mamifero vida silvestre

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TALLERES SOBRE CONSERVACIÓN Y USO SUSTENTABLE DE AVES Y MAMÍFEROS SILVESTRES, EN RELACIÓN CON LAS UNIDADES DE CONSERVACIÓN Y MANEJO DE VIDA SILVESTRE (UMA) EN MÉXICO Un debate de especialistas acerca de métodos y técnicas para monitoreo de poblaciones y hábitat, para determinación y gestión de la cosecha sustentable, y para el seguimiento de resultados. México, D. F. TALLER SOBRE AVES: 24 al 26 de julio de 2006 TALLER SOBRE MAMÍFEROS: 04 al 06 de septiembre de 2006

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TALLERES SOBRE CONSERVACIÓN Y USO SUSTENTABLE DE AVES Y MAMÍFEROS SILVESTRES, EN RELACIÓN CON LAS UNIDADES DE CONSERVACIÓN Y

MANEJO DE VIDA SILVESTRE (UMA) EN MÉXICO

Un debate de especialistas acerca de métodos y técnicas para monitoreo de poblaciones y hábitat, para determinación y gestión de la cosecha sustentable, y

para el seguimiento de resultados.

México, D. F.

TALLER SOBRE AVES: 24 al 26 de julio de 2006 TALLER SOBRE MAMÍFEROS: 04 al 06 de septiembre de 2006

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Comité Organizador de los Talleres

Dirección General de Vida Silvestre

Felipe Ramirez Ruiz de Velasco Ariel Rojo Curiel

Jesús Lizardo Cruz Romo Mónica Arciniega Rossano

Instituto Nacional de Ecología

Eduardo Peters Recagno

Héctor Moya Moreno

Unidos para la Conservación, A. C.

Carlos Manterola y Piña Danae Azuara Santiago Manuel Valdés Alarcón

Ricardo Medina y

Óscar Sánchez (concepto y conducción de los talleres)

________________________________________________

Nota editorial: El contenido de los documentos es responsabilidad de los

autores participantes en cada Mesa de Trabajo. Recomendación para citar este documento: DGVS, 2006. Talleres sobre conservación y uso sustentable de aves y mamíferos silvestres, en relación con las Unidades de Conservación y Manejo de Vida Silvestre (UMA) en México. INE-SEMARNAT-UPC.

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PRESENTACIÓN Uno de los requisitos fundamentales para lograr un manejo sustentable de la vida silvestre es contar con la información y las bases técnicas y científicas adecuadas relacionadas con el manejo de poblaciones, especies y sus hábitat. A pesar de incontables esfuerzos, hoy por hoy esta información todavía es insuficiente, no sólo en México sino en el mundo entero; sin embargo mucha de ella se encuentra dispersa en artículos y libros que no se encuentran directamente vinculados al tema de manejo, conservación y aprovechamiento sustentable. Pero, afortunadamente, investigadores y técnicos tienen acceso a ella gracias a su interés y compromiso con la conservación de la vida silvestre, y tienen la invaluable oportunidad de transmitirla a otros sectores. Es por esto que la Semarnat, a través de la Dirección General de Vida Silvestre y el Instituto Nacional de Ecología, en colaboración con Unidos para la Conservación, A. C., se dieron a la tarea de desarrollar el presente proyecto, que tuvo como propósito reunir a destacados investigadores y técnicos, especialistas en diversas especies o grupos de especies de aves y mamíferos silvestres, para analizar las bases ecológicas del monitoreo y del cálculo de la cosecha sustentable, y para proponer métodos actualizados para efectuar ambas actividades, a efecto de contribuir al logro de un aprovechamiento sustentable de la vida silvestre. Este proyecto abordó dos grandes grupos en particular, las aves y mamíferos silvestres, atendiendo a que la demanda de aprovechamiento de éstos en México es notable, por lo que la exigencia en materia de actualización es igualmente importante. La construcción de lineamientos técnicos que puedan tener aplicación práctica en la conservación y el uso sustentable de especies de estos grupos es una prioridad para el país. Los resultados de esta primera reunión han sido alentadores, aun cuando los propios participantes han coincidido en que aún existe amplia oportunidad para la futura afinación de métodos y técnicas. En cualquier caso, la labor conjunta desarrollada en estos Talleres marca claramente un derrotero de trabajo que es indispensable continuar. Este avance no habría sido posible sin la participación de los especialistas mexicanos y extranjeros quienes, de manera comprometida y desinteresada participaron en este esfuerzo, a ratos agotador, a ratos difícil, especialmente durante la discusión de ideas, el planteamiento de hipótesis de trabajo y de propuestas concretas sobre los temas de monitoreo, análisis, determinación y manejo de la cosecha sustentable de especies de mamíferos y aves en vida silvestre. A todos quienes tomaron parte en este colectivo, les agradecemos la paciencia, interés y tiempo dedicados a esta amplia e intensa reflexión sobre fauna silvestre de México. Sabemos que la consolidación de este empeño no ha terminado con la clausura de estas reuniones, sino que conlleva una extensa agenda para el futuro, tanto en la investigación científica como en el desarrollo y evaluación de aplicaciones prácticas de los resultados de ésta. Esperamos que los documentos producidos por las distintas mesas de expertos en este evento signifiquen pasos relevantes, en el camino hacia lograr mejores herramientas para la conservación y la utilización sustentable de los recursos naturales, en especial de la vida silvestre de México.

Felipe Ramirez Ruiz de Velasco Director General de Vida Silvestre

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MARCO DE REFERENCIA Y DESARROLLO DE LOS TALLERES

Óscar Sánchez Zoólogo independiente

Danae Azuara Santiago

Unidos para la Conservación, A. C. En las últimas tres décadas, el acercamiento entre los resultados del trabajo de investigación biológica y la toma de decisiones de manejo de vida silvestre se ha ponderado como una necesidad esencial. La relación funcional entre ambas vertientes de trabajo debe ser, claramente, de realimentación mutua entre los descubrimientos científicos y los problemas prácticos que plantea la gestión para la conservación de la vida silvestre. En distintas oportunidades se han dado cita representantes de la comunidad científica con técnicos del sector oficial a cargo de programas de conservación, pero en pocas de ellas se ha enfocado específicamente la producción conjunta de lineamientos, orientados a mejorar la aceptabilidad biológica de los métodos para el manejo de especies (o grupos de especies) de mayor interés para uso sustentable en México. Por otra parte el marco de referencia administrativo actual, para el uso sustentable de especies silvestres en México, está basado en el concepto de Unidades de Manejo para la Conservación de Vida Silvestre (UMA). Uno de los fundamentos básicos de ese marco es que los predios registrados como UMA deben promover la conservación de la biota local nativa, manteniendo efectivamente la riqueza natural de las comunidades silvestres, así como los patrones locales y regionales de abundancia y renovación de las especies, factores todos que contribuyen al funcionamiento de los ecosistemas presentes. Especialmente, las UMA son responsables de asegurar la continuidad y funcionalidad de las poblaciones –locales y regionales– de aquellas especies en las que tienen interés directo respecto a su uso. Pero no por ello debe olvidarse que el objetivo profundo de la existencia de las UMA es la conservación de la integridad de la flora y la fauna nativa (especies grandes y pequeñas, notorias o no, utilizadas o no), y de la continuidad estructural y funcional de las comunidades ecológicas que esas especies forman. Esto requiere que tanto los técnicos a cargo de UMA, como los técnicos de oficinas de gobierno que supervisan el cumplimiento de los programas de conservación, cuenten con un esquema de referencia compartido respecto a los principios biológicos que deben incorporar en sus respectivas tareas. El conocimiento de las bases del funcionamiento natural de ecosistemas, comunidades y poblaciones biológicas es esencial para lograr una conservación efectiva en los varios niveles (integridad de composición de especies, integridad estructural, integridad ecológica y continuidad evolutiva). Por ello es que, ante la importante superficie que en México se ha integrado al sistema de UMA, hoy resulta urgente que tanto los tenedores de la tierra como los técnicos de campo y el personal de gobierno que supervisa los programas de conservación, dispongan de un marco de referencia común y muy claro. Sólo por poner un ejemplo genérico, las actividades de conservación en una UMA determinada pueden resultar inútiles si no se hallan enmarcadas en –y son congruentes con– estrategias de conservación que dependen de una visión hacia áreas mayores, según las escalas geográficas que requieren distintas especies. Difícilmente las

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actividades de conservación en una sola UMA podrán cambiar las amenazas que pesan sobre las poblaciones de una especie dada, pero si esas actividades son congruentes y sinérgicas con las de otras UMA vecinas, hasta alcanzar una escala geográfica adecuada para la conservación del taxón, el resultado será trascendente. Este es un aspecto de especial interés en el caso de las especies migratorias, pero también es importante para aquellas residentes de distribución moderada o amplia en el país. Cuanto más importante resulta para otras especies de distribución muy restringida y quizá amenazadas, las cuales, a pesar de su exigua extensión geográfica, difícilmente se hallan limitadas a una sola UMA. Además de los aspectos de escala geográfica, integridad y continuidad ecológica, arriba mencionados para cada especie o grupo de especies de interés para actividades humanas, el personal técnico a cargo de programas de conservación en UMA también debe contar con lineamientos que le permitan instalar y operar programas de evaluación, de manejo y seguimiento de poblaciones silvestres y de sus hábitat, dentro del predio pero considerando sus alrededores. Igualmente debe contar con elementos que le faciliten tomar decisiones prudentes respecto a la viabilidad –o no– de cosechar parte de las poblaciones (a las cuales pertenece la fracción que observa en la UMA). Asimismo, en el caso de que la viabilidad biológica de tal cosecha se justificara plenamente, el personal técnico debe contar con conocimientos, habilidades y lineamientos claros, que le permitan monitorear sistemáticamente el estado de las poblaciones de interés, para reconocer sus tendencias y cambios en éstas, lo cual le permitirá orientar mejor sus prácticas de manejo hacia la sustentabilidad con visión de largo plazo. En los últimos 25 años, la investigación científica sobre la vida silvestre se ha intensificado, mejorado y consolidado sustancialmente en México. Hoy puede decirse que, para numerosos tipos de ecosistemas y para varias especies, ya se cuenta con conocimientos que permiten reconocer de mejor manera el estado y la tendencia que guardan especies y hábitat, lo cual brinda un apoyo importante para el diseño y el desarrollo de programas de conservación. Sin embargo, el grado de éxito que se ha logrado respecto a integrar investigación y práctica conservacionista es limitado, entre otras cosas debido a que la urgencia planteada por varias necesidades prácticas no ha podido aguardar los lapsos –a veces largos– que requiere una investigación científica convencional. Y a la inversa, debido a que no siempre hemos sido capaces de traducir los resultados de la investigación científica en métodos y técnicas aptas para su aplicación práctica. Queda muy claro que persiste el enorme reto (o área de oportunidad, visto de manera propositiva), de incorporar todo avance científico relevante a protocolos de trabajo prácticos para la conservación de vida silvestre y a mejorar disposiciones administrativas que permitan lograr una gestión exitosa de la vida silvestre en México. Si se espera que las UMA cumplan de manera cabal con los propósitos con que se concibieron originalmente (e. g. canalizar el interés de los tenedores de predios silvestres hacia su incorporación coherente en los programas de conservación necesarios a escala nacional), será necesario avanzar a mayor profundidad en lo explicado arriba. Las ideas antes expuestas fueron la base para el diseño y desarrollo de los Talleres efectuados bajo los auspicios del Instituto Nacional de Ecología, de la Dirección General de Vida Silvestre -Semarnat y de Unidos para la Conservación, A. C. Para analizar estos temas con la profundidad requerida, con conocimiento científico y técnico de primera mano y para proveer una oportunidad de buscar consensos esenciales, se convocó a expertos, provenientes de instituciones académicas y de ONG con experiencia en la conservación de especies silvestres de mayor uso en México, así como a técnicos de

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dependencias de gobierno nacionales y de los Estados Unidos de América, vinculadas a través de proyectos binacionales de conservación de vida silvestre. Concurrieron al Taller sobre aves 44 participantes, distribuidos en el total de siete Mesas temáticas. Trece especialistas provinieron de instituciones académicas de México y de los Estados Unidos de América. Trece más pertenecen a organizaciones no gubernamentales activas en programas de conservación a escalas regional o nacional. Dieciséis participantes fueron personal oficial del gobierno federal mexicano y dos más, oficiales de entidades de gobierno de los Estados Unidos de América. Los participantes mexicanos acudieron de quince entidades federativas: Campeche, Coahuila, Chihuahua, Distrito Federal, Durango, Jalisco, Michoacán, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Veracruz y Zacatecas. Tres participantes más provinieron de los Estados Unidos. El conjunto de sus distintas perspectivas y experiencias, como especialistas en los varios grupos de especies, dio al Taller una considerable diversidad de opiniones. Al Taller sobre mamíferos acudieron 36 personas, quienes integraron seis Mesas temáticas. Trece de los participantes en este taller representaron a instituciones académicas nacionales y de los Estados Unidos de América; 14 participantes más provinieron de agencias técnicas de conservacion gubernamentales, federales y estatales, tanto mexicanas como de los Estados Unidos de América; y ocho personas más fueron representantes de ONG y organismos del sector privado relacionados asimismo con la conservación biológica. Los participantes mexicanos provinieron de Yucatán, Chiapas, Veracruz, Querétaro, Durango, Nayarit, Nuevo León, Sonora y Distrito Federal. Previamente a cada Taller, se envió a cada participante una serie de documentos guía para orientar la preparación previa de sus ideas y sugerencias, mismas que serían objeto de análisis y debate durante el evento. Las guías provistas a los participantes hicieron énfasis en atender tres rubros básicos de información respecto a la especie o grupo de especies:

a) conservación de poblaciones de la especie, b) conservación del hábitat local y c) determinación y gestión de la cosecha sustentable.

Estos tres apartados se consideraron indispensables como fundamentos para la construcción, colectiva y progresiva, de lineamientos biológicamente aceptables para mejorar la conservación y uso de estas especies silvestres en México, con enfoque particular en las UMA. Los trabajos de cada Mesa en el Taller respectivo fueron conducidos por uno o dos Moderadores quienes, con conocimiento previo de los mismos documentos de referencia que los participantes, se responsabilizaron de que las Mesas a su cargo abordaran los temas señalados, apegándose a los términos de referencia y formato ya mencionados. Cada Mesa trabajó bajo esas condiciones, manteniendo claro en todo momento que habría de preparar un documento final siguiendo el formato estándar, hasta donde la información y peculiaridades de cada tema lo permitieran. Al final de los trabajos, cada Mesa presentó en la sesión plenaria final de su respectivo Taller, un resumen de los principales resultados alcanzados durante sus sesiones. Por lo que toca al producto de cada Mesa –es decir, el documento de lineamientos técnicos emitido por cada una de ellas– a continuación se resume la estructura a la cual

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la coordinación de los Talleres solicitó a los participantes apegarse: I. Una breve sección de introducción al tema de cada Mesa, de modo que ofreciera un panorama suficiente de los expertos que concurrieron, de las especies tratadas y de las principales características biológicas de éstas.

• Nombre de la Mesa. • Lista de los participantes y sus adscripciones laborales. • Breve descripción de cada una de las especies (o grupos de especies) que fueron

tema de análisis en la Mesa. • Lista y breve descripción de los rasgos más relevantes de la historia natural de las

especies (o grupos de especies), en relación con su conservación y uso sustentable.

II. Asimismo se solicitó a los participantes que, una vez cubierta la fase de descripciones de las especies particulares (o grupos de especies) tratados en la Mesa, se abordaran específicamente los siguientes aspectos:

• A. Aspectos de población de las especies (o grupos de especies), relevantes para la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA.

• Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento a poblaciones de las especies (o grupos de especies).

• Aspectos poblacionales más relevantes para la determinación, la práctica y el ajuste de la cosecha sustentable en UMA (enunciarlos, describir cada uno brevemente, explicar su relevancia para este propósito; todo citando fuentes).

• Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de población orientado a detectar la condición inicial y tendencias subsiguientes de ésta en una región en la que se practique la cosecha de la especie o grupo de especies afines. Si los métodos difieren en hábitat árido, templado y tropical, explicar lo necesario.

• Formato óptimo para la captura de los datos de campo. • Algoritmos recomendados para calcular los parámetros poblacionales

indispensables para la gestión de la cosecha sustentable.

• B. Aspectos del hábitat de las especies (o grupos de especies), relevantes para la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA.

• Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento al hábitat de las especies (o grupos de especies).

• Aspectos del hábitat más relevantes para la determinación de viabilidad y cuantía de la cosecha sustentable en UMA y su ajuste adaptable (enunciarlos, describir cada uno brevemente, explicar su relevancia para este propósito; todo citando fuentes).

• Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de hábitat orientado a detectar su condición inicial y sus tendencias subsiguientes en una región en la que se practique la cosecha de la especie o grupo de especies afines.

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Si los métodos difieren en hábitat árido, templado y tropical, explicar lo necesario.

• Formato óptimo para la captura de los datos de campo. • Definición de parámetros de hábitat indispensables para la gestión de la

cosecha sustentable.

• C. Aspectos de conservación de la(s) especie(s) en la gestión de la cosecha sustentable en UMA.

• Procedimiento para la determinación de viabilidad biológica de la cosecha en el área de una UMA, haciendo uso de la información explicada en las Partes A y B.

• En caso afirmativo de viabilidad, algoritmo para la determinación de la cuantía y periodicidad de la cosecha sustentable en una UMA (al menos en porcentaje de la población regional o local, con criterio claramente precautorio) considerando la escala geográfica adecuada para la conservación de las especies o grupos de especies.

• Métodos para la determinación del calendario de las actividades de cosecha en una UMA, considerando las tendencias de población y hábitat.

• Criterios para la distribución de las actividades de cosecha en el predio de una UMA cada; si es el caso.

• Descripción de los modos de cosecha aceptables, incluyendo métodos de campo y previsiones para la cosecha diferencial por sexos y edades, u otros criterios, si aplica al caso.

• Indicadores de los efectos de la cosecha sobre la propia población y protocolo de seguimiento y análisis recomendado para éstos.

• Criterios y métodos para el ajuste progresivo de la cosecha en una UMA (incluyendo el caso de su eventual suspensión) con base en los resultados del monitoreo de población y de hábitat, considerando los efectos de la cosecha en cada lapso.

• Criterios para garantizar la congruencia de la cosecha en una UMA con las necesidades y estrategia general de conservación de la especie (o grupo de especies afines).

• III. Recapitulación y recomendaciones. • Resumen de las bases esenciales para la conservación. • Ajuste progresivo de cosecha y manejo. • Identificación de necesidades y vacíos. • Otros aspectos.

• IV. Bibliografía.

• Referencias bibliográficas esenciales para los temas de las Partes A, B y C; incluyendo todas aquéllas que hubieran sido citadas en el texto de cada Parte.

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• Referencias adicionales, si las hubiera, sobre aspectos colaterales pero que se consideren importantes para el manejo biológicamente aceptable del grupo de especies y su hábitat.

Tomando como base el formato explicado arriba, los participantes de las Mesas produjeron sus respectivos documentos de resultados. Algunas Mesas lograron cumplir cabalmente las expectativas de los Talleres mientras que otras, quizá por el estado actual del conocimiento mismo o por lo polémico de los enfoques prácticos hacia la conservación, no lograron asentar conclusiones de consenso. Por esta razón, los documentos de las Mesas aparecen con distintos grados de desarrollo, de profundidad y de contundencia de resultados. Asimismo, aun cuando los documentos producidos por cada Mesa recibieron comentarios editoriales de la coordinación, a fin de mejorar la exposición de los resultados obtenidos, las adecuaciones que los participantes en cada Mesa alcanzaron a hacer a sus documentos, a la fecha del cierre, fueron de diferentes niveles; por esto quizá no se apreciará gran homogeneidad entre documentos. Finalmente, se sugirió a las distintas Mesas que, en un ejercicio autocrítico, analizaran el grado de avance al que llegaron y que identificaran las principales necesidades para continuar el trabajo en el futuro. Por todo lo antes explicado, este documento no debe considerarse como una guía definitiva para la conservación de las especies tratadas y de sus hábitat, sino como un compendio que refleja fielmente el estado del arte en México, a las fechas de realización de los Talleres y para el tema que trató cada Mesa de especialistas. Sin embargo, nada de lo anterior constituye demérito de las contribuciones hechas por los participantes en los Talleres, puesto que los documentos recibidos de las Mesas constituyen un referente que será de utilidad para futuras aproximaciones a cada uno de los temas, considerando que en esta primera etapa se condensó la experiencia profesional de los especialistas que los analizaron. Las versiones más avanzadas de los documentos de Mesa, como se recibieron en la coordinación de los Talleres, son la base de la compilación de resultados que el lector tiene en sus manos.

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RESULTADOS

En esta sección se presentan los documentos producidos por las Mesas de trabajo de ambos Talleres. En algunas Mesas se produjo un documento único, de consenso, mientras que en otras se produjo un documento básico que expone los puntos debatidos y los aún debatibles. En algunas de las Mesas que no alcanzaron un acuerdo general, algunos de sus participantes hicieron llegar generosamente, a título personal y con posterioridad a los Talleres, otros documentos de análisis mismos que, por su valor intrínseco, la coordinación consideró importante incluir en esta compilación. Los documentos de las distintas Mesas permitirán al lector valorar semejanzas y diferencias entre las distintas especies y las recomendaciones hechas, así como percibir las fortalezas y las debilidades del conocimiento actual, respecto a cada especie y hábitat, tales como se identificaron durante el desarrollo de los Talleres. Claramente, las opiniones expresadas en los documentos colectivos de las Mesas son responsabilidad de los participantes en cada una de ellas, en tanto que los autores de los documentos adicionales asumen la de éstos últimos. Como antes se apuntó, esta compilación puede describirse como una instantánea del estado de cosas actual en cuanto al conocimiento de estas especies y de sus hábitat en México; y también, del estado real que guarda la traducción del conocimiento científico a aplicaciones prácticas para la conservación de esos ecosistemas y especies. Además de que varios secores técnicos de gobierno requieren mejores herramientas para el manejo de la vida silvestre, una parte muy considerable de la responsabilidad del manejo responsable de la vida silvestre es clara, por lo cual todo esfuerzo futuro para poner a su alcance mejores herramientas de conservación estará plenamente justificado.

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I. TALLER SOBRE CONSERVACIÓN Y

USO SUSTENTABLE DE AVES SILVESTRES EN UMA

Fecha del Taller: 24 al 26 de julio de 2006

PANORÁMICA DE LA CONSERVACIÓN DE AVES SILVESTRES SUJETAS A APROVECHAMIENTO EN MÉXICO

Ariel Rojo Curiel y Jesús Lizardo Cruz Romo

Dirección General de Vida Silvestre Es de todos conocido que el aprovechamiento de las aves en México tiene una gran tradición y se remonta a tiempos prehispánicos. Los usos de ejemplares partes y derivados forman parte de nuestra cultura y tienen diferentes manifestaciones que van desde los vestidos y penachos de plumas con fines ceremoniales, ornamentales o rituales, hasta el aprovechamiento de ejemplares con fines de alimentación, educación, recreación o más típicamente con fines de ornato. Es tal vez éste último el más extendido actualmente en México, donde es común en los hogares contar como mascotas con jilgueros, calandrias, ruiseñores, cardenales y un largo etcétera pues la diversidad de aves canoras y de ornato en México es muy grande. Por otro lado, varias especies poseen interés cinegético, es el caso de las aves acuáticas, patos, gansos y cercetas así como otras especies como el guajolote silvestre, palomas, codornices y el pavo ocelado. Es además conocido que se aprovechan las aves rapaces, halcones principalmente, en actividades de cetrería. Como se puede apreciar, el uso y aprovechamiento actual de las aves es amplio en México y variable en las diferentes regiones del país. La Ley General de Vida Silvestre establece como condición para garantizar la sustentabilidad del aprovechamiento de especies silvestres el contar con los estudios poblacionales adecuados que permitan evaluar una cosecha que no afecte la viabilidad de las especies sujetas a aprovechamiento. En virtud de lo anterior fue que la Dirección General de Vida Silvestre impulsó este taller en el que se reunieron académicos y expertos en los distintos grupos de aves sujetas a aprovechamiento, para discutir las escalas y técnicas apropiadas de monitoreo de cada grupo, así como los modelos o condiciones de cosecha sustentable de los mismos, acordes con las características biológicas de los distintos grupos o especies en particular, como su carácter migratorio, ciclo de vida, variaciones de tipo estacional en el comportamiento, estructura social y rasgos demográficos básicos, mucho de éstos aún sin información científica sólida, tales como tasa de sobrevivencia, de mortalidad, de reproducción, etcétera. Caso especial fue el de las aves canoras y de ornato, esto en razón de la gran diversidad de especies sujetas a este aprovechamiento y a que el grupo de los psitácidos (pericos y loros), de los cuales la mayoría se encuentra en condición de riesgo, posee características particulares que requirieron la integración de mesas específicas para su discusión. Por otro lado, este gran grupo de aves está sujeto a un intenso aprovechamiento tradicional, calificado como de subsistencia, que aunque disperso, resulta en un fuerte impacto sobre algunas poblaciones y especies silvestres.

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En este sentido, la Ley General de Vida Silvestre reconoce dos tipos de aprovechamiento, el que se realiza en Unidades de Manejo para la Conservación de Vida Silvestre (UMA) y el que se realiza bajo condiciones de subsistencia, siempre y cuando éste último sea con el fin de satisfacer las necesidades básicas de los pobladores de una localidad, por lo que se busca que el aprovechamiento esté de acuerdo con la mejor información disponible de las especies de interés, buscando promover y generar alternativas de uso y conservación dentro de una UMA. Normalmente el aprovechamiento de subsistencia se enfoca a especies que por sus características ornamentales y de canto resultan atractivas para el comercio a baja escala y que se realiza principalmente en los mercados locales. Los niveles de aprovechamiento bajo este esquema son altos en comparación con el aprovechamiento en UMA, considerando el gran número de capturadores que realizan esta actividad. Cabe mencionar que la demanda de aprovechamiento de otras especies con fines de subsistencia es baja, y se centra principalmente sobre aves acuáticas, crácidos, codornices, palomas, guajolotes y pavo ocelado, y que en su mayoría son sujetas de aprovechamiento cinegético dentro de UMA. A pesar de que no se cuenta con datos definitivos y bien documentados sobre el aprovechamiento de subsistencia en estas especies, es importante señalar que éste se realiza en distintas regiones del país y significa uno de los aportes proteicos de mayor relevancia en comunidades con alta marginación. Dentro de las UMA la situación del aprovechamiento de aves es muy distinta; desde hace algunos años se ha buscado establecer los mejores criterios para su muestreo y seguimiento, así como para la elaboración de modelos de cosecha a partir de los cuales se pueda contar con mejores elementos para evitar el aprovechamiento de sus poblaciones, considerando valores de incertidumbre, y las características biológicas y ecológicas de las especies, intención que dio lugar a este taller. Otro aspecto fundamental en el manejo de aves silvestres es la escala geográfica bajo la cual deben ser consideradas para su manejo; un ejemplo de esto son las aves acuáticas migratorias, las cuales requieren de un manejo local, regional y continental, dado que se trata de un recurso que se comparte con los países de Norteamérica. En este sentido desde hace décadas las agencias de vida silvestre de Canadá y Estados Unidos han realizado el seguimiento sistemático, de rutas migratorias, áreas de reproducción e invernación, proyectos en los que la Dirección General de Vida Silvestre participa. Los datos generados permiten tener una visión clara de las especies y poblaciones, su distribución, abundancia, movimientos, sitios prioritarios para su conservación, etcétera, y permiten también, establecer medidas de manejo, recomendaciones, restricciones o condiciones de cosecha a nivel regional. El manejo regional también ocurre con las palomas, huilota y ala blanca principalmente, especies cuya distribución y comportamiento requiere de un esfuerzo coordinado de manejo y monitoreo, mismo que se lleva con éxito con diferentes actores en México y con los Estados Unidos, obteniendo información clave de los sitios de anidación, rutas migratorias e índices de abundancia, lo que permite estimar bolsas de cosecha sustentables. Resulta necesario incorporar esta perspectiva regional en el manejo de otras especies, que si bien no resultan un recurso compartido con otros países, debido a los movimientos que realizan y a su ámbito hogareño, se requiere que sean manejadas de acuerdo con

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una escala que sobrepasa los límites locales de las UMA. Un punto clave que ha sido poco abordado en nuestro país ha sido el desarrollo de modelos de cosecha que permitan un uso sustentable de la vida silvestre, en este sentido se ha trabajado con modelos que originalmente fueron desarrollados para otras especies cercanas, desafortunadamente en la actualización de éstos se ha contado con poca participación de los actores que mejor conocen a las especies. Las aportaciones recientes a los modelos de aprovechamiento proporcionan un punto de partida para realizar un ajuste acorde con las especies, su biología y ecología, incorporando la experiencia de actores reconocidos en la conservación y conocimiento de las especies mexicanas. Finalmente la gran diversidad de aves que tenemos en México permite que éstas se conviertan en un recurso de gran relevancia en el país, las formas para su aprovechamiento son muy variadas, y que van desde capturadores de subsistencia que realizan sus capturas sobre pocas especies, de características ornamentales muy particulares, hasta el aprovechamiento cinegético que representan trofeos a nivel internacional, como es el caso del pavo ocelado o el guajolote silvestre. Este gran potencial requiere que sea apreciado por los diferentes sectores involucrados, por lo que consideramos que la reunión en este taller de especialistas en su estudio, conservación y manejo, podrá ser el uno de los eslabones clave que permitirá determinar las mejores alternativas de uso y aprovechamiento y alcanzar su conservación a través de su manejo, seguimiento y aprovechamiento sustentable.

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AVES PSITÁCIDAS

Elaboración del documento Katherine Renton, Eduardo Íñigo Elías, Juan Cornejo, Lizardo Cruz Romo. Participantes en la Mesa de Trabajo Gerardo Carreón, NATURALIA, A. C. [email protected] Juan Cornejo, AFRICAM SAFARI [email protected] Lizardo Cruz Romo, DGVS – SEMARNAT (moderador) jesú[email protected] Carlos Gracida, ASOCIACIÓN U’YO’OLCHÉ A. C. [email protected] Eduardo Íñigo Elías, CORNELL LAB OF ORNITHOLOGY [email protected] Filemon Manzano, DGVS – SEMARNAT [email protected] Tiberio Monterrubio, UNIVERSIDAD MICHOACANA DE SAN NICOLÁS DE HIDALGO [email protected] Katherine Renton, ESTACIÓN DE BIOLOGÍA CHAMELA – UNAM [email protected] Yamel Rubio, FAC. DE BIOLOGÍA - UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SINALOA [email protected] Introducción La familia Psittacidae es un grupo representado por 352 especies al nivel mundial. En particular en México, se pueden encontrar 22 especies en prácticamente en todos los Estados del país (PREP, 2000). Los psitácidos presentan patas cigodáctilas (con dedos fusionados) adaptadas para desplazarse con facilidad en el dosel. Las especies mexicanas presentan una gran variedad de tamaños, que van desde los 12 a 14 cm de longitud de Forpus cyanopygius hasta los 96 cm de Ara macao. Los patrones de coloración también pueden variar enormemente, sin embargo se les reconoce comúnmente por la coloración verde brillante, común en las especies de los géneros Amazona y Aratinga. En general presentan poco dimorfismo sexual, pero resaltan ciertas diferencias en los patrones de coloración de la cabeza en algunas especies, al igual que entre ejemplares juveniles y adultos, además de la pigmentación más obscura en los ojos de los juveniles en comparación con el color claro o ámbar de los adultos (Howell y Webb, 2001).

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Las crías de los psitácidos son altricias (no pueden valerse por sí mismas al nacimiento), por lo cual requieren de alta inversión de los padres en cuidados parentales, los cuales comúnmente ocurren en cavidades de troncos secos, termiteros o cavidades en rocas. La disponibilidad de esas cavidades resulta un factor limitante, dado que es un aspecto crucial en la biología reproductiva de esta familia de aves. Los psitácidos se distribuyen principalmente en regiones tropicales aunque, en México, dos especies son exclusivas de bosques de pino en la Sierra Madre Occidental y Oriental (Ceballos y Eccardi, 1996), y en estas regiones se alimentan principalmente de semillas y frutos (Howell y Webb, 2001). Actualmente, cerca de 31% de las especies de psitácidos neotropicales se encuentran en riesgo de extinción (Collar, 1996). Entre las causas que han llevado a estas especies a encontrarse en estos niveles de riesgo destacan la pérdida, fragmentación y degradación del hábitat, principalmente del relacionado directamente con la reproducción, así como la extracción de ejemplares para el comercio, y las matanzas a grandes grupos de éstas y otras especies en zonas de cultivo para reducir las pérdidas de cosecha. Asimismo, la propia biología reproductiva de estas especies aumenta el riesgo de estas amenazas, pues estas aves tienen ciclos de vida largos, los individuos comúnmente son monógamos y, en muchas especies, la formación de parejas es permanente. Además sus sitios de anidación son muy específicos, las crías requieren de altos cuidados por parte de los padres y, en general, presentan un éxito reproductivo bajo. Por todo ello, el reclutamiento anual en estas poblaciones es bajo y debe considerarse como un aspecto fundamental en la determinación de la sustentabilidad del aprovechamiento de estas especies.

A. Aspectos de población de las especies (o grupos de especies) relevantes para la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA.

De acuerdo con las dimensiones del ámbito hogareño conocido de distintas especies de psitácidos, las superficies de la mayoría de las UMA no suelen ser suficientes para garantizar un manejo adecuado de éstas, principalmente considerando que durante el año estas aves realizan movimientos amplios, relacionados con la disponibilidad de recursos. Uno de los parámetros básicos para un manejo responsable es la productividad de las poblaciones, por lo cual se requiere conocer al menos la disponibilidad de sitios de anidación dentro de una UMA dada, la ocupación real que hacen de éstos y el resultado efectivo de la reproducción. Bajo estas consideraciones, se han identificado dos escalas básicas para conocer el estado de las poblaciones:

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• Por un lado, es necesario incrementar el conocimiento regional de cada especie y subespecie, incluyendo el estado de conservación del hábitat, las densidades, y nivel de riesgo que enfrenta en esa región.

• Por el otro, al nivel local, resulta esencial reconocer la densidad y los niveles de productividad particulares de la localidad.

Los métodos de estudio al nivel local se señalan a continuación y la parte correspondiente al manejo regional se presenta en el apartado C del presente documento. Entre los aspectos de la biología de poblaciones o ecología de poblaciones que deben considerarse, con respecto a la conservación de psitácidos y con especial referencia al caso de manejo en UMA extensivas que se relacionan con estas especies, destacan:

a) El tamaño de población de referencia, adecuado para la conservación de

la especie; b) Tendencia de la población (por lo que se requiere un monitoreo con al

menos un muestreo anual y su repetición sistemática en el largo plazo); c) Tamaño del área requerida por la población; d) Requerimientos generales y específicos de hábitat de anidación (crítico

para el desarrollo natural de cada especie); e) Demografía de la población (productividad, mortalidad, edad de primera

reproducción, tasa de crecimiento de la población, entre otros); f) Impactos históricos y recientes que ha tenido la especie o la población en

la UMA y en la región donde se ubica la UMA (nivel de explotación histórico, impacto de fenómenos climáticos naturales, nivel de deforestación en el área, actividades emprendidas para restauración o área de hábitat conservado en la UMA, presencia de Áreas Naturales Protegidas y manejo).

Estimación del tamaño de la población (censos). Para la estimación del tamaño de la población se plantea el siguiente protocolo que define la temporalidad, esfuerzo y método de análisis de la información obtenida a partir de los muestreos: Temporada del año para muestreos.- se recomienda trabajar al inicio y hacia el final de la temporada reproductiva de cada período anual (noviembre a febrero), para estimar la población residente . Dependiendo de la especie que se trate y de la región del país donde ésta se distribuya, las fechas pueden variar ligeramente; sin embargo, se considera que no deben ocurrir en aquellos períodos en los que se agrupan todos los ejemplares de la población, incluyendo volantones producidos durante la misma temporada, esto para evitar sesgos al alza en el estimado de la población. Adicionalmente, durante la temporada de

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muestreo podrán observarse las parejas que intenten reproducirse la siguiente temporada y, con esto, obtenerse información sobre la demografía de la población. Esfuerzo de muestreo.- Para las especies más comunes, se recomienda realizar un mínimo de 100 puntos de conteo (pueden ser 50 puntos, si las cuentas se realizan 2 o 3 veces durante la temporada reproductiva). Si el esfuerzo de muestreo no resultara suficiente para hacer una estimación adecuada de densidad de la población, entonces se recomienda incrementarlo. Los protocolos de muestreo tendrán que diseñarse de acuerdo con las condiciones del hábitat y de la especie que se estudie (no es lo mismo una estimación poblacional con una Aratinga que tiene un desplazamiento relativamente menor, en comparación con una guacamaya, que puede estar en una área que involucre varios estados o inclusive países). Programas de cómputo como “Distance” evalúan la representatividad del muestreo al realizar los análisis de los conteos realizados, por lo tanto, por medio de este análisis se podrá determinar si el muestreo fue representativo para el área de interés (Buckland et al. 1993). En todo caso debe describirse el esfuerzo de muestreo; es decir, el número de puntos de conteo por transecto, así como el número de transectos y la longitud y dirección de éstos. Asimismo es necesario localizar los puntos y transectos en una carta geográfica, con ayuda de un GPS (geoposicionador satelital), a una escala que permita identificar inequívocamente el sitio donde se realizaron. Para ello es necesario incluir las coordenadas UTM (Universal Transversal de Mercator) del inicio y fin de los transectos que se hayan realizado, y de los puntos de cuenta de las aves. En caso de que la UMA cuente con infraestructura fija para realizar los conteos, como torres de observación o plataformas instaladas en árboles altos, deberán diferenciarlos claramente en los planos e indicar sus coordenadas. Horarios de los muestreos.- Se deberán realizar los muestreos de distancia a puntos (puntos de conteo) durante las primeras 3 horas de la mañana, cuando suele haber mayor actividad de los loros, evitando sitios de paso, dormideros y zonas de forrajeo, para evitar sobrestimaciones en la población. El lapso de cuenta en cada punto deberá tener una duración máxima de 10 minutos y, en cada transecto o ruta de muestreo, los puntos deberán estar separados al menos por 200 o 300 m del límite de observación, es decir, la distancia más lejana al centro del área donde se observó algún ejemplar o grupo de ejemplares (Casagrande y Beissinger, 1997; Marsden, 1999; Bibby et al., 2000). Adicionalmente deberán registrarse datos relevantes del sitio, tales como las condiciones meteorológicas en el momento del muestreo, el tipo de hábitat, la

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hora de detección, la especie de ave, el número de individuos, el modo de detección (observación directa o canto), actividades como perchado, escape por influencia del observador o simple vuelo sobre el área. La distancia del observador al ave debe registrarse con la mayor exactitud posible. Si es posible, deben agregarse observaciones adicionales como la dirección del vuelo o la dirección hacia la cual se detectó el ave o la parvada. Para calcular la densidad de individuos, se deberán aplicar técnicas de análisis de datos basadas en el algoritmo de distancia respecto al transecto (por ejemplo, con el ya mencionado programa Distance http://www.ruwpa.st-and.ac.uk/distance/). En este caso, lo importante es registrar individuos que estén perchados (i. e. haciendo uso efectivo del hábitat) y realizar la medición precisa de la distancia del observador al ave, para obtener una estimación razonable del número de individuos por unidad de área. Los muestreos se realizarán de manera estratificada, es decir, ubicando transectos en los diferentes tipos de hábitat natural representativos de la UMA, considerando para ello la superficie que ocupa cada hábitat, proporcionalmente en relación con el área total de la UMA. Dentro de cada hábitat debe intentarse ubicar al azar los puntos de conteo o transectos, evitando así sesgos de muestreo que suelen ocurrir cuando se ubican los transectos en sitios de alta congregación de individuos, es decir, alrededor de campos de cultivo, sitios de paso o dormideros (para el muestreo de dormideros se sugiere una técnica específica; véase abajo). Como se dijo antes, las estimaciones de densidad deberán realizarse con base en los registros de individuos perchados en el hábitat, deberán calcularse por especie y separarse por tipos de hábitat. Para todo esto, se sugiere apegarse al formato que se incluye en el Anexo I. Muestreo en Dormideros.- Se plantea la posibilidad adicional de utilizar conteo en dormideros para tener una estimación específica sobre el número de individuos que utilizan el sitio. Para ello tendrán que localizarse los diferentes dormideros y realizarse los conteos en la mañana, justo cuando los individuos salen de éstos. Se recomienda realizar 5 conteos por cada uno de estos sitios, escogidos al azar y durante el mes, para tener una estimación del número promedio de individuos en cada dormidero y conocer la variación en los muestreos (Cougill y Marsden, 2004; Berg y Angel, 2006). Los conteos en dormideros no pueden asumirse como base para –ni resultar en– una estimación de número de individuos por área, debido a que no se tiene información acerca de la distancia desde la cual viajan los individuos que se congregan en el dormidero. En algunos casos, los individuos pueden viajar distancias de hasta 25 km entre los dormideros y las áreas de alimentación. Muestreo desde puntos altos de observación.- Es posible utilizar este método para la estimación de abundancia relativa de una especie de psitácido en el área. El protocolo a seguir en este tipo de observación es el siguiente; contar el número de individuos por 10 o 15 minutos y utilizar el promedio, o número de

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individuos que vuelan en una sola dirección (ejemplo, volando con rumbo al dormidero). Es muy importante aclarar que el uso de este método no exime al operador de que siga realizando el monitoreo de distancias de detección de individuos respecto a transectos, el cual permitirá conocer mejor la densidad relativa y, eventualmente, el tamaño mínimo de la población que frecuenta el área. También resulta importante señalar que este método no debe ser utilizado de manera única para estimar abundancias de las poblaciones de psitácidos, debido a que puede sobreestimar la población, principalmente cuando el sitio de muestreo se localiza en las proximidades de áreas naturales protegidas. Por lo tanto, el resultado de este tipo de conteos debe compararse con monitoreos de puntos fijos, tal como se señala en el presente documento. Los muestreos locales para estimación de la población, establecidos y llevados por varios años consecutivos de muestreo, podrían dar información importante para conocer algunas tendencias de las poblaciones en la región a mediano plazo. Esto tiene importancia, pues podrá indicar la declinación de abundancias de psitácidos en zonas específicas (por ejemplo, el caso de ciertas especies de psitácidos en el estado de Guerrero). Estimación de la producción de una población Es necesario conocer ciertos parámetros demográficos, no sólo para estimar el estado y tendencia de una población, sino también para establecer de manera razonable tasas de cosecha aplicables cada año, por especies, con un claro enfoque hacia la conservación y la sustentabilidad del uso. En este sentido ya se ha realizado, por parte de la Dirección General de Vida Silvestre, la revisión bibliográfica de diversos documentos; con ello se integró una tabla con los parámetros poblacionales conocidos de productividad para varias especies de psitácidos, con énfasis en especies mexicanas pero también considerando géneros que comparte con otras regiones de América. Esta tabla ha permitido, adicionalmente, establecer valores de referencia para definir un algoritmo de cosecha que pueda considerarse prudente (Tabla 1). A pesar de que actualmente se cuenta con información abundante para algunas especies en ciertas regiones del país, es necesario determinar la contribución a nivel regional de la productividad en aquellas UMA que hacen manejo de psitácidos, por lo cual para determinar la productividad de la población en cada UMA se deberá emplear el método que se plantea a continuación:

a) El método se basa en el conteo del número de nidos en el área de estudio (UMA, o región en caso de UMA pequeñas).

b) Se deberán identificar las características de los nidos: especie de árbol en el que se encuentra, árbol vivo o muerto, diámetro del árbol a la altura del pecho, altura del árbol, altura de la cavidad, y tipo de hábitat. Si se considera instalar en la UMA nidos artificiales, se necesitará conocer previamente datos esenciales de las

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características de las cavidades naturales utilizadas, tales como altura desde el suelo, orientación, dimensiones de entrada, forma y profundidad, entre otras.

c) Tamaño de la nidada (número total de huevos puestos por nido, para calcular el promedio de huevos por nido con datos de varios años, comparando entre distintas regiones).

d) Éxito de anidación: proporción de nidos exitosos (nidos de los cuales por lo menos logra emprender el vuelo un pollo).

e) Productividad: número de volantones por nido exitoso, y número de volantones por pareja.

Los datos anteriores permitirán tener una estimación razonable del número de pollos que nacen y el número que mueren. Este tipo de monitoreo deberá realizarse durante la temporada de cosecha y, en particular, en los nidos que se pretenda cosechar; esto para evitar afectar los nidos que no vayan a ser utilizados para cosecha durante cada temporada. Para la colecta de datos durante el monitoreo de nidos, es recomendable utilizar el formato correspondiente del Anexo I. Como se mencionó en un par de ocasiones más arriba, para el análisis de la densidad relativa de la población deberá utilizarse el software “Distance” (http://www.ruwpa.st-and.ac.uk/distance/), este programa permite realizar una estimación de la densidad de una población a partir de los datos de distancia perpendicular de detección de individuos a lo largo de un transecto, es decir, refiriendo el número de ejemplares vistos (solos o en grupo), en qué parte del transecto y a qué distancias del observador fueron localizados. Este mismo programa permite conocer el grado de representatividad del muestreo realizado y, separando los diferentes muestreos por tipo de hábitat, se pueden obtener valores comparativos. Para efectos de aplicación práctica, con un criterio claramente precautorio deberá utilizarse aquél valor calculado por “Distance” correspondiente al límite inferior del intervalo de confianza de la densidad relativa. Adicionalmente, para los métodos de conteo en dormideros se deberá analizar el promedio de los ejemplares por especie contados en cado uno de los muestreos. Este dato proporcionará solamente un índice de abundancia relativa, por lo que sigue resultando necesario conocer la densidad a partir de los métodos de distancia de registro de aves, en puntos a lo largo de transectos. La productividad deberá estimarse considerando no sólo el número de parejas que realizan intentos de anidación anualmente, sino el promedio de las observaciones registradas de huevos, pollos durante el seguimiento sistemático de nidos y los volantones producidos por nido exitoso durante cada temporada, asimismo es necesario tomar en cuenta la pérdida de los mismos durante cada etapa de su desarrollo.

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Los signos de alerta temprana, que pueden permitir reconocer tendencias de deterioro para una población de aves psitácidas incluyen los siguientes:

- Declinación en la estimación de tamaño poblacional. - Tres años seguidos de sequía en el área. - Tres años seguidos de baja productividad reproductiva por la

población: alta mortalidad de pollos o declinación en tamaño de puesta o tamaño de nidada.

- Incremento en el tipo, número y/o magnitud de amenazas para la población en el área, por ejemplo la captura de individuos con redes.

Parte B. Aspectos del hábitat de las especies (o grupos de especies) relevantes para la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA.

Los componentes más importantes del hábitat para las especies de psitácidos son el área de hábitat que requieren los individuos de la especie para sus actividades cotidianas (también conocida como ámbito hogareño); el hábitat para la anidación, es decir, especies y tamaños de los árboles utilizados; el hábitat para alimentación o sitios de forrajeo; y áreas de descanso. Asimismo es importante considerar que ciertas especies presentan mayor flexibilidad para utilizar áreas con mayor grado de perturbación o incluso extensiones dedicadas a la agricultura; sin embargo otras son mucho más estrictas respecto a la calidad original de su hábitat. En cuanto al ámbito hogareño, se dispone de información limitada a aquellas pocas especies con las que se ha trabajado este tema. Dentro de una UMA deben identificarse las superficies ocupadas por los tipos de hábitat presentes, forestal, primario conservado, hábitat secundario en regeneración, áreas deforestadas y campos agrícolas así como, con un enfoque complementario, los tipos de vegetación y sus características, al igual que los procesos y tendencias en cambio de vegetación y uso de suelo. Los datos que los responsables técnicos deben proporcionar respecto al hábitat para una UMA, dentro del respectivo Plan de Manejo, son los siguientes:

a) Extensión total de la UMA. b) Ubicación y área ocupada por los diferentes tipos de vegetación en la

UMA. c) Descripción de las características de los tipos de vegetación y lista de

especies de árboles presentes en la UMA. Para el seguimiento de las características del hábitat anualmente se deberá realizar el siguiente procedimiento:

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• Muestrear parcelas puntuales en cada tipo de vegetación para medir, hacia los 4 puntos cardinales y con una brújula, la distancia al árbol más cercano, midiendo asimismo el diámetro y la altura, e identificando la especie de árbol más cercano (Marsden y Pilgrim, 2003);

• Deberán registrarse los cambios en el uso de suelo, o los cambios en la vegetación por impacto de huracanes o fuego, entre otras causas;

• Es necesario poner en contexto regional el tipo de hábitat que existe en cada UMA, con base en la información disponible en INEGI o en los inventarios forestales realizados hasta el momento (SEMARNAT-INE-Instituto de Geografía UNAM). De esta manera se podrá integrar un índice de tendencia general del tipo de hábitat en la región, y compararlo con aquellos que se observen para el país.

Es necesario generar información previa de calidad sobre los requerimientos de hábitat y de área para cada especie que se pretenda aprovechar, de tal manera que se puedan definir si es viable la cosecha y, en caso afirmativo, definir los requerimientos mínimos para garantizar un aprovechamiento sustentable de los psitácidos, en la escala de trabajo adecuada para cada especie. Una vez más, se recomienda utilizar un formato estándar para la captura de los datos sobre el estado del hábitat, en particular el provisto en el Anexo I. Las UMA que pretendan realizar el manejo de psitácidos con fines extractivos comerciales deberán contar con el hábitat natural necesario para sostener poblaciones reproductivas estables, por lo cual es indispensable contar con la evaluación de nidos en el área, identificando los nidos activos (y los sitios de anidación potenciales, aunque no se encuentren activos durante el período en que fueron revisados). Las prácticas de manipulación de hábitat que pueden recomendarse para promover la presencia de las especies de interés, son:

• Reforestación con especies de árboles nativas. • Incremento de la extensión de hábitat forestal destinado a la

conservación. • Instalación y seguimiento de nidos artificiales, en los casos que la biología

reproductiva de la especie lo permita. • Protección de nidos naturales contra depredadores. • Vigilancia de los nidos para evitar el saqueo de ejemplares, la destrucción

de nidos y sobre todo la tala, legal e ilegal. Se identificaron como signos de alerta temprana para el deterioro del hábitat los siguientes aspectos:

• Incremento en la tasa de cambio de uso de suelo y declinación del área forestal conservada.

• Alta sequía en la región durante 3-4 años seguidos.

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• Pronósticos climatológicos adversos para la región, por ejemplo, incremento en la intensidad y frecuencia de huracanes que ocasiona la deforestación del hábitat; la pérdida de recursos alimenticios por destrucción de follaje, flores y frutos y, por consiguiente, el incremento en la intensidad de los incendios en la temporada de sequías posterior a la temporada de huracanes (fenómeno común en los últimos 10 años en los estados de la Península de Yucatán y de la vertiente del Pacifico de Chiapas).

• Incremento en la tala, legal o ilegal, de árboles importantes para alimentación o anidación de las especies.

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Tabla 1. Parámetros productivos en vida libre de psitaciformes mexicanos y géneros compartidos en otros

países.

Especie y categoría en la NOM-059-SEMARNAT-

2001

Población reproduc-

tiva %

No. de huevos

por nido

éxito de eclosio-

nes

éxito de volanto-

nes

Éxito de nidos (al menos 1

pollo)

Producción de

volantones por nido exitoso

volantones por pareja reproducti-

va Fuente

Amazona 3.77 0.82 Gracida, 1998Amazona autumnalis 2.7 0.72 0.56 0.48 0.9

Masello & Quillfeldt, 2002

Amazona finschi (A) 15-20 2.6 0.74 0.57 0.42 2.27 0.99

Renton & Salinas, 2004.

Amazona oratrix (P) 2.6 0.94 0.33 0.22 0.3

Masello & Quillfeldt, 2002

Amazona viridigenalis 3.4 0.84 0.47 0.48 1.4

Masello & Quillfeldt, 2002

Aratinga strenua (A) 2.8 0.91 0.5 0.5 1.3

Masello & Quillfeldt, 2002

Especies mexi-canas

Rhynchopsitta pachyrhyncha (P) 2.7 0.81 0.78 0.82 1.7

Masello & Quillfeldt, 2002

Forpus passerinus 7 0.81 0.83 0.64 4.7

Masello & Quillfeldt, 2002

Brotogeris versicolorus 5.4 0.41 0.5

Masello & Quillfeldt, 2002

Amazona leucocephala 3.5 0.56 0.54 0.8

Masello & Quillfeldt, 2002

Especies no mexi-canas

Amazona vittata 3 0.84 0.49 0.69 1.5

Masello & Quillfeldt, 2002

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Amazona barbadensis 3.38 0.51 0.41 1.27

Sanz & Rodriguez, 2006

Amazona aestiva 50 3.67 0.89 0.62 2.87 1.77

Banchs & Moschione, 1995

Amazona barbadensis 3.42 0.76 1.48

Banchs & Moschione, 1995

Amazona vittata 3 0.77 2.17 1.3

Banchs & Moschione, 1995

Nota. Las especies mexicanas que no cuentan con información y Ara militaris y A. macao, fueron omitidas de la tabla.

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Parte C. Conservación de la(s) especie(s) y gestión de la cosecha sustentable en UMA. Las especies consideradas como potencialmente viables para su aprovechamiento con fines comerciales son aquellas que se encuentran fuera de la NOM-059-SEMARNAT en su versión vigente. Asimismo, podrán considerarse las especies de psitácidos incluidas en dicha Norma bajo la categoría de Sujeta a Protección Especial (Pr). Para el caso de aquellas especies catalogadas en las categorías de Amenazadas (A) o En Peligro de Extinción (P), no se recomienda autorizar aprovechamientos extractivos con fines comerciales mientras no se compruebe –con certeza– que las poblaciones se encuentran estables de modo que, como prerrequisito, eventualmente el taxón pudiera descender en categoría de riesgo en la Norma 059. En cualquier caso se deberá dar cumplimiento en lo establecido en la Ley General de Vida Silvestre. Si por alguna razón se explorara la posibilidad de aprovechar especies de psitácidos en las categorías de Amenazada o En Peligro de Extinción, debería mantenerse muy claro que previamente deberán revisarse de manera cuidadosa la Ley General de Vida Silvestre y la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (LEGEPA), y realizarse estudios poblacionales que proporcionen datos confiables de parámetros primarios de la población (natalidad y mortalidad), a lo largo de varios años. Es importante que esos datos e informes cuenten con el respaldo de personas o instituciones reconocidas en el estudio y manejo de la especie o especies de interés (Art. 87 y 88, LGVS). No debe autorizarse la captura de ejemplares adultos, ni con redes, ni goma o señuelos. Sólo se recomienda, cuando la cosecha se haya estimado viable y sustentable para el largo plazo, el aprovechamiento de pollos de alrededor de 5 a 6 semanas de edad y a través del manejo extremadamente cuidadoso de nidos. Para determinar la cosecha de psitácidos, con un enfoque de precaución orientado hacia la sustentabilidad, se hará uso de la información generada a partir de los monitoreos de las poblaciones y su productividad, así como de la superficie de hábitat óptimo disponible para la o las especies. De acuerdo con el Programa de Vida Silvestre y Diversificación Productiva del Sector Rural, uno de los fines primordiales de las UMA es brindar las alternativas para obtener recursos a los legítimos poseedores de la tierra, con el fin de que el hábitat natural para la vida silvestre sea conservado por encima de las prácticas tradicionales que frecuentemente implican el desmonte de la vegetación natural. Por lo anterior, sólo se considerará como hábitat óptimo la superficie correspondiente a los tipos de vegetación natural primaria descontando, de la superficie total, aquella correspondiente a zonas alteradas principalmente por la agricultura y la ganadería; asimismo, tendrán que ser descontadas aquellas

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áreas de vegetación secundaria que cuenten con poco tiempo de descanso. La densidad de ejemplares generada en los muestreos y calculada por medio del programa de cómputo Distance será extrapolable sólo a aquellas superficies correspondientes a la vegetación primaria. Por el momento se sugiere utilizar el modelo propuesto por la DGVS para calcular tasas de aprovechamiento de vida silvestre, con algunas modificaciones para psitácidos siguiendo el modelo propuesto por Runge et al. (2004). Este modelo es conocido como PBR ó método de Remoción Biológica Potencial (por sus siglas en Inglés: Potential Biological Removal), y define el máximo aprovechamiento posible, considerando una relación logística de la capacidad de carga y la densidad de una población, donde este máximo posible es igual a la mitad del máximo de la tasa intrínseca de crecimiento de una población (rmax; véase su cálculo más abajo), Runge et al. (2004) indican que se puede incorporar un valor de incertidumbre definido como Factor de Recuperación (Fr)el cual se calcula con base en la categoría de riesgo en la cual se encuentre la especie. La fórmula propuesta por Runge et al. (2004) es la siguiente:

PBR= ½ rmax Nmin Fr Donde, PBR es la Remoción Biológica Potencial; rmax es el valor máximo de la tasa intrínseca de crecimiento; Nmin es la población mínima estimada y Fr es el factor de recuperación. El método para realizar el cálculo de cada valor se presenta más adelante, y Nmin se calcula utilizando el límite inferior del intervalo de confianza de la densidad relativa estimada por medio de Distance. El modelo modificado por la Dirección General de Vida Silvestre incorpora dos factores básicos para la aplicación del modelo, con la información disponible de las especies de psitácidos para el cálculo de la rmax y su categoría de riesgo en la NOM-059-SEMARNAT-2001. En primer lugar, la carencia de información precisa por especie para calcular el valor de r se subsanó mediante la revisión bibliográfica de las tasas de natalidad y la sobreviviencia en las primeras etapas de vida de los loros en general. La información disponible permitió conocer la productividad teórica estimada para especies del género Amazona. Para el caso de otras especies como el género Aratinga se optó, a pesar de contar con escasa información sobre su demografía, aplicar los mismos valores que para especies de Amazona, al resultar éstos aún más conservadores. El resto de las especies, principalmente aquellas pertenecientes a los géneros Ara y Rhynchopsitta, cuentan con abundante información; sin embargo, el estado de sus poblaciones naturales aún resulta crítico y no permite considerarlas para esquemas de aprovechamiento. A partir de la información obtenida se identificaron los valores que permiten conocer la productividad a grandes rasgos y se realizaron análisis estadísticos básicos para mantenerse dentro de los límites de los intervalos de confianza permitidos. El resumen de la información se encuentra sintetizado en la Tabla 1.

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Los valores seleccionados para la estimación de la productividad son los siguientes:

- proporción de la población reproductivamente activa en una temporada,

- proporción de sexos, - tasa de nidos exitosos, - producción de volantones, y - tasa de sobrevivencia de los volantones en su primer año de vida

(valor incorporado durante el presente Taller de especialistas de 2006).

Derivado de lo anterior se elaboró la siguiente ecuación para el cálculo de rmax:

(Ne x C x Sn x P x Sv) = rmáx Donde,

Ne = Proporción estimada de la población reproductiva. C = 0.5 Es una constante, asumiendo que exista una proporción macho:hembra de 1:1. Sn = Tasa de nidos exitosos, expresada como fracción. P = Producción de volantones por nidos exitosos, expresada como el promedio de volantones producidos por nido exitoso. Sv = Tasa de sobrevivencia de volantones en el primer año, expresada como fracción. rmáx = Total de volantones producidos en una población.

Se utilizaron los valores obtenidos del límite inferior del intervalo de confianza de la información demográfica disponible para las especies señaladas en la Tabla 1 (Munn, 1992; Enkerlin-Hoeflich, 1995; Renton, 1998; Masello y Quillfeldt, 2002; Renton y Salinas-Melgoza, 2004; Salinas-Melgoza y Renton, en prensa), que dan como resultado lo siguiente:

0.24 (proporción de población reproductiva en una temporada). 0.5 (proporción de sexos) 0.4277 (proporción de nidos exitosos) 1.839 (volantones por nido exitoso) 0.73 (sobrevivencia de los volantones en el primer año) rmax = 0.0689 (tasa de crecimiento de la población; producción de

volantones en la población por año). La modificación del valor de incertidumbre propuesto por Runge et al. (2004), para ajustarse a las categorías de la NOM-059-SEMARNAT-2001 incorporando como factor de recuperación Fr, se asignó de la siguiente manera: originalmente (Runge et al. 2004) propusieron que las especies en peligro de extinción cuenten con un valor de 0.1, las amenazadas con 0.5 y aquellas fuera de estas

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categorías, con un valor igual a 1. En este caso se consideró mantener el valor de 0.1 para especies en peligro de extinción (P); 0.5 para amenazadas (A); 0.6 para las sujetas a protección especial (Pr); y 0.8 en aquellas no incluidas en las categorías de la Norma, todo ello como medida precautoria adicional, derivada del escaso conocimiento de la demografía para especies particulares. Finalmente, se propuso incorporar la presión del aprovechamiento de la temporada anterior, por lo cual a la población mínima estimada (Nmín) fue despejada de la ecuación original de PBR y se le restó el número de individuos autorizados para aprovechamiento el año anterior. A este valor resultante se le multiplica por el valor calculado del PBR. La modificación del cálculo para cosecha será: (Nmín – Tan-1) PBR = Tan Donde:

Nmín = Población mínima estimada Tan-1 = Numero de ejemplares aprovechados la temporada inmediata anterior. PBR = Porcentaje de Remoción Biológica Potencial Tan = Tasa de aprovechamiento para la temporada

Para el cálculo de la población mínima de la UMA se debe utilizar la densidad, considerando sólo el límite inferior del intervalo de confianza, estimado con el programa Distance y referido solamente a la superficie forestal conservada en la UMA. Actividades de cosecha. El período de cosecha debe determinarse de acuerdo con el patrón reproductivo de cada especie, en cada región, debido a que para proteger a las poblaciones no se autorizará la extracción de ejemplares adultos y, por ello, el aprovechamiento debe estar centrado en ejemplares jóvenes de cuando menos 5 a 6 semanas de edad, pero no próximos a ser adultos. En este sentido, cada UMA debe realizar el monitoreo periódico de los nidos y su responsable técnico, con base en la información obtenida de este seguimiento, deberá determinar el momento más adecuado de la cosecha, para evitar alta mortandad en los ejemplares aprovechados. No se deberá extender la cosecha a la totalidad de las UMA, ésto para permitir que la mayor superficie natural posible se mantenga como zona de conservación y evitar la perturbación innecesaria de nidos que no vayan a ser aprovechados.

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Como se dijo previamente, no se debe autorizar la captura de ejemplares adultos, ni con redes, ni con goma o señuelos. Se recomienda restringir el aprovechamiento a pollos (de cuando menos 5 a 6 semanas de edad), a través del manejo de nidos de forma directa y cuidadosa, evitando dañar a los ejemplares o los propios nidos durante la extracción. Además, se requiere el seguimiento a largo plazo de las poblaciones para determinar el impacto generado hacia éstas durante la cosecha, por lo cual cada temporada deberán presentarse los resultados del seguimiento de las poblaciones y nidos de cada UMA. En caso de que se observe, como resultado del seguimiento de las poblaciones a nivel local, un decremento sostenido de las poblaciones por más de 2 años seguidos, se podrá determinar la inviabilidad de la cosecha y se deberán tomar medidas inmediatas para favorecer la recuperación de la población. Asimismo, se deberá poner especial atención a aquellos nidos que dejen de ser ocupados por causas originadas por el aprovechamiento; para evitar esto, se sugiere no realizar el aprovechamiento continuo de nidos por más de dos temporadas. Tomando como base los resultados del seguimiento anual de nidos y poblaciones, deberá evaluarse la tendencia de la población al nivel local, de tal manera que se puedan identificar inmediatamente los cambios en las tendencias poblacionales, incluido el éxito reproductivo. Asimismo, se recomienda enfáticamente evaluar la posibilidad de ir reduciendo el aprovechamiento extractivo con fines comerciales y fomentar con mayor intensidad la diversificación productiva, por medio del aprovechamiento no extractivo y el desarrollo de actividades y proyectos productivos que no modifiquen el hábitat natural de la UMA y sus poblaciones de vida silvestre. Resulta necesario evaluar de forma periódica, puntual y objetiva, las actividades que se realicen en la UMA, con el fin de identificar fallas en el manejo, actividades no compatibles con la conservación, así como acciones que favorezcan la conservación de la vida silvestre, y también documentar los casos de éxito. Esta evaluación deberá realizarse cada 3 años por parte de la Secretaría y deberán realizarse talleres periódicos -como este al cual fuimos invitados- con participación de los miembros de la academia involucrados en el estudio de estas especies, para garantizar la aplicación de las técnicas actuales e incorporar los conocimientos recientemente generados. Es necesario instalar y desarrollar estrategias efectivas de evaluación y regulación de las actividades de las UMA, con el fin de evitar lavado de ejemplares de origen ilícito a través de ellas. Igualmente es necesario evitar la cosecha de otras especies que estén protegidas, controlar la duplicación de anillos numerados (para lo cual se recomienda utilizar anillos cerrados, que limitan las posibilidades de duplicación de anillos debido a que sólo pueden colocarse en la etapa de pollo). Se recomienda realizar las gestiones necesarias para utilizar anillos cerrados, proporcionados directamente por la DGVS a las

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UMA extensivas con aprovechamiento de psitácidos y mantener una base de datos permanentemente actualizada de los ejemplares autorizados, para el seguimiento de éstos en coordinación con la PROFEPA. Manejo después de la cosecha. Se requiere mejorar las estrategias de manejo de los ejemplares en cautiverio para incrementar su sobrevivencia, controlando la cantidad, calidad, y procedimiento de alimentación de los pollos, el alojamiento de éstos y el transporte de ejemplares. Recomendación para la alimentación de pollos:

• Utilizar papilla hecha de 2 partes de harina de maíz y 1 parte de croquetas para perro, molidas.

• Entibiar la papilla antes de dársela a los pollos, a una temperatura ideal de 36 a 38° C (Juan Cornejo, comunicación personal).

• Desechar la papilla preparada que no se utilice en cada evento de alimentación y no almacenar granos o alimentos, para reducir la incidencia de infecciones con aflatoxinas.

• No volver a dar de comer a las aves hasta que se haya desplazado el buche de alimento, lo que puede tomar horas o minutos, según la especie, el tipo de alimento y las condiciones del ave.

• Extremar la limpieza e higiene, tanto en los pollos como en los utensilios empleados para alimentar y en la persona encargada de alimentar las crías.

• Ofrecer elote fresco, para que los pollos comiencen a comer solos. Recomendación para el manejo de los pollos:

• No extraer pollos de los nidos hasta que les comiencen a salir los cañones de las plumas, de preferencia entre las semanas 5 o 6.

• Utilizar aserrín grueso o viruta limpia, sin trementina, como piso de los contenedores donde se alojen los pollos y cambiarlo con frecuencia.

• Una vez extraídos los ejemplares se deberán anillar tan pronto como no se le salgan las anillas, esto es posible a partir de la 3a. o 4a. semana aunque se recomienda aprovechar pollos entre la 5a. y 6a. semana de edad, usando solamente anillas cerradas (Ver Tabla 2, para referencia de medidas de los anillos).

• Mantener los pollos que aún no emplumen junto a una fuente de calor, tal como un foco eléctrico, que mantenga la temperatura de 29 a 32 °C, especialmente para pollos de 25 a 35 días de edad (Reillo et al. 1998).

• No hacinar los pollos, ni alojar juntos pollos de diferentes edades o especies.

• Evitar el contacto o el manejo de pollos de psitácidos en sitios cercanos a aves de corral, incluyendo no utilizar material y equipo que haya tenido

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contacto con aves domésticas y que no haya sido previamente desinfectado.

Se requiere instalar algunas medidas para detectar y prevenir la transmisión de enfermedades, en coordinación con el Área de Sanidad de la DGVS, la SAGARPA y entidades responsables en los Estados. Tabla 2. Medidas de anillos recomendadas para especies de Psitaciformes

mexicanos.

Diámetro (mm)

Medida comercial Especies

6.6 9 Aratinga spp. 7.16 9.5 Aratinga spp. 8.73 11 Pionus senilis

11.11 14

Amazona finschi, A. oratrix, A. albifrons, A. autumnalis, A. auropalliata, A. farinosa

12.7 16 A. auropalliata, A. oratrix 14.29 18 Ara militaris, A. macao

Fuente: L & M Bird leg bands (http://home.earthlink.net/~lmbird/sizegide.html).

Parte D. Recapitulación y recomendaciones. Dadas las condiciones de las poblaciones y hábitat de la mayoría de los psitácidos del país, se recomienda la aplicación de un modelo conservador, extremando las precauciones. Es importante tomar en consideración que el modelo aquí descrito considera los modelos óptimos de cosecha (Runge et al. 2004) con los cuales, de no hacerse modificaciones precautorias, se correría el riesgo de realizar sobre-aprovechamiento de poblaciones de especies sensibles, debido a la falta de información sobre la dinámica poblacional de muchos psitácidos. Por ello se recomienda considerar el modelo de cosecha conservador propuesto por Beissinger y Bucher (1992a, 1992b). Dicho modelo propone que si la población silvestre se encuentra en estado estable o en crecimiento, se puede suponer que la aplicación de estrategias de manejo para incrementar la reproducción de la especie (nidos artificiales, protección de nidos), resultaría en algún un exceso de producción de la población, que se puede cosechar (Beissinger y Bucher, 1992a y 1992b).

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Por esto es indispensable comprobar, previamente, si la población de interés se encuentra estable y no en declinación, por medio de muestreos confiables (i. e. censos de la población por varios años), y exigir a las UMA que instituyan estrategias de manejo, adecuadas y con base en el actual conocimiento científico, para incrementar el éxito reproductivo de la población. Al mismo tiempo, se recomienda realizar estudios a largo plazo para determinar la productividad (éxito de anidación, número de crías por nido exitoso, número de crías por pareja reproductiva) en nidos naturales. Se puede iniciar el aprovechamiento con las crías producidas en nidos manejados, pero se requiere ir ajustando los modelos y las tasas de aprovechamiento con base en los resultados que arrojen los estudios poblacionales. Se recomienda que el aprovechamiento se realice bajo un enfoque de ajuste adaptable del aprovechamiento de los recursos. Se propone a la DGVS que en el aprovechamiento cinegético o de aves silvestres vivas (canoras y de ornato, incluyendo loros) se utilicen las bases del concepto “manejo adaptativo de los recursos naturales” (Holling, 1978; Walters, 1986; Williams y Johnson, 1995; Johnson y Williams, 1999) el cual explícitamente reconoce que existe incertidumbre sobre los impactos en el manejo de estos recursos y busca proveer, con el tiempo, información útil sobre la dinámica del sistema mismo. Se incorpora la incertidumbre en la formulación de estrategias de manejo distintas, alternativas a la original y con el propósito de corregir errores de manera oportuna. Se propone a la DGVS este manejo adaptable como una extensión del proceso de regulación existente actualmente, enfocándose principalmente en la conservación a largo plazo de la especie o especies en aprovechamiento, así como en el fomento activo de la recopilación y desarrollo de proyectos de monitoreo biológico para la toma de decisiones, incorporando la discusión de los retos sociales, económicos y biológicos del manejo adaptable de los recursos naturales. De esta manera se ajustarán periódicamente los modelos, atendiendo a los resultados de los estudios poblacionales, tasas de aprovechamiento, amenazas y esfuerzos de conservación para las especies, y condiciones ambientales prevalecientes, entre otros aspectos. Por la naturaleza excepcionalmente delicada del tema, la evaluación y la eventual autorización de UMA con fines de extracción de psitácidos tienen que ser manejadas y administradas por la Dirección General de Vida Silvestre al nivel federal y no descentralizándolas a los gobiernos de los estados. Se requiere una entidad independiente que realice la evaluación y certificación de las UMA extractivas, y de la comercialización de las especies. Se podría desarrollar un consejo evaluador que involucre al INE, la DGVS, la CONABIO, la PROFEPA y los Subcomités de Especies Prioritarias. Esa entidad evaluará y otorgará una certificación de responsabilidad ambiental, tipo “Sello Verde”, a los

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técnicos y las UMA extensivas que cumplan con los requisitos al efecto. Se realizará una evaluación periódica (cada 2 o 3 años) para que la UMA y el técnico mantengan su certificación. Para orientar esta tarea, se recomienda revisar como ejemplo el Modelo del Forest Stewardship Council (http://www.fscus.org/). Es necesario diseñar y desarrollar un Diplomado en que se daría entrenamiento a los Responsables Técnicos para llevar a cabo el manejo, de acuerdo con los criterios establecidos actualmente. La certificación para obtener un Sello Verde se otorgaría hasta demostrar que están aplicando con efectividad las acciones de manejo sugeridas. La realización de dicho Diplomado debe ser planteada de manera inmediata, para subsanar los rezagos técnicos y administrativos que actualmente se presentan en la mayoría de las UMA con manejo de estas especies. Se recomienda que se diversifiquen las actividades y fuentes de ingreso de las UMA, por ejemplo efectuando formas de aprovechamiento no extractivo (observación de aves/turismo científico, ver ejemplo “MANUAL PARA EL DESARROLLO Y CAPACITACIÓN DE GUÍAS DE AVES” desarrollado por CAPY, Yucatán www.cnf.ca/birdguide/Bird_manual_s2.pdf), y desarrollando programas de educación ambiental y conciencia hacia las comunidades locales. Un punto fundamental, que una UMA interesada tiene que demostrar, es que el ingreso del aprovechamiento en la UMA será compartido por todos los miembros de la comunidad. Se propone aplicar esquemas como el realizado en la UMA Tres Reyes, en Quintana Roo, donde 70% del ingreso va directamente a los miembros de la comunidad quienes participan en el proyecto, 20% se destina a un fondo comunitario para dar continuidad a actividades en la UMA, y 10% se utiliza para el pago de servicios técnicos. Las actividades de aprovechamiento que se desarrollan en las UMA deben diversificarse, incorporando también –como se señaló arriba– aprovechamiento de tipo no extractivo (Artículo 47 de la LGVS). Además, para fines extractivos, debe garantizarse el manejo cuidadoso y biológicamente aceptable de los nidos; la práctica efectiva y debidamente informada de la reforestación y restauración del hábitat (Sánchez et al., 2005), así como también actividades de educación ambiental y de formación de conciencia en las propias UMA y su entorno. Es indispensable cruzar información con diferentes programas que existen y que guardan relación con la conservación y el uso sustentable de aves psitácidas (como ejemplos, CONAFOR, CONANP, PRODERS, PET, PROCAMPO y CAPY, entre otros). A través de este proceso de intercambio de información será posible determinar cuales sinergias podrían fortalecer el desarrollo de las comunidades humanas locales y de las UMA que existen en la vecindad.

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Deben practicarse estudios poblacionales independientes (a diferentes escalas, regional y local) que pueden ser herramientas de gran valor para evaluar comparativamente estudios particulares realizados en UMA. En estas actividades podría incorporarse la participación de estudiantes que desarrollen tesis, apoyándolos con fondos como los llamados concurrentes de Semarnat/CONACYT, con financiamiento de la CONABIO o el INE, entre otros. Más importante aún es inscribir y desarrollar estos trabajos de tesis dentro de proyectos a largo plazo, en distintas universidades y centros de investigación del país, por ejemplo: Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Tecnológico de Monterrey, entre otros. Parte E. Bibliografía.

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Page 51: Mamifero Vida Silvestre

Nombre de la UMA

ID del hábitat

El Jaguar 1 1

1

1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1

1

a) Foformacoord

Anexo I. Formatos de captura de datos para el seguimiento de Psitaciformes en UMA extensivas.

Hábitat Superficie en Ha

Punto de Observación

Tiempo de observación en minutos

Número de observación Especie

Tamaño del grupo

Distancia al ave en metros

Actividad (perchado/ volando)

Coordenadas UTM del Punto (E- N)

Selva Mediana 1500 1 10 1 Aratinga

nana 2 55 perchado 246720.916 1969510.8

Selva Mediana 1500 1 10 2 Aamzona

xantholora 2 200 volando

2 10 3 3 10 4 3 10 5 3 10 6 3 10 7 3 10 8 3 10 9 4 10 10 5 10 11 5 10 12 5 10 13 5 10 14 5 10 15 5 10 16 6 10 17 7 10 18 7 10 19 7 10 20 8 10 21

8 10 22

rmato de captura de datos para monitoreo de poblaciones. Copiar los campos en una hoja de Excel y enviarlos en to electrónico a la DGVS para su análisis. Indicar en la solicitud la fecha del muestreo, el Datum y la zona de las enadas UTM.

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Page 52: Mamifero Vida Silvestre

Nido o Punto de

observación Número Dirección

Distancia al árbol desde el

punto central

(m)

Especie Altura (m) DAP (cm)

N 10 Enterolobium cyclocarpum 15 58S 2 Ceiba pentandra 19 103E 5 Manilkara zapota 9 40Punto de

observación 3 W 6 Brosimum alicastrum 11 52N S E

Nido 2 W N S E

W N S E

W b) Formato de captura de datos para monitoreo de hábitat. Copiar los campos en una hoja de Excel y enviarlos en formato electrónico a la DGVS para su análisis.

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Page 53: Mamifero Vida Silvestre

AVES CANORAS Y DE ORNATO EXCEPTO PSITÁCIDOS Elaboración del documento Mónica G. Pérez Villafaña, Osvel Hinojosa Huerta, Héctor Gómez de Silva Garza, Luis Ignacio Iñiguez Dávalos, Griselda Escalona Segura, Adán Oliveras de Ita. Participantes en la Mesa de Trabajo Mónica G. Pérez Villafaña, DGVS (Moderadora) [email protected] Osvel Hinojosa Huerta, PRONATURA NOROESTE [email protected] Héctor Gómez de Silva Garza [email protected] Luis Ignacio Iñiguez Dávalos, INSTITUTO MANANTLÁN -UDG [email protected] Griselda Escalona Segura, ECOSUR [email protected] Adán Oliveras de Ita, CONABIO (Moderador) [email protected] Omar Rocha Gutiérrez, DGVS (Moderador) [email protected] Inés García Labra, DGVS [email protected]

Introducción Las aves canoras y de ornato han sido aprovechadas en México desde tiempos prehispánicos, principalmente para amenizar las casas con sus cantos y colores. Actualmente su aprovechamiento también se realiza con fines comerciales para exportación o a nivel nacional. La mayoría de las especies son pequeñas aves territoriales de vida corta. Aquí se tratan especies pertenecientes al orden Passeriformes que se encuentran permitidas para su aprovechamiento; algunas de ellas son migratorias que visitan México sólo entre agosto y mayo, y otras son residentes en algunas regiones de nuestro país, pero migratorias en otras áreas. Las tasas reproductivas de las aves canoras y de ornato discutidas en el presente documento son, en general, elevadas (varios huevos en cada nidada y a veces varias nidadas al año), y la densidad poblacional puede llegar hasta alrededor de 10 individuos/hectárea como máximo (Keast, 1990; de Juana, 1992); generalmente las densidades son mucho menores, pero aun así es posible hacer una explotación sustentable de sus poblaciones haciendo un buen manejo de ellas.

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Page 54: Mamifero Vida Silvestre

Parte A. Aspectos de población de las especies (o grupos de especies) Un esquema responsable de monitoreo para aves canoras y de ornato debe considerar la densidad relativa, la productividad (número de individuos jóvenes que se integran a la población) y la sobrevivencia de las diferentes edades. Sin embargo, los estudios necesarios para obtener estas estimaciones resultan costosos en dinero y tiempo. sin embargo, para evitar el incumplimiento de principios básicos de conservación, por parte de personal que maneja Unidades de Conservación para el Manejo de Vida Silvestre (UMA), proponemos varias acciones: Primero, que los grupos académicos vinculados con el tema se enfoquen a estudiar las tendencias poblacionales a nivel regional y que los técnicos de la UMA trabajen considerando a ésta como área de estudio, pero no aislada, sino como componente de una región. Para la estimación de densidades relativas, los técnicos utilizarán puntos de conteo con radio de observación variable, por ser éste un método que permite al observador concentrarse únicamente en detectar e identificar las aves y que tiene la ventaja de que puede emplearse para la mayoría de las especies. En los hábitat donde la vegetación se distribuye a manera de parches resulta más fácil muestrearlos usando estos puntos de conteo, y el método también permite describir la estructura de la vegetación asociada con el propio punto de conteo. Otra de sus ventajas es que, si se tienen marcados los puntos y los límites, es más fácil estimar la distancia del observador al ave que estimar una distancia perpendicular requerida por otros métodos, por ejemplo, el de transecto lineal (Buckland et al., 1993; Ralph et al., 1996; Bibby et al., 1998; Williams et al., 2001). Es importante mencionar que, en el caso particular de géneros como Cardinalis y Myadestes, es factible muestrear sus poblaciones usando el método de puntos de conteo con registros visuales y auditivos, ya que son aves fáciles de detectar mediante cantos, en aquellos hábitat que mantienen poblaciones sanas (Gómez de Silva, comunicación personal, 2006). En cada punto deben registrarse todas las aves vistas y escuchadas, junto con su distancia aproximada desde el centro del punto. Dado que usualmente la distancia es difícil de estimar con suficiente precisión, se recomienda que se empleen las siguientes categorías de distancia: menor a 25 m, entre 25 y 50 m, entre 50 y 150 m, y mayor a 150 m, así como eventos de “sobrevuelo” para aquellas especies que se observen de paso en el área (Formato 1). La evidencia disponible permite hacer algunas recomendaciones sistematizadas: 1) Para estimar apropiadamente las poblaciones de las aves susceptibles de ser aprovechadas debe muestrearse un número suficiente –representativo– de puntos

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Page 55: Mamifero Vida Silvestre

de conteo en cada hábitat, diferente de acuerdo con el tamaño de cada hábitat dentro de la UMA (considerando como hábitat aquellos fragmentos de vegetación homogénea que tengan más de 100 ha):

• En hábitat mayores de 100 ha y menores de 1,000 ha se muestrearán tres sitios, cada uno con tres puntos de conteo separados por 250 m o más.

• En hábitat entre 1,000 y 10,000 ha se muestrearán cinco sitios con cinco puntos en cada sitio (separados por 250 m).

• En hábitat mayores de 10,000 ha se muestrearán 10 sitios, con 10 puntos en cada sitio (separados 250 m).

• Lo anterior corresponde a cada hábitat de la UMA en la que se desee realizar aprovechamiento. Si una UMA tiene cuatro o más hábitat distintos, entonces se trabajará un esquema con la DGVS, donde los muestreos se efectuarán en los hábitat más usados por la especie (o especies) de interés.

• Cada punto de conteo se debe muestrear durante cinco minutos. • Se deben realizar dos repeticiones del conteo para cada punto. Si la

especie a aprovechar es residente en la UMA, las repeticiones deben ser entre abril y julio con al menos dos semanas de separación entre ellas. Si la especie a aprovechar es migratoria, un conteo en cada punto debe realizarse en la primera quincena de diciembre y el otro en la segunda quincena de enero.

• Se sugiere que en los conteos se registren los sexos y las edades de los individuos, en la medida de lo posible.

• La selección de los sitios de muestreo se realizará al azar dentro de cada tipo de hábitat previamente a solicitar el primer permiso de aprovechamiento. Los sitios deben estar geo-referenciados por medio de GPS, utilizando coordenadas UTM con Datum NAD 1927 México. Todos los años los muestreos se realizarán en los mismos sitios, con el mismo horario y duración, por lo que los puntos deberán ser marcados de manera permanente.

• Para elegir los puntos de conteo se deberá dividir la extensión de cada hábitat en 10 cuadros del mismo tamaño (para hábitat menores que 1,000 ha) o 20 cuadros del mismo tamaño (para hábitat mayores que 1,000 ha) de tal manera que los cuadros seleccionados tendrán una distribución análoga a la de un tablero de ajedrez, realizándose los muestreos únicamente en los cuadros de un color (blanco o negro).

• Para especies de los géneros Corvus, Calocitta y Cyanocorax se debe considerar el radio de conteo como ilimitado, debido al mayor tamaño del ámbito hogareño, y a que los registros generalmente son de individuos lejanos al observador. Esto contrasta con el intervalo de conteo definido que se empleará para el resto de las especies, en las que el observador debe anotar en qué intervalo de distancia corresponde cada registro hecho.

El análisis de la información para estimar la densidad deberá efectuarse mediante el programa Distance (Buckland et al., 1993), utilizando el límite inferior del intervalo de confianza. Se recomienda que estos análisis sean realizados por la

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Dirección General de Vida Silvestre o por las agencias correspondientes, en los estados de la república que ya cuenten con funciones descentralizadas en materia de gestión de aves silvestres. Es importante mencionar que el programa Distance requiere estimar la distancia perpendicular de cada registro respecto al eje mayor de un transecto (o la distancia y el ángulo) sólo cuando se realizan transectos. Cuando se trata de puntos no lo requiere, ya que el programa cuenta con una opción para señalar si los datos se obtuvieron a partir de transectos o de conteo por puntos, y automáticamente ajusta la tabla de datos de entrada y los algoritmos que utiliza en el modelado (Osvel Hinojosa, comunicación personal, 2006).

NOTA: Se recomienda que los técnicos de las UMA reporten, hasta donde sea posible, los números de otras especies de aves registradas en los puntos de conteo, aparte de las que son de su interés. Dado que algunas aves son difíciles de identificar hasta especie, se recomienda que las identificaciones que no se logren hasta nivel de especie se reporten cuando menos al nivel de género (por ejemplo, “Empidonax sp.”) o de grupos de géneros similares (por ejemplo, “Empidonax o Contopus”).

2) Para que la DGVS, la CONABIO y el Subcomité Consultivo de Aves Canoras y de Ornato cuenten con estimaciones de las tendencias poblacionales de aves en México, lo cual es de gran relevancia puesto que se persigue un enfoque regional, los técnicos de las UMA deben incorporar los resultados de sus puntos de conteo en el programa aVerAves de la página de CONABIO (http://www.conabio.gob.mx/conocimiento/monitoreo_especies/doctos/averaves.html) a través de la opción “Envía tus observaciones” (Anexo 1), después de lo cual deben entregar a la DGVS el reporte impreso que genera la página electrónica aVerAves. 3) Las especies y poblaciones migratorias no deben ser aprovechadas durante el tránsito migratorio (octubre y noviembre, febrero a mayo), y sólo se podrán aprovechar cuando ya han establecido territorios invernales, es decir, entre el quince de diciembre y el quince de enero. Se anexa una lista de especies y poblaciones migratorias que pueden ser sujetas a aprovechamiento (Anexo 2). 4) Es necesario eliminar de la lista de especies aprovechables a los trogones y momótidos. Por otra parte, debe permitirse el aprovechamiento de manera continua (todo el año) y sin restricciones, de las siguientes especies: Molothrus spp., Sturnus vulgaris, Passer domesticus, Quiscalus mexicanus y Columba livia, por tratarse de especies invasoras. 5) Para comparar las tendencias poblacionales tanto dentro –mediante los datos de campo obtenidos en las UMA como fuera de ellas–, la DGVS debe recopilar periódicamente la información de programas como:

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• AverAves (http://www.conabio.gob.mx/conocimiento/monitoreo_especies/doctos/averaves.html),

• Birds of North America online (http://bna.birds.cornell.edu/BNA/), • Conteos Navideños (http://www.audubon.org/bird/cbc/ para los resultados

del año en curso, http://www.audubon.org/bird/cbc/hr/index.html para los resultados de años anteriores),

• MoSI(http://www.birdpop.org/MoSI/MoSIEspanol.htm), • MAPS (http://www.birdpop.org/maps.htm), • Breeding Bird Census (http://www.pwrc.usgs.gov/birds/bbc.html), y el • Programa de Monitoreo de Aves en Áreas Naturales Protegidas de la

CONANP. Por otra parte, el análisis de los datos recabados deberá reflejarse en los algoritmos de cosecha (que recomendamos actualizar cada dos años). Se sugiere que la DGVS identifique las instituciones académicas y organizaciones no gubernamentales que ejecuten actividades de MAPS y MoSI, en un futuro próximo. 6) Las UMA que aprovechan calandrias (Icterus spp., Cacicus melanicterus) realizarán estimaciones de reclutamiento con los conteos de nidos activos, para lo cual se puede utilizar la propia ruta de conteo entre un punto y otro, de cada transecto de puntos de conteo. 7) El personal de la DGVS comparará, para cada especie que sea sujeto de aprovechamiento en una UMA, las estimaciones poblacionales de la temporada en curso y las de las temporadas anteriores. Si la tendencia es significativamente a disminuir, no se permitirá el aprovechamiento de esa especie en la UMA en cuestión (véase Parte C). 8) Si existe información disponible de las poblaciones de las especies de interés en ANP muy cercanas a la UMA, se hará la comparación de la tendencia en la UMA con la tendencia en el ANP, con la finalidad de detectar si hay diferencias en las tendencias (por ejemplo, población estable en la UMA y con tendencia al aumento en el ANP, o viceversa), ajustando en consecuencia las tasas de aprovechamiento.

