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Page 1: MALAQUIAS Notasexp Willliams

MALAQUÍAS: Notas expositivas

Por Dr. Gary Williams Usado con permiso

APUNTES SOBRE MALAQUIAS

1. Encabezado (1:1). Los encabezados de los textos proféticos identifican el género literario, el autor, el auditorio, la fecha y la ocasión. Mal. 1:1 incluye solo los primeros tres elementos.

1.1. Género literario. La palabra traducida “profecía” literalmente significa “cosa alzada”. Hay dos interpretaciones principales: “carga” (mensaje pesado, de dolor y sufrimiento) y “discurso/oráculo/profecía” (mensaje comunicado “alzando la voz”, cp. Jue. 9:7). También se podría traducir como “carga” en el sentido de que la profecía es impuesta al profeta, y que él está obligado a entregarla (cp. Am. 3:8; Ez. 3:17-21). Ver la nota sobre esta palabra en la introducción a Zacarías 9-14.

1.2. Auditorio: Israel

1.2.1. En lugar de “contra”, tradúzcase “a” (cp. RVA, DHH, BJ, BDLA, RVA, NVI). 1.2.2. En esta época el nombre “Israel” no se refería al reino del norte, sino al remanente de toda la nación hebrea y principalmente a Judá (cp. 2:11), pues el reino del norte había sido deportado por los asirios en 722 a.C. y nunca había regresado. Los habitantes de la provincia persa de Judá, en su gran mayoría de las tribus de Judá, Benjamín y Leví, se consideraron a sí mismos la continuación histórica de Israel y los herederos de las promesas de Yahvé a Israel.

1.3. Autor: Malaquías (ver la “Introducción”). 1.4. La expresión “palabra de Yahvé…por medio de Malaquías” deja claro lo que el nombre del profeta también implica: el profeta no es más que un mensajero. El mensaje no se origina con él, sino con Yahvé (cp. 2 P. 1:20-21). Tradicionalmente se ha interpretado “palabra” como un genitivo—”profecía de la palabra de Yahvé” (RV60, BDLA)—pero en las últimas décadas muchos la han interpretado como una aposición que aclara que la “cosa alzada” es un mensaje profético: “profecía/carga, palabra de Yahvé” (ver BJ, RV95, RVA; cp. NVI).

2. Primer oráculo: Yahvé ha demostrado su amor a Israel (1:2-5).

2.1. Declaración divina en defensa propia ante los judíos: “Os he amado” (1:2aá).

2.1.1. Esta primera oración después del encabezado es un tanto enigmática. Todavía no sabemos por qué Dios hace semejante afirmación, ni tampoco qué quiere decir por “amar”. El hecho que “he amado” está en tiempo pasado (contra DHH) puede indicar que Yahvé había amado a Israel, pero ya no lo hacía, o puede sugerir que él ha mostrado su amor para con Israel en hechos concretos. 2.1.2. En lugar de “dice Yahvé”, tradúzcase más exactamente en tiempo pasado: “ha dicho Yahvé” (RVA; ver 1:4 en RV60).

2.1.2.1. Se trata de una fórmula de mensajero. Los mensajeros, al entregar el mensaje, lo atribuían a quien les había enviado, diciendo: “ha dicho Fulano” (cp. Jue. 11:15). En los libros proféticos la fórmula muestra que los profetas

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se concebían a sí mismos como mensajeros que repetían el mensaje que Dios les había entregado con anterioridad (cp. Is. 6:8; Am. 3:7-8). 2.1.2.2. En este libro de 55 versículos la frase “ha dicho Yahvé” se repite 25 veces (1:2, 4, 6, 8, 9, 10, 11, 13 [2x], 14; 2:2, 4, 8, 16 [2x]; 3:1, 5, 7, 10, 11, 12, 13, 17; 4:1 [3:19], 3 [3:21]). La expresión se usa 6 veces en Hageo, 23 veces en Zacarías 1-8 y solamente 1 vez en Zacarías 9-14.

2.1.2.2.1. Este énfasis en el origen y la autoridad del mensaje ha de reflejar la desilusión con las profecías, por un lado las preexílicas y exílicas que se habían cumplido solo parcialmente (ver “Ocasión y mensaje” en la “Introducción”), pero especialmente las posexílicas que eran emitidas por profetas de bajo nivel ético (cp. Neh. 6:10-14; Zac. 13:2-6). 2.1.2.2.2. Normalmente en Malaquías la frase completa es “ha dicho Yahvé de los ejércitos”). La forma sencilla, “ha dicho Yahvé”, se encuentra en 1:2 y 3:13, introduciendo el primer oráculo del libro y el último (aparte de estos dos versículos solo se halla en 1:13).

2.2. Cuestionamiento judío de la declaración divina: “¿En qué nos has amado?” (1:2aâ).

2.2.1. 1:2a es un dístico con paralelismo interlinear quiástico y ritmo de 4:3:

A. Os he amado ha dicho Yahvé B. Y dijisteis: ¿En qué nos amaste?

2.2.2. En lugar de “dijisteis” (RV60, RV95), muchos traducen en el tiempo presente “decís” (BJ, DHH, BDLA, RVA, NVI). El tiempo perfecto del verbo en hebreo indica una acción en tiempo pasado, pero en este caso un pasado muy cercano: el tiempo de la reacción mental que los judíos acaban de tener a la declaración divina. Probablemente en castellano esto mejor se expresa con un verbo en tiempo presente, “decís”, o aun un tiempo futuro, “diréis”. Sin embargo, el hebreo lo concibe como un tiempo pasado, si bien solo un instante antes del presente: “acabáis de decir”. 2.2.3. La pregunta de los judíos aclara que interpretaban “amar” no como un sentimiento solamente, sino como obras de amor. 2.2.4. La pregunta es medio retórica; es decir, en parte pide información, pero en parte da por sentado que la respuesta correcta es “en nada”, así poniendo en tela de duda la declaración de Yahvé. Para algunos judíos la pregunta expresaba un rechazo total de la declaración de Yahvé, mientras que otros, los que temían a Yahvé (cp. 3:16), la harían con más sinceridad. Sin embargo, el tono general de la pregunta es negativo, y los lectores no sabemos todavía que hay judíos que temen a Yahvé.

2.2.4.1. La contradicción entre la declaración divina y la objeción judía se resalta mediante el paralelismo quiástico: A (“Yo os he amado”) B (“dice Yahvé”) // B’ (“y dijisteis”) A’ (“¿En qué nos amaste?”). 2.2.4.2. La pregunta insinuaba que Yahvé no bendecía a los judíos (1:2a; cp. la actitud semejante de Gedeón en Jue. 6:13). No había cumplido todas sus promesas profetizadas (ver “Ocasión y mensaje” en la “Introducción”), ni les daba el trato que ellos creían merecer. Ahora se entiende que la declaración de Yahvé que introduce este oráculo es una negación de críticas que los judíos le han hecho. En contraste con estas críticas y

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quejas, ver la fe de Habacuc manifestada en Hab. 3:17-19. 2.2.4.3. Todas las preguntas atribuidas a los judíos en Malaquías (cp. 1:2, 7; 2:14, 17; 3:7, 8, 13, 14) eran respuestas a las declaraciones de Yahvé y emplean el mismo lenguaje que esas declaraciones. Revelan actitudes incorrectas acerca de Yahvé y su relación con él. No se expresaban en voz alta, pues no se dirigían al profeta, sino a Yahvé. Son más bien interpretaciones por el profeta de las respuestas mentales de los judíos. Dichas interpretaciones seguramente se basaban en parte en la conducta y comentarios previos de los judíos, y tal vez en parte también en la inspiración divina (cp. Mr. 2:8). 2.2.4.4. En los oráculos 2-4 parecerá que en efecto Yahvé no ama a Judá, pues esos oráculos se dedican a señalar los pecados de Judá y anunciar castigos resultantes. El amor divino comenzará a divisarse en el cuarto oráculo, con su profecía de la purificación de los sacerdotes y de un día cuando la ofrenda de Judá será aceptable ante Yahvé (3:3-4). Ese amor se revela aún más en la promesa de buenas cosechas en el quinto oráculo (3:10-12), y especialmente en el sexto oráculo con las promesas de bendiciones para los temerosos de Yahvé (3:16-4:3 [3:16-21). Sin embargo, aun en estos oráculos el señalamiento del pecado antecede las muestras de amor, pues el amor divino para con el hombre no se puede apreciar si no se reconoce antes que el hombre es pecador, merecedor del castigo divino.

2.3. Refutación divina de la objeción judía: Yahvé trata con dureza a Edom (1:2b-5).

2.3.1. Esaú fue hermano de Jacob (1:2b).

2.3.1.1. La refutación comienza con una pregunta enigmática (1:2bá) cuya relación con la disputa acerca del amor de Yahvé no se entiende todavía. Solo después de leer las oraciones siguientes se llega a comprender: como Esaú fue hijo del mismo padre y la misma madre que Jacob, Esaú y Jacob fueron gemelos y Esaú nació primero, Jacob no merecía el amor de Yahvé más que Esaú (cp. Ro. 9:10-13). 2.3.1.2. Yahvé responde a la pregunta retórica de los judíos con otra pregunta retórica. Esta, como las preguntas retóricas en general, es en realidad una afirmación con pasión: “Claramente Esaú era hermano de Jacob”. 2.3.1.3. El segundo “dice Yahvé” del v. 2 es literalmente “oráculo de Yahvé” (BJ). La fórmula se halla 12 veces en Hageo, 20 veces en Zacarías, casi 300 veces en Isaías-Jeremías-Ezequiel y 37 veces en los demás profetas, pero solo aquí en Malaquías. Se usa con mayor frecuencia después de oraciones contundentes de Dios. En contraste, dos veces introduce una oración clave (Sal. 110:1; Is. 56:8); ese parece ser su uso aquí, introduciendo “amé a Jacob, pero aborrecí a Esaú”, el tema del primer oráculo y tal vez de todo el libro.

2.3.2. Sin embargo, Yahvé amó a Jacob y aborreció a Esaú (1:2b-3a).

2.3.2.1. A la luz del contexto, en lugar de “y amé”, se debe traducir la conjunción adversativamente: “sin embargo amé” (BJ, BDLA, RVA, RV95, NVI). 2.3.2.2. El contraste entre el trato divino para con los hermanos se subraya por el paralelismo antitético y quiástico: A (“Pero amé”) B (“a Jacob”) B’ (“y a Esaú”) A’ (aborrecí).

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2.3.2.3. Se acusa a Malaquías de etnocentrismo y prejuicios contra los edomitas por su uso del verbo “aborrecí”. Sin embargo, según el A.T. Yahvé aborrece a todos los hacedores de mal (cp. Sal. 5:5 [5]; 31:6 [7], aun su propio pueblo cuando le desobedece (cp. Os. 9:15, donde el verbo está traducido “tomé aversión”). Por otro lado, cuando “amar” y “aborrecer” se contrastan, “aborrecer” puede significar sencillamente “no amar”, o aun “amar menos” (cp. Gn. 29:30-31, donde el verbo está traducida “menospreciada”, y Dt. 21:15-17). De modo que aquí “aborrecí” es un tanto ambiguo. Aunque su sentido se entiende en parte por la historia de Esaú y de Edom (ver abajo), finalmente se entiende solo después de oír o leer los vv. 3-4. 2.3.2.4. El contraste se entiende en primer término de los dos hermanos personalmente. En ese plano y a la luz de los relatos en Génesis 25-33, “amé” significa “escogí para ser heredero de las promesas”, y “aborrecí” significa “rechacé de ser heredero de las promesas”. Dicha elección prenatal (cp. Gn. 25:23) correspondía al valor que Jacob y Esaú atribuían a esas promesas (cp. Gn. 25:31-34; Heb. 11:21) y a las exigencias divinas (cp. Gn. 28:6-9). También el contexto histórico de Malaquías sugiere una aplicación paralela del contraste a los descendientes, a Israel (cp. 2:12) y a Edom (cp. Gn. 36:1). En este plano es natural pensar en el uso de “amar” y “aborrecer” en los pactos del antiguo oriente. En ese contexto, “amar” significaba “apoyar como aliado”, y “aborrecer” significaba “tratar como enemigo”. Yahvé había amado a Jacob al hacer un pacto con Israel y al guardar ese pacto. En la historia reciente lo había guardado al traer a los judíos de regreso del Cautiverio Babilónico y al permitirles reconstruir sus ciudades en Judá y el templo en Jerusalén. Por otro lado, había tratado como enemigo a Esaú al sujetar a Edom a los descendientes de Jacob desde el reinado de Saúl (1 S. 14:47) hasta el reinado de Joram (2 R. 8:20- 22; cp. 2 S. 8:13-14; 1 R. 11:14-25) y de nuevo en los reinados de Amasías (2 R. 14:7) y Uzías (2 R. 14:22). Sin embargo, aquí el verbo se refiere particularmente al evento mencionado en el resto del v. 3.

2.3.3. Yahvé había destruido a Edom para siempre (1:3b-4).

2.3.3.1. Yahvé había convertido a Edom en tierra destruida y despoblada (1:3bc).

2.3.3.1.1. 1:3bc es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 3:3: y puse sus montes una desolación y su heredad para los chacales del desierto. 2.3.3.1.2. Los montes de Edom eran la tierra montañosa donde estaban sus ciudades (cp. Ez. 35:3-4). La tierra accidentada, una de las mejores defensas de las ciudades edomitas (cp. Jer. 49:10, 16; Abd. 3-4), no les había protegido de Yahvé. 2.3.3.1.3. El vocablo traducido “desolación” se usa frecuentemente en Isaías, Jeremías y Ezequiel de tierras invadidas, conquistadas, destruidas y despobladas. 2.3.3.1.4. Hay ironía en la línea B, pues se supone que la “heredad” de un pueblo es tierra que ese pueblo habita. 2.3.3.1.5. En base a los LXX y la Siriaca, muchos estudiosos han enmendado “chacal” por “habitación”. Sin embargo, “chacal” tiene buen

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sentido aquí. En 13 de sus 15 usos en el A.T., el vocablo es figura de una tierra despoblada. 2.3.3.1.6. El lenguaje de 1:3bc evoca las profecías contra Edom en Ezequiel 35, Isaías 34 y Jl. 3:19 [4:19], y así da a entender que se han cumplido. En esta medida, por lo menos, se habían cumplido las profecías contras las naciones enemigas de Judá.

2.3.3.1.6.1. La palabra traducida “desolación” en 1:3b se usa en Ez. 35:3, 4, 7, 9, 14, 15 y “monte” aparece en Ez. 35:2, 3, 7, 8, 12, 15. 2.3.3.1.6.2. “Chacales” se usa en Is. 34:13. 2.3.3.1.6.3. Joel 3:19 [4:19] utiliza las palabras aquí traducidas “desolación” y “desierto”.

2.3.3.1.7. El ejemplo de la destrucción de Edom se cita en este contexto también porque las profecías asociaban la destrucción de Edom con la expansión y restauración de Judá (cp. Ab. 17-21). De modo que Yahvé señala la destrucción de Edom porque anticipa la manifestación plena de su amor para con Israel. 2.3.3.1.8. No sabemos a qué devastación histórica de Edom Yahvé se refería aquí, pero debería ser un evento relativamente reciente cuando Malaquías profetizó. Desde 552 a.C. en adelante el rey babilónico Nabonido invadió a Edom varias veces. En alguna fecha durante el siglo V una coalición de tribus árabes conquistó Edom, y expulsó a muchos edomitas de su tierra al sudeste del Mar Muerto. Estos emigraron al Neguev en el sur de Judá. Para 312 a.C. hay inscripciones que indican que los nabateos, pueblo árabe, habían ocupado el territorio de Edom. Los pocos edomitas que habían quedado allí emigraron a Idumea, o fueron absorbidos por los nabateos mediante los matrimonios mixtos.

2.3.3.2. Yahvé castigaría a los edomitas por sus pecado, no permitiéndoles reconstruir (1:4).

2.3.3.2.1. No les permitiría reconstruir sus ciudades destruidas (1:4ab).

2.3.3.2.1.1. 1:4ab forma un tetrástico de tipo ABAB con ritmo de 2:4:4:4 y paralelismo interno en las líneas B y D: A. Cuando dijere Edom: C. Así ha dicho Yahvé de los ejércitos Entre las líneas B y D el paralelismo es quiástico, ab//b´a´: B. Hemos sido destruidos pero volveremos a edificar lo arruinado D. Ellos edificarán pero yo destruiré.

2.3.3.2.1.2. Yahvé tomaba en cuenta la posibilidad que los edomitas intentaran reconstruir sus ciudades (1:4a). En lugar de “nos hemos empobrecido”, tradúzcase “hemos sido destruidos” (cp. BJ, DHH, BDLA, RVA, NVI). 2.3.3.2.1.3. El vocablo traducido “lo arruinado” se usa de Edom en la profecía de Jer. 49:13.

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2.3.3.2.1.4. En Malaquías la fórmula de mensajero comienza con “así” solo en la línea C. Sin embargo, la construcción es común en otros escritos proféticos donde sirve, como aquí, para introducir un oráculo. 2.3.3.2.1.5. El título “Yahvé de los ejércitos” se usa 46 veces en Malaquías, y 45 veces más en Hageo-Zacarías, para un total de 91 de las 284 veces que la expresión se usa en el A.T. En algunos pasajes “los ejércitos” pueden ser los ángeles, o las lumbreras celestiales, o los ejércitos de Israel, pero en la literatura posexílica son todos los ejércitos, de cualquier tipo, de modo que “Yahvé de los ejércitos” significa “Yahvé soberano sobre todo”. El uso frecuente del título en la literatura posexílica probablemente responde a la necesidad de afirmar la soberanía de Yahvé aun sobre el emperador persa que dominaba Judá. 2.3.3.2.1.6. Lo que lograran reconstruir, Yahvé lo derribaría (1:4b).

2.3.3.2.1.6.1. La expresión “así ha dicho Yahvé de los ejércitos” garantiza lo afirmado. El título “Yahvé de los ejércitos” anuncia la soberanía de Yahvé sobre todo ejército. 2.3.3.2.1.6.2. Si bien los judíos habían sido deportados de su tierra antes que los edomitas (cp. Ez. 35:15), Yahvé los había traído de regreso a Judá y había prosperado sus esfuerzos para reconstruir sus ciudades y el templo en Jerusalén (Esdras 1-6) y, en tiempos de Nehemías, el muro de Jerusalén (Nehemías 1-6). En contraste, frustraría los esfuerzos edomitas por reconstruir. Al preguntar “¿en qué nos amaste?” (v. 2) los judíos pasaban por alto que el retorno del cautiverio y la reconstrucción fueron muestras claras del amor de Yahvé para con ellos. 2.3.3.2.1.6.3. El v. 4b anuncia que Yahvé cumplirá la profecía anunciada en Ez. 35:9.

2.3.3.2.1.7. Aquí dentro de su respuesta al cuestionamiento judío, Yahvé de nuevo cita discurso humano y su respuesta al mismo, pero esta vez no se trata de lo que los judíos habían dicho o estaban diciendo, sino de lo que los edomitas dirían.

2.3.3.2.2. Se reconocería que los infortunios de los edomitas se debían al castigo de Yahvé (1:4c).

2.3.3.2.2.1. El v. 4c es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 4:4: A. y les llamarán territorio de impiedad B. y pueblo que Yahvé ha maldecido para siempre 2.3.3.2.2.2. El v. 2 sugiere que la oposición de Yahvé a la reconstrucción de Edom se debía a su soberana elección (cp. Gn. 25:23; Ro. 9:10-13). Aquí, por otro lado, la frase “territorio de

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impiedad” (v. 4) indica que la oposición era merecida. De hecho, varios pasajes antiguotestamentarios señalan que Edom merecía ser castigado por su maltrato a Judá (cp. Is. 34:5-8; Ez. 25:12-14; 35:5, 10, 12, 15; Am. 1:11-12; Ab. 10-16; Sal. 137:7; Lm. 4:21) y por su arrogancia (Jer. 49:15; Ez. 35:13; Ab. 3). El hecho que Edom sufría el castigo divino por su impiedad implica que Yahvé juzga a los impíos, tema que será especialmente importante en el cuarto y el sexto oráculo, y también anticipa el mensaje de todos los oráculos siguientes: una razón por la cual Judá no recibía más bendición de Dios era su propia impiedad. Por otro lado, sugiere que la bendición que Judá recibía era por gracia divina. 2.3.3.2.2.3. “Llamarán” aquí es un ejemplo del plural impersonal. Sin embargo, implica que Israel también reconocerá que Edom es castigado por Yahvé debido a su maldad. 2.3.3.2.2.4. El verbo que he traducido “ha maldecido” arriba (la única acepción que da el léxico de Holladay) está vertido por “está enojado” o algo por el estilo en todas las versiones que he consultado. Aquí la diferencia entre las dos interpretaciones es mínima. En ambas interpretaciones el paralelismo indica que la razón por la cual Yahvé se opone a Edom es su maldad. 2.3.3.2.2.5. Los vocablos traducidos “lo arruinado” (v. 4a) y “siempre” (v. 4b) evocan la profecía contra Edom en Jer. 49:13 (donde están traducidos “desolaciones perpetuas), y las palabras traducidas “desolación” (v. 3) y “siempre” evocan la profecía contra Edom en Ez. 35:9 (donde están traducidas “asolamiento perpetuo”). Mediante estas alusiones Yahvé aquí confirma que él cumplirá esas profecías pendientes. A la vez, estas palabras sugieren que el castigo de Edom será el juicio final. Varios de los profetas anteriores daban a entender que un juicio grande de las naciones sería el preludio de la plena restauración de Israel (cp. Isaías 13-23; Jeremías 46-51; Ezequiel 25-32), y en los tiempos de Malaquías los judíos, con esta mentalidad, buscaban ese juicio de las naciones (cp. Hag. 2:20-23; Zac. 1:10-16, 18-21; 2:7-10; 6:1-8; 9:1-9). De modo que el anuncio del juicio final de Edom implica que pronto vendría la manifestación escatológica del amor de Yahvé para Israel.

2.3.3.3. Al ver el castigo de Yahvé contra Edom, los judíos reconocerían que él les ha tratado con mucho amor (1:5).

2.3.3.3.1. El v. 5 es un dístico con ritmo de 4:4, sin paralelismo interlinear, pero con paralelismo interno en la línea A, literalmente: y vuestros ojos lo verán y vosotros diréis 2.3.3.3.2. La expresión “vuestros ojos lo verán” implica que el castigo divino contra Edom será portentoso (cp. Dt. 11:7). 2.3.3.3.3. El verbo “decir” es palabra clave en el primer oráculo: “ha dicho Yahvé (v. 2), “habéis dicho (v. 2), “cuando Edom dijere” (v. 4), “así ha dicho Yahvé” (v. 4), “y vosotros diréis” (v. 5). Aquí Yahvé cita no lo negativo que los judíos decían, sino una cosa positiva que dirían en el

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futuro. Así se implica un cambio radical futuro en la actitud de los judíos. De haber insinuado que Yahvé no los había mostrado amor (v. 2), reconocerían su manifestación grande sobre ellos (v. 5). 2.3.3.3.4. El verbo en el v. 5b puede ser traducido como un subjuntivo, “sea Yahvé engrandecido” (RV60, RV95, BDLA, RVA) o un indicativo, “Yahvé es grande” (BJ, DHH, NVI) o “Yahvé se muestra grande” (TDOT 2:402). El uso de “decir” + “Yahvé” + la forma verbal usada aquí en Sal. 35:27; 40:16 [17] (= Sal. 70:4 [5], pero con “Dios” en lugar de “Yahvé”) indica que se usa para reconocer la intervención divina a favor de los justos sufrientes, y que, por lo tanto, el verbo es un indicativo (cp. la traducción de esos textos en BJ y DHH). Así también aquí “y diréis: Yahvé es grande” (o “se muestra grande”) significa que cuando los judíos observen que Yahvé ha castigado a Edom por su impiedad contra Judá, sin restaurarlo como lo había hecho con Judá, confesarán que él se ha engrandecido mediante sus obras a favor de Israel (ver un uso similar de las palabras “grandezas” y “engrandecerse” en 2 S. 7:21-23). Dicho de otra manera, reconocerán que Yahvé ha amado a Judá (cp. v. 2). 2.3.3.3.5. Todas las versiones que he consultado traducen la preposición al final del v. 5 como “más allá de”, o algo por el estilo. La traducción con el tema de la oposición a la reconstrucción de Edom (vv. 3-4) y con el concepto de la grandeza de Yahvé entre las naciones en los vv. 11 y 14. Da a entender que los judíos cambiarán de actitud cuando se den cuenta que la obra de Yahvé extiende más allá del territorio judío. Sin embargo, el significado normal de la preposición es “sobre” (GKC § 119c; ver Hill, Malachi, pág. 161). Entonces, probablemente se debe traducir “sobre” aquí, de modo que el v. 5 anuncia que los judíos reconocerán que Yahvé se muestra grande sobre Israel debido a sus obras de amor a favor de su pueblo. 2.3.3.3.6. El vocablo traducido “límites” es el mismo que está vertido por “territorio” en v. 4 (ver la traducción alterna en BDLA, NVI). La repetición de este sustantivo aquí, el cual no se vuelve a aparecer en Malaquías, resalta el contraste entre “el territorio de impiedad” de Edom, destruido por Yahvé, y “el territorio de Israel”, reconstruido después del exilio. Este contraste confirma la necesidad de traducir “sobre” en lugar de “más allá de”. 2.3.3.3.7. El primer oráculo anticipa varios rasgos que caracterizarán el libro en general: los temas del amor de Yahvé para con Israel y el juicio de los malos, el cuestionamiento del trato que Yahvé ha dado a Israel, la forma de la disputa, el tono combativo, la repetición del verbo “decir” (40 veces en el libro) y de fórmulas de mensajero (hay 26 en el libro), las citas de lo dicho por Yahvé y sus interlocutores, y el uso de preguntas retóricas (hay 26 ó 27 en el libro, dependiendo de la interpretación de la primera oración de 2:15).

3. Segundo oráculo: como los sacerdotes trataban a Yahvé con desprecio, él los ha hecho despreciables a ellos (1:6-2:9).

3.1. Yahvé acusaba a los sacerdotes de tratarlo con desprecio al aceptar animales defectuosos como sacrificios (1:6-14).

3.1.1. Acusación divina: los sacerdotes tratan a Yahvé con desprecio en vez de con la

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honra y el temor que le correspondía (1:6abcd).

3.1.1.1. La acusación se presenta en verso. Consiste en: a) un dístico de 3:2 con paralelismo interlinear, b) un tetrástico con paralelismo interlinear de tipo ABAB y una métrica de 3:2:3:2 y c) un dístico de 4:3 con paralelismo interlinear. Como es típico de la poesía hebrea, todas las líneas son breves, y los artículos hebreos se han omitido. A. (El) hijo honra a(l) padre B. y (el) siervo a su señor A. Si, pues padre soy yo B. ¿dónde está mi honra? C. Y si señor soy D. ¿dónde está mi temor? A. Ha dicho Yahvé de los ejércitos a vosotros B. oh sacerdotes que menospreciáis… 3.1.1.2. A Yahvé le llamaban “Padre” (cp. Is. 63:16; 64:8; ver la nota sobre 2:10a) pero no le trataban con la honra que corresponde al padre (cp. Ex. 20:12; Dt. 5:16). 3.1.1.3. Los judíos usaba el título “Señor” frecuentemente para referirse a Yahvé, pero no le temían como el siervo/esclavo temía a su señor/amo. La comparación con el esclavo muestra que el “temor” que Yahvé merece no es solo reverencia, sino también miedo de desobedecerle (cp. la explicación del paralelismo en 2:5b). 3.1.1.4. Típicamente en la poesía hebrea el énfasis recae sobre la parte final de una unidad básica. Así aquí, en el tetrástico hay énfasis en la última palabra de las líneas B y D, y no es sino hasta la última línea del dístico que se revela que la acusación no se dirige contra los judíos en general, sino contra los sacerdotes. 3.1.1.5. El menosprecio del nombre de Yahvé era especialmente grave en las culturas mediterráneas, en las cuales la honra y la vergüenza eran valores de gran importancia. 3.1.1.6. “Mi nombre” será expresión clave en este oráculo, donde se repetirá 8 veces (1:6 [2x], 11 [3x], 14; 2:2, 5). En el resto del libro solo aparece 2 veces (3:16; 4:2 [3:20]). Es una circunlocución por “mí”, pero con connotaciones de majestad. 3.1.1.7. El corazón de la acusación se expresa mediante dos preguntas retóricas que comienzan con “¿dónde?”. Son equivalentes a negaciones con pasión: “¡No me habéis honrado/temido!”

