con elvigor y estructura de la planta. Altos rendimientosasociados a alta carga de fruta por planta conlle-van a la formación de frutos más pequeños.

> Portainjerto: el portainjerto es el proveedor deagua y nutrientes y actúa como condicionantedel vigor de la planta, lo que afecta el tamaño yla calidad de los frutos.

> Ubicación de la estructura fructífera: el tamañopotencial de los frutos está condicionado por suubicación dentro de la planta, en función de ladisponibilidad de luz y por lo tanto de los fotoa-similados. Los frutos de las partes bajas y me-dias del árbol (más sombreadas) en general sonmás chicos. Se debe considerar, además, que lainflorescencia del peral es un racimo donde laflor central es la última en formarse y por lo tantola más pequeña. Las flores laterales tienden aproducir frutos más grandes que las centrales.

5.1.2. Factores externos

Los factores del medio ambiente regulan el creci-miento del fruto afectando los procesos metabóli-cos fundamentales de los árboles frutales como lafotosíntesis y la respiración.

El crecimiento de los frutos puede resultar limitadopor el suministro de agua y nutrientes y por otrosfactores que afectan la fotosíntesis, como la bajatemperatura y la nubosidad.

> Temperatura: la temperatura ambiental es unregulador de los procesos fisiológicos a nivel delas reacciones bioquímicas que intervienen en elcrecimiento directa o indirectamente. Si bientiene un efecto continuo durante todo el ciclo delcrecimiento, se destacan dos momentos claveque afectan el tamaño final del fruto.

Page 32: Manual Pera Williams

32 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

El primero es el período de división celular, yaque durante éste se establece el número total decélulas que determinan el tamaño potencial delos frutos. El segundo es la etapa de elongacióncelular, dos a tres semanas antes de cosecha.

El rango de temperaturas óptimas para el creci-miento vegetativo es de aproximadamente 25º C.Dentro de este rango y bajo condiciones adecua-das de intensidad lumínica e hídrica el procesofotosintético se ve favorecido, lo que contribuyeal crecimiento del fruto.

No obstante, cuando las temperaturas ambienta-les se alejan de la óptima, los árboles frutales handemostrado tener una cierta capacidad de aclima-tación basada en una compensación y reajuste deprocesos fisiológicos tales como respiración,transpiración, transporte de nutrientes, etc. Estasrectificaciones presentan un costo de energía queserá restada a la producción de tejidos en el frutoy a características como color, sabor, etc.

Cuando las temperaturas se alejan del óptimo, lainfluencia de otros factores limitantes se incre-menta. Altas temperaturas asociadas a bajos te-nores de agua en el suelo reducen la capacidad derefrigeración de la planta a través de la transpira-ción y por lo tanto la posibilidad de aclimatación.

> Luz: la productividad de un monte frutal de-pende de la eficiencia de la absorción de la luz yla distribución de los carbohidratos. La intercep-ción de la luz está determinada por la cantidad ydisposición de las hojas, el modo de conducción,el marco de plantación, la orientación de las filasy la latitud del lugar.

El sombreado limita la capacidad fotosintética delas hojas. Se ha observado que los frutos cerca-nos a las hojas bien iluminadas son más grandesy tienen mayores probabilidades de alcanzar supotencial de crecimiento. Las hojas de los dar-dos, localizadas cerca del fruto, cumplen un rolrelevante para las etapas tempranas del desarro-llo del fruto en la estación de crecimiento.

El sombreado afecta también el desarrollo repro-ductivo del año, la formación de flores y el cuajede los frutos del año siguiente. La diferenciaciónde las yemas de flor no se produce con niveles

de luz inferiores al 10% ó 30% de la luz disponi-ble. Aunque ocurra la diferenciación, la calidadde la yema, el tamaño de la bolsa o del dardo yel cuaje del fruto dependen en forma proporcio-nal de la cantidad de luz directa recibida.

Para incrementar la producción es importantemaximizar la intercepción lumínica temprana enla estación de crecimiento.

> Viento: el viento influye negativamente en elcrecimiento del fruto porque afecta la tempera-tura de la planta, y la pérdida de agua daña teji-dos a través de la deshidratación y la fricciónmecánica. Vientos moderados pero continuos yaltas temperaturas aumentan la tasa de transpi-ración de las hojas, lo que ocasiona un déficit hí-drico a nivel celular. En estas condiciones, elmovimiento de agua a los frutos disminuye y pro-voca una merma en la tasa de crecimiento. Elviento también provoca plegado de hojas ydaños a nivel epidérmico que alteran la capaci-dad fotosintética.

> Poda: a través de esta práctica se busca aumen-tar la intercepción y distribución lumínica en elárbol y por lo tanto afectar el tamaño del fruto ymaximizar el potencial productivo de la planta.La poda invernal permite controlar el vigor delárbol y mejorar la distribución y disponibilidadde reservas nutricionales. La reducción parcialde las ramas del año durante el verano no afectael rendimiento general, pero si es muy severadisminuye el tamaño de los frutos al modificar lasuperficie foliar fotosintéticamente activa.

> Raleo: en general, un raleo temprano en la esta-ción de crecimiento incrementa el tamaño de losfrutos no raleados debido principalmente a quese estimula una mayor cantidad de células en elfruto. Esta práctica también es importante enetapas posteriores ya que mejora la relaciónhoja-fruto al disminuir la carga frutal, optimi-zando la distribución de nutrientes y atenuandola competencia.

> Fertilización: el crecimiento del fruto no puedeprogresar sin los nutrientes necesarios para pro-ducir los componentes químicos de la planta. Ladeficiencia de un elemento esencial afecta el cre-cimiento de la planta y por lo tanto del fruto.

Page 33: Manual Pera Williams

33Capítulo 5 Crecimiento del fruto y raleo

> Riego: la fase de elongación o extensión celularse caracteriza por una alta tasa de crecimientodebida a la acumulación de agua y sustancias hi-drocarbonadas en las células. Por estas razones,durante esa fase es notable el aumento de volu-men y peso del fruto y es fundamental la dispo-nibilidad de agua y la capacidad fotosintética dela planta. En ensayos de riego se ha observadouna disminución del tamaño del fruto cuando serealiza un estrés hídrico entre los 42 y 188 díasdespués de plena floración. Evaluaciones regio-nales indican un crecimiento compensatorio delfruto en los tratamientos en los que son regadosdespués de un déficit hídrico realizado durantelos 60 a 70 dpf, alcanzando el fruto tamaños fina-les similares a aquellos que no han recibido res-tricciones hídricas.

5.2. Raleo

En el cultivar Williams es importante disponer, alinicio de la cosecha, de una elevada proporción defrutos con tamaños apropiados a los requerimien-tos comerciales. El manejo tradicional de la cosechaque se realiza en la región, efectuando varias “pasa-das” seguidas de un riego para incrementar el ta-maño de los frutos, incrementa los costos y sindudas se verá agravado en el futuro. Además, se de-teriora la calidad de la producción por el avance dela madurez de los frutos recolectados en las últimas“pasadas”. Apuntar a realizar la cosecha en dos“pasadas” debería ser considerado como una metade máxima. Al escenario descrito se suma la concu-rrencia en las plantas de empaque, a fines del mesde enero, de importantes volúmenes de manzanasRoyal Gala y otros clones mejorados, lo que com-plica sustancialmente su manejo.

En la fruticultura actual, los programas de raleo defrutos son de vital importancia para la obtención defruta de alta calidad que permita al productor com-petir en el mercado internacional.

El raleo remueve parcialmente las fuentes de gibe-relinas (semillas) que previenen la formación deyemas de flor. Eliminando una parte de las flores ylos frutos se logra incrementar el tamaño de los fru-tos restantes y aumentar la relación de hojas porfruto, que debería ser de 30 a 40. También se me-jora la exposición de los frutos a la luz y se logra

una nutrición adecuada, se reduce el daño por en-fermedades y plagas y se mejora la distribución delpeso en la estructura del árbol.

El raleo puede ser efectuado en forma manual o quí-mica. Utilizar productos químicos es el método mássimple para hacer el trabajo en un corto período detiempo y ahorrar mano de obra. Estos productosprovocan abscisión, lo que altera la fisiología de laplanta y el resultado productivo.

Los mayores efectos se logran con un raleo tem-prano en la estación de crecimiento, ya que se es-timula la división y alargamiento celular y seobtienen frutos más grandes. Cuanto más tardía-mente se realiza el tratamiento, menor es su efecto.La eliminación de frutos más chicos mejora el cali-bre porque reduce la competencia y aumenta el de-sarrollo de los frutos remanentes, además de evitarla presencia de frutos pequeños en la cosecha.

5.2.1. Raleo manual

El raleo de frutos se efectúa apuntando principal-mente a dos fines:1.- Equilibrar la relación hojas/frutos cuando el “cuaje”

es muy alto y se observa una exagerada cantidadde frutos en relación a la cantidad de hojas. En estecaso el raleo manual permitirá que las hojas alimen-ten en forma apropiada los frutos remanentes yestos puedan crecer con normalidad, de acuerdocon la tasa de crecimiento de esta variedad.

2.- Racionalizar la cosecha al eliminar temprano enla primavera los frutos deformados, manchadosy los de tamaño pequeño que no van a llegar aalcanzar el tamaño mínimo requerido a nivel co-mercial. De este modo se facilita la cosecha y sereducen los costos.

En la programación del raleo manual de Williamses posible utilizar la información generada por elseguimiento sistemático de las curvas de creci-miento de los frutos. Considerando los factoresinternos y externos que condicionan el patrón decrecimiento, y recordando que en general los fru-tos que desde el inicio de la curva son grandesllegan a cosecha con tamaños mayores, es posi-ble seleccionar en una etapa temprana del cicloproductivo los frutos que alcanzarán los tamañosde interés comercial para el productor.

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34 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

La Tabla 5.1 contiene la información promedio delcrecimiento de frutos de pera Williams en montesconducidos en sistema libre o espaldera con unmanejo estándar. Esta información fue recopiladadurante 11 años con datos de la región del AltoValle. Las columnas de la tabla presentan el diáme-tro ecuatorial medio de los frutos a lo largo de los

días que se suceden con posterioridad a la fechade plena floración. Estos diámetros se encuentranreferenciados en las filas de la tabla a tamaños co-merciales de frutos recolectados en la fecha oficialde sello de cosecha. En la Tabla 5.2 se aprecian lasrelaciones entre peso, diámetro ecuatorial y tama-ños comerciales para los envases más utilizados.

Tabl

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Page 35: Manual Pera Williams

35Capítulo 5 Crecimiento del fruto y raleo

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36 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Uso de la tabla de raleo

A continuación se transcriben dos ejemplos de uti-lización de la Tabla 5.3 para propósitos de elimina-ción de frutos de escaso peso a cosecha.

Ejemplo 1:Se desea realizar un raleo manual de frutos de peraWilliams, de manera tal que aquellos frutos quepermanezcan en la planta se correspondan a un ta-maño igual o mayor al tamaño comercial 110 (en-vase estándar de 18,2 kg) en el momento del sello.Se tiene conocimiento de que la fecha de plena flo-ración de la variedad en el monte ha sido el 27 deseptiembre y la labor de raleo comienza el 20 denoviembre.

Los pasos a seguir son los siguientes:1. Ingresar por la fila correspondiente al tamaño co-

mercial 110, el límite de fruto que se desea con-servar en la planta.

2. Ingresar por la columna que se corresponde a losdías posteriores a plena floración (DPPF) del mo-mento de raleo. En este caso, a los 55 DPPF, pro-ducto de contar los días que se suceden entre el27 de septiembre y el 20 de noviembre.

3. Se obtiene el diámetro ecuatorial que debe po-seer un fruto medio el 20 de noviembre para lle-gar al tamaño comercial 110 en fecha de sello decosecha promedio: 35,7 milímetros. Todos losfrutos con diámetros inferiores a 35,7 milímetrosdeben eliminarse.

Ejemplo 2:Se desea realizar un raleo manual de frutos de peraWilliams, de manera tal que aquellos frutos quepermanezcan en la planta se correspondan a undiámetro ecuatorial igual o mayor a 65 milímetrosel 25 de enero del año por venir. Se tiene conoci-miento de que la fecha de plena floración de la va-riedad en el monte ha sido el 27 de setiembre y lalabor de raleo comienza el 20 de noviembre.

Los pasos a seguir son los siguientes:A. Ingresar por la columna que se corresponde a los

días posteriores a plena floración (DPPF) del mo-mento de cosecha. En este caso, a los 120 DDPF,producto de contar los días que se suceden entreel 27 de septiembre del corriente año al 25 deenero del año siguiente.

B. Localizando el diámetro ecuatorial buscado, re-gresar en la fila que lo contiene hasta los 55DDPF, el equivalente de días después de plenafloración del momento de raleo.

C. Se obtiene el diámetro ecuatorial que debe po-seer un fruto medio el 20 de noviembre para lle-gar a un diámetro de 65,8 milímetros el 25 deenero del año por venir: 31,6 milímetros. Todoslos frutos con diámetro inferior a 31,6 milímetrosdeben eliminarse.

Tabla 5.3: Tabla de raleo

Page 37: Manual Pera Williams

37Capítulo 5 Crecimiento del fruto y raleo

5.2.2. Raleo químico

En perales, la práctica de raleo químico es menosutilizada en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén.Los raleadores comúnmente empleados en manza-nos tienen un efecto muy reducido, como el ÁcidoNaftalenacético (ANA), o directamente no tienenefecto, como el caso del Carbaryl. Como alternativa,la 6-Benciladenina (BA) presenta una posibilidadde raleo en peras, ya que puede ser aplicada díasdespués de plena floración, lo que permite progra-mar estrategias fuera del período crítico de inciden-cias de heladas tardías.

La BA puede aplicarse en concentraciones entre100 y 150 ppm a frutos de hasta 14 mm de diámetroen perales cv. Williams, o también se pueden reali-zar aplicaciones repetidas de 75 o 50 ppm a los 7 y14 mm de diámetro de fruto. Con estos tratamien-tos se obtiene un importante efecto raleador y unaumento en el calibre de los frutos.

Las temperaturas luego de las aplicaciones de BA sonun factor determinante para lograr un raleo efectivo. Losmejores efectos se obtienen con temperaturas máximasmayores a los 20ºC en los días posteriores a la aplica-ción. Por lo tanto, es importante conocer el pronósticodel tiempo antes de realizar los tratamientos, y esperara que se produzcan las temperaturas adecuadas.

Experiencias regionales de aplicación de azufre,polisulfuro y urea en perales Williams en plena flo-ración no fueron eficientes en el raleo de frutos, apesar de utilizar dosis sumamente elevadas. Estosresultados implican que tanto el polisulfuro y elazufre pueden ser empleados en los programas fi-tosanitarios sin ningún efecto raleador, o en el casode la urea, para aumentar el calibre de los frutospor el aporte nutricional de nitrógeno.

Un efectivo raleo químico reducirá los costos (tiempoy mano de obra) en esta tarea cultural. También lautilización de productos y dosis no tóxicos para elmedio ambiente, plantas, animales y personas cons-tituye una ventaja importante, en especial en progra-mas de producción de fruta integrada.

Para un uso sustentable de los diversos productosdel mercado es necesario analizar distintos “pro-gramas de raleo” combinando diferentes produc-tos, dosis y momentos de aplicación, además de uncomplemento con raleo manual.

Page 38: Manual Pera Williams

38 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

5.3. Caída de frutos

durante la cosecha

La ocurrencia de fuertes vientos y temperaturaselevadas antes o durante la cosecha puede ocasio-nar un grave riesgo por la caída natural de los fru-tos. Si bien la práctica de raleo de frutos tiene entresus beneficios acortar el tiempo de cosecha al con-centrarse ésta en pocas “pasadas”, la coincidenciacon los factores climáticos mencionados hace ne-cesario el uso de reguladores del crecimiento queactúan temporalmente sobre la zona de abscisióndel pedúnculo con la estructura fructífera, evitandola caída prematura del fruto.

El Ácido Naftalenacético (ANA) y sus sales comien-zan a ejercer su efecto luego de 2 a 3 días despuésde ser aplicados, y mantienen un poder residual deaproximadamente 15 días. Para este compuestoquímico, si la cosecha se prolonga se podría repetirsu aplicación. La dosis recomendada de ANA es de10 mg/l (10 ppm) de principio activo. Por ejemplo:en productos comerciales formulados al 20% de in-grediente activo se utilizarán entre 5 y 6 gr del for-mulado comercial cada 100 l de agua. Si elformulado comercial es de 80 % de ingrediente ac-tivo, serán utilizados 1,25 gr /100 l de agua.

Los productos a base de Diclorprop no deben serutilizados, porque provocan al año siguiente de suaplicación la maduración anticipada en la zona delcáliz de los frutos.

Finalmente, debe ser tenido en cuenta que estassustancias pueden retener la caída del fruto, perono frenar su proceso de maduración.

El producto AVG (Aminoethoxivinilglicina) cuyamarca comercial es ReTain™ es un inhibidor de lasíntesis del etileno que retrasa la maduración delfruto y por lo tanto reduciría la caída prematura dela fruta próxima a la cosecha. Experiencias regio-nales aplicando este producto cuatro semanasantes de la cosecha comercial en dosis de 180 y 125mg/l y la adición de un surfactante no lograron con-trolar la caída de frutos antes de la cosecha, pero síse observó una reducción de la concentración deetileno interno en el fruto.

Como recomendación general, los bioreguladoresdeben aplicarse a primera hora de la mañana o alatardecer, sin viento, con condiciones de humedadrelativa moderada que aseguren un secado lento.No deberán producirse lluvias en las próximas 8horas luego de su aplicación. El volumen de agua autilizar variará de acuerdo con el huerto frutal y elestado de desarrollo del canopeo, teniendo encuenta que se debe obtener un mojado homogéneode toda la planta. En general, no es recomendablemezclar en una misma pulverizadora reguladoresde crecimiento con fungicidas o pesticidas.

Page 39: Manual Pera Williams

39Capítulo 5 Crecimiento del fruto y raleo

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40 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

6.1. Suelos

Las plantas de pera tienen una marcada plasticidadpara crecer en diferentes ambientes, incluidos di-versos tipos de suelos. Sin embargo, las plantacio-nes comerciales de este cultivo requieren de unaadecuada selección de tierras que garantice longe-vidad, buen estado sanitario, productividad y cali-dad de los frutos.

En este sentido, es necesario realizar un examenpormenorizado de los suelos de acuerdo con los si-guientes criterios referidos a sus propiedades físi-cas y químicas.

6.1.1. Propiedades físicas

El cultivo de peras necesita en general texturas (ta-maño de partículas) medias a medias finas, aunquesi el riego se efectúa por sistemas presurizados so-porta las texturas franco arenosas a arenosas. Elcontenido de fragmentos gruesos (piedras) al 20%del volumen del perfil del suelo comienza a limitarel cultivo.

Los horizontes (capas) superficiales sufren las mo-dificaciones más constantes, producto de la ac-ción de factores naturales tales comohumectación, desecamiento y actividades biológi-cas o antrópicas como la labranza. Dichas trans-formaciones de los horizontes superficialesafectan principalmente a las estructuras de lossuelos. Estas últimas, al mantener un sistema po-roso equilibrado, con poros pequeños que retie-nen agua y poros grandes que facilitan laaireación, favorecen el enraizamiento de las plan-tas, la oxigenación, la infiltración de agua (ingreso

de agua al suelo) y una adecuada circulación delagua en el perfil del suelo.

La pérdida de estructura (agregados) de los horizon-tes superficiales se relaciona con valores de baja in-filtración de agua y con la compactación de los suelos.Esta se origina principalmente por el sucesivo pasode la maquinaria por el mismo sector del terreno. Lacompactación ocasiona cambios en la porosidad in-terna de los agregados y es de difícil corrección.

Las limitaciones por humedad excesiva para el cul-tivo de la pera son evaluadas cuando se observanlas condiciones de drenaje interno del suelo y el en-charcamiento. El defecto del drenaje depende tam-bién de la profundidad y de la característica de lacapa freática. Por encima de 0,8 dS/m de conducti-vidad eléctrica (CE) disminuye la calidad del agua dela freática. Las clases naturales de drenaje de lossuelos: imperfectamente drenado o pobrementedrenado son evidentemente un factor limitante, enparticular cuando la capa freática presente es salina.

Los suelos bien drenados son preferidos para desa-rrollo del cultivo ya que la pera no soporta enchar-camientos.

Otra particularidad presente en la región de los Va-lles Inferior del río Neuquén y Alto Valle del ríoNegro es la existencia de suelos (aproximadamente18.000 ha reconocidas) que en profundidad (entrelos 40 y los 120 cm) suelen presentar capas alta-mente compactadas (densificadas, endurecidas)que limitan la profundidad de enraizamiento, la ai-reación y la circulación del agua. Dichas capas noson generadas por el hombre sino que obedecen aprocesos naturales de la formación de los suelos.

Capítulo 6

Manejo del

suelo y

Fertilización

Page 41: Manual Pera Williams

41Capítulo 6 Manejo del suelo y fertilización

Dependiendo de la profundidad de éstas, las plan-tas de pera ven limitado su crecimiento. Así, porejemplo, se ha observado que cuando se encuen-tran a menos de 50 cm de profundidad, las raícesno pueden atravesarlas y se horizontalizan exten-diéndose hacia el espacio interfilar.

Materia orgánicaEn los suelos del Alto Valle que son de origen alu-vial y de zonas áridas, el contenido de materia or-gánica del suelo (MOS) es menor al 1% en losprimeros 25 cm de suelo.

La agricultura de regadío consume un alto conte-nido de la materia orgánica del suelo, y para man-tener valores adecuados para los cultivos debenproducirse aportes de biomasa.

Una de las formas de incrementar el contenido deMOS al suelo no sólo en superficie sino también enprofundidad es la implantación de coberturas per-manentes (asociación de leguminosas y gramí-neas), debido a la regeneración de raíces en formacontinua. La segregación de sustancias mucilagi-nosas a través de las raíces ayuda a la agregaciónde las partículas del suelo. En consecuencia, éste

se beneficia con una mayor aireación y retenciónde agua y se incrementa notablemente la disponi-bilidad de nutrientes.

Experiencias realizadas en el Alto Valle después decuatro años de implantadas las coberturas sobre elespacio interfilar arrojaron un efecto positivo. Losdatos que se observan en la Tabla 6.1 son muy re-presentativos de los beneficios que genera el em-pleo de las coberturas verdes, aumentando lostenores de MOS en profundidad. Para el caso de laMOS y el nitrógeno total (Nt), en las coberturas per-manentes de alfalfa, festuca y trébol (A+F y Tr) seduplican los valores en comparación con el suelocon vegetación espontánea.

La mayor acumulación de MOS en la capa superfi-cial del suelo es el resultado de la deposición delos sucesivos cortes realizados durante el ciclo delcultivo y no está sujeta a la incorporación mecá-nica, siendo el principal propósito preservar el ho-rizonte superficial del suelo. La vegetaciónespontánea que se desarrolla en el interfilar estácompuesta por especies muy variables en cuanto asu hábito de crecimiento, cobertura del suelo yaporte de biomasa.

Profundi-

dad (cm)

Tratamientos

A+F Tr V T A+F Tr V T

MOS g kg-1 Nt g kg-1

0-7.5 28,4 27,7 19,3 9,0 1,2 1,2 0,9 0,5

7.5-15 20,2 23,5 11,6 8,5 0,8 0,9 0,6 0,4

15-30 12,1 6,9 7,7 6,9 0,5 0,3 0,4 0,3

Tabla 6.1. Concentraciones medias de materia orgánica y nitrógeno total del suelo en las diferentes coberturas, analizada paratres profundidades.

A+F: alfalfa + festuca; Tr: trébol; V: vicia; T: vegetación espontánea

Page 42: Manual Pera Williams

42 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

6.1. 2. Propiedades físico-químicas de los suelos

Las partículas del suelo adsorben y retienen cargaspositivas (cationes) a consecuencia de las cargaseléctricas que existen en su superficie. Estos catio-nes adsorbidos pueden ser reemplazados por otrosque se encuentran en el suelo. Esta reacción, segúnla cual un catión en solución reemplaza a un catiónadsorbido, se llama intercambio de cationes. Loscationes intercambiables del suelo son calcio, mag-nesio, sodio y potasio.

La capacidad de un suelo para adsorber e intercam-biar cationes se puede medir y expresar en equiva-lentes químicos. Se denomina capacidad deintercambio catiónico (CIC) y se expresa en milie-quivalentes por 100 gramos de suelo (meq/100gr).

Las propiedades físico-químicas requeridas por elcultivo del peral son alta capacidad de intercambiocatiónico, CIC mayor a 24 meq/100 gr, dada por elcontenido y el tipo de arcillas presente. CIC mayora 24 meq/100gr, dada por el contenido y el tipo dearcillas presente. La capacidad de intercambio ca-tiónico (CIC) puede estar totalmente ocupada o sa-turada por los cationes intercambiables. En estecaso, su saturación con bases (%S) es 100. El %Stambién puede ser menor a 100. El cultivo del peralrequiere suelos con más del 80% de saturación conbases de intercambio.

Reacción del suelo (pH)La reacción del suelo se refiere a las condicionesen relación con su acidez o su alcalinidad. En lapráctica agrícola sucede con frecuencia que uno delos factores limitantes para obtener la cosecha má-xima de los cultivos es la reacción del suelo (pH), elexceso de acidez, la alcalinidad o la salinidad. Así,por su reacción, los suelos se dividen en:

> Suelos ácidos: Valores de pH menores a 6,5 y%S < 90.

> Suelos neutros: Valores entre 6,5 – 7,5 y %S de90 a 100.

> Suelos calcáreos entre 7,9 – 8,3 %S: 100%.

> Valores superiores a 8,5 pueden indicar proble-mas de sodicidad en el suelo (ver suelos sódicos).

6.1.3. Condiciones de salinidad de los suelos

6.1.3.1. Suelos salinos

La salinización es un proceso de aumento del con-tenido de sales de un suelo, originado por un cam-bio en el medio físico, particularmente en eldrenaje, provocado por la actividad humana, quemodifica el balance de agua y sales alcanzado encondiciones naturales.

Estos cambios se producen en tierras bajo riego, yaque los suelos regables reciben cierta cantidad desales con el agua. En el caso del Alto Valle el mayorproblema se presenta por la presencia de capas fre-áticas de agua salina cerca de la superficie del te-rreno, es decir, en situaciones de drenajedeficiente.

Cuando los niveles freáticos se encuentran entre0,3 metros -para los suelos con texturas gruesas- y2 metros - si las texturas son finas- se acumulansales en el perfil, debidas al flujo capilar ascen-dente del agua freática. Posteriormente, la evapo-ración del agua concentra las sales en loshorizontes superiores.

La medida utilizada en el laboratorio para determinarel grado de salinidad se obtiene midiendo la intensi-dad de corriente que atraviesa la solución de unsuelo saturado de agua. Se denomina Conductividadeléctrica y su unidad de medida es el S/m (Siemenspor metro), siendo el dS/m (diecisiemens por metro)el rango más utilizado. A mayor concentración desales, mayor será el valor de su conductividad.

La Tabla 6.2. muestra la calificación dada alsuelo en relación con el valor de conductividadeléctrica (CE).

Tabla 6.2.

CE (dS/m a 25ºC) Característica del suelo

Menor a 2 No salino

Entre 2 y 4 Moderadamente salino

Mayor a 4 Salino

Page 43: Manual Pera Williams

43Capítulo 6 Manejo del suelo y fertilización

El exceso de sales en la zona radicular afecta el de-sarrollo de las plantas, aunque cada especie poseeuna tolerancia específica a la salinidad.

Para el caso de los frutales, las pérdidas relativas derendimientos comienzan con valores de conductivi-dad mayores a 2 dS/m y se vuelven importantescuando son superiores a 4 dS/m dentro de los pri-meros 50 cm de profundidad. En este último caso, lasdisminuciones del rendimiento son mayores al 20%.

Manejo de los suelos salinosLos suelos salinos mejoran mediante el lavado,esto es, haciendo pasar agua de buena calidad através del perfil, en cantidad tal que permita el des-plazamiento de la solución salina del suelo. Paraello, una condición básica a cumplir es que, naturalo artificialmente se cuente con un drenaje de pro-fundidad y capacidad tal que garantice la evacua-ción de los excedentes, de manera que no serevierta el proceso produciendo resalinización.

6.1.3.2. Suelos sódicos

Acumulación de sodio intercambiable en los suelosExiste una relación de proporcionalidad entre laconcentración de los cationes adsorbidos -expli-cada al inicio de este capítulo- y su concentraciónen la solución del suelo.

El calcio y el magnesio son los principales cationesde la solución del suelo y del complejo catiónico delos suelos normales. Cuando en estos suelos seacumula un exceso de sales solubles, general-mente es el catión sodio el que predomina en la so-lución del suelo. Bajo tales condiciones, una partedel calcio y del magnesio intercambiable son reem-plazados por el sodio.

Si el porcentaje de sodio intercambiado (PSI) esmayor a 15 en relación a la CIC del suelo, estamosen presencia de un suelo sódico. Otra forma de ca-racterizar este tipo de suelos es relacionar la con-centración de sodio respecto al calcio y elmagnesio en la solución del suelo (relación de ab-sorción con sodio o RAS).

Otro valor indicativo de esta situación es el pH, queen general varía entre 8,5 y 10. En los suelos alta-mente sódicos la materia orgánica disuelta puededepositarse en la superficie debido a la evapora-

ción, causando así un ennegrecimiento y dando ori-gen al término “álcali negro o salitre negro”.

La Tabla 6.3 muestra la calificación dada al sueloen relación al porcentaje de sodio intercambiado(PSI) y a la relación de absorción con sodio (RAS).

Tabla 6.3

Manejo de los suelos sódicosEn general, la recuperación de los suelos sódicosno salinos resulta más difícil que la de los suelossalinos. Sobre todo cuando tienen un alto conte-nido de sodio intercambiable (PSI) pero baja salini-dad total (CE < 4 dS/m). En este caso los suelos sepresentan en estado disperso (sin estructura) y tie-nen baja permeabilidad.

La recuperación implica la sustitución del sodio deintercambio (PSI) por calcio. Esto puede lograrsesiempre que la permeabilidad del suelo no sea de-masiado baja para permitir un drenaje económico.Aún cuando labores mecánicas como la arada pro-funda combinada con el subsolado, pueden aflojarestratos impermeables, la solución está en el usode enmiendas. El yeso es el producto más utilizado,ya sea disuelto en el agua de riego o esparcidosobre el terreno y posteriormente enterrado me-diante arado de disco.

Existen técnicas para calcular las dosis de yeso pararecuperar estos suelos. Los cálculos se basan en elporcentaje de sodio de intercambio (PSI) que poseeel suelo que presenta esta problemática, en relacióna su capacidad de intercambio catiónico (CIC).

Se debe agregar un exceso de yeso debido a la faltade uniformidad en la aplicación y lavado hacia elsubsuelo y a la impureza de la enmienda. Luego derealizar este procedimiento se procede a lavar in-mediatamente, porque el agua lo disuelve y trans-porta hacia abajo, eliminando también las salessolubles de sodio que se forman a consecuenciadel intercambio catiónico.

PSI (%) (RAS) Característicadel suelo

Menor a 15 < 15 No sódico

Igual o mayor a 15 ≥ 15 Sódico

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44 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

El mejoramiento de la condición física de los suelossódicos comprende el reacomodo y la agregaciónde las partículas del suelo, así como la sustitucióndel sodio por calcio intercambiable.

6.1.3.3. Suelos salinos - sódicos

Son aquellos que presentan conductividad eléc-trica del extracto de saturación mayor a 4 dS/m yporcentaje de sodio intercambiable mayor a 15.Este tipo de suelos se forma como resultado de losprocesos combinados de salinización y acumula-ción de sodio. Siempre que contengan un excesode sales, su apariencia y propiedades son similaresa las de los suelos salinos. Cuando hay exceso desales el pH raramente es mayor a 8.5 y las partícu-las permanecen floculadas (estructuradas). Si elexceso de sales solubles es lavado, las propieda-des de estos suelos pueden cambiar notablemente,llegando a ser idénticas a las de los suelos sódicosno salinos.

El problema principal en los suelos salinos-sódicosconsiste en mejorar las condiciones estructuralesdel suelo, de manera tal que permitan el flujo deagua a través del perfil.

El riego con agua que contiene calcio es una formade evitar que decline la estructura del suelo.

Los suelos salino-sódicos se manejan en forma si-milar a los sódicos, agregando generalmente yeso,y calculando las láminas de lavado tal cual se ex-plica en el apartado correspondiente a los suelossalinos.

6.2. Fertilización

La fertilización es una práctica cultural obligada enla producción intensiva de frutales. A pesar de quelos suelos de la región son en general de buena fer-tilidad natural, la elevada demanda nutricional haceque sea necesario recurrir tarde o temprano al usode fertilizantes, principalmente nitrogenados.

Como se ha señalado, los suelos de los valles irri-gados de la Norpatagonia son de bajo contenido demateria orgánica y en consecuencia no puedenaportar la cantidad de nitrógeno requerida por losfrutales.

Por otra parte, existen a menudo limitantes físicasy químicas que imposibilitan la correcta absorciónmineral, por lo que se debe mejorar el suelo con elfin de poner los nutrientes a disposición de lasplantas.

Confeccionar racionalmente un programa de ma-nejo nutricional requiere llevar a cabo un diagnós-tico que permita evaluar el estado de situación delmonte frutal. Para ello el productor y el técnico ase-sor cuentan con una serie de herramientas. Lasmás importantes son la observación visual delmonte y los análisis de suelo y foliar, todos ellosde suma relevancia porque integran datos delsuelo y la planta.

La observación del monte a lo largo del año es degran utilidad. En la poda, la cantidad de maderade renuevo que la planta tiene da una idea delvigor. En la floración se puede analizar si ésta esbuena, mala o regular y permite efectuar una pri-mera estimación del rendimiento potencial delcultivo. Más adelante se puede observar si la can-tidad de hojas, su tamaño y la longitud de los bro-tes aseguran el vigor que necesita la variedad.Cabe recordar que Williams requiere de unabuena relación hoja/fruto, es decir, que exista unbuen follaje que no sea limitante del calibre finalde la fruta. En cosecha se puede ver el calibre delos frutos y evaluar el rendimiento por hectárea.Estos datos son esenciales para confeccionar eldiagnóstico nutricional.

Por otra parte, el análisis del suelo, el cual con-viene efectuarlo aproximadamente cada tres añosde no existir limitantes, proporciona informaciónmuy valiosa.

Los análisis foliares, en tanto, cuando son correcta-mente informados, ayudan a completar la trilogíaque se necesita para realizar las recomendaciones.

Para interpretar los análisis de suelo existen ta-blas con valores de referencia. Estos permiten en-casillar los valores analíticos dentro de rangosque denotan deficiencia, normalidad o exceso(Tablas 6.4 y 6.5)

Page 45: Manual Pera Williams

Tabla 6.4. Valores de referencia de materia orgánica, nitrógeno

total y fósforo disponible en suelos

El potasio está relacionado con la clase textural.Así, para las texturas gruesas (arenosas, arenosafranca y franco arenosa) los valores son menores,para las texturas medias (franco, franco limosas, li-mosas y arcillo arenosas) los contenidos son inter-medios y para las texturas finas (franco arcillosas,franco arcillo limosas, arcillo limosa y arcillosas)los contenidos son más elevados.

Tabla 6.5. Valores de referencia de potasio intercambiable co-

rrespondientes para cada clase textural

Los contenidos nutricionales hallados en suelos delAlto Valle de Río Negro con historia frutícola mos-traron valores de fósforo muy variables depen-diendo de las fertilizaciones realizadas por elproductor. El potasio en su mayoría se encuentraen contenidos suficientes y los micronutrientes su-peran los valores límite considerados para suelos(Tabla 6.6)

Tabla 6.6. Nutrientes disponibles (mg kg-1) en suelos del Alto

Valle de Río Negro para dos profundidades de suelo.

En tanto, en la Tabla 6.7 se pueden apreciar los va-lores críticos de nutrientes en hojas de Williamspara el muestreo de verano en montes de alto ren-dimiento comercial, según parámetros elaboradospor el INTA Alto Valle, que son de utilidad para in-terpretar los análisis foliares. La toma de muestrasse realiza entre el 15 de enero y el 15 de febrero, se-leccionando hojas medias del brote del año en 10 a15 plantas. Una muestra se compone de aproxima-damente 40 hojas y debe ser enviada al laboratorioen bolsas de plástico dentro de las 24 horas.

Tabla 6.7. Concentración de macronutrientes (en %) y micronu-

trientes (en ppm) sobre base seca en hojas medias de brotes

del año en pera Williams.

45Capítulo 6 Manejo del suelo y fertilización

ValoresMateria Or-

gánica (%)

Nitrógeno

total (%)

Fósforo

(ppm)Método Olsen

Bajo Menor a 1,7 Menor a 0,07 Menor a 5

Medio Entre 1,8 a 3 Entre 0,08 a 0,21 Entre 5 y 10

Alto Mayor a 3 Mayor a 0,21 Mayor a 10

TexturasPotasio intercambiable (ppm)

Baja Media Alta

Gruesas 50-70 70-100 100-150

Medias 70-85 86-125 125-200

Finas 85-100 100-150 150-250

Mayor 40 %

arcilla125-175 175-300 400

0-25 (cm) 25-50 (cm)

Media Min. Max. Media Min. Max.

mg kg-1

Fósforo 30,7 5,2 100 1,4 0,44 3,7

Potasio 351 156 1775 312 117 1794

Hierro 9 2.5 35.2 13.1 5.0 58.4

Cobre 1.6 0.4 3.8 1.3 0.4 2.0

Man-ganeso 5.1 2.4 11 2.9 1.4 6.2

Cinc 2.1 0.6 5.6 0.6 0.1 1.5

Nitrógeno (%) 2,20 - 2,50

Fósforo (%) 0,13 - 0,45

Potasio (%) 1,20 - 2,00

Calcio (%) 1,10 - 2,50

Magnesio (%) 0,24 - 0,50

Manganeso (ppm) 30 - 200

Boro (ppm) 30 - 60

Cobre (ppm) 5 - 15

Zinc (ppm) 18 - 60

Nut

rien

te

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46 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Los frutos son un destino importante de nutrientescomo N, P, K, Mg (magnesio) y Zn (cinc) y se ali-mentan a expensas de las hojas que disminuyen suconcentración foliar. En consecuencia, un rendi-miento alto suele corresponderse en las hojas convalores nutricionales bajos desde el punto de vistainterpretativo del análisis foliar, situación que nodebería preocupar al productor. Si esta tendenciase repite en varios años sin afectar el rendimientoy la calidad, puede afirmarse que la planta no pre-senta deficiencia alguna y el programa anual de fer-tilización no debería considerar un agregado extrade fertilizantes.

6.2.1. Requerimiento de nutrientes

El requerimiento de nutrientes minerales para quela planta pueda realizar sus procesos fisiológicosdepende mucho de la edad del cultivo y, posterior-mente, cuando se llega a la etapa adulta, de losrendimientos alcanzados. Este requerimientoforma parte de una ecuación donde intervienen laoferta y la demanda mineral. Los nutrientes, paraser absorbidos por las raíces deben estar en estadode disponibilidad en cuanto a su forma química yen la cantidad que en ese momento la planta de-mande. Es oportuno destacar que durante el ciclode crecimiento la demanda no es constante paratodos los minerales, sino que hay momentos demucha absorción y otros estados fenológicos querequieren de menor cantidad. Un resumen de lasnecesidades aproximadas de macroelementos decada uno de los principales compartimentos de laplanta (hojas, ramas, tronco, raíces y frutos) se ilus-tra en la Tabla 6.8.

Tabla 6.8: Demanda anual de macronutrientes de los distintos

componentes del crecimiento para un rendimiento de pera Wi-

lliams de 60 toneladas por hectárea. Los valores están expresa-

dos en kilos por hectárea, asumiendo que se trata de una

plantación en espaldera tradicional.

6.2.2. Fertilización con macronutrientes

Nitrógeno: Como se aprecia en la Tabla 6.8, la de-manda anual de nitrógeno para una producción depera Williams es elevada y ronda los 110 kilos porhectárea y por año. Las hojas son las más deman-dantes con aproximadamente unos 45 kilos, mien-tras que los frutos a lo sumo requieren 30 unidades.

Al ser los suelos de bajo contenido de materia orgá-nica, el aporte nitrogenado natural no es elevado.Por lo tanto, es necesario recurrir a la fertilizaciónya sea orgánica, química o combinada.

Todos los fertilizantes nitrogenados son de alta so-lubilidad y el nitrógeno se encuentra bajo las for-mas nitrato (como el nitrato de potasio o nitrato decalcio), amonio (como el sulfato de amonio o laurea que cuando se descompone en el suelo pasaprimeramente a la forma amonio) o ambos como elnitrato de amonio o el sulfonitrato de amonio.

En Williams es conveniente realizar la fertilizaciónnitrogenada en al menos dos épocas: la primeraaplicación después de la cosecha y la segunda en laprimavera siguiente, una vez definida la carga defruta en la planta. Las dosis dependen del rendi-miento esperado y del vigor de las plantas, perorondan entre 80 a 140 kilos de nitrógeno por hectá-rea. Si el vigor es excesivo puede llegar hasta a ob-viarse la fertilización en una temporada. Esimportante rescatar que en esta variedad se nece-sita un buen vigor de la planta para que los calibressean comerciales.