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UMA Observador 1 Precipitación Fecha Tiempo Inicial Observador 2 Temperatura Visita Tiempo Final Nubosidad Viento M = Macho; H = Hembra Sitio Punto Especie <25 m 25-50 m 50-150 m >150 m Sobrevuelos Observaciones

Formato 1. Hoja de campo para el registro de aves canoras.

Parte II. Aspectos del hábitat de las especies (o grupos de especies) 9) La evaluación preliminar de la UMA debe incluir un mapa que muestre los diferentes tipos de vegetación que se encuentran en la UMA, así como una relación de la extensión (hectáreas o km2) correspondientes a cada hábitat presente, y su estado de conservación basado en verificación de campo. También, en los planes de manejo debe incluirse información sobre los cambios del uso del suelo. Esta información deberá ser tomada en cuenta por la DGVS para el seguimiento y evaluación de los resultados de conservación obtenidos en las UMA. 10) Se deberá solicitar, a los técnicos a cargo, un informe sobre las tendencias y cambios de uso de suelo en las UMA cada año, en el formato de evaluación del hábitat. Este debe indicar los siguientes tipos de cambios particulares (Formato 2):

• Cambios positivos o negativos en los tipos de hábitat usados por las especies de interés. Describiendo claramente la naturaleza de los mismos.

• Cambios en la cobertura vegetal debidos a perturbaciones estocásticas como incendios, huracanes, explosiones volcánicas, entre otras.

• Corroboración de los cambios de uso de suelo, posible con imágenes obtenidas de satélites, con apoyo del INE.

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• Muestreo de la vegetación en su estructura vertical y horizontal en los puntos de conteo de aves. La mesa elaboró el formato correspondiente (descrito más abajo), que incluye:

i. Descripción general de los estratos de vegetación, por ejemplo:

sotobosque pobre, regular, abundante; dosel simple, o con epífitas o parásitas como el muérdago.

ii. Indicadores de perturbación: marcas de fuego, presencia de huellas de ganado, basura, tocones recientes, cambios en la composición de los ensambles de aves (inmigración de especies que antes no se registraban: Molothrus spp., Quiscalus mexicanus, Passer domesticus, Bubulcus ibis, entre otras) y presencia de depredadores domésticos ya ferales (gatos, perros, ratas).

iii. Determinar los tipos estructurales de vegetación de acuerdo con un formato tomado del esquema de Ohmart y Anderson (1986) (Figura 1). A su vez, la valoración de la cobertura herbácea estará basada en el método de Terry y Chilihgar (1995). Este método ha sido adaptado, considerando los porcentajes de cobertura herbácea que sean visualizados en un metro de radio, cuya escala discreta va de 1, 2, 3, 4, 5, 7, 10, 15, 20, 25, 30, 40, 50 y más de 50% (Figura 2). Dado que los porcentajes de cobertura mayor a 50% son difíciles de diferenciar, se decidió incluir una sola categoría por arriba de 50%.

• Características especiales del hábitat tales como:

i. Presencia de cuerpos de agua ii. Epifitas y muérdago, en particular para ambientes templados. iii. Número de árboles muertos en pie iv. Número de árboles muertos caídos v. Tamaño y número de deslaves, riscos, etc.

• Características especiales de la vegetación que estén asociadas con las

especies de interés.

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Formato 2. Hoja de campo para el registro de vegetación.

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Figura 1. Tipos estructurales de vegetación esquema modificado de Ohmart y Anderson (1986): I) árboles altos con la presencia de arbustos, II) árboles altos sin la presencia de árboles bajos y arbustos, III) Predominan arbustos, árboles bajos con pocos árboles altos y IV) arbustos y árboles bajos sin la presencia de árboles altos.

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Figura 2. Guía gráfica para evaluar el porcentaje de cobertura herbácea (tomado de Terry y Chilihgar, 1955).

Parte C. Aspectos sobre cosecha sustentable, en el contexto de las UMA 11) En los primeros tres años de la instalación del monitoreo, la DGVS deberá analizar las tasas de cosecha y compararlas con las tendencias de las poblaciones de las especies en cuestión, resultantes de los programas nacionales e internacionales de seguimiento (MAPS, MoSI, AverAves, Species Assessment). Particularmente relevantes son las tendencias que corresponden a cada especie en cada región de México, en el programa de Species Assessment. Estas fueron asignadas tras la deliberación por parte de varios expertos y consultando la

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bibliografía científica relevante. Si hay una tendencia negativa general para una especie, entonces no deberá permitirse la extracción. 12) Después de tres años de muestreos de aves se podrá haber acumulado información suficiente que permita calcular tendencias poblacionales para una UMA, lo que permitirá a la DGVS la toma de decisiones sobre la pertinencia o no de la extracción y el número de individuos a permitir, dependiendo de las tendencias poblacionales y con base en los siguientes criterios (puntos 13 a 15). 13) Para la cosecha de las aves residentes se considerarán los siguientes puntos:

- Si la tendencia dentro de la UMA y fuera (por ejemplo, en ANP o áreas sin extracción donde haya monitoreo) es negativa, entonces no se permitirá el aprovechamiento.

- Si la tendencia dentro de la UMA es positiva y fuera es negativa, entonces DGVS hará una verificación. Si la información es correcta se autorizará el aprovechamiento.

- Si la tendencia dentro de la UMA es negativa y fuera es positiva, entonces probablemente el factor que está causando la tendencia negativa es el manejo dentro de la UMA, y por lo tanto la DGVS hará recomendaciones de manejo y no se permitirá el aprovechamiento.

- Si la suma total local (Total Score Local) del Species Assessment es del 80% o más, no se permitirá el aprovechamiento.

- Para el eventual caso de aprovechamiento de subsistencia, se revisarán los valores de Species Assessment y con base en ello se determinará el aprovechamiento.

14) Para especies con poblaciones frágiles como Passerina ciris y Piranga erythrocephala se utilizarán los valores globales (Global Score) del Species Assessment; si se estimara viable, la cosecha se concederá con rotaciones multianuales (dos años no y un año sí), siempre y cuando no haya tendencias negativas. Además, durante los años de veda tampoco se permitirá la exportación. 15) Para aves migratorias:

- Las especies y poblaciones migratorias (Anexo 2), no deben ser aprovechadas durante el tránsito (octubre y noviembre, febrero-mayo). Sólo se pueden aprovechar cuando han establecido territorios invernales, del quince de diciembre al quince de enero.

- Se sugiere establecer una tasa nacional, que deberá dividirse regionalmente de acuerdo con las tendencias poblacionales reportadas por los programas internacionales y la información disponible en el país.

16) Debe definirse, en el plan de manejo, la existencia de “áreas de reserva” dentro de las UMA en las cuales no se hará extracción, lo que facilitará el mantenimiento de las poblaciones. Se sugiere que las áreas de reserva tengan

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una extensión mínima del 30 % de la extensión de la UMA que incluya el o los hábitat preferidos por las aves, además de ubicarse, de preferencia, en el centro de la UMA. 17) Para otorgar tasas de aprovechamiento la DGVS utilizará el Coeficiente de Potencial Biológico de Remoción (CPBR), basado en una adecuación del modelo de Potencial Biológico de Remoción (PBR) propuesto por Wade (1998). Para ello, los participantes de la mesa ajustaron la información de cada especie o especies afines de la lista reportada por la DGVS. Estos datos fueron tomados para la especie de interés o, en su defecto, para la especie con historia de vida más parecida, basado en la página www.birdpop.org/MAPS.htm Asimismo, se usarán los valores más conservadores de la densidad relativa reportada por la UMA.

- La tasa de aprovechamiento es igual al valor del CPBR multiplicado por la estimación poblacional estimada (Nmín) en la UMA (densidad relativa por la extensión del hábitat disponible) lo cual resultará el número de individuos a cosechar.1

Tasa = (CPBR)(Nmín)

Donde:

- CPBR = ½ rmáx FR - rmáx para esta fórmula se puede sustituir por número de volantones que

alcanzaron la edad de adultos, multiplicado por un factor de mortalidad (de la página de IBP www.birdpop.org/MAPS.htm se puede obtener una aproximación al número de volantones, considerando el índice reproductivo multiplicado por el índice de sobrevivencia).

- Nmín población mínima estimada. - FR Factor de recuperación en este caso se utilizarán los valores totales de

Species Assessment (Total Score Local), dividiendo las 33 categorías entre 10, otorgando a la categoría más frágil el valor de 0.1 y a la menos frágil 1.

Parte D. Recapitulación y recomendaciones

• Es necesario emplazar un programa de certificación de técnicos, es decir, que los técnicos encargados en realizar los conteos de aves sean certificados por la DGVS, para asegurar que los conteos se lleven a cabo por personas capacitadas y con excelente ética profesional. Si a algún técnico se le encontrara, aunque sea alguna vez, que ha proporcionado datos falsos, perderá su certificación.

1 Los estudios de campo han mostrado que las mayores abundancias de parejas reproductivas son de siete parejas por hectárea (con excepción de especies coloniales). Con base en esto, los revisores de los informes podrían detectar un posible falseamiento de los datos.

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• Se recomienda que establezca un Subcomité Técnico Consultivo de Aves

Canoras y de Ornato al nivel nacional, que emplee valores conservadores de sobrevivencia y productividad tomados de los programas existentes como MaPS y MOSI (ver inciso 17), tratando de usar los datos que provengan de los mismos hábitat, regiones y especies que se manejan en las UMA o, en su defecto, los más semejantes (en cuanto a las especies, se ha considerado más importante usar datos para especies con historias de vida similares, que necesariamente buscar que sean especies lo más emparentadas posible –y que, no obstante, podrían diferir en este aspecto).

• Los técnicos de las UMA deben hacerse cargo de pocas UMA (no más de

5), para que las atiendan adecuadamente.

• Se requiere redactar un manual simplificado para los técnicos de las UMA, por ejemplo basado en las ideas de Ralph et al. (1996), Pyle (1997) y los protocolos de MoSI (DeSante et al., 2004) y MAPS (DeSante et al., 2006), entre otros documentos. La mesa ha elaborado un formato de muestreos para campo y para análisis mediante el programa Distance (Formato 3).

• Se recomienda invitar a las UMA a contactar al Institute for Bird Populations

(http://www.birdpop.org/) para establecer sitios MoSI o MAPS en las UMA.

• Aún deben discutirse las implicaciones de que los técnicos usen los métodos de redes y de marcaje con anillos. Mientras tanto, se sugiere hacer muestreos piloto en algunas UMA, ya sea estableciendo sitios MoSI o invitando a investigadores a trabajar en las UMA siguiendo los protocolos MoSI o MAPS.

• Se sugiere mantener atención al proyecto de Passerina ciris que está por

iniciar en el país, mediante colaboración del Cornell Lab of Ornithology, la CONABIO y la Dirección General de Vida Silvestre. En función de éste, se recomienda aplicar dos esquemas de manejo a la especie, uno para las poblaciones de la vertiente del Atlántico y otro para las del centro.

• Es recomendable que, con participación de los grupos de expertos se

realice una lista de las especies sujetas a rotación en su aprovechamiento y que ésta sea remitida, a la brevedad posible, a la DGVS para apoyar la toma de decisiones.

• Sugerencias de manejo del hábitat en UMA:

a) En áreas donde el agua superficial es escasa, se propone que los

manejadores de las UMA favorezcan a las poblaciones de aves canoras y de ornato, colocando fuentes o chorros de agua cerca de árboles o arbustos de follaje denso, en los que las aves se pueden refugiar de los depredadores mientras acuden a beber.

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b) Debe mantenerse la vegetación natural que rodea los cuerpos de agua en la UMA.

c) Deben mantenerse árboles muertos en pie, ya que funcionan como refugios para diferentes organismos, incluyendo muchas aves.

d) Si hay ganadería, se sugiere la rotación de actividades en por lo menos tres áreas del predio.

e) Se recomienda fomentar la presencia de plantas productoras de recursos para las aves, por lo que en un futuro se deberá realizar un listado regional de plantas nativas con esta característica y afinarlo para cada UMA que desee hacer cosecha de aves.

f) Se requiere la coordinación de la DGVS con la CONAFOR, para organizar y dar compatibilidad a acciones como pago de servicios ambientales y restauración de los hábitat en las UMA.

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A) UMA Sitio Punto Especie Distancia Sexo Visita Año B) UMA Sitio Punto UTM W UTM N Datum Zona Geográfica Formato 3. Estructura para la captura de datos en bases digitalizadas: A) aves y B) datos geográficos.

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Parte E. Bibliografía

Bibby, C., M. Jones y S. Marsden. 1998. Expedition Field Techniques: Bird Surveys. The Expedition Advisory Centre, Royal Geographical Society, Londres, Reino Unido.

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DeSante, D. F., K. M. Burton, P. Velez, D. Frohelich y D. Kaschube. 2006. MAPS

Manual 2006 Protocol. The Institute for Bird Populations, Point Reyes Station, California.

DeSante, D. F., J. F. Saracco, C. Romo de Vivar Alvarez y S. Morales. 2004.

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Howell, S. N. G. y S. Webb. 1995. A guide to the birds of Mexico and northern

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Pyle, P. 1997. Identification Guide to North American Birds, Part I. Slate Creek

Press, Bolinas, CA. Ralph, C. J., G. R. Geupel, P. Pyle, T. E. Martin, D. F. DeSante y B. Mila. 1996.

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Terry, R. D. y G. V. Chilihgar. 1955. Summary of “concerning some additional aids in studying sedimentary formations” By M. S. Shvetsov. Journal of

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Williams, B. K., J. D. Nichols y M. J. Conroy. 2001. Analysis and Management of

Animal Populations. Academic Press, San Diego, California. Wade, P.R. 1998. Calculating limits to the allowable human-caused mortality of

cetaceans and pinnipeds. Marine Mammal Science, 14, 1–37

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Anexo 1. Cómo acceder los resultados de los puntos de conteo en la página Web de aVerAves: Una vez habiendo entrado a la página de internet de aVerAves (http://www.conabio.gob.mx/conocimiento/monitoreo_especies/doctos/averaves.html) y seleccionado “Envía tus observaciones”, para ingresar los resultados de un punto de conteo por primera vez, primero se debe entrar en “Utiliza Latitud/Longitud” y luego llenar los cuadros en blanco que aparecen con los siguientes datos: el nombre del punto de conteo, sus coordenadas y cómo se obtuvieron las coordenadas, seleccionando “Continuar” al terminar (esto sólo es necesario la primera vez que se meten los datos a aVerAves; en ocasiones posteriores, en lugar de “Utiliza Latitud/Longitud” sólo es necesario entrar en “Seleccionar de ‘Mis Localidades’”, seleccionar el nombre de una lista que aparecerá y luego “Continuar”). Enseguida de que aparezca una nueva página en la pantalla, es necesario seleccionar el círculo que se encuentra a la izquierda de “Conteo por puntos”, e indicar la fecha, la hora de inicio (sin olvidar indicar si es en la mañana o en la tarde), y la duración del conteo (la cual será de 5 minutos). Luego, seleccionar “Continuar”. Cuando aparezca la nueva página, hay que seleccionar el círculo a la izquierda de “Sí” donde dice “¿Estas reportando todas las especies de aves que identificaste?”. A partir de ese momento sólo es necesario leer la lista de especies e indicar el número de individuos registrados en el círculo que se encuentra a la izquierda de cada nombre. Asegúrese de tardarse menos de media hora en colocar todos los datos, de preferencia concéntrelos previamente para facilitar su ingreso a la página (en cualquier caso, si se estuviera tardando más, seleccione las flechas que dicen “Arriba” que aparecen a la derecha de los nombres de las familias de las aves). Al terminar debe seleccionar “Continuar”. En la siguiente y última página, se tiene la oportunidad de revisar si todos los datos introducidos son correctos. Si algún dato está equivocado, es necesario entrar a “Regresar” hasta encontrar la página correspondiente y corregir el dato equivocado. Si todo está correcto, es necesario seleccionar el círculo a la izquierda de “Mandar una copia de esta lista a mi correo electrónico”, y escribir cualquier observación pertinente abajo de donde dice “Anotaciones sobre este listado”, y luego “Enviar”. Una copia en archivo de texto de los datos que usted acaba de ingresar llegará inmediatamente a su dirección de correo electrónico.

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Anexo 2. Lista de poblaciones migratorias de aves canoras y de ornato sujetas a aprovechamiento, basado en las distribuciones reportadas en Howell & Webb (1995).

Especie Estados Zenaida asiatica Tabasco, Tlaxcala Zenaida macroura Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz, Yucatán Sialia sialis Nuevo León, norte de Tamaulipas Sialia mexicana zonas no montañosas de Coahuila, Chihuahua, Durango, Nuevo León, Sonora

Catharus ustulatus Chiapas, Colima, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí, Tamaulipas, Veracruz

Catharus guttatus todos los estados menos Campeche, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz, Yucatán

Turdus migratorius zonas no montañosas de Baja California, Coahuila, Chihuahua, Durango, Nuevo León, San Luis Potosí, Sonora, Tamaulipas

Bombycilla cedrorum todo México Phainopepla nitens D.F., Jalisco, México, Michoacán, Oaxaca, Tlaxcala Setophaga ruticilla todos los estados costeros Piranga flava Coahuila

Piranga rubra

todos los estados desde Aguascalientes, Guanajuato, Jalisco, Nayarit, Querétaro, San Luis Potosí y Veracruz hacia al sur

Piranga ludoviciana todos los estados desde Sinaloa, Durango, Querétaro, San Luis Potosí y Veracruz hacia al sur Pheucticus ludovicianus todos los estados costeros, San Luis Potosí y Puebla Pheucticus melanocephalus partes bajas de Tamaulipas Passerina caerulea Campeche, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz, Yucatán

Passerina amoena Colima, Guerrero, Jalisco, México, Michoacán, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Sinaloa, Sonora

Passerina cyanea todos los estados de Nayarit, Jalisco, Guanajuato, Querétaro y San Luis Potosí hacia el sur Passerina ciris todos los estados costeros excepto Sonora, Baja California y Baja California Sur

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Spiza americana todos los estados costeros excepto Sonora, Baja California, Baja California Sur y Veracruz Agelaius phoeniceus Sonora y Sinaloa Xanthocephalus xanthocephalus

todos los estados menos Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Colima, Guerrero, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz, Yucatán

Icterus spurius todos los estados costeros excepto Sonora, Baja California, Baja California Sur y Tamaulipas Icterus cucullatus Colima, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Oaxaca, Sinaloa Icterus galbula todos los estados costeros excepto Sinaloa, Sonora, Baja California y Baja California Sur

Icterus bullockii todos los estados costeros excepto Baja California, Baja California Sur, Campeche, Quintana Roo, Tabasco, Yucatán

Icterus parisorum Guerrero, Oaxaca, Sinaloa y costa de Sonora Carduelis lawrencei Sonora Carduelis tristis Baja California, Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Sonora y Tamaulipas

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AVES COLÚMBIDAS DE INTERÉS CINEGÉTICO: CON ÉNFASIS EN PALOMAS DE ALAS BLANCAS Y HUILOTA

Nota: la agenda original de esta Mesa de Trabajo incluía las codornices. La falta de

quórum de especialistas en este tema no permitió tratarlo formalmente.

Elaboración del documento A cargo de todos los participantes. Participantes en la Mesa de Trabajo Enrique Cisneros, HÁBITAT Y PALOMAS DEL NORESTE, A. C. [email protected] Héctor Zamora, HÁBITAT Y PALOMAS DEL NORESTE, A. C. [email protected] Eric Mellink, CICESE [email protected] Eugenio Peterson, AOCBC [email protected] Javier Ochoa, SIAFASE [email protected] Jesús Franco, TEXAS PARKS & WILDLIFE DEPARTMENT [email protected] Jonás Sánchez, DGVS – SEMARNAT (Moderador) [email protected] Elvia De la Cruz, INE – SEMARNAT (Moderadora) [email protected] Introducción Las paloma de alas blancas (Zenaida asiatica) y la paloma huilota (Zenaida macroura) pertenecen al Orden Columbiformes y, dentro de éste, a la familia Columbidae. Ambas son especies migratorias endémicas de América, de amplia distribución y de importancia cinegética. Se reproducen y desarrollan desde el sureste de Canadá, hacia Estados Unidos, México y hasta Centroamérica. Construyen sus nidos en árboles y arbustos. Normalmente la nidada consiste de dos huevos. Los individuos adultos de las dos especies miden cerca de 31.5 cm de longitud. El plumaje en ambos géneros es similar. En las alas, Z. asiatica tiene una ancha franja blanca casi transversal (en la base de las primarias y secundarias, visible tanto en vuelo como en reposo); tiene el extremo de la cola relativamente truncado, las patas rojas y el pico negro (Bent, 1932; Leopold, 1959; Cottam y Trefethen, 1968; Oberholser, 1974 y Brown et. al. 1977 citados por George et al., 1994). Zenaida macroura nopresenta las bandas claras notorias y, además, la cola termina en un extremo agudo (Howell y Webb, 1995).

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http://www.damisela.com/zoo/ave/otros/columb/columbidae/zenaida/asiatica/index.htm) La paloma de Alas Blancas (Zenaida asiatica) se distribuye desde el sur de Estados Unidos y el Norte de México hacia las costas del Pacífico y del Golfo, extendiéndose hasta Panamá. También se encuentra presente en las islas del Caribe. Los estados de Texas en los EUA y de Tamaulipas, en México, representan el área de reproducción más importante. Esta especie habita en regiones semiáridas de tierras bajas, en áreas con vegetación decidua, en selvas de galería y en zonas urbanas. Su presencia se ha documentado hasta los 2,500 metros sobre el nivel del mar. Anida en colonias densas, dispersas, pero también puede hacerlo en forma solitaria.

Distribución de Zenaida asiatica

La paloma huilota (Zenaida macroura) es natural de América. Se distribuye desde el sur de Canadá hasta Panamá. También se encuentra presente en las Bahamas y las Antillas Mayores. Habita en regiones semiáridas de tierras bajas y en las montañas, en zonas de vegetación decidua, en los pastizales y hasta en zonas urbanas. Su presencia se ha documentado hasta los 3,200 metros sobre el nivel del mar. Como se dijo arriba, los machos miden casi 32 cm de longitud (y pueden pesar alrededor de 120 gramos, Tomlinson, 1994): http://www.damisela.com/zoo/ave/otros/columb/columbidae/zenaida/macroura/index.htm). Z. macroura es el ave cinegética más abundante y más ampliamente distribuida en Norteamérica; como se dijo, anida en el sureste de Canadá, en todo el territorio de Estados Unidos y casi en todo México. En invierno viaja de las regiones frías de Norteamérica hacia México y Centroamérica. Las poblaciones más norteñas migran de Canadá hacia Estados Unidos en invierno.

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Distribución de Zenaida macroura

Área de reproducción: área obscura y hacia el norte. Distribución de invierno: área obscura y hacia el sur.

El área obscura es la zona de traslape de aquellas poblaciones que migran de Canadá a Estados Unidos en invierno, y de poblaciones que se reproducen en Estados Unidos y que migran al sur de México y a Centroamérica en invierno.

(Tomlinson, 1994).

Lista y breve descripción de los rasgos más relevantes de la historia natural de las especies (o grupos de especies), en relación con su conservación y uso sustentable. Paloma de alas blancas: Al inicio del otoño, las palomas de alas blancas de Texas y Tamaulipas comienzan la migración hacia el sur, lo cual les permite pasar el invierno en América Central, inclusive hasta Costa Rica. En Tamaulipas, las palomas de alas blancas que regresan de la migración en primavera inician la temporada reproductiva a finales de abril, con actividades de cortejo, apareamiento y construcción o reconstrucción de nidos. Las parejas son monógamas; comparten la incubación de los huevos y la alimentación de los pollos. La temporada reproductiva comprende desde fines de abril hasta mediados de agosto. En la mayor proporción de los nidos se presentan 2 ciclos reproductivos por temporada y, en muy baja proporción de parejas, se presenta en tres ocasiones. La puesta es de 2 huevos, ocasionalmente 1 y raramente 3. El primero es puesto

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72 horas después del apareamiento, el segundo 12 a 24 horas más tarde y en casos excepcionales un tercer huevo es puesto 36 a 72 horas después del primero. El período de incubación es de 14 días, el macho incuba durante la mañana y hasta media tarde, y la hembra, de la tarde a la mañana siguiente. El peso de los pollos al nacer es de 6-8 g y la ganancia diaria de peso es, en promedio, de 7 g al día. Los polluelos son alimentados con una secreción del buche que producen ambos sexos, coloquialmente denominada “leche de buche”, la cual presenta una composición nutricional similar a la leche de mamíferos. La leche de buche contiene además fragmentos de semillas, pulpa de frutas, grasa y células epiteliales que se desprenden del tracto digestivo. La leche de buche del macho tiene un menor contenido de grasa. El lapso de emplume es de 15 días y los pollos comienzan a volar entre el día 15 y el 17. El rápido crecimiento permite a los polluelos que nacieron en mayo presentar características de adulto para fines de agosto, sin embargo, no serán sexualmente maduros sino hasta el siguiente año. (George et al., 1994; Ehrlich et al., 1988) La paloma de alas blancas se reproduce en colonias que históricamente han tenido una densidad de nidos de entre 50 y 1,500 nidos por hectárea y extensiones muy variables, entre 2 y 400 ha (Tomlinson, 1985). Actualmente la colonia más importante, Parras de la Fuente, en el noreste de México, tiene una densidad de 328 nidos por hectárea en una superficie de 3,118 hectáreas (Zamora, 1998). El hábitat óptimo de anidación es el matorral alto subinerme y la selva baja espinosa, con asociaciones vegetales de ébano, anacahuita, chapote, coma, huizache, mezquite, uña de gato, colima, guayacán, granjeno, brasil, panalero, ojo de víbora, entre otras plantas (nombres coloquiales de éstas, usados en el noreste de México). El macho selecciona el sitio para anidar y canta para marcar su territorio, el cual depende de la densidad de aves, en ocasiones su territorio comprende un árbol o parte del mismo. Se ha observado que, en la zona central de Tamaulipas, las especies de árboles preferidas por la paloma para anidar son anacahuita (Cordia boissieri), ébano (Chloroleucon ebano) gavia (Acacia rigidula), tenaza (Havardia pallens), pata de gallina (Neopringlea integrifolia) y uña de gato (Zanthoxylum fagara).

Ledezma (1999), mediante un estudio realizado en la colonia Parras de la Fuente, del municipio de Abasolo en Tamaulipas, observó que de 346 nidos registrados en 27 especies vegetales, la mayor proporción de éstos se encontraban en anacahuita (Cordia boissieri), gavia (Acacia rigidula), tenaza (Havardia pallens), pata de gallina (Neopringlea integrifolia) y uña de gato (Zanthoxylum fagara). En cada una de estas especies vegetales encontró una frecuencia igual o mayor a 30 nidos, por lo que sugirió que existe una preferencia de las palomas de alas blancas por estas especies, para la nidificación. Los factores que determinan el éxito reproductivo de una parvada son, la cobertura vegetal, la disponibilidad de alimento y agua, así como las variaciones climáticas regionales y anuales.

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Paloma huilota: Para la paloma huilota, la época de reproducción es entre abril y agosto. Es una especie monógama y forma una pareja estable a través de toda la época de reproducción. Distintas evidencias sugieren que algunas parejas continúan juntas en el invierno, llegando a permanecer así hasta la siguiente época de reproducción. Los machos toman la iniciativa en seleccionar y construir el nido, aunque las hembras también proveen ayuda. Los nidos suelen ubicarse en arbustos o árboles de 1 a 4.5 m de altura, pero se ha observado que también pueden anidar al ras del suelo, sobre todo en praderas o pastizales. Al menos en el noreste, las especies vegetales del matorral tamaulipeco (mezquites, huizaches y plantas espinosas en general), son las más utilizadas para construir nidos. La construcción del nido puede durar de 7 a10 horas o tomar un lapso de 2 a 4 días. El tamaño promedio de la nidada es de 2 huevos, generalmente entre 1 y 3, y ocasionalmente hasta 4. Cuando esto último sucede, se ha asumido que otra hembra puso sus huevos en el mismo nido. Los huevos son puestos con un día o dos de diferencia y la incubación comienza inmediatamente después que el primer huevo ha sido puesto. El macho y la hembra se encargan de la incubación. El macho permanece en el nido desde media mañana hasta media tarde, y la hembra durante la noche. La incubación requiere de 14 a 15 días; después de incubado el huevo, las crías son cuidadas por ambos padres. Como se explicó arriba, una sustancia regurgitada, llamada “leche de buche”, es el alimento principal de los polluelos. A medida que las crías van creciendo, la cantidad de “leche de buche” va decreciendo y la alimentación de los pollos es reforzada con semillas. El tiempo de vuelo inicial normalmente es de 14 a 15 días después de la eclosión del huevo, pero en algunas ocasiones puede ser de 10 días; para este tiempo, su dieta es virtualmente igual a la de un adulto. Las crías pueden sobrevivir independientemente de sus padres una vez que han pasado entre 5 y 9 días después de su vuelo inicial, pero normalmente son cuidados por el macho hasta por 27 días. El ciclo completo de anidación requiere cerca de 32 días. El macho cuida a los juveniles durante las primeras etapas o hasta que empieza el siguiente ciclo de anidación. Las hembras adultas pueden anidar de 5 a 6 veces en una temporada en el sur, y sólo 2 o 3 veces en el norte. Sayre y Silvy (1993; citados por Tomlinson et al., 1994), estiman que cada par de palomas huilotas pueden tener una productividad de entre 3.7 y 4.7 crías anualmente.

Características del ciclo de vida de Z. asiatica y de Z. macroura

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Z. asiatica Z. macroura

Estatus de Migración Migración de larga distancia** Migración de corta distancia*

Hábitat de reproducción Colonia en áreas rurales y en años recientes en hábitat urbanos**

Rural, sin formación de colonias, y hábitat urbano

Localización de nidos Colonias en áreas de matorral alto subinerme y selva baja espinosa, huertas de cítricos y áreas urbanas.**

Arbolado presente en las riberas de los ríos, arroyos, canales de riego, huertas de manzanas, cítricos; especies como el huizache y el mezquite son importantes.

Número promedio de huevos por puesta

2 2

Tiempo de incubación 13-14 días 13-14 días

Días para iniciar el vuelo 13-16 12-14

Número de pollos 2-3 2-3, ocasionalmente 3-6*

Dieta Casi exclusivamente semillas* Casi exclusivamente semillas*

*Ehrlich et al. (1988) **Información vertida en la Mesa, durante el Taller Otras particularidades de la reproducción La fecundidad de la paloma de alas blancas es de aproximadamente el 97%. La productividad de la paloma de alas blancas es 2.2 juveniles por nido por estación (George et al., 1994) Es afectada por condiciones climáticas adversas, por la disponibilidad de alimento y por la calidad de la cubierta vegetal, entre otros factores. Para que no decaiga el reclutamiento es necesario un inicio realmente oportuno de la actividad de aprovechamiento, ya que cuando la temporada de caza abre tempranamente, el porcentaje de jóvenes que son cosechados es muy alto (del orden del 72%). Aunque el porcentaje de jóvenes abatidos disminuye conforme avanza la temporada, hasta llegar a cero en la segunda quincena del mes de septiembre, es necesario asegurar que un número más que suficiente de jóvenes se recluten efectivamente dentro de la cohorte de adultos. Estructura social de la especie y las repercusiones de ésta en la reproducción. Por ahora, no hay información suficiente para conocer la estructura de la población de palomas y las tasas de sobrevivencia por clases de edad y sexo, por lo que es

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necesario un estudio que incluya la identificación individual a través de un programa de anillamiento. Las ventajas de abordar investigaciones de campo de este tipo, con recuperación de anillos, incluyen proveer la información necesaria para estimar, entre otras variables poblacionales importantes, los índices de sobrevivencia de adultos y de jóvenes, y conocer la vulnerabilidad al aprovechamiento por clases de edades y sexos. Dicha información deberá utilizarse para determinar una cosecha sustentable. Alimentación Para el caso de las palomas y de otras especies de aves de gran amplitud de desplazamiento es difícil establecer sistemas de alimentación o suplemento, y la disponibilidad de alimento de buena calidad en el ambiente está sujeta a factores climáticos y a ciclos agrícolas difíciles de controlar. En el caso de la paloma de alas blancas, a su regreso de la migración las aves encuentran generalmente un hábitat alterado y dañado por las condiciones que deja el invierno y la sequía al principio del año, sin embargo, existe disponibilidad de ciertas cantidades de alimento derivadas de cultivos que, después de ser cosechados al inicio del año, dejan un remanente de granos en el suelo, disponibles para estas aves. A la llegada de las primeras lluvias, la condición se torna diferente con la aparición de abundantes frutos y semillas silvestres de alta calidad proteica, que entonces están al alcance de las aves. Las especies de mayor importancia para la alimentación de las palomas de alas blancas son la corva de gallina o laurelillo, el croton, el mirasol y el granjeno, entre otras. (para detalles, véanse Tomlinson et al., 1994 y George et al., 1994). Variaciones en la composición de la dieta en el ciclo anual. Los requerimientos dietéticos y la disponibilidad de alimento son variables durante cada ciclo anual. Por su carácter migratorio, la paloma de alas blancas aprovecha una amplia gama de alimentos, tanto silvestres como cultivados. De manera natural, esta especie cambia drásticamente tanto la calidad como la variedad de alimentos, ya que a partir de fines de octubre y hasta principios de abril se encuentra en el sur de México y hasta en Centroamérica. Alternativas realistas para considerar la capacidad de carga y su variación en el tiempo, en la evaluación y manejo de una población. Este es un tema pendiente en la agenda de investigación. Necesidades nutricionales conocidas. Se requiere generar información detallada al respecto. Métodos conocidos, biológicamente aceptables, para el incremento o reducción de la población.

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El control de depredadores es sin duda uno de los métodos más efectivos para provocar el aumento en el número de individuos de una población de palomas de alas blancas ya que, debido a sus hábitos gregarios, esta especie atrae hacia los sitios de anidación un gran número y variedad de depredadores que se alimentan, durante la época reproductiva, de los huevos y las crías; por esta razón, un control local de depredadores acarrearía sin duda un incremento en la población. El control de depredadores es recomendable en el manejo de especies o grupos de especies que son aprovechadas en grandes números y que generan beneficios económicos en las áreas rurales, como un medio de desarrollo y derrama económica en esas regiones. Para conocer detalles de las implicaciones que puede tener el control de depredadores, pueden consultarse algunos conceptos del documento de la Mesa de trabajo que trató el grupo de los carnívoros. En otra perspectiva, un método para disminuir o controlar las poblaciones de palomas sería, en el eventual caso de que llegara a presentarse tal necesidad, uno que permitiera además del control una generación de ingresos tanto al Estado como a las comunidades rurales, lo cual se puede conseguir a través de la actividad cinegética, ya fuera aumentando el número de ejemplares autorizados para su aprovechamiento o estableciendo una temporada de caza al inicio del ciclo reproductivo, de manera estricta y eficazmente controlada. Sin embargo, queda claro que esta sería una situación hipotética y extrema, que requeriría una ponderación muy cuidadosa respecto a su conveniencia para el futuro de las especies. El eventual caso en que se requiriera la reducción de población (poco probable en la realidad) podría relacionarse con que las especies –por sus volúmenes de población– pudieran tornarse perjudiciales, principalmente para los productores de granos o por ser especies generadoras de problemas de salud o sanidad, tanto para especies silvestres como para el hombre. Sin embargo, hasta el momento no existen evidencias que justifiquen orientar los objetivos de manejo hacia una disminución de la población. Parte A. Aspectos de población de las especies (o grupos de especies), relevantes para la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA.

Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento a poblaciones de las especies (o grupos de especies) La amplitud de la distribución y los movimientos migratorios de las poblaciones de las palomas, huilota y de alas blancas, hacen necesaria una visión regional (basada en el ámbito total de distribución, en regiones fisiográficas y en las áreas de éstas que corresponden a distintas entidades federativas) para el diseño de los

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estudios orientados al conocimiento del estado de sus poblaciones y su hábitat, así como para el manejo y la administración de este recurso cinegético. Actualmente, a través de asociaciones regionales, ya se trabaja bajo este enfoque en las regiones del noreste en los estados de Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, en el noroeste en los estados de Baja California y Sonora, en el occidente en Jalisco y Nayarit, y en la parte central del país, en Morelos. Al efecto, debe considerarse la información actualmente disponible acerca de la distribución de las especies en distintas épocas del año, proveniente de varias fuentes y derivada de distintos métodos de trabajo. Esto permitirá aproximarse a un mejor entendimiento de los patrones geográficos y de movimiento de poblaciones a través del tiempo. Como ejemplos, a continuación se ilustran distintas visiones acerca de los ámbitos geográficos de las palomas aquí tratadas.

Distribución de Zenaida asiatica en México (Howell y Webb, 1995)

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Principal Área de Reproducción

Población del Oeste Población del Este

Principal Área de Invernación

Población del Oeste Población del Este

Extensiones geográficas de reproducción, de estancia invernal y rutas migratorias

de Zenaida asiatica.

Distribución de Zenaida macroura en México (Howell y Webb, 1995).

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Distribución de verano de Zenaida asiatica en los Estados Unidos (BBS - http://www.mbr-pwrc.usgs.gov/bbs/htm96/map617/ra3190.gif).

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Distribución de invierno de Zenaida asiatica en los Estados Unidos (BBS - http://www.mbr-pwrc.usgs.gov/bbs/cbcra/c3190ra.gif ).

Distribución de invierno de Zenaida macroura en los Estados Unidos (CBC -

http://www.mbr-pwrc.usgs.gov/bbs/cbcra/c3160ra.gif ).

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Distribución de verano de Zenaida macroura en los Estados Unidos (BBS - http://www.mbr-pwrc.usgs.gov/bbs/htm96/map617/ra3160.gif ).

Las estrategias regionales de conservación, para adquirir viabilidad, requieren la participación de los diversos actores involucrados en el manejo del recurso que representan las palomas silvestres, por lo que se requiere promover la organización y difundir los objetivos y los métodos de trabajo regionales. En este sentido, el conjunto de UMA de una región dada forman parte esencial de la fuente de datos sobre el estado del hábitat y de las poblaciones de palomas, así como también son las unidades efectivas a través de las cuales se aplican las medidas de conservación y se realiza el propio aprovechamiento en esa perspectiva regional. Además de las UMA, las organizaciones regionales de usuarios, bajo los lineamientos del gobierno federal, deben ser responsables de la aplicación efectiva de cualesquiera planes de manejo regionales. En el caso del manejo de las palomas alas blancas y huilotas, la región noreste ha alcanzado una mayor amplitud y nivel de avance en las estrategias de manejo de las dos especies de palomas mencionadas y su hábitat, así como en la integración de UMA al esquema de manejo regional, en el cual participan, además de los propietarios de dichas UMA, asociaciones civiles y el gobierno estatal, bajo los lineamientos del gobierno federal. Debe reforzarse el avance en este sentido para las demás regiones del país.

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Aspectos poblacionales más relevantes para la determinación, la práctica y el ajuste de la cosecha sustentable en UMA. La determinación de la cosecha sustentable de palomas de alas blancas y huilotas está en función de la distribución, densidad y abundancia de sus poblaciones, así como sus respectivas tendencias, en las regiones definidas para el desarrollo de los planes de manejo. En la región noreste se ha generado la mayor información histórica y actual de la población reproductora de paloma de alas blancas, dada la ubicación en Tamaulipas de las áreas de reproducción más importantes (junto con la región sur de Texas). Sin embargo, los cambios en el hábitat y en las poblaciones han sucedido más rápido que las posibilidades de un seguimiento amplio de las tendencias poblacionales. El conocimiento de las poblaciones de paloma huilota en las regiones noreste, noroeste y occidente se han enfocado al seguimiento de sus tendencias. Para la paloma de alas blancas se han desarrollado estudios de campo orientados a conocer la densidad y abundancia de la población reproductiva y su productividad. La determinación de la cosecha sustentable se basa en mantener la estabilidad de la población. La información poblacional disponible para cada una de las dos especies de palomas tratadas en este texto procede de distintos proyectos, orientados hacia el cumplimiento de diferentes objetivos y el refinamiento de métodos, como se describe muy brevemente a continuación. Paloma de alas blancas: Objetivos: 1.- Conocer la abundancia de la población reproductiva y su productividad en las colonias de anidación en Tamaulipas, afinando el método de monitoreo anual de las colonias de anidación. 2.- Conocer el estado de la población reproductora en zonas urbanas en Tamaulipas. Paloma huilota: Objetivo: 1.- Conocer la tendencia anual de la población nativa de las palomas al inicio de al temporada reproductiva, en rutas establecidas de monitoreo en las regiones noreste, noroeste y occidente.

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Métodos generales de trabajo: Los métodos disponibles pueden resultar aplicables a ambas especies, haciendo los ajustes necesarios para atender eventuales necesidades particulares. A continuación se describen varios de ellos: Primeramente, la Mesa propone extender, a las regiones definidas para los planes de manejo con enfoque a nivel nacional, la búsqueda de conocimiento sobre la densidad y abundancia de palomas mediante la aplicación del método de estimación de distancia. Para ello se propone un protocolo de monitoreo que considere el método de muestreo de distancias de registros de individuos en un trayecto (Distance sampling – Buckland et al., 1993), a fin de obtener la información necesaria para estimar la densidad y la abundancia de las dos especies, considerando para esta propuesta la opinión de Fewster et al. (2005). Para la definición de cosecha sustentable es necesario tener en mente, además de la abundancia de la población, su estructura y los flujos entre clases de edad; es decir, composición por sexo y por edades y sus respectivas tasas de sobrevivencia, lo cual permite predecir –dentro de límites razonables– si la población crecerá, se mantendrá estable o decrecerá. La composición por sexos y por edades se reconocerá mediante conteo de nidos y pollos en paloma de alas blancas, y mediante estudio de piezas cobradas para determinar la proporción de juveniles y de adultos en huilotas y en alas blancas. Para conocer las proporciones de las clases de edad entre adultos se propone llevar a cabo un programa de anillamiento en ambas especies. Particularidades para el muestreo de colonias de anidación de Zenaida asiatica. Para el caso de conjuntos de palomas de alas blancas que se reproducen y se desarrollan en áreas determinadas, conocidos como colonias, el método establecido para hacer un muestreo homogéneo es el de cuadricular el área total en parcelas de 10 hectáreas. Hecho esto, se procede a numerar cada una de las parcelas y se realiza un sorteo para escoger al azar treinta de estas parcelas, que serán las utilizadas para establecer los sitios de muestreo. Este sistema permite que el área sea muestreada de manera representativa, independientemente de la calidad y distribución de la vegetación, es decir, al azar. Esta necesidad de un muestreo representativo queda ilustrada por el caso de Parras de la Fuente, área en la cual existen dos tipos de vegetación, así como áreas que fueron desmontadas y que con el tiempo presentaron una recuperación visible, comparadas con la vegetación original. Relaciones de la densidad de población con preferencias conocidas de la especie respecto a hábitat particulares.

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Zenaida asiatica prefiere los matorrales altos subinermes o selvas bajas caducifolias, los cuales son abundantes en la región noreste de México, donde prevalecen condiciones adecuadas para el mantenimiento de poblaciones en etapa reproductiva. En el caso de la paloma de alas blancas las poblaciones migran muy hacia el sur a finales de septiembre y no permanece ningún ejemplar. En el caso de las palomas huilotas, éstas pueden utilizar otros hábitat y, además, distintas poblaciones provenientes del norte de Estados Unidos y Sur de Canadá pasan el invierno en México. Determinación del estado nutricional y de salud de la población de palomas en una UMA y su seguimiento. La abundancia y la calidad del hábitat en la región noreste de México propicia que el alimento silvestre sea de alta calidad, lo cual, aunado a la abundancia de granos cultivados, propicia que el estado físico de estas aves sea bueno. No es común encontrar ejemplares muertos o enfermos, aunque ocasionalmente se observan algunos que presentan parásitos. Aspectos como los descritos deben considerarse para evaluar la situación de poblaciones parciales que existan en UMA determinadas. Método de muestreo poblacional propuesto específicamente para palomas huilota y de alas blancas. Objetivo general del muestreo: Obtener información de las tendencias de las poblaciones nativas, de su densidad y tamaño, así como de la productividad en el caso de colonias de paloma de alas blancas. Objetivos específicos:

• Efectuar un monitoreo anual de las rutas de muestreo establecidas, de las colonias de anidación, extendiendo el monitoreo de palomas de alas blancas en áreas urbanas.

• Determinar el número mínimo de rutas y puntos de muestreo que cubran los diferentes rasgos fisiográficos relevantes de la región, a fin de estimar la productividad más objetivamente.

Protocolo de muestreo: Primero, cabe señalar que para aplicar este método es necesario contar con una plantilla de técnicos adecuadamente capacitados para realizar los muestreos regionales. Respecto a las técnicas de trabajo pueden recomendarse las siguientes posibilidades:

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1. Método de muestreo basado en cantos (Dolton y Rau, 1995). 2. Método de estimación de distancias de avistamientos, respecto a un

trayecto recorrido o “distance sampling” (Buckland, et al., 1993). 3. Muestreos de colonias de anidación por el método de transectos fijos

(Tomlinson et al., 1994). Los métodos 1 y 2 se efectúan por rutas o trayectos que contienen puntos de observación. Los trayectos deben tener una longitud de 32 km o 40 km (20 o 25 millas) cada uno, y los puntos de observación en cada uno deben estar ubicados cada 1.6 km o al menos 800 m (una milla o al menos media milla) (McClure, 1939; Foote y Peters, 1952). Se recomienda que las rutas y puntos de muestreo de nuevo establecimiento sean monitoreadas usando solamente el método de estimación de distancia. Para el caso del método de muestreo por cantos se requiere definir las fechas de muestreo por región, considerando como base que las fechas establecidas por el método original son entre el 20 de mayo y 5 de junio. Puesto que el método de muestreo por cantos aún se encuentra en proceso de revisión, las rutas y puntos de muestreo ya establecidas serán monitoreadas usando tanto los métodos de conteo de cantos como de estimación de distancias, simultáneamente. En el Anexo 1 se explican los distintos métodos de muestreo aplicables a palomas silvestres.

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Parte B. Aspectos del hábitat de las especies (o grupos de especies)

NOTA: las siguientes observaciones están basadas en el conocimiento actual

acerca de la paloma de alas blancas y de la huilota.

Escala geográfica a la cual se debe considerar la conservación del hábitat de la especie. Regional y local (UMA). Para definir la escala geográfica de manejo del hábitat es necesario definir el área mínima necesaria para la continuidad de una población, en función de la capacidad de carga del hábitat local de verano y de invierno, dependiendo de la etapa del ciclo biológico de cada una de las dos especies de palomas tratadas en este texto. Dado que, desde el punto de vista ecológico, el área mínima para la continuidad de una población residente o visitante depende de la cobertura de los hábitat originales de la especie y de su grado de conservación y fragmentación, la Mesa recomienda un estudio de la superficie conservada y modificada, así como su grado de fragmentación. El área de estudio deberá ser cada región (según ésta quede definida en los planes de manejo regionales), así como cada entidad federativa involucrada en cada región y, en su caso, porciones menores dentro de un estado. El estudio deberá analizar separadamente el hábitat de anidación y el hábitat de alimentación y descanso. Para las palomas de alas blancas deberán realizarse la georreferencia y el estudio de la cobertura vegetal de las colonias de reproducción actuales, tal como se ha realizado en la más importante área de reproducción de la especie, la colonia Parras de la Fuente. En Tamaulipas, la mayor amenaza para la paloma de alas blancas ha sido por varios años la pérdida de hábitat de anidación, debido a la continua deforestación para abrir terrenos a la agricultura. Evitar más deforestación es la medida más importante, hoy día, para preservar a la paloma de alas blancas y para mantener la posibilidad de su aprovechamiento sustentable (Tomlinson, 2001; Zamora y De la Cruz, 2005). En una época en que la población de palomas de alas blancas aún era muy alta (1978), había 22 densas colonias de anidación en Tamaulipas; cuatro años después sólo había 11 (Ortega, 1983). El desmonte continuo en favor de la agricultura provocó que el número y la densidad de las colonias disminuyeran. En 1997 sólo se localizaron 8 colonias activas (Tomlinson, 2001), la de mayor tamaño y más densamente poblada fue Parras de la Fuente, que es aún la más importante área de reproducción de la paloma de alas blancas en América. Esta colonia está ubicada en el municipio de Abasolo, al margen del Río Soto la Marina, conserva la

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vegetación nativa que provee las condiciones ideales para la construcción y permanencia de los nidos de la paloma de alas blancas. Parras de la Fuente fue decretada Área Natural Protegida del Estado de Tamaulipas en 1998 y, a partir de entonces, se aplica un programa de conservación y seguimiento de la colonia. En cada región, el análisis en conjunto del hábitat de alimentación y descanso, dentro y fuera de UMA, y constituido por parches de vegetación nativa y áreas agrícolas, deberá analizarse en escala regional. Esto debe ser la base para identificar medidas de manejo del hábitat que deban integrarse en los planes de manejo de cada UMA. Esto debiera incluir la restauración de la vegetación nativa en sitios alterados, si realmente se desea incrementar las oportunidades de permanencia de estas especies. Para estas palomas, el ámbito hogareño conocido es de alrededor de 45 a 70 km, y está definido principalmente por los vuelos de traslado para su alimentación. Los individuos jóvenes vuelan alrededor de 8 km y lo hacen hasta aproximadamente 20 días posteriores al abandono del nido. El manejo de estas especies en UMA de superficie reducida está limitado a proveer algunos elementos de conservación y restauración del hábitat, indispensables para el desarrollo de la población. Hoy existen distintos enfoques, métodos y alternativas para abordar la restauración ecológica (Sánchez et al., 2005). Idealmente cada una de las UMA que se encuentran dentro de una región de manejo deberán estar integradas al plan regional y contribuir con información relativa al monitoreo del hábitat. Actualmente el monitoreo de las poblaciones es coordinado por los responsables técnicos de los planes de manejo regionales, quienes han aplicado los lineamientos de monitoreo que la DGVS ha aprobado o establecido, en su caso. El área muestreada para la descripción y zonificación del hábitat, así como su monitoreo, se basa en los planes y reportes de manejo, entre los que se encuentra puntualmente el monitoreo y aviso previo y oportuno de planes de modificación del hábitat dentro de UMA. La mesa recomienda que dicha información sea monitoreada al nivel regional mediante la integración y análisis de los planes y reportes de manejo, y mediante la utilización de técnicas específicas y más homogéneas de monitoreo de hábitat, además de que el área muestreada se amplíe hasta un tamaño tal que la incertidumbre de los estimadores del estado que guarda sea mínima. Algunos lineamientos para el monitoreo de hábitat 1. Hábitat en UMA. El esquema de monitoreo de hábitat debe aplicarse en los niveles regional y local. Cada UMA debe cumplir con un cierto número de acciones de monitoreo de hábitat, que se integrarán con las efectuadas en otras, tales como:

• Plano de zonificación de la vegetación y otros rasgos del entorno • Ubicación clara de áreas de cultivo

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• Ubicación clara de áreas desmontadas. • Ubicación clara de áreas de presas y presones.

2. Hábitat en áreas con colonias de palomas. En estos casos es muy importante determinar la superficie que ocupan la selva baja y el llamado matorral espinoso tamaulipeco, al nivel regional. Al nivel local, debe determinarse la presencia de especies vegetales de importancia para las actividades de anidqación y crianza, como ejemplos: mezquite, huizache y elementos de la vegetación riparia. Asimismo, el monitoreo del hábitat debe acompañarse de la evaluación de la integridad de las colonias que en él existan.

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4. En otras circunstancias. Para otros tipos de extensiones, fuera de los casos anteriores, es importante atender el seguimiento de distintos atributos del hábitat, como se describe en el siguiente cuadro:

HABITAT

Especie Elementos

de importancia

Evento en el cual incide Aplica Nivel de

aplicaciónMetodo-logías

validadas Objetivos

Zenaida macroura (Residentes)

Superficies de áreas de producción de semillas Alimentación Si

Regional, Local

Registros de siembras: Región y UMA

Conocer la disponibilidad por área y tiempo

Disponibilidad de agua Sostenimiento Regional

Regimenes pluviales de la estación

Llevar registro de la disponibilidad de agua

y Disponibilidad cercana a la UMA

En la Región y en las áreas aledañas.

Disponibilidad de elementos arbóreos y arbustivos

Anidación, percha, alimentación Si

Regional, Local

Levantamiento y seguimiento de la condición de la vegetación (mapeo)

Detectar Cambios Importantes en la vegetación que rebasen a las fluctuaciones naturales

ZENAIDA ASIATICA

Disponibilidad de elementos arbóreos Reproducción Si

Regional, Local

Registros de siembras: Región y UMA

Conocer la disponibilidad por área y tiempo

Reproducción Si Local

Regímenes pluviales de la estación

Llevar registros de la disponibilidad de agua

Áreas de producción de semillas Alimentación

Regional, Local

y disponibilidad cercana a la UMA

En la Región y en las áreas aledañas.

Disponibilidad de agua Sostenimiento Regional

Levantamiento y seguimiento de la condición de la vegetación (mapeo)

Detectar cambios importantes en la vegetación que rebasen a las fluctuaciones naturales

Presencia de especies exóticas

Posible desplazamiento SI REGIONAL

MONITO-REO DE LA POBLA-CION

CONOCER SU AREA DE DISTRIBU-CION Y

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ANALIZAR SUS CONSE-CUENCIAS

Parte C. Conservación de la(s) especie(s) y gestión de la cosecha sustentable en UMA.

Procedimiento para la determinación de viabilidad biológica de la cosecha en el área de una UMA, haciendo uso de la información explicada en las Partes A y B. La determinación de la viabilidad de la cosecha sustentable de las palomas huilotas y de alas blancas deberá determinarse en una escala geográfica regional, de acuerdo con las regiones definidas, hasta ahora y en lo sucesivo, para los planes de manejo. La información que se requiere para la determinación de una cosecha sustentable de estas especies es la derivada de:

• Monitoreo de poblaciones reproductoras residentes, mediante los métodos de conteo de cantos y de estimación basada en distancias de avistamientos (distance sampling).

• Tasa de sobrevivencia por clases de edad y sexo, mediante el análisis del programa de anillado en palomas del noreste.

• Tasas regionales de reclutamiento, mediante conteo de nidos y pollos en paloma de alas blancas y mediante estudio de piezas cobradas, para la determinación de estructura de edades en palomas huilotas.

• Cambios críticos de hábitat en UMA y en el nivel regional, con énfasis en los análisis de tendencias de cambio hacia el largo plazo. Los indicados para llevar a cabo dicho análisis son los responsables de los planes de manejo regionales, en coordinación con las instituciones estatales encargadas de manejar estos recursos de fauna y, desde luego, con la DGVS.

Para determinar si es viable la cosecha sustentable de una población de palomas de estas especies, en el nivel regional, es indispensable contar con los resultados del análisis de tendencias poblacionales. Hasta ahora, por fortuna los esfuerzos de monitoreo han estado orientados a conocer dichas tendencias, sin embargo es necesario diseñar e incluir en los planes de manejo regionales la aplicación de un método de estimación de densidad y abundancia de la población reproductiva en palomas huilotas, así como extender el esfuerzo a mayores áreas de reproducción de palomas de alas blancas. Asimismo deberán desarrollarse oportunamente los estudios para estimar las tasas de reclutamiento y sobrevivencia en ambas especies.

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Los márgenes de seguridad, respecto al aprovechamiento de palomas silvestres se basan en:

• La magnitud y estabilidad de las poblaciones migratorias que inciden en la región.

• La determinación de tasas de aprovechamiento que estén claramente por debajo de las máximas calculables.

• La administración rigurosa de la cosecha debe darse mediante el ajuste de: Número de cazadores. Límite de ejemplares por cintillo. Época hábil de aprovechamiento.

Condiciones en las que es recomendable disminuir o incluso suspender la cosecha de la especie. Claramente, estas decisiones tendrán que tomarse cuando los análisis de densidad y tendencia de la población reproductora, de tasas de sobrevivencia y/o de reclutamiento, así como posibles contingencias, indiquen una tendencia poblacional a la baja. Parte D. Recapitulación y recomendaciones. Recomendaciones de seguimiento respecto a las acciones identificadas en la mesa.

• Promover el uso del método de estimación basado en distancias de avistamientos respecto a trayectos establecidos, integrando los resultados al nivel de regiones, con la meta de establecer las bases para el uso de estas aves al nivel del país.

• Efectuar un primer taller de capacitación-actualización para el análisis

estadístico del protocolo de estimación de distancia, a llevarse a cabo en el primer semestre del 2007. En este evento deben participar al menos un ecólogo estadístico por región y un técnico del nivel federal, así como los responsables de proyectos regionales.

• Realizar un taller de capacitación en el método de estimación de distancia,

dirigido a los técnicos que recopilan los datos de campo. Se propone llevarlo a cabo en abril de 2007.

• Considerar que el costo del equipo necesario para el monitoreo basado en

métodos de distancia de avistamientos puede solventarse mediante la cuota de conservación.

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Page 96: Mamifero Vida Silvestre

• Ponderar que los proyectos regionales pueden aplicar la metodología del BBS, para la inclusión en el monitoreo de otras especies de aves (otras palomas, codornices, y hasta faisanes, donde estos últimos –exóticos– se hallen introducidos).

• Mantener y reforzar el programa de anillado de individuos reproductores,

para paloma de alas blancas.

• Introducir de manera efectiva el análisis de medidas de alas para establecer la estructura de edades de poblaciones locales y, también, para estimar tasas de reclutamiento.

• Establecer de manera firme las bases y métodos para el estudio objetivo de

la cosecha de palomas silvestres por estado.

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Page 97: Mamifero Vida Silvestre

Parte E. Bibliografía Baskett, T. S., M. W. Sayre, R. E. Tomlinson y R. E. Mirarchi (Eds.). Ecology and

Management of the Mourning Dove. Wildlife Management Institute Book. Stackpole Books. Pennsylvania, EUA.

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Cottam y Threfethen, 1968… CITADO POR GEORGE et al., 1994... Ehrlich, P., D. Dobkin y D. Wheye. 1988. The Birders Handbook: A Field Guide to

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Blancas (Zenaida asiatica) durante su Época de Reproducción en el Estado de Tamaulipas, Temporada 1978. Reporte Técnico. Delegación SEDUE, Tamaulipas, México. 25 pp.

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Page 98: Mamifero Vida Silvestre

Ortega M. H. y T. A. Aragón. 1982 (1983). Reporte técnico sobre Paloma de alas blancas. Delegación Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología, Tamaulipas, México. 65 pp.

Rappole, J. H. y G. Waggerman. 1986. Calling males as an index of density for

Breeding white-winged doves. Wildlife Society Bulletin, 14:151-155. Sánchez, Ó., E. Peters, R. Márquez-Huitzil, E. Vega, G. Portales, M. Valdés y D.

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Page 99: Mamifero Vida Silvestre

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ANEXO 1

Monitoreo de Poblaciones de Palomas Huilotas y Alas Blancas

Método de muestreo de cantos McClure (1939) y Foote y Peters (1952).

• Se realizan siguiendo la técnicas de monitoreo de población utilizando el muestreo de cantos de aves en reproducción.

• Este método de muestreo se basa en los estudios de McClure (1939), y las modificaciones de Foote y Peters (1952).

• Las rutas se seleccionan al azar considerando que cumplan las condiciones necesarias para desarrollar el muestreo.

• Cada ruta está dividida en 20 estaciones separadas por una milla (1.6 km.). • Durante 3 minutos se registra en cada estación el número de palomas que

están cantando, el número de palomas observadas en cada estación, así como las palomas observadas entre cada estación.

• Al inicio y al final de la ruta se toman datos como temperatura, condición del cielo, velocidad del viento, humedad y kilometraje del vehículo.

• Los muestreos deben realizarse en un tiempo máximo de dos horas, empezando media hora antes del amanecer.

• Los conteos no deben realizarse cuando se tengan vientos de 12 millas por hora (19.3 km) o cuando esté lloviendo.

• Los recorridos deben efectuarse del 20 de Mayo al 5 de Junio. • Los registros deben realizarse en las formas de campo ya establecidas.

Método de muestreos por distancia (Distance Sampling) Material:

• Utilización del telémetro o range finder. • Programa de computadora (Distance, versión 5.0 o posterior). • Toma de datos de campo con personal capacitado y con las herramientas

especificas. • Apoyo de especialistas en estadística. • Estrategia compartida con los muestreos de cantos para preparar técnicos.

Muestreos en ciudades, para palomas de alas blancas:

• Dividir la ciudad en cuadrantes de 1 km2 en un plano actualizado,

obteniendo la superficie total del muestreo. • Numerar de manera secuencial y tomar al azar 20 puntos mínimo para el

monitoreo. • Realizar un recorrido de identificación y toma de coordenadas UTM de

todos los puntos seleccionados. • Es recomendable que la toma de datos se realice los domingos, media hora

antes del amanecer y en un tiempo de dos horas.

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• Toma de datos básicos de clima para cada sitio y grados de perturbación. • La duración de las observaciones es de dos minutos, se registran las

palomas escuchadas y observadas, la distancia estimada a la que se escucha y observa, y la distancia exacta obtenida con un telémetro o range finder.

• En palomas al vuelo sólo se toma la distancia estimada. • Solamente una persona puede tomar datos.

Monitoreo de las colonias de anidación (Tomlinson, 1994).

Parámetros para definir una colonia: • Que exista una abundancia de cantos tal que el sistema convencional de conteo

de cantos no proceda. • Gran presencia de actividad reproductiva y nidos activos. • Que el área de reproducción sea mayor a 50 ha. Metodología: • Ubicación de transectos de 100 m de largo por 10 m de ancho, trazados antes

de la actividad reproductiva. • Determinar zonas de alta y baja densidad reproductiva. • Localizar, etiquetar y numerar cada uno de los nidos encontrados en el

transecto y revisarlos semanalmente durante la temporada. • Sistematizar la información con la evolución de cada nido durante el ciclo. • Determinar por medio de sistemas estadísticos los nidos activos por hectárea,

población adulta anidante, índice de productividad en huevos y pollos, depredación y población juvenil agregada.

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Formato de Monitoreo de Cantos y de Estimación de Pagina: de

Observador Distancias en Paloma Huilota Ruta # Fecha Hora Viento (B) Temp (°C) Odómetro

Metros Inicio (Est. 1): Unidades: (check one) Yardas Fin (milla 21):

Municipio:

Estación #

Disturbio (No/Bajo/Med/Alto)

Paloma # Entre estación

Escuchadas estimadas

(yds/m)

Vistas estimadas (yds/m)

Vistas confirmadas

(yds/m) Notas (coordenadas GPS, notas de campo, etc.)

Notas:

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INSTRUCCIONES PARA EL FORMATO DE MONITOREO DE CANTOS Y DE

ESTIMACION DE DISTANCIAS EN PALOMA HUILOTA Este formato permite al observador el registro de los datos necesarios para el muestreo de estimación de distancias y el muestreo por conteo de cantos de palomas huilotas y alas blancas. El observador deberá cerciorarse que la unidad de medición del telémetro sea metros o yardas, y utilizar una sola de estas unidades en la toma de datos. Las variables ambientales como el viento y la temperatura deberán registrarse para incluirse en el muestreo de conteo por cantos. Si durante el muestreo se observa o se escucha una paloma dela cual no se puede determinar la distancia estimada o confirmada (debido a viento, ruido o canto muy lejano) dicha paloma podrá ser descartada. Los registros para cada paloma observada deberán ser: “escuchada estimada”, “vista estimada” y “vista confirmada”. Ejemplo: En la primera estación se escucharon u observaron 3 palomas, pero solamente a las primeras dos se les pudo estimar la distancia. Para el muestreo por conteo de cantos se deberán incluir las tres palomas detectadas en esa estación. Además de estimar las distancias a las palomas vistas o escuchadas en cada estación se deberá registrar el número total de palomas vistas entre estaciones. El número total de palomas vistas entre estaciones se anota en la columna “entre estaciones” en el renglón siguiente a la última observación de la estación anterior. Ejemplo: En esta tabla el observador registró tres palomas en la primera estación, cero palomas entre estación 1 y 2, dos palomas en la segunda estación, tres palomas entre la 2 y 3 estación, cero palomas en la tercera estación, dos palomas entre las estaciones 3 y 4, etc. La guía adjunta indica los procedimientos para la conducción de monitoreo por estimación de distancias y otras notas generales. Copias electrónicas o en papel deberán enviarse a los coordinadores de los monitoreos regionales, a la dependencia estatal correspondiente o la Dirección General de Vida Silvestre.

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INSTRUCCIONES PARA LLEVAR A CABO EL RECONOCIMIENTO DE

AVES EN REPRODUCCIÓN

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GUAJOLOTE SILVESTRE, EN HÁBITATS SEMIÁRIDOS Y TEMPLADOS Elaboración del documento A cargo de los participantes. Participantes en la Mesa de Trabajo Alberto Lafón, UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CHIHUAHUA [email protected] Alfredo Garza, CENTRO DE ECOLOGÍA REGIONAL, A. C. [email protected] Daniel de León, CENTRO DE ECOLOGÍA REGIONAL, A. C. [email protected] Araceli Valverde, FAUNÓTICA, A. C. [email protected] Eglantina Canales, PROFAUNA, A. C. [email protected] Juan Manuel Segundo, DGVS – SEMARNAT (moderador) [email protected] Meztli Méndez, DGVS - SEMARNAT [email protected]

Introducción El grupo de trabajo de guajolote pretende con este documento contribuir al conocimiento básico de parámetros poblacionales y de hábitat para lograr una cosecha sustentable con base en la tendencia de la población y en la adecuación de los tamaños de UMA a través de favorecer la conectividad con la integración de ellas para la conformación de SUMA, proporcionando algunas consideraciones de manejo para garantizar la conservación de la especie. Cabe indicar que se considero el índice propuesto como poco relevante en términos de manejo por lo que se tocan de manera somera pudiendo compilarse mayor información por otras vías. Se observa entonces que el contenido está enfocado a manejar algunos indicadores y técnicas que pueden apoyar la administración del recurso. Dada la experiencia de los participantes, se pudieron discutir y poner sobre la mesa aspectos administrativos que deben mejorarse para un mejor manejo del recurso, entre otros el tamaño de la UMA, las migraciones altitudinales de la especie y la falta de equidad en los ingresos que pueden motivar o desmotivar la conservación de la especie. Se termina el documento con algunas conclusiones y recomendaciones que los participantes del grupo consideramos como básicas para que el manejo y conservación de la especie tenga éxito en los estados donde se presenta.

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Parte I. Aspectos de población de la especie

Después de una declinación de las poblaciones y extirpaciones de la especie a nivel nacional, principalmente por la caza en sitios de percha, en la actualidad se ha observado un repunte en el tamaño y distribución de la especie, sin embargo, la biología de la especie dificulta dar una estimación de la densidad, debido a que presentan una distribución no homogénea en el hábitat, tienen un amplio tamaño del ámbito hogareño, presentan movimientos en respuesta a la perturbación o estabilidad de hábitat, conducta de la especie, entre los principales(Lafón, 1997; Garza, 2005). Por lo anterior, es más válido utilizar un índice, ya que puede ser considerablemente menos caro y laborioso que una estimación o un censo, porque pueden obtenerse de las observaciones directas que hacen los técnicos y los habitantes locales de los predios dentro del área de distribución de la especie (Welsh y Kimmel, 1990; Applegate, 1997; De León en revisión). Un índice por lo general se restringe a las comparaciones entre las diferentes poblaciones de la misma área o entre áreas diferentes en un tiempo dado, porque las relación exacta entre el índice y la verdadera población frecuentemente no es conocida (Lancia et al. 1994). Los índices que funcionalmente han demostrado ser más prácticos, son los de obtención de abundancia relativa mediante el conteo de individuos en sitios de observación pre-cebados temporalmente (Garza, 2005; De León, en revisión) y el conteo de aves y cantos en amplias áreas a través de transectos (Lafón y Canales, comunicación personal). En la actualidad existe la necesidad de estandarizar un método para la estimación de la población mediante índices, además de monitorear y manejar a la especie en regiones naturales que consideren predios o UMA. Lo anterior, considerando que el ámbito hogareño de la especie puede alcanzar hasta 12,000 hectáreas y que se ha demostrado también que presenta movimientos amplios (migraciones locales) o de dispersión de hasta 40 a 60 km por año, así como un área núcleo de máxima actividad diaria de 3.8km2 en el estado de Durango, (Garza, 2005; De León, en revisión), por lo que el área mínima considerada como un hábitat continuo para una población viable es mayor a 10,000 ha, salvo para las poblaciones cerradas (hábitat aislados). Las unidades de manejo regionales deberán tener una extensión de 30,000 a 40,000ha; merecen una consideración aparte las poblaciones cerradas. Al realizar un muestreo regional (o conjunto de predios) es necesario considerar el hábitat disponible y ocupado, calificándolos según la “cualidad” del mismo, las zonas de percha, reproducción, comederos, etc., a lo largo del año, así como el tipo de vegetación. La distribución de la especie obedece también a las prácticas humanas, por lo que es importante considerar a las UMA o predios con zonas de importancia para la especie, pero que no cuenta con ejemplares en la época de caza. Para el muestreo de la especies se deberá realizar la estandarizar dichos métodos por regiones, por época del año, considerando un intervalo para su realización (febrero y mayo), considerando a demás la realización de un muestreo precosecha (octubre-noviembre). Los datos obtenidos mediante la aplicación de los muestreos servirán para determinar la tasa de aprovechamiento de la temporada de aprovechamiento subsiguiente.

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Los métodos de muestreo propuestos en el presente documento son los más adecuados para el guajolote silvestre y se deberán llevar a cabo de acuerdo a lo señalado en párrafos anteriores, empleando la abundancia relativa (ejemplares observados / kilómetros recorridos, o ejemplares observados / puntos observados) para conocer la tendencia de la especie. 1) Transectos

• Longitud de caminos: mínimo 5 km, idealmente 10 km (2 o más repeticiones por transecto en un lapso de 1 semana)

• Uso de GPS para marcar y posteriormente trazar en un mapa el transecto y los puntos de observación subsecuentes.

• Tiempo de observación: variable dependiendo del encuentro de guajolotes. 2) Puntos de observación

• Localización de sitios con potencial de presencia activa de una población de guajolote silvestre, es decir, cerca de o en las zonas de presencia continua, denominadas como zonas “coconeras”, que son sitios visitados con frecuencia por estas aves, como bebederos, perchas, cebaderos temporales, etc.

• Marcar con GPS los puntos de observación, para determinar su ubicación geográfica y la distancia entre los sitios de observación.

• Considerar que la distancia entre puntos deberá ser de por lo menos 3 km ó más, dentro de un área no menor a 10,000 ha.

• Cebar previamente con avena los sitios localizados dentro de la UMA o región, por lo menos 15 días antes del muestreo y revisando constantemente los sitios para detectar la visita de los animales (cada 2 días, volviendo a cebar si es necesario).

• El cebado se realiza preferentemente entre los meses de febrero y marzo. • El tiempo de observación, es de una hora y media (esfuerzo similar), a partir del

amanecer o 1 hora y media antes de anochecer, se observa cada sitio durante 3 mañanas o 3 tardes como mínimo, lo que aporta datos para calcular el error de muestreo (Shaw 1973, Porter y Ludwing 1980, Garza 1993).

• Las observaciones se realizan a una distancia de más de 40 m de distancia y el personal debe estar escondido y / o usar ropa de camuflaje.

• Las características de las aves a considerar durante los muestreos se basan en 5 categorías: machos y hembras adultos de más de un año de edad, machos y hembras juveniles de menos de un año de edad e individuos cuyo sexo y edad no pudo determinarse por el observador.

• La identificación de los individuos es posible gracias al plumaje que presentan, al tamaño corporal, al emplumado o no de la nuca (en las hembras), a la coloración de la cabeza, a la presencia o ausencia de espolón según el sexo.

• El área de influencia de los cebaderos temporales se considera de 380 hectáreas, superficie que corresponde al área máxima de actividad de un individuo o área núcleo que ha sido estimada mediante monitoreos intensivos de radiotelemetría (Garza 2005).

• Captura y análisis de información de acuerdo con el formato recomendado por el Centro Regional de Ecología, A. C.; en una hoja de cálculo se vacía la información

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obtenida de los diferentes sitios de monitoreo previamente establecidos, como se muestra en el siguiente ejemplo para un sitio en particular:

Fecha (mat/vesp)= se incluye la fecha del muestreo y si fue en la mañana o en la tarde; Sum= sumatoria de parámetros poblacionales de acuerdo al número de repeticiones de muestreo; Prom= promedio de parámetros poblacionales; Des std= desviación estándar de parámetros poblacionales; Máx= valor máximo de parámetros poblacionales; Raíz(n-1)= raíz del número de repeticiones de muestreo; EE= error estándar (des std / raiz)

FFFSPDMR

E

s

Número de repeticiones de muestreo

Una vez capturada la información de todos los sitios de muestreo con sus respectivas repeticiones, parámetros poblacionales y estadísticas, se genera un cuadro sintético donde de los sitios de muestreo se obtienen los datos generales.

Datos generales Valores

generales Machos adultos

Machos juveniles

Hembras adultas

Hembras juveniles

No identificados

Sum 555 160 131 133 117 14

Prom 46.25 13.333 10.92 11.08 9.75 1.1667Des std 11.0009 4.6963 4.092 6.048 3.722 2.8819Máx 57 21 18 25 16 10

Sum Máx obs 223 64 62 61 53 10Raiz (n-1) 3.31662 3.3166 3.317 3.317 3.317 3.3166

EE 3 31691 1 416 1 234 1 823 1 122 0 8689

Nombre sitio muestreo Valores

generales Machos adultos

Machos juveniles

Hembras adultas

Hembras juveniles

No identificados

echa (mat/vesp) 57 21 12 15 9 0

echa (mat/vesp) 38 18 5 8 7 0

echa (mat/vesp) 54 11 18 10 15 0uma 149 50 35 33 31 0

rom. 49.67 16.67 11.67 11.00 10.33 0.00esv. Std. 8.34 4.19 5.31 2.94 3.40 0.00áx. 57.00 21.00 18.00 15.00 15.00 0.00aíz (n-1) 1.41 1.41 1.41 1.41 1.41 0.00

E 5.90 2.96 3.76 2.08 2.40 0.00

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Parámetros poblacionale

Page 111: Mamifero Vida Silvestre

Sum= sumatoria de parámetros poblacionales de todos los sitios de muestreo; Prom= promedio de parámetros poblacionales de todos los sitios de muestreo; Des std= desviación estándar de parámetros poblacionales; Máx= valor máximo de parámetros poblacionales de acuerdo al número de repeticiones de muestreo de todos los sitios de muestreo; Sum Máx obs= sumatoria de los valores máximos de parámetros poblacionales de acuerdo al número de repeticiones de muestreo de todos los sitios de muestreo; Raíz (n-1)= raíz del número de repeticiones; EE= error estándar (des std / raiz)

Para estimar el porcentaje de la superficie muestreada dentro de la UMA se aplica la siguiente formula:

2

2

(3.8 )% kmSupMuestreadakm

ηδ

=

Donde: η = número de sitios de muestreo

2kmδ = superficie del hábitat disponible y/o utilizable por la especie en km2

Para determinar la proporción de sexos se aplican las siguientes formulas:

ϕ φγ +=

Ψ

Donde: γ = Proporción de sexos reproductivos ϕ = Hembras adultas φ = Hembras juveniles ψ = Machos adultos ϕ φρ

ψ ε+

=+

Donde: ρ = Proporción general de sexos ϕ = Hembras adultas φ = Hembras juveniles ψ = Machos adultos ε = Machos juveniles Para determinar el reclutamiento a la población se aplica la siguiente formula: φ ε

ϕ+

ℜ = Donde: ℜ = Reclutamiento

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ϕ = Hembras adultas φ = Hembras juveniles ε = Machos juveniles Para determinar el número de machos adultos que potencialmente existen en la UMA o región:

( )( )

2

2

max . .3.8

km obskm

δ ψψ

η∑

=

Donde: ψ = Número potencial de machos adultos

2kmδ = superficie del hábitat disponible y/o utilizable por la especie en km2

max. .obsψΣ = sumatoria de machos adultos (máximos observados) η = número de sitios de muestreo La tasa de aprovechamiento solo es el 15% del resultado de la formula anterior.

Consideraciones para el muestreo regional:

1. Monitoreo dirigido a zonas “coconeras”. 2. En fechas fijas, ya establecidas. 3. Con los mismos criterios, definir un formato único.

Las unidades de manejo regionales deberán tener una extensión de 25,000 ha. Merecen una consideración aparte las poblaciones cerradas.

Parte II. Aspectos del hábitat de la especie Se considera que la mayor parte del hábitat de guajolote silvestre tiene algún deterioro (COTECOCA 1972) a pesar de ello la especie sigue presente y en abundancias medias en relación a datos históricos, lo cual es resultado de su adaptabilidad y forma de alimentación oportunista aunado a su estrategia reproductiva donde su migración para anidación incrementa el potencial de reclutamiento. Se considero como base para el manejo y conservación y la especie un nivel regional (más de 25,000 has) que puede ser a través de la integración de UMA. Lo anterior dado que su ámbito hogareño varia en época de reproducción (3,500 ha) y de postura y crecimiento (12,000 has) con movimientos detectados de hasta 40kms., requiriendo de conectividad entre sus diferentes áreas de actividad, a través de corredores generalmente áreas ribereñas. Los especialistas consideran que los sitios de percha son indispensables para el desarrollo de las poblaciones de animales silvestres, situación que difiere completamente entre el guajolote de Gould y el de Río Grande.

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Al igual que cualquier especie los requerimiento del hábitat incluyen agua superficial permanente de fuentes naturales y/o artificiales en cantidad de un sitio por cada 2000 área (Dickson, 1992). En este sentido las áreas de México tanto de guajolotes de Gould como Río Grande presentan problemas estacionales de abasto de agua, que pueden ser resueltos por bebederos de ganado e infraestructura artificial de cosecha de este líquido. La densidad de la cobertura vegetal dentro de la UMA, debe tener suficiente cobertura de escape (a menos de 17.5mts) para considerarse “hábitat” de guajolote, de no tener este requisito poco será el tiempo que dure la especie en el área. Durante épocas especificas como la postura y anidación la distancia de cancelamiento (que ofrece protección rápida contra riesgos) es de gran importancia para el guajolote silvestre. Los tipos vegetativos característicos para el guajolote son los de encinos y sus combinaciones con pino con sitios de percha son un elemento idóneo, el matorral espinoso, y el chaparral son también importantes para el Río grande en los planos costeros desde Coahuila hasta Tamaulipas, una abundante cobertura en los estratos inferiores favorece la producción de forraje como ciperáceas, que por ende traen altas concentraciones de insectos y un excelente sitio para vivir. Los parches o rodales continuos de bosque con claros intermedios proporcionan el hábitat ideal para el guajolote silvestre. Los bosques con aclareos pueden ser excelentes sitios para los guajolotes cuando existen árboles maduros; una secuencia de estratos arbóreos con Pinus spp., Quercus spp., Arbutus spp., Platanus spp. Es importante pues utilizan estos sitios como áreas de percha y, por otra parte, la presencia de Juniperus spp. y Populus spp., mezclados con arbustivas como Rhus sp., Vitis spp., Arctostaphylos sp. y Cercocarpus sp. y herbáceas de los géneros Cyperus spp. y Amaranthus spp., así como de pastos de diversas especies utilizadas como alimento, componen un hábitat idóneo. Para los guajolotes de Río Grande, los rodales de mezquites, huizaches y palo blanco son excelentes sitios de percha en matorrales, y también sitios con nogales, encinos y sicómoros en los hábitat riparios de los afluentes del Río Bravo. Es necesario que exista un suficiente número de sitios y de árboles, adecuados como “dormitorios” de la población existente o la que se reestablezca en el área (debe prohibirse el derribo de aquellos que demuestren uso actual). Tres sitios o áreas de percha por parvada pueden ser suficientes sin embargo cinco a seis sitios se han encontrado como de uso para un grupo de 30 a 40 guajolotes en una superficie de aprox. 3200 ha. Algunos rasgos del hábitat que son cruciales para refugio, son la cobertura para la regulación térmica, con suficiente cobertura aérea y basal así como corredores con sitios con agua permanente y buena cobertura en sus áreas circundantes (con claros a menos de 200 M) como secuencias de cobertura en áreas ribereñas. En áreas de anidación se han encontrado coberturas basales de protección con distancias de cancelamiento de 12m o menores. En la época de crianza son importantes las áreas con abundante producción de insectos y moluscos, mientras que para la reproducción son necesarios los espacios o clareos que permitan el cortejo.

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Las áreas de disturbio mas comúnmente encontradas en hábitat de guajolote silvestre son las de cultivo así como aquellas desmontadas para desarrollo de infraestructura (casas, corrales, represas, bodegas, Etc.). Por fortuna en las áreas donde actualmente persiste el guajolote silvestre son áreas con poca infraestructura y baja probabilidad de que se construya más. De alguna manera, ciertas áreas abiertas al cultivo representan una área importante para el guajolote silvestre dado que proveen semillas, insectos y frutos para la especie. A diferencia de ranchos privados, los diferentes tipos de infraestructura en Ejidos se convierten en lugares muy difíciles de arribo por el guajolote silvestre, lo que presenta un efecto radial sobre los recursos naturales, partiendo del centro de población hacia la periferia de los centros de población. Algunos impactos previsibles para la persistencia de la especie son la caza furtiva, mayor apertura de áreas a cultivo, desecación de manantiales naturales, pérdida de cubierta vegetal, pérdida de sitios de percha, uso de agroquímicos, considerándose que algunas actividades humanas son compatibles con la conservación de la especie como la agricultura en áreas pequeñas, construcción de obras de captación de agua de lluvia, ganadería en general, programas de conservación de suelos y agua, actividades de vigilancia participativa. Sin embargo existen algunas no compatibles como los desmontes totales de áreas, cortas de bosque en “matarrasa”, uso de agroquímicos, cacería furtiva. Existen en las áreas de distribución del guajolote silvestre por lo menos 124 especies de plantas que dan sustento al guajolote aun en épocas críticas. La mayor parte de las zonas con guajolote silvestre están localizadas en el macizo forestal, abarcando cerca de 21 millones de hectáreas de áreas forestales sobre las cuales se presentan precipitaciones de 340 a 550mm. En promedio las lluvias duran 4 meses de julio a octubre. Cabe indicar que en los últimos 14 años las precipitaciones a nivel local han sido muy por debajo del promedio, estas se consideran como benéficas para la reproducción del guajolote silvestre dado que muchas de las ocasiones anida sobre los lechos de los arroyos los cuales al crecer arrasan con los nidos que se encuentran a su paso. Por otra parte la ganadería ha beneficiado al guajolote silvestre dado que el uso de aguajes, represas y el otorgamiento de suplementos espaciales. Dentro de los depredadores de guajolote silvestre se encuentran el puma (Felis concolor), coyote (Canis latrans), gato montés (Linx rufus), zorra gris (Urocyon cinereoargenteus), mapache (Procyon lotor), coatimundi (Nasua narica), cacomixtle (Bassariscus astutus), jaguar (Panthera onca), tigrillo (Leopardus wiedii), ocelote (Leopardus pardalis), águila real (Aquila chrysaetos), búho cornudo (Bubo virginianus), y víboras de cascabel (Crotalus spp.). A pesar de que las muertes puedan ser cuantiosas, se considera que no debe controlarse a este grupo de especies depredadoras, por ser parte del ciclo natural. No debe ser así ante la presencia de especies depredadoras exóticas como perros y gatos domésticos, o el jabalí europeo, respecto a los cuales sí se recomienda el control lo antes posible. La presencia de animales competidores como el guajolote doméstico y el ganado (cabras, ovejas, vacas) tiene especial importancia por la presencia, abundancia, distribución espacial y temporal de parásitos, vectores y otros agentes patogénicos, y su efecto previsible sobre la especie o grupo de especies. Por ejemplo parásitos internos como nematelmintos: parásitos

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externos como piojos y garrapatas, y agentes patogénicos que causan enfermedades como el Newcasttle y la viruela aviar.

Parte III. Aspectos sobre cosecha sustentable en el contexto de las UMA Para llevar a cabo una cosecha viable del guajolote silvestre dentro de las Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre, se recomienda considerar los siguientes aspectos: El área que responde a las características biológicas de la especie rebasa la escala de las UMA, por lo que deberán definirse conjuntos de Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (de las que contiene el SUMA), que formen parte del hábitat de la especie de tal manera que se asegure la viabilidad de la misma, mediante el manejo regional. Para el guajolote silvestre, se debería contemplar los datos de población mínima estimada y su composición, así como la ubicación de las parvadas para definir posible distribución entre predios o UMA y por otra parte debería conocerse o tenerse información suficiente sobre la condición de hábitat. Entre este par de bloques de información seria conveniente formar una correlación en donde: poblaciones altas y buena condición de hábitat, pudieran tener un porcentaje alto (o número de permisos) de autorizaciones de aprovechamiento evitando los comederos artificiales que se pueden considerar como poco éticos o negativos al momento de otorgar permisos, para lo cual se pueden consultar los apartados de poblaciones y hábitat. Además de lo señalado en el punto anterior, se debe considerar, la disponibilidad de machos, tamaño de la población suficiente, estimación de la cosecha local de autoconsumo y demanda, la dinámica poblacional de la especie (reclutamiento), desarrollar un modelo de relación de sexos / densidad para estimar tasas de cosecha diferenciales (10 -30%), siguiendo un sentido precautorio en pro de la conservación, mantener la cosecha por debajo del 15% de la población de machos, aunque es posible cosechar del 20 al 25%. Se estima que una parvada viable de esta especie debe tener por lo menos 20 miembros reproductores. El problema consiste en lograr una extensión de suficiente tamaño, a partir del trabajo organizado en varias UMA, para poder hacer un manejo adecuado de las poblaciones de guajolote silvestre que promueva la sustentabilidad. Para la estimación de la cosecha se debe contar con datos precisos de los machos existentes en la superficie del conjunto de UMA que razonablemente se asuma como ámbito de una población integrada y viable. La cosecha viable puede ser del 20 – 25% de los machos adultos de la población de una área sin provocar problemas a la misma, lo anterior dado que a los (3 años en promedio) adultos en condiciones naturales tienen una esperanza de vida muy corta y la estrategia reproductiva es de tipo “r”, y dado que alcanzan la madurez sexual al año de vida; sin embargo se recomienda una cosecha máxima del 15% de los machos de la población, en tanto no se cuente con mayor información y herramientas para autorizar diferentes cuotas. En el mismo sentido, el aplicar un criterio más conservador (de un 10% de cosecha de los machos) puede en un momento dado evitar los efectos de una doble cosecha, de parvadas

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contadas también doblemente en UMA vecinas. De igual manera con este porcentaje se puede reducir el posible deseo de cebado por los usuarios. Por otro lado, es recomendable disminuir -o incluso suspender- la cosecha de la especie cuando se detecten bajas dramáticas en la población, problemas de epizootias (viruela, Newcastle), destrucción o cambios severos en el hábitat (perdida de aguajes, corte de sitios de percha, incendios), problemas meteorológicos severos (exceso de nieve, sequía prolongada), problemas sociales graves causados por la operación de la organización cinegética. Los componentes importantes para estimar la cosecha son: densidad y estructura poblacional, proporción hembras : macho, reclutamiento, (esto implica que, temporada a temporada, se compilen los datos de adultos cosechables y juveniles subadultos), calidad del hábitat (disponibilidad adecuada y suficiente de agua, alimento, cobertura, descanso y espacio). Los métodos para levantar información de campo, tanto de las poblaciones como del hábitat, se describen en los apartados correspondientes, los cuales permitirán determinar, monitorear y ajustar la cosecha sustentable. Para conocer formatos de campo sugeridos consúltese el Apéndice 1. El análisis de los datos obtenidos en campo para las estimaciones poblacionales y del hábitat para la determinación, monitoreo y ajuste de la cosecha sustentable, deberá realizarse en base a tendencias y distribución espacio-temporal. Ajuste progresivo de la cosecha (manejo adaptativo) 1) Signos de alerta en la población

1. Una reducción del 30% de la abundancia poblacional injustificada reportada en los muestreos.

2. Una reducción del 50% de los ejemplares cazados en base a los autorizados, siempre y cuando la razón sea no encontrar ejemplares.

3. Animales muertos encontrados. 4. Cambios en la proporción sexual. 5. Encontrar un porcentaje menor al 25% de juveniles en el muestreo precosecha.