3.1.2. Objeción sacerdotal a la acusación divina: “¿En qué hemos menospreciado tu nombre?” (1:6e).

3.1.2.1. De nuevo la objeción se expresa mediante una pregunta medio retórica que hace eco de la declaración divina (cp. v. 2). La pregunta es medio retórica porque por un lado invita una respuesta, pero a la vez insinúa que la respuesta correcta es “en nada”. Varias de las preguntas que Yahvé atribuía a los judíos manifiestan que ellos no reconocían sus pecados (ver 2:14, 17; 3:7, 8, 13). 3.1.2.2. El verbo “decís”, traducido como tiempo presente en todas las versiones

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que he consultado, está en el tiempo perfecto en hebreo. Sobre esta cuestión, ver la nota sobre el mismo verbo en el v. 2, donde RV60 traduce “dijisteis”.

3.1.3. Refutación divina a la objeción sacerdotal: “Ofreciendo sobre mi altar pan inmundo” (1:7a). La refutación es una acusación: los sacerdotes de colocar sobre el altar sacrificios ritualmente contaminados.

3.1.3.1. La respuesta es lacónica. Las palabras “en que” no están en el hebreo, y en lugar de “ofrecéis” el hebreo tiene sencillamente un participio “ofreciendo” sin su sujeto, el cual se tiene que suplir del contexto. Hasta sería posible, tratando la objeción del v. 6e casi como una interrupción, interpretar la respuesta del v. 7a como una continuación del v. 6d: “oh sacerdotes que menospreciáis mi nombre…que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo”. 3.1.3.2. La palabra “pan” (1:7) es un sinécdoque por “comida” que aquí se refiere específicamente a los animales sacrificados, así como en Lv. 22:25; Ez. 44:6-7. 3.1.3.3. El vocablo “inmundo” significa “ritualmente contaminado”. 3.1.3.4. Los adoradores escogían, traían y hasta los degollaban a sus sacrificios, pero al sacerdote le correspondía colocarlo “sobre el altar”. Si el sacrificio era impuro, el sacerdote debería rechazarlo y no ofrecerlo sobre el altar.

3.1.4. Objeción sacerdotal a la refutación (segunda acusación) divina: “¿En qué te hemos tratado como contaminado?” (1:7b).

3.1.4.1. En cuanto a “dijisteis”, ver la nota sobre el mismo verbo en el v. 2. 3.1.4.2. En lugar de “te hemos deshonrado”, tradúzcase “te hemos contaminado” (cp. BJ, NVI), o mejor, “te hemos tratado como contaminado” (la conjugación Piel en hebreo se presta para los dos sentidos). Es el mismo verbo que Yahvé acaba de usar en el v. 7a. La forma de la objeción nos sorprende. A la luz de las objeciones anteriores, aquí esperamos más bien: “En que hemos ofrecido sobre tu altar pan contaminado”. Sin embargo, el profeta pone en boca de los sacerdotes una respuesta más breve que reconoce la seriedad de la acusación y la conjuga con la acusación anterior de menospreciar el nombre de Yahvé. Ofrecer a Yahvé sacrificios contaminados es despreciarlo como si no fuera santo, sino contaminado. 3.1.4.3. Esta objeción, como las anteriores, se expresa mediante una pregunta medio retórica que hace eco de la intervención divina (cp. 1:2, 6), si bien el eco en este caso se limita al verbo “contaminar” y la correspondencia entre “mi” (v. 7a) y “te” (v. 7b). Mediante el aspecto retórico de la pregunta los sacerdotes niegan que hayan ofrecido sacrificios ritualmente contaminados, especialmente porque hacer semejante error sería tratar a Dios como contaminado. Probablemente entendían por “sacrificio contaminado” uno que no se ofreciera según el rito establecido (Lev. 1-7, o uno ofrecido por una persona que no fuera sacerdote calificado y debidamente consagrado (Lev. 8-10), o uno que fuera un tipo de animal inmundo (Lev. 11; Dt. 14:3-20), o uno que hubiera entrado en contacto con un objeto inmundo (Lev. 15).

3.1.5. Refutación divina a la segunda objeción sacerdotal: “Menospreciáis el altar al

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ofrecer sobre él sacrificios defectuosos” (1:7c-8).

3.1.5.1. Esta refutación combina las dos acusaciones divinas anteriores (vv. 6d, 7a). Menospreciaban el nombre de Yahvé (la primera acusación, v. 6d) al menospreciar el altar (v. 7c), ofreciendo sobre él pan inmundo (la segunda acusación, v. 7a), es decir, animales defectuosos (v. 8). A la vez la refutación respondía a la segunda objeción de los sacerdotes (v. 7b): trataban a Dios como contaminado al sacrificarle animales defectuosos. 3.1.5.2. Yahvé expresa la refutación/acusación en forma enigmática (1:7c).

3.1.5.2.1. El verbo traducido “pensáis” es literalmente “decir” (BDLA), usado ahora por novena vez en los vv. 2-7. Esta vez aparece como infinitivo. La traducción “pensáis” está bien, pues seguramente los sacerdotes nunca decían en voz alta que el altar era menospreciable, sino que sus acciones delataban que así se decían mentalmente. 3.1.5.2.2. “La mesa de Yahvé” (1:7, 12) es su altar (cp. Ez. 44:15-16). 3.1.5.2.3. El participio traducido “despreciable” es del mismo verbo traducido “menospreciar” en el v. 6de. Se repetición en v. 6d y aquí forma una inclusión que enmarca la sección enigmática del debate entre Yahvé y los sacerdotes en 1:6d-7. 3.1.5.2.4. En 1:6d-7 no hay mucho paralelismo en el sentido normal (el v. 6d es la excepción), hay una especie de paralelismo producido por la repetición 4 veces del verbo “decir” (vv. 6d, 6e, 7b, 7c), la alternación de intervenciones de Yahvé y de los sacerdotes, y la correspondencia formal entre las objeciones sacerdotales y la intervención divina previa.

3.1.5.3. Yahvé aclara la refutación/acusación mediante una serie de preguntas retóricas (1:8). En realidad, el v. 8 explica las tres acusaciones enigmáticas (vv. 6d, 7a, 7c).

3.1.5.3.1. La aclaración comienza con un tetrástico de tipo ABAB (paralelismo alternado) con ritmo de 3:2:3:2. A. Y cuando ofrecéis el (animal) ciego para el sacrificio C. Y cuando ofrecéis el cojo o el enfermo B. ¿No es malo? D. ¿No es malo?

3.1.5.3.1.1. La Ley exigía que los animales sacrificados a Yahvé estuvieran sin defecto (ver Ex. 12:5; Lv. 1:3, 10; 22:18-21; Nm. 6:14; 19:2) y especificaba que los animales ciegos, cojos o enfermos no serían sacrificios aceptos (ver Lv. 22:22-25; Dt. 15:21). 3.1.5.3.1.2. El tetrástico recoge el verbo “ofrecéis” del v. 7a y lo repite dos veces, así señalando que el v. 8 es una aclaración del v. 7a. 3.1.5.3.1.3. La oración repetida “no es malo” se puede interpretar como una negación irónica, o una pregunta retórica. La segunda opción es mejor a la luz de la presencia de seis preguntas retóricas en 1:2- 7 y otra casi al final del v. 8.

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3.1.5.3.2. El resto del v. 8 es un dístico sin paralelismo interlinear pero con paralelismo interno en la línea B (¿Acaso se agradará de ti // o le serás acepto?), seguido por la fórmula de mensajero. La línea B del dístico es una pregunta retórica.

3.1.5.3.2.1. Obviamente el gobernador no se agradaría de quienes le regalaran animales defectuosos (1:8). El vocablo traducido “príncipe” es pejah “gobernador” (BJ, BDLA, RVA), generalmente usado en el AT de gobernadores del Imperio Babilonio o, más aún, del Imperio Persa (cp. Esd. 8:36; Neh. 2:7, 9; 3:7; 5:14; 12:26; Est. 3:12; 8:9; 9:3; Hag. 1:1, 14; 2:2, 21; y ver la sección sobre “La fecha del libro” en la “Introducción”). 3.1.5.3.2.2. La frase traducida “¿le serás acepto?” es literalmente “¿levantará tu rostro?”. Probablemente la figura originalmente se refería a una persona postrada en humildad ante otra que levanta el rostro del otro como señal de favor. 3.1.5.3.2.3. El uso de la segunda persona singular en este dístico personaliza más la acusación. 3.1.5.3.2.4. La repetición de “ha dicho Yahvé de los ejércitos” en 1:6 y 9 forma una inclusión que enmarca todo el debate entre Yahvé y los sacerdotes, menos la expansión siguiente.

3.1.6. Yahvé expande las acusaciones de 1:6-8 (1:9-14).

3.1.6.1. Así como el gobernador, Yahvé tampoco se agrada de quien le ofrece animales defectuosos (1:9-10).

3.1.6.1.1. Si el gobernador no se agradaría de quien le diera un animal defectuoso, ¡cuánto menos Dios (1:9)!

3.1.6.1.1.1. El v. 9 se puede analizar como un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 5:6, seguido por la fórmula de mensajero. A. Ahora buscad el favor de Dios para que tenga piedad de nosotros B. De vuestra mano ha sido esto ¿Acaso levantará vuestro rostro? 3.1.6.1.1.2. El “ahora” al principio del v. 9 y la fórmula “ha dicho Yahvé de los ejércitos” al final marcan el inicio de la expansión de las acusaciones de 1:6-8 en 1:9-14. 3.1.6.1.1.3. La expresión traducida “orad por el favor” es un modismo, que literalmente se puede traducir “ablandad el rostro” (BJ). Significa “buscad el favor”. Aquí se refiere a la búsqueda del favor divino mediante los sacrificios (así como, por ejemplo, en 1 S. 13:12). En el presente contexto se usa sarcásticamente, con referencia a los sacrificios defectuosos como un supuesto medio de buscar el favor de Dios. 3.1.6.1.1.4. Yahvé aquí se refiere a sí mismo en tercera persona y se llama a sí mismo “Dios”. Así recalca su categoría exaltada,

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muy por encima aun de la categoría del gobernador, y resalta lo tonto de darle ofrendas defectuosas. Un fenómeno similar se halla en 1:14; 3:1; 4:5 [3:23]. 3.1.6.1.1.5. Mediante el “nosotros” el profeta se identifica como parte de la nación que es perjudicada por el pecado de los sacerdotes. Fue en parte debido al pecado de ellos que Yahvé no daba las muestras de amor que los judíos esperaban (cp. 1:2). 3.1.6.1.1.6. “¿Cómo podéis agradarle, si hacéis estas cosas” capta el sentido del texto, si bien no se apega mucho a la forma del texto hebreo (ver la traducción literal en el esquema arriba). La oración retórica con el modismo “levantar el rostro” hace eco de la última pregunta retórica del v. 8, ligando los dos versículos. La palabra “rostro” también se usa en la primera oración del v. 9. 3.1.6.1.1.7. “De vuestra mano”, usado en 1:9, 10, 13; 2:13, parece ser una expresión técnica relacionada con la liturgia del sacrificio. Señala quien pone el sacrificio sobre el altar (1:9, 10, 13) o quien lo trae (2:13). Aquí indica la responsabilidad de los sacerdotes en el ofrecimiento de sacrificios defectuosos. Si bien los sacerdotes no habían escogido los animales defectuosos, ellos los habían puesto sobre el altar. 3.1.6.1.1.8. Hay una correspondencia marcada entre las partes del v. 9 y las partes de la ilustración al final del v. 8. “Preséntalo a tu gobernador” (v. 8) corresponde a “buscad el favor de Dios” y “de vuestra mano ha sido esto” (v. 9), “¿Acaso se agradará de ti, o levantará tu rostro?” (v. 8) corresponde a “¿Acaso levantará vuestro rostro” (v. 9), y la fórmula de mensajero al final del v. 8 es idéntica a la fórmula al final del v. 9.

3.1.6.1.2. Yahvé preferiría que los sacerdotes cerraran el templo (1:10a).

3.1.6.1.2.1. El v. 10a expresa un deseo divino irónico. En lugar de “o alumbre de balde”, tradúzcase “para que no alumbréis de balde” (cp. BJ, DHH, BDLA, RVA, NVI). 3.1.6.1.2.2. El v. 10a, traducido literalmente, se puede analizar como un dístico con paralelismo interlinear: A. ¿Quién también hay de vosotros que cierre las puertas B. y no alumbréis mi altar de balde?

3.1.6.1.3. El sacrificio defectuoso no logra el favor de Yahvé (1:10b).

3.1.6.1.3.1. El v. 10b se puede analizar como un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 3:3, si no se toma en cuenta la fórmula de mensajero en el análisis. A. No tengo complacencia en vosotros B. Ni aceptaré ofrenda de vuestra mano 3.1.6.1.3.2. La “ofrenda” a que Yahvé se refiere en este contexto es el animal defectuoso (ver v. 8).

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3.1.6.1.3.3. El verbo traducido “aceptaré” es el mismo que está vertido por “se agradará” en el v. 8. La repetición es un vínculo más entre la pregunta retórica al final del v. 8 y la expansión en vss 9-10. 3.1.6.1.3.4. La repetición de la fórmula “ha dicho Yahvé de los ejércitos” en los vv. 9 y 10 coadyuva a unir estos dos versículos en una unidad.

3.1.6.2. Los sacerdotes trataban con desprecio al Dios cuyo nombre de Yahvé sería grande en todo el mundo (1:11-14).

3.1.6.2.1. El nombre de Yahvé sería grande en todo el mundo pero los sacerdotes lo estaban profanando (1:11-12a).

3.1.6.2.1.1. Todas las oraciones del v. 11, salvo “ha dicho Yahvé de los ejércitos” son nominales. La única forma verbal es un participio. Sin embargo, en la traducción al castellano es necesario usar verbos y asignarles un tiempo. Lo más natural es el tiempo presente (RV60, RV95, BJ, DHH, RVA, NVI), pero en tal caso las oraciones no tienen sentido, especialmente la segunda, ya que en aquel tiempo no se ofrecía “incienso y ofrenda limpia” a Yahvé “en todo lugar”, sino solo en el templo en Jerusalén. Entonces es necesario interpretar todo el versículo como una profecía en tiempo futuro (BDLA). De hecho, el participio, traducido “se ofrece” en la mayoría de versiones, frecuentemente se usa en los profetas para referirse al futuro inminente (ver, por ejemplo, el participio traducido “envío” en 3:1). De modo que 1:11 es una profecía del futuro reconocimiento de la grandeza de Yahvé (cp. 1:5) y de su adoración por las naciones (para el mismo tema en otro profeta posexílico, ver Zac. 2:11; 8:22-23; 14:16-19). Y así como en 1:5, el profeta da a entender que la profecía de la futura grandeza de Yahvé debe influir en las actitudes y conducta de su pueblo en el presente. La profecía ya se está cumpliendo espiritualmente en la Iglesia, pero ha de tener un cumplimiento literal en el Milenio. La mayoría de los pasajes que dicen que las naciones adorarán a Yahvé durante la edad mesiánica indican que rendirán esa adoración en Israel y Jerusalén (cp. Is. 2:2-4; 18:7; 25:6; 45:14; 52:8; 56:7; 60:3, 11, 14; 66:23; Mi. 4:1-4; Zac. 8:20-22; 14:16- 19), pero Is. 19:18-21 y Sof. 2:11 sugieren que también la harán desde sus tierras. 3.1.6.2.1.2. Poéticamente el v. 11 se puede analizar como a) un dístico, b) un trístico, c) la primera mitad de un dístico y d) la fórmula de mensajero. El ritmo del primer dístico es de 4:3, con paralelismo interno (línea A) y paralelismo interlinear: A. Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone B. entre las naciones será grande mi nombre El trístico es de tipo ABB, con métrica de 2:3:2. A. Y en todo lugar B. se ofrecerá a mi nombre incienso C. y ofrenda limpia El segundo dístico comienza en el v. 11 y termina en el v. 12, con la fórmula de mensajero entre las dos líneas, pero excluida del análisis poético. El paralelismo es antitético y quiástico: A (Porque grande es mi nombre) B (entre los gentiles) // B’ (Pero

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vosotros) A’ (lo profanáis). El contexto indica que “pero” es mejor que “y” como traducción de la conjunción al principio de la línea B. La colocación de la fórmula de mensajero aplaza la llegada del clímax al cual apunta todo el v. 11: la conducta reprochable de los sacerdotes. 3.1.6.2.1.3. La repetición de “mi nombre” tres veces en el v. 11 resalta el contraste con el uso de la misma expresión en el v. 6. Todos los gentiles exaltarán el nombre de Yahvé (1:11), pero los sacerdotes de Yahvé han despreciado y profanado (1:6, 12a). 3.1.6.2.1.4. La repetición de las palabras “ofrecer” en 1:7 y 11, y “ofrenda” en 1:10, 11, resalta el contraste entre “será ofrecido…ofrenda limpia” (1:11) por un lado, y “ofrecéis…pan contaminado” (1:7) y “ofrenda no aceptaré de vuestra mano” (1:10) por otro lado.

3.1.6.2.2. Los sacerdotes ofrecían animales defectuosos a Yahvé (1:12-13). 1:12-14 repite las ideas de 1:7-11, así dándoles más énfasis. 1:12- 13a amplía 1:7c, 1:13bá corresponde a 1:8a, 1:13bâ resume 1:8b-10, 1:14a corresponde de nuevo a 1:8a, y 1:14b corresponde a 1:11.

3.1.6.2.2.1. Despreciaban a Yahvé y su altar (1:12-13a).

3.1.6.2.2.1.1. La primera oración del v. 12 concluye el dístico que comienza al final del v. 11 (ver supra). Luego, el resto del v. 12 es un dístico con paralelismo interno (línea B) e interlinear, y ritmo de 4:3. El “cuando decís” introduce el dístico, pero no es parte de él. A. La mesa del Señor inmunda es B. Y su fruto despreciable su alimento.

3.1.6.2.2.1.1.1. El dístico repite todas las palabras del v. 7c, salvo que tiene “Señor” en lugar de “Yahvé” (contra RV60 y RV95; ver (BJ, BDLA, RVA, NVI). El título “Señor” evoca la acusación del v. 6 ahora que el señorío de Yahvé sobre toda la tierra se ha anunciado en el v. 11. Así resalta la gravedad del desprecio por los sacerdotes y la hipocresía con que llamaban a Yahvé “Señor”. 3.1.6.2.2.1.1.2. “Cuando decís” significa “cuando pensáis”, y el pensamiento de los sacerdotes se percibe en sus acciones (ver nota sobre 1:7c). 3.1.6.2.2.1.1.3. La “mesa del Señor” es su altar, e “inmunda” significa “ritualmente contaminada” (ver las notas sobre el v. 7). 3.1.6.2.2.1.1.4. El segundo “cuando decís” no está en el hebreo (BJ, NVI, BDLA, RVA, NVI). 3.1.6.2.2.1.1.5. Todas las versiones que he consultado omiten “su fruto”, salvo BDLA.

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3.1.6.2.2.1.2. El v. 13 comienza con un dístico con paralelismo a nivel de líneas completas y ritmo de 3:2, seguido de la fórmula de mensajero.

3.1.6.2.2.1.2.1. El verbo traducido “despreciáis” literalmente se refiere a la acción de soplar. A la luz del contexto se supone que se trata de un gesto de desdén. 3.1.6.2.2.1.2.2. En el TM el objeto pronominal del verbo está en tercera persona, “lo despreciáis” (BDLA), y su antecedente es “la mesa del Señor” (v. 12). Sin embargo, la tradición rabínica informa que esta lección es una de las tiqqune soferim “correcciones de los escribas”, introducidas para evitar expresiones teológicamente ofensivos, y que la lección original es “me despreciáis” (RV60, RV95, BJ, DHH, RVA, NVI).

3.1.6.2.2.2. Le ofrecían animales defectuosos (1:13b).

3.1.6.2.2.2.1. 1:13b se compone de dos dísticos con paralelismo interlinear, seguido de la fórmula de mensajero. El primer dístico es de ritmo 2:2 y tiene paralelismo interno en la línea B: A. Y habéis traído lo hurtado B. o cojo o enfermo El segundo dístico tiene ritmo de 2:3: A. Y habéis traído la ofrenda B. ¿Aceptaré de vuestra mano esa? La traducción es un poco más literal que RV60. El primer verbo de ambos dísticos es el mismo, y el tiempo perfecto en castellano expresa el tipo de acción mejor que el pretérito, pues se trata de una acción repetida, comenzando en el pasado y llegando hasta el presente. Los dos dísticos bien pueden combinarse para formar un tetrástico de tipo AAAA.

3.1.6.2.2.2.1.1. El primer dístico hace eco de v. 8b, recalcando en qué consistía el menosprecio sacerdotal, y también formando una inclusión que enmarca 1:8-12, sección que expone este pecado. 3.1.6.2.2.2.1.2. El segundo dístico hace eco de la última oración del v. 10. El estribillo resultante marca la conclusión de las expansiones de la acusación contra los sacerdotes en 1:9-10 y en 1:11-13. En contraste, el v. 14 se dirigirá contra los judíos en general. 3.1.6.2.2.2.1.3. El repetido “habéis traído”, en este contexto, tiene que referirse no a la acción de los judíos en general, sino a la acción de los sacerdotes de colocar el sacrificio sobre el altar.

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3.1.6.2.2.2.1.4. “Lo hurtado” (1:13) aquí no significa “animal hurtado por un ser humano”, pues el sacerdote no tendría forma de reconocer que un animal había sido robado en este sentido. Más bien se refiere al animal robado por una bestia y librado por el pastor, pero no sin antes quedar lesionado (cp. 1 S. 17:34-35; Am. 3:12). 3.1.6.2.2.2.1.5. En la línea B del segundo dístico las conjunciones pueden ser traducidas “o” o “y”. 3.1.6.2.2.2.1.6. La línea B del segundo dístico es otra pregunta retórica. 3.1.6.2.2.2.1.7. La fórmula de mensajero es la forma abreviada que se encuentra también en 1:1; 3:13. Omite “de los ejércitos”. Quizá la forma abreviada se use solo para variedad estilística, pero tal vez aquí también resalta la maldición (v. 14) que concluye 1:6-14.

3.1.6.2.3. Epílogo: Yahvé maldice al judío que pagara su voto al Señor con un animal dañado (1:14). Este versículo se agrega al oráculo para que los judíos no pensaran que solo los sacerdotes eran responsables de los sacrificios defectuosos.

3.1.6.2.3.1. El v. 14a puede analizarse como un trístico de tipo AAA y ritmo de 2:4:3dístico: A. Y maldito el que engaña B. el que teniendo macho en su rebaño promete C. pero sacrifica al Señor lo dañado

3.1.6.2.3.1.1. En la Biblia las maldiciones frecuentemente se usan para asegurar que Dios castigue a los que hacen mal con impunidad (cp. Dt. 27:15-26; Jue. 17:2). En este caso la impunidad se debe al engaño. No es que el maldito engañe a Yahvé, cumpliendo el voto a medias, pues Dios no se engaña, sino que engaña al sacerdote, diciendo que trae un animal dañado porque no tiene uno sano. Así el engañador queda impune ante las autoridades humanas, y de ahí la necesidad de la maldición. En este caso, como Dios es quien pronuncia la maldición, su cumplimiento es seguro. 3.1.6.2.3.1.2. En lugar de “machos”, el hebreo tiene el singular. Levítico 22:17-25 estipula que el animal ofrecido en pago de un voto debe ser macho sin defecto. 3.1.6.2.3.1.3. El verbo traducido “promete” literalmente significa “promete en voto” (cp. BJ). Muchos votos se hacían para persuadirle a Dios que libere de algún

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apuro o que conceda alguna bendición (cp. Gn. 28:20-22; Jon. 2:9). Se supone que en el caso contemplado aquí, Dios ha respondido a la petición, pero ahora el beneficiado no cumple a cabalidad con su voto (cp. Nm. 30:2). 3.1.6.2.3.1.4. En lugar de “a Yahvé” (RV60, RVA, RV95), el hebreo tiene “Señor” (BJ, BDLA, NVI). Al llamarse “Señor” y referirse a sí mismo en tercera persona Yahvé destaca su dignidad, como en v. 9; 3:1; 4:5 [3:23] (ver también la nota sobre “el Señor” en 1:12).

3.1.6.2.3.2. El v . 14b resalta de nuevo el señorío mundial de Yahvé, ahora subrayando el pecado del adorador que ofrece animal dañado.

3.1.6.2.3.2.1. El v. 14b puede analizarse como un dístico con la fórmula de mensajero entre las dos líneas. El ritmo es de 4:3. A. Porque Gran Rey soy yo B. temible Y mi nombre es entre las naciones. La última frase es el clímax del dístico. 3.1.6.2.3.2.2. Las dos oraciones son nominales. Probablemente los verbos que se suplen en la traducción deben estar en tiempo futuro, así como en el v. 11 (ver la nota allí). 3.1.6.2.3.2.3. Yahvé también se llama “gran rey” sobre la tierra en Sal. 47:2 [3], y sobre los dioses en Sal. 95:3. Seguramente expresiones semejantes se usaban con frecuencia en el culto a Yahvé en el templo. Sal. 47:2 [3] especialmente se asemeja a este dístico; tal vez Malaquías alude a dicho pasaje aquí. 3.1.6.2.3.2.4. La fórmula de mensajero más las expresiones “grande”, “mi nombre” y “entre las naciones” hacen eco de la conclusión del v. 11 (la fórmula de mensajero sigue estas expresiones en el v. 11; aquí el orden está invertido), así formando una inclusión que enmarca el párrafo de 1:11-14. 3.1.6.2.3.2.5. Las expresiones “Señor”, “temible” y “mi nombre” evocan la acusación en el v. 6, y así forma una inclusión que enmarca toda la sección de 1:6-14 sobre el pecado de despreciar del nombre de Yahvé. De hecho, la línea A del dístico corresponde a la primera pregunta retórica del v. 6 (“¿Dónde está mi honra?”), y la línea B, a la segunda pregunta del v. 6. 3.1.6.2.3.2.6. La línea A del dístico evoca la conclusión del primer oráculo (1:5b). Esta semejanza coadyuva a indicar que la primera sección mayor del segundo oráculo, la que expone la acusación, concluye con el v. 14.

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3.2. Yahvé maldijo a los sacerdotes, haciéndolos despreciables (2:1-9). Era el castigo resultante del pecado de despreciar a Yahvé, expuesto en 1:6-14.

3.2.1. Yahvé maldeciría a los sacerdotes si no le honraran (2:1-3).

3.2.1.1. Yahvé manda a los sacerdotes dar gloria a su nombre (2:1-2a).

3.2.1.1.1. El v. 1 es una unidad de una sola línea poética. El hecho que la línea no forma parte de una unidad mayor (un dístico, por ejemplo) y el “ahora” coadyuvan a destacarla como la oración introductoria a una sección nueva. Por el momento el contenido de “este mandamiento” es enigmático. No se halla en el v. 1 ni en el texto anterior, de modo que lo busca el lector en el texto siguiente (lo mismo sucede con el “en esto” de 3:10). 3.2.1.1.2. El v. 2a es la prótasis de una oración condicional. Contempla la posibilidad de que los sacerdotes no obedecen el mandamiento de Yahvé, dar gloria a su nombre.