El correcto manejo del agua de riego es fundamentalpara maximizar la eficiencia de aplicación de los fer-tilizantes nitrogenados. Los nitratos se mueven enel suelo disueltos en el agua; por lo tanto, se debenextremar los cuidados cuando se riega, principal-mente en la primavera. No está de más recordar quela eficiencia de aplicación de los fertilizantes nitroge-nados cuando se emplea el riego por escorrentía nosupera en el mejor de los casos el 40%.

En el mercado existen en la actualidad fertilizantesde liberación controlada que permiten una mejordosificación del nitrógeno frente al manejo delriego. Si bien el costo es más elevado que el de losfertilizantes comunes, el mayor aprovechamientopuede justificar su compra.

Nitrógeno Fósforo Potasio

Hojas 45 4 16

Ramas 12 2 6

Tronco 15 2 8

Raíz 8 2 3

Frutos 30 5 60

Total 110 15 93

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47Capítulo 6 Manejo del suelo y fertilización

Igualmente, los estiércoles ya sean de chivo o camade pollo son de liberación lenta por contener nitró-geno orgánico. En general, se estima que duranteel primer año no más del 30% del nitrógeno del es-tiércol se encuentra disponible para las plantas.

Fósforo (P): En sistemas de cultivo convencionalesdonde se riega toda la superficie del suelo, la res-puesta a la fertilización fosforada es más bien rara.En estas condiciones, y de no mediar limitantes fí-sicas o químicas, la raíz es capaz de explorar a dis-creción un gran volumen de suelo. En cambio, lasituación es totalmente distinta para sistemas conriego por goteo, donde las plantas no exploran ungran volumen de suelo y el crecimiento radical serestringe principalmente al espacio ocupado por elbulbo húmedo. En estos casos, el P debe ser partedel programa anual de fertilización.

Desde el punto de vista fisiológico, el papel del Pen el fomento del crecimiento radical es muy im-portante en el primer año de plantación. En suelos“de replante”, la fertilización con P suele mejorarel crecimiento inicial de la planta.

En la plantación se aconseja fertilizar con 100-120g de fertilizante superfosfato triple de calcio (0-46-0) en el pozo de plantación. En suelos con pH alca-lino, el superfosfato triple crea condiciones deacidez en la zona cercana a los gránulos, las cualesfacilitan la disponibilidad de micronutrientes.

En situaciones de suelos con escaso volumen útily bajo contenido de P es aconsejable el abonadode base con P en cantidades elevadas, con el fin deque la planta disponga del nutriente durante losprimeros años.

En el vivero, la aplicación de P se justifica amplia-mente, debido a su papel en el momento del desa-rrollo radical para lograr la formación de una plantamás equilibrada. Cuando se esteriliza el suelo y seinhibe la asociación con hongos (micorrizas), la res-puesta al P es muy marcada.

Además del superfosfato triple de calcio, con fre-cuencia se utilizan otros fertilizantes fosfatadoscomo el superfosfato simple, el monofosfato deamonio o el fosfato diamónico. En estos casos, larespuesta favorable de la planta puede deberse ala conjunción de nutrientes como el N y el P. Lo

cierto es que en cualquiera de sus formas fertilizan-tes, el agregado de P en la plantación es una exce-lente medida de manejo.

Tratándose del P, es clave el momento y el modode aplicación. En plantaciones tradicionales seaplica antes de la brotación o luego de la cosecha.Ambos períodos son igualmente efectivos. No sejustifica dividir la aplicación, ya que por tratarse deun elemento inmóvil en el suelo es muy poca la va-riación de disponibilidad en un periodo breve. Enel caso del fertirriego la situación es completa-mente diferente, siendo racional repartir el fertili-zante acorde a la demanda de la planta.

El modo de aplicación depende de la textura delsuelo y de la localización del sistema radical: siem-pre se debe verificar dónde se sitúan las raíces. Depoco sirve aplicar este nutriente en lugares dondeno las hay. En suelos de textura franca a franco li-mosa y en montes con manejo de la línea de plan-tación con herbicidas, la aplicación en unasuperficie localizada de suelo, ya sea por debajo dela línea de goteo o en el área de influencia del mi-croaspersor, es suficiente para garantizar la absor-ción ya que existen raíces a escasos 2 cm deprofundidad. Si, por el contrario, las raíces se ubi-can a 10 o más centímetros, resulta imprescindiblesu incorporación mecánica.

La dosis de aplicación depende mucho del tipo desuelo y del monte frutal. En términos generales,para sistemas de riego gravitacional (por manto opor surco) resultan razonables las dosis de 30 a 60kg de P por hectárea.

El fósforo no constituye a priori uno de los nutrien-tes más fácilmente aprovechable a través de la fer-tirrigación, por ser un elemento inmóvil en el suelo.Sin embargo, los resultados en los diversos estu-dios coinciden en mostrar que la movilidad de-pende de la textura.

En suelos de textura ligera es posible, a través deesta forma de distribución localizada, lograr la pene-tración del P a una profundidad de 30-40 cm en unospocos meses. La difusión del P es primero vertical yluego lateral. Lo opuesto ocurre en suelos pesados.La dosificación se realiza, como es común para cual-quiera de los nutrientes, de acuerdo con la demandaen cada momento del ciclo anual de crecimiento.

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48 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Los fertilizantes tradicionales que tienen comobase al fosfato de calcio no son lo suficientementesolubles. Por esta razón, en el fertirriego se empleael ácido fosfórico. Un fertilizante excelente y no de-masiado usado en fertirriego, posiblemente por ra-zones de costo, es el fosfato monopotásico(0-52-35). Además de ser el fertilizante con mayorconcentración de nutrientes, presenta un índice sa-lino muy bajo y es de muy fácil manipulación.

Potasio (K): El potasio es el mineral que se encuen-tra en mayor concentración en el fruto. La elevadademanda total de K por parte de los componentesdel crecimiento anual (hojas y principalmente fru-tos) obliga a que el suministro del suelo deba serconstante. En los frutos tiene la función de mante-ner la turgencia de las células, condición funda-mental para que éstas aumenten de tamaño. Esdecir que ante una deficiencia de potasio, un sín-toma característico es la falta de calibre. Para evitarposibles efectos negativos en el calibre de la frutaes importante mantener los niveles de potasio enlas hojas entre 1,2 y 2%.

Durante las primeras semanas que siguen a la bro-tación, el contenido total de K en madera y raíz dis-minuye debido al gran consumo de las reservas. Amedida que se agotan las reservas, la demanda delnuevo crecimiento hace que el K absorbido por lasraíces se particione hacia las hojas y los frutos. Unavez que la planta entra en dormición, se restable-cen las reservas en los órganos perennes, ya seapor la absorción de las raíces como por el reciclajeinterno de K antes de la caída de las hojas.

Si el nivel de potasio en el suelo es bajo se debe fer-tilizar luego de la cosecha o antes de la brotación.Entre los fertilizantes más comunes se encuentranel cloruro de potasio (60% K2O) y el nitrato de po-tasio (44% K2O). Sin embargo, este último es muycostoso por unidad de potasio. Otras fuentes sonlas mezclas físicas como el 15-15-15 o las mezclasquímicas que se diferencian de las físicas porquecada gránulo de fertilizante contiene los nutrientesque indica el marbete. En una mezcla física se pue-den diferenciar los fertilizantes, mientras que enuna mezcla química no, porque los gránulos soniguales en su aspecto (mismo tamaño y color).

El cloruro de potasio es un excelente fertilizante ylas dosis de aplicación varían entre 200 y 400 kilos

por hectárea. La única recomendación en cuanto asu uso es evitar la aplicación en suelos salinos. Ob-viamente, en dichos suelos otros son los manejosque se deben realizar previos a la aplicación de fer-tilizantes, cualquiera sea su tipo. Por lo tanto, noes necesario ahondar en mayores detalles.

La fertilización a base de potasio se debe localizaren profundidad, aproximadamente a los 15 cm, conel fin de mejorar la absorción por parte de la planta.

6.2.3. Fertilización foliar

La fertilización foliar es una herramienta muy útilpara el productor, siempre y cuando éste sepacomo emplearla. Debe entenderse como un com-plemento a la fertilización por suelo. Jamás puedereemplazar a esta última cuando se trata de macro-nutrientes (N, P, K). Tiene fundamento si lo que sequiere es fertilizar con micronutrientes o es usadapara superar periodos cortos de estrés. En Wi-lliams, es común reforzar la aplicación nitrogenadacon algunas aplicaciones foliares de urea durantela primavera, cuando se sospecha que la relaciónhoja/fruto no es suficiente en virtud de la carga defruta. Después de la cosecha, la fertilización foliarcon urea a una concentración de alrededor del 3 ó4% incrementa notablemente las reservas nitroge-nadas de las plantas y contribuye a un mejor desa-rrollo de las yemas de flor.

La importancia de la nutrición con elementos me-nores es evidente cuando se considera su papel enel metabolismo de la planta. Buena parte de los mi-cronutrientes (cobre, manganeso, hierro, cinc ycloro) se hallan asociados a enzimas que regulandiversos procesos metabólicos relacionados a la fo-tosíntesis y a la transferencia de energía.

Los nutrientes menores, a diferencia del N y el K,cuya presencia se requiere en cantidad para que elfrutal pueda crecer y desarrollarse con plenitud, ac-túan en concentraciones del orden de las partespor millón. En consecuencia, la demanda anual esmuy baja. Para ejemplificar, basta citar que una co-secha de 70 toneladas por hectárea de pera re-quiere aproximadamente 200 gramos de B, 120gramos de Zn y apenas 30 gramos de cobre (Cu). Apesar de estos consumos minúsculos, a veces ladisponibilidad del micronutriente en el suelo no essuficiente y el frutal presenta deficiencias.

Page 49: Manual Pera Williams

49Capítulo 6 Manejo del suelo y fertilización

El factor de mayor importancia en la nutrición delos micronutrientes es la disponibilidad en el sueloy no la cantidad presente en ésta, que por otro ladoes abundante, como se citó. A excepción del molib-deno, cuya disponibilidad es muy buena a pH alca-lino, para el resto de los metales pesados lamáxima absorción por las raíces se produce a unpH entre 5,5 y 6,5. A pH inferior a 5, la disponibili-dad de hierro (Fe) o Zn es elevada, pero desafortu-nadamente las plantas no prosperan bien encondiciones de alta acidez.

Por encima de la neutralidad, cada incremento delpH en una unidad disminuye cientos de veces la so-lubilidad de los metales pesados en el suelo. Portal motivo, en suelos con pH cercanos a 8 es de es-perar deficiencias de microelementos, sobre todoen condiciones de alta carga de fruta.

Otros factores del suelo que condicionan la co-rrecta nutrición de la planta con micronutrientesson la compactación y el estrés por defecto o porexceso de agua en el perfil del suelo. En términosgenerales, todo factor que restrinja el crecimientoradical afecta en forma negativa la absorción de nu-trientes, en especial de aquellos que son inmóvilesen el suelo.

En síntesis, las aplicaciones foliares resultan útilessi se persiguen los siguientes propósitos:

> nutrir a la planta con micronutrientes;> incrementar reservas nitrogenadas;> corregir rápidamente desbalances nutricionales;> complementar el trabajo de la raíz en situacio-

nes de estrés.

6.3. Manejo del suelo en

montes en producción

Éste es un aspecto central en la producción frutí-cola y lamentablemente no se le asigna la impor-tancia que reviste. Manejar bien el suelo es clavepara asegurar aspectos tan medulares como:> el crecimiento de las raíces;> la provisión de nutrientes;> minimizar la competencia entre el frutal y la ve-

getación competitiva;> optimizar la operación de riego;> crear microclimas en el monte frutal.

La labranza es uno de los factores que mayor inci-dencia ejerce sobre la distribución radical. Estudioslocales han demostrado el efecto nocivo de la ras-tra de discos en eliminar las raíces superficialescomo así también en crear condiciones de compac-tación severas que afectan tanto el crecimiento delas raíces como la aireación del suelo.

No solo la labranza influye en la distribución radi-cal de los frutales. Otro factor es el paso reiteradode la maquinaria agrícola (pulverizadoras, cose-chadoras, etc.) por el mismo sector del terreno.Esto ocasiona un gran deterioro de las propieda-des físicas y químicas del suelo, con aumento en ladensidad aparente, compactación y disminuciónen la porosidad, lo cual afecta el crecimiento y ladistribución de las raíces del frutal. Cuando elsuelo no se encuentra en el estado óptimo de hu-medad para llevar a cabo estas tareas, su realiza-ción ocasiona compactación, con mayor gravedaden suelos de texturas finas y libres de cubierta ve-getal que en aquellos de texturas más gruesas ycon vegetación.

Se sabe que las coberturas verdes, en especial loscultivos perennes, ayudan a conservar el suelo(minimizan la compactación, incrementan los nu-trientes y mejoran la estructura) y benefician el de-sarrollo de los frutales. No obstante, a pesar de lasmúltiples ventajas que ofrece un sistema más con-servacionista que el empleo de la rastra de discos,se mantiene la costumbre del laboreo continuo.

En zonas de riego es frecuente la presencia de unacapa freática alta que, aunque sea de naturalezatemporal, crea condiciones anaeróbicas que limitancon seriedad el desarrollo de raíces permanentes.Si la capa freática elevada es temporaria (30-60días), las raíces tienen oportunidad de desarro-llarse pero mueren cuando permanecen muchotiempo en condiciones de anaerobiosis. En caso deque el agua de la freática sea de naturaleza salina,las raíces se ven imposibilitadas de crecer. Por lotanto se limita el volumen de suelo explorado por elsistema radical. En el Alto Valle de Río Negro esmuy común medir conductividades eléctricas demás de 2 dS m-1. Bajo estas condiciones no se ob-serva abundancia de raíces en la zona de fluctua-ción de la tabla de agua.

Page 50: Manual Pera Williams

50 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Otro de los factores que afectan al desarrollo de loscultivos es el manejo ineficiente del riego, sobretodo al comienzo de la primavera, época en la quelos productores riegan con mayor frecuencia paraluchar pasivamente contra las probables heladastardías. Esto no solo incrementa la freática sino queproduce lavado de nutrientes, en particular los ni-tratos que son muy móviles en el suelo. Se ha com-probado que la disponibilidad de los nitratosdespués de la fertilización es muy efímera en eltiempo, y para evitar su pérdida de la zona ocupadapor las raíces debe agregarse en el momento que laplanta lo requiera y ajustar la lámina de riego.

6.3.1. Enmiendas orgánicas

En el pasado, la aplicación de estiércoles y la siem-bra e incorporación de abonos verdes al suelo erande uso común. La aparición de los fertilizantes quí-micos desplazó en gran medida el uso de enmien-das y, por consiguiente, algunas propiedades delsuelo como el contenido de materia orgánica y lainfiltración del agua de riego se vieron afectadas.

Las emmiendas orgánicas mejoran las propiedadesfísicas, químicas y biológicas del suelo. Los estiér-coles o guanos más empleados en la región son lacama de pollo y el de chivo. Nutricionalmente loque importa es el contenido de nitrógeno total, queno suele superar el 1-2% sobre base seca. En estecontexto es posible incorporar 100 unidades de Ncon dosis de guano seco de 5-10 toneladas por hec-tárea. Las dosis mencionadas no aportan gran can-tidad de materia orgánica al suelo, salvo que seapliquen anualmente.

Los abonos verdes pueden sembrarse en cualquierépoca del año. Los que se siembran en febrero-marzo, como leguminosas (vicia) o gramíneas(avena, cebada, centeno) deben ser incorporados enla primavera. Bajo este manejo, es preciso realizar lasiembra en febrero, con el fin de agregar al suelo unbuen volumen de forraje. Durante los primeros añosde la plantación es muy importante mantener el es-pacio interfilar con abonos verdes o, incluso, unapastura perenne para mejorar las propiedades delsuelo. Si se dispone de control activo contra las he-ladas tardías, la cobertura verde del suelo es alta-

mente recomendable, sobre todo si está compuestapor especies de gramíneas y leguminosas.

6.3.2. Control de malezas

La eliminación de toda posible competencia poragua y nutrientes en los primeros años de vida delfrutal es crítica para permitir el desarrollo rápidode la estructura de la planta. Existen ensayosdonde la reducción del crecimiento de los frutalespor esta causa es mayor al 50%.

El impacto de las malezas está condicionado por ladisponibilidad hídrica y el tipo de suelo. Si el sueloes pobre o de poca profundidad útil, el control detoda competencia es decisivo en la productividadde la plantación.

El control de las malezas se puede realizar me-diante laboreo mecánico o herbicidas. El empleo dedesbrozadoras mantiene el riesgo latente de lesio-nes en el tronco de las plantas, y no impide la com-petencia ya que ésta no se elimina totalmente. Sedebe tener especial cuidado en evitar causar lesio-nes a los troncos de plantas jóvenes.

Los herbicidas más usados son el glifosato o simi-lares de acción sistémica cuando se quiere contro-lar malezas perennes como la gramilla o el sorgode alepo. Por razones de seguridad, no es conve-niente utilizar este tipo de herbicidas en los dos pri-meros años de la plantación, y se aconseja elempleo de pantallas protectoras para evitar todocontacto con el tallo.

La aparición de malezas anuales en la primavera oel verano puede controlarse con herbicidas de con-tacto como el Paraquat o graminicidas selectivos,de ser necesarios.

El mulching, ya sea de paja o producto del materialdesbrozado en el espacio interfilar, cuando es apli-cado en la línea de plantación reduce el efecto no-civo de las malezas. También contribuye aconservar el agua, mejorar la nutrición de la plantay atenuar la temperatura del suelo. Su efecto esmayor en las plantas jóvenes y cuando el suelopresenta limitaciones.

Page 51: Manual Pera Williams

51Capítulo 6 Manejo del suelo y fertilización

6.4. Análisis de suelos

El análisis del suelo es una herramienta muy impor-tante para elaborar una recomendación de fertili-zación. Permite cuantificar la oferta de nutrientesdel suelo o detectar problemas de salinidad o alca-linidad. La fidelidad de sus resultados dependeráde la toma de muestra, porque a través de una es-casa cantidad de suelo se pretende representar ladisponibilidad de nutrientes de miles de toneladas,agravado aun más por la variabilidad de suelo queexiste en el Valle. La muestra puede ser simple ocompuesta.

> Muestra simple: Es la que se obtiene con unasola extracción de suelo y se efectúa cuando setiene certeza de que éste es homogéneo.

> Muestra compuesta: formada por 15-20 sub-muestras por parcela de muestreo. Está en rela-ción con la variabilidad del terreno.

Es conveniente realizar la toma de muestras con unbarreno o pala, para cumplir con dos condiciones

importantes: que se tome una capa uniforme desuelo desde la superficie hasta la profundidad de-terminada y que se pueda obtener el mismo volu-men de suelo en cada extracción, como se muestraen la Figura 6.1.

En el laboratorio, el resultado del análisis repre-senta un valor promedio de las sub-muestras(media) que coincide con el valor más frecuente. Laforma de atenuar la variabilidad en la distribuciónde los nutrientes en el lote es llevando a cabo unmuestreo intenso, es decir, un elevado número desub-muestras que van a constituir una muestracompuesta representativa del lote.

La profundidad del muestreo está determinada porel nutriente o propiedad del suelo que se pretendecuantificar. Así, la materia orgánica, nitrógeno, fós-foro, potasio y el pH se miden habitualmente encapa superficial (0-25 cm), que es la profundidaddonde ejercen mayor influencia. Si lo que se quiereanalizar es el contenido salino y/o alcalino, deberáextraerse la muestra del sector salino en todo elperfil del suelo y no mezclarlo con el sector normal.

Figura 6.1. Extracción de muestras de suelo

Pala dejardín

Barreno

Page 52: Manual Pera Williams

Extracción de la muestra: Si el suelo es homogé-neo se divide el lote en cruz y se muestrean los ex-tremos y la parte central. Un método de muestreomás intensivo es en zigzag, donde se recorre elcampo regularmente, de forma de cubrir todo ellote. Otro método intensivo es en grilla, donde lasmuestras son tomadas a intervalos regulares entodas las direcciones y se toma una muestra decada cuadrícula (Figura 6.2).

Si la muestra es extraída con pala de los primeros20 ó 30 cm de profundidad, se quitan los bordesdejando una porción de 5 cm de ancho. Si es conbarreno, la muestra es lo que queda en la parte

hueca. Las sub-muestras se colocan en una balde,luego se homogeinizan y de ahí se extraen 0,5 ó 1kg de suelo y se llevan al laboratorio ((Figura 6.3.).

Una vez bien homogeneizadas, se envasan enbolsa plástica. La muestra de suelo debe estar de-bidamente identificada, con informaciones de laparcela (cultivo, ubicación geográfica, topografía,nombre de la persona responsable, dirección, loca-lidad, teléfono, profundidad del muestreo, etc.). Encaso de suelos o cuadros no homogéneos, la ope-ración se debe repetir en cada sector diferente.Nunca se deberán mezclar las muestras de zonasdiferentes.

52 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Figura 6.2. Esquema para realizar el muestreo de suelos.

Figura 6.3. Esquema de extracción de muestras de una pala o barreno

Page 53: Manual Pera Williams

53Capítulo 6 Manejo del suelo y fertilización

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54 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Históricamente, el Alto Valle de Río Negro y Neu-quén ha tenido como limitante en la productividadde sus cultivos al factor de anegamiento y saliniza-ción de sus suelos, consecuencia de un manejo de-ficiente del recurso hídrico en relación a lascaracterísticas del suelo y del acuífero. Las planta-ciones de peral cv. Williams son uno de los cultivosmás afectados.

Diversos trabajos, entre ellos el Estudio Integral delRío Negro, diagnostican que el 40% de la superficiebajo riego del Alto Valle está afectada por freáticaalta y alrededor del 30% también por salinidad.

A pesar de que el Valle está conformado por unacuífero altamente permeable que conduce los ex-cesos del riego hacia el río, este excedente es tangrande que el acuífero tiene que adquirir alturasfreáticas elevadas para que esto se produzca. Estasalturas o niveles que toma en algunas áreas son in-compatibles con la producción de peras, por lo quese necesita del drenaje artificial para controlar losniveles freáticos (Foto 7.1).

Si se calcula el volumen anual aportado por el canalprincipal de riego sobre la superficie regada delAlto Valle, se obtiene una lámina de 2,5 m de aguaagregada por temporada, siendo que el requeri-miento del cultivo es de alrededor de 1,0 m (apro-ximadamente 1000 mm) por ciclo. El excedente de1,5 m (debido a riegos ineficientes, pérdidas en ca-nales, desagües embancados, crecidas) debe sereliminado en forma natural hacia el río, por lo quea veces resulta insuficiente la capacidad de drenajenatural que tiene el subsuelo.

Aún considerando la baja salinidad del río Neuquén,éste aporta alrededor de 2 toneladas de sales poraño y por hectárea que deben ser también elimina-das por el proceso de drenaje y lavado de suelos.Cuando el ascenso capilar es alto -en especial ensuelos limosos- el agua que llega a superficie se eva-pora dejando el residuo salino. Si, además, son sue-los con mal drenaje, difíciles de lavar, sobreviene elpeor problema conjunto: salinidad y anegamiento,lo que requiere de drenaje artificial para su solución.

Este panorama general se ve atenuado o acrecen-tado dependiendo de las condiciones locales delsuelo, el acuífero y el manejo que hace el productordel agua.

7.1. La evapotranspiración

y las necesidades de riego

La cantidad de agua que necesita un cultivo parapoder desarrollarse sin limitaciones se conoce conel nombre de evapotranspiración del cultivo (ETc).La ETc es la combinación de dos procesos por losque el agua pasa a la atmósfera: la evaporación y latranspiración.

La evaporación es el proceso por el cual el agua se con-vierte en vapor y se retira de la superficie evaporante.Después de un riego o una lluvia, el agua se evaporarápidamente desde la superficie del suelo, siempre queéste no se encuentre cubierto de vegetación, y a me-dida que se aleja la fecha del último riego, la evapora-ción disminuye hasta hacerse prácticamente nulacuando los primeros 15 cm del suelo están secos.

Capítulo 7

Manejo del

riego

Page 55: Manual Pera Williams

55Capítulo 7Manejo del riego

Foto 7.1. Capa freática poco profunda

Page 56: Manual Pera Williams

56 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

El agua que se evapora a través de los estomas re-cibe el nombre de transpiración. Los estomas sonpequeñas aberturas en las hojas de las plantas, através de las cuales se intercambian gases y vaporde agua. La evaporación ocurre dentro de la hoja,en los espacios intercelulares, y el intercambio devapor con la atmósfera es controlado por la aper-tura estomática.

Casi toda el agua absorbida desde el suelo sepierde por transpiración, y sólo una parte muy pe-queña queda en el vegetal como agua de constitu-ción. Una planta de pera cv Williams en producciónpuede utilizar unos 8500 l de agua para producir100 kg de fruta que a su vez contienen 85 l de agua(1%). La mayor parte del agua sólo está en “trán-sito” por la planta. Al comienzo de la temporada deriego, el agua es utilizada sobre todo para el creci-miento vegetativo. El 80% del crecimiento del brotetiene lugar durante los 60 días posteriores a plenafloración (entre el 25/9 y el 25/11). Luego, es utili-zada esencialmente para el crecimiento del fruto.El 80% del peso total del fruto se logra entre los 60días posteriores a plena flor y cosecha (Figura 7.1).

Figura 7.1: Velocidad de crecimiento del brote y el fruto en elperal cv Williams. La evaporación y la transpiración ocurren si-multáneamente, y no hay una forma sencilla de distinguir entreestos dos procesos. La evapotranspiración del cultivo se ex-presa normalmente en milímetros (mm) por unidad de tiempo.La unidad de tiempo puede ser el día, mes o incluso el año. Paraestimar ETc debemos conocer la evapotranspiración del cultivode referencia (ETo) y los Coeficientes de cultivos (Kc).

La evapotranspiración del cultivo de referencia(ETo) se puede calcular utilizando un tanque deevaporación cuyas medidas e instalación se en-cuentran estandarizadas (Foto 7.2).

La Estación Experimental del INTA Alto Valle suministradatos semanales sobre evaporación del tanque en supágina web www.inta.gov.ar/altovalle/met/evapo.htm

Debido a las diferencias de consumo de agua quepueden existir entre un frutal y el tanque de evapo-ración, se ideó el coeficiente de cultivo o Kc.

En la Tabla 7.1 figuran los valores de Kc utilizadoshasta el momento en el INTA Alto Valle para la peraen plena producción, sin limitaciones de agua, en-fermedades, malezas y/o excesiva salinidad; y setiene en cuenta que la cubierta vegetal del interfilarcomienza a formarse en el mes de octubre.

Tabla 7.1. Coeficientes de cultivo (Kc) para frutales sin restric-ción hídrica

Los valores presentados deben ser tomados sólocomo una guía para elaborar la programación delriego, y ser aceptados o modificados mediante el re-gistro de datos (fecha y número de riegos efectua-dos, cantidad de agua aplicada, rendimiento ycalidad del producto obtenido, datos climáticos, etc.)y la utilización de instrumental adecuado para tal fin(pala, barreno o caladores para determinación de lahumedad al tacto o por gravimetría, tensiómetros,sensores de humedad, cámara de presión, etc.).

La ETc estimada para la pera en plena producciónfluctúa entre los 6.740 y 12.160 metros cúbicos porhectárea y por año para distintas localidades de lasprovincias de Río Negro y Neuquén.

7.2. Necesidades de agua

en plantas jóvenes

Un frutal recién plantado consume menos agua queuna planta adulta, ya que ésta no intercepta másque una parte de la radiación solar incidente. A me-dida que la planta crece, aumenta el consumo deagua hasta alcanzar un máximo de acuerdo con suscaracterísticas varietales y marco de plantación.

Cultivo Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abr

Pera 0,45 0,75 1,05 1,15 1,15 1,05 0,85

Page 57: Manual Pera Williams

57Capítulo 7Manejo del riego

Foto 7.2. Tanque de evaporación Clase “A” con protección antipájaros

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58 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

El consumo de una planta frutal joven se expresacomúnmente en litros por planta y por día.

La Tabla 7.2 muestra el consumo del peral cv. Wi-lliams en sus primeros años de crecimiento, utili-zando un lisímetro volumétrico (los datoscorresponden al INTA Alto Valle). También sepuede apreciar cómo se incrementa el consumo deagua de la planta a medida que aumenta su diáme-tro y área seccional del tronco.

Las necesidades de agua de un frutal pueden sersuplidas por parte de la precipitación retenida enla zona de las raíces o precipitación efectiva (Pe),por el ascenso capilar de una capa freática cercanaa la superficie del terreno o por el riego.

Cuando se realiza un riego, no toda el agua esretenida en la zona de las raíces del cultivo.Existen pérdidas inevitables por percolaciónprofunda, distribución, escorrentía superficial,etc. que están relacionadas con el diseño, man-

tenimiento y operación del método de riego uti-lizado. Por lo tanto, para contrarrestar estas pér-didas se debe agregar una cantidad mayor deagua al suelo, de acuerdo con la eficiencia deaplicación estimada.

La eficiencia de aplicación (Efa) es la relación entrela cantidad de agua retenida en la zona de las raí-ces del cultivo y el total de agua aplicada al terreno.La Tabla 7. 3 indica las Efa que es posible obtenercon los diferentes métodos de riego, siempre ycuando estos sean diseñados, operados y manteni-dos adecuadamente.

En la mayor parte del Alto Valle la precipitaciónefectiva es poco importante, y por este motivosuele no ser tenida en cuenta en el cálculo de lasnecesidades de riego. Esto obra como un factor deseguridad, disminuyendo la probabilidad de errorde subestimación en las necesidades hídricas delfrutal y aumentando la fracción de lavado de lassales del suelo.

Método de Riego Efa (%)

Surcos sin pendiente 50-70

Melgas sin pendiente 60-80

Micro aspersión 75-85

Goteo 85-95

Temporadas de

CrecimientoOct Nov Dic Ene Feb Mar Abr Diam. (cm) AST (cm2)

Primera hoja 2 4 7 9 7 5 3 1.7 2.2

Segunda hoja 4 7 12 18 15 11 6 2.7 5.5

Tercera hoja 5 11 15 22 19 13 5 4.0 12.3

Tabla 7.3. Eficiencia de aplicación de distintos métodos de riego

Tabla 7.2. Necesidades hídricas estacionales de plantas jóvenesde peral, expresadas en litros por planta y por día, en relaciónal diámetro (Diam.) y área seccional de tronco (AST).

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59Capítulo 7Manejo del riego

7.3. Métodos de riego.

Ventajas y desventajas

para el Alto Valle

7.3.1. Riego por superficie

Los métodos utilizados en fruticultura pueden divi-dirse en riego por superficie y riego localizado. Elriego por superficie, también conocido como riegopor gravedad, en general forma parte de un sistemacomunitario (embalse, canal principal, canales se-cundarios, terciarios, comuneros, desagües, colec-tores de drenaje, aforadores, partidores, saltos, etc.)creado para proporcionar agua de riego a una super-ficie agrícola. Es importante destacar que, en un sis-tema comunitario como el descrito, el uso eficientedel agua no depende tan solo de la persona queriega sino también del adecuado mantenimiento yoperación de todo el sistema de riego y drenaje.

El riego por superficie utiliza la superficie del terrenopara transportar el agua de un punto a otro (de aquíla importancia de la preparación previa de la super-ficie a regar). Puede realizarse por inundación o porsurcos con escasa pendiente en el sentido del riegoy sin desagüe al pie, que son las dos modalidadesmás difundidas en el Alto Valle, zona donde este tipode riegos es de predominio absoluto.

7.3.2. Riego por inundación

Se caracteriza por la aplicación controlada de unalámina de agua que avanza cubriendo en su totali-dad el ancho de la unidad de riego. Cuando lamelga tiene una pendiente menor al 0,04%, que esla utilizada comúnmente, recibe el nombre demelga sin pendiente o con pendiente cero. La uni-dad de riego debe estar delimitada por completocon bordos o montículos de tierra, lo que imposi-bilita el escurrimiento superficial al pie.

Este tipo de riego requiere de importantes trabajosde nivelación donde la preparación del terrenojuega un rol preponderante. La nivelación es unamejora permanente de las características del te-rreno, que aumenta el valor de la tierra. Es un tra-bajo de alto costo pero sin duda de granrentabilidad económica, ya que contribuye a la ob-tención de montes frutales uniformes con grandesrendimientos y bajos costos de producción. Debeser óptima y realizarse antes de la plantación delcultivo, ya que después de ésta los problemas sonmuy difíciles de solucionar. En la región, los equi-pos de nivelación láser están siendo cada vez másempleados y su costo se justifica plenamente(Foto 7.3).

Foto 7.3. Nivelación láser

Page 60: Manual Pera Williams

60 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Se deben evitar cortes de suelo mayores de 15 cm,para no afectar marcadamente su fertilidad. Poreste motivo, es imprescindible realizar un estudiotopográfico previo, con el propósito de disminuir elmovimiento excesivo de tierra y ubicar la red dedistribución interna en los lugares más elevadosdel predio. La longitud de la unidad de riego nodebe superar los 120 m en suelos franco limosos y80 m en suelos arenosos para poder efectuar rie-gos eficientes.

Es conveniente que la pendiente del terreno sea“cero” en todo sentido, para poder regar con cauda-les elevados. Se recomiendan caudales de: 4 litrospor segundo por metro de frente de riego (l/s • mf)para terrenos franco limosos, 6 l/s • mf para suelosfrancos y 9 l/s • mf para suelos arenosos. Cuando lapendiente del terreno es excesiva, se produce unaacumulación de agua al pie de la unidad de riego yun déficit en su cabecera. Este aspecto se profundizacuando se emplean grandes caudales para llevar acabo riegos eficientes.

Por lo general, la red de distribución interna (cana-les, acequias, puentes, compuertas, etc.) está sub-dimensionada en el Alto Valle y es una de las causasmás importantes de la baja eficiencia de riego y lamala utilización de la mano de obra. Un canal o unaacequia deben permitir transportar un caudal de100 l/s. Se debe realizar un terraplén con un anchomínimo de 4 m en la base y 40 cm de altura, y esconveniente utilizar para este fin el material de lossectores de cortes antes de concluir la nivelación

del terreno. La pendiente del terraplén dependeráde las condiciones del lugar. Una pendiente de 4 cmcada 100 m ha resultado adecuada en trabajos rea-lizados por el INTA Alto Valle. La acequia para lapendiente mencionada debe tener un piso de 0.60m, una altura de 0.50 m y un ancho de boca de 1.80m. Es muy importante mantener la acequia libre demalezas durante la temporada de riego. Esto sepuede lograr rápida y económicamente, aplicandoherbicidas con mochila o maquinaria.

Los puentes y compuertas deben tener dimensio-nes importantes (50 a 70 cm de abertura) para fa-cilitar el escurrimiento y no crear retenciones deagua innecesarias, en especial en terrenos conpoco dominio. En lo posible, se deben evitar los si-fones en la red de riego; es preferible elevar lacalle. Jamás se deben plantar álamos en la parte in-terna de los canales y/o acequias de riego.

Concluida la nivelación, se bordea el terreno y serealiza el primer riego. Es muy probable que se pro-duzca un hundimiento del terreno en los sectoresde relleno después del riego. Por esta razón se re-comienda realizar un cultivo anual y, luego de co-rregir las imperfecciones, recién se podrá plantarel monte frutal.

Es muy importante mantener la nivelación del te-rreno evitando el pasaje innecesario de la rastra dediscos. Si se utiliza este implemento, pasar el cua-drante para corregir el desnivel causado en las ca-beceras y pie de las unidades de riego (Foto 7.4).

Foto 7.4. Cuadrante. Implemento quepermite la nivelación del terreno unavez implantado el monte frutal

Page 61: Manual Pera Williams

61Capítulo 7Manejo del riego

7.3.3. Riego por surcos

El surco puede definirse como una melga de dimen-sión reducida. Esta modalidad de riego no cubretoda la superficie del terreno. En montes frutales,entre 1/4 y 2/3 de la superficie regada pueden noser cubiertos por el agua y producir acumulaciónde sales en el perfil del suelo.

El riego por surcos se adapta especialmente alriego de frutales jóvenes porque facilita una fre-cuencia de riego adecuada y no moja innecesaria-mente sectores de suelo que el cultivo no utilizapor las características de su sistema radical. Tam-bién se lo puede emplear, en frutales adultos, enterrenos altos con problemas de dominio, que sondifíciles de regar por manto. De todas formas, paraevitar la acumulación de sales es conveniente regarpor manto dos o tres veces en el año cuando elagua no es escasa en la propiedad.

7.3.4. Riego localizado

El riego localizado consiste en aplicar el agua di-rectamente a la zona de raíces del cultivo, es decir,sin cubrir toda la superficie, en pequeños volúme-nes, pero con cortos intervalos de riego que pue-den ser de dos a tres veces por día hasta un riegocada tres o más días. Cuando la distribución delagua se realiza por turnados, el riego localizadodebe contar con un reservorio para almacenar elagua provista por cada turno. Una fuente comple-

mentaria puede ser el agua subterránea, siempreque su calidad sea adecuada. Las variantes que co-múnmente se pueden observar en nuestra zonason el riego por goteo y la micro aspersión.

En el riego por goteo (Foto 7.5) el agua se des-plaza a través del suelo desde una zona saturadapróxima al gotero hacia una zona seca más ale-jada, donde se depositan las sales disueltas en elagua. Debido a este proceso el agua se distribuyeen capas más o menos húmedas que se asemejana las hojas de una cebolla, por lo que se lo deno-mina bulbo húmedo. El porcentaje de suelo mo-jado dependerá del caudal del gotero, del tiempode riego y del tipo de suelo, entre otros paráme-tros. En estos métodos se pueden aplicar dosis deagua pequeñas con gran eficiencia de riego, acce-der rápidamente al monte frutal, obtener unamayor uniformidad del cultivo y realizar laboresculturales (poda, curas, cosecha, etc.) en formamás oportuna.

La principal desventaja que presenta esta va-riante de riego localizado es la salinización del in-terfilar con el tiempo, si no se emplea algúnmétodo de riego alternativo (aspersión o inunda-ción) para lavar las sales del perfil. En la zona estoocurre por la presencia de una capa freática pró-xima a la superficie del terreno y por no contarcon precipitaciones suficientes para lavar lassales acumuladas en el perfil del suelo por elriego y el ascenso capilar.

Foto 7.5. Lateral de riego suspendido con goteros integrales

Page 62: Manual Pera Williams

62 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

La práctica de aplicar fertilizantes con el agua deriego adquiere una especial importancia en el riegopor goteo, debido al escaso volumen de suelo explo-rado por las raíces, en comparación con otros méto-dos. La Estación Experimental Agropecuaria del INTAAlto Valle cuenta con una parcela de pera cv. Wi-lliams plantada en 2003, regada por goteo, quepuede ser visitada por los productores interesados.

En la micro aspersión (Foto 7.6) el agua es pulveri-zada mediante un rotor móvil y se distribuye por elaire hasta llegar al suelo. Los microaspersoresmojan una mayor superficie de suelo que los gote-ros. Esto favorece el mantenimiento de una cober-tura vegetal, mejora el control de la salinidad porlavado de sales del perfil del suelo, induce un

mayor desarrollo del sistema radical en árboles fru-tales y posibilita la climatización del medio dondese desarrolla el cultivo. Presenta, asimismo, unmenor problema de obstrucción de emisores, portener orificios de salida de agua mayores que losgoteros y por ser más sencilla su limpieza.

Si bien el riego localizado se ajusta mejor a las ne-cesidades de las plantaciones modernas, no sedebe descartar el riego por gravedad, en virtud dela existencia de la infraestructura necesaria parallevarlo a cabo y de los buenos resultados obser-vados en la región, cuando es correctamente ma-nejado. Estos aspectos deben tenerse en cuenta almomento de realizar la justificación técnica y eco-nómica del método de riego a utilizar.

Foto 7.6. Microaspersor con estaca

Page 63: Manual Pera Williams

63Capítulo 7Manejo del riego

7.4. Programación del

riego

Con la programación del riego se pretende conocerel momento oportuno para realizarlo y la cantidadde agua a aplicar, para que el cultivo exprese su óp-timo potencial productivo. El momento oportunodel riego puede determinarse a través de la medi-ción o estimación del contenido de agua del suelo,el estado hídrico de la planta o mediante el métododel balance hídrico.

Un procedimiento sencillo para calcular el conte-nido de agua de un suelo, aunque requiere de ciertapráctica, consiste en tomar muestras en la zona delas raíces del cultivo, con pala, barreno o calador(Foto 7.7) y estimar su humedad mediante el tacto.La utilización de una guía de campo puede facilitaresta tarea.

Un instrumento que ha demostrado su practicidadtanto en riego por superficie como localizado es eltensiómetro (ver apartado "Instrumental para me-diciones de agua en el suelo y de capa freática").