Acciones sugeridas: - Disminución de la tasa autorizada o suspensión temporal del aprovechamiento,

empleado las herramientas propuestas. - En el caso de encontrar animales muertos, se deberá notificar a la DGVS y otras

autoridades, y en su caso, hacer colecta de material biológico y datos para su posterior análisis y estudio.

2) Signos de alerta de deterioro del hábitat

1. Información arrojada por los índices recomendados por el BLM. 2. Desecación de fuentes de agua, azolve, disminución de alimento disponible, sitios de

perchas, extracción de madera, sobrepastoreo, cambio de uso de suelo, desastres naturales.

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Acciones sugeridas: - Programas de sanidad forestal en forma y tiempo adecuados. - Programas de conservación de suelo y agua. - Disminución de la carga ganadera. - Cercado de áreas ribereñas. - Cercado de sitios cercanos a fuentes de agua permanentes. - Rotación de potreros en épocas criticas. - Mantenimiento de las fuentes de agua para ganado, aunque no se tenga en los

potreros. - Vigilancia participativa. - Plan de manejo de fuego.

Recomendaciones Generales

- Reunión de propietarios de UMA, técnicos y personas interesadas con el Subcomité para discutir y definir los métodos y medidas administrativas para conseguir una cosecha sustentable.

- Promover la investigación aplicada en el manejo del recurso. - Establecer un fideicomiso y/o cuota de conservación representaría una

herramienta para conseguir los recursos para el monitoreo regional que desarrollaran especialista en la especie.

- Mantener la proporción sexual de la especie esperada está cercana a 1:1, considerando la mortalidad de crías y juveniles, así como la cosecha de machos.

Parte IV. Bibliografía Applegate, R.D. 1997. A rural mail carrier survey index for Kansas wild turkeys. Trans. Kansas

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Apéndice 1

EVALUACIÓN, SEGUIMIENTO Y MANEJO DEL HÁBITAT DE GUAJOLOTE SILVESTRE EN UNA UMA EXTENSIVA

Partiendo de que hábitat es el ambiente donde la fauna silvestre vive y desarrolla su ciclo biológico; el alimento, agua, cobertura y espacio son los aspectos básicos que deben considerarse para la estabilidad de las especies presentes. Por tal motivo, los componentes del hábitat relevantes para la evaluación y realización de acciones de conservación, manejo y aprovechamiento del guajolote silvestre son: - Tipos de vegetación presentes y su distribución espacial - Rasgos cruciales para reproducción, anidación, cría, crecimiento, percha refugio y

escape - Presencia, distribución y disponibilidad de especies vegetales importantes como alimento - Presencia, distribución y disponibilidad efectiva de agua - Cobertura vegetal - Topografía - Actividades humanas 1. TIPOS DE VEGETACIÓN PRESENTES Y SU DISTRIBUCIÓN ESPACIAL Los tipos de vegetación en las áreas de distribución del guajolote son muy variados. M. g. mexicana utiliza bosques de coníferas (Pinus, Juniperus), bosques de encino (Quercus), chaparral de Arctostaphylos y Quercus, y pastizales naturales; de estos cuatro tipos de vegetación existen diferentes combinaciones, que ofrecen hábitats también óptimos. Los tipos de vegetación de matorral submontano, inerme y subinerme, matorral inerme de Dodonaea, selva baja caducifolia y selva espinosa son usados ocasionalmente, como hábitat marginal. Meleagris gallopavo intermedia es una subespecie más adaptable a los diferentes tipos de vegetación. Se ha constatado que utiliza: bosques de pino, bosques de encino, bosques de cedro, bosques de galería, chaparrales, matorral submontano, matorral espinoso tamaulipeco, mezquitales (Prosopis), cardonales de Stenocereus, selva baja caducifolia, selva mediana subperennifolia, palmares, bosque mesófilo de montaña (predominantemente La estructura de la vegetación resulta influida por la altitud y latitud, posición en barlovento o sotavento en las cadenas montañosas, por el tipo de suelo, por la variación topográfica y su orientación geográfica, y por la disponibilidad de agua y

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temperatura, principalmente. Los bosques de pino y de encino se encuentran generalmente distribuidos en toda el área, principalmente en las laderas, cañadas, planicies y cimas de las partes altas, que van de los 2,000 a los 3,500 msnm. En las zonas más secas y de ladera con pendiente poco pronunciada y suelos pobres en nutrientes encontramos chaparrales de manzanilla y encinillos, y bosques de pino-encino- matorral inerme. En las mesetas y valles existen pastizales combinados con pinos, pero principalmente pastizales con cedros o táscates, o sólo pastizales. El matorral submontano y los cardonales prevalecen entre los 900 y los 1,800 msnm en pies de monte, laderas y lomeríos, limitando con los bosques de encino. La selva baja caducifolia se encuentra desde los 700 a 1,500 msnm, en valles y serranías. de Liquidambar). La diversidad de las combinaciones de vegetación proporciona al guajolote un hábitat amplio, con espacios potenciales y alternativos para su desarrollo a lo largo del año según la actividad biológica de que se trate, por ejemplo, los árboles grandes de las zonas boscosas templadas o de galería brindan sitios de percha y sombra ideales, y las herbáceas y arbustos son fuente de alimento y cobertura vegetal. En términos generales, las diferentes áreas vegetales proporcionan alimento diversificado durante el año según edades, además de protección (refugio y escape), sombra y recreación, y las condiciones necesarias para los procesos de cortejo, reproducción, anidación y crianza. Las partes bajas húmedas de las cañadas ofrecen frutos de especies de Vitis y Rubus entre otras frutillas, mientras que la selva baja caducifolia y el matorral submontano son ambientes ricos en semillas de leguminosas y frutos de cactáceas como una fuente alternativa de alimento, ya que muchas de estas plantas presentan una fructificación temprana o tardía con respecto a las especies encontradas en áreas de hábitat óptimo para el guajolote. Schemnitz et al. (1985) informaron que el hábitat clave de M. g. mexicana son las áreas de pino-encino, laderas de cañadas de pino-encino y pastizales, las cuales proveen de alimento, cobertura y sitios de percha; y áreas abiertas de pastizal y de encino las cuales son importantes fuentes de alimento en época de crianza; además las zonas ribereñas, que ofrecen manantiales, resumideros y otras reservas de agua son preferentemente utilizados por los guajolotes con preferencia respecto a los depósitos de agua para ganado. PROPUESTA Como la vegetación es un elemento observable e inmovible, el único indicador de su presencia es la observación directa. Ahora bien, si el área no se conoce, un indicador

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previo son las consultas de las cartas de vegetación o uso de suelo, la bibliografía y la experiencia directa en el campo. La presencia de ciertas especies vegetales en el sitio nos indican el tipo de vegetación y sus combinaciones. Si se desconocen las plantas del lugar, se debe hacer colecta científica de las mismas para su identificación y clasificación en laboratorio o consultar a especialistas de flora en bosques templados y semiáridos. Para determinar el tipo de hábitat primeramente se debe ir al sitio, y efectuar recorridos dentro y por la periferia del predio, para hacer la descripción del área y para tomar datos como: altitud, árboles, arbustos y hierbas presentes, clima, características topográficas. Para la delimitación de los tipos de hábitat se sugiere el geoposicionamiento de cada comunidad vegetal. La metodología para clasificación de los tipos de vegetación mediante los sistemas de información geográfica es deseable, empleando las cartas topográficas, digitales y vectoriales escala 1:50,000 para designar la distribución de los tipos de hábitat, además de imágenes de satélite, fotografías aéreas u ortofotos. Signos del estado del hábitat. Deben registrarse eventos de muerte masiva de árboles por plagas o enfermedades, la propagación de especies no deseadas, alelopáticas e invasoras, sequía prolongada y temperaturas altas por posibles incendios. Acciones de manejo. En lugares que han sido alterados significativamente por la erosión hídrica, los incendios forestales, las prácticas antropogénicas u otros, se propone el saneamiento forestal, las podas y aclareos, quemas controladas, brechas cortafuegos y “líneas negras”, reforestación con plántulas y material vegetativo, propagación de semillas, siembra directa de especies nativas; como prácticas de prevención, conservación y recuperación de la vegetación natural, en cada tipo o comunidad vegetal.

2. RASGOS CRUCIALES PARA REPRODUCCIÓN, ANIDACIÓN, CRÍA Y CRECIMIENTO, PERCHA REFUGIO Y ESCAPE

La diversidad, consecuencia de las combinaciones de las comunidades vegetales presentes, concentran todas las actividades de M. gallopavo. Durante el periodo reproductivo los machos inician el gorgoreo al amanecer, en los sitios de percha, para posteriormente volar a los sitios bajos y dar comienzo al cortejo, el cual se lleva a cabo en claros pequeños de pastizales cercanos a los bosquetes y con poca cobertura, o en bosques abiertos con cobertura vegetal escasa. También se ha observado la realización de la exhibición de cortejo (“rueda”) sobre caminos, donde la cobertura del suelo es del

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0%. Para la anidación, el guajolote busca laderas con pendientes poco a moderadamente pronunciadas, con cobertura vegetal próxima al 100%, para impedir la detección del nido por depredadores u otros agentes no deseados; los sitios seleccionados deben facilitar al macho visibilidad para proteger y alertar a su harem del posible peligro; a su vez, deben disponer de sombra accesible, pues por el tamaño de las hembras éstas quedan expuestas. Es común que los sitios seleccionados para anidar estén en la base de palmillas o encinos, con cobertura aérea de entre 47 y 97% (Zornes, 1993; citado por Lafón Terrazas, 1997). Cariño Preciado (1992) menciona que las hembras buscan un lugar propicio para construir el nido, el cual normalmente es una simple depresión con hojas secas colocadas bajo un árbol o en arbustos ocultos. Es común que el nido esté cubierto por tres de sus lados y que tenga una cara abierta, que es usada como vía de acecho y escape, la distancia de los nidos al agua varía de 27 m hasta 1.9 km. (Lazarus y Porter, 1985; citados por Lafón Terrazas, 1999). Leopold (1959) reporta una cercanía al agua de 180 m. Porter (1992) encontró nidos en la base de los árboles, entre troncos caídos, arbustos y en vegetación herbácea. Según Campo et al. (1989), las áreas de anidación de M. g. sylvestris presentan pocos árboles y abundante cobertura arbustiva y herbácea. Las actividades de crianza se desarrollan en partes planas o relativamente planas de áreas abiertas, provistas de pastos y herbáceas, medio propicio para encontrar rebrotes, frutos e insectos ricos en proteína necesaria para el sano crecimiento de los polluelos; esto les ayuda a duplicar su peso cada semana durante el primer mes de vida. Según Scott y Müller-Using (1992), las zonas abiertas que circundan esta vegetación son de pastizales inducidos y por un matorral poco denso que se ha restablecido después del desmonte, pero que debido a la fuerte presión por pastoreo no logra el desarrollo típico de estas comunidades, lo que conlleva en este caso a una dominancia en cobertura por gramíneas. Estos lugares abiertos adquieren relevancia ya que, aparte de ofrecer variedad en el alimento (insectos, semillas, etc.), el hecho de que se hallan cerca de matorral denso da la oportunidad a las aves, en caso de peligro, de escapar y refugiarse rápidamente. Healy (1985) reportó que los polluelos de M. g. sylvestris en sus primeras cuatro semanas de vida se alimentan variadamente en claros permanentes abundantes en insectos y que progresivamente cambian a zonas con más cubierta vegetal; el propio Healy (1985) encontró que los insectos del orden Diptera fueron los más consumidos por los polluelos en su primer mes de vida. El guajolote silvestre es un omnívoro oportunista y, a medida que crece, va ampliado su dieta y las fuentes de alimento, por lo que pasa gran parte del día pepenando, rascando y buscando debajo de troncos muertos. También son importantes los guijarros que ingiere para facilitar la trituración de sus alimentos; se ha

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observado que estas son principalmente de tipo volcánico intrusivo. Beasom (1970) encontró que M. g. intermedia prefiere alimentarse, durante la crianza, en comunidades vegetales de matorral de mezquite en comparación con aquellas de bosque de encino, con un promedio de nidada de 6.9 polluelos en el mezquital y 4.6 en el bosque de encino. Los árboles para percha son un componente esencial del hábitat del guajolote silvestre (Schemnitz y Zeedyk, 1992). La disponibilidad de estos sitios es más restringida pues, para su protección, el guajolote requiere de árboles altos de ciertas especies y que se hallen en posición, exposición y pendiente particulares, así como cercanos a fuentes de agua. Por ello, estos sitios constituyen un importante requerimiento de hábitat especialmente en invierno, cuando la población experimenta una alta tasa de mortalidad. M. g. intermedia aparentemente escoge durante el invierno los árboles de mayor altura, sin importar es estado fenológico y utiliza para dormir las ramas secas de los mismos, que aparentemente le ofrecen mayor visibilidad (Román Valdez, 2000). De acuerdo con Scott y Müller-Using (1992) durante primavera-verano M. g. intermedia ubica sus dormitorios en las franjas de los bosques de galería, donde en un 71% Platanus occidentalis es la especie principal de percha y, en segundo lugar Pinus teocote; después de abandonar el dormitorio los guajolotes se dirigen a las partes bajas, donde empieza el chaparral, para posteriormente concentrar sus actividades en el matorral, basando sus movimientos diarios en la disponibilidad de agua en el año. En Sierra Jacales, en Guanajuato, se ha observado que los árboles de percha de M. g. mexicana son principalmente pinos (Pinus cembroides), con altura promedio de 17 m., 13.3 m de altura de rama de percha y con diámetro promedio de éstas de 10.75 cm; con exposición al Este, en diferentes grados de orientación. Para M. g. merriami Hoffman (1968) reporta Pinus ponderosa como árboles de percha en invierno, en torno a 21.3 m de altura promedio; mientras que en verano eligen aquellos con alturas cercanas a 20 m. Boeker y Scott (1963) encontraron sitios de percha en exposición al Este, de árboles maduros y con una distancia a fuentes de agua permanente de 1.3 km. Schemnitz y Zeedyk, (1992) reportan promedios de altura para Pinus leiophylla de 16,4 m y de 20 m para Quercus emoryi. PROPUESTA Antes de cualquier trabajo de campo, el técnico debe documentarse respecto al área en que trabaja y a la biología de la especie. Los indicadores de las diferentes actividades y sus sitios de uso respectivos parten del comportamiento y preferencia del macho y hembra, de los polluelos, de los depredadores y de las características topográficas. Es necesario recorrer el área en busca de sitios topográficamente probables para cada

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actividad, de tal forma que para la reproducción hay que considerar: lugares de cantos, frecuencia de cantos, su duración y secuencia; tiempo de respuesta de la hembra y tiempo que tarda en llegar a donde está el macho, rascaderos típicos del cortejo y desplumaderos. Asimismo, debe prestarse atención a restos de cascarones, presencia periódica de depredadores de nidos en un sitio específico, observación de hembras cluecas para el caso de la anidación; igual para áreas abiertas, sitios con cobertura vegetal densa, plumas y huellas de polluelos para el caso de crianza, refugio y escape, árboles con abundantes excretas en la base, plumas dispersas y sitios inclinados con presencia de árboles altos para los sitios de percha. Una vez ubicados los diferentes sitios mediante la observación directa (rastreando a los individuos y siguiendo los indicios) se procede a la evaluación del sitio considerando como centro de una parcela circular de muestreo el punto de actividad (restos de nido, árbol principal de percha, etc.) y se toman los siguientes datos: coordenadas geográficas para la georreferenciación en mapas, área del espacio abierto, especies de árboles, arbustos y hierbas presentes, su abundancia y distribución, densidad de la cobertura vegetal, tipo de vegetación circundante, pendiente y grado de exposición, porcentaje de sombreo, distancia a alguna fuente de agua y fecha de muestreo. En la toma de datos para evaluación de sitios de percha, se debe registrar el árbol de percha (especie) su altura, diámetro, altura y diámetro de la(s) rama(s) de percha y altura y diámetro de la primera rama del árbol de percha, dado que es utilizada como escalón. Se deben tomar, además, fotos de los rastros dejados por la actividad; se plantean estos lugares como sitios de muestreo permanente. En épocas de reproducción siguientes, la presencia de indicios indicará si el sitio se sigue usando; si no es así, deben recorrerse áreas aledañas en busca de un posible nuevo sitio. Es recomendable hacer evaluaciones aleatorias como parámetro comparativo con los sitios predefinidos. El diseño para la medición de los parámetros de sitios clave puede ser el de muestreo en puntos de cuadrantes. Cuando se quiera cuantificar parámetros involucrados en la selección de lugares de anidación, es recomendable hacerlo cuando los nidos estén inactivos. Si en un área dada se cuenta con especies que sirven de alimento a la especie, con condiciones topográficas variadas y superficie amplia para el manejo, pero no se dispone de sitios de percha, no se puede pensar en la constitución de una UMA para guajolote silvestre, en tanto no se cubra esta condición que es clave en el desarrollo de la especie. Las fuentes de agua son también un factor importante, por lo que se debe considerar su disponibilidad estratégica durante el año. Se recomienda, también, establecer y mantener

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claros en los bosques y zonas de pastizales, controlar el herbazal excesivo, establecer franjas alternas de vegetación para proporcionar alimento y refugio. 3. DISTRIBUCIÓN Y DISPONIBILIDAD DE ESPECIES VEGETALES IMPORTANTES COMO ALIMENTO Dado que el guajolote silvestre es omnívoro (herbívoro, frugívoro, insectívoro, granívoro) su dieta es muy variada, por lo que se le considera una especie generalista oportunista. En hábitat de bosque templado dispone de piñones de Pinus cembroides, bellotas de Quercus spp. y Juniperus spp., frutos de Arctostaphylos spp., Vitis spp. y Arbutus spp., entre muchos otros, además de semilla y del área foliar de pastos, prefiriendo el pasto coconero (Leptonoma spp. y Paspalum spp.) –llamado así en Valparaíso, Zacatecas– y otras herbáceas. En las partes de matorral y selva baja se encuentra una alta diversidad de semillas de leguminosas arbóreas y arbustivas (Acacia y Mimosa, entre otras), frutos de cactáceas como biznagas, pitayas, garambullos, nopales y otros. En temporada de lluvias la disponibilidad de insectos es alta y éstos representan un aporte importante de alimento, sobre todo los de los taxa Coleoptera, Orthoptera (chapulines y langostas), Hemyptera e Hymenoptera en sus diferentes estadios. Considerando también que el guajolote silvestre es muy móvil, busca acceso a los distintos lugares donde existe su alimento, a lo largo del día. Si bien es cierto que la disponibilidad de alimento es más abundante y variada en época de lluvias, durante el invierno el guajolote busca fuentes de alimento en las partes bajas o en las áreas de cultivos agrícolas. Se ha observado que alrededor del 90% de la dieta de los guajolotes se compone de plantas, incluyendo follaje verde y pastos, vainas, especies herbáceas, raíces, bellotas, semillas y frutas de varias especies. Morales et al. (1997) encontraron que, en Durango, los alimentos de mayor consumo a lo largo del año fueron las especies arbustivas (42%), las gramíneas (31%), y las arbóreas y herbáceas (28%), la manzanita (Arctostaphylos pungens) fue el principal alimento. Cariño Preciado (1992) mencionó que todo lo que comen es buscado y levantado del suelo, rascando, arrancando o pepenando de las plantas de pequeño crecimiento. PROPUESTA Indicadores. Huellas, plantas comidas, presencia o ausencia de plantas, biología de la especie. La medida más simple es contar el número de especies vegetales que ocurren en una unidad de área (muestra), considerando la época del año, la cantidad de lluvia, y que el

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conteo de especies depende del tamaño de la muestra. Para esto se puede emplear el Índice de diversidad de Simpson, ya que la medida de distribución y disponibilidad puede ser considerada como una medida de “concentración dominante”, pues el grado de dominancia relativa de pocas especies en la comunidad constituye el interés primario. El punto importante para propósitos comparativos es que las medidas de diversidad deben expresarse en una escala uniforme. Los diseños más usados para los parámetros de vegetación son: muestreos de puntos al azar, puntos al azar dentro de un territorio, transectos o líneas palalelas y cuadrantes en faja, los cuales deben ir en función de los hábitos alimenticios del guajolote. Signos. La propagación de especies no deseadas, alelopáticas e invasoras. Cambio de uso de suelo (agricultura, ganadería, construcciones). Acciones de manejo. Reforestación con plántulas y material vegetativo, propagación de semillas, siembra directa; prácticas de prevención, conservación y recuperación de la vegetación natural, en cada tipo o comunidad vegetal de especies que sirven de alimento. 4. PRESENCIA, DISTRIBUCIÓN Y DISPONIBILIDAD EFECTIVA DE AGUA Por sus actividades y necesidades fisiológicas el guajolote toma poco agua, pero lo hace varias veces al día, sin embargo, prefiere las fuentes de agua naturales, donde el área circundante le ofrece mayor protección y diversidad de alimento. Durante primavera-verano la disponibilidad de agua es mayor, ya que la encuentran agua en todas las lagunas, ríos, arroyos y depósitos, por lo que las huellas y otros rastros del guajolote son menores en los tanques de agua construidos para el ganado. En otoño-invierno, cuando la presencia de agua es más escasa y dispersa, recurren a estos tanques, represas y depósitos disponibles para el ganado, pero se les ha observado a la orilla de manantiales, resumideros, tinajas y ollas (oquedades en piedras grandes que, por su ubicación, retienen el agua por mucho tiempo) ubicados en su hábitat. Hurts (1992) concluyó que los pollos necesitan agua periódicamente, por lo que hacen uso de tanques, depósitos, acequias y del rocío de las mañanas acumulado en las plantas; pero que también obtienen este recurso de los insectos, follaje y frutos suculentos, sobre todo en las épocas secas y calientes del año. PROPUESTA

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Indicadores. Individuos sanos, abundancia poblacional, distribución de las parvadas vs fuentes de agua, rastros en la periferia de los aguajes. Ubicar las fuentes de agua, georreferenciarlas, indicando si son permanentes o temporales, su capacidad, vegetación acuática, ribereña y aledaña, tipo de fuente y porcentaje de llenado, su acceso, la topografía. Utilizando los rastros, determinar por cuáles especies (silvestres e introducidas) es aprovechada. Siempre hay que tomar en cuenta la información proporcionada por los lugareños, o personas que conviven constantemente con la especie y su hábitat. Signos. Sequía prolongada, presencia del ganado. Acciones de manejo. Rehabilitación de fuentes de agua naturales, cercado perimetral para impedir el acceso a ganado, construcción de bordos en sitios estratégicos, construcción de los tanques con pendientes suaves, mantenimiento o suministro de una cobertura adecuada alrededor del tanque, cuidando que el tanque sea de capacidad suficiente, y construcción de captadores de agua naturales. 5. COBERTURA VEGETAL El guajolote silvestre requiere de una buena cobertura vegetal, herbácea, arbustiva y arbórea, para mantener una población que resulte prolífica y saludable. Son características importantes del hábitat la complejidad estructural y la diversidad tanto en especies como en edades, en y entre tipos de cobertura (Lutz, 1989, citado por Scott Morales y Müller-Using, 1992). Lazarus (1985, citado por los mismos autores) menciona que los componentes principales de los lugares de anidación de M. g. intermedia son: 40% cobertura en dosel superior con 32 y 19% de cobertura de arbustos en el sotobosque y en el estrato inferior. De acuerdo con Porter (1992), es suficiente con presencia de pastos del 5 al 10% en la cobertura vegetal, y que un 15% de cobertura total soporta varias parvadas de guajolotes. Los muestreos de campo nos indican que la cobertura vegetal del suelo en los sitios de uso de M. g. mexicana es de más del 50%, y que la altura de la cobertura del suelo no debe rebasar el nivel de la cabeza del animal, para que esto no le impida la visibilidad; de igual importancia resulta la cubierta vegetal aérea, o fisonomía del bosque, de modo que proporcionen sombra y protección. Las hembras y sus polluelos prefieren áreas abiertas cerca de bosquetes, que les proporcionen alimento y protección; al respecto, Scott Morales y Müller-Using (1992) comentaron que en primavera-verano M. g. intermedia prefiere zonas abiertas, representadas muchas veces por pastizales inducidos y chaparrales, donde los rebrotes y la producción de frutos e insectos son abundantes, y

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donde las áreas circundantes a los dormitorios (en esa época del año) también es poco densa, componiéndose por algunos arbustos. PROPUESTA Indicadores. Presencia de todos los estratos vegetales, aumento poblacional proporcional a los nacimientos (mayor número de individuos jóvenes), poblaciones saludables. Método. Para la estimación de la densidad de la cobertura vegetal, frecuencia y composición florística se recomienda el método de Intercepción en Línea, propuesto por Canfield (1941), el cual se basa en establecer líneas de determinada longitud, a través de la cual se registra la longitud que es interceptada por cada especie vegetal, no importando si se trata de plantas individuales o amontonamientos de individuos. El procedimiento puede considerarse como un transecto de anchura reducida al mínimo. La longitud de la línea depende de las variaciones observables en la distribución de las plantas y del tamaño y características del hábitat, aunque generalmente la línea podría variar entre 10 y 200 m (o más, si el caso lo amerita) considerando como dato válido únicamente aquél objeto que es tocado por la línea, incluyendo: arbustos, hierbas, pastos, crasicaules, rosetófilas, mantillo y hojarasca, material leñoso, roca y suelo desnudo, además de la altura de la cobertura muestreada. Signos. La cubierta vegetal herbácea y arbustiva densa, pues esto dificultaría el desplazamiento de los individuos, además, un área densa no permite el rebrote vegetativo vigoroso y la alta producción de insectos. La reducción del tamaño poblacional respecto a los nacimientos estimados, debida al estado de la sucesión vegetal, el aumento poblacional de los depredadores en áreas que tienen baja cobertura. Acciones de manejo. Si la cobertura de vegetación en una UMA es inferior a la mínima requerida por la especie, debe propiciarse el crecimiento de hierbas, pastos y arbustos nativos; por ello se sugieren –con las debidas precauciones– la quema estrictamente controlada y el raleo. Liberar el desarrollo de las especies vegetales existentes, destruyendo o controlando las especies introducidas competidoras indeseables, y proteger el hábitat específico de factores tales como el pastoreo no prescrito de ganado, el fuego y el drenaje ecológicamente injustificado. 6. TOPOGRAFÍA

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En época reproductiva prefieren pequeños planos abiertos rodeados de vegetación, ya sea en planicies abiertas, en las partes altas de las mesetas o en pequeños valles al fondo de las cañadas, condiciones topográficas similares son usadas para la crianza de los polluelos, prefiriendo mesetas con pendientes ligeras. Para la anidación buscan laderas rocosas, con pendientes del 30 al 60% y para su protección, principalmente en época de lluvia, se refugian en las cañadas y laderas con pendientes pronunciadas. Dependiendo de la estación del año, perchan en partes bajas en laderas de pies de monte o en las partes altas de las mismas. Las observaciones de campo para M. g. mexicana, mismas que coinciden con lo reportado por Scott Morales y Müller-Using (1992) para M. g. intermedia, arrojan que esto les facilita el ascenso a los árboles para dormir y, a su vez, les proporciona la visibilidad necesaria para emprender el vuelo en caso de ataque de depredadores o para su rápido desplazamiento. El guajolote silvestre vuela poco, pero si se siente amenazado o es atacado, las cimas y las partes altas de las laderas dan a los guajolotes mayor oportunidad de escape, volando de un cerro a otro. PROPUESTA Indicadores. Presencia de perchas, fuentes naturales de agua, tipos de comunidades vegetales, la altitud. Para la medición del relieve se pueden usar diversos aparatos, uno de los más sencillos para manejar es el clinómetro, que permite tomar datos de pendiente, orientación de la vegetación, y apoyar el registro de la composición florística y del tipo de suelo. Debe registrarse en porcentaje la presencia de planicies, laderas, cañadas, cimas y lomeríos . Dada la biología del guajolote silvestre, es importante que una UMA disponga de una variedad de diferentes condiciones topográficas, que favorecerán el total y oportuno desarrollo de su ciclo biológico. 7. ACTIVIDADES HUMANAS La apertura de tierras a la agricultura, la explotación maderera, las quemas no controladas, incendios forestales provocados y la presión demográfica como tal, han afectado drásticamente el hábitat del guajolote silvestre, ya que como consecuencia de la pérdida de alimento, cobertura, espacio y árboles de percha, las poblaciones disminuyen en cantidad y calidad. Al haber sucesión vegetal causada por los diferentes disturbios, los hábitos de la especie también se ven alterados, de modo que se les obliga a adaptarse a

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los cambios, a desplazarse a sitios más seguros o inclusive se les condena a la desaparición regional. Aunque no todos los tipos de sucesión vegetal les son desfavorables, cualesquiera cambios que impliquen modificaciones extensas o permanentes del hábitat los afectarán. Es necesario hacer evaluaciones continuas de las poblaciones y del hábitat para asegurar la estabilidad local de la población de la especie, o para detectar a tiempo amenazas de afectación. Debe haber prácticas de manejo periódicas en las áreas de trabajo, y un plan de contingencia que incluya disponibilidad de alimento para el guajolote en caso de catástrofes climáticas. También es recomendable tomar muestras de sangre de ejemplares para determinar el estado de salud de los ejemplares evitando con esto la diseminación de enfermedades, estimaciones de proporción de sexos y edades para asegurar poblaciones sanas y equilibradas, especialmente en entornos donde las actividades humanas son más intensas o prolongadas. Deben monitorearse las áreas de anidación, para la correcta estimación de nacimientos con los subsecuentes reclutamientos, especialmente donde existan actividades humanas cercanas. La densidad poblacional de otras especies, sobre todo las domésticas, también puede ser un indicador de estabilidad para el guajolote, pues se tiene que prever que los depredadores y competidores no rebasen un cierto tamaño poblacional. Las actividades antropogénicas en las áreas de hábitat del guajolote silvestre siempre ocasionan un disturbio ambiental; sin embargo, las condiciones actuales de hábitat disponible han hecho que algunas poblaciones silvestres dependan parcialmente del hombre para el desarrollo de algunas de sus actividades, sobre todo en las épocas críticas del año, en las que la escasez de alimento y agua ocasionan la mortalidad de los individuos. La ganadería a baja escala proporciona beneficios en el sentido de que la implementación de bordos y otros bebederos para el ganado brinda y hace disponible este recurso hacia las especies de fauna silvestre en general. A veces se inducen potreros que no perjudican a los guajolotes pero sí restringen el movimiento de depredadores grandes; además que éstos, al existir ganado en los predios, tienen más cantidad de otro alimento disponible, por lo que el ataque el guajolote puede disminuir. La quema controlada de pastos para aumentar el alimento al ganado también ofrece al guajolote los rebrotes de estos y de otras herbáceas, (alimento de primera calidad, sobre todo para los polluelos); además, las quemas estrictamente vigiladas controlan la densidad de la cobertura vegetal, situación que mientras se restablece la vegetación, da al guajolote facilidad de movilización, visibilidad y mayor posibilidad de escape.

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La rotación de potreros diversifica el alimento disponible y genera diferentes áreas disponibles para el guajolote; es decir, en esos entornos podría escoger según la edad, sus sitios de alimento, recreación, rascaderos y descanso durante el día. El excremento del ganado hace más ricos los suelos, fertiliza las plantas y proporciona proteína a través de la aparición y producción de insectos y anélidos. Por otra parte, los ganaderos que hacen un control de los depredadores de su ganado, involuntariamente regulan con esto las poblaciones de los enemigos naturales del guajolote, ya sea a los depredadores de nidos, de polluelos y por supuesto de adultos (aunque el control de depredadores es un tema delicado por sí mismo y que debe atenderse caso por caso). La vigilancia rutinaria que los propietarios hacen a sus predios para evitar el robo de ganado evita también la cacería furtiva e indiscriminada de guajolote que pudiera presentarse. La agricultura en parcelas pequeñas de cereales, principalmente de maíz y avena, beneficia el crecimiento y desarrollo del guajolote, ya que además de ser alimentos atractivos y altamente palatables, les proporcionan energía, (por el alto contenido de carbohidratos), y reservas de grasa para sus actividades reproductivas y para la reposición del peso perdido después de estas. Porter et al. (1980), en un estudio realizado en Mississippi, mencionan que durante el invierno las nevadas afectan gravemente a las parvadas del guajolote que dependen de la alimentación natural del hábitat, ocasionándoles pérdidas sustanciales de peso y muertes que excedieron el 60%; no obstante, las parvadas que además del alimento natural disponible consumieron maíz no mostraron pérdidas de peso, y en ellas la mortalidad fue menor al 10% de la población. Los aclareos, podas y obras de saneamiento forestal abren áreas que pueden ser utilizadas para las actividades productivas, reproductivas y alimenticias de la especie. Al existir extracción de madera, postes y leña, generalmente se hace un amontonamiento del ramaje, propiciando con su descomposición la producción de insectos y hierba en ese ambiente húmedo; aunado a esto, también se fertiliza el suelo, y un suelo rico en nutrientes aumenta su cobertura vegetal, lo cual coincide con lo reportado por Vander Haegen et al. (1989) en Massachussetts, donde encontraron que durante el invierno parvadas de M. g. silvestris pasan el 54% del día comiendo en las parcelas de cultivos, pastos y en bosquetes abandonados ya cosechados (en los que la descomposición orgánica es alta), ya que los alimentos que allí encuentran son más atractivos que cualquier otro alimento particular disponible en otras áreas de su hábitat. La escasez de alimento aumenta las probabilidades de mortalidad, de apareamietos no exitosos y de anidamientos no logrados en el guajolote silvestre. Pattee y Beasom (1979) sugieren que una técnica de manejo puede ser la suplementación alimenticia, esperando

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con esto la disminución de muertes y el aumento de hembras productoras. Sin embargo, la pertinencia de suplementar con alimento a poblaciones silvestres está sujeta a evaluar sus posibles contraindicaciones ecológicas y hasta éticas. Contrario a esto, el sobrepastoreo reduce consecuentemente el alimento disponible, y la explotación desmedida del bosque derribando los árboles grandes y viejos, que son los preferidos como sitios de percha, pone en riego la permanencia de la especie en el predio o el la región; además que se disminuye la cobertura aérea (sombreo), se reduce también la cantidad de las semillas de pino y de bellotas altamente consumidas por el guajolote. La apertura de grandes áreas a la agricultura impacta gravemente a la especie, ya que además de la pérdida de hábitat por el área de siembra, la superficie colindante también deja de ser usado significativamente y se vuelve un hábitat marginal. El desmonte de chaparrales para siembra de pastos y la apertura de caminos y brechas forestales también afectan seriamente la estabilidad de las poblaciones del guajolote; Holbrook y Vaughan (1985) concluyeron que los caminos no afectan directamente a las poblaciones de guajolote, pero incrementan el acceso de cazadores, lo cual si perjudica a la especie. La cacería furtiva y de subsistencia desmedidas, causadas muchas veces por los mismos propietarios, amigos y parientes de ellos, y la introducción de animales exóticos como perros, gatos y cerdos ferales puede ocasionar inclusive, la extirpación de la especie. Los asentamientos humanos, y las construcciones que esto conlleva, en parajes preferidos por la especie, como cercanías de los manantiales y planos a orilla de lagunas, entre otros, impactan y modifican la biología del guajolote, pues para poder subsistir se tiene que adaptar a los cambios (a veces precariamente). propuesta Indicadores. Presencia de actividades humanas en el predio o región. Un método para evaluar los efectos de las actividades humanas dentro o en contigüidad al hábitat del guajolote silvestre es hacer recorridos periódicos que indiquen la intervención humana mediante la ubicación de comunidades respecto al sitio de muestreo, construcciones y otros tipos de infraestructura, presencia de ganado y número de individuos de éste observados, excretas de ganado y huellas, fuentes de agua y sus usos, estado del bosque (si denota aprovechamiento o explotación forestal), parcelas de cultivo, señalando de que cultivo se trata, dimensiones de la parcela, caminos, brechas o veredas, indicios de cacería, presencia o indicios de depredadores, contaminación y tipo de contaminación, grado de erosión y fecha del muestreo. Es recomendable tomar fotografías de los hallazgos.

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Signos. Sobrepastoreo, aprovechamiento forestal, presencia constante de gente en el área, desplazamiento de las especies de fauna silvestre, reducción de la vegetación original, disminución del tamaño poblacional del guajolote, mortalidad, enfermedades y parásitos. Acciones de manejo. Reducir la competencia, si existen siembras y/o plantaciones, determinar sus efectos, utilizar especies vegetales nativas preferidas por el guajolote silvestre, eliminar o reducir la explotación del ganado, quemas estrictamente controladas, remozamiento (aplastamiento, corte o siega) vegetal de arbustos, manejo de breñales: recolección de madera, mejoramiento de plantas leñosas, podas, mantener los desmontes debidamente controlados, permitir que la sucesión vegetal reponga la vegetación en áreas, verificar que la construcción de fuentes de agua suministre por lo menos un camino de escape hacia y desde el agua, y cercar los depósitos de agua para protegerlas del ganado.

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PAVO OCELADO

Elaboración del documento final A cargo de los participantes Participantes

Fernando González García INSTITUTO DE ECOLOGÍA, A. C. [email protected] Eduardo Morales Valderrama DGVS – SEMARNAT [email protected] Sophie Calme ECOSUR – QUINTANA ROO [email protected] Ricardo Hernández López DGVS –SEMARNAT (moderador) [email protected] Introducción En la Península de Yucatán las aves mayores, entre ellas el pavo ocelado (Meleagris ocellata), constituyen una fuente importante de proteínas en las poblaciones rurales. Así, existe un fuerte interés para fomentar el incremento de sus poblaciones, para permitir su aprovechamiento para el autoconsumo mediante actividad cinegética. De esta manera, tanto la cacería de subsistencia como la cacería deportiva, fincadas en sólidas bases de conocimiento que faciliten su práctica sustentable, se pueden considerar como actividades productivas que brindan beneficios a los pobladores locales por medio del aprovechamiento en unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA). Actualmente se cuenta con información limitada del pavo ocelado y la mayoría de ésta se refiere a regiones de baja perturbación como Calakmul (Campeche) y Tikal (Guatemala). Sin embargo, se sabe que el pavo ocelado es tolerante a ciertas actividades humanas, en particular en zonas de plantaciones y en acahuales, donde las actividades de aprovechamiento se realizan alrededor de áreas destinadas a la conservación. La información existente está dispersa, tanto respecto al conocimiento tanto tradicional como al científico, pero en términos generales se ha reiterado, en diversos espacios, que aún se conoce poco de la historia de vida del pavo ocelado, como para poder establecer un procedimiento adecuado sobre su conservación y aprovechamiento sustentable.

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Este documento se presenta con la mejor información y experiencia generada hasta el momento, e incorpora actividades y procedimientos para contribuir al conocimiento básico de parámetros poblacionales y de hábitat, los cuales permiten establecer lineamientos con referencia a la tendencia de la población y a la conectividad de parches, para determinar de manera razonable una cosecha sustentable que asegure la conservación y uso sustentable del pavo ocelado.

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Parte A. Aspectos de población de la especie No existen datos confiables sobre el ámbito hogareño de esta especie, pero la información obtenida por seguimiento con radiotelemetría en hembras en Tikal, Guatemala, y en machos en Calakmul, Campeche, indican que tanto hembras como machos, por distintas razones y en épocas diferentes, pueden desplazarse distancias que alcanzan varios kilómetros. En Tikal, una hembra con crías tuvo un ámbito hogareño de 1,250 ha (González et al., 1998). En Calakmul, estudios realizados por muestreo de rastros sugieren que los cambios de sitios fuera de la época reproductiva están relacionados con la disponibilidad de frutos y posiblemente con la presencia de depredadores grandes (Calmé, 2004). No existe información sobre la dispersión en esta especie ni sobre las relaciones entre parvadas. Como regla aproximada, decidida a partir de la observación de parvadas en la Reserva de la Biosfera Calakmul, un área viable para una población debería ser, como mínimo, de 5,000 ha. Sin embargo, esta superficie requerida podría ser aún más grande en caso que una UMA determinada presente mayor heterogeneidad y/o menos cobertura forestal. En el caso de UMAs de menor extensión, el contexto fuera de la UMA es crítico para lo que ocurra adentro de ella. Por ejemplo, UMA pequeñas colindantes con ANP son más fácilmente manejables que si están rodeadas por potreros o campos agrícolas (si bien esto implica establecer con efectividad precauciones especiales, a fin de no dañar de manera irreversible, con el uso de aves en UMA, la población del ANP vecina). La abundancia local de la especie es altamente variable, en función de las condiciones del hábitat (cobertura y calidad) y de la presión de cacería. En el centro de la Reserva de Biosfera Calakmul, donde el hábitat se considera óptimo, la población de pavos ocelados alcanza densidades de por lo menos 2.1 individuos por hectárea (210 individuos por km2). Se ha informado de proporciones de sexos de 40% de hembras por 60% de machos en Tikal y la Península de Yucatán; sin embargo, parece dudoso que esta proporción sea natural. Las categorías de edades reconocibles para propósitos prácticos son: juveniles (nacidos en el año), subadultos (nacidos el año anterior) y adultos (en su tercer año o más). La categoría juvenil sólo puede ser contada a partir de junio, cuando eclosionan los primeros huevos, pero los polluelos generalmente se pueden observar a partir de fines de agosto. Esta categoría termina por no ser detectable en diciembre, así que entre enero y las siguientes eclosiones, esta categoría no existe. Es importante mencionar que, debido a la alta mortalidad que existe en los primeros meses, las comparaciones interanuales deben ser interpretadas con cautela si no corresponden a las mismas fechas. Finalmente, es prácticamente imposible distinguir entre hembras subadultas y hembras adultas en campo (Steadman, 1979; Calmé y Sanvicente, 2000). Las categorías que pueden servir en el campo son, entonces: juveniles, hembras, machos subadultos, y machos adultos.

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Al parecer, la madurez sexual se alcanza en el tercer año de vida. Sólo el macho dominante de una parvada se aparea con las hembras, aunque puede haber varios machos adultos asociados en una parvada determinada. Las hembras fecundadas se alejan de la parvada para anidar, generalmente en zonas de bosque maduro. En lugares como Tikal y Calakmul se ha observado una alta depredación sobre los nidos y las hembras. A su vez, los cazadores generalmente reconocen que un macho fecunda en promedio a cuatro hembras; una organización similar se ha observado en una docena de parvadas en Calakmul. Las características de la vegetación donde se desarrollan las actividades de cortejo, despliegue y copulación son muy distintas de la vegetación donde la especie se mueve el resto del año. Durante la época reproductiva, el pavo ocelado prefiere vegetación abierta y, sobre todo, visibilidad al nivel del suelo (0-2 m). Las sabanas y claros en el bosque, por ejemplo, son muy usados en esta época. Las hembras prefieren vegetación con denso sotobosque para la fase de incubación y el inicio de la crianza (hasta que vuelan los polluelos). Aunque las hembras también pueden poner en lugares más abiertos, observaciones en Calakmul y datos de telemetría y seguimiento en Tikal sugieren que la depredación al nido es muy elevada en estas condiciones. Se sabe que la depredación es muy elevada en las primeras etapas de la vida. La depredación es también muy elevada en hembras anidando, lo que parece poco lógico, evolutivamente. Esto sugiere que la depredación observada en la actualidad es quizá promovida por la fragmentación/perturbación del hábitat y las consiguientes altas densidades de depredadores medianos como la zorra gris, el tlacuache, el mapache, entre otros y sin mencionar posibles animales ferales como perros o gatos. La época reproductiva inicia cuando los machos empiezan a vocalizar, a veces desde mediados de febrero, pero más comúnmente a partir de inicio de marzo. Las hembras son fecundadas a partir de mediados de marzo, y las últimas hasta fines de mayo. Cuando pierde su nidada, la hembra puede reunirse nuevamente con la parvada e iniciar otro intento. Los machos pueden cantar hasta mediados de junio, pero a menudo se encuentran solitarios. La incubación dura de 28 a 30 días, por lo que los primeros polluelos eclosionan a mediados de abril. Las últimas nidadas eclosionan a fines de junio o principios de julio. No se sabe si la fecha de eclosión influye en la sobrevivencia. La estrategia tiende a ser la producción de muchas crías (r), debido a la alta tasa de depredación tanto de los huevos como de las crías. Sólo la hembra está involucrada en la incubación y cuidado de las crías. Debido a que los polluelos son nidífugos, el cuidado maternal se limita a proteger las crías contra los depredadores. La estrategia de vida en parvada resulta generalmente orientada hacia minimizar el riesgo de depredación, y es un hecho conocido que las hembras colaboran para el cuidado de los polluelos, aún las que perdieron la nidada (Steadman, 1979; Negreros, 1996). El pavo ocelado es principalmente frugívoro, pero su alimentación es oportunista. Así en áreas perturbadas con presencia de milpas, es común encontrar que el buche esté lleno sólo con maíz. Sin embargo, cuando puede elegir, el pavo prefiere frutos típicos de las selvas conservadas: en particular zapote y ramón (Calmé y Duarte, 2002). El pavo ocelado se puede definir como

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una especie frugívora no estricta, puesto que incluye también en su alimentación semillas, hojas, seudo-bulbos de orquídeas e invertebrados. En cuanto a los polluelos, parecen necesitar una dieta muy rica en proteínas en los primeros tres meses. En las selvas de la Península de Yucatán, donde la vegetación natural forma mosaicos de selvas medianas y bajas, mezcladas a menudo con áreas de pastoreo y campos agrícolas, el muestreo estratificado para evaluar poblaciones y hábitat es claramente recomendable. Sin embargo, la decisión debe tomarse en función de las características de cada UMA (tamaño y tipos de cobertura). El pavo ocelado es más frecuente en la selva mediana, a condición que ésta se halle inmersa en un mosaico que cuente con vegetación abierta, importante para la época de cortejo. Para la escala de UMA individuales, se recomiendan dos tipos de muestreos en transectos: machos (que son el objeto de la cacería) y población total (para contar todos los sexos y estimar reclutamiento). Los conteos de machos son recomendables porque son éstos los individuos más buscados por los cazadores deportivos. Este conteo debería hacerse antes y después de la actividad de cacería. Los conteos de fin de invierno, por su lado, permiten contar virtualmente a todos los individuos, puesto que en esta época todos los sexos y edades se juntan. Además, esto permite estimar el número de individuos nuevos reclutados en la población. Los pavos tienden a preferir los caminos y brechas durante sus horas de actividad, por lo que debe tomarse en cuenta esto si esos lugares se usan para realizar los censos. En particular durante la reproducción, los machos prefieren en efecto estar en la proximidad de ambientes abiertos, entre ellos caminos, por lo que parece razonable usar los caminos durante los censos. Sin embargo, hay que mantener en mente que lejos de los caminos, hay menos individuos y, además, que no existen datos para determinar la relación de densidad relativa. En otras palabras, no se deben usar estos censos en caminos para estimar densidades; pero al menos se pueden estimar índices de abundancia basados en la cuenta total de individuos a lo largo de los transectos. Para estimar la densidad poblacional, deben hacerse muestreos en transectos perpendiculares a los caminos. Es de interés tomar en cuenta que pueden ocurrir eventos estocásticos (incendios, inundaciones, derribo de árboles por el viento) que no tengan que ver con las actividades de la UMA, por ello es recomendable muestrear la superficie de la UMA afectada. Si la UMA es pequeña, entonces un evento estocástico puede efectivamente interferir con las actividades de ésta y destruir el esfuerzo para recuperar una población, por lo cual es recomendable muestrear toda la superficie de la UMA, a fin de tener un panorama integrado de la situación que prevalece. A continuación se mencionan varios factores de la población para la especie que son relevantes y que deben de ser calculados sistemáticamente:

• Tamaño de las parvadas: el tamaño de las parvadas tiene aparentemente una relación directa con la abundancia local de la especie. Esto es muy notable en Calakmul, por ejemplo, donde las parvadas hace 20 años eran más pequeñas que en la actualidad. Existe otro ejemplo espectacular, en la comunidad Carlos Cano Cruz, donde se

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han contado 50 individuos en una fotografía enviada (el autor de la fotografía aseguró que faltaban más individuos que no entraban en la imagen), mientras que la especie formaba parvadas de alrededor de 10 individuos hace unos 20 años. Las implicaciones de datos como estos deben ser valoradas cuidadosamente.

• Número de individuos juveniles reclutados: éste es el indicador por excelencia del éxito de reproducción en el año. Por supuesto, no permite conocer el éxito de eclosión, ni del número de individuos que alcanzan del primer vuelo, pero proporciona información sobre los individuos que lograron pasar exitosamente la etapa de mayor mortalidad.

• Número de machos adultos: debido a que la cacería está enfocada a los machos, es de gran relevancia seguir su variación a través del tiempo. Adicionalmente, los muestreos de machos son de más fácil realización en época de reproducción. Para fines comparativos, se puede medir la abundancia de machos cantores antes y después de la cacería (hacerlo antes, es imprescindible).

• Número de parvadas: junto con el número de individuos por parvada, contar el número de parvadas permite estimar razonablemente el número de individuos total de la población.

• Proporción machos/hembras: existen datos previos sobre poblaciones en crecimiento, por lo que esta variable proporciona un punto de referencia interesante. Para Tikal y la Península de Yucatán, se ha calculado una proporción macho-hembra de 1.5:1. Este dato y los dos anteriores pueden obtenerse fácilmente antes de iniciar la época reproductiva.

No se recomienda hacer el seguimiento de nidos, porque es una actividad altamente perturbadora para las aves y, además, la literatura sobre seguimiento de nidos abunda en ejemplos de especies depredadoras que aprenden a rastrear los olores humanos, aprovechándolos para llegar a los nidos, lo cual aumenta artificialmente la depredación. Como se mencionó más arriba, los conteos de fin de invierno son probablemente los más eficientes, puesto que todos los individuos coinciden (nacidos del año anterior, subadultos y adultos). Hasta hoy no se conocen métodos confiables para incrementar las poblaciones de la especie, a excepción de la veda, que ha sido muy exitosa en Reservas como Calakmul o Tikal. De hecho, sería conveniente vedar la cacería de la especie en prácticamente toda el área de distribución de la especie, con un enfoque espacial o temporal, para intentar la recuperación de poblaciones diezmadas.

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Formato para la acumulación ordenada de datos sobre pavo ocelado. REGISTRO DE DATOS DE LA EVALUACIÓN POBLACIONAL

Nombre de la UMA: Clave de registro: Estado:

Municipio: Localidad mas cercana: Altitud: mnm

MUESTREO

Registro visual longitud del transecto: _____km No. de transecto______

Hora de inicio:_____ Hora de termino:________ Fecha: __________

Ejemplares observados Número de

individuos

Distancia de observación perpendicular al transecto (m)

Tipo de Vegetación M H

MSA J

Clave de edades - M: Macho; H: Hembra; J: Juvenil; MSA: Macho Sub Adulto

Ubique en el plano de la UMA el transecto realizado, señalando las coordenadas UTM del inicio y fin de los transectos.

Condiciones para realizar el transecto:

- El transecto debe tener 3 km de longitud.

- El observador debe avanzar a una velocidad aproximada de un kilómetro por hora.

- El muestreo debe realizarse por un solo observador, a fin de reducir la perturbación al mínimo.

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HABITOS ALIMENTARIOS Tipo de alimento nombre común nombre científico:

Claves de tipo de alimento: Frutos (F): hojas verdes (HV); Flores (FL); Insectos (I); Otros invertebrados (O)

Observaciones:

_____________________________________________________________________

_____________________________________________________________________

_____________________________________________________________________

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Algunos signos de alerta temprana de deterioro poblacional, que deben vigilarse en la operación de una UMA incluyen:

• Tamaño de las parvadas: las parvadas que disminuyen de tamaño indican una tendencia a la baja de la densidad poblacional o, cuando menos, una perturbación del ambiente (depende de la magnitud de la variación del número de parvadas).

• Número de individuos juveniles reclutados: esta variable puede variar de un año a otro, pero debería mantenerse estable sobre períodos de 3-5 años. Un año de bajo reclutamiento puede deberse a varias razones, climáticas o relacionadas con cambios en el ambiente donde viven (deforestación, cacería de hembras, aumento de depredadores o enfermedades). Es importante tratar de aislar el factor que más contribuye al cambio y determinar si se puede mitigar su efecto a través de acciones de manejo.

• Número de machos adultos: esta variable no debería bajar, porque la competencia entre machos para fecundar a las hembras es necesaria para asegurar individuos adaptados a su ambiente (alta adecuación).

Parte B. Aspectos del hábitat de la especie La escala mínima adecuada para el manejo del pavo ocelado es la del paisaje, puesto que esta ave utiliza un mosaico de tipos de vegetación según las distintas etapas de su ciclo de vida. Diversos datos preliminares muestran que, en un análisis de la relación entre la presencia/abundancia del pavo ocelado y el área boscosa para toda la Península de Yucatán, se necesitaría por lo menos 20% de bosque en cuadrículas de 100 km2 para asegurar la presencia de la especie (Calmé y Osorio, 2001). A escala menor, no existen datos. Se deben reconocer los tipos de vegetación y, adicionalmente, otras coberturas como los potreros, las milpas y otros cultivos. Durante análisis preliminares no se encontraron diferencias entre los diferentes tipos de bosque (a excepción de la selva baja inundable) que pudieran explicar la presencia del pavo ocelado, lo que podría simplificar considerablemente las medidas del hábitat (Kampichler y Calmé, datos no publicados). El arreglo de los diferentes tipos de cobertura, sin embargo, es de igual importancia que su composición. El pavo se adapta muy bien en zonas con milpas y pequeños potreros inmersos en extensiones considerables de bosque; sin embargo, la especie no está presente o es muy rara en áreas donde la matriz del paisaje está dominada por grandes campos agrícolas o potreros. La especie es muy flexible en cuanto a sus requerimientos de hábitat natural, en función de su gran adaptabilidad en términos de alimentación. Sin embargo, requiere tipos de vegetación con estructura específica en dos etapas importantes de su ciclo de vida: el cortejo/copulación y la anidación/crianza temprana. Para la primera, se requieren pequeñas áreas abiertas y para la segunda, áreas con buena obstrucción visual al nivel del suelo (lo que corresponde generalmente a selva mediana subperennifolia con sotobosque desarrollado). Es muy importante señalar que la distribución de estas

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coberturas determina su efecto sobre la especie: si forman parches relativamente pequeños, son aprovechados para actividades como el cortejo, o bien para la alimentación (en las milpas), mientras que si son grandes, provocan una pérdida de la conectividad entre parches de hábitat forestal; esto último, a la larga puede provocar problemas por ejemplo en la dispersión de individuos para encontrar pareja, con lo que se afectará la persistencia local de la especie en el largo plazo. La agricultura no mecanizada es compatible con la conservación del pavo ocelado, y podría hasta representar una estrategia de manejo para aumentar las poblaciones en áreas donde el bosque es más escaso, más seco o secundario. En efecto, la dieta de los pavos ocelados en estas circunstancias se compone en alta proporción de productos agrícolas como el maíz, o flores y ápices suaves de frijol y calabaza (Calmé y Duarte, 2002). Otras actividades que no impliquen modificaciones en el uso del suelo también son compatibles con la conservación de la especie, sobre todo si se desarrollan fuera de la temporada de anidación (por ejemplo, la extracción de chicle y la apicultura). La agricultura mecanizada sobre grandes extensiones y la ganadería en potreros inmensos, están directamente ligadas a la extirpación local de la especie, posiblemente a través de la pérdida de rasgos importantes del hábitat y de conectividad, que provoca ese uso del suelo. La expansión suburbana también afecta negativamente la persistencia de la especie, en este caso también por pérdida de hábitat y además, posiblemente, por el aumento de depredadores oportunistas de tamaño mediano como son la zorra gris, el tlacuache, el mapache, el grisón, el yaguarundi y los perros domésticos. La cacería sin control representa una amenaza directa para la especie. Además la construcción de caminos para la extracción forestal, como otro ejemplo, también afecta a la especie, porque se facilita vías de entrada a áreas boscosas para cazadores furtivos y otros depredadores oportunistas. En las selvas del sureste de México, algunas especies de árboles son clave para la supervivencia de la fauna, particularmente durante épocas críticas como la temporada de secas. Estas especies son el ramón (Brosimum alicastrum), el zapote (Manilkara zapota), la chacá roja (Bursera simaruba) y el ekulub/hueso de tortuga (Drypetes lateriflora), entre otras (Calmé y Duarte, 2002). Si bien la chacá roja es común en bosques secundarios, las demás especies son típicas de selvas maduras. Previo a la temporada de reproducción, se ha observado que los pavos pueden consumir grandes cantidades de pequeños caracoles (Calmé y Duarte, 2002), que encuentran típicamente en la selva baja inundable o en la zona de transición entre selva baja inundable y selva mediana. Este comportamiento es bien conocido por los cazadores locales. El pavo tiene numerosos depredadores naturales, mamíferos, aves y serpientes. Aunque se reportan casos de muerte de hembras adultas por mordeduras de serpientes, normalmente ofidios no venenosos de tamaño mayor sólo consumen los polluelos o los huevos. Las aves depredadoras de pavos incluyen las rapaces forestales. Los mamíferos depredadores del pavo ocelado incluyen prácticamente todos los felinos, canidos, mustélidos y prociónidos. La fragmentación del hábitat es un factor que favorece la presencia e incremento de varios de estos depredadores, en particular cánidos

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y prociónidos por lo que, en ambientes con impactos de origen antrópico, la depredación puede resultar más alta que en condiciones naturales, en particular respecto a los nidos. Debe procurarse por todos los medios evitar la presencia de perros y gatos domésticos, escapados y ferales, en sitios donde se intenta conservar o recuperar poblaciones de pavo ocelado. Componentes del hábitat de mayor importancia para la especie en la evaluación de hábitat:

• Cantidad de bosque disponible (excluyendo selva baja inundable). Debido a que la especie no es muy exigente en términos de tipo específico de bosque, con tal de que éste lo sea efectivamente, para propósitos prácticos se recomienda considerar una sola clase de bosque, lo que facilita también el trabajo de los técnicos de campo y evita discusiones semánticas sobre la clasificación usada. Se recomienda calcular las diferencias en este factor entre años de muestreo (positiva o negativa), para dar seguimiento a la tendencia a través de varios años. Si se quiere estimar el número de individuos de pavo ocelado en el predio, esta variable (cantidad - superficie de bosque) debe ser la base, no la superficie total de un predio.

• Conectividad entre parches de bosque: Esto permite saber si los individuos tienen la posibilidad de moverse entre parches, lo que resulta sumamente importante, especialmente si los parches son relativamente pequeños (e. g. <500 ha). Asimismo, este factor complementa la información sobre cantidad de hábitat disponible. Una medida muy sencilla de conectividad sería la cuenta de conectores efectivos entre parches, sobre el número total de “conectores posibles” (existen medidas más refinadas basadas en modelos probabilísticos, pero que son complicadas de implementar). Los cambios en esta variable de conectividad indican el grado de aislamiento y, a través del tiempo, si el aislamiento es progresivo o al contrario, si existe alguna recuperación de conectividad del hábitat.

• Conectividad con bosque en áreas colindantes con la UMA: Se trata de un dato similar al anterior, pero orientado a conocer la conectividad entre parches de bosque en una UMA dada y áreas colindantes Esto es relevante si la UMA no es suficientemente grande como para mantener una población viable. Estos datos se pueden obtener fácilmente a partir del examen de fotografías áreas recientes o de la clasificación de imágenes de satélite (muchas imágenes ahora son gratuitas desde la Internet).

• Densidad (o número) de árboles frutales: Este indicador se toma a la escala del predio (UMA) y es importante para todas las especies de la UMA que son frugívoras. Permite saber cual es la disponibilidad de alimento clave para el pavo y, eventualmente, tomar decisiones de manejo. Este indicador debe medirse en los mismos transectos que sirven para los muestreos de población del pavo. La perspectiva es apreciar comparativamente este indicador, en comparación con el de una selva considerada en buen estado de conservación.

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• Abundancia de depredadores (por especie): Es importante tener un registro de las especies que depredan al pavo ocelado, particularmente en situaciones de paisaje con notoria influencia humana, donde los carnívoros pequeños y medianos tienden a aumentar. El levantamiento de esta información también debe hacerse en los transectos de muestreo de pavo ocelado, usando métodos para seguir rastros. Como no existen datos de base para esta variable, se sugiere seguir sus variaciones (positivas y negativas respecto a un valor inicial) y ver si se relacionan (al menos por regresión lineal simple) con alguna variable de población del pavo ocelado.

El mayor factor de pérdida de biodiversidad es la deforestación, por lo que el indicador de cantidad de hábitat disponible es el más importante elemento de alerta temprana de deterioro del hábitat en UMA. Asimismo, es importante ver si se está perdiendo hábitat viable y, si es así, cómo; de ahí la importancia de monitorear también los cambios de conectividad. Hay dos prácticas sencillas de manipulación del hábitat que podrían emplearse para favorecer a las poblaciones de pavo ocelado: reforestación/creación de conectores y enriquecimiento de hábitat con especies frutales. Parte C. Aspectos sobre cosecha sustentable en el contexto de las UMA Es necesario que, antes de considerar la eventual cosecha de pavo ocelado, con un enfoque de sustentabilidad, se evalúe una serie de condiciones:

1. Requerir a las Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) que tengan un uso diversificado de sus recursos.

2. Requerirles presentar una evaluación poblacional del pavo ocelado, con los criterios que aquí se plantean y con la caracterización del hábitat correspondiente.

3. Exigir que sean sólo los machos adultos, los que estarán sujetos a las actividades de cosecha.

Bases para la congruencia de la cosecha en una UMA con las necesidades y estrategia general de conservación de la especie. La estrategia general de conservación del pavo ocelado debe orientarse a aumentar sus poblaciones o mantener sus tamaños poblacionales estables, de modo que aquellas poblaciones que no muestren patrones estables en su tamaño poblacional o que no muestren aumento, no deben ser aprovechadas. Otro aspecto muy importante es conocer su historia natural local; esto determina muchos procedimientos de evaluación y análisis de las especies. Por ejemplo es necesario conocer su ecología reproductiva, ámbito hogareño, parámetros poblaciones y de alimentación, y mantener en mente el calendario de las distintas actividades de la especie, entre otros aspectos.

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Determinación de viabilidad biológica de la cosecha en el área de una UMA Para este propósito es estrictamente necesario conocer la producción anual de la población para determinar la viabilidad de la cosecha, esto implica que se conozcan al menos los siguientes parámetros: Densidad: número de individuos por unidad de superficie a través de transectos en línea.

• Número de crías producidas por hembra / año.

• Estimación del tamaño mínimo de población local con la que se trabaja (normalmente no restringida al predio de una UMA dada).

• Estimar la tasa de crecimiento potencial.

• Características demográficas de la población: proporción de sexos.

• Número de nidadas por año.

• Éxito reproductivo.

• Calendario de eventos reproductivos.

• Abundancia: número de individuos observables. Nota: Debido a la sensibilidad de la especie durante la anidación, el análisis de productividad se deberá realizar por medio de proyectos de investigación especiales, respaldados por especialistas en el tema y con el respaldo de una institución académica. La información que se genere por los responsables técnicos de las UMA será reportada, pero esta no deberá consistir en observaciones ni visitas deliberadas a los nidos, para evitar generar perturbación en los mismos, que son muy susceptibles a la presencia humana. Con esa información deberá determinarse si la cosecha sustentable es viable. En caso de una determinación negativa, no deberá ejercerse acción alguna para aprovechar la especie. En caso afirmativo de viabilidad, determinación de la cuantía de cosecha sustentable en una UMA: Protocolo de cosecha sustentable Estos modelos aplican al pavo ocelado y a otras aves (todo el grupo de crácidos) pero es necesario generar la información de las variables y, en todo caso, construir modelos de cosecha para cada especie. Calmé (2000) propone un modelo para pavo ocelado, basado en los fundamentos provistos por Robinson y Redford (1991) respecto a varios indicadores demográficos de especies de mamíferos silvestres, para estimar su tasa de aprovechamiento. Sin embargo, en concreto para el pavo ocelado y los crácidos no existe la información adecuada para usar ese modelo como tal; pero se considera posible que, a partir del número de crías producidas por hembra anualmente y de la densidad poblacional, es posible realizar un

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aproximación aceptable de la producción anual (medida de individuos producidos por unidad de superficie). Ésta se define como (P): P = pD*gY Donde D es la densidad poblacional por unidad de superficie, p es la proporción de hembras en la población, g es el número promedio de nidadas por año y, finalmente, Y es el número de juveniles registrado por hembra. Este modelo asume que la tasa de crecimiento y la producción anual es denso-dependiente y que las poblaciones son cerradas. Como no se conocen algunos valores reproductivos, se propone que se utilice la longevidad promedio de las especies como un índice del número de individuos que morirían en ausencia del aprovechamiento (para el caso de crácidos y pavo ocelado se asume que se trata de especies cuya última reproducción ocurre entre 5 y 10 años, por lo que la proporción (tasa) de aprovechamiento puede ser de 0.4; Calmé, 2000). Se menciona como común que, en la Península de Yucatán, se maneje un 0.2 como tasa de aprovechamiento por lo que se recomienda esta tasa por tratarse de especies que aún requieren de investigación sobre su historia de vida. El cálculo de la tasa de aprovechamiento anual seria:

A= frr *P Donde: frr = proporción de la producción anual de la población a cosechar (0.2; se trata de especies longevas suponiendo que la última reproducción ocurre a más de 10 años de edad). P= producción anual Debe aclararse que este modelo aún debe probarse para el pavo ocelado, en el sentido de determinar las ventajas para el manejo y aprovechamiento de las Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA), bajo un esquema de manejo adaptativo. Periodicidad y calendario de las actividades de cosecha en una Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA). Se trata de un solo evento al año, después de la época reproductiva. Los macho adultos son los únicos individuos que estarán sujetos a la cosecha.

ene feb Mar abr may jun jul ago sep oct nov dic

Pavo ocelado

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Distribución de las actividades de cosecha en el predio de una Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) La cosecha se realizará sólo en las áreas que hayan sido autorizadas en el plan de manejo. Modos de cosecha aceptables, incluyendo métodos de trabajo y previsiones para la cosecha diferencial por sexos y edades, si aplica al caso. La cosecha se hará sólo en los periodos especificados y sólo sobre ejemplares que muestren evidencia clara de ser individuos machos adultos. Protocolo recomendado para el monitoreo de población y hábitat orientado a detectar sus tendencias en una UMA donde se practique la cosecha de la especie

1. Se requiere de al menos cinco años de trabajos de monitoreo para establecer tendencias poblacionales y su relación con diversos componentes del hábitat.

2. La información mínima a recabar es la que se ha definido más arriba, para la evaluación de población y del hábitat.

Evaluación de población: Para esta actividad se recomienda el método de transecto lineal (Buckland et al., 2001) que se ha utilizado para crácidos como el pavón (Oreophasis derbianus) y que puede aplicarse a todas las especies de crácidos. Debido a la experiencia adquirida con pavón y pavo ocelado, este método puede aplicarse en general a todos los Phasianidae, desde luego teniendo en consideración las diferencias de la historia de vida propias de cada especie. Para aplicarlo, en general es necesario observar las siguientes consideraciones:

• Realizar una clara identificación de la especie a estudiar.

• Procurar que las diferencias entre observadores no sean un factor de error. Para evitar este sesgo se recomienda el entrenamiento del observador en estos procedimientos; insistiendo en que sea un solo observador en cada muestreo y que éste sea siempre el mismo individuo.

• El esfuerzo de muestreo debe ser adecuado para detectar la especie y para obtener las estimaciones con la precisión deseada.

• Las diferencias de detectabilidad deben ser mínimas entre muestreos.

• No es conveniente iniciar el transecto lineal en el borde de la UMA; el diseño del muestreo debe considerar criterios para la elección de los

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transectos, conforme a los diferentes tipos de hábitat, estratificándolo de manera clara.

• Para la definición del número de transectos a aplicar en el área que ocupa la UMA, se recomienda considerar que estos transectos abarquen la mayor cantidad posible de la superficie y tipos de hábitat de la Unidad (aun cuando, como se dijo arriba, eventualmente puede darse el caso de considerar “bosque” como único tipo de vegetación).

• El transecto lineal debe tener un mínimo de tres kilómetros de longitud, y en éste se registrará la distancia perpendicular de cada individuo observado, respecto al transecto (Buckland et al., 2001).

En cuanto al tamaño de la muestra, para efectos estadísticos se requiere el registro de al menos 40 individuos (fuera del pavo ocelado, para otras aves como crácidos es posible que no se cumpla esta consideración, por ejemplo para el hocofaisán). Sin embargo, existen algunos programas (DISTANCE, Buckland et al., 1993) en los que es posible aplicar modelos que permiten el análisis de datos que no cumplen con esta condición por lo que, al menos con base en la experiencia obtenida con el pavón, se recomienda que el transecto tenga una longitud mínima de tres kilómetros. Es necesario generar información para conocer la variación estacional de las poblaciones del pavo ocelado en la UMA, y sus hábitos alimenticios y reproductivos. La información mínima necesaria es la siguiente:

• Densidad de aves.

• Proporción de sexos.

• Período reproductivo: inicio y final.

• Mortalidad por clases de edad (las clases definidas al principio de este texto).

• Eventos reproductivos.

• Madurez sexual.

• Tasa de depredación. Para la evaluación de hábitat se sugiere seguir los procedimientos propuestos por Ralph y colaboradores (1996). Finalmente, para el análisis de los hábitos de alimentación del pavo ocelado, se recomienda que se establezcan convenios entre la Dirección General de Vida Silvestre e instituciones académicas, para que bajo un método claro, los organizadores cinegéticos conserven los buches de los pavos en frascos con formol al 10% (proporcionados por la UMA) para que, posteriormente se analicen sus contenidos en busca de información precisa. Esta misma medida puede aplicarse a otras especies de aves. Indicadores del efecto de la cosecha sobre la población y el hábitat, y protocolo recomendado para su seguimiento y evaluación.

• Decremento en el tamaño estimado de la población.

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• Alta mortalidad debida a depredación o a otros fenómenos como el furtivismo.

• Evidencia de movimientos estacionales altitudinales.

• Cambios de uso de suelo

• Cambios en la proporción sexual.

• Bajos números de reclutamiento de juveniles. Los productos de esta información son:

• Evaluación estacional de las capturas.

• Evaluación de las condiciones de salud de los ejemplares aprovechados.

• Información sobre la alimentación.

• Evaluación de la cantidad de bosque disponible (excluyendo selva baja inundable).

• Evaluación de la conectividad entre parches de bosque, especialmente de la conectividad con bosque en áreas colindantes con la UMA.

• Densidad (o número) de árboles frutales en el predio de la UMA y sus alrededores.

• Abundancia relativa de depredadores (por especie) Parte D. Recapitulación y recomendaciones Criterios y métodos para el ajuste progresivo de la cosecha en una UMA (incluyendo el caso de su eventual suspensión) con base en los resultados del monitoreo de población y de hábitat.

a) No cosechar si no se cuenta con los parámetros mínimos de la productividad de la población.

b) En un fenómeno natural severo (huracán, incendio u otros) suspender la cosecha hasta obtener información que evalúe el estado de la población y su hábitat.

c) Suspender la cosecha cuando se detecte una disminución en el reclutamiento de juveniles.

d) Disminuir la tasa de aprovechamiento cuando la productividad de la población disminuya.

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Formatos recomendados. Nombre de la UMA: Clave de registro: Estado:

Municipio: Localidad mas cercana: Numero consecutivo de ejemplar

Nombre común Nombre científico Peso (gramos)

Numero de cintillo Sitio de cosecha (especifique el sitio exacto donde cobro la presa)

Sexo* Fecha

Uso que se dará al ejemplar cobrado (marque con una X)

Contenido del buche**

Exportación del trofeo

Autoconsumo Trofeo

Intercambio Repoblación Reintroducción

Numero consecutivo de ejemplar

Nombre común Nombre científico Peso (gramos)

Numero de cintillo Sitio de cosecha (especifique el sitio exacto donde cobro la presa)

Sexo* Fecha

Uso que se dará al ejemplar cobrado (marque con una X) Contenido del buche**

Exportación del trofeo

Autoconsumo Trofeo

Intercambio Repoblación Reintroducción

* Especifique el sexo de la presa cobrada M: macho H: hembra

** Frutos (F): hojas verdes (HV); Flores (FL); Insectos (I); pequeños mamíferos (PM); Reptiles

Parte E. Bibliografía Calmé, S. 2004. The forgotten Maya idol: Update on the ocellated turkey. In:

122nd Stated Meeting of the American Ornithologists' Union and 2004 Meeting of the Society of Canadian Ornithologists, Quebec, Canada. 17-21 ago. Pp. 183.

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Calmé. S. y M. Osorio. 2001. Modeling Ocellated Turkey’s distribution and abundance using human population data and vegetation land cover. In:

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CXVIX Meeting of the American Ornithologists' Union, Seattle, USA. 16-18 ago. Pp. 149.

Calmé, S. y M. Sanvicente. 2000. Distribución actual, estado población y evaluación del estado de protección del pavo ocelado (Agriocharis ocellata). Informe final. CONABIO, México.

Duarte Ubaldo, I. E. 2005. Aspectos zoosanitarios de la interacción entre fauna silvestre y animales domésticos en una comunidad maya de la región de Calakmul. Tesis de maestría en ciencias, El Colegio de la Frontera Sur, México.

González, M. J., H. B. Quigley y C. I. Taylor. 1998. Habitat use and reproductive ecology of the Ocellated Turkey in Tikal National Park, Guatemala. Wilson Bulletin, 110: 505-510.

Howell, S. N. G. y S. Webb. 1995. A Guide to the Birds of Mexico and Northern Central America. Oxford University Press, Oxford.

Negreros, P. M. 1996. Reproducción y supervivencia del pavo ocelado (Meleagris ocellata) en el Parque Nacional Tikal, Guatemala. Tesis de Biología, Universidad del Valle de Guatemala.

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HOCOFAISÁN Y OTROS CRÁCIDOS Elaboración del documento final A cargo de los participantes Participantes

Fernando González-García INSTITUTO DE ECOLOGÍA, A. C. [email protected] Eduardo Morales Valderrama DGVS – SEMARNAT [email protected] Sophie Calmé ECOSUR – QUINTANA ROO [email protected] Ricardo Hernández López DGVS – SEMARNAT (moderador) [email protected] Introducción En todo el mundo existen alrededor de 50 especies de crácidos, con origen probable en Mesoamérica y el Sur de Norteamérica (Brooks y Strahl, 2000). Los crácidos, al igual que muchos grupos de la fauna silvestre, han sido afectados por el creciente deterioro del hábitat y por la sobreexplotación de sus poblaciones, a través de la cacería deportiva y de subsistencia, y del comercio. Estos factores han incidido diferencialmente entre las diversas especies de crácidos, siendo quizás las menos afectadas las especies del género Ortalis (Begazo, 1997). La mayoría de los crácidos se encuentran amenazados o en peligro de extinción a nivel global (Brooks y Strahl, 2000). Otros pueden enfrentarse a la extinción local o regional (González-García et al., 2001)

Desde el punto de vista de la conservación, los crácidos son particularmente importantes porque tienen requerimientos altamente específicos de hábitat y porque desempeñan un papel crítico en la dinámica de las comunidades vegetales a través de la dispersión y depredación de semillas (Ërard y Théry, 1994; Théry et al., 1992). Sin embargo, ésta dinámica compleja de la dispersión y depredación de semillas continúa poco estudiada y entendida (Silva y Strahl, 1991). Además, los crácidos suelen ser un aporte importante de proteínas para los campesinos, comunidades indígenas de Latinoamérica y para vertebrados depredadores, como felinos y aves de presa (Redford y Robinson, 1991; Silva y Strahl, 1991; Jorgenson, 1997).

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En México existen 8 especies de crácidos: Ortalis vetula (chachalaca), Ortalis poliocephala (chachalaca mexicana o copetona); Ortalis leucogastra (chachalaca vientre blanco); Ortalis wagleri (chachalaca pacífica); Penelopina nigra (pajuil); Penelope purpurascens (cojolite o choncho); Oreophasis derbianus (pavón) y Crax rubra (hocofaisán). González-García y colaboradores (2001) en una revisión del conocimiento y estado de conservación de los crácidos mesoamericanos, entre otras conclusiones, asientan que es necesario desarrollar trabajos sobre distribución, estimaciones de densidad y abundancia, comportamiento reproductivo, uso y aprovechamiento, y estudios de cambios en la cobertura vegetal. La Norma Oficial Mexicana NOM-059 (Semarnat, 2001), define la situación de riesgo en la que se encuentran los siguientes taxones de crácidos:

• Ortalis leucogastra: sujeta a protección especial (Pr); no endémica. • Penelope purpurascens: Amenazada (A); no endémica. • Penelopina nigra: Amenazada (A); no endémica • Crax rubra: Amenazada (A); no endémica • Crax rubra griscomi: En peligro de extinción (P); endémica • Oreophasis derbianus: En peligro de extinción (P); no endémica

Este es el marco general de las especies que corren mayor riesgo en este grupo de aves. Aunque otras especies de chachalacas no se encuentran en la lista de la NOM-059, debe permanecerse atento a las tendencias de sus poblaciones en México. En un examen preliminar sobre el uso y aprovechamiento de los crácidos en México, se tiene registro de su aprovechamiento desde 1999 (temporada 1999-2000), en donde sólo se han aprovechado el Cojolite o Choncho (Penelope purpurascens), el Hocofaisán (Crax rubra), la Chachalaca mexicana o copetona (Ortalis poliocephala) y el Pajuil (Penelopina nigra). Las especies por las que se ha mostrado mayor interés han sido para el Cojolite y el Hocofaisán, después le siguen en importancia la Chachalaca copetona y el Pajuil. No es común que las UMAs cobren la totalidad de las cantidades autorizadas, de modo que al observar el final del periodo, sólo se aprovechan pequeñas fracciones de lo autorizado. El aprovechamiento del Hocofaisán y la Pava Cojolite se concentra en el estado de Campeche. Para la chachalaca copetona, el aprovechamiento sólo se realiza en Jalisco y un caso en Morelos. Aquí se presenta información generada hasta el momento, e incorpora actividades y procedimientos para contribuir al conocimiento básico de parámetros poblacionales y de hábitat de los crácidos, los cuales permiten establecer lineamientos con referencia a las tendencias de sus poblaciones, para abordar el tema de la determinación de viabilidad y, en su caso, las

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características de una cosecha sustentable que asegure su conservación y permanencia de su posibilidad de uso en el largo plazo. Parte I. Aspectos de población de la especie (o grupos de especies) De las diferentes especies de crácidos que existen en México, el más conocido respecto a en su historia de vida es el pavón (Oreophasis derbianus). Para el resto de las especies los trabajos son escasos. Para mayores detalles sobre algunos aspectos de la historia natural de los crácidos mexicanos, véase González-García et al., 2001). Por lo general, las actividades de manejo de una población de crácidos en México están reducidas a lo que pueda hacerse dentro de cada Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA); la mayoría de las cuales tienen características heterogéneas respecto a su tamaño y tipos de vegetación, entre otras. Se sugiere que la escala adecuada para establecer actividades de manejo poblacional sea la del paisaje, lo que permite considerar conjuntamente las áreas adyacentes a la UMA, para una mejor detección de la organización espacial de fragmentos clave para cada especie, tal que permita mantener la unidad de la población y determinar, ante la ausencia de información ecológica detallada, al menos un área mínima para sostener una población viable (Calmé, 2000). Como se ha referido, el conocimiento biológico de los crácidos es limitado y, para la evaluación poblacional de cualquier especie, una condición es conocer con el mayor detalle posible su historia natural, parámetros poblacionales básicos y su biología reproductiva. Para comprender cuando menos la condición inicial de la cual se parte localmente y reconocer algunas tendencias básicas de la población, se recomienda emplear el método de transecto en línea (Buckland et al., 2001). Se considera que éste puede aplicarse para todas las especies de crácidos, por tratarse de aves grandes y cuya detectabilidad (determinada por sus hábitos) permite utilizar este método. Transecto de línea

En la literatura reciente, el uso del método de transecto de línea se ha incrementado. El método de transecto de línea, junto con el método de transecto en puntos, pertenecen al campo del muestreo basado en distancias de avistamientos (Distance Sampling Theory; Buckland et al. 1993, 2000, 2001). En muestreos de transecto de franja se asume que la franja entera resulta censada, mientras que en el muestreo de transecto de línea, uno debe asumir únicamente que una estrecha franja alrededor del centro de la línea es censada: esto es, excepto cerca del centro de la línea, no hay seguridad de que todos los objetos son detectados. Normalmente los transecto de línea se colocan al azar y su longitud (L) es conocida. En la práctica, se considera un número de transectos parciales de longitudes l1, l2, …lk y su longitud total se denota como L (véase Figura 1).

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Figura 1. Un diseño posible para una UMA de superficie reducida. El transecto “a” mide un kilómetro y el transecto “b” mide dos kilómetros. El valor de L será

la suma de las longitudes. Las distancias desde la línea a cada animal detectado pueden medirse

de la siguiente manera: 1) la distancia de detección del animal perpendicular (x) al transecto, o 2) la distancia radial (r) y el ángulo (θ) del observador al animal (Figura 2). Aún cuando varios individuos fuera de la línea pueden no ser detectados, si las distancias son registradas exactamente, pueden obtenerse estimaciones confiables de densidad (Buckland et al., 1993).

Una vez aplicado el método, se tiene el número de animales contados y alguna medida de distancia (radial o perpendicular) para cada animal observado. Para convertir este conteo a un valor de densidad, es necesario tener un modelo que relacione las observaciones y distancias con el centro del transecto. La idea básica es que la probabilidad de detectar a los animales disminuye conforme aumenta la distancia perpendicular de éstos al transecto. Este concepto es llamado curva o función de detección y es representado como g(x), la cual describe la probabilidad de detectar a un animal dependiendo de su distancia perpendicular al centro del transecto. Generalmente, la función de detección decrece con el incremento de la distancia. Usualmente suponemos que g(0) = 1, es decir que los objetos sobre la línea son detectados con seguridad (probabilidad de 1) (Buckland et al., 1993).

a

b

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a

r x

o l

θ

Figura 2. Esquema del método de transecto de línea. l (longitud del transecto), a (animal), o (observador), θ (ángulo), r (distancia radial), x (distancia

perpendicular) (Tomado de Abundis, 2006).

Existen en el modelo tres supuestos principales y la validez de éstos permite al investigador o manejador hacer inferencias razonables a partir de la densidad de la población muestreada. Pero antes de describir los supuestos específicos, deben considerarse dos prerrequisitos:

a) se parte de que una población comprende objetos de interés los cuales están distribuidos en el área a ser muestreada de acuerdo a un proceso estocástico. En particular, no es necesario que los objetos estén distribuidos al azar (distribución de Poisson), sino lo que importa es que las líneas o puntos de conteo se hallen colocadas al azar con respecto a la distribución de los objetos, cualquiera que esta sea;

b) las líneas de muestreo son colocadas al azar y una muestra de n objetos puede ser detectada, medida y registrada (Buckland et al., 1993).

Ahora bien, los supuestos específicos que hace el modelo son: Supuesto 1: los objetos sobre la línea son detectados con certeza.

Se da por hecho que todos los objetos a distancia cero son detectados, lo cual puede expresarse como g(0) = 1. En la práctica, la detección sobre o cerca de la línea debe ser segura. En el diseño de los muestreos deben considerarse vías que aseguren que este supuesto se cumpla. Supuesto 2: los objetos son detectados en su ubicación inicial

En estudios de animales móviles es posible que un animal se mueva de su ubicación original alguna distancia, previamente a ser detectado por el

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observador. La medida resultante reflejaría, en ese caso, la distancia, desde la línea hasta la ubicación de la detección, no a la posición original del animal. Si el movimiento ocurre en respuesta al del observador, la estimación de la densidad estará sesgada a una subestimación. Idealmente el observador sobre la línea del transecto intentará minimizar la evidencia de su propio movimiento, para lograr una observación de animales aceptable, en el área investigada. Supuesto 3: las medidas son exactas.

Idealmente, las distancias registradas deben ser exactas, sin errores de medición. En la realidad, el caso de las mediciones puede significar un problema (por ejemplo, una fuerte tendencia a sobrestimar distancias usando cálculos oculares aproximados). Los métodos de campo deben considerar esto, para minimizar el sesgo; existen equipos electroópticos como los Range Finder, que pueden brindar apoyo en esta tarea.

Existen otros aspectos de la teoría del muestreo de transectos basado

en distancias de avistamiento, que también pueden considerarse como supuestos. El supuesto que las detecciones son estadísticamente eventos independientes se menciona con frecuencia. Si las detecciones son un tanto dependientes entre sí, entonces las varianzas teóricas resultarán subestimadas. Algunos autores mencionan que un objeto no debe ser contado más que sobre un transecto. Si en el muestreo de transecto de línea un animal se mueve más rápidamente que el observador y es contado repetidamente, la abundancia será sobreestimada (Buckland et al., 1993). La fórmula para estimar la densidad, con este método, es:

Lfn

2)0(⋅

=

donde f(0) es la función probabilística de densidad, a una distancia de cero metros. Para estimar el parámetro f(0), diversos autores han desarrollado numerosos modelos (Burnham et al., 1980; Tilghman y Rusch, 1981). En la actualidad, programas de cómputo como DISTANCE (Thomas et al., 2003) permite a los investigadores obtener de manera más sencilla estas estimaciones para referirlas con mayor prontitud a la biología y características del hábitat de la población bajo estudio. Otras recomendaciones para el uso del método basado en detección de distancias referidas a un transecto.

1. Identificación de la especie. El observador o manejador debe de estar necesariamente familiarizado con la especie a evaluar, de tal modo que la identificación sea correcta y no existan dudas de las especies de interés durante el recorrido.

2. El esfuerzo de muestreo debe de ser adecuado para detectar a la especie, ya sea de forma auditiva y/o visual, con el fin de obtener

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estimados con la precisión deseada. Por otra parte, en un contexto en el que no se cuenta con mucha información, se recomienda que el esfuerzo de muestreo sea mensual durante un ciclo completo, es decir, al menos durante un año (sin embargo, se recomienda enfáticamente un período de 5 años consecutivos), con la finalidad de conocer la variación estacional de las poblaciones en la UMA.

3. Las diferencias en cuanto a experiencia en el conocimiento de las especies de interés entre los observadores debe de ser mínimas o justificadas. De preferencia, el observador debiera ser siempre la misma persona.

4. Si el trabajo tiene enfoque comparativo incluyendo más de una especie, tendrá que suponerse que las diferencias en la detectabilidad entre especies son mínimas.

5. Se recomienda no iniciar el transecto en el borde de la Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA); una distancia alejada del borde entre 50 y100 metros puede ser adecuada. En la medida de lo posible, los transectos deben establecerse al azar y ser lineales, como el nombre del método lo indica: transectos en línea. Sin embargo, muchas veces, esto no es posible, dada las características y topografía de los sitios de estudio. Por lo general se hace uso de veredas o senderos ya establecidos, los cuales generalemente no son transectos lineales. Sin embargo, es lo más práctico. Si este es el caso, se sugiere que los muestreos en dichas veredas usadas como transectos, se lleven a cabo al azar, para evitar sesgos de parte del observador y/o manejador. El transecto puede cubrir diferentes tipos de hábitat.

6. Transecto mínimo de tres kilómetros de longitud sin ancho fijo. Se espera que el diseño del muestreo cubra la mayor superficie posible de la UMA y los diferentes tipos de hábitat. De preferencia y de ser posible se recomiendan al menos tres transectos de 3 km de longitud cada uno, pero dependerá del tamaño y de las características de la cobertura vegetal de la UMA. De ser necesario, y para cubrir al menos una longitud de tres kilómetros, se puede dividir la longitud en transctos de uno o dos kilómetros, por ejemplo (Ver Figura 1). No obstante los transectos deben estar suficientemente separados, para evitar contar dos veces a los mismos individuos. Los muestreos se deben llevar a cabo idealmente temprano por la mañana (7-10 de la mañana), aunque también es posible, realizar otro muestreo por la tarde (4-6 de la tarde).

7. El tamaño de la muestra debe ser en función de la historia de vida de la especie, el ámbito hogareño o los tipos de vegetación en la UMA. Para el análisis de los datos (usando el programa DISTANCE) se requieren al menos 40 individuos registrados durante los recorridos., Sin embargo para algunas especies , las densidades son pequeñas por lo que esta condición no se logra, lo que requiere de ajustes en su análisis.

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Se esperaría que, mediante el desarrollo de este método, se obtuviera la siguiente información para conocer la condición inicial y las principales tendencias de la población de crácidos en una UMA y sus alrededores:

• densidad a través del uso de transectos en línea • proporción de sexos • periodo reproductivo: inicio y final • sistema social: monógamos, polígamos • mortalidad por clases de edad • abundancia • tamaño de la población • estimación del tamaño mínimo de población: • estimar la tasa de crecimiento potencial • número de crías producidas por hembra/ año.