3.2.1.1.2.1. El v. 2a consiste en un trístico de tipo AAB, con métrica de 2:3:3, seguido de la fórmula de mensajero: A. Si no oyereis B. y si no ponéis sobre el corazón C. para dar gloria… 3.2.1.1.2.2. Las líneas paralelas A y B aplazan la esperada definición del contenido del “mandamiento” del v. 1). Ese contenido al fin se revela en la línea C, en posición de clímax al final del trístico. 3.2.1.1.2.3. “Oyereis”, como frecuentemente en la Biblia, significa “oír para obedecer”. El modismo paralelo, traducido literalmente arriba, ha de significar aproximadamente lo mismo (ver su uso en Is. 42:25; 57:1, 11; Jer. 12:11). Se podría traducir con un modismo algo similar, “tomar a pecho” (BJ, RVA), o, más prosaicamente, “tomar en serio” (DHH). “Decidir de corazón” (RV60, RV95, BDLA; cp. NVI) es un poco menos exacto, pero interpreta correctamente el sentido en este contexto. 3.2.1.1.2.4. “Dar gloria a mi nombre” hace eco de 1:6 (“honra” en 1:6 y “gloria” en 2:2 son traducciones de la misma palabra hebrea), y también de 11, 14, así enlazando 2:1-9 con la acusación de 1:6-14. En este contexto para dar gloria al nombre de Yahvé los sacerdotes deberían exigir sacrificios sin defecto, tal como Yahvé lo merecía (cp. 1:6-8, 13; ver también 1 S. 6:5).

3.2.1.2. Yahvé amenaza con convertir en maldición las bendiciones que los sacerdotes recibían (2:2b-3).

3.2.1.2.1. La segunda unidad poética del v. 2 es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 3:2. Es la apódosis de la oración condicional, y define las consecuencias para los sacerdotes si no dan gloria a Yahvé: A. Enviaré…la maldición sobre vosotros B. Y maldeciré vuestras bendiciones

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3.2.1.2.1.1. El hebreo tiene “la maldición”, con el artículo. En este contexto puede referirse a la maldición de 1:14, pero en realidad la interpretación no se da sino hasta los vv. 4-5, 8-9. Allí se verá que se trata de la maldición por incumplir la estipulación central del pacto de Yahvé con Leví (ver vv. 4-5, 8-9). 3.2.1.2.1.2. El contexto siguiente aclara que “vuestras bendiciones” no eran las bendiciones que los sacerdotes pronunciaban sobre los judíos, sino las bendiciones que los sacerdotes recibían. 3.2.1.2.1.3. La línea B expresa un motivo común en las profecías bíblicas: la inversión de una situación actual (cp. 1 S. 2:4-5).

3.2.1.2.2. La última unidad poética del v. 2 es un dístico no paralelo. Su línea A hace eco de la línea B del dístico anterior, y su línea B hace eco de la línea B del trístico inicial. Anuncia que en ese momento Yahvé los maldice (línea A; cp. v. 9), porque no cumplen la condición del trístico (línea B).

3.2.1.2.2.1. El verbo “he maldecido” está en el tiempo perfecto en el hebreo. Ese tiempo normalmente se usa de acciones del pasado, pero también se usa cuando pronunciar el verbo efectúa su acción. Así aquí Yahvé maldice a los sacerdotes mediante la fórmula “he maldecido”. En castellano este sentido mejor se expresa mejor mediante el tiempo presente (cp. “y aun las maldigo”). El hebreo utiliza el tiempo perfecto porque cuando se termina de pronunciar la expresión, la acción ya se ha efectuado. 3.2.1.2.2.2. La expresión traducida “no os habéis decidido de corazón” es literalmente “no ponéis sobre el corazón”. En cuanto a su significado, ver la nota sobre la misma expresión en el v. 2. Aquí la forma verbal es un participio, indicando tiempo presente (cp. BJ, RVA).

3.2.1.2.3. Yahvé da dos ejemplos de la maldición que caería sobre los sacerdotes (2:3).

3.2.1.2.3.1. Su descendencia menguaría (2:3a).

3.2.1.2.3.1.1. La primera oración del v. 3 es una unidad de una sola línea poética. 3.2.1.2.3.1.2. En lugar de “dañaré la sementera”, tradúzcase “reprenderé la semilla/simiente”. “Reprender” (cp. BDLA, RVA, NVI) aquí significa “parar por orden divina”, así como en 3:11 (cp. también Is. 50:2; Zac. 3:2). La semilla/simiente probablemente no se refiere a la agricultura, sino a la descendencia (cp. BDLA, RVA, NVI), así como en 2:15 (cp. el uso del vocablo en Is. 59:21).

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3.2.1.2.3.2. En lugar de preeminencia sufrirían humillación (2:3b). La unidad poética se puede analizar como un trístico con paralelismo de tipo AAB y ritmo de 3:2:3: A. Y os echaré el estiércol al rostro B. el estiércol de vuestras fiestas La figura del estiércol (o, según algunos, el contenido no digerido del estómago) es chocante. El vocablo traducido “animales sacrificados” es literalmente “fiestas” (BJ, BDLA). Se usa en el AT especialmente de las tres grandes fiestas de peregrinación: Pascua, Pentecostés y Tabernáculos. Ya que en esas fiestas los israelitas hacían muchos sacrificios, se acumulaba mucho estiércol, el cual debería ser quemado fuera de la ciudad (cp. Ex. 29:14; Lv. 4:11-12; 8:17; 16:27; Nm. 19:5). Yahvé echaría ese montón de estiércol en el rostro de los sacerdotes (líneas A y B), y juntamente con el estiércol los sacerdotes serían arrojados fuera de la comunidad (línea C).

3.2.2. Para que el pacto con Leví siguiera en pie era necesario que los sacerdotes honraran a Yahvé (2:4-7).

3.2.2.1. Cuando los sacerdotes sufrieran la maldición de Yahvé, se darían cuenta que Yahvé les había dado el mandamiento de dar gloria a su nombre (cp. vv. 1-2) como exigencia fundamental del pacto con Leví (2:4).

3.2.2.1.1. El v. 4 se puede analizar como un dístico no paralelo de ritmo 5:3, seguido de la fórmula de mensajero. La falta de paralelismo llama la atención a la referencia al pacto con Leví, tema clave para la sección de 2:1-9. 3.2.2.1.2. La expresión “envié este mandamiento” evoca “enviaré maldición” (v. 1). Desobedecer el mandamiento enviado traería una maldición enviada. 3.2.2.1.3. “Para que fuese mi pacto con Leví” puede significar “para establecer mi pacto con Leví”, o “para que siga en píe mi pacto con Leví”. En realidad la oración expresa las dos ideas. El mandamiento fue la estipulación fundamental del pacto que Yahvé estableció con Leví, y por lo tanto desobediencia a esa estipulación rompía el pacto del lado de Leví, lo cual podría inducir a Yahvé a anular el pacto de su lado. 3.2.2.1.4. La expresión “mi pacto” indica que no se trata de un pacto de paridad (en tal caso se esperaría “nuestro pacto”), sino que Yahvé soberanamente concedió el pacto a Leví, su vasallo (el significado de “pacto de Leví” en 2:8). El beneficio que Leví podría recibir del pacto era mucho mayor que el beneficio para Yahvé. Por otro lado, no se trata de un pacto incondicional, como indica la exigencia del “mandamiento” de dar gloria a Yahvé (v. 2) y de temerlo (v. 5). 3.2.2.1.5. En este contexto “Leví” se refiere a “la tribu de Leví”, y particularmente a sus representantes más importantes, los sacerdotes (ver v. 1). 3.2.2.1.6. Jeremías 33:21, el primer pasaje bíblico que menciona específicamente un pacto con la tribu de Leví, da a entender que ese pacto había existido ya por mucho tiempo. Probablemente, entonces,

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consiste en las partes de la Ley de Moisés que hablan de las responsabilidades y privilegios especiales que tendrían los sacerdotes en la adoración a Yahvé (ver las alusiones al pacto con los sacerdotes en Nm. 18:19; 25:10-13; cp. también Ex. 32:26-29; Nm. 17:1-18:32; Dt. 10:8-9; 33:8-11; Zac. 3:7).

3.2.2.2. Tanto Yahvé como Leví habían cumplido con el pacto (2:5-7).

3.2.2.2.1. En el pacto Yahvé había prometido dar vida y bienestar (shalom) a Leví, y lo había hecho (2:5a). El v. 5a es un dístico con ritmo de 5:2, paralelismo interlinear, y paralelismo interno en la línea A: A. Mi pacto fue…vida y shalom con él B. Y las di a él. Esta traducción es más literal que RV60, para mostrar mejor el paralelismo. La línea B es enfática no solo por el énfasis que normalmente recae sobre la conclusión de un dístico, sino también por la brevedad de la línea B en comparación con la línea A. 3.2.2.2.2. En el pacto la exigencia para Leví era que temiera a Dios, y lo había hecho (2:5b).

3.2.2.2.2.1. En lugar de “para que me temiera” y “estuvo humillado” (2:5b) tradúzcase “Y fue temor” y “tuvo miedo” (ver BJ, NVI; cp. BDLA). 3.2.2.2.2.2. 2:5b es un dístico con paralelismo interlinear y un ritmo de 2:4: A. Y fue temor y me temió B. y tuvo miedo delante de mi nombre Hay también una especie de paralelismo interno en la línea A. 3.2.2.2.2.3. El paralelismo aclara que temer a Dios es más que tenerle reverencia; es también tener miedo de desobedecerlo. El verbo traducido “tuvo miedo” se usa de miedo fuerte, terror. 3.2.2.2.2.4. Aquí “mi nombre” se repite por octava vez en el oráculo (ver la nota sobre 1:6). 3.2.2.2.2.5. Malaquías no indica qué período histórico tiene en mente cuando habla de la obediencia de Leví.

3.2.2.2.3. Leví había demostrado su temor a Yahvé mediante su enseñanza correcta y su vida justa (2:6).

3.2.2.2.3.1. Mediante su enseñanza (2:6a).

3.2.2.2.3.1.1. El v. 6a es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 4:3: A. Instrucción de verdad estuvo en su boca B. E iniquidad no fue hallado en sus labios 3.2.2.2.3.1.2. Sobre la responsabilidad de los sacerdotes y levitas de instruir al pueblo, ver Lv. 10:10-11; Dt. 17:9-12; 33:10; Ez. 7:26; 2 Cr. 15.3.

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3.2.2.2.3.1.3. El vocablo traducido “la ley” es torah. Su sentido fundamental es “instrucción”, si bien con frecuencia se usa de la Instrucción por excelencia, la Ley de Moisés (ver 4:4 [3:22]). La torah de los sacerdotes normalmente no es la Ley en sí (aunque véase Dt. 33:10), sino la instrucción y los dictámenes de los sacerdotes, particularmente sobre lo ritual y lo sagrado (cp. Os. 5:7; Jer. 2:8; 18:18; Ez. 7:26; Hag. 2:11). Así se usa aquí y en los tres versículos siguientes (cp. DHH, BDLA, NVI), aunque la instrucción aquí también incluye la ética. 3.2.2.2.3.1.4. El vocablo traducido “verdad”, significa “fidelidad”. Los sacerdotes habían dado “instrucción fiel” a las exigencias divinas, en base a la Ley de Moisés (cp. NVI: “instrucción fidedigna”).

3.2.2.2.3.2. Mediante su vida justa (2:6b).

3.2.2.2.4. Era imprescindible que los sacerdotes temieran a Yahvé, porque su instrucción orientaban al pueblo (2:7).

3.2.2.2.4.1. El v. 7 se puede analizar como un trístico de tipo AAB, con ritmo de 4:3:4. A. Porque los labios del sacerdote han de guardar sabiduría B. Buscarán de su boca instrucción 3.2.2.2.4.2. El verbo “guardar” con frecuencia significa “obedecer”, pero aquí más bien ha de significar “preservar”. 3.2.2.2.4.3. El vocablo traducido “sabiduría” frecuentemente tiene ese sentido en la literatura sapiencial, pero su significado literal es “conocimiento, ciencia”, y así se debe traducir aquí (cp. BJ, RVA). La instrucción de los sacerdotes debería preservar el conocimiento de la conducta correcta según la Ley, particularmente en cuanto a lo sagrado. Otra interpretación es que se refiere al conocimiento de Dios (cp. DHH y ver Os. 4:1, 6). 3.2.2.2.4.4. La palabra “mensajero” evoca el nombre de Malaquías (“mi mensajero”, o tal vez “mensajero de Yahvé”, ver “Autor del libro” en la “Introducción”). Generalmente se usa de ángeles o profetas. Solo aquí en el A.T. se usa del sacerdote. El sacerdote, a diferencia de los ángeles y los profetas, recibía su mensaje de Dios indirectamente, a través de la Ley ya revelada y las tradiciones sacerdotales.

3.2.3. Ya que los sacerdotes de los tiempos de Malaquías habían violado el pacto de Leví, Yahvé les aplica la maldición del pacto (2:8-9).

3.2.3.1. Los sacerdotes habían violado el pacto (2:8).

3.2.3.1.1. El v. 8 se puede analizar como un trístico de tipo AAA seguido de la fórmula de mensajero. Esencialmente el paralelismo es a nivel de líneas completas, si bien el “mas vosotros” de la línea A se sobreentiende por elipsis en las líneas B y C.

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3.2.3.1.2. En vez de andar con Yahvé en justicia (cp. v. 6), ellos habían salido del camino. Sobre el camino de Yahvé, revelado en la Ley, ver Ex. 18:20; Sal. 25:8-10; 77:13 [14]; 119:14, 30, 32, 33.

3.2.3.1.2.1. Sobre la idea de salir del camino de Yahvé, ver Ex. 32:8; Dt. 9:12, 16; 11:28; 31:29; Jue. 2:17. 3.2.3.1.2.2. La primera sección del oráculo resalta el pecado de los sacerdotes comparando su conducta con la de las naciones (1:11-12). Aquí lo resalta comparando su conducta con la de los sacerdotes del pasado. 3.2.3.1.3. En vez de apartar a muchos de la iniquidad mediante instrucción fidedigna (v. 6), ellos habían hecho tropezar a muchos por su instrucción. Tal vez Malaquías pensaba en las acusaciones similares en Ez. 44:12; Os. 4:6. La acusación aquí anticipa y en parte explica las acusaciones contra el pueblo en los oráculos restantes. Los pecados del pueblo allí señalados deberían ser evitados o corregidos por la instrucción de os sacerdotes, mensajeros de Yahvé (cp. v. 7). 3.2.3.1.4. El pronombre “vosotros” es enfático, pues de otra manera, como en español, no hay por qué incluirlo. Con la conjunción “mas vosotros” subraya el contraste entre la conducta correcta de los sacerdotes en el pasado y la conducta de los sacerdotes a quienes Malaquías reprende. 3.2.3.1.5. En cuanto al “pacto de Leví”, ver la exposición del v. 4.

3.2.3.2. Yahvé aplica la maldición a los sacerdotes debido a su desobediencia (2:9).

3.2.3.2.1. Aplica la maldición (2:9a).

3.2.3.2.1.1. En vez de dar a los sacerdotes la vida y bienestar prometidos en el pacto con Leví (v. 5), Yahvé les aplica la maldición por desobediencia al pacto (ver vv. 2-3), haciéndoles despreciables (ver v. 3b). Lo mismo sucede en toda generación a los líderes del pueblo de Dios que debido a su conducta pecaminosa y su enseñanza acomodadiza pierdan el respeto de sus feligreses. 3.2.3.2.1.2. El v. 9a es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 4:3: A. Y también yo os he hecho viles B. y bajos ante todo el pueblo. 3.2.3.2.1.3. La frase introductoria “y también yo” (traducción literal) es enfática, y se contrasta con “mas vosotros” en el v. 8. El contraste señala la relación de causa (v. 8) y efecto (v. 9), o de pecado y su consecuencia, dentro del contexto del pacto con Leví. El vocablo traducido “por tanto” normalmente se traduce “y” o “pero”, pero “por tanto” capta bien la idea aquí.

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3.2.3.2.1.4. El verbo hebreo “he hecho” es un perfecto instantáneo; la expresión del verbo efectúa su acción (ver la nota sobre “he maldecido” en 2:2). 3.2.3.2.1.5. El vocablo traducido “viles” es el mismo que está traducido “despreciable” en 1:7, 12, y es un participio del mismo verbo traducido “menospreciar” en 1:6 (ver la traducción de 2:9 en BJ, BDLA, RVA, RV95, NVI). La repetición de la raíz aquí forma una inclusión que abarca todo el oráculo de 1:6-2:9, y también subraya la simetría del castigo divino: por haber despreciado a Yahvé, él ha hecho despreciables a ellos. 3.2.3.2.1.6. Al pronunciar la maldición aquí, Yahvé puso en efecto la maldición profetizada en 2:3b.

3.2.3.2.2. Desobedecían las leyes de Yahvé, mostrando favoritismos en sus dictámenes sacerdotales (2:9b).

3.2.3.2.2.1. El v. 9b es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 4:3: A. Así como vosotros no guardáis mis caminos B. sino que levantáis caras en la instrucción 3.2.3.2.2.2. El vocablo traducido “habéis guardado” es un participio hebreo; se le debe traducir en tiempo presente, “guardáis” (BJ). Es la misma construcción gramatical que se usa en la última oración del v. 2. En ambos caso la construcción da la razón por la cual Yahvé aplica la maldición a los sacerdotes. 3.2.3.2.2.3. Los “caminos” de Yahvé son sus leyes (cp. las referencias a los caminos de Yahvé en el Salmo 119). 3.2.3.2.2.4. La línea B es ambigua. “Levantar caras” significa “mostrar favor”, tanto en sentido positivo (ver la explicación del modismo en 1:8), como en el sentido de “mostrar favoritismo”. Si se toma en sentido positivo aquí, se debe traducir “ni levantáis caras por la instrucción”, es decir, “ni hacéis beneficio por medio de la instrucción”. Sin embargo, es dudoso que “levantar caras” se puede usar en este sentido. Queda entonces la opción del sentido negativo de “hacer acepción de personas” (así todas las versiones que he consultado). En tal caso hemos de entender que los sacerdotes aceptaban animales dañados solo de ciertas personas, probablemente gente poderosa. Tal vez a ellas mostraba parcialidad también en otros de sus dictámenes sacerdotales. Sea cual fuere la interpretación, la repetición de “levantar cara(s)” aquí y en 1:8, 9 constituye otra inclusión que enmarca casi todo el oráculo.

4. Tercer oráculo: los israelitas debían cesar de traicionarse unos a otros (2:10-16).

4.1. Acusación profética en términos generales: los israelitas se traicionaban unos a otros (2:10). La lealtad a Yahvé y la lealtad entre los miembros del pueblo eran aspectos complementarios del pacto entre Yahvé e Israel.

4.1.1. Todos los judíos eran hermanos creados por un mismo Dios (2:10a). Como

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hijos de un mismo Dios, deberían vivir en unidad (para un concepto semejante aplicado a la Iglesia, ver 1 Co. 12:4-13).

4.1.1.1. El 2:10a es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 4:4. A. ¿No tenemos todos un mismo padre? B. ¿No nos ha creado un mismo Dios? 4.1.1.2. Las dos oraciones son preguntas retóricas que dan por sentada una respuesta de “sí”. El tercer oráculo es el único de los seis oráculos en Malaquías que comienza con una pregunta retórica. 4.1.1.3. El paralelismo indica que el “padre” no es Adán, Abraham, ni Jacob, sino Dios (cp. 1:6). Comúnmente, como aquí, la línea A incluye algo enigmático que no se aclara sino hasta la línea B. 4.1.1.4. La línea B no se refiere a la creación de toda la humanidad, sino de Israel. Yahvé se presenta como padre-creador de Israel en Dt. 32:6; Is. 45:11; 64:8 [7], como su padre en 1:6; Is. 63:16; Jer. 3:4, 19 (cp. también Ex. 4:22- 23; Dt. 1:31; 8:5; 14:1; Sal. 103:13; Is. 1:2; 30:9; Jer. 31:9; Os. 11:1) y como su creador en Dt. 32:18; Is. 43:1, 15; 44:2. Yahvé fue padre-creador de Israel al llamar, preservar y multiplicar a los patriarcas, y también al librar a Israel de Egipto y hacer pacto con ellos en Sinaí. 4.1.1.5. La palabra “uno” recalca que la existencia de Israel se debía a Yahvé solamente. 4.1.1.6. En 2:10-16, a diferencia de los demás oráculos, Yahvé no habla en primera persona, sino que Malaquías habla de él en tercera persona (cp. especialmente 2:10 con 1:6). 4.1.1.7. Al usar las formas de primera persona plural en el v. 10, Malaquías se identifica con el pueblo de Judá. Sin embargo, en los vv. 11-12 hablará de Judá y del judío en tercera persona, y luego en los vv. 13-16 confrontará más directamente a los varones en segunda persona plural o singular.

4.1.2. Traicionarse unos a otros era incongruente con la hermandad de los judíos (cp. v 10a) y una violación del pacto que Yahvé había hecho con sus padres (2:10b).

4.1.2.1. El v. 10b es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 4:3. A. ¿Por qué nos portamos deslealmente el uno contra el otro B. profanando el pacto de nuestros padres? El paralelismo sería más claro si convirtiéramos el “profanando” en un “profanamos”, un equivalente a un nivel de la gramática profunda. 4.1.2.2. El v. 10b es la tercera pregunta retórica del versículo. No espera una respuesta, sino que es una forma de declarar con pasión: “no debemos portarnos deslealmente…”. 4.1.2.3. El vocablo “pues” no está en el hebreo. 4.1.2.4. El verbo “portarse deslealmente” es la palabra clave en 2:10-16, y señala su tema. Es el verbo traducido “prevaricó” en v. 11 y “ser desleal” en vv. 14, 15 y 16. Es lo contrario de actuar con jésed “fidelidad, lealtad”. Con respecto al pecado de la deslealtad, ver Jer. 9:4-6; Mi. 7:2-6. 4.1.2.5. La expresión “el uno contra el otro” es literalmente “un hombre contra su

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hermano”: La expresión hebrea más común sería “un hombre contra su prójimo” (cp., en hebreo, “un hombre con su prójimo” en 3:16, y, en aproximadamente el mismo período, “hombre…su prójimo” en Zac. 3:10; 8:10, 16, 17, 11:6; 14:13). Tener todos un mismo padre (v. 10a) implicaba que los judíos eran “hermanos”. 4.1.2.6. Incumplir las estipulaciones del pacto era “profanarlo”, es decir, tratarlo como si no fuera un acuerdo santo entre Yahvé y su pueblo, garantizado por juramento (cp. Sal. 89:31 [32], 34 [35]; el verbo traducido “olvidaré” en Sal. 89:34 es literalmente “profanaré”). 4.1.2.7. El contexto inmediato indica que “el pacto de nuestros padres” no es el pacto con Abraham (a diferencia de la expresión casi igual en Dt. 4:31), ni con Leví (cp. 2:4, 8), sino el sinaítico. Fue mediante ese pacto que Yahvé había creado a Israel, lo había hecho su hijo, había hecho hermanos a los israelitas, y les había dado mandamientos acerca de la lealtad unos con otros.

4.2. Primer ejemplo de la traición: matrimonio con mujeres paganas (2:11-12).

4.2.1. El pecado: los israelitas habían traicionado a su pueblo, profanándolo mediante matrimonios con mujeres paganas (2:11). El v. 11a recoge la línea A de v. 10b (ver la repetición de “portarse deslealmente”) y el v. 11b recoge la línea B del v. 10b (ver la repetición de “profanar”).

4.2.1.1. Judá ha cometido traición (2:11a).

4.2.1.1.1. El v. 11a se puede analizar como un trístico de tipo AA. Es decir, el paralelismo sugiere un dístico, pero la métrica indica que hay tres líneas con ritmo de 2:2:2. La mitad de la línea A resulta paralela a la línea B, y la otra mitad, a la línea C, pero las líneas B y C no son paralelas entre sí. A. Ha cometido traición Judá B. Y abominación se ha cometido C. en Israel y en Jerusalén. 4.2.1.1.2. En lugar de “prevaricó”, tradúzcase “se portó deslealmente” (cp. BDLA) o “traicionó” (cp. BJ, RVA, NVI). El verbo significa lo mismo que en el v. 10: traicionar al hermano judío. 4.2.1.1.3. Al referirse a Judá en la tercera persona, en vez de continuar con la primera persona plural que usó en el v. 10, el profeta se distancia de los pecadores a quienes denuncia. 4.2.1.1.4. En el hebreo “abominación” está en posición enfático, antes del verbo. El vocablo se usa más de 60 veces en Deuteronomio, Jeremías y Ezequiel para referirse a pecados que Dios aborrece. Los matrimonios mixtos (v. 11b) eran una “abominación”, porque conducía al linaje santo a cometer las “abominaciones” de los paganos (cp. Esd. 9:1). En hebreo las primeras cuatro palabras del v. 11, lit. “traicionó Judá, abominación se hizo”, riman, lo cual subraya la relación entre “traicionó” y “abominación”. 4.2.1.1.5. Al decir que la traición abominable fue cometida por “Judá”, “en Israel y en Jerusalén”, Malaquías señalaba toda la nación. “Israel” aquí ha de ser sinónimo de “Judá” (ver la nota sobre 1:1), si bien parece

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referirse al reino del norte en la expresión “a Judá, a Israel y a Jerusalén” en Zac. 1:19 [2:2].

4.2.1.2. Algunos judíos han profanado al pueblo santo mediante matrimonios mixtos (2:11b).

4.2.1.2.1. El v. 11b se puede analizar como un trístico de tipo AAB y con ritmo de 4:2:4. Gramaticalmente el paralelismo es de tipo AAA, pero el paralelismo semántico se limita a las líneas A y B: A. Porque Judá ha profanado la cosa sagrada de Yahvé B. que el amó 4.2.1.2.2. El vocablo traducido “santuario” en RV60 es qódesh, literalmente “santidad”. También se usa de cosas o personas santas. Muchos opinan que aquí se refiere al santuario (así todas las versiones que he consultado). La última frase del v. 10 sugiere que se refiere al pacto. Sin embargo, es más probable que se refiere al pueblo de Yahvé por tres razones. a) El pecado denunciado en 2:10-16 es la traición de unos judíos contra otros. Los matrimonios mixtos profanaban al pueblo santo, con el resultado de que no recibía las bendiciones de Yahvé, sino que se hacía merecedor de su castigo, hasta la destrucción completa (cp. Esd. 9:14). Esto sí era traición contra los hermanos judíos. b) Malaquías califica la palabra qódesh con la frase “que él amó”. Esta frase, haciendo eco de 1:2, sugiere que el qódesh aquí es el pueblo de Judá. El A.T. dice muchas veces que Yahvé amó a su pueblo, pero nunca que amó a su santuario (aunque ver Ez. 7:20-22) o a su pacto con Israel. c) La palabra qódesh se usa de Israel en otros pasajes. En aproximadamente el mismo período algunos se quejaron que “la simiente de qódesh” (“linaje santo” en RV60, RV95 y BDLA, “simiente santa” en RVA y “raza santa” en BJ y NVI) se había mezclado con los pueblos de las tierras mediante los matrimonios (Esd. 9:2). Anteriormente Jeremías había proclamado que Israel era qódesh a Yahvé (Jer. 2:3), y el vocablo se usa de Israel también en Ex. 22:30; Sal. 114:2; Is. 6:13; 62:12; 63:18; Dn. 12:7. 4.2.1.2.3. Malaquías nos deja en vilo tocante al pecado denunciado en el v. 11 hasta la última oración. “Hija de dios extraño” significa “adoradora de dios de otro pueblo” (cp. Nm. 21:29; Dt. 32:19). Algunos judíos, hijos de Dios, creador de Israel (cp. v. 10), se habían casado con hijas de dioses de otras naciones (v. 11). Los matrimonios mixtos fueron un problema con que Esdras y Nehemías también lidiaron (cp. Esd. 9- 10; Neh. 13:23-30). Posiblemente los varones judíos los contraían para sellar alianzas comerciales y políticas (cp. Neh. 6:17-18; 13:28- 29; Esd. 9:1-2). 4.2.1.2.4. La palabra traducida como pronombre relativo en la oración “que el amó” a veces significa más bien “porque”. Si tiene ese significado aquí, el v. 11b es un dístico sin paralelismo interlinear pero con paralelismo interno en la línea B (amó // se casó con) y con ritmo de 4:5. El mismo resultado se obtiene si la palabra es pronombre relativo cuyo antecedente no es “Yahvé”, sino “Judá” (así como “hombre [judío]” lo es en v. 12). Para el uso de “amar” como sinónimo de “casarse”, ver 1 R. 11:1. De hecho, el lenguaje de 1 R. 11:1a puede haber influido de alguna manera en Mal. 2:11b, pues ambos textos tienen las palabras “amó”, “extraño” e “hija de”.