Foto 7.7. Estimación del contenidohídrico del suelo al tacto mediantela utilización de un calador de suelo

Page 64: Manual Pera Williams

64 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

7.5. Red comunal de

desagües. Contribución

al problema de drenaje

La red de desagües del Alto Valle fue inicialmenteplanteada como una red de colectores pluviales yde excedentes de riego, y su traza en general seajusta a la estructura del cuadro catastral de 1 kmpor lado. Ante el aumento progresivo del área re-gada comienzan a surgir zonas con claro requeri-miento de drenaje. Se busca entonces la soluciónparcial del problema a través de la profundizaciónde la red de desagües.

Cálculos precisos permiten afirmar que para solu-cionar el problema de drenaje con el distancia-miento actual entre los desagües (1000 metros),

estos deberían tener una profundidad de aproxima-damente 4,80 m, obra imposible de lograr en estazona con un dren de zanja, sin producir derrumbespor la presión de infiltración, además de otros se-rios problemas.

Como resultado de la profundización de desagües(Fotos 7.8 y 7.9) a valores de 2,0 m (aún así difíci-les de mantener) se logra una influencia de dre-naje de aproximadamente 250 m hacia cada lado,beneficiando a los productores más cercanos y re-quiriéndose drenes adicionales en las áreas inter-medias. Esta descripción general se cumple condistintos grados de variación, dependiendo ma-yormente de la transmisividad local del acuífero yde la recarga del riego (exceso de riego).

Foto 7.8 y 7.9. Profundización de desagües

Page 65: Manual Pera Williams

7.6. Instrumental para

mediciones de agua en el

suelo y de capa freática

Los procesos que intervienen en la aplicación delriego, la absorción de agua por las raíces y la recargaa la freática con el exceso de agua agregada (no ab-sorbida por la planta) pueden ser caracterizados ymedidos con instrumental específico. Los más sim-ples y comúnmente usados en la práctica son:

Infiltrómetros: Permiten estimar la velocidad de in-filtración del agua en el suelo, siendo alta en suelossueltos y baja en los pesados. A partir de este datose puede calcular el tiempo que deberá permane-cer el agua en la melga (tiempo de riego) para infil-trar el agua que la planta necesita entre dos riegosconsecutivos. Este tiempo de riego deberá respe-tarse rigurosamente, puesto que si es excedido serecarga la freática y, si es menor, puede producirseestrés hídrico en la planta.

Cuando se planifica el riego de la chacra se debenrealizar ensayos, con el fin de establecer la opera-ción del riego (caudal y tiempo de riego).

El instrumental consiste en dos cilindros de chapa(sin base ni techo) que se colocan concéntricos ehincados en el suelo, como lo indica la Fig. 7.2.

Figura 7.2: Infiltrómetro de doble anillo

Si bien los dos cilindros se llenan con agua, sólo enel interior se practican las mediciones de descensodel agua infiltrada a través del tiempo. El cilindroexterno “obliga” a que la columna que se mide in-filtre verticalmente.

Freatímetros: Tienen por finalidad medir la profun-didad de la capa freática. Es conveniente que seaninstalaciones permanentes, ya que los pozos realiza-dos con barreno o con holladora al poco tiempo sedesmoronan. Se los puede construir con caños dePVC o de hierro de 1” de diámetro (es el más común)y una longitud mínima de 2 m, de manera tal quepermitan medir la freática también en invierno.Deben ranurarse o agujerearse (según sea el caso)en un tramo de 1 m como mínimo. En el caso de losde PVC, es conveniente hacerles una envoltura contiras de arpillera plástica (prefiltro), para evitar la en-trada de partículas finas que los van colmatando.Para su instalación es preciso realizar el pozo con unbarreno o pala holladora, salvo que haya ripio a pocaprofundidad (el barreno se atasca), en cuyo caso de-berá hincarse uno de hierro al que previamente sele confeccionó una punta. Las fotografías 7.10 y 7.11ilustran estas dos situaciones.

65Capítulo 7Manejo del riego

Foto 7.10. Instalación de freatímetros

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66 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Tensiómetros: Permiten conocer el estado de hu-medad del suelo a la profundidad de las raíces.Constan de un vástago de plástico que en su ex-tremo lleva una cápsula porosa y que debe estaren íntimo contacto con el suelo, ya que a través deella se produce el intercambio de agua contenidaen su interior (previamente se lo debe llenar hastael tope) con el suelo circundante. En el otro ex-tremo, un vacuómetro registra la tensión que se vagenerando por la mayor o menor succión del suelo.Se los coloca a distintas profundidades, siendoconveniente aquella en que se encuentra la mayordensidad de raíces (Figura 7.3).

En Figura 7.3: Tensiómetro

En frutales esto ocurre entre los 40 y 60 cm. Elrango óptimo de funcionamiento es entre los 20 y80 cb. La mayoría de los cultivos necesitan ser re-gados cuando la humedad del suelo se encuentraen este rango de tensiones, por lo que es un ins-trumento muy útil para decidir el momento opor-tuno del riego.

Foto 7.11. Instalación de freatímetrosutilizando diferentes materiales

Page 67: Manual Pera Williams

67Capítulo 7Manejo del riego

7.7. Monitoreo de la napa

freática. Indicadores para

la operación del riego.

Detección del problema

de drenaje

La observación del nivel freático es de suma impor-tancia, ya que constituye uno de los factores quemás incide en la merma de productividad del AltoValle de Río Negro y Neuquén.

Si se observa la fluctuación anual de la capa freá-tica se destaca un pico en el periodo de riego y unabajante en el periodo sin riego. Los valores alcan-zados dependerán de las condiciones locales delacuífero y del manejo del agua (Figura 7.4).

La observación de un freatímetro es de gran utili-dad para verificar la elevación de la freática y elcompromiso del cultivo por anegamiento y/o sali-nización del suelo. Es un instrumental necesariopara el diseño de drenes y para hacer el segui-miento del efecto del riego sobre la freática, con elfin de mejorar eventualmente la operación (Fotos7.12 y 7.13).

Un solo freatímetro indicará el nivel freático delsitio. Éste resulta de muchos factores de recarga ydescarga, como el riego, la lluvia, la absorción ra-dicular (evapotranspiración), el drenaje naturalhacia y desde otras áreas (vecinos), influencia delrío, desagües, etc. Sin embargo, no permite inferir

cuánto influye cada uno de estos factores. No obs-tante, si en vez de tener un solo freatímetro se ob-servan varios distribuidos en la chacra, se puedeinferir y calcular el drenaje natural, la peligrosidadde salinización, las zonas con condiciones deanaerobiosis en raíces, la dirección del movi-miento del agua en la freática, las fuentes de re-carga y descarga de freática, las pérdidas decanales y desagües, entre otros.

Una práctica muy utilizada en la región, como re-sultado de varias investigaciones, es el hincado defreatímetros distribuidos en cuadrícula de 100 a150 m de distancia entre sí. Las mediciones mas úti-les para diseñar un sistema de drenaje se hacen enépoca de “corta de agua” (una por semana), mien-tras que las dirigidas a evaluar la práctica del riegose deben efectuar durante la temporada de riego.

Cuando después de cada riego el descenso de lafreática desde la superficie se realiza muy lenta-mente, es probable que el perfil del suelo contengaun horizonte poco permeable por la composicióntextural originaria o por impermeabilización sódica.

Si las profundidades máximas alcanzadas por lafreática durante la época de riego son bajas (me-nores a la profundidad de exploración radicular),es factible que se esté ante un problema de faltade drenaje y/o de exceso de riego, por lo que se de-berán tomar medidas en cuanto a construir un dreno cambiar el manejo del riego.

Figura 7.4: Fluctuaciones de la napa freática en establecimientofrutícola tipo

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68 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Foto 7.12. Medición y mantenimientode freatímetros

Page 69: Manual Pera Williams

69Capítulo 7Manejo del riego

La profundidad de enraizamiento del peral cv. Wi-lliams varía, según los diferentes suelos, entre 0,80m y 1,00 m, por lo que la profundidad recomendadade la capa freática deberá ser de 1,20 m a 1,60 mrespectivamente. Cuando los niveles freáticos per-manecen elevados entre riegos se produce una ab-sorción por el cultivo del agua freática que asciendepor capilaridad, sobre todo en suelos limosos. Dadoque la salinidad del agua freática es mayor que ladel agua de riego (a veces mucho mayor: 4-5mmhos), la planta reacciona aumentando el númerode frutos, reduciendo su tamaño, volviéndose mássusceptible a enfermedades, etc.

Las mediciones fuera del periodo de riego permitenevaluar el comportamiento del acuífero sin la inter-ferencia del riego, y así cuantificar, entre otras pro-piedades, el drenaje natural y la necesidad decomplementarlo con drenes artificiales.

7.8. Importancia del

manejo del agua zonal

(vecindario)

Muchas veces, sobre todo en establecimientos pe-queños, el buen manejo del agua por parte de unsolo productor puede no reflejarse en el comporta-miento de la freática que afecta sus cultivos. La ex-plicación hay que buscarla en el manejo zonal delagua. El acuífero o manto saturado es "transmi-sivo" en el sentido de que el agua se mueve hori-zontalmente desde sitios de mayor altitud(potencial hidráulico) a sitios de menor altitud, y lamagnitud del flujo subterráneo depende de la con-ductividad hidráulica del acuífero (similar a la per-meabilidad). De tal forma que si el riego eficientede un productor tiende a bajar los niveles freáticosrespecto de sus vecinos, el agua se moverá desdelas chacras vecinas hacia su parcela, neutralizandolos efectos de un buen manejo del riego. Lo mismoocurre con canales sobre-elevados no impermeabi-lizados o desagües embancados sin manteni-miento. Este efecto se hace más incisivo cuandomás alta es la transmisividad del acuífero.

Por ello, la recomendación técnica es llevar a cabo unabordaje zonal del problema de drenaje, ideal si se hacea escala de Consorcio de Riego, ya que de esta manerase involucra también a quien maneja y opera las con-ducciones (canales de riego, desagües y drenes).Foto 7.13. Medición y mantenimiento de

freatímetros

Page 70: Manual Pera Williams

70 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

8.1. Introducción

Las actuales exigencias de los mercados tanto na-cionales como internacionales en cuanto a los resi-duos de plaguicidas presentes en los alimentoshan obligado a los productores a cambiar los méto-dos tradicionales de control hacia estrategias queponen el énfasis en la utilización de técnicas másamigables con el medio ambiente, como el uso deferomonas de confusión sexual, insecticidas demayor especificidad, insecticidas orgánicos y ene-migos naturales, entre otras.

Para que estos instrumentos funcionen de la formamás ajustada posible es necesario, en primera ins-tancia, un acertado reconocimiento del problema,en nuestro caso, cuál es el organismo perjudicialpresente, para poder determinar si es necesario ono realizar un control y, en ese caso, el mejor mo-mento, la forma más adecuada de efectuarlo y laexistencia de enemigos naturales eficientes, entreotras características.

Esta sección tiene como objetivo acercar al produc-tor una guía de reconocimiento básica para lasprincipales plagas y enfermedades que afectan ala pera Williams en el Alto Valle de Río Negro yNeuquén. Cabe destacar que no existen plagas es-pecíficas de esta variedad. La totalidad de las es-pecies citadas atacan en general a los frutales depepita y, en algunos casos, exclusivamente alperal (p.ej. psílido del peral, ácaro del agamuzadodel peral).

En primer lugar, es necesario reconocer la morfo-logía externa de las plagas: no solamente de suforma adulta, sino también de todos sus estados

de desarrollo (huevos, ninfas, larvas, pupas) y losdaños característicos de cada uno. Según la im-portancia económica, pueden clasificarse en:

> Primarias o clave: son aquellas que acompañantodos los años al cultivo y que deben ser contro-ladas para permitir la continuidad de la planta-ción. Generalmente la estrategia de control seelabora en base a estas plagas, como ocurre enla región con Cydia pomonella (“carpocapsa”).

> Secundarias: son aquellas que, en determina-das circunstancias, pueden alcanzar niveles dedaño económico (p.ej. “arañuelas”).

> Ocasionales: son aquellas especies que estánpresentes en el monte frutal pero cuyas pobla-ciones muy raramente pueden alcanzar nivelesde daño significativos (p.ej. “babosita delperal”).

> Cuarentenarias: organismos potencialmenteperjudiciales para los países importadores, porlo que estos imponen barreras sanitarias paraimpedir su ingreso.

Capítulo 8

Plagas y su

manejo en el

cultivo

Page 71: Manual Pera Williams

71Capítulo 8Plagas y su manejo en el cultivo

8.2. Morfología externa

de los organismos plaga

El primer paso para la determinación de un pro-blema causado por organismos animales es lograrsu correcta identificación. Para ello es necesario co-nocer las características morfológicas externas.

Los insectos adultos poseen el cuerpo segmen-tado en cabeza, tórax y abdomen. Como caracte-rísticas generales, tienen un par de ojoscompuestos y uno o varios ojos simples, un apa-rato bucal y un par de antenas en la cabeza. En eltórax se insertan tres pares de patas y dos pares

de alas, mientras que en el abdomen portan los ór-ganos excretores y reproductores (Fig. 8.1). Por suparte, los ácaros no presentan una segmentacióntan clara. Tienen cuatro pares de patas y no po-seen alas ni antenas (Fig. 8.2).

Ambos tipos de organismos presentan esqueletoexterno (exoesqueleto o tegumento rígido). Estosignifica que para crecer deben reemplazarlo porotro de mayor tamaño. En este proceso puedenocurrir otros cambios; el conjunto de transforma-ciones que se suceden desde el huevo hasta laforma adulta es llamado “metamorfosis”. Este fe-nómeno puede producirse bajo tres formas:

Fig. 8.1. Morfología externa e interna de un insecto(“langosta o tucura”)

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72 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

> Metamorfosis completa: es aquella en la que elinsecto pasa por los estados de huevo, larva, pupay adulto. Se caracteriza porque las larvas poseensiempre aparato bucal masticador y porque losadultos no necesariamente tienen este tipo de apa-rato bucal. Además, las larvas no se asemejan enabsoluto al adulto, por ejemplo, las mariposas y loscascarudos. En el estado de pupa el insecto no semueve ni se alimenta (Fig. 8.3).

> Metamorfosis incompleta: en este caso los or-

ganismos pasan por los estados de huevo, ninfa yadulto. Las ninfas (estados juveniles) son muy pa-recidas a los adultos y siempre tienen el mismoaparato bucal que éstos, como el caso de las chin-ches (Fig. 8.4).

> Metamorfosis intermedia: el insecto pasa delhuevo a dos estadios de ninfa y otros dos estadosen los que no se alimenta y no se mueve, llamadosprepupa y pseudopupa, de donde finalmente sal-drá el adulto (Fig. 8.5).

Fig. 8.2. Morfología externa de un ácaro predador

Fig. 8.3. Metamorfosis de una “mariposa” (Lepidópteros)

Larva Larva Pupa Adulto

Page 73: Manual Pera Williams

73Capítulo 8Plagas y su manejo en el cultivo

Huevo

Fig. 8.4. Metamorfosis de una “chinche” (Hemípteros)

Ninfa Ninfa Adulto

Fig. 8.5. Metamorfosis de un “trips ” (Tisanópteros)A. Huevo / B y C. Larvas 1 y 2 / D. Prepupa / E. Pupa / F. Adulto / G. Extremo caudal machoQuintanilla, Raul. 1980. Trips. Caracterización morfológica y biológica. Especies de mayor importancia agrícola.

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74 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Los insectos que comparten determinadas caracte-rísticas se reúnen en órdenes. Los de interés frutí-cola son los siguientes:

> Homópteros (pulgones, chicharritas, cigarras,cochinillas, chanchitos blancos, etc.).

> Hemípteros (chinches).> Coleópteros (cascarudos - escarabajos).> Lepidópteros (mariposas).> Tisanópteros (trips).> Dípteros (moscas, mosquitos, jejenes).> Himenópteros (avispas, abejas, abejorros).

8.3. Daños producidos

por insectos y ácaros

Como ya se ha dicho, los organismos animales setransforman en plaga cuando producen un dañoeconómico. Estos daños pueden ser muy variadosy se agrupan según su origen, relacionado general-mente con la biología de las plagas. En muchasocasiones el tipo de daño será de gran ayuda parala identificación del organismo plaga.

8.3.1. Daño por alimentación

Según su tipo de aparato bucal (Fig. 8.6) se lospuede agrupar en:

> Insectos masticadores, con aparato bucal adap-tado para masticar, con mandíbulas y maxilasdesarrolladas. Principalmente Coleópteros y Or-tópteros y las larvas de todos los insectos conmetamorfosis completa.

> Picadores o succionadores, con un pico largo ocorto que clavan en los tejidos de los órganos,absorbiendo la savia, sangre o hemolinfa: Ho-mópteros (cigarra, pulgones), Hemípteros (chin-ches), Tisanópteros (trips), etc.

> Otros insectos con aparato bucal chupador se li-mitan a sorber el néctar de las flores, como losadultos de Lepidópteros, mientras que otros sealimentan de sustancias azucaradas como losadultos de los Dípteros.

Fig. 8.6. Distintos tipos de aparato bucal en los insectos

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75Capítulo 8Plagas y su manejo en el cultivo

Cada uno de estos tipos de aparatos bucales generaun daño o sintomatología característicos, lo que tam-bién es útil para la identificación del agente causal:

> Chupadores o succionadores - raedores: cloro-sis, amarillamiento, enrulado de hojas, necrosis.

> Masticadores:1. Defoliadores o filófagos: hojas mordidas, es-queletizadas o minadas.2. Carpófagos: mordeduras en fruto.3. Rizófagos: comen y cortan raíces.

8.3.2. Daño por oviposición

En algunos casos los insectos ponen los huevosdentro de los tejidos vegetales (postura endofí-tica). Para ello cuentan con aparatos ovipositoresespeciales, que funcionan como agujas hipodérmi-cas. La zona afectada puede presentar cambios decoloración, detención del crecimiento, formaciónde cancros y/o malformaciones.

Dentro de estos encontramos los Tisanópteros, al-gunos Homópteros y algunos Dípteros, en particu-lar el grupo conocido como “moscas de los frutos”,entre otros.

8.3.3. Daño por excrecencias

Algunos insectos excretan una gran cantidad desustancias que al depositarse sobre los tejidos ve-getales pueden causar daños, ya sea porque man-chan la epidermis, dificultan las tareas culturales-como es el caso de la cosecha- o porque a sus ex-pensas crecen hongos que impiden la captación delsol, disminuyendo la superficie fotosintética. Elgrupo más importante de este tipo de insectos loconstituyen los Homópteros, que segregan grancantidad de melaza sobre la que se desarrolla untipo de hongo conocido como “fumagina”.

8.3.4. Daño por habitáculo o vivienda

Algunos insectos realizan sus nidos dentro de lostejidos vegetales o con partes de ellos. Es el casode los “abejorros carpinteros” (Himenópteros - Xi-locópidos), que hacen orificios en postes, o de al-gunos Homópteros que viven dentro de agallas enlos vegetales.

8.4. Plagas primarias

8.4.1. Carpocapsa (Cydia pomonella)

La carpocapsa es la plaga clave del cultivo de fru-tales de pepita en los valles irrigados del Norte dela Patagonia y una de las limitantes de mayor pesoa la hora de la comercialización de estas frutas enfresco. Su fenología, que tiene características par-ticulares, está directamente relacionada con lascondiciones ambientales y el desarrollo de sushospederos principales.

La carpocapsa pertenece al orden Lepidoptera [le-pido = escama (G); ptera = ala (G)] y a la familiaTortricida, al igual que la grafolita. Se consideraoriginaria del sudeste europeo o Eurasia, al igualque su hospedero principal, el manzano (Malusdomestica Borkh). Conjuntamente con el cultivo demanzanos y otras pomáceas, se distribuyó primerohacia el resto de Europa, Asia y posteriormenteAmérica, África y Oceanía. Hoy es un insecto cos-mopolita presente prácticamente en todos los lu-gares donde se cultivan manzanos, perales ynogales.

Descripción

Huevos: Son de forma circular, blanco-perlados yesféricos al momento de ser depositados. Luego,la hembra deposita una capa de una sustancia ad-herente que los aplasta y los pega sobre la super-ficie, tomando una forma circular aplanada en losbordes y algo elevada en el centro. Tienen un ta-maño aproximado de 1,2-1,3 mm de diámetro.

Larvas: Las larvas recién eclosionadas son de colorblanco cremoso y tienen la cabeza negra. Su ta-maño al nacer es de 2-2,5 mm. La larva de carpo-capsa pasa por cinco estadíos antes detransformarse en pupa. El largo total del cuerpo al-canzado por el quinto estadío larval varía en unrango de 14 a 18 mm.

Pupas: La pupa es de color marrón a marrón os-curo con bordes y espinas negras. Su tamaño varíaentre 8 y 11 mm. Generalmente la pupa de la hem-bra es de mayor tamaño y peso que la del macho.

Page 76: Manual Pera Williams

76 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Adultos: Los adultos son típicas polillas de colorgris, de 1,5 a 2 cm largo. La hembra es de mayor ta-maño que el macho. Las alas anteriores en reposocaen en forma de techo a dos aguas y tienen unamancha bronceada (ocellus) en cada extremo.

El principal carácter utilizado para la diferenciaciónde sexos es la morfología del extremo del abdomende machos y hembras. La hembra muestra la papilaanal que es circular, de color marrón. El macho pre-senta un extremo abdominal cerrado, con un par devalvas que utiliza para sujetar a la hembra durante

la fecundación (Foto 8.1). Estas diferencias son di-fíciles de ver en los adultos capturados en trampasde feromona. Por tanto actualmente, en virtud dela introducción de cebos que capturan machos yhembras (cairomonas) se ha propuesto utilizarademás una mancha rectangular en el centro de lacara posterior del primer par de alas de los machos(Foto 8.2). Esta mancha sirve para una rápida dife-renciación de sexos, especialmente en situación decampo, para mariposas capturadas en trampas deferomona y cairomona.

Foto 8.1. Extremo del abdomen de hembras (izquierda) y machos (derecha) (Foto: D.Fernández)

Foto 8.2. Cara posterior del primer par de alas de hembras (izquierda) y machos (derecha) (Fotos D. Fernández)

Page 77: Manual Pera Williams

77Capítulo 8Plagas y su manejo en el cultivo

Hospederos

Además de cumplir su ciclo biológico en manzanos,especie a la que se encuentra totalmente adaptada,puede desarrollarse en otras pomáceas como pe-rales y membrilleros y también en nogales. En pe-rales existe un período de baja susceptibilidadrelacionado con la diferente composición de las cé-lulas de la epidermis de los frutos. En ensayos delaboratorio se ha demostrado que, en la cv. Wi-lliams este período ocurre durante las primerasfases de crecimiento de los frutos, es decir, duranteel mes de noviembre. Esto lleva a que en situaciónde campo y sin la aplicación de medidas de control,los daños en perales alcancen valores entre 40 y60%. Sin embargo, en algunos casos extremos sehan observado ataques superiores al 80%.

Ciclo de vida y desarrollo estacional

Los insectos son organismos con escasas posibili-dades de regular su temperatura corporal, y su de-sarrollo estará mayormente influenciado por latemperatura ambiente. Es por esto que su evolu-ción se mide en función de la temperatura acumu-lada (días-grado). El método utilizado en el AltoValle para el cálculo de los días-grado de carpo-capsa o carpogrados es el promedio de tres tempe-raturas diarias (9, 15 y 21 hs), al que se le resta elumbral de desarrollo, que es de 10ºC.

La carpocapsa, como todos los lepidópteros, tieneuna metamorfosis completa. Transcurre por cuatroestados de desarrollo: huevo, larva, pupa y adulto.En la región del Alto Valle de Río Negro y Neuquéncumple con tres generaciones completas por año,aunque se debe mencionar que la tercera genera-ción se ve interrumpida al final de una temporaday se completa en la siguiente, luego de pasar porun período de diapausa o hibernación.

La carpocapsa inverna como larva completamentedesarrollada en la corteza de los árboles frutales,resquebrajaduras de los troncos y ramas, en punta-les, bins, e incluso, aunque en mucha menor pro-porción, en el suelo, entre la hojarasca. A fines deagosto y principios de septiembre, con los primeroscalores, las larvas reanudan su desarrollo para con-vertirse en pupas y posteriormente en adultos. Lareactivación de las larvas invernantes debe ocurriren el momento justo para sincronizar con el cuaje y

desarrollo de los frutos en el hospedero, esto es, alos 70-90°D, coincidiendo con la floración y caídade pétalos de los frutales de pepita.

Su actividad diaria se limita a unas pocas horas de latarde e inicio de la noche y, en menor medida, si lastemperaturas son adecuadas, durante la madru-gada. En estos períodos exclusivamente es cuandose produce la liberación de la feromona por parte dela hembra, la fecundación y la postura de huevos.

Las hembras pueden oviponer una media de 132 a162 huevos. Sin embargo, al comienzo y al final de latemporada esta cifra es algo menor (40-50), incre-mentándose en la primera generación de adultos(diciembre-enero). La eclosión de los huevos se pro-ducirá en 7 a 12 días (88-90°D) dependiendo de latemperatura. Las primeras larvas comienzan a emer-ger entre los 247ºD y los 270°D. A partir de este mo-mento las posturas y nacimientos se incrementanhasta hacerse máximos entre mediados y fines denoviembre (400ºD a 550°D) para luego declinar.

En los casos en que la densidad de la plaga es ele-vada, el período de riesgo de daño de la primerageneración de carpocapsa se prolonga desde me-diados de octubre a fines de diciembre (70 a 80días) cubriendo un lapso total de casi tres meses.

Las larvas eclosionadas durante este período bus-can los frutos y, en cuestión de minutos o unaspocas horas, penetran en ellos. Luego de atravesarla epidermis, la larva construye una galería en lapulpa, que en general se dirige en forma recta hacialas semillas. La entrada en el fruto se puede pro-ducir por los laterales, por la zona peduncular o ca-licinal. Esta última vía es especialmente elegida enperales debido a la dureza de algunos de los com-ponentes de las células de la epidermis de estosfrutos.

Luego de 20 a 30 días (356°D) de desarrollo en el in-terior del fruto y de pasar por cinco estadíos, la larvamadura abandona el fruto por el mismo orificio deentrada o por otro construido en ese momento. Unavez fuera del fruto, teje un capullo de seda en unlugar protegido del tronco del árbol, se transformaen pupa (116°D) y finalmente emergen los adultos.Este ciclo se repite en tres oportunidades. El totaldel ciclo de una generación (huevo a adulto) re-quiere de la acumulación de 562°D (45 a 55 días) y

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78 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

el total de las tres generaciones, que considerandolos períodos de pre-oviposición será de alrededorde 1.750°D.

Durante la primera generación, más del 95% de laslarvas se transformarán en pupas y emergerán comoadultos. Un pequeño porcentaje (<5%) no conti-nuará su desarrollo y entrará en diapausa pasandoa integrar un lote de reserva para el próximo año.

Por otra parte, los adultos emergidos durante di-ciembre y enero (primera generación del año) en-contrarán condiciones sumamente favorables paracumplir con la etapa de fecundación y oviposición,acortándose significativamente los tiempos paracompletar la segunda generación del año. Un por-centaje menor al 20% de las larvas de esta se-gunda generación pasarán a integrar el lote delarvas diapausantes de reserva, de la misma ma-nera que ocurrió en la generación anterior. El restode las larvas (más del 80%) se transformará enpupa y luego dará origen a la segunda generaciónde adultos.

Los adultos de la segunda generación que vuelandesde fines de enero hasta mediados de marzo seaparearán y darán lugar a la tercera generación dehuevos. Esta tercera generación sólo provocarádaños en los frutos (cucharita, bajos calibres, etc.)de la cv Williams desde inicios de febrero (1.350°D)hasta mediados de marzo (1.970°D), si éstos estánpresentes. Si todos los frutos son removidos de losárboles luego de la cosecha, continuarán su cicloen cultivares mas tardíos en el mismo lote o migra-rán a cuadros vecinos. El 100% de las larvas de latercera generación entrará en diapausa, quedandocomo larvas invernantes que completarán su cicloen la primavera siguiente.

El mecanismo de diapausa es muy relevante para lasupervivencia de la carpocapsa, ya que le permitesobrevivir a las condiciones limitantes del invierno,soportar adversidades climáticas durante la tem-porada e incluso sobreponerse a la ausencia totalde frutos durante un año completo.

8.5. Plagas secundarias u

ocasionales

8.5.1. Pulgones o áfidos

Estos insectos (1–5 mm) son muy comunes en todoslos cultivos. En peral se ubican sobre los brotes tier-nos produciendo una gran extracción de savia quetermina secándolos por completo; de allí que susataques sean más importantes en plantas jóvenes,donde pueden ocasionar la muerte de ramitas en-teras y, en casos extremos, de toda la planta.

Un daño indirecto es el causado por las sustanciasmelosas que eliminan, que al manchar los frutos yhojas generan inconvenientes en las labores cultu-rales y, además, dan origen a la aparición de unhongo de color negro (fumagina) que desmerece lacalidad de los frutos y disminuye la capacidad foto-sintética de los árboles. Para su aparición y desa-rrollo se requieren temperaturas menores o igualesa 25ºC y humedades relativas medias, por lo quees posible encontrarlos durante la primavera y afines del verano.

Reconocimiento general de los pulgones

Los pulgones forman colonias en las que se puedenencontrar individuos con alas y sin ellas (formasápteras). Tienen antenas largas en forma de hilo.El extremo posterior es aguzado, llamado cauda, ygeneralmente a ambos lados del cuerpo poseendos estructuras cilíndricas denominadas sifones,por donde segregan sustancias melosas (Fig. 8.7).Su presencia se reconoce por el “chorreado” en laspartes bajas de las plantas.

Fig. 8.7. Pulgones ápteros y alados (Barbagallo et al., 1998)

Page 79: Manual Pera Williams

79Capítulo 8Plagas y su manejo en el cultivo

8.5.1.1. Pulgón del algodonero o pulgón negrodel peral (Aphis gossypii)

Las formas ápteras son de 1-1,8 mm de largo, decolor variable desde el pardo ocre al verde oscuro yhasta el amarillo, con sifones negros aguzados leve-mente en los extremos y cauda negra, mientras quelas aladas tienen cuerpo negro o de igual color quelas ápteras, con cabeza y tórax negros, así como lasantenas, sifones y cauda. Ataca brotes, pudiendollegar a desecarlos completamente (Foto 8.3).

Importancia económica: secundaria.

8.5.1.2. Pulgón lanígero(Eriosoma lanigerum)

De menor importancia que el anterior, sus coloniasse ubican sobre las raicilas menores a 5 mm de diá-metro sin formar agallas, produciendo decaimientoen la parte aérea. Parte de su ciclo lo cumple sobrelas hojas del olmo, las que adquieren forma verru-gosa, semicircular y se vuelven negras, momentoen el que pasan al peral.

Importancia económica: Si bien está presente enel Alto Valle, su incidencia no reviste cuidado.

Foto 8.3. Colonias de pulgón negrosobre brotes de peral. (G. Dapoto)

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80 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

8.5.2. Psílido del peral (Cacopsylla bidens)

Identificación y biología

Pasa el invierno refugiado como adulto (Foto 8.4)en la hojarasca, puntales o la corteza del peral. Amediados de agosto, con temperaturas mayoresa 10ºC comienza a colocar huevos alargados, ais-lados o, más comúnmente, unidos en forma de ro-sario de color blanco, que pasan al amarillo previoa la eclosión. Por lo general los colocan en las es-camas de las yemas en la primera generación(Foto 8.5) y, en las siguientes, a lo largo de la ner-vadura central de las hojas. A principios de sep-tiembre aparecen las ninfas (Foto 8.6), que seubican en la base de los pecíolos o de los pedún-culos florales, cubiertos por una gota de melaza.Su presencia se detecta por el chorreado de sus-tancias azucaradas que se deposita en flores,hojas y frutos.

Las siguientes generaciones colocan los huevos enlas hojas, a lo largo de la nervadura central, prefe-rentemente en la cara inferior. La última generaciónse cumple desde mediados de marzo hasta media-dos de abril. El ciclo completo dura aproximada-mente 30 días, presentando 4 a 5 generacionesanuales hasta principios de abril.

Hospedante y daños: específico del peral. Lashojas se enrulan, presentan manchas decoloradasque cuando aumentan de tamaño pueden secarsey caer. Los frutos quedan marcados por la presen-cia de los líquidos azucarados y ennegrecidos porla “fumagina”, lo que desmerece la calidad comer-cial. En ataques muy intensos se ha detectado pér-dida de follaje, escasa floración y daño en latotalidad de las yemas.

Importancia económica: secundaria. En conduccio-nes sanitarias con menor presión de insecticidasque la convencional, muestra tendencia a incre-mentar sus poblaciones.

Foto 8.4. Adulto de psílido del peral(Foto H. Giganti)

Foto 8.5. Huevos de psílido del peral(Foto A. Olave)

Foto 8.6. Ninfa de psílido del peral(Foto H. Giganti)

Page 81: Manual Pera Williams

81Capítulo 8Plagas y su manejo en el cultivo

8.5.3. Cochinillas

Estos insectos son de suma importancia en elmonte frutal ya que ocasionan daños similares alos descriptos para los pulgones.

En la mayor parte de su ciclo biológico se encuen-tran recubiertas de escudos, caparazones, sustan-cias cerosas, algodonosas o harinosas. De acuerdocon estas sustancias se mencionan vulgarmentecomo “muy protegidas”, “medianamente protegi-das” y “algodonosas”.

Las “muy protegidas” (con dos escudos) están cu-biertas por un escudo ceroso dorsal y un velo másfino ventral. Entre estas dos estructuras se encuen-tra el insecto.

8.5.3.1. Cochinilla del manzano (Lepidosaphes ulmi)

Identificación y biología

Inverna como huevo (50–150) debajo del escudo(2,5-3,5 mm). Éste es alargado, en forma de curvao “coma” o recto, de color pardo violáceo brillantey abultado (Foto 8.7). Tiene dos generacionesanuales. La primera comienza con la aparición delas ninfas, móviles y blanquecinas, durante la pri-mera quincena de octubre, y la segunda ocurreentre fines de enero y principios de febrero.

Hospedantes y daños: es una especie cosmopolitaque ataca a perales, manzanos, membrilleros, fru-tales de carozo, olmos y ornamentales. Se ubicasobre troncos, ramas y, en ataques intensos, enfrutos.

Importancia económica: secundaria.

Foto 8.7. Escudos de cochinilla coma (Foto H. Giganti)

8.5.3.2. Piojo de San José (Quadraspidiotus perniciosus)

Identificación y biología

Pasa el invierno como ninfa debajo del escudo detamaño pequeño (1,3 -1,6 mm) circular, de color grisceniciento, con una saliencia apezonada en el cen-tro. Los machos adultos son muy pequeños, poseenun solo par de alas, antenas largas y una banda rojaen el dorso. Comienzan los vuelos a principios deoctubre, apareciendo las primeras ninfas móvilesdesde fines de octubre hasta mediados de noviem-bre. La segunda generación se inicia a fines deenero, período en que daña los frutos, y la últimaentre fines de marzo y principios de abril.

Hospedantes y daños: atacan al peral, manzano,membrillero, frutales de carozo, almendro, nogal,forestales y ornamentales. Se presentan sobre tron-cos, ramas y brotes formando densas colonias enlas partes leñosas y también dañan hojas y frutos.En estos últimos se ubican preferentemente en lazona calicinal o peduncular, dejando una marca ca-racterística de color rojizo, que perdura como unhalo al desprenderse el escudo. Esta marca en suinterior es de color claro, pudiendo presentarse unpunto oscuro central que es la herida que deja conel aparato bucal. Esta sintomatología se puede ob-servar también en ramas jóvenes (Fotos 8.8 y 8.9).

Importancia económica: secundaria y cuarentena-ria, con nivel de tolerancia cero exigido por algunospaíses importadores como Estados Unidos y la Co-munidad Europea.

Foto 8.8. Piojo de San José: sintomatología típica (Foto G. Dapoto)

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82 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Para el monitoreo de ambas especies se puedenutilizar bandas engomadas colocadas en las ramas,con el fin de determinar el momento en que las nin-fas móviles comienzan a salir de abajo de los escu-dos; en el caso del piojo de San José, existen en elmercado trampas cebadas con feromonas femeni-nas que permiten atrapar a los machos alados.

8.5.3.3. Cochinilla harinosa (Pseudococcus viburni -ex. P. affinis-)

Identificación y biología

Estas “cochinillas” no tienen escudos protectores.El cuerpo está recubierto por una pulverulencia decolor blanco y aspecto harinoso y presentan lostres pares de patas en todos sus estadíos.

El adulto tiene forma ovalada (3-4 mm), es de colorgrisáceo, cubierto por un polvo blanquecino que asimple vista se ve blanco. Presenta 17 pares depelos y filamentos sedosos cubiertos por el polvi-llo, de los que se destaca el último par (anal) conun largo aproximado de 2 mm (Fotos 8.10 y 8.11).Los huevos son ovalados, de color amarillo, y lasninfas son de color amarillo anaranjado. Formancolonias de hembras adultas, distintos estados nin-fales y masas de huevos, todos cubiertos por lapulverulencia mencionada.

Inverna como huevo en grietas bajo la corteza.

Cumple tres generaciones anuales. La primeradesde principios de octubre sobre ramas y brotes,la segunda en diciembre y la última a fines de enerosobre los frutos.

Foto 8.9. Piojo de San José: escudos (Foto G. Dapoto)

Foto 8.10. Cochinilla harinosa (Foto G. Dapoto)

Foto 8.11. Cochinilla harinosa: frutos en contacto (Foto M. Bondoni)

Page 83: Manual Pera Williams

83Capítulo 8Plagas y su manejo en el cultivo

Huéspedes y daños: en la región es particular-mente problemática en peral. Ataca a otros fruta-les de pepita, carozo, forestales y ornamentales.Los daños por alimentación no tienen importanciaeconómica.

Importancia económica: ocasional y cuarentenaria.La presencia de individuos vivos y las secrecionesalgodonosas con los huevos en los frutos impidensu comercialización a ciertos mercados (EstadosUnidos y Méjico). La sola detección del género enembarques de frutas hacia otros países ha causadorechazos (Estados Unidos).

8.5.4. Trips

Son insectos ágiles de 1-2 mm de longitud. Tienenun par de antenas con forma de cuenta de rosarioy un aparato bucal raspador-suctor. Las alas pre-sentan cerdas ("flecos") en sus bordes. Presentandos estados juveniles (ninfas) libres y otros dos en-terrados en el suelo.

Las hembras colocan los huevos en el interior detejidos tiernos o jóvenes, particularmente hojas,flores y frutos. Pueden ser transmisores de virus.

8.5.4.1. Trips de las flores (Frankliniella occidentalis)

Identificación y biología

Insectos de 0,8 a 1,5 mm. La hembra, durante latemporada estival, tiene la cabeza y el tórax decolor pardo anaranjado, ojos rojos y el abdomencastaño con bandas oscuras. El macho es comple-tamente amarillo. La forma invernal es totalmenteparda. Los estados juveniles son semejantes aladulto (Fig. 8.5).

Inverna en la hojarasca, enterrada a escasos centí-metros de la superficie. Los inviernos benignos lostranscurre como adulto en las malezas y cultivos.Aparece en los perales a partir del estado de mu-ñecas separadas. Desarrolla varias generaciones.

Hospedantes y daños: ataca al peral, manzano, duraz-nero, ciruelo, especies hortícolas, ornamentales y ma-lezas. Los daños son provocados por ninfas y adultos.

Causa una decoloración en las hojas conocidacomo "plateado" por su aspecto típico, que luegose torna oscura y finalmente se necrosa. Ocasionadestrucción de los órganos florales y problemas enel cuaje. Cuando encastra los huevos en las prime-ras etapas de desarrollo de los frutos, estos poste-riormente se deforman.

En peras, el daño no es tan evidente como en man-zanos. Las lesiones en los frutos se cicatrizan yqueda como un “russet” o roña.

Importancia económica: secundaria.

8.5.4.2. Trips del peral (Thaenothrips incosequens)

Identificación y biología

Son similares al anterior pero más pequeños (1 mm),de color oscuro. Las ninfas son de color amarillo conojos rojos. Los adultos emergen del suelo a principiosde la primavera y se dirigen a los frutales en floración.

La hembra inserta los huevos en tejidos tiernoscomo pétalos y pedúnculos. Presenta una sola ge-neración anual. Después de permanecer unos 20días sobre los frutales, desciende al suelo, dondecompleta su ciclo para reaparecer en la primaverasiguiente.

Hospedantes y daños: atacan al peral, manzano,duraznero y cerezo. Son muy similares al trips delas flores y es difícil diferenciarlos entre sí.

Importancia económica: ocasional.

Page 84: Manual Pera Williams

84 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

8.5.5. Ácaros

Si bien son plagas consideradas secundarias, losperales en general son mucho más sensibles a susataques que los manzanos, por lo que es funda-mental su detección temprana para su correcto ma-nejo (Tabla 8.1).

8.5.5.1. Arañuela roja europea (Panonychus ulmi)

Identificación y biología

Los adultos de la arañuela roja europea (ARE) sonde color rojo (0,4–0,45 mm), con pelos característi-cos en el dorso, blancos con la base engrosada. Loshuevos son esférico-achatados, estriados y con unacerda en el extremo, semejantes a una cebollita;rojos en invierno y ambarinos en primavera-verano.