Se esperaría que, además, pudieran determinarse con otros procedimientos adecuados:

• número de nidos

• número de nidadas

• número de juveniles registrado por hembra

• longevidad

• éxito reproductivo

• eventos reproductivos

• madurez sexual

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El formato propuesto, para evaluar la población de crácidos en una UMA y sus alrededores, incluye varios componentes: La primera parte especifica los datos mínimos necesarios que deben generarse durante el recorrido en cada transecto. Se ha especificado que se tomen datos del(los) individuo(s) detectado(s) como registros visuales y/o escuchado(s), pues mientras que es posible observar directamente a algunas especies, a otras sólo es posible identificarlas a través de sus vocalizaciones. Se recomienda que se registren ambos datos, esto también permitirá que sean probados comparativamente, en cuanto a su precisión y aplicabilidad. En la sección de “parámetros demográficos” se asientan aquellos datos que deben calcularse una vez que termine el trabajo de campo. La sección de hábitos alimentarios se ha propuesto para aprovechar los casos en los que se registren estos fenómenos; se pide que, mediante iniciales, se especifiquen los recursos alimentarios utilizados: Frutos (F); Hojas verdes (HV); Flores (FL); Insectos (I); Pequeños mamíferos (PM); Reptiles (R); Otros (O, describiendo lo necesario). Se espera que se esta información se registre tanto durante el recorrido de cada transecto lineal como durante el traslado a éstos, en otras áreas.

REGISTRO DE DATOS DE LA EVALUACIÓN POBLACIONAL (Llenar este formato por especie) Nombre de la UMA: Clave de registro: Estado:

Municipio: Localidad más cercana: Altitud: mnm

Nombre común: __________________:___ Nombre científico: _______________________

MUESTREO Registro visual longitud del transecto: ___________km No. de transecto______ Hora de inicio:______ Hora de termino:________ Fecha: __________

Ejemplares observados* Número de individuo

distancia de observación (m) Tipo de Vegetación

M H J S/S 1

2

3

4

5

* M: Macho; H: Hembra; J: Juvenil; S/S: Sin Sexar

Ubique con un trazo a escala en el plano de la UMA el transecto realizado, señalando las coordenadas UTM.

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Registro auditivo Longitud del transecto: ___________km No. de transecto______ Hora de inicio:______ Hora de termino:________ Fecha: __________

Ejemplares observados* Número de individuo distancia de detección (m) Tipo de Vegetación

M H J S/S 1

2

3

4

*M: Macho; H: Hembra; J: Juvenil; S/S: Sin Sexar Ubique con un trazo a escala en el plano de la UMA los transectos realizados, señalando las coordenadas UTM.

Condiciones para realizar el transecto:

El transecto debe de tener al menos 3 Km. de longitud. El observador debe de avanzar aproximadamente a un kilómetro por hora, es decir un transecto de 3 km debe ser recorrido en tres horas aproximadamente. Debe de ser un solo observador, el que genere los datos.

PARÁMETROS DEMOGRÁFICOS Número de parejas: ______ Número de nidos activos: ______ Número de nidos inactivos: ______ Número de nidadas (número de huevos en el nido): _______ Número de huevos infértiles o no eclosionados:______ Número de puestas por temporada de reproducción: _______ Número de huevos eclosionados. ____________ Número de crías producidas por hembra/ año________ Éxito de reproducción: ______ individuos por pareja

Tasa de natalidad: __________ individuos por pareja Tasa mortalidad: __________ individuos por pareja Tasa de sobrevivencia: _________ individuos por pareja Tasa de reclutamiento: ________ individuos por pareja HÁBITOS ALIMENTARIOS Tipo de alimento Nombre común Nombre científico:

Claves: Frutos (F): Hojas verdes (HV); Flores (FL); Insectos (I); pequeños mamíferos (PM); Reptiles (R), Otros (O, describiendo lo necesario).

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Parte B. Aspectos del hábitat de las especies (o grupos de especies) Es necesario contar con una caracterización del hábitat en las Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) como condición de inicio para su manejo. Es importante un hábitat nativo bien conservado para los crácidos, en términos de cobertura, abundancia y densidad de la vegetación, o al menos con la estructura vertical que incluya por lo menos dos estratos (árboles y arbustos) los cuales son importantes para el cortejo y la anidación. Es elemental que cuenten con espacios del bosque donde se puedan ocultar o en todo caso los parches deben de ser continuos y conectados. Las chachalacas y el pavo ocelado son más tolerantes a áreas perturbadas, pueden interactuar en plantíos, sin embargo sólo usan estos sitios para alimentarse pero el resto de su ciclo de vida requiere de hábitat conservado. La presencia y distribución de especies vegetales que forman parte de la dieta, puede determinar la distribución local de la población y su tamaño, por lo que es necesario medir la riqueza de la flora y el índice de diversidad de la vegetación. Por ejemplo, el pajuil construye su nido en árboles (Cupressus lusitanicus, Dendropanax arboreus, Eugenia volcanicola, Symplococarpon purpusii), en helechos (Alsophila shaedeana, Cyathea fulva, Dicksonia gigantea, Gleichenia bancrofti) y entre bejucos, zarzas y arbustos. Por otra parte, se alimenta de frutos de varias especies (Ardisia compressa, Chamaedorea sp., Cinamommon sp, Citharexylum moccinni, Conostegia volcanalis, Dendropanax populifolius, Eugenia vulcanicola, Glossostipula concinna, Hedyosmun mexicanum, Hoffmania machrophonia, Licaria alata, Miconia sp., Morus insignis, Nectandra reticulata, Oreopanax capitatus, Persea, sp., Prunnus tetradenia, Rhamnus capraefolia, Rubus urticaefolius, Saurauia madrensis, Symplococarpon purpusii, Trema micrantha, Trophis sp., y Urera caracasana). Los crácidos requieren de fuentes de agua, que pueden ser arroyos, aguajes o el agua que se acumula en las bromelias. Esto es un factor crítico en zonas de selva baja subcaducifolia. Parte C. Aspectos sobre cosecha sustentable en el contexto de las UMA 1. Se requiere que las Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) tengan un uso diversificado del uso de sus recursos, por lo que la simple pretensión de fomento y cosecha de crácidos no es suficiente como programa de trabajo para la conservación en una UMA. 2. Debe presentarse una evaluación poblacional con los criterios planteados y una caracterización suficiente del hábitat, su estado y tendencias. Bases para la congruencia de la cosecha en una UMA con las necesidades y estrategia general de conservación de la especie (o grupo de especies afines).

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La estrategia general de conservación de las especies de crácidos es aumentar sus poblaciones o mantener sus tamaños poblacionales estables, de modo que aquellas poblaciones que no muestren patrones estables en su tamaño poblacional o que no muestren aumento, no deben ser aprovechadas. Otro elemento muy importante es conocer la historia natural de las especies lo cual determina muchos procedimientos de evaluación y análisis de las especies, por ejemplo, como ya se ha citado, no se conocen muchos aspectos de los crácidos en México y es imprescindible tener una idea clara acerca de su ecología reproductiva, (época de reproducción), ámbito de actividad, parámetros poblaciones, dieta y, entre otros temas, los aspectos socioeconómicos de la caza. Determinación de viabilidad biológica de la cosecha en el área de una UMA Como se ha referido, el conocimiento de los crácidos es limitado, sin embargo, cabe mencionar que es estrictamente necesario conocer la producción anual de la población, para estar en condiciones de determinar la viabilidad de la cosecha; esto implica que se conozcan al menos los siguientes parámetros:

• Densidad, utilizando transectos en línea.

• Número de crías producidas por hembra al año.

• Estimación del tamaño mínimo de población.

• Estimación de la tasa de crecimiento potencial.

• Proporción de sexos y sus variaciones.

• Número de nidadas por hembra.

• Éxito reproductivo de los nidos.

• Calendario de los eventos reproductivos.

• Distribución y abundancia locales. Se recomienda haber realizado un esfuerzo de muestreo mensual, por un mínimo de dos ciclos anuales, previo a hacer una solicitud de cosecha. Esto implica que al realizar sus trabajos de operación de la Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA), el responsable debe asumir el compromiso de garantizar un trabajo de monitoreo poblacional y de hábitat por al menos 5 años, tal que permita una estimación razonable de las tendencias de la población. En caso afirmativo de viabilidad, determinación de la cuantía de cosecha sustentable en una UMA: Protocolo de cosecha sustentable En general, los modelos descritos son aplicaables a todo el grupo de los crácidos (y, como se ve en otro documento, también al pavo ocelado) pero es necesario generar la información local de las variables y, en todo caso, construir modelos locales de cosecha, por especie.

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Calmé (2000) propone un modelo, generalizando y adaptando a partir de otro previo, de Robinson y Redford (1991, en el que se contemplan varios indicadores demográficos de especies de mamíferos silvestres para estimar su tasa de aprovechamiento). Sin embargo, para los crácidos y pavo ocelado no existe la información adecuada y suficiente para usar este modelo, por lo que considera posible que, a partir del número de crías producidas por hembra anualmente y de la densidad poblacional, se pueda realizar una aproximación aceptable de la producción anual (medida de los individuos producidos por unidad de superficie) que se define como: P = pD*gY Aquí, D es la densidad poblacional por unidad de superficie, p es la proporción de hembras en la población, g es el número promedio de nidadas por año y, a su vez, Y es el número de juveniles registrado por hembra. Este modelo asume que la tasa de crecimiento y la producción anual es denso-dependiente y que las poblaciones son cerradas. Como no se conocen algunos valores reproductivos de las especies de crácidos de interés, se propone que se utilice su longevidad promedio como un índice del número de individuos que morirían, aún en ausencia del aprovechamiento, de lo que puede estimarse que, para el caso de crácidos, se trata de especies cuya última reproducción ocurre entre 5 y 10 años por lo que la tasa de aprovechamiento puede ser de 0.4 (Calmé, 2000). Se menciona que es común, en la Península de Yucatán, que se maneje un 0.2 como tasa de aprovechamiento, por lo que se recomienda esta tasa por tratarse de especies que requieren de extensa investigación sobre su historia de vida. A partir de ello, un cálculo de la tasa de aprovechamiento anual puede plantearse como sigue: A= frr *P donde: frr = proporción de la producción anual de la población a cosechar. 0.2 partiendo de que se trata de especies longevas y suponiendo que la última reproducción ocurre a más de 10 años de edad. P= producción anual Sin embargo, una vez planteado, debe aclararse que este modelo requiere probarse especie por especie, en el sentido de determinar las necesidades y oportunidades para el manejo y aprovechamiento de los crácidos en las Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA), bajo un esquema de manejo adaptativo.

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Periodicidad y calendario de las actividades de cosecha en una Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) No se conoce con detalle el periodo reproductivo de las especies de crácidos en México, pero pueden hacerse sugerencias con las debidas precauciones. ene feb mar abr may Jun jul ago sep oct nov dic

Ortalis vetula Ortalis poliocephala

Ortalis leucogastra

Ortalis wagleri Penelopina nigra

Penelope purpurascens

Oreophasis derbianus

Crax rubra

Distribución de las actividades de cosecha en el predio de una Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) La cosecha se realizará sólo en aquellas áreas que haya sido autorizadas en el correspondiente plan de manejo y, necesariamente, una vez que haya terminado el período de reproductivo o que el apareamiento haya finalizado. Sin embargo se recomienda maximizar las precauciones según cada caso lo requiera, para no generar factores adicionales de riesgo para las poblaciones. Modos de cosecha aceptables, incluyendo métodos de trabajo y previsiones para la cosecha diferencial por sexos y edades, si aplica al caso. La cosecha se hará solo en los períodos especificados. El espécimen que muestre evidencia externa clara de ser un individuo adulto podrá ser candidato a cosecha. En cuanto a la cosecha diferenciada por sexos, ésta se definiría especie por especie, dependiendo de la facilidad para reconocerlos y de la información que se genere para cadaespecie o género. En aquellas especies con dimorfismo sexual, como es el caso del hocofaisán (Crax rubra) y del Pajuil (Penelopina nigra), será facil distinguir los sexos, pues machos y hembras difieren en tamaño y coloración del plumaje. En el resto de las especies, no es posible distinguir el sexo sólo con base en el tamaño o la coloración del plumaje, a excepción de la chachalaca común (Ortalis vetula) de la cual los machos vocalizan de forma diferente a las hembras. En todo caso, los posibles individuos a cosechar deben ser, como se dijo arriba, ejemplares con clara evidencia de ser adultos.

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Protocolo recomendado para el monitoreo de población y hábitat orientado a detectar sus tendencias en una UMA donde se practique la cosecha de la especie o grupo de especies afines Al diseñar un protocolo de trabajo orientado al seguimiento del estado de las poblaciones y el hábitat local para especies de crácidos, debe recordarse lo ya mencionado respecto a:

1. Se ha insistido más arriba en que se requiere de al menos cinco años de trabajos de monitoreo para establecer de manera razonable tendencias poblacionales y su relación con diversos componentes del hábitat.

2. La información mínima a generar es la que se ha definido para la evaluación de población y del hábitat. Para la evaluación de hábitat se sugiere seguir los procedimientos propuestos por Ralph y colaboradores (1996).

Indicadores del efecto de la cosecha sobre la población y el hábitat, y protocolo recomendado para su seguimiento y evaluación.

● Decremento en el tamaño de la población.

● Alta mortalidad, depredación, otros fenómenos derivados del furtivismo.

● Movimientos estacionales altitudinales, inusuales.

● Cambio de sitios preferidos por presencia de cazadores o cambios de uso de suelo.

● Cambios inusuales en la proporción sexual.

● Bajos números de reclutamiento de juveniles. Para obtener esta información deben abordarse los siguientes objetivos:

● Evaluación estacional de las capturas.

● Evaluación de los sexos aprovechados. ● Evaluación de las condiciones de salud de la población aprovechada.

● Información de la dieta .

Anexo 1. Formato para capturar datos derivados de la cosecha de especímenes de crácidos.

Nombre de la UMA: Clave de registro: Estado:

Municipio: Localidad más cercana: Numero consecutivo Nombre común Nombre científico Peso (gramos)

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de ejemplar

Numero de cintillo Sitio de cosecha (especifique el sitio exacto donde cobro la presa)

Sexo* Fecha

Uso que se dará al ejemplar cobrado (marque con una X)

Contenido del buche**

Exportación del trofeo

Autoconsumo Trofeo

Intercambio Repoblación Reintroducción

Numero consecutivo de ejemplar

Nombre común Nombre científico Peso (gramos)

Numero de cintillo Sitio de cosecha (especifique el sitio exacto donde cobro la presa)

Sexo* Fecha

Uso que se dará al ejemplar cobrado (marque con una X) Contenido del buche**

Exportación del trofeo

Autoconsumo Trofeo

Intercambio Repoblación Reintroducción

Numero consecutivo de ejemplar

Nombre común Nombre científico Peso (gramos)

Numero de cintillo Sitio de cosecha (especifique el sitio exacto donde cobro la presa)

Sexo* Fecha

Uso que se dará al ejemplar cobrado (marque con una X) Contenido del buche**

Exportación del trofeo

Autoconsumo Trofeo

Intercambio Repoblación Reintroducción

* Especifique el sexo de la presa cobrada M: macho H: hembra

** Frutos (F): hojas verdes (HV); Flores (FL); Insectos (I); pequeños mamíferos (PM); Reptiles (R)

Parte D. Recapitulación y recomendaciones Criterios y métodos para el ajuste progresivo de la cosecha en una UMA (incluyendo el caso de su eventual suspensión) con base en los resultados del monitoreo de población y de hábitat.

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• No cosechar si no se tiene conocimiento de los parámetros mínimos de la productividad de la población.

• Tras un fenómeno natural (o inducido) severo, debe suspenderse la cosecha hasta no obtener información que evalúe de manera clara el nuevo estado de la población y su hábitat.

• También debe suspenderse la cosecha al detectarse enfermedades en la población.

• Debe suspenderse la cosecha, asimismo, cuando se detecte una disminución en el reclutamiento de juveniles.

• Deberá reducirse la tasa de aprovechamiento cuando la productividad de la población disminuya.

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Page 170: Mamifero Vida Silvestre

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PATOS, GANSOS Y OTRAS AVES ACUÁTICAS, MIGRATORIAS Y RESIDENTES

Elaboración del documento final A cargo de los participantes. Participantes Humberto Berlanga CONABIO (moderador) [email protected] José Manuel Ochoa DUMAC [email protected] Julio Carrera CONANP [email protected] William (Bill) Eldridge USFWS [email protected] Introducción

Cada año durante el periodo invernal, arriban a nuestro país una gran cantidad de aves migratorias procedentes de Norteamérica que utilizan los humedales costeros e interiores de México como sitios de descanso, de tránsito, o como hábitat de invernación. Allí coexisten con una gran variedad de especies residentes de nuestro país. Como parte de esta riqueza, las aves acuáticas, en particular los anátidos (patos y gansos), así como las grullas y gangas tienen un alto valor ecológico, cultural y económico en México y en toda Norteamérica. El aprovechamiento cinegético, los usos tradicionales y otros vinculados con la investigación y ecoturismo son algunos de los aspectos que reflejan ese valor. Las aves acuáticas son parcial o totalmente dependientes de los humedales durante alguna fase de su ciclo de vida (Kroodsma, 1978), por ello tienen una gran variedad de adaptaciones y estrategias de alimentación y de reproducción, relacionadas con las características de su hábitat tales como profundidad del agua, tipo del sustrato, cobertura vegetal, características físico-químicas, etc. (Alonzo, 2000). Por otra parte, las aves acuáticas tienen una importante función en la ecología de los humedales y en el reciclamiento de nutrientes de estos ecosistemas lo cual, a su vez, está relacionado con los ciclos de producción de los recursos pesqueros y económicos de las zonas costeras.

Parte A: Aspectos de población de las especies (o grupos de especies) 1. Escala: La mayor parte de las especies de patos, gansos y grullas son migratorias a escala continental por lo que, en general, la escala de operación de las UMA resulta insuficiente como esquema de manejo de poblaciones,

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para garantizar su conservación y aprovechamiento sustentable. Como en otros grupos de animales que tienen movimientos amplios, la conservación de las aves acuáticas no puede basarse solamente en acciones locales o solamente en una estrategia general, ambos extremos deben articularse con acciones organizadas de manera eficaz (Sánchez, 2000). Por ello existen programas y acuerdos internacionales que reconocen la responsabilidad compartida sobre las especies de aves acuáticas migratorias. En México se encuentran tambien poblaciones y especies residentes (es decir, que se reproducen localmente) para las cuales, por lo general, las dimensiones y esquemas de gestión de las UMA tienen un efecto limitado para el manejo y conservación de poblaciones con base en sus requerimientos de hábitat para alimentación, refugio y anidación. En virtud de lo anterior, se propone dividir este conjunto de especies en dos grupos, con respecto a las escalas de gestión:

1) Especies migratorias: Las cuales requieren monitoreo y evaluación a escala continental, para conocer el tamaño y las tendencias demográficas y de distribución de las poblaciones, complementado con evaluaciones comparativas por regiones (en México), regiones que resultan determinadas por la distribución y abundancia de las especies durante la temporadas de migración e invernación. 2) Especies residentes: Que necesitan monitoreo y evaluación de poblaciones y hábitat a escala regional, con base en la confluencia de esfuerzos a escalas locales, cuyos resultados complementen las estimaciones de las poblaciones de especies migratorias.

En este contexto, una de las acciones inmediatamente detectables como de primera importancia es el desarrollo de un taller, que reúna a personal técnico de los gobiernos y a biólogos especialistas de los tres países, para determinar de manera más específica las áreas, metodologías de campo y los medios necesarios para la implementación de este nuevo esfuerzo de monitoreo continental y regional por parte de México. Una visión de conjunto adecuada sobre las aves acuáticas es la base para abordar estas tareas. Para ello, es recomendable recopilar y evaluar detalladamente la evidencia disponible pues, como muestra la Figura 1, aún existen muchas áras de oportunidad para mejorar la percepción de conjunto sobre este grupo de especies silvestres.

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Figura 1. Regionalización propuesta por Subcomité de Aves Acuáticas a la DGVS. (Véase también el Anexo 1).

Nota: Las áreas del mapa que están en blanco deben ser reevaluadas desde una perspectiva de conservación más amplia. Las unidades regionales

identificadas por el subcomité, le otorgan CERO importancia a cuatro de los estados mas biodiversos estados de la república (ver mapa) lo cual resulta muy cuestionable especialmente si se toma en cuenta el hábitat para estas y otras

especies. 2. Fuentes de información poblacional y métodos: A escala continental: Existen varias fuentes de información disponibles, por ruta migratoria (flyways desde Canadá a México) entre otros:

a) Winter waterfowl survey (USFWS) b) Continental waterfowl breeding survey (CWS + USFWS) c) Conteos específicos (CWS + USFWS + SEMARNAT)

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México debe fortalecer sus capacidades técnicas y ampliar la cooperación con Estados Unidos y Canadá en todos los ámbitos, especialmente en materia de logística y de manejo, análisis e intercambio de información sobre poblaciones. A escala regional:

a) Se requieren conteos de individuos en UMA para evaluar la importancia relativa de la misma y para, agregando y analizando adecuadamente los datos, evaluar las solicitudes de tasas regionales. Para este fin, estos datos deben ser sistematizados e incorporados a una base de datos nacional con el fin de usarlos como índices poblacionales para cada región.

b) Asimismo,os informes de aprovechamiento de aves acuáticas en UMA deberán ser sistematizados e incorporados a esa base de datos, para incorporarlos al análisis de tendencias y posibilidades reales de cosecha anual, por UMA y por región.

c) Es necesario analizar y discutir la pertinencia de la propuesta preparada por el Subcomité de Aves Acuáticas para la realización de conteos en tierra y aire por regiones, para especies migratorias y residentes, de manera que si es factible y costeable, se proponga un mecanismo que permita asociar números de individuos con regiones para, con base en ello, distribuir tasas de aprovechamiento en el país en unidades de aprovechamiento funcionales a la escala adecuada.

d) Por otra parte se requiere desarrollar e instrumentar, en colaboración con el conjunto de Unidades de Manejo para la Conservación de Vida Silvestre (UMA), un programa de monitoreo para las poblaciones de especies residentes y sus hábitat, tal que proporcione la información necesaria para poder incorporarla a los cálculos de tasas de aprovechamiento por regiones, tomando en cuenta los hábitat, habida cuenta de que estas especies y poblaciones no están siendo contabilizadas en las evaluaciones a escala sub continental. Este programa puede realizarse de manera complementaria (tendrían que definirse fechas y esfuerzos) con los conteos regionales para especies migratorias.

Conteo de individuos en las UMA Para hacer un estimado del número de individuos y las tendencias de población de las aves acuáticas, tanto al nivel regional como al nivel local, los responsables técnicos de las UMA y PPF, deberán realizar monitoreos aéreos y terrestres. Por un lado, el monitoreo regional deberá ser organizado por un comité regional en cada una de las regiones definidas y coordinado por la Dirección General de Vida Silvestre y el Subcomité de Aves Acuáticas; este monitoreo consistirá en un censo aéreo de medio invierno de las principales zonas donde se distribuyan estas aves. El segundo monitoreo consistirá en el estudio poblacional de especies residentes en las UMA, para conocer su

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demografía y tendencia poblacional, integrando los datos de las distintas UMA de manera adecuada. Muestreos anuales de especies cinegéticas (aéreos y terrestres) en humedales prioritarios. Muestreo aéreo: Se empleará este método de conteo, pues se estima como un método práctico que permite cubrir grandes superficies, además de que proporciona una visión de conjunto de las especies y de su densidad total. Se procurará que los conteos sean rápidos, para evitar errores de muestreo originados por la movilización de las aves. El monitoreo estará basado en la propuesta realizada por el Subcomité de Aves Acuáticas, apoyada en una modificación al método de aire–tierra llevado al cabo en las áreas de reproducción de patos en las Grandes Planicies de Norteamérica y con algunas similitudes con el Índice de Machos Solitarios (Lone Drake Index). Este se realizará cada año, en desfasamiento con el realizado por el Servicio de Caza y Pesca de los Estados Unidos (USFWS). El inventario aéreo del número de individuos de cada especie se realizará directamente en los cuerpos de agua (lagos o lagunas, según sea el caso). Se visitarán una vez al año (se recomienda que, para tener un seguimiento sistemático de la tendencia poblacional de las aves acuáticas, los monitoreos se hagan el mismo día cada año) a medio invierno. Se utilizarán avionetas ligeras tipo Cessna 182, 204 o 206 o similar, que permitan una velocidad cercana o menor a las 100 millas/hora y que tengan una autonomía de vuelo mínima de 4 horas. Los conteos se harán a baja altura y tratando de cubrir toda el área; para ello se recomienda volar en zig-zag, intentado ver y contar todos los patos, gansos y demás especies de interés concentradas en los cuerpos de agua. Durante el vuelo los observadores (colocados –uno o dos– a cada lado del aeroplano) registrarán el número de individuos de cada especie que detecten en su lado. En caso de ser posible, cada observador se concentrará en el conteo de sólo una o dos especies. Los conteos se harán a la misma hora. A continuación se enlistan otras especificaciones para realizar este trabajo:

• Horario: Iniciar 30 minutos después de la salida del sol (patos) • Horario: Iniciar 12:30 p.m. (gansos) • Tiempo de Observación: 3 horas • Fechas de Realización: Primeras 2 semanas de Enero. • Transectos preestablecidos con distancias mayores a 10 kilómetros

en áreas abiertas y de 2 kilómetros en mangle (revisión de experiencias previas).

• En lo posible disponer de por lo menos 1 observador para cada lado. • Ver posibilidad de ajuste de marcas para determinar ancho de

transecto (mangle o lagunas de gran extensión). • Estimar proporciones de especies y de ser posible de sexo y edad,

de manera visual. • Ubicar geográficamente las poblaciones mediante GPS.

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• Realizar descripciones generales de hábitat. Muestreo Terrestre. Se recomienda complementar el muestreo aéreo con un muestreo terrestre ya que, según Davis y Winstead (1987), existen diferencias en los datos obtenidos a partir de conteos aéreos y terrestres. Los conteos terrestres deberán estar coordinados, es decir, todos los cuerpos de agua se muestrearán el mismo día y a la misma hora. Para los monitoreos terrestres se recomienda usar el método de conteo por puntos, propuesto por Ralph et al. (1996), el cual consiste en establecer varios puntos de conteo con un radio variable de censado, separado un punto de otro por una distancia suficiente para evitar duplicar registros. Este censo deberá hacerse para el caso de residentes cuatro veces al año (enero, abril, julio y octubre) y para especies migratorias 2 veces al año (enero y febrero). Ya sea un día después o un día antes del monitoreo aéreo, para evitar posibles alteraciones (cada año deberá hacerse en el mismo día). El censo se realizará durante las primeras horas de la mañana, Selección de puntos: se seleccionará un número suficiente de puntos de observación, tantos como sean necesarios para abarcar la mayor extensión posible del cuerpo de agua (lago, laguna u otro. Esos puntos deberán encontrarse completamente rodeados por agua y, para hacer los registros, se recomienda utilizar torres de observación (recuérdese que los puntos de conteo deben ser los mismos cada año). La ubicación de las torres debe ser adecuada para registrar el número de puntos que se haya estimado representativa del cuerpo de agua en su totalidad. Otros sitios de observación deberán ubicarse en las orillas del cuerpo de agua, para efectos comparativos. Dada la dificultad de estimar la distancia con exactitud, se utilizarán los siguientes intervalos de distancias estimadas <25 m 25-50 m, 50-100 m, 100-150 m, 150-200 m, 200-250 m, > 250 m. Asimismo, deben definirse puntos de conteo en los comederos (por ejemplo, cultivos de avena o maíz y pastizales). Cada punto de conteo deberá estar geo-referenciado, es decir, tendrá que indicarse su posición con coordenadas geográficas, preferentemente obtenidas con equipo GPS. En los conteos por puntos el observador permanecerá en un punto fijo y, con ayuda de binoculares y telescopio, registrará todas las aves vistas durante un lapso determinado (20 minutos). Se recomienda trabajar en equipos de personas, para que así cada contador se concentre plenamente en una o pocas especies. Los datos que deben registrarse son el número de individuos por especie y, hasta donde sea posible, sexo y edad (Hinojosa-Huerta et al., 2004). 3. Datos biológicos mínimos para el manejo y aprovechamiento

A) tamaño de las poblaciones de cada especie

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a) Especies migratorias: Las que invernan y / o transitan por México por cada región:

• Cantidad, tendencia y distribución espacio-temporal • Cantidad y calidad de hábitat de alimentación • Cantidad y calidad de hábitat de descanso • Cantidad y calidad de hábitat de reproducción (poblaciones del

Norte de México) • Estacionalidad, movimientos locales y uso de hábitat • Amenazas por región

b) Especies residentes por regiones*:

• Número de individuos, tendencias poblacionales y distribución espacio-temporal por especie

• Reproducción: reclutamiento (temporalidad, tamaño de nidadas, número de eventos reproductivos, entre otros)

• Disponibilidad, cantidad y calidad de hábitat de alimentación • Disponibilidad, cantidad y calidad de hábitat de reproducción • Estacionalidad, movimientos locales y uso de hábitat • Amenazas locales

c) Especies con poblaciones migratorias y residentes por regiones*

(hacer una lista de especies que cumplen con esta condición en las diferentes regiones del país)

• Cantidad, tendencia y distribución espacio-temporal • Cantidad y calidad de hábitat de alimentación • Cantidad y calidad de hábitat de descanso • Cantidad y calidad de hábitat de reproducción (poblaciones del

Norte de México) • Estacionalidad, movimientos locales y uso de hábitat • Amenazas por región

*Los estudios y conteos regionales permitirán obtener esta información.

B) Estimaciones o registros del aprovechamiento

a) Datos de aves aprovechadas por regiones

- Número total de aves aprovechado - Tendencias por especie por región y por temporada

4. Lineamientos para el análisis de los datos y determinación de la condición y tendencia de las especies y poblaciones.

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Desde hace ya varios años, las condiciones y tendencias generales de la mayoría de las poblaciones de especies migratorias es determinada por equipos técnicos del USFWS, el CWS y un numeroso grupo de colaboradores en toda Norteamérica. Es necesario que México participe de manera regular y permanente en el proceso de seguimiento de las rutas migratorias (flyways), en particular las del Pacífico, Centro y Mississippi y que se involucre en estas actividades asignando personal técnico especialmente capacitado para realizar dichas tareas. Desde luego, para ello es necesario destinar recursos gubernamentales suficientes (incluyendo el personal capacitado y financiamiento específico) para atender esta necesidad. La Mesa considera que, más que proponer lineamientos, es necesario integrar un proceso de análisis de poblaciones a través de un grupo de profesionales, expertos en biología con experiencia en dinámica de poblaciones, demografía, bioestadística y manejo de vida silvestre, que opere desde el gobierno, con recursos federales (gubernamentales) y que tenga la responsabilidad de establecer y aplicar los lineamientos específicos que permitirán determinar el estado de las poblaciones residentes y migratorias en México, y proporcionar recomendaciones y medidas de manejo y aprovechamiento específicas para cada región y que, además, interactúe de manera oficial con sus contrapartes técnicas de Estados Unidos y Canadá. 5. Determinación de márgenes de error aceptables Las poblaciones de Anátidos de Norteamérica son manejadas utilizando el concepto de MANEJO ADAPTATIVO DE RECURSOS, por lo que se recomienda adoptar este enfoque de manera institucional en México, como parte de los programas de conservación, manejo y aprovechamiento sustentable, para fortalecer la aplicación de la normatividad vigente. 6. Métodos de manejo de poblaciones

• Manejo protección y restauración de hábitat a escala regional (todas las especies)

• Protección, mejoramiento y restauración de las áreas de anidación de especies residentes

• Restricciones específicas al aprovechamiento diferenciadas por regiones (límites, temporadas, vedas, periodos de descanso rotativos, entre otros)

7. Tipos de hábitat (árido, semiárido, templado y tropical) Para el caso de las aves acuáticas, las diferencias de hábitat deben incorporarse en los procesos para la conservación mediante la integración razonada de planes de monitoreo, conservación y manejo, utilizando la regionalización propuesta o alguna otra y distribuyendo responsabilidades subsidiarias a las UMA y a los organizadores cinegéticos . 8. Formatos propuestos para sistematizar la información poblacional proveniente de las UMAs.

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Consideramos que la mejor manera de dar valor al trabajo de monitoreo de poblaciones en las UMA, consiste en organizar el trabajo a escala regional siguiendo una metodología que permita que dicha información sea compatible y complementaria con los esfuerzos de monitoreo a escala regional y continental. Por ello creemos que las autoridades deben establecer el marco técnico y normativo, así como el diseño del muestreo para la realización de los conteos ,mediante disposiciones reglamentarias establecidas como condicionantes en las tasas de aprovechamiento o acuerdos secretariales. Los informes de aprovechamiento deben ser obligatorios para las UMA y deben significar una condición para solicitar futuras tasas de aprovechamiento. En todos los casos, los informes deben incluir la mayor cantidad posible de datos, incluyendo, por ejemplo: especie, número de individuos por especie, proporción de sexos, fecha de cacería, ubicación del sitio de cobro de la pieza (latitud y longitud), condición del ejemplar, éxito de cacería en la temporada (% de la tasa autorizada a la UMA que fue cobrado, entre otros temas).

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MONITOREO DE AVES ACUÁTICAS MIGRATORIAS DE INTERES CINÉGETICO

FORMATO PARA DATOS CONTEO AÉREO Nombre observador_________________________________________ Observador. Principal ( ) Secundario ( ) Fecha ________________________________ Hora de inicio _____________________________ Hora de término ___________________________

Lugar _______________________________ Coordenadas

___________________________

Método de conteo: Crucero ( ) Transectos ( ) Condiciones meteorológicas: Soleado ( ) Nublado ( ) Lluvioso ( )

Viento leve ( ) moderado ( ) Fuerte ( )

Especies No. de individuos

Proporción machos/ hembras/ juveniles

Observaciones adicionales

Cuadro 1. Formato propuesto para la concentración de información derivada del monitoreo aéreo.

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MONITOREO DE AVES ACUÁTICAS MIGRATORIAS DE INTERES CINÉGETICO

FORMATO PARA DATOS CONTEO TERRESTRE

Nombre observador_________________________________________ Fecha ________________________________ Hora de inicio _____________________________ Hora de término ___________________________

Lugar _______________________________ Coordenadas

___________________________

Método de conteo Condiciones metereológicas: Soleado ( ) Nublado ( ) Lluvioso ( )

Viento leve ( ) moderado ( ) Fuerte ( )

Vegetación acuática: Vegetación terrestre:

Especies No. de Individuos

Punto (localización coordenadas) Distancia

observaciones machos/ hembras/ juveniles

Observaciones adicionales

Cuadro 2. Formato propuesto para la concentración de información derivada del monitoreo terrestre.

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Page 194: Mamifero Vida Silvestre

Parte B: Aspectos del hábitat de las especies (o grupos de especies)

1. Escala geográfica de trabajo Por sus características biológicas, las aves acuáticas requieren de manejo de hábitat a diferentes escalas que van de las regiones (zonas) propuestas, pasando por corredores migratorios e incluyendo humedales específicos, y UMA –o porciones de ellas– donde se realiza el aprovechamiento u ocurren fenómenos biológicos relevantes como la alimentación, el descanso y la reproducción de las aves. El monitoreo de poblaciones en México debe realizarse a escala regional en un contexto continental. Algunos humedales son claves para la conservación de algunas poblaciones (dormideros, áreas de alimentación y otros). En los corredores migratorios hay sitios de descanso o refugio y, por último, hay UMA o parte de ellas que requieren tomar acciones específicas en sus planes de manejo para proteger o manejar sitios de reproducción (para aquellas especies residentes) y de aprovechamiento, en su caso. Proponemos que el manejo de hábitat para estas especies se desarrolle a diferentes escalas, todas ellas complementarias, dependiendo de las necesidades y preguntas relativas al manejo, que deban atenderse para garantizar la conservación y el aprovechamiento sustentable de las diferentes especies. Para lograr esto, es necesario que se creen mecanismos de coordinación entre las UMA, para compartir y distribuir de manera funcional y adecuada las responsabilidades de monitoreo y manejo entre autoridades, organizadores a cargo de UMA y cazadores, en las diferentes regiones. 2. Métodos de evaluación de las condiciones y tendencias del hábitat Es necesario adoptar un sistema de clasificación estándar para los humedales del país (por ejemplo, podría elegirse entre los de Cowardin, DUMAC, RAMSAR u otros) el cual sirva como marco de referencia para estandarizar metodologías de evaluación, manejo y seguimiento. El monitoreo del hábitat debe efectuarse una vez al año (es recomendable entre diciembre y febrero), y dirigirse a estimar el porcentaje de cobertura máxima y mínima, así como el promedio de altura de cada uno de los siguientes estratos: árboles (como aquella vegetación > 3 m de altura), arbustos (0.5 - 3 m), herbáceas (0.1 - 0.5 m) hierbas (< 0.1 m), plantas emergentes, suelo descubierto y espacios de agua no cubiertos por vegetación (Hinojosa-Huerta et al., 2004). Entre las variables que deben monitorearse están, las siguientes:

• Abundancia, distribución, disponibilidad y calidad de cuerpos de agua por regiones

• Tipos de hábitat, cubierta y composición vegetal

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• Estacionalidad de los humedales • Amenazas locales (incendios, caminos, entre otros) • Heterogeneidad ambiental • Perturbaciones humanas • Depredadores • Cantidad, calidad y distribución de los sitios de alimentación,

descanso y reproducción • Cambios de uso del suelo (desecación de humedales) • Tendencias de la superficie, componentes y características de los

humedales • Grado de zolvamiento • Tendencias en la visita de distintas especies asociadas con el

humedal (aspecto en el queson cruciales los muestreos cuidadosos exigibles a las UMA).

• Disponibilidad de agua y variaciones en su nivel y calidad • Estructura y composición de la cubierta vegetal

En las UMA, el trabajo de manejo, evaluación y seguimiento del hábitat debe ser responsabilidad de los técnicos de esas mismas Unidades y sus propietarios, en el marco de su plan de manejo y del programa regional (zonal) para conservación de hábitat que sea establecido por las autoridades. Para estas tareas es importante distinguir claramente entre aquellas actividades que efectivamente se dirigen al mejoramiento de hábitat y aquellas que constituyen simplemente medidas para la atracción de individuos de aves acuáticas. Los lineamientos para atender esto último deben construirse lo antes posible. 3. Datos útiles del hábitat, que repercuten en las especies de interés para las UMA Véase el punto 2. 4. Lineamientos para el análisis de datos de hábitat y márgenes de error aceptables La mesa considera que más que enlistar lineamientos específicos para el manejo del hábitat es necesario crear un grupo de profesionales, especialistas que, desde el gobierno y con recursos propios (federales), tenga la responsabilidad de establecer, aplicar y monitorear la aplicación de lineamientos específicos que permitirán determinar el estado de los hábitat a diferentes escalas, tanto para especies residentes como migratorias. Este grupo o grupos técnicos regionales proporcionarán recomendaciones de manejo, mejoramiento, restauración y protección para el hábitat de estas especies. 5. Métodos de manejo del hábitat para aves acuáticas Es necesario que la autoridad federal promueva la sistematización de la información (por ejemplo, a través de la CONABIO) y las experiencias

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existentes en materia de manejo de hábitat (con la participación de la DGVS y CONANP), tanto a nivel nacional como internacional. Para definir mejores métodos de manejo es recomendable identificar expertos en manejo dentro del sector académico, de las ONG y entre sectores productivos de otro tipo como la agricultura, las pesquerías, y el estudio del agua, para conformar grupos interdisciplinarios que puedan ofrecer soluciones concretas a problemas complejos, caso por caso. Las autoridades deben promover y simplificar los esquemas de coordinación interinstitucional que faciliten la colaboración, el intercambio de información y la instrumentación de soluciones prácticas y de largo plazo, para la conservación del hábitat. 6. Formatos para sistematizar la información sobre el hábitat en las UMA y enviarla a las autoridades. La información relevante (biológica, fisiográfica, ecológica, socioeconómica u otra, según cada caso lo requiera) de la operación del plan de manejo de hábitat de la UMA, deberá presentarse de manera estandarizada para que los datos sean comparables entre regiones y entre años, y de modo que sirva, además, para construir un sistema de información regional con indicadores de desempeño de cada UMA, en relación con las especies y hábitat que le son de interés y para la conservación de la biodiversidad local. Por otro lado, es necesario que el sistema de información sea unificado, con criterios y parámetros consistentes y complementarios, que permita el acceso a datos de agua, vegetación, las ANP y las UMA, pesquerías, aprovechamiento forestal, uso de suelo, infraestructura; como se aeñaló más arriba, se recomienda la participación comprometida del INEGI, laCONABIO y otras instancias de gobierno vinculadas con los temas a tratar. Parte C: Aspectos sobre cosecha sustentable en el contexto de las UMA 1. Escala geográfica a la cual debe considerarse la determinación de la cosecha Como se mencionó en el primer punto de la sección relativa al monitoreo, la mayor parte de las especies de patos, gansos y grullas son migratorias a escala continental, por lo que, simplemente, en general la escala de operación de las UMA es insuficiente para garantizar su conservación, manejo y aprovechamiento sustentable. Por otra parte en México hay también poblaciones y especies que son residentes todo el año (es decir, que se reproducen localmente) y para las cuales tampoco el tamaño promedio de las UMA resulta suficiente. La determinación de la cosecha sustentable para especies migratorias y residentes (en su caso) debe hacerse a escala regional, con base en un sistema de regionalización como el propuesto por el Subcomité de Aves

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Acuáticas (Figura 1) y en función de la información de distribución, abundancia y temporalidad de las especies durante la migración e invernación. 2. Información esencial y aceptable de poblaciones y hábitat en la que debe basarse la propuesta de cosecha sustentable dentro de una UMA, para aves acuáticas. - El uso de la cosecha sustentable (regional) se debe distribuir UMA por UMA a través de un mecanismo de asignación de cintillos que considere, entre otros, los siguientes aspectos:

• Superficie total de la UMA • Superficie total bajo manejo para aves acuáticas • Superficie dedicada a la conservación • Cantidad y calidad de hábitat para aves acuáticas en la UMA • Importancia relativa de la UMA para las poblaciones de aves acuáticas

en la región que ésta se encuentra • Contribución de la UMA al monitoreo regional • Contribución de la UMA a la conservación de especies residentes • Cumplimiento de la normatividad (reportes, plan de manejo y otros) • Prácticas de manejo, protección, restauración y mejoramiento de hábitat • Historial de aprovechamiento (5 – 10 años)

Por otra parte, para favorecer y mantener la igualdad de oportunidades entre las diferentes UMAs, la asignación de tasas UMA por UMA, para especies limitadas en cualquier región, así como su aplicación, podrán estar ponderadas por los límites diarios y de posesión, dependiendo de la abundancia de individuos por especie en cada temporada y en cada región. Por ejemplo, para una cuota de cosecha sustentable de 10,000 ejemplares asignada para una región dada, en una temporada pueden autorizarse 200 cintillos que amparen 50 individuos y en la siguiente temporada, hipotetizando una cuota de cosecha sustentable de 5,000 ejemplares, se pueden autorizar 200 cintillos, que amparen 25 individuos aprovechados. Para el caso de las especies restringidas (por ejemplo el pato golondrino A. acuta o la grulla Grus canadensis) deberán considerarse, además de precauciones específicas para esas especies, las recomendaciones y acuerdos internacionales aplicables y vigilar el cumplimiento de las restricciones establecidas en México. 3. Lineamientos para estimar los márgenes de seguridad respecto a la propuesta de cosecha sustentable de una población. Como se explicó en la primera sección (monitoreo), para las especies migratorias la evaluación de las poblaciones se realiza a escala continental, por lo que la determinación de tasas de cosecha sustentable que se autoricen para cada región en México, deberá ser consistente con aquellas recomendadas por el sistema de flyways de Norteamérica. Esta información base debe complementarse con los datos derivados de los esfuerzos de monitoreo

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regional y por el historial de aprovechamiento, por especie, de cada una de las UMA. Estas previsiones ayudarán a mantener la presión de aprovechamiento dentro de márgenes de cosecha sustentable internacionalmente aceptados. Para el caso de las especies residentes, el grupo de expertos (ver la Sección 1) encargados del análisis de la información poblacional derivada del monitoreo regional propondrá tasas de aprovechamiento restringidas, especie por especie, dentro de márgenes ponderados por el principio precautorio, de manera que se garantice el mantenimiento de sus poblaciones a escala regional a largo plazo. 4. Formatos propuestos para sistematizar claramente la información y enviarla a las autoridades para su dictamen. La DGVS, con el apoyo de la CONABIO deberá diseñar e implementar un sistema de información (base de datos) que identifique claramente los tipos de información más relevantes para el caso de las aves acuáticas y que permita compilar y sistematizar de manera eficaz esa información. Cada tipo de dato requerido (estadísticas económicas, información de poblaciones, reportes de cacería o de temporada, operación del plan de manejo, manejo de hábitat, etc.) deberá manejarse por separado. Se recomienda que los formatos sean simples, que soliciten solamente la información que será analizada y utilizada por la autoridad para alimentar el sistema de información, de manera que apoyen el manejo y seguimiento de la actividad de las UMA y mejorar los procesos de planeación y gestión. Los formatos actuales están sobrecargados, son confusos y mezclan distintos tipos de información, 5. Componentes de verificación de campo (indicadores y su medición sistemática) que deben respaldar una propuesta de cosecha sustentable en UMA El formato actual de solicitud de tasa de aprovechamiento para las UMA no corresponde con el esquema general de generación, manejo y análisis de información para determinación de cosecha sustentable de aves acuáticas en Norteamérica. El formato actual esta diseñado para la determinación de tasas de aprovechamiento de especies residentes –principalmente terrestres– que cumplen su ciclo de vida dentro de los márgenes de la UMA (véanse también las Secciones 1 y 2). Por esta razón se considera necesario rediseñarlo para el caso de las aves acuáticas. El nuevo formato deberá incluir información proveniente de las actividades de monitoreo locales (para especies residentes) y de la participación de la UMA en los esfuerzos de monitoreo regional (para residentes y migratorias). Ninguno de los anteriores datos, sin embargo, servirá para determinar directamente la tasa

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de aprovechamiento de una UMA dada, sino que proveerá información complementaria para los conteos continentales, y para el manejo y determinación regional de los términos y cuantía del aprovechamiento de especies residentes por regiones. Nota: Se sugiere que la información de los reportes de aprovechamiento (informes de cacería de las UMA, por temporada) se manejen por separado (véase la Sección 1) y que se soliciten en formato electrónico (tal vez a través de un portal de Internet conectado al sistema de información, para simplificar su captura) . 6. Recomendaciones para el ajuste progresivo de la cosecha sustentable en una UMA, en función de los efectos de la extracción sobre el estado y tendencias de la población y del hábitat Para lograr este propósito, es necesario que los programas de monitoreo y seguimiento de poblaciones y hábitat, a diferentes escalas, sean continuos, sistemáticos y de largo plazo. Los criterios de Plan de Manejo de Aves Acuáticas de Norteamérica son un referente obligado, pero es necesario desarrollar metas poblacionales y de hábitat para especies residentes y ajustar las tasas de aprovechamiento por regiones en México, en función de esas metas. Para lograr un ajuste progresivo es indispensable contar con un sistema de información que permita acumular y analizar la información de campo año tras año de manera que se genere un verdadero sistema de seguimiento a nivel nacional y continental sobre la respuesta de las especies y sus poblaciones a cambios en el medio y a ajustes en las presiones de cacería. Para este propósito, la aportación de información por parte de las UMA es un factor que debe aprovecharse a su máximo potencial. 7. Consideraciones para diferentes tipos de hábitat Sugerimos que, de ser necesarias, las recomendaciones diferenciadas por hábitat, para la conservación y uso sustentable de las aves acuáticas, se establezcan en el marco de la propuesta de regionalización presentada (Figura 1) o en otra que se determine como idónea para ese fin.

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Parte E. Bibliografía

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ANEXO 1

Propuesta de regionalización y programa de monitoreo regional elaborada por el subcomité de Aves Acuáticas Subcomité Técnico Consultivo para la Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable de las Aves Acuáticas y su Hábitat en México.

Conteos de Medio-Invierno en México, para las Aves Acuáticas Migratorias y Residentes

Propuesta de Modificación Justificación: Actualmente en el Continente Norteamericano, existe una creciente presión sobre las aves acuáticas migratorias, a través de la demanda en el incremento de las tasas de aprovechamiento que sobre estas especies se llevan a cabo cada año. Mientras que en los Estados Unidos se hacen ajustes anuales en el otorgamiento de la cosecha que será tomada por los cazadores durante cada una de las temporadas, en México en donde hasta los últimos años la cosecha de estas aves no ha sido significativa, las nuevas medidas administrativas establecidas a partir de la emisión de la Ley de Vida Silvestre en el año 2000, la actual administración ha fomentado desde entonces el correcto aprovechamiento de las aves acuáticas migratorias y se prevé que se pueda seguir incrementando la demanda y por ende las tasas de aprovechamiento de la población de aves acuáticas que invernan en nuestro país. Los datos que sustentan la cosecha estimada para cada temporada en los Estados Unidos, está basada en una gran variedad de conteos que se llevan a cabo en diferentes partes del ciclo de vida de estas especies de aves, durante la primavera-verano. Desafortunadamente para México, la única fuente de información con la que se cuenta para determinar la población invernante y su distribución en nuestro país, lo constituyen los conteos de medio invierno llevados a cabo en nuestro país por el USFWS y la hoy DGVS de la SEMARNAT, además de los conteos adicionales de ciertas áreas que resultan insuficientes en términos de datos para estimar el aprovechamiento. Debido a las nuevas formas de administrar este recurso en México, se está demandando la necesidad de determinar las poblaciones y la distribución de las aves acuáticas migratorias y residentes como una herramienta para la toma de decisiones de manejo que apoye la sustentabilidad del recurso bajo criterios continentales. Estas estimaciones aéreas deberán de contemplar las regiones propuestas por el Comité de aves acuáticas, y considerar a los conteos de medio invierno como el medio más representativo para determinar las

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poblaciones invernantes en México, y como la base de información que determine a las poblaciones y la distribución de aves acuáticas residentes. Desde mediados de los 80´s, estos conteos han sido llevados a cabo de forma tri-anual, y tradicionalmente se vienen desarrollando solamente aplicando el método aéreo, mismo que ha sido llevado a cabo de manera discontinua y parcial en cuanto a la representación de humedales por lo que se requiere mejores herramientas para llegar a una mejor estimación de las poblaciones. Con el objeto de dar cumplimiento a los dos tratados internacionales existentes para la conservación y manejo de las poblaciones de aves acuáticas en Norte América, se considera indispensable hacer un nuevo planteamiento sobre la forma en que estos conteos de medio-invierno se están desarrollando en México. Lo anterior con el objetivo de determinar la población distribuida de aves acuáticas en las diferentes regiones del país, y evitar tomar medidas administrativas sobre este recurso, que por no tener el sustento técnico que nos permita evitar establecer los límites reales de cosecha permisibles . Propuesta General:

1. Que se analice la posibilidad de hacer recomendaciones de modificación o ampliación de los transectos que actualmente siguen los conteos de medio-invierno en México, para favorecer la inclusión de áreas tradicionales de importancia para la distribución de las aves acuáticas que bajo el sistema actual no están siendo consideradas.

2. Se propone que se sigan manteniendo los conteos de medio invierno,

que cubran todas las regiones propuestas y cuando menos todos los sitios prioritarios dentro de cada región.

3. Que los conteos aéreos sean desarrollados a través del método tierra-

aire, para ser compatibles con las evaluaciones poblacionales a nivel Continental.

4. Que los conteos incluyan a las especies residentes de México. 5. Que los conteos incluyan una evaluación de las condiciones de los

humedales bajo monitoreo.

6. Que en la medida de las posibilidades, los conteos consideren a otras especies acuáticas.

7. Que se garanticen los recursos económicos para que los conteos

vuelvan a ser anuales, como lo fueron hasta mediados de los 80´s.

8. Que se desarrolle la capacidad técnica de los participantes de los conteos en México, proporcionando el entrenamiento técnico y favoreciendo la formación de los grupos por región.

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9. Favorecer la generación de mecanismos para la obtención de apoyos, que permitan adquirir los equipos de campo necesarios para el desarrollo de los conteos.

Regionalización en México:

1. Zona Pacífico 1. Determinada por las bahías de la zona costera de la península de Baja California.

2. Zona Pacífico 2. Determinada por las áreas costeras de los estados de

Sonora (a partir de Isla Tiburón), toda la costa de Sinaloa y Marismas Nacionales en Nayarit. En estos tres estados, las áreas adyacentes a los humedales costeros y que correspondan a desarrollos agrícolas, humedales de agua dulce y diques de almacenamiento de agua, sean considerados en los transectos de los conteos.

3. Zona Pacífico 3. Determinada por la zonas costeras, agrícola y cuerpos

de agua dulce en los estados de Michoacán y Guerrero.

4. Zona Golfo. Determinada por las siguientes áreas:

a. Tamaulipas: Principalmente el área a considerar es toda zona costera del estado. Asimismo, considerar las tierras altas asociadas a estos humedales, tal y como lo es el caso, las áreas agrícolas y humedales interiores adyacentes a la Laguna Madre.

b. Veracruz: Principalmente determinada por la cobertura de la zona costera, con un mayor esfuerzo de conteo en las Lagunas de Tamiahua y Alvarado.

c. Tabasco: Determinada principalmente por la lagunas costeras del estado, más las áreas agrícolas adyacentes a las zonas inundables a los Pantanos del Centla.

d. Campeche: Principalmente determinada por la zona costera del estado, con un mayor esfuerzo en la Laguna de Términos y los Petenes de Campeche en la zona costera, e incluir un mayor esfuerzo en las áreas arroceras de los Valles de Edzná y Yohaltún.

e. Yucatán: Determinada principalmente a la zona costera del estado, desde de la Ría de Celestún hasta el área de Uaymitún, al este de Progreso.

5. Zona Interior Norte. Determinada principalmente por los humedales

interiores de los estados de Chihuahua, Durango, Zacatecas, SLP, Coahuila y NL en donde se deberá de dedicar mayor esfuerzo de conteo.

6. Zona Interior Centro. Determinada por los humedales interiores de los

estados de Jalisco, Guanajuato, Michoacán, Querétaro, Edo. MX, Puebla, en donde se deberá de dedicar mayor esfuerzo de conteo.

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Se recomienda que se desarrolle un taller entre personal técnico que represente a los tres países, para poder determinar de manera más específica las áreas, el mejor método a utilizar, tanto como el medio a través del cual se llevara a cabo la implementación de este nuevo esfuerzo de monitoreo en México.

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AVES RAPACES Elaboración del documento final Adrián Reuter, Eduardo Martínez, Ariel Rojo, Lizardo Cruz Lista de los participantes y sus adscripciones laborales Rafael Villegas, INSTITUTO DE ECOLOGÍA, A. C. [email protected] Adrián Reuter, TRAFFIC MÉXICO [email protected] Miguel Ángel Díaz, SEMARNAT - DELEGACIÓN ZACATECAS [email protected] Eduardo Martínez, PRONATURA VERACRUZ [email protected] Ariel Rojo, DGVS –SEMARNAT (moderador) [email protected] Introducción

El interés por el uso y aprovechamiento de las aves rapaces en México es relativamente limitado. Existen iniciativas relacionadas con la conservación y el uso de rapaces en zoológicos y colecciones privadas, pero principalmente con el fin de utilizar ejemplares para criaderos y cetrería. Los cetreros son posiblemente el grupo más numeroso interesado en el uso y aprovechamiento de algunas rapaces en México; se estima que existen aproximadamente 400 practicantes y, comparativamente, puede decirse que en los Estados Unidos de América se tienen registradas cerca de 4,800 personas dedicadas a esta actividad. Algunas de las aves rapaces de México son residentes, en tanto que otras son migratorias. De estas últimas algunas mantienen poblaciones residentes, especialmente en el norte del país. Esto hace que la evaluación de sus poblaciones y hábitat, así como la determinación de viabilidad de cosecha y el manejo sustentable de la misma planteen grandes retos. Para fines de cetrería se utilizan principalmente halcones, aguilillas y algunos gavilanes. La Tabla 1 presenta las especies, su precio aproximado (inferido del mercado ilegal), un número aproximado de los individuos que manejan estas aves para cetrería, y una estimación de la oferta anual actual. Respecto a los movimientos naturales de varias especies de estas aves, debe tenerse presente que al menos por Cardel, Veracruz (Vertiente del Golfo de

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México) y por el Istmo de Tehuantepec (Vertiente del Pacífico) pasan alrededor de 4 a 5 millones de rapaces al año, en el otoño. El movimiento de otoño es relativamente compacto, sin embargo el regreso (marzo-abril) es más bien disperso y ocurre en un lapso más prolongado. El corredor migratorio de la costa del Pacifico no ha sido bien estudiado todavía, pero se estima que un número importante de rapaces migra también a través de esta ruta cada año.

Tabla 1.- Especies de aves rapaces de interés para cetreros, precios, número de cetreros y la estimación de la oferta anual estimada.

Nombre común Especie Precio Cetreros Oferta anual

Familia Falconidae:

Halcón Peregrino Falco peregrinus 1,500 a 3,000 pesos. 50 personas 25/año

Halcón Aplomado -Falco femoralis- 800 a 2,000 pesos. 50 personas 50/año

Halcón de las Praderas: -Falco mexicanus- 1,500 a 3,000 pesos. 10 personas 20/año

Esmerejón: Falco columbarius- 1,000 a 3000 pesos

Aproximadamente 50 personas interesadas 3 a 5 / año.

Cernícalo: Falco sparverius- 100 a 200 pesos. 50 personas 500/año

Halcón Murcielaguero -Falco rufigularis- 800 a 2,000 pesos. 15 personas 20/año

Familia Accipitridae: Aguilillas:

Aguililla de Harris –Parabuteo unicinctus- 500 a 1,500 pesos. 250 personas 150/año

Aguililla de Cola roja -Buteo jamaicensis- 500 a 1,500 pesos. 50 personas 100/año Gavilanes:

Gavilán de Cooper Accipiter cooperii. 1,000 A 1,500 pesos. 40 personas 40/año.

Azor A. gentilis.

1,500 a 2,500 USDLLS (precio en comercio legal internacional). 0 personas

COSECHA CERO.

Gavilán pajarero A. striatus. 500 a 1,000 pesos. 20 personas 20/año Águilas:

Águila real. Aquila chrysaetos. 5,000 a 8,000 pesos. 10 a 15 personas

10-15 polluelos/año, ilegalmente

Nota: datos anecdóticos recabados en sitios donde se ofertan aves de este tipo (mercados, pajareros, etc.) e información provista por cetreros a quienes les han ofrecido ejemplares.

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Parte I. Aspectos de población de las especies (o grupos de especies), relevantes para la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA Para especies residentes se deberán realizar conteos periódicos por puntos fijos, por transectos o por estaciones de anillado dependiendo de las especies (Millsap y Allen, 2006a; Millsap y Allen, 2006b). Este diseño, a manera de red de monitoreo, debe integrar puntos fijos de observación y es aplicable para especies migratorias. Los puntos de observación deben operar durante las mismas fechas, en un período definido del año, a lo largo de varias temporadas. Se recomienda un período de cuatro meses durante la migración de primavera (febrero-mayo) y otro durante la migración de otoño (agosto-noviembre). Para el caso de especies residentes se debe seguir un modelo semejante al del Christmas Bird Count (CBC), y su aplicación corresponde a la época de invierno (http://www.audubon.org/bird/cbc/). Es necesario separar las especies residentes, las migratorias y las que tienen características mixtas; también debe definirse el ámbito de actividad de éstas e identificarse los sitios de anidación para cada caso (consúltese el Anexo 1). Se recomienda el uso de técnicas de seguimiento mediante telemetría para determinar el ámbito hogareño por especie (por ejemplo, el águila real tiene un ámbito de actividad conocido de 100-125 km2; R. Villegas, comunicación personal, 2006). Para el monitoreo regional de nidos también es necesario integrar una red de monitoreo, cuyo trabajo permita conocer nidos activos en fechas determinadas. Los monitoreos se deberán realizar al amanecer y atardecer, contando en cada fecha el número de huevos, número de huevos eclosionados, número de volantones, ubicación geográfica del nido (con georreferencia), realizando máximo tres visitas al nido en cada temporada de anidación para evitar disturbios excesivos. Al finalizar la temporada de anidación se deberá visitar el nido para colectar material para conocer la dieta, específicamente se requiere colectar las egagrópilas. Es importante considerar que el ámbito de actividad de las aves rapaces depende de la disponibilidad de alimento. El esfuerzo de muestreo para este tipo de monitoreo será, para las especies tropicales, el seguimiento de dos o tres nidos activos en un área de aproximadamente el doble del ámbito hogareño de la especie. Algunas consideraciones adicionales, que pueden guiar la construcción de protocolos de monitoreo incluyen las siguientes: • Los humedales son sitios adecuados para monitorear rapaces. • Los gavilanes suelen seguir a aves passeriformes, sin embargo el azor (A.

gentilis) no. • El halcón peregrino normalmente sigue a patos y aves playeras.

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• La temporada de anidación de aves rapaces generalmente ocurre durante abril, mayo y junio; sin embargo, al sur del país la anidación se retrasa hasta el verano. En el extremo norte comienza en febrero y marzo, y se presentan los vuelos de cortejo desde diciembre.

• Los híbridos entre distintas especies de rapaces no son comunes en la naturaleza; la mayoría de los híbridos son individuos producidos ex profeso para la cetrería o provienen de especies exóticas escapadas que incidentalmente se han cruzado con las silvestres locales.

Como se anticipó en párrafos anteriores, para la conservación de las aves rapaces es necesario mantener una perspectiva regional de monitoreo y generar una red de observadores. Para este efecto, las UMA pueden y deben hacer aportaciones que coadyuven efectivamente al objetivo general. Por ejemplo, una sugerencia inicial es que, respecto a las especies residentes, se deberán detectar aquellas UMA con nidos activos, definiendo los nodos de observación principalmente recabar datos sobre densidad (nidos / ha). Asimismo, tanto para el caso de especies migratorias como residentes se deberán identificar aquellas UMA con hábitat bien conservado. Para la evaluación de poblaciones de aves rapaces (incluyendo la densidad; ejemplares / ha) debe considerarse lo siguiente: • El área mínima de UMA para intentar evaluar poblaciones de rapaces

residentes (sumando varias UMA si el caso lo requiere) debe ser de cuando menos dos veces el ámbito de actividad conocido para la especie de interés.

• Debe practicarse el monitoreo extremadamente cuidadoso de nidos, en cada nodo de observación.

• Es importante evaluar la producción anual de pollos (volantones). • Para especies migratorias se recomienda realizar el monitoreo por puntos

fijos manteniéndolo constante cada año, durante el otoño. En la vertiente del Golfo debe realizarse mínimo por 15 días a partir de la primera semana de octubre y hasta la última de septiembre. El seguimiento debería extenderse por todo el día (9:00 al 18:00 h) y hacerse mirando al norte (con un horizonte de 180 grados). Se recomienda que cada equipo conste de dos contadores, más un tomador de datos. La elección del punto de observación debe considerar el sitio más alto disponible (integrantes de la mesa, comunicación personal, 2006).

• Para migratorias que se hallen fuera de ruta migratoria (por ejemplo, en el Altiplano), se recomienda recorrer trayectos en auto (100 a 300 km, según lo requiera cada especie). La velocidad recomendable es de 50 km/h, aunque esto suele depender de la calidad del camino. Es conveniente efectuar las observaciones en invierno (octubre –marzo) y extenderlas por todo el día (9:00 al 18:00 h) (integrantes de la mesa, comunicación personal, 2006).

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Respecto a la cosecha de aves rapaces, además de que toda decisión al respecto debe ser precedida por un análisis exhaustivo de la evidencia disponible, debe incluir una evaluación de las consecuencias previsibles de dicha actividad en los plazos medio y largo • En principio, las Mesa estima que la eventual cosecha debe ponderarse

previamente, para cerciorarse que es viable, de acuerdo con información suficiente y de buena calidad, de campo y bibliográfica.

• En caso de considerarse viable la cosecha, el máximo de esta podría ser del 5% sobre la producción anual para poblaciones residentes en las que hay información, y del 1 al 3 % para poblaciones respecto a las cuales no se cuenta con información detallada (Millsap y Allen, 2006a y 2006b)

• Para el caso de cosecha de individuos de especies migratorias, esto debería hacerse con ejemplares añeros (“pasajeros” en términos de cetrería, en referencia a aquellas aves que aún no han mudado su primer plumaje durante su 1ª migración).

• La cosecha de residentes, en caso de que tras una evaluación cuidadosa resultara viable, debe restringirse al aprovechamiento de volantones o polluelos de nido.

Parte B. Aspectos del hábitat de las especies (o grupos de especies), relevantes para la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA.

Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento al hábitat de las especies (o grupos de especies). Para el manejo del hábitat al igual que con las poblaciones de aves rapaces es necesario que se considere desde un punto de vista regional y considerando el tipo de hábitat que utiliza cada una de las especies que se pretenda manejar. Aspectos del hábitat más relevantes para distintos tipos de aves rapaces

Las especies tropicales (Spizaetus sp., Spizastur melanoleucus, Harpya sp., Harpyhaliaetus sp. se distribuyen principalmente bosque primario (maduro) conservado. Este dato sólo se provee aquí como referente del hábitat dado que, por supuesto, se descarta totalmente la cosecha de especies como el águila arpía y otras especies que se hallan en máximo riesgo. Otras especies de rapaces, como los gavilanes (como ejemplos Accipiter cooperi y A. striatus) anidan en bosque templado, por lo que resulta necesario evaluar la cobertura vegetal. Para el azor (A. gentilis) se conoce que muestra preferencia por bosques templados, densos, maduros y bien conservados. El halcón

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aplomado se distribuye básicamente en pastizales abiertos con yucas y árboles aislados. Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de hábitat orientado a detectar su condición inicial y sus tendencias Se deben evitar modificaciones al hábitat, resaltando el cuidado de los sitios donde hay nidos; especialmente debe evitarse el acceso de humanos, ganado y depredadores al hábitat natural en la época reproductiva. Recomendaciones para el manejo de hábitat:

• Procurar que se mantenga la disponibilidad de presas. • Para residentes, es fundamental la disponibilidad de sitios de anidación. • Deben procurarse medidas de mitigación de impactos humanos:

En términos del manejo del hábitat, si se detectara que los depredadores son un problema para la sobrevivencia de las crías, se recomienda evitar el acceso de esos depredadores mediante el uso de conos invertidos, que se instalan en el tronco del árbol donde se localice un nido.

Parte C. Conservación de las especies y gestión de la cosecha sustentable en UMA

Procedimiento para la determinación de viabilidad biológica de la cosecha en el área de una UMA La estimación de la cosecha debe basarse en la información regional, no en la que provenga sólo a nivel de una UMA en particular. Un paso previo es el establecimiento de nodos locales de observación de nidos y la integración de todos ellos en una red de monitoreo a la escala regional. Por otra parte, es pertinente definir de manera extremadamente cuidadosa áreas o regiones que pudieran ser susceptibles de eventual cosecha sustentable, para facilitar con ello el monitoreo y estricto control de cualesquiera aprovechamientos que la autoridad decidiera conceder, una vez satisfechos los requisitos (que dicho sea de paso, deben ser sumamente exigentes, dadas las características de la biología de estas especies). Si, con bases científicamente razonables, se decidiera autorizar y ejercer algún tipo de cosecha de rapaces, ésta deberá programarse de manera rigurosa, tomando en cuenta un criterio de extremada precaución, tanto para el monto como para la manipulación de las aves. Asimismo cualquier perspectiva de

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cosecha debe estar basada en algoritmos que permitan determinar una “cuota” anual por especie, apegándose al mínimo y nunca al máximo, con un enfoque de adaptación permanente y siempre bajo una perspectiva regional de manejo. Sólo debería hacerse cosecha de aves rapaces residentes en UMA, cuando éstas demuestren que tienen nidos activos, con buenos registros de reproducción exitosa y, de manera fehaciente que los efectos previsibles de la extracción ya han sido suficientemente analizados. En cualquier caso, de tener que tomarse decisiones al respecto, las autoridades correspondientes deben mantener en mente que, de considerarse fundadamente viable la cosecha, ésta debe determinarse exclusivamente a un nivel regional y con base en cada ciclo anual. No deberá determinarse u otorgarse cosecha por UMA individual. En caso afirmativo de viabilidad, algoritmo para la determinación de la cuantía y periodicidad de la cosecha sustentable en una En México aún no hay estudios que permitan definir un algoritmo de cosecha. Por el momento, se recomienda considerar los estudios producidos en los Estados Unidos de América (Millsap y Allen; 2006a; Millsap y Allen, 2006 b). En esos estudios se calculó la cosecha estimando solamente parejas reproductoras, es decir, dejando fuera de los cálculos individuos flotadores e juveniles; todos estos elementos deben considerarse al momento de evaluar los resultados de los monitoreos que se realicen en México. Se recomienda establecer una fase de prueba de campo de cualesquiera métodos de monitoreo y determinación de cosecha al nivel regional, antes de ponderar resultados de campo para autorizar extracciones. En caso de que se determine la viabilidad de alguna extracción, el cálculo regional de la cosecha sustentable deberá basarse en los resultados del reclutamiento de individuos del año anterior. Se debe cuidar que las tasas de aprovechamiento sean del 5%, como máximo, de la producción anual regional (número de pollos que dejan el nido) del año anterior para las especies con las que se cuenta con información. (Millsap y Allen, 2006a; Millsap y Allen; 2006b). Para especies de las cuales no se cuenta con información, la cosecha debe mantenerse por debajo del 5% de la producción anual, de ser pertinente efectuarla, se recomienda utilizar del 1 al 2% (Millsap y Allen, 2006a; Millsap y Allen, 2006b). De no existir datos, podría recurrirse a emplear los de una especie cercana, pero en ese caso deben extremarse las precauciones antes de tomar una decisión. Para especies residentes de aves rapaces, la captura sólo debe practicarse en UMA que cuenten con nidos activos y que estén integradas de manera activa y eficaz a la red nacional de observadores que efectúa el monitoreo regional integrado. La cosecha de residentes sólo debería practicarse en UMA que

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tengan nidos activos y con un seguimiento cuidadoso, y deberá ser centrada en pollos y volantones (hasta un año de edad). Para especies migratorias es recomendable utilizar y comparar los datos generados en los EUA, y retomar los análisis que realizan para estimar las cuotas de extracción. La cosecha, de realizarse, debiera tender a una proporción de 50% machos-hembras. Métodos para la determinación del calendario de las actividades de cosecha en una UMA. La cosecha tendrá que definirse de manera anual dependiendo de la biología de la especie. Las especies migratorias debieran cosecharse en otoño-invierno, y capturando ejemplares añeros. Para el caso de residentes, se recomienda hacerlo en primavera (con pollos). Criterios para la distribución de las actividades de cosecha en el predio de una UMA; si aplica. Las especies de rapaces residentes pueden cosecharse de nidos, siempre y cuando mediante el seguimiento sistemático de éstos últimos se determine que el récord de productividad sea exitoso a través de un número suficiente de años. Las especies migratorias podrían cosecharse en cualquier área de la UMA sujetándose a las consideraciones definidas anteriormente. Descripción de los modos de cosecha aceptables En caso de considerarse que existe viabilidad de la cosecha, para el caso de especies residentes se deben capturar solamente pollos del nido y juveniles de hasta de un año. En caso de cosechar pollos se recomienda extraer ejemplares de más de 10 días de nacidos, para reducir las probabilidades de mortalidad debida a esta actividad. Tanto para el caso de especies residentes como migratorias, la proporción de sexos de la extracción debería ser de 50% machos 50% hembras. Para las especies migratorias, se recomienda que si se decide autorizar alguna cosecha, esta se efectúe en otoño, durante su tránsito por las rutas migratorias. Para ello deberán definirse con claridad y plena justificación las zonas de cosecha (UMA o zona federal). Las técnicas de cosecha que se podrían considerar aceptables son las que emplean redes Dho Gaza y trampas Bal Chatri. Debe liberarse de la trampa al ejemplar, inmediatamente después de su captura. Puede permitirse el uso de

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cebos durante la captura como: gorrión doméstico, palomas domésticas, ratones de laboratorio. Debe evitarse retirar huevos e intentar incubarlos aparte (con el propósito de promover dobles o triples puestas), a menos que se trate de proyectos de conservación como repoblación para la recuperación de poblaciones. Esos proyectos especiales de conservación tendrían que ser evaluados previamente y, en su caso, estar plenamente avalados por la Dirección General de Vida Silvestre, con énfasis en la necesidad de que cuenten con las instalaciones adecuadas. Antes de autorizar cualquier actividad extractiva –con fines comerciales o no– será necesario investigar exhaustivamente sobre cuáles especies son más susceptibles a perturbaciones ocurridas en el nido y cuáles son los efectos negativos que cabría esperar de ello (Bent, 1961.) Como recomendación precautoria adicional, en caso de que se trabajara en iniciativas de ese tipo, habría que alimentar pollos muy pequeños con papilla hecha de codorniz o pollo (sin vísceras, ni plumas, pico o cabeza). Indicadores de los efectos de la cosecha sobre la propia población y protocolo de seguimiento y análisis recomendado para éstos. Además de considerar los efectos de la cosecha que puedan detectarse a partir de los monitoreos efectuados en temporadas subsecuentes a la extracción, en el caso particular de aves rapaces residentes debe ponerse atención especial en el éxito de anidación y en las migratorias, la presencia y frecuencia de la especie durante los desplazamientos. También deben considerarse los efectos de otros factores, por ejemplo los meteorológicos, para no confundir los resultados de esos eventos con el impacto la cosecha. Adicionalmente a observar las tendencias poblacionales y de hábitat, deben monitorearse detalladamente las tendencias de consumo (comercio) y estudio de mercado de demanda-oferta de estas especies, tanto del mercado lícito como del ilícito. Dentro de las eventuales cuotas regionales de extracción, sería recomendable garantizar una proporción de individuos para destinarlos al mercado nacional con lo cual se puede contribuir a la reducción del comercio ilegal. Todos los ejemplares deberán marcarse con anillos, los pollos con anillos cerrados y con un microchip. Actualmente es relativamente fácil realizar un fingerprinting a partir del ADN de los individuos, a partir de plumas. Lo anterior puede permitir un mecanismo de control más fino para las autoridades, que cumpliría el propósito de verificar que el ave en cuestión es la misma que se obtuvo de forma legal de una UMA o con el permiso de captura. En caso de que se sospeche que el individuo obtenido lícitamente ha sido reemplazado por otro, se podría comparar el ADN del individuo “sospechoso” con el registrado para el individuo legal por parte de las autoridades, en bases de datos adecuadas y siempre actualizadas.

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Parte D. Recapitulación y recomendaciones. Identificación de necesidades y vacíos Los datos de observación de aves rapaces deben alimentar la construcción de una base de datos nacional (por ejemplo, CONABIO y AverAves). Asimismo, es recomendable que los técnicos acrediten un curso de capacitación (en principio de dos días, con una agenda temática que incluya identificación de especies, monitoreo de nidos, instalaciones básicas, dietas, equipo, captura de datos y marco legal, entre otros temas). Debido a que este tema es relativamente nuevo en México, es necesario impulsar líneas de investigación sobre estas especies y su manejo, con el fin de tener información disponible para determinar la viabilidad de su cosecha y, de ser el caso, determinar las tasas de extracción. Debe solicitarse a la CONABIO la integración de una base de datos de rapaces, preparar programas de capacitación para responsables técnicos, además de elaborar lineamientos para la práctica de la cetrería en México y para la operación de UMA intensivas de rapaces. Asimismo será necesario involucrar a los diferentes actores entre los cuales destaca el gremio de cetreros, que cuenta con aproximadamente 300 practicantes agrupados en entre 15 y 20 organizaciones, y aproximadamente 5 criadores. Se recomienda poner a disposición (por ejemplo en red) la lista de cetreros incluyendo el número de ejemplares y especies con las que cuenten. También se recomienda rescatar y actualizar el contenido del “Manual de aves rapaces” publicado por la DGVS. Asimismo es importante dedicar esfuerzos específicos a la elaboración de formatos de captura de datos, con base en el conocimiento disponible acerca de los aspectos a los que resultaría crucial dar seguimiento.

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Parte V. Bibliografía. Referencias esenciales Anderson, S. H. y J. R. Squires. 1997. The prairie falcon. The Corrie Herring

Hooks Series. (no. 33). University of Texas Press. Bent, Arthur Cleveland. Life Histories of North American Birds of Prey. 1961.

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America. Chicago Press, 851 pp. Millsap, B. y G. Allen. 2006a. Environmental assessment. Take of raptors from

the wild under the Falconry Regulations and the Raptor Propagation Regulations. draft. Division of Migratory Bird Management. U. S. Fish and Wildlife Service.

Millsap, B. y G. Allen. 2006b. Effects of falconry on wild raptor populations in the

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Peterson Field Guides. Houghton Mifflin Company. Boston. 198 pp.

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Ceballos, G. & L. Márquez-Valdelamar. 2005. Las aves de México en peligro de

extinción. CONABIO-UNAM. Fox, N. 2003. Comprender al ave de presa. Cairel Ediciones. 453 pp. CONABIO. Heintzelman, D. S. 1988. A guide to hawk watching in North America. Keystone

Books. 284 pp. Keddy, H. D. P. 2000. Aplomado falcon (Falco femoralis). In: The birds of North

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México. 286pp. Peterson, R.T. & E. L. Chalif. 1989. Aves de México. Guía de campo. Editorial

Diana. México. 473 pp. Squires, J.R. & Reynolds, R.T. 1997. Northern Goshawk (Accipiter gentilis). En:

Poole, A. & Gill, F. (eds) The Birds of North America., no. 298: 1–32. Philadelphia, PA: The Academy of Natural Sciences, and Washington, DC: The American Ornithologists’ Union.

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unicinctus.html http://www.audubon.org/bird/cbc/ http://www.conabio.gob.mx/remib/doctos/remibnodosdb.html?

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Anexo 1. Métodos de monitoreo, ámbito de actividad e información adicional para el seguimiento de aves rapaces.

Nombre común ESPECIE Uso Protocolo de monitoreo Ámbito hogareño/pareja Abundancia

Intensidad de uso Migratoria Residente Mixta Hábitat Observaciones

Halcón peregrino Falco peregrinus CETRERÍA Puntos fijos, nidos177-1508 millas2 (Bildstein

& Meyer. 2000) 4 2 X

desierto, templado, tropical, perchas altas.

Halcón aplomado Falco femoralis CETRERÍATransectos en vehículo, puntos fijos

2.6-9 (Keddy-Héctor. 2000) 3 a 4 3 X

Halcón de las praderas Falco mexicanus CETRERÍA Trans. en vehículo, nidos34-389 km2 (Anderson &

Squires) 3 a 4 1 X

(no considera flotadores, juveniles). (Anderson & Squires)200 parejas en 100 km. Río Snake,Idaho, USA. Densidad más alta del mundo. Cada pareja 15 km2 de ámbito.7.8 km entre nidos (www.fs.fed.us/databas

Esmerejón, merlin Falco columbarius CETRERÍA Puntos fijos, transectos 4 1 X

Cernícalo americano Falco sparverius CETRERÍATrans. Vehic., Ptos fijos en migración 1.2-2 millas2 (wikipedia) 5 2 X

Halcón murcielagero Falco rufigularis CETRERÍATrans. Vehículo y a pie, nidos 4 1 X

Halcón harris Parabuteo unicinctus CETRERÍA Trans. Ptos F. Nidos.0.2-5.5 millas2 (animal

diversity...) 5 5 X

ummz.umich.edu/site/accounts/information/Parabuteo unicinctus.html

Halcón-Aguililla cola roja Buteo jamaicensis CETRERÍA Trans. Ptos F. Nidos. 5 4 XAguililla lagartijera * Buteo magnirostris CETRERÍA Transectos en vehículo 5 2 X

Aguililla, gavilán gris * Buteo nitidus (Asturina nitida) CETRERÍA Transectos en vehículo 5 2 XAguililla real o ferruginosa Buteo regalis NO APROVECHAR cero 2 - ? 1 XGavilán de cooper Accipiter cooperii CETRERÍA Nidos, Ptos. F. 4 3 X

Azor Accipiter gentilis CETRERÍA Nidos, Ptos. F.570-3,500 has (Squires &

Reynolds. 1997) 2 1 X

Gavilán estriado Accipiter striatus CETRERÍA Nidos, Ptos. F.0.9-2.8 km2 (Bildstein &

Meyer. 2000) 4 2 XÁguila real Aquila chrysaetos NO APROVECHAR cero 100-125 km2 (com. Pers.) 3 1 XBuho virginiano, cornudo Bubo virginianus ORNATO nidos y trans.- canto 4 1 XAguililla blanca Leucopternis albicollis ORNATO Trans y nidos 3 1 X

Águila elegante Spizaeutus ornatus NO APROVECHAR cero50-70 km2 (Com. Pers.

Rafa) 2 1 X

Águila blanquinegra Spizaeutus melanoleucus NO APROVECHAR cero50-70 km2 (Com. Pers.

Rafa) 2 1 X

Águila tirana Spizaeutus tyrannus NO APROVECHAR cero80-120 km2 (Com. Pers.

Rafa) 2 1 XTecolote occidental Otus kennicottii ORNATO nidos y trans.- canto 4 1 XTecolotillo abajeño Glaucidium sp ORNATO nidos y trans.- canto 5 1 XLechuza de campanario Tyto alba ORNATO nidos y trans.- canto 5 1 X

Águila arpía Harpia harpija NO APROVECHAR cero100-130 km2 (Com. Pers.

Rafa) 1 0 XÁguila calva Haliaetus leucocephalus NO APROVECHAR cero 50 km2 (Com. Pers. Rafa) 1 1 X

Águila solitaria Harpialetus solitarius NO APROVECHAR cero100-130 km2 (Com. Pers.

Rafa) 1 0 XTropical, Calakmul, Petén.

* Especies más abundantes del sureste de México

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II. TALLER SOBRE CONSERVACIÓN Y

USO SUSTENTABLE DE MAMÍFEROS SILVESTRES EN UMA

4 al 6 de septiembre de 2006

PANORÁMICA DE LA CONSERVACIÓN DE LOS MAMÍFEROS SILVESTRES SUJETOS A APROVECHAMIENTO EN MÉXICO

Ariel Rojo Curiel y Jesús Lizardo Cruz Romo

Dirección General de Vida Silvestre Históricamente, el aprovechamiento de mamíferos en México se ha realizado con fines alimenticios, ornamentales, culturales y recreativos, y que gracias a la alta biodiversidad con la que contamos, ha tenido un fuerte impacto en sus diversas manifestaciones a nivel nacional e internacional. El aprovechamiento de mamíferos, de sus ejemplares, partes y derivados está reconocido en la Ley General de Vida Silvestre en Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA), no obstante, se reconoce también la modalidad del aprovechamiento bajo condiciones de subsistencia. El aprovechamiento de grandes mamíferos de interés cinegético en UMA representa un incentivo económico para el legítimo propietario de la tierra y conlleva la conservación del hábitat natural, normalmente destinado a fines ganaderos y agrícolas; particularmente en el Norte de México, donde el tipo de propiedad de la tierra involucra grandes extensiones de terreno, el éxito derivado de estas actividades permite generar ingresos económicos considerables a partir del aprovechamiento de especies como el borrego cimarrón, el pecarí y los venados bura y cola blanca. Como es sabido, para realizar un aprovechamiento sustentable se requiere contar con los estudios poblacionales respectivos, derivado de esto, varias especies de interés cinegético del Norte cuentan con protocolos bien definidos de monitoreo, manejo y cosecha. Sin embargo, el manejo y aprovechamiento de especies neotropicales, así como el registro y operación de las UMA en el sur y sureste de México ha sido comparativamente bajo, en parte debido a la organización que se requiere para operar una UMA en propiedades de carácter ejidal, en donde la extensión de las propiedades es menor y a que las técnicas de monitoreo, manejo y cosecha no están del todo desarrolladas. Si bien los mamíferos neotropicales han sido aprovechados desde hace muchos años, la información poblacional de estas especies es limitada, entre otras cosas por la falta de recursos financieros para la investigación y a que la mayor parte de las especies son poco conspicuas o de hábitos nocturnos, como es el caso de los tepezcuintles y temazates. El aprovechamiento de este grupo de especies bajo el esquema de UMA es bajo. El caso particular del aprovechamiento de de mamíferos bajo condiciones de subsistencia ha sido un tema ampliamente discutido, sobretodo porque es sabido que en varias comunidades el uso de estas especies representa uno de los principales aportes a su dieta, notablemente en aquellas localidades que viven en condiciones de alta marginación, y que ejercen una presión importante sobre diferentes especies, siendo el venado, armadillo y el tepezcuintle algunas de las más apreciadas. Se desconoce a ciencia cierta el impacto de este tipo de aprovechamiento, aunque se tienen registros de zonas donde la actividad es frecuente.

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Un caso muy particular son los carnívoros, especies que al ser depredadores cuentan con poco aprecio entre las comunidades rurales, ya sea por el peligro asociado, por ser la competencia natural de los intereses ganaderos, por el interés en sus pieles o para el comercio ilegal de mascotas. Pocas de ellas tienen interés cinegético, y en aquellas que pudieran tenerlo, su caza está prohibida en México, por estar en condición de riesgo. Por otro lado, algunas especies, como el puma y el coyote, con frecuencia se convierten en poblaciones que se tornan perjudiciales por su rápido crecimiento, por lo que es importante considerar el trabajo requerido en su manejo y conservación. El propósito de este Taller, que cuenta con la participación de especialistas con amplia experiencia y conocimiento de los mamíferos de México, es el desarrollo de criterios y protocolos de manejo y de cosecha, así como las medidas y acciones que deben considerarse de acuerdo con la biología y ecología de las poblaciones y su hábitat, sobre todo considerando las distintas condiciones biogeográficas del país y la gran variedad de ecosistemas de México.

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BORREGO CIMARRÓN (Ovis canadensis)

Elaboración del documento final A cargo de los participantes. Participantes en la Mesa de Trabajo Raymond Lee ,President/CEO, FOUNDATION FOR NORTH AMERICAN WILD SHEEP (FNAWS) [email protected] Rodrigo A. Medellín, Investigador Titular “C” de T. C., INSTITUTO DE ECOLOGÍA, UNAM medellí[email protected] Eric M. Rominger, Bighorn Sheep Biologist, NEW MEXICO DEPARTMENT OF GAME AND FISH SANTA FE, NM--USA [email protected] Joel González Moreno, Inspector Federal, PROFEPA, MÉXICO [email protected] Alejandro Espinosa Treviño, Programa de Recuperación de Borrego Cimarrón, PROGRAMAS DE CONSERVACIÓN CORPORATIVOS CEMEX [email protected] Juan Manuel Segundo, DIRECCIÓN GENERAL DE VIDA SILVESTRE, INSTITUTO NACIONAL DE ECOLOGÍA, SEMARNAT (moderador) [email protected] Carlos Manterola, Director General, UNIDOS PARA LA CONSERVACIÓN, A. C. [email protected] Fernando Colchero, Ph. D. Candidate, UNIVERSITY PROGRAM IN ECOLOGY,DUKE UNIVERSITY [email protected] Introducción El borrego cimarrón (Ovis canadensis), pertenece al orden de los artiodáctilos y a la familia de los bóvidos. Se han identificado siete subespecies de borrego cimarrón de las cuales tres habitan en México: O. c. .cremnobates (Elliot, 1903) o cimarrón café en Baja California; O.c.weemsi (Goldman, 1937) o cimarrón rojo en Baja California Sur; y O.c.mexicana (Merriam, 1901) o cimarrón gris en Sonora. Sin embargo, la validez de dicha clasificación ha sido cuestionada con base en estudios genéticos (Boyce, 1997). Al margen de esta clasificación, se han distinguido dos variedades de borrego cimarrón con base en el tipo de hábitat: el borrego de montaña, que se encuentra en Canadá y Estados Unidos, y el borrego de desierto, en Estados Unidos y el norte de México (INE, 2000).