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4.2.1.2.5. Algunos estudiosos opinan que “Judá…se casó con hija de Dios extraño” quiere decir que el pueblo de Judá se había entregado a la adoración de un dios extraño (ver la lista en Hill, Malachi, pág. 255). Sin embargo, cuando el A.T. emplea el matrimonio o la relación sexual como figura de la adoración, Israel es la mujer, y la divinidad, sea Yahvé o un dios extraño, es el varón. Además, no hay evidencia que Judá se haya entregado a la idolatría en el período posexílico, pero los libros de Esdras y Nehemías testifican al problema de los matrimonios mixtos (ver supra).

4.2.2. El castigo: Malaquías pidió que Yahvé cortara a los culpables de Israel (2:12).

4.2.2.1. El análisis del v. 12 como una unidad poética es difícil. Quizá sea un tetrástico de tipo ABCB con un ritmo de 3:3:2:4. En este análisis la línea C completa la línea A, y las líneas B y D son paralelos: A. Yahvé corte al hombre C. de las tiendas de Jacob. B. que hiciere esto al que vela y al que responde D. y al que ofrece ofrenda a Yahvé de los ejércitos 4.2.2.2. En lugar de “cortará”, tradúzcase “corte” (ver DHH, BJ, BDLA, NVI). El verbo hebreo es un yusivo, el cual no expresa una predicción, sino un deseo, aquí una maldición. La base implícita para la maldición es que Judá ha violado su pacto con Yahvé al casarse con mujeres paganas. El matrimonio con cananeos se prohibía en la Ley (Ex. 34:15-16; Dt. 7:3), y en el período posexílico se contextualizó esa prohibición, aplicándola a matrimonios con los pueblos vecinos de Judá (Esd. 9:1-10:44; Neh. 10:30; 13:23-27). La maldición tenía el propósito de castigar a los impunes (ver la exposición de 1:14). A diferencia de los casos narrados en Esd. 10:7-44 y especialmente Neh. 13:23-25, 28, generalmente ninguna autoridad humana castigaba a los que profanaban a Israel ante Yahvé mediante los matrimonios mixtos (cp. Esd. 9:1-3 y el uso de la maldición en Neh. 13:29). 4.2.2.3. Como Yahvé es el sujeto de “corte”, el verbo aquí no se refiere a una exclusión del pueblo (contra NVI) ni del culto, sino a la destrucción del pecador y de sus descendientes (cp., por ejemplo, Am. 1:5, 8, donde el mismo verbo está traducido “destruir”, y Ez. 14:6-9, donde Yahvé amenaza con cortar de en medio del pueblo el que cometiera “abominación”, el vocablo usado también aquí en el v. 11, y donde “cortar de en medio del pueblo” [Ez. 14:8] parece ser equivalente a “destruir de en medio del pueblo [Ez. 14:9]). Así de serio era la ofensa de los matrimonios mixtos, pues podría conducir a la idolatría (cp. Neh. 13:26; Dt. 7:2-3) y a la destrucción completa de Judá por Dios (cp. Esd. 9:14). 4.2.2.4. La maldición de Malaquías se dirigía contra todos los que se casaban con mujeres paganas (2:12b). El significado exacto de la frase traducida “al que vela y al que responde” es muy debatido (cp. BJ y BDLA: “sea testigo o defensor”), pero de alguna manera ha de ser un merismo que aquí significa “quienquiera que sea” (cp. NVI, DHH). 4.2.2.5. Malaquías incluía en la maldición aun los que ofrecían sacrificios a Yahvé. El título “Yahvé de los ejércitos” proclama la soberanía de Yahvé sobre todo. Aquí se usa con un dejo de ironía. ¡Había quienes se atrevían ofrecer sacrificios a Yahvé, el Dios soberano, y a la vez se casaban con hijas de otros dioses que introducían en Judá creencias y prácticas paganas! Fuera

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de este versículo Malaquías siempre usa el verbo “ofrecer” de la acción de los sacerdotes (cp. 1:7, 8; 3:3). Quizá aquí, entonces, la última oración señala que entre los que se casaban con mujeres paganas había sacerdotes, precisamente la situación planteada en Esd. 9:1. 4.2.2.6. Varios estudiosos opinan que 2:11-12, o 2:11b-12, o 2:11b-13a es secundario, agregado en los tiempos de Esdras y Nehemías. Sus argumentos son insustanciales. Tal vez el más objetivo es el cambio de la primera persona en 2:10 a la tercera persona en 2:11-12 para referirse a Judá. Sin embargo, aun si se omite 2:11-12, hay un cambio de primera a segunda persona entre 2:10 y 2:13 ó 14. Por otro lado, los versículos “sospechosos” comparten con el resto del oráculo las referencias a Yahvé en tercera persona, a diferencia de los oráculos anteriores, en los cuales Yahvé siempre habla en primera persona (el profeta volverá a hablar de Yahvé en tercer persona en 3:2-4, 16). De más peso aún, cambios inesperados de persona se dan no solo en este oráculo sino también en el siguiente y en el sexto oráculo (ver los detalles en la nota sobre la impugnación de 3:2-4). Para una lista de quienes impugnan la originalidad de 2:11-13, sus argumentos y algunas refutaciones, ver Hill, Malachi, págs. 222-23.

4.3. El segundo ejemplo de la traición (2:13-16).

4.3.1. Introducción (2:13a). En lugar de “y esta otra vez haréis cubrir…”, tradúzcase “y esta segunda cosa hacéis: cubrir…” (cp. BJ, DHH, BDLA, RV95, NVI). Con el verbo “hacéis”, en lugar de la primera persona (v. 10) o la tercera persona (vv. 11-12), Malaquías confronta a los acusados más directamente. 4.3.2. El castigo: Yahvé ya no aceptaba sus sacrificios (2:13).

4.3.2.1. En el primer ejemplo de la traición, Malaquías primero presentó el pecado (2:11) y luego el castigo (2:12). Esta vez invierte el orden, comenzando con el castigo (2:13) para entonces exponer el pecado (2:14-15). 4.3.2.2. El v. 13a es un trístico de tipo AAA, con ritmo de 3:4:2, y paralelismo interno en la línea C: A. Y esta segunda cosa hacéis B. Cubrir de lágrimas el altar de Yahvé C. de llanto y de gemidos

4.3.2.2.1. “Cubrir” es obviamente una hipérbole para énfasis. 4.3.2.2.2. En lugar de “clamor” tradúzcase “gemidos” (BDLA) o “suspiros” (BJ, RVA), si bien el llanto y los gemidos seguramente acompañaban “lamentos” (DHH, NVI) y “clamor” (RV60, RV95).

4.3.2.3. El v. 13b es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 4:3 A. Pues él no más mira a la ofrenda B. ni acepta ofrenda para lograr favor de vuestra mano

4.3.2.3.1. En lugar de “así que no miraré”, tradúzcase “porque él no mira” (cp. DHH, BJ, BDLA, NVI). Los verbos “mira” y “acepta” son infinitivos hebreos (lit. “pues no hay más mirar a la ofrenda, ni aceptar de la ofrenda…”), y el contexto indica que el sujeto de la acción es Yahvé, pero en este oráculo Yahvé no habla en primera persona, sino que el profeta habla acerca de él en tercera persona.

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4.3.2.3.2. El vocablo traducido “con gusto” o “con agrado” en todas las versiones que he consultado no tiene la preposición. Se usa en contextos cúlticos para referirse al sacrificio como medio de alcanzar favor divino (cp. en el hebreo Ex. 28:38; Lv. 1:3; 19:5; 22:19, 20, 21, 29; 23:11; Is. 56:7; Jer. 6:20). 4.3.2.3.3. Ver la nota sobre “de vuestra mano” en 1:9. 4.3.2.3.4. Los judíos sabían que Yahvé no aceptaba sus sacrificios porque no les bendecía (cp. 3:9, 11). Reaccionaban clamando a Yahvé con llanto al ofrecer sus sacrificios. Probablemente convocaban asambleas en el templo para el efecto (cp. Jl. 2:12-17). El cubrir el altar con lágrimas tal vez fuera una acción de los sacerdotes (cp. Jl. 2:17).

4.3.3. Objeción judía: “¿Por qué?” (2:14a).

4.3.3.1. La objeción es una línea poética solitaria. No forma parte de una unidad multilinear, como un dístico o trístico. 4.3.3.2. A diferencia de las objeciones en los otros oráculos, esta objeción no se presenta en respuesta a una acusación, sino como una reacción al hecho que Yahvé no aceptaba los sacrificios. Es decir, no cuestiona lo que Yahvé ha dicho, sino lo que ha hecho. La objeción siempre se expresa mediante una pregunta medio retórica; es decir, por un lado invita una respuesta, pero por otro lado insinúa que la respuesta correcta es que no hay razón por qué Yahvé no recibe las ofrendas. 4.3.3.3. En lugar de “diréis”, tradúzcase “decís” (cp. BJ, DHH, BDLA, RVA, NVI, y ver la nota sobre “dijisteis” en 1:2).

4.3.4. Refutación profética a la objeción divina, exponiendo el pecado que ha motivado el castigo: algunos israelitas traicionaban a sus esposas, divorciándose de ellas (2:14-16).

4.3.4.1. Yahvé ha atestiguado contra los que traicionaba a sus esposas (2:14).

4.3.4.1.1. El v. 14 consiste en dos dísticos. El primer tiene paralelismo interlinear y ritmo de 4:3, y el otro tiene paralelismo interlinear, paralelismo interno en la línea B y ritmo de 3:4: A. Porque Yahvé ha atestiguado entre ti B. y entre la mujer de tu juventud A. Quien tú has sido desleal contra ella B. y ella es tu compañera la mujer de tu pacto La traducción es muy literal, para mostrar mejor el paralelismo. En ambos dísticos el paralelismo está entre el marido y su esposa, señalando la naturaleza recíproca del matrimonio. 4.3.4.1.2. Los dos dísticos son la respuesta del profeta al “¿Por qué?” de los judíos. En 1:7-14 Yahvé respondió a esta pregunta diciendo que los judíos le ofrecían animales defectuosos. Aquí el profeta responde señalando la traición interhumana, específicamente dentro del matrimonio. Quizá los 2:12-13, con su condena de los matrimonios mixtos, se puede tomar como otra respuesta, pero el v. 13 no dice que Yahvé ya castigaba a los judíos por este pecado, sino que pide

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que Yahvé aplique semejante castigo. 4.3.4.1.3. El v. 14 presenta el matrimonio como un pacto, no solo una relación sentimental o de conveniencia, y Yahvé se presenta como el testigo divino que vigila por el cumplimiento de ese pacto, y quien enviará las maldiciones del pacto contra aquel que lo rompe (cp. Gn. 31:44, 50, 53; Mi. 1:2). De modo que los primeros dos capítulo de Malaquías acusan a los judíos de haber violado tres pactos: el pacto de Leví (2:4, 5, 9), el pacto de los padres (el de Sinaí, 2:10) y, aquí, el pacto matrimonial. 4.3.4.1.4. El pronombre “tú” es enfático, pues el sujeto está implícito en el verbo. Acentúa la culpabilidad del marido, y subraya el contraste entre “tú” y “ella” (si bien “ella” no es enfático, pues no hay verbo en la línea B). 4.3.4.1.5. En cuanto al tiempo de “ha atestiguado”, ver la nota sobre “ha dicho” en 1:2. 4.3.4.1.6. “La mujer de tu juventud” implica que el hombre y su mujer eran jóvenes cuando se casaron, pero que ya no lo son. Ahora que la esposa no puede dar más hijos, y no es tan atractiva físicamente, el varón la divorciaba. Era una traición grande por el aspecto sentimental, por la vergüenza social que la mujer sufriría, por las pocas posibilidades que ella, ya no joven, tendría de volverse a casar y por los pocos medios que tendría para sostenerse económicamente (cp. la frase “mujer de la juventud” en Is. 54:6; Pr. 5:18; ver también la situación de la viuda cuando muere el marido de su juventud en Jl. 1:8 y en el caso de Noemí en el libro de Rut). 4.3.4.1.7. El uso de las varias formas de la segunda persona singular (y de género masculino en hebreo) individualiza la acusación. 4.3.4.1.8. Las frases “tu compañera” y “la mujer de tu pacto” no solamente explican la traición como el rompimiento de un pacto, sino que también, a la luz del paralelismo, sugiere que la mujer, en contraste con el marido, ha sido leal, cumpliendo con sus responsabilidades matrimoniales. Juntamente con la frase “la mujer de tu juventud” implican que la mujer ha sido leal a lo largo de todos los años del matrimonio. El vocablo “compañera” (traducido así en todas las versiones que he consultado) no significa “persona que acompaña”, sino “socia”, y se explica en la frase siguiente “mujer de tu pacto”. El vocablo “mujer” es un sustantivo definido en los dos dísticos (la mujer), dando a entender que la monogamia era lo normal en Judá en ese tiempo. 4.3.4.1.9. Varios comentaristas de las últimas décadas ven una relación entre los dos ejemplos de traición en 2:10-16. Sugieren que los varones se divorciaban de la mujer de su juventud para poder casarse con mujeres paganas, y así forjar alianzas económicas y políticas, o para poder reclamar tierra en Samaria que se perdió durante el Exilio. Es una teoría posible e interesante, pero Malaquías no señala esta relación, ni tampoco los pasajes en Esdras y Nehemías sobre los matrimonios mixtos.

4.3.4.2. A la luz de la manera en que Dios creó a Adán y Eva, los judíos deben

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dejar de divorciarse de sus esposas (2:15).

4.3.4.2.1. El hebreo de las primeras cuatro oraciones de 2:15 es oscuro.

4.3.4.2.1.1. La primera oración es literalmente: “Y no uno hizo”. No es claro si “uno” es sujeto de “hizo” (así RVA, DHH, cp. 2:10) o su complemento directo (así RV60, RV95, BJ, NVI). Todas las versiones que he consultado, menos BDLA, toma la oración como una pregunta retórica, pero el orden de las palabras hebreas indica que “no” es la negación específicamente de la palabra “uno” (cp. Waltke y O’Connor § 39.3.2a): “E hizo no uno”, es decir “ninguno” (BDLA) o más de uno (no he visto esta interpretación en ninguna versión, pero me parece atractiva). 4.3.4.2.1.2. La segunda oración es literalmente: “y tenía remanente (o “resto”) de espíritu”. RV60 sigue una interpretación rabínica: “y tenía abundancia de espíritu”. Algunos leen “y tenía carne y espíritu”, enmendando el texto para leer “carne” en lugar de “remanente” (las dos palabras se escriben igual en el texto hebreo sin vocales) y agregando la conjunción “y” antes de “espíritu” (así BJ, DHH, RVA, NVI). 4.3.4.2.1.3. La tercera y cuarta oración literalmente son: “Y qué (o “por qué”) el uno busca(ba) simiente de Dios”. No es claro si la división entre las dos oraciones viene antes del participio hebreo “buscaba”—”Y ¿por qué uno? Él busca(ba) una simiente de Dios” (cp. RV60, RV95, NVI)—o si viene después—”Y ¿qué busca(ba) el Uno? Una simiente de Dios” (cp. BJ, DHH, RVA). 4.3.4.2.1.4. Al tratar de interpretar estas cuatro oraciones de debe tomar en cuenta varios factores: a) el contexto; b) que casi todas las líneas hasta aquí han pertenecido a un dístico, trístico o tetrástico; c) que las cuatro oraciones naturalmente forman cuatro líneas de 2-3 acentos cada una; d) que no hay ningún tetrástico o trístico en el libro sin paralelismo entre las líneas y ha habido muy pocos dísticos sin paralelismo, sea interlinear o solo interno; e) que, entonces, las cuatro oraciones aquí han no formar un tetrástico con paralelismo entre por lo menos una del primer par de líneas y una del segundo par, o deben ser dos dísticos; y f) que ninguna interpretación propuesta rinde paralelismo que indica un tetrástico aquí. De modo que las cuatro oraciones deben formar dos dísticos, y se debe buscar una interpretación que da paralelismo en ambos dísticos. Dentro de estos parámetros sugiero la siguiente interpretación en dos dísticos con paralelismo interlinear y con ritmo de 3:3 y 3:2 respectivamente: A. Y no uno hizo B. Sino que un resto de espíritu tenía A. Y ¿qué buscaba el Uno? B. Una simiente de Dios 4.3.4.2.1.5. Según esta interpretación el primer dístico da por sentado que los judíos conocen la historia de la creación de Adán y Eva. El paralelismo entre sus dos líneas es antitético. La línea A significa: “Y (Yahvé) hizo no (solo) uno”. El hebreo indica que el sujeto del verbo tiene que ser masculino, y el último

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sujeto masculino de un verbo en tercera persona ha sido “Yahvé” (v. 14). La línea B significa que después de hacer uno (“uno” aquí se refiere a Adán), todavía le quedaba a Yahvé espíritu (fuerza vivificante [Gn. 1:2] que se manifiesta en el aliento de vida [Gn. 2:7]) para hacer otra, Eva. La “simiente” de Dios es su “descendencia”, así como traducen todas las versiones que he consultado (cp. la misma palabra en 2:3). Yahvé busca ser padre de una descendencia que se reconozca tener el mismo padre, Dios, y que, por lo tanto, guarda la lealtad de hermanos unos con otros (cp. 2:10; ver la frase “simiente santa” en Esd. 9:2). A la vez, busca que los descendientes de los matrimonios lleguen a ser descendencia de Dios también. En contra de esta exposición de los dos dísticos, se puede notar que no interpreta la palabra hebrea “uno” de la misma manera en las dos líneas A (en las dos líneas B “un” y “una” son artículos indefinidos que el castellano requiere pero que no existen en el hebreo). Una manera de superar esta objeción es tomar “uno” en el primer dístico en doble sentido: “Y uno hizo no (solo) uno”. Por otro lado, se habla de la creación efectuada por el un solo padre en vv. 10 y 15, pero el v. 10 se refiere a la creación de Israel, mientras que el v. 15 aparentemente alude a la creación de Adán y Eva. También “espíritu” se usa de dos maneras diferentes en la primera y tercera oración del v. 15 (ver abajo), y “padre” se usa de dos maneras diferentes en el v. 10.

4.3.4.2.2. Las últimas dos oraciones de 2:15 también forman un dístico con paralelismo interlinear a nivel de líneas completas y con paralelismo de 2:3, o tal vez 3:3.

4.3.4.2.2.1. La línea A exhorta a los esposos judíos a sujetar sus pasiones, sus deseos de casarse con una mujer más joven.

4.3.4.2.2.1.1. Esta interpretación toma “espíritu” aquí en el sentido de “pasión” (cp. Jue. 8:3; Ec. 7:9). De modo que si bien repite la palabra “espíritu” usada en la segunda oración del versículo, la usa en sentido diferente, así como “uno” se usa en dos sentidos diferentes en la primera y tercera oración. O quizá se deba interpretar “espíritu” como “pasión” en la segunda oración también: “sino que él (Adán) tenía un remanente (¿porción?) de pasión (que se podría satisfacer solo con la creación de Eva, cp. Gn. 2:18-25)”. 4.3.4.2.2.1.2. La línea A vuelve a la segunda persona plural (cp. vv. 13-14a) después del uso de la segunda persona singular en casi todo el v. 14, probablemente porque el Nifal plural aquí se entendía en sentido distributivo, “guardaos cada uno en vuestro espíritu” (cp. Waltke y O’Connor § 23.4b).

4.3.4.2.2.2. La línea B aclara la exhortación un tanto general de la línea A.

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4.3.4.2.2.2.1. Una traducción literal de la línea B en el TM sería: “no sea desleal (él) con la esposa de tu juventud”. La falta de concordancia sugiere que se debe enmendar el texto para leer “no seas desleal…”, así como en los LXX, el Targum, la Vulgata, algunos MSS hebreos, BJ y BDLA. Además, no hay un sujeto claro en el contexto para el verbo “no sea desleal (él)”. Sin embargo, el sujeto podría ser “vuestro espíritu”, pues si bien “espíritu” en hebreo normalmente es femenino, a veces tiene el género masculino (cp. Nm. 11:31). Esta interpretación también provee un antecedente para el sufijo pronominal masculino en “su vestido” en el v. 16. O tal vez el cambio de persona es aceptable cuando no hay cambio de referente (cp. Is. 1:29 en RVA). La traducción en el plural, “no seáis desleales” (cp. RV60, DHH, RVA, RV95, NVI), seguramente se debe a que el verbo anterior está en segunda persona plural, y la segunda persona plural se usa en la repetición al final del v. 16, pero no halla pie en el hebreo aquí, ni en el verbo, ni en la expresión “tu juventud”. 4.3.4.2.2.2.2. La repetición de “mujer de tu juventud” en 2:14, 15 y “ser desleal” en 2:15 y 16 unifican estos versículos que identifican y exponen la traición de los divorcios. La repetición del verbo “ser desleal, portarse deslealmente, traicionar” en 2:10, 15, 16 aclara que los divorcios son un ejemplo de la traición que se condena desde 2:10.

4.3.4.3. Los judíos deben dejar de divorciar a sus esposas porque Yahvé odia la injusticia opresiva del divorcio (2:16).

4.3.4.3.1. Yahvé aborrece la injusticia del divorcio (2:16).

4.3.4.3.1.1. Las primeras cuatro oraciones del v. 16 constituyen un tetrástico de tipo ABCB con ritmo de 2:4:3:3. Es decir, las líneas A y C no son paralelas, pero sí lo son las líneas B y D. B. Ha dicho Yahvé Dios de Israel D. Ha dicho Yahvé de los ejércitos La traducción aquí refleja el orden de las palabras en hebreo. 4.3.4.3.1.2. Una traducción literal de la línea A sería: “Porque aborrece despido”. Su brevedad (solo 5 sílabas hebreas) le da énfasis.

4.3.4.3.1.2.1. La palabra traducida “porque” también puede entenderse como una partícula enfática, “en verdad”. 4.3.4.3.1.2.2. Muchos traducen el verbo en primera persona, “aborrezco” (cp. BJ, DHH, BDLA, RVA, NVI), seguramente debido a las dos fórmulas de mensajero en este versículo. Sin embargo, el verbo hebreo está en tercera persona singular (cp. RV60, RV95, nota de BDLA), así como en todo este oráculo el profeta ha

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hablado de Yahvé en tercera persona. No hay apoyo en los MSS hebreos ni en las versiones antiguas para enmendar el verbo a una forma en primera persona. 4.3.4.3.1.2.3. La frase “aborrece despido” evoca la ley de divorcio en Dt. 24:1-4, donde el verbo “despedir” se usa tres veces (vv. 1, 3, 4), y “aborrece” se halla en el v. 3. El lenguaje de Malaquías aquí alude a aquella ley, probablemente porque los varones judíos la citaban para justificar sus divorcios. Aparentemente decían que aborrecer a la esposa era causa suficiente para despedirla (cp. Dt. 24:3). Yahvé, en cambio, dice que más bien lo que es aborrecible es el despido mismo o, dicho de otra manera, él aborrece el aborrecimiento de los maridos con que justifican su despido de sus esposas.

4.3.4.3.1.3. A diferencia de los otros oráculos, la fórmula de mensajero no aparece en 2:10-16 sino hasta el final, si bien se repite para énfasis. El hecho que Yahvé no ha hablado en primera persona en todo este oráculo, sino que el profeta ha hablado acerca de él, no significa que el contenido sea menos mensaje de Yahvé. En Malaquías el título “Dios de Israel” aparece solo aquí. El título normal en las fórmulas de mensajero en Malaquías es “Yahvé de los ejércitos”. En Jeremías “Dios de Israel” sí se usa en la fórmula de mensajero 46 veces. 4.3.4.3.1.4. Una traducción literal de la línea C sería “y violencia cubre su vestido”.

4.3.4.3.1.4.1. El vocablo traducido “iniquidad” es “violencia” (cp. RVA, BJ, NVI y la traducción alterna en BDLA). Frecuentemente se usa en el AT de la injusticia opresiva. Sobre el divorcio como una injusticia que dejaba desamparada a la esposa, ver la nota sobre “la mujer de tu juventud” en v. 14. 4.3.4.3.1.4.2. Todas las versiones que he consultado traducen “y al que cubre”, o algo por el estilo, y esta traducción da paralelismo entre las línea A y C. Sin embargo, el hebreo tiene sencillamente “y cubre”. Por eso he analizado las líneas A y C como no paralelas. Se puede traducir “y él cubre de violencia su vestido” o “y violencia cubre su vestido” (cp. LXX; Hill, Malachi, págs. 251-52). En cuanto al uso de la tercera persona para referirse al marido injusto, sea en el verbo o en la expresión “su vestido”, ver la nota sobre “no sea desleal” en v. 15. 4.3.4.3.1.4.3. Sobre la idea del vestido cubierto de injusticia, ver Zac. 3:3-4.

4.3.4.3.2. Las últimas dos oraciones del v. 16 esencialmente repiten las últimas dos del v. 15, salvo que omiten “la mujer de tu juventud”. Se pueden analizar como un dístico con paralelismo a nivel de líneas completas y con ritmo de 2:2. La repetición unifica a los dos versículos y

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también coadyuva, juntamente con la repetición de la fórmula de mensajero, a crear un sentido de clausura al final del oráculo.

5. Cuarto oráculo: en respuesta a la queja de los judíos, Yahvé vendría en juicio purificador, pero contra los judíos mismos (2:17-3:6).

5.1. Acusación profética: “Habéis cansado a Yahvé con vuestras palabras” (2:17a). En el v. 17 el profeta sigue hablando de Yahvé en tercera persona, así como en todo el oráculo anterior. 5.2. Cuestionamiento judío de la acusación profética: “¿En qué le hemos cansado?” (2:17a).

5.2.1. Todos los cuestionamientos judíos en Malaquías se expresan mediante preguntas medio retóricas. Por un lado insinúan que la respuesta correcta es “En nada”, pero dejan abierta la puerta para una respuesta divina diferente. 5.2.2. Este cuestionamiento, como casi todos, hace eco del lenguaje de la acusación anterior. Si dejáramos a un lado el “y decís”, la acusación y la objeción formarían un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 3:2: A. Habéis cansado a Yahvé con vuestras palabras B. ¿le hemos cansado Con qué?

5.3. Respuesta profética al cuestionamiento judío: habían cansado a Yahvé con sus quejas de que él no había juzgado a los malvados (2:17b).

5.3.1. El v. 17bc se puede analizar como un trístico de tipo ABB y ritmo de 3:3:3, seguido de una línea solitaria de 3 acentos: A. En que decís: Cualquiera que hace mal B. agrada a Yahvé C. y en los tales se complace. A. O, ¿dónde está el Dios de justicia/juicio? 5.3.2. En los oráculos anteriores el discurso atribuido a los judíos representa sus cuestionamientos de las acusaciones o declaraciones divinas. Aquí sus palabras tienen una doble función. Se citan como parte de la acusación contra ellos, pero a la vez formulan una acusación contra Yahvé, la cual genera la respuesta divina en 3:1-5. Un fenómeno similar aparecerá en 3:14-15, cuyo contenido es también similar a 2:17bc. 5.3.3. El hebreo de la línea B del trístico es literalmente: “es bueno ante los ojos de Yahvé” (cp. BJ, BDLA, RVA). De modo que los judíos acusaban a Yahvé de prosperar a los malos como si fueran buenos. 5.3.4. La línea solitaria es una pregunta retórica, equivalente a una declaración con emoción de que Yahvé no actuaba como Dios del juicio. A diferencia de los cuestionamientos judíos, no todo lo que se les atribuye en el v. 17bc es pregunta retórica, pero incluye una pregunta retórica. 5.3.5. En la línea solitaria y final se quejaban de que Yahvé no había ejecutado “el juicio”. La última palabra del v. 17 puede significar “justicia” o “juicio”. En el presente contexto, “juicio” es una traducción más clara (cp. BJ y la traducción alterna en BDLA; ver también 3:5, donde todas las versiones vierten el mismo vocablo por “juicio”), si bien se podría traducir aquí “el juicio justo”. El sustantivo lleva el artículo en hebreo, “el juicio” (BJ), indicando que la queja no tenía que ver con el juicio cotidiano de los malos, sino con el día de Yahvé y el juicio de las naciones paganas anunciado por los profetas. Entonces, la queja era que,

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lejos de cumplir esas profecías como el Dios del juicio, Yahvé prosperaba a los persas y otras naciones paganas. Era la contraparte de la queja implícita en 1:2 de que Yahvé no había amado a Israel.