Pasa el invierno como huevo en ramitas terminalesen la base de los dardos, cerca de las yemas. Apa-rece desde mediados de octubre hasta principiosde noviembre. Se ubica generalmente en la cara su-perior de las hojas.

Las altas temperaturas y la baja humedad relativafavorecen su incremento. Puede desarrollar decinco a ocho generaciones anuales.

Hospedantes: frutales de pepita y de carozo.

Importancia económica: secundaria.

8.5.5.2. Arañuela roja común (Tetranychus urticae)

Identificación y biología

La hembra activa de verano (0,45-0,50 mm) es ova-lada, roja, aunque puede ser amarillenta, con dosmanchas oscuras e irregulares en el dorso. Es muymóvil y con frecuencia forma colonias en el envésde las hojas. La forma invernante es roja, sin lasmanchas. Al nacer es incolora y posteriormente vatomando coloración verdosa. Los huevos son decolor blanco, esféricos y brillantes. Son colocadosgeneralmente en el envés de las hojas y están cu-biertos por abundante tela que teje el adulto.

Pasa el invierno como hembra en la hojarasca e in-clusive enterrada. Aparece en los frutales a iniciosdel verano. Su población se incrementa cuando dis-minuye la de ARE y la favorecen las mismas condi-ciones climáticas que a esta última. Se estima quepuede desarrollar siete a ocho generaciones portemporada.

Hospedantes: tiene más de 150 hospedantes, entreellos frutales de pepita y carozo, nogales, plantashortícolas y malezas.

Importancia económica: secundaria.

Especies A.R.C. A.R.E. A.P.

Forma de resistencia invernal Hembra adulta Huevo Huevo

Fecha de aparición(en frutales) Diciembre - Enero Octubre - Noviembre Septiembre - Octubre

Aspecto del huevo Blanco esférico Rojo (invierno), Ambarino (ve-rano) achatado con pedicelo Rojo esférico

Aspecto de la forma juvenil Incolora a verdosa Rojo con cerdas típicas Roja, 1º par de patas muy lar-gas. Cerdas espatuladas

Aspecto del adulto Rojo con dos manchas latera-les oscuras Rojo con cerdas típicas Pardo verdoso. Patas delante-

ras y cerdas idem. Larva

Teje tela Si No No

Tamaño aproximado 0,5 mm Un poco más pequeña Un poco más grande

Tabla 8.1. Comparación entre Arañuela Roja Común (ARC), Arañuela Roja Europea (ARE) y Arañuela Parda (AP).

Page 85: Manual Pera Williams

85Capítulo 8Plagas y su manejo en el cultivo

8.5.5.3. Arañuela parda(Bryobia rubrioculus)

Identificación y biología

Las hembras (0,5-0,6 mm) son achatadas, de colorpardo-verdoso, con pelos foliáceos o espatuladoscaracterísticos. El primer par de patas es tan largocomo el cuerpo y está dirigido hacia adelante, conconstantes movimientos como si fueran de explora-ción o “palpación”. Ojos rojos bien visibles (Foto8.12). Los huevos son esféricos, rojos, ubicados engrupos, cubiertos por un polvillo blanquecino.

Foto 8.12. Adulto de arañuela parda (Foto H. Giganti)

Inverna como huevo en grietas del tronco, en ramasy en ramitas. La eclosión puede producirse desdefines de agosto hasta mediados de octubre y en flo-ración es posible hallarlas en los pimpollos flora-les; en este caso pueden causar problemas en lafructificación. Las siguientes generaciones colocanlos huevos en dardos y hojas. Tienen cinco a seisgeneraciones anuales, hasta principios del otoño.

Su desarrollo se ve favorecido por las bajas tempe-raturas y la alta humedad relativa.

Hospedantes: manzano, peral, frutales de carozo.

Importancia económica: secundaria.

8.5.5.4. Ácaro de la erinosis del peral (Phytoptus pyri)

Identificación y biología

Invernan en el interior de las yemas; se alimentande las hojas provocando agallas típicas que se pre-sentan como erupciones en la cara superior y comoampollas en el envés (Fotos 8.13 a y b), inicial-mente de color claro, para terminar de una tonali-dad oscura. Estas afecciones pueden aparecertambién en los frutos jóvenes. A fines del veranovuelven a las yemas, donde resistirán el invierno.

Hospedante e importancia económica: peral. Oca-sional, con mayor importancia en la variedad Pac-kham’s Triumph.

8.5.5.5. Ácaro del agamuzado del peral (Epytrimerus pyri)

Identificación y biología

De aspecto más robusto que el anterior. Tamaño ycoloraciones similares. Pasa el invierno protegidoen la corteza de las ramas y en las escamas de lasyemas. En estado fenológico de yema hinchada apuntas verdes, comienza a alimentarse y oviponer.Gradualmente invade las hojitas y pedúnculos, lle-gando a completar su ciclo en 30-35 días, superpo-niéndose las generaciones. A mediados y fines deoctubre pasa a los frutos instalándose en la zonacalicinal y determinando alrededor de ella y en unárea concéntrica, un característico "russeting" oherrumbre (Foto 8.14). En diciembre busca sitiosprotegidos para invernar. Si encuentra brotes tier-nos, parte de la población puede continuar activahasta comienzos del otoño.

Hospedante e importancia económica: peral.Secundaria, con temporadas de daños de consi-deración.

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86 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Foto 8.13a. Erinosis del peral: daño en hojas (Foto A. Olave) Foto 8.13b. Erinosis del peral: daño en pedúnculo y fruto(Foto H. Giganti)

Foto 8.14. Ácaro del agamuzado del peral y daños producidospor esta plaga (Foto D. Fernández)

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87Capítulo 8Plagas y su manejo en el cultivo

8.5.6. Grafolita (Cydia molesta)

Es la plaga clave de los frutales de carozo, pero tam-bién se encuentra presente en otras especies fruta-les relacionadas, como las pomáceas. Debido a laadaptación a una gama amplia de hospederos, en laregión del Alto Valle de Río Negro y Neuquénpuedecompletar cinco generaciones en una temporada.

Descripción

Huevos: son puestos en forma aislada, muy similaresa los de carpocapsa pero de menor tamaño (0,8 mm).En general, las oviposturas se realizan en el envés delas hojas del brote, cerca del ápice, aunque tambiénpueden ocurrir en los brotes y frutos. En promedio,una hembra puede depositar de 120 a 150 huevos.

Larvas: recién nacidas miden de 1 a 1,5 mm. El colores blanco cremoso con la cabeza de color castaño,virando a un rosado intenso con la cápsula cefálicade color pardo-amarillenta en el quinto estadío. Al-canzan unos 10-14 mm y en el último segmento ab-dominal presentan un “peine anal”, que lasdiferencia de carpocapsa. Cumplen cinco estadíos.

Pupas: son pequeñas, de 6 a 8 mm de largo y decolor castaño. Se pueden encontrar en la cortezade los árboles, en la hojarasca en el piso del montefrutal o en frutos momificados. Su recolección enfajas de cartón corrugado es poco frecuente.

Adultos: Los adultos son mariposas de hábitos cre-pusculares de 5 a 7 mm de largo, de color gris os-curo, con finas líneas grisáceas que recorren las alasanteriores. La envergadura alar es de 12 a 15 mm.

Hospederos

El duraznero es su hospedero principal, pero enmenor medida ataca también al ciruelo, damasco, ce-rezo, almendro y guindo. Otros frutales afectados sonlos de pepita, como membrillero, manzano y peral.

Ciclo de vida y desarrollo estacional

Al igual que para carpocapsa, el desarrollo de esteinsecto se mide en unidades fisiológicas o días-grado. El sistema de acumulación de temperaturasutilizado en la actualidad en la zona del Alto Valle deRío Negro y Neuquén considera un umbral mínimo

de desarrollo de 7,2°C y un máximo de 32,2°C. Lagrafolita pasa el invierno en diapausa como larvade último estadio. Se refugia en las grietas de lacorteza o en el suelo. Durante el mes de agosto co-mienza la pupación y hacia fines de este mes apa-recen los primeros adultos (220-230ºD). Tiene unperíodo de preoviposición de 28ºD y los huevosuna vez depositados necesitan acumular 80ºD paracompletar su desarrollo. Las larvas penetran en losbrotes o en los frutos y cumplen con cinco estadíoslarvales, para los cuales es necesario que se acu-mulen 215ºD. Luego se transforman en pupa en elmismo brote (ápice) o en un sitio protegido. Esteestado de desarrollo requiere 213ºD.

Para determinar el inicio del daño en brotes du-rante la primera generación de larvas, además dealcanzar la acumulación de 320°D debe regis-trarse la presencia de brotes de al menos 10 cmde longitud. Por este motivo, cuando se utilizanestrategias de control convencional con insectici-das es muy poco probable que se produzcandaños en frutales de pepita, previos al inicio delos controles para carpocapsa, limitando estehecho su desarrollo.

La acumulación de unidades fisiológicas (días-grado o grafogrados) necesarias para pasar dehuevo a adulto será de 533ºD y de adulto a adulto560ºD. El inicio del daño de las cinco generacionesde esta plaga ocurre según el siguiente esquema:primera generación, 320°D; segunda generación,855°D; tercera generación, 1.390°D; cuarta gene-ración, 1.925°D; quinta generación, 2.460°D. Alfinal de la temporada las larvas entran en dia-pausa y se ubican en lugares protegidos para so-breponerse a las condiciones desfavorables delinvierno.

Daños

Los daños en brotes ocurren sobre todo en las dosprimeras generaciones (meses de septiembre, octu-bre y noviembre). Los frutos, por su parte, normal-mente son atacados cuando los brotes detienen sucrecimiento y se encuentran más lignificados. Estoocurre a partir de noviembre. Hacia fines del verano,cuando los brotes reanudan su crecimiento, se ob-servan de nuevo daños en estas estructuras. De-bido a que la grafolita no se alimenta de la semillade los frutos de pepita, la galería de ingreso es si-nuosa y con formación de cámaras.

Page 88: Manual Pera Williams

88 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

8.5.7. Bicho de cesto o bicho canasto (Oiketicus platenses)

Plaga muy importante de las alamedas, desde dondese desprenden las larvas y atacan a los frutales.

Identificación y biología

Se reconoce por el cesto que protege a la larva.Transcurre el invierno al estado de huevo dentrodel cesto, donde se pueden encontrar hasta 1.000de ellos. Su única generación anual comienza entrefines de octubre y primera quincena de noviembre,atacando hojas y frutos. Hacia fines del verano, lalarva fija el cesto y se cuelga a una rama o alambre.Los machos alados vuelan en marzo.

Hospedantes y daños: es muy polífago. Frutales depepita y carozo, forestales y ornamentales entreotros. Provoca fuertes defoliaciones en peral. Alprincipio, como larva de primer estadio respeta lasnervaduras. Cuando es de mayor tamaño dañacualquier parte de las hojas. En los frutos provocamordeduras circulares no profundas que cicatrizanposteriormente. Las filas de frutales cercanas a lasalamedas son las más perjudicadas (Foto 8.15).

Importancia económica: secundaria.

Foto 8.15. Daño por bicho de cesto (Foto G. Dapoto)

8.5.8. Enruladores

Son pequeñas mariposas con forma de campana.Colocan los huevos en masa, semejante en suforma a un racimo de uvas. Las larvas son más finasy alargadas que las de carpocapsa y grafolita y pre-sentan una coloración verde o amarillenta. Sonmuy activas e irritables.

Se destaca el género Argyrotaenia, del que hay almenos tres especies en la región con característi-cas morfológicas y tipos de daño similares y entrelas que no es fácil realizar la diferenciación. Estasson: A. loxonephes, A. sphaleropa y A. pomililiana.

Argyrotaenia loxonephes es la especie conocida yestudiada desde la década del ´50 en la región, porlo que se resumen sus características como típicasde estos insectos.

Identificación y biología: mariposa de unos 14 mmde envergadura alar. Alas de pigmentación varia-ble, de color castaño claro a pardo oscuro, o cas-taño parduzco a anaranjado. Segundo par de colorgris claro, transparente. Los huevos son de coloramarillo o pardo verdoso, ovales y planos. Las lar-vas del primer estadío (1,4 mm) son amarillo naca-radas, con la cabeza castaño oscura, mientras quelas del último estadio (11 mm) son amarillas y pue-den virar al verde o pardo verdoso. La pupa (7 mm)es de color castaño oscuro.

Inverna como larva de último estadio encapulladao pupa, en hojas que utilizó de refugio y que caenal suelo. El adulto aparece a fines de agosto. Lahembra deposita entre 150 y 250 huevos. Cuandolos frutales no poseen hojas, coloca los huevos entroncos, ramas principales o en las malezas. Pre-senta tres generaciones anuales y probablementeuna cuarta incompleta: la primera desde fines deseptiembre hasta fines de diciembre, la segundadesde fines de noviembre a febrero y la terceradesde febrero-marzo a mayo.

Hospedantes y daños: polífago. Peral, manzano,vid, ciruelo, lúpulo, alfalfa, álamos, plantas de jar-dín y malezas. En la actualidad, es más importantesu presencia en manzanos que en perales. Se ali-menta del follaje, flores y frutos. Las larvas de pri-mera generación pueden atacar flores y los frutosrecién formados.

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89Capítulo 8Plagas y su manejo en el cultivo

Cuando se encuentran en las hojas construyen uncartucho y se alimentan del parénquima, quedandoéstas esqueletizadas. Pueden unir dos hojas, ali-mentarse entre ellas y también adherirlas a los bro-tes terminales o a los frutos. Si las larvitas sonpequeñas, necesitan a las hojas como protección,pero cuando tienen mayor desarrollo se alimentandirectamente del fruto y dejan una cicatriz de formaalargada. En peral, previo a la cosecha, los dañosse observan con mayor frecuencia en frutos.

Importancia económica: secundaria u ocasional.

8.5.9. Mulita o gorgojo de la vid (Naupactus xanthographus)

Identificación y biología

Insectos de aspecto duro, rígido (“cascarudos”). De9 a 18 mm. De cuerpo oval, grueso, castaño oscuroa gris con visos alargados amarillo-verdosos. Pre-sentan dos protuberancias en el extremo posterior yforma troncocónica característica (Foto 8.16). Las lar-vas (1,5-18 mm) viven en la tierra y se alimentan deraíces. Son blancas, encorvadas y no tienen patas.

Foto 8.16. Adulto de mulita de la vid.

Los adultos emergen del suelo a principios de la pri-mavera, se dirigen hacia la parte aérea para alimen-tarse, se acoplan hasta inicios del verano y colocanlos huevos en placas gelatinosas, en grietas de lacorteza, ramas o en terrones del suelo. Estos eclo-sionan desde febrero hasta mayo y las larvas de pri-mer estadio saltan al suelo para alcanzar las raíces.Hibernan como adultos.

Hospedantes y daños: peral, manzano, vid, frutalesde carozo, hortícolas, malezas, entre otras. Losadultos son grandes defoliadores y se alimentande brotes y ramas. Las larvas consumen las raicillasy pueden ocasionar pérdida de vigor, menor rendi-miento y envejecimiento prematuro de las plantas.Pueden llegar a comprometer el normal desarrollode plantaciones jóvenes.

Importancia económica: ocasional. Es de importan-cia cuarentenaria para las exportaciones a EstadosUnidos.

8.5.10. Taladrillo de los forestales (Megaplatypus mutatus)

Plaga de los forestales que ha adquirido, en las úl-timas temporadas, importancia en la fruticultura,principalmente en perales.

Identificación y biología

Cascarudos pequeños (8 mm) de color pardo os-curo con cuerpo alargado. Patas cortas y con el ter-cer par muy separado del anterior. La superficiedel cuerpo es estriada con cuatro carenas y las la-terales más largas. Las larvas son blancas y sinpatas.

Hospedantes y daños: polifitófago sobre especiesarbóreas, entre ellos, álamos y frutales de pepita.Los adultos y larvas construyen galerías transver-sales al eje del fuste y ramas principales. Se reco-noce su presencia por el chorreado externo,aserrín en la entrada de las galerías y el “pirogra-bado” que presentan cuando se corta la planta a laaltura de la galería (Fotos 8.17 y 8.18).

Importancia económica: en álamos, secundaria; enfrutales, ocasional.

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90 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

8.5.11. Babosita del peral (Caliroa cerasi)

En las últimas temporadas se han detectado daños enperales, probablemente debido a la disminución enlas aplicaciones de agroquímicos en montes bajo con-trol de carpocapsa con la técnica de confusión sexual.

Identificación y biología

Pequeñas avispas de 5 mm de largo, de color negrobrillante y alas transparentes iridiscentes. Los huevosson circulares, de aspecto aceitoso y brillante. La larvaes pequeña, muy brillante y se asemeja a una “ba-

bosa”. Está cubierta por una sustancia mucilaginosaverde oscura. Tiene tres pares de patas toráxicas ysiete pares de patas falsas en el abdomen (Foto 8.19).Pasa el invierno como pupa enterrada en el suelo.

Hospedantes y daños: peral, cerezo, frutales de ca-rozo en general, pepita, entre otros. Ataca las hojasrespetando las nervaduras, dejando un aspecto de“encaje”. Éstas se secan y quedan adheridas en elárbol con aspecto de quemado. En ataques reitera-dos podría causar envejecimiento prematuro y de-terminar una merma en la producción.

Importancia económica: ocasional.

Foto 8.19. Larva y daño de babositadel peral. (Foto H. Giganti)

Foto 8.17. Chorreado externo y orifi-cio de ingreso de taladrillo de losforestales (Foto H. Giganti)

Fotos 8.18. Daño de taladrillo de losforestales (Foto H. Giganti)

Page 91: Manual Pera Williams

91Capítulo 8Plagas y su manejo en el cultivo

8.6. Manejo de plagas

El manejo de plagas de los frutales de pepita -y deperales en particular- tiene como foco el control dela plaga clave carpocapsa y sobre esa base se di-seña el correspondiente a las plagas secundarias.Las actuales restricciones de plaguicidas de lospaíses compradores de fruta argentina obligan aemplear las herramientas de control disponiblesde una manera eficiente, para arribar a cosechacon una excelente sanidad, residuos cerca del lí-mite o por debajo de las exigencias, sin presenciade plagas cuarentenarias y con un agroecosistemaque tienda, a pesar de su forzosa simplificacióndebido a la gran extensión del monocultivo, almayor equilibrio posible entre las especies. Paraello es fundamental disminuir la densidad pobla-cional de carpocapsa a nivel regional o al menos anivel de grandes áreas.

8.6.1. Carpocapsa

La carpocapsa es una plaga exótica originaria deEurasia. Posee una gran capacidad de colonizarplantaciones vecinas, y su falta de control provocala pérdida de aproximadamente un 80% de los fru-tos. Por esa razón, su control es obligatorio. Actual-mente, la necesidad de adecuarse a mercados queposeen diferentes tipos de exigencias como ausen-cia de plagas cuarentenarias (Brasil, plaga A2) ybajos residuos incentiva la imaginación y a vecesla desesperación de profesionales y productores,ya que estos dos objetivos opuestos necesitan unabordaje sanitario conjunto.

El descubrimiento y desarrollo de los semioquími-cos, en especial las feromonas como herramientasde monitoreo y control, ha sido fundamental parala implementación de programas en diferentes cul-tivos. En frutales de pepita ha permitido, a su vez,una mayor expansión de la producción orgánica enlas diferentes zonas frutícolas del mundo. Por otraparte, el saneamiento de grandes áreas implica queel control debe ser homogéneo en todos los montesfrutales que las conforman. Luego de la etapa delimpieza, en la que se realizan aplicaciones con in-secticidas conjuntamente con la TCS, se debe con-tinuar con un programa sanitario que garantice queel porcentaje de daño a cosecha se mantenga en ni-veles “no detectables” mediante el muestreo pre-establecido de no menos de 1000 frutos/ha.

En el Alto Valle de Río Negro y Neuquén, el primervuelo de la temporada (adultos provenientes de lar-vas invernantes de la tercera generación del año an-terior) se extiende desde poco antes de la floraciónhasta mediados/fines de diciembre. Debido a lagran amplitud de este primer vuelo, el riesgo de ata-que de larvas de la primera generación posee unaduración de dos meses y medio (desde mediadosde octubre a fines de diciembre). Si estas larvas noson controladas con eficiencia, luego se produciráuna superposición de las dos generaciones siguien-tes (segunda y tercera). Por ese motivo, es clave unestricto y “sincronizado” control de la primera gene-ración en grandes superficies, de manera de asegu-rar una baja densidad de población durante lasgeneraciones posteriores.

Otro elemento fundamental a tener en cuenta en eldiseño del manejo sanitario es el control de la inmi-gración de individuos a través del movimiento debins en cosecha desde zonas con altos porcentajesde daño.

Para conocer el riesgo de introducción de bins con lar-vas de quinto estadío encapulladas a un monte frutalen el período de cosecha, es necesario comprender laevolución del proceso de diapausa en la zona de pro-ducción. En el Alto Valle de Río Negro y Neuquén se hadeterminado que entre el 5 y el 9 de febrero, el 50% delarvas de quinto estadío se encuentran en diapausa. Apartir de esa fecha la población de larvas presentes enlos montes frutales reacciona rápida y uniformementea la disminución del fotoperíodo y al 1 de marzo ya seregistra un 100% de larvas diapausantes. Cuando losbines son cargados con frutos dañados que poseen lar-vas de quinto estadío completamente desarrolladas,éstas saldrán de los frutos y buscarán un lugar apro-piado para encapullar. Las larvas de quinto estadío quese encuentran en los frutos ubicados dentro de los binsen el proceso de cosecha abandonarán dichos frutoscon el objeto de ubicar un sitio propicio para encapu-llar. En las intersecciones de las maderas tejerán su ca-pullo y se transformarán en pupas y posteriormente enmariposas.

A medida que avanzan en el tiempo los momentosde cosecha de las diferentes especies y cultivares,un número cada vez más pequeño de adultos emer-gerá ya que se encontrará un número creciente delarvas en diapausa que permanecerán en los bineshasta la primavera siguiente.

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92 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

En el Alto Valle, la cosecha del cultivar Willliams seinicia alrededor del 9 de enero y tiene una duraciónde aproximadamente 20 días. Por lo tanto, si en lamitad de la cosecha de este cultivar se introducena la chacra bins desde un monte frutal con un altoporcentaje de daño, muy probablemente dichosbins posean larvas encapulladas y pupas a puntode emerger, lo que aumentará la densidad de po-blación en dicho monte y generará un riesgo de ata-que de la plaga no considerado previamente.

Las oviposiciones provenientes de dichos adultosprovocarán daños durante la cosecha o lo haránsobre la fruta que permanezca en la planta luegode terminada ésta (fruta chica, cucharita o defor-mada) o sobre alguna polinizadora, si existiera.

8.6.2. Manejo sanitario

En la actualidad, y por todo lo mencionado, la téc-nica de la confusión sexual se ha transformado enla herramienta base de control. Consiste en distri-buir la feromona artificial de una especie (ya sea elcompuesto principal, la mezcla o parte de la mez-cla) y/o anti-feromonas, en dosis altas y en formahomogénea en el cultivo a proteger, de manera demodificar el comportamiento de los adultos y bajarla probabilidad de encuentro entre ambos sexos.

La feromona se distribuye en el monte frutal a tra-vés de diferentes tipos de emisores que son coloca-dos en la parte alta de las plantas. Los emisores odifusores más comúnmente empleados son fabri-cados con distintos materiales tales como fibra,caucho, plástico perforado o membrana. Específi-camente para carpocapsa, estos difusores estánimpregnados con el constituyente principal de laferomona sexual de C. pomonella (codlemone) obien una mezcla de compuestos que además inclu-yen el dodecan-1-ol y el tetradecan-1-ol. En la ac-tualidad existen, además, tres tipos de emisión deferomona basados en conceptos diferentes: pulve-rizables, en aerosol y los denominados microfla-kes. Para cada tipo de emisor existe unarecomendación específica en cuanto a su densidadpor hectárea, la cual también puede variar según ladensidad poblacional de carpocapsa presente enel monte frutal. En el caso específico de la pera Wi-lliams se recomiendan difusores cuya emisióncubra un período entre 120 y 150 días.

El uso de la técnica de confusión sexual requiereun fuerte componente de monitoreo para seguir laevolución de las poblaciones plaga, ya que cuandose produce un aumento de sus niveles se debe re-currir en forma urgente a la aplicación complemen-taria de insecticidas. Es decir que la TCS es unaherramienta de control base, pero no la única. Lostipos de monitoreo que se recomiendan son dos:monitoreo de adultos en base a trampas cebadascon feromonas y cairomonas (volátiles de plantas)y muestreo de frutos dañados.

El mejor funcionamiento de este tipo de tecnologíase obtiene cuando se aplica en grandes extensio-nes, es decir, cuando existe una continuidad deconcentración de feromona en grandes superficies.

El objetivo en el caso específico de carpocapsa esarribar a cosecha con poblaciones por debajo de0,1% de frutos dañados, medidos a través de unmuestreo de 1.000 frutos por ha. Para ello, los dife-rentes tipos de emisores de feromona deben sercolocados en el período de floración hasta cubrirtodo el período de cosecha. Adicionalmente sedeben realizar aplicaciones de insecticidas.

Si aun no se ha logrado obtener a cosecha un por-centaje de daño inferior a 0,1%, se debe iniciar ladenominada “etapa de limpieza”, que consiste enla aplicación de la técnica de confusión sexual y lacobertura con insecticidas durante una temporadacompleta. Si, por el contrario, el porcentaje dedaño de la última cosecha fue inferior al 0,1%, serealizará una cobertura “sincronizada” con insec-ticidas larvicidas u ovicidas durante la primera ge-neración de larvas (de octubre a diciembre) yposteriormente se harán aplicaciones correctivassi se registran daños en el muestreo de la segundaquincena de diciembre (0,2% de daño sobre unmuestreo de 500 frutos seleccionados de la mitadsuperior de los árboles) o cada vez que lo indiquenlas trampas. El umbral de daño considerado paraeste período en trampas cebadas con feromona ycairomona (3 mg de codlemone y 3 mg de éster depera) es de 2 machos/trampa/semana o 1 hembrafecundada/trampa/semana (densidad de trampas:1 trampa combo/ha).

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93Capítulo 8Plagas y su manejo en el cultivo

Se debe tener en cuenta, además, que la sensibili-dad de las peras al ataque de carpocapsa es mayora medida que avanza la madurez; por lo tanto, unaumento de la población de la plaga al final de latemporada tendrá como consecuencia un incre-mento en el porcentaje de daño. Es así que, si seregistra un aumento del número de capturas enmomentos previos o durante la cosecha, se debe-rán efectuar inmediatamente pulverizaciones co-rrectivas.

La elección de los insecticidas deberá contemplarlos siguientes aspectos:

1- Registro y tolerancia en Argentina y en los paísesimportadores de frutas argentinas.

2- Eficacia de control sobre la plaga clave.3- Acción sobre plagas secundarias.4- Manejo de la resistencia.5- Efecto secundario sobre enemigos naturales.6- Tiempo de carencia.

En la actualidad, la dinámica de los registros y to-lerancias de los países importadores determinaque todas las temporadas se realice una nuevarevisión, de manera de ajustar los programas sa-nitarios para cumplimentar todas las reglamenta-ciones vigentes. Si la producción de un montefrutal o de una chacra en particular tiene diferen-tes destinos, se diagramarán las aplicaciones deagroquímicos según las tolerancias del país másrestrictivo. Esta orientación en la elección de losproductos no debe oponerse al objetivo primor-dial de lograr porcentajes de frutos dañados a co-secha por debajo del 0,1%.

Hasta el momento, todas las plagas secundariasque se presentan en el cultivo del peral y en el cvWilliams en particular pueden controlarse durantela primera generación de carpocapsa (ácaro delagamuzado y de la erinosis, ácaros fitófagos engeneral, psílido, enruladores de hoja, grafolita,orugas, bicho de cesto, pulgones, cochinillas, ba-bosita del peral y trips). Este hecho particulardebe ser aprovechado para no llevar a cabo apli-caciones posteriores, cercanas a cosecha, queprovoquen una complicación por los residuos re-manentes en frutos. Además, el conocimiento pre-vio (dado por los monitoreos efectuados en losmomentos oportunos) de la presencia y abundan-cia de ciertas plagas secundarias permitirá, en

muchos casos, realizar una elección de los insec-ticidas que posean una acción de control múltiple(plaga clave y plaga secundaria).

En todos los casos, la elección de los insecticidasdebe estar orientada a aquellos que posean lamayor selectividad en relación a los enemigos na-turales, de manera de provocar el menor desequi-librio poblacional posible.

Se deben respetar los tiempos de carencia (TC) delpaís de origen, en primer lugar. Si la tolerancia delpaís importador es menor que la de Argentina, eltiempo entre la última aplicación y la cosecha (In-tervalo Pre Cosecha –IPC) se ampliará. En el casoinverso se respetará el IPC de Argentina.

Los plaguicidas se emplearán en una forma racio-nal. Esto significa que se aplicarán en tiempo yforma, considerando a su vez un programa sanitariopara evitar la selección de poblaciones resistentes.

Para un adecuado manejo de la resistencia sedeben seguir las siguientes pautas:

1- Emplear insecticidas de diferentes familias omodos de acción (grupos químicos) en genera-ciones sucesivas.

2- Durante la misma generación se pueden utilizarinsecticidas de la misma o de diferentes familias,siempre que no se repitan en la generación si-guiente.

En el caso específico de carpocapsa, la primerageneración es la única que no posee superposi-ción de individuos. A partir de mediados de enerose comienza a observar una superposición entrela segunda y tercera generación. Por lo tanto, losinsecticidas que se emplearán en la primera ge-neración no podrán repetirse en el resto de la tem-porada y los utilizados al final de la temporada nose aplicarán durante la primera generación del si-guiente año. Los diferentes grupos químicos sonidentificados con un número para facilitar su in-terpretación. Existe una numeración internacionaldesignada por el Insecticide Resistance Action Co-mittee (IRAC) y adoptada por los diferentes paísesque lo conforman (Tabla 8.2).

Page 94: Manual Pera Williams

94 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Principios activos Grupo Químico (*)Plaga para la que muestra la

máxima eficacia

metil azinfos

1

carpocapsa-grafolita-bicho de cesto

clorpirifospulgón lanígero-cochinillas-

enruladores-carpocapsa

fosmet carpocapsa-grafolita

metidationcochinillas-pulgón lanígero-

carpocapsa-grafolita-psílido

malatión carpocapsa-grafolita

acetamiprid

4

chicharrita-pulgones-carpocapsa

thiacloprid chicharrita-pulgones-carpocapsa

novaluron 15carpocapsa-grafolita-otros

lepidópteros

metoxyfebnocide 18carpocapsa-grafolita-otros

lepidópteros

spinosad 5babosita del peral-carpocapsa-

grafolita-psílido

lambdacihalotrina

3

psílido-bicho de cesto-carpocapsa-

grafolita (**)

bifentrinpsílido-bicho de cesto-carpocapsa-

grafolita (**)

cloramtraniliprole 28 carpocapsa-grafolita

abamectina 6ácaros fitófagos (tetraníchidos y

eriófidos)

aceite mineral --ácaros fitófagos (tetraníchidos)-

cochinillas

Polisulfuro de Ca --ácaros fitófagos-cochinillas (ninfas mó-

viles)

Virus de la granulosis

de carpocapsa--

carpocapsa (es empleado básicamente en producción

orgánica o de bajo residuo, bajo estricto se-

guimiento técnico)

Jabón potásico --

psílido-ácaros fitófagos (tetraníchidos)(debe ser empleado bajo estricto control téc-

nico para verificar eficacia y evitar proble-

mas de fitotoxicidad)

Tabla 8.2. Principales principios activos utilizados en la región del Alto Valle y Valle Medio y lista de plagas controladas por estos.

(*) 1: organofosforados

4: neonicotinoides

15: benzoylureas

18: diacylhidrazine

5: spinosyns

3: piretroides

28: diamidas

6: avermectinas

(**) Se han registrado po-

blaciones resistentes de

carpocapsa en el Alto Valle

de Río Negro y Neuquén,

por lo que se desaconseja

su uso para el control de

dicha especie.

Page 95: Manual Pera Williams

95Capítulo 8Plagas y su manejo en el cultivo

Por su ciclo corto de desarrollo, el cultivar Williamsno está expuesto al período de ataque de carpo-capsa que se produce a inicios y mediados del mesde febrero (superposición del segundo y tercervuelo de la temporada). Por esa razón, es muy im-portante que no permanezcan frutos luego de la co-secha, para evitar dicho ataque. Su ciclo corto deproducción determina, además, que los daños alfinal de la cosecha nunca alcancen los valores quese registran en peras tardías como Packhams o enmanzanas.

Por otra parte, las plagas secundarias son de fácilcontrol. Todos estos elementos hacen que sea unode los cultivares de más fácil manejo sanitario, loque simplifica su producción bajo programas de“producción orgánica”.

En la actualidad, se deberá ajustar el control dedos plagas secundarias: ácaro del agamuzado(Epitrimerus pyri) y cochinilla harinosa (Pseudo-coccus viburni) debido a su estatus cuarentenariopara Méjico. En el primer caso, si bien es impor-tante su control por los daños que produce en fru-tos, se debe considerar que para el momento decosecha los ácaros ya realizaron la migración

desde los frutos a los brotes tiernos. Por lo tanto,el riesgo de rechazo por presencia en frutos no de-bería existir.

En el control del ácaro del agamuzado son funda-mentales las aplicaciones otoñales y/o al inicio dela temporada (muñeca separada y caída de péta-los), haciendo especial hincapié en la cobertura delas partes vegetales. En todos los casos, el pro-ducto a utilizar es el polisulfuro de calcio a dosisno inferiores al 1%. Luego de cada aplicación sedebe confirmar la eficacia de los tratamientos paradecidir el momento de la siguiente. En cambio, ydados los rechazos registrados durante las dos úl-timas temporadas, se deberán extremar los contro-les a campo de la cochinilla harinosa. Si bien en laregión aún se encuentran bajo estudio diferentesaspectos de su bioecología y control, se pueden de-tectar cuatro momentos o ventanas de aplicaciónque corresponderían a los momentos de migraciónde los primeros estadios ninfales. Ellos son: brota-ción, mediados de noviembre, mediados a fines dediciembre y febrero. Los insecticidas a utilizar encada momento de la temporada deberán ajustarsea los requerimientos de registro y tolerancia de lospaíses compradores.

Page 96: Manual Pera Williams

96 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

A nivel mundial, la lucha contra las enfermedadesconstituye un aspecto de suma importancia por losdaños económicos que generan y por los costosque implica la realización de los tratamientos fito-sanitarios. Las escasas precipitaciones y la baja hu-medad relativa típicas de la región determinan quela presencia de patologías microbianas no se cons-tituya en un aspecto limitante para la producción.Igualmente, en grado variable se presentan en elcultivo del peral Williams algunos problemas sani-tarios. Estos son:

9.1. Enfermedades que

afectan principalmente a

las hojas y las flores

9.1.1. Oídio del manzano (Podosphaera leucotricha)

Si bien el principal hospedante es el manzano, tam-bién puede afectar a peral y membrillero. La varie-dad Williams es muy susceptible al oídio, por loque su manejo debe ser incluido en un plan de tra-tamientos fitosanitarios.

Es una enfermedad del tipo crónico. Dado que susataques no provocan daños graves en la produc-ción, esta micosis suele ser subestimada. Sin em-bargo, el oídio en ataques sucesivos afecta elcrecimiento de la planta y la producción en canti-dad y calidad de fruta. Además, puede ser puertade entrada de otros patógenos o predisponer alárbol a los daños por frío invernal. La enfermedades particularmente importante en plantacionesnuevas en las cuales hay mucho tejido vegetaljoven susceptible. En estos materiales los ataques

de oídio afectan la formación de la estructura delos árboles, lo cual retarda el proceso de formacióndel monte frutal.

El oídio produce una infección primaria y varios ci-clos de infección secundaria. La primera, productodel inóculo que queda de la temporada anterior enlas yemas del frutal, afecta principalmente los bro-tes, que se revisten de una masa pulverulenta decolor blanquecino a comienzos de la primavera. Apartir de ésta se forman los conidios (órganos dereproducción asexual del hongo) que dan origen amanchas foliares cloróticas y pequeñas, que luegose hacen pulverulentas, grisáceas o blanquecinas.En las hojas las manchas aparecen comúnmente enla cara inferior, luego en la superior y llegan a cu-brir toda la lámina de la hoja, la que en ataques se-veros cae precozmente.

En estados avanzados de la enfermedad pueden ob-servarse detención del crecimiento, acortamientode entrenudos y síntomas en los frutos (Foto 9.1).Cuando las infecciones son severas, los frutos caenantes de llegar a la madurez. Si ello no ocurre, losfrutos manchados pierden valor comercial. El perí-odo más susceptible para que se produzca la infec-ción en perales es el previo a la caída de pétalos.

Capítulo 9

Enfermedades

y su manejo en

el cultivo

Foto 9.1. Síntomas de oídio en frutosFuente: www.agf.gov.bc.ca/imagespearmildew.jpg

Page 97: Manual Pera Williams

97Capítulo 9Enfermedades y su manejo en el cultivo

9.1.2. Sarna del peral (Venturia pirina)

La importancia económica de la sarna en el cul-tivo del peral Williams es creciente a través de losaños y acorde con las condiciones climáticas de latemporada. Hasta hace unos años prácticamenteno existía en los valles productores, pero en la ac-tualidad genera daños variables cuando se pro-ducen lluvias en primavera. Esto reviste mayorimportancia en la zona sur de Mendoza y en cer-canías de las ciudades de Villa Regina y Allen, enRío Negro.

Los daños comprenden la pérdida en cantidad defruta si la infección se produce en los estados tem-pranos (floración hasta que el fruto tiene 2 cm dediámetro). Los frutos que permanecen en el árbolse deforman y se tornan no comercializables. Las in-

fecciones foliares severas disminuyen la capacidadfuncional de la hoja, producen defoliación del árboly un deficiente desarrollo de las yemas necesariaspara la cosecha del año siguiente.

Los síntomas pueden presentarse en todos los ór-ganos aéreos de la planta.

En hojas: Los primeros síntomas aparecen en lashojas jóvenes de las yemas florales y en el envés delos sépalos. Se manifiestan por típicas manchas, alprincipio traslúcidas y que luego toman una colora-ción verde olivácea, de aspecto aterciopelado (Foto9.2). Finalmente, el tejido afectado muere. Las man-chas suelen aparecer con mayor frecuencia en lacara inferior de las hojas. Los ataques intensos pro-ducen desecamiento de amplias zonas e inclusoaceleran su caída, lo que origina un debilitamientodel árbol.

Foto 9.2: Manchas de sarna en hojas

Page 98: Manual Pera Williams

98 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

En flores: manchas análogas a las de las hojas sedesarrollan sobre todos los órganos de la flor. Losdaños durante el período de floración pueden sermuy graves, ya que la gran mayoría de las floresafectadas se cae.

En frutos: se producen manchas similares a lasdescritas, pero de menor tamaño y más oscuras.El tejido infectado se endurece y se desgarra siel fruto está en crecimiento (Foto 9.3). Los ata-ques en frutos pequeños suelen producir sucaída, mientras que los afectados con posterio-ridad continúan su desarrollo con la consi-guiente pérdida de valor comercial. Finalmente,se pueden producir ataques tardíos, los cuales,en general, pasan desapercibidos en la cosecha,pero desarrollan síntomas durante el período deconservación.

En ramitas del año: pueden ser afectadas, pero elloocurre con menor frecuencia que en los órganos ci-

tados. Se manifiestan como pequeñas ampollas ne-gruzcas que al final se desgarran.

V. pirina produce varios ciclos, según las condicio-nes climáticas de la temporada, de dos tipos de in-fecciones: una primaria y otra secundaria. Lasinfecciones primarias son generadas por las ascos-poras que se formaron durante el invierno en lashojas que están en el suelo. Se caracterizan por ori-ginar lesiones grandes durante la primavera. Lassecundarias son producidas por los conidios quese forman sobre las lesiones primarias, y son man-chas de igual aspecto pero pequeñas. Se puedenformar durante toda la estación de desarrollo.

Las ascosporas germinan y producen infección bajodeterminadas condiciones climáticas. Estas son elnúmero de horas que permanece mojado el follajepor lluvia y la temperatura promedio de ese perí-odo. Las tablas de Mill’s relacionan estos datos ypermiten predecir un ataque de sarna.

Foto 9.3. Daño por sarna en frutos

Page 99: Manual Pera Williams

99Capítulo 9Enfermedades y su manejo en el cultivo

9.2. Enfermedades que

afectan principalmente a

las raíces y el cuello de

la planta

9.2.1. Podredumbre del cuello (Phytophthora cactorum)

Esta afección, cuyo agente causal es un hongo, esparticularmente importante en el cultivo de la va-riedad Williams, por su alta susceptibilidad y porlas condiciones de cultivo bajo riego en los vallesproductores del país.