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Hábitat Como su nombre lo indica, el borrego de desierto habita en zonas áridas y montañosas. Las preferencias de hábitat varían de acuerdo con la hora, estación y edad, los sitios clave más importantes son las áreas de forraje, de agua, de apareamiento, de crianza, de cobertura o reposo (cuevas o cavidades), y de escape, estas últimas se caracterizan por ser sitios rocosos y abruptos con vegetación baja que le brindan una amplia visibilidad al animal, lo que le permite detectar depredadores a gran distancia y hallar fácilmente rutas de salida (Wishart, 1978; May, 1979; Smith y Krausman, 1988). Reproducción La época de apareamiento inicia en julio y termina en diciembre. La gestación dura entre 175 y 180 días, por lo que las crías nacen entre los meses de enero a junio. Las hembras paren por lo general una sola cría. Aun cuando ambos sexos alcanzan la madurez sexual alrededor de los 18 meses de edad, las hembras se reproducen por primera vez hasta los dos años y medio. Dieta La dieta del borrego cimarrón varía con los cambios estacionales de la vegetación. Sin embargo, se ha encontrado que ésta está dominada por pastos, seguida por arbustos y cactáceas (ramoneo), y en menor proporción hierbas (Sánchez, 1978). Depredadores y enfermedades El principal depredador para la especie es el puma (Puma concolor) el cual puede atacar tanto crías como adultos. De forma más aislada, se han reportado ataques de otros depredadores como coyote (Canis latrans), zorra (Urocyon cinereoargenteus), lince (Lynx rufus), lobo (Canis lupus). El borrego cimarrón es susceptible a contraer diversas enfermedades y parásitos, entre los que cabe mencionar a la neumonía bacteriana (Pasteurella sp., Staphylococcus sp., Corynebacterium sp.), la sinusitis crónica, para-influenza-3, lengua azul, hemorragia epizoótica y ecthyma contagiosa. Los parásitos más comunes son las lombrices (Protostrongylus stilesi, Mullerius capillaris), los moscardones (Oestrus ovis) vectores de bacterias causantes de la sinusitis crónica y los ácaros, causantes de sarna (Prosoroptes cervinus, P. ovis), la cual parece ser la única amenaza seria para las poblaciones de borrego cimarrón (De Vos, 1993). Muchas de las enfermedades están asociadas con la presencia de ganado doméstico que actúa como reservorio y transmisor de enfermedades. Aprovechamiento

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Debido a las características de su hábitat así como a la cornamenta de los machos, el borrego cimarrón es considerado como uno de los mayores trofeos de cacería en Norte América (INE 2000).

Aspectos de población de la especie, relevantes para la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA.

Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento a poblaciones de las especies (o grupos de especies) Debido a que el hábitat del borrego cimarrón está limitado por serranías con terreno escarpado y pendientes altas (60%), y a que son altamente filopátricos (se mantienen en las mismas áreas y su dispersión es limitada), las poblaciones de la especie pueden ser estudiadas en unidades regionales bien delimitadas. Es por esto que consideramos necesario que los procesos de monitoreo de las poblaciones y la asignación de tasas de aprovechamiento se haga con base en las Unidades Regionales de Manejo (UNIREM). Estas fueron desarrolladas como parte de una iniciativa de PROFEPA y la Dirección General de Vida Silvestre (DGVS), con el apoyo técnico de investigadores de diversas instituciones. Dicho estudio se basó en la evaluación de los requerimientos de hábitat y la movilidad de la especie en los estados del norte de México (Colchero et al, en preparación). Las UNIREM constituyen áreas dentro del rango actual de la especie, aisladas entre si (ya sea por barreras físicas o por distancia) y que cumplen con los requerimientos tanto bióticos como físicos para la subsistencia de la misma. Al estar aisladas, albergan poblaciones enteras, por lo que pueden ser manejadas como unidades discretas. En la actualidad, son las unidades técnicas que dan sustento a la planeación de los monitoreos y a la evaluación poblacional para la asignación de tasas de aprovechamiento para las SUMA. La extensión de las mismas varía con base en el aislamiento Después de los análisis antes mencionados y con base en los criterios de López y Lee (1997), concluimos que las UNIREM definen los procesos demográficos necesarios para el mantenimiento de poblaciones de la especie y, por consiguiente, definen la escala geográfica a la que se debe de dar seguimiento a la especie.

Aspectos poblacionales más relevantes para la determinación, la práctica y el ajuste de la cosecha sustentable en UMA. Los número de individuos por clase de edades deben basarse en la clasificación de Geist (1971).

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Con base en los datos de la Isla Tiburón, la cual no está sujeta a depredación ni a epidemias importantes, la proporción de machos por hembra era, antes de las capturas y cacerías, de 0.8:1 (Lee, 1994). Por otro lado, en una población sujeta a aprovechamiento, ésta no debe ser menor a 0.3:1, y la proporción de crías por hembra no puede ser menor a 0.25:1, esto con una mortalidad de adultos baja. En caso de extracciones la proporción de sexos en la población fuente no debe exceder 0.8:1. En resumen, la proporción de sexos debe estar entre 0.3:1 a 0.8:1. En cuanto a la proporción de machos clase I a clase IV, ésta no debe ser menor en promedio de 4:1 ni exceder 2:1 (Lee, 1989). Es importante señalar que la densidad poblacional puede variar de 0.1 a 7 individuos por kilómetro cuadrado (McQuivey, 1978; Sandoval, 1979). Sin embargo, es necesario estimarla a cada monitoreo para identificar cambios abruptos entre años. Estos pueden deberse a enfermedades infecciosas y sequías severas, entre otras. Es por consiguiente importante, cuando se registren cambios poblacionales, determinar causas de mortalidad al buscar animales muertos. Para los estados de Coahuila, Chihuahua y Nuevo León, el manejo de la población de borrego cimarrón deberá hacerse evitando el modelo utilizado en Sonora. Es decir, no debe permitirse el aprovechamiento cinegético dentro de encierros, y sólo podrá establecerse un solo encierro por estado para la recuperación de la especie. Este deberá cubrir una superficie mayor a 2,500 ha de hábitat de borrego. En el caso de Baja California y Baja California Sur tampoco debe autorizarse el uso de encierros como estrategia de manejo. En el caso de Sonora se deberá evitar la creación de nuevos criaderos. Para orientar la conservación hacia los lineamientos del párrafo anterior, recomendamos que se ajuste la normatividad lo antes posible para atender esta necesidad de manejo. Establecer programas a nivel estatal que contenga los linimientos técnicos para el manejo y recuperación de la especie en los estados de Nuevo León, Coahuila y Chihuahua. El programa y los lineamiento tendrá que ajustarse a los requerimientos de hábitat de esta especie y deberán ser establecidos por la Dirección General de Vida Silvestre SEMARNAT El programa de recuperación a nivel estatal deberá partir de un solo encierro que tenga las condiciones de hábitat y superficie adecuadas para que permita que estos ejemplares tingan el mínimo de manejo humano para evitar su domesticación y facilite el poseso de liberación de estos ejemplares al medio silvestre con una mayor probabilidad de éxito en los proyectos de repoblación. Una alternativa para establecer el programa de repoblación seria utilizar la información del GARP realizado por Colchero et al en el 2000 y la información ampliada y actualizada por Alejandro Espinosa para los estados de Chihuahua y Coahuila para realizar un ejercicio similar al de las UNIREM en el estado de Sonora y priorizar áreas para la recuperación en vida libre, tomando en cuenta la conectividad de la sierras, la calidad del hábitat entre estas, presencia de

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exóticos etc. Asimismo, factores sociales como el desarrollo comunitario, interés y compromiso de un manejo regional de la especie que asegure su permanencia y otorgue los beneficios económicos a la comunidad Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de población orientado a detectar la condición inicial y tendencias subsiguientes de ésta Los monitoreos deben ser llevados a cabo en helicóptero de turbina entre el 15 de septiembre al 1º de diciembre. A una velocidad promedio 80 km/hora (+/- 50 millas/hora). Por lo general una hora de monitoreo aéreo para cada 25 km2 (10 millas cuadradas) de hábitat es suficiente (Lee, 1993). Los individuos deben ser clasificados de acuerdo a las clases definidas por Geist (1971) como crías (1-12 meses de edad), juveniles hembras y machos (12-24 meses), juveniles no clasificados, hembras adultas, machos adultos clases I, II, III y IV. Los que no puedan ser identificados claramente deben ser incluidos en “no clasificados”. El registro de datos debe incluir observaciones de otras especies como venado bura y cola blanca, pumas, pecarí (“jabalí”) y coyotes. En cada estado se dividirán las UNIREM en tres grupos para monitorear uno al año. Esto permitirá cubrir la totalidad de las UNIREM al cabo de tres años. Dentro de éstas, será necesario cubrir el 100% del área definida como sierra borreguera en el estudio de uso y selección de hábitat mencionado anteriormente (Colchero et al., en prep). En caso de no ser posible monitorear el 100% del área se podrá cubrir 50% como mínimo, lo cual deberá ser justificado con base en términos administrativos y técnico-científico. Sin embargo, el primer monitoreo – programado para el otoño de 2006 – se debe volar la totalidad del área borreguera de cada UNIREM para hacer una validación de campo para los resultados de dicho estudio, con lo cual se podrá reducir el área de vuelo para los siguientes monitoreos sólo a las zonas donde la especie realmente ocurre. De todos los vuelos se debe de entregar la ruta de vuelo extraída obtenida con un GPS. El patrón de vuelo en cada sierra debe seguir círculos concéntricos con base en el método de Remington y Welsh (1989). Es importante que se considere, a la hora de estimar costos de vuelo, el tiempo que toma el helicóptero en viajar del sitio de abastecimiento de combustible a la zona de monitoreo. Esto puede incrementar los costos hasta un 20%. Es necesario entrenar a los observadores y pilotos para reducir la incertidumbre en la tasa de avistamientos. Dicho entrenamiento debe ser impartido por personal de la DGVS con apoyo de especialistas con amplia experiencia en el monitoreo de la especie (e. g. Raymond Lee, Eric Rominger, entre otros). Como resultado los observadores serán acreditados como técnicos en monitoreo aéreo de borrego cimarrón. Recomendamos que los técnicos se capaciten cada dos años. Aquellos técnicos no acreditados no podrán participar en los monitoreos. Formato óptimo para la captura de los datos de campo.

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El grupo recomienda el formato utilizado por Raymond Lee y Eric Rominger. Algoritmos recomendados para calcular los parámetros poblacionales indispensables para la gestión de la cosecha sustentable. Con base en estudios previos, se ha establecido que en promedio el número de animales observados al término de un monitoreo aéreo es de 45 % del tamaño total de la población (Miller et al. 1989; Remington y Welsh 1989). De esta forma, el tamaño de la población puede ser calculado con base en la ecuación siguiente: Nest = Nobs / 0.45 donde Nest es el tamaño de la población estimada y Nobs es el número total de borregos observados durante el vuelo.

Aspectos del hábitat de la especie, relevantes para la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA.

Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento al hábitat de la especie. De la misma forma como se definió la escala geográfica para la especie, insistimos en que el monitoreo del hábitat se lleve a cabo dentro de las UNIREM. Ya que estas unidades pueden incluir varias Unidades de Manejo y Aprovechamiento (UMA), administrativamente el seguimiento del hábitat debe ser realizado por cada UMA individualmente, con miras a recabar información para la totalidad de la UNIREM. Aspectos del hábitat más relevantes para la determinación, la práctica y el ajuste de la cosecha sustentable en UMA

El puma (Puma concolor), puede ser responsable de más de 80% de las causas conocidas de mortalidad de borrego cimarrón en Nuevo México (Rominger et al 2004). En otras áreas tasas de mortalidad similares por depredación de pumas han sido reportadas (Wehausen 1996, Hayes et al 2000, Kamler et al 2002). Es importante señalar que, en los desiertos sonorense y chihuahuense los depredadores naturales del borrego han aumentado debido a la presencia de ganado, principalmente depredando sobre las crías (becerros y potrillos). Este efecto ha sido descrito como depredadores subsidiados (Rominger et al 2004), por lo que los tamaños poblacionales del puma no pueden ser considerados

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como naturales. Esto puede convertirse en un problema importante para poblaciones de borrego cimarrón pequeñas y aisladas (de menos de 50 hembras) y para aquellas en vías de establecimiento. En estos casos, se ha demostrado que la remoción a corto plazo de pumas (hasta que el número de hembras de borrego alcance al menos 50) es una herramienta efectiva para asegurar el crecimiento de dichas poblaciones (Ernest et al 2002). Además, esto puede promover el establecimiento o recuperación de otras especies afectadas por el aumento de las poblaciones de puma, manteniendo e inclusive aumentado la riqueza de especies en la zona (Sweitzer et al. 1997, Rominger y Weisenberger 2000). Proponemos que se desarrolle un protocolo estandarizado de evaluación y monitoreo de hábitat para todas las UMA. Por el momento sugerimos que las evaluaciones de hábitat de borrego cimarrón en el desierto sonorense se lleven a cabo siguiendo el método propuesto por Lee et al (2000), y para el desierto chihuahuense el de Dunn (1994). Se recomienda enfáticamente realizar un taller de análisis de viabilidad de poblaciones y hábitat para el desierto sonorense y otro para el desierto chihuahuense (Fisher et al 1999). Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de hábitat orientado a detectar su condición inicial y sus tendencias subsiguientes. Se recomienda enfáticamente realizar un taller de análisis de viabilidad de poblaciones y hábitat para el desierto sonorense y otro para el desierto chihuahuense (Fisher et al. 1999). Formato óptimo para la captura de los datos de campo. Ver las referencias citadas en la sección anterior, y los formatos que se propongan en el taller propuesto en el punto anterior. Definición de parámetros de hábitat indispensables para la gestión de la cosecha sustentable.

Los animales exóticos y domésticos, en particular el ganado caprino y ovino, han demostrado en repetidas ocasiones que tienen el poder de terminar con poblaciones completas de borrego cimarrón, principalmente por dos razones: su impacto como competidores por el alimento y el agua, y su gran capacidad de transmitir diversas enfermedades mortales para el borrego como la lengua azul, neumonía y para influenza, y parásitos que pueden causar mortandades severas como ácaros de la sarna, garrapatas y gusanos pulmonares (Protostrongylus sp.). En particular para los estados del noreste del país, las enfermedades transmitidas por ganado caprino y ovino fueron las principales causas de la extinción de la especie en éstos (Heffelfinger y Marquez-Muñoz 2006, Espinosa et al 2006). Esto es un problema latente también en los estados que constituyen

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el área actual de distribución de la especie tanto en México (Cassaigne, 2005), como en los Estados Unidos (Sandoval, 1988; Rudolph et al., 2003, Jansen et al 2006). Por estas razones, es importante enfatizar la necesidad de llevar a cabo la remoción de especies exóticas y domésticas en áreas donde exista el borrego cimarrón, y mantener una distancia mínima de 15 km entre el área borreguera y los hatos de ganado y de especies exóticas. En caso de que los dueños de las UMA dentro de la UNIREM quieran mantener un hato pequeño de ganado caprino u ovino, proponemos la construcción de cercos dobles para esos hatos domésticos, para evitar que los borregos cimarrones puedan entrar en contacto directo con éstos. Sin embargo lo mejor seria evitar la proximidad de estas especies domesticas para prevenir cualquier problema de transmisión de enfermedades. Otro aspecto de suma importancia es el efecto del sobre-pastoreo en la pérdida de combustibles naturales. Esto promueve la supresión de fuegos y el incremento desmedido de especies leñosas, lo cual degrada de forma dramática el hábitat del borrego cimarrón (Huddleston-Lorton, 2002). Existen programas federales y estatales (SAGARPA y Secretarías de Ganadería de los Gobiernos de los Estados) para subsidiar el establecimiento de hatos de especies domésticas, en particular de ganado caprino y ovino. Es fundamental impulsar esfuerzos para detener dichos subsidio a nivel tanto estatal como federal para dotar de hatos de especies domésticas a propietarios de tierras ubicadas en áreas borregueras. De forma paralela, es necesario convencer a los propietarios de tierras en áreas donde se cuenta con la presencia de borrego, así como en áreas donde existen planes para la reintroducción de la especie, de los beneficios que implica la remoción de especies domésticas. En este sentido, es necesario promover ante los propietarios de la tierra que existen opciones para criar especies domésticas que no representan una amenaza para el borrego cimarrón y con la cuales este puede convivir, ya que de esta forma se tendrá el beneficio directo por la especie doméstica aunado al que potencialmente obtengan del borrego. Reconocemos la necesidad de considerar los costos socioeconómicos de promover manejo hacia la erradicación de especies domésticas para la protección y conservación del borrego cimarrón. Igualmente, los encierros donde se mantienen grupos de borrego cimarrón en confinamiento incrementan artificialmente las densidades de borrego, lo que aumenta el nivel de estrés y las probabilidades de epizootias, además de promover conductas anormales. La mayoría de las organizaciones de cazadores nacionales e internacionales no reconocen trofeos obtenidos de animales cazados dentro de los encierros. Por otro lado, estos encierros interrumpen el movimiento de poblaciones silvestres de muchas especies lo cual puede desembocar en reducción de la variabilidad genética de las mismas. Consideramos muy importante que la DGSV haga una evaluación del impacto de los encierros a nivel nacional para determinar hasta qué grado han afectado la recuperación y conservación de la

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especie, o promovido el desarrollo sustentable. Estos sólo pueden estar justificados con fines de repoblación. Aspectos de conservación de la especie para la gestión de la cosecha sustentable en UMA.

Procedimiento para la determinación de viabilidad biológica de la cosecha en el área de una UMA, haciendo uso de la información explicada en las Partes I y II. Aprovechamiento cinegético: El aprovechamiento será estimado para cada UNIREM, para que posteriormente la DGVS otorgue la tasa de aprovechamiento a cada UMA ubicada dentro de la UNIREM correspondiente. La tasa de aprovechamiento será determinada con base en los resultados de los monitoreos aéreos. Esta será calculada siguiendo el algoritmo descrito en el punto siguiente.

Aunado a esto, es necesario considerar la información recabada durante las cacerías anteriores en lo referente al puntaje y la edad promedio, así como el número promedio de días de cacería. Si los dos primeros indican que la edad y el puntaje se están reduciendo, y el último ha aumentado, eso sugiere que la población tiende a disminuir. Esto puede reducir los porcentajes que la DGVS utilice para asignar tasas de aprovechamiento. El permiso permitirá cazar machos de cualquier clase, con particular énfasis en machos de clase III y IV. Es importante señalar que la tasa no será asignada únicamente con base en los cálculos anteriores, sino que la DGVS requerirá que las UMA que constituyan la UNIREM provean información sobre causas de mortalidad, cambios ambientales (sequías, tormentas, etc.), cambios en el uso del suelo (presencia de animales domésticos, cambios en la vegetación, etc.). Esto debe ser parte de los reportes que éstas entreguen a la DGVS. Aquellas UMA que no entreguen esta información recibirán una tasa más conservadora debido a la incertidumbre por falta de información. El número de machos asignado a cada UMA para aprovechamiento cinegético seguirá el procedimiento establecido por la DGVS, esto es, sólo aquellas UMA que tengan sierra borreguera y hayan tenido registro de borrego en algún momento del año, recibirán permisos. Para éstas la tasa deberá ser asignada con base en la proporción de área borreguera que éstas cubran. Para aquellas UMA que sólo tengan zonas de conectividad dentro de la UNIREM recibirán una tasa menor, a ser definida por la DGVS, por lo cual sugerimos que los dueños de todas las UMA se pongan de acuerdo para permitir la cacería en las áreas donde el borrego se encuentre en la época de cacería. Sugerimos que los dueños de las UMA de una UNIREM busquen llegar a acuerdos para realizar las cacerías en conjunto. Esto permitirá una mejor

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organización de las cacerías a todo lo largo de la UNIREM, en vez de limitarlas a UMA individuales, además de que asegura que cada año todas las UMA se vean beneficiadas. Igualmente, se prevé que este esquema asegure que los cazadores reciban un mejor servicio, lo cual influirá en la promoción de la UNIREM en las organizaciones nacionales e internacionales de cazadores. Extracciones: Las extracciones sólo pueden justificarse cuando se plantean como parte del Programa Nacional de Recuperación del Borrego Cimarrón (INE 2000). Esto quiere decir que los fines de dichas extracciones deben ser para la recuperación de las poblaciones en de borrego cimarrón en las áreas de distribución actual e histórica en México. Las extracciones deben basarse en los datos de los monitoreos aéreos. De esta forma, la estimación de la tasa de extracción no debe de reducir la relación de machos por hembra de 0.3:1 ni hacerla exceder 0.8:1. Por otro lado, las extracciones anuales, incluyendo los aprovechamientos cinegéticos, no deben exceder 7% del tamaño estimado de la población (Jorgenson et al 1993). Esto está apoyado por los datos de la Isla Tiburón en la cual se han extraído alrededor de 50 individuos por año desde 1996 (alrededor de 7% de la población estimada), lo cual no ha aumentado la proporción de machos por hembra significativamente, ni ha disminuido los tamaños poblacionales dramáticamente (Colchero et al en prensa). Igualmente, no se deben llevar a cabo extracciones en poblaciones con un número de hembras menor a 100. En caso afirmativo de viabilidad, algoritmo para la determinación de la cuantía y periodicidad de la cosecha sustentable en una UMA.

Aprovechamiento cinegético: El número de machos estimados para aprovechamiento cinegético en cada UNIREM se basará en las siguientes ecuaciones:

Ctot = ((NI + NII + NIII + NIV) / 0.45) * 0.10 CIII-IV = ((NIII + NIV) / 0.45) * 0.20

donde NI, NII, NIII, NIV son los promedios de machos de clase I a IV observados durante los últimos tres monitoreos, Ctot es el 10 % del total de machos adultos y CIII-IV es el 20% del total de machos clase III a IV estimados en promedio para los últimos tres monitoreos. El número que resulte menor será la base para asignar la tasa de aprovechamiento cinegético para la UNIREM, siempre redondeado al entero menor (por ejemplo si el número resultante es de 1.7, la tasa asignada será de 1).

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Esta ecuación toma en cuenta la dinámica de la población a lo largo de varios años, por lo que el efecto de depredadores y otras causas de mortalidad natural son capturadas por el algoritmo. Extracciones: Como mencionamos en el punto anterior, las extracciones anuales, incluyendo los aprovechamientos cinegéticos, no deben exceder 7% del tamaño estimado de la población (Jorgenson et al., 1993). Métodos para la determinación del calendario de las actividades de cosecha en una UMA. La cosecha debe establecerse de forma a evitar la época de apareamiento y de nacimiento de las crías, así como después de los monitoreos. Las capturas deben ser programadas preferentemente del 15 al 30 de noviembre, con lo cual se evita la época de nacimiento de crías y el inicio de la temporada de aprovechamiento cinegético. Descripción de los modos de cosecha aceptables, incluyendo métodos de campo y previsiones para la cosecha diferencial por sexos y edades, u otros criterios, si aplica al caso. Aprovechamiento cinegético: Para el aprovechamiento cinegético, las armas utilizadas deben ser aquellas permitidas por la SEDENA excepto calibres menores a .243 (el uso de rifle de pólvora negra dependerá de si se encuentra en la lista de armas permitidas por SEDENA). Extracciones: Dependiendo del objetivo de la captura se deben de usar los métodos apropiados para las mismas, como lo sugieren Lee et al. (2000), y Thomas y Thomas (1999). Algunos ejemplos son: el uso de redes de caída, rifle de redes, redes y corrales de arreo y métodos de contención química. Indicadores de los efectos de la cosecha sobre la propia población y protocolo de seguimiento y análisis recomendado para éstos. Como mencionamos en puntos anteriores, tanto la tasa de aprovechamiento cinegético como las extracciones serán determinadas con base en los monitoreos aéreos y en otros criterios. Los monitoreos permitirán determinar el

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efecto de la cosecha en la dinámica poblacional. Sin embargo, debido a los costos de dichos monitoreos, en ciertos casos estos no serán realizados cada año, por lo que es fundamental que cada UNIREM con las UMA que la constituyen, aporte información detallada a la DGVS sobre mortalidad, cambios en la proporción de crías por hembra, cambios en los tamaños de los grupos, así como cambios importantes en el hábitat (sequía, disminución en la cobertura vegetal, etc.). Mientras la información que se entregue sea limitada, la DGVS se verá obligada a otorgar tasas de aprovechamiento conservadoras. Criterios y métodos para el ajuste progresivo de la cosecha en una UMA (incluyendo el caso de su eventual suspensión). La cosecha podrá ser suspendida si la población dentro de la UNIREM es menor a 100 individuos, así como si la tasa de crecimiento de la población es negativa. De no ser así, las cosechas será ajustadas cada año con base en el criterios descritos en el punto anterior. Criterios para garantizar la congruencia de la cosecha en una UMA con las necesidades y estrategia general de conservación de la especie (o grupo de especies afines). Para el aprovechamiento o cosecha ver el punto sobre procedimientos y para la estrategia general de conservación, recomendamos la actualización del PREP de borrego cimarrón, particularmente en la parte donde se establece el desarrollo y alcances del proyecto, que incluye diferentes actividades a realiza como la regionalización de las provincias naturales de para su manejo, la reintroducción, así como el manejo de la especie criaderos intensivos (Semarnap, 2000). La revisión de estos puntos especificos son fundamentales para el planteamiento de una estrategia nacional de recuperación y manejo de la especie en áreas de su antigua distribución. y el establecimiento del Consejo Consultivo Nacional de Vida Silvestre Esto permitirá establecer acuerdos y líneas estratégicas con fundamentos sólidos, asi como los acuerdos a nivel gubernamental para el adecuado cumplimiento de dichas estrategias de conservación y manejo de esta especie Algunos de los puntos importantes que deberá contener o contemplar la estrategia nacional para la recuperación del borrego cimarrón son los siguientes:

1). El uso del GARP para la selección de áreas y regionalización prioritarias para le recuperación del borrego

2). La conectividad y calidad del hábitat entre las sierras de una unidad regional

3). El factor de contacto e interacción positiva y negativa de las comunidades rurales para el manejo en vida libre de esta especie

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4). Programa estatal o regional de captura, traslado y seguimiento de los grupos de borrego cimarrón liberados, incluyendo en su diseño, ubicación geográfica de las región que serán atendidas con la repoblación y las comunidades que serán beneficiadas

5). Acuerdos entre la Federación y las autoridades de los gobiernos a nivel estatal para consolidar y dar cumplimiento a la estrategia nacional.

Recapitulación y recomendaciones. • Se recomienda enfáticamente realizar un taller de análisis de viabilidad de

poblaciones y hábitat para el desierto sonorense y otro para el desierto chihuahuense (Fisher et al. 1999).

• Establecer una estrategia nacional para la recuperación del borrego cimarrón y el establecimiento o definición de programas estatales siguiendo las lince de manejo y recuperación establecidas par la Federación a través de la firma de convenios con las autoridades estatales.

• Se recomienda que se ajuste la normatividad lo antes posible para atender esta necesidad de manejo y recuperación en áreas de su antigua distribución.

Bases esenciales para la conservación Aumentar los números poblacionales así como el ámbito actual de distribución de la especie (ver PREP de borrego, SEMARNAP 2000).

Ajuste progresivo de cosecha y manejo Ver sección de cosecha Identificación de necesidades y vacíos

• Capacitación de técnicos para monitoreos aéreos y manejo de vida silvestre.

• Base de datos de la información que entregan las UMA a la DGVS con criterios unificados, así como de los datos de monitoreo para todas las áreas borregueras.

• Proponemos que se coloquen collares de telemetría en distintas poblaciones para promover el desarrollo de proyectos de investigación que mejoren nuestras prácticas de manejo.

• Capacitación de personal de la DGVS en técnicas de evaluación de hábitat (SIG, levantamiento de datos de calidad de hábitat en campo, etc.) y análisis de dinámicas poblacionales.

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• Verificar viabilidad de sierras prioritarias para la reintroducción de la especie en el área de distribución histórica y actual propuestas en la reunión de San Carlos,.

• Actualización del PREP de borrego cimarrón y el establecimiento del Consejo Consultivo Nacional de Vida Silvestre.

• Desarrollar planes de manejo y conservación de la especie en vida libre para Baja California, Baja California Sur y Sonora impulsados por la DGVS con la participación de los gobiernos de los estados.

• Desarrollar planes para la recuperación y reintroducción en Chihuahua, Coahuila y Nuevo León impulsados por la DGVS con la participación de los gobiernos de los estados.

• Diferenciar los permisos que se otorguen para cacería libre de los de cacería en confinamiento. Esto se hará con un identificador oficial que garantice que el animal fue cazado en vida libre. Esta iniciativa se notificará a las organizaciones cinegéticas nacionales e internacionales.

• Es necesario que cada estado done al año un permiso para conservación e investigación.

• Cada permiso otorgado al año deberá donar $1,000 USD para investigación y manejo de la especie.

Otros aspectos importantes. Es importante que los lineamientos propuestos en este documento sean aplicados también a Áreas Naturales Protegidas que deseen contar y mantener poblaciones de borrego cimarrón dentro de las mismas. Referencias Boyce, W. M., P. W. Hedrick, N. E. Muggli-Cockett, S. Kalinowski, M. C. Penedo

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VENADO BURA Y VENADO COLA BLANCA EN HÁBITAT ÁRIDOS Y TEMPLADOS

Nota: la agenda original de esta Mesa de Trabajo incluía el pecarí de collar. El tema no fue tratado. Elaboración del documento final Francisco L. Villa Martínez, Rogelio Carrera, Florentino Chillopa, Carlos Alcalá. Participantes en la Mesa de Trabajo Rogelio Carrera (PROFAUNA) [email protected] Francisco L. Villa Martínez, FAOCIMEX. A. C. [email protected] Carlos Hugo Alcalá Galván, INIFAP – UNIVERSITY OF ARIZONA [email protected] Florentino Chillopa Morales, DGVS – SEMARNAT (moderador) [email protected] Santiago Gonzales FWS [email protected] Carlos Galindo, WWF – MÉXICO [email protected] Población Factores de mayor importancia para la población.

a). Escala geográfica.- Regionalizar Unidad Regional de Manejo (UNIREM).- Tamaño apropiado en superficie de acuerdo a la especie y zona. Fisiografía, régimen climático, distribución de las UMA, límites Políticos, vegetación, tenencia de la tierra, densidad humana, etc.). La UMA y la sub-población es “parte” de una unidad mayor.

b). Plan de manejo regional por especie/ estado con metas y objetivos especie / estado / región incorporados a las UMAS de UNIREM

c). Objetivos y Estrategias de población y de aprovechamiento. d). Porcentaje de cambio anual en sus parámetros poblacionales e). Tendencia f). Nutrición g). Reproducción h). Uso del hábitat estacional. i). Sobrevivencia y mortalidad

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Protocolo Recomendado de trabajo para seguimiento poblacional Regional. (Considerar la operación de los consejos técnicos consultivos). La diversidad de ambientes y características propias de las diferentes UNIREMS en las regiones semiáridas y templadas del país no permite la selección de un método único (receta de cocina) a seguir para la evaluación y seguimiento de las poblaciones de venados. a). Base de Datos. Establecer el mecanismo para la captura,

almacenamiento, y sistematización de la información para su análisis (Densidad, relación de sexo y edad, tendencia, cosecha, etc.).

b). Establecer un diagrama de flujo para definir alternativas de evaluación y monitoreo aplicables de acuerdo a la especie, zona y recursos disponibles.

c). La autoridad encargada de la administración apoyada por los consejos asesores se encargara del análisis de las tendencias poblacionales en las UNIREMS.

d). El análisis e interpretación de la información sobre poblaciones permitirá identificar necesidades de información mas detallada sobre parámetros poblacionales para tomar decisiones de manejo.

Formatos a utilizar Formato propuesto vía e mail. Algoritmos recomendados sobre la población para determinar posible cosecha

1.- Tendencia 2.- Análisis de historial de cosecha en cuanto a calidad y % de éxito. 3.- Objetivos de la UMA y UNIREM.( Crecimiento; mantenimiento; reducción) 4.- Variación en parámetros poblacionales

Información mínima indispensable de campo para la determinación de cosecha en UMA

Primeramente considerar ”Objetivos poblacionales”

1.- Densidad 2.- Estructura de población en sexo y edad. (categorías macho; Hembra;

Cría; NIdent.) 3.- Tendencia 4.- Historial de aprovechamiento 5.- Evaluaciones de cosecha.

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Hábitat La diversidad de ambientes y características propias de las diferentes UNIREMS en las regiones semiáridas y templadas del país no permite la selección de un método único (receta de cocina) a seguir para la evaluación y seguimiento de hábitat para venados. Se deberá establecer un diagrama de flujo para definir alternativas de evaluación y monitoreo de hábitat aplicables de acuerdo a la especie, zona y recursos disponibles. Escala geográfica y aspectos relevantes del hábitat a).- Evaluación de condición general a nivel región considerando el rango de

distribución de las subespecies, fisiografía, ambiente agroecológicos, y tipos de vegetación.

b).- Evaluación a nivel UMA b.1.- Determinar la proporción de hábitat disponible en la UMA b.2.- Identificación de subunidades de manejo b.3.- Identificar la disponibilidad de agua en cada una de las UMA

registro de fuentes de agua (tipo de fuente, donde están, duración, la capacidad de almacenamiento y calidad (turbidez y temperatura).

b.4.- Evaluación de cobertura (térmica y de escape.-proyección horizontal y vertical del follaje)

b.5.- Alimento.- Especies clave.- Componentes ó atributos ( evaluables y modificables para inducir cambios en el hábitat) Diversidad, Densidad, distribución, estructura arquitectónica.

b.6.- Áreas de protección de cría.- resultante de los muestreos de población, identificar estacionalmente la distribución de hembras y con ello los sitios clave de preferencia estacionales.

b.7.-Identificación de otros herbívoros silvestres y domésticos presentes en la UMA.

b.8.-Infraestructura para el manejo de ganado: cercos, caminos, corrales, áreas modificadas(agricultura, ganadería).

Protocolo de trabajo recomendado 1.-Consideraciones.- Mapeo de diferencias fisiográficas, alteraciones en la cubierta (desmontes, cultivos), tipos de vegetación, asociaciones vegetales.

a. Durante el muestreo de población procurar el registro de la distribución poblacional estacionalmente (observaciones directas en subunidades)

b. Muestreo de vegetación. Selección de método adecuado para estimar diversidad, densidad, distribución, estructura arquitectónica de la planta y producción de herbáceas.

c). Considerar las recomendaciones y acuerdos del consejo consultivo estatal, así como las regulaciones que dicte la autoridad en la materia del estado.

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d). Formato simple que refleje la condición. NOTA: para regiones áridas y semiáridas el muestro de vegetación recomendable es el derivado del registro de frecuencias en sus distintas modalidades. Análisis de estimaciones subsecuentes, permitirán obtener información sobre los atributos de interés (referidos anteriormente). La finalidad de la evaluación de hábitat en UMA, es identificar acciones prioritarias y programarlas para mejorar y conservar las necesidades de la población. 2.-Registro del estado actual de los atributos del hábitat realizando el comparativo de 3-5 años para determinar la tendencia en los mismos. 3.-Establecer metas y objetivos. 4.- La evaluación de condición del hábitat se puede basar en la apreciación de otros factores, tales como; Condición corporal de los animales (ganado y venados) buena-regular-pobre, así como por la intensidad de uso sobre las especies clave de mayor a menor preferencia. Cosecha

Nota.- La cosecha como parte del manejo en la UMA, reviste gran importancia por la calidad de información que puede brindar con respecto al estado y funcionamiento del hábitat y de la población. Debe ser considerado la colecta, almacenamiento y análisis de información producto de la evaluación de cosecha y ser relacionado con la condición y tendencia del hábitat y de población. 1.- Procedimiento para determinar viabilidad biológica (cuantía, modos, periodicidad y ajuste): Previo la consideración de metas y objetivos nacionales, estatales y regionales sobre la población objetivo. Viabilidad Biológica.- La disminución de un segmento de la población no implica riesgo para la continuidad de la población. 2.- Algoritmos, cuantía y periodicidad. A. Cumplir con el supuesto de la Ley, que la extracción deba ser menor a La

tasa de renovación natural de la población. B. Considerar objetivos de la población.- crecimiento, mantenimiento ó

reducción.

B.1.-Objetivo: Crecimiento: Que la extracción deba ser menor a La tasa de renovación natural de

la población. B2.-Objetivo: Mantenimiento: Que la extracción deba ser igual a La tasa de renovación natural de la

población.

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B3.-Objetivo: Reducción Que la extracción deba ser mayor a La tasa de renovación natural de

la población. Cuantía Determinar la cosecha potencial en la región (UNIREM) De inicio, se deberá establecer límites de extracción a nivel regional de acuerdo a sus parámetros poblacionales y objetivos, para después asignarse a nivel local (UMA) con base a lo siguiente:

• % de área de hábitat disponible para la especie ( evaluar la calidad del hábitat y de población con respecto a la región)

• Superficie proporcional de la UMA con relación a la superficie total de la región

• Resultados de estimación poblacional en UMA en relación a los datos regionales.

• Fomento en actividades de conservación de hábitat (manejo de ganado, aguajes, suelo, control de fauna feral, etc.)

• Análisis de la cosecha previa. • Demanda de las UMAS en la región.

Periodicidad (Biológicamente no tiene significancia). Debe ser relacionado con las metas y objetivos sobre la población regionalmente, ya sea para incrementar, mantener ó reducir la población.

a). Incremento, mantenimiento ó reducción en el éxito de caza ó aprovechamiento.

b). Vulnerabilidad de un segmento específico de la población (machos adultos en época reproductiva.

c). Requerimiento de la autoridad en control de armas y cazadores, así como los requerimientos sociales para brindar oportunidades de esparcimiento.

Medios, métodos, modos de cosecha Sobre éste punto, se recomienda realizar la cosecha con métodos socialmente aceptables, asegurándose abatir la pieza o el ejemplar de manera humana y ética, considerando los preceptos establecidos en la legislación aplicable sobre el trato digno y respetuoso. Indicadores de los efectos de la cosecha en UMA

• Cambio en la estructura de edades de la población. • Cambio en la proporción M:H • Disminución de la población (extracción aditiva)

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• Calidad ( refleja nutrición, genética y condición de hábitat)

El sentido de los indicadores (+ ó -) Deberá estar directamente relacionado con los objetivos de:

A).-Crecimiento, mantenimiento o decremento de la población B).-Calidad de la cosecha orientada a la producción de: cantidad de ejemplares, calidad de trofeos,

• Cantidad extraída • Éxito de cacería • Edad aproximada y peso

Criterios y métodos para el ajuste progresivo de la cosecha

• Revisar el historial de cosecha ( tasa otorgada, ejercida y tendencia poblacional)

• Revisar que la metodología de estimación de población sea consistente en cuanto a técnica empleada, sitios de muestreo (transectos), fechas, esfuerzo y representatividad del área y población.

• Avances en cuanto al cumplimiento de metas y objetivos comprometidos en el plan de manejo respecto a la conservación de la población y el hábitat.

• Comparar los datos poblacionales reportados con otras unidades vecinas en la región ó los datos de la UNIREM y referencias en literatura.

• Suspensión.- Incumplimiento a las actividades comprometidas; eventos de mortalidad extraordinarios, cuando en contra de la meta y objetivos poblacionales, la tasa de renovación sea inferior a la extracción.

Criterios para garantizar la congruencia de la cosecha en UMA con las necesidades y estrategia general de conservación de la especie.

• Documentar los esfuerzos e inversiones en obras de conservación y manejo de hábitat y poblaciones

• Documentar las tendencias poblacionales en unidades de manejo bajo aprovechamiento

• El interés en el aprovechamiento promueve las acciones de conservación y mejoramiento de hábitat para las poblaciones de interés y otras asociadas (biodiversidad, suelo, agua y vegetación).

Recapitulación y recomendaciones

• Bases esenciales para la conservación:

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a) Establecimiento de META nacional y estatal. b) Establecimiento de OBJETIVOS regionales y en UMA acordes

con la meta nacional. c) Establecer acciones concretas en UMA para alcanzar los

objetivos (descritos de conservación y aprovechamiento sustentable.)

d) Evaluación de las acciones respecto a los objetivos e) Replanteamiento de objetivos y/o corrección de acciones

• Ajuste progresivo de la cosecha y manejo:

Revisión de la compatibilidad entre los objetivos y la tendencia de la población y hábitat.

• Identificación de necesidades y vacíos:

a). Establecimiento de meta nacional de conservación por especie b). Establecimiento de comités técnicos consultivos (asesor). c). Implementación del vínculo federal con los comités técnicos para

la regionalización, y los programas de conservación y manejo específicos

d). Implementación de una base de datos nacional y estatal para dar seguimiento a los programas de manejo y aprovechamiento en las UMA y por especie

e). Rescate y reinstalación del Consejo Técnico Consultivo Nacional para la conservación y uso sustentable de la vida silvestre.

• Identificación de Vacíos

a). Falta de educación pública en materia de conservación y aprovechamiento sustentable de vida silvestre

b). Falta de vínculo del sistema educativo profesional con las necesidades en materia de manejo, conservación y aprovechamiento de vida silvestre

c). Falta de esquemas de vigilancia efectivos en materia de vida silvestre

d). Falta de continuidad en políticas públicas en materia de vida silvestre

e). Falta de congruencia y vínculo entre dependencias de gobierno con ingerencia en recursos naturales.

f). Falta de personal gubernamental (federal y estatal) é infraestructura para cubrir las demandas en materia de vida silvestre

g). Falta de esquema de evaluación del ejercicio de administración del recurso.

• Otros aspectos importantes:

Falta de esquemas de financiamiento para la operación efectiva del departamento (federal y estatal) de vida silvestre.

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Bibliografía No se incluyó.

APENDICE

PROTOCOLO DE TRABAJO RECOMENDADO PARA EL SEGUIMIENTO DE POBLACIÓN ORIENTADO A DETECTAR LA CONDICIÓN INICIAL Y LA

TENDENCIA EN UNA REGIÓN O UMA Objetivos.- Nacionales, estatales, regionales y en UMA. I.- Regionalizar y establecer objetivos de manejo. II.- Selección de metodologías apropiadas para la región y/o especie. III.- Elaboración de formatos para evaluación de poblaciones e información de la cosecha. III.- Crear Base de datos. IV.- Análisis de información. V.- Recomendaciones de manejo y aprovechamiento respecto a los objetivos de UMA y UNIREM. VI.- Evaluación de las recomendaciones de manejo y cosecha. VII.- Replanteamiento.

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VENADOS Y PECARIES EN EL TRÓPICO Elaboración del documento final A cargo de los participantes de la Mesa. Participantes en la Mesa Salvador Mandujano, INECOL [email protected] Alfredo Cuarón, FMVZ-UNAM [email protected], [email protected] Manuel Weber, ECOSUR [email protected], [email protected] Epigmenio Cruz, IHNE CHIAPAS [email protected], [email protected] Carlos Alcérreca, BIOCENOSIS, A. C. [email protected], [email protected] Ricardo Hernández, DGVS – SEMARNAT [email protected] Jesús Lizardo Cruz, DGVS-SEMARNAT [email protected] Especies consideradas durante los trabajos de la Mesa - Venado cola blanca (Odocoileus virginianus) - Venado temazate café de Yucatán (Mazama pandora) - Temazate rojo (Mazama americana) - Pecarí de collar (Pecari tajacu) - Pecarí de labios blancos (Tayassu pecari) Relatoría de la mesa de venados y pecaríes en zonas tropicales. Durante los días del taller se produjeron diversas recomendaciones relacionadas con el manejo de especies tropicales de ungulados en Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre. Las conclusiones se plasman en la presente relatoría, la cual incluye dos anexos, uno de los cuales fue considerado como tal aunque una versión previa se había incluido en el documento original, debido a que su versión final cuenta con información adicional propuesta por uno de los miembros de la Mesa. Asimismo, se incluye un documento elaborado posteriormente al taller, en cual se definen los protocolos de trabajo recomendados por el autor para el manejo de venado cola blanca en las regiones

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tropicales secas del país. Finalmente resulta importante aclarar que algunos de los productos esperados del taller no se alcanzaron por falta de consenso en la mesa de trabajo. Adicionalmente las referencias bibliográficas incompletas que originalmente se habían incluido, y los datos referentes al tapir y a los dasipróctidos, fueron eliminados debido a que esas especies no estaban incluidas dentro de la temática particular de la mesa (el caso del tepezcuintle, un dasipróctido, fue tratado en una Mesa especial de este Taller). El contenido de las siguientes secciones se refiere, de manera general, al grupo de cinco especies de ungulados definido más arriba. Poblaciones

Principios y técnicas básicos para protocolos Se recomendó que las UMAS elaboren un diseño de muestreo que pueda ser evaluado previo a la autorización y al cual se deberá aportar realimentación para mejorar dicho diseño. Se recomienda el uso de métodos sencillos, prácticos y sólidos, y seguir el principio precautorio buscando estimaciones basadas en métodos que dependan de contar los animales directamente. El empleo del conteo de huellas y signos debe ser complementario a las observaciones directas; asimismo, es recomendable utilizar al menos dos técnicas comparativas y complementarias, para asegurar en la medida de lo posible la confiabilidad de la información.

De acuerdo con lo discutido en la mesa, para muestreos de signos y conteos directos se propone que se cumplan con los siguientes requisitos:

1. Considerar estratificación espacial del muestreo en general y la realización de muestreos al azar dentro de cada estrato.

2. Lo anterior, de modo que unidades como transectos se localicen en toda la UMA, de manera que se pueda muestrear toda la posible variabilidad de coberturas, paisaje o tipos de vegetación.

3. Repeticiones en las distintas unidades de muestreo. 4. Transectos permanentes (fijos) para monitoreo sistemático a través del

tiempo y, también, transectos ocasionales para referencia cruzada del monitoreo de variaciones espaciales de abundancia.

5. Definición y consideración de variaciones relacionadas con la estacionalidad ambiental.

6. Obtención de tamaños de muestra adecuados e inclusión de medidas que reflejen la variabilidad.

7. Por el momento se recomienda un número no menor de 5 transectos, de un largo total de 2 km o más por cada 1000 ha de hábitat en la UMA, así

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como una distancia no menor al largo del transecto, entre transectos vecinos, para lograr independencia y representatividad del muestreo.

8. En lo posible, definición del tamaño de muestra mínimo (número de transectos) necesarios para obtener una estimación de la densidad poblacional dentro del nivel de precisión requerido (por ejemplo, 20% ) o el establecido por los técnicos o la instancia gubernamental.

9. En caso de utilizar senderos se deberán usar veredas de menos de 1 m de ancho con poca modificación del dosel y con poco tránsito humano. En lo posible, debe evitarse el uso de caminos frecuentemente transitados por vehículos.

10. Los datos de caminos y transectos deberán ser analizados por separado.

11. Obtención y definición de la visibilidad máxima, cuando se utilicen transectos en franja.

12. Obtención de información espacialmente explícita de la abundancia de signos de actividad de estos ungulados, ya sea con posiciones GPS o, al menos, con subdivisión del transecto.

13. Para lograr la estratificación del muestreo, se deberá ponderar la conveniencia de abrir brechas y transectos que representen los distintos hábitat y condiciones.

14. El esfuerzo mínimo de muestreo debe basarse en uno o varios premuestreos y tomar como base una precisión de no menos del 20%.

15. Mantener un proceso de calibración del conteo de huellas (obteniendo factores de corrección), con relación a estimaciones de densidad obtenidas mediante transectos para avistamientos directos u otros métodos.

16. La mayoría de los lineamientos para el seguimiento de venados se aplican para de igual manera para pecarí de collar.

En relación con conceptos poblacionales comúnmente utilizados para la gestión de especies silvestres como las tratadas, la mesa propuso que se realizara la estandarización de éstos como un resultado del propio taller, para definir términos y conceptos, sin embargo no se consiguió ese objetivo. A partir de los procedimientos de monitoreo propuestos, la información mínima necesaria que la Mesa consideró pertinente colectar, por parte de los técnicos de las UMA, y los modos de hacerlo, incluyen:

En el caso de transectos en línea. 1. Establecer claramente el tamaño de la unidad de muestreo, por ejemplo

largo del transecto (y su anchura, dependiendo del método utilizado, por ejemplo transecto en franja).

2. Expresar objetivamente el esfuerzo total de muestreo. 3. Levantar los datos de los muestreos a pie.

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4. Marcar claramente el inicio y el final de cada transecto con puntos GPS. 5. Definir la distancia perpendicular del observador a cada ejemplar

observado; para ello se recomienda marcar con balizas tramos de 100 m, para apoyar la determinación más precisa de las distancias.

Para el caso de conteo de huellas: 1. Diferenciar muestreo sistemático de huellas, respecto a aspectos

tradicionales de rastreo. No es lo mismo. 2. Definir claramente si se están contando pasaderos (pathways) de huellas,

sobre y a lo largo del camino. 3. Para estimar la densidad mediante este método se recomienda utilizar la

fórmula de Mandujano para calibrar índices de conteo de huellas respecto a la densidad estimada. (Mandujano. 2005. Track count calibration to density estimate of WTD in a Mexican Dry Forest. Southwestern Naturalist 50(2): 223-229). También es de importancia considerar el tamaño de los ámbitos de actividad conocidos para las especies; para el venado cola blanca en para el caso de bosques tropicales, éste debe ser determinado.

Hábitat Para el caso del monitoreo de hábitat, en la mesa se planteó que las UMA deberán elaborar un diseño de muestreo que pueda ser evaluado por la Dirección General de Vida Silvestre previo a la autorización, diseño que deberá realimentarse con los resultados obtenidos, para mejorar el diseño. Se resaltó la necesidad de definir un tamaño mínimo de UMA para determinar la factibilidad de aprovechamiento de estas especies en el trópico, por lo cual se recomendó no realizar el aprovechamiento de ungulados tropicales en UMA de menos de 1,000 ha de extensión. Es necesario que las UMA definan claramente los tipos de vegetación bajo un solo criterio (autoridad científica). Se planteó que las selvas secas son más productivas que las selvas húmedas para los venados cola blanca y pecaríes, por lo que su abundancia resulta comúnmente mayor; también se señaló que la explotación de venado cola blanca no es compatible con la explotación de temazate rojo, es decir, se puede realizar el aprovechamiento de una u otra especie, pero no las dos de manera simultánea, debido a los hábitos y biología de cada una, que difieren de manera sustancial. Se plantearon tres escalas básicas para la evaluación del hábitat:

a) Escala regional o paisajística, en la cual se analice el contexto en el que está inmersa la Unidad de Manejo para la Conservación de la

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Vida Silvestre (UMA) específica. Esta escala corresponde a superficies superiores a 200,000 ha y para su análisis se sugirió utilizar planos 1:250,000. En casos de áreas mayores que 50,000 ha, se recomienda utilizar cartas 1:100,000, y en áreas superiores 1,000 ha, planos de escala 1:50,000.

b) Escala de la propia Unidad de Manejo para la Conservación de la

Vida Silvestre (UMA), en la cual es posible analizar algunas variables macro como tipos de comunidades forestales, fisiografía, actividades humanas (ganadería, agricultura), asentamientos humanos, heterogeneidad espacial, etcétera. La escala sugerida es 1:20,000 y los principales productos de este nivel de análisis serán la cantidad y distribución de los tipos de vegetación.

c) Escala de microhábitat, que debe facilitar el análisis de los

requerimientos específicos para la(s) especie(s) de interés. En este nivel deben considerarse factores como la disponibilidad de alimento, la cobertura, rasgos que brinden protección contra la intemperie, la presencia-abundancia de depredadores, y la disponibilidad de fuentes de agua. Todo esto se efectuará a la escala del terreno y permitirá evaluar de manera razonable la calidad del hábitat.

Para la escala del paisaje se recomienda emplear el mapa del Inventario Nacional Forestal serie 2, del INE y describir los principales rasgos fisiográficos y de vegetación que existen alrededor de la Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA). Para el análisis de escala de la Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA), para estimar la cantidad y distribución del hábitat, se trabajará con métodos cualitativos para elaborar un mapa de cada UMA empleando información cartográfica y fotografías aéreas, a través de sistemas de información geográfica (SIG). El procedimiento que se planteó para estimar la calidad del hábitat es el siguiente: Se recomienda examinar la cobertura, disponibilidad potencial y real de alimento, y de fuentes de agua, en las tres escalas y en el siguiente orden jerárquico:

1. Relación al nivel del paisaje con áreas protegidas y con otras Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA). 2. Coordenadas geográficas y poligonales de la Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA); mapas de tipos de vegetación y uso actual de suelo, de cobertura vegetal, con ubicación de fuentes de agua y su permanencia o estacionalidad, áreas conocidas de alimentación;

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historia de uso de suelo de la Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA), procurando la cuantificación de las características del hábitat y del uso de suelo. 3. El caso de los temazates es especial, pues los requerimientos de hábitat para las dos especies de temazate, no son bien conocidos. Las selvas mejor conservadas son relevantes para las tres especies de venados. Para temazate rojo las selvas medianas de zapote y ramón son importantes –dado que contienen fuentes de alimento principal– y, además, las zonas bajas inundables son vitales para los tres venados, pues significan cobertura con funciones de ruta de escape. Para el caso de venado cola blanca son relevantes extensiones de vegetación natural con sotobosque bien desarrollado, zonas de acahual, sitios de cultivo abandonados, sitios donde de vegetación de rápido crecimiento, los árboles frutales y flores son importantes como cobertura de protección en la época seca; un mosaico de condiciones óptimas es deseable. Para pecaríes es relevante que existan, dentro de las Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) cuerpos de agua como aguadas y arroyos, en los cuales los grupos puedan tomar baños de lodo y atender otras necesidades.

Para efectuar los análisis anteriores se recomienda recurrir a mapas de uso de suelo, topográficos y de vegetación; fotografías aéreas, geoposicionador satelital, brújulas, cámara fotográfica, haciéndose énfasis en la toma de fotografías que ejemplifiquen claramente los tipos de vegetación existentes y su estructura general. Los métodos específicos recomendables, propuestos por la Mesa para la evaluación del hábitat de las especies de ungulados tratadas, son los siguientes:

1. Análisis de paisaje en términos de complementariedad, conectividad, suplementación, fragmentación, aislamiento, refugio; relaciones fuente- sumidero; 2. Uso de la técnica de línea de Canfield para medir cobertura de sotobosque, dosel, riqueza, densidad. Debe efectuarse al menos una línea por tipo de vegetación. Debe incluirse al menos una evaluación cualitativa del cuerpo de agua; aun considerándose opcional el análisis fisicoquímico y bacteriológico del cuerpo de agua, no deja de ser recomendable. 3. Análisis bibliográfico y de datos, suficiente, en el que se determine si la Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA) cumple con los requerimientos de hábitat de las especies que se desea manejar.

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Page 253: Mamifero Vida Silvestre

Cosecha

La mesa consideró que, al no conocerse información básica de las especies, no es posible recomendar tasas de cosecha a un nivel de Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA), ni algoritmos o modelos de aprovechamiento, y que la mejor forma de evaluar la cosecha (tanto deportiva como de subsistencia) es con el análisis de la cosecha misma. Sin embargo, esto supone la colecta de información cuantitativa y biológica de la cosecha, lo cual supone abordar y resolver las cuestiones administrativas necesarias para realizar estos análisis de manera formal (por ejemplo, trámites para la colecta y traslado de cráneos). Para el análisis de la cosecha se recomienda obtener los siguientes datos: peso del ejemplar, sitio de la cosecha (georreferencia, tipo de vegetación), sexo, edad, fecundidad (en caso de colectarse tractos reproductivos), estado reproductivo (estado de las astas y de los testículos en machos), método de cosecha empleado (búsqueda, acecho, u otros), rescate de mandíbula, cráneo y en lo posible una muestra de tejido de piel. Este método ofrece resultados razonables, en tiempo y espacio, en el mediano plazo, que permiten comparar las tendencias y características de la cosecha. Se planteó en la Mesa la posibilidad de hacer recomendaciones futuras para definir los lineamientos para la cosecha de venado cola blanca en selvas secas, lo cual fue incluido en la versión final del documento. En términos generales se hicieron los siguientes comentarios y recomendaciones sobre la cosecha de estos ungulados en el trópico de México:

• El aprovechamiento no debe limitarse únicamente a machos trofeo, además, deben establecerse tasas máximas de cosecha por taxón.

• Se consideró que para los temazates deben establecerse techos de cosecha (la máxima cosecha, que involucre tanto la cacería deportiva como la de subsistencia y la depredación) de modo que se asegure la continuidad de los procesos ecológicos de las poblaciones.

• Se reconoció que, en bosques tropicales, los modelos de cosecha deben considerar la presencia de los depredadores como un fenómeno natural, procurando que no se considere, de entrada, que entra en conflicto con los intereses de los humanos.

• Se recomienda seguir un principio precautorio, buscando y utilizando estimaciones de cosecha de magnitud mínima.

• El modelo de manejo para el aprovechamiento deportivo debe integrarse al aprovechamiento de subsistencia, preexistente en muchas comunidades indígenas y mestizas de la región tropical.

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• Deben reevaluarse los calendarios oficiales para aprovechamiento cinegético, con base en datos del ciclo reproductivo de las especies en el trópico.

• Es recomendable ir generando una base de información de cada UMA, para que el aprovechamiento se vaya ajustando de manera progresiva.

• No se recomienda que se autoricen cosechas del pecarí de labios blancos dada su condición de riesgo. Para la conservación a largo plazo de especies como el pecarí de labios blancos, es básico tomar en cuenta su necesidad de grandes extensiones vinculada con los recorridos que hacen las piaras y los aspectos intrínsecos de comportamiento (tamaño de grupo) para, una vez superada la actual condición de riesgo de la especie, poder evaluar la pertinencia de permitir o no la cosecha.

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Recapitulación y recomendaciones finales

• En cuanto a su operación, una Unidad de Manejo para la Conservación de

la Vida Silvestre (UMA) no debe centrarse en el interés por el uso de una sola especie; el trópico mexicano permite que el propietario pueda acceder a otras opciones, promoviendo así la diversificación productiva y aminorando fuertes presiones sobre especies de mayor interés.

• La Mesa recomendó enfáticamente elevar los estándares en materia de capacitación técnica a todos los niveles, entre los actores de las UMA (técnicos de campo, oficiales, dueños de las UMA, organizadores cinegéticos, entre otros).

• Se consideró fundamental realizar la evaluación de la cosecha por regiones o sitios seleccionados.

• Debe mantenerse una perspectiva de comparación permanente de distintos métodos para la evaluación de poblaciones.

• Sólo en la medida en que se acumule suficiente información será posible definir un modelo de cosecha.

• La Mesa estimó necesario generar un glosario de términos estandarizados, incluyendo el uso de los alusivos a tipos de vegetación, hábitat, paisaje y otros.

• La mesa desaconseja fuertemente aplicar mecánicamente el modelo de manejo de venados y pecaríes en el norte del país al trópico, por las notorias diferencias en el entorno y probablemente en la dinámica de las poblaciones animales; será necesario crear y evaluar modelos propios.

• Se recomienda que se destinen un fondo y un esfuerzo de investigación específicos, para conocer los aspectos biológicos que aún se ignoran respecto a las especies de ungulados de interés, analizadas en la Mesa.

• La Mesa recomienda crear un programa experimental basado en la elección de algunas UMA modelo por región en las cuales, a mediano plazo, sea posible recabar información biológica básica de las especies, y desarrollar o modificar modelos de muestreo de poblaciones, del hábitat, y de cosecha. Se sugiere que el diseño de estas UMA sea consensuado previamente por un comité técnico evaluador.

• Recomendamos que se otorgue algún tipo de estímulo a aquellas UMA que logren demostrar de modo fehaciente la recuperación de poblaciones de especies en riesgo.

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Anexo 1 Procedimientos de seguimiento de poblaciones planteados durante el taller.

Procedimiento para venado cola blanca en bosques tropicales secos Paso 1. Estimar la densidad (promedio ± 95% IC) de ind/km2

Paso 2. Tener la superficie de hábitat en km2 en la UMA Paso 3. Calcular el número total (promedio ± 95% IC) de individuos en la UMA Paso 4. Estimar el porcentaje de adultos (promedio ± 95% IC) en la población Paso 5. Calcular el número de adultos en la población (promedio ± 95% IC) Paso 6. Definir un porcentaje de cosecha Paso 7. Calcular el número (promedio ± 95% IC) de adultos a cosechar Precauciones especiales:

1. El número de animales a cosechar depende totalmente de tener una estimación confiable de la densidad, lo cual requiere que poner especial atención en este aspecto, previamente a la toma de decisiones.

2. Es posible que este procedimiento sea relativamente más fácil de aplicar en bosques tropicales secos.

3. Por el contrario, este procedimiento probablemente no sea útil en bosques tropicales húmedos.

4. En consecuencia, es necesario desarrollar o modificar modelos de cosecha para las condiciones particulares de distintos bosques tropicales.

5. Se reconoce que este procedimiento tiene muchas limitaciones y se requiere generar, a mediano plazo, modelos más confiables en la medida en que se vaya recabando los datos biológicos requeridos.

Debe enfatizarse que el cálculo del número de individuos a cosechar requiere basarse, con un criterio claramente precautorio, en el valor mínimo del intervalo de confianza de la estimación poblacional. Procedimiento basado en Distribuciones de Utilización, para estimaciones espacialmente explícitas de abundancia relativa de los ungulados tratados, en bosques tropicales húmedos. Utiliza conteos de huellas o signos para estimar abundancias relativas, en una forma espacialmente explícita mediante el uso de Distribuciones de Utilización (DU) y polígonos probabilísticos Kernel Pasos generales:

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1. Estimar la abundancia relativa mediante rangos (por ejemplo, menos de un signo/km2 = abundancia Baja = 1 punto; 2 o 3 signos/km2 = abundancia Media = 2 puntos; más de 5 signos/ km2 = abundancia Alta). Este procedimiento se en transectos lineales georeferenciados y balizados (Véase figura 1).

2. Se digitalizan los valores de estas abundancias, en un mapa que tenga los transectos claramente ubicados mediante valores GPS.

3. Se calculan las DU con programas de cómputo tales como Animal Movements del USGS. Se validan los datos con una técnica de mínimos cuadrados.

4. Se revisan los mapas y se comparan con otros índices de abundancia relativa tales como cosecha por sitio, densidades, etc.

5. Para el procedimiento anterior es indispensable que los transectos estén ubicados al azar, para cada uno de los estratos que se hayan determinado.

Precauciones:

1. La técnica es una forma de visualizar la abundancia relativa en términos de espacio y, aunque resulta precisa, no es una medida contundente sino relativa. 2. Debe tomarse en cuenta la variación de la abundancia (la natural y la inducida por causas humanas) y como se expresa la propia abundancia espacialmente.

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Bibliografía Mandujano, S. 2004. Análisis bibliográfico de los estudios de venados en México.

Acta Zoológica Mexicana (nueva serie) 20(1):211-251.

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MÉTODOS DE ESTIMACIÓN DEL TAMAÑO POBLACIONAL DEL

VENADO COLA BLANCA EN BOSQUES TROPICALES

Salvador Mandujano

Depto. Biodiversidad y Ecología Animal, Instituto de Ecología A. C., km 2.5 Camino a

Coatepec No. 351, Xalapa 91070, Ver. México. E-mail

[email protected]

INTRODUCCIÓN

El venado cola blanca (Odocoileus virginianus) es una de las especies más

importantes desde el punto de vista de aprovechamiento en México. Comparado con

otras especies de venados como son el bura (O. hemionus) y los temazates (Mazama

americana y M. pandora), el cola blanca tiene un área de distribución geográfica más

amplia en el país por lo que existe en un mayor número de tipos de hábitat, como son

matorrales xerófilos, bosques templados, bosques tropicales secos y bosques tropicales

húmedos perturbados. De las 38 subespecies propuestas, 14 se encuentran en México

(Smith 1991). Si bien en todo el país es extenso el aprovechamiento del venado cola

blanca para consumo de subsistencia, cacería deportiva y comercialización de

productos, resulta preocupante que las decisiones de manejo estén basadas en un muy

escaso conocimiento biológico de la mayoría de las subespecies. En un análisis de la

información generada acerca de los venados en México, Mandujano (2004) encontró

que las subespecies O. v. texanus y O. v. couesi han sido las más estudiadas. En

contraste, siete subespecies del venado cola blanca, O. v. carminis, O. v.

miquihuanensis, O. v. veraecrucis, O. v. toltecus, O. v. truei, O. v. nelsoni, O. v.

259

Page 260: Mamifero Vida Silvestre

oaxacensis, O. v. acapulcensis y O. v. thomasi, son las menos estudiadas. Esto es

crítico ya que, excepto las dos primeras, las demás habitan en zonas tropicales donde

han sido aprovechadas por los grupos indígenas desde épocas prehispánicas y,

actualmente, forman parte de la alimentación humana en áreas rurales campesinas y

del folclor y valor culinario regional. Una característica común a estas especies es que

habitan bosques tropicales. Mientras que las subespecies O. v. sinaloae O. v.

mexicanus y O. v. yucatanensis han sido estudiadas recientemente con profundidad

relativamente mayor. Una característica común es que estas subespecies, además de

O. v. acapulcensis y O. v. nelsoni, habitan varios tipos de bosques entre los que

destaca el bosque tropical seco principalmente en la costa Pacífica, en la depresión del

Balsas y en el norte de Yucatán.

ESCALAS GEOGRÁFICAS DE MANEJO

1. Nivel de subespecies.

El primer nivel que debe considerarse para el manejo del venado cola blanca es

el basado en los límites geográficos de las 14 subespecies propuestas para el país. La

definición y delimitación geográfica de las subespecies no está basada en estudios

cuantitativos morfológicos ni genéticos, sino simplemente en características muy

generales de variaciones en el color de piel, tamaño corporal y formas de astas.

Aunque consideramos que esto debe estudiarse profundamente, por el momento el

modelo de distribución geográfica sirve como base para el primer nivel relevante para la

conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA.

La principal recomendación a este nivel es el control estricto del movimiento o

traslocación de animales de una subespecie a sitios donde históricamente no se ha

260

Page 261: Mamifero Vida Silvestre

registrado la misma. Un problema importante se presenta en aquellas regiones donde

convergen más de una subespecie y los criterios para definir el límite geográfico entre

una y otra son arbitrarios. En estos casos será necesario definir si realmente existen

varias poblaciones genéticamente distintas, de modo que permita establecer criterios

para poderlas clasificar o no como distintas y eventualmente referirlas a las

subespecies correspondientes.

2. Nivel de tipos de hábitats.

Otro nivel de manejo es el referente al tipo de vegetación que el venado habita

dentro del ámbito geográfico que corresponde a cada subespecie, como son las

regiones dominadas por matorrales, bosques templados y bosques tropicales. En

particular, en el trópico mexicano convergen dos grandes tipos de bosques tropicales: el

lluvioso o perennifolio (tropical rainforest) y el seco o caducifolio (tropical dry forest).

Entre ambos extremos se establece un gradiente de otros tipos de bosques como son

el subperennifolio y el subcaducifolio; y distintas clasificaciones fisonómicas como

selvas altas, medianas y bajas. Para fines de conservación y gestión de la cosecha

sustentable de venado cola blanca en UMA, por el momento se puede clasificar a las

subespecies atendiendo a que unas predominantemente ocupan bosques tropicales

secos y otras tienden a ocupar bosques tropicales lluviosos. Aunque, en este esquema

de referencia, es importante mencionar que una misma subespecie puede ocupar más

de un tipo de vegetación, incluso vegetación no tropical como bosques templados y

matorrales xerófilos.

De las 14 subespecies solo dos, texanus y carminis, no ocupan bosques

tropicales. Las otras 12 abarcan alguna porción de selvas dentro de su área de

distribución. Incluso subespecies como miquihuanensis y couesi, consideradas

261

Page 262: Mamifero Vida Silvestre

principalmente como de matorral y de bosque templado, respectivamente, llegan a

habitar selvas bajas de manera marginal. Sin embargo, aquellas subespecies que

aparentemente prefieren selva baja o bien, que el mayor porcentaje del total de su área

de distribución está ocupado por selvas bajas, son: sinaloae, mexicanus, acapulcensis,

yucatanensis y couesi. A su vez, las subespecies veraecrucis, toltecus, thomasi,

nelsoni y truei, habitan principalmente selvas húmedas.

3. Nivel del paisaje y poblaciones biológicas.

Otro nivel relevante para la conservación y gestión de cosecha sustentable en

UMA es el paisajístico y de población biológica. Por población se entiende al número

total de venados que se encuentran un área y tiempo determinados dentro de la cual

potencialmente los individuos pueden intercambiar información genética. Aunque

aparentemente sencilla la definición, en la práctica muchas veces no es sencillo definir

los límites de una población.

Para fines de manejo, la población se ha definido operativamente como aquellos

venados que se encuentran dentro de una UMA. En el caso de área de reserva la

población se ha definido como aquellos animales que viven dentro de los límites de la

reserva. Sin embargo, desde el punto de vista biológico esta definición no es la más

adecuada ni demográfica ni genéticamente hablando. Por esto, definir como población

solo a aquellos individuos que existen y permanecen dentro de una unidad de manejo

dada, puede ser incorrecto. Es muy posible que la población biológica funcional (a la

que en realidad pertenecen) abarque una superficie mucho mayor en comparación a la

población que se pretende manejar en UMA.

En consecuencia, se debe tener en cuenta que la población que se pretende

262

Page 263: Mamifero Vida Silvestre

manejar no está cerrada desde el punto de vista demográfico, lo cual –a menos que

esté confinada por un cerco impasable– implica que podría seguir formando parte de la

población biológica. Este aspecto no es menor en zonas tropicales, donde los predios

habitualmente son más pequeños en comparación con unidades de manejo del norte

del país. Este aspecto requiere que el manejo del venado cola blanca se aborde con

una perspectiva regional y de integración funcional de las UMA, de manera que se

consideren todos los elementos como la cantidad y calidad de los parches de hábitat,

poblaciones humanas, presencia de ríos y carreteras, las actividades productivas

principales tales como la ganadería y la agricultura, y la presencia de áreas naturales

protegidas cercanas a las unidades de manejo. En consecuencia, dos preguntas

relevantes son: ¿Cuál es el tamaño mínimo que una población debe tener para poder

aprovecharla sustentablemente? y ¿Cuál es el tamaño mínimo de UMA necesario para

mantener una población viable? E incluyendo la noción de que el manejo a escala de

paisaje y regional puede implicar la confluencia espacial y el manejo integrado de más

que una sola UMA.

El tamaño de población mínimo es un tema muy debatido en el ambiente de la

conservación biológica y, hasta el momento, no hay un consenso respecto a cuál es

este número y cómo calcularlo. Por ejemplo, para algunas especies se ha propuesto

que el número de individuos necesario para que una población sea viable está en el

orden de los miles o cientos de miles. En otros casos se ha considerado, de manera

muy general, que el mínimo debe ser de 500 individuos. Aunque es un tema muy

debatido, si por el momento se toma este valor para una población de venados,

entonces el tamaño mínimo de la UMA dependerá de la densidad, a menor densidad

mayor superficie de hábitat y viceversa. Por ejemplo, cuando la densidad fuera de 5

263

Page 264: Mamifero Vida Silvestre

venados/km2, entonces el área mínima para soportar 500 individuos serían 10,000 ha.

Por otro lado, si la densidad fuera de 30 venados/km2 el área mínima de una UMA sería

de 1,667 ha. Es decir, UMAs menores a 1,000 ha difícilmente podrían tener una

población mínima de 500 venados.

ESTIMACIÓN POBLACIONAL

Para estimar la densidad poblacional del venado cola blanca se han utilizado

métodos de conteo directo y métodos de conteo indirecto. Los métodos directos se

pueden separar en tres categorías: a) conteo en transectos, b) captura-marcaje, y c)

reconstrucción de la posible estructura de población con base en datos de la propia

cacería. En el caso de los métodos indirectos se han empleado principalmente dos:

conteo de huellas y conteo de excrementos. La mayoría de los métodos y modelos

empleados para estimar la densidad de esta especie se han desarrollado

principalmente en Estados Unidos, aunque algunas de estas técnicas se han empleado

con relativo éxito en el norte de México, donde prevalecen matorrales áridos con

plantas relativamente bajas que forman comunidades con estructura generalmente

poco densa.

264

Page 265: Mamifero Vida Silvestre

En contraste, en bosques tropicales no es sencillo seleccionar un método y

modelo para estimar la densidad de esta especie, debido por un lado a las condiciones

de poca visibilidad impuestas por lo denso de la vegetación y la topografía a veces

irregular y, por otro, a que la mayoría de los métodos utilizados con esta especie han

sido desarrollados para hábitats templados o áridos, con condiciones ecológicas

evidentemente distintas a las que prevalecen en los tropicales. Existen varios criterios

que pueden permitir seleccionar un método, entre los que destacan: las facilidades del

trabajo de campo, el tiempo disponible, la experiencia del personal, el presupuesto

asignado, el acceso a equipo y programas de cómputo, y la habilidad del personal para

el manejo de éste, entre otros. En el diagrama se presenta una propuesta base para

S.Mandujnao®

sí sí

no

no no

Métodotransectode franja

Métodotransectode línea

¿Existebuena

visibilidad?

Conteo directos

Métodohuellas

Métodogruposfecales

¿Existebuen

terreno?

Conteo rastros

¿Se venfrecuentementea los venados?

DiagramaSelección de Método

265

Page 266: Mamifero Vida Silvestre

seleccionar uno, entre cuatro de los métodos más ampliamente empleados en México.

La sugerencia es emplear métodos de conteo directo de venados en aquellos

sitios donde sea relativamente frecuente observarlos. Esto es común, por ejemplo, en

lugares donde las abundancias son altas y/o donde los venados han dejado de ser

acosados constantemente. Existen varios criterios para emplear las variantes de

transecto de franja o transecto de línea, pero el factor definitorio es la visibilidad, pues

en aquellos sitios donde ésta sea buena habrá la posibilidad de contar a un mayor

número de venados y el transecto de franja puede ser aplicable. Por el contrario, en

aquellos sitios con baja visibilidad es muy posible que se cuenten pocos venados y que,

además, por ello se violen los supuestos del método de transecto de franja. En esos

casos es recomendable el empleo del método de transecto de línea. Sin embargo, en

muchas localidades tropicales del país no son comunes las condiciones de tamaño

poblacional alto y/o facilidad de observar directamente a los venados, por lo que es

necesario recurrir a los métodos indirectos. Los más empleados son el conteo de

huellas y el conteo de grupos fecales (“pellet group count”). En ambos casos existen

algoritmos para convertir de número de rastros a densidad de individuos. Sin embargo,

la confiabilidad de las estimaciones dependerá de que se cumplan o no los supuestos

en que se basa cada método. En particular, para el método de conteo de excremento

es necesario que se estandarice localmente lo relativo a las tasas de defecación y sus

variaciones estacionales (sobre todo entre estación seca y estación húmeda en el

trópico, en las cuales, por el contenido diferencial de especies vegetales y de agua en

las excretas, la tasa de deposición suele ser distinta). En general, se recomienda el

conteo de huellas en aquellos sitios donde las condiciones del terreno permiten buena

impresión de huellas debido a que las condiciones del suelo son buenas, y donde hay

266

Page 267: Mamifero Vida Silvestre

poco paso de animales domésticos y poco tránsito de personas. Pero si estas

condiciones no se cumplen, entonces el conteo de grupos fecales es la alternativa. De

hecho, este método es uno de los más empleados en el país y, por ello, sus

lineamientos, alcances y límites deben conocerse a fondo por quienes deban operarlo.

1. Método de conteo directo en transectos de franja.

1. El transecto de franja es una unidad de muestreo rectangular muy larga y

estrecha. El ancho a cada lado de la línea media del transecto (w) se debe establecer

antes de iniciar el muestreo. La visibilidad es el principal factor que determina este

ancho. A su vez, la visibilidad es afectada por los siguientes factores: cobertura vegetal,

relieve local, hora (día, noche) y técnica de muestreo (a pie, caballo, vehículo terrestre o

aéreo). En el caso de bosques tropicales la visibilidad llega a ser muy baja, por lo que el

ancho a cada lado (w) no puede ser muy amplio. Por ejemplo, en Chamela (en la

porción costera del Estado de Jalisco) es posible emplear este método haciendo

caminatas diurnas y considerando un ancho no mayor a 20 m, para no violar los

supuestos que se describen abajo. Desde el punto de vista del método, es irrelevante si

el animal está del lado derecho o del izquierdo del transecto. Es decir, el ancho total del

transecto será considerado como 2w.

2. Los principales supuestos de este método son: 1) solo se debe contar a los

venados que están dentro del ancho previamente definido, y 2) se debe tener la certeza

de contar al 100% de los venados que están dentro del transecto de franja. Si no se

cumplen estos supuestos la estimación de la densidad estará sesgada.

3. Se pueden ubicar los transectos de manera aleatoria o sistemática en el área,

según la situación lo requiera para efectos de representatividad de distintas

267

Page 268: Mamifero Vida Silvestre

asociaciones vegetales o fisonómicas y, una vez decidido lo óptimo, el diseño debe

mantenerse inalterado. Se recomienda que cada transecto tenga un mínimo de 2,000 m

de longitud. Debe evitarse ubicar los transectos muy cercanos unos de otros. La

longitud de cada transecto puede ser distinta, mientras sea mayor que la mínima

recomendada. Es muy común el empleo de caminos de terracería y veredas como

transectos; esto se hace debido a la facilidad de desplazamiento a vehículo u otro

medio, sin embargo, esta práctica debe evitarse pues hay varios factores que pueden

sesgar la estimación de la densidad. Por ejemplo, en algunos casos los animales son

atraídos hacia el transecto mientras que en otros son repelidos por el transecto; el trazo

de los caminos no está hecho al azar, por lo que es posible que pasen por algunos

sitios (usualmente los más adecuados para el transporte) y que simplemente no queden

representados en la muestra sitios relevantes de la UMA analizada.

4. El número de transectos o la longitud total a muestrear estarán en función de

varios aspectos. Entre más grande sea una UMA, mientras más tipos de hábitat tenga y

mientras más baja sea la visibilidad, se requerirá una mayor longitud total de transecto.

Además, si los venados son difíciles de observar durante el día debido a que están

constantemente acosados, entonces se tendrán que realizar muestreos nocturnos. Es

recomendable que se haga un premuestreo haciendo transectos durante el día y la

noche, y que después de eso se decida cual es la hora conveniente. Una vez

establecida la hora deberá aplicarse en todos los muestreos. Aunque, de tomarse la

opción de muestreos nocturnos con el uso de lámparas, debe considerarse que en el

caso de bosques tropicales, el empleo de éstas no mejora mucho la visibilidad debido a

lo denso de la vegetación. Por el momento, como guía general, se recomienda un

mínimo de 10 km de largo total de transectos por cada 500 ha de superficie de la UMA,

268

Page 269: Mamifero Vida Silvestre

aunque esto debe ser verificado empleando las técnicas estadísticas apropiadas para

obtener el esfuerzo de muestreo en función de la precisión deseada. En el libro de

Thomas et al. (2003) se proveen los detalles de este aspecto.

5. La regla base es muestrear la mayor cantidad de transectos posible y recorrer

cada uno de ellos un máximo de 2 o 3 veces cada mes, para no perturbar en exceso a

los animales. Aunque es importante señalar que en ciertas condiciones incluso 3 veces

por mes puede ser excesivo y, en todo caso, la experiencia directa in situ es lo que

permitirá determinar la frecuencia idónea, en cada localidad de muestreo.

Preferentemente deben hacerse los muestreos durante todo el año, para detectar

posibles cambios mensuales.

6. Los datos de campo esenciales incluyen el número de transectos muestreados

y el número de venados observados en cada transecto.

7. Para estimar la densidad se debe emplear el siguiente algoritmo:

LwnD×

=2

donde: n es el número de animales contados, L es el largo total del transecto, y w es el

ancho del transecto a cada lado de la línea media. Nótese que la multiplicación 2w por

L es igual a la superficie muestreada. Si se tienen varios transectos y cada uno de

diferente tamaño, entonces el largo total simplemente es la sumatoria de las longitudes

particulares de los transectos. Lo importante, en el método de transecto de franja, es

que en todos los transectos el ancho haya sido el mismo. Si este no es el caso, es decir

si hubo transectos con un ancho mayor y otros con un ancho menor, entonces se debe

estimar la densidad por separado para cada transecto y eventualmente promediar las

densidades para obtener un valor estimado para la UMA o área que se muestreó, con

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Page 270: Mamifero Vida Silvestre

su respectiva estimación de la incertidumbre o variación.

8. Limitaciones del transecto de franja: En el campo es muy fácil violar los

supuestos y, por consiguiente, con frecuencia se tienen estimaciones sesgadas. Esto

sucede, por ejemplo, cuando el ancho es grande. La manera de evitarlo es disminuir el

ancho a una dimensión en la cual se asegure poder ver a todos los animales presentes,

pero esto tiene como contraparte perder información (animales observados) más allá de

w. En los casos en que se sospeche que se están violando los supuestos del método,

se sugiere aplicar el método de conteo por transecto de línea que se describe a

continuación.

2. Método de conteo directo en transectos de línea.

1. El transecto de línea consiste en trazar una o varias líneas de recorrido en las

cuales, además de contar a los animales observados, se mide la distancia de cada

observación en forma perpendicular al transecto. En el transecto de línea no hay un

ancho w definido desde el inicio, por lo que resulta posible incluir en la cuenta a

cualquier animal que se observe durante el recorrido. Esta es su principal ventaja.

2. Los principales supuestos de este método son: 1) tener la certeza de que todo

animal que esté próximo al centro del transecto será contado, 2) medir exactamente la

distancia perpendicular del animal, al momento inicial de su detección, y 3) no contar

dos veces al mismo animal. Si no se cumplen estos supuestos la estimación de la

densidad estará sesgada.

3. Se recomienda que cada transecto sea de por lo menos 2,000 m de largo. El

número de transectos a muestrear estará en función del tamaño y heterogeneidad de la

UMA. Por el momento, se recomienda un mínimo de 10 km de largo total por cada 500

270

Page 271: Mamifero Vida Silvestre

ha de superficie de la UMA, aunque esto debe ser verificado con empleando las

técnicas estadísticas apropiadas.

4. Es posible colocar los transectos preferentemente de manera aleatoria o

sistemática, con base en criterios razonados desde el inicio y manteniendo el diseño

inalterado a través del tiempo. Se debe evitar poner los transectos muy cercanos uno

de otro, y debe procurarse no emplear los caminos como transectos pues su trazo

obedece a razones muy distintas a las de un muestreo de venados, por lo que suelen

ser poco representativos de las asociaciones vegetales y manchones de hábitat

presentes en una UMA o área cualquiera sujeta a un estudio de este tipo.

5. Se sugiere muestrear 2 ó 3 veces al mes cada transecto durante todo el año.

Igual que en el caso del transecto en franja, la experiencia local puede indicar la

frecuencia óptima, en función de la mínima perturbación a los venados.

6. Los datos de campo incluyen el número de transectos muestreados, el número

de venados observados en cada transecto y la distancia perpendicular de cada animal.

7. El algoritmo para estimar la densidad es:

LfnD×

×=

2)0(

donde: n es el número de animales detectados, f(0) es la función probabilística de

densidad a 0 m de distancia perpendicular y L es el largo total (km) del transecto.

Nótese que en este método no hay un ancho definido. El aspecto fundamental en este

método es estimar f(0) la cual es una función dependiente de la disminución de la

detectabilidad de un animal al aumentar la distancia respecto a la línea (Thomas et al.

2003). Es decir, en este método no se asume que la probabilidad de detección es igual

a 1.0 independientemente de la distancia del animal al transecto; aspecto que hace la

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Page 272: Mamifero Vida Silvestre

diferencia con el método de transecto de franja. En el transecto de línea simplemente

se asume que la probabilidad de detección es exactamente igual 1.0 cuando los

animales están sobre la línea media del transecto, es decir a 0 m perpendiculares. A

partir de esa distancia la probabilidad disminuirá.

8. Se requiere el empleo del programa DISTANCE cuya versión actual está

desarrollada para Windows y a ella pueden acoplarse mapas realizados en el software

Arcview. El programa DISTANCE y su instructivo pueden bajarse gratuitamente de la

red en: http://www.ruwpa.st-and.ac.uk/distance/. Otros programas como SIZETRAN,

TRANSAN, LINETRAN, HAYNE, o TRANSECT, pueden cubrir necesidades particulares

planteadas por casos especiales

9. Limitaciones del transecto de línea: Establecer transectos rectos y aleatorios

no es una tarea sencilla en el campo. Asimismo, los resultados de los cálculos

dependen fuertemente de que se mida correctamente la distancia perpendicular exacta

de cada animal hasta el centro del transecto. El procesamiento de datos requiere del

uso de computadora y de software específico.

3. Método de conteo de grupos fecales.

1. Cada transecto debe tener 1,000 m de largo. Cada 10 ó 20 m debe

establecerse una parcela circular de 10 m2 para el conteo de grupos fecales.

2. También para este método es deseable ubicar preferentemente de manera

aleatoria o sistemática los transectos, conforme a los mejores criterios de

representatividad para el área a muestrear. Debe evitarse poner los transectos muy

cercanos uno de otro, por el momento se sugiere que estén alejados más de 250 m uno

de otros para evitar que un mismo animal deje rastros en dos o más transectos.

272

Page 273: Mamifero Vida Silvestre

3. El número de transectos a muestrear estará en función del tamaño y

heterogeneidad de la UMA. Por el momento, se recomienda trazar 10 transectos por

cada 500 ha de superficie de la UMA, aunque esto debe ser verificado con empleando

las técnicas estadísticas apropiadas.

4. Se recomienda eliminar completamente los excrementos anteriores en todas

las parcelas. Luego, dejar transcurrir 3 meses para el depósito de nuevas excretas y

contar los excrementos depositados durante ese periodo. Es fundamental diferenciar y

no confundir cada grupo fecal. Como guía general, se entiende por “grupo fecal” al total

de bolitas de un mismo tono y tamaño relativo. Es importante comprender que la unidad

de muestreo en este caso es el grupo fecal de lo contrario se sesgará la estimación de

la densidad. Si en una misma unidad de muestreo hay varios grupos fecales, lo cual es

muy frecuente, debe ponerse atención en definir claramente los distintos grupos. En

consecuencia, este método requiere de experiencia en el rastreo de venados por lo que

se recomienda acompañarse de un guía de campo, o que previamente se visite un

zoológico o criadero y se observen como son los grupos fecales de los venados.

5. Se sugiere muestrear los transectos durante la época seca debido a que

durante la época húmeda es posible la destrucción de excretas por la lluvia, por efecto

de los escarabajos, además de que es posible que la vegetación densa en el

sotobosque impida detectar todos los grupos presentes en las unidades de muestreo.

6. Para convertir el número de excretas a densidad de venados se recomienda el

algoritmo de Eberhardt y Van Etten (1956):

DPTDPENPD

××

=

donde: NP número de parcelas de muestreo por kilómetro cuadrado, PE promedio de

273

Page 274: Mamifero Vida Silvestre

grupos fecales por parcela de muestreo, TD tasa de defecación (número de grupos

fecales/ind./día), y DP días de depósito de los excrementos en las parcelas.

7. La mayoría de los estudios en México han utilizado la tasa de defecación de

12.7 grupos fecales/venado/día lo que probablemente ha producido sobrestimaciones

del tamaño poblacional, pues se sabe que esta tasa varía significativamente con las

cualidades del forraje y la edad. Algunas tasas de defecación estimadas con venados

en cautiverio arrojan datos de 15.2 a 17.0. Estas tasas observadas en cautividad

resultan útiles para evitar la sobre-estimación si se aplican a estimaciones de densidad

de venados en el campo, dado que son un componente del divisor en el algoritmo. Con

base en el valor máximo encontrado en un estudio con venados en cautiverio (Pérez-

Mejía et al. 2004), se recomienda emplear una tasa conservadora de 25 grupos

fecales/individuo/día. Como se ve, este aspecto es crítico y requiere especial

consideración y cuidado.

8. Supuestos del método: 1) se conoce la tasa de defecación local, 2) se conoce

la fecha (o lapso) de depósito correcta(o) de los grupos fecales, y 3) todos los grupos

fecales en la parcela son contados y correctamente identificados.

10. Limitaciones del conteo de excrementos: Se requiere experiencia para

diferenciar los grupos fecales de venados de otros animales (por ejemplo, de chivos).

Sólo se puede aplicar durante la época seca. El problema principal de este método es

la variabilidad que puede existir en la tasa de defecación dependiendo de factores como

la subespecie, la variación entre individuos adultos, la edad y sexo, la calidad y el grado

de humedad del forraje, las condiciones en que se encuentran los animales y las

propias condiciones ambientales.

274

Page 275: Mamifero Vida Silvestre

4. Método de conteo de huellas.

1. Cada transecto debe tener 1,000 m de largo por 1 m de ancho. Es conveniente

que en cada transecto se elimine la hojarasca y se remueva la tierra, tanto para borrar

huellas viejas como para permitir una mejor impresión de huellas nuevas.