5.3.5.1. La queja aquí se refuerza por su presentación en una línea poética solitaria, fenómeno excepcional en Malaquías, mediante una pregunta retórica, y como la última oración al final de la queja, en posición de clímax. La pregunta retórica aquí, comenzando con “¿dónde?” (como las preguntas retóricas en 1:6a), es equivalente a una negación con pasión: “¡Yahvé no ha sido el Dios del juicio!” A la vez es un reto a Yahvé para que ejecute el juicio esperado (ver “¿Donde está Yahvé, el Dios de Elías?” en 2 R. 2:14). 5.3.5.2. Las palabras “si no” no están en el hebreo (cp. BJ, DHH, BDLA, RVA, NVI). La última oración del v. 17 es solo otra manera de expresar la misma queja que se ha planteado en el trístico.

5.3.6. Otros pasajes bíblicos que expresan inquietud por la prosperidad de los injustos incluyen Job. 21:7-16; 24:1-17; Sal. 73:1-14; Jer. 12:1-4; Hab. 1. Sin embargo, estos pasajes, a diferencia de Mal. 2:17, no indican que Yahvé se haya cansado de las inquietudes. Las quejas de Job y Jeremías eran acompañadas de una conducta recta, y suponemos lo mismo de las quejas de Asaf y Habacuc. En cambio, el pueblo y los sacerdotes en los tiempos de Malaquías trataban a Yahvé con desprecio (1:6-2:9) y unos a otros con deslealtad (2:10-16).

5.4. Reacción divina a la queja judía: Yahvé pronto vendría a ejecutar el juicio deseado (3:1). En los oráculos de Malaquías, la segunda intervención de parte de Yahvé normalmente acusa a los judíos. Aquí en cambio, así como en 1:2b-5, 3:1 defiende a Yahvé de una acusación judía. Sin embargo, no se limita a una defensa, sino que inicia una acusación implícita contra los judíos que se desarrollará más en 3:2-5.

5.4.1. Enviaría a su mensajero para preparar al pueblo para su venida (3:1a).

5.4.1.1. El v. 1a es un dístico no paralelo con ritmo de 3:3. 5.4.1.2. Habiendo hablado de Yahvé en tercera persona en el versículo anterior, Malaquías repentinamente, sin introducción alguna, lo cita en primera persona en el v. 1. Este tipo de cambio abrupto de persona no es raro en los Profetas. Malaquías volverá a referirse a Yahvé en tercera persona en los vv. 2-4, para luego hacer otro cambio abrupto a primera persona en el v. 5. 5.4.1.3. La forma verbal traducido “envío” es un participio hebreo, el cual aquí, especialmente después de “he aquí”, indica un tiempo futuro inminente: “estoy por enviar” (NVI, cp. DHH y ver Waltke y O'Connor § 40.2.1b). 5.4.1.4. “Preparar el camino” en sentido literal era allanar y enderezar la carretera para facilitar la llegada de un rey u otro personaje de alta dignidad (cp. Is. 40:3-4; 57:14; 62:10). Aquí el camino representa al pueblo, y el rey que vendría era Yahvé (cp. 4:6 [3:24]; Is. 40:3). Preparar el camino sería conducir al pueblo a volver de sus pecados (como los que se señalan en el libro de Malaquías) y a honrar a Yahvé (cp. 1:6). 5.4.1.5. La expresión mal’aquí “mi mensajero” también puede ser traducida “mi ángel”. De hecho las primeras palabras de 3:1 son casi idénticas a la primera oración de Ex. 23:20, “He aquí envío mi Ángel” (y “preparará el camino delante de mí” aquí en alguna medida hace eco de “delante de ti

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para que te guarde en el camino” en Ex. 23:20; cp. también Ex. 33:2a). Sin embargo, preparar al pueblo para la venida Yahvé parece ser tarea de un predicador, papel que en la Biblia muy poco corresponde a los ángeles (aunque ver Jue. 2:1-4). Entonces, mal’aquí se entendería como una referencia a un predicador humano, probablemente un sacerdote (cp. 2:7) o un profeta (cp. 4:5 [3:23]; Is. 40:3), que tendría que venir porque los sacerdotes criticados por Yahvé en 1:6-2:9 no cumplían con su papel de “mensajero de Yahvé” (cp. 2:7). De hecho, mal’aquí es el nombre del autor del libro (ver “Autor” en la “Introducción”). Posiblemente fue en base a este pasaje que él fue bautizado así. Sea como fuere, Malaquías cumplía la profecía, así como todo predicador que prepara a la gente para la venida del Señor. Sin embargo, la profecía ha de señalar también a un mensajero especial. En este sentido se cumplió en Juan el Bautista, profeta de linaje sacerdotal (ver Mt. 11:7-10; Mr. 1:2; Lc. 1:76; 7:24-28), y tal vez tenga otro cumplimiento antes de la Segunda Venida de Cristo (cp. 4:5-6; Ap. 11:3- 12).

5.4.2. Luego el Señor vendría para ejecutar juicio (3:1b).

5.4.2.1. Vendría súbitamente. En el hebreo el adverbio “súbitamente” precede el verbo, en posición enfática. Su uso en otros textos proféticos sugiere aquí que la venida de Yahvé será en un momento inesperado y que será para un juicio decisivo (cp. Is. 29:5; 30:13; 47:11; Jer. 6:26; 51:8). 5.4.2.2. Vendría a su templo. Así cumpliría la profecía de Ez. 43:1-7 sobre el retorno de la gloria de Yahvé al templo y las promesas que Yahvé habitaría en medio de su pueblo en el templo (cp. Ez. 37:26-28; 48:35; Zac. 2:10 [14]; 8:3). Los judíos esperaban el cumplimiento de estas promesas como un aspecto del retorno del Cautiverio que habían experimentado. Además, el Señor vendría al lugar donde trabajaban los sacerdotes criticados en 1:6- 2:9. Será “su” templo, el palacio del “Señor”. 5.4.2.3. Vendría como Señor. El vocablo traducido “Señor” aquí no es Adonay (lit. “mi Señor”), sino sencillamente Adón, “Señor”. Recalca la autoridad y dignidad de Yahvé. El hecho que Yahvé se refiere a sí mismo en tercera persona también destaca su dignidad (así como en 1:14; 4:5 [3:23]). Si bien Yahvé no era temido como Señor por los sacerdotes (1:6), sí sería temido cuando viniera juzgar como Señor. Desde una perspectiva neotestamentaria, también se puede ver en este uso de la tercera persona una referencia oculta al Hijo, uno con el Padre (Jn. 10:30) pero también distinto de él (Jn. 10.29), especialmente porque en el N.T. el título “Señor” generalmente se refiere al Hijo (ver, por ejemplo, 1 Co. 8:6). 5.4.2.4. Vendría para cumplir con el juicio que los judíos pedían. “El Señor a quien vosotros buscáis” alude a la queja expresada en la pregunta retórica al final de 2:17. La expresión es irónica, pues los judíos buscaban el “Dios del juicio” (2:17), pero no se daban cuenta que su juicio no sería del todo agradable para ellos mismos (ver 3:3-5; cp. Am. 5:18).

5.4.3. Vendría el ángel del pacto para ejecutar juicio (3:1c).

5.4.3.1. Si se excluye la fórmula de mensajero, el v. 1bc conforma un tetrástico de tipo ABBA (paralelismo quiástico), con ritmo de 3:3:4:2. Las varias repeticiones y el hecho que el tetrástico es el único de tipo ABBA en todo el libro resaltan el contenido. A. Y súbitamente vendrá a su templo

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B. el Señor a quien vosotros buscáis C. y el ángel del pacto a quien vosotros deseáis D. He aquí viene 5.4.3.2. El paralelismo, especialmente con las repeticiones, sugiere una relación estrecha entre “el Señor” y “el ángel (o “mensajero”) del pacto”. Ambos “vendrían” (en contraste, el mensajero al principio del v. 1 es “enviado”, y para preparar para la venida de Yahvé), y lo harían en el papel que los judíos “buscaban/deseaban”, es decir, como “el Dios del juicio” (cp. 2:17). Estos paralelos sugieren que el “ángel del pacto” es el ángel de Yahvé, la manifestación visible de Dios. La mayoría de intérpretes cristianos aceptan esta conclusión.

5.4.3.2.1. La expresión “ángel del pacto” se halla solamente aquí en la Biblia. Tal vez aluda a la participación del ángel de Yahvé en el establecimiento del pacto sinaítico y en los eventos relacionados (cp. Ex. 23:20-23; Is. 63:9; Hch. 7:38). Según Ex. 23:20-23, el ángel de Yahvé castigaría la rebeldía de los israelitas y los conduciría a la tierra prometida. Además del pacto sinaítico (2:10), el libro ha mencionado el pacto con Leví (2:4-5, 8) y el pacto matrimonial (2:14), pero la Biblia no relaciona a ningún ángel con estos últimos dos. 5.4.3.2.2. Desde una perspectiva neotestamentaria, el título “ángel del pacto” también puede ser mesiánico, ya que Jesús estableció con su sangre el nuevo pacto (cp. Mt. 26:28; Mr. 14:24; Lc. 22:20; 1 Co. 11:25), es la manifestación visible de Yahvé (cp. Jn. 1:14, 18), y vendrá para ejecutar juicio (Jn. 5:22, 27). En efecto, la literatura patrística identifica al “ángel del pacto” como Jesucristo. 5.4.3.2.3. Es posible que Malaquías y sus contemporáneos creían que el ángel del pacto instituiría el nuevo pacto profetizado por Jeremías (Jer. 31:31-34; 32:37-44) y por Ezequiel (Ez. 16:60-63; 20:37-38; 34:24-31; 36:24-38; 37:26). La institución del nuevo pacto se asocia con el juicio divino de los israelitas rebeldes en Ez. 20:37-38 y de las naciones que han oprimido a Israel en Ez. 34:25, 27-29, y con el retorno de Yahvé al templo en Ez. 37:26-28.

5.4.3.3. La brevedad de la línea D (solo 3 sílabas) contribuye a su impacto (NVI inexplicablemente la omite). La forma verbal traducida “viene” es un participio en hebreo, el cual, especialmente después de “he aquí”, indica un tiempo futuro inminente (ver la nota sobre “envío” al principio del versículo). Se podría traducir “ya viene” (DHH, RV95; cp. Ap. 22:7, 20). La repetición de la construcción de “he aquí” más el participio al principio del v. 1 y al final del tetrástico forma una inclusión que enmarca la profecía trascendente del v. 1. A la vez “he aquí viene” evoca, de aproximadamente el mismo período, “he aquí vengo” en Zac. 2:10 [14], versículo que también profetiza que Yahvé morará en medio de su pueblo en Sión.

5.4.4. La fórmula de mensajero asegura que la promesa trascendental del v. 1 se cumplirá.

5.5. Expansión profética de la reacción divina en el v. 1: el Señor/ángel del pacto vendría a realizar un juicio purificador con los sacerdotes (3:2-4). Los vv. 2-4 siguen refiriéndose a Yahvé en tercera persona. Al principio (v. 2) podrían entenderse como una continuación del discurso de Yahvé acerca de sí mismo en tercer persona como “Señor” (ver v. 1). Sin embargo, el uso del nombre “Yahvé” en los vv. 3-4 aclara que vv. 2-4 son más bien discurso del profeta, y el uso de

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la tercera persona para referirse a los judíos (vv. 3-4) coadyuva a distinguir 3:2-4 del discurso divino en 3:1, 5 (a diferencia de 3:2-4, el discurso profético en 2:17 se dirige a los judíos en segunda persona). Varios estudiosos consideran que 3:1b-4 ó 3:2-4 no fue original, sino agregado posteriormente por un editor. A favor de este punto de vista se puede notar que: a) en 3:1a, 5 Yahvé habla en primera persona y se dirige a los judíos en segunda persona, pero 3:1b-4 se refiere a Yahvé en tercera persona y 3:2-4 se refiere a los judíos también en tercera persona; b) 2:17-3:1, 5 hablan a los judíos en general, mientras que 3:2-4 habla de los sacerdotes; c) 3:2-4 interrumpe la conexión clara entre 2:17-3:1 y 3:5. En contra de estos argumentos se puede notar lo siguiente. a) Los cambios de persona se dan en Malaquías en varios lugares: en este mismo oráculo 2:17 habla de Yahvé en tercera persona, pero en 3:1a Yahvé habla en primera persona; en el oráculo anterior para referirse a los judíos el profeta utiliza la primera persona en 2:10, tercera persona en 2:11-12, segunda persona plural en 2:13-14a, segunda persona singular en la mayor parte de 2:14, segunda persona plural en la cuarta oración de 2:15, segunda persona singular en la quinta oración de 2:15, tercera persona en 2:16b y segunda persona plural en 3:16c; en el sexto oráculo Yahvé habla en primera persona a los judíos en segunda persona en 3:13-15, el profeta habla de Yahvé y de los judíos en tercera persona en 3:16, Yahvé habla en primera persona acerca de los judíos en tercera persona en 3:17, y Yahvé habla en primera persona a los judíos en segunda persona en 4:1-3 [3:19-21]. b) La relación entre el pecado del pueblo y el pecado de los sacerdotes ya se ha establecido en 2:7-8 (cp. también 1:6-8, 13-14). c) Si este oráculo consistiera solo de 2:17-3:1a, 5, sería mucho más breve que los demás oráculos salvo el primero, y la respuesta divina a la queja judía expresada en 2:17 sería muy sencilla en comparación con la respuesta divina a la última intervención judía en los demás oráculos.

5.5.1. Nadie podría aguantar su juicio (3:2a).

5.5.1.1. El profeta subraya esta afirmación a través de un dístico de dos preguntas retóricas paralelas y con ritmo de 4:3. A. ¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? B. ¿o quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? 5.5.1.2. La respuesta implícita a ambas preguntas es “nadie” (aunque ver 3:16-17). A estas alturas el auditorio judío que “anhelaba” la manifestación del “Dios del juicio” (cp. 2:17-3:1) supondría que “nadie” significaba “nadie entre las naciones paganas”, pero dentro de poco descubrirá que ese “nadie” excluye a ellos mismos también. 5.5.1.3. Ambas preguntas retóricas hablan de la venida/manifestación de un solo individuo, no de dos (la expresión traducida “su venida” literalmente significa “la venida de él”). El contexto indica que ese individuo que viene es “el Señor” = “el ángel del pacto” (cp. v. 1). Esto es otra evidencia de que los nombres “el Señor” y “el ángel del pacto” ambos se refieren a Yahvé. 5.5.1.4. La pregunta en la línea A hace eco de Jl. 2:11b, lo cual sugiere que aquí Malaquías se refiere al día de Yahvé. 5.5.1.5. La oración “cuando él se manifieste”, lit. “cuando él sea visto”, sugiere una teofanía, una parte del complejo de eventos relacionados con el día de Yahvé (cp. Sal. 102:16 [17]; Is. 60:2; Zac. 9:14).

5.5.2. Él purificaría a los sacerdotes por medio del sufrimiento (3:2b-4). Esta profecía ha de tener su cumplimiento cabal en la Gran Tribulación, aunque Dios constantemente utiliza el sufrimiento para purificar a su pueblo.

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5.5.2.1. El Señor/ángel del pacto vendría para purificar mediante el sufrimiento (3:2b).

5.5.2.1.1. El v. 2b es un dístico compuesto de dos símiles paralelos, con ritmo de 3:2. A. Porque él es como fuego de refinador B. Y como lejía de lavadores. 5.5.2.1.2. En lugar de “él es”, sería mejor en este contexto traducir “él será” (NVI; cp. DHH).” 5.5.2.1.3. La expresión traducida “fuego purificador” (lit. “fuego que refina”) también puede significar “fuego de fundidor” (BJ, BDLA, NVI), o, más exactamente, “fuego de refinador”. El paralelismo apoya esta interpretación. En cualquier caso se trata del fuego del crisol, usado para purificar metales (cp. Is. 1:22, 25; 48:10; Jer. 6:29-30; Ez. 22:18- 22; 1 P. 1:7). La figura del fuego del crisol representa sufrimiento (Is. 48:10) usado para purificar al pueblo de Yahvé (cp. Is. 1:25; Jer. 9:7 [6]; Ez. 22:17-22; Zac. 13:9). 5.5.2.1.4. La figura del lavamiento de ropa se usaba de purificación personal (cp. Sal. 51:2 [4], 7 [9]) y nacional (Jer. 2:22; 4:14). 5.5.2.1.5. En lugar de “jabón”, tradúzcase “lejía” (ver JB, RVA, NVI). El jabón todavía no se había inventado. Más bien, para lavar la ropa se usaban ásperas sales alcalinas o cenizas de plantas que contenían potasa cáustica. De manera que el agente purificador también sugiere el sufrimiento. 5.5.2.1.6. Como los símiles no hablan de destrucción sino de purificación, sugieren que el juicio no caería sobre las naciones paganas, sino sobre Israel mismo (cp. Dn. 11:35; 12:10), sospecha que se confirmará a continuación.

5.5.2.2. El Señor/ángel del pacto purificaría con sufrimiento a los sacerdotes (3:3a).

5.5.2.2.1. El v. 3a es un dístico con paralelismo interlinear y paralelismo interno en la línea A, y con ritmo de 4:3. A. Y se sentará para afinar y limpiar la plata B. Y limpiará a los hijos de Leví 5.5.2.2.2. Las figuras del dístico están relacionadas con las del v. 2b, pero con algunas diferencias. Allí se habla de la limpieza de metales y de ropa, aquí solo de los metales. Allí el Señor/ángel del pacto se comparaba al fuego del refinador, aquí al refinador mismo. 5.5.2.2.3. Los refinadores solían sentarse e inclinarse sobre su pequeño horno, controlando la pureza del metal según su color, y para sacar el metal del horno en el momento preciso, antes que sea dañado. 5.5.2.2.4. El vocablo traducido “para afinar” es el mismo que está traducido “purificador” en el v. 2, pero significa más exactamente “fundidor” o “refinador” (ver la nota allí). Sería mejor traducir aquí “se sentará como refinador y purificador de plata” (cp. BDLA, NVI) o “se sentará refinando y purificando la plata”.

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5.5.2.2.5. El verbo traducido “limpiar” normalmente se usa de limpieza ceremonial o del pecado, como en la línea B, pero su uso en la línea A implica que se empleaba también como sinónimo de “refinar”. 5.5.2.2.6. La frase “a los hijos de Leví” debería haber sorprendido al auditorio del profeta. Ellos esperaban el anuncio del juicio contra las naciones paganas (ver la exposición de 2:17). Se supone que los que menos tendrían necesidad de purificación serían los judíos y, entre ellos, los hijos de Leví. Sin embargo, sus pecados ya se han denunciado en 1:6-2:9. 5.5.2.2.7. La última oración del v. 3 indica que por “hijos de Leví” Malaquías no se refería a los levitas, sino a los sacerdotes (así también “Leví” en 2:4, 8 se refiere a los sacerdotes, ver 2:1, 7). Hay varias razones posibles por qué el pasaje identifica como objetos del juicio purificador únicamente a los sacerdotes.

5.5.2.2.7.1. Los pecados del pueblo se debían en parte a la mala enseñanza y el mal ejemplo de los sacerdotes (cp. 2:8). Así se pone mucho más énfasis en la crítica a los sacerdotes por los sacrificios defectuosos (1:6-13) que en la crítica al pueblo (1:14). 5.5.2.2.7.2. En esta época los sacerdotes eran los líderes de Judá, en lo religioso, y también cada vez más en lo político. La suprema autoridad civil descansaba en el gobernador persa (cp. 1:8), a quien el pueblo lo vería más como un gobernante impuesto que como un líder judío. Como los líderes del pueblo, los sacerdotes tenían una responsabilidad grande ante Dios, y entre mayor responsabilidad, mayor juicio (cp. Nm. 20:12; Stg. 3:1). 5.5.2.2.7.3. Muchos judíos habrían considerado a los sacerdotes como los hombres más santos del pueblo. Si estos tendrían que pasar por un juicio purificador, ¡cuánto más el resto del pueblo! De manera que la profecía del juicio de los sacerdotes implicaba que el resto del pueblo también tendría que sufrir.

5.5.2.3. Como resultado de la purificación los sacerdotes ofrecerían sacrificios conforme a las exigencias divinas (3:3b).

5.5.2.3.1. El v. 3b es un dístico con ritmo de 4:5, sin paralelismo interlinear pero con paralelismo interno en la línea A: A. Y afinará a ellos como a oro y como a plata 5.5.2.3.2. En la línea B, en lugar de “y traerán a Yahvé ofrenda” el hebreo tiene “y serán para Yahvé quienes presentan ofrenda”, o “y pertenecerán a Yahvé, presentadores de ofrenda”.

5.5.2.3.2.1. La frase “quienes presentan ofrenda” hace eco de 1:7, 8, 10, 13; 2:12, 13, llamando la atención al contraste entre las ofrendas inaceptables denunciadas en esos versículos y la promesa aquí de una ofrenda ofrecida en justicia. 5.5.2.3.2.2. El verbo traducido “traerán” literalmente significa “acercarán”. Se usa aquí en el sentido de presentar un sacrificio,

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así como en 1:7, 8; 2:12, donde está traducido “ofrecer”. Aquí y en 1:7, 8 se usa de la acción no del pueblo, sino de los sacerdotes. En 2:12 no es claro si se usa del pueblo, o solo de los sacerdotes. 5.5.2.3.2.3. La palabra “ofrenda” aquí ha de referirse particularmente a sacrificios de animales (cp. 1:13). 5.5.2.3.2.4. La frase “en justicia” ha de referirse al cumplimiento de las exigencias divinas en cuanto a la calidad del animal sacrificado (cp. 1:8, 13), en cuanto a la lealtad unos con otros (cp. 2:12-13) y en cuanto a toda la ética exigida por la Ley (cp. 2:6-7; 3:5).

5.5.2.3.3. Yahvé ya ha dicho que castigaría a los sacerdotes haciéndolos despreciables ante todo el pueblo (cp. 2:3, 9), pero ahora Malaquías anuncia un juicio que tendría un efecto purificador y restaurador.

5.5.2.4. Otro resultado de la purificación de los sacerdotes sería que los sacrificios de todo el pueblo serían aceptos ante Yahvé, así como en los días de antaño (3:4).

5.5.2.4.1. El v. 4 es un dístico con ritmo de 5:4, sin paralelismo interlinear, pero con paralelismo interno en ambas líneas: “Judá” // “Jerusalén” en la línea A, y “como en los días pasados” // y como en los años antiguos” en la línea B. 5.5.2.4.2. La aceptación por Yahvé de la ofrenda de Judá es la inversión del rechazo de esa ofrenda señalado en 1:9-10 y 2:12-13. Instruido por las exigencias de los sacerdotes purificados (cp. 2:6-7), y probablemente habiendo pasado por su propio sufrimiento purificador, el pueblo dejaría de ofrecer animales defectuosos (cp. 1:8, 13-14) y respaldaría su sacrificio con lealtad unos con otros (cp. 2:10-16) y una conducta en general agradable a Yahvé (cp. 2:6). 5.5.2.4.3. Los nombres “Judá” y “Jerusalén” conforman un merismo que abarca todo el pueblo, tanto los habitantes de la ciudad capital como los del “interior” del país.. 5.5.2.4.4. Las frases “los días pasados” y “los años antiguos” se refieren al mismo período de antaño aludido, pero no definido, en 2:5-7. La frase traducida “los días pasados” se usa de un período ideal del pasado que sirve como pauta para una restauración no solo aquí, sino también en Mi. 7:14-15, donde se refiere al tiempo del Éxodo, y en Am. 9:11, donde alude al auge de la dinastía davídica.

5.6. Ampliación divina de la reacción divina en v. 1: Yahvé vendría para castigar a los malos entre los judíos (3:5). Después del discurso profético (vv. 2-4) que amplía el anuncio de la venida de Yahvé (v. 1), ahora Yahvé mismo, hablando en primera persona, amplía ese anuncio. El profeta había hablado de los judíos en tercera persona (vv. 2-4); Yahvé se dirige a ellos en segunda persona. Este cambio vincula el v. 5 con el v. 1, marca una distinción entre el juicio de los sacerdotes (vv. 2-4) y el juicio del pueblo judío (v. 5), y da énfasis al anuncio del juicio de los judíos en el v. 5.

5.6.1. Se acercaría a los judíos como juez y testigo de cargo (3:5a).

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5.6.1.1. Las primeras dos oraciones conforman un dístico no paralelo con ritmo de 3:3. Quizá se podría ver cierto paralelismo a nivel de líneas completas, pues la línea A presenta a Yahvé como juez, y la línea B, como testigo. 5.6.1.2. Se acercaría a los judíos para el juicio (3:5aá).

5.6.1.2.1. La primera oración del v. 5 responde a la queja al final de 2:17 (¿donde está el Dios del juicio?), así produciendo una inclusión que enmarca 2:17-3:5. Sin embargo, el v. 5 cambia radicalmente lo que los quejumbrosos tenían en mente. Ellos esperaban el juicio contra las naciones paganas; Yahvé les anuncia un juicio contra ellos mismos. Ellos consideraban que quienes hacían mal eran los paganos; Yahvé les señala que hay malhechores entre ellos mismos. Probablemente los que cansaban a Yahvé con sus quejas (2:17) eran culpables de los pecados que Yahvé enumera en 3:5. 5.6.1.2.2. El primer verbo del v. 5 es literalmente “me acercaré” (BJ, BDLA, RVA, NVI), pero la traducción “vendré” (RV60, RV95, DHH) expresa el sentido del modismo. 5.6.1.2.3. Al escuchar “me acercaré a vosotros”, los judíos probablemente esperaban a continuación “para salvación” (cp. Sal. 69:18 [19 en hebreo]). En tal caso, la expresión siguiente les habría caído como un balde de agua fría. 5.6.1.2.4. El “vosotros” a quien Yahvé se dirige no eran los sacerdotes, sino el pueblo judío (cp. v. 6), o más exactamente aquellos judíos que se quejaban porque Yahvé no ejecutaba el juicio prometido (cp. 2:17- 3:1). Aquí se hace explícito lo que solo se implica en los dos versículos anteriores: toda la nación pasaría por un juicio purificador. 5.6.1.2.5. En lugar de “para juicio”, el hebreo reza literalmente “para el juicio” (BJ, BDLA), aparentemente con referencia al juicio del día de Yahvé (cp. la nota sobre la misma expresión en 2:17).

5.6.1.3. Yahvé sería pronto testigo (3:5aâ).

5.6.1.3.1. En este juicio Yahvé sería no solo juez, sino también testigo de cargo y verdugo. 5.6.1.3.2. “Pronto testigo” (traducción literal) tal vez signifique “testigo listo, dispuesto” (cp. BJ, RV95, NVI) o “testigo experto” (cp. el uso de otro vocablo de la misma raíz mhr en la expresión traducida “escribiente ligero” en Sal. 45:1 [2] y “escriba diligente” en Esd. 7:6 (cp. las traducciones en las otras versiones). 5.6.1.3.3. Por un lado, siendo omnisciente, Yahvé testificaría contra los judíos que cometían los pecados enumerados a continuación (cp. Jer. 29:23). A la vez testificaría que así los judíos habían violado las estipulaciones del pacto entre Yahvé e Israel (ver Mi. 1:2, y cp. la nota sobre “ha atestiguado” en 2:14).