Los árboles afectados muestran un decaimiento ge-neral que no es típico pero que indica la presenciade un problema vascular. Otros síntomas asociadospueden ser el reducido crecimiento de los brotes,enrojecimiento prematuro de las hojas a fin del ve-rano, follaje ralo y de menor tamaño (Foto 9.4). Enaños sucesivos se observa gran cantidad de frutospequeños, ácidos y finalmente puede producirse lamuerte del árbol. Los árboles sintomáticos puedenpermanecer así durante varios años, decayendo enforma lenta, o morir rápidamente. En el Alto Valleesto ocurre asociado con los riegos primaveralesexcesivos usados como método de protección pa-siva contra heladas. La época ideal para observarla sintomatología descrita es el inicio del otoño.

Los tejidos afectados desprenden un olor ácido ca-racterístico a “manzana fermentada”. En la zonaafectada, la corteza se presenta hundida. Levantán-dola se observa la podredumbre que al inicio es hú-meda, de diferentes tonalidades de color marrónrojizo y alternando con tejidos aparentementesanos y del color típico de la especie afectada. Lacoloración de los tejidos va oscureciéndose a me-dida que la podredumbre envejece (Foto 9.5).

La distribución de las plantas afectadas en el cuadroes variable; depende de la edad del monte, de lascaracterísticas del cultivo y de su manejo. P. cacto-rum es un microorganismo polífago de suelos culti-vados o no, cuyo establecimiento en el monte frutalpuede deberse a su introducción vía material vegetalo por el agua de riego. En ausencia de un hospe-dante receptivo, se forman las estructuras de resis-tencia que pueden permanecer como tales hastaque se den las condiciones favorables para iniciar elproceso de infección. Las condiciones ideales para

ello son suelos excesivamente húmedos y tempera-turas de 8 a 25 ºC, que en las zonas frutícolas argen-tinas se dan en primavera y otoño.

Foto 9.5. Síntoma de podredumbre de cuello en peral

Foto 9.4. Decaimiento general de la planta yenrojecimiento prematuro de hojas

Page 100: Manual Pera Williams

100 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

9.2.2. Agalla de corona (Agrobacterium tumefaciens)

La agalla de corona es una enfermedad de ampliadistribución mundial y muy polífaga ya que ha sidoaislada de más de noventa familias de plantas,entre ellas los frutales de pepita.

Los daños que produce son importantes en los vi-veros, donde las plantas se infectan a través de he-ridas en los trasplantes y en los laboreos del suelo.Según la legislación vigente, en la mayoría de lospaíses frutícolas está prohibida la comercializaciónde plantas con agalla de corona.

En los montes comerciales, la importancia de losdaños está en relación directa con la edad de laplanta al ser infectada por la bacteria: cuanto másjoven, más daño. Una vez que alcanza el estado demadurez, convive con la enfermedad y no se mani-fiestan daños de importancia.

El síntoma característico de esta patología con-

siste en la formación de tumores en las raíces ycuello, que dificultan la circulación de la savia, locual puede causar desde un debilitamiento gene-ralizado hasta la muerte de la planta afectada(Foto 9.6).

El agente causal es una bacteria que vive en elsuelo. Cuando se producen condiciones predispo-nentes para su desarrollo, como temperaturas dealrededor de 20 ºC y presencia de un hospedantereceptivo y con heridas, se inicia el proceso de mul-tiplicación y penetración de la bacteria a la planta.Una vez en el interior ésta induce la formación delos tumores que continúan desarrollándose inde-pendientemente de su presencia.

La transmisión del patógeno a cortas distancias esa través del agua de riego o de lluvia, mientras quea largas distancias se produce con material vegetalcontaminado. De modo que el método más efi-ciente de lucha contra esta bacteriosis consiste enemplear plantas libres de A. tumefaciens y evitarsu contaminación en la plantación definitiva.

Foto 9.6. Agalla de corona en raíces

Page 101: Manual Pera Williams

101Capítulo 9Enfermedades y su manejo en el cultivo

9.3. Enfermedades

sistémicas

9.3.1. Virosis

Constituyen un grupo de enfermedades que no dis-ponen de un sistema de control eficiente una vezque han penetrado en una planta. Por ello, la únicaforma de lucha consiste en el empleo de plantas li-bres de virus y la realización de un manejo ade-cuado para que no se produzca la infección en elmonte, que en frutales de pepita es bastante senci-llo dado que hasta el momento no se conocen vec-tores. La disponibilidad de plantas libres de virus esasegurada mediante un programa de certificaciónde plantas de vivero, lo cual existe en la mayoría delas zonas productoras del mundo. En Argentina,están en etapa de implementación las normas deproducción de plantas de vivero de hoja caduca,que implican la adhesión voluntaria al sistema decertificación de calidad sanitaria y genética.

En el peral Williams las virosis se presentan enforma silenciosa o menos notoria. Los síntomasson: líneas y anillos cloróticos sobre las hojas que,en casos extremos, se necrosan; surcos en la ma-dera y amarillamiento de las nervaduras secunda-rias y terciarias de las hojas. También producenamarillamientos o enrojecimientos prematuros delfollaje.

Fundamentalmente tres virosis del manzano, Applechlorotic leaf spot virus (ACLSV), Apple stem groo-ving virus (ASGV) y Apple stem pitting virus (ASPV)tienen como hospedante al peral bajo las siguien-tes formas: pear ring pattern mosaic, pear stemgrooving y pear vein yellows, respectivamente. Enel país ha sido detectada la presencia de pear veinyellows (ASPV) en peral Williams en montes comer-ciales del Alto Valle de Río Negro y en Bahía Blanca,provincia de Buenos Aires.

9.4. Manejo de las

enfermedades

9.4.1. Oídio

El manejo del oídio debe considerar los tres aspec-tos que determinan el desarrollo de un proceso in-feccioso: la eliminación o la máxima reducción

posible del inóculo, el empleo de variedades resis-tentes y la modificación del ambiente, con el fin decrear condiciones desfavorables para el creci-miento del hongo.

Se pueden llevar a cabo labores culturales como:favorecer la ventilación mediante la eliminación deramas, realizar fertilizaciones adecuadas evitandolos excesos de nitrógeno, de modo de disminuir alo necesario los tejidos vegetales tiernos más sus-ceptibles, podar las partes afectadas y desinfectarlas herramientas de poda cuando se está traba-jando con plantas enfermas, a fin de no transportarinóculo a plantas sanas.

Aplicación de fungicidas El azufre es el fungicida más ampliamente utilizadoen el control del oídio.

Los fungicidas que inhiben la síntesis del esterol(IBE´s) brindan desde hace más de veinte añosnuevas alternativas de control. Productos talescomo bitertanol, etaconazol, flusilazol, hexacona-zol, miclobutanil, penconazol, tebuconazol, triadi-mefon, triforine y otros han sido ensayados conéxito en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén.

La estrobilurina, compuesto sintético derivado delhongo Strobilurus tenacellus, ha sido evaluada enla zona en aplicaciones preventivas y curativas, ylos resultados obtenidos son comparables con tra-tamientos con miclobutanil y penconazol.

Momento de aplicaciónEl momento de aplicación es un factor más impor-tante que el producto a aplicar. Los tratamientoscon fungicidas deben efectuarse a muñeca sepa-rada y caída de pétalos para lograr un buen controldel oídio.

9.4.2. Sarna

Su manejo abarca dos aspectos: la realización deprácticas culturales tendientes a desfavorecer el de-sarrollo del patógeno y la aplicación de fungicidas.

Las prácticas culturales comprenden la eliminaciónde ramas innecesarias y la poda y apuntalamientocorrectos, para definir los planos de carga y reducirla altura de las plantas, a fin de favorecer el rápidosecado del follaje en la próxima primavera.

Page 102: Manual Pera Williams

102 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

También, la eliminación de alamedas innecesariasy el raleo de ramas para permitir la circulación delaire, y el mantenimiento del suelo del interfilar concobertura verde a baja altura, con el propósito defacilitar la transitabilidad en el momento oportunode llevar a cabo los tratamientos preventivos. Ade-más, se debe incorporar mediante el riego la canti-dad de agua necesaria para evitar un exceso dehumedad en el monte (lo que favorece el desarrollodel hongo) y poder entrar rápidamente en caso deque sea necesario aplicar fungicida.

Aplicación de fungicidasLa aplicación de funguicidas es de fundamental im-portancia en el control de la sarna del peral. Existendos momentos importantes para su realización: elotoño y la primavera.

Aplicaciones otoñales Tienen por objetivo disminuir la cantidad de inóculopara la temporada siguiente, pero ello no significaque pueden reemplazar los tratamientos primave-rales. El producto universalmente empleado en estemomento es la urea al 5%, que acelera el procesode caída y degradación de las hojas, desfavore-ciendo así la formación de los pseudotecios delhongo. Esto debe hacerse lo suficientemente tardeen el ciclo vegetativo como para que la urea no setraslade por el árbol, pero siempre antes de iniciadala caída de las hojas.

Aplicaciones primaveralesSon de fundamental importancia en el control de lasarna. Existen dos sistemas: a calendario fijo ysegún el sistema de alarma local.

A calendario fijo: consiste en aplicar fungicidacada 7 días, desde puntas verdes hasta que elfruto tiene unos pocos centímetros de diámetro, ycada 14 días en adelante. Ello se hace indepen-dientemente de las condiciones climáticas y seemplean productos de acción protectiva. El funda-mento es que la planta esté permanentemente cu-bierta de fungicida, protegida ante la llegada delinóculo (ascosporas o conidios).

Sistema de alarma: se basa en el pronóstico de laepifitia según las condiciones predisponentes parael desarrollo de la enfermedad: número de horasde follaje mojado y temperatura de ese período.

Mediante las tablas de Mill’s, los datos de libera-ción de ascosporas de las hojas caídas y el estadofenológico del hospedante, se constituye el sis-tema de alarma en las regiones productoras deperas. El principio es cubrir la planta con fungicidaen el momento preciso en que se está por produciruna infección o cuando ésta recién se inició. Estees el sistema utilizado en la mayoría de las zonasde producción de frutas de pepita del país.

Existen dos tipos de fungicidas en el control de lasarna: protectivos y curativos.

Protectivos: Son los fungicidas de contacto. Previe-nen que las esporas penetren la cutícula del te-jido vegetal. Se aplican antes de que ocurran lasinfecciones, en esquemas de protección a calen-dario fijo. Ejemplos: polisulfuro de calcio, cúpri-cos, azufre, captan, mancozeb, propineb.

Curativos: Son fungicidas que tienen la capacidadde penetrar en el vegetal y atacar al hongo queya está adentro. Se emplean en esquemas deprotección bajo sistema de alarma. Si bien sepueden utilizar una vez iniciado el período de in-fección, cuanto antes se apliquen mayor será sueficiencia. El tiempo de efecto curativo varía conel tipo de producto. Así, para el dodine es dehasta 36 horas; para los benzimidazoles (beno-mil, metiltiofanato, carbendazim) y polisulfurode calcio es de hasta 72 horas y para los IBE’s(miclobutanil, fenarimol, tebuconazol, biterta-nol, hexaconazol) y strobilurinas (metilkreso-xim, trifloxystrobin, azoxystrobin) es de hasta96 horas.

Una vez transcurridas las 96 horas, indefectible-mente y en un tiempo variable dependiendo de lastemperaturas aparecerán los síntomas. Igualmente,se deberá eliminar al hongo lo antes posible, a finde evitar su esporulación. Esto se consigue con laaplicación de determinados fungicidas de actividadpresíntoma, como dodine e IBE’s.

Sobre manchas esporuladas, la estrategia es apli-car fungicidas con actividad postsíntoma -talescomo los benzimidazoles y dodine- para destruirlos conidios y evitar nuevas infecciones. No obs-tante, los síntomas permanecerán sobre los órga-nos afectados.

Page 103: Manual Pera Williams

103Capítulo 9Enfermedades y su manejo en el cultivo

9.4.3. Podredumbre del cuello

Mediante la realización de labores culturales ade-cuadas se puede evitar la acumulación de agua al-rededor de la planta y la producción de heridas porlas cuales pueda ingresar el patógeno. Ellas son:elección del sitio de plantación del monte frutalsegún la especie vegetal a implantar; utilización demateriales vegetales adecuados y de buena cali-dad; manejo cuidadoso del agua de riego, evitandoque la planta sea sometida a estrés por períodosde alta y baja disponibilidad de agua; control demalezas alrededor del cuello de las plantas; nivela-ción correcta del suelo; plantar en camellones; evi-tar heridas en las plantas y contar con un sistemade drenaje que asegure la eliminación del excesodel agua de riego.

Aplicación de fungicidasUna vez que Phytophthora spp. se establece en elmonte frutal, es muy difícil su erradicación y la apli-cación de fungicidas constituye una práctica quedebe ser realizada en el marco de un programa deprotección y no en forma aislada. Si bien existensustancias químicas con actividad antifúngica es-pecífica para este tipo de patógenos, su eficienciaes relativa y depende, en gran medida, del manejodel monte frutal. Por ello hay que tratar de que elpatógeno no ingrese a la plantación. De todosmodos, cuanto antes se detecten las plantas afec-tadas se puede evitar la dispersión por el agua deriego o maquinarias que puedan transportar suelocontaminado o restos vegetales.

El tratamiento combinado de metalaxil y fosetyl-Alpara el control de P. cactorum ha dado resultadoseficientes en distintas zonas frutícolas, incluidoslos valles de Río Negro. Ambos químicos son apli-cados simultáneamente en el monte afectado enprimavera y otoño, épocas en que Phytophthoraestá en activo crecimiento y la acción del fungicidaes facilitada.

Page 104: Manual Pera Williams

104 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

10.1. Introducción

La aplicación de agroquímicos en fruticultura tienecomo objetivos no solo el control de plagas y en-fermedades, sino además la corrección de desór-denes nutricionales y la distribución de productosque afectan el crecimiento y el desarrollo de lasplantas. Una aplicación incorrecta puede traer apa-rejada una merma en la calidad y cantidad de laproducción o una respuesta inadecuada de creci-miento y/o desarrollo de un cultivo.

El éxito en el control de plagas y enfermedades de-pende de tres aspectos fundamentales:

> La efectividad del producto utilizado.> La elección del momento oportuno para el trata-

miento.> El modo de aplicación del producto.

Con frecuencia, el productor no puede explicar porqué fracasó su tratamiento fitosanitario si aplicó unproducto reconocido por su eficacia, en buenascondiciones climáticas y en el momento oportuno.En este caso la respuesta está en un defecto en elmodo de aplicación (Esquema 10.1).

La exigencia de obtener niveles de plagas compa-tibles con los requerimientos de los mercados in-ternacionales, junto al elevado costo del controlsanitario, la necesidad de disminuir el nivel de re-siduos sobre los frutos y la contaminación delmedio ambiente y el cuidado de la salud humana,que son prioritarios en la actualidad, ponen en evi-dencia la importancia de mejorar la eficiencia en laaplicación de agroquímicos.

Ésta se encuentra condicionada por las condicionesclimáticas, las características del cultivo y el equipode aplicación.

Capítulo 10

Tecnología de

aplicación de

agroquímicos

Esquema 10.1.

Consecuencias

de una aplicación

deficiente

Page 105: Manual Pera Williams

105Capítulo 10Tecnología de aplicación de agroquímicos

10.2. Condiciones

climáticas

La temperatura elevada, la baja humedad relativa yla intensidad y dirección del viento tienen influen-cia directa sobre la eficiencia en la aplicación deagroquímicos.

Efecto de evaporaciónHay tres factores que afectan las pérdidas por eva-poración:

1 - El potencial de evaporación expresado por la di-ferencia de temperatura o depresión del termó-metro húmedo con respecto al seco (∆t)

2 - El tamaño de las gotas asperjadas3 - El tiempo que tardan las gotas en hacer impacto

en el árbol (puede ser expresado como distanciarecorrida entre las boquillas y un sector determi-nado del árbol).

La evaporación de las gotas es mayor a medida quese incrementa la distancia que deben recorrer paraalcanzar el objetivo, cuando la depresión del bulbohúmedo con respecto al seco (∆t) es mayor y cuandodisminuye el espectro dimensional de gotas.

Un exceso de evaporación en la solución o coloideasperjado se expresaría en una alta desuniformi-dad y en la aplicación en una menor cantidad dedepósitos en los sectores del árbol más alejadosdel equipo.

Efecto producido por el vientoEl flujo de aire que produce la pulverizadora debetransportar las gotas que contienen el agroquímicoaún a las partes más alejadas del árbol. En general,

el viento no causa problemas de transporte degotas hasta los sectores medios y bajos de la copadel árbol, debido a que las velocidades del flujoson relativamente altas en comparación con la ve-locidad de viento aparente.

Concepto de “ventana de tratamientos"El éxito de la aplicación de agroquímicos pasa porun conocimiento preciso de cuáles son las condi-ciones ambientales más apropiadas para realizarla intervención. Cuando estos valores no se en-cuentran dentro de ciertos límites, la aplicacióndebe ser interrumpida, ya que su efectividad y se-guridad se verían comprometidas.

El período de tiempo durante el cual se dan condi-ciones ambientales adecuadas para la aplicación sedenomina ventana de tratamientos. En la definiciónde este período se debe considerar el tipo deequipo de aplicación utilizado, el tamaño del monte,el sistema de conducción, la presencia de cortinas yotras características propias de cada región.

A modo orientativo para la Norpatagonia, y consi-derando el tipo de equipos utilizados en Río Negroy Neuquén en montes conducidos en espaldera, lasaplicaciones deben realizarse con velocidades deviento que no superen los 15 km/h, temperaturasmenores a 30°C y humedad relativa mayor a 45-50%. Estas condiciones deben ser más estrictas enel caso de montes tradicionales.

Page 106: Manual Pera Williams

106 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

10.3. Características del

cultivo

Densidad foliar y altura de los árbolesUna elevada densidad del follaje por deficienciasde poda y conducción o un raleo inadecuado trae-rán aparejada una gran variabilidad en la distribu-ción de los depósitos de agroquímicos.

Existe coincidencia entre numerosos autores enque los árboles de gran densidad foliar presentanmayor cantidad de depósitos de agroquímicos enla parte exterior, por deficiencias en la penetra-ción. Este efecto se expresa en menores depósi-tos en la parte interna de los árboles, con laconsecuente disminución del control de plagas yenfermedades.

Por su parte, las deficiencias de raleo pueden favo-recer niveles más elevados de plagas y enfermeda-des en la zona de contacto entre frutos.

Por último, la altura excesiva de los árboles tam-bién provoca una disminución en la calidad de laaplicación.

Volumen de aplicación ajustado a las característi-cas del cultivoEn 1971, Byers y otros propusieron el concepto dedeterminación de volumen ajustado a la caracte-rística del monte frutal (TRV). Para el cálculo delvolumen a través del uso de ese método se asumeque la fila de árboles frutales se podría asimilar auna caja con un volumen determinado. Cada metrocúbico debe ser tratado con 0,0937 L/m3, índiceque fue validado para las condiciones de aplica-ción del Alto Valle de Río Negro. A los fines de unautilización práctica se propone el uso de un índicede 0,1 L/m3.

Figura 10.1. Esquema de un monte frutal y dimensiones para el cálculo del TRV

Page 107: Manual Pera Williams

107Capítulo 10Tecnología de aplicación de agroquímicos

Lo mencionado puede resumirse en la siguienteexpresión:

D (l/ha) = 104 (m2/ha) * H (m) * E (m) * 0.1 (l/m3) * iA(m)

donde:D= volumen de aplicación (en litros por hectárea,

l/ha)H= altura del árbol (en metros, m).E= ancho del árbol (en metros, m).i= índice de ajuste de densidad foliar (utilizar de

0,4 a 05 para raleo de frutos).A= distancia entre filas (en metros, m).

Fórmula práctica

D = H * E * 1000* iA (m)

La aplicación de agroquímicos es afectada por va-riables ambientales, físicas y biológicas que el cál-culo del TRV no tiene en cuenta. No obstante, esuna excelente guía para determinar la cantidad demateria activa a aplicar por hectárea.

Figura 10.2. Esquema de un monte frutal y dimensiones para el cálculo del TRV

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108 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

10.4. Equipo de aplicación

Para lograr un control eficiente de plagas y enfer-medades se debe garantizar la elección adecuadadel equipo pulverizador (tractor – pulverizadora) ysu calibración.

El funcionamiento de los equipos de aplicación hi-droneumática utilizados en fruticultura se basa enel transporte de las gotas producidas por presiónde líquido hasta la superficie a tratar, por medio dela corriente de aire generada por un ventiladoraxial. Una aplicación ideal sería aquella que permi-tiera obtener el depósito de una cantidad uniformedel producto en todos los sectores del árbol. Lascaracterísticas técnico-operativas de los equiposinciden directamente sobre este proceso. A conti-nuación se mencionan y desarrollan los aspectosmás importantes.

Armonización del conjunto El tractor debe tener disponible al régimen norma-lizado de la toma posterior de potencia (tpp), quees de 540 v/min, la potencia necesaria para accio-

nar el ventilador a su máximo requerimiento ener-gético, el eventual sistema mecánico de agitación yla bomba a los caudales y presiones máximas re-queridos. Además, debe disponer de la potencianecesaria para traccionar la pulverizadora y para elautotransporte en suelos ligeramente movidos. Esdeseable que realice estas operaciones al 85% desu potencia máxima y que posea un bajo consumoespecífico de combustible.

Flujo de aireEl flujo de aire que eroga la pulverizadora debe ga-rantizar el transporte del agroquímico a todos lossectores del árbol. Debe estar dotado de cierta ve-locidad y turbulencia, de tal forma que tenga capa-cidad de transportar la pulverización al interior dela copa, pero evitando superar una velocidad crí-tica, para permitir la adhesión de las gotas a la ve-getación y de esta forma minimizar la deriva.

Las bajas velocidades de aire pueden producir unapenetración deficiente en el interior de los árboles.Por otra parte, las velocidades excesivas provoca-rán valores elevados de deriva (Foto 10.1).

Foto 10.1. Pérdidas por deriva

Page 109: Manual Pera Williams

109Capítulo 10Tecnología de aplicación de agroquímicos

Volumen de líquido pulverizadoEl caudal de líquido que eroga la pulverizadora estádefinido por las boquillas y por la presión de servi-cio. Las boquillas más frecuentemente utilizadasson las de cono (puede ser lleno o hueco). La pre-sión de servicio no debe superar los valores reco-mendados por el fabricante de las boquillas, ya que:

> Las presiones elevadas no mejoran la penetracióny el alcance a las partes altas del árbol. El flujo deaire es el que debe garantizar este proceso.

> El aumento de la presión en forma excesiva pro-voca gran cantidad de gotas pequeñas que que-dan sujetas al proceso de evaporación y deriva.

> La operación con presión elevada provoca unconsumo innecesario de potencia (consecuente-mente de combustible) y favorece el desgasteprematuro de la bomba, la válvula reguladora depresión y las boquillas.

La elección de la velocidad de avance adecuada alos aspectos mencionados definirá la tasa de apli-cación (l/ha).

Sistemas de agitaciónUna aplicación eficiente no solo debe consideraruna tasa adecuada en l/ha distribuida correcta-mente, sino que además el caldo debe tener unaconcentración constante, en cualquier condiciónoperativa. El elemento que permite alcanzar esteobjetivo es un sistema de agitación eficiente.

En las pulverizadoras hidroneumáticas utilizadasen nuestro país se emplean agitadores mecánicosy en menor medida hidráulicos. De todos modos,más allá del sistema de agitación es importanteconsiderar el correcto mantenimiento para tenergarantía de los resultados esperados.

Seguridad en la operaciónLos equipos deben garantizar una operación se-gura. Es deseable que la carga de agua no se rea-lice sobre cursos de agua. Por tal motivo, se debedisponer de un tanque sobreelevado para efectuaruna carga rápida de la pulverizadora.

La máquina debe tener protecciones seguras de laspartes en movimiento (ventilador, poleas, unióncardánica).

Los controles deben estar al alcance del operador,del mismo modo que el manómetro, y el indicadorde volumen del tanque debe ser observado desdeel puesto del tractorista.

Las pulverizadoras de última generación debenestar provistas de boquillas múltiples, lavador deenvases, tanques suplementarios para el lavadodel tanque y otro para el aseo del operador.

Bajo ninguna circunstancia los operadores deberánrealizar las aplicaciones sin el equipo de proteccióncorrespondiente.

Calibración del equipo pulverizador> Verificar que la toma de potencia alcance el ré-

gimen de 540 v/min. Es necesario que el tractorposea cuentavueltas y que éste funcione correc-tamente. En algunos modelos se indica la acele-ración del motor que corresponde a 540 v/minde la toma de potencia. De no ser así, consultarel manual del operador.

> Calcular la velocidad de avance para las marchashabituales de trabajo; esta operación se debe re-alizar con el motor funcionando a velocidad derégimen de 540 v/min de la toma de potencia.Para ello se mide una distancia, por ejemplo, 50metros y se controla el tiempo empleado en re-correrla. Luego se efectúa el siguiente cálculo:

v (km/h) = d (m) x 3.6 t (s)

v = velocidad (km/h).d = distancia recorrida (metros).t = tiempo empleado en recorrer esa distancia

(segundos).

> Verificar el emboquillado de la máquina. Consul-tar el manual del operador y, si es necesario, co-locar las pastillas y núcleos de rotación(remolinos) que indica el fabricante, respetandosu ubicación.

> Ajustar la presión de servicio a través del accio-namiento de la válvula reguladora de presión.Recordar que la mayoría de los fabricantes depastillas de pulverizadoras desaconsejan presio-nes elevadas.

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110 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

> Determinar el caudal del sistema de pulveriza-ción. Este procedimiento se puede realizar boqui-lla a boquilla, recogiendo el líquido a través deuna manguera en una jarra graduada. Para pe-queños ajustes de caudal se puede modificar lapresión de servicio. Para grandes cambios es con-veniente reemplazar pastillas o núcleos, conside-rando los perjuicios de las presiones elevadas.

> Con la velocidad de avance obtenida para lamarcha habitual de trabajo, el caudal medido y ladistancia entre filas de la plantación, se podrádeterminar qué cantidad de solución se está apli-cando por hectárea de la siguiente manera:

D = 600 x Q A x v

D = cantidad de solución aplicada (l/ha)Q = caudal (l/min)A = distancia entre filas (m)v = velocidad de avance (km/h)

> Una vez determinado el volumen de aplicaciónpor hectárea se verifica si corresponde a lo acon-sejado para ese tipo de monte. Luego se ajusta laangulación de las boquillas para garantizar unabuena distribución vertical.

Distribución verticalLa disposición de las boquillas es el proceso mássubjetivo de la calibración de pulverizadoras. Sibien la distribución de las boquillas y su orientaciónno provocan una variación importante en el total dedepósitos por árbol, influyen directamente sobre launiformidad de distribución del agroquímico.

Por lo mencionado, es necesario realizar controlespermanentes con tarjetas hidrosensibles en dife-rentes sectores del árbol y proceder a los ajustesnecesarios para lograr una correcta distribuciónvertical (Foto 10.2).

Foto 10.2. Tarjetas hidrosensibles

Page 111: Manual Pera Williams

111Capítulo 10Tecnología de aplicación de agroquímicos

10.5. Consideraciones

finales

La aplicación de agroquímicos es un sistema com-plejo en el cual se deben considerar distintos aspec-tos relacionados entre sí. Los factores intervinientesno se agotan en los analizados en este escrito, yaque participan, además, aspectos económicos, eco-lógicos, biológicos, ergonómicos, etc.

En este sentido se destaca la importancia de la co-rrecta gestión del proceso de aplicación. La valora-ción y capacitación por parte de productores,técnicos y aplicadores es el aspecto central de estaproblemática.

Page 112: Manual Pera Williams

112 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

El Alto Valle de Río Negro y Neuquén está ubicadoen la confluencia de los ríos Limay y Neuquén infe-rior y Negro superior y comprendido entre los38º40´ y 39º20´ de Latitud Sur y 66º50´ a 68º20´de Longitud Oeste. Los valores de altitud van de400 a 200 metros sobre nivel del mar. Las menoresalturas se registran hacia el oeste del valle.

La región se caracteriza por tener un clima árido asemiárido, mezo termal y con lluvias deficientesdurante todo el año.

En la región, el cultivo frutícola se ve afectado portres adversidades climáticas principales: heladas,altas temperaturas y vientos.

11.1. Heladas

Se considera que ocurre una helada cuando la tem-peratura del aire está por debajo de 0ºC. Los fruta-les cultivados en esta zona de la Patagonia estánexpuestos a sufrir daños por heladas primaverales,adversidad climática de mayor importancia econó-mica en la región.

Si bien la frecuencia de temperaturas bajo cero dis-minuye a medida que avanza la primavera, elmayor riesgo de daño por frío se produce precisa-mente durante este período, que coincide con losestados fenológicos más sensibles del cultivo: lafloración, el cuaje y las primeras semanas de creci-miento de los frutos (hasta que alcanzan tamañosde 2-3 cm de diámetro).

En la Tabla 11.1 se puede observar una caracteriza-ción regional de heladas realizada con registros de

la Estación Agrometeorológica de la EEA INTA AltoValle, ubicada en la localidad de Guerrico a 39º01´de Latitud Sur y a 67º 40´ de Longitud Oeste, a 242msnm. La información presentada corresponde alperíodo 1990-2004 y ha sido registrada bajo lasnormas de observación de la Organización Meteo-rológica Mundial (OMM).

Tabla 11.1. Caracterización de heladas para la región del Alto

Valle de Río Negro y Neuquén.

La frecuencia anual media de heladas es de 67,5días. El 11,6% del total de las heladas anualescorresponde a las del tipo tardío o primavera-les. Éstas, durante los meses de septiembre yoctubre, son mucho menos frecuentes que lasinvernales y otoñales pero de mayor interésagronómico.

Capítulo 11

Adversidades

climáticas

Fecha media primera helada 14 de abril

Fecha extrema primera helada 28 de marzo

Fecha media última helada 03 de octubre

Fecha extrema última helada 04 de noviembre

Período medio con heladas 175 días

Período medio libre de heladas 190 días

Desvío de la fecha media de laprimera helada +/- 4,0 días

Desvío de la fecha media de la última helada +/- 13,5 días

Page 113: Manual Pera Williams

113Capítulo 11Adversidades climáticas

Desde 1990 hasta 2004, el mayor número de hela-das registrado en el mes de septiembre fue de 11 yde 5 días para el mes de octubre. La frecuenciamedia fue de 6,3 y 1,3 días, respectivamente.

Con respecto a su intensidad, hay una mayor fre-cuencia de heladas suaves y moderadas en septiem-bre y octubre. En este momento intensidadesmayores son menos frecuentes, pero los daños físi-cos y económicos en el cultivo son muy importantes,más aún si se considera que las heladas primavera-les tienen una duración media de 1.1 a 7.9 horas.

11.1.1. Tipo de heladas

Radiactivas: Son las más frecuentes en la región ylas únicas que se pueden combatir con métodos dedefensa activos. Caracterizan a este tipo de heladasel cielo despejado, aire en calma y baja humedadatmosférica.

A partir de la puesta del sol, los cuerpos sólidoscomo los árboles y el suelo no reciben más energíasolar directa y comienzan a enfriarse, perdiendocalor mediante la emisión de energía infrarroja.

El aire se enfría al tomar contacto con el suelo y conlas plantas, aumenta de peso al adquirir mayordensidad y se deposita en las capas próximas alsuelo dando lugar al fenómeno de inversión, esdecir, la temperatura del aire aumenta con la alturahasta un determinado nivel, el llamado “techo deinversión”, a partir del cual la temperatura des-ciende a medida que nos elevamos.

Advectivas: se producen cuando la temperatura delaire desciende por debajo de 0ºC con la presencia

de brisas o vientos suaves. Este movimiento de airealcanza velocidades de 3.6 a 7.2 km/h, a la alturade los árboles.

De acuerdo con el contenido de humedad del aire,las heladas radiactivas y advectivas son clasifica-das también en blancas y negras.

Las blancas ocurren con altos valores de humedadrelativa, generando la saturación del ambiente ydando lugar a la formación de rocío sobre los vege-tales. Este rocío indica que el agua atmosféricapasó de estado gaseoso a líquido y en consecuen-cia hubo liberación de calor atenuando el descensode la temperatura del aire. Esta situación se asociaa daños por frío leves.

Las negras se desencadenan con bajos valores dehumedad relativa. No hay formación de rocío sobreel vegetal porque la temperatura del aire necesariapara que esto ocurra está en valores muy inferioresa cero (bajo punto de rocío, por ejemplo -5ºC). Enesta situación se producen daños graves sobre elcultivo, asociados al quemado de hojas, flores o pe-queños frutos.

Para poder llevar a cabo una defensa eficaz y eco-nómica contra las heladas es preciso conocer hastaqué punto la planta puede, en sus diferentes fasesfenológicas, resistir las bajas temperaturas.

La resistencia a las bajas temperaturas varía muchoy depende de numerosos factores tales como el es-tado fenológico en el que se encuentre, la duraciónde la helada y la velocidad de descenso térmico,entre otros.

Page 114: Manual Pera Williams

114 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

La sensibilidad al daño por bajas temperaturas au-menta a medida que avanza el desarrollo fenoló-gico en primavera (Tabla 11.2). Esta sensibilidadtiene relación directa con el contenido de agua delos tejidos en los órganos del vegetal.

La temperatura a la cual la yema, flor o fruto muerese llama temperatura crítica (Tc). La muerte del te-jido no se produce de inmediato al llegar a la Tc,sino después de estar sometida a ésta por más de30 minutos. Al aumentar el tiempo de exposición,el porcentaje de daño es mayor.

Tabla 11.2: Temperaturas críticas de aire a las cuales se registra

daño en pera cv. Williams para los estados fenológicos, según

Fleckinger.

Cuando hay un descenso térmico lento con unadisminución de hasta 1ºC por hora se reduce la po-sibilidad de daño por helada. Esto se debe a que elcongelamiento del agua de los tejidos comienzaen los espacios intercelulares, dándole la posibili-dad a la planta de activar un mecanismo de de-fensa primario liberando agua desde el interior dela célula.

Cuando el descenso térmico es rápido, de 2ºC porhora o más, se produce un congelamiento rápidode toda el agua presente en el tejido u órgano ve-getal. En estos casos el daño es irreversible, y si lamuerte de los tejidos ocurre en una etapa inicial decrecimiento del fruto, el daño es muy marcado en lacosecha (Fotos 11.1 y 11.2)

Pre-floración

(E2-E3)

Plena Floración

(F2)

Fruto Pequeño

(H-cuaje)

- 3,7ºC - 2,5ºC - 1,5ºC

Fotos 11.1. Signos de daño por heladas tempranas

Page 115: Manual Pera Williams

115Capítulo 11Adversidades climáticas

11.2. Riesgo de daño por he-

ladas primaverales del cv.

Williams a nivel regional

Del análisis conjunto entre la probabilidad de ocu-rrencia de temperaturas bajo cero y fechas de flo-ración probables de la variedad, se pudo calcularel riesgo de daño.

Se trabajó con el registro de temperaturas mínimasde aire (sin abrigo) y fechas de plena floración deuna serie de 29 años correspondiente a la EstaciónAgrometeorológica de la EEA INTA Alto Valle.

En la Tabla 11.3 puede verse la probabilidad de quela fecha de plena floración coincida con la probabi-lidad de ocurrencia de heladas que alcancen latemperatura crítica de daño. El riesgo de dañosurge de multiplicar ambas probabilidades.

Tabla 11.3: Riesgo de daño por heladas primaverales para cv.

Williams

El riesgo de daño por heladas primaverales para lavariedad Williams es del 52,1%, es decir habríadaño en 5 de cada 10 años. Como se puede apre-ciar, con fechas de floración entre el 23 y 29 de sep-tiembre se obtiene el mayor porcentaje de riesgode daño, 34,9%. Si la floración ocurre una semanamás tarde, el riesgo de daño disminuye considera-blemente a un 4,8%.

Por lo expresado, en la región es necesario imple-mentar sistemas de control de heladas primavera-les para esta variedad.

Fotos 11.2. Signos de daño por heladas tempranas

16-22 de

sep.

23-29 de

sep.

30 de

sep.- 6

de oct.

7-15 de

oct.

Total

Riesgo

de Daño

(%)

12 34,9 4,8 0,4 52,1

Page 116: Manual Pera Williams

116 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

11.3. Monitoreo de la

temperatura

Es importante realizar correctamente esta tarea,porque es sobre la base de esta información y losconocimientos disponibles acerca de la sensibili-dad varietal como podrá llevarse a cabo un controlmás eficiente de la helada y se disminuirá la posi-bilidad de daño sobre el cultivo.

En los montes frutales es necesario llevar a caboun estudio del microclima para la determinación delas zonas o lugares fríos. Para esto, tomando comoejemplo un cuadro frutal de alrededor de 2 hectá-reas (100m de ancho x 200m de largo) se instalantres termómetros de mínima a 1.5 m de altura: unode ellos en medio del cuadro y los otros dos en losextremos de una diagonal.

En la época primaveral se deben registrar las tem-peraturas mínimas diarias durante al menos dieznoches con condiciones de enfriamiento (tempera-turas cercanas a 0ºC, cielo despejado y sin viento).Analizando los datos surge sistemáticamente unsitio más frío que el resto. El mismo esquema seefectúa en la segunda diagonal del mismo cuadro,detectándose del análisis de datos un segundositio frío. Cotejando ambos lugares quedará defi-nido el sector más frío del monte.

En la época de control de heladas, los datos que setoman para una alarma o aviso son normalmente deun termómetro cercano a la casa u oficina. En estesentido, se deberán tener en cuenta las diferenciasde temperatura entre el lugar de alarma con el lugarmás frío detectado en el estudio microclimático.

Temperatura mínima o índice actinotérmico (IA)Es la temperatura medida con un termómetro demínima expuesto a todo tipo de radiación, ubicadohorizontalmente al aire libre. Este valor es cercanoa la temperatura de las flores o frutos a proteger,por lo cual permite conocer cuándo se está cercadel valor crítico de daño para el cultivo.

InstrumentalTermómetros de mínima Son termómetros de alcohol que por lectura directaindican cuál fue la temperatura más baja registradaen un tiempo determinado. Son utilizados común-mente por su buen comportamiento y respuesta atemperaturas por debajo de 0ºC. Inmerso en el al-cohol hay un cursor en forma de T, que es arras-trado por el líquido al descender la temperatura yqueda marcando la temperatura mínima ocurridaen la noche de helada (Foto 11.3). Se recomiendautilizar una escala con resolución mínima de 0,2ºC.El observador, al realizar la lectura, debe apreciar ladécima de grado.

Foto 11.3. Termómetro de mínima sobre mástilactinotérmico a 1.5 metros de altura

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117Capítulo 11Adversidades climáticas

InstalaciónEl termómetro de mínima se instala apoyado en unsoporte, en forma horizontal en dirección este-oeste geográfico (Foto 11. 4). La instalación es a laaltura de las primeras ramas fructíferas del cultivoque se protegerán de las heladas. En general, pornorma de instalación del instrumental se ubica a1.5 m de altura.

Luego de realizada la lectura diaria de la tempera-tura mínima se debe retirar el termómetro delcampo, ya que la radiación solar produce la evapo-ración del alcohol yerrores en las lectu-ras. El alcohol luegose condensa en goti-tas en el extremo de lacámara de aire. Paraunir estas gotas con elalcohol de la columna,deberán efectuarsegolpes bruscos empu-ñando el termómetrodesde la base. Tam-bién es posible lograrese efecto calentandoel bulbo del termóme-tro lentamente enagua caliente.

Corrección anual delinstrumental Para el uso en de-fensa contra heladas,el error máximo ad-mitido es de 0.2ºC.Una vez al año, previoal periodo primave-ral, es necesario efec-tuar un control delerror de los termóme-tros. Para esto sepuede emplear el mé-todo del “hielo fun-dente”, que consisteen moler cubitos dehielo hechos conagua destilada, den-tro de un trapo lim-pio. Luego se pasan aun termo de boca

ancha y se agrega agua destilada, con lo que selogra una mezcla de agua-hielo que garantiza unatemperatura de 0ºC. Posteriormente se introdu-cen los bulbos de los termómetros en el termo yse lleva a cabo una serie de lecturas de la tempe-ratura en cada instrumento. El error observado seindicará en una tela blanca engomada en el ex-tremo de cada termómetro, valor que deberá su-marse o restarse a cada lectura. El ServicioMeteorológico Nacional (SMN) realiza un controlde calidad a los termómetros nuevos, donde se in-dica el error.

Foto 11.4. Instalación adecuadade termómetros de mínima

Page 118: Manual Pera Williams

118 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

11.4. Control de heladas

primaverales

Los métodos de control se clasifican en pasivos yactivos.

Control pasivo: consiste en la implementación dediferentes prácticas agrícolas que mejoran la cap-tación y el almacenamiento de calor del suelo.

El suelo del monte frutal es un reservorio de laenergía recibida del sol durante el día, y la liberaa partir de la puesta de sol y durante la noche.Para maximizar esta acumulación de energía esnecesario optimizar la conductividad térmica delsuelo, con el aumento del contenido de agua y laconsiguiente disminución del contenido de aire(Figura 11.1).