2. En lo posible, debe evitarse el empleo de los caminos como transectos pues

esto podría sesgar las estimaciones. En caso de que no quede alternativa y deban

emplearse los caminos, entonces primero debe dividirse el camino en segmentos de

1,000 m cada uno y seleccionar al azar algunos de estos segmentos para emplearlos

como transectos. Debe evitarse poner dos transectos uno a continuación del otro, o en

caminos muy cercanos donde un mismo animal pudiera cruzarlos.

3. El número de transectos a muestrear estará en función del tamaño y

heterogeneidad de la UMA. Por el momento, se recomienda un mínimo de 10

transectos por cada 500 ha de superficie de la UMA.

4. Se recomienda limpiar los transectos y 24 horas después contar las huellas

frescas. Una nota precautoria es que debe entenderse por “huella” el cruce de un

animal individual en un transecto. Es decir, no debe contarse cada huella individual sino

determinarse aquellos casos en los que se pueda observar claramente que un venado

caminó y dejó una secuencia de huellas, entonces debe contarse como un cruce o

“huella”. Esto es la unidad que se registra, por lo que es fundamental entender y

diferenciar el concepto, de los contrario se contarán huellas de más y se sobreestimará

la densidad. En consecuencia, el empleo de este método requiere de mucha

experiencia en el rastreo para poder diferenciar claramente el dato a registrar.

5. Se sugiere muestrear cada mes 2 ó 3 veces cada transecto, y repetir este

procedimiento mensualmente por un año.

275

Page 276: Mamifero Vida Silvestre

6. Es recomendable aplicar este muestreo durante la época de mayor

probabilidad de que se impriman bien las huellas, lo cual habitualmente sucede en la

época de lluvias; pero en algunos sitios es común que en la época seca la tierra esté

muy polvosa, lo cual permite una mejor impresión y ver detalles de las huellas.

7. Los datos que sirven para calcular la densidad son el número de cruces o

“huellas” (n) y el número de transectos (t).

8. La relación n/t se puede considerar como un índice de huellas (IT).

9. De manera general, el algoritmo propuesto simplemente divide el número de

huellas entre la superficie muestreada en los transectos. El algoritmo es:

⎟⎠

⎞⎜⎝

⎛ ××

⎟⎠⎞

⎜⎝⎛

=

000,000,121000

3w

I

D

T

donde en el numerador el índice de huellas (IT) se divide entre la constante 3 que

representa el promedio de veces que supuestamente un venado cruza el camino en un

lapso de 24 horas; mientras que el denominador en esta ecuación es el área del

transecto de franja expresado en km2, y w es el ancho del transecto. Para detalles

consultar Mandujano (2005). Es importante visualizar que dividir el índice de huellas

entre la constante 3 hace que las estimaciones de la densidad estén posiblemente

subestimadas lo cual es una estrategia de protección para la población de venados. Si

el índice no fuera dividido entre 3 entonces se estaría considerando a cada cruce o

huella como un animal diferente lo cual seguramente sobre-estimaría la densidad.

10. En consecuencia, para estimar la densidad usando el índice de huellas en

este algoritmo, es necesario definir el w apropiado. Normalmente en bosques tropicales

la visibilidad es baja debido a lo denso de la vegetación en el sotobosque y a la

276

Page 277: Mamifero Vida Silvestre

topografía irregular. Por lo tanto, la distancia perpendicular máxima es corta. Por

ejemplo, en Chamela la distancia mayor a la que se observan los venados no pasa de

los 40 m perpendiculares. De hecho, más del 80% de las observaciones fueron a

distancias entre 0 y 10 m perpendiculares.

11. Para definir w es conveniente en campo dos personas calculen esto. Un

persona se queda en el transecto y una segunda comienza a caminar

perpendicularmente y se para en el punto donde la primera deja de verlo o deja de ver

una señal blanca en la espalda baja (cola blanca). Entonces se mide este ancho. Este

procedimiento debe repetirse cada 50 m en cada transecto. Luego se obtiene el ancho

promedio o ancho efectivo del transecto (ESW en inglés), y este ancho es el valor de w

que se sustituye en el modelo general. Si los transectos se están monitoreando todo el

año, entonces es conveniente tener un w en la época húmeda y otro en la época seca.

Habitualmente la visibilidad aumenta en la época seca.

12. Limitaciones y recomendaciones: El aspecto más crítico de este método es

definir lo que debe considerarse como “huella”, por lo que es importante insistir en que

esto se refiere a cruces de animales en el transecto, y no a huellas individuales dejadas

por un mismo animal. Es crucial la correcta definición del ancho w del transecto, pues

de lo contrario se obtendrán estimaciones sesgadas de la densidad. El algoritmo

propuesto se base en el supuesto de que un venado cruza un mismo transecto un

promedio de 3 veces en un periodo de 24 horas. Es recomendable que esto se verifique

con datos con animales equipados con radiotransmisores.

CONSIDERACIONES

1. Diseño del muestreo.

277

Page 278: Mamifero Vida Silvestre

Un aspecto fundamental que se debe considerar para estimar el tamaño

poblacional dentro de una UMA es el diseño de muestreo que debe seguirse, para

obtener los datos necesarios a fin de estimar con menor error la densidad. Existen dos

aspectos importantes a considerar: en principio, ubicar los transectos y determinar

cuántos transectos se habrán de muestrear. Para el primer aspecto es necesario, a su

vez, considerar dos factores: la superficie de hábitat apto para el venado cola blanca

dentro de la UMA y la heterogeneidad del hábitat.

Es importante, para la gestión de aprovechamiento del venado, contar con un

mapa detallado de toda la UMA con el fin de definir las áreas que potencialmente

pueden contener hábitat para el venado. Esto ayuda a definir la superficie y la

heterogeneidad de ésta. Lo importante es comprender que es necesario un diseño de

muestreo tal que permita obtener información respecto a toda la población dentro de la

UMA. Esto implica que debe tener un diseño que sea representativo de toda el área con

hábitat compatible con el venado. Un error muy importante que debe evitarse es

muestrear solo en los sitios en que se conoce la frecuente estancia de los venados.

Hacer esto llevaría a una sobre-estimación de la población, lo cual la puede ponerla en

riesgo en el caso de que se haga aprovechamiento extractivo de ésta.

La regla a seguir es que cuanto mayor sea el tamaño de la UMA se requerirá

más esfuerzo de muestreo. Dos maneras de colocar los transectos de muestreo (para

conteo directo o de rastros) son al azar y sistemáticamente. En el primer caso consiste

en definir un punto al azar dentro de la UMA y luego seleccionar una dirección al azar.

Esto puede hacerse con la ayuda de una calculadora que genere números al azar o las

tablas que se incluyen en algunos libros y manuales. Es importante aclarar que poner

un transecto “a ojo” no es lo mismo que al azar. La segunda manera de colocar

278

Page 279: Mamifero Vida Silvestre

transectos –es decir, de manera sistemática– consiste en colocar un transecto y a partir

de él ir colocando los siguientes a una distancia equidistante. Es importante en todos

los casos evitar que los transectos se crucen o que queden muy cercanos uno de otros

para evitar que un mismo animal sea detectado en dos transectos diferentes.

Un segundo criterio para el diseño del muestreo es considerar la heterogeneidad

de la UMA. Como regla general se tiene que entre más heterogéneo sea el sitio se

requerirá un mayor esfuerzo de muestreo. En este caso se pueden emplear fotos

aéreas, cartas de uso del suelo del INEGI, o cualquier otro material geográfico para

definir los distintos tipos de coberturas (y/o sesgos diferenciales del relieve) que tiene la

UMA. Por ejemplo, es importante definir lo que es hábitat de lo que son áreas de

actividades humanas con escasa o nula presencia de venados. Además, en lo posible

se recomienda que el hábitat sea clasificado en distintos tipos como por ejemplo:

parches de selva baja, parches de selva mediana, parches de acahual, etc. En este

sentido, la aplicación de procedimientos de evaluación del hábitat permiten definir

diferentes unidades con condiciones distintas para soportar venados. Una vez

clasificado o estratificado el hábitat se recomienda tratar por separado a cada unidad o

tipo de hábitat, colocando en cada una los transectos ya sea al azar o sistemáticamente

distribuidos.

2. Precisión de un estimador.

En muy limitados casos se puede contar el número total de venados que hay

dentro de la UMA, es decir hacer un censo poblacional. Por el contrario, lo común es

que solo se cuente a cierta fracción desconocida de la población total debido a que es

frecuente que los venados sean difíciles de observar directamente debido a los hábitos

279

Page 280: Mamifero Vida Silvestre

sigilosos de la especie y al baja visibilidad que impone el hábitat. Esto lleva a que

habitualmente se apliquen métodos de muestreo en los cuales se hace un conteo de

una fracción de la población y, a partir de esos datos, se hace una inferencia del

número de venados que, suponemos, puede haber en la UMA.

En consecuencia, la estimación del tamaño poblacional tendrá un grado de

incertidumbre, es decir ¿cómo podemos saber si la estimación está cerca o lejos del

verdadero valor de la población? La pregunta es crítica para luego estimar de la manera

menos errónea posible el número de venados a cosechar. Por lo tanto, se debe estimar

al menos el promedio y la variación que presentaron los valores por transecto. Es muy

común que solo se obtenga el promedio de una estimación, sin embargo se debe

insistir en que se estime también su precisión. Hay varios estadísticos que describen

esta variación como por ejemplo la varianza, la desviación estándar, el error estándar, y

los intervalos de confianza (por ejemplo, para mayor seguridad, al 95%). Se sugiere

emplear los intervalos de confianza pues estos permiten tener un valor mínimo y uno

máximo sobre la media. Para cuestiones de aprovechamiento es recomendable

basarse en la información del tamaño mínimo obtenido con este procedimiento, a fin de

mantener una actitud precautoria respecto a la eventual sobre-explotación de una

población.

La regla para tener una precisión aceptable del estimador poblacional es contar

el mayor número de animales (o rastros) posibles. Esto se logra de dos maneras:

aumentado el esfuerzo de muestreo (número de transectos y largo total de éstos),

aplicando el método más adecuado a las condiciones del sitio y llevarlo a cabo con

rigor. Entonces, la pregunta inicial ¿cuántos transectos deben muestrearse? solo puede

ser contestada a partir de datos previos o de un premuestreo. Siempre es

280

Page 281: Mamifero Vida Silvestre

recomendable hacer un premuestreo para definir el esfuerzo de muestreo adecuado.

Hay varias técnicas para esto. En el caso de los métodos de conteo de venados en

transectos de línea, la pregunta es ¿cuál es el largo total de transectos que debo

muestrear para tener una mayor precisión en mi estimador?

3. Tamaño poblacional.

Por tamaño poblacional es usual que se entienda la densidad o a la abundancia,

sin embargo, aunque ambos están relacionados no significan lo mismo. En el lenguaje

técnico de campo abundancia puede entenderse como el número total de venados en la

población (o en la unidad de manejo dependiendo la definición que usemos), mientras

que la densidad es el número de venados por unidad de superficie. Definidos así los

términos para fines prácticos, la relación entre estas ideas es:

hábitatdelÁreaDensidadAbundancia ×=

En consecuencia, la abundancia de una población es una relación entre la

densidad promedio y la superficie de hábitat dentro de la UMA. En consecuencia, se

debe enfatizar la importancia de promediar los valores de densidad obtenidos de los

transectos, en cualquiera de los métodos que se elija, a fin de tener un referente para el

predio que esté asociado con una valoración de la incertidumbre. Por otra parte, un

aspecto muy relevante es que hábitat debe entenderse como solamente aquella

superficie que el venado puede habitar realmente en la UMA. En consecuencia, cuando

se obtenga una estimación de la densidad de venados se debe multiplicar únicamente

por la cantidad de hábitat favorable que hay en la UMA y no por la superficie total del

predio.

281

Page 282: Mamifero Vida Silvestre

Una de las consideraciones más importantes es comprender que una alta

densidad no necesariamente significa una alta abundancia. Aunque en principio

pareciera contradictoria esta afirmación, tómese en cuenta lo siguiente: si la UMA tiene

una superficie de hábitat pequeña que es apta para el venado, entonces aunque la

densidad estimada pudiera ser relativamente alta, cuando se multiplica por la superficie

pequeña el número total potencial de venados dentro de la UMA resultará bajo. Por

supuesto, la situación contraria también es cierta. Es decir, en algunos casos la

densidad promedio podría ser muy baja pero si la extensión de la UMA con hábitat apto

para el venado es muy grande, entonces la abundancia de la población estimada podría

ser mayor. La abundancia es el valor que se necesita para posteriormente estimar la

viabilidad y, en caso afirmativo, calcular la cosecha sustentable de animales.

CONCLUSIONES

Es importante insistir, en UMAs donde el tamaño poblacional se supone

potencialmente muy bajo, la superficie de hábitat muy extensa, y la heterogeneidad

ambiental alta, el esfuerzo de muestreo debe ser mayor. Siempre será recomendable

muestrear lo más frecuente e intensamente la unidad de manejo (con la precaución de

que la frecuencia de los muestreos no llegue a constituir un factor de perturbación

adicional e indeseable para los venados). Es necesario definir el método más adecuado

a las condiciones particulares y diseñar un muestreo que sea representativo de toda la

heterogeneidad ambiental presente en la UMA. En lo posible, se sugiere hacer un

muestreo estratificado (es decir, diferenciando los tipos de hábitat o manchones). Debe

ponerse mucha atención para no violar los supuestos de cada método. La aplicación de

los algoritmos debe realizarse con pleno conocimiento de las bases en que estos se

282

Page 283: Mamifero Vida Silvestre

sustentan. Siempre deben presentarse los resultados como promedio, con una

estimación de la precisión, expresada preferentemente como intervalos de confianza al

95%. Para obtener la abundancia se debe multiplicar la densidad (promedio ± intervalo

de confianza al 95%) por la superficie de hábitat apto para el venado. Este

procedimiento dará un valor máximo y mínimo de densidad. Se sugiere emplear

siempre el valor mínimo para estimar la potencial cosecha. Este procedimiento permite

proteger a la población local de venados contra el abuso en la extracción. Se sugiere

que el manejo se realice integrado en el nivel paisajístico, considerando la magnitud de

la población biológica como base, y tomando en cuenta los límites geográficos de las

subespecies.

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Page 285: Mamifero Vida Silvestre

COYOTE (Canis latrans Say, 1823) Elaboración del documento final A cargo de los participantes y coordinada por Jorge Álvarez Romero.

Participantes en la Mesa de Trabajo Alfonso Martínez, UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN [email protected], [email protected], [email protected], [email protected] Carlos López González, UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE QUERÉTARO [email protected] Jonás Villalobos, CEMEX, NUEVO LEÓN [email protected] Jorge Álvarez Romero, CONABIO (Moderador-Relator) [email protected] Jorge Servín, UNIVERSIDAD JUÁREZ DEL ESTADO DE DURANGO [email protected], [email protected], [email protected] Meztli Méndez, DGVS-SEMARNAT (Moderadora) [email protected] Norma de la Rosa- DGVS-SEMARNAT Rodrigo Núñez.- Fundación Cuixmala, Hombre-Jaguar Nayarit [email protected], [email protected] Introducción

El coyote (Canis latrans) pertenece a la familia Canidae, en la que también se incluye a los chacales, zorros, lobos y perros domésticos. Su distribución geográfica incluye desde el Norte de Alaska, Canadá, los Estados Unidos de América, México, y hasta Costa Rica y el Norte de Panamá (Hall 1981, Vaughan, 1983). En México, se distribuye en todo el país (Hall, 1981; Bekoff y Wells, 1986; Sosa-Escalante et al., 1997; Servín y Chacón, 2005). Su nombre común tiene su origen en la palabra náhuatl “coyotl” y su nombre científico, Canis latrans, significa “perro ladrador”. Los coyotes son mamíferos de mediano tamaño, su peso varía de 7 a 20 kg. y la longitud de su cuerpo varía entre 1 y 1.35 m; las hembras son más pequeñas. El color y textura de la piel varía geográficamente; hacia el norte el pelo es más largo y grueso, rojizo con gris y negro, mientras que al sur son más rojizos o amarillentos. Pueden tener manchas obscuras en las patas delanteras, el dorso, y la base y punta de la cola. El vientre y la garganta son más pálidos que el resto

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Page 286: Mamifero Vida Silvestre

del cuerpo. Generalmente mudan de pelo una vez al año. Tienen una glándula en la base de la cola y las hembras poseen ocho glándulas mamarias (Young y Jackson, 1951; Servín y Chacón, 2005). Sus rostros son alargados y angostos. Tienen 42 piezas dentales cuya fórmula dentaria es 3/3, 1/1, 4/4, 2/3. Los dientes caninos son generalmente muy largos y macizos, y los carnasiales son especialmente fuertes, con bordes cortantes, mientras que los dientes postcarnasiales tienen superficies machacantes, lo que indica el consumo de una dieta muy variada; sus mandíbulas son fuertes. El coyote es un depredador en general abundante y su amplia distribución se debe a su alto potencial reproductivo, gran habilidad para dispersarse y hábitos alimentarios oportunistas. También la expansión del coyote ha sido facilitada por la eliminación de grandes competidores, como el lobo gris Canis lupus (Messier y Barrette, 1982), y por la transformación de bosques en potreros, pastizales y matorrales, más favorables para él. Sin embargo, se trata de una especie con hábitos alimentarios generalistas y oportunistas, cualidades que en gran medida son responsables de la prosperidad de esta especie (Bekoff 1986; Ozoga y Harger, 1966; Servín y Huxley, 1991), por lo que es adaptable a muchos tipos de hábitat y su distribución abarca toda la Republica Mexicana (Hall, 1981; Sosa-Escalante et al., 1997; Hidalgo-Mirhart et al., 2004, Servín y Chacón, 2005).

El coyote tiene una dieta muy amplia, pequeños roedores, lagomorfos, ungulados, aves, reptiles, insectos y frutos son su alimento (Andelt 1985, Ortega 1987, Servín y Huxley 1991, Vaughan y Rodríguez 1986), aunque varios estudios demuestran que el coyote incluye como alimento al ganado doméstico (en forma de carroña), aves de corral, animales enfermos o viejos (Boggess et al. 1978, Daner y Smith 1980) Messier et al. 1986, Ozoga y Harger 1966). Los coyotes por lo general son monógamos y la hembra presenta un período estral al año, entre enero y marzo (Bekoff y Wells, 1986). La proporción de hembras que se reproducen en una población varía del 30% al 90%, dependiendo de las condiciones locales. El tiempo de gestación es de aproximadamente 63 días. La proporción de sexos en una población suele ser 1:1 y la camada promedio, de 5 cachorros. Las crías nacen con los ojos cerrados y pesan menos de 60 g (Servín, datos no publicados) en promedio; nacen en madrigueras excavadas en laderas o construidas en troncos huecos, despeñaderos o salientes. Algunas veces las comparten con otras hembras y en ocasiones las utilizan año tras año. Los cachorros, además de ser alimentados, reqieren estimulación de la madre para orinar y defecar, tienen que mantenerse calientes y pueden ser cambiados de madriguera cuando ésta ha sido infestada por ectoparásitos. Son cuidadosamente protegidos de otros depredadores. Los cachorros son amamantados por la madre hasta la quinta o séptima semana de vida; en la tercera semana ya comen alimentos semisólidos regurgitados por el padre, quien contribuye de esta manera al desarrollo de los cachorros. Las crías emergen de la madriguera a la tercera semana y son independientes aproximadamente a los cuatro meses de edad; la pareja reproductiva invierte

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Page 287: Mamifero Vida Silvestre

tiempo y energía en el cuidado de sus cachorros, así como en el mantenimiento de su territorio (Bekoff, 1986). En los últimos 150 años, la relación hombre-coyote ha cambiado considerablemente, ya que se le hace responsable por grandes pérdidas económicas, sobre ganado y aves de corral. Desde 1825 a 1860 se estableció en Estados Unidos de América el pago de primas por coyotes muertos (Ozoga y Harger, 1966). Por diversas razones este mecanismo de control dejó de funcionar; actualmente se utilizan otro tipo de métodos como el tiro, la caza de control desde aeroplanos, el trampeo, colocación de disparadores automáticos de cianuro, acondicionamiento aversivo, envenenamiento alimentario con estricnina, 1080 (sustancia cuyo uso en México está muy restringido debido a su toxicidad muy alta y de efectos residuales muy prolongados entre depredadores secundarios). También se ha intentado controlar poblaciones de coyotes que entran en conflicto con el hombre mediante agentes anti-fertilidad, mallas electrificadas y otros (Sterner y Schumake, 1978; Wade, 1978).

Aspectos de población de las especies (o grupos de especies), relevantes para la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento a poblaciones de la especie En términos generales, se consideró que la escala geográfica de trabajo para dar seguimiento a poblaciones de carnívoros y su hábitat deberá ser como mínimo el ámbito hogareño (AH) del macho de la especie. Con base en éste se pueden definir las áreas de muestreo y aprovechamiento (manejo) mínimas, de tal forma que –en principio– no se podría otorgar una tasa de aprovechamiento a UMA que tengan superficies menores al AH del coyote. Al aplicar este criterio, debe considerarse también que el área debe corresponder al tipo de hábitat ocupado por la especie y debe presentar características (niveles) de calidad adecuados (véase la Parte 2, referente a aspectos del hábitat). Al ámbito hogareño –AH– se le conoce también como área de habitación, área de campeo, área de actividad, dominio vital y es una traducción directa al español del término en inglés "home range". Se define como aquella área que un animal ocupa en sus actividades diarias de alimentación, reproducción y cuidado de las crías, pero no incluye largos movimientos esporádicos (Burt, 1943). Su tamaño es influido por varios parámetros, entre los que se incluyen los hábitos alimentarios, la talla del animal, las necesidades metabólicas (Gittleman y Harvey, 1982), las relaciones intra e interespecíficas y la disponibilidad de los recursos alimentarios en el medio (Gese et al., 1988).

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Page 288: Mamifero Vida Silvestre

El entendimiento del AH se ha fortalecido desde la incorporación de la técnica de radiotelemetría en la investigación de la fauna silvestre (Cochran y Lord, 1963; Mech, 1983). El ámbito hogareño de los coyotes ha sido estudiado y descrito en Canadá y Estados Unidos de América (Andelt, 1985; Bekoff y Wells, 1986; Bowen, 1982; Messier y Barrette, 1982). En la mayoría de las investigaciones se informan los resultados, comparándolos con los de otros estudios en otras localidades. En años recientes se ha comenzado a diseñar investigaciones adecuadas y enfocadas a explicar los procesos de la variación de tamaño del AH, es decir, se han realizado estimaciones de los factores que influyen en este parámetro, como son el hábitat, la cobertura vegetal y recientemente se ha relacionado y explicado por medio del tamaño y la abundancia de sus presas (MacCracken y Hensen, 1987). En México existen datos recientes sobre el tamaño del AH del coyote (Hernández, 1990; Huxley y Servín, 1995; Servín y Huxley, 1993 y 1995; Servín, 2000). De los resultados obtenidos, cabe destacar que se ha hallado una importante variación del tamaño del ámbito hogareño del coyote, al estimar la disponibilidad de alimentos en el medio y su consumo en el tiempo. Aspectos poblacionales más relevantes para la determinación, la práctica y el ajuste de la cosecha sustentable en UMA Como se mencionó antes, se considera que el ámbito hogareño es uno de los aspectos más relevantes para el estudio de las poblaciones y la determinación de niveles de cosecha sostenibles. En este caso se estima conveniente utilizar como valor de referencia para la especie: 10 a 12 km2; considerando que, en promedio, el 30% de su ámbito hogareño se sobrepone entre vecinos (Huxley y Servín, 1995; Servín y Huxley, 1993 y 1995; Servín, 2000). En la Mesa se consideró que, al hacer una evaluación poblacional, los tipos de hábitat que ocupa la especie no son muy importantes pues es una especie generalista, aunque se sabe que sus poblaciones son más abundantes en hábitat abiertos como pastizales, matorrales de Huizache, Mezquite, que en hábitat con vegetación densa como Bosques Tropicales, Templados (Hernández et al., 1993; Servín, 2000; Hidalgo-Mirhart et al., 2006). Asimismo existen otros factores biológicos, característicos de la especie, que es necesario tomar en cuenta cuando se hace una evaluación poblacional o de hábitat; entre estos destaca el queel coyote presenta una tasa reproductiva alta (Andelt, 1985; Bekoff, 1977). Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de población orientado a detectar la condición inicial y tendencias subsiguientes de ésta

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Page 289: Mamifero Vida Silvestre

Dadas las características biológicas de la especie se recomienda que, cómo método de muestreo de las poblaciones de coyotes, se emplee el siguiente: Deben instalarse estaciones olfativas (Linhart y Knowlton, 1975); el procedimiento consiste en limpiar, aplanar, cernir o tamizar arena y dejar arena suave en un circulo de 94 cm de radio en cuyo centro se coloca un atrayente de aroma fuerte (sintético o natural). La estación deberá marcarse como activada, plasmando la huella de la palma de la mano derecha en una esquina seleccionada (ésta deberá ser la misma en todas las estaciones). Las estaciones deben permanecer activas durante una sola noche (Roughton y Sweeny, 1982; Conner et al., 1989; Nottungham, et al., 1989; Smith, 1994). La intensidad de olor del atrayente se logra al mezclar, por ejemplo, vísceras crudas de pollo, sardinas enlatadas y huevos cocidos, todo ello molido y batido. Se guarda la mezcla en un envase plástico bien tapado, colocándolo al sol por 3 días; después de eso está listo para atraer coyotes y otros carnívoros. Este olor atrae a los coyotes residentes o que hacen sus recorridos nocturnos y pasan cerca de la estación olfativa. Usualmente se colocan transectos de 10 estaciones olfativas, separadas una de la otra por 500 m (Linhart y Knowlton, 1975; Roughton y Sweeny, 1982; Conner et al., 1989; Nottungham, et al., 1989; Smith, 1994).). Las estaciones se colocan al atardecer y –como ya se dijo– permanecen activas durante una sola noche (Roughton y Sweeny, 1982; Conner et al., 1989; Nottungham, et al., 1989; Smith, 1994). El siguiente día se visitan todas las estaciones del transecto y se cuentan las estaciones visitadas por coyotes, las no visitadas y las estaciones desactivadas, esto último puede considerarse cuando hay evidencia de pisoteo de vacas, chivas, caballos u otro ganado, que pueden borrar la evidencia de la visita previa de algún coyote. Para determinar la abundancia relativa de los coyotes se aplica el siguiente índice de abundancia (Linhart y Knowlton, 1975): ÍndiceA = (Total de visitas / Total de estaciones operables) X (1000) Esta información de las estaciones olfativas, puede apoyarse con la toma de datos con métodos complementarios, entre otros:

• Recorridos para buscar huellas, en transectos de diferentes magnitudes (el muestreo debe extenderse en aproximadamente de 25% de la superficie del terreno,m por ejemplo una UMA), contando todas las huellas de coyotes que atraviesen el camino o sendero (Servín et al., 1989),

• Recorrido de transectos con emisión de estímulos auditivos para estimular la respuesta de coyotes. Esto implica efectuar recorridos nocturnos en vehículo; a cada 2 Km. se hace alto y se emiten aullidos (o se hace sonar una grabación de aullidos de coyotes durante 1 minuto) y se esperan 2

290

Page 290: Mamifero Vida Silvestre

minutos en completo silencio, para escuchar o detectar los aullidos de respuesta que pudieran producirse (Servín, 2000).

Se recomienda que los estudios de población del coyote se realicen con el apoyo y bajo la supervisión de especialistas (investigadores con reconocida experiencia) y se empiece a trabajar con aquellas UMA en que existan solicitudes recurrentes de cosecha de coyotes debido a presuntos conflictos con actividades humanas. La escala de manejo (estudio, monitoreo y aprovechamiento) óptima debe ser la regional. Por ejemplo, la información más valiosa sería aquella obtenida a través del muestreo de sierras o cuencas y sub-cuencas, de tal forma que se trate de asegurar el monitoreo de poblaciones reales. Se sugiere utilizar como valor de referencia una área de muestreo de 100,000 ha, como mínimo, todo esto con base en los tamaños promedio de los ámbitos hogareños de diferentes especies de carnívoros de tallas medianas y grandes (Caro, 1998; Gittleman y Harvey, 1982; Gittleman, 1989). Dada la naturaleza oportunista de la especie y el estado variable de sus poblaciones, se recomienda la capacitación y certificación periódica de técnicos responsables de UMA y del personal de la DGVS y de los gobiernos de los Estados, apoyados por especialistas (investigadores con reconocida experiencia), para la realización de los estudios de estimación de poblaciones y eventual obtención de tasas de extracción, acorde a las necesidades que plantee cada caso, considerando las características de los ecosistemas, de la propia especie y de las actividades humanas. El coyote tiene una función importante en los ecosistemas, a pesar de que se le considera infundadamente como especie siempre plaga, por ello su manejo requiere de técnicos especializados o, al menos, personal capacitado por investigadores y especialistas en la especie.

Formato óptimo para la captura de los datos de campo. A continuación se presenta un ejemplo de formato, que puede permitir recabar la información más relevante para trabajar con poblaciones de coyote en México: Fecha del Muestreo: 15 de Mayo de 2006 Nombre del Operador: Luis Gonzalez Transecto: Uno Lugar del Muestreo: Rancho “La Vieja” Altitud: 2650 m.s.n.m. Estación Activada Fototrampa Visita Especie Observaciones

1 SI NO Sin Visita

---- ----

2 SI SI Coyote Canis latrans Se observan

291

Page 291: Mamifero Vida Silvestre

huellas de dos individuos y dos

imágenes de individuos distintos

3 SI SI Zorra Urocyon cinereoargenteus

Imagen y Huellas

4 SI SI Zorrillo Conepatus mesoleucus

Imagen

5 NO NO Sin visita

----

6 SI NO Sin Visita

---- ----

7 SI SI Coyote Canis latrans Se observan huellas de dos individuos y un individuo en la

imagen 8 SI NO Sin

Visita ---

9 SI NO Sin Visita

---

10 NO SI Desacti-vada

---- Desactivada o pisoteada por

vacas. Sin imágenes

anteriores a la visita de la vaca

Esta orientación de los datos y formato, puede robustecerse mucho con el uso de foto-trampas o cámaras automáticas, para determinar la visita efectiva de una estación; así, es posible determinar con certeza el número de individuos y de especies que visita la estación olfativa y, por tanto, la estimación de la abundancia de coyotes resulta menos especulativa. Algoritmos recomendados para calcular los parámetros poblacionales indispensables para la gestión de la cosecha sustentable. Se tiene conocimiento de que existe cacería ilegal de coyote de nivel importante, por lo cual se ha considerado necesario promover el mercado legal al autorizar el aprovechamiento de poblaciones cuyos resultados de monitoreo indiquen que es viable. Por otro lado, existe la alternativa de extraer individuos excedentes bajo el

292

Page 292: Mamifero Vida Silvestre

esquema de control de depredadores, mismo que se trata de forma independiente en la Parte D de este protocolo. Como se mencionó en el Punto 3, para determinar la abundancia relativa de los coyotes se aplica el siguiente índice de abundancia (Linhart y Knowlton, 1975): ÍndiceA = (Total de visitas / Total de estaciones operables) X (1000). Para la toma de decisiones puede partirse de un esquema como el siguiente:

Resultados de los transectos para estimación de

abundancia Decisión recomendada Comentarios

1 al 15 %

No ejecutar controles sobre la población de

coyotes. No expedir tasas de

aprovechamiento

Población baja y sin

daños a las actividades humanas.

16% 29%

No ejecutar controles severos sobre la

población de coyotes. Expedir tasas de aprovechamiento

precautorias, de un individuo por cada 20 km2

Población en los límites de tolerancia

30 al 50 %

Se recomienda Ejecutar controles severos sobre la población de coyotes.

Expedir tasas de aprovechamiento de un individuos por cada 10

km2 . Hasta que la abundancia de población

se mantenga entre los valores de 10 a 20 según

el Índice de Linhart y Knowlton (1975)

La población de coyotes es alta y con

frecuencia causa problemas a las

actividades ganaderas de la región.

Aspectos del hábitat de las especies (o grupos de especies), relevantes para la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA

Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento al hábitat de las especies (o grupos de especies).

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En términos generales se consideró que la escala geográfica de trabajo para dar seguimiento a poblaciones de carnívoros y su hábitat deberá ser como mínimo el ámbito hogareño (AH) del macho de la especie. Con base en éste se pueden definir las áreas de muestreo y aprovechamiento (manejo) mínimas, de tal forma que -en principio- no se podría otorgar una tasa de aprovechamiento a UMA que tengan superficies menores al tamaño del AH de un individuo macho. Al aplicar este criterio, debe considerarse también que el área debe corresponder al tipo de hábitat ocupado por la especie en cuestión y debe presentar características (niveles) de calidad adecuados (ver más adelante). Aspectos del hábitat más relevantes para la determinación, la práctica y el ajuste de la cosecha sustentable en UMA Se considera que los componentes del hábitat más relevantes de beneficio para la especie, sobre los que se sugiere centrar los programas de evaluación y monitoreo del hábitat son los siguientes:

1.- Abundancia de: a) Presas b) Frutos comestibles 2.- Aguajes 3.- Cantidad y tipo de ganado presente manejado extensivamente

En estudios realizados en México, se ha encontrado que los componentes arriba mencionados influyen el tamaño del AH del coyote y, por tanto, su abundancia y disponibilidad determinan la calidad del hábitat para el coyote. Por ello se requiere su monitoreo para manejar la especie desde varias vertientes, incluido el aprovechamiento cinegético (Gómez-Vázquez et al., 2003; Hernández et al., 1993; Hidalgo-Mirhart et al., 2006; Huxley y Servín, 1995; Servín y Huxley, 1993 y 1995; Servín, 2000). Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de hábitat orientado a detectar su condición inicial y sus tendencias subsiguientes Para evaluar los factores mencionados anteriormente, se recomienda utilizar los siguientes indicadores:

1 Índice de abundancia de presas a) lagomorfos y roedores b) Índice de abundancia de frutos comestibles para coyote

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2) Número de cuerpos de agua en la UMA (ríos, arroyos, bordos, bebederos)

3) Número de cabezas de ganado y tipo de pastoreo que se práctica 4) Conflicto con ganado (Sí o NO)

Para realizar la medición de estos factores y calcular los índices anteriores, se recomiendan los siguientes métodos de evaluación de campo: (a1) Parcelas circulares de 1 m de radio para conteo de excretas de lagomorfos. Se establecen parcelas circulares en un transecto con 36 parcelas de 3.14 m² (r=1m) colocadas cada 20 metros y se contabilizan las excretas de lagomorfos encontradas dentro de ellas. Los conteos se realizan estacionalmente, las excretas se eliminaron un mes antes de iniciar el estudio y después de cada muestreo. El número de individuos por hectárea se calculó según Knick (1990) con la siguiente ecuación: (P) Di = ──────────── (k)

(T) (DR) Di = Densidad/Ha P = Excretas/Parcela T = Número de días de acumulación de excretas DR = Tasa de Defecación (cifra guía: 519 excreta/día/lagomorfo) k = Area de las parcelas en una hectárea 3184.7 m2 (a2)- Estimación de abundancia de frutos de tázcate (Juniperus spp.), Mezquite (Prosopis spp.) y Tunas (Opuntia spp.) Se propone el uso de un método para conocer la disponibilidad de frutos de cedro o tázcate (por ejemplo, Juniperus deppeana). En un pre-muestreo de las dimensiones de los árboles, se determina el intervalo de alturas de la población de cedro o tázcate. Se divide arbitrariamente a la población en seis clases de edad con los siguientes características: Clase 1, árboles de altura menor a 1 m; Clase 2, árboles de altura entre 1 y 1.99 m; Clase 3, árboles de altura entre 2 y 2.99 m; Clase 4, árboles de altura entre 3 y 3.99 m; Clase 5, árboles de altura entre 4 y 4.99 m; Clase 6, árboles de altura mayor de 5 m.

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La producción de frutos de esa población de árboles se estima eligiendo 10 individuos que producen frutos, de cada una de las 6 clases de edad, es decir se marcan 60 árboles, a los que se les colocan cuatro trampas para colectar los frutos caídos naturalmente al suelo, las trampas son de 50x20 cm (0.1 m2) y en el centro de cada una se coloca un embudo para capturar los frutos caídos (Xf) en esa área y se retiran estacionalmente de la trampa. Para cada individuo de árbol marcado se determinó su cobertura por medio de la siguiente ecuación (Muller-Dombois y Ellenberg, 1974): ( D 1 + D 2 )2 CC = │ ────────────── │ 4 Donde: D1 = es el diámetro mayor del árbol D2 = es el díametro menor del árbol con el valor de cobertura se estima el número de frutos caídos (FC) bajo el árbol, con la siguiente ecuación: [ X(B) ] * ( CC ) FC = ────────────────── K Donde: FC = Total de frutos caídos X(B) = Promedio de frutos caídos por área basal CC = Cobertura del árbol K = Area de la trampa, que es una constante (0.1 m2) La cantidad de frutos caídos mensualmente (FCM), para los árboles y clases de edad productivas, se determina con la siguiente ecuación: Σ ( FCi) FCMi = ──────────── ni Donde: FCMi = Frutos Caídos Mensualmente disponibles para el coyote. Σ (FCi) = Sumatoria de los frutos caídos de los cedros productivos marcados

en la clase "i" ni = Número de cedros productivos

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Conteo total No se especificó el contenido de esta sección. Conteo de ganado depredado.

Para comprobar el grado de la depredación de ganado por coyote se debe realizar encuestas entre los productores, vaqueros y/o pastores (Arthur, 1981; Robel et al., 1981; Schaefer et al., 1981; Jones y Wolf, 1983) en las comunidades. La encuestas deberán basarse en preguntas relacionadas con las prácticas de ganadería que se realizan en el área (cómo y en qué horarios se pastorea el ganado, hacia dónde lo dirigen, lo hacen con o sin perros, realizan pastoreo intensivo o extensivo). También deben identificarse clara e inequívocamente los sucesos de depredación (¿evidencias? ¿dónde? ¿a qué hora? ¿cómo murió la presunta presa?) e indagarse sobre los métodos o técnicas locales para evitar la depredación. La información obtenida mediante las encuestas se expresará en porcentaje, por ejemplo: vaqueros y/o pastores que han tenido problemas con el manejo del ganado, pastores que han tenido problemas con coyotes, lugar de los avistamientos de coyotes, lugar donde los coyotes causaron el daño, entre otros resultados (Arthur, 1981; Schaefer et al., 1981; Kellert,1985). Parte de la información recopilada debe ser utilizada para el cálculo de los indicadores correspondientes, de la siguiente forma:

(a1) comparación del valor obtenido del índice en los transectos de lagomorfos y roedores

(a2) comparación del valor obtenido del índice en los transectos de frutos (b) no hay análisis adicional (c) ganado depredado, por temporada de parición.

De manera complementaria se sugiere utilizar como signos de alerta temprana, que pueden ayudar a identificar si existen alteraciones significativas en las poblaciones de la especie, en calidad de indicadores indirectos: informar o identificar el período de nacimientos del ganado o especies sujetas a manejo en la UMA/zona/región, ya que en la ganadería extensiva del norte del país, el ganado que va a parir no se conduce a áreas abrigadas y cercanas a las casas, para observarlo y atenderlo en el momento del parto. Debido a esto las hembras paren en sitios alejados y cubiertos de vegetación y, si el becerro muere por problemas asociados al parto, entonces es presa fácil para los coyotes, ya sea como carroña o como un evento real de depredación. Finalmente, en relación con prácticas para el manejo adecuado de poblaciones y de hábitat para la especie, en principio no se recomienda alguna en particular, pero se sugiere la vigilancia diaria del ganado que va a parir.

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Se sugiere que, para dar mayor solidez a las recomendaciones y metodologías planteadas en este protocolo, se realice un ejercicio de prueba-calibración de los indicadores para probar su utilidad y factibilidad en las condiciones locales. Para afinar en el futuro los métodos, es recomendable generar experiencias comparativas (por ejemplo seleccionando una localidad en un área tropical y en una templada). Formato óptimo para la captura de los datos de campo. A continuación se presenta un ejemplo: Fecha del Muestreo _15 de Mayo de 2006 Nombre del Operador Luis Gonzalez Transecto Num.Uno Lugar del Muestreo Rancho “La Vieja” Altitud 2650 msnm Estación Activada Fototrampa Visita Especie Observaciones

1 SI NO Sin Visita ---- ---- 2 SI SI Coyote Canis latrans Se observan

huellas de dos individuos y

dos imágenes de individuos

distintos 3 SI SI Zorra Urocyon

cinereoargenteus Imagen y Huellas

4 SI SI Zorrillo Conepatus mesoleucus

Imagen

5 NO NO Sin visita ---- 6 SI NO Sin Visita ---- ---- 7 SI SI Coyote Canis latrans Se observan

huellas de dos individuos y un individuo en la

imagen 8 SI NO Sin Visita --- 9 SI NO Sin Visita ---

10 NO SI Desactivad ---- Desactivada o pisoteada por

vacas. Sin imágenes

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anteriores a la visita de la

vaca Esta técnica y formato pueden robustecerse mucho con el uso de foto-trampas o cámaras automáticas, para determinar la visita de la estación, además con certeza se determina el número de individuos y de especies que visita la estación olfativa y por tanto la estimación de la abundancia se hace menos especulativa. Definición de parámetros de hábitat indispensables para la gestión de la cosecha sustentable. Véase el punto 3 de este apartado, en el que se describen los elementos o factores de hábitat más relevantes para la especie, así como los protocolos de evaluación recomendados para el seguimiento de hábitat pues, con base en ellos, se deben fundamentar y complementar las evaluaciones poblacionales y, en su caso, autorizar extracciones de poblaciones silvestres. Conservación de la especie y gestión de la cosecha sustentable en UMA Un aspecto fundamental que debe tomarse en cuenta cuando se tomen las medidas de conservación y gestión para la especie en cuestión es que probablemente la extracción mediante “control de depredadores” no autorizada sea mucho mayor que la extracción realizada bajo el esquema de UMA. En este sentido se reitera la recomendación de tomar un enfoque que permita comenzar a recuperar esta información y dar seguimiento a los niveles reales de extracción de individuos de las poblaciones silvestres; Esto dentro de los límites y condiciones establecidos por la legislación vigente, las recomendaciones generales presentadas en este protocolo y las características y estado de conservación que las poblaciones de la especie permitan. Por lo mismo, se considera necesario promover el mercado legal al autorizar el aprovechamiento de poblaciones que estén bien estudiadas y monitoreadas y de las cuales exista evidencia de que son demográficamente saludables y por lo tanto es factible realizar extracciones sin afectar a las mismas. Procedimiento para la determinación de viabilidad biológica de la cosecha en el área de una UMA. Con base en las metodologías y procedimientos sugeridos en las secciones anteriores (Partes I y II) para la evaluación y el seguimiento de poblaciones y hábitat se sugieren los siguientes criterios para determinar la viabilidad biológica de la cosecha en el área de una UMA:

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VIABILIDAD BIOLOGICA DE LA POBLACION

SÍ AL APROVECHAMIENTO NO AL APROVECHAMIENTO Índices de abundancia entre 1 y 15% Índices de abundancia entre 16 y 30% No se presenta depredación de coyote

hacia animales domésticos Eventos de depredación no

comprobados Índices de abundancia superiores al 31%

Eventos de depredación a animales domésticos confirmados

Presencia de rabia en la población de coyotes

Presencia de sarna en la población de coyotes

En caso afirmativo de viabilidad, algoritmo para la determinación de la cuantía y periodicidad de la cosecha sustentable en una UMA Se recomienda la autorización de una extracción máxima del 25 % de la población, si se conoce el índice de abundancia, en el caso de que se tengan datos obtenidos con transectos de 10 estaciones olfativas y más de 3 de ellas sean visitadas (es poco frecuente que sean visitadas más de 5 estaciones por transecto por noche). Este método puede aplicarse a UMA donde hay conflicto (coyote-ganado); 1 coyote cada 1,000 a 1,200 ha (este criterio se basa en el tamaño promedio del ámbito hogareño encontrado en México: 10 a 12 km2), por ejemplo, en UMA de cerca de 10,000 ha con densidades máximas de 3.3 individuos/10 km2 (cuando hay 3 o más visitas de coyotes en transectos con 10 estaciones olfativas). Métodos para la determinación del calendario de las actividades de cosecha en una UMA.

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Se ha visto una tendencia en el norte de México a que, de abril a junio, existan con más frecuencia conflictos coyote-ganado; aparentemente esto se relaciona con que se trata de la época de parición del ganado. Se sugiere que, dentro de este lapso, se asignen 35 días para ejecutar el control de coyotes (no entendido como aprovechamiento, sino sólo como control), ya que la época hábil para aprovechamiento cinegético, se recomienda ubicarla a entre diciembre y marzo, período en el cual la piel del coyote tiene un mejor aspecto y, por ello, pudiera contar con posibilidades de generar beneficios económicos por la venta de su piel curtida. Para el resto del país, el esquema podría mantenerse de manera similar, tomando en cuenta la época de estiaje (cuando hay menor cantidad de agua disponible para el ganado) ya que es cuando se presentan con más frecuencia los problemas coyote-ganado. Puede considerarse la opción de modificar el tiempo o época de control, pero solamente con base en datos representativos sobre de los períodos reproductivos que exhibe el coyote en latitudes más sureñas (sin embargo, actualmente hay muy poca información disponible de esa parte del país). Criterios para la distribución de las actividades de cosecha en el predio de una UMA. La UMA solicitante debe tener por lo menos la extensión del ámbito hogareño conocido para la especie: 10-12 km2 (es decir, mayor que 1,200 ha); sin embargo, se recomienda obtener datos poblacionales de áreas mayores, para adoptar un enfoque regional (por ejemplo, que comprendan al menos 20,000 ha). Las tasas deben otorgarse también de manera que consideren el enfoque regional (al menos tomando en cuenta estas mismas 20,000 ha. Esto implica que el número de individuos determinado como viable y otorgado para aprovechamiento, debe repartirse entre las UMA que se encuentren dentro de cada región definida. Descripción de los modos de cosecha aceptables, incluyendo métodos de campo y previsiones para la cosecha diferencial por sexos y edades, u otros criterios, si aplica al caso. Los métodos de cosecha aceptables para la especie fundamentalmente contemplan el uso de armas de caza deprava (Ver las especificaciones recomendadas por la U.S. National Rifle Association) y la Ley General de Vida Silvestre, así como las disposiciones emitidas por la Sedena. Están prohibidas para aprovechamientos cinegéticos toda clase de venenos; trampas de lazo, cepos de acero y trampas de hoyo. Indicadores de los efectos de la cosecha sobre la propia población y protocolo de seguimiento y análisis recomendado para éstos.

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Como indicadores de los efectos de la cosecha, se sugiere contemplar los siguientes aspectos:

• Aumento o disminución de las poblaciones de presas naturales del coyote;

• Cambios en la presencia y abundancia de depredadores más pequeños como zorrillos, mapaches y otros, pues se ha demostrado que la ausencia de coyotes, al menos en ecosistemas templados, favorece el incremento de la abundancia de especies de pequeños carnívoros como, zorrillos, zorra gris, mapaches, coatíes o cacomixtles;

• Variaciones en la incidencia y magnitud del conflicto coyote-ganado doméstico.

Criterios y métodos para el ajuste progresivo de la cosecha en una UMA (incluyendo el caso de su eventual suspensión) con base en los resultados del monitoreo de población y de hábitat, considerando los efectos de la cosecha en cada lapso.

- Control zoosanitario (contra brotes de rabia). Se realizarán controles hasta erradicar la epizootia, principalmente en rabia.

- Conflicto por ganadería. Se efectuará en dos años consecutivos y luego se suspenderá el control.

- Se mejorarán las técnicas de manejo de ganado de la región, lo cual va a inducir a disminuir los conflictos coyote-ganado.

Criterios para garantizar la congruencia de la cosecha en una UMA con las necesidades y estrategia general de conservación de la especie (o grupo de especies afines). Es recomendable crear un PREP de coyote, ya que es una especie que requiere de evaluación, monitoreo y manejo constante. Además, por la importancia económica y ecológica que ejerce en los ecosistemas ganaderos del país, los esfuerzos locales deben corresponder a una visión más amplia. Criterios para la autorización de control de depredadores. Como principio general, este aspecto debe evaluarse caso por caso, antes de autorizar un programa de control de depredadores o la extracción de algún “animal

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problema”. Es fundamental que los técnicos de UMA y personal de Delegaciones y DGVS cuenten con un manual lo más práctico y sencillo posible (existe un manual que incluye un capítulo sobre identificación de depredación por esta especie McKinney y Delgadillo 2004, del que se puede extraer una síntesis; asimismo, se recomienda consultar manuales del U.S. F&WS y el manual de Identificación de rastros de jaguar y puma, para Jalisco; y materal del TP&W). Asimismo, es importante que si existen variaciones por tipo de hábitat, se mencionen las diferencias en cada rubro. El control de coyotes debe ponderarse cuidadosamente en el caso particular de proyectos que intenten la reintroducción de especies silvestres, por ejemplo de ungulados, para favorecer los objetivos de esos programas sin alterar fuera de límites aceptables las densidades de depredadores. Justificación / Umbral (nivel) de depredación Se sugiere utilizar al menos un criterio robusto para justificar y autorizar un permiso de control de coyotes que se hayan vuelto animales conflictivos (depredadores que causan daños objetivamente demostrables) para la especie de interés; como ejemplos:

• Cuando se presenten evidencias claras de depredación frecuente de ganado o especie alternativa de interés (por ejemplo, 4 ataques en un mes claramente atribuibles al coyote).

• Cuando se presenten brotes de rabia y se demuestre que los coyotes son portadores1.

Adicionalmente, cuando se presenten casos de depredación significativa indeseable, debe darse seguimiento utilizando el método de transectos con estaciones olfativas2. Recuérdese que, para tratar el tema de conflicto humano con los coyotes, es necesario que se demuestre de manera fehaciente que la actividad de estos cánidos pone realmente en riesgo a una población recién reintroducida de herbívoros, a una población de animales nativos que se encuentre en recuperación en la región, o a la productividad ganadera local o regional.

Tiempo (período) de extracción autorizado Se sugiere otorgar un tiempo de 15 días para extraer a un animal conflictivo. En el caso de que se demuestre el impacto incide sobre poblaciones reintroducidas de 1 También aplicar para especies de carnívoros pequeños. 2 Ver metodología para determinar intensidad (porcentaje) de reducción sugerido.

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especies nativas consideradas especialmente “valiosas” o en riesgo, se otorgaría un permiso de extracción en la medida en que se justifiquen en el plan de manejo, con claridad, los beneficios y riesgos de hacerlo. Intensidad El límite máximo de extracción tendría que ser de 3 animales cada 10,000 ha, por año. Existen casos particulares como la presencia de estos animales en aeropuertos, en los que se puede permitir la eliminación de un número definido de animales un poco mayor; también aplicaría para caso de brotes de rabia. Métodos

Los autorizados por la ley; Los métodos de cosecha aceptables para la especie fundamentalmente contemplan el uso de armas de fuego (ver especificaciones en una sección anterior).

El uso de sustancias tóxicas no está claro en México y esta es una oportunidad para promover el desarrollo de investigación en ese aspecto, especialmente para documentar los pro y los contra. Urge determinar las sustancias tóxicas y métodos más adecuados para ejercer control en las poblaciones de coyotes que causan conflicto en ciertas regiones ganaderas. Recomendaciones

• Un aspecto fundamental es modificar el manejo del ganado, sobretodo en época de parición, ya que es cuando requieren mayor vigilancia y cuidado por parte de los vaqueros.

• Mantener en el hato un control veterinario. • Se recomienda la utilización de animales guardianes como burros, llamas,

perros de talla adecuada para cuidar al ganado. • En caso de programas contra brotes de rabia se deberían exigir medidas

adicionales zoosanitarias preventivas. • En el caso de programas de control en aeropuertos, se debe exigir el

mantenimiento del cercado que delimita la zona federal..

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OSO NEGRO (Ursus americanus Pallas, 1780)

Elaboración del documento final A cargo de los participantes, coordinada por Jorge Álvarez Romero

Participantes en la Mesa de Trabajo Alfonso Martínez, UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN [email protected], [email protected], [email protected], [email protected] Carlos López González, UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE QUERÉTARO [email protected] Jonás Villalobos, CEMEX, NUEVO LEÓN [email protected] Jorge Álvarez Romero, CONABIO (Moderador-Relator) [email protected] Jorge Servín, UNIVERSIDAD JUÁREZ DEL ESTADO DE DURANGO [email protected], [email protected], [email protected] Meztli Méndez.- DGVS-Semarnat (moderadora) [email protected] Norma de la Rosa- DGVS-SEMARNAT. Rodrigo Núñez, FUNDACIÓN CUIXMALA, HOMBRE-JAGUAR NAYARIT [email protected], [email protected]

Introducción

El oso negro es uno de los carnívoros más grandes que se distribuyen en México, es un animal de cuerpo robusto, cola corta y orejas pequeñas, su pelo es negro, corto y lacio, predominantemente de color oscuro, aunque en algunas ocasiones puede observarse de color café. Su peso corporal varía entre 60 y 160 Kg., siendo las hembras un 20 % menor que los machos, su locomoción es plantígrada ya que apoya tanto los dedos como los talones, presenta 5 dedos en ambas patas, las patas delanteras son tan largas como anchas y las traseras son mas largas que anchas. Es un animal solitario y los machos solo se les ve con las hembras en la época de apareamiento. Es difícil distinguir los sexos debido a que las hembras adultas y machos juveniles presentan características morfológicas similares, con experiencia es posible diferenciar un macho adulto por su tamaño. En México se estima que la hembra alcanza la madurez sexual a los 4 años, tienen de 1-4 crías que nacen a principios del ano en las cuevas invernales y abandonan la madriguera junto con la hembra entre abril y mayo, y permanecen con ella cerca de 1.5 años, hasta que la hembra vuelve a entrar en celo. Es un animal oportunista y se alimenta de una gran variedad de componentes como frutos, semillas, hierbas,

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zacates, pequeños mamíferos, jabalíes, crías de venado y carroña. En algunas áreas el oso negro puede llegar a atacar el ganado domestico (principalmente becerros, cabras y borregos) provocando conflictos con los humanos. Los machos se mueven grandes distancias y presentan territorios grandes estimados entre 30 a 120 Km2 y las hembras se mueven entre 10-30 Km2, los territorios no son fijos y pueden variar por las condiciones del hábitat, regularmente los ámbitos hogareños se traslapan encontrando en un territorio de un macho varias hembras, otros machos adultos y machos subadultos (Leopold 1959, Roger 1977, Doan-Crider 1995, Doan-Crider 2003, Auger 2003, McKinney y Delgadillo 2004, McKinney y Delgadillo dat. no publ.). Actualmente en México el oso negro se encuentra en la lista de especies en peligro de extinción debido a que ha desaparecido de gran parte de su rango de distribución original, pero la población de las Serranías del Burro (subespecie eremicus) actualmente se encuentra en la categoría de Protección Especial tomando en cuenta los estudios poblacionales los cuales reflejaron la alta densidad de osos por unidad y área y tasas de sobrevivencia alta (INE-Semarnap 1999, Norma Oficial Mexicana 2001, Onorato y Hellgren 2001, Doan-Cider 2003).

Aspectos de población de las especies (o grupos de especies), relevantes para la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento a poblaciones de las especies (o grupos de especies) El oso negro es un animal que necesita extensiones grandes de hábitat continuo ya que realiza movimientos grandes en busca de agua, alimento, mejores condiciones de hábitat, y presiones internas de la población (dispersión natural) (Auger 2003, Roger 1987, Doan-Crider 2003), por lo que su escala de seguimiento debe ser nivel regional (ejemplo: Serranías de los Burros, Sierra Santa Rosa, Sierra La Encantada etc.). De acuerdo a algunos estudios genéticos se considera que una población de entre 50 y 100 animales adultos puede asegurar la continuidad genética, para el caso de los osos dentro de estos rangos se pueden encontrar de 30 a 40 hembras, por lo que necesitarían áreas de 288 a 385 Km2 (Shaw, 1985, Roger 1987, Bear Hunting 1991). Los machos se traslapan en los territorios de las hembras por lo que quedarían incluidos en el área de muestreo. Un aspecto importante es que el ámbito hogareño varía con la calidad de hábitat de cada área así como puede variar en cada estación del año por lo que unidades grandes de manejo darían un mejor entendimiento de la población dentro de la región (Roger 1987, Powell et al. 1997).

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Aspectos poblacionales más relevantes para la determinación, la práctica y el ajuste de la cosecha sustentable en UMA

Densidad Poblacional. Es uno de los aspectos más importantes y la base para establecer la cosecha, ya que varía en cada región y unidad de área. La estimación de la densidad poblacional permitirá establecer la tasa de aprovechamiento inicial y hacer ajustes anuales de acuerdo a la demanda (Shaw 1985, Bear Hunting 1991). Estructura de edad. La estructura de edad permite conocer la probabilidad de extraer un ejemplar de cierta categoría de edad, regularmente el cazador se enfoca a un ejemplar grande que coincide con un animal de mayor edad. Mediante la extracción y análisis de un premolar se puede estimar la edad de un ejemplar cazado. Los cambios en la estructura de edad permitirían hacer los ajustes pertinentes cada ano (Bear Hunting 1991, Garshelis 1991). Proporción de Sexos. Al igual que la estructura de edad permitiría conocer la probabilidad de que un oso cazado pertenezca a un sexo determinado, en áreas de cacería en Estados Unidos un alto porcentaje de osos cazados pertenece a machos adultos, debido a que se mueven mas que las hembras y tienen mas probabilidad de ser encontrados, además que son los preferidos de los cazadores (Bear Hinting 1991, Garshelis 1991). Condición física. El cambio en la condición física de los animales puede ser un reflejo de la condición del hábitat por lo que este aspecto debe ser tomado en cuenta y deberá formar parte de la lista de preguntas del cuestionario de los manejadores de la UMA y los cazadores. Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de población orientado a detectar la condición inicial y tendencias subsiguientes de ésta Uno de los métodos mas efectivos y utilizados para la evaluación de densidad, proporción de sexos, estructura de edad y distribución de las especies son los métodos de captura y recaptura cuya información puede ser obtenida mediante el trampeo de animales utilizando trampas de barril o de laso y mediante la técnica de captura de pelo (método no invasivo), para ambas técnicas los valores de densidad están dados por el estimador Lincoln-Petersen (Shaw 1985, Doan-Crider 2003), la aplicación de estos métodos deben ser realizados por técnicos capacitados en las diferentes técnicas según sea el método seleccionado. Otros métodos complementarios aceptables para el monitoreo anual y tendencias de la población es el establecimiento de estaciones olfativas permanentes y el conteo directo de animales, estos son métodos que fácilmente pueden ser aplicados por los técnicos certificados para cada UMA. A continuación se discuten los diferentes métodos. Trampas de pelo (Método no invasivo). Este Método ha tomado fuerza en los últimos años y a ha sido probado en diferentes regiones de Estados Unidos para el seguimiento de las poblaciones de osos (Clarke 2000, Wasser 2000, Triant

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2000, Waits 2001, Romain 2001), una de sus mejores ventajas es que no se requiere la captura de los animales, solamente se requiere la colecta de pelo para la identificación de osos mediante análisis de ADN, el método consiste en la colocación de alambres de púas alrededor de un sitio cebado (árbol o tronco), el alambre debe estar a 50cm del suelo y puede ser colocado de forma circular, los tamaños pueden variar pero en radios de 4m o en cuadrantes de 4x4, aunque algunos estudios han utilizado radios hasta de 15m (Immel 2000) las trampas deben ser revisadas diariamente y algunos estudios sugieren 2 períodos de captura de 2 semanas separadas de 3 días (Triant 2000). Actualmente una de sus desventajas es que es un método relativamente caro y hay pocos laboratorios que se dedican a ofrecer este tipo de servicios, en México aun no existen lugares que presten este tipo de servicio pero se tiene conocimiento que algunas universidades tienen la capacidad técnica para realizarlos con un mínimo de capacitación. Este método permite obtener información sobre la densidad poblacional y proporción de sexos, pero no la estructura de edad (Kendall et al. 1998, Bertram et al. 2000, Stetz 2000, Immel 2000). Trampas de barril. Este método es recomendable por que el oso es capturado sin causarle posibles daños, esta trampa tiene forma cilíndrica con una puerta de guillotina la cual se acciona cuando el oso jala un cebo colocado previamente en la parte interna. Una de sus desventajas es que es relativamente caro y por el volumen son difíciles de transportar, pero debido a su material de construcción pueden ser utilizadas año con año ya sea transportándolas o manteniéndolas en sitios permanentes de muestreo, son seguras tanto para el manejador como para el oso. De acuerdo a los objetivos los osos capturados deben ser manejado por personal capacitado en el uso de sedantes para la colocación de aretes, microchip o radio collares en caso de investigación. (McKinney 2000, Onorato 2003, Doan-Crider 2003, McKinney y Delgadillo, 2004). Trampas de laso. Es uno de los primeros métodos utilizados en los estudios de osos, antes que las trampas de barril y en la actualidad siguen siendo ampliamente utilizados por su efectividad, este método consiste en la colocación de lasos en áreas con atrayentes que por lo regular son árboles gruesos en donde se asegura el laso, el animal es capturado de un miembro delantero y el animal debe ser sedado para su manejo, una de sus ventajas es que son fáciles de transportar y cubrir una mayor área, así como cubrir áreas menos accesibles. (McKinney 1996, Doan-Crider 2003, McKinney y Delgadillo 2004,). Estaciones olfativas. Es un método adecuado para el monitoreo anual de las poblaciones y evaluar las tendencias de la población (Shaw 1985, Black bear Management Plan 1998, Manen 2001, Jones 2005) una de sus mayores ventajas es que no se necesita ser un técnico especializado para la toma de datos, solo se necesita un técnico certificado para recabar la información. Con esta técnica es posible estimar la abundancia relativa de osos en un área determinada (Hellgren 1993, Edwars y Clark 2002). Para el establecimiento de la estación se busca un punto central que puede ser un árbol o una estaca donde se colocara un atrayente, alrededor de este punto se traza un círculo de 1 m de radio el cual debe estar limpio de vegetación y la tierra removida para facilitar la impresión de las huellas. Se recomienda que las estaciones no tengan una distancia menor de 1

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Km. De distancia entre ellas para reducir el error de que un animal visite dos o mas estaciones en una noche de muestreo, las estaciones deben ser revisadas 3 a 4 días consecutivos, en cada revisión se debe tomar cada registro de huellas y activar de nuevo la estación alisando la tierra (INE-Semarnap 1999). Se recomienda que cada estación sea georreferenciada para su activación en diferentes épocas del ano o cada ano según el caso. Avistamiento directo. Este método complementado con las estaciones olfativas puede proporcionar información muy valiosa sobre las tendencias anuales de la población a diferencia de las estaciones olfativas el personal experimentado puede dar algunos valores de sexos, condición del animal, hembras con crías, cantidad de crías, lugar de avistamiento etc. Para este caso es necesario realizar recorridos en las áreas de distribución de osos, así como en veredas dentro de las áreas de alimentación de los animales. Los valores proporcionados pueden ser utilizados para la estimación de la abundancia relativa. Formato óptimo para la captura de los datos de campo. Como mencionamos anteriormente la estimación de la densidad para el establecimiento de las tasas de aprovechamiento debe ser realizado por personal certificado por la DGVS, los monitoreos anuales consecuentes pueden ser realizados por personal de la UMA o técnicos contratados por la misma siempre y cuando sean certificado por la DGVS. El formato para el monitoreo mediante estaciones olfativas y conteos directos se presenta a continuación.

Formato para el monitoreo anual de la población de oso negro Oso Negro Estaciones Olfativas Observadores_____Nombre de la Línea______Distancia______Lugar y _ Fecha_________ Tipo de Vegetación__________UTM Inicial_____________UTM Final___________________ ESTACION HUELLA DE OSO

NEGRO OTRO

1 2 3 4 Total de visitas

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Observaciones_____________________________________________________________

Formato para información de Observación directa de oso negro Observadores____________Nombre de la línea___________Lugar y Fecha______________ Hora de inicio__________Termino______________Tipo de Vegetación__________________ Distancia Macho Hembra Crías Juvenil No.

Identificado 1 2 3 4 Total Observaciones_____________________________________________________________ 1. Algoritmos recomendados para calcular los parámetros poblacionales

indispensables para la gestión de la cosecha sustentable. Como se menciono anteriormente la densidad poblacional es uno de los valores más importantes para establecer la tasa de aprovechamiento sustentable por unidad de área. Para el cálculo de densidad poblacional se utiliza el estimador de Lincoln-Petersen (Shaw 1985, Doan-Crider 2003), el cual es uno de los más recomendados. Aspectos del hábitat de la especie relevantes para la conservación y la gestión de la cosecha sustentable

Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento al hábitat de la especie Como mencionamos anteriormente el oso negro es una especie que necesita de hábitat grandes y saludables Los machos se mueven grandes distancias y

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presentan territorios grandes (30 a 120 Km2 machos, y 10-30 Km2 hembras) los machos subadultos se mueven también grandes distancias en busca de nuevos territorios favoreciendo la dispersión natural (Leopold 1959, Roger 1977, Doan-Crider 1995, Doan-Crider 2003, Auger 2003, McKinney y Delgadillo 2004, McKinney y Delgadillo dat. No publ.). Es recomendable que igual que la población el monitoreo del hábitat sea a escala regional ya que el tamaño de los parches y cantidad de hábitat continuo garantiza la viabilidad de la especie, así como incrementa la posibilidad de una cosecha sustentable o aplicación de control en caso de ser necesario. Aspectos del hábitat más relevantes para la determinación, la práctica y el ajuste de la cosecha sustentable en UMA Cobertura. A lo largo de las áreas de distribución del oso negro, el hábitat esta caracterizado por terreno inaccesible, vegetación densa, y abundancia de alimentos, principalmente de las especies de alta producción, la combinación de grandes extensiones de terreno con la distribución del alimento, con diferentes tipos de cobertura y asociaciones vegetales hacen un lugar adecuado para la distribución del oso negro. La baja densidad de sus poblaciones se asocia a la perdida de hábitat continuo y conflictos con los humanos (Roger 1987). Tamaño de hábitat continuo y condición. El tamaño de los parches de vegetación y cantidad de hábitat continuo son importantes para la dispersión de los animales e intercambio genético. Es importante la identificación de corredores ecológicos para promover su protección así como es necesario evaluar la cantidad de hábitat adecuado para el oso en sus área de distribución y la elaboración de mapas de distribución de la especie y mapas sobre las tendencias de dispersión de acuerdo al hábitat disponible. Alimento. El oso es un animal oportunista y consume una gran variedad de especies vegetales y animales, especies como los encinos Quercus spp., cedros Juniperus spp., nopales Opuntia spp. y pino piñonero Pinus spp. son especies de vital importancia debido a sus periodos de alta producción las cuales son aprovechadas por los osos y otras especies, la falta de producción de estas especies tienen un impacto directo en sobrevivencia de los osos, conflictos con humanos, mortalidad de crías y reproducción de hembras (Roger 1987, Hellgren 1993, McKinney y Pittman 1999, Delgadillo 2001, Doan-Crider 2003, McKinney y Delgadillo 2004). Agua. Los osos son animales que consumen agua constantemente, especialmente cuando consumen grandes cantidades de alimento y en la época de mayor calor (Roger 1987) en el ano, por lo que es un factor a tomarse en cuenta en los estudios de hábitat, es importante identificar los sitios de agua natural como artificial (Utilizada por el ganado domestico), ya que el agua puede ser un factor importante en la dispersión. Uso de la Tierra. Es importante tener registros sobre el manejo de las áreas de distribución de osos, ya que sitios de extracción de madera pueden tener impactos

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positivos y negativos para los osos, así como las áreas de manejo de ganado domestico pueden aumentar los conflictos de los osos con los humanos debido a la depredación, muchos de los problemas de depredación están asociados a las practicas de uso de la tierra (Bear Hunting 1991, Garshelis 2000). Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de hábitat orientado a detectar su condición inicial y sus tendencias Análisis de hábitat y sus componentes a escala regional. La evaluación regional puede ser realizada mediante el análisis de imágenes satelitales actualizadas para evaluar los diferentes tipos de vegetación y porcentaje aproximado, grado de perturbación, hábitat disponible, identificación y evaluación de posibles corredores ecológicos, identificación de fuentes permanentes de agua y alimento, y cantidad de hábitat continuo (Rudis 1995, Black Bear Management Plan 1998, Anderson 1998, Harding 2000), La presencia o cambios de estos factores en el tiempo pueden tener serios efectos sobre las poblaciones de osos en la región (Roger 1993, Bear Hunting 1991, Rudis 1995). Análisis de hábitat a nivel de UMA. Estimación de la presencia y abundancia de especies potenciales como alimento para el oso negro (Hellgren 1993, Doan-Crider 1995, McKinney 2000, Delgadillo 2001, McKinney y Delgadillo 2004,). Registro de sitios con presencia de agua temporal y permanente ya sea natural o artificial. Uso de la tierra (Uso forestal, ganado domestico, recreativo, turístico etc.). Método para la evaluación de especies de alta producción. (Encinos, Cedro, Pino piñonero) (Graves 1980, Koenig 1991, Marroquín 1997, McKibben y Graves 1987, Noyce y Coy 1990, Delgadillo 2001). Es un método basado en clases, establece 5 categorías o clases en un intervalo de 0 a 5.

• Clase 0. No hay frutos visibles. • Clase 1. Unos pocos frutos visibles después de una inspección minuciosa. • Clase 2. Un número favorable de frutos. • Clase 3. Una buena producción de frutos. • Clase 4. Los frutos son fácilmente visibles y cubren la totalidad del árbol.

Esta información puede ser aplicada mediante el establecimiento de parcelas permanentes de muestreo, se recomiendan círculos de 18 m de radio los cuales cubren una superficie de 1000 m2. Estos deben ser distribuidos al azar en las áreas de distribución de especies de alta producción. Para la producción de tunas los valores pueden ser dados en kilogramos por ha, se recomiendan cuadrantes de 10x20 en las áreas de distribución de nopales. Para otras especies importantes se pueden utilizar los mismos cuadrantes y los valores pueden ser dados en individuos por unidad de área. Para herbáceas los

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cuadrantes de 1x1 es suficiente (Chambers y Brown 1983, Bonham 1989) pueden ser aplicados en cañones húmedos donde se distribuyen algunas especies como el elotillo Conopholis mexicana, pegajosa Desmodyum leycophyllum. Formato óptimo para la captura de los datos de campo. No se plantea un formato normalizado. Definición de parámetros de hábitat indispensables para la gestión de la cosecha sustentable. Ver el punto 2 y 3 de este apartado, en el que se describen los elementos o factores de hábitat más relevantes para la especie, así como los protocolos de evaluación recomendados para el seguimiento de hábitat, pues con base en ellos se deben fundamentar y complementar las evaluaciones poblacionales y en su caso autorizar extracciones de poblaciones silvestres. Conservación de la(s) especie(s) y gestión de la cosecha sustentable en UMA Un aspecto fundamental que debe tomarse en cuenta cuando se tomen las medidas de conservación y gestión para la especie en cuestión es que probablemente la extracción mediante “control de depredadores” no autorizada sea mucho mayor que la extracción realizada bajo el esquema de UMA. En este sentido se reitera la recomendación de tomar un enfoque que permita comenzar a recuperar esta información y dar seguimiento a los niveles reales de extracción de individuos de las poblaciones silvestres; Esto dentro de los límites y condiciones establecidos por la legislación vigente, las recomendaciones generales presentadas en este protocolo y las características y estado de conservación que las poblaciones de la especie permitan.

Por lo mismo, se considera necesario promover el mercado legal al autorizar el aprovechamiento de poblaciones que estén bien estudiadas y monitoreadas y de las cuales exista evidencia de que son demográficamente saludables y por lo tanto es factible realizar extracciones sin afectar a las mismas. Procedimiento para la determinación de viabilidad biológica de la cosecha en el área de una UMA. La tasa de aprovechamiento en México en las áreas permitidas bajo el esquema de aprovechamiento o control debe ser ajustado de acuerdo a la composición de

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la población (densidad, proporción de sexos, estructura de edades), tamaño de la UMA y calidad de hábitat que presente, una UMA de 5 000 a 10 000 ha dentro de la escala regional de monitoreo de la población y hábitat del oso negro puede tener un numero adecuado de osos, tomando en cuenta los ámbitos hogareños promedio de una hembra (12-20 Km2) y de un macho adulto de 30 –100 Km2 (LeCount, 1984, Doan-Crider 1995, McKinney 2000 ), así como tomando en cuenta que existe un traslape entre los ámbitos hogareños entre hembras, entre hembras y machos y entre machos y machos (Powell et al. 1997). En caso afirmativo de viabilidad, algoritmo para la determinación de la cuantía y periodicidad de la cosecha sustentable en una UMA No existen datos sobre el numero adecuado que puede ser aprovechado en una población de osos negros cada región establece sus tasas de aprovechamiento de acuerdo a la condición de la población, la cosecha optima es un tema muy discutido para muchas especies en la actualidad (Shaw 1985, Mace 2001, Kasworm 2000), por lo general las tasas de aprovechamiento inicial han sido calculadas tomando en cuenta un porcentaje anual de los animales que se toman ilegalmente y el estatus actual de la población, desgraciadamente en estas áreas no se tienen informes sobre cacería ilegal para establecer una tasa inicial, pero como ejemplo, en estudios con poblaciones similares a la de la Serranías del Burro, Coahuila se extrae cerca del 10 % y estiman que la población de osos sigue creciendo anualmente sin tener efectos negativos (Bear Hunting 1991, Outdoor California 2002) y las tasas de aprovechamiento son ajustadas de acuerdo a los reportes de extracción anual (proporción de sexo y edad), análisis del hábitat y tasas naturales de mortalidad, nacimiento de crías y tasa de crecimiento anual (en condiciones normales se estima que una población de osos puede crecer un 20 % anual (Bear Hunting 1991). Métodos para la determinación del calendario de las actividades de cosecha en una UMA. Una de las épocas recomendables es a finales de invierno y en primavera (Enero a Mayo) ya que en esa época se puede diferenciar a las hembras por que aun tienen sus cachorros los cuales van a destetar hasta junio o julio (verano) y las hembras preñadas de Diciembre a Mayo aun permanecen en sus madrigueras la cual abandonan hasta abril o mayo, esto seria una manera de proteger a hembras. Pero como mencionamos anteriormente debe de discutirse el criterio sobre la extracción (machos y hembras o solo machos), y recordemos que también enfocar la cacería a los machos adultos grandes causa un efecto secundario ya que por una parte se incrementa la presencia de machos subadultos (Bear Hunting 1991, Garshelis 1991) a largo plazo puede traer consecuencias en la viabilidad genética de la población.

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Criterios para la distribución de las actividades de cosecha en el predio de una UMA; si aplica. Como se mencionó anteriormente, el enfoque debe ser regional y las tasas se deben otorgar con base en la estimación poblacional de toda el área (DGVS) y posteriormente distribuir las tasas de aprovechamiento entre las UMAs de acuerdo al tamaño, calidad de hábitat y reportes de abundancia obtenidos mediante el monitoreo de estaciones olfativas y conteos directos. Descripción de los modos de cosecha aceptables, incluyendo métodos de campo y previsiones para la cosecha diferencial por sexos y edades, u otros criterios, si aplica al caso. Los métodos de cosecha aceptables para la especie fundamentalmente contemplan el uso de armas de fuego lo suficientemente potentes para matar un animal de manera rápida causándole el menor sufrimiento posible. Uso de perros. El uso de perros puede tener desventajas ya que pueden perturbar hembras con crías, separarlas de las madres o matarlas, perseguir osos juveniles que pueden salir heridos en las peleas con los perros (Bear Hunting 1991). Uso de arcos. Este tipo de armas pueden ser efectivas en manos de personas experimentadas, ya que existen arcos lo suficientemente potentes para matar un animal, una desventaja es que si no se tiene experiencia el animal solamente puede ser herido, en el estado de California un alto porcentaje de osos es cazado mediante la utilización de arcos (Bear Hunting 1991). Indicadores de los efectos de la cosecha sobre la propia población y protocolo de seguimiento y análisis recomendado para éstos. Existen 4 factores que inminentemente serán afectados por la cacería, la densidad poblacional, el radio sexual, estructura de edad y sobrevivencia de crías. El análisis sobre los reportes anuales sobre abundancia de osos (Estaciones olfativas, conteos directos) y reportes por los cazadores (estructura de edad y sexo del animal aprovechado) permitirán evaluar los cambios anualmente e identificar las tendencias (Bear Hunting 1991, Black Bear Management 1998). Criterios y métodos para el ajuste progresivo de la cosecha en una UMA (incluyendo el caso de su eventual suspensión) con base en los resultados del monitoreo de población y de hábitat, considerando los efectos de la cosecha en cada lapso. La información proporcionada por los cazadores y monitoreo del hábitat pude ser un método para el monitoreo de la población y ajuste de la tasa de

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aprovechamiento (Shaw 1985, Bear Hunting 1991, Blak Bear Management Plan 1998). Los cambios deben partir de la evaluación inicial de la población como punto de referencia, los puntos críticos son los cambios en la densidad poblacional, aumento en mortalidad de crías, aumento en la mortalidad de juveniles, cambios drásticos en la estructura de edad y sexo (Garshelis 1991) Criterios para garantizar la congruencia de la cosecha en una UMA con las necesidades y estrategia general de conservación de la especie De acuerdo al Programa de Recuperación de especies Prioritarias el oso negro de la subespecie eremicus y la cual esta ampliamente distribuida en Coahuila, de acuerdo a los estudios realizados en las Serranías de los Burros cuenta con una población estable y catalogada entre las mas altas de Norteamérica, dicha población cuenta con hábitat adecuado (3600 Km2) y es protegida de manera voluntaria por los ganaderos de la región (Doan-Crider 1995, Onorato y Hellgren 2001, Doan-Crider 2003), debido a estas características esta población paso de la categoría de peligro de extinción a la de Protección especial, en estas áreas el oso negro tiene asegurada su viabilidad biológica debido a lo extenso del terreno acuerdo a la densidad y algunos señales de canibalismo hace pensar que esta población a llegado a su capacidad de carga y pude ser aprovechada siguiendo los mecanismos adecuados y monitoreo de la población y hábitat (INE-Semarnap 1999, Doan-Crider 2003) así como se tienen indicios de poblaciones sanas en las áreas vecinas como son Maderas del Carmen, Sierra Santa Rosa y La Encantada.

Criterios para la autorización de control de depredadores. Como principio general se debe evaluar y considerar caso por caso, antes de autorizar un programa de control de depredadores o la extracción de un “animal problema”. Es fundamental que los técnicos de UMAs y personal de Delegaciones y DGVS cuenten con información sobre posibles depredadores y utilicen manuales prácticos para la evaluación de un sitio con la finalidad de que aporten la información necesaria e identificar al depredador (Oso, Puma, Coyote, etc.). Para el caso de aplicar control de oso negro en un área será necesario identificar al animal problema y enfocar el control a dicho animal, debemos recordar que las hembras también pueden depredar animales domésticos y debe tomarse en consideración si debe ser eliminada (aunque como se menciono anteriormente es difícil diferenciar los sexos, a menos se trate de un oso adulto grande) (McKinney 1996, McKinney y Delgadillo 2004, Dorrance 1976, Woolsey 1985, LeCount 1986, Wade 1980), Justificación / Umbral (nivel) de depredación

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Se sugiere utilizar los siguientes elementos como criterios para justificar y

autorizar un permiso de control de animales conflicto (depredadores) para la especie: (1) Las condiciones de la población, por ejemplo áreas con nuevos registros, grado de perturbación-fragmentación / cercanía con áreas conservadas; (2) Cuando represente un peligro para las personas; (3) Si el ataque se da en el interior de las Reservas Naturales (zonas núcleo) no se debería autorizar el control; (4) Se presenten evidencias claras de depredación de ganado (envío de fotografías de los animales depredados o técnicos de la dependencia correspondiente documentaran personalmente el problema para la toma de decisiones (5) En caso de que se demuestre depredación en áreas sujetas a programas de aprovechamiento y que cumplan con las condiciones establecidas en la sección de cosecha-seguimiento de poblaciones y hábitat, se podría autorizar un permiso adicional bajo esquema de caza deportiva.

Tiempo (período) de extracción autorizado Se sugiere otorgar un tiempo no mayor de 15 días para extraer al animal problema. Intensidad Dependerá del grado de la problemática, es necesario recabar información sobre porcentajes de perdidas anuales de ganado domestico o danos a bodegas, casas etc. para evaluar costos, se debe evaluar si en un caso dado el aprovechamiento de un ejemplar compensa las perdidas causadas por los osos, o cuantos osos compensarían la perdida y si la población soporta dicha extracción. Si tomamos los valores discutidos en los puntos anteriores (I, II y III) sobre densidades de la población en las Serranías del Burro (Doan-Crider 2003, INE-Semarnap 1999 ), como valor precautorio no deben de ser extraído mas del 5 % de la población total estimada para estas áreas. Se estima que la población de esta área se ha incrementando en los últimos anos y cada vez los conflictos son mas frecuentes (INE-Semarnap 1999) Métodos El animal debe ser extraído mediante el uso de armas de fuego lo suficientemente potentes para matar el animal lo de manera rápida causándole el menor sufrimiento posible. No deben ser eliminadas hembras con crías. No se permite el uso de perros. El uso de perros puede tener desventajas ya que pueden perturbar hembras con crías, separarlas de las madres o matarlas,

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perseguir osos juveniles que pueden salir heridos en las peleas con los perros (Bear Hunting 1991). Recomendaciones

Es necesaria la creación de un grupo de especialistas que asesore en la

estimación de la población en las diferentes áreas y realice recomendaciones a las autoridades locales, federales y productores en el desarrollo de los diferentes procesos y toma de decisiones.

Elaboración de manuales prácticos para la evaluación de sitios donde haya ocurrido un evento, con la finalidad de identificar al depredador (McKinney y Delgadillo 2004).

En áreas de alta densidad de osos será difícil identificar al oso problema, ya que podrían ser varios a la vez o varios osos alimentarse de un animal depredado.

Es recomendable que la UMA, rancho ganadero o ejido entregue el cráneo del animal eliminado a la DGVS para determinar el sexo y edad, en caso de que el animal sea vendido por el ranchero como trofeo de caza con la entrega de un premolar, la definición del sexo y condición de animal seria suficiente.

Debe difundirse información sobre prácticas de manejo de ganado mas adecuadas para cada área en particular, adecuada y compatible con la economía de la región.

Educación sobre la coexistencia con el oso negro (Manejo de basura, bodegas, Seguridad en casas habitación, encuentros con osos, etc.), esto evitaría en algunos casos la eliminación innecesaria de un animal (LeCount, 1986, Walker 2003, Lackey 2003, McKinney y Delgadillo 2004).

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PUMA (Puma concolor Linnaeus, 1771)

Elaboración del documento final

A cargo de los participantes, coordinada por Jorge Álvarez Romero

Participantes en la Mesa de Trabajo Alfonso Martínez, UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN [email protected], [email protected], [email protected], [email protected] Carlos López González, UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE QUERÉTARO [email protected] Jonás Villalobos, CEMEX, NUEVO LEÓN [email protected] Jorge Álvarez Romero, CONABIO (moderador-relator) [email protected] Jorge Servín, UNIVERSIDAD JUÁREZ DEL ESTADO DE DURANGO [email protected], [email protected], [email protected] Meztli Méndez, DGVS-SEMARNAT (moderadora) [email protected] Norma de la Rosa, DGVS-SEMARNAT. Rodrigo Núñez, FUNDACIÓN CUIXMALA, HOMBRE-JAGUAR NAYARIT ([email protected], [email protected]).

Introducción

El puma se le encuentra prácticamente en toda América y en todos los habitats

disponibles, excepto en ambos círculos polares y nieves perpetuas (Dixon 1982, Currier 1983). En México se le encuentra en todos los tipos de hábitats a lo largo del país (Leopold 1977). Es un felino esbelto de extremidades fuertes y relativamente largas en comparación con el jaguar, puede pesar desde 25 kg hasta 90 kg o más (Dixon 1982, Currier 1983, Gomes 1994). Los machos son de mayor talla que las hembras. En Jalisco los machos pesan entre 35 y 50 kilos mientras que las hembras pesan entre 25 y 35 kilogramos (Núñez 2006) y en el sureste de México se alimenta principalmente de venados, pero también depreda sobre pecaríes, armadillos, coatíes, iguanas y roedores (Currier 1983, Iriarte et al. 1990, Chinchilla 1994, Aranda y Sánchez 1996, Taber et al. 1997, Núñez et al. 2000). Al igual que el jaguar son principalmente nocturnos, pero pueden estar activos a cualquier hora del día (Dixon 1982, Currier 1983, Núñez 2006). Los pumas se reproducen todo el año, y después de una gestación de 85 a 100 días nacen de 1 a 6 crías, sin embargo un numero “normal” son 2 o 3 crías. Los

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machos son polígamos y las hembras son polyestras y tienen su primera camada a los 3 años. La primera camada por lo general ocurre después de que se establecieron un territorio. Se reproducen generalmente cada 2 a 3 años y una hembra de 12 años puede criar hasta 5 camadas (Logan et al. 1996). Los pumas juveniles se independizan a los 1.5 o 2 años de edad para buscar un nuevo territorio. Generalmente las hembras se instalan cerca del territorio de la madre mientras que los machos recorren grandes distancias. Pueden vivir hasta 16 años o más en cautiverio. Después de los 8 años, comienzan a decaer y reducir su éxito en la cacería (Busch 1996). Una de las mayores causas de origen no-humano, son los causados por encuentros antagonisticos entre individuos (Logan et al. 1996), no obstante, los humanos son la mayor fuente de mortalidad. En áreas con poca interferencia humana, la proporción de sexos puede ser de 1:2 a 2:3 machos/hembra. Mediante la cacería o control de depredadores, especialmente balanceado hacia los machos, esta diferencia se incrementa. En condiciones naturales 1 de cada 3 cachorros llega al estado reproductivo. La densidad poblacional del puma en México, varía desde 4 individuos por cada 100 km2 en Sonora (Luna y López 2005) y costa de Jalisco (Núñez 2006), y 3 pumas por 100 km2 en Calakmul, Campeche (Chávez 2006).

Las poblaciones del puma, aunque fragmentadas, pero debido a su gran adaptabilidad, puede habitar cerca de centros humanos si no es molestado (Beier 1993).

Aspectos de población de las especies (o grupos de especies), relevantes para la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento a poblaciones de las especies (o grupos de especies)

El terreno y el hábitat son factores determinantes en la densidad poblacional de los pumas (Shaw 1989). En términos generales se consideró que la escala geográfica de trabajo para dar seguimiento a poblaciones de carnívoros y su hábitat deberá ser como mínimo el ámbito hogareño (AH) del macho de la especie. Con base en éste se pueden definir las áreas de muestreo y aprovechamiento (manejo) mínimas, de tal forma que -en principio- no se podría otorgar una tasa de aprovechamiento a UMAs que tengan superficies menores al AH. Al aplicar este criterio, debe considerarse también que el área debe corresponder al tipo de hábitat ocupado por la especie en cuestión y debe presentar características (niveles) de calidad adecuados (ver Parte 2 sobre los aspectos del hábitat).

Aspectos poblacionales más relevantes para la determinación, la práctica y el ajuste de la cosecha sustentable en UMA

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Como se menciona antes, se considera que el ámbito hogareño es uno de los aspectos más relevantes para el estudio de las poblaciones y la determinación de niveles de cosecha sostenibles. En este caso se estima conveniente utilizar como valor de referencia para la especie en ambientes tropicales varia de 60 Km2 en hembras y 100 Km2 en machos (Núñez 2006, Chávez 2006). En algunas poblaciones, el tamaño del ámbito hogareño puede variar a través de un periodo anual debido al comportamiento de las presas (Seidensticker 1973, Anderson 1983, Núñez 2006). Así mismo, es fundamental que al realizar una evaluación poblacional, se consideren los tipos hábitat que ocupa la especie. El puma habita prácticamente todos los hábitats disponibles desde los bosques de Abies, de pino, de pino-encino, de encino, bosques mesófilos, vegetación halófila, chaparral, manglares, selvas y en algunos casos vegetación secundaria (Leopold 1967, Dickson 1982, Courier 1986, López y Gonzáles 1998).