5.6.2. Yahvé ejecutaría juicio y testificaría contra los violadores del pacto (3:5bc).

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5.6.2.1.1. La lista de pecadores puede analizarse como un dístico seguido de un trístico. El dístico tiene paralelismo interlinear y paralelismo interno en la línea A, y ritmo de 2:2. El trístico es de tipo AAA, con paralelismo interno en la línea B y ritmo de 3:2:2. A. Contra los hechiceros y contra los adúlteros B. Y contra los que juran mentira A. Y contra los que defraudan en su salario al jornalero B. A la viuda y al huérfano C. Y los que hacen injusticia al extranjero 5.6.2.1.2. La lista de pecadores comienza con un delito religioso y otro sexual y luego enumera cinco injusticias sociales. Aparentemente muchos judíos habían caído de nuevo en el error de creer que si cumplían con lo cultual (y aun eso lo cumplían mal) agradaban a Dios (cp. 2:13), habiendo olvidado de la prioridad que Yahvé daba a la ética y a la adoración exclusiva de él. La lista muestra que Yahvé juzga toda clase de pecado. 5.6.2.1.3. Los hechiceros aquí han de representar todas las clases de magos (cp. Dt. 18:10-12). Los magos buscaban ejercer dominio sobre los dioses a fin de que realizaran los deseos del cliente. Yahvé se opone a la magia porque entraña la creencia que los seres humanos lo pueden manipular. 5.6.2.1.4. La referencia a los adúlteros implica que el adulterio fue un problema de consideración en Judá. Aparentemente no se les aplicaba la pena capital exigida por la Ley de Moisés (cp. Lv. 20:10; Dt. 22:22-27). La Ley consideraba como adulterio las relaciones entre una mujer casada o desposada y un varón que no fuera su marido o desposado. A la vez, el adulterio aquí ha de representar todos los pecados sexuales prohibidos en la Ley de Moisés. 5.6.2.1.5. Los que juraban en falso violaban el tercer mandamiento, tomando el nombre de Yahvé en vano (cp. Ex. 20:7 con Lv. 19:12; Jer. 5:2; Zac. 5:4) y, en algunos casos, el noveno, dando falso testimonio en contra del prójimo (Ex. 20:16). En algunos casos se trataba del perjurio, de mentiras bajo juramento ante las autoridades a fin de librar al culpable y condenar al justo (cp. Ex. 20:16; Lv. 6:5 [5:24]; Dt. 19:16- 19; Stg. 5:6). También los juramentos se usaban al aseverar la verdad de una declaración (cp. Dt. 26:12-14; 1 S. 20:3) y al comprometerse en un acuerdo (1 S. 20:12-17, 42; Neh. 5:12-13). 5.6.2.1.6. Muchas viudas, huérfanos y extranjeros eran indefensos ante los opresores porque les hacía falta el apoyo de familiares con suficiente poder para hacer valer sus derechos ante las autoridades. Los jornaleros eran indefensos por ser pobres. La Ley Mosaica repetidas veces prohibía la opresión de estos grupos, y la literatura sapiencial y los profetas repetidas veces criticaban tal opresión.

5.6.2.1.6.1. Los que defraudaban en su salario al jornalero (lit. “los que oprimen el jornal del jornalero”) eran los que le pagaban menos de lo acordado, o demoraban en el pago en vez de remunerarle el mismo día en que trabajó (cp. Lv. 19:13; Dt. 24:14-15; Stg. 5:4). No se trataba de lo que hoy se llama “sueldo indigno” o “sueldo de hambre”, sino de un sueldo incumplido.

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5.6.2.1.6.2. La “viuda” y el “huérfano” se menciona juntos con frecuencia en el A.T. como personas frecuentemente oprimidas. Normalmente el orden es “huérfano y viuda”, pero aquí y en Zac. 7:10 el orden hace eco del mandamiento de no oprimir a ninguna viuda o huérfano en Ex. 22:22 [21]. 5.6.2.1.6.3. La palabra traducida “extranjero” significa “residente extranjero”. Se refiere a personas no solo de otros países, sino también de otras partes de Israel. 5.6.2.1.6.4. La expresión traducida “los que hacen injusticia al extranjero” es literalmente “los que desvían al extranjero”. Parece significar “los que desvían al extranjero del acceso a la justicia en los tribunales” (cp. Is. 10:2; Am. 5:12). Probablemente no lo desviaban físicamente, sino a través de sobornos y maniobras jurídicas (cp. Am. 5:12). Así no podían reclamar sus derechos en los tribunales frente a los opresores.

5.6.3. En resumen, los pecadores que Yahvé juzgaría eran personas que no temían a Yahvé (3:5d).

5.6.3.1. En lugar de “no teniendo temor”, el hebreo tiene “y no tienen temor”. Las cinco expresiones anteriores usadas para definir a los pecadores— ”hechiceros”, “adúlteros”, “los que juran”, “los que defraudan”, “los que hacen injusticia”—son todas, en hebreo, participios. En cambio, aquí inesperadamente el profeta cambia a un verbo en tiempo imperfecto. 5.6.3.2. 3:5d es una línea poética solitaria y breve (6 sílabas), seguida por la fórmula de mensajero. La brevedad de la línea, el hecho que está sola, la fórmula que le sigue y el cambio sintáctico de la serie de participios a un verbo finito con la partícula negativa aquí—todas estos detalles formales sirven para resaltar el resumen en 3:5d, y para dar un sentido de clausura al oráculo de 2:17-3:5. 5.6.3.3. Temer a Yahvé no significa solo tenerle reverencia (contra DHH: “me faltan al respeto”), sino, como se nota aquí, temer su castigo (cp. 1:6, 14; 2:5). Los malhechores cometían sus iniquidades en parte porque no creían que Yahvé los castigaría. El resumen de todos los pecados en “y no me temen” era una amenaza seria para los sacerdotes que no temían el nombre de Yahvé, sino que lo menospreciaban (cp. 1:6).

6. Quinto oráculo: Israel debería volver a Yahvé, y concretamente cumplir con sus ofrendas, para luego recibir una inmensa bendición divina (3:6-12).

6.1. Llamado divino a Israel: volved de vuestra desobediencia a los mandamientos, y yo os bendeciré (3:6-7b). En los otros oráculos la primera intervención de Yahvé o de su profeta ha sido una acusación contra los judíos (1:6; 2:10, 17) o una defensa de Yahvé contra una acusación judía (1:2). Aquí la primera intervención divina incluye ambas cosas y culmina en un llamado al arrepentimiento.

6.1.1. Solo debido a su amor y misericordia constantes Yahvé no había destruido a los judíos (3:6).

6.1.1.1. El v. 6 es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 3:4: A. En verdad yo Yahvé no he cambiado B. Y vosotros hijos de Jacob no habéis sido consumidos.

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6.1.1.2. Se discute si el v. 6 inicia el quinto oráculo, o si es la conclusión del oráculo anterior.

6.1.1.2.1. A favor de la segunda opción se puede notar que su primera palabra no se usa normalmente al inicio de una intervención, sino en medio (cp. Waltke y O'Connor § 39.3.4e). Además la línea A responde a la pregunta judía al final de 2:17: Yahvé seguía siendo el Dios de justicia, como siempre lo había sido. 6.1.1.2.2. A favor de la primera opción se puede notar que la línea B concuerda mejor con el quinto oráculo, con su promesa de bendición (vv. 7, 10-12) que con el cuarto oráculo, con su anuncio de juicio de los judíos. Además la fórmula de mensajero al final de 3:5 parece marcar el final del oráculo (cp. 3:12, 21 [4:3]; 2:16). 6.1.1.2.3. Como hay indicios que el v. 6 pertenece a ambos oráculos, tal vez se deba tomar como una estructura de tipo Jano, que mira para atrás y para adelante. Así la línea A primero se tomaría como la conclusión del cuarto oráculo, pero la línea B aclara que el dístico también introduce el quinto oráculo.

6.1.1.3. Si la línea A se toma como la conclusión del cuarto oráculo, su primera palabra significa “porque” (RV60, RV95, RVA, BDLA). Si se toma como la introducción del quinto oráculo, la primera palabra ha de ser una partícula enfática, “en verdad”, o una conjunción adversativa “pero, sin embargo”. La traducción “que” (BJ) es también técnicamente posible, pero no cabe en el contexto aquí, aun si se aduce que 3:6 originalmente fue la continuación de 1:2-5 (ver la nota de BJ). DHH y NVI omiten la palabra. 6.1.1.4. En todo el quinto oráculo Yahvé habla en primera persona y se dirige a los judíos en segunda persona plural. 6.1.1.5. Ambos “yo, Yahvé” y “vosotros, hijos de Jacob” son enfáticos, pues no son palabras necesarias para entender las dos oraciones.

6.1.1.5.1. El “yo, Yahvé”, que también puede traducirse “yo soy Yahvé”, resalta la dignidad, poder y santidad de Yahvé (cp. Lv. 19:2, 3, 4, 10, 12, 14, 16, 18, 25, 28, 30, 31, 32, 33, 36, 37). 6.1.1.5.2. El “hijos de Jacob” aclara que este oráculo no se dirige a los sacerdotes (en contraste con 1:6-2:9; cp. también 3:2-4), sino a todo el pueblo. El título no es muy común (se usa de Israel solo aquí y en 1 R. 18:31; Sal. 77:15 [16]), pero anticipa el juego de palabras con el verbo “robar” (vv. 8, 9) y la introducción del tema de los diezmos (vv. 8, 10).

6.1.1.6. El primer verbo está en el tiempo perfecto en el hebreo, sugiriendo la traducción “he cambiado” (DHH) en lugar de “cambio” en tiempo presente (RV60, RV95, RVA, BJ, BDLA, NVI). Ambas traducciones son aceptables, pero la primera aclara mejor que la oración no tiene que ver con la inmutabilidad de Dios en términos abstractos, sino con su constancia en su actuación histórica. A la luz de 2:17 y 3:5, inicialmente “no he cambiado” se interpreta como “sigo siendo el Dios de justo juicio”. Sin embargo, la línea B aclarará que aquí “no he cambiado” significa “no he dejado de amaros” (cp. 1:2), o “no he dejado de teneros misericordia” (cp. Sal. 77:9-10 [10-11], pero RV60 y RV95 traducen mal Sal. 77:10 [11]; ver también Ro. 11:28-29).

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6.1.1.7. El paralelismo sugiere que hay alguna relación entre “no he cambiado” y “no habéis sido consumidos” (de ahí la traducción “por esto” o “por eso” en RV60, RV95, DHH, BDLA, RVA, NVI; en cambio, BJ traduce literalmente “y”). Esa relación ha de ser que la supervivencia de Israel no se debe a su justicia, sino a la misericordia inmutable de Yahvé (cp. Ex. 34:6-7; Sal. 103:8-14; y esp., de aproximadamente el mismo período que Malaquías, Neh. 9:17, 19, 27-28, 30-31) y a su fidelidad al pacto con Israel. 6.1.1.8. Según 2:17 los judíos se quejaban que Yahvé ya no era el Dios de juicio. Aquí Yahvé respondió que en realidad no había cambiado. No dejaba de ser el “Dios de juicio”, pero también, y prioritariamente, seguía siendo el Dios del perdón misericordioso y de fidelidad a las promesas del Pacto Abrahámico (cp. Dt. 4:31; Mi. 7:18-20; Ro. 11:25-29). Los judíos no se daban cuenta que si Yahvé siempre hubiera castigado a los pecadores, ellos mismos habrían sido consumidos. Recordemos lo mismo cuando pedimos a Dios que castigue a los injustos. 6.1.1.9. Unos pocos estudiosos argumentan que originalmente 3:6-7 se encontraba después de 1:5 (ver la nota en BJ). El 3:6, por lo menos, sería una conclusión apta de la perícopa 1:2-5. Se nota también que el nombre “Jacob” se usa dos veces en 1:2, una vez en 3:6, y solo una vez más en el resto del libro (2:12). Sin embargo, el nombre “Jacob” en 3:6 está firmemente entrelazado con 3:8-12 por el juego de palabras con el verbo “robar” en 3:8, 9 (ver la nota sobre este verbo en el v. 8) y también por la relación entre Jacob y el diezmo (cp. la nota respectiva en el v. 8). Además, el v. 7a está claramente relacionada con el v. 7b, y el v. 7b con el texto siguiente. De todos modos, 3:6, aun como introducción a 3:6-12, sirve para reforzar las afirmaciones divinas en 1:2.

6.1.2. Los judíos habían desobedecido los mandamientos de Yahvé desde hace generaciones (3:7a).

6.1.2.1. El v. 7a es un trístico de tipo ABB, con ritmo de 2:2:2: A. Desde los días de vuestros padres B. Os habéis apartado de mis leyes C. Y no guardasteis 6.1.2.2. Así como Yahvé no había cambiado (v. 6), tampoco los judíos (v. 7a). En el caso de Dios, esa inmutabilidad era una virtud; en el caso de los judíos era todo lo contrario. 6.1.2.3. La idea expresada en el trístico es muy similar a Esd. 9:7a. 6.1.2.4. La frase “vuestros padres” podría referirse a la generación que salió de Egipto (cp. Neh. 9:15-17, de aproximadamente el mismo período que Malaquías; Dt. 1:34-35; Sal. 95:8-11; Ez. 20:5-16, esp. vv. 13, 16), a muchas generaciones en los períodos de los jueces y de la monarquía (cp. Neh. 9:26, 28-30, y esp. 34), y aun a Jacob (cp. “hijos de Jacob” en v. 6 y la nota abajo sobre el juego de palabras entre “Jacob” en v. 6 y “robar” en v. 8), si bien “mis leyes” indica un período no antes de Sinaí. La descripción de los días de los padres como tiempos de desobediencia se contrasta con 2:5-6; 3:4, que aluden a un tiempo de antaño cuando Israel obedecía a Yahvé. 6.1.2.5. Los judíos de la generación de Malaquías se habían “apartado” de las leyes de Yahvé en parte porque los sacerdotes se habían apartado del camino

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(2:8). 6.1.2.6. En la línea C el hebreo no tiene el pronombre “las”, sino que “mis leyes” se sobreentiende por elipsis debido al paralelismo.

6.1.3. Yahvé llamó a los judíos a arrepentirse para recibir su bendición (3:7b).

6.1.3.1. El v. 7b es un dístico con paralelismo entre las líneas y ritmo de 2:2 seguido por la fórmula de mensajero: A. Volveos a mí B. Y volveré a vosotros 6.1.3.2. El dístico se basa en un juego de palabras: si los judíos volvieran a Yahvé en arrepentimiento, él volvería a ellos con bendiciones. (Este juego de palabras se encuentra también en otras obras posexílicas, en Zac. 1:3 [cp. también Zac. 1:4, 6] y 2 Cr. 30:6b). Así Yahvé aclaró más en qué sentido no había cambiado (cp. v. 6). Seguía siendo el Dios de misericordia y perdón. 6.1.3.3. En la línea B, el pronombre enfático “yo” no está en el hebreo. 6.1.3.4. La fórmula de mensajero marca la conclusión del llamado divino (3:7b).

6.2. Objeción judía a la acusación divina: “¿En qué hemos de volvernos?” (3:7c). Retaron a Yahvé a señalar algún pecado del cual debían arrepentirse. Su pregunta medio retórica es por un lado una protesta de inocencia, pero también deja abierta la puerta para una respuesta (cp. Jn. 8:46a). No hay paralelismo en el sentido normal en 3:7c, pero, así como en las otras objeciones judías, el lenguaje hace eco de la acusación divina de la oración anterior, así creando un sentido de paralelismo. 6.3. Refutación divina de la objeción judía: “Me habéis robado” (3:8a). Así Yahvé escoge uno de varios pecados que los judíos cometían (cp. 1:6-8, 14; 2:10, 17; 3:5), uno de los más difundidos entre el pueblo (ver “la nación toda” en v. 9; cp. Neh. 10:32-39 [33-40]; 13:10-12).

6.3.1. El v. 8a es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 3:3. A. ¿Robará el mortal a Dios? B. ¡Pero estáis robando vosotros a mí! 6.3.2. La respuesta obvia a la pregunta retórica en la línea A era que ningún ser mortal sería tan temario como para robar al Dios todopoderoso, pues las consecuencias serían desastrosas. Las palabras “hombre” y “Dios” forman un contraste marcado, especialmente en el hebreo, donde los dos sustantivos, ambos comenzando con la letra ’ âlef y ambos sin artículo, están yuxtapuestos sin la preposición “a”, muy literalmente: “¿Acaso robará hombre Dios?”. La palabra ’ âdâm “hombre” se refiere no tanto a los hombres como individuos, sino a su categoría de raza humana. A la vez evoca su procedencia de lo más bajo, del polvo de la tierra (’ãdâmâh). Por otro lado, el uso de la palabra ’•lôhîm “Dios” aquí recalca el poder divino y se refiere a la categoría de ser divino más que a la identidad (Yahvé). 6.3.3. A la luz del paralelismo, en la línea B Yahvé achacó a los judíos, seres humanos, de robarle a él, Dios. El paralelismo subraya la monstruosidad e insensatez del pecado.

6.3.3.1. Una acepción común de kî, la primera palabra de la línea B, es “porque”

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(cp. “pues” en RV60, RV95, BJ, DHH, BDLA, RVA). Sin embargo, aquí caben mejor otras dos acepciones: como partícula enfática, “en verdad” o algo por el estilo (cp. NVI, que omite la palabra pero encierra la línea B entre signos de admiración), y como conjunción adversativa. Me inclino a esta, de modo que la conjunción señala el contraste entre la respuesta obvia a la pregunta retórica de la línea A y la acción insensata de los judíos. 6.3.3.2. En lugar de “habéis robado”, tradúzcase con más exactitud “estáis robando” (BDLA, NVI). Se trata de un participio hebreo, el cual aquí indica una acción continua en tiempo presente. 6.3.3.3. Fuera de los vv. 8-9, el verbo hebreo traducido “robar” (qâba‘) se usa en el A.T. solamente en Pr. 22:23, donde está traducido “despojar” y está asociado con el verbo más común por robar, gâzal, en 22:22. Aquí en los vv. 8-9 este verbo raro hace un juego de palabras con “Jacob” en el v. 6, pues la raíz de “Jacob” es ‘qb y la raíz del verbo es qb‘. Las dos raíces tienen las mismas tres consonantes, aunque en orden diferente. La relación aparentemente era más estrecha aún en algunos manuscritos, pues el texto hebreo empleado por el traductor de la Septuaginta aquí tenía el verbo ‘âqab “engañar, defraudar” (cp. BJ, DHH), de la misma raíz que “Jacob”. (Varios estudiosos han enmendado el texto aquí, siguiendo los LXX, pero las demás versiones antiguas apoyan el TM, y es fácil explicar cómo la lección de los LXX pudo haberse originado de la lección del TM, pero muy difícil de explicar el origen del TM a partir de la lección de los LXX). El juego de palabras sugiere que los “hijos de Jacob” (v. 6) siguen cometiendo los pecados de su padre (v. 7), Jacob el defraudador. 6.3.3.4. Robar a Yahvé era una manifestación más de no temer a Yahvé (cp. 3:5).

6.4. Objeción judía a la refutación divina: “¿En qué te hemos robado?” (3:8bá). De nuevo la pregunta medio retórica es una protesta de inocencia por un lado, pero por otro lado pide una respuesta. Los judíos retaron a Yahvé a sustentar su acusación tan aparentemente fantástica. De nuevo el lenguaje de la objeción hace eco de la oración anterior, creando una impresión de paralelismo. La objeción y la respuesta divina siguiente pueden analizarse como dos líneas solitarias, como un dístico sin paralelismo entre las líneas pero con paralelismo interno en la línea B y ritmo de 3:2, o, dejando a un lado el “y dijisteis”, como un dístico con paralelismo interlinear, paralelismo interno en la línea B, y ritmo de 2:2: A. En qué te hemos robado B. El diezmo y la ofrenda 6.5. Respuesta divina a la segunda objeción judía (3:8bâ-12). En 3:8-12 Yahvé sigue el mismo patrón que en v. 7ab: acusación (3:7a, 8-9), llamado a dejar el pecado (3:7b, 10a), promesa de bendición divina (3:7b, 10b-12).

6.5.1. Respues ta en forma sucinta (3:8bâ). La respues ta sucinta, literalmente “el diezmo y la ofrenda”, aclara con contundencia y brusquedad el enigma de la acusación de robar a Yahvé. El hebreo no tiene “en” ni “vuestros”, si bien “en” se sobreentiende por la pregunta anterior (cp. BJ, BDLA, RVA, NVI).

6.5.1.1. Jacob había puesto un ejemplo positivo para los judíos en cuanto al diezmo (Gn. 28:20-22). En ese sentido ser “hijos de Jacob” (v. 6) debería ser un estímulo positivo (“hijos de Jacob, el padre del diezmo”) que contrapesara las implicaciones del juego de palabras entre “robar” y “Jacob” (“hijos de Jacob, el embaucador”).

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6.5.1.2. En cuanto al propósito del diezmo, ver la nota abajo sobre el v. 10. 6.5.1.3. La palabra traducida “ofrenda” se usa en el AT de varias clases de ofrendas, pero especialmente de aquellas que servían para mantener el santuario y su personal (cp. Ex. 25:2-7; Ex. 29:28; Lv. 7:32-34; Nm. 5:9; 2 Cr. 31:10, 12; Neh. 10:37; en 2 Cr. 31:12, otro texto posexílico, se mencionan juntos, como aquí, la ofrenda [traducido “primicias” en RV60] y el diezmo). Dios tenía en mente esta clase de ofrenda aquí (cp. v. 10). Nehemías, en aproximadamente el mismo período, también tuvo que lidiar con la falta de diezmos y ofrendas para el santuario (ver Neh. 13:10-14; 10:32-39).

6.5.2. Ampliación de la respuesta, incluyendo la acusación y el castigo: los judíos vivían bajo maldición por estar robando a Yahvé (3:9).

6.5.2.1. El v. 9 se puede analizar como un trístico de tipo AAA, con ritmo de 3:3:2. Gramaticalmente el paralelismo se puede representar de la siguiente manera: A. Con la maldición vosotros sois malditos B. Y a mí vosotros estáis robando C. la nación, toda ella Semánticamente el paralelismo se puede representar de la siguiente manera: A. Con la maldición…sois malditos vosotros B. Y a mí…estáis robando vosotros C. la nación toda ella La traducción arriba es bastante literal. El esquema del paralelismo gramatical refleja con mayor claridad el orden de las palabras en hebreo. 6.5.2.2. Los judíos vivían la maldición divina (3:9a).

6.5.2.2.1. La expresión “malditos con la maldición” puede ser un hebraísmo que significa “muy malditos” (cp. NVI: “bajo gran maldición”). Ver las maldiciones pronunciadas contra ciertos judíos pecadores en 1:14 y 2:2. Sin embargo, como el hebreo dice “la maldición”, con artículo, tal vez la frase signifique “malditos con la maldición pronunciada sobre los que violaran el pacto con Yahvé” (cp. 2:2; Dt. 28:20). 6.5.2.2.2. La maldición puede haber afectado a los judíos en muchas maneras (cp. Dt. 28:15-68), pero especialmente dañaba sus cosechas (cp. vv. 10-12). Los judíos culpaban a Dios por su falta de prosperidad (cp. 1:2), pero los culpables eran ellos mismos. 6.5.2.2.3. El hebreo tiene el pronombre “vosotros” en la línea A y B. Sin embargo, como la construcción gramatical hebrea requiere su presencia, no da énfasis aquí; por eso RV60 no lo ha incluido. Es decir, en la construcción hebrea los pronombres son necesarios, pero no lo son en la traducción en español. Lo he incluido en mi traducción arriba para mostrar el paralelismo.

6.5.2.3. La maldición era castigo por robar a Yahvé (3:9b).

6.5.2.3.1. En lugar de “habéis robado”, tradúzcase con más exactitud “estáis robando”.

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6.5.2.3.2. La segunda oración del v. 9 es casi idéntica a la segunda del v. 8.

6.5.2.3.2.1. La repetición tiene por lo menos dos funciones. Pone de relieve el asombro divino ante la insensatez colosal de los judíos. A la vez conforma una inclusión que enmarca toda la acusación de robo a Yahvé (2:8aâ -9). 6.5.2.3.2.2. Hay dos diferencias entre las dos oraciones:

6.5.2.3.2.2.1. En el v. 9 la oración no comienza con kî (ver la nota sobre kî en el v. 8), sino con w•- “y”. La traducción “porque” (así traducen todas las versiones que he consultado, o con un sinónimo) no es literal, sino una interpretación (correcta) de la relación implícita entre las primeras dos oraciones del v. 9. 6.5.2.3.2.2.2. El orden de las palabras varía. La palabra “me” viene primero aquí, en posición enfática en el hebreo: “¡A mí me estáis robando!” La palabra “robando” viene al final, lo cual resalta la rima en hebreo entre ella y “malditos”, la última palabra de la primera oración del v. 9. A la vez, la rima sugiere que hay una relación entre las dos oraciones y específicamente entre “malditos” y “robando”.

6.5.2.4. Tanto la maldición como el robo eran de alcance nacional (3:9c).

6.5.2.4.1. La frase “la nación toda” viene al final del versículo, fuera del orden normal (cp. BJ). Esto le da énfasis y también permite que esté en aposición con ambos “vosotros”: la maldición alcanzaba a la nación toda (línea A, cp. DHH, NVI), porque la nación toda robaba a Yahvé (línea B). 6.5.2.4.2. La frase “la nación toda”, en lugar del más común “toda la nación”, da énfasis a la palabra “toda”. De hecho, una traducción literal sería más enfática aún: “la nación, toda ella”. Esta frase es una hipérbole en relación con “me estáis robando”, pero su significado en relación con “malditos sois” es más literal. Se supone que algunos cumplían con los diezmos y ofrendas, pero probablemente aun ellos sufrían los efectos de la maldición nacional.

6.5.3. Llamado a abandonar el pecado y promesa de bendición: Yahvé llamó a los judíos a entregar el diezmo completo, y prometió que luego él cambiaría la maldición en inmensa bendición (3:10-12). Esta combinación de exhortación y promesa es una aplicación específica de “volveos a mí, y yo me volveré a vosotros” (v. 7). A la vez hace contraste con los vv. 8-9. El llamado a entregar el diezmo (v. 10a) se contrasta con la acusación de estar robando a Yahvé (v. 8) y la promesa de bendición (vv. 10b-12) es lo opuesto de la maldición existente (v. 9).

6.5.3.1. Yahvé exhortó a los judíos a entregar el diezmo completo al templo (3:10a).

6.5.3.1.1. El v. 10a se puede analizar como un trístico de tipo AA. Es decir, el paralelismo indica que la unidad es un dístico, con solo dos

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oraciones, cada una completamente paralela a la otra, pero la métrica indica se trata de un trístico con ritmo de 3:2:3. En el trístico la línea A es paralela a una parte de la línea C, y la línea B es paralela al resto de la línea C, pero las líneas A y B no son paralelas: A. Traed todo el diezmo B. A la casa del tesoro C. Y haya alimento en mi casa La traducción literal de la línea B muestra el paralelismo entre “a la casa del tesoro” y “en mi casa”. 6.5.3.1.2. En lugar de “todos los diezmos”, el hebreo tiene el singular “todo el diezmo”.

6.5.3.1.2.1. La expresión sugiere que algunos judíos, tal vez muchos, entregaban una parte del diezmo, pero no todo, así como ofrecían sacrificios, pero de animales defectuosos (cp. 1:8, 13-14). 6.5.3.1.2.2. La Ley ordenaba el diezmo de la tierra para los levitas y su ministerio (Nm. 18:21, 24; cp. Lv. 27: 30-32; Heb. 7:5, 9), el diezmo que los israelitas deberían comer delante de Yahvé (Dt. 14:22-26) y el diezmo cada tres años para alimentar a los pobres (Dt. 14:28-29; 26:12-14). El resto del v. 10 implica que aquí Yahvé pedía el diezmo para los levitas y su ministerio (cp. Neh. 10:37; 12:44; 13:5, 10-12, de aproximadamente la misma época).

6.5.3.1.3. El “alfolí”, lit. “casa del tesoro” (cp. Neh. 10:38 [39]; Dn. 1:2), era el almacén del templo. Asumiendo que el diseño del templo posexílico se asemejaba al diseño del templo de Salomón, pegados a las paredes exteriores del edificio del santuario, salvo en el lado oriental, había tres niveles de cámaras en retahíla que servían de bodegas (cp. 1 R. 6:5-8). 6.5.3.1.4. La palabra “alimento” indica que el diezmo se daba en especie (granos, vino, aceite de oliva, cp. Neh. 13:5, 12) y que servía para alimentar a los levitas (cp. Nm. 18:21-32; Neh. 10:37 [38]). La “ofrenda” (v. 8) también incluía comestibles, para los sacerdotes (cp. Neh. 10:37 [38], 39 [40], si bien RV60 no traduce la palabra “ofrendas” en v. 37). Si bien Yahvé denunciaba los pecados de los sacerdotes (cp. 1:6-2:9), no por eso eximía al pueblo de la responsabilidad de sostenerlos con sus ofrendas.