En la EEA Alto Valle, durante seis temporadas fue-ron comparadas las condiciones microclimáticas deun monte frutal en la primavera, manteniendo elsuelo del interfilar en un sector libre de vegetación,compactado y húmedo y en otro sector cubierto devegetación y seco. Se observó que, en general, lasganancias de temperatura en la mayoría de las no-ches fueron de hasta 1ºC en un suelo libre de vege-tación, compactado y húmedo, comparadas con lastemperaturas de un suelo enmalezado y seco. Lasganancias térmicas se deben a un mayor calenta-

miento del suelo durante el día y una acumulaciónenergética que en su liberación nocturna atenúa lahelada. Sin embargo, si por exceso de riego semantiene el suelo encharcado durante el día o losdías siguientes, la energía del sol se refleja en elespejo de agua y vuelve a la atmósfera no pu-diendo ser almacenada. El suelo en este casopierde energía en forma constante y se enfría pro-gresivamente, lográndose así un efecto contrarioal de un suelo húmedo.

La preparación del suelo para la defensa pasiva, esdecir, libre de vegetación, compactado y húmedo, sedebe hacer a partir de la observación de las primerasflores abiertas. De esta manera, cuando las plantasse sensibilizan más al frío se mantiene el suelo encondiciones de absorber energía y disminuir en con-secuencia los valores de temperatura mínima.

Si se mantiene el interfilar con una cubierta vegetalpermanente, en primavera es recomendable con-servar la vegetación a baja altura y con suelo hú-medo. Así, parte de la energía incidente del solllegará al suelo. El uso de estos métodos pasivosde defensa afecta negativamente el recurso suelo,porque disminuye el contenido de materia orgánicay los sucesivos riegos ayudan al ascenso de la capafreática. Bajo estas condiciones, la fisiología de laplanta es afectada y en consecuencia se altera suritmo de desarrollo y crecimiento.

Figura 11.1. Balance calórico ensuelos con diferentes manejos

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119Capítulo 11Adversidades climáticas

Control activo: consiste en aumentar la tempera-tura de las plantas e impedir que se alcance el valorde temperatura crítica de daño del órgano a prote-ger. Independientemente del sistema que se de-cida utilizar, es necesario saber qué cantidad decalor se pierde en el cultivo. Esta energía perdidaes la que se debe aportar para evitar el daño.

Las pérdidas de energía que se producen constan-temente en el ambiente vegetal de un monte frutal,incluyendo las plantas y el suelo, son proporciona-les a sus temperaturas. En noches sin nubosidad ycon temperaturas de 0ºC, previo al comienzo de unahelada, son de 900.000 kilocalorías/hectárea/hora.

Cuando se protege un área con cualquiera de losmétodos activos, se presenta una diferencia detemperatura entre la zona defendida, que se man-tiene más caliente, y las áreas adyacentes, conmenor temperatura y sin defensa. A medida quetranscurre la helada se intensifican las diferenciasde temperatura entre ambas áreas y es preciso in-crementar los aportes en calorías en la zona prote-gida. Por ejemplo, para controlar una helada de5-6ºC bajo cero es necesario compensar la pérdidade 2.755.490 kcal/hora/ha.

Si el sistema de control es el riego por aspersión,el agua aporta la energía necesaria para aumen-tar la temperatura. El calor liberado por cada litrode agua al pasar del estado líquido al sólido esde 80 kcal. Por lo tanto, serán necesarios 34.400l para proteger 1 ha durante una hora. Esto equi-vale a utilizar aspersores con una pluviometría de3,44 mm/h.

En el caso de usar calefactores, el déficit de calor dela hectárea estará en función de la capacidad caló-rica de estos y del consumo horario de combustible.Un calefactor con una autonomía de 10 horas, unconsumo de 1.5 l /h de combustible y una capacidadcalórica de 10000 kcal/h, requiere 413 l de combus-tible/h/ha para hacer eficiente el control (distribuidoaproximadamente en 150 calefactores por ha).

Recomendaciones para utilizar el método de riegopor aspersión

La condición básica para el adecuado funciona-miento de este método es que durante el tiempo deuso en la defensa haya permanentemente agua lí-

quida congelándose sobre las plantas y órganos quese protegen. El calor liberado por el agua al conge-larse, de 80 cal/g se transmite por conducción a tra-vés del hielo que recubre a las yemas, flores o frutosde la planta y aumenta así su temperatura.

El diagnóstico y las experiencias realizadas coneste método en la zona mostraron que los proble-mas en los equipos de riego por aspersión se origi-nan principalmente por:

1- errores de diseño que consideran aportes deagua insuficiente (mm/h) y con defectuosa dis-tribución.

2- deficiente manejo del método (por ej., encendido,apagado, congelamiento de agua en cañerías).

El límite máximo de cantidad de agua a asperjarestá relacionado con la capacidad del suelo paraabsorber esa lluvia y con la sensibilidad del por-tainjerto al encharcamiento o humedad en el sis-tema radicular.

En los frutales en general, la rotura de ramas o brin-dillas debido al peso del hielo, no es un fenómenoimportante. La cantidad de hielo que se acumulatiene relación con el milimetraje de agua aplicadoy con la duración de la helada.

Inicio de la defensaPara iniciar la defensa, el operador debe basarseen las temperaturas de resistencia al frío del estadofenológico predominante en ese momento. Éstasson las obtenidas del termómetro húmedo colo-cado en el mástil fuera del cultivo, en un sector cer-cano. Al termómetro de mínima se le envuelve unamuselina en el bulbo, que permite medir una tem-peratura mínima muy parecida a la que tendrá elcultivo al ser mojado con la puesta en marcha delequipo de aspersión.

A esta temperatura se la llama de bulbo húmedo.Para mantener el bulbo mojado se le agrega aguadestilada y se esperan 10 minutos para que se es-tabilice antes de hacer la lectura.

Cuando el descenso térmico es brusco, con caídasdel orden de 2ºC/h o aún más pronunciadas, elequipo se deberá poner en marcha con 1ºC por en-cima de la temperatura crítica de daño.

Page 120: Manual Pera Williams

120 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Si es lento, con caídas de temperatura del orden de1ºC/h o menos importantes, el equipo se pone enmarcha cuando se llega a la temperatura de dañoindicada para un estado fenológico determinado.

El viento es el principal factor que debe observarseantes de tomar la decisión de iniciar el riego. Es ne-cesario verificar que haya “calma” o que la brisasea muy suave, es decir, inferior a 3.6 km/h. La al-tura de esta observación es la de los aspersores.Una buena referencia son las ramas finas de los ár-boles o la indicación dada por un papel liviano.

Si se observa que la tendencia es hacia un aumentoen la velocidad del viento, no se debe comenzar aregar, aunque se haya llegado a la temperatura dedaño del vegetal.

Un termómetro de mínima sin muselina instaladodentro del monte frutal a proteger se cubrirá tam-bién de hielo e indicará la misma temperatura delas plantas durante el funcionamiento del equipo.

En caso de una interrupción obligada del equipodurante la noche, este termómetro mostrará eldescenso térmico que se produzca en las plantasal interrumpirse el aporte de agua líquida. El hieloya formado sobre las plantas comenzará a pasaral estado de vapor de agua. Las calorías necesa-rias para este cambio de estado son extraídas dela planta, que sufre, en consecuencia, un rápidoenfriamiento.

El tiempo que puede permanecer el equipo sin fun-cionar sin que se produzcan daños en el vegetal de-penderá de la temperatura y la humedadatmosférica en el área sin aspersión. Por ejemplo,cuando la temperatura del área no protegida seadel orden de -6ºC a -7ºC, y con una humedad rela-tiva del 80%, el equipo sólo podrá permanecer apa-gado 15 minutos.

Durante el funcionamiento se debe constatar quehaya gotas de agua en el extremo inferior de lasvelas de hielo. Esto indica que sobra agua en esemomento de la noche y que por lo tanto la tempe-ratura en el vegetal es cercana a 0ºC.

En la motobomba se debe controlar cada mediahora la presión de trabajo, y cada hora el nivel deabatimiento del agua en la perforación. Observar

con linterna desde la cabecera de las filas de plan-tas el tiempo de giro de los aspersores.

Si se produce una brisa durante el funcionamiento,la única posibilidad de contrarrestar el rápido en-friamiento es aumentar la presión de trabajo con elfin de incrementar el volumen de agua. De esta ma-nera se compensará en parte el aumento de la pér-dida de energía del monte frutal.

Fin de la defensaLuego del amanecer se debe observar el aumentode la temperatura del termómetro húmedo ubicadoen el área testigo fuera del monte protegido. Endías normales para esta época, con sol y viento encalma, el aumento térmico es sostenido a partir delamanecer. En general, es mayor a 2ºC por hora.

El riego puede finalizarse cuando se llega a lamisma temperatura que se utilizó para la puesta enmarcha. Si, por ejemplo, se comenzó con una tem-peratura de –1,5ºC, cuando se alcanza esa mismatemperatura se puede apagar el equipo.

Una vez que los rayos solares atraviesan el hielo,comienza el descongelamiento desde el interior, esdecir, del órgano hacia fuera. En este sentido, noes necesario esperar a que se derrita todo el hieloformado sobre la planta para apagar el equipo.

No debe apagarse el equipo en presencia de viento.De realizarse, los órganos de la planta cubiertos dehielo sufren un descenso brusco de temperatura y,en consecuencia, daños severos.

Uso de calefactores antiheladasEn el monte frutal, la transmisión del calor desdeun calefactor a las plantas, el aire y el suelo se efec-túa a través de los siguientes mecanismos:

a) convección del aire, el que al calentarse pierdedensidad y asciende siendo reemplazado por elaire frío más denso.

b) radiación de energía de onda larga.

c) conducción por contacto directo entre una su-perficie caliente y otra más fría.

Page 121: Manual Pera Williams

121Capítulo 11Adversidades climáticas

En la zona, la calefacción de los montes frutales selleva a cabo con recipientes simples que quemancombustible a fuego libre, o con calefactores máseficientes con chimenea y retorno del combustiblemal quemado. Es recomendable la utilización deestos últimos modelos, porque disminuyen el gradode contaminación ambiental.

Los combustibles más empleados son el fuel-oil ylas mezclas en proporciones variadas de fuel-oilcon gas-oil.

La eficiencia de la calefacción depende de:El nivel del techo de inversión nocturno: un “techobajo” redundará en un buen aprovechamiento delcalor producido a través de la elevación de la tem-peratura en el ambiente. Lo contrario ocurrirá conun “techo alto”, donde el calor generado se elevaráen el espacio hasta la altura de inversión térmica,con escaso aumento de la temperatura en las capasbajas. Este es uno de los motivos por los cuales esvariable el calentamiento que se produce emple-ando la misma densidad de calefactores y el mismocombustible en dos noches de control.

La superficie a proteger: pequeñas superficies delorden de una a dos hectáreas son mucho más difí-ciles de defender que superficies mayores, y reque-rirán el gasto de más combustible para mantenerla temperatura en los valores deseados. Esto se en-cuentra ligado a la relación del área protegida y lacontigua no protegida (efecto borde) en la entradade frío por advección-convección.

Manejo de los calefactoresPara el uso de la calefacción en cualquiera de lasvariantes que disponen los productores se reco-mienda:

1) Utilizar el termómetro en índice actinotérmicoinstalado a la altura de las primeras flores dentrodel cuadro a proteger.

2) Observar la velocidad del descenso térmico apartir de horas previas al inicio de la defensa.

3) Tener calculado el tiempo de la operación de en-cendido. El tiempo medio es de alrededor de 20minutos/ha/persona.

4) Conocer la temperatura de resistencia del culti-

var al frío en el día de la defensa. El encendidose efectúa cuando se está próximo a la tempera-tura crítica para el estado fenológico en cuestióny teniendo en cuenta el tiempo que se tarde enrealizarlo.

5) Encender los calefactores en los bordes sur y su-roeste de la chacra, y luego continuar pren-diendo fila por medio en el interior del monte.

6) Posteriormente, tomar la temperatura dentro delmonte calefaccionado y, si se mantuvo igual queantes de comenzar, esperar hasta que se reinicieel descenso. Si la temperatura continuó en des-censo, se sigue encendiendo el resto de los cale-factores.

7) Respecto a la abertura de entrada del aire en elcalefactor, es conveniente comenzar con la mí-nima apertura (1/3) e ir aumentándola hasta elamanecer.

8) Tener en cuenta que a medida que disminuye elnivel de combustible en los calefactores, desme-jora la combustión por falta de oxígeno. Asi-mismo, los aportes de calorías al monte frutaldeben ser crecientes desde el encendido hastael amanecer.

9) Apagar los calefactores cuando aumenta la tem-peratura y se alcanza el mismo valor que se tomópara el encendido.

11.5. Temperaturas elevadas

La elevada radiación y duración del brillo solar (he-liofanía) asociada a altas temperaturas, baja hume-dad relativa y frecuentes vientos promuevencondiciones ambientales estresantes para el desa-rrollo de los frutos.

Los frutos expuestos a altas temperaturas y ele-vada radiación solar frecuentemente presentandesordenes fisiológicos y daños en el sector ex-puesto al sol. Inicialmente el daño en frutos se pro-duce a nivel epidérmico y sub-epidérmico, condesmejoramiento de su apariencia por pérdida decolor, amarillamiento, bronceado y en etapa avan-zada muerte de los tejidos de la piel (mancha ne-crótica) y parte de la pulpa (Foto 11.5.).

Page 122: Manual Pera Williams

122 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Los síntomas externos luego derivan en cambiosen la madurez del sector afectado, posterior ablan-damiento y final putrefacción, disminuyendo la po-sibilidad de almacenaje de los frutos. En nuestraregión, en evaluaciones realizadas a campo se haestimado que la variedad Williams presenta una in-cidencia de daño por sol o “asoleado” que alcanzael 14%.

Si bien la radiación solar es promotora de asole-ado, en nuestra región la temperatura es el factordeterminante. La temperatura de la superficie delos frutos (TSF) en la cara expuesta al sol es en pro-medio 10ºC mayor a la temperatura del aire que losrodea. En un día calmo de enero esa diferenciallega a los 15ºC.

Durante el día la TSF alcanza valores máximosentre las 13 y 17 horas; por lo tanto, los frutos delas caras norte y oeste de las filas son los más per-judicados. Es importante conocer la TSF, con el finde realizar operaciones preventivas para asoleado.Estas mediciones pueden efectuarse con sofistica-dos sensores, pero se pueden determinar conaceptable precisión mediante el uso de un termó-metro de sonda conocido como “pincha fruta”, osimplemente sumándole 10ºC, como mínimo, a latemperatura del aire del monte frutal. La circula-ción del aire que rodea al fruto influye actuandocomo refrigerante. Se ha observado que vientossuaves (6 a 14 km/hora) pueden disminuir la tem-peratura del aire que rodea al fruto en aproximada-mente 4ºC.

El daño por sol comienza cuando la temperaturaambiente supera los 30ºC y la TSF en la cara ex-puesta del fruto llega a 45ºC. Teniendo en cuentaque la temperatura máxima media de enero en

nuestra región es de 39ºC, los frutos en su cara ex-puesta al sol llegan a superar fácilmente los valoresde temperatura suficientes para la desnaturaliza-ción de proteínas.

Métodos de prevenciónLos métodos de prevención del asoleado aconse-jados para Williams son el uso de pantallas y/oprotectores solares. Las primeras actúan refle-jando las radiaciones solares y bajando así la TSF,mientras que los segundos absorben la energía enexceso previniendo la oxidación de los tejidos delfruto.

En nuestra región no se comercializan todavía pro-tectores, pero existe una amplia oferta de panta-llas solares. Dentro de estos productos seencuentran los formulados en base a caolín. Elcaolín es un polvo blanco y suave constituido fun-damentalmente por caolinita, una familia mineraldel grupo de las arcillas. Los productos disponi-bles en el mercado contienen 95% de caolín. Laprincipal diferencia entre estos se encuentra en elporcentaje de caolinita presente en el caolínusado por la empresa que fabrica el producto, ypuede variar entre 70 a 93%. Así, por ejemplo, loscaolines extraídos de canteras de la provincia deRío Negro tienen concentraciones de 92% de cao-linita y el 8% restante lo constituye el cuarzo y lazeolita.

Se comercializa también un nuevo filtro solar for-mulado en base a óxido de zinc y carbonato de cal-cio. Se presenta como polvo mojable donde elcarbonato de calcio actúa como excipiente delóxido de zinc junto a un tensioactivo. A este pro-ducto se le puede agregar un adherente (acetatode polivinilo) que evita el lavado por lluvias o riego.

Foto 11.5. Distintos grados de daño por sol en la variedad Williams

Page 123: Manual Pera Williams

123Capítulo 11Adversidades climáticas

Es importante tener en cuenta el método de asper-sión de las pantallas solares. La aplicación debe re-alizarse con barras aplicadoras que se acoplan a lapulverizadora y asperjan de arriba hacia abajo lo-grando una mejor distribución del producto, que-dando bien cubiertos los frutos más expuestos alsol. El momento y la frecuencia de aplicación esta-rán en función de las condiciones de temperaturamencionadas y la dilución del producto por creci-miento de los frutos. Se debe estar atento al pro-nóstico meteorológico a partir de la segundaquincena de noviembre. Como orientación, las apli-caciones pueden espaciarse entre 15 días a un mes.

Existen otros métodos de protección basados endisminuir la temperatura y radiación solar, porejemplo, las mallas para sombreo y la aspersión deagua en altura. Estos sistemas, si bien dan buenosresultados como preventivos de asoleado, no sonaconsejados para la variedad Williams por la rela-tiva baja incidencia de daño que no justifica la in-versión en dichos métodos.

Ningún procedimiento conocido es totalmente efec-tivo. No obstante, se ha observado un menor des-carte y mayor cantidad de frutos comercializables.

Todos los métodos expuestos actúan como preven-tivos; por lo tanto, se debe estar atento al pronós-tico meteorológico y llevar a cabo las operacionescon anticipación a que se presenten las condicio-nes para asoleado.

Una vez que se comienza con la prevención deldaño por asoleado, ésta no se debe suspender por-que el resultado de daño puede ser mayor que sino se hubiese efectuado tratamiento alguno.

Si bien las condiciones climáticas de la región ase-guran la presencia del daño por sol, es importantedestacar que hay temporadas en las que el gradode asoleado es más bajo. Esta situación se da pre-cisamente cuando la primavera ha sido fresca.

11.6. Vientos

En la región, los vientos dominantes son del cua-drante oeste y se caracterizan por su bajo conte-nido de humedad (Figura 11.2).

Figura 11.2. Características de los vientos regionales, dirección

predominante y distribución anual de velocidades máximas.

La planta y el vientoLa frecuencia del 50% del cuadrante oeste-sud-oeste y la intensidad mayor de 20 km/h en losmeses de primavera y verano generan daños me-cánicos y deshidratación en los frutales porquecoinciden con los estados de máximo desarrollo ve-getativo. Después de períodos ventosos se observacon frecuencia caída de frutos, rameado, rotura yquemado de hojas y brotes nuevos.

Al plegar las hojas, el viento disminuye la capaci-dad fotosintética de éstas. Por otro lado, aumentala tasa de transpiración, lo que lleva a condicionesde estrés hídrico que pueden manifestarse en losfrutos a través de ciertas fisiopatías. El mayorriesgo de pérdidas por estrés hídrico se sitúa en lacopa del árbol. Esto se ha verificado en nuestra re-gión midiendo la evapotranspiración real a diferen-tes alturas dentro del cuadro.

Page 124: Manual Pera Williams

124 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

El efecto más visible del viento se produce sobre elfruto y el daño se conoce como rameado. Éste con-siste en una lesión superficial causada por roza-miento del fruto contra estructuras de la planta, loque provoca suberificación de la epidermis (Foto11.6 y 11.7).

En variedades tempranas como pera Williams se haobservado hasta un 38% de fruta dañada, del cualel 19% presenta lesiones moderadas a graves (ma-yores a 2 cm²).

Los daños por rameado dependen del sistema deconducción, tipo de poda, orientación de la planta-ción y del estado de las cortinas rompevientos. Ensistemas de conducción en espaldera se ha obser-vado aproximadamente un 7% menos de daño queen montes de conducción libre.

La defensa contra esta adversidad consiste princi-palmente en:

1) Disponer de cortinas rompevientos en setosvivos o redes plásticas del sector predominantecada 200 metros como mínimo.

2) Que la estructura central y lateral de la plantaesté fijada a los hilos de conducción y que lapoda estimule retención y producción en la partemedia de las ramas.

11.6.1. Cortinas rompevientos

En el Alto Valle de Río Negro y Neuquén escomún el uso de cortinas naturales o artificiales.En general, la disposición del sistema de riegoen la región determina que los cuadros se rie-guen en las direcciones oeste-este o norte-sur,por lo que las barreras están ubicadas en esesentido. La orientación óptima es de manera per-pendicular al viento dominante (suroeste yoeste).

Foto 11.7.Foto 11.6.

Page 125: Manual Pera Williams

125Capítulo 11Adversidades climáticas

Las barreras perimetrales de la chacra deben tenermayor porosidad que las interiores y el máximo dealtura posible. Esto permite un área de protecciónmayor. La porosidad de la cortina es la que regulasu permeabilidad y de ello depende la reducción dela velocidad del viento y el comportamiento turbu-lento que tenga éste después de atravesada la ba-rrera. Una porosidad óptima es del 50%, dado queprotege una longitud de aproximadamente 20veces la altura de la cortina y no provoca depresio-nes que den lugar a viento turbulento.

Cuando se utilizan cortinas naturales se cuenta condiferentes variedades o clones de álamos que seadaptan muy bien a nuestra región.

Un primer grupo está conformado por los álamosnegros. Los más plantados son el Populus nigra cv.Italica o criollo y el Populus nigra cv. Thayssiana ochileno. Ambos tienen un porte columnar adecuadopara conformar las cortinas y normalmente se plan-tan en hileras dobles a tresbolillo. Tanto el álamocriollo como el chileno son muy susceptibles al ata-que de bicho de cesto.

Desde hace varios años se está utilizando el P.nigra cv. Jean Pourtet, conocido como “Blanc deGaronne”, debido a que tiene porte erecto, grancantidad de ramas finas y mejor crecimiento quelos anteriores. Es aconsejable plantarlo en hilerassimples. Esta variedad es poco susceptible a bichode cesto.

Un segundo grupo es el de los álamos blancos,entre ellos el P. alba variedad pyramidalis o bo-lleana, con porte similar al criollo, que permite serplantado en hileras dobles; y el P.x canescens ohíbrido español, con una copa más amplia que elanterior. Ambos se adaptan mejor a suelos arci-llosos y con salinidad. Una desventaja es que emi-ten naturalmente muchos brotes a partir de raícesgemíferas.

Un tercer grupo es el de los álamos híbridos. Losclones más plantados de esta especie son el P. xcanadensis cv. I-214, cv. I-488, cv. Conti 12 y el cv.Guardi. Debido a su amplia copa y a la elevadacompetencia por luz tienden a arquearse cuandoson plantados en hileras dobles. Por lo tanto se re-comienda hacerlo en hileras simples. Los híbridosse desarrollan muy bien en suelos sueltos, franco-arenosos y son poco susceptibles a bicho de cesto.La alternativa a las cortinas de origen vegetal sonlas artificiales, pero para cultivos frutales no sonmejores que las naturales. Esto se debe a que conestas estructuras no es posible obtener alturas su-periores a los 6 metros por los elevados costos deconstrucción.

Para construirlas se emplean redes plásticas teji-das de material en polipropileno de color negro,por ser más resistente a la degradación por radia-ción solar ultravioleta.

Las estadísticas de vientos manifiestan que en losúltimos años ha habido un incremento en frecuen-cia e intensidad en el mes de noviembre, que coin-cide con el estado de fruto recién cuajado enfrutales de pepita. En esta etapa del ciclo de creci-miento es muy importante el efecto de los factoresclimáticos sobre el desarrollo vegetativo y del fruto.

Es imprescindible contar con un buen sistema decontrol que asegure la disminución de la velocidaddel viento dentro del cultivo.

La tolerancia que pueda llegar a tener la variedadante este tipo de adversidades climáticas depen-derá también del estado nutricional del cultivo y dela manera en que se lleven a cabo las prácticas demanejo. El tipo de riego, la poda, el sistema de con-ducción y la calidad de las cortinas rompevientospueden atenuar o intensificar los efectos adversosque estos fenómenos meteorológicos producensobre la planta en su conjunto.

Page 126: Manual Pera Williams

126 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

12.1. Maduración y

cosecha del fruto

MaduraciónLa maduración es el proceso metabólico y fisioló-gico a través del cual un fruto verde, firme, ácido,poco azucarado y astringente se transforma en unocoloreado, relativamente blando y de sabor atra-yente, es decir, se convierte en un fruto con calidadestética y comestible.

Para determinar el momento óptimo de cosecha,conocer la calidad y evaluar la capacidad de con-servación de la fruta, es necesario definir una seriede parámetros conocidos como “índices de madu-rez”. Estos, en general, no se utilizan por sí solos,y siempre es deseable emplearlos conjuntamentecon el fin de tener un conocimiento más real del es-tado del fruto.

Debido a que los índices de madurez no se puedenrealizar con toda la fruta, deben determinarsesobre una muestra representativa del total. Estoquiere decir que cualquier medida que se tome dela muestra (firmeza, almidón, color, etc.) deberátener un valor equivalente al que se obtendríasobre toda la fruta de la partida. La representativi-dad de la muestra se consigue cumpliendo doscondiciones: escoger bien los frutos y que su nú-mero sea el adecuado.

Muestreo de los frutos en el campoEste muestreo se realiza para determinar el mo-mento óptimo de cosecha e identificar cuáles sonlos lotes que se maduran anticipadamente. Es im-portante comenzar con los muestreos unos días

antes de la fecha probable de inicio de cosecha, de-bido a que ésta se encuentra sujeta a variacionesentre un año u otro y puede adelantarse. Hay quetomar más de una muestra por semana, ya que latasa de maduración de peras Williams es mayorque en otras especies y variedades.

Existen diferentes normas para la toma y conforma-ción de la muestra. En general, la heterogeneidadde los frutos a nivel de la planta, su posición enésta e incluso la disposición en la parcela, hacenmuchas veces que la muestra sea insuficiente opoco representativa.

El número de frutos a muestrear dependerá de ladensidad de plantación. Se sugiere recolectar alazar 20 frutos que se encuentren a la altura delhombro (1,40 metros), tanto del centro como de laperiferia del árbol. Para ello se deben seleccionar almenos 10 árboles representativos del lote. Respe-tando estas normas se reduce la subjetividad en laselección de la muestra.

Es muy importante recorrer toda la parcela para se-leccionar las plantas, que deberán ser representati-vas del tipo más frecuente y estar homogéneamenterepartidas por toda la parcela (tener en cuenta eltipo de suelo, edad de las plantas, etc.). Asimismo,los frutos deberán ser representativos en cuanto atamaño, color, estado sanitario, etc. y estar reparti-dos por toda la planta.

Es recomendable que se hagan los análisis corres-pondientes con el fin de comprobar el estado demadurez de la fruta de cada lote para la toma dedecisiones sobre la extensión de la cosecha.

Capítulo 12

Manejo de

poscosecha

Page 127: Manual Pera Williams

127Capítulo 12Manejo de poscosecha

12.2. Autorización de la

cosecha: Programa de

Madurez

El Programa Regional de Madurez es una herra-mienta legal y técnica a través de la cual producto-res, técnicos, empresarios y representantes delsector público determinan el momento óptimo decosecha para cada variedad de peras y manzanas.Definir estas fechas implica que la fruta no se puedecosechar antes del día establecido. Esta medidaprotege al consumidor, porque evita la compra deproductos que no presenten la madurez adecuadapara su consumo y técnicamente define el momentoa partir del cual los frutos poseen los parámetrosque garantizan la madurez fisiológica. Esto asegura

que tengan un comportamiento de poscosecha ade-cuado para su comercialización inmediata o durantela conservación. La fecha tentativa de cosecha es unpronóstico que se calcula sumando la edad del frutopromedio de los últimos diez años a la fecha deplena floración correspondiente a la variedad en lazona (Tabla 12.1). Está sujeta a modificaciones deacuerdo con las condiciones meteorológicas de latemporada.

En general, los datos históricos zonales muestran que,en las temporadas donde se retrasa la fecha de plenafloración, la edad del fruto es menor, acortándose elciclo necesario para alcanzar los índices de inicio decosecha. Esto indica que con el retraso de la floraciónno se retrasa de igual manera la fecha de cosecha.

Campaña Fecha plena floración Fecha de cosecha Edad del fruto1989/90 28-Sep 13-Ene 1071990/91 28-Sep 13-Ene 1071991/92 24-Sep 12-Ene 1101992/93 26-Sep 10-Ene 1061993/94 22-Sep 07-Ene 1071994/95 04-Oct 15-Ene 1031995/96 28-Sep 12-Ene 1061996/97 21-Sep 08-Ene 1091997/98 25-Sep 10-Ene 1071998/99 29-Sep 11-Ene 1041999/00 20-Sep 08-Ene 1102000/01 06-Oct 15-Ene 1012001/02 26-Sep 10-Ene 1062002/03 25-Sep 06-Ene 1032003/04 01-Oct 09-Ene 1002004/05 22-Sep 10-Ene 1102005/06 27-Sep 09-Ene 1042006/07 25-Sep 09-Ene 1062007/08 01-Oct 10-Ene 101Promedio 27-Sep 10-Ene 105

Datos provenientes del Programa Regional de Madurez- INTA Alto Valle

Tabla 12.1. Número de días de floración a cosecha (edad del fruto) de campañas para pera Williams en la zona de Alto Valle de RíoNegro y Neuquén

Page 128: Manual Pera Williams

128 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

12.3. Índices de cosecha y

su evolución

Es importante realizar la determinación de todoslos índices de madurez para evaluar el estado y lacondición de los frutos. Sin embargo, para la deter-minación del momento de cosecha fundamental-mente se utilizan los valores de firmeza. Losvalores recomendados para el inicio de cosecha depera Williams son:

> Firmeza: 19-21 libras > Degradación de almidón: 20-25% > Sólidos solubles: >10% > Acidez titulable: 3-4 g/l

Los frutos tienen un promedio de caída de firmezade 1 a 1,5 libras semanales durante el período decosecha (Figura 12.1). La cosecha se inicia habitual-mente con valores de firmeza promedio de 20-21 li-bras, llegando a 15 libras de promedio para laúltima semana de enero. Debe tenerse en cuentaque algunas mediciones de firmeza pueden resul-tar engañosamente mayores si la fruta llega desdeel campo con cierto grado de deshidratación.

> Límite exportación ultramar: 15 libras> Límite países limítrofes: 12 libras

Debido al rápido avance de la madurez en esta va-riedad, para mantener una buena conservación ycondición comercial no es recomendable extenderla cosecha más allá de la última semana de enero,aún con firmeza de pulpa aceptable.

Se ha observado que a igual valor de firmeza dellote, a medida que aumenta la edad del fruto dismi-nuye el potencial de conservación, con la apariciónde fisiopatías asociadas a la sobremadurez (decai-miento interno de la pulpa).

La posición que ocupan los frutos dentro delárbol influye sobre la maduración, siendo laszonas altas y más expuestas al sol las que ma-duran antes y sobre las que se debe priorizar lacosecha temprana. Es importante registrar lafirmeza promedio y además la firmeza más bajadentro del lote (de la pera más madura), porqueen conservación una fruta madura acelera elproceso de maduración del resto y perjudica ellote.

En líneas generales, puede estimarse que las fir-mezas máximas se encuentran 2 libras por sobrelos valores promedio de un lote, mientras que lasmínimas, 2 libras por debajo. La tasa de ablanda-miento por día es de 0,2 libras y el comporta-miento es similar en los frutos con firmezasmáximas, medias o mínimas, es decir que cada 5días se pierde 1 libra (aproximadamente 1,5 librassemanales). Por lo cual, si la cosecha se iniciacuando la fruta tiene 20 libras, después de 15 díasse habrá llegado a un valor de 17 libras de prome-dio, pero con firmezas mínimas de 15 libras quepueden comprometer el destino del lote. Es muyimportante tener en cuenta los valores de firmezamínimos dentro del lote y el porcentaje de frutoscon esos valores.

Figura 12.1. Caída de firmeza del fruto

Page 129: Manual Pera Williams

129Capítulo 12Manejo de poscosecha

Se recomienda que la fruta tenga una firmeza prome-dio de 16 libras al ingresar al empaque, de manerade poder cumplir con los límites de embarque esta-blecidos para la exportación de ultramar (15 libras).

En cosechas tardías, con edad de fruto avanzada, sepueden estar ingresando lotes con fruta en diversosestados de madurez, lo cual puede tener conse-cuencias negativas en la conservación prolongada.Por eso, en especial en lotes de cosechas tardías,utilizar los valores promedio de firmeza del lotepuede ocultar situaciones de madurez heterogénea.Hay que tener en cuenta que la fruta de firmeza in-ferior es la que pone en riesgo la conservación y co-mercialización del conjunto del lote. Generalmenteesta fruta es la responsable de los reclamos, cuandoha cambiado su color y muestra síntomas de sobre-madurez, aún cuando el resto de la caja presentebuena condición comercial. Por ello, en cosecha,además del valor promedio de firmeza, un paráme-tro útil para evaluar esta situación podría ser consi-derar los valores de firmeza que presenten los 5frutos de firmeza más baja (tamaño de la muestra:20-30 frutos) y la dispersión entre estos valores y elpromedio.

Ejemplo: si el 20% de la muestra tiene una firmezainferior al límite propuesto para la larga conserva-ción, esta fruta se debería tipificar como de unacondición inferior (mediana conservación).

Otras determinaciones que normalmente se reali-zan (degradación de almidón, acidez titulable, só-lidos solubles y color) no son buenos indicadoresde la madurez debido a la variabilidad que presen-tan entre temporadas y a la baja variación duranteel periodo de cosecha.

La degradación de almidón se realiza mediante eltest de lugol, comparando la tinción de los frutosmuestreados con tablas para la variedad. Este ín-dice varía entre el 10-20% al iniciarse la cosecha ymuestra una rápida disminución a partir de la pri-mera semana (110 días) (Figura 12.2).

Los sólidos solubles aumentan en el periodo de co-secha a partir de valores cercanos al 10% hasta va-lores del 12%. La acidez titulable (gramos de ácidomálico por litro) desciende desde 4,5 g/l al mo-mento de inicio de cosecha hasta valores inferioresa 3,8 g/l.

A lo largo del período de cosecha, las peras Wi-lliams no presentan variaciones importantes en elcolor de fondo, por lo cual éste no sería un buen in-dicador del inicio de cosecha. Durante la mayorparte del período de cosecha los frutos se mantie-nen entre los colores 2 y 3 de la tabla CTIFL de pera.A medida que avanza la cosecha empieza a predo-minar el color 3 y a partir de la última semana deenero y primera de febrero empiezan a observarseen una proporción variable frutos en estado de ma-duración avanzada que se corresponden con elcolor 4 (a veces 5).

Los colores de la tabla de CTIFL son:> C1: verde muy intenso> C2: verde intenso> C3: verde> C4: verde claro> C5: verde amarillento> C6: verde amarillento claro> C7: amarillo verdoso> C8: amarillo

Figura 12.2. Escala de degradación de almidón en pera Williams.

Page 130: Manual Pera Williams

130 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

12.4. Cosecha:

recomendaciones,

criterios y cuidados,

transporte adecuado

Se aconseja:> Dar a los cosechadores indicaciones precisas,indicando tanto la fruta a recolectar como aque-lla a dejar en la planta debido a la presencia dedefectos claramente visibles, de manera de pre-seleccionar la fruta desde el campo.

> El operario debe tomar el fruto suavemente ymediante una leve torción hacia arriba lo des-prende de la rama fructífera. Se debe evitar pre-sionar la fruta con los dedos. La separación debeproducirse en la unión del pedúnculo con larama, por la presencia de una zona natural deabscisión. La fruta debe recolectarse con pedún-culo completo y sin hojas.

> Es recomendable que las uñas estén cortaspara evitar daños, ya que cualquier lesión au-menta el riesgo de podredumbres, al igual queen las operaciones de selección y embalaje.

> Para prevenir la caída de frutos maduros, co-sechar primero la fruta de la parte baja del árboly luego colocar la escalera para cosechar la frutade la parte alta.

> No debe recolectarse la fruta cuando está mo-jada o muy húmeda. No se deben recolectar fru-tos del suelo. Los frutos no deben presentarpudrición ni heridas abiertas.

> Es requisito indispensable cosechar fruta demadurez homogénea, respetando las indicacio-nes de los índices de madurez recomendadospara esta variedad. Para ello, es importante iden-tificar los lotes que suelen madurar con anterio-ridad. De la misma forma, prestar atención a laszonas del árbol que maduran antes debido a sumayor exposición al sol, como suelen ser laszonas altas o la cara norte del árbol en las plan-taciones orientadas este-oeste.

> No sobrecargar el cosechero. Ajustar lassogas del cosechero de manera que el largo de labolsa no supere la altura de las rodillas, para evi-tar golpes en los frutos al caminar.

> La carga y el vaciado de los cosecheros debenrealizarse cuidadosamente para prevenir golpesy daños por pedúnculo.

> Debe reducirse al mínimo el número de ma-nipulaciones (número de trasbordos), ya quese incrementa la cantidad de lesiones. Los fru-tos golpeados tienen una maduración más rá-pida a causa de una mayor intensidadrespiratoria.

> Acolchar los cosecheros y los bines revis-tiéndolos para evitar los daños por abrasión,y verificar que el revestimiento esté en buenestado.

> Mantener el interior de cosecheros y bineslimpio de ramas, pasto u otros residuos que pue-dan dañar la piel de los frutos o incrementar lasheridas por impacto. Asimismo, conservarloslimpios de polvo y tierra para evitar daños porabrasión o roce. También deben extremarse loscuidados para impedir la contaminación de losfrutos con residuos orgánicos. La presencia desemillas es una limitante para la comercializa-ción de fruta en ciertos mercados.

> Descargar la fruta de forma que quede biendistribuida y no ruede desde zonas con más frutaa zonas vacías del bin. No sobrepasar la capaci-dad de los bines para evitar daños por compre-sión durante el apilado. Evitar remover la frutadurante la preclasificación en bines.

> Cosechar la fruta durante las horas frescas deldía y mantener los bines a la sombra. Disponerde un adecuado transporte y logística contribuyea reducir la carga de calor de campo y el costo deenfriamiento.

> La fruta cosechada debe llegar cuanto antes algalpón de empaque. No dejar los bines con frutaen la chacra de un día para el otro. Permitir quela fruta esté afuera durante la noche en los binesy camiones no bajará su temperatura significati-vamente, y el tiempo perdido en alcanzar su tem-peratura de conservación afectará su vidaposterior. De interrumpir la jornada de trabajo,no dejar la fruta en el monte al mediodía.

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131Capítulo 12Manejo de poscosecha

> Los bines llenos no deben exponerse directa-mente al sol, ya que unos pocos minutos de expo-sición elevan considerablemente su temperatura.En términos generales, un fruto expuesto al sol seencuentra unos 5-7ºC por encima de la tempera-tura ambiente, debido a su propio metabolismo.

> Cubrir los bines con media sombra previenela exposición directa al sol y al polvo. Si es posi-ble, la malla debe ser blanca ya que el colornegro favorece el incremento de la temperatura.Las mallas cobertoras no deben estar en con-tacto con la fruta y deben permitir la circulaciónde aire. No cubrir la fruta del bin con ramas,pasto ni rastrojos.

> Si es posible, lavar la fruta en la chacra paraeliminar polvo y favorecer un enfriamiento du-rante el transporte al empaque. Desde el puntode vista sanitario, debe tenerse en cuenta la ca-lidad del agua utilizada. Esta operación no de-berá realizarse si el transporte implica largosrecorridos por caminos de tierra.

> Una menor presión en las ruedas del tractorayuda a disminuir los daños por impacto duranteel transporte de los bines, sobre todo si el estadode las calles no es bueno.

> Se recomienda el uso de camiones simplespara pocos bines (chasis) o semi-remolques paramayor cantidad de bines, y no utilizar estas op-ciones con acoplado. El camión debe circular abaja velocidad y el sistema de amortiguacióndebe estar en perfectas condiciones, siendo elsistema de suspensión por aire el más indicado.

12.5. Cosecha en pasadas

La pera Williams se cosecha en pasadas debidoprincipalmente a que es necesario que los frutosalcancen un calibre determinado. En un mismo mo-mento, dentro de un lote conviven distintos tama-ños de fruto, por lo que algunos son aptos para serrecolectados y otros deberán ser esperados paraque continúen con su crecimiento. Los frutos demayor calibre son más demandados por el mer-cado, con la ventaja de cosechar más kilos de fruta.

Cosechar en pasadas implica que en un lote se co-

sechará por un periodo de tiempo en distintas fe-chas, originando distintos estados de madurez dela fruta. Es probable que un porcentaje variable secoseche con madurez avanzada, con mayoresdaños por asoleado, más descarte y menor poten-cial de conservación. Sería recomendable que la co-secha de esta variedad no se prolongue más alláde los 20 días siguientes a la fecha del sello, lo quepermite normalmente 3 pasadas separadas por unasemana. En términos generales, debido a la propor-ción de calibres comerciales al inicio de la cosecha,se recolectan aproximadamente un 20% de los fru-tos comerciales en la primera pasada, 50% en lasegunda y 30% en la tercera.