Hay otros factores biológicos que afectan directamente en la abundancia de los pumas, y que es necesario considerarlos durante una evaluación poblacional como el periodo reproductivo. Los pumas, son animales que se reproducen todo el año (junio a septiembre “pico” reproductivo) y es posible encontrar hembras lactando cualquier época del año. Por lo tanto, el periodo de cosecha debe de tener el menor impacto posible en las hembras con cría. La disponibilidad de alimento en el hábitat también es uno de los factores más importantes en la abundancia de los pumas. A menor disponibilidad de alimento, se espera menor abundancia de felinos. La perturbación por actividad humana también tiene un efecto en la presencia de los pumas, ya que generalmente prefieren hábitat con bajos niveles de perturbación (Beier 1995) y rara vez se reproducen en áreas perturbadas y constante presencia humana. Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de población orientado a detectar la condición inicial y tendencias subsiguientes de ésta

Se recomienda que cómo método de muestreo para el seguimiento de las poblaciones se empleen cámaras automáticas y el registro de huellas.

Las cámaras automáticas serán dispuestas con una distancia mínima entre ellas de 2.5 a 3 Km. El área a estudiar debe ser dividida en una retícula con cuadrantes de 10 km2. Cada cuadrante debe de tener por lo menos 1 o 2 cámaras por estación. La cámara se coloca en los sitios de mayor posibilidad de obtener una fotografía. Se debe de colocar 1 ó 2 cámaras por cuadrante. Un mínimo de 6 estaciones de fotorampeo debe ser emplazado para obtener información con menor rango de error. 6 estaciones nos da la oportunidad de monitorear 60km2. Asimismo es posible utilizar conteo de huellas como índices de abundancia, se puede realizar conteo de huellas por transecto.

Se recomienda que los estudios poblacionales de esta especie se realizan con el apoyo y bajo la supervisión de especialistas (investigadores con reconocida

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experiencia) y se empiece a trabajar con aquellas UMA en que existan solicitudes recurrentes.

La escala de manejo (estudio, monitoreo y aprovechamiento) óptima debe ser a nivel regional. Por ejemplo a través del muestreo de sierras o cuencas y sub-cuencas, de tal forma que se trate de asegurar el monitoreo de poblaciones. Se sugiere utilizar como valor de referencia un área de muestreo de 1000 km2 como mínimo. A falta de datos en México y con base a valores sobre la densidad poblacional en el norte de (Luna y López 2005) y sur de USA, una densidad entre 3 y 6.5 pumas por cada 100 km2se considera una densidad poblacional alta, y en áreas de mas de 1000 km2 de hábitat continua con pumas, entre el 1 y el 25% puede ser cosechado si un efecto en la población (Linzey et al. 1989). Considerando que en México existe la cacería furtiva como un factor importante de mortalidad, se sugiere un máximo del 10% de la población como cuota de cosecha. En EUA, se observó que la proporción de sexos cazados fue similar sin efectos en la población, pero para México se recomienda una mayor proporción de machos cosechados que hembras. De acuerdo a Beier (1993) en California (bosques templados) se requiere de una área entre 1000 y 2000 km2 para asegurar la permanecía de la especie por 100 años. Si áreas entre 600 y 1600 km km2 se mantienen conectados a otras poblaciones tienen oportunidad de mantenerse en un período de 100 años, también reporta que áreas menores de 150 km2 y aisladas de otras poblaciones se extinguirán.

Dada la naturaleza de la especie y el estado de sus poblaciones se recomienda la capacitación y certificación periódica de técnicos responsables de UMAs, así como del personal de la DGVS y de los Gobiernos de los Estados, apoyados por especialistas (investigadores con reconocida experiencia), para la realización de los estudios de abuandacia poblacional.

1. Formato óptimo para la captura de los datos de campo.

Se propone que como mínimo los datos del formato anexo sean incluidos (Formato Felinos Protocolos DGVS.xls). 2. Algoritmos recomendados para calcular los parámetros poblacionales

indispensables para la gestión de la cosecha sustentable.

Se tiene conocimiento de que existe una cacería ilegal importante (básicamente control ilegal de depredadotes), por lo que por un lado se considera necesario promover el mercado legal al autorizar el aprovechamiento de poblaciones que estén bien estudiadas y monitoreadas y de las cuales exista evidencia de que son demográficamente saludables y por lo tanto es factible realizar extracciones sin afectar a las mismas. Por otro lado, existe la alternativa de extraer individuos bajo el esquema de control de depredadores, mismo que se trata de forma independiente en la Parte IV de este protocolo.

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No se propone un algoritmo establecido. Se recomienda que con base a la información disponible de áreas con características similares a la UMA que solicita los permisos de extracción sugerir una cuota inicial mínima que sea conservadora. Mediante los monitoreos subsecuentes, número y características de los individuos cosechados sugerir una nueva cuota.

En general, en USA donde esta reglamentada la cacería del puma, se permite la extracción de entre el 10 y 30 % de la población de pumas, sin embargo, estas poblaciones van de 1500 hasta 2500 individuos como en Nuevo México (Wislow 2005). Entre el 10 y 15% de extracción no mostró efectos negativos a la población de pumas en una área de Wyoming, pero después del 25% se comienza a observar efectos negativos (Anderson y Lindzey 2005).

La extracción de individuos de una población debe ser en su mayoría machos adultos, las hembras son las que mantienen y sustentan la población.

Con un cuota inicial de cosecha de individuos conservadora y cumpliendo los requisitos del apartado 3, se puede disponer de un numero determinado de individuos basados en un monitoreo “rápido” (índice de abundancia) en la UMA y áreas circundantes mediante el uso de cámaras automáticas y/o huellas. Apartir de la primera cosecha y de monitoreos 2 veces al año (uno antes y otro después de la temporada), determinar la cosecha de la siguiente temporada.

El conteo de huellas es uno de los métodos para calcular la abundancia relativa y es de los más usados para determinar cambios en la población de pumas. Existe una relación directa entre el número de huellas y la densidad poblacional de pumas (Van Dyke et al. 1986). De acuerdo a Van Sickle y Lindzey (1991) se observaran mejores resultados si existe un mayor número de transectos y si son perpendiculares a los mayores arroyos o cuencas.

El fototrampeo también es de gran utilidad para realizar evaluaciones poblacionales (Karanth y Nichols 2000, Silver 2004) y empleando análisis de captura recaptura. Aunque esta metodología sugiere para animales crípticos como lo jaguares y ocelotes, también puede ser aplicado a pumas ya que presentan manchas en la partes internas de las patas que ayudan a su identificación. Aspectos del hábitat de las especies (o grupos de especies), relevantes para la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento al hábitat de la especie.

En términos generales se consideró que la escala geográfica de trabajo para dar

seguimiento a poblaciones de carnívoros y su hábitat deberá ser como mínimo el ámbito hogareño (AH) del macho de la especie, el mayor conocido. Con base en éste se pueden definir las áreas de muestreo y aprovechamiento (manejo) mínimas, de tal forma que -en principio- no se podría otorgar una tasa de aprovechamiento a UMAs que tengansuperficies menores al tamaño del AH. De

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un felino macho. Al aplicar este criterio, debe considerarse también que el área debe corresponder al tipo de hábitat ocupado por la especie en cuestión y debe presentar características (niveles) de calidad adecuados (ver más adelante).

En México, los pumas macho usan hasta 100 km2 . Aspectos del hábitat más relevantes para la determinación, la práctica y el ajuste de la cosecha sustentable en UMA.

Se considera que los componentes del hábitat más relevantes para la especie,

sobre los que se sugiere centrar los programas de evaluación y monitoreo del hábitat son los siguientes:

1. Abundancia de presas; las presas es el factor mas influyente en la

abundancia, distribución y comportamiento de los felinos (Sunquist y Sunquist 1989, Logan et al. 1996). El venado colablanca y el venado bura, son las presas mas importantes del puma en México (Núñez et al. 2002, Luna y González 2005, Chávez 2006,).

2. Fragmentación/continuidad del hábitat; la fragmentación a corto plazo afecta la disponibilidad de presas, aumenta la exposición de los felinos a cazadores y otros depredadores, incrementan su ámbito hogareño, mayor inversión energética para satisfacer requerimientos y menor posibilidad de reproducción. Para las hembras menor posibilidad de madrigueras (Crooks 2002, Mc Rae et al. 2005, Beier 1996). En Florida, Maehr y Meegan (2001) que los felinos rara vez usan los parches de vegetación menores de 5 km2., pero pueden usarlos como puentes a otras áreas mayores. Van Dyke et al., (1986) observo que los pumas evitaron ares deforestadas aun con disponibilidad de presas.

3. Cobertura vegetal; la reducción de la cobertura, particularmente del sotobosque tiene un efecto en la disponibilidad de presas y en la protección de los felinos contra la persecución. Además, la cobertura vegetal facilita la caza y captura de sus presas. El tipo de hábitat también influye en la abundancia de los pumas, algunos tipos de vegetación son menos usados que otros. La calidad del hábitat afecta inversamente proporcional la densidad poblacional de los pumas (Logan et al. 1996). Es posible que los pumas seleccionen las áreas con mayor probabilidad de acechar a sus presas y disponibilidad de madrigueras. Los pumas residentes suelen usar áreas con actividad humana pero los transeúntes o dispersores no (Maher y Meegan 2001), estos suelen usar áreas mejor conservadas (Maher 2001). La calidad del hábitat en parches pequeños de vegetación también pueden reducir la capacidad de los felinos a dispersarse (Maehr y Caddick, 1995).

4. Aguajes; a pesar de que los felinos pueden subsistir varios días sin agua, y

obtener agua metabólica de sus presas (Robbins 1993) es un factor

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importante para las presas y por lo tanto en el comportamiento de los felinos (Wolff 2001, Núñez 2006).

5. En caso de la depredación de ganado. La cantidad y tipo de ganado presente manejado extensivamente; ganadería extensiva (caprinos y vacuno) depredadores de vegetación natural, fuerte competencia para las presas como los venados y pecari. Reducción de cobertura significa reducción de refugios para las presas y competencia por alimento, por lo tanto la disponibilidad de presas disminuye y se podría presentar un potencial conflicto depredador - ganado.

Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de hábitat orientado a detectar su condición inicial y sus tendencias.

Para evaluar los factores mencionados anteriormente, se recomienda utilizar los

siguientes indicadores: 1. 10 venados por Km², 3 pecaríes Km² (Núñez 2006, Mandujano y Gallina

1995) como disponibilidad de alimento base. 2. Fragmentación y condiciones del hábitat: Parches de 1000 km2 mínimo y

una distancia máxima de 2 km entre esos parches; en condiciones naturales en 1000 km2 habría un aproximado de 8-12 individuos, y los parches separados a 2 km de distancia y conectado mediante corredores que permiten aun el intercambio de individuos (Logan et al. 2006, Maerh y Meegan 2001, Beier 1993), una distancia mayor difícilmente será cruzada por algún individuo. Este espacio entre parches no debe estar totalmente limpio, deben existir un corredor de vegetación y/o parches de vegetación que ofrezca protección.

3. Presencia del estrato arbóreo y del sotobosque; (refugio y alimento para presas). el estrato arbóreo ofrece refugio a las presas y los felinos. Una área sin protección o refugio para las presas favorecerá que estas disminuyan. Los felinos también se benefician de dos maneras: una refugio contra depredadores o el hombre y otra con áreas de acecho.

4. 1 aguada permanente por cada 10 km2; (agua para presas principalmente); una aguada por cada 10 ayudará a las presas como los venados en particular en regiones de escasez de agua.

5. En caso de existir manejo de pumas por depredación de ganado, se recomienda que sea considerado si han ocurrido por lo menos 4 eventos de depredación en un área determinada por el “mismo” felino en un periodo de 1 mes o que .un productor pierda mas de 4 cabezas de ganado por mes.

Para realizar la medición de estos factores y calcular los índices anteriores se

recomiendan los siguientes métodos de evaluación en campo:

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1. En secas, conteos directos en transectos y/o mediante el conteo de grupos fecales (Mandujano y Gallina 1995, Karanth y Nichols 2000, Buckland et al. 2001)). Algunos métodos se adaptan mejor a las áreas abiertas y otros a ambientes muy estructurados y se deberá emplear el que mejor refleje la situación de la UMA. Los resultados serán presentados como índice de abundancia: numero de huellas o avistamientos por unidad de área o de tiempo. Los índices de abundancia son un reflejo de la densidad poblacional y ya existen algunos trabajos en México que son útiles como referencia. Ver, Mandujano y Gallina )1995), Galindo y Weber (1998), Novack et al. (2005).

2. Medición del área del parche y de las distancias entre ellos: los parches y distancias pueden ser medidos con ayuda de un GPS, Mapas y SIGs. Se han desarrollado varios índices para medir la fragmentación del bosque. Dos de ellos son el a) el índice de Área/Perímetro y b) la Proporción del Límite/Centro (WCMC 1996),

3. Presencia o ausencia del estrato; para analizar la presencia del estrato arbustivo se empleara una tubo de PVC o madera de 1.5 a 3 metros (según el hábitat a estudiar) dividido en segmentos de colores, generalmente de 10 cm. Este tubo también conocido como “vara de cobertura” se ubica en áreas al azar dentro del predio. Se observa esta vara desde los cuatro diferentes puntos cardinales y se anota cuantos de los segmentos de colores son observables a cada determinada distancia. El % de cobertura se reporta como el promedio de los % de la vara que no se observa a través del bosque desde los 4 puntos y a diferentes distancias.

4. La disponibilidad de posos de aguada o aguadas se pueden catalogar en temporales y permanentes. Para determinar la disponibilidad se contaran los cuerpos de agua permanentes y temporales por km2.

5. Verificación en campo del evento de depredación. Visitar el sitio lo más pronto posible, no más de dos días. Comprar patrones de alimentación y buscar rastros asociados para identificar al depredador. El uso de cámaras automáticas es una herramienta de gran utilidad. En algunos estados ya existen algunos protocolos de manejo de eventos de conflicto entre jaguares-pumas y ganaderos (Núñez 2007).

De manera complementaria, se sugiere utilizar como signo de alerta temprana,

que pueden ayudarnos a identificar que existen alteraciones significativas en las poblaciones de la especie los siguientes indicadores indirectos: (1) Menos de 10 venados por Km2; (2) Detección de distancia mínima a 2 km2 entre parches de vegetación y reducción del tamaño del parche un área menor de 1000 km2; (3) Un alto porcentaje de áreas con ausencia de sotobosque; (4) Incremento de áreas sin árboles; (5) Aguadas temporales y menos de una aguada por cada 10Km2; (6) Primeros eventos depredatorios.

Finalmente, en relación con prácticas para el manejo adecuado de poblaciones y de hábitat para la especie, podemos citar las siguientes como algunas de las más recomendables: realizar pequeños clareos (incrementa la abundancia de presas);

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Page 335: Mamifero Vida Silvestre

establecer conexiones entre parches y restauración de áreas perturbadas o de agostadero abandonados; remoción, manejo y practicas alternativas de ganadería en áreas de interés; y construcción de aguadas, represas, pozos.

Se sugiere que para dar mayor solidez a las recomendaciones y metodologías planteadas en este protocolo se realice un ejercicio de prueba - calibración de los indicadores para probar su utilidad y factibilidad (por ejemplo seleccionando una localidad en un área tropical y en una templada). Conservación de la(s) especie(s) y gestión de la cosecha sustentable en UMA

Un aspecto fundamental que debe tomarse en cuenta cuando se tomen las medidas de conservación y gestión para la especie en cuestión es que probablemente la extracción mediante “control de depredadores” no autorizada sea mucho mayor que la extracción realizada bajo el esquema de UMA. En este sentido se reitera la recomendación de tomar un enfoque que permita comenzar a recuperar esta información y dar seguimiento a los niveles reales de extracción de individuos de las poblaciones silvestres; esto dentro de los límites y condiciones establecidos por la legislación vigente, las recomendaciones generales presentadas en este protocolo y las características y estado de conservación que las poblaciones de la especie permitan. Por lo mismo, se considera necesario promover el mercado legal al autorizar el aprovechamiento de poblaciones que estén bien estudiadas y monitoreadas y de las cuales exista evidencia de que son demográficamente saludables y por lo tanto es factible realizar extracciones sin afectar a las mismas. Procedimiento para la determinación de viabilidad biológica de la cosecha en el área de una UMA

Con base en las metodologías y procedimientos sugeridos en las secciones anteriores (Partes I y II) para la evaluación y el seguimiento de poblaciones y hábitat se sugieren los siguientes criterios para determinar la viabilidad biológica de la cosecha en el área de una UMA:

a) Densidad poblacional mínima de 4 a 6 pumas por 100km2. b) Proporción de sexos de un macho por cada 2 o 3 hembras. c) Una población que ocupa un área mínima de 1000 km2 o meta

población que ocupa 3000km2. En caso afirmativo de viabilidad, algoritmo para la determinación de la cuantía y periodicidad de la cosecha sustentable en una UMA

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Extracción máxima del 10% de la población/año; para poblaciones que ocupen 100,000 ha (para UMAs del norte del país; para Sonora se ha estimado una densidad de 4 animales/100 Km2. Métodos para la determinación del calendario de las actividades de cosecha en una UMA.

Desde el punto de vista de cacería deportiva, los trofeos más solicitados son cuando tienen el pelaje más abundante que ocurre entre diciembre y marzo. Desde el punto de vista biológico se recomienda ajustar este periodo de extracción a las fechas a un periodo posterior al pico reproductivo de la población de cada localidad. Al ajustar la actividad posterior al pico reproductivo favorece la población ya que se da la oportunidad a los machos de reproducirse, reduce el riesgo de mortalidad de los cachorros (aun en controversia) y aumenta la disponibilidad de presas (MSFWP 1995). Se recomienda en ambos casos que la cosecha ocurra en un lapso de 35 días. Criterios para la distribución de las actividades de cosecha en el predio de una UMA; si aplica.

Para evitar una extracción con efectos negativos, la UMA solicitante debe tener por lo menos la extensión de un ámbito hogareño de un macho (100 km2) (Núñez 2006, Chávez 2006). Como se mencionó anteriormente, el enfoque debe ser regional y las tasas se deben otorgar con base en la estimación poblacional de toda un área y posteriormente dividirla entre las UMAs que ésta contenga. Descripción de los modos de cosecha aceptables, incluyendo métodos de campo y previsiones para la cosecha diferencial por sexos y edades, u otros criterios, si aplica al caso.

Los métodos de cosecha aceptables para la especie fundamentalmente contemplan el uso de armas de caza deportiva (Ver las especificaciones recomendadas por la U.S. National Rifle Association y de la SEDENA). Solamente se deben usar armas de fuego para garantizar la muerte de animal u no dejarlos malheridos. Se prohíbe el empleo de trampas de laso y cepos. Se sugiere el uso de perros entrenados en la cacería de pumas ya que es un método selectivo y se puede decidir si el individuo es cosechado o no de acuerdo a su edad o sexo. No obstante, el empleo de perros se podría prestar a perseguir más de 1 puma, lo cual ocasiona estrés a los individuos. Indicadores de los efectos de la cosecha sobre la propia población y protocolo de seguimiento y análisis recomendado para éstos.

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1. Reducción de la presencia de huellas: la densidad de huellas es un reflejo de

la densidad poblacional y puede ser empelada para detectar cambios de entre 30 y 50% de la población (Beier y Cunninham 1996). Se requiere de un estudio intensivo y sistemático para determinar los cambios en la población. No obstante, como una señal de alarma puedes ser la ausencia de huellas.

2. Reducción de la presencia de excretas. Debido a que los felinos tienen una tasa de deyección por día, entre mas individuos haya en un área, mayor numero de excretas deben de estar en el paisaje. A pesar de que en algunas áreas es mas fácil localizar las excretas que en otras áreas, los cambios deben ser proporcionales. Una ausencia o visible reducción de excretas puede ser una señal de la reducción de la abundancia de la especie.

3. Aumento en la abundancia de presas: Debido a que los pumas se alimentan básicamente de ungulados, un aumento en la abundancia de los venados y de otras presas pueden ser un indicador de la disminución de sus depredadores (Robinson et al. 2002, Ripple y Besctha 2006).

4. Aumento de carnívoros medianos: Otros depredadores como los coyotes también aumenta con la ausencia de los pumas, por lo que un aumento en la población de coyotes y otros carnívoros menores puede ser indicativo de una disminución de la presencia de los pumas (Crooks y Soule 1999).

Criterios y métodos para el ajuste progresivo de la cosecha en una UMA (incluyendo el caso de su eventual suspensión) con base en los resultados del monitoreo de población y de hábitat, considerando los efectos de la cosecha en cada lapso.

Estas decisiones deben basarse en la evaluación de los cambios en la abundancia relativa de la especie.

Para autorizar la continuidad del uso o incremento en el número de individuos a cosechar debe existir un estudio previo realizado por especialistas.

a) Si se observa una reducción en los valores de abundancia relativa se sugiere detener la actividad de cosecha de especimenes.

b) Si no se observan cambios en la abundancia relativa se puede mantener la cosecha a la tasa sugerida.

c) Si se observa un aumento en la abundancia relativa se puede aumentar el número de especimenes a cosechar.

d) Si se observa una desproporción de sexos, donde existan mayor número de machos que de hembras, se ajustara la tasa de extracción.

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e) Si se observa pocos cambios en la abundancia de pumas, pero si son en su mayor parte juveniles, se podría suspender la actividad extractiva por 1 o 2 años.

Criterios para garantizar la congruencia de la cosecha en una UMA con las necesidades y estrategia general de conservación de la especie

A sugerencia y recomendaciones del subcomité de Jaguar, que por la capacidad y características de sus miembros tiene competencia para dictar recomendaciones de especies similares.

Criterios para la autorización de control de depredadores.

Como principio general se debe evaluar y considerar caso por caso, antes de autorizar un programa de control de depredadotes o la extracción de un “animal problema”. Es fundamental que los técnicos de UMAs, personal de Delegaciones y DGVS cuenten con un manual lo más práctico y sencillo posible (Existe un manual de identificación de jaguar-puma que depredan sobre ganado de Hoogesteijn (2001) y un Manual de Identificación de Rastros de Jaguar y Puma, Jalisco). Asimismo, es importante que si existen variaciones por tipo de hábitat mencionar las diferencias para cada rubro, lo mismo que para el caso particular cuando existe reintroducción de especies. Justificación / Umbral (nivel) de depredación

Se sugiere utilizar los siguientes elementos como criterios para justificar y autorizar un permiso de control de animales conflicto (depredadores) para la especie: (1) Se haya comprobado que el animal ha atacado a ganado; (2) Que se demuestre que se pone en riesgo una población reintroducida o que es necesario recuperar un población nativa (programa de repoblación); (3) Cuando represente un peligro para las personas; (4) Que se compruebe que la depredación por puma está afectando la densidad óptima.

Tiempo (período) de extracción autorizado

Se sugiere otorgar un tiempo de 15 días para extraer al animal. En el caso de que se demuestre el impacto sobre poblaciones reintroducidas de especies nativas “valiosas” o en riesgo se otorgaría un permiso según lo justifique el plan de manejo.

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Intensidad

No se podría autorizar más de 1 macho/10,000 ha/año y 1 hembra c/2 años. Métodos

Los autorizados por la ley; Los métodos de cosecha aceptables para la especie fundamentalmente contemplan el uso de armas de fuego (Ver las especificaciones recomendadas por la U.S. National Rifle Association). La cacería con perros a sido el método por excelencia empleado por cazadores deportivos, igual presenta una ventaja y una desventaja: Ventaja es una método selectivo y permite tomar la decisión de cazar o no al individuo y la desventaja estos perros son capaces de matar a un cachorro si le dan alcance (Laundre y Clark 2003). Recomendaciones

Se recomienda el uso de perros para el control. Se deberá entregar la piel y cráneo a instituciones científicas; de preferencia deberá darse acceso al espécimen a personal de instituciones científicas o personal técnico del gobierno local o de Semarnat.

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Page 343: Mamifero Vida Silvestre

GATO MONTÉS (Lynx rufus Schreber, 1777)

Elaboración del documento final A cargo de los participantes, coordinada por Jorge Álvarez Romero Participantes en la Mesa de Trabajo Alfonso Martínez, UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN [email protected], [email protected], [email protected], [email protected] Carlos López González, UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE QUERÉTARO [email protected] Jonás Villalobos, CEMEX, NUEVO LEÓN [email protected] Jorge Álvarez Romero, CONABIO (moderador-relator) [email protected] Jorge Servín, UNIVERSIDAD JUÁREZ DEL ESTADO DE DURANGO [email protected], [email protected], [email protected] Meztli Méndez, DGVS-SEMARNAT (moderadora) [email protected] Norma de la Rosa, DGVS-SEMARNAT Rodrigo Núñez, FUNDACIÓN CUIXMALA, HOMBRE-JAGUAR NAYARIT [email protected], [email protected]

Introducción

El Lince Rojo (Lynx rufus) es un felino de tamaño mediano, el peso del adulto va de 20Kg a 25Kg y el cuerpo mide de 60 a 90cm de longitud, la gestación varía de 60 a 70 días y pueden tener de 2 a 5 crías. Se caracteriza por tener la cola corta y tener en la punta de las orejas unos pelos largos de color negro, además cuenta con unas “patillas” en las mejillas que le dan una apariencia muy particular. La piel es normalmente de color gris rojizo con tenues manchas y rayas negruzcas o marrón. Se distribuye en Norteamérica, desde el sur de Canadá hasta México (Istmo de Tehuantepec) (Leopold 1977, Laviere et al. 1997). Ocupa una amplia variedad de hábitat, que incluyen desde bosques de pino encino, zonas de matorral, semidesiertos en el sur y recientemente se reporto en la selva baja caducifolia (López 1998). Suele refugiarse y criar en zonas de vegetación densa, roquedos, grutas y otras zonas cubiertas. Es solitario, los machos abarcan el territorio de una o varias hembras, es polígamo. La época de apareamiento es entre febrero y marzo (varia en función de la latitud) y las crías nacen dos meses después (Anderson y Lovallo 2003). Los machos son polígamos y las hembras poliéstricas. Un promedio de 2 a 3 crías son paridas (Laycock 1983). Si las crías

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se pierden rápidamente, una segunda camada puedo ocurrir pronto. Las hembras usan una madriguera entre rocas, raíces, troncos caídos, etc., y llegan a usarla por varios años (Bluett 1984). Los cachorros acompañan a la madre hasta los nueve meses de edad aproximadamente, época en la que se independizan y se dispersan en busca de su propio territorio. Las hembras maduran sexualmente entre los 9 y 12 meses de edad y los machos hasta el 2do año (Anderson 2003). Las hembras se reproducen por primera vez a la edad de 2 años aproximadamente. El éxito de las crías depende de la disponibilidad de alimento (Bailey 1974, Anderson y Lovallo 2003). Se alimenta principalmente de lagomorfos (liebres y conejos), roedores, aves y en menor grado ungulados (Laviere et al. 1997, Delibes et al. 1997, Aranda et al. 2003, Luna y Lopez 2005).

Los linces machos pueden usar hasta 60Km2 (Bluett 1984) y sus ámbitos hogareños se traslapan con el de varias hembras cuyo tamaño es menor al del macho, alrededor de de 30Km2. En México se reporto un ámbito hogareño de 5Km2 para un macho y 1Km2 para una hembra (Burton et al. 2003). El lince, como carnívoro solitario, su organización social depende del ambiente, recursos y la densidad poblacional (Anderson 1987). Las hembras por lo general usan el hábitat más productivo debido a las exigencias de criar a los cachorros (Bailey 1981).

Debido al comercio y belleza de su piel es perseguido en muchas zonas de México además de considerarlo una amenaza a la ganadería (ovejas y aves de corral). Esta incluido en el Apéndice II de la CITES sobre el comercio internacional de especies amenazadas la subespecies L. r. escuinapae, del noreste del país se considera en peligro, aunque se sugiere que no es una subespecie distinta.

Aspectos de población de las especies (o grupos de especies), relevantes para la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento a poblaciones de la especie

En términos generales se considera que la escala geográfica de trabajo para dar seguimiento a poblaciones de carnívoros y su hábitat deberá ser como mínimo el ámbito hogareño (AH) del macho de la especie. Con base en éste se pueden definir las áreas de muestreo y aprovechamiento (manejo) mínimas, de tal forma que -en principio- no se podría otorgar una tasa de aprovechamiento a UMAs que tengan superficies menores al AH. Al aplicar este criterio, debe considerarse también que el área debe corresponder al tipo de hábitat ocupado por la especie y debe presentar características (niveles) de calidad adecuados (ver Parte 2 sobre los aspectos del hábitat). El ámbito hogareño de un lince puede variar considerablemente según la disponibilidad de presas y las características del hábitat. Se han registrado área de actividad de hasta 60Km2.

Aspectos poblacionales más relevantes para la determinación, la práctica y el ajuste de la cosecha sustentable en UMA

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El ámbito hogareño es uno de los aspectos más relevantes para el estudio de las poblaciones y la determinación de niveles de cosecha sostenibles. En este caso se estima conveniente utilizar como valor de referencia para la especie (bosque templado): 15Km2 (hembras) y 20Km2 (machos), pero llegan a usar hasta 60Km2 los machos y 30Km2 las hembras (Lovallo y Anderson 1996). Las características del ámbito hogareño reflejan la heterogeneidad del terreno y la disponibilidad de alimento. Un ámbito hogareño grande, es reflejo de una reducida disponibilidad de presas. Dentro de una misma población, las hembras pueden preferir estacionalmente un tipo de vegetación diferente al macho (Rolley y Warde, 1985).

Así mismo, es fundamental que al realizar un estudio poblacional, se consideren los tipos hábitat que ocupa la especie. Para el lince se han reportado los siguientes tipos de vegetación: bosques templados, bosques mesofilos, matorral xerofilo, chaparrales, bosques subtropicales y matorrales desérticos (excepto bosques tropicales) (Lariviere y Walton 1997). En años recientes un lince fue fotografiado en la estación de Biología de Chamela, que es selva baja caducifolia (López 1998) sin embargo es un registro inusual para la región.

Existen otros factores biológicos, característicos de la especie, que es necesario tomar en cuenta cuando se hace una evaluación poblacional o de hábitat, entre estos cabe destacar fundamentalmente la disponibilidad de alimento suficiente, en particular los lagomorfos y roedores que componen la mayor parte de su dieta. Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de población orientado a detectar la condición inicial y tendencias subsiguientes de ésta

Dadas las características biológicas de la especie se recomienda que cómo

método de muestreo de las poblaciones se empleen índices de abundancia con base a conteo de huellas o individuos (lampareo) por transecto, estaciones olfativas; y fototrampeo.

Para estimar la abundancia relativa de los linces se pueden aplicar varios métodos entre ellos:

Estaciones olfativas: • Se establece un transecto de 10 estaciones olfativas con una distancia entre

0.3 y 0.5 Km entre cada estación. • Cada estación consiste en un círculo de tierra o arena finamente tamizada y

mejor si esta húmeda. El círculo tiene un diámetro de 1 m y en el centro se coloca un atrayente, ya sea comercial o en algunos casos se puede emplear chorizo, sardinas huevos podridos entre otros alimentos odoríferos.

• Estas estaciones se colocan en las orillas de las veredas o caminos, de preferencia donde no sean inhabilitadas por ganado, vehículos, lluvia, etc.

• Generalmente los carnívoros son nocturnos por lo que se recomienda activar las estaciones en la tarde y revisarlas en la mañana.

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• Al revisarla se registra una huella por especie que visita la estación. • Se debe realizar este muestreo por un periodo no mayor de 5 días. • El índice de abundancia se calcula como:

Total de visitas por especie / total de estaciones operables por noche x 1000= IAR

Fototrampeo: • Mediante el empleo de cámaras automáticas y análisis de captura recaptura se

puede calcular la densidad poblacional (Heilburn et al. 2003) • Se recomienda colocar estaciones de fototrampeo con dos cámaras una

enfrente de otra. • Entre estaciones de fototrampeo debe de existir 1Km de distancia o una

cámara por Km2 distribuidas en el área de estudio siguiendo una retícula. Cada cuadrante tendrá 1 o 2 estaciones de fototrampeo en las áreas de mayor probabilidad de ser fotografiado un lince.

• Un período de 2 a 3 meses como máximo. • Análisis de captura-recaptura se puede realizar con el programa CAPTURE

(White et al. 1982). • La densidad se calcula dividiendo el resultado del análisis de captura-recaptura

entre el área efectiva de muestreo (Heilbrun et al, 2003, Silver et al. 2004). Se recomienda que los estudios poblacionales de esta especie se realizan con el

apoyo y/o bajo la supervisión de especialistas (investigadores con reconocida experiencia) y se empiece a trabajar con aquellas UMA en que existan solicitudes recurrentes.

La escala de manejo (estudio, monitoreo y aprovechamiento) óptima debe ser a escala regional. Por ejemplo a través del muestreo de sierras o cuencas y sub-cuencas, de tal forma que se trate de asegurar el monitoreo de poblaciones. Se sugiere utilizar como valor de referencia una área de muestreo de 100 km2 como mínimo. Debido al comportamiento y organización social de los carnívoros, se sugiere que las poblaciones sean evaluadas en una gran extensión a fin de poder obtener información que refleje la heterogeneidad del terreno, disponibilidad de tipos de hábitat y permitir obtener información referente a la permanencia de la estabilidad y remanencia de la población.

Dada la naturaleza de la especie y el estado de sus poblaciones se recomienda la capacitación y certificación periódica de técnicos responsables de UMAs y del personal de la DGVS y de los Gobiernos de los Estados, apoyados por especialistas (investigadores con reconocida experiencia), para la realización de los estudios. Formato óptimo para la captura de los datos de campo.

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Se propone que como mínimo los datos del formato anexo sean incluidos

(Formato Felinos Protocolos DGVS.xls).

Algoritmos recomendados para calcular los parámetros poblacionales indispensables para la gestión de la cosecha sustentable.

Dado que existen indicios de una cacería ilegal, se considera necesario

promover el mercado legal al autorizar el aprovechamiento de poblaciones que estén bien estudiadas y monitoreadas y de las cuales exista evidencia de que son demográficamente saludables y por lo tanto es factible realizar extracciones sin afectar a las mismas.

Algunos autores sugieren que no se debe de remover más del 10% de la población y otros sugieren que el lince es muy prolífico y que en condiciones de ambientales excepcionales hasta un 20% puede ser cosechado. NO se conoce la situación en México en lo que a abundancia, densidad y abundancia poblacional se refiere. Aunque el lince es prolifero y tenaz, la explotación excesiva y en grandes áreas podría generar una depresión en el numero de individuos.

Con base aun estudio previo se puede sugerir una tasa de aprovechamiento mínima y mediante el empleo de estaciones olfativas y/o fototrampeo realizar monitoreos antes y después de la temporada de aprovechamiento y evaluar el efecto del aprovechamiento en la tendencia poblacional. Aspectos del hábitat de las especies (o grupos de especies), relevantes para la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA

Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento al hábitat de las especies (o grupos de especies).

En términos generales se consideró que la escala geográfica de trabajo para dar seguimiento a poblaciones de carnívoros y su hábitat deberá ser como mínimo el ámbito hogareño (AH) del macho de la especie. El ámbito hogareño de los machos es mayor al de las hembras y es condiciones de una población “sana” el ámbito hogareño generalmente es traslapado por varios machos y varias hembras (Anderson y Lovello 2003). Con base en éste se pueden definir las áreas de muestreo y aprovechamiento (manejo) mínimas, de tal forma que -en principio- no se podría otorgar una tasa de aprovechamiento a UMAs que tengan superficies menores al AH. Al aplicar este criterio, debe considerarse también que el área debe corresponder al tipo de hábitat ocupado por la especie en cuestión y debe presentar características (niveles) de calidad adecuados (ver más adelante).

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Aspectos del hábitat más relevantes para la determinación, la práctica y el ajuste de la cosecha sustentable en UMA

Se considera que los componentes del hábitat más relevantes para la especie,

sobre los que se sugiere centrar los programas de evaluación y monitoreo del hábitat son los siguientes: 1. Abundancia de presas: Los lagomorfos son la presa principal de esta especie,

y su abundancia influye en la densidad poblacional y tamaño del ámbito hogareño Incluso pueden migran cuando la disponibilidad de presas se reduce (Bailey 1981, Delibes et al, 1987, Inc. 1991, Aranda et al, 2003, Luna y López 2005)..

2. Fragmentación/continuidad del hábitat: Los linces pueden habitar áreas abiertas y sacarle provecho. Sin embargo, los linces que habitan áreas boscosas no se internan regularmente en claros producto de la actividad humana (Mallow 1999). Además, estos claros si se ven privados del estrato arbustivo se reduce la disponibilidad de presas y modifica el comportamiento de los felinos.

3. Condición de cobertura: No se ve afectado seriamente por perturbación moderada, pero la desaparición del estrato arbustivo puede tener efectos negativos. Los linces usan el sotobosque y áreas con densa cobertura vegetal arbustiva para acechar y descansar (Morris 1986, Kolowsky et al. 2001).. Si el estrato arbustivo desaparecer, pueden los linces pueden migrar o reducir su éxito de caza además de una reducción en la disponibilidad de presas.

4. Aguajes: El agua es importante principalmente en áreas áridas y semiáridas, particularmente para las presas.

5. Cantidad y tipo de ganado presente manejado extensivamente; Especies como el ganado caprino ejercen una gran presión sobre el paisaje y compite por el alimento con las presas del lince.

Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de hábitat orientado a detectar su condición inicial y sus tendencias subsiguientes

Para evaluar los factores mencionados anteriormente, se recomienda utilizar los siguientes indicadores: 1. 10 conejos por Km², 3 roedores Km² como disponibilidad de alimento base. 2. Fragmentación y condiciones del hábitat: A falta de información disponible se

sugiere que existan como mínimo parches de 40Km2 mínimo y una distancia máxima de 1Km entre esos parches.

3. Presencia del estrato arbóreo y del sotobosque; (refugio y alimento para presas). Y estrato arbustivo ofrece refugio a las presas y los felinos. Un área

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sin protección o refugio para las presas favorecerá que estas disminuyan. Los felinos también se benefician de dos maneras: un refugio contra depredadores o el hombre, áreas de acecho y disponibilidad de madrigueras.

4. Alrededor de 1 aguada permanente por cada 5-10Km2; (agua para presas principalmente); una aguada por cada 10 ayudará a las presas como los venados en particular en regiones de escasez de agua.

5. En caso de existir manejo de linces por depredación de ganado, se recomienda que sea considerado si han ocurrido por lo menos 4 eventos de depredación en un área determinada por el “mismo” felino en un periodo de 1 mes o que .un productor pierda mas de 4 cabezas de ganado por mes.

Para realizar la medición de estos factores y calcular los índices anteriores se recomiendan los siguientes métodos de evaluación en campo: 1. En secas, conteos directos en transectos (Buckland et al. 2001). Algunos

métodos se adaptan mejor a las áreas abiertas y otros a ambientes muy estructurados y se deberá emplear el que mejor refleje la situación de la UMA. Los resultados serán presentados como índice de abundancia: numero de avistamientos por distancia recorrida o de tiempo. Los índices de abundancia son un reflejo de la densidad poblacional y son de utilidad para ver cambios poblacionales.

2. Medición del área del parche y de las distancias entre ellos: los parches y distancias pueden ser medidos con ayuda de un GPS, Mapas y SIGs. Se han desarrollado varios índices para medir la fragmentación del bosque. Dos de ellos son el a) el índice de Área/Perímetro y b) la Proporción del Límite/Centro (WCMC 1996),

3. Presencia o ausencia del estrato; para analizar la presencia del estrato arbustivo se empleara una tubo de PVC o madera de 1.5 a 3 metros (según el hábitat a estudiar) dividido en segmentos de colores, generalmente de 10 cm. Este tubo también conocido como “vara de cobertura” se ubica en áreas al azar dentro del predio. Se observa esta vara desde los cuatro diferentes puntos cardinales y se anota cuantos de los segmentos de colores son observables a cada determinada distancia. El % de cobertura se reporta como el promedio de los % de la vara que no se observa a través del bosque desde los 4 puntos y a diferentes distancias.

4. La disponibilidad de posos de aguada o aguadas se pueden catalogar en temporales y permanentes. Para determinar la disponibilidad se contaran los cuerpos de agua permanentes y temporales por km2.

5. Verificación en campo del evento de depredación. Visitar el sitio lo más pronto posible, no más de dos días. Comprar patrones de alimentación y buscar rastros asociados para identificar al depredador. El uso de cámaras automáticas es una herramienta de gran utilidad.

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De manera complementaria, se sugiere utilizar como signos de alerta temprana, que pueden ayudarnos a identificar que existen alteraciones significativas en las poblaciones de la especie los siguientes (indicadores indirectos): (1) Bajo numero de lagomorfos observados; (2) Intensidad y/o frecuencia de la actividad humana; (3) Primeros eventos de depredación; (4) Un alto porcentaje de áreas con ausencia sotobosque. Incremento de áreas; y (5) Aguadas temporales y menos de una aguada permanente.

Finalmente, con relación a prácticas para el manejo adecuado de poblaciones y de hábitat para la especie, podemos citar las siguientes como algunas de las más recomendables: Restauración; Reducción de actividades antropogénicas; Manejo y practicas alternativas de ganadería; Remoción; Restauración; Construcción de aguadas, pozos.

Se sugiere que para dar mayor solidez a las recomendaciones y metodologías planteadas en este protocolo se realice un ejercicio de prueba-calibración de los indicadores para probar su utilidad y factibilidad (por ejemplo seleccionando una localidad en un área tropical y en una templada). Formato óptimo para la captura de los datos de campo.

Se anexa formato. Definición de parámetros de hábitat indispensables para la gestión de la cosecha sustentable.

Ver el punto 3 de este apartado, en el que se describen los elementos o factores de hábitat más relevantes para la especie, así como los protocolos de evaluación recomendados para el seguimiento de hábitat, pues con base en ellos se deben fundamentar y complementar las evaluaciones poblacionales y en su caso autorizar extracciones de poblaciones silvestres. Conservación de la(s) especie(s) y gestión de la cosecha sustentable en UMA

Un aspecto fundamental que debe tomarse en cuenta cuando se tomen las medidas de conservación y gestión para la especie en cuestión es que probablemente la extracción no autorizada sea mucho mayor que la extracción realizada bajo el esquema de UMA. En este sentido se reitera la recomendación de tomar un enfoque que permita comenzar a recuperar esta información y dar seguimiento a los niveles reales de extracción de individuos de las poblaciones silvestres; esto dentro de los límites y condiciones establecidos por la legislación vigente, las recomendaciones generales presentadas en este protocolo y las características y estado de conservación que las poblaciones de la especie

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Page 351: Mamifero Vida Silvestre

permitan. Por lo mismo, se considera necesario promover el mercado legal al autorizar el aprovechamiento de poblaciones que estén bien estudiadas y monitoreadas y de las cuales exista evidencia de que son demográficamente saludables y por lo tanto es factible realizar extracciones sin afectar a las mismas. Procedimiento para la determinación de viabilidad biológica de la cosecha en el área de una UMA, haciendo uso de la información explicada en las Partes I y II.

Con base en las metodologías y procedimientos sugeridos en las secciones anteriores (Partes I y II) para la evaluación y el seguimiento de poblaciones y hábitat se sugieren los siguientes criterios para determinar la viabilidad biológica de la cosecha en el área de una UMA.

La viabilidad biológica de la cosecha se determinara: • Densidad poblacional mínima de 50 linces por 100Km2. • Proporción de sexos de un macho por cada 2 o 3 hembras. • Una población que ocupa un área mínima de 100Km2 o meta población que

ocupa 1000Km2.

En caso afirmativo de viabilidad, algoritmo para la determinación de la cuantía y periodicidad de la cosecha sustentable en una UMA

Extracción máxima del 10% de la población/año; para poblaciones que ocupen

100 km2 (para UMAs del norte del país); Se han estimado densidades de 10 hasta 100 indiv./100 Km2(Duane et al, 2006). Métodos para la determinación del calendario de las actividades de cosecha en una UMA.

Prohibir la caza en el período de reproducción: Abril-Junio; Acotar a un período de 30 días entre Julio y Marzo. Criterios para la distribución de las actividades de cosecha en el predio de una UMA; si aplica.

La UMA solicitante debe tener por lo menos la extensión de un ámbito hogareño: 2,500ha en áreas conservadas y hasta 7500 has en áreas con perturbación (aunque como se mencionó anteriormente, el enfoque debe ser regional y las tasas se deben otorgar con base en la estimación poblacional de toda un área y posteriormente dividirla entre las UMAs que ésta contenga.

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Descripción de los modos de cosecha aceptables, incluyendo métodos de campo y previsiones para la cosecha diferencial por sexos y edades, u otros criterios, si aplica al caso.

Los métodos de cosecha aceptables para la especie fundamentalmente contemplan el uso de armas de caza deportiva. (Ver las especificaciones recomendadas por la U.S. National Rifle Association). No se recomienda el uso de perros “por que pueden llegar a causar serio daño a los individuos. Indicadores de los efectos de la cosecha sobre la propia población y protocolo de seguimiento y análisis recomendado para éstos.

Como indicadores de los efectos de la cosecha se sugiere emplear los siguientes: 1. Reducción de la presencia de huellas: la densidad de huellas es un reflejo de la

densidad poblacional y puede ser empelada para detectar los cambios en la abundancia de los linces.

2. Reducción de la presencia de excretas. Debido a que los felinos tienen una tasa de deyección promedio por día, la disponibilidad de excretas recientes en el paisaje es un reflejo de la abundancia de individuos. A pesar de que en algunas áreas es más fácil localizar las excretas que en otras, los cambios en la disponibilidad de excretas debe ser proporcionales. Una ausencia o visible reducción de excretas puede ser una señal de la reducción de la abundancia de la especie.

3. Aumento en la abundancia de presas: Debido a que los linces se alimentan básicamente de lagomorfos y roedores, un aumento en la abundancia de sus presas pueden ser un indicador de la disminución de sus depredadores.

4. Aumento de carnívoros pequeños. Los zorrillos, mapaches entre otros son en ocasiones depredadores por los linces. Un aumento en la abundancia de estas especies puede ser un reflejo de la ausencia del lince.

Criterios y métodos para el ajuste progresivo de la cosecha en una UMA (incluyendo el caso de su eventual suspensión) con base en los resultados del monitoreo de población y de hábitat, considerando los efectos de la cosecha en cada lapso.

Deben considerarse los cambios en abundancia.

Para autorizar la continuidad del uso o incremento en el número de individuos a cosechar debe de existir un estudio previo realizado por especialistas.

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1. Si se observa una reducción en los valores de abundancia relativa se sugiere

detener la actividad de cosecha de especimenes. 2. Si no se observan cambios en la abundancia relativa se puede mantener la

cosecha a la tasa sugerida. 3. Si se observa un aumento en la abundancia relativa se puede aumentar el

número de especimenes a cosechar. 4. Si se observa una desproporción de sexos, donde existan mayor número de

machos que de hembras, se ajustara la tasa de extracción. 5. Si se observa pocos cambios en la abundancia de linces, pero si son en su

mayor parte juveniles, se podría suspender la actividad extractiva por 1 o 2 años.

Criterios para garantizar la congruencia de la cosecha en una UMA con las necesidades y estrategia general de conservación de la especie Nota: Posiblemente por tratarse de especies vulnerables y con una condición de conservación especial, sea relevante incluir a personal especializado en el tema.

Criterios para la autorización de control de depredadores

Como principio general se debe evaluar y considerar caso por caso, antes de autorizar un programa de control de depredadotes o la extracción de un “animal problema”. Es fundamental que los técnicos de UMAs y personal de Delegaciones y DGVS cuenten con un manual lo más práctico y sencillo posible (Existe un manual que incluye un capítulo sobre identificación de depredación por esta especie McKinney y Delgadillo 2004, del que se puede extraer una síntesis; U.S. F&WS; Manual de Identificación de Rastros de Jaguar y Puma, Jalisco; TP&W). Asimismo, es importante que si existen variaciones por tipo de hábitat mencionar las diferencias para cada rubro, lo mismo que para el caso particular cuando existe reintroducción de especies. Justificación / Umbral (nivel) de depredación

Son los eventos de depredación a ganado domestico por parte de los linces, pero suelen alimentarse de carroña en áreas donde la disponibilidad de presas naturales es reducida.

Tiempo (período) de extracción autorizado

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No se debe realizar cacería o captura de individuos después de la temporada de apareamiento y hasta que los cachorros mantengan cierta independencia. No permitir cacería de hembras ni juveniles hembras. Intensidad

No se sugiere una tasa de cosecha hasta un estudio previo de la UMA que lo solicite y cumpla los lineamientos propuestos. Métodos

Los autorizados por la ley; los métodos de cosecha aceptables para la especie fundamentalmente contemplan el uso de armas de fuego. Usar los calibres aceptados por la SEMARNAT. Recomendaciones

Se recomienda el uso de perros para el control. Se deberá entregar la piel y cráneo a instituciones científicas; de preferencia deberá darse acceso al espécimen a personal de instituciones científicas o personal técnico del gobierno local o de Semarnat. Bibliografía Anderson, E. M. 1987. A critical review and annotated bibliography of literature on

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JAGUAR (Panthera onca Linnaeus, 1758)

Elaboración del documento final A cargo de los participantes, coordinada por Jorge Álvarez Romero Participantes en la Mesa de Trabajo Alfonso Martínez, UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN [email protected], [email protected], [email protected], [email protected] Carlos López González, UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE QUERÉTARO [email protected] Jonás Villalobos, CEMEX, NUEVO LEÓN [email protected] Jorge Álvarez Romero, CONABIO (moderador-relator) [email protected] Jorge Servín.- UNIVERSIDAD JUÁREZ DEL ESTADO DE DURANGO [email protected], [email protected], [email protected] Meztli Méndez.- DGVS-SEMARNAT (moderadora-relatora) [email protected] Norma de la Rosa- DGVS-SEMARNAT Rodrigo Núñez.- Fundación Cuixmala, Hombre-Jaguar Nayarit [email protected], [email protected] Introducción El jaguar se distribuye desde el norte de Argentina hasta el sur de los Estados Unidos. En México, esta especie la encontramos en las planicies costeras del Golfo de México y del Océano Pacifico, y principalmente en el sureste del país (Leopold 1977). Aunque está comúnmente asociado a bosques tropicales húmedos y con abundante agua, también puede ser encontrado en zonas semiáridas, bosque de encino, bosque seco, manglares y pantanos (Seymour 1989, Nowell y Jackson 1996). Es un felino robusto, musculoso, de cabeza redonda y masiva, siendo el felino más grande de América y el tercero entre todas las especies del mundo (Seymour 1989). Su peso y talla varia considerablemente a través de su rango de distribución, pueden pesar desde 45Kg hasta 120Kg; las hembras son más pequeñas que los machos (Seymour 1989, Nowell y Jackson 1996). El jaguar es un poderoso cazador que se alimenta básicamente de presas grandes y medianas, especialmente mamíferos como los venados (Odocoileus spp. y Mazama spp.), pecaríes (Pecari tajacu), armadillos (Dasypus novemcinctus),

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coatíes (Nasua spp.) y en ocasiones tortugas marinas (e.g. Lepidochelys olivacea) y cocodrilos (Crocodylus spp.) (Gomes 1994). Los jaguares están activos principalmente de noche, sin embargo donde no son molestados pueden estar activos a cualquier hora del día, aunque los períodos de actividad más importantes los encontramos en los crepúsculos (Schaller y Crawshaw 1980, Rabinowitz y Nottingham 1986, Quigley 1987, Seymour 1989, Gomes 1994, Crawshaw 1995). El período de reproducción puede ser en cualquier época del año, pero se concentra al final de la temporada de secas, pueden tener de 1 a 3 cachorros, pero en promedio tienen 2. Los individuos alcanzan la madurez sexual a los 2 años y generalmente tienen su primera camada a los 3 años. Los cachorros se independizan entre los 1.5 y los 2 años. Poco se ha estudiado de la historia natural del jaguar, siendo los estudios de hábitos alimentarios los más comunes. Los estudios para conocer los patrones y área de actividad son escasos. Se estimó para el año de 1987, que su área de distribución se había reducido al 67%, y que la mayoría de sus poblaciones presentan algún grado de fragmentación (Swank y Teer 1989, Sanderson et al. 2002). Esta reducción es debido básicamente a causas de la actividad humana. Estudios recientes en México reportan densidades variables que van desde 6 individuos/100Km2 (Chávez 2006) en Campeche, hasta 9 individuos/Km2 en un área protegida de la costa de Jalisco (Núñez 2006).

Aspectos de población de las especies (o grupos de especies), relevantes para la conservación y la eventual gestión de la cosecha sustentable Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento a poblaciones de la especie En términos generales se considera que la escala geográfica de trabajo para dar seguimiento a poblaciones de carnívoros y su hábitat deberá ser como mínimo el ámbito hogareño (AH) del macho de la especie. Con base en éste se pueden definir las áreas de muestreo y aprovechamiento (manejo) mínimas, de tal forma que -en principio- no se podría otorgar una tasa de aprovechamiento a UMAs que tengan superficies menores al AH de un jaguar macho. Al aplicar este criterio, debe considerarse también que el área debe corresponder al tipo de hábitat ocupado por la especie en cuestión y debe presentar características poblacionales (niveles) de calidad adecuados (ver Parte 2 sobre los aspectos del hábitat). Aspectos poblacionales más relevantes para la determinación, la práctica y el ajuste de la cosecha sustentable Como se menciona antes, se considera que el ámbito hogareño es uno de los aspectos más relevantes para el estudio de las poblaciones y la determinación de

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niveles de cosecha sostenibles. En este caso se estima conveniente utilizar como valores de referencia para la especie los siguientes: Selva baja caducifolia de Jalisco.- 40Km2 (hembras) y 60Km2 (machos) (Núñez et al. 2002, Núñez 2006): Belice.- Rabinowitz y Nottingham (1986) reportARON 10-11Km²; Calakmul.- Ceballos et al. (2002) reportan 32-59Km²; Pantanal, Brasil.- Crawshaw y Quigley (1991) y Soisalo y Cavalcanti (2006) reportaron 47-83Km² y 50Km², respectivamente; llanos de Venezuela.- Scognamillo et al. (2003) reportan 80Km2. Así mismo, es fundamental que al realizar un estudio o evaluación poblacional, se consideren los tipos hábitat que ocupa la especie. Se identificaron los siguientes tipos de vegetación, como aquellos en que es posible encontrar a la especie: Selvas húmedas y secas, bosques mesófilos y de encino-pino, humedales (manglares y petenes), vegetación semiárida y vegetación secundaria (Leopold 1977, Seymour 1989, Brown y López 2001, Nuñez en prep.). Finalmente, existen otros factores biológicos característicos de la especie, que es necesario tomar en cuenta cuando se hace una evaluación poblacional o de hábitat, entre los que destacan que son animales que se reproducen todo el año (junio a septiembre “pico” reproductivo en el occidente de México), la disponibilidad de alimento suficiente es un aspecto clave (ungulados: venados, pecaríes), prefieren hábitat con bajos niveles de perturbación, vegetación densa, baja presión humana y se considera que presentan una tasa reproductiva baja: 1 a 2 cachorros cada 2 a 3 años. Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de población orientado a detectar la condición inicial y tendencias Dadas las características biológicas de la especie se recomienda que cómo método de muestreo para el seguimiento de las poblaciones se empleen cámaras automáticas, dispuestas con una distancia mínima entre ellas de 2.5 a 3Km2, retículas con unidades de 10Km2, 1 ó 2 cámaras por unidad de muestreo. Asimismo, es posible utilizar conteo de huellas. Como índices de abundancia, se pueden realizar tanto conteo de huellas, como de individuos (por lampareo) por transecto. La evaluación poblacional con cámaras automáticas consiste en colocar estaciones de fototrampeo en cuadrantes de 10Km2 abarcando como mínimo 100Km2 (mínimo de 10 estaciones). Cada estación tendrá 2 cámaras, una enfrente de la otra para registrar ambos flancos de los individuos. Los jaguares presentan un patrón de manchas distintivos que permite identificarlos a nivel de individuo. Las estaciones pueden mantenerse activas entre 30 y 60 días y se estima la densidad mediante el análisis de captura-recaptura y usando el programa CAPTURE (White et al. 1982). El resultado arrojado por el programa CAPTURE se divide entre el área efectiva de muestreo y se obtiene la densidad poblacional (Karanth y Nichols 1998, Silver et al. 2004). Las fototrampas, huellas y conteos directos también nos permiten calcular el índice de abundancia. El conteo de huellas puede ser de utilidad para detectar

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cambios en la densidad poblacional (Beber y Cunningham 1996). El índice de abundancia se calcula obteniendo el numero de fotos de jaguar, numero de huellas, o numero de individuos vistos entre unidad de distancia o de tiempo, por ejemplo 10 huellas/km2 caminado, 5 jaguares vistos por hora, 6 fotos de jaguares por noches trampa, por mencionar algunos (Ver Karanth y Nichols 2000). Se recomienda que los estudios poblacionales de esta especie se realizan con el apoyo y bajo la supervisión de especialistas (investigadores con reconocida experiencia) y se empiece a trabajar con aquellas UMAs en que existan solicitudes recurrentes lo cual no significa que se aprobará el control o aprovechamiento. La escala de manejo (estudio, monitoreo y aprovechamiento) óptima debe ser a escala regional. Por ejemplo a través del muestreo de sierras o cuencas y sub-cuencas, de tal forma que se trate de asegurar el monitoreo de poblaciones. Se sugiere utilizar como valor de referencia una área de muestreo de 100Km2 como mínimo. Debido a los requerimientos espaciales y la organización social de los felinos, esperaríamos que en 100 km2 encontraríamos las variaciones en la distribución y abundancia de los felinos y sus presas que la heterogeneidad del terreno genera. De esta manera, al evaluar una o varias áreas de 100Km2 garantizamos una muestra representativa de la población o meta-población del área en cuestión. Dada la naturaleza y estatus legal de la especie y el estado de sus poblaciones se recomienda la capacitación y certificación periódica de técnicos responsables de UMAs y del personal de la DGVS y de los Gobiernos de los Estados, apoyados por especialistas (investigadores con reconocida experiencia), para la realización de los estudios, en particular la de las especies prioritarias.

Formato óptimo para la captura de los datos de campo Se propone que como mínimo los datos del formato anexo sean incluidos (Formato Felinos Protocolos DGVS.xls). Algoritmos recomendados para calcular los parámetros poblacionales indispensables para la eventual gestión de la cosecha sustentable En principio, dado que el aprovechamiento comercial de la especie no está autorizado en estos momentos, la extracción de individuos debería estar centrada fundamentalmente para el control de depredadores, mismo que se trata de forma independiente en la Parte IV de este protocolo. Para el caso de depredación de ganado recurrente y amerite la remoción del individuo, se recomienda tomar acción después de que un mismo individuo bien identificado haya atacado por lo menos 4 cabezas de ganado en un mes.

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Aspectos del hábitat de las especies (o grupos de especies), relevantes para la conservación y la eventual gestión de la cosecha sustentable en UMA.

Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento al hábitat de la especie En términos generales se consideró que la escala geográfica de trabajo para dar seguimiento a poblaciones de carnívoros y su hábitat deberá ser como mínimo el ámbito hogareño (AH) del macho de la especie; el mayor conocido. Con base en éste se pueden definir las áreas de muestreo y aprovechamiento (manejo) mínimas, de tal forma que -en principio- no se podría otorgar una tasa de aprovechamiento a UMAs que tengan superficies menores al tamaño del AH. De un felino macho. Al aplicar este criterio, debe considerarse también que el área debe corresponder al tipo de hábitat ocupado por la especie en cuestión y debe presentar características (niveles) de calidad adecuados (ver más adelante). Aspectos del hábitat más relevantes para la eventual determinación, práctica y ajuste de la cosecha sustentable. Se considera que los componentes del hábitat más relevantes para la especie, sobre los que se sugiere centrar los programas de evaluación y monitoreo del hábitat son los siguientes:

1. Abundancia de presas: La abundancia de presas es el factor mas influyente en la abundancia, distribución y comportamiento de los felinos (Sunquist 1981, Sunquist y Sunquiest 1989). En el caso del jaguar, los armadillos, pecaríes y venados son los más importantes.

2. Fragmentación/continuidad del hábitat: La fragmentación a corto plazo afecta la disponibilidad de presas, aumenta la exposición de los felinos a cazadores y otros depredadores, incrementan su ámbito hogareño, implica una mayor inversión energética para satisfacer requerimientos y menor posibilidad de reproducción. Para las hembras menor posibilidad de madrigueras (Beier 1995, Crooks 2002, Mc Rae et al. 2005,).

3. Condición de cobertura: La reducción de la cobertura, particularmente del sotobosque tiene un efecto en la disponibilidad de presas y en la protección de los felinos contra la persecución. Los jaguares prefieren áreas con densa cobertura vegetal, pero se han adaptado a usar áreas perturbadas.

4. Aguajes: A pesar de que los felinos pueden subsistir varios días sin agua, es un factor importante para las presas y por lo tanto en el comportamiento de los felinos (Wolff 2001, Núñez 2006).

5. Cantidad y tipo de ganado presente manejado extensivamente: La ganadería extensiva (caprinos y vacuno) depredadores de vegetación natural, representa una fuerte competencia para las presas como los

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venados y pecari. Ello implica a su vez una reducción en la cobertura que implica altera a reducción de refugios para las presas y competencia por alimento, por lo tanto la disponibilidad de presas disminuye. Se podría presentar u potencial conflicto depredador - ganado.

Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de hábitat orientado a detectar su condición inicial y sus tendencias. Para evaluar los factores mencionados anteriormente, se recomienda utilizar los siguientes indicadores:

1. 10 venados/Km², 3 pecaríes/Km² (Mandujano y Gallina 1995, Núñez 2006) como disponibilidad de alimento base.

2. Parches de 100Km2 mínimo y una distancia mínima de 2Km entre esos parches; en condiciones naturales en 100Km2 habría un aproximado de 8-12 individuos, y los parches separados como máximo por 2Km y conectados mediante corredores que permitan el intercambio de individuos (Beier 1993); una distancia mayor difícilmente será cruzada por algún individuo. Este espacio entre parches no debe estar totalmente libre de vegetación, deben existir un corredor de vegetación y/o parches de vegetación que ofrezca protección.

3. Presencia del estrato arbóreo y del sotobosque; (refugio y alimento para presas).- El estrato arbóreo ofrece refugio a las presas y los felinos. Un área sin protección o refugio para las presas favorecerá que estas disminuyan. Los felinos también se benefician de dos maneras: un refugio contra depredadores o el hombre y otra con áreas de acecho.

4. Una aguada permanente por cada 10Km2. El agua es de gran valor para las presas principalmente en las áreas donde existen largas temporadas sin lluvias y no hay corrientes de agua perenes.

5. En caso de manejo por depredación de ganado, se recomienda que sea considerado si han ocurrido por lo menos 4 eventos de depredación por el “mismo” felino en menos de 4 semanas). Un felino como el jaguar come una presa grande una vez por semana aprox., si el mismo felino come mas de 4 vacas al mes es un indicativo de la falta de alimento o el felino ya se acostumbró a depredar sobre ganado.

Para realizar la medición de estos factores y calcular los índices anteriores se recomiendan los siguientes métodos de evaluación en campo:

1. En secas, conteos directos en transectos y/o mediante el conteo de grupos fecales; Conteo directo mediante transectos en línea son útiles para estimar poblaciones relativas y densidad poblacional del venado y pecaries (Mandujano 1994, Mandujano y Gallina 1995, Novack et al. 2005). En

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ambientes muy estructurados seria más fácil emplear el método basado en el conteo de excretas.

2. Medición del área del parche y de las distancias entre ellos: los parches y distancias pueden ser medidos con ayuda de un GPS, Mapas y SIGs. Se han desarrollado varios índices para medir la fragmentación del bosque. Dos de ellos son el a) el índice de Área/Perímetro y b) la Proporción del Límite/Centro (WCMC 1996).

3. Presencia o ausencia del estrato; para analizar la presencia del estrato arbustivo se emplearé un tubo de PVC o madera de 1.5 a 3 metros (según el hábitat a estudiar) dividido en segmentos de colores, generalmente de 10 cm. Este tubo también conocido como “vara de cobertura” se ubica en áreas al azar dentro del predio. Se observa esta vara desde los cuatro diferentes puntos cardinales y se anota cuantos de los segmentos de colores son observables a cada determinada distancia. El % de cobertura se reporta como el promedio de los % de la vara que no se observa a través del bosque desde los 4 puntos y a diferentes distancias.

4. La disponibilidad de posos de aguada o aguadas se pueden catalogar en temporales y permanentes. Para determinar la disponibilidad se contaran los cuerpos de agua permanentes y temporales por Km2.

5. Verificación en campo del evento de depredación. Visitar el sitio lo más pronto posible, no más de dos días. Comprar patrones de alimentación y buscar rastros asociados para identificar al depredador. El uso de cámaras automáticas es una herramienta de gran utilidad. En algunos estados ya existen algunos protocolos de manejo de eventos de conflicto entre jaguares-pumas y ganaderos (Núñez 2007).

Parte de la información recopilada debe ser analizada para el cálculo de los indicadores correspondientes, de la siguiente forma: (1) Se sugiere el uso del programa DistanceMR; (2) Análisis de mapas y otras técnicas espaciales (SIG); (3) Numero de puntos con presencia del estrato arbóreo y numero de puntos con refugio adecuado para las presas; (4) Numero de aguadas por área; (5) Numero de eventos a una escala temporal y espacial, por afectado. Los jaguares matan y consumen una presa grande por semana aproximadamente (Nuñez et al. 2002). Si un jaguar mata 4 cabezas de ganado en un periodo máximo de 4 semanas, es un reflejo de dos situaciones, a) falta de presas y b) felino cebado. Por lo tanto, un jaguar que este matando ganado con la tasa mencionada podría ser considerado un felino “problema”. De manera complementaria, se sugiere utilizar como signo de alerta temprana, que pueden ayudarnos a identificar que existen alteraciones significativas en las poblaciones de la especie los siguientes indicadores indirectos: (1) Menos de 10 venados por Km2; (2) Detección de distancia mínima a 3 Km entre parches de vegetación y reducción del tamaño del parche un área menor de 100 km2; (3) Un alto porcentaje de áreas con ausencia de sotobosque; (4) Incremento de áreas sin árboles; (5) Aguadas temporales y menos de una aguada por cada 10Km2; (6) Primeros eventos depredatorios.

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Finalmente, con relación a prácticas para el manejo adecuado de poblaciones y de hábitat para la especie, podemos citar las siguientes como algunas de las más recomendables: pequeños clareos; establecimiento de conexiones entre parches y restauración; restauración, remoción de ganado vacuno y caprino; construcción de aguadas, represas, pozos; manejo y practicas alternativas de ganadería; remoción. Se sugiere que para dar mayor solidez a las recomendaciones y metodologías planteadas en este protocolo se realice un ejercicio de prueba - calibración de los indicadores para probar su utilidad y factibilidad (por ejemplo seleccionando una localidad en un área tropical y en una templada). Formato óptimo para la captura de los datos de campo. No se especificó Definición de parámetros de hábitat indispensables para la gestión de la cosecha sustentable. Debido al estatus legal y situación actual de la especie, en estos momentos no se permite la cacería o captura de la especie. Conservación de la especie y eventual gestión de la cosecha sustentable Un aspecto fundamental que debe tomarse en cuenta cuando se tomen las medidas de conservación y gestión para la especie en cuestión es que probablemente la extracción mediante “control de depredadores” no autorizada sea mucho mayor que la extracción realizada bajo el esquema de UMA. En este sentido es necesario comenzar a recuperar esta información y dar seguimiento a los niveles reales de extracción de individuos de las poblaciones silvestres. Procedimiento para la eventual determinación de viabilidad biológica de la cosecha.

• Se considera que en estos momentos no es viable desde el punto de vista biológico el aprovechamiento de esta especie.

• El jaguar es un especie protegida por varios organismos (IUCN, CITES, NOM059, ESA).

• Se desconoce su situación poblacional en gran parte de su área de distribución.

• Es una especie bajo intensa presión de cacería ilegal.

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• Baja tasa reproductiva, es decir, pocos individuos llegan al estado adulto. • La falta de presas influye en baja densidad de los depredadores e

incrementa el tamaño del ámbito hogareño. En caso afirmativo de viabilidad, algoritmo para la determinación de la cuantía y periodicidad de la cosecha sustentable En estos momentos no es factible y no se recomienda el aprovechamiento de la especie. Métodos para la determinación del calendario de las actividades de cosecha En estos momentos no es factible el aprovechamiento de la especie.

Nota: En la costa del Pacífico los jaguares se reproducen todo el año, pero hay un pico de nacimientos entre junio y agosto. Entre abril y julio se dan los llamados o rugidos de los jaguares. Aun en situaciones de control de depredadores, si fuera el caso tendría que ser en dic-enero, pero la mayor problemática se da entre junio y septiembre (Núñez com. pers.).

Criterios para la distribución de las actividades de cosecha, si aplica.

• En estos momentos no es factible el aprovechamiento de la especie. • La UMA solicitante debe tener por lo menos la extensión de un ámbito

hogareño: 100Km2 (machos) (Núñez 2006). No obstante, como se mencionó anteriormente el enfoque debe ser regional y las tasas se deben otorgar con base en la estimación poblacional de toda un área y posteriormente dividirla entre las UMAs que ésta contenga.

• Tener por lo menos una extensión de 100Km2. • Estar conectado a por lo menos con 1000Km2 de hábitat con una

población de felinos. • Sea una población residente y estable.

Descripción de los modos de cosecha aceptables, incluyendo métodos de campo y previsiones para la cosecha diferencial por sexos y edades, u otros criterios, si aplica al caso Los métodos de cosecha aceptables para la especie fundamentalmente contemplan el uso de armas de fuego aceptadas por la SEMARNAT y SEDENA.

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Nota: Es una especie actualmente protegida, pero en caso de autorizarse algún tipo de extracción, requeriría arma de fuego o eutanasia por anestesia.

Indicadores de los efectos de la cosecha sobre la propia población y protocolo de seguimiento y análisis recomendado para éstos. En estos momentos no es factible el aprovechamiento de la especie.

Nota: Es una especie protegida no sujeta a aprovechamiento; sin embargo, un indicador podría ser la misma abundancia relativa, además de un programa regional de monitoreo.

Criterios y métodos para el ajuste progresivo de la cosecha (incluyendo el caso de su eventual suspensión) con base en los resultados del monitoreo de población y de hábitat, considerando los efectos de la cosecha en cada lapso. En estos momentos no es factible el aprovechamiento de la especie.

Nota: En su caso se sugiere basarse en los lineamientos del PREP. Criterios para garantizar la congruencia de la cosecha con las necesidades y estrategia general de conservación de la especie En estos momentos no es factible el aprovechamiento de la especie.

Nota: En su caso se sugiere basarse en los lineamientos del PREP.

Criterios para la autorización de control de depredadores. Como principio general se debe evaluar y considerar caso por caso, antes de autorizar un programa de control de depredadores o la extracción de un “animal problema”. Es fundamental que los técnicos de UMAs y personal de Delegaciones y DGVS cuenten con un manual lo más práctico y sencillo posible. Existen varios manuales que incluyen un capítulo sobre identificación de depredación por esta especie (Leite et al. 2002 y Hoogeteijin 2001) de los que se puede extraer una síntesis: U.S. F&WS; Manual de Identificación de Rastros de Jaguar y Puma, Jalisco; TP&W. Asimismo, es importante que si existen variaciones por tipo de

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hábitat mencionar las diferencias para cada rubro, lo mismo que para el caso particular cuando existe reintroducción de especies. Justificación / Umbral (nivel) de depredación Se sugiere utilizar los siguientes elementos como criterios para justificar y autorizar un permiso de control de animales conflicto (depredadores) para la especie:

a) Se haya comprobado que el mismo animal haya atacado al menos 4 veces (se recomienda utilizar cámaras); en un mes.

b) Las condiciones de la población. Si son áreas con nuevos registros, el grado de perturbación-fragmentación y la cercanía con áreas conservadas.

c) Cuando represente un peligro para las personas. d) Si el ataque se da en el interior de las Reservas Naturales (zonas núcleo)

no se debe autorizar el control. Tiempo (período) de extracción autorizado Se esperaría que con las medidas sugeridas no debieran existir problemas por más de cinco años. Se sugiere otorgar un tiempo de 15 días para extraer al animal. Intensidad No se podría autorizar más de 1 macho/100,000 ha/año y 1 hembra c/2 años. Métodos Los autorizados por la ley; los métodos de cosecha aceptables para la especie, fundamentalmente contemplan el uso de armas de fuego (Ver las especificaciones recomendadas por la U.S. National Rifle Association y la SEDENA). Recomendaciones En principio se sugiere como primera medida translocar al animal problema o en ocasiones ubicarlos en un zoológico o centro de rescate que la eutanasia. Un

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aspecto fundamental es modificar el manejo del ganado (en época de lluvias, cuando las vacas están pariendo y se recomienda estabular a los animales). Asimismo, como regla general no deberían otorgarse permisos de control a las personas que cuenten con apoyo de programas federales como Procampo y Progan, entre otros. Finalmente, se debe considerar como un requisito el que el solicitante entregue la piel y cráneo a instituciones científicas; de preferencia deberá darse acceso al espécimen a personal de instituciones científicas o personal técnico del gobierno local o de Semarnat. Bibliografía. Beier, P. 1993. Determining minimum habitat areas and habitat corridors for

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LAGOMORFOS

Elaboración del documento final Verónica Farías y Gloria Luz Portales Betancourt Participantes en la Mesa de Trabajo Verónica Farías González, LAB. ANÁLISIS ESPACIALES - INSTITUTO DE BIOLOGÍA, UNAM [email protected] Gloria Luz Portales Betancourt, FACULTAD DE CIENCIAS, UNAM-AMCELA [email protected] Laura Aleida Antaño Díaz, APROVECHAMIENTO EXTENSIVO, DGVS - SEMARNAT [email protected] Introducción La República Mexicana es uno de los países con mayor diversidad de liebres y conejos en el mundo debido a que cuenta con 15 especies de lagomorfos de las cuales 7 son endémicas a México, y otras 2 especies presentan su distribución geográfica casi endémica a México (Tabla 1). Estados Unidos comparte con México una pequeña parte del rango de distribución de la liebre torda (Lepus callotis) y de la liebre antílope (Lepus alleni). De los 7 lagomorfos endémicos a México, 6 presentan una distribución geográfica restringida a islas o a pequeñas áreas de menos de 300 km2 (Flux y Angermann 1990). Gracias al número de especies y distribución de los conejos y liebres que habitan en nuestro país, México es reconocido como un centro de diversificación de lepóridos y se considera una prioridad de carácter internacional conservar las especies nativas. Desafortunadamente, las especies endémicas a México son las que se encuentran bajo mayor amenaza de extinción y desconocimiento, ya que con la excepción del conejo zacatuche (Romerolagus diazi) los estudios sobre biología y ecología de los lagomorfos mexicanos son muy pocos. La información sobre la densidad de las poblaciones de los lagomorfos en México es insuficiente o simplemente se desconoce (Tabla 1), lo que puede dificultar los esfuerzos de conservación así como los objetivos de manejo y aprovechamiento que se plantean en las “Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre” (UMA). La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en

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inglés) incluyó en 2006 a las 7 especies endémicas bajo alguna categoría cercana a la amenaza, amenazada o en peligro de extinción, y también consideró a la liebre torda (Lepus callotis) como cercana a la amenaza (Tabla 1). Además de considerar a las especies y subespecies que reciben protección bajo la Norma Oficial Mexicana (NOM-059-SEMARNAT-2001), es necesario tomar en cuenta el estatus de conservación de liebres y conejos en México de acuerdo a la IUCN para tomar decisiones prudentes de conservación, manejo y aprovechamiento en las UMA. Por lo tanto, se recomienda realizar únicamente actividades de conservación e investigación para los lepóridos endémicos y de distribución restringida, con especial énfasis en especies como Romerolagus diazi, Sylvilagus graysoni, Sylvilagus insonus, Sylvilagus mansuetus, Lepus flavigularis y Lepus insularis, en Sylvilagus robustus por ser una especie descrita recientemente (Ruedas 1998), así como Lepus callotis que es casi endémica a México y sus poblaciones parecen estar disminuyendo rápidamente ante la continua desaparición de su hábitat (Martínez 2006). Tabla 1. Estatus de conservación e información sobre la densidad de las especies de lagomorfos en México. Especie Nombre

común Estatus de Conservación de acuerdo a la IUCN (2006)

Estatus de Conservación de acuerdo a la NOM-059-SEMARNAT-2001

Información sobre densidad

Lepus alleni Liebre antílope Cercana a la amenaza (LR/nt)

Sujeta a protección especial

0.025 – 0.086 individuo por ha en Arizona, USA (Vorhies y Taylor 1933) No hay información para México

Lepus californicus

Liebre cola negra

No amenazada LR/lc)

Subespecies L. magdalenae y L. sheldoni, sujetas a protección especial

0.22 – 0.27 individuo por ha en Mapimí, México (Portales 2006) 0.01 – 0.18 en matorral y 0.17 – 0.49 individuo por ha en pastizal en Baja California Sur (Rodríguez-Villeneuve 2001)

Lepus callotis Liebre torda Cercana a la amenaza (LR/nt

0.03 individuo por ha en Nuevo México, USA (Dunn et al. 1982) No hay información para México

Lepus flavigularis Endémica

Liebre de Tehuantepec

En peligro de extinción (EN)

Peligro 0.97 – 10.3 individuos por km2 (Sántis 2006)

Lepus insularis Endémica Insular

Liebre negra Cercana a la amenaza (LR/nt)

Sujeta a protección especial

No hay información

Sylvilagus audubonii

Conejo del desierto

No amenazada (LR/lc)

16.3 individuos por ha en Colorado, USA (Flinders y Hansen 1973) No hay información para México

Sylvilagus bachmani

Conejo matorralero

No amenazada (LR/lc)

Sujeta a protección especial

No hay información

Sylvilagus Conejo tropical No No hay información

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brasiliensis

amenazada (LR/lc)

Sylvilagus cunicularius Endémica

Conejo montés Conejo mexicano

Cercana a la amenaza (LR/nt)

2.7 individuos por ha en el Parque Nacional La Malinche, Tlaxcala (González 2005)

Sylvilagus floridanus

Conejo castellano

No amenazada (LR/lc)

Se han reportado densidades máximas de 8.9 – 10.18 individuos por ha (Trent y Rongstad 1974, Bittner y Chapman 1979) pero las densidades normales son más bajas (Chapman y Flux 1990) No hay información para México

Sylvilagus graysoni Endémica Insular

Conejo de las Islas Marías

En peligro de extinción (EN)

Amenazada No hay información

Sylvilagus insonus Endémica

Conejo de Omiltemi

En peligro crítico de extinción (CR)

Peligro No hay información

Sylvilagus mansuetus Endémica Insular

Conejo de Isla San José

Cercana a la amenaza (LR/nt)

Sujeta a protección especial

No hay información

Sylvilagus robustus

No hay información Especie descrita recientemente (Ruedas 1998)

Romerolagus diazi Endémica

Conejo Zacatuche Teporingo

En peligro de extinción (EN)

Peligro 0.11 + 0.05 individuos observados por ha (=io/ha) en zacatón, 0.24 + 0.07 io/ha en bosque de pino-aile, 1.22 + 0.8 io/ha en bosque de pino con zacatón y aile (Velázquez 1994)

• Lista y breve descripción de los rasgos más relevantes de la historia natural de las especies (o grupos de especies), en relación con su conservación y uso sustentable. Tabla 2. Cuadro comparativo de algunos rasgos relevantes de la historia natural de las liebres (Lepus), los conejos (Sylvilagus) y el conejo zacatuche (Romerolagus) en relación a su conservación y uso sustentable.

Género Masa corporal

Edad de madurez sexual

Composición de sexos

Organización social

Crías

Lepus 2 a 5 kg 6 a 9 meses

1H:1M Lebratos ecoces pr

Sylvilagus 1 a 4 kg 5 a 7 meses

1H:1M

Solitarios. No defienden territorios. Poligamia.

Gazapos altricios

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Romerolagus 400 a 600 g

5 a 7 meses

1H:1M Gregarios. Jerarquías sociales.

Las liebres y los conejos son especies poliéstricas estacionales, esto es, presentan varios ciclos estrales en la misma estación reproductora. La reproducción de los lagomorfos está relacionada con diferentes aspectos como el estado fisiológico de las hembras, las cuales poseen folículos maduros a lo largo de todo el año (Bronson, 1989); por otro lado, con factores climáticos, que en zonas templadas están vinculados a las condiciones ambientales favorables para el nacimiento de las crías, lo que implica cantidad y calidad de alimento disponible (Wallage-Drees 1983, Martinet et al. 1984). En México, los lagomorfos pueden reproducirse durante casi todo el año. Las hembras de lagomorfos son animales de ovulación inducida por la cópula y presentan una onda folicular constante en sus ovarios (Van Tienhoven, 1983). Esto significa que en los ovarios siempre hay folículos maduros y que la cópula es el mecanismo de liberación de los óvulos, por lo que las hembras son capaces de entrar en estro y quedar preñadas durante todo el año. La fecundidad puede ser modificada por la densidad poblacional, y también por los factores ambientales como el fotoperiodo, la temperatura, la precipitación y la disponibilidad de alimento (Boyd, 1985; Pévet, 1987, Rogowitz, 1992). El éxito reproductivo es susceptible a las condiciones ambientales debido a que el gasto energético es elevado durante la gestación y la lactancia (Millar, 1977, Sadleir, 1984), y además las hembras pueden estar preñadas y amamantando a una camada al mismo tiempo, (Flux, 1981, Gutiérrez et al., 2006). Una característica peculiar de los lagomorfos es que las hembras presentan conducta por horario para alimentar a sus crías, ya que las amamantan una vez al día durante unos cuantos minutos (5–7 minutos) evitando permanecer con las crías para así mantener a los depredadores alejados del nido (González-Mariscal y Rosenblatt, 1996). La estrategia de apareamiento de los lagomorfos es la poligamia, que consiste en que hembras y machos pueden copular con mas de una pareja. (Best, 1996, Rowlands, 1984; Este aspecto de la reproducción es importante en relación con la conservación y uso sustentable de conejos y liebres, ya que el tamaño poblacional efectivo (Ne) es proporcionalmente mayor en las especies poligámicas comparadas con las especies monogámicas (Cotè 2003). El tamaño poblacional efectivo es el número mínimo de individuos que se necesitan para mantener la variabilidad genética y la supervivencia a largo plazo de una población (Primack 2001a). Podemos hacer una distinción notable entre las estrategias de reproducción de las liebres (Lepus) y los conejos (Sylvilagus, Romerolagus). Las liebres no usan madrigueras y sus crías, llamados lebratos, nacen sobre la superficie del suelo en depresiones preparadas por la madre. Los lebratos son precoces, lo que significa que nacen cubiertos de pelo y con los ojos abiertos, y son capaces de caminar (Flux 1981, Flux y Angermann 1990) (Tabla 2). A los pocos días pueden comenzar

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a saltar y correr, pero reciben cuidados maternos hasta después de los 30 días y son acompañados por sus madres hasta aproximadamente los 3 meses de edad. En contraste, los conejos construyen sus nidos en madrigueras y sus crías, llamados gazapos, nacen sin pelo y con los ojos cerrados. Los gazapos son especies altricias, que abren los ojos después de 5 días y no son capaces de valerse por sí mismos hasta después de aproximadamente 15 días, permaneciendo durante este tiempo bajo el cuidado de la madre en la madriguera (Chapman et al, 1982). Además entre estos dos géneros existen diferencias en relación al tamaño de la camada, ya que los conejos tienen en general mayor número de crías por cada camada que las liebres (Cervantes y González 1996), y en el caso del conejo zacatuche, el promedio de camada es de 2 crías (Cervantes 1980). Aspectos de población de las especies (o grupos de especies), relevantes para la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA. Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento a poblaciones de las especies (o grupos de especies) Para determinar la escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento a una población silvestre es recomendable estimar el área mínima de hábitat apropiado que se requiere para mantener y asegurar la supervivencia de la población a largo plazo (Primack 2001a). Las estimaciones precisas del tamaño de población y del área mínima de hábitat apropiado requieren un estudio demográfico detallado de la población y un análisis de su ambiente (Primack 2001a), pero desafortunadamente en México no se han realizado este tipo de estudios para la mayoría de las poblaciones de lagomorfos. Por lo tanto, se sugiere adoptar una estrategia de manejo adaptativo (Walters 1986), que consiste en una evaluación de la condiciones iniciales del manejo y los resultados obtenidos cada periodo, con el objetivo de ir mejorando la estrategia de manejo cada periodo de acuerdo a la experiencia e información que brinden los resultados (Sutherland 2000). Para dar seguimiento a las poblaciones silvestres de lagomorfos dentro del sistema de UMA se recomienda realizar el monitoreo inicial tomando como guía los márgenes de escala geográfica para liebres (Lepus), conejos (Sylvilagus) y conejo zacatuche (Romerolagus) que se describen en los siguientes párrafos. Cuando la UMA fuere de menores dimensiones a dicha escala, los monitoreos se deben realizar dentro y fuera de la UMA para cubrir la totalidad del área propuesta. Mediante una estrategia de manejo adaptativo (Walters 1986) se buscará definir con mayor precisión la escala geográfica óptima para cada población de acuerdo a la especie de lagomorfo y a las condiciones de su ambiente en las UMA. Liebres (Lepus).- Las liebres en México generalmente se encuentran en hábitat árido; la liebre cola negra (L. californicus), la liebre negra (L. insularis), la liebre

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torda (L. callotis) y la liebre antílope (L. alleni) se encuentran principalmente en desiertos y matorrales, y en pastizales semiáridos (Cervantes y González 1996). La excepción es la liebre de Tehuantepec (L. flavigularis) que se encuentra en pastizales y matorrales abiertos en hábitat tropical. En México, el tamaño del ámbito hogareño anual de la liebre de Tehuantepec se ha determinado mediante la radiotelemetría en 0.55 + 0.08 km2 para ambos sexos (Farías et al. 2006), y mediante el análisis de superposición de los ámbitos hogareños se estima una densidad máxima de 12 liebres adultas por km2 (Farías 2004), por lo que en un área de 10x10 km podría mantenerse una población de liebres a largo plazo, en hábitat tropical. Debido a que en hábitat árido los recursos como agua y alimento son más escasos en tiempo y espacio que en hábitat tropical, se recomienda como guía la escala geográfica mínima de 20x20 km para las otras especies de liebres que habitan en desiertos, matorrales y pastizales en México. Hábitat árido: 20x20 km Hábitat tropical: 10x10 km Conejos (Sylvilagus).- Los conejos se encuentran en casi todo México por lo que es posible encontrarlos en hábitat árido, templado y tropical de acuerdo a las especies. Los conejos son de menor tamaño que las liebres, aunque el conejo montés (S. cunicularius) puede alcanzar la talla de una liebre (Cervantes y González 1996). Resultados preliminares de un estudio de radiotelemetría, indican que el tamaño del ámbito hogareño del conejo montés en el Parque Nacional La Malinche, Tlaxcala, es de 0.2 a 0.7 km2 para ambos sexos (Vázquez et al. 2006), y se ha reportado la densidad poblacional del conejo montés en 27 individuos por km2 que varía de acuerdo a la estaciones de lluvias y seca en el Parque Nacional La Malinche, Tlaxcala (González 2005). En hábitat templado y tropical, un área de 5x5 km puede ser tomada como guía para la escala geográfica óptima para dar seguimiento a una población de conejos silvestres. Sin embargo, estas dimensiones pueden ser insuficientes cuando existen dos o más especies simpátricas (que viven en el mismo lugar) de conejos, lo cual es común encontrar en México, en cuyo caso se podría adoptar una escala de 10x10 km. Debido a que en hábitat árido los recursos como agua y alimento son más escasos en tiempo y espacio que en hábitat templado y tropical, se recomienda la escala mínima de de 10x10 km cuando exista una sola especie, y de 20x20 km cuando exista más de una especie. Hábitat árido: 10x10 km (una especie), 20x20 (más de una especie) Hábitat templado y tropical: 5x5 km (una especie), 20x20 (más de una especie) Conejo zacatuche (Romerolagus diazi).- El conejo zacatuche habita únicamente en bosques templados que se encuentran en el Valle de México. El zacatuche es gregario y su organización social es de jerarquías bien definidas, además de ser más pequeño que los conejos del género Sylvilagus (Cervantes y Martínez 1996). La escala geográfica sugerida como guía para monitorear una población de conejo zacatuche es un área mínima de 5x5 km. El conejo zacatuche se encuentra en simpatría con el conejo montés (S. cunicularius) y el conejo castellano (S. floridanus) a lo largo de su distribución geográfica.