6.5.3.2. Yahvé prometió a los judíos que los bendeciría inmensamente (3:10b-12). Es la primera promesa para los judíos desde 1:5. La promesa se vincula estrechamente con el cumplimiento del diezmo, aun cuando había otros pecados de los cuales los judíos deberían volver, incluyendo la injusticia interhumana (cp. 2:10-17; 3:5). ¿Hemos de entender que Yahvé bendeciría a Judá si diezmara, aun si seguía cometiendo injusticias (aparentemente algunos fariseos de los tiempos de Jesús así interpretaban la promesa, cp. Mt. 23:23)? ¿Quizá Yahvé aquí daba por sentado que si los judíos cumplían con el diezmo, también dejarían la injusticia. O tal vez la promesa intencionalmente es específica, para animar a los judíos resentidos con Yahvé, y para mostrar que él en efecto seguía amando a Judá. A una generación que no cumplía con el diezmo, Yahvé les prometió una bendición si diezmaran cabalmente. En otra generación, a los que se

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creían justos porque cumplían con el diezmo a cabalidad, Jesús los condenó porque cometían una serie de otros pecados (cp. Mt. 23:13-28).

6.5.3.2.1. Condicionó la promesa mediante un llamado a probarle (3:10b).

6.5.3.2.1.1. Si se excluye del análisis la prosaica fórmula de mensajero, 3:10b-c se puede analizar como un trístico de tipo AAA, con ritmo de 2:5:5. “En esto” de la línea A es paralelo a la línea B completa y a la línea C completa, pues estas dos líneas definen el “esto”. Otra alternativa sería analizar las tres líneas como un trístico de tipo ABB. A. Y probadme en esto B. Si no abriré…las ventanas de los cielos por vosotros C. y derramaré bendición…hasta que sobreabunde por vosotros 6.5.3.2.1.2. El vocablo traducido “ahora” en la línea A no es un adverbio de tiempo, sino una partícula enfática, o quizá una partícula lógica. Es decir, no significa “en este tiempo”, sino que subraya el aspecto volitivo del imperativo “probad”, o quizá indica que el imperativo es una consecuencia lógica de la exposición anterior (cp. BJ: “así”). Debido a la dificultad de expresar el énfasis en el aspecto volitivo, algunos opinan que lo mejor es no traducir la partícula (cp. DHH, RVA, NVI). 6.5.3.2.1.3. La prueba despejaría toda duda acerca del amor de Yahvé para con Israel (cp. 1:2). 6.5.3.2.1.4. La Biblia raras veces invita explícitamente a probar a Dios. Más bien, normalmente advierte que no se le debe poner a prueba. No se le debe exigir que demuestre su fidelidad, poder, y demás virtudes, haciendo caso omiso de las evidencias existentes (Ex. 17:7; Sal. 78:18-20; 95:8-9). Tampoco se debe poner a prueba sus amenazas de castigo al pecador (cp. v. 15; Dt. 6:16). Sin embargo, el v. 10 llama a probar a Yahvé en otro sentido: poner a prueba sus promesas mediante la obediencia y la fe. Probar a Dios en este sentido es la esencia de la fe bíblica. Es lo que el A.T. comúnmente llama “temor a Yahvé”. 6.5.3.2.1.5. Generalmente en Malaquías la fórmula de mensajero (“Así ha dicho Yahvé…”) marca el inicio o final de uno de los seis oráculos o el final de un párrafo dentro de un oráculo. Aquí, en cambio, se usa en medio de una oración. Tiene el efecto de subrayar tanto la invitación anterior a probar a Yahvé como la seguridad de las promesas siguientes. Confirma ambas cosas como palabra de Yahvé. También crea suspenso, al aplazar la revelación del referente del “esto”.

6.5.3.2.2. Prometió derramar una bendición inmensa (3:10c).

6.5.3.2.2.1. Prometió cambiar la “maldición” (v. 9) en “bendición” (v. 10c). Cp. la promesa de bendición por obediencia en Dt. 28:1-14. 6.5.3.2.2.2. Prometió que la bendición sería para los judíos. Este aspecto de la promesa es muy recalcado en el hebreo, pues “os”

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(v. 10), “sobre vosotros” (v. 10), “por vosotros” (v. 11), “os” (v. 11) y “vuestra” (v. 11) son todos traducciones de la misma expresión hebrea, lâkem, literalmente “por/para vosotros”, repetida cinco veces en 3:10c-11. Este énfasis apoya la declaración divina inicial del libro: “Os he amado” (1:2). 6.5.3.2.2.3. Prometió derramar la bendición por las compuertas del cielo. La palabra traducida “ventanas” se usa de una variedad de aperturas; aquí cabe mejor la traducción “compuertas” (NVI), en alusión a las puertas movibles en los canales o presas que servían para detener o dejar pasar las aguas. Posiblemente la figura haya evocado la lluvia (cp. Gn. 7:11 y 8:2, donde el mismo vocablo está traducido “cataratas”), pero Gn. 7:11; 8:2 no se refieren a una lluvia benéfica, sino a un aguacero torrencial e interminable. Lo que Yahvé aquí promete derramar por las compuertas del cielo no es la lluvia (¿quién quiere lluvia “hasta que sobreabunde” o “hasta que no haya más”?), sino la bendición, especialmente cosechas abundantes (cp. vv. 11-12 y la referencia a granos derribados por las compuertas del cielo en 2 R. 7:2, 19). 6.5.3.2.2.4. Prometió una bendición ingente. La frase traducida “hasta que sobreabunde” es literalmente “hasta que no haya suficiencia”. Puede significar “hasta que no haya suficiente espacio para recibir más” (cp. Lc. 6:38). Esta ha de ser la interpretación detrás de la traducción “hasta que sobreabunde” (RV60, BDLA, RVA, RV95, NVI). O puede significar “hasta que no haya lo suficiente para dar más” (BJ: “hasta que ya no quede”), es decir “en cantidad inagotable”, ya que Yahvé siempre tiene suficiente para dar más. Ambas interpretaciones conducen a lo mismo, pero la segunda es mejor porque: (a) es más natural suplir “hasta que no haya suficiencia (de bendición)” en lugar de “hasta que no haya suficiencia (de espacio)”, pues la palabra anterior en el texto es “bendición”, (b) “hasta que no haya más bendición que dar” es una hipérbole más impresionante que “hasta que vosotros no tengáis espacio para recibir más” (ambos superan por mucho el trillado “la más rica bendición” en DHH), y (c) la interpretación de la expresión en el sentido de “inagotablemente” concuerda mejor con el significado de la frase similar “hasta que no haya luna” (Sal. 72:7).

6.5.3.2.3. Prometió buenas cosechas (3:11-12; cp. la bendición agrícola recibida como resultado de los diezmos y ofrendas en 2 Cr. 31:5-6, 10).

6.5.3.2.3.1. Expresó la promesa en forma negativa: protegerá la cosecha de las langostas (3:11). Aparentemente las plagas de langostas eran una parte fuerte de la maldición que los judíos vivían (cp. v. 9). El v. 11 es un trístico de tipo AAA y con ritmo de 3:4:4, seguido de la fórmula de mensajero: A. Y reprenderé…al devorador por vosotros B. Y no destruirá…el fruto de la tierra contra vosotros C. Y no perderá su fruto…la vid en el campo contra vosotros

6.5.3.2.3.1.1. Las líneas B y C expresan resultados de la línea A (cp. BJ, DHH, RVA, NVI), de modo que todo el

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trístico es una promesa de protección de la cosecha de las langostas (3:11a). 6.5.3.2.3.1.2. El verbo “reprender” evoca 2:3. Allí Yahvé amenazó con “reprender” la descendencia de los sacerdotes (ver la nota allí). Ahora, en contraste, promete “reprender” lo que podría dañar a su pueblo. En ambos casos, el verbo resalta la autoridad de Yahvé y el poder de su palabra. 6.5.3.2.3.1.3. El “devorador”, lit. “el que come”, ha de ser alguna clase de langosta (cp. el uso del mismo verbo hebreo para describir la acción devastadora de las langostas en Jl. 1:4; 2:25; 2 Cr. 7:13). 6.5.3.2.3.1.4. La frase “el fruto de la tierra” evoca las bendiciones y maldiciones del pacto (cp. Dt. 28:4, 11, 18, 33, 42, 51) y la promesa de restauración en Dt. 30:9. El “fruto de la tierra” incluye los granos y las verduras, y tal vez el producto de los árboles también (cp. Dt. 28:42, 51). Para la maldición de destrucción del “fruto de la tierra” por langostas, ver Dt. 28:42. 6.5.3.2.3.1.5. “Por vosotros” y “contra vosotros” en la traducción arriba, y “por vosotros”, “os” y “vuestra” en RV60, son todas traducciones de la misma expresión hebrea, lâkem. La repetición de la frase en el v. 11 recalca que los judíos serán beneficiados y también es el indicador principal del paralelismo entre las tres líneas. 6.5.3.2.3.1.6. El verbo traducido “ser estéril” más exactamente significa “abortar” (cp. Gn. 31:38; Ex. 23:26) o “perder su cría” (Job 21:10). Ha de referirse aquí a la pérdida de fruto antes de la cosecha (cp. NVI). En este contexto, se refiere a la destrucción de la uva por la langosta (cp. Dt. 28:42). 6.5.3.2.3.1.7. La “vid en el campo” no era la vid silvestre, sino, como indica la palabra traducida “vuestra”, la vid cultivada (cp. DHH, NVI). La palabra “campo” aquí se refiere a los terrenos cultivados. 6.5.3.2.3.1.8. La fórmula de mensajero (3:11bâ) da la impres i ón que el párrafo que exhorta a los judíos a diezmar para recibir la bendición divina termina en el v. 11, pero a continuación Yahvé recalcará la promesa una vez más.

6.5.3.2.3.2. Expresó la promesa en forma positiva: Israel llegaría a ser reconocido internacionalmente como un pueblo feliz, disfrutando abundantes cosechas (3:12). El v. 12 es un dístico sin paralelismo, con ritmo de 3:4, seguido de la fórmula de mensajero.

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6.5.3.2.3.2.1. La frase “todas las naciones” (3:12a) hace eco de la frase “la nación toda” en v. 9. La semejanza entre las dos expresiones resalta el cambio de maldición a bendición. En 3:9 “la nación toda” estaba bajo maldición; 3:12a promete que “todas las naciones” considerarán a Judá bienaventurada. Además, “la nación toda” cierra el párrafo de 3:8-9, y “todas las naciones” aparece cerca del final del párrafo de 3:10-12. 6.5.3.2.3.2.2. De dos maneras el v. 12b recalca que los judíos serían los beneficiarios de la bendición.

6.5.3.2.3.2.2.1. El hebreo tiene el pronombre enfático “vosotros”, sujeto de “seréis” (ninguna de las versiones que he consultado capta este énfasis). Antes del v. 10b las formas de la segunda persona plural se han usado principalmente para acusar y condenar a los judíos y a sus sacerdotes. En 3:10b-12, en cambio, se usan para recalcar que los judíos serán los beneficiarios de la bendición divina si obedecen a Yahvé (ver las notas sobre “por/para vosotros” en vv. 10b-11). 6.5.3.2.3.2.2.2. En lugar de decir llanamente “porque vuestra tierra será agradable” (aparentemente el significado de la oración), el texto utiliza una figura extraña: “porque seréis vosotros tierra agradable”. La tierra sería agradable debido a sus buenas cosechas, y esa fertilidad sería disfrutada no por el gobierno persa (cp. Neh. 9:37), sino por los judíos.

6.5.3.2.3.2.3. La expresión traducida “deseable” es literalmente “de deleite”. Es el mismo vocablo traducido “complacencia” en 1:10. La repetición del sustantivo subraya una vez más la inversión de fortunas. Yahvé no tiene “deleite” en los sacerdotes (1:10), y evidentemente tampoco en el pueblo, pero promete un tiempo en que su tierra será un “deleite” debido a la bendición divina. Además, los judíos verán que en realidad Yahvé no “se complace” en los malos (2:17, donde “se complace” o “se deleita” es de la misma raíz hebrea que “deleite”), sino que hace “tierra de deleite” a su pueblo obediente (3:12). Por no ser “territorio de impiedad” (1:4), Judá sería “tierra de deleite” (3:12).

6.5.3.3. La vigencia de 3:8-12 para los cristianos hoy. Para los cristianos los aspectos ceremoniales y rituales de la Ley de Moisés no siguen vigentes (cp. Ro. 6:14; 7:6). Si bien el N.T. no se pronuncia específicamente sobre la cuestión del diezmo, las leyes sobre los diezmos y ofrendas parecen caer dentro de lo ceremonial y ritual. Jesús, viviendo bajo la Ley (cp. Gá. 4:4), dijo a los fariseos y escribas que era necesario que diezmaran (Mt. 23:23; Lc. 11:42), pero ningún texto dice que los cristianos (después de la muerte de Cristo) deben diezmar, ni define cuánta ofrenda deben dar, ni

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siquiera en los pasajes que exhortan a los cristianos a ofrendar, inclusive para el sostén de los ministros (por ejemplo, Gá. 6:6-9; 1 Ti. 5:17-18). De hecho, los diezmos no se mencionan en Hechos y las Epístolas, salvo en Heb. 7:1-10, donde el autor aduce que en Abraham Leví pagó el diezmo a Melquisedec, para así argumentar que el sacerdocio de Melquisedec es superior al levítico. Sin embargo, el cristiano puede diezmar voluntariamente, así como lo hicieron en determinados momentos (pero aparentemente no como una práctica regular) Abram (Gn. 14:20) y Jacob (Gn. 28:20-22), y Dios sigue prometiendo bendiciones, incluyendo las materiales, a los que ofrendan generosamente (cp. Lc. 6:38; 2 Co. 9:6-14; Gá. 6:6-9; Fil. 4:14-19).

7. Sexto oráculo: vendría el día de Yahvé, con recompensa para los malvados y los justos (3:13-4:3).

7.1. Acusación divina contra los judíos: “Vuestras palabras han sido duras contra mí” (3:13a).

7.1.1. El vocablo traducido “violentas” es literalmente “fuertes”. Una buena traducción sería “duras” (cp. BJ, DHH, RVA, BDLA). 7.1.2. En este oráculo Yahvé habla en primera persona, y se dirige a los judíos en segunda persona. La única interrupción de esta perspectiva se halla en el v. 16, donde el profeta narra acciones del pueblo y de Yahvé. 7.1.3. La fórmula de mensajero, “ha dicho Yahvé”, es más corta que la fórmula normal en el libro, “ha dicho Yahvé de los ejércitos”. La forma breve introduce el primer oráculo (1:2-5) y el último (3:13-4:3), lo cual produce una especie de inclusión que enmarca todos los oráculos, y también ayuda a poner de relieve las relaciones temáticas entre el primer oráculo y el último. El segundo y quinto oráculos comienzan con la forma más larga (1:6, 3:1, 3:13). El tercero y el cuarto se inician sin la fórmula (2:11, 17), pues todo el tercer oráculo y el inicio del cuarto hablan de Yahvé en tercera persona.

7.2. Cuestionamiento judío de la acusación divina: ¿Qué hemos hablado contra ti? (3:13b).

7.2.1. De nuevo el cuestionamiento judío se expresa mediante una pregunta medio retórica, que por un lado protesta la inocencia de los judíos, y por otro lado invita una respuesta. En este oráculo la reacción de los que temían a Yahvé en el v. 16 indica que algunos judíos sinceramente querían una respuesta. 7.2.2. También de nuevo el cuestionamiento hace eco del lenguaje de la acusación. De hecho, en este caso, así como en el primer oráculo (cp. 1:2), la acusación y el cuestionamiento forman un dístico con paralelismo quiástico interlinear: A. Han sido fuertes…vuestras palabras contra mí ha dicho Yahvé B. ¿Qué hemos hablado contra ti Y dijisteis El ritmo es de 5:4. 7.2.3. La forma verbal traducida “hemos hablado” es reflexiva; significa “hemos hablado entre nosotros” (ver el uso de la misma forma verbal en el v. 15 y en Ez. 33:30).

7.3. Respuesta divina al cuestionamiento judío de la acusación divina: los judíos decían con sarcasmo mordaz que Yahvé no hacía justicia (3:14-15). Las palabras eran duras no solo por la crítica en sí, sino también porque entrañaban un rechazo sarcástico del llamado al arrepentimiento del oráculo anterior (ver los comentarios a continuación

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sobre “Dios”, “guardemos su ley” [v. 14], “decimos bienaventurados” [v. 15] y “probaron” [v. 15]). En cuanto al uso de discurso judío dentro de la respuesta divina al cuestionamiento judío, cp. las notas sobre 2:17bc.

7.3.1. Decían que Yahvé no les recompensaba por su obediencia (3:14).

7.3.1.1. El v. 14 es un trístico de tipo AAA y con ritmo de 4:4:5 A. Decís: Por demás es servir a Dios B. Y ¿qué aprovecha que guardemos su ley C. y que andemos afligidos en presencia de… 7.3.1.2. Al usar el título “Dios” en lugar del más común “Yahvé”, los judíos insinuaban con sarcasmo que Yahvé no estaba cumpliendo con su responsabilidad como Dios, particularmente como Dios del juicio (cp. 2:17). Es como si dijeran: “Vano es servir al supuesto Dios de la justicia”. 7.3.1.3. Las líneas B y C son una pregunta retórica, equivalente a una declaración con emoción de que guardar la ley y andar afligidos ante Dios no trae ningún provecho. Sobre el uso de la pregunta retórica como parte, y solo parte, del discurso atribuido a los judíos aquí, a diferencia de los cuestionamientos judíos, que son totalmente preguntas retóricas, ver la nota sobre 2:17c. 7.3.1.4. Los judíos insistían en que habían “guardado” la ley de Yahvé, así rechazando la acusación divina del v. 7 (cp. “no guardasteis”). 7.3.1.5. El vocablo traducido “afligidos” literalmente significa “de negro”. Alude a la ropa negra o a la cara ennegrecida que usaban (suponemos) los que estaban de luto (cp. BJ, DHH, BDLA, NVI). Aparentemente los judíos habían adoptado esta costumbre como un rito religioso; andaban de negro como una forma de humillarse ante Yahvé. El paralelismo sugiere que para ellos “servir a Dios” y “guardar su ley” consistía en cumplir con tales ritos, y no en evitar los pecados e injusticias mencionados en vv. 5, 8; 2:10-16 (cp. el caso similar y la crítica divina de tales conceptos en Is. 58:2-7). 7.3.1.6. La preposición traducida “en presencia de” es la misma que está traducida “delante de” en 2:5. Implica “con temor de”. En 2:5 se usa de un temor genuino, manifestado en obras y palabras justas (cp. 2:6-7). Aquí, en cambio, aparentemente se refiere a una muestra ceremonial de temor, pero no hubo el tipo de temor que produce justicia (cp. 3:16).

7.3.2. Decían que Yahvé no castigaba a los malvados (3:15; cp. 2:17).

7.3.2.1. El v. 15 es un trístico de tipo AAA con ritmo de 4:4:4: A. Y ahora nosotros decimos bienaventurados los soberbios B. También son prosperados los que hacen impiedad C. También….y escaparon probaron a Dios 7.3.2.2. Con sarcasmo decían que ellos consideraban bienaventurados a los arrogantes (3:15a).

7.3.2.2.1. Así se burlaban de la promesa divina de que las naciones llamarían “bienaventurados” a los judíos si entregaran el diezmo (cp. 3:12).

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7.3.2.2.2. En el A.T., los “soberbios” eran aquellos que desobedecían a Dios consciente y deliberadamente sin temer su castigo (cp. Sal. 119:21, 85). Quizá la traducción “arrogantes” (BJ, RVA) capte mejor la idea.

7.3.2.3. Decían que Dios prosperaba a los malvados (3:15b). La voz pasiva del verbo “son prosperados” (lit. “son edificados”) sugiere que era Dios quien los había prosperado. El vocablo traducido “impiedad” es el mismo que está traducido “iniquidad” en 1:4. Yahvé había prometido destruir lo que edificaban los edomitas impíos (1:4), pero los judíos decían que él más bien edificaba a los impíos (3:15).. 7.3.2.4. Decían que los malvados habían probado a Yahvé y él no les hizo nada (3:15c). RVA inexplicablemente omite esta oración. 7.3.2.4.1. En lugar de “tentaron”, tradúzcase “probaron” o “pusieron a prueba” (DHH, BDLA). Mediante este verbo los judíos se burlaban del “probadme” de Yahvé (v. 10; se trata del mismo verbo). Al pecar, los malvados probaban la justicia de Dios y sus amenazas de castigar a los pecadores (cp. Sal. 73:8-9, 11-12).

7.3.2.4.2. Una vez más los judíos decían “Dios” en vez de “Yahvé” (cp. v. 14), insinuando que el supuesto Dios de justicia no castigaba a los malos. 7.3.2.4.3. El verbo “escaparon” evoca Ez. 17:15, que declara que el que viola el pacto no podrá “escapar”. Los judíos se quejaban de que en realidad había sucedido lo contrario.

7.4. Reacción judía a la acusación de Yahvé: los que temían a Yahvé hablaron entre sí y Yahvé prestó atención a sus palabras (3:16a).

7.4.1. El v. 16a se puede analizar como un trístico de tipo ABC (sin paralelismo interlinea) con ritmo raro de 3:2:3, y paralelismo interno en la línea C: “escuchó” // “oyó”. Otra opción serían analizarlo como un dístico sin paralelismo interlinear con ritmo de 5:3. O tal vez el v. 16, texto narrativo sin discurso alguno, no es poesía, sino prosa. 7.4.2. En el v. 16 el profeta interrumpe el discurso divino para narrar en tercera persona las acciones de los temerosos de Yahvé y de Yahvé mismo. 7.4.3. El texto no explica qué hablaron entre sí los temerosos de Yahvé, pero la forma verbal (Nifal de dbr) hace eco de la misma forma en el v. 13b (el Nifal de dbr se usa solo dos veces más en el A.T.), sugiriendo que hablaron lo contrario de lo dicho en 3:14-15. Esto se confirma en el resto del v. 16. Apuntes sobre Malaquías, pág. 55 7.4.4. El v. 16 es la última referencia en el libro al discurso de los judíos. Hasta aquí toda su habla ha rechazado las acusaciones divinas o ha expresado quejas contra Dios. Aquí al final se halla un discurso positivo de los judíos ante los oráculos divinos. De modo que el v. 16 es el clímax del libro, y se resalta por ser el único versículo narrativo en el libro. El v. 16 también marca el inicio de los versículos que exponen la manifestación plena del amor de Yahvé para con Israel, el tema de la intervención inicial de Yahvé en el libro (cp. 1:2). 7.4.5. Temer a Yahvé significa creer que él castigará a los que le desobedecen y bendecirá a los que le obedecen, y conducirse de manera correspondiente. De suerte que la frase “los que temían a Yahvé” confirma que lo que hablaron fue lo

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contrario de lo dicho en 3:14-15.

7.5. Reacción de Yahvé a la reacción de lo que le temían: hizo que se registraran en un libro de memoria sus nombres y sus palabras (3:16b).

7.5.1. El v. 16b es un dístico con ritmo de 4:4, sin paralelismo interlinear, pero con paralelismo interno en la línea B: B. Para los que temen a Yahvé y para los que estiman su nombre 7.5.2. La figura del libro de memorias proviene de la corte real. El rey ordenaba a su escriba que apuntara ante él y en el libro de memorias oficial los hechos de ciertas personas, a fin de asegurar que él no olvidara recompensarlas (ver Est. 2:22-23; 6:1-3; cp. también Neh. 4:5 [3:37]; 13:14). La figura indica que aunque Yahvé no siempre bendice de inmediato a los obedientes, lo hará tarde o temprano, aunque sea en el día de Yahvé (cp. Dn. 12:1). 7.5.3. En lugar de “los que piensan en su nombre”, tradúzcase “los que estiman su nombre” (cp. BDLA, RV95, NVI; ver el uso del mismo verbo al final de Is. 53:3). La frase implica que, al hablar entre sí, los temerosos de Yahvé rechazaron las palabras duras de sus compatriotas en contra de Yahvé (cp. vv. 13-15). La expresión “su nombre” aquí significa “su persona”, con un énfasis en su dignidad. 7.5.4. La descripción de los judíos mencionados en el v. 16 es lo opuesto de la acusación contra los sacerdotes en 1:6-2:9. Los sacerdotes no temían a Yahvé, sino que menospreciaban su nombre (1:6; 2:2).

7.6. Respuesta divina a la acusación judía en 3:14-15: en el día de su juicio, Yahvé bendeciría a los justos y destruiría a los malos (3:17-4:3).

7.6.1. En el día de su juicio Yahvé salvaría a los judíos que le temían (3:17).

7.6.1.1. En el día del juicio los judíos que temían a Yahvé le serían especial tesoro (3:17a).

7.6.1.1.1. El v. 17a se puede analizar como un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 5:4: A. Y serán para mí ha dicho Yahvé de los ejércitos B. especial tesoro en el día en que yo actúe 7.6.1.1.2. El inicio de la sección de 3:17-4:3 está marcada por el retorno al discurso divino en primera persona, después de la narración del profeta en el v. 16, y por la fórmula de mensajero en el v. 17a. 7.6.1.1.3. La línea A evoca el inicio de la última oración del v. 3. Así como los sacerdotes purificados serían para Yahvé quienes presentarían ofrenda en justicia, así también los judíos que le temían serían para Yahvé especial tesoro. “Serán para mí” también puede verterse por “serán míos”, traducción que muestra mejor el paralelismo entre “para mí” y “especial tesoro” 7.6.1.1.4. “El día en que yo actúe” aquí significa “el día en que yo actúe como el Dios del juicio” (cp. 4:3 [3:21]; 2:17).

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7.6.1.1.4.1. La palabra “día” en el contexto aquí sugiere el día de Yahvé (cp. Ez. 30:2-3; Jl. 1:15). 7.6.1.1.4.2. La forma verbal traducida “actúe” es un participio hebreo, usado aquí para expresar tiempo futuro inmanente, “estoy por actuar”. Las traducciones “el día que yo estoy preparando” (cp. BJ, DHH, RVA) y “el día en que yo prepare” (BDLA) son improbables, pues cuando el verbo se usa en el sentido de “preparar” casi siempre el objeto es una comida o una ofrenda. La traducción “actúe” (RV60, RV95, NVI) concuerda con el contexto, el cual habla de las quejas porque Yahvé no ha actuado como juez (cp. 2:17; 3:14-15) y de la actuación inmanente de Yahvé como tal (3:18-4:3 [3:18-22]). También concuerda con el significado de “yo” más el mismo participio en Ez. 36:22, 32 (cp. “voy a actuar” en la traducción de Ez. 36:22 en BDLA y NVI).

7.6.1.1.5. La palabra hebrea segullah “especial tesoro”, o tal vez mejor “posesión personal” (cp. BJ, NVI) está en posición enfática, fuera del orden normal, aplazada hasta el final de la oración. “Serán para mí…segullah” evoca la promesa de Ex. 19:5 y las alusiones a ella en Dt. 7:6; 14:2; 26:18; Sal. 135:4 (todos estos pasajes hablan de Israel como segullah, aunque la traducción varía). Yahvé había prometido a Israel que le sería especial tesoro si acatara las exigencias del pacto (Ex. 19:5). La tradición de la segullah recalca que Israel debe ser una nación santa (Ex. 19:5; Dt. 7:6; 14:2; 26:18), obediente a sus mandamientos (Dt. 26:18). A través de los siglos la nación no muy bien había logrado esas metas. Ahora Yahvé reitera la promesa, pero aclara que sería solo para una parte de la nación que cumplía con la condición. La promesa de Ex. 19:5 también iba vinculada con la promesa de que Israel sería para Yahvé “reino de sacerdotes” (Ex. 19:6). Esto explica en parte el énfasis en los sacerdotes en 1:6-2:9; 3:2-4. ¿Para qué quería Yahvé un reino de sacerdotes que no honrara su nombre (1:6) e hiciera tropezar a muchos (2:8)?