Un fruto con edad avanzada tiene menor capacidadpara mantener su calidad fuera de la planta. Por lotanto, cualquier desajuste en el manejo en la cose-cha y poscosecha resiente aún más su potencial deconservación y condición comercial. Es prioritariorealizar un manejo cuidadoso y preciso sobre lafruta de cosechas avanzadas, para evitar exponerlaa condiciones de estrés. También lo es priorizar elprocesamiento y enfriamiento rápido.

Las tareas de cosecha se deben ajustar a las reco-mendaciones descriptas en el Manual de BuenasPrácticas Agrícolas (BPA) y de higiene para la pro-ducción primaria (cultivo, cosecha), acondiciona-miento, empaque, almacenamiento y transporte defrutas frescas, del Ministerio de Agricultura, Gana-dería y Pesca.

12.6. Acondicionamiento

Establecimiento de empaque

La reglamentación nacional establece que el pro-ceso de empaque se debe efectuar en un estableci-miento o galpón de empaque, y las personas oempresas empacadoras deben registrarlos y habili-tarlos en el organismo oficial competente (SENASA).

Muestreo de los frutos en la llegada a la planta deempaque

Se realiza para conocer la calidad interna de la frutaantes de introducirla en la cámara frigorífica. Porello, es necesario hacer el muestreo y el análisiscon todo cuidado.

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132 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Antes de tomar la muestra se debe observar elmayor número posible de bines. Sería deseablever toda la partida, con el fin de hacerse unaidea del estado general de la fruta en sus diver-sos aspectos.

La muestra ha de variar de 10 a 20 frutos por carga(camión, remolque, etc.) en función de su tamaño.Es decir que, cuanto más grande sea la carga, másfrutos hay que tomar y viceversa. Debe escogersefruta de diferentes bines, excluyendo aquellos quetengan cualquier anomalía. Seleccionar frutos detamaño comercial medio (tamaño 90-100), de ma-nera de poder comparar los valores de firmezaentre lotes de diferente tamaño promedio.

Ingreso de la fruta al empaque

La fruta debe ingresar al empaque el mismo día dela cosecha y en el menor tiempo posible. Se reco-mienda realizar un lavado con agua limpia, para eli-minar polvo y suciedad. Esta operación tambiénpermite iniciar un leve descenso de la temperaturade la fruta, por la evaporación del agua a tempera-tura ambiente. El lavado se lleva a cabo durante eltiempo suficiente para lograr un buen mojado delos frutos.

En general, en esta variedad no se realizan trata-mientos de antiescaldantes y fungicidas en dren-cher. En el caso contrario, verificar que losproductos aplicados estén registrados en el país dedestino, y tener en cuenta sus límites de tolerancia.

Alternativas de manejo operativo

Una vez llegada la fruta al empaque deben priori-zarse dos pautas de manejo imprescindibles paraasegurar la buena conservación: llegar cuantoantes a la temperatura de conservación en pulpa yevitar fluctuaciones de temperatura (saltos térmi-cos). Para ello, lo más indicado sería procesar todala fruta el mismo día de la cosecha. Cuando esto noes posible debido a que la cantidad de fruta que in-gresa supera las posibilidades operativas del em-paque, una parte deberá guardarse en frío hasta suproceso. De esta manera, existen dos modalidadesde trabajo:

> Trabajo “en caliente”: la fruta se procesa alllegar del campo y sin enfriamiento previo. Luegose enfría en cajas previamente paletizadas.> Trabajo “en frío”: la fruta proveniente delcampo se enfría en bines y se procesa luego deun período de conservación en cámara.

Trabajo “en caliente”

Cosecha

Empaque

Preenfriado de fruta embalada (aire forzado)

Conservación definitiva(cajas paletizadas)

Trabajo “en frío”

Cosecha

Preenfriado de fruta en bines(aire forzado o hidroenfriado)

Conservación en cámara(fruta en bines)

Empaque

Preenfriado de fruta embalada (aire forzado)

Conservación definitiva(cajas paletizadas)

Lavado Lavado

Page 133: Manual Pera Williams

133Capítulo 12Manejo de poscosecha

El proceso “en caliente” está determinado por elflujo de ingreso de fruta al empaque. Por lo tanto,la discontinuidad del ingreso puede afectar la lo-gística de trabajo.

El proceso “en frío” de un lote implica hacerlosobre la totalidad de fruta de ese lote. Esto significaque se enfriará un porcentaje de fruta que con pos-terioridad será descartada comercialmente, lo cualsignifica un costo adicional. Además, con esta al-ternativa de trabajo se producirán “saltos térmi-cos” en la temperatura de la fruta.

Se debe tener en cuenta el manejo de los palletsen aquellos tamaños extremos (muy grandes o muypequeños), para evitar fluctuaciones de tempera-tura, ya que con frecuencia estos tamaños soncompletados en dos o tres jornadas de trabajo.

12.7. Enfriamiento de los

frutos

Para mantener la calidad, el manejo de la tempera-tura después de la cosecha es particularmente im-portante en el caso de variedades precoces comoWilliams. El objetivo del enfriamiento en poscose-cha es disminuir la tasa respiratoria y, por lo tanto,extender la vida de la fruta durante el almacena-miento. Mientras más alta sea la temperatura,mayor será la tasa de respiración y más aceleradoel ablandamiento. Un retraso en el enfriamientodisminuye el potencial de conservación, así comoincrementa la incidencia de decaimiento interno. Lademora en el ingreso al frío resulta muy perjudicial,y sus efectos son potenciados si está acompañadade bajas tasas de enfriamiento.

Existen dos fuentes de calor que afectan a los frutos:> Calor de campo: es aquel que la fruta ad-quiere por estar expuesta a las condiciones decampo: temperatura ambiente, exposición al sol,etc. > Calor de respiración: es la fracción de caloremitida por los frutos debido a su propia activi-dad metabólica (respiración).

El calor de campo es la fracción más importante almomento de llegar la fruta desde el monte. Estecalor se remueve al llegar la fruta al empaque y esel que más energía requiere para ser eliminado. Por

ello, tiene que ser lo más bajo posible al momentode enfriar la fruta, y su eliminación debe realizarsea través de un método rápido y eficiente. Para eli-minar el calor de respiración se requiere menosenergía, que es la necesaria para mantener unatemperatura de régimen constante en cámaras deconservación.

El tiempo entre la cosecha de la fruta y el inicio delenfriado debe ser mínimo, en lo posible dentro deldía de la cosecha, ya sea de fruta en bines o emba-lada. En este sentido, es recomendable efectuar unpreenfriado mediante hidrocooling o aire forzado.

Para alcanzar las temperaturas de régimen de formaeficiente y rápida desde el punto de vista energé-tico, las temperaturas de la fruta deben ser lo másbajas que sea posible antes de iniciar el proceso de-finitivo de conservación. Mediante el preenfriado setiene que lograr reducir la temperatura inicial de lafruta en 7/8. Por ejemplo, si los frutos llegan delcampo con 30ºC y la temperatura de conservaciónes de -1ºC, con el sistema de preenfriado puede sersuficiente alcanzar los 3-4 ºC. De esta manera se eli-mina la mayor parte del calor de campo en untiempo reducido, con menores costos energéticos yuso más eficiente de la infraestructura disponible.Eliminar la siguiente fracción de calor (1/8) demorala misma cantidad de tiempo que reducir los prime-ros 7/8. Luego del preenfriado se pasa a un períodode estabilización en cámara y se procede a la con-servación definitiva de los frutos.

12.7.1. Sistemas de preenfriado

El tiempo transcurrido desde la cosecha hasta quese obtiene la temperatura deseada en el núcleo delfruto tiene un papel fundamental en la posterior ca-pacidad de conservación.

Aquí se distinguen dos etapas. La primera va desdela cosecha hasta el ingreso al frigorífico, y su ma-nejo depende de la logística de cosecha, transportey organización de la planta de empaque. La se-gunda, que transcurre desde el ingreso al frigoríficohasta lograr la temperatura de núcleo del fruto de-seada, depende del sistema de enfriamiento.

En general, la temperatura de la fruta es más altaque la del aire y debe determinarse con termóme-tros de pulpa (“pinchafruta”).

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134 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Cualquiera sea el método usado, se debe buscar en-friar lo más rápidamente posible con el uso mínimode trabajo y energía. La velocidad de enfriamientodifiere entre los tres métodos más utilizados: cá-mara, aire forzado e hidrocooling.

a) Enfriamiento en cámara frigoríficaEs el método más tradicional de enfriamiento y elmenos eficiente. Es recomendable su uso enbines y no en fruta embalada, ya que el enfria-miento puede prolongarse demasiado.

Pueden utilizarse temperaturas de aire lo másbajas posible (hasta -7ºC), siempre y cuando semonitoree la temperatura en la pulpa para preve-nir problemas por congelamiento.

El dimensionamiento de la cámara deberá ajus-tarse a la cantidad de fruta a enfriar, de manerade llegar a los 7/8 de la temperatura inicial en nomás de 48 horas. En caso de no ser posible, sedebe reducir el volumen de fruta a enfriar.

Se aconseja evitar el ingreso de fruta caliente encámaras que contengan fruta fría, para evitar dis-tintos estratos de temperaturas y el sobreenfria-miento de esta última.

b) HidrocoolingEs el método más recomendable para enfriarfruta en bines. Consiste en mojar la fruta conagua tan fría como sea posible (normalmenteentre 0 a 2ºC).

El tiempo de permanencia en hidrocooling debepermitir el enfriamiento de la fruta hasta alcanzarvalores cercanos a los 7/8 de la temperatura ini-cial, ya que enfriar por debajo de estas tempera-turas implica la pérdida de eficiencia del sistema.

El diseño del bin y su recubrimiento deben faci-litar que el agua escurra para mantener un cau-dal de circulación adecuado. Se debe evitar lapropagación de enfermedades fúngicas.

c) Aire forzadoEl sistema de enfriamiento por aire forzado sebasa en obligar la circulación del aire frío a travésdel producto y los materiales de empaque (cajas,bolsas, etc.). Esto se logra generando una dife-rencia de presión por medio de ventiladores que

extraen el aire dentro de los recipientes. De estaforma, el aire frío generado en la cámara es for-zado a circular a través del material y del pro-ducto, aumentando la tasa de transferencia decalor.

La fruta embalada con bolsa se debería llevar atemperaturas lo más cercanas al régimen de con-servación, dentro de las posibilidades de tiem-pos operativos e infraestructura del empaque,para luego ser trasladada a las cámaras de con-servación definitivas.

12.8. Manejo de la fruta

durante el proceso de

empaque

Debe mantenerse un flujo de fruta constante y uni-forme que permita optimizar el rendimiento opera-tivo, realizar con eficiencia los tratamientos en lalínea y reducir los daños mecánicos debidos a laacumulación de fruta.

> Sistema de volcadoSe aconseja elegir el sistema de volcado (enseco, hidroinmersor, ecovaciador) que minimiceel daño mecánico ya sea por golpes o por abra-sión. El volcado en agua es recomendable. Ac-tualmente existen sistemas de volcado queevitan el uso de sales de flotación.

> Aplicación de productos en líneaEn el caso de aplicar productos, asegurarse queestén registrados en el país de destino y tener encuenta los límites de tolerancia de estos. El obje-tivo de la aplicación es lograr un residuo que seaefectivo y que no supere los límites máximos(LMR). Esto dependerá de la concentración deproducto en el caldo, del tipo de sistema de apli-cación empleado (alto o bajo volumen) y deltiempo de exposición de la fruta al producto. Esimportante contar con sistemas de agitación quemantengan una concentración de producto ho-mogénea en el tanque.

> RoladoLas peras Williams son sensibles al manchadode la piel (rolado) debido a daños por roce y/oabrasión con las manos, recolectores, cajones,cepillos, etc.

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135Capítulo Título

Entre los factores que afectan la sensibilidad dela fruta al rolado se pueden mencionar:

> Madurez a cosecha: siempre es recomendablecosechar dentro de los rangos de madurez óp-tima. La fruta muy verde o muy madura puedeser más sensible al rolado, por distintas causas.

> Madurez de la fruta al momento del proceso:cuanto más madura esté la fruta al pasar por lalínea, mayor será su sensibilidad al rolado.

> Tiempo entre cosecha y proceso: la sensibili-dad al rolado aumenta con el tiempo de perma-nencia en frío. Puede considerarse que despuésde 45 días de conservación, la fruta se encuentraen una situación de alto riesgo de rolado.

> Deshidratación: la fruta con mayor deshidra-tación es más sensible al rolado, debido al au-mento en la rugosidad de su superficie.

> Temperatura de proceso: el trabajo de la fruta“en caliente” minimiza las pérdidas por rolado.En caso de trabajar con fruta proveniente de frío,se debe tener en cuenta que su temperatura au-menta a lo largo del proceso de empaque, por loque se requiere un nuevo proceso de enfria-miento rápido. Es conveniente que la tempera-tura de la fruta al final del proceso de empaqueno supere los 15ºC, para evitar pérdidas de cali-dad y para reducir los tiempos de enfriamiento.De ser posible, estas operaciones deben reali-zarse en zonas climatizadas.

Recomendaciones para reducir los daños por rolado:

> Mantener la limpieza de la línea para eliminarresiduos abrasivos como polvo, tierra, restos decera seca, etc.

> Reemplazar el uso de cepillos por cintas y re-ducir la velocidad de trabajo a 25-30 rpm.

> En líneas donde también se procesen manza-nas, adaptar las transferencias para el procesode peras.

> Retirar las cortinas de manera de mantener unflujo de fruta constante.> Garantizar un correcto secado de la fruta.

12.9. Materiales de empaque

> Tipo de cajasLos envases utilizados, ya sean de madera, car-tón o plástico, deben garantizar la correcta cir-culación de aire frío a través del producto. Paratal fin, es fundamental una mínima superficie deventilación (troqueles) que favorezca tanto la cir-culación vertical como horizontal.

> Tipo de bolsasEs necesario el uso de bolsas para reducir la pér-dida de peso por deshidratación. Ésta comienzadesde que el fruto es separado de la planta, ycuando alcanza valores por encima de 4-6% sepueden observar síntomas externos como mar-chitamiento y arrugamiento de la piel, que redu-cen el valor comercial del producto. El porcentajede pérdida de peso se calcula con respecto alpeso inicial.

Para seleccionar el tipo de bolsa más apropiada acada circunstancia, deben tenerse en cuenta las si-guientes consideraciones:

> La densidad del polietileno influye en la per-meabilidad a los gases y al vapor de agua. El po-lietileno de alta densidad (PEAD) tiene unamenor permeabilidad a los gases, por lo que per-mite una mayor modificación de estos (O2 y CO2)que el de baja densidad (PEBD). Sin embargo,debe tenerse en cuenta que algunas combinacio-nes de gases pueden causar daño a los frutos. Sibien la permeabilidad al vapor de agua es menoren PEAD que en PEBD, ambos materiales logranmantener la deshidratación de la fruta en nivelescomercialmente aceptables.

> El espesor de los materiales influye sobre laresistencia a la rotura y sobre la permeabilidad alos gases y al vapor de agua. A partir de los 20µde espesor se obtiene suficiente resistencia. Amedida que aumenta el espesor se reduce la per-meabilidad y se incrementa el costo de la bolsa.

> La cantidad y el tamaño de las perforaciones(superficie perforada) influyen en la velocidad deenfriamiento y en la tasa de deshidratación.Cuanto mayor sea la superficie perforada, mayorserá la velocidad de enfriamiento pero se redu-cirá el control de la deshidratación.

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136 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Las perforaciones permiten el intercambio deaire entre el interior y exterior de la bolsa, razónpor la cual no hay descenso de O2 ni aumento deCO2. La conservación en atmósferas controladasimplica el uso de bolsas perforadas para garan-tizar que la atmósfera dentro de la bolsa sea lamisma que la generada en la cámara.

> El adecuado cerrado de las bolsas (plegado,torneado, encintado, etc.) es una condición ne-cesaria para obtener los beneficios menciona-dos, principalmente cuando se pretende generaruna modificación en el contenido de O2 y CO2.

> Para evitar toxicidad por exceso de CO2 o au-sencia de O2 (anaerobiosis), la bolsa debe ce-rrarse con una temperatura de fruta tan bajacomo sea posible. De esta forma se alcanzará másrápido la temperatura óptima de conservación.

> Para asegurar la correcta maduración de losfrutos, las bolsas sin perforar deben abrirse al fi-nalizar la conservación, antes de exponer la frutaa temperatura ambiente.

12.10. Conservación

12.10.1. Muestreo de los frutos durante la con-servación

Durante el proceso de conservación se debe efec-tuar un seguimiento de la fruta con el fin de evaluartanto el estado actual como su potencial de comer-cialización. Los controles deberán ser más frecuen-tes en tanto y en cuanto más dudosa sea la partidaen cuestión.

Se recomienda tomar 20 frutos por partida y hacerdos lotes iguales de 10 frutos cada uno. Sobre elprimero se determinan los índices de madurez (fir-meza, almidón, ácidos, azúcares, color, etileno,etc.) y calidad (interna y externa). El segundo lotese deberá mantener a temperatura ambiente unos4-7 días, para simular el proceso normal de comer-cialización y conocer el estado en que esta fruta lle-garía al consumidor. Esto es importante ya que endeterminadas ocasiones la fruta que parece estaren buenas condiciones puede tener un deterioromuy rápido durante el proceso comercial. Es fun-damental verificar que después del período de ma-

duración a temperatura ambiente la fruta alcancelas características organolépticas distintivas de lavariedad, que implican ablandamiento normal (4-5libras de firmeza de pulpa), desarrollo de jugo y vi-raje del color verde al amarillo (hue menor a 100).

12.10.2. Condiciones de conservación

Temperaturas recomendadas en pulpa: -1ºC +/- 0,5ºC Umbral de daño por congelamiento: -2,2ºC a -1,7ºC (de-pendiendo del contenido de sólidos solubles totales ydel tiempo de exposición) Humedad relativa ambiente: > 95% Vida de almacenamiento: 3 a 4 meses (FC); 5 meses (AC)

a) Conservación en frío convencionalBajo las condiciones citadas se podrá mantenerla condición de las peras durante el período dealmacenamiento óptimo, que dependerá del es-tado de madurez de los frutos en el momento dela cosecha. En la mayoría de los casos, el fin dela vida de poscosecha se debe al desarrollo dedesórdenes fisiológicos como el decaimiento in-terno y la escaldadura de senescencia, los cualesse asocian a cosechas tardías, preenfriado insu-ficiente y condiciones de conservación inapropia-das o demasiado prolongadas.

El punto de congelamiento de la fruta disminuyea medida que aumenta el contenido de sólidossolubles, por lo que se reduce el riesgo de dañospor congelamiento. No obstante, las temperatu-ras de conservación por debajo del umbral reco-mendado pueden provocar estrés por frío sinllegar a congelar la fruta.

b) Conservación en atmósfera modificadaLa conservación en atmósferas modificadas (AM)se refiere a cualquier atmósfera con un conte-nido gaseoso diferente al del aire (21% de O2 y0,03% de CO2). Se utilizan películas plásticasque crean de forma pasiva una atmósfera modi-ficada, como resultado de la permeabilidad delfilm y la respiración del fruto. Dentro de las bol-sas se generan condiciones de bajo O2 y altoCO2 que reducen la tasa metabólica, la pérdidade peso y la pérdida de calidad de las peras Wi-lliams, prolongando su vida en poscosecha. Sinembargo, este efecto no se extiende durante lavida en estante al simular las condiciones de co-mercialización.

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137Capítulo Título

Los menores niveles de oxígeno que se producendentro de las bolsas reducen la pérdida de fir-meza, acidez y color verde. Así mismo, se ha de-mostrado que los mayores niveles de CO2mantienen mayores valores de firmeza, mayorretención del color verde y menores porcentajesde podredumbres. Uno de los mecanismos porlos cuales las atmósferas enriquecidas en CO2 oreducidas en O2 extienden la conservación de lafruta climatérica es por la supresión de la biosín-tesis y acción del etileno.

Cabe mencionar que, además de las bolsas cita-das, se encuentran disponibles en el mercadootras bolsas de marcas comerciales, con perme-abilidad selectiva a los gases o impregnadas conadsorbedores de etileno.

c) Conservación en atmósfera controladaLas atmósferas controladas (AC) permiten laconservación de pera Williams durante 5 meses.Los niveles de gases empleados en AC depen-den de la madurez de la fruta. Un contenido de1-3% de O2 con 0-3% de CO2 ha arrojado bue-nos resultados.

Las condiciones de AC retrasan la tasa de respi-ración, la producción de etileno, el cambio decolor del verde al amarillo, el ablandamiento, eldesarrollo de escaldadura superficial y la inci-dencia de podredumbres en peras. Sin embargo,pueden aparecer ciertos desórdenes inherentesa su uso, como el daño por alto CO2 o bajo O2, yproblemas de maduración cuando las frutas seremueven de las condiciones de AC. Estas perasmuestran pardeamiento de la pulpa, cavidadesen los tejidos dañados y fermentación, que dalugar a la acumulación de acetaldehído, etanol yacetato de etilo y al desarrollo de sabores desa-gradables.

La AC contribuye a exaltar las características sen-soriales intrínsecas del cultivar, al estimular laformación de ácidos orgánicos y la producciónde jugo, y retarda considerablemente la senes-cencia y la aparición de decaimiento interno.Cuando el almacenamiento excede los períodosmencionados o las condiciones de conservacióno la madurez de la fruta no han sido los adecua-dos, las peras Williams se tornan amarillas, perola jugosidad y su excepcional calidad organolép-

tica desaparecen. Este comportamiento se co-noce como “enfermedad del frío”.

d) Aplicación de 1-metilciclopropenoEl 1-metilciclopropeno (1-MCP) es una nueva tec-nología de poscosecha que está disponible parauso comercial en frutos de pepita en Argentinadesde 2002, bajo la marca SmartFresh®. Enperas Williams, el 1-MCP inhibe la acción del eti-leno y consecuentemente reduce el ablanda-miento, la pérdida de acidez y los cambios decolor. Además, controla algunos desórdenes ypodredumbres relacionados con la senescencia.El efecto del 1-MCP depende de la concentraciónutilizada, del grado de madurez de la fruta en elmomento del tratamiento y de la duración de laconservación.

Las peras Williams deben tratarse con concen-traciones sub-saturantes de 1-MCP, para retrasarla maduración durante el tiempo necesario y per-mitir la normal maduración durante la vida en es-tante, post conservación. De esta forma segarantizará que al momento de consumo alcan-cen las características deseadas por los consu-midores: coloración amarilla, sabor dulce, aromaagradable, textura jugosa y ablandamiento nor-mal (2-4 libras de firmeza de pulpa).

Es imprescindible seguir detalladamente las reco-mendaciones de uso del producto para este culti-var, las cuales se basan en el estado fisiológico delos frutos en el momento del tratamiento:

> Se podrán tratar frutos de madurez homogé-nea con firmeza de pulpa promedio superior a 17lb y degradación de almidón hasta 40%.

> Los lotes altamente variables en su firmeza depulpa y/o contenido de almidón pueden no res-ponder de manera uniforme al 1-MCP. La madu-rez de la fruta a cosecha debe indicar que almenos el 90% se encuentre dentro de los nivelesde firmeza de pulpa y almidón indicados en lasrecomendaciones.

> El intervalo máximo entre la cosecha y la apli-cación debe ser de 6 (seis) días, con el fin de ob-tener buenos resultados con 1-MCP.

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138 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

No es conveniente tratar la fruta que ha sido preen-friada en bines de madera, ya que la madera mojadaadsorbe el 1-MCP y reduce la efectividad del trata-miento. De no ser posible el uso de bines plásticos,se recomienda aplicar mayores concentraciones.

Para alcanzar la madurez de consumo dentro de los7 a 12 días de vida en estante a 20ºC, las peras tra-tadas con 1-MCP deben permanecer un mínimoplazo de conservación de forma que pueda rever-tirse el efecto inhibitorio de la acción de etileno. Esimportante realizar un seguimiento del estado demadurez todos los meses, para tomar la decisiónde comercialización.

Al igual que en todas las tecnologías de conserva-ción, el manejo adecuado de la temperatura es unpunto clave para el éxito del tratamiento con 1-MCP.

e) Atmósferas controladas dinámicasA diferencia de las condiciones estáticas en lasAC, la atmósfera controlada dinámica (ACD) per-mite ajustar periódicamente los niveles de O2para mantenerlos en el mínimo tolerado por lafruta en cada momento y sin provocar daños. Deesta forma, el metabolismo de la fruta se reduceal mínimo, lo que favorece el mantenimiento de lacalidad. Para tal fin es necesario contar con sen-sores que indiquen el momento a partir del cuallas concentraciones de O2 dentro de la cámarason demasiado bajas. Los sensores de etanol yfluorescencia de la clorofila han demostrado serefectivos en detectar la presencia de estrés porbajo O2 en frutas.

El proceso consiste en un barrido inicial de la cá-mara hasta alcanzar los niveles de O2 común-mente usados en AC y el descenso gradualposterior debido a la propia respiración de lafruta. La tolerancia de la fruta se irá monitore-ando a través de los sensores y cuando estos in-diquen el inicio de estrés por bajo O2, se elevaránlos niveles de ese gas en un 0.2%, iniciándoseaquí un nuevo ciclo de descenso del O2.

Transporte refrigeradoAl igual que en todas las etapas mencionadas,debe garantizarse que la temperatura de la frutaen la pulpa no sufra variaciones. Para tal fin esrecomendable:

> Tener una playa de cargas refrigerada.> Sacar la fruta inmediatamente antes de car-garla y realizarlo rápidamente.> Enfriar el termorefrigerado o el containerantes de la operación de carga.> Implementar sistemas para el registro de lastemperaturas en tránsito.

PlanificaciónEs importante realizar una planificación previade las tareas de cosecha, transporte, empaque ypreenfriado, cuantificando antes la capacidadoperativa de cada uno de estos procesos. La co-ordinación de estas acciones permitirá optimizarlos recursos y reducir pérdidas de tiempo quepuedan perjudicar en forma severa la calidad dela fruta.

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139Capítulo Título

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140 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Las pérdidas de poscosecha de peras causadas porenfermedades fúngicas, fisiopatías y daños se hanincrementado en las últimas décadas, debido a losprolongados períodos de conservación de la fruta,los que se relacionan con el mayor desarrollo tec-nológico y la necesidad de abastecimiento de pro-ductos de alta calidad a lo largo del año.

Las enfermedades de poscosecha de peras puedenser:

a) patogénicas causadas por hongos,

b) fisiogénicas, enfermedades fisiológicas o fisio-patías, causadas por agentes abióticos o no pa-tógenos; y

c) daños que pueden ser mecánicos o ambientales,tanto de campo como de conservación.

13.1. Enfermedades

patogénicas

Durante la estación de crecimiento, en la superficiede los frutos se depositan microorganismos entrelos que se encuentran las esporas de hongos.Antes de la cosecha, muy pocas especies de hon-gos son capaces de afectar al fruto; sin embargo, amedida que avanza la maduración aumenta la sus-ceptibilidad de éstos a las infecciones, originandopodredumbres de evolución más o menos rápidasegún el patógeno involucrado.

En la poscosecha de pera en la región se han regis-trado como enfermedades fúngicas de mayor im-portancia el Moho azul causado por Penicilliumexpansum Link y Penicillium spp. y el Moho griscausado por Botrytis cinerea Pers.

La podredumbre por Alternaria, la podredumbrepor Cladosporium y el Ojo de Pescado causado porAthelia epiphylla son enfermedades de apariciónesporádica.

Estos patógenos son considerados en general pa-rásitos de heridas, si bien algunos pueden penetrarpor pedúnculo o lenticelas. Las heridas suelen serproducidas por la incorrecta manipulación de losfrutos, por el granizo o por otros organismos comoinsectos, aves, etc.

Capítulo 13

Enfermedades

de poscosecha

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13.1.1. Moho azul o podredumbre húmeda

Ocurrencia e importancia: Es una de las causasde pérdidas más importantes en poscosecha deperas Williams. Se encuentra distribuido mundial-mente y también en todas las zonas productorasde Argentina.

Agente causal: Penicillium expansum es la especiecausal del moho azul más común y de mayor importan-cia. En la región se aislaron e identificaron dos espe-cies más de éste género (P. echinulatum y P.crustosum) a partir de peras en conservación frigorífica.

Descripción de la enfermedad: Los síntomas delmoho azul en peras del cv. Williams consisten enuna podredumbre húmeda y blanda, de creci-miento muy rápido a temperatura ambiente, deforma circular, contornos netos y color pardoclaro. Los tejidos afectados tienen un aspectoacuoso y se separan fácilmente de lossanos; una leve presión sobre la podre-dumbre rasga la piel y produce unaabundante liberación de líquido. Lapodredumbre evoluciona más rá-pido a medida que la fruta ma-dura. El nombre de laenfermedad hace referenciaa la presencia de una eflo-rescencia al principio

blanca y luego de color azul o azul verdoso, consti-tuida por las estructuras reproductivas del hongo(Foto13.1).

Las infecciones se inician a partir de heridas en elfruto, aunque en ocasiones a partir de pedúnculosdeshidratados o dañados al ser colonizados por elhongo. Las esporas del hongo pueden sobrevivir deuna estación a otra en los bines contaminados, reco-lectores o paredes de las cámaras frigoríficas. La dise-minación de las esporas ocurre fácilmente medianteel transporte por corrientes de aire en empaque y cá-maras de conservación. En la planta de empaque, lacontaminación de frutos se debe a la presencia de es-

poras del hongo en el aire, en elagua del preenfriado, en el hi-

droinmersor o en otrossitios de trans-

porte defrutas.

141Capítulo 13Enfermedades de poscosecha

Foto 13.1. Moho azul

Page 142: Manual Pera Williams

13.1.2. Moho gris

Ocurrencia e importancia: El moho gris es la se-gunda enfermedad de importancia en poscosechadespués del moho azul, tanto en peras como enmanzanas. Se encuentra distribuido en todo elmundo y también en Argentina. Se desarrolla enfrutos durante la conservación frigorífica, formandolos característicos “nidos” al diseminarse de unfruto enfermo a los frutos vecinos sanos.

Agente causal: Botrytis cinerea Pers.

Descripción de la enfermedad: Los síntomasaparecen como podredumbres de color marrónclaro, con márgenes difusos e irregulares, deconsistencia blanda aunque firme (Foto 13.2a).Con el avance de la enfermedad, el área afec-tada se torna de un color marrón oscuro. A di-ferencia de la podredumbre por Penicillium, noes posible separar los tejidos enfermos de lossanos, ni se desintegran al presionarlos. Evolu-ciona rápidamente en los frutos afectados que seencuentran en la oscuridad y con elevada humedadrelativa, con desarrollo de abundante micelioblanco a beige. Después de retirada la fruta de lacámara frigorífica, al exponerla a la luz y a tempe-ratura ambiente se va cubriendo de una eflorescen-cia de color gris, formada por fructificaciones delhongo. Sobre la superficie de los frutos embaladosy en conservación suelen observarse estructurasde resistencia del hongo conocidas como esclero-cios (negros, duros y redondeados) (Foto 13.2b).

En el cultivar Williams no es frecuente encontrar po-dredumbres por infección a través del pedúnculo.

Botrytis cinerea sobrevive en el campo sobremateria orgánica en descomposición. La con-taminación de los frutos se puede producirpor las esporas del hongo en el campo, en elagua del hidroinmersor y en la planta deempaque.

Es importante la contaminación que se pro-duce en conservación frigorífica desde frutosenfermos a sanos en contacto, originando los tí-picos nidos. Esto se debe a que el hongo presentaun mecanismo enzimático de degradación y ablan-damiento de paredes de frutos sanos y no requierede heridas en los frutos en contacto (Foto 13.2c).

142 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Foto 13.2a. Moho gris.Botrytis cinerea Pers.

Foto 13.2b. Moho gris.Botrytis cinerea Pers.

Page 143: Manual Pera Williams

143Capítulo 13Enfermedades de poscosecha

13.1.3. Podredumbre por Alternaria

Ocurrencia e importancia: La incidencia de esta po-dredumbre es menor que la del moho azul y delmoho gris y en general no constituye un riesgopara la conservación de peras Williams.

Agente causal: Alternaria spp.

Descripción de la enfermedad: La podredumbreque produce Alternaria spp. es de textura seca, decontornos netos e irregulares, de un color marrónoscuro a negro, sobre la que se encuentra una eflo-rescencia también oscura formada por micelio yfructificaciones del hongo.

Alternaria spp. sobrevive a las condiciones desfa-vorables en el suelo, sobre material vegetal en des-composición. Con frecuencia puede vivir comosaprófito o infectar tejidos debilitados de las plan-tas. En condiciones ambientales favorables pro-duce esporas en abundancia, que son diseminadaspor el viento y/o la lluvia. La esporulación se hacemás abundante con humedad elevada. Se haobservado que el hongo puede infectar elfruto a través de tejidos debilitados en losque se han producido heridas mecánicas,quemaduras de sol, etc. Las infec-ciones en los frutos se generana partir de heridas y lossíntomas aparecendurante la con-s e r v a c i ó n(Foto 13.3).

Foto 13.3. Podredumbre por Alternaria spp.

Foto 13.2c. Nido de Botrytis

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144 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

13.1.4. Podredumbres lenticelares

Ocurrencia e importancia: Las podredumbres len-ticelares, también denominadas “de ojo” son eco-nómicamente importantes en otras regionesproductoras de peras del mundo.

En el Alto Valle de Río Negro y Neuquén no hay regis-tros de la presencia de los “Gloesporiums” (Gloes-porium album, Gloesporium perenne, Gloesporiumfructigenum).

Otra podredumbre lenticelar de aparición esporá-dica en la región y que presenta importancia econó-mica poco significativa es el “ojo de pescado”.

13.1.4.1. Ojo de pescado

Ocurrencia e importancia: La podredumbre deno-minada “ojo de pescado” suele hallarse sobre al-gunos lotes de peras conservadas en cámarasfrigoríficas. En el Alto Valle deRío Negro y Neuquén se laha encontrado en las va-riedades comercia-les de pera perono en manzanas.

Agente causal: Athelia epiphylla Pers.

Descripción de la enfermedad: Al principio se ob-servan manchas aisladas de color castaño que seoriginan a partir de heridas. Posteriormente apare-cen nuevas manchas sobre las lenticelas. Las man-chas son circulares, de bordes netos más oscurosque el centro, el que se presenta deprimido y en al-gunos casos muestra resquebrajaduras (Foto13.4a).

En ataques avanzados e intensos las manchas con-fluyen y se puede observar micelio externo quecrece pegado a la superficie del fruto, de colorblanco cremoso y que avanza en forma de abanico(Foto 13.4b).

Los frutos pueden contaminarse por esporas quequedan en la madera de los bines. Dado que elhongo se desarrolla lentamente, la enfermedad semanifiesta en frutos almacenados después de va-rios meses de conservación.

Foto 13.4a. “Ojo de pescado” Foto 13.4b

Page 145: Manual Pera Williams

145Capítulo 13Enfermedades de poscosecha

13.1.5. Podredumbre por Cladosporium

Ocurrencia e importancia: Esta podredumbre sepresenta esporádicamente en peras y su importan-cia en la región es menor.

Agente causal: Cladosporium herbarum

Descripción de la enfermedad: Los síntomas con-sisten en una podredumbre circular y de contornoneto, de color oscuro que tiende al negro. Sobre lasuperficie de la mancha aparecen filamentos decolor oliváceo negruzco (Foto 13.5).

Es una podredumbre de evoluciónlenta que se manifiestadespués de un perí-odo de conserva-ción, cerca delfinal de lavida delfruto.

13.2. Manejo de enferme-

dades patogénicas de

poscosecha

Las prácticas de manejo de producción de peras engeneral tienen efecto sobre la conservación en pos-cosecha, ya sea porque influyen sobre la predispo-sición de la fruta a la disminución de la calidad oporque afectan las poblaciones y la dispersión delos hongos patógenos.

El manejo de las enfermedades de poscosecha seplantea desde el campo hasta la salida de la frutaembalada del empaque, intentando desarrollar unaestrategia integral mediante la cual se tienda a dis-minuir la utilización de fungicidas de síntesis y aminimizar el riesgo de enfermedades.

13.2.1. En la plantación, durante la estaciónde crecimiento

> Evitar condiciones predisponentes al desarrollode hongos

La mayoría de los hongos prosperan bajo con-diciones de alta humedad. En el monte puedecrearse un microclima más seco manteniendoun buen control de malezas y efectuandouna adecuada poda y conducción de los fru-tales, para permitir una correcta circulaciónde aire dentro de su estructura.

> Estimular / favorecer la resistencia naturalde la fruta

La susceptibilidad de la fruta a la presencia deenfermedades está influenciada por la nutrición.

Los frutos con alto contenido de calcio son menospropensos a las enfermedades patogénicas y a losdesórdenes fisiológicos. Se ha demostrado que laresistencia de la fruta a podredumbres se ve incre-mentada por la aplicación de calcio. En tanto, lafruta con alto grado de nitrógeno es más propensaa los problemas de poscosecha.

Todas las situaciones que favorezcan los desequi-librios nutricionales, de agua o de balance químico,disminuyen la resistencia natural de los frutos a lasenfermedades.

Foto 13.5. Podredumbre por Cladosporium

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146 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

13.2.2. Durante la cosecha

> Cosechar en el punto de madurez óptimaLos frutos recolectados en el momento oportunode cosecha mantienen más tiempo la calidad en laconservación en frío. La aplicación del dicho popu-lar “la última fruta que ingresa a conservación esla primera en salir” considera un enfoque razona-ble para decidir qué lotes de fruta almacenar pormás tiempo y cuáles comercializar más rápido. Losfrutos cosechados en el momento oportuno de re-colección tienen una mayor resistencia genética alos microorganismos que los cosechados en perío-dos más tardíos. Cosechar todo lo que sea posibleen el punto de madurez óptima ayudará a reducir laincidencia de las podredumbres.

> Mantener limpios y desinfectados los bines decosechaLos bines deben estar limpios y desinfectadosantes de ser utilizados y mantenerse de ese mododurante su uso. Hay que evitar juntar restos delmonte frutal en el fondo de los bines y tener la pre-caución de que los bines sucios no ingresen a lazona de alimentación donde se desaloja la fruta. Ladesinfección de los envases se puede realizar conhipoclorito de sodio (120-150ppm). No se debe per-mitir que se coseche fruta del suelo. Frutos caídosen el suelo o próximos a él pueden contaminarsecon Phytophthora cactorum, cuya podredumbre semanifiesta a principios de la conservación y en con-diciones de alta humedad relativa, y suele estaracompañada por un micelio superficial.

> Enfriar la fruta rápidamenteNo permitir que los bines con fruta permanezcan alsol. Se deben ubicar a la sombra si el transporte noes inmediato y/o llevarlos a la cámara de pre-en-friado tan pronto como sea posible. Las cámaras di-señadas para quitar el calor de campo de la frutacosechada en forma rápida mejoran la calidad dela fruta en la conservación frigorífica y reducen elriesgo de decaimiento y podredumbres.

> Manejar la fruta con cuidadoLos daños (golpes y heridas) a los frutos durante lacosecha y su manejo representan el factor más im-portante que conduce a las podredumbres de perasen poscosecha. Hay diferentes alternativas quepueden facilitar el manejo del fruto en forma suave:a) alentar una cuidadosa recolección y volcado de

la fruta desde el recolector a los bines; b) suavizary nivelar los caminos de chacra o del área de carga;c) realizar un manejo correcto de los elevadores ycamiones; d) mantener los caminos firmes y rega-dos para evitar el rolado por el efecto abrasivo delpolvo sobre la fruta; e) es recomendable lavar lapera contenida en los bines a la salida de la chacra.

13.2.3. Después de la cosecha

> Limpieza del suelo del monte frutalLa fruta caída puede ser fuente de nutrientes parala rápida multiplicación de patógenos de poscose-cha. Por ello, fruta caída tempranamente deberáquitarse del suelo para reducir las poblaciones dehongos capaces de causar podredumbres en con-servación.

13.2.4. En la planta de empaque

> Previo al ingresoAntes de la selección o empaque se puede realizarun lavado de la fruta en bines (drencher) a los efec-tos de disminuir el calor de campo.

En general, en las plantas de empaque de la regiónno es frecuente el uso de antiescaldantes y fungici-das para esta variedad. Sin embargo, en caso deemplearse se deberá tener la precaución de que losproductos estén registrados en los países de origeny de destino y que se respeten los límites de tole-rancia. Si el baño funciona por recirculación, la so-lución deberá cambiarse regularmente, para evitarla acumulación de esporas de hongos. También serecomienda mantener la concentración del pro-ducto utilizado.

> En el empaquea) Sistema de volcado: tal como se indica en el ca-

pítulo anterior, conviene elegir un sistema de vol-cado que minimice los daños (golpes, heridas).En caso de utilizarse volcado en agua, ésta de-berá estar clorada a una concentración adecuaday mantenida durante todo el proceso, para ase-gurar la eficiencia del producto desinfectante.

b) Sales de flotación y desinfectantes: en un estu-dio realizado en el Alto Valle de Río Negro yNeuquén se demostró que las poblaciones dePenicillium spp. en el agua del hidroinmersoraumentan en relación con el tiempo en que el

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147Capítulo 13Enfermedades de poscosecha

agua se mantiene sin cambiar y con la cantidadde fruta volcada en un período determinado.