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Hábitat templado: 5x5 km Aspectos poblacionales más relevantes para la determinación, la práctica y el ajuste de la cosecha sustentable en UMA. Para determinar la práctica y ajuste de la cosecha sustentable de lagomorfos en las UMA el mayor problema puede ser la falta de información demográfica de la población que se desea aprovechar (Sutherland 2000). Incluso en la ausencia de actividades humanas, una población de cualquier especie puede ser inestable, aumentando, disminuyendo o fluctuando temporalmente en el número de individuos debido a perturbaciones naturales como catástrofes y plagas o debido a factores demográficos tales como la proporción de hembras y machos y la proporción de adultos y juveniles (Primack 2001b). La clave para proteger y manejar una población es tener conocimientos sólidos del estado de la población y de los procesos dinámicos que afectan su tamaño y distribución (Primack 2001b). Al no contar con esta información para la mayoría de poblaciones de lagomorfos en México, las decisiones de manejo en las UMA deben tomarse y ajustarse simultáneamente con la colecta y análisis de la información demográfica. La información debe ser sistemática, estandarizada y consistente entre periodos (años) y debe ser guardada de manera que pueda ser analizada posteriormente (Sutherland 2000). Entre los aspectos poblacionales más relevantes para determinar la práctica y ajuste de la cosecha sustentable de lagomorfos en las UMA están el tamaño de población, la densidad, la estructura de edades, la proporción de sexos, las tasas de natalidad y mortalidad, la fecundidad y la tasa de crecimiento de la población (Krebs 1989, Smith y Smith 2001, Sutherland 2000). Es importante tener información sobre estos aspectos poblacionales antes de que se inicie su aprovechamiento para tenerlo como referencia una vez iniciado el aprovechamiento y poder ajustar las cosechas.

1. Tamaño de población (N). El tamaño de población es el número de individuos que forman la población (por ejemplo, N = 10,000 liebres en la UMA). Un primer y crucial paso para el aprovechamiento sustentable de una población es iniciar un programa de censos poblacionales en la UMA o en la región (Sutherland 2000).

2. Densidad. La densidad absoluta es el número de individuos por unidad

de área (por ejemplo, 4 liebres por km2). La densidad afecta y controla en parte las tasas de nacimiento, mortalidad y crecimiento de la población (Smith y Smith 2001). La densidad de individuos puede variar dentro de una UMA o región de acuerdo a los diferentes tipos de hábitat o vegetación (Greenwood 1996).

3. Estructura de edades. La estructura de edades es la proporción de

individuos de diferente clase de edad (por ejemplo, 40% de adultos y

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60% de juveniles). En lagomorfos generalmente se distingue entre adultos y juveniles, y ocasionalmente se distingue una tercera clase de edad que son los subadultos. Los adultos son los individuos sexualmente maduros, y los juveniles son los individuos que no han alcanzado la madurez sexual. Los subadultos son individuos jóvenes que están próximos a alcanzar la madurez sexual. La estructura de edades puede ser un indicador del grado de aprovechamiento de una población, ya que cuando se extrae preferentemente a los adultos la proporción de juveniles aumenta (Sutherland 2000).

4. Proporción de sexos. La proporción de sexos es la proporción de

hembras y machos en una población (por ejemplo, 50% hembras y 50% machos). El crecimiento poblacional es una función que depende de las hembras (Smith y Smith 2001).

5. Tasa de natalidad. La tasa de natalidad absoluta se obtiene dividiendo

el número de nacimientos ocurridos durante un periodo de tiempo determinado por el tamaño de la población estimado al principio de este periodo, y multiplicando el resultado por 1,000 (Smith y Smith 2001). Por ejemplo:

[(200 nacimientos x 1 año) / 1570 liebres ] X 1000 = 127

Otra manera más conveniente de expresar la tasa de natalidad es el número de nacimientos por hembra de edad x por unidad de tiempo, ya que el éxito reproductivo varía con la edad de las hembras (Smith y Smith 2001).

6. Tasa de mortalidad. La tasa de mortalidad es el número de individuos

que muere en un determinado periodo de tiempo (por ejemplo, una tasa de mortalidad anual de hembras adultas de 0.50, quiere decir que muere el 50% al año). Para calcular la tasa de mortalidad se divide el número de individuos que mueren en un periodo de tiempo por el número de individuos vivos que había al principio del periodo (Smith y Smith 2001). Es importante determinar la mortalidad por factores naturales antes de que la población sea cosechada, ya que en una población silvestre en equilibrio y que no ha sido cosechada, la tasa de natalidad está en balance con la tasa de mortalidad de manera que la población no aumenta y no hay individuos que cosechar (Krebs 1989, Sutherland 2000). Cuando inicia la cosecha al extraer un número de individuos, la superviviencia y/o la tasa de reproducción aumentan y de esta manera se induce el crecimiento de la población (Sutherland 2000). Por ejemplo, si se extrae un 20% de la población y ésta comienza a aumentar en un 2% por año, este 2% se puede cosechar cada año y el tamaño de población se mantiene constante (Sutherland 2000).

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7. Fecundidad. La fecundidad puede medirse como fecundidad bruta, que es el número de fetos producidos por hembra en cada embarazo (Krebs 1989). En las hembras de lagomorfos también es importante conocer el número de camadas por hembra por ciclo reproductivo, ya que una hembra puede tener varias camadas al año (Flux y Angermann 1990).

8. La tasa de crecimiento de la población. Una manera práctica de

calcular el crecimiento poblacional es mediante la tasa finita de incremento anual designada por la letra griega lambda � (� = N t+1 / N t ; donde N es tamaño de la población y t es el tiempo). Cuando � es igual a1 la población se mantiene constante, cuando �es mayor que 1 la población aumenta y cuando �es menor que 1 la población disminuye (Smith ySmith 2001).

Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de población orientado a detectar la condición inicial y tendencias subsiguientes de ésta. Métodos: Los principales métodos recomendados para realizar estudios de seguimiento de poblaciones de lagomorfos orientados a detectar la condición inicial y tendencias subsiguientes son: A) transecto en línea y B) conteo de excrementos o letrinas. A. Transecto en Línea Una de las técnicas más recomendadas para lagomorfos, en general, pero para el género Lepus en particular es la de transecto en línea de amplitud variable con reflector, en el que a diferencia del método de transecto en franja, no se fija previamente la amplitud del ancho del recorrido para el registro de los individuos observados (Smith y Nydegger 1985), y consiste en realizar recorridos nocturnos a lo largo de trayectos de longitud conocida, en un vehículo a una velocidad de 10 km/h, provisto de dos faros para alumbrar ambos lados del camino en la búsqueda de individuos. Una vez detectado, se señala el ejemplar con uno de los faros, y se mide la distancia en metros de manera perpendicular al camino, mientras que con el otro faro se observa la dirección hacia la cual se mueve el ejemplar para evitar repetir su registro. (Ballesteros 2000, Thomas et al. 2002). Además del cálculo de la abundancia a partir de estos itinerarios, también se puede conocer la distribución de los lagomorfos y su selección de hábitat. Supuestos.- En los métodos de transectos en línea la estimación de la densidad se basa en la función probabilística de encontrar a un organismo en el centro del transecto igual a 1; lo que implica que la probabilidad de detectar a los individuos disminuye conforme aumenta la distancia perpendicular a la línea del trayecto. (Smith y Nydegger 1985, Aranda 2000b), ya que se asume que conforme aumenta la distancia a la cual se observan los organismos, aun en condiciones de muy buena visibilidad, llegará un momento en que sea imposible observarlos. Esto

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permite construir una curva de detección g(x) y estimar la densidad de una población con base en los siguientes supuestos (Burnham et al. 1980, citado por Smith y Nydegger 1985):

1. Los animales sobre la línea del transecto siempre serán registrados. 2. Los animales están fijos en el momento en que son detectados, no se

mueven antes de ser detectados ni se cuentan más de una vez. 3. Las distancias son medidas correctamente, sin redondeos. 4. La observación de cada individuo es un evento independiente.

B. Conteo de excrementos o letrinas de lagomorfos El método de muestreo poblacional recomendado para los conejos del Género Sylvilagus y para el conejo zacatuche (Romerolagus) es el conteo de excrementos o de letrinas (Aranda 2000a, Sutherland 1996). También puede utilizarse este método para poblaciones de liebres (Lepus). Justificación.- Realizar la observación directa de un conejo durante un recorrido generalmente es mucho menos probable que la observación indirecta de la presencia de conejos. Los excrementos son los rastros más notorios de la presencia de conejos (Aranda 2000a). Por medio del conteo de excrementos se pueden determinar los patrones de uso de los tipos de hábitat o vegetación (Greenwood 1996). Además, este método no requiere la captura de los animales. El conteo de excrementos o letrinas de lagomorfos puede utilizarse para calcular la densidad absoluta de una población, y también para estimar índices de abundancia relativa a lo largo de periodos de tiempo. Supuestos.- El método consiste en trazar una serie de transectos a lo largo de los cuales se cuenta la acumulación de excrementos o de letrinas en parcelas previamente establecidas en cada transecto (Greenwood 1996). De esta manera puede medirse la acumulación de excrementos en relación con una unidad de área y por un periodo conocido de tiempo. Para estimar la densidad absoluta, los supuestos básicos del método son (Aranda 2000a y 2000b):

1. Se conoce la tasa de defecación diaria. 2. Se conoce el periodo de acumulación de los excrementos. 3. Los excrementos son correctamente identificados. 4. La forma y el tamaño de la parcela es eficiente para el conteo. 5. Las parcelas se distribuyen al azar y son representativas del área total de

referencia.

El número de animales por kilómetro cuadrado (densidad absoluta) se puede calcular mediante la fórmula: Animales / km2 = n / AxB

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En donde n es el número de excrementos o letrinas acumulados en las parcelas extrapolado a 1 km2, A es la tasa de defecación diaria y B es el número de días de acumulación. Los datos también se pueden analizar con otros métodos estadísticos como índices de abundancia relativa, regresión logística y análisis de varianza. Validación de los supuestos

1. Tasa de defecación Se debe determinar la tasa de defecación de los excrementos en relación a la época del año y al tipo de vegetación. La tasa de defecación se puede estimar de individuos en cautiverio que sean alimentados con las especies presentes de acuerdo a los tipos de vegetación a evaluar.

2. Periodo de acumulación Para determinar con certeza el tiempo de acumulación, las parcelas se limpian de excrementos el día que se ubican en el campo, a partir del cual se inicia el periodo. Se recomienda hacer los muestreos de manera estacional, es decir, comparando primavera, verano, otoño e invierno, o también comparando la época húmeda contra la época seca. Tasa de descomposición. Se debe determinar la tasa de descomposición de los excrementos tomando en cuenta la posibilidad de que existan diferencias debidas a la época del año y al tipo de vegetación. Se puede caracterizar la diferente exposición de excrementos a la radiación solar, lluvia, viento, midiendo la cobertura vegetal horizontal y vertical en cada parcela. La tasa de degradación también puede verse afectada por diferencias en la dieta debidas a la estacionalidad y a la disponibilidad de alimento.

3. Identificación de los excrementos En el caso de especies simpátricas (que viven en el mismo lugar) de lagomorfos, se debe tener especial cuidado en identificar los excrementos de cada especie. Es necesario conocer la especie o especies de conejos presentes en una UMA y poder diferenciar sus excrementos y letrinas. Los excrementos de conejo zacatuche (Romerolagus diazi) son fácilmente identificables (Cervantes y Martínez 1996) pues su forma es claramente diferente a las de otros conejos simpátricos (Sylvilagus cunicularius, S. floridanus) y de las liebres (Lepus) (Tabla 3). Los excrementos de zacatuche se encuentran generalmente entre los macollos de gramíneas o zacatón, pero no en áreas abiertas (Cervantes y Martínez 1996, Aranda 2000a). Especie o Género

Forma Color Tamaño

Lepus Son bolitas de materia vegetal muy compactada

pardo En general son de mayor tamaño que los

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redondas pero con forma algo irregular.

de conejos, miden de 1 a 1.5 cm de diámetro

Sylvilagus cunicularius

Son bolitas de materia vegetal compactada redondas y un poco aplanadas en su cara ancha.

pardo En general son de mayor tamaño que las de otros conejos. Miden con alrededor de 1.5 cm de diámetro.

Sylvilagus floridanus

Son bolitas de materia vegetal redondas pero irregulares.

pardo Su diámetro máximo es de alrededor de 1 cm.

Romerolagus diazi

Son bolitas de materia vegetal triturada y compactada. Su forma es como la de una esfera que hubiera sido comprimida en dos extremos, pero si se observan por su cara ancha se ven muy redondeadas.

Frescas son de color ocre y brillosas, de textura lisa. Secas se tornan amarillentas o verdosas

Son de diferentes tamaños en relación al tamaño del individuo, pero su diámetro máximo es de 1 cm. En promedio miden de 5 a 9 mm. Los excrementos están por lo regular en letrinas de 90 o más bolitas.

Tabla 3. Características que permiten la identificación de excrementos de algunos conejos y liebres en México (Aranda 2000a, Cervantes y Martínez 1996).

4. Forma y tamaño de las parcelas Para determinar la densidad o abundancia de conejos y liebres, se recomiendan un mínimo de 2 transectos lineales con 10 a 20 parcelas circulares de 1m2 a 5 m2 espaciadas cada 20 a 50 metros. También se pueden utilizar parcelas cuadradas. Los transectos son fijos y se deben visitar varias veces en el periodo de tiempo establecido; por ejemplo, 5 visitas durante la estación seca y 5 visitas durante la estación de lluvias.

5. Las parcelas se distribuyen al azar y son representativas del área total de referencia

La estratificación de muestras es necesaria cuando hay presencia de parches de tipos de hábitat o vegetación claramente distinguibles. Cuando es posible identificar áreas con cierta homogeneidad y estratificar el muestreo, se recomienda que las unidades de muestreo (parcelas) se repartan proporcionalmente al tamaño del estrato (Galindo y Weber 1998). Formato óptimo para la captura de los datos de campo A. Formato para transecto en línea

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Sitio (UMA)

Fecha Hábitat Especies Kilometraje recorrido

Distancia perpendicular del individuo al transecto

Dirección respecto al transecto (D/I)

Comentarios Hora

B. Formato para conteo de excrementos o letrinas Fecha: Sitio: Observador (es):

Número de excrementos o letrinas Tansecto 1 Transecto 2 Transecto 3 Transecto 4 Transecto 5

Parcela 1 Parcela 2 Parcela 3 Parcela 4 Parcela 5 Parcela 6 Parcela 7 Parcela 8 Parcela 9 Parcela 10 Nota: para cada parcela se debe determinar el tipo de hábitat y las coordenadas geográficas

Algoritmos recomendados para calcular los parámetros poblacionales indispensables para la gestión de la cosecha sustentable A. Transecto en linea El programa DISTANCE sirve para estimar abundancias y densidades de organismos por medio de una serie de modelos estadísticos a partir de la detección de dichos organismos (Buckland et al, 1993). En este método se espera que conforme los organismos se alejan de la línea del trayecto, se dificulta más su observación, dando como resultado que el número de detecciones disminuirá conforme aumente la distancia. Por lo que la clave para el análisis de este tipo muestreo es ajustar las distancias observadas a una función de detección, para estimar la proporción de “objetos perdidos” o individuos no observados a lo largo del estudio (Thomas, et al, 2002). Partiendo de los supuestos antes mencionados y del hecho de que, al utilizar este método se considera que sólo una parte de todos los individuos dentro del área de estudio son detectados, existiendo por lo tanto una proporción desconocida que debe ser calculada (Buckland, et al, 1993), es posible estimar la densidad de una población por medio de la siguiente fórmula:

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D = n x f(0) 2L

en donde:

n= al número de individuos contados

x= a la distancia perpendicular

f(0) = a la función probabilística de densidad a una distancia de cero metros

L = a la longitud del trayecto

La elección del modelo más adecuado para estimar f(0) y por consecuencia la densidad poblacional, dependerá de algunas características del estimador, como que presente los menores valores de la varianza de muestreo y del valor de AIC (Smith y Nydegger, 1985).. Dentro de los modelos utilizados, el de las Series de Fourier es considerado el más robusto para explicar las densidades en este tipo de estudios (Buckland, 1993, Parmenter, et al, 2003). En los transectos en línea se puede utilizar el procedimiento de muestreo al azar estratificado. Los valores obtenidos se pueden analizar utilizando los estimadores Uniforme, Semi-Normal y Azaroso (todos en combinación con la función Coseno), con diferentes intervalos de clase (por ejemplo de 5, 10 y 20 metros de probabilidad de detección). Se deben de “correr” diferentes modelos variando las combinaciones entre los estimadores y el tamaño de los intervalos. La selección del modelo mas adecuado se hará de acuerdo al que tenga el menor valor del Criterio de Información Akaika (AIC), que se fundamenta en el cálculo del estimador con máxima verosimilidad (Ballesteros, 2000), así como al del estimador con el Coeficiente de Variación más bajo (Smith y Nydegger, 1985) y también con base al análisis de la forma de los histogramas de frecuencia, de manera que no haya rangos de distancias sin registros, así como a la figura de la curva de probabilidad de detección para cada modelo. B. Conteo de excrementos o letrinas La densidad absoluta, que es el número de animales por kilómetro cuadrado, se puede calcular mediante la fórmula: Animales / km2 = n / AxB

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En donde n es el número de excrementos o letrinas acumulados en las parcelas extrapolado a 1 km2, A es la tasa de defecación diaria y B es el número de días de acumulación. El número de excrementos acumulados por parcela se calcula a partir de los transectos. En cada transecto se registra el número de excrementos para cada parcela y para cada una de las fechas en que se visita el transecto. Se obtiene la sumatoria de cada transecto y con ella los valores promedio de cada visita. Por ejemplo: El transecto 1 tiene 10 parcelas de 1 m2 y fué visitado en 30 días después de establecer los transectos. Se registraron 1, 0, 0, 5, 2, 0, 20, 0, 0, 1 excrementos en cada parcela. El área muestreada en el transecto fue de 10 m2, ya que hay 10 parcelas de 1 m2 en el transecto. La sumatoria de las 10 parcelas es de: 1 + 0 + 0 + 5 + 2 + 1 + 20 + 0 + 0 + 1 = 29 excrementos . El promedio es de 29 / 10 = 2.9 excrementos en 10 m2. Para extrapolar a 1 km2, se multiplica 2.9 x 1,000,000 (1 km2 = 1,000,000 m2) y se divide entre 10, y obtenemos una n = 290,000 excrementos por km2. Si conocemos la tasa de defecación diaria de la especie y el número de días de acumulación, entonces podemos completar la fórmula: Animales / km2 = 290,000 / (560 excrementos por día por liebre) (30 días) = Animales / km2 = 17.26 liebres / km2 Los datos también se pueden analizar con otros métodos estadísticos como índices de abundancia relativa, regresión logística, análisis de varianza (Aranda 2000a). Aspectos del hábitat de las especies (o grupos de especies), relevantes para la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA Escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento al hábitat de las especies (o grupos de especies). Para determinar la escala geográfica de trabajo óptima para dar seguimiento al hábitat de una especie o grupo de especies es recomendable estimar el área mínima de hábitat apropiado que se requiere para mantener y asegurar la supervivencia de la población a largo plazo (Primack 2001a). Las estimaciones precisas del tamaño de población y del área mínima de hábitat apropiado

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requieren un estudio demográfico detallado de la población y un análisis de su ambiente (Primack 2001a), pero desafortunadamente en México no se han realizado este tipo de estudios para la mayoría de las poblaciones de lagomorfos. Por lo tanto, se sugiere adoptar una estrategia de manejo adaptativo (Walters 1986), que consiste en una evaluación de la condiciones iniciales del manejo y los resultados obtenidos cada periodo, con el objetivo de ir mejorando la estrategia de manejo cada periodo de acuerdo a la experiencia e información que brinden los resultados (Sutherland 2000). Para dar seguimiento a las poblaciones silvestres de lagomorfos dentro del sistema de UMA se recomienda realizar el monitoreo inicial tomando como guía los márgenes de escala geográfica para liebres (Lepus), conejos (Sylvilagus) y conejo zacatuche (Romerolagus) que se describen en los siguientes párrafos. Cuando la UMA fuere de menores dimensiones a dicha escala, los monitoreos se deben realizar dentro y fuera de la UMA para cubrir la totalidad del área propuesta. Mediante una estrategia de manejo adaptativo (Walters 1986) se buscará definir con mayor presición la escala geográfica óptima para cada población de acuerdo a la especie de lagomorfo y a las condiciones de su ambiente en las UMA. Liebres (Lepus).- Las liebres en México generalmente se encuentran en hábitat árido; la liebre cola negra (L. californicus), la liebre negra (L. insularis), la liebre torda (L. callotis) y la liebre antílope (L. alleni) se encuentran principalmente en desiertos y matorrales, y en pastizales semiáridos (Cervantes y González 1996). La excepción es la liebre de Tehuantepec (L. flavigularis) que se encuentra en pastizales y matorrales abiertos en hábitat tropical. En México, el tamaño del ámbito hogareño anual de la liebre de Tehuantepec se ha determinado mediante la radiotelemetría en 0.55 + 0.08 km2 para ambos sexos (Farías et al. 2006), y mediante el análisis de superposición de los ámbitos hogareños se estima una densidad máxima de 12 liebres adultas por km2 (Farías 2004), por lo que en un área de 10x10 km podría mantenerse una población de liebres a largo plazo, en hábitat tropical. Debido a que en hábitat árido los recursos como agua y alimento son más escasos en tiempo y espacio que en hábitat tropical, se recomienda como guía la escala geográfica mínima de 20x20 km para las otras especies de liebres que habitan en desiertos, matorrales y pastizales en México. Hábitat árido: 20x20 km Hábitat tropical: 10x10 km Conejos (Sylvilagus).- Los conejos se encuentran en casi todo México por lo que es posible encontrarlos en hábitat árido, templado y tropical de acuerdo a las especies. Los conejos son de menor tamaño que las liebres, aunque el conejo montés (S. cunicularius) puede alcanzar la talla de una liebre (Cervantes y González 1996). Resultados preliminares de un estudio de radiotelemetría, indican que el tamaño del ámbito hogareño del conejo montés en el Parque Nacional La Malinche, Tlaxcala, es de 0.2 a 0.7 km2 para ambos sexos (Vázquez et al. 2006), y se ha reportado la densidad poblacional del conejo montés en 27 individuos por km2 que varía de acuerdo a la estaciones de lluvias y seca en el

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Parque Nacional La Malinche, Tlaxcala (González 2005). En hábitat templado y tropical, un área de 5x5 km puede ser tomada como guía para la escala geográfica óptima para dar seguimiento a una población de conejos silvestres. Sin embargo, estas dimensiones pueden ser insuficientes cuando existen dos o más especies simpátricas (que viven en el mismo lugar) de conejos, lo cual es común encontrar en México, en cuyo caso se podría adoptar una escala de 10x10 km. Debido a que en hábitat árido los recursos como agua y alimento son más escasos en tiempo y espacio que en hábitat templado y tropical, se recomienda la escala mínima de de 10x10 km cuando exista una sola especie, y de 20x20 km cuando exista más de una especie. Hábitat árido: 10x10 km (una especie), 20x20 (más de una especie) Hábitat templado y tropical: 5x5 km (una especie), 20x20 (más de una especie) Conejo zacatuche (Romerolagus diazi).- El conejo zacatuche habita únicamente en bosques templados que se encuentran en el Valle de México. El zacatuche es gregario y su organización social es de jerarquías bien definidas, además de ser más pequeño que los conejos del género Sylvilagus (Cervantes y Martínez 1996). La escala geográfica sugerida como guía para monitorear una población de conejo zacatuche es un área mínima de 5x5 km. El conejo zacatuche se encuentra en simpatría con el conejo montés (S. cunicularius) y el conejo castellano (S. floridanus) a lo largo de su distribución geográfica. Hábitat templado: 5x5 km Aspectos del hábitat más relevantes para la determinación, la práctica y el ajuste de la cosecha sustentable en UMA. Las liebres (Lepus) se distribuyen en general en zonas áridas y semiáridas, en desiertos, matorrales y pastizales, y también pueden encontrarse en zonas de cultivo (Cervantes y González 1996). Los conejos del Género Sylvilagus se distribuye a lo largo de todo México por lo que puede encontrarse en diferentes tipos de vegetación o biomas, como en matorrales, desiertos, pastizales, bosques templados, inclusive en bosques mesófilos y selvas (Cervantes y González 1996). El conejo zacatuche (Romerolagus) se encuentra exclusivamente en los bosques templados de la cuenca del Valle de México, en los volcanes. La alimentación de los lagomorfos en general es muy variada dependiendo de su área de distribución, y su hábitat debe de proveerles tanto alimentación como protección, por lo que es muy importante mantener una adecuada cobertura vegetal. El estudio de hábitat debe proporcionar información sobre la disponibilidad de alimento, de cobertura vegetal y composición florística, lo que a su vez puede ayudar a explicar las variaciones de las densidades de lagomorfos. Debido a esto,

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el área muestreada debe ser suficientemente grande para que represente las diferentes comunidades vegetales dentro de la UMA. Se recomienda obtener los datos de parámetros ambientales como temperatura, precipitación, así como presencia, distribución espacial y temporal de cuerpos de agua que afecten el tipo de vegetación en la UMA. Es necesario determinar la presencia y abundancia de los depredadores nativos y exóticos en la UMA. Finalmente también es imprescindible conocer y registrar el tipo de actividades humanas dentro de la UMA o en sus alrededores, que signifiquen riesgo para la especie o grupo de especies afines y que sean motivo de perturbación para la pérdida de hábitat natural, como cultivos, potreros, zonas de pastoreo de ganado, asentamientos humanos, y vías de comunicación (carreteras). Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de hábitat orientado a detectar su condición inicial y sus tendencias subsiguientes en una región o UMA en la que se practique la cosecha de la especie o grupo de especies afines. Para evaluar si dentro del la UMA se está logrando efectivamente la conservación de las comunidades vegetales a lo largo del tiempo, se recomienda fuertemente que desde el inicio del estudio se determinen y tracen en un mapa, los principales tipos de vegetación y su cobertura dentro de la UMA, por medio de fotografías aéreas o imágenes de satélite actuales de fuentes reconocidas como INEGI. Esto con el objetivo de identificar las áreas que se encuentren bien conservadas así como las que estén perturbadas por actividades humanas. Esta información será de mucha utilidad para poder hacer un monitoreo de los cambios a lo largo del tiempo. Se deben elegir los sitios de muestreo más adecuados para la distribución de las poblaciones de lagomorfos, realizando una descripción de la presencia, distribución espacial y disponibilidad de especies vegetales de importancia particular como alimento para los lagomorfos y de protección contra depredadores, así como medir el porcentaje inicial de la cobertura vegetal dentro de la UMA para detectar cambios en la proporción a lo largo del tiempo. Asimismo, se deben realizar evaluaciones de la biomasa general del área, de acuerdo a la estacionalidad de la región a través de muestreos de parcelas representativas del hábitat. También es necesario y muy importante evaluar la presencia y abundancia de los depredadores nativos y exóticos que potencialmente pueden afectar a las poblaciones de lagomorfos.. Las técnicas que a continuación se describen brevemente, sirven para la determinación de la cobertura y de la estructura de la vegetación, y pueden variar dependiendo del tipo de comunidades vegetales presentes en cada UMA. En

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primer lugar los sitios de muestreo se pueden seleccionar al azar, o sistemáticamente, si se planea el lugar preciso y la dirección del muestreo. Dependiendo de la altura de la vegetación se puede seleccionar el tipo de muestreo. De esta manera, en Vegetación baja, en la que predominen pastizales o plantas herbáceas se recomienda utilizar las Líneas de Canfield. Pero en el caso de vegetación heterogénea es más recomendable usar: áreas (en forma de círculos, cuadros o rectángulos), de 1 m

2 para hierbas, 5 m

2 para arbustos y 10 m

2

para árboles. Con el procedimiento de intercepción en línea de acuerdo a Canfield, 1941, se determina la intercepción a ras de suelo de las plantas herbáceas a lo largo de una línea, mientras que en el caso de las especies de arbustos y árboles, se mide el contacto al nivel del dosel. Posteriormente se establece la relación (en porcentaje) de las longitudes interceptadas por cada uno de los vegetales con la longitud total de la línea empleada (Aguado et al, 1996). Procedimiento para la caracterización del hábitat: 1.- Ubicar en un mapa los principales tipos de vegetación (esto es, los principales tipos de bosque, matorral, selva), así como caminos, senderos, arroyos, cuerpos de agua, arroyos o estanques temporales y áreas de muestreo dentro de la zona de estudio. 2.- Dentro de los principales tipos de vegetación se debe determinar el número de estratos y listar las especies más abundantes en cada uno (Vegetación arbórea, Vegetación arbustiva y Herbácea). También conviene registrar la cobertura del suelo, como musgos, líquenes, etc. Para calcular la cobertura total es recomendable recurrir a metodologías estandarizadas como la Escala de Abundancia de Cobertura de Braun-Blanquet (Mueller-Dombois y Ellwnberg, 1974), cuyas categorías son las siguientes:

– 5: >75% cubierto – 4:50-75% cubierto – 3: 25-50% cubierto – 2: 5-25% cubierto – 1: < 5% numerosas plantas, pero con una cobertura

inferior al 5%.

Registrando las especies de mayor cobertura dentro de cada estrato, para este caso se recomienda usar un Código de 4 letras tomando las 2 primeras del nombre del género y de la especie. Por último, se debe calcular la altura promedio de cada estrato. El muestreo de la vegetación puede realizarse utilizando los mismos sitios o parcelas que se utilicen para determinar la abundancia de población de la especie (o grupo de especies) de lagomorfos mediante los métodos de transecto en línea y

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conteo de excrementos (ver Parte I. Protocolo para el seguimiento de poblaciones), para relacionar los cambios en composición y abundancia de la fauna con los cambios de la vegetación. Para evaluar la presencia y abundancia de depredadores se sugiere el método de transectos con estaciones olfativas. Se recomienda que la determinación de la abundancia de depredadores sea paralela en tiempo y espacio a la determinación de la de abundancia y densidad de lagomorfos. (Aranda, 2000a). En el caso particular del conejo zacatuche Romerolagus diazi, se ha utilizado un muestreo de la vegetación por relevés o levantamientos, que consisten en unidades de muestreo a lo largo de transectos (Müller-Dombois y Ellemberg, 1974). El tamaño de cada levantamiento es de 25 m2 (5x5 m) para zonas de pastizal y 625 m2 (25x25 m) para zonas de bosque. En cada sitio se realiza un inventario de las especies vegetales dominantes, y se estiman los valores de cobertura de cada especie y de cobertura de cada especie por estrato: rasante, herbáceo y arbóreo (Braun-Blanquet 1979). Los estratos se definen con base en la altura promedio: rasante (<10 cm), herbáceo (>10 y < 150 cm) y árbóreo (> 3 m). En cada levantamiento se registra información: altitud en msnm, pendiente de la ladera en grados, rocas y suelo descubierto (coberturas estimada en porcentaje; Velázquez, Romero y López-Paniagua 1996). Formato óptimo para la captura de los datos de campo. Sitio (nombre de la UMA) Fecha

Tipo s de vegetación

Método utilizado

Especies vegetales presentes Cobertura Frecuencia

Definición de parámetros de hábitat indispensables para la gestión de la cosecha sustentable. Los lagomorfos tienen una amplia distribución en México y muchas de sus poblaciones se encuentran en sitios perturbados por actividades agrícolas y ganaderas. Para las especies de lagomorfos mayormente susceptibles a estas perturbaciones es indispensable conservar o preservar su hábitat natural así como realizar medidas de restauración para la recuperación del hábitat y de las poblaciones de lagomorfos. También es importante considerar el control o exclusión de especies exóticas e invasoras de flora y fauna que afecten a las poblaciones silvestres de lagomorfos.

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Algunos parámetros de hábitat indispensables son:

- Estatus de conservación del hábitat o de la vegetación en la UMA. Algunas especies de lagomorfos son tolerantes a la transformación del hábitat mientras otras se ven afectadas negativamente y se consideran sensibles. Las especies sensibles pueden ser desplazadas por las especies tolerantes en un hábitat perturbado. Tal es el caso de la liebre torda (Lepus callotis), la cual ha ido desapareciendo de su rango geográfico, mientras que la liebre de cola negra (Lepus californicus) se ve favorecida por las zonas ganaderas y agrícolas y ha ocupado zonas donde la liebre torda ya no se encuentra (Dunn et al. 1982).

- Potencial de restauración de hábitats perturbados en la UMA. Este

parámetro es importante ya que la UMA puede funcionar para ayudar a recuperar las poblaciones nativas de lagomorfos que se ven afectados por la pérdida y fragmentación de su hábitat.

- Composición florística en frecuencia y cobertura, tomando en cuenta la

importancia de la flora nativa. En México es común encontrar dos o más especies de lagomorfos coexistiendo en la misma región, ya que han logrado una partición en el uso de los recursos del hábitat para cubrir las necesidades de alimentación y protección.

-Estructura de la vegetación, tomando en cuenta la importancia de la

estructura nativa. -Abundancia de depredadores nativos y exóticos. -Potencial para el control o exclusión de la fauna exótica (depredadores y

competidores de los lagomorfos silvestres). Para gestionar la cosecha sustentable en una UMA primero será necesario evaluar si ésta cuenta con los parámetros de hábitat indispensables en función de la especie o grupo de especies de lagomorfos en cuestión. Algunas especies de lagomorfos son sensibles a la transformación del hábitat y se ven afectados de manera negativa y disminuyen sus poblaciones, pero otras especies se ven favorecidas por la transformación del hábitat en zonas ganaderas o agrícolas. Aspectos de conservación de la(s) especie(s) en la gestión de la cosecha sustentable en UMA Procedimiento para la determinación de viabilidad biológica de la cosecha en el área de una UMA.

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El modelo recomendado es el de Modelo de Cosecha (Bodmer et al. 1997). Este modelo evalúa el impacto de la caza, al comparar la cosecha (extracción) contra la producción. Para la estimación de dicha producción se requiere información sobre la productividad reproductiva y la densidad poblacional. La productividad reproductiva anual (Pr) es determinada con los datos de la actividad reproductiva de las hembras, usando la productividad bruta (Pb) y el número de gestaciones por año (partos/año). La productividad bruta (Pb) es definida como el número de fetos por hembra. Feto se define como el individuo que se encuentra en gestación. Con estos datos se calcula la productividad reproductiva anual (Pr) que está definida como el número promedio de crías/hembra/año. Pr ( crías/hembra/año) = (Pb) x (partos/año) La cosecha se calcula dividiendo a la densidad de la población entre 2, porque en este caso sólo se necesita saber el número de individuos dentro de la población que sean hembras, ya que son las que va a determinar el número de crías que se incorporarán a la población por año, asumiendo una proporción de sexos 1:1, Posteriormente el valor resultante se multiplica por la productividad reproductiva anual (Pr), y el resultado es una estimación de producción en individuos producidos por año, por km2.. Cosecha (crías/año/km2) = (Densidad/2) (Pr) Es importante determinar la mortalidad por factores naturales antes de que la población sea cosechada, ya que en una población silvestre en equilibrio y que no ha sido cosechada, la tasa de natalidad está en balance con la tasa de mortalidad de manera que la población no aumenta y no hay individuos que cosechar (Krebs 1989, Sutherland 2000). Cuando inicia la cosecha al extraer un número de individuos, la superviviencia y/o la tasa de reproducción aumentan y de esta manera se induce el crecimiento de la población (Sutherland 2000). Por ejemplo, si se extrae un 20% de la población y ésta comienza a aumentar en un 2% por año, este 2% se puede cosechar cada año y el tamaño de población se mantiene constante (Sutherland 2000). Una manera práctica de calcular el crecimiento poblacional es mediante la tasa finita de incremento anual designada por la letra griega lambda � (� = N t+1 / N t ; donde N es tamaño de la población y t es el tiempo). Cuando � es igual a1 la población se mantiene constante, cuando �es mayor que 1 la población aumenta y cuando �es menor que 1 la población disminuye (Smith ySmith 2001). En caso afirmativo de viabilidad, algoritmo para la determinación de la cuantía y periodicidad de la cosecha sustentable en una UMA.

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Para ejemplificar el uso del Método de Cosecha y su algoritmo, se utilizarán datos recientes obtenidos a partir del monitoreo de casi 9 años de una población de la liebre cola negra Lepus californicus en la Reserva de la Biosfera de Mapimí, Durango (Portales, 2006), y por ser además la especie con mayor potencial de aprovechamiento en México. Se consideraron los siguientes parámetros: Pb = fetos/hembra = 50 fetos / 23 hembras preñadas = 2.17 fetos/hembra Partos/año = 5 Densidad = 23 individuos/km2

La productividad reproductiva (Pr) es: Pr = (2.17 fetos/año) x (5 partos/año) = 10.85 crías/hembras/año La Cosecha potencial es: Cosecha = (23 individuos/km2 / 2) x (2.17 fetos/año) = 11.5 x10.85

= 124.8 crías/año/km2

Es importante hacer notar que a esta estimación de la cosecha potencial se le debe restar el porcentaje de mortalidad por causas naturales como depredadores o enfermedad. La cosecha debe ser de carácter compensatorio. Se debe conocer el límite de mortalidad aceptable para la población. Por ejemplo, si se estima que la población podría aceptar un máximo de 60% de mortalidad, y se conoce que existe una mortalidad del 40% por causas naturales, la cosecha o aprovechamiento no debería ir más allá del 20%. De esta manera no se rebasará la mortalidad máxima (60%) que la población pudiera soportar (40% + 20% = 60%). En el ejemplo, si la mortalidad por causas naturales fuera del 60%, desde luego no podría haber aprovechamiento. También es muy importante recalcar que la especie usada en este ejemplo, Lepus californicus es la más abundante en México, y no está dentro de ninguna categoría de riesgo de extinción. Por el contrario es frecuente encontrarla también en cultivos, pudiendo ser considerada en ocasiones en algunos sitios como una plaga; por lo que creemos que esta propuesta debe ser manejada con cautela, debido a que en realidad extrapolar estos resultados o tratar de aplicar este algoritmo a otras especies puede tener muchos inconvenientes, principalmente porque lo más probable es que no exista la información suficiente sobre datos reproductivos o sobre las densidades, por lo que se debe continuar buscando la fórmula que mejor se ajuste a la información disponible sobre las especies mexicanas de lagomorfos.

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Métodos para la determinación del calendario de las actividades de cosecha en una UMA. Las actividades de cosecha deben establecerse de acuerdo a la estación reproductiva de las especies de lagomorfos, para no afectar negativamente el nacimiento y crecimiento de las crías, y poder cosechar a los animales jóvenes cuando éstos ya hayan dejado de depender de sus madres. Las liebres y los conejos son especies poliéstricas estacionales, esto es, presentan varios ciclos estrales en la misma estación reproductora. La reproducción de los lagomorfos está relacionada con diferentes aspectos como el estado fisiológico de las hembras, las cuales poseen folículos maduros a lo largo de todo el año; por otro lado, con factores climáticos, que en zonas templadas están vinculados a las condiciones ambientales favorables para el nacimiento de las crías, lo que implica cantidad y calidad de alimento disponible (Flux 1981, Wallage-Drees 1983, Martinet et al. 1984). En México, los lagomorfos pueden reproducirse durante casi todo el año. Generalmente el número de hembras gestantes, el número de individuos por camadas y el número de camadas se incrementan durante la temporada de lluvias. Indicadores de los efectos de la cosecha sobre la propia población y protocolo de seguimiento y análisis recomendado para éstos. Criterios y métodos para el ajuste progresivo de la cosecha en una UMA (incluyendo el caso de su eventual suspensión) Ver Protocolo pare el seguimiento de la población P protocolo de aprovechamiento o cosecha y Parte IV (Conservación) en ajuste de cosecha y manejo. Recapitulación y recomendaciones. Bases esenciales para la conservación Como parte de las conclusiones de este trabajo, y por considerarlo de suma importancia, a continuación se presentan una serie de recomendaciones que esperamos ayuden al correcto establecimiento de las UMAS para lagomorfos, ya sea con fines de conservación, investigación o manejo y aprovechamiento: 1.- En primer lugar es básico para poder asignar los permisos de establecimiento de cualquier tipo de UMA, hacer una correcta identificación de las distintas especies de liebres o conejos que se distribuyen dentro de la misma. 2.- Relacionado con este primer punto, también es muy importante conocer el estatus de conservación de acuerdo a las categorías de riesgo de la IUCN, 2006 y

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de la NOM-059-SEMARNAT-2001, para cada una de las especies, así como determinar si se trata de especies endémicas de México. 3.- Con esta información se podrá decidir que tipo de UMA se deberá establecer, esto es: si las especies de lagomorfos fueran endémicos o estuvieran dentro de alguna categoría de riesgo (ver Tabla 1) la UMA deberá ser solamente con fines de conservación o de investigación. 4.- Por lo que para conocer la distribución geográfica de los lagomorfos en México, así como sus principales características, se recomienda revisar la serie de referencias bibliográficas de Mammalian Species, que reúnen lo más relevante de la información de cada una de las especies de liebres y conejos mexicanos. (Ver apartado de Referencias Bibliográficas). 5.- En relación al hábitat dentro de las UMAs será muy importante determinar su estado de conservación, y en caso de que se requiera, se deberán implementar medidas de restauración en hábitat perturbados (sobrepastoreo, agricultura), con la finalidad de conservar el tipo de vegetación o el tipo de hábitat compuestos de flora nativa que beneficie a la(s) especie(s) de lagomorfo(s) en la UMA. 6.- Previo al establecimiento de la UMA, y como parte del programa de monitoreo de la conservación del hábitat, se debe determinar la abundancia de la(s) población(es) en la UMA. En caso de ser posible se recomienda hacer una relación entre la abundancia de las especies de liebres y/o conejos con los diferentes tipos de vegetación. Se recomienda que los reportes técnicos de las UMAs sean evaluados por especialistas en lagomorfos (AMCELA) para evitar que por la falta de conocimiento se sobreestimen los tamaños poblacionales. Y en dado caso también se recomienda que se inviten a tesistas interesados en el tema que puedan ayudar a los técnicos en el trabajo de campo o en el análisis de los datos. 7.- También será necesario determinar la presencia y abundancia de los depredadores, así como de especies invasoras que se puedan convertir en competidores o en depredadores potenciales, y en dado caso de deberán controlar. 8.- Esta información será muy importante para poder ajustar las tasas de cosecha (sobre todo para el caso concreto de UMAS con especies factibles a manejo o aprovechamiento, como Sylvilagus floridanus, o Lepus californicus, que no son endémicas de México y cuyas poblaciones no están amenazadas. Y para el caso de UMAs con especies amenazadas esta información será de gran utilidad para decidir e implementar las medidas correctas de conservación y/o recuperación de las especies, y en dado caso, se realizar el control de la fauna exótica. 10.- Finalmente, es imprescindible que se realice una revisión detallada de las tasas de aprovechamiento actuales de lagomorfos, que al parecer es de 3 individuos por hectárea, lo cual en primer lugar no debe ser generalizado para

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todas las especies de lagomorfos, sobretodo considerando que de la mayoría de las especies existe poca información sobre el tamaño de sus poblaciones, pero que además aún para especies comercialmente viables, resulta un número muy elevado, ya que en un estudio poblacional reciente en la Reserva de la Biosfera de Mapimí, para la libre cola-negra, Lepus californicus especie de amplia distribución en Norteamérica, Portales 2006, estimó su densidad con valores máximos de 0.27 individuos por hectárea. Ajuste progresivo de cosecha y manejo Se recomienda que el ajuste progresivo de cosecha y manejo obedezca una estrategia adaptativa, en la que las condiciones de cosecha y manejo se realicen de manera conservadora el primer periodo del aprovechamiento y se evalúen al final del periodo, para que estos resultados se consideren para establecer las condiciones de cosecha y manejo para el segundo periodo, y así sucesivamente. De ésta manera, se estará evaluando periodo tras periodo las consecuencias de la cosecha y manejo sobre la población y habrá oportunidad de corregir tendencias que pudieran perjudicar a la población. Identificación de necesidades y vacíos El conocimiento sobre los parámetros demográficos básicos para el aprovechamiento de las poblaciones de lagomorfos en México es insuficiente, por lo que es una necesidad urgente obtener esta información a partir de estudios de abundancia de las poblaciones silvestres, así como de las poblaciones que actualmente se están aprovechando. Las UMAs donde se cazan lagomorfos pueden proporcionar información de los individuos de la población en relación al sexo, edad (adulto o juvenil), medidas corporales y peso, estado reproductivo, y número de fetos en el útero de las hembras gestantes. Otros aspectos importantes Considerar la posibilidad de que las UMAs incorporen estudiantes tesistas de licenciatura y posgrado para llevar a cabo los estudios poblacionales. Bibliografía

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TEPEZCUINTLE (Cuniculus paca) Elaboración del documento final Rubén Montes Pérez y Mónica Arcinicega Rossano Participantes en la Mesa de Trabajo Rubén Montes Pérez, UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE YUCATÁN [email protected] Mónica Arciniega Rossano, DGVS - SEMARNAT [email protected] Manuel Valdés, UNIDOS PARA LA CONSERVACIÓN, A. C. [email protected] Jesús Parroquín Pérez, INSTITUTO DE ECOLOGÍA. A. C. [email protected] Introducción Al tepezcuintle también se le ha denominado tepezcuinte, jaleb, lapa, laba, majáz, boruga, paca, perro de montes, conejo pintado, guagua o guardatinaja, dependiendo de la zona donde se distribuye (Sanvicente, 1995). Su ubicación taxonómica es la siguiente (Cockrum y McCauley, 1967; Wilson y Reeder, 1993): Reino: Animalia Subreino: Metazoa Superfilo: Deuterostomata Filo: Chordata Subfilo: Vertebrata Clase : Mammalia Subclase: Theria Infraclase: Eutheria Orden: Rodentia Suborden: Hystricomorpha Familia: Agoutidae (=Cuniculidae) Género: Cuniculus Especie: paca El género hoy válido, Cuniculus, tiene las siguientes sinonimias históricas: Mus, Coelogenys, Agouti, Stictomys (Wilson y Reeder, 1993). Los roedores histricomorfos presentan, como rasgos diagnósticos, un foramen infraorbital agrandado en el cual hay un paquete del músculo masetero que se dirige al rostro en posición anterior, donde se une a éste. El maxilar está acentuadamente ensanchado en la región posterior y es notoriamente distinto al del resto de las familias de roedores. La disposición y desarrollo del músculo masetero que presentan varias familias de histricomorfos, hace pensar que tienen un origen monofilético; sin embargo Wood (1974), argumenta que estos roedores surgieron de ancestros distintos en momentos diferentes,

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dos líneas evolutivas filogenéticamente relacionadas aparecieron en el Oligoceno temprano, las que dieron origen a los histricomorfos del nuevo mundo y a los ubicados en Africa; otra línea evolucionó en el Mioceno Tardío o en el Plioceno temprano, que originó a los histricomorfos del viejo mundo. Con base en este autor existen tres familias de histricomorfos del viejo mundo: Hystricidae, Petromydae y Thryonomidae. A los histricomorfos del nuevo mundo también se les ha denominado Caviomorfos, cuyas familias son Erethizontidae, Caviidae, Hydrochoeridae, Dinomyidae, Dasyproctidae, Chinchillidae, Capromyidae, Myocastoridae, Octodontidae, Ctenomyidae, Abrocomidae y Echimyidae. La familia Dasyproctidae está constituida por tres géneros Cuniculus, Myoprocta, Dasyprocta, los cuales habitan las selvas tropicales y subtropicales de México, Centro y Suramérica. Wilson y Reeder (1993) difieren de la clasificación anterior, mencionan que existe la familia Agoutidae, la cual presenta un solo genero Agouti, que es distinta a la Dasyproctidae, bajo este sistema de clasificación, la familia Agoutidae está representada por dos especies A. paca y A. taczanowskii. A su vez, la especie A. paca también presenta dos subespecies: A. paca nelsoni Goldman, 1913 y A. paca virgatus Bangs, 1902. La primera se distribuye en México, Guatemala, Belice, Honduras, Nicaragua, norte de Costa Rica, y la segunda se distribuye en Costa Rica, Panamá, Perú, Ecuador, Venezuela, Paraguay, Colombia, Brasil, las Guayanas y el norte de Argentina. Es de interés hacer notar que, desde 1984, una opinión oficial de la Comisión Internacional en la Nomenclatura Zoológica (ICZN) resolvió la validez de la familia Cuniculidae y del género Cuniculus como categorías taxonómicas válidas que substituyen a los taxones Agoutidae y Agouti (Ramírez-Pulido et al., 2005). En México, se ha reportado la existencia del tepezcuintle en los estados de Hidalgo, Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Campeche, Yucatán, Quintana Roo, Chiapas y Oaxaca. Los tepezcuintles presentan pelaje corto y brillante, cuyas coloraciones varían de pardo oscuro a rojizo; en los costados tienen cuatro a cinco líneas longitudinales de manchas blanquecinas, que llegan a las piernas. En el vientre el pelaje es pardo claro o banquecino. Las orejas son pequeñas, así como la cola, que mide de 2 a 3 cm de longitud. La complexión del cuerpo es regordeta; sin embargo, son animales ágiles y pueden saltar alturas hasta de medio metro. La longitud corporal desde el hocico a la base de la cola es variable, entre 60 y 75 cm. La cabeza es ancha principalmente debido al ensanchamiento de los arcos zigomáticos, que están más desarrollados en el macho que la hembra. En los machos, la expansión del arco depende de la edad del animal; en los juveniles el arco no está desarrollado, pero en adultos es muy prominente. El arco zigomático funciona como una cámara de resonancia, el cual le permite emitir sonidos similares a ladridos e incluso gruñidos, acciones que ejecutan cuando están sometidos a estrés (Sanvicente, 1995). Las patas son cortas y delgadas, las anteriores más cortas que las posteriores. Poseen cuatro dedos desarrollados y uno rudimentario en las patas anteriores, y cinco dedos bien desarrollados en las patas posteriores (Montes, 1997). Los animales adultos pesan de 6 a 14 kg, dependiendo de la región geográfica o de la calidad de la alimentación; por ejemplo, campesinos de los estados de Campeche y Quintana Roo han mencionado al menos un ejemplar de 8 kg. Los tepezcuintles no presentan dimorfismo sexual notorio en etapa infantil ni juvenil, solo en estado adulto (cuando el arco zigomático ya ha aumentado de tamaño). Así, para

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confirmar el sexo se necesita examinar los órganos sexuales externos, los cuales están relativamente ocultos en animales jóvenes. Esta especie tiene actividad nocturna la cual inicia al atardecer, alrededor del crepúsculo y termina a la mañana siguiente, aproximadamente al amanecer. En las noches en que hay luna llena permanecen ocultos en sus madrigueras, aunque ocasionalmente pueden deambular inclusive en algunas horas del día. Los tepezcuintles son monógamos y territoriales, por lo tanto viven en parejas que comparten ocasionalmente una misma madriguera, pero también se ha observado que cada miembro de la pareja puede ocupar una madriguera separada. Los hábitat característicos de los tepezcuintles incluyen selvas (mediana subperennifolia, subcaducifolia, caducifolia y bosque denso lluvioso), pero también se les encuentra en pantanos, en las cercanías de manglares, en vegetación secundaria cercana a cuerpos de agua y hasta en plantaciones agrícolas. Sus hábitos de alimentación son frugívoros, folívoros y granívoros. Tienen preferencia marcada por frutos dulces y carnosos, pero también son capaces de alimentarse con follaje de arbustos y árboles como Brosimum alicastrum y Licaria capitata. Su reproducción es continua a lo largo del año; sin embargo, presentan dos períodos de mayor frecuencia de celos fértiles, en los meses de noviembre y mayo, lo que se traduce en dos períodos de mayor frecuencia de partos, en marzo y septiembre. La gestación dura 114 días, con variación de entre 85 y 156 días. El ciclo estral dura en promedio 31.16 días, con variación entre 12 y 67 días. La edad en que los tepezcuintles inician su primer ciclo estral es entre los cuatro y siete meses, pero su madurez sexual plena ocurre a los diez meses de edad y, particularmente en los machos, a los 12 meses. El intervalo entre partos es de 178 a 190 días y paren de uno a dos crías (Smythe y Brown, 1995; Montes, 1997). Estos histricomorfos tienen la capacidad de producir crías capaces de moverse y alimentarse por sí mismas desde el primer día de nacidos (precoces). Aspectos poblacionales más relevantes para la determinación, la práctica y el ajuste de la cosecha sustentable en UMA. Escala geográfica Con base en lo que se conoce de la biología del tepezcuintle, se propone el análisis a nivel de dos escalas geográficas: 1.- Dimensión a nivel de parches continuos de hábitat, en función de que la movilidad de los tepezcuintles puede variar conforme a cambios estacionales de la vegetación, por la presión de cacería o por la modificación del hábitat y, por otro lado, debido a que los predios de las UMA extensivas pueden ser relativamente pequeños, entre 40 y 1000 Ha en el sureste de México y muchas veces colindan con otros predios que están dentro del mismo parche de vegetación. Así, considerar el parche general de vegetación es adecuado, pues podría funcionar como hábitat donador de tepezcuintles y otras especies, más que cada UMA aislada. Entonces una primera aproximación para el estudio poblacional podría incluir varios predios que converjan dentro de un mismo parche de

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vegetación; para efectuar este análisis se tendría que tener un panorama al menos al nivel municipal de este tipo de información del paisaje. La escala que podría utilizarse es de 1:50,000 (Swain, 1998). 2.- Dimensión del predio en particular, este análisis es el segundo paso para determinar las características de la vegetación, ahora en el predio donde se establece la UMA. Para efectuarlo se necesita mayor nivel de precisión y exactitud, y la escala recomendada para analizarlo es de 1:25,000, de manera que se puedan observar detalles del predio en superficies de 0.5 Ha (100 x 50 m) (Swain, 1998). En relación con este aspecto, se ha informado que el ámbito hogareño del tepezcuintle es de 2 a 3 ha; por tanto el análisis de superficies, adecuado para esta especie a detalle, es congruente con la escala propuesta (Parroquin, 2004). Es importante que se disponga una base de datos que describa la caracterización predial, los documentos necesarios son: polígono cartográfico, esta fuente de información podrían ser obtenido de los Comités agrarios estatales, Registro Nacional Agrario o la Secretaría de Desarrollo Rural y Ganadería del estado, otros documentos que es importante obtener son fotografías aéreas o satelitales recientes de la zona donde se encuentra el predio (especialmente no más antiguas que 3 años). Ahora bien, sería deseable que una vez establecida la ubicación y condiciones de los parches de mayor magnitud, dentro de una entidad federativa dada (o varias), se propusiera el establecimiento de un subconjunto del SUMA a nivel estatal, con lo cual se podrían formar corredores biológicos, así mismo aumentarán las dimensiones del hábitat mediante predios colindantes. Estimación de la densidad poblacional Se aplicarán dos metodologías para estimar la densidad poblacional del tepezcuintle:

1. Conteo de madrigueras de animales residentes en el área, dividiéndolo por 3.5 (i. e. el número de madrigueras usado por un individuo promedio; Parroquín, 2004). El desarrollo de esta metodología consiste, en general, en la división del predio en parcelas con superficies de al menos 10 ha. Se ubicarán cinco muestras al azar, elegidas del total de parcelas; para predios muy grandes se seleccionarán por lo menos el 5 % del total de las parcelas que ocupen el predio. En las parcelas seleccionadas se localizan y marcan las madrigueras de los tepezcuintles, debe confirmarse la ocupación efectiva de la madriguera, mediante los sonidos que usualmente emite el animal desde el fondo del mismo. La unidad muestral es la parcela.

2. Conteo de animales por el método de transecto lineal. Se aplicará el método

descrito por Mandujano (1994).

Se establecen al menos cinco transectos lineales de al menos 2 km de longitud en el predio de estudio, los transectos se colocan al azar y se geo-posicionan con GPS. Se efectúan recorridos en la madrugada (5 a 7 a.m.) o al anochecer (5 a 7 p.m.), se registra la distancia radial y el ángulo de observación entre el observador y el ejemplar. A partir de estos datos se procesan con los modelos descritos por Bunrham et al. (1980), la estimación de los parámetros del modelo y la densidad poblacional, se puede efectuar con los programas Transect o Distance.

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Una vez obtenidas las estimaciones con estas metodologías, se empleará aquella que muestre un coeficiente de variación menor o igual al 20% y un intervalo de confianza reducido. En caso de que ambos métodos rebasen el 20% de coeficiente de variación o sus intervalos de confianza sean amplios, entonces se promedian, este promedio se utiliza como valor final, para ser aplicado en el modelo de cosecha. Es muy importante hacer notar que aun cuando el muestreo sea representativo, la densidad obtenida no debe entenderse como aplicable a todo el predio, sino solamente a aquellas áreas con hábitat adecuado para el tepezcuintle.

Protocolo de trabajo para el seguimiento de la población orientado a detectar la condición inicial y tendencias de ésta

Este protocolo estará constituido por los siguientes componentes:

1. Estimación de la densidad poblacional cada año, utilizando la misma metodología. 2. Graficar la densidad poblacional respecto al tiempo. La gráfica debe contener dos

ejes: el eje horizontal (x) correspondiente al tiempo en años y el eje vertical (y) correspondiente a las densidades poblacionales obtenidas. Se colocarán las medias de estimaciones poblacionales anuales y sus respectivas desviaciones estándar. Se anexarán a cada gráfica anual los comentarios pertinentes sobre la tendencia poblacional y la conclusión que se infiere de los resultados.

Formato óptimo para la captura de datos de campo

Los datos de campo serán tabulados con base en el siguiente formato para cada método: Para el método de conteo de animales en madriguera, se utilizará: Censo No._______________________________ Fecha___________________________________Hora______________________

Número y

geoposición del cuadrante

Cantidad y tipo de cuerpos de agua dentro

del cuadrante

Cantidad de madrigueras

ocupadas

Tipo de vegetación dentro

del cuadrante

*Observaciones: Señalar los eventos naturales o antropogénicos que acontecen durante cada ciclo anual (inundaciones, sequía, incendios, huracanes, cambio de tipo de suelo, remoción de vegetación, asentamientos humanos irregulares).

Fecha de colocación

del transecto

Número de transecto,

su longitud y ubicación

con GPS

Fecha de recorrido

No. de individuos

avistados en cada

observación

Distancia efectiva al punto de

observación

Ángulo del avistamiento

Distancia perpendicular

del avistamiento al transecto

Tipo de vegetación

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*Observaciones: Deben anotarse eventos naturales o antropogénicos que acontecen durante cada ciclo anual (inundaciones, sequía, incendios, huracanes, cambio de tipo de suelo, remoción de vegetación, establecimiento de asentamientos humanos irregulares). Algoritmos recomendados para calcular los parámetros poblacionales para la cosecha sustentable.

1. Método del conteo de madrigueras de los animales residentes en el área. Se calculará la exactitud (intervalo de confianza al 95%) y la precisión (coeficiente de variación, cuya meta es no superar el 20%) estadística de la estimación. La unidad muestral es el cuadrante (parcela). La elección de al menos 5 unidades de muestra se realizará por tabla de números aleatorios, habiéndolas numerado previamente. Una vez hecho el conteo de animales en el total de las muestras se estimará el error estándar, para luego obtener el intervalo de confianza al 95% del tamaño poblacional y el coeficiente de variación (Steel y Torrie, 1989).

2. Los algoritmos que deben emplearse, para hacer la estimación poblacional por el

método de transecto en línea, son los indicados por Mandujano (1994) y Burnham et al. (1980). Los datos obtenidos en la hoja de campo se introducirán al software Transect o Distance para ser procesados. Los resultados arrojados por el programa serán impresos y anexados al informe de la estimación.

3. Una vez obtenidos los datos de campo, es importante evaluar la existencia de

algún criterio de estratificación de estos datos (diferenciación según los atributos naturales de las parcelas de donde se obtuvieron); es probable que una estratificación a priori pudiera ser artificial, debido al criterio del analista, por ejemplo, el estratificar por tipo de vegetación la estimación poblacional pudiera ser no representativo bajo ese criterio, cuando los parches de vegetación son pequeños y están contiguos a una gran diversidad de parches en diferentes etapas de sucesión; sin embargo, después de un análisis cuidadoso, se podría encontrar que la estratificación por cercanía o lejanía de cuerpos de agua, o por cercanía o lejanía de áreas de cultivo podría indicar diferencias significativas en la estimación poblacional del tepezcuintle en el predio en estudio, por tanto se efectuaría una estratificación a posteriori, con base a las características del entorno en cada UMA, en virtud de que podría buscarse así un criterio fiable de estratificación natural (Manly & Navarro, 2006).

4. Es conveniente añadir, en los informes de estimación de densidades y cosecha, la

hoja de cálculo original, para tenerlo disponible en una base de datos para eventuales revisiones de los análisis.

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Aspectos del hábitat del tepezcuintle Cuniculus paca, relevantes para la conservación y la gestión de la cosecha sustentable en UMA Aspectos de hábitat más relevantes para la determinación, la práctica y el ajuste de la cosecha sustentable en UMA.

a) Determinar las especies vegetales dominantes y secundarias, para los parches de vegetación, destacando su distribución espacial.

b) Determinar el tipo de suelo y su distribución espacial. c) Ubicar la presencia, permanencia y distribución de cuerpos de agua. d) Ubicar las diferentes unidades de producción y de influencia antropogénica en el

predio: zonas agrícolas, zonas pecuarias, zonas de asentamiento humano, zonas contiguas del parche de vegetación en la UMA con los de otros predios.

e) Estimar la cantidad de biomasa de las principales especies vegetales que consume el tepezcuintle, por periodo estacional, considerando su disponibilidad real para los animales y la parte de la planta que se consume.

f) Determinar el estado nutricional y de salud de ejemplares capturados: peso, condición del pelaje, entre otros. Los ejemplares cazados, contenidos en la tasa de aprovechamiento, serán examinados para obtener la siguiente información:

1. Nivel y tipo de ectoparásitos. 2. Cantidad de hembras y machos capturados. 3. Cantidad de hembras gestantes. 4. Cantidad de fetos por hembra gestante.

La elección de estos datos procede de Ortiz-Martínez et al. (2005); Aquino y Calle (2003) y Zapata-Ríos (2001).

Protocolo de trabajo recomendado para el seguimiento de hábitat orientado a detectar su condición inicial y sus tendencias.

Este protocolo está constituido por dos componentes: Componente 1 Caracterización de los tipos de vegetación, caracterización edáfica e hidrológica del predio a través de cartas respectivas (hidrológicas, edáfica y mapas de vegetación satelital o fotografías aéreas del año más cercano; a lo más, 3 años anteriores). Esta parte consiste en describir los rasgos biológicos y físicos que constituyen el hábitat de las especies que se pretende conservar y aprovechar en la UMA en estudio; sin embargo, esta descripción necesita efectuarse mediante información de los tipos de vegetación dentro y alrededor del predio en estudio, así como los tipos de suelos, geología y presencia de cuerpos de agua superficial o la cuenca hidrológica. Para conseguir esta descripción es necesario disponer de mapas y fotografías aéreas o imágenes satelitales, que revelen la situación del predio y de los terrenos contiguos, debido a que las poblaciones animales se movilizan de un predio a otro en función de las características del hábitat o de algún otro evento (como la producción estacional de fruta). Procediendo así, el estudio no quedaría reducido a un predio en particular, principalmente cuando existen parches de vegetación relativamente grandes que abarcan varios predios contiguos. La información obtenida a partir de estos materiales, es el punto de partida para efectuar la caracterización del hábitat de las especies

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sujetas a conservación y aprovechamiento. También es importante efectuar la supervisión de los diferentes sitios que pueden funcionar como hábitat donadores y receptores de poblaciones de fauna, en virtud de que tales hábitat pudieron haber sido modificados, o no, en el lapso transcurrido a partir de la elaboración del mapa y el momento en que se inicia el estudio del hábitat; por este motivo se considera adecuado que los mapas, imágenes y fotografías no tengan una antigüedad mayor de tres años a partir del inicio del estudio en cuestión (Swain, 1998). La caracterización será estructurada mediante un documento que contenga lo siguiente:

1. Portada que indique el título de esta sección, con fecha, nombre del predio, ubicación del polígono en coordenadas geográficas o UTM, nombre del ejido o de la propiedad privada, nombre del representante legal y de la asociación (si fuera el caso) y nombre del responsable técnico.

2. Mapa de la distribución espacial de los diferentes tipos de parches de vegetación geo-posicionados, en éste deben estar identificados cada uno de los tipos de vegetación mediante una clave o leyenda, dentro del mapa o fotografía o imagen, así como su escala y la fuente de información que lo proporcionó. También debe contener el tamaño de cada tipo de parche. Debe haber una descripción de las especies vegetales dominantes, número de estratos y comentarios sobre el estado de conservación de la vegetación nativa, así como de los cultivos actuales, praderas y alguna otra zona que haya sido manejada (por ejemplo, zonas de roza, tumba y quema). Es muy recomendable enfatizar la presencia y distribución de especies vegetales de reconocida importancia para la alimentación del tepezcuintle.

3. Mapa de caracterización de los tipos de suelo, geología y cuerpos de agua (o de la cuenca hidrológica). Cada mapa debe tener información acreca de la escala, estar geo-referido y contener una clave o leyenda dentro del mapa, que identifique claramente cada rasgo físico mencionado. Finalmente, debe tener una sección de comentarios que describa o analice las variaciones que presentan los rasgos biológicos y físicos a lo largo de cada ciclo anual (Swain, 1998).

Componente 2 Medición de los indicadores de parasitosis, densidad poblacional, productividad bruta y productividad reproductiva de animales cazados. Graficar cada parámetro mencionado respecto al tiempo. La información obtenida en la sección 1, sirve de sustento para identificar el potencial que tienen los rasgos biofísicos del predio como hábitat donador o receptor de las poblaciones destinadas a la conservación y/o el aprovechamiento, pero la información precisa que permitiría evaluar el estatus de conservación de las poblaciones objetivo, lo brinda el nivel de parasitosis (endo o ectoparásitos), el virtud de que éste rasgo es reflejo de la resistencia o resiliencia en la interacción parásito-hospedero. Por ejemplo, un grado inusualmente alto de infestación reflejaría problemas en esa población de tepezcuintle. Por otra parte, la calidad y nivel de nutrición que proporciona el hábitat a las poblaciones en estudio, se manifiestan en la reproducción e indirectamente también en las parasitosis; de aquí entonces que la medición de rasgos reproductivos

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de animales cazados, brinda información importante: cantidad de hembras gestantes, productividad bruta, que es la cantidad de fetos que tienen las hembras gestantes; la productividad reproductiva que es el producto de la cantidad de fetos por la cantidad de partos al año, que produce la hembra. Y finalmente la densidad poblacional, que es la suma algebraica de la reproducción, inmigración, emigración y mortalidad que experimenta la población en cuestión. La información sobre el nivel de parasitosis, la productividad bruta y reproductiva, así como la densidad poblacional, debe organizarse en cuadros para cada período de análisis el cual es, al menos, anual. De esta manera dicha información podrá ser analizada mediante gráficas cartesianas, donde habrá dos ejes verticales, uno corresponde a la productividad reproductiva y el otro a la densidad poblacional, siendo el eje horizontal el periodo o año de análisis. De esta manera podrán observarse más fácilmente las tendencias en los cambios reproductivos y poblacionales en un período de tiempo (Bodmer et al., 1997; Overstreet, 1997).

Formato óptimo para la captura de los datos de campo Calendario de las actividades realizadas en las UMA

ACTIVIDADES ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC Monitoreo de los

individuos y madrigueras

Resultados (R) R R R R R R R R R R R

Cacería con base en la tasa de

aprovechamiento y recolección de

datos de los ejemplares

cazados

Resultados en

formularios especiales R R R R R R R R R R R

Mes de lluvia Descripción

de incidencia

D D D D D D D D D D D

Mes de sequía Descripción

de la misma

D D D D D D D D D D D

Verificación de campo de la vegetación

Descripción del estado de cada parche

D D D D D D D D D D D

Entrega del reporte mensual

Fecha F F F F F F F F F F F

Resumen de parámetros indispensables para la gestión de la cosecha sustentable.

a) Mapeo de los diferentes tipos de vegetación y su distribución espacial. b) Mapeo de las madrigueras en el predio. c) Mapeo de cuerpos de agua. d) Peso del animal cazado (Pa) e) Porcentaje de animales notoriamente parasitados (Ap) f) Productividad bruta (Pb): numero de fetos por hembra gestante.

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g) Productividad reproductiva (Pr): Productividad bruta x numero de partos por hembra al año.

h) Se graficará el porcentaje de animales parasitados, productividad bruta y productividad reproductiva contra el año. En el eje X se coloca el año, en el eje Y se colocan Pa, Ap, Pb, Pr

Donde: Pa= peso del animal cazado Ap= porcentaje de animales parasitados Pb= productividad bruta Pr= productividad reproductiva

(Bodmer et al., 1997; Aquino y Calle, 2003)

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Aspectos de conservación del tepezcuintle Cuniculus paca, en la gestión de la cosecha sustentable en UMA

Procedimiento para la determinación de viabilidad biológica de la cosecha en el área de una UMA Un método adecuado para determinar la viabilidad biológica de la cosecha, es el de “Reclutamiento de stock” (Bodmer et al., 1997), el cual tiene la virtud de evaluar el resultado de la cosecha a partir de la capacidad de carga del hábitat (K) y de los cambios de la población de un tiempo t al siguiente período de tiempo t+1. Existe una relación entre los tamaños de población entre t y t+1, la cual puede ser medida si se conocen K y el rendimiento máximo sostenido (RMS) que, para especies como el tepezcuintle, debe ser del 60% de K (Robinson y Redford, 1991). Con base en la Figura 1 (Figura 7.6 de esta referencia), la cantidad de animales cosechados debe establecerse en la región cercana a un tamaño de población cercano a K y por arriba del RMS, porque en esta región de la gráfica, la población base es suficientemente grande para que la extracción de los ejemplares no disminuya a esta población; por lo tanto, las desviaciones producidas por algún error en la estimación poblacional o en el cálculo de la tasa de extracción no dañarían sensiblemente a la población base. La figura muestra una gráfica que describe el modelo. En esta misma gráfica se muestra la curvatura convexa sobre la línea diagonal a 450, esta curvatura representa el reclutamiento de la población, sobre la cual se ejecuta la extracción; por tanto, se remueven los animales reclutados manteniendo al propio tiempo la población base, que está representada por la diagonal.

Figura 1.

En caso afirmativo de viabilidad, algoritmo para la determinación de la cuantía y periodicidad de la cosecha sustentable en una UMA

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La determinación de la viabilidad de la cosecha se puede efectuar a partir del siguiente algoritmo: Densidad o tamaño de población actual estimada x 100 P = ------------------------------------------------------------------------------

Densidad o tamaño de población, a la capacidad de carga

P es la proporción de la población actual estimada respecto a la población en la capacidad de carga para dicho hábitat, tal que se ubica en la diagonal de la gráfica 7.6 (Figura 1), dicho valor se puede encontrar entre RMS y K, es decir por arriba del 60% de K (caso 1) o entre cero y RMS (caso 2), es decir por debajo del 60% de K. Si se encuentra en el caso 1, entonces la población puede estar sujeta a aprovechamiento extractivo, pero si se encuentra en el caso 2, primero se debería aumentar el tamaño de la población base para intentar efectuar el aprovechamiento sin poner en riesgo a la misma (Bodmer et al., 1997).

Métodos para la determinación del calendario de las actividades de cosecha en una UMA

Se deberán realizar los estudios de estimación poblacional y la estimación de cosecha, previamente a cualquier disposición institucional que permita el aprovechamiento. Este procedimiento debe realizarse periódicamente, cada año. El tepezcuintle, por ser una especie de reproducción continua a lo largo del año y por tener una tasa de crecimiento moderada (λmáx mayor a 1.5) (Robinson y Redford, 1991), así como una alta supervivencia de neonatos, debido a que nacen precoces y son capaces de alimentarse por ellos mismos desde el primer día de nacidos, permite concentrar la atención en cuidar la cantidad de alimento, las áreas de refugio y de parto de crías. Es importante evitar la extracción de ejemplares durante el período en el cual hay mayor cantidad de nacimientos, que es en marzo-abril y agosto-septiembre (Montes, 1999).

Descripción de los modos de cosecha aceptables, incluyendo métodos de campo y previsiones para cosecha diferencial por sexos y edades, u otros criterios, si aplica el caso

Se utilizarán dos métodos de cosecha, en virtud de que el primero podrá ser utilizado cuando no se conozcan los valores de Productividad bruta ni Productividad reproductiva. El segundo modelo es el adecuado, porque mide los indicadores mencionados. Modelo 1. Cosecha de Robinson y Redford (1991). Se fundamenta en dos parámetros, cuyo algoritmo es:

Pmax (D) = (D* λmax) - D H = Pmax - M Donde:

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Page 413: Mamifero Vida Silvestre

Pmax (D) es la producción máxima anual a la densidad estimada. D es densidad estimada. λmáx es la tasa máxima finita de incremento correspondiente a la especie aprovechada, que para el tepezcuintle es de 1.95 (Robinson & Redford, 1991). H es cosecha M es mortalidad natural

Modelo 2. Modelo de cosecha de Bodmer et al., (1997). Este modelo utiliza los indicadores de productividad bruta y productividad reproductiva y el ajuste de la cosecha con base al valor de Rendimiento máximo sostenido (RMS), mencionado por Robinson y Redford (1991) para los casos de especies de vida tanto muy corta, como corta y larga. Productividad bruta (Pb) es número de fetos por hembra gestante. Se procede a estimar la productividad reproductiva (Pr): Productividad bruta x numero de partos por hembra al año. (De) (Pb * Pr) C = -------------------------------------------- 2 C es cosecha en crías/año/km2 De es la densidad estimada en el estudio de campo, en animales/km2 Una vez obtenido el valor de C, se relaciona con la RMS, que para el tepezcuintle puede considerarse de 20%, con base en la longitud de su vida. El algoritmo empleado para determinar la sustentabilidad de la cosecha es: Densidad cacería Sust = ------------------------- Cosecha Sust es la sustentabilidad de la cosecha en unidades abstractas, que deben ir de 0.01 a 0.20 Densidad de cacería, en unidades de animales cazados/año/km2 Cac es la cosecha aceptable calculada, en animales/año/km2

Cualquier valor de Sust superior a 0.20 se considera no sustentable y la población sujeta a aprovechamiento estaría en riesgo de desaparecer en el predio, si se sujeta a aprovechamiento extractivo. Indicadores de los efectos de la cosecha sobre la propia población y protocolo de seguimiento y el análisis recomendado para éstos. Los principales indicadores del efecto de la cosecha son: gráficas de seguimiento multianual de las estimaciones poblacionales y de los efectos del hábitat sobre la población animal, a través de Ap, Pb, Pr (véanse las descripciones más arriba), las cuales indicarán las tendencias a lo largo del tiempo. Por esta misma razón es necesario revisar las tendencias antes de solicitar la tasa de aprovechamiento. Estas tendencias pueden indicar tres escenarios: Estabilidad del efecto de la cosecha, cuando las estimaciones

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poblacionales, Ap, Pb y Pr se mantienen dentro de un intervalo de variación que no pone en riesgo a la población base. Disminución, cuando el intervalo de variación desciende a lo largo del tiempo e, Incremento, cuando este intervalo de variación aumente, lo cual debe motivar atención especial. También es necesario elaborar mapas de ubicación de las madrigueras ocupadas cada año, para saber la tendencia de movilización y uso diferencial respecto a los sitios de anidación y refugio de la población de tepezcuintles, lo cual puede reflejar el comportamiento de las poblaciones por efecto de cacería, depredación o competencia con otras poblaciones. Criterios y métodos para el ajuste progresivo de la cosecha en una UMA (incluyendo el caso de eventual suspensión) con base en los resultados del monitoreo de población y de hábitat considerando los efectos de la cosecha en cada lapso. Es importante que se elabore la Grafica 1, en la que se coloca en el eje X el año y en Y la tasa de aprovechamiento autorizado y el aprovechamiento real. Esta gráfica debe contener al pie un texto que explique las diferencias (si las hubo) y las causas por las que, se estima, esto sucedió. Gráfica 1

tasas de aprovechamiento anual

0

5

10

15

20

25

1 2 3 4 5 6

año

cant

idad

de

anim

ales

ap

rove

chad

os

tasa extraida tasa autorizada

También se debe elaborar un diagrama como el de la Gráfica 2, que relacione la cantidad de madrigueras ocupadas a lo largo del tiempo (año con año). Esta gráfica coadyuva a interpretar la congruencia de los resultados de la Ggráfica 1, pues si la gráfica de la tasa de aprovechamiento está funcionando de acuerdo a lo autorizado, sin tendencias negativas, entonces la cantidad de madrigueras en el predio debiera reflejar una situación comparable. Gráfica 2

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Ocupación anual de madrigueras

0

20

40

60

80

100

120

1 2 3 4 5 6años

mad

rigue

ras

ocup

adas

Recapitulación y recomendaciones Bases esenciales para la conservación Es conveniente efectuar los mapeos de tipos de suelo y vegetación cada tres años, porque permitirían caracterizar cambios y la dinámica florística, posibilitando relacionarlos con el mapeo de madrigueras de A. paca para cada predio. Es conveniente planificar el establecimiento de un sistema agroforestal con especies nativas con potencial forrajero y frutales para la alimentación de la(s) especie(s) que se maneja(rán) en la UMA. Se recomienda utilizar especies nativas, especialmente arbóreas, combinadas con especies de ciclo corto. El siguiente Cuadro muestra una lista de las especies que pueden considerarse para este propósito. Cuadro 1. Alimentos observados de consumo por tepezcuintles Cuniculus paca nelsoni

Frutas Verduras Hojas Semillas y Granos

Tubérculos y Raíces

Aguacate* Calabaza Ramón Ramón Camote* Papaya Betabel Cnidoscolus Mango Colinabo Mango* Pepino Leucaena Aguacate Nabo Melón Chayote Gymnopodium Maíz* Yuca Sandía Zanahoria Repollo Arroz

Plátano* Romanita Trigo Mamey Espinaca Pich Ciruela Guazuma

Chicozapote Guarumo Talisia Álamo

Maracuyá Piña

Mandarina* Guanábana Tamarindo Naranja*

Nance

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Saramullo Tomate Guayaba

Montes y Reid (2000). Ajuste progresivo de la cosecha y manejo Cuando no exista información sobre la capacidad de carga (K) para el tipo de hábitat que existe en la UMA, entonces no será posible aplicar el método de reclutamiento de stock para medir la viabilidad de la población ni la sustentabilidad de la cosecha. Entonces se necesita recurrir a otro criterio para tratar de mantener la viabilidad poblacional sujeta a aprovechamiento extractivo; para ello se puede tomar como punto de partida la información generada por la FAO respecto a animales domésticos. Se propone conservar como mínimo un tamaño efectivo de población de 50 animales adultos (Ne = 50), de los cuales 25 son hembras y 25 machos, ambos fértiles; si el sistema de apareamiento es libre, cada individuo tiene la capacidad de producir un descendiente a la próxima generación. Con esta población efectiva, la tasa de endogamia alcanza el 1% en cada generación (Echeverría et al., 2002). Con base en este Ne, entonces el tamaño de la población base debiera ser mayor a 50, debido a que no se contabilizan los machos y hembras con capacidad reproductiva pero que no se reproducen por diferentes circunstancias (Echeverría, 2005). También se propone validar la técnica de remoción controlada, como recurso accesorio para estimar la densidad poblacional. El algoritmo que se puede utilizar es el utilizado por (Soms, 1985), este algoritmo se ejecuta por el programa Capture o Mark www.warnercnr.colostate.edu/~gwhite/software.html Adicionalmente, con los datos generados por la aplicación de esta metodología se podrá calcular la tasa de cosecha sustentable, con base en la productividad bruta y en la productividad reproductiva (Bodmer et al., 1997). Es conveniente aplicar el método de reclutamiento de stock (Bodmer et al., 1997), siempre y cuando se disponga de información sobre capacidad de carga del hábitat, para mantener la población base dentro de diferentes tasas de aprovechamiento, estimadas con el método de cosecha sustentable. Identificación de necesidades y vacíos Se considera necesario promover la incorporación al SUMA de los predios que hacen aprovechamiento de roedores para la alimentación como A. paca y D. punctata y que aun no están establecidos como UMA. Respecto a los parches de vegetación que se extienden entre dos o más comisarías, dos o más municipios e incluso entre dos o más estados, se torna importante iniciar las gestiones para que estos parches se mantengan sin fragmentación ni deterioro, mediante acuerdos con las autoridades políticas, propietarios de predios y otros actores involucrados en el manejo de estos recursos, para facilitar la toma de decisiones hacia el establecimiento de nuevas UMA extensivas.

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Page 417: Mamifero Vida Silvestre

Es necesario que se apoye a los representantes técnicos y legales de UMA, para que efectúen adecuadamente los procedimientos técnicos de estimación, caracterización y cálculo de aprovechamiento, así como efectuar supervisión para la correcta aplicación de los métodos indicados en este documento. Debe promoverse la participación de representantes técnicos y legales de UMA con instituciones de investigación y docencia con apoyo de agencias financiadoras y OSC, para someter a prueba los métodos de análisis poblacional sugerido en esta sección. Se recomienda ampliamente promover la capacitación de técnicos en manejo de UMA, con énfasis en las distintas especies a tratar; sea a través de Diplomados o de otros tipos de cursos. Es importante promover la difusión de la importancia del tepezcuintle, por sus rasgos ecológicos y sociales, en términos de sus antecedentes históricos y relevancia cultural, derivados de su cualidad como uno de los alimentos más finos consumidos en el neotrópico. No debe olvidarse el fomento de la investigación (en este momento se considera especialmente importante el estudio de la conducta del tepezcuintle por medio de radiotelemetría). Se recomienda enfáticamente dedicar atención al rediseño y cambio de los formatos actualmente registrados para los aprovechamientos. Otros aspectos importantes Se propone modificar la metodología del conteo de animales en madrigueras, en términos de no contar aquellas madrigueras que muestren solamente huellas, debido a que esta acción podría sobrevalorar el conteo, debido a que los tepezcuintles pueden ocupar dos o más madrigueras en un lapso determinado, o una sola en diferentes períodos; al contar las huellas en una madriguera y luego contar otra donde se encuentra realmente el animal, se corre el riesgo de contabilizar dos o más veces al mismo animal. Los formatos rediseñados y aprobados, una vez generada la información tanto en los aprovechamientos para uso de consumo como en los de cacería con otros fines deberán ser debidamente entregados a la Dirección General de Vida Silvestre (SEMARNAT), a la Delegación estatal y a una Institución Educativa en el estado correspondiente, para su análisis (en el caso de Yucatán, el IES). Bibliografía Aquino R. y A. Calle. 2003. Evaluación del estado de conservación de los mamiferos de

caza: un modelo comparativo en comunidades de la Reserva Nacional Pacaya Samiria (Loreto, Peru). Revista Peruana de Biología, 10: 163-174.

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A MODO DE CONCLUSIÓN Los resultados obtenidos por el grupo de expertos que participaron, en cada una de las Mesas temáticas, proveen líneas de interés para orientar –y reorientar progresivamente– programas de conservación y gestión para el uso sustentable de varias especies de aves y mamíferos silvestres en México de mayor interés directo, particularmente en el contexto de las UMA. Asimismo, ofrecen un panorama representativo de los avances actuales y de los temas pendientes de desarrollo en cada caso tratado. Sin duda este ejercicio colectivo de análisis, debate y búsqueda de consenso, representó una experiencia novedosa cuyo resultado ha provisto indicios alentadores de lo que puede lograrse manteniendo este enfoque crítico y objetivo, en busca de la integración y actualización permanente de los aspectos científicos y técnicos para la conservación de especies silvestres y sus hábitat. Esa integración y actualización deben irse reflejando progresivamente en métodos y técnicas de clara aplicación práctica, útiles para personal de los gobiernos y de UMA que tiene a su cargo programas de conservación de vida silvestre. La presente compilación significa un paso en la incorporación progresiva de los resultados de la investigación científica a la gestión para la conservación de especies silvestres y sus hábitat en México pero, claramente, no es un punto de llegada sino más bien de partida y referencia. La expectativa de las instituciones y la organización que auspiciaron de los Talleres es que, con base en esta experiencia, pueda darse mayor solidez a futuras acciones de conservación de especies y de sus respectivos hábitat. Para lograr ese objetivo será indispensable instaurar la realización periódica de estos talleres, en lapsos adecuados, en un programa permanente dirigido a la revisión de estos grupos de especies y otros que, por su importancia, se vayan detectando. La coordinación de los Talleres sugiere que, de tomarse el reto de generar un proceso permanente de análisis y desarrollo de herramientas prácticas con este propósito, se haga énfasis en aspectos de escalas geográfica y de tiempo; de una mejor definición de poblaciones, para fines de manejo; de continuidad y funcionalidad de las poblaciones y sus hábitat; de metapoblaciones; de historia de vida; y de estructura, dinámica y manejo adaptable de poblaciones, entre otros. Crear y mantener vigente un proceso de afinación continua de las herramientas de trabajo para la conservación de aves y mamíferos silvestres (e iniciarlo para otros grupos zoológicos y botánicos, según se vaya requiriendo) permitirá consolidar la integración y actualización de principios científicos en las prácticas de conservación de la vida silvestre en México. Hasta el momento, en todo el mundo, la sustentabilidad del uso de la vida silvestre continúa siendo más un concepto guía que un hecho demostrado; su credibilidad futura dependerá de que los resultados favorables sean más contundentes; y para ello será necesario –entre otros aspectos– continuar mejorando las herramientas de trabajo. Óscar Sánchez, Coordinación de los Talleres

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ANEXO 1

DIRECTORIO DE PARTICIPANTES

Nombre Institución Correo electrónico

Adán Oliveras CONABIO [email protected]

Adrián Reuter TRAFFIC [email protected]

Alfredo Garza Herrera Centro de Ecología Regional A.C [email protected]

Araceli Valverde Castañeda Faunótica A.C. [email protected]

Ariel Rojo Curiel DGVS -SEMARNAT [email protected]

Carlos Gracida U'yo'olché A.C. [email protected]

Danae Azuara Unidos para la Conservación A.C. [email protected]

Daniel De León Centro de Ecología Regional A.C [email protected]

Alberto Lafón U. Autónoma de Chihuahua [email protected], [email protected]

Eduardo Íñigo Cornell Lab of Ornithology

[email protected], [email protected]

Eduardo Martínez Pronatura Veracruz [email protected]

Eduardo Morales Valderrama DGVS - SEMARNAT [email protected]

Eglantina Canales Profauna A.C. [email protected], [email protected]

Elvia de la Cruz INE - SEMARNAT [email protected]

Enrique Cisneros Hábitat y Palomas del NE A.C. [email protected]

Eric Mellink CICESE [email protected]

Eugenio Peterson AOCBC [email protected], [email protected]

Fernando González García Instituto de ecología A.C. [email protected]

Filemón Manzano Hernández DGVS - SEMARNAT [email protected]

Gerardo Carreón Naturalia A.C. [email protected]

Griselda Escalona Ecosur - Campeche [email protected]

Héctor Gómez [email protected]

Héctor Zamora Hábitat y Palomas del NE A.C. [email protected]

Humberto Belanga CONABIO [email protected]

Inés García Labra DGVS - SEMARNAT [email protected]

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Page 423: Mamifero Vida Silvestre

Nombre Institución Correo electrónico

Javier Ochoa Covarrubias SIAFASE [email protected]

Jesus G. Franco Texas Parks and Wildlife Department [email protected]

Jonás Sánchez DGVS - SEMARNAT [email protected]

José Manuel Ochoa DUMAC [email protected]

Juan Cornejo Africam Safari [email protected]

Juan Manuel Segundo Galán DGVS - SEMARNAT [email protected]

Julio Carrera CONANP [email protected]

Katherine Renton Instituto de Biología, UNAM

[email protected], [email protected]

Lizardo Cruz Romo DGVS - SEMARNAT [email protected]

Luis Ignacio Íñiguez Instituto Manantlán, U. de Guadalajara [email protected]

Melisa Meztli Méndez DGVS - SEMARNAT [email protected]

Miguel Ángel Díaz SEMARNAT Zacatecas [email protected]

Mónica Pérez DGVS - SEMARNAT [email protected]

Omar E. Rocha DGVS - SEMARNAT [email protected]

Óscar Sánchez Consultor científico en conservación de Vida Silvestre

[email protected]

Osvel Hinojosa Pronatura Noroeste [email protected]

Rafel Villegas INECOL [email protected], [email protected]

Ricardo Hernandez DGVS - SEMARNAT [email protected]

Sophie Calmé Ecosur, Q. Roo [email protected], [email protected]

Tiberio Monterrubio Rico U. de Michoacán [email protected]

William Eldrige USFWS [email protected]

Yamel Rubio Rocha U. Autónoma de Sinaloa [email protected]

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