Los desinfectantes para reducir la población deesporas en las piletas del hidroinmersor utilizadasen la región son a base de cloro. Este producto esefectivo con una concentración de cloro activo de100–150ppm. Las concentraciones deben che-quearse con frecuencia ya que los restos delmonte, la materia orgánica y la variación del pHdel agua favorecen la pérdida del cloro activo.

El pH del agua del hidroinmersor debe estarentre 6.5-7.6, preferentemente en el entorno de7, para que no se vea afectada la concentración.

De utilizarse sales de flotación, no existe inter-ferencia entre éstas y el cloro. Lo recomendadoes preparar la solución de sales primero y luegoagregar el cloro.

Debe tenerse en cuenta que los equipos emple-ados en la zona para la medición y control delcloro no indican la concentración de cloro activosino del cloro total, la que no presenta diferen-cias significativas siempre y cuando se trabajeen el entorno del pH recomendado.

La medición de pH es recomendable efectuarlacon pHímetro digital, puesto que la realizada conindicador puede verse afectada por el cloro de lasolución.

Se debe evitar que el agua del hidroinmersortenga temperaturas superiores a 30ºC que pu-dieran acelerar la pérdida de cloro.

La fruta debe recibir un enjuague con agua pota-ble después de dejar el hidroinmersor. Las solu-ciones de las piletas deben ser renovadas confrecuencia, para disminuir la cantidad de esporasy la acumulación de restos orgánicos.

c) Diseño de la línea de empaque: se recomiendaevitar los bordes filosos y caídas bruscas quepuedan lastimar o marcar la fruta y utilizar super-ficies acolchadas siempre que sea posible, paraamortiguar los impactos durante el proceso.

> Tratamientos en línea de empaqueEn la región, las podredumbres por Penicillium se

controlaron desde 1970 con fungicidas benzimida-zoles en los tratamientos de poscosecha. Sin em-bargo, el uso continuo de estos productos ocasionóla aparición de cepas resistentes, con incrementosen las pérdidas por podredumbres. En la actuali-dad, la presencia de estas cepas y la presión de losmercados externos para reducir el uso de fungici-das plantean la necesidad de nuevas estrategiasde manejo de la enfermedad.

Durante la conservación frigorífica, peras sin sínto-mas pero con los pedúnculos contaminados con es-poras del hongo constituyen una importante fuentede inóculo al momento de manipular la fruta, yaque pueden causar heridas en los frutos sanos, conlo cual se produce la contaminación, inoculación ydispersión de cepas resistentes del patógeno.

Ciertos fungicidas se pueden aplicar a la fruta antesde ingresar al frío; en este caso los productos utili-zados deben estar registrados en los países de ori-gen y destino, no deben superar los límitesmáximos de residuos permitidos (LMRs) y debenasegurar la cobertura en toda la superficie delfruto. Se recomienda el uso alternado de fungicidascon diferente modo de acción, a los efectos de evi-tar la generación de cepas resistentes (Tabla 13.1).

En la línea de empaque se deben aplicar los pro-ductos a la concentración indicada en el marbete.Se debe contar con un sistema de agitación queasegure la homogeneidad del caldo y con uno deaplicación que brinde una buena cobertura delfruto.

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148 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Principio Activo Grupo Fungicida Función Modo de acción

Benomyl Benzimidazol Sistémica Inhibidor de la mitosis

Captan Ftalimida Contacto Preventiva Inhibidor de la respiración de hongos

Carbendazim Benzimidazol

Sistémica

Preventiva

Curativa

Inhibidor de la mitosis

Fludioxonil Fenilpirrol Sistémica Reduce el crecimiento del micelio

Imazalil Imidazol Contacto y Sistémica

Protectiva y Curativa

Inhibe la síntesis del ergosterol

Altera la función de la membrana e

inhibe la esporulación

Iprodione DicarboximidaContacto

Protectiva

Inhibidor de la germinación de esporas

y el crecimiento miceliar

Metil Tiofanato Benzimidazol

Sistémica

Preventiva

Curativa

Inhibición de la mitosis

Pyrimetanil* Anilinopyrimidina Interfiere en síntesis de proteínas

Tiabendazole Benzimidazol

Sistémica

Preventiva

Curativa

Inhibidor de la mitosis

> Almacenamientoa) Bajas temperaturas y alta humedad: Se deben

mantener las temperaturas tan bajas como seaposible porque éstas ralentizan el desarrollo delas enfermedades y del proceso de madurez delfruto. Deben evitarse temperaturas de congela-miento ya que este daño predispone a enferme-dades fúngicas. Así como también debe evitarseel ingreso de fruta caliente a las cámaras que yacontienen fruta fría.

A pesar de que la humedad puede favorecer eldesarrollo de podredumbres de la fruta, es nece-sario que sea lo suficientemente alta como paraevitar la deshidratación.

b) Almacenamiento en atmósfera controlada (AC):Mientras que esta tecnología no controla la ma-yoría de los patógenos de poscosecha, el bajonivel de O2 (1-2%) disminuye el desarrollo de lamayoría de las podredumbres.

c) Fuentes de etileno: No se debe almacenar frutade diferente especie o de la misma especie condiferentes grados de maduración. A medida quemaduran los frutos aumenta su susceptibilidada podredumbres.

Mantener buenos registros sobre el almacena-miento y comportamiento de los diferentes lotesde fruta. Esto ayudará en la determinación deuna óptima secuencia de despacho.

Tabla 13.1. Principios activos disponibles para patógenos de poscosecha en peras

* En fase de registro en Argentina

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149Capítulo 13Enfermedades de poscosecha

> Materiales de empaque y cargaSe recomienda utilizar materiales que minimicenlas marcas y daños de la fruta durante la carga yel transporte. Tomar todos los recaudos que ga-ranticen un manejo suave y cuidadoso de la frutadurante la carga y tránsito. Asegurar el manteni-miento de las temperaturas correctas (cadena defrío) durante el envío de fruta hasta su entrega alconsumidor.

13.3. Enfermedades

fisiogénicas

Se denomina enfermedades fisiogénicas, fisiológi-cas o fisiopatías a las enfermedades de las plantasprovocadas por agentes no bióticos, es decir, aque-llas en las que no se encuentran involucrados or-ganismos vivos. Los desórdenes fisiológicos sondegradaciones de los tejidos en respuesta a un am-biente adverso, especialmente en lo que a la tem-peratura se refiere, o a una deficiencia nutritivadurante el desarrollo.

Su diagnóstico resulta bastante dificultoso, pero sepuede establecer por la presencia de síntomas ca-racterísticos, dados por la falta o exceso de un de-terminado factor y mediante análisis cuidadosos delas condiciones climáticas que prevalecían antes dela aparición de la enfermedad.

Pueden deberse a deficiencia o exceso de algúnfactor que permite la continuidad de la vida de lasplantas y se las clasifica en mecánicas (golpes, am-putaciones, laceraciones), físicas (temperaturas ex-tremadamente altas o bajas), químicas (por ej.plaguicidas vencidos o mal aplicados, contamina-ción ambiental) y nutricionales (carencia, exceso odesequilibrio de elementos minerales).

Las enfermedades fisiológicas, por producirse enausencia de patógenos, no se pueden transmitir deplantas enfermas a plantas sanas, pero afectan alas plantas en cualquier etapa de su desarrollo, pu-diendo ocasionar perjuicios a campo, durante el al-macenamiento o la comercialización.

Las enfermedades fisiogénicas no parasitarias o noinfecciosas implican un proceso más o menos dura-dero hasta la aparición de los síntomas (deficienciasnutritivas, sequía, etc.). Es necesario diferenciarlas

de los daños no parasitarios o no infecciosos, quecorresponden a efectos rápidos (por ej. lesiones porgranizo) no derivados de procesos prolongados.

Las principales enfermedades fisiogénicas enperas Williams de la región son: cáliz amarillo, cáliznegro y cáliz duro, decaimiento del corazón, escal-dadura de senescencia, deshidratación, enferme-dad del frío, maduración incompleta y escaldadurasuperficial.

13.3.1. Cáliz amarillo o maduración prematuradel cáliz

Ocurrencia e importancia: este desorden aparecegeneralmente en la fruta que se encuentra en elárbol, aunque también se lo ha observado en el al-macenamiento. En todos los casos afecta la calidadcomercial, reduce las expectativas de vida en alma-cenamiento y dificulta las tareas de selección y cla-sificación. En la región, el cáliz amarillo sólo se hapresentado en peras Williams inmaduras.

Síntomas: el síntoma característico es el amarilla-miento prematuro de la base del fruto, en la zonacercana al cáliz, cuyos tejidos maduran en formaanticipada. Cuando los frutos se encuentran ver-des, la sintomatología comienza con una pigmenta-ción rosada en los sépalos, por lo que también se laconoce como cáliz rosa. Cuando el resto de los fru-tos se aproxima a la madurez comercial, los afec-tados ya están senescentes.

Factores causales: la aparición de esta fisiopatíaestá relacionada a temporadas frescas (temperatu-ras menores a 7ºC) o temperaturas fluctuantes du-rante los últimos cuarenta días anteriores a lacosecha, que ocasionan un anticipo de la madurezque comienza en el sector del cáliz. Esta sintomato-logía, denominada cáliz amarillo, produce un rá-pido ablandamiento y la pérdida total de lacapacidad de conservación.

Métodos de control: cuando se presentan estascondiciones climáticas predisponentes es precisoalertar sobre el aumento del riesgo y hacer reco-mendaciones precisas para disminuir sus efectos.

Para que llegue al mercado el mínimo número defrutos con cáliz amarillo es conveniente:

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150 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

> Ser muy estrictos en la selección de los fru-tos, descartando todas las peras en las que seobserve hasta el mínimo síntoma de la enferme-dad. El frío frenará su desarrollo durante untiempo que será más prolongado si se preenfríarápidamente. Sin embargo, el proceso se retardapero no se detiene y, como los tejidos que ma-duran emiten etileno, éste actúa como estimu-lante de la maduración y del desorden en losfrutos sanos.

> Dejar muestras de fruta almacenada parasu extracción periódica, con el fin de detectar laaparición de los primeros síntomas de la enfer-medad y dar por finalizada la conservación.

> Recordar que si se desea mantener la cali-dad y homogeneidad del lote de pera que se co-mercializa, los frutos sospechados de cálizamarillo deben ser descartados antes de embalar.

13.3.2. Cáliz negro (black end) o cáliz duro(hard end)

Ocurrencia e importancia: el cáliz negro o cálizduro, ocurre en la mayoría de las regiones produc-toras de peras. Las variedades Bartlett y en particu-lar Williams son susceptibles a este desorden.

Síntomas: los primeros síntomas de cáliz negro sehacen evidentes cuando el fruto se encuentra a untercio o la mitad del crecimiento, como un aparentedesplazamiento hacia adelante del cáliz debido aldesarrollo retardado de los tejidos a su alrededor.

Otro síntoma es el agrandamiento de la apertura delcáliz. En este momento la epidermis sobre la por-ción afectada aparece endurecida y brillante. A me-dida que el desorden progresa, los lóbulos del cálizse tornan negros, los tejidos que rodean su aber-tura se hacen duros y comienza a formarse una co-loración amarronada. Esa coloración puedeaparecer al principio en puntos separados quehacia el final confluyen. En otras ocasiones, unagran área puede estar completa y uniformementecoloreada desde el principio. El color final del tejidoafectado es negro, y pueden aparecer rajaduras alo largo de la zona ennegrecida. Usualmente no pro-fundiza en la pulpa y a menudo está afectada sólola piel. Los frutos menos afectados pueden no estar

coloreados, pero sí tener la pulpa dura alrededordel cáliz y la apariencia punteada o con protuberan-cias que caracteriza a los frutos con cáliz negro. Laparte afectada es probable que posea un colorverde más luminoso o intenso que los frutos sanos,hasta su total maduración.

El cáliz negro no se desarrolla o incrementa en con-servación o tránsito.

A menudo, el cáliz negro y el cáliz duro son esta-dios diferentes de una misma fisiopatía, mientrasque otras veces, el cáliz duro se presenta comootra manifestación de cáliz negro pero sin la colo-ración que aparece en el área de la cavidad calici-nal. Los tejidos afectados permanecen muy durosy casi nunca se ablandan en la maduración. El frutocon el desorden es pequeño y crece más lenta-mente; el tejido en el área del cáliz tiene menorconcentración de Calcio y de Boro, alta actividadde la polifenoloxidasa y un alto contenido de sóli-dos solubles.

Los síntomas en las hojas de los árboles con frutoscon cáliz negro no son evidentes, pero dichos ár-boles tienen una tendencia a dar frutos con esta al-teración cada año. Williams es una variedadsusceptible, aunque la susceptibilidad puede variardentro del área de crecimiento.

Factores causales: el cáliz negro o el cáliz duro sonatribuidos a una incompatibilidad entre variedad yportainjerto y a desequilibrios en el balance hídricode los árboles, debido al suministro insuficiente deagua por parte de las raíces, posiblemente por unrestringido sistema radical. Esto mismo sucede porfalta o exceso de agua en el suelo, lo cual provocala podredumbre y disgregación de las raicillas, in-capacitándolas para la absorción.

Esta enfermedad ocurre con frecuencia en peralesinjertados sobre portainjertos orientales comoPyrus serotina y Pyrus ussuriensis, algo en pie demembrillero y es poco frecuente sobre pie franco(Pyrus communis). Se destacan Williams y BeurreD’Anjou como las más susceptibles. En los vallesdel norte patagónico, donde se utiliza masiva-mente el pie franco, se ha observado el desordenen forma puntual en peras de aquellas variedadesy con menor frecuencia en Packham’s Triumph yWinter Bartlett.

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151Capítulo 13Enfermedades de poscosecha

Medidas de control: en la región, dadas las caracte-rísticas del cultivo de las peras europeas, cuandoaparece cáliz negro es importante buscar las causasy la frecuencia con que ocurre, ver si se trata delproblema de una planta, de algunas en particular osi el desorden se ha generalizado y comprobar losregistros de riegos efectuados y la persistencia delagua en el suelo. La evaluación del problema per-mitirá diferenciar una situación de incompatibilidadde otra en la que existiría dificultad para la absor-ción de agua, y consecuentemente implementar lasprácticas de manejo necesarias para solucionarlo.

Deben usarse portainjertos francos y proveer de unsuplemento uniforme del agua de riego.

13.3.3. Decaimiento del corazón (core breakdown)

Ocurrencia e importancia: las peras Williams sonlas más afectadas por este desorden, que es una fi-siopatía ligada a la senescencia y un parámetro in-dicador de senilidad prematura.

Síntomas: el decaimiento comienza comprome-tiendo la zona del corazón, que adquiere una colora-ción parda y se ablanda; a veces se extiende a lostejidos cercanos de la pulpa, generalmente a travésde los haces vasculares que se encuentran entre elpedúnculo y el corazón. El área afectada es de consis-tencia blanda y húmeda y en los estadios finales sepuede separar con facilidad el corazón del resto del

fruto, que también se deteriora (Fotos 13.6a y 13.6b). Se ha comprobado que en peras sobremaduras seproduce un aumento considerable del contenido deCO2 pero, al igual que el acetaldehído, que tambiénestá presente en frutos decaídos, no parece ser elcausante del desorden.

En general, estos síntomas internos están acom-pañados externamente por escaldadura de se-nescencia.

Factores causales: la predisposición a esta fisiopa-tía es mayor en:

> frutos grandes > frutos provenientes de cosechas tardías > frutos con estrés hídrico y/o nutricional > prácticas inadecuadas de manejo después dela cosecha, tales como demora en el ingreso alfrío,> uso de temperaturas más elevadas que lasconvenientes durante la conservación,> periodos de almacenamiento muy prolongados,> comercialización sin cadena de frío y largaspermanencias en estante,> congelamiento de los frutos en la cámara y suincapacidad para reponerse.

Métodos de control: para postergar la aparición deldecaimiento se deben aplicar las técnicas necesa-rias para un manejo racional de la cosecha, detodos los procesos de la poscosecha y de los facto-res causantes de esta fisiopatía.

Foto 13.6 b. Decaimiento del corazónFoto 13.6 a. Decaimiento del corazón

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152 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

13.3.4. Deshidratación

Ocurrencia e importancia: es uno de los principalesproblemas del cv. Williams en conservación.

Síntomas: es ocasionada por la pérdida de aguapor transpiración. Se caracteriza por el arruga-miento de la epidermis y el aspecto esponjoso yfláccido que adquiere el fruto a medida que las cé-lulas pierden turgencia.

Las pérdidas de agua de hasta el 3-4% del peso delfruto no provocan síntomas visibles. A partir del 5%el pedúnculo pierde elasticidad y se arruga, al igualque la epidermis de la zona cercana. A medida queavanza la deshidratación, va comprometiendo elresto del fruto, con arrugamiento externo e inter-namente pérdida de jugo, sabor y aroma.

Factores causales: los frutos de cosecha tempranason más susceptibles a la deshidratación, en espe-cial si se los almacena en bines o grandes envases,sin las protecciones adecuadas. Asimismo contri-buyen:

> la demora en el ingreso de la fruta cosechada alfrigorífico;

> la falta de humedad suficiente en los locales dealmacenamiento;

> la excesiva velocidad de remoción del aire de di-chos locales.

Método de control: para evitar los problemas dedeshidratación, que no solo reducen los kilogramosde mercadería almacenada sino que desmejoran suaspecto, es necesario un control estricto de la hu-medad relativa de los recintos de almacenamientoy de los contenedores de transporte, mantenién-dola en los niveles óptimos (95%) requeridos porla variedad.

13.3.5. Enfermedad del frío o maduraciónincompleta

Ocurrencia e importancia: en general, no aparecetodos los años y, cuando lo hace, no afecta todaslas partidas, pero es un indicador de la incapacidadde los frutos de madurar normalmente bajo ciertascondiciones de crecimiento y/o conservación.

Es común que se almacene Williams en atmósferaconvencional por más de 3 meses, período aconse-jado para mantener los máximos atributos organo-lépticos propios de la variedad. En la mayoría delas temporadas lo tolera, pero en otras sobrevienela denominada “enfermedad del frío” o incapaci-dad del fruto para madurar correctamente. Wi-lliams es la variedad más afectada.

Síntomas: después de 3-4 meses de almacena-miento, las peras toman el color amarillo caracte-rístico de las peras maduras, pero la pulpa semantiene firme y hay una notable pérdida de sabor.Los frutos pierden jugo y pueden permanecer largotiempo en ese estado sin presentar decaimiento in-terno y sin síntomas externos de senescencia, perocon una importante disminución de las cualidadesorganolépticas.

Factores causales: se ha observado que esta fisio-patía ocurre con temperaturas muy bajas de alma-cenamiento, sin llegar a las condiciones decongelamiento o, lo que es más frecuente, por per-manencias en el frío durante períodos mayores a lostolerados por las condiciones fisiológicas del frutoen el momento del ingreso a cámara refrigerada.

Método de control: experiencias realizadas en laEstación Experimental Alto Valle del INTA, con at-mósferas controladas y concentraciones de 1 a 2%de O2 y 1 a 1,5% de CO2 mostraron una maduraciónnormal con gran profusión de jugo y mayor frescura.Esto sucedió tanto al mantener los frutos durantetodo el período en atmósfera controlada como tresmeses en atmósfera controlada y posteriormenteuno o dos en atmósfera convencional, según el es-tado de madurez de los frutos.

Page 153: Manual Pera Williams

13.3.6. Escaldadura blanda

Ocurrencia e importancia: tiempo atrás, esta enfer-medad era sólo considerada para manzanas. Sinembargo, en los últimos años ha sido mencionadatambién en algunas variedades como Williams,siendo la variedad Abate Fetel la más susceptible.En la región no se han observado daños en nin-

guna de las variedades susceptibles.

Síntomas: parece ser la manifestación de una inca-pacidad por parte del fruto, para eliminar los pro-ductos tóxicos del metabolismo a bajastemperaturas y distintas concentraciones gaseosas.

Al principio, en el fruto que madura en el almacena-miento, aparecen unas manchas verdes sobre elamarillo de la epidermis, alargadas en el mismosentido del largo del fruto. Posteriormente vancambiando al marrón y al negro a medida que pro-fundizan, interesando las primeras capas de célu-las de la pulpa.

Factores causales: entre los factores predisponen-tes se citan:

> Elevadas temperaturas durante la cosecha, com-binadas con una gran disponibilidad de agua.

> Cosechas tardías.> Frutos grandes.> Enfriamiento excesivamente rápido

en un momento de intensa actividadmetabólica.

Método de control: algunos autores asegu-ran haber disminuido la incidencia de estafisiopatía en otras variedades de peras,garantizando un buen balance nutricio-nal, en especial con respecto al calcio.

13.3.7. Escaldadura de senescencia

Ocurrencia e importancia: es un desorden fisioló-gico que produce manchas marrones a negras enla piel de las peras Williams. Está asociada con fru-tos que han cambiado de color en el almacena-miento y han perdido su capacidad de madurarnormalmente.

Síntomas: comienza por un amarronamiento de lapiel en forma de pequeñas manchas aisladas, engeneral cercanas al cáliz, que luego aumentan detamaño y confluyen hasta que invaden la totalidadde la epidermis del fruto. Al principio la coloraciónes enteramente superficial, pero luego progresa enforma rápida. Los tejidos se ablandan y la pieltiende a desprenderse, a la vez que sobreviene unmetabolismo fermentativo causante de olor y saboralcohólicos desagradables (Foto 13.7).

A menudo, la escaldadura de senescencia estáacompañada por el decaimiento del corazón, por-que ambas enfermedades se relacionan con la se-nescencia o el final de la vida útil del fruto.

Factores causales: entre los factores predisponen-tes que favorecen o adelantan su aparición se en-cuentran:

> cosechas tardías,> demora en el ingreso al frigorífico,> excesiva prolongación del almacenamiento,

> conservación a temperaturas más altas que lasrequeridas por la variedad.

Método de control: esta fi-siopatía se puede evitar

cosechando las perasen su madurez óp-

tima según eldestino previstoy comerciali-zándolas opor-tunamente.

153Capítulo 13Enfermedades de poscosecha

Foto 13.7. Escaldadura de senescencia

Page 154: Manual Pera Williams

13.3.8. Escaldadura superficial

Ocurrencia e importancia: es un desorden fisioló-gico de poscosecha que afecta la calidad de perasy manzanas de todas las zonas productoras delmundo y puede originar elevadas pérdidas econó-micas.

Síntomas: su característica fundamental es el de-sarrollo de síntomas de pardeamiento en la super-ficie del fruto, sin comprometer la pulpa.

Durante los estadios iniciales del desarrollo de lossíntomas, las células hipodérmicas comienzan a co-lapsarse y a medida que la enfermedad avanza, lascélulas epidérmicas y corticales pueden verse afec-tadas, mientras la superficie de la fruta se pone ru-gosa. A medida que avanza en severidad aumentantanto el oscurecimiento del color como el área afec-tada (Foto 13.8).

Factores causales: su aparición ocurre, en general,luego de un período prolongado de almacena-miento a bajas temperaturas y se manifiesta des-pués de la exposición a temperatura ambiente porun determinado tiempo.

La intensidad de la escaldadura es una función dela variedad y del tiempo de almacenaje. En la ma-yoría de las variedades el daño se manifiesta des-pués de un período mínimo de tres a cuatro meses.

Método de control: Williams es una variedad desusceptibilidad moderada a baja a esta fisiopatía,pero debido al incremento en el tiempo de almace-

namiento, por un manejo diferencial de lafruta en el campo y la conservación, sehace susceptible cuando se conserva por

un período mayor a 3-4 meses. A pesarde ello y con un manejo adecuado

de la cosecha y/o aplicación denuevas tecnologías como el

uso del 1-MCP, la enferme-dad puede minimizarse,

como también evitar eluso de antiescaldantes,sustancias éstas deaplicación restringidasegún los mercados yen franco camino de eli-

minación de su uso.

154 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

13.3.9. Fisiopatías relacionadas con atmós-fera controlada (AC)

La exposición de las peras a atmósferas de compo-sición inadecuada (concentración de O2 inferiory/o de CO2 superior a las indicadas como óptimas)puede inducir fisiopatías y problemas de madura-ción cuando las frutas se remueven de las condi-ciones de AC. Estas peras muestran pardeamientode la pulpa, cavidades en los tejidos dañados y fer-mentación que da lugar a la acumulación de ace-taldehído, etanol y acetato de etilo y al desarrollode sabores desagradables.

Aplicación de 1-metilciclopropeno (1-MCP)

Se ha demostrado que el 1-MCP aplicado en pos-cosecha disminuye la pérdida de calidad de lafruta, al reducir los desórdenes relacionados conla senescencia y los daños por frío. El efecto del1-MCP es dependiente de la concentración utili-zada, del grado de madurez de la fruta en el mo-mento del tratamiento y de la duración de laconservación.

En este cultivar, como en el resto de las peras, serequiere aplicar una concentración de 1-MCP quesea suficiente para retrasar la maduración duranteel tiempo requerido, pero que permita la correctamaduración de la fruta luego de la conservación enfrío, para lo cual conviene utilizar concentracionesde 1-MCP sub-saturantes. Es necesario seguir deta-lladamente las recomendaciones de uso.

Hay distintos factores que reducen en forma signi-ficativa la eficiencia de las aplicaciones comercia-les. Uno es el tiempo transcurrido entre la cosechay el tratamiento dentro del cual es posible obtenerla máxima respuesta a la aplicación de 1-MCP. Eneste cultivar, la demora de ocho días redujo la efi-ciencia del 1-MCP en retrasar la maduración. Porello, el intervalo cosecha-aplicación deberá sercomo máximo de seis días.

Dado que se ha demostrado que cuando los tra-tamientos con 1-MCP se realizaron en fruta hidro-enfriada con bines mojados y de madera sueficacia se redujo, se recomiendan mayores con-centraciones para lograr una respuesta efectivaen estos casos o, de ser posible, utilizar bines deplástico.

Foto 13.8. Escaldadura superficial

Page 155: Manual Pera Williams

155Capítulo 13Enfermedades de poscosecha

13.4. Daños

Las circunstancias en las que se producen losdaños y las medidas para minimizarlos son seme-jantes a las utilizadas para otras pomáceas.

No se trata de fisiopatías propiamente dichas, sinode lesiones provocadas por distintos agentes físi-cos, químicos, climáticos que producen una res-puesta rápida del fruto y que se corresponden conla magnitud de la agresión.

13.4.1. Daños mecánicos

Se denomina daños mecánicos a las lesiones gene-radas por algún tipo de agresión, combinadas conuna reacción bioquímica de oxidación de compues-tos fenólicos a nivel de la epidermis. Sin embargo,en el caso de las peras, la sensibilidad varietal noestá limitada solo por las características estructu-rales de los tejidos, sino también por la forma,donde las variedades de cuello largo resultan lasmenos favorecidas.

Algunos autores han observado que los tratamien-tos con ciertos antioxidantes como el ácido ascór-bico y el dióxido de azufre reducen el amarronado,pero los productos citados no están registradospara ese fin en la mayoría de los países producto-res de peras.

13.4.2. Daños producidos antes de la cosecha

Las heridas provocadas por granizo en el frutojoven cicatrizan con formación de corcho, hay de-tención del crecimiento y la pera se deforma. Si lasheridas se producen próximas a la cosecha, nor-malmente provocan la podredumbre del fruto.

Los fuertes vientos de la región sacuden las perasque, por su forma, se balancean y golpean entre sío contra las ramas. Por su piel fina, Williams es muysensible al rameado, que ocasiona serios inconve-nientes en temporadas cálidas y ventosas.

Las heladas tardías de primavera producen dostipos de daño que a veces pueden confluir en unmismo fruto. Uno de ellos, con síntomas externos,es el característico anillo de tejido agamuzado orusseting rodeando parcial o totalmente la zonacercana al perímetro ecuatorial. Cuando el frío no

ha sido muy intenso, en general no aparecen mar-cas sobre la epidermis, pero al cortar el pequeñofruto se observa una aureola más oscura alrededorde los carpelos y, dentro de estos, un importanteporcentaje de semillas abortadas. En este caso, lasperas menos afectadas son las de variedades na-turalmente partenocárpicas como Williams.

La gravedad del daño ocasionado por factores delclima es el parámetro que permitirá tomar una de-cisión sobre el destino comercial de la fruta, puestoque la legislación vigente es clara sobre las tole-rancias implicadas en cada categoría de selección.

13.4.3. Daños producidos durante la cosecha yel transporte a la planta de empaque

Los golpes, heridas y machucaduras en el mo-mento de la cosecha ocurren por manejos inade-cuados como cosechar con uñas largas y/o singuantes, llenar y vaciar los recolectores brusca-mente, llenar en exceso los bines y/o usar envasesrotos, sucios o bines con tablas muy separadas osin revestir con materiales antichoque.

Para la protección de la fruta cosechada y los mo-vimientos dentro de la chacra y durante su trasladohasta la planta de empaque, ver Capítulo 12.

13.4.4. Daños producidos en la planta deempaque

RoladoLas peras Williams son, con frecuencia, muy sensi-bles al manchado de la piel (rolado) por el roce demanos, recolectores y cajones y de los cepillos delimpieza, en especial cuando estos trabajan enseco. El empaque antes del enfriamiento reduce lasposibilidades de daños mecánicos del fruto (porgolpes o abrasión). Por este motivo, es convenienteembalar la fruta en cosecha (trabajo en caliente),luego preenfriarla palletizada y posteriormente al-macenarla en cámara frigorífica.

Para evitar daños por rolado se recomienda minimi-zar el tiempo transcurrido entre cosecha y proceso.

Dado que la sensibilidad al daño aumenta con eltiempo de permanencia en frío, puede considerarseque, después de 45 días de conservación, la fruta seencuentra en una situación de alto riesgo de rolado.

Page 156: Manual Pera Williams

156 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Además, la forma irregular de las peras las hacemás sensibles a los daños en el cuello (en especiala las variedades más alargadas) y a las roturas depedúnculo, sobre todo cuando éste es largo y pocoflexible. Es muy importante tener en cuenta que lasusceptibilidad a los roces aumenta en temporadascálidas porque se adelgaza la epidermis; tambiénluego de lluvias abundantes por la alta turgenciade las células, y cuando los frutos se trabajan a suinmediato ingreso a la planta de empaque sin bajarsu temperatura, dado que en el momento de la co-secha supera normalmente los 30º C.

Para otros daños que se pueden producir en lalínea de empaque así como sus medidas de control,ver el Capítulo 12.

13.4.5. Daños producidos durante el trans-porte y la comercialización

El mantenimiento de la cadena de frío asegura lacalidad en Williams hasta la llegada al consumidor.Sin embargo, la sensibilidad de su epidermis a losroces aumenta hacia el final del almacenamiento ycon el avance de la madurez. Las lesiones que seproducen en ese momento no cicatrizan y, si sonprofundas, constituyen una puerta de entrada paralos patógenos.

13.4.6. Daños por sol o asoleado

Los daños por sol en peras, aunque menos gravesque en manzanas, también implican porcentajes dedescarte más o menos importantes, tanto en losfrutos que permanecen en el árbol como en los queaguardan en los envases de cosecha para ser trans-portados a la planta de empaque (Foto 13.9a). Encasos graves, especialmente en fruta cosechada,se pueden producir lesiones de varios centímetrosde diámetro, de color bronceado brillante, queafectan también a la pulpa. Los tejidos afectados,que al principio son firmes y secos, se ablandan enel almacenamiento y se vuelven susceptibles a laspodredumbres (Foto 13.9b).

Luego de una prolongada exposición a los rayos so-lares mientras los frutos permanecen en el árbol,la epidermis de las peras verdes se decolora o apa-recen manchas de color amarillo intenso. Cuandoel daño es leve, es poco visible y los frutos sonaceptados en calidades de selección inferiores.

Medidas de control: las tareas culturales que ase-guren una buena relación hoja/fruto contribuyen aun sombreado adecuado y a reducir el problema enel árbol. En cuanto a la fruta cosechada, convieneque sea transportada lo antes posible a la plantade empaque y esté bien protegida de los rayos so-lares durante el traslado.

Foto 13.9b. Daño por asoleadoFoto 13.9a. Daño por asoleado

Page 157: Manual Pera Williams

157Capítulo 13Enfermedades de poscosecha

13.4.7. Daños producidos durante el almacena-miento en atmósfera controlada o modificada

Daños por alto contenido de dióxido de carbono(corazón pardo o brown core)

El corazón pardo es un desorden que afecta a lasperas almacenadas a niveles de CO2 más elevadosde los que tolera la variedad, en especial si se tra-baja con muy bajos niveles de oxígeno. Aparecenmanchas pardas entre los carpelos, que luego pue-den extenderse a la pulpa. Si el daño es severo, haymuerte celular y formación de cavidades revestidasinternamente de tejido seco (Foto 13.10a y 13.10.b).

Diferentes autores concuerdan en que los dañosocasionados por el CO2 se deben a un problema deintercambio gaseoso. Sin embargo, mientras algu-nos sostienen que a temperaturas más bajas losdaños son menores porque se reduce el ritmo res-piratorio y también la producción de CO2, otrosconsideran que el daño sería importante porque aesas temperaturas también se reduce la permeabi-

lidad de las membranas y el CO2 se acumula en elinterior de las células.

Factores causales: la susceptibilidad al CO2 varíade un año al otro, según las condiciones ambienta-les reinantes en el monte durante el crecimientodel fruto. En cualquier caso, el daño aumenta aconcentraciones muy bajas de oxígeno, dado queen estas condiciones la difusión del CO2 en lapulpa es lenta. También se ha observado que eldaño es más severo con el avance de la madurez(hay mayor producción de CO2) y cuando se de-mora el ingreso de los frutos al almacenamientorefrigerado.

Métodos de control: para evitar el problema es im-portante el conocimiento de las características par-ticulares de la variedad y su comportamiento bajodistintas mezclas gaseosas. Si bien la presencia deciertas concentraciones de CO2 actúa como fungis-tático, no todas las peras tienen los mismos nivelesde tolerancia.

Foto 13.10 b. Corazón pardo. Daño severoFoto 13.10 a. Corazón pardo. Daño incipiente

Page 158: Manual Pera Williams

158 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

13.4.8. Daños químicos

Ocurrencia e importancia: las peras manchadas oca-sionalmente por el contacto directo o indirecto desustancias químicas aplicadas en precosecha, sonseparadas durante las tareas de selección y clasifi-cación. Sin embargo, los frutos pueden sufrir algúntipo de daño producido por sustancias químicas deuso habitual durante la cosecha y luego, cuando serealizan las tareas de limpieza y tratamiento en elgalpón de empaque, sin manifestación alguna hastatranscurrido cierto tiempo en conservación.

Síntomas: pueden aparecer dos tipos de síntomasde fitotoxicidad: el clásico chorreado y el daño pro-vocado en lenticelas, llamado “manchas lenticela-res” o lenticelosis, que a veces pueden confluir yformar manchas de mayor tamaño.

Métodos de control: para reducir el riesgo ocasio-nado por agentes químicos de uso frecuente o cir-cunstancial deben tenerse en cuenta ciertasmedidas:

> Utilizar en cosecha y poscosecha únicamente losproductos que resulten imprescindibles, respe-tando las dosis aconsejadas y efectuando los tra-tamientos bajo las condiciones prescriptas en losmarbetes.

> Revisar periódicamente las instalaciones frigorí-ficas, reparando o cambiando elementos defec-tuosos e instalando los dispositivos deseguridad necesarios.

> Incorporar prácticas adecuadas en la cosecha ydurante los distintos procesos, que impliquentrabajos con sustancias químicas y/o tempera-turas.

> Registrar cuidadosamente todos los datos: tipode producto y formulación, dosis y momento deaplicación, motivo de su aplicación si no es untratamiento de rutina, etc.

13.4.9. Daños producidos por las sales deflotación

Debido a la alta densidad de las peras, es necesarioutilizar sales de flotación en el tanque de vaciado ohidroinmersor, para facilitar su traslado por flota-ción. El uso de compuestos inadecuados o no sufi-cientemente puros puede causar fitotoxicidad enWilliams, una de las peras más sensibles.

Dado que las sales de flotación son muy corrosivaspara el equipamiento, en la actualidad están desa-consejadas y en su lugar se propone el empleo desistemas de volcado que minimicen los daños enlos frutos y que no utilicen estas sales.

13.4.10. Daños causados por fungicidas y/oantiescaldantes

De utilizarse fungicidas o antiescaldantes puedenaparecer dos tipos de daño: manchas alargadastipo chorreado y/o pequeñas que a veces conflu-yen dando un aspecto similar a los estadios inicia-les de pecas negras o a la enfermedad conocidacomo “ojo de pescado”.

En forma ocasional, se han observado problemasde fitotoxicidad en peras Williams tratadas conmezcla de productos de poscosecha, por lo que seaconseja asesorarse sobre la compatibilidad entreproductos, a fin de evitar este daño después de lacosecha.

Page 159: Manual Pera Williams

159Capítulo 13Enfermedades de poscosecha

13.4.11. Daños ocasionados por pérdidas deamoníaco

Síntomas: en presencia de amoníaco, la epidermisde las peras se decolora y las lenticelas se necro-san y ennegrecen. Cuando la exposición es prolon-gada, la necrosis se extiende formando aureolas.La profundidad de las manchas depende de la gra-vedad del daño: si éste es leve, sólo mueren las cé-lulas epidérmicas próximas a las lenticelas; si esgrave lo hacen también las células de la pulpa sub-yacente a las manchas. En cualquier caso, única-mente la parte no dañada del fruto recupera elcolor verde original.

Factores causales: la exposición al amoníaco alterael metabolismo de la fruta y acorta su vida en el al-macenamiento.

Los daños se acentúan con:

> prolongación del tiempo de exposición> cantidad de amoníaco presente > alta humedad relativa ambiente del interior de

las cámaras, las que deben abrirse para aseguraruna buena ventilación.

Medidas de control: cuando se utiliza polietilenoen los envases, además de papel sulfito para la en-voltura individual, y la exposición al amoníaco noha sido muy prolongada, el daño tiende a sermenor debido a la barrera que ambos materialesofrecen a la penetración del gas. El nivel mínimo dedaño no está bien determinado, pero algunos auto-res opinan que puede ocurrir a partir de 50 ppm deamoníaco.

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160 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

En el presente capítulo se desarrolla el tipo y can-tidad de recursos necesarios para plantar una hec-tárea de pera Williams en alta densidad (1.250plantas/ha) conducida en eje central y apoyada enespaldera. El riego considerado es gravitacionalpor surco.

Esta información es orientativa, y cada caso parti-cular requerirá de los ajustes necesarios para de-terminar tanto la inversión y su rentabilidad, comoel costo de producción y beneficio que arroja elciclo productivo de la plantación analizada.

Los requerimientos de insumos, mano de obra ymaquinaria fueron extraídos del libro “Pautas tec-nológicas: frutales de pepita”, publicado por elINTA Alto Valle, en 2004. Además estos valores secotejaron con información del manejo productivode la empresa Salentein Fruit.

La cuantificación de los recursos permite su expre-sión en valor monetario, para obtener tanto el valorde la inversión como el costo de producción, multi-plicando la cantidad de cada recurso por el precioo valor de mercado del momento.

No se incluyen en el presente capítulo los costosde defensa activa de heladas y los de cosecha.Ambos tienen una marcada variabilidad, por loque resulta inapropiado establecer a priori un

valor. El costo de la defensa de heladas variarácada temporada según el número de días de ocu-rrencia del fenómeno, su duración e intensidad yel método de defensa empleado. El costo de cose-cha está directamente asociado al nivel de produc-ción y la cantidad de pasadas que debe realizar elcosechador. El lector debe tener la precaución deincluirlos si desea determinar el costo de produc-ción del cultivo.

En caso de querer determinar indicadores de eva-luación de inversiones y de resultado económico(por ejemplo, margen bruto) debe, además, esta-blecer el monto de los ingresos que surgen de mul-tiplicar la cantidad cosechada por el precio segúngrado de calidad.

La organización de la información se presenta por“actividad o proceso” del ciclo productivo:

> La plantación propiamente dicha> El manejo del suelo> El manejo y conducción del peral> La fertilización> La sanidad

A su vez, las tablas muestran las variaciones en lademanda de recursos cada año, desde que se iniciala plantación hasta que el árbol frutal alcanza laplenitud de producción (adulto).

Capítulo 14

Recursos

necesarios

para la

inversión y la

producción

Page 161: Manual Pera Williams

161Capítulo 14Recursos necesarios para la inversión y la producción

Tabla 14.1. Plantación y replante

Page 162: Manual Pera Williams

162 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Tabla 14.2. Manejo del suelo

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163Capítulo 14Recursos necesarios para la inversión y la producción

Tabla 14.3. Manejo y conducción del peral

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164 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Tabla 14.4. Fertilización

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165Capítulo 14Recursos necesarios para la inversión y la producción

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166 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Tabla 14.5. Sanidad

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167Capítulo 14Recursos necesarios para la inversión y la producción

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168 Pera WilliamsManual para el productor y el empacador

Notas

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169Capítulo Título

Notas

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