7.6.1.2. En el día de su juicio Yahvé se compadecería de los que le temían (3:17b).

7.6.1.2.1. El v. 17b es un trístico de tipo AA, que consiste en dos oraciones paralelas, pero con un ritmo que indica que hay tres líneas. En este trístico la línea B es paralela a una parte de la línea A, y la línea C es paralela a la otra parte, pero las líneas B y C no son paralelas entre sí. El ritmo es de 2:3:3. A. Y me compadeceré de ellos B. Como se compadece el hombre C. de su hijo que le sirve 7.6.1.2.2. El verbo traducido “perdonaré” y “perdona” significa literalmente “me compadeceré de” y “se compadece” (cp. DHH, RVA, NVI, trad. alterna de BDLA). Por otro lado aquí el verbo implica perdón. En el día de su juicio Yahvé salvaría a los que le temían y los bendeciría grandemente (cp. 4:2-3 [3:20-21]), pero el verbo implica que aun los que temían a Yahvé merecían su castigo (cp. Sal. 103:10-14, 17-18; Zac. 3:9-10). Dicho de otra forma, serían salvos por la gracia y misericordia de Yahvé.

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7.6.1.2.3. El símil implica que Yahvé los salvaría porque los amaba como un padre ama a su hijo obediente (cp. Sal. 103:13).

7.6.1.2.3.1. Les tendría compasión porque eran como sus hijos, debido a su elección y creación soberana de ellos (cp. 1:2, 6; 2:10). 7.6.1.2.3.2. Les tendría compasión también porque eran obedientes. Si bien no habían guardado a cabalidad sus mandamientos, y por lo tanto necesitaban que Yahvé les tuviera compasión, tampoco eran rebeldes, sino que temían a Yahvé. La frase “que le sirve” responde a la queja de los judíos en el v. 14a.

7.6.2. En el día de Yahvé, los judíos verían una clara diferencia entre las recompensas de los justos y de los malos (3:18).

7.6.2.1. El v. 18 es un dístico con paralelismo interlinear, paralelismo interno en ambas líneas y ritmo de 4:4: A. Y volveréis y veréis la diferencia entre el justo y el malo B. entre el que sirve a Dios y el que no le sirve 7.6.2.2. Yahvé vuelve a dirigirse a los judíos en segunda persona plural. No es claro si se dirige al pueblo judío en general (el uso de la segunda persona plural desde 2:13) o específicamente a los judíos que le temían (el uso de la segunda persona plural en 4:2-3 [3:20-21]. 7.6.2.3. El verbo traducido “discerniréis” es literalmente “veréis”. Evoca “y vuestros ojos lo verán” (1:5). Así como los judíos verían la destrucción perpetua de Edom, territorio de maldad (1:4-5), así también verían el juicio entre los justos y los malos (3:18). 7.6.2.4. Si la expresión “volveréis y veréis” se refiere a dos acciones distintas, la primera sería el arrepentimiento (cp. el v. 7). En tal caso, el sujeto de los dos verbos tal vez sean los temerosos de Yahvé, pues el v. 17 ha indicado que no habría un arrepentimiento del pueblo judío en general. Por otro lado, la expresión puede ser el modismo hebreo común que significa “volveréis a ver” (cp. BJ, DHH, BDLA, NVI; ver “volveremos a edificar” en 1:4). Yahvé volvería a manifestarse como el Dios de juicio justo (cp. la queja de 2:17), así como en los días de antaño (por ejemplo, en el éxodo, la conquista, los días de los jueces y los reyes y la destrucción de Asiria) y en la destrucción reciente de Edom (cp. “y vuestros ojos lo verá”). Tal vez “volver” aquí se usa en ambos sentidos en un juego de palabras. 7.6.2.5. El verbo traducido “discerniréis” es literalmente “veréis”. Así como los judíos verían el juicio contra Edom, territorio de iniquidad, como manifestación del amor de Yahvé para con Israel (cp. 1:4-5), así también verían la distinción entre el juicio de los justos y el juicio de los malos (“malos” es de la misma raíz que “iniquidad” en 1:4) como manifestación del amor de Yahvé para el verdadero Israel. 7.6.2.6. La diferencia que los judíos verían entre los justos y los malos tendría que ver con sus recompensas, como aclaran los tres versículos siguientes. De manera que el v. 18 responde a la queja de los vv. 14-15. Las frases “el que sirve a Dios y el que no le sirve” subraya esta relación, haciendo eco del “por demás es servir a Dios” en el v. 14. Aquí Yahvé se refiere a sí

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mismo en tercera persona como “Dios”, tanto para hacer eco de la frase en el v. 14, como para recalcar que él se manifestará como el Dios juez (cp. el uso de “Dios” en vv. 14-15; 2:17).

7.6.3. En el inminente día del juicio divino los impíos serán destruidos, pero los justos serán liberados de sus angustias (4:1-3 [3:19-21]). Estos versículos desglosan la diferencia entre el juicio de los justos y los malos anunciada en 3:18. 4:1 [3:19] anuncia la destrucción de los impíos; 4:2 [3:20], la liberación de los justos; y 4:3 [3:21], el triunfo de los justos sobre los malos, así hablando de ambos grupos juntos. En el TM los últimos seis versículos del libro se numeran como 3:19-24. En cambio, casi todas las versiones modernas (BJ es una excepción), siguiendo a los LXX y la Vulgata, numeran estos versículos como 4:1-6. La división es infeliz, pues 4:1-3 [3:19-21] claramente pertenecen al oráculo que comienza en 3:13.

7.6.3.1. El inminente día del juicio divino consumiría a los malos totalmente (4:1 [3:19]).

7.6.3.1.1. El inminente día del juicio consumiría a los malos como paja en un horno (4:1a [3:19a]).

7.6.3.1.1.1. 4:1a [3:19a] es un dístico con ritmo de 5:5, sin paralelismo interlinear, pero con paralelismo interno en la línea B (“todos los soberbios // todos los que hacen maldad”). 7.6.3.1.1.2. 4:1 [3:19] de varias maneras evoca la profecía de la venida del Señor/ángel del pacto en 3:1-4.

7.6.3.1.1.2.1. Las formas verbales traducidas “viene” y “vendrá” son participios hebreos que expresan el tiempo futuro inminente: “está por venir” (cp. DHH, NVI). Hacen eco de “vendrá” y “viene” en 3:1, especialmente del “viene”, que es también un participio, y está introducido por “he aquí”, así como el primer participio aquí. 7.6.3.1.1.2.2. La frases “el día viene” y “el día que vendrá” hacen eco de “el día de su venida” en 3:2. La primera frase, precedida por “he aquí” también hacen eco de Ez. 7:10 y Zac. 14:1. La semejanza con Zac. 14:1 (“he aquí, el día de Yahvé viene”) es otra evidencia de que el contexto aquí habla del día de Yahvé. 7.6.3.1.1.2.3. La figura del horno ardiente aquí es similar a la figura en 3:2-3, pero hay diferencias importantes. 3:2-3 anunciaba que Yahvé vendría como fuego de refinador para purificar a los sacerdotes; aquí el fuego viene para destruir totalmente. Allí los sacerdotes eran el metal precioso que se purificaría por el calor del fuego; aquí los malos son el combustible que será consumido en el fuego. La palabra usada por horno aquí se refiere al horno y estufa usado para cocinar.

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7.6.3.1.1.2.4. Estos nexos sugieren que la venida del Señor/ángel del pacto (3:1) sucederá en el día aludido en 4:1 [3:19], y como parte del juicio de ese día.

7.6.3.1.1.3. En lugar de “estopa” tradúzcase “paja” (ver BJ, DHH, BDLA, RVA, NVI). En cuanto a la paja que se echa en el horno, ver Mt. 6:30. 7.6.3.1.1.4. 4:1a [3:19a] responde a la queja de 3:15. Ambos textos hablan de los “soberbios” (ver la nota sobre esta palabra en 3:15) y de los “que hacen maldad/impiedad” (el hebreo es igual en ambos versículos).

7.6.3.1.2. El inminente día del juicio consumiría a los malos como un árbol en un incendio forestal (4:1b [3:19b]).

7.6.3.1.2.1. Si excluimos del análisis la fórmula de mensajero, 4:1b [3:19b] es un dístico con paralelismo interlinear y ritmo de 4:5: A. Y abrasará a ellos el día que vendrá B. Que no dejará…ni raíz ni rama a ellos 7.6.3.1.2.2. “Ni raíz ni rama”, lit. “raíz y rama”, es un merismo por el árbol completo. El merismo es una figura que menciona dos polos opuestos para representar una totalidad. 7.6.3.1.2.3. La fórmula de mensajero aquí no introduce ni cierra una sección, pues se encuentra en medio de una oración, así como en 3:10. En ambos textos la fórmula subraya la certeza de las promesas, de prosperidad para los que obedecen a Yahvé en el 3:10, y de destrucción para los que le desobedecen aquí. 7.6.3.1.2.4. La profecía aquí de la destrucción de los malos evoca las declaraciones de Yahvé acerca de Edom en 1:3-4. La repetición de la palabra “maldad” aquí y en 1:4 subraya esta relación. El castigo de Edom resulta ser un tipo del castigo de los malos en el día de juicio. La correspondencia entre los dos castigos también enmarca los seis oráculos del libro.

7.6.3.2. En el inminente día del juicio los temerosos de Yahvé serán bendecidos con justicia, sanidad, alegría y triunfo (4:2-3 [3:20-21]). Estos versículos responden a la queja de 3:14, y también la de 1:2.

7.6.3.2.1. Serán bendecidos con justicia, sanidad y alegría (4:2 [3:20])

7.6.3.2.1.1. 4:2 [3:20]) es un trístico con ritmo de 4:4:4, sin paralelismo entre las líneas, pero con paralelismo interno en cada línea: A. Y nacerá a vosotros los que temen mi nombre B. Un sol de justicia y sanidad en sus alas C. Y saldréis y saltaréis como becerros del establo 7.6.3.2.1.2. 4:2 [3:20]) se basa en la figura del “día”. Al inicio del día de juicio se levantaría un sol benéfico para los temerosos de Dios, y estos saldrían como salen los becerros al inicio del día.

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7.6.3.2.1.3. El verbo traducido “nacerá” se usa específicamente de la aparición luminosa del sol, una estrella, de la luz en general y de la gloria de Yahvé. 7.6.3.2.1.4. La expresión traducida “a vosotros” es la misma que se usa cinco veces en 3:10-11 en el sentido de “por vosotros” (ver la nota allí). Tiene ese mismo significado aquí, recalcando que el sol de justicia traerá beneficio a los temerosos de Yahvé. 7.6.3.2.1.5. “Los que temen mi nombre” hace eco de las últimas frases del v. 16, y se contrasta con “menospreciáis mi nombre” en 1:6. Así se insinúa que los judíos pueden estar entre los que serán destruidos si siguen menospreciando el nombre de Yahvé, o pueden arrepentirse, temiendo su nombre, y así alcanzar salvación. 7.6.3.2.1.6. La figura “sol de justicia” puede reflejar la creencia babilónica de que Shamash, el dios sol, era el juez universal. De hecho, el sol tenía esta función en varios panteones del mundo antiguo. En tal caso, el texto aquí afirma que no es Shamash, ni ningún otro dios sol, sino Yahvé, quien juzga la tierra con justicia.

7.6.3.2.1.6.1. Algunas versiones, siguiendo a Calvino y Lutero, escriben “Sol” con mayúscula (RV60, RVA), como si fuera un título cristológico. Sin embargo, en su contexto es mejor no limitar tanto su significado.

7.6.3.2.1.6.1.1. El sol puede ser figura de la justicia (ver arriba), o de la bendición que la justicia trae, o de Dios mismo (cp. Nm. 6:24-26; Sal. 84:11; Is. 60:2). La sintaxis de la oración apoya la primera opción, aunque la segunda también ha de estar latente. Así como en castellano, la palabra “sol” en hebreo es masculina, y la palabra “justicia” femenina. Por lo tanto, las palabras traducidas “nacerá” y “sus” deben ser masculinas (en hebreo estas palabras tienen género). Sin embargo, son femeninas. Esta irregularidad gramatical sugiere que lo que nacerá para los temerosos de Yahvé y lo que traerá sanidad en sus alas es la justicia, simbolizada aquí por el sol. 7.6.3.2.1.6.1.2. El contexto no implica que el sol sea el Mesías. De hecho, en todo el libro de Malaquías no hay clara referencia a una figura mesiánica. Quien viene, según las profecías de Malaquías, es Yahvé mismo (aunque véase 3:1c), si bien puede aparecer en forma humana (cp. la nota sobre “ángel del pacto” en 3:1. Por otro lado, desde una perspectiva neotestamentaria una lectura de “sol de justicia” como el Mesías divino, el Dios humanado, sí es posible (cp. Jn. 5:22, 27; 8:12; 9:4-5; 11:9).

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7.6.3.2.1.6.2. La “justicia” representada por el sol sería la recompensa que los judíos habían estado reclamando (cp. 3:14).

7.6.3.2.1.7. En la línea B, en lugar de “salvación” (RV60, RV95) tradúzcase más literalmente “sanidad” (RVA). “Salud” es también posible (BJ, DHH, BDLA, NVI), pero “sanidad” es más literal y expresa mejor la idea de que el sol traería liberación y restauración para los sufrientes (cp. Sal. 107:20; Jer. 33:6). 7.6.3.2.1.8. En Egipto y Mesopotamia el disco solar con frecuencia se representaba con alas. Las alas representaban la protección y las bendiciones que el dios sol brindaba a los que moraban bajo ellas (cp. Sal. 17:8; 36:7 [8]; 57:1 [2]; 63:7 [8]; 91:1-4). Las alas del sol de justicia traerían liberación y restauración para los justos sufrientes. 7.6.3.2.1.9. Los temerosos de Yahvé estarían tan alegres como los becerros que, después de estar encerrados en el establo, salen al aire libre brincando y saltando (línea C). En lugar de “manada” tradúzcase “establo” (ver DHH, BDLA). Los becerros se guardaban en el establo para que se engordaran (cp. “becerros engordados” en BJ, RVA, NVI), de modo que la figura sugiere no solo alegría sino también prosperidad. A la vez el verbo “saldréis” (del establo) sugiere liberación. El énfasis de la figura aquí recae no tanto sobre la prosperidad, sino sobre la alegría y la liberación, pues los becerros brincan no tanto por estar bien alimentados, sino por estar librados del establo.

7.6.3.2.2. Triunfarán sobre los impíos (4:3 [3:21]).

7.6.3.2.2.1. Si excluimos la fórmula de mensajero del análisis, 4:3 [3:21] es un trístico de tipo AAB, con ritmo de 2:4:4: Las líneas A y B son paralelas solo como líneas completas. Si bien la línea A es muy corta en cuanto al número de acentos, tiene el mismo número de sílabas (7) que la línea C y solo 3 menos que la línea B. 7.6.3.2.2.2. Muchos estudiosos modernos de Occidente critican la figura de los justos hollando a los malos como la manifestación de un espíritu primitivo y vengativo. Sin embargo, la profecía la presenta como manifestación de la justicia de Yahvé (cp. “sol de justicia”, 4:2 [3:20]). El versículo toma por sentado que cuando la profecía se dio los malos prosperaban hollando a los temerosos de Yahvé (cp. 2:17; 3:5, 15), así como lo siguen haciendo en muchos lugares hasta el día de hoy. El N.T., y Jesús en particular, lejos de suavizar la descripción del castigo de los malos, la intensifican, si bien extienden a ellos la oportunidad de arrepentirse y librarse del castigo divino. Malaquías también llama a los judíos a arrepentirse (3:7), y da a entender que los gentiles tendrán una oportunidad similar (cp. 1:11, 14). 7.6.3.2.2.3. La figura de hollar a alguien como ceniza no se halla en el resto del A.T. (aunque ver Ez. 28:18), pero es apta aquí en

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un contexto que dice que los malos serían quemados por completo (cp. 4:1 [3:19]; Ez. 28:18). 7.6.3.2.2.4. Sobre el significado de “en el día en que yo actúe”, ver la nota sobre 3:17. La repetición de la frase constituye una inclusión que enmarca 3:17-4:3, el discurso de Yahvé sobre la recompensa de los justos y los malos en el día del juicio divino (ver también el inciso siguiente sobre la fórmula de mensajero). 7.6.3.2.2.5. La fórmula de mensajero concluye el sexto oráculo, así como los tres anteriores (cp. 2:16, 3:5, 12; ver también 2:8, casi al final del segundo oráculo). Además, la repetición de la fórmula en 3:17 y aquí combina con la repetición de “en el día en que yo actúe” para formar una inclusión muy marcada. La inclusión se acentúa aún más por la estructura quiástica: fórmula de mensajero + “en el día…” (3:17) // “en el día…” + fórmula de mensajero (4:3 [3:21]). De modo similar la repetición de “día” y la fórmula de mensajero en 4:1, 3 [3:19, 21] enmarca el párrafo de 4:1-3 que desglosa la diferencia entre la recompensa de los malos y la de los justos.

8. Epílogo: Yahvé indicó que los judíos deberían obedecer las enseñanzas de Moisés y Elías (4:4-6 [3:22-24]). Este pasaje es otro oráculo, en el cual Yahvé habla en primera persona a Israel en segunda persona, pero no tiene la estructura de disputa entre Yahvé y los judíos que caracteriza los oráculos anteriores (1:2-4:3 [3:21]). Yahvé no señala directamente pecado alguno de Israel aquí, si bien insinúa uno y amenaza con castigarlo en 4:6 [3:24]. Tampoco tiene 4:4-6 [3:22- 24] la fórmula de mensajero, la cual se repite por lo menos dos veces en todos los oráculos anteriores. El contenido de 4:4-6 [3:22-24] indica que forma una especie de apéndice o epílogo, conclusión que se apoya también en las diferencias ya mencionadas y en el hecho que los masoretas indican que 4:4 [3:22] inicia un nuevo párrafo y el Códice de Alepo utiliza un formato para 4:4-6 [3:22-24] que lo distingue del resto del libro. 4:4-6 [3:22-24] podría ser un apéndice del libro, proveniente de Malaquías mismo o de un editor. Sin embargo, hay otras opciones. Podría ser el epílogo de “Deutero-Zacarías” (Zac. 9-14) y Malaquías, de los tres libros proféticos posexílicos Hageo, Zacarías y Malaquías, del Libro de los Doce (los Profetas Menores), de los Profetas Posteriores (Isaías-Malaquías, excepto Lamentaciones y Daniel), de todos los Profetas, incluyendo los Profetas Anteriores (Josué-Reyes, salvo Rut), de la Torah y los Profetas o de todo el Antiguo Testamento. El vocabulario sugiere que el epílogo no proviene directamente de Malaquías (ver la exposición a continuación). Se explica mejor como un apéndice del libro de Malaquías (hay nexos claros entre el epílogo, especialmente 4:5 [3:23], y otras partes del libro) y a la vez de la colección de las primeras dos secciones del canon: la Torah (4:4 [3:22]) y los Profetas (4:5-6 [3:23-24]). El hecho que el pasaje es un oráculo (Yahvé habla en primera persona, y el pasaje está escrito en poesía) indica que su autor era un profeta. 4:4-6 [3:22-24 tiene dos divisiones claras. 4:4 [3:22], mirando al pasado, exhorta a los judíos a obedecer la Ley que Yahvé mandó a Moisés. 4:5-6 [3:23-24], mirando al futuro, da a entender que los judíos deben obedecer ahora el mensaje que Yahvé enviará a través de Elías.

8.1. Yahvé exhortó a los judíos a obedecer la Ley de Moisés (4:4 [3:22]).

8.1.1. 4:4 [3:22] es un trístico de tipo AA. Es decir, el paralelismo indica que el versículo tiene solo dos líneas poéticas, con paralelismo interlinear, pero el ritmo indica que la unidad es un trístico con métrica de 4:5:2. En el trístico la línea B es paralela a una parte de la línea A y la línea C a otra parte, pero las líneas B y C no son paralelas entre sí. Hay paralelismo interno en la línea C.

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A. Acordaos de la ley de Moisés mi siervo B. Que encargué a él en Horeb sobre todo Israel C. Ordenanzas y leyes

8.1.2. La palabra traducida “ley” en la línea A es “Torah”. Literalmente significa “enseñanza” (ver la nota sobre 2:7). La frase “Tora de Moisés” llegó a tener dos significados especiales: la Ley de Moisés y el Pentateuco. Aquí la línea B aclara que se refiere a la Ley dada en Sinaí. 8.1.3. El nombre de Moisés aparece solo aquí en Malaquías. De hecho, en todos los Profetas Posteriores, fuera de este versículo “Moisés” aparece solo en Is. 63:11- 12; Jer. 15:1; Mi. 6:4 (“la ley de Moisés” también aparece en Dn. 9:11, 13, y seguido de “siervo de Dios” en 9:11, pero en los Escritos, la tercera división del canon hebreo). La raíz zkr “recordar” tampoco aparece en otra lugar en Malaquías. Las evidencias de este tipo (ver más de ellas abajo) indican que 4:4- 6 [3:22-24] no son palabras de Malaquías. 8.1.4. La línea B recalca la autoridad de la “ley de Moisés”. Fue una ley dada por Dios mismo y con autoridad “sobre todo Israel”. En lugar de “para todo Israel” (así todas las versiones que he consultado), el hebreo tiene literalmente “sobre todo Israel”. 8.1.5. El antecedente del pronombre relativo (línea B) puede ser “Moisés” (“a quién encargué…ordenanzas y leyes”, cp. la Vulgata, RV60, BJ, RVA, RV95) o “la ley” (“la cual encargué a él…, ordenanzas y leyes”, cp. BDLA, NVI). El significado no es muy diferente, pero la primera opción pone más énfasis en Moisés, la segunda en la Ley. El paralelismo apoya más la segunda opción (ver el análisis arriba), especialmente con la traducción “sobre todo Israel” en lugar de “para todo Israel”. 8.1.6. “Horeb” es otro nombre de Sinaí (ver Ex. 3:1; 33:6; Sal. 106:19). Se usa solo aquí en Malaquías y en los Profetas Posteriores. La referencia a Horeb aquí sirve como nexo entre Moisés (4:4 [3:22]) y Elías (4:5-6 [3:23-24]), pues Yahvé habló a los dos en ese “monte de Dios” (cp. Dt. 5:2; 29:1; 1 R. 19:8). 8.1.7. La expresión “todo Israel” se usa en la literatura posexílica para indicar que la comunidad de la provincia de Judá era la continuación de la nación de Israel y heredera de las promesas de los pactos (cp. Esd. 6:17 y ver la nota sobre 1:1; ver también 2:11, 16). “Todo Israel” aquí también hace eco de la frecuente repetición de la frase en Deuteronomio. 8.1.8. La frase “ordenanzas y leyes” cierra el versículo en hebreo, en una línea muy breve y en posición enfática. Así Yahvé aquí aclara y subraya que “recordar la Tora de Moisés” significa, sobre todo, someterse a sus leyes de toda clase (cp. Nm. 15:39; Sal. 103:18; 119:52). Algunos han visto una distinción entre las palabras traducidas “ordenanzas” y “leyes”, como ley cultual vs. ley civil, o ley apodíctica vs. ley casuística. Si bien estas distinciones no se observan en el uso de los dos términos hebreos en el A.T., se usan juntos frecuentemente en Deuteronomio, como aquí, en el sentido de “todas las leyes, de los varios tipos” (cp. Dt. 4:1; 5:1; 6:1; 12:1; Neh. 9:13). El vocablo traducido “leyes” literalmente significa “juicios”; no es la palabra “Torah” traducida “ley” en la línea A. 8.1.9. Como epílogo de Malaquías, la exhortación a obedecer la Ley en 4:4 [3:22] corresponde a los señalamientos contra Judá por sus violaciones de la Ley (cp. 1:8, 13-14; 2:4-9, 10-11; 3:5, 8, 10). Como epílogo a la Tora y los Profetas, claramente recalca la autoridad de la primera división del canon.

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8.2. Yahvé anunció su próximo envío de Elías para que los judíos se arrepintieran antes del juicio (4:5-6 [3:23-24]). Si bien el libro termina con una amenaza terrible (4:6b [3:24b]), en realidad 4:5-6 [3:23-24] muestra el amor que Yahvé declaró para Judá desde el inicio del libro (cp. 1:2), pues promete que Yahvé tomará una medida que evitará que Judá sea destruido.

8.2.1. Yahvé anunció que pronto enviaría a Elías (4:5a [3:23a]).

8.2.1.1. 4:5a [3:23a] es un dístico sin paralelismo (las líneas están encabalgadas) y con ritmo de 4:2. No hay otro caso de encabalgamiento de líneas poéticas en Malaquías; esta diferencia es otra evidencia de que el epílogo no procede de Malaquías. El similar 3:1a es también un dístico sin paralelismo, pero las líneas son oraciones coordinadas. 8.2.1.2. La frase “he aquí yo envío” claramente hace eco del inicio de 3:1. Por otro lado, aquí el “yo” es ’anoki, así como en la misma frase en Ex. 23:20, mientras que en el resto de Malaquías el pronombre de primera persona singular es ’ani (1:4, 6 [2x], 14; 2:9; 3:6, 17, 21) y en 3:1 el “yo” se expresa mediante un sufijo pronominal. 8.2.1.3. La forma verbal traducida “envío” es un participio, indicando tiempo futuro inminente, “estoy por enviar” (NVI). 8.2.1.4. El nombre de Elías aparece solo aquí en los Profetas Posteriores (Isaías- Malaquías). El título “el profeta” se aplica a Elías solo en 1 R. 18:36; 2 Cr. 21:12. 8.2.1.5. Elías sobresalía entre los profetas por sus milagros poderosos y por su participación en los juicios divinos contra los malos (cp. Eclesiástico 48:1- 8). En estos sentidos fue un profeta paralelo a Moisés, el profeta por excelencia (cp. Dt. 34:10). También como Moisés tuvo un encuentro con Yahvé en Horeb (ver la nota sobre Horeb en 4:4 [3:22]. Además, aunque no fue sacerdote, cumplió con funciones sacerdotales, ofreciendo sacrificio a Yahvé (1 R. 18:30-40). La profecía aquí anuncia la venida de Elías de nuevo (cp. Mt. 17:10-11) o la venida de otro profeta como Elías (cp. Mt. 11:14; 17:12; Lc. 1:17; Jn. 1:21), o uno que haría portentos y ejecutaría juicios como Elías (cp. Lc. 1:17; Ap. 11:1-12). Se podría entender también que el que viene cumplirá bien con las funciones que los sacerdotes actuales solo cumplían a medias (cp. 1:6-2:9). Se puede considerar que la profecía tuvo un cumplimiento en Malaquías mismo y otro en Juan el Bautista, y que tendrá todavía otro en los dos testigos de Ap. 11:1-12. Por otro lado, todo el que lucha en contra de la deslealtad humana en alguna medida es el “Elías” de esta profecía (cp. la exposición 4:6 [3:24]). 8.2.1.6. Las semejanzas entre 3:1a y 4:5a [3:23a] indican que este pasaje es una aclaración de aquel, específicamente de la identidad de “mi mensajero”. Algunos judíos de los tiempos intertestamentarios y neotestamentarios interpretaban que el Elías histórico vendría (los LXX aquí tienen “Elías el tisbita”; ver también Eclesiástico 48:10; Mt. 17:10). El Nuevo Testamento indica que Juan el Bautista cumplió la profecía (cp. Lc. 1:17; Mt. 11:14; 17:12-13), pues vino “con el espíritu y el poder de Elías” (Lc. 1:17). A la vez Juan no se daba cuenta (cp. Jn. 1:21), y Jesús dio a entender que habría todavía otro cumplimiento (ver Mt. 11:14; 17:11). Los dos testigos de Apocalipsis 11 tal vez sean ese cumplimiento (cp. Ap. 11:6), o quizás Elías mismo regrese, ya que fue trasladado al cielo sin morir (cp. 2 R. 2:1-11;

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Eclesiástico 48:9).

8.2.2. Lo enviaría antes del día de juicio (4:5b [3:23b]).

8.2.2.1. 4:5b [3:23b] es un dístico con ritmo de 4:2 sin paralelismo interlinear, pero no paralelismo interno la línea B: “grande” // “terrible”. A pesar de la desproporción entre el número de acentos en las dos líneas, son casi iguales en cuanto a número de sílabas, 6:7. 8.2.2.2. El juicio aquí se llama “día de Yahvé”.

8.2.2.2.1. Esta expresión se usa en el A.T. de la esperada intervención bélica y decisiva de Yahvé para salvar a los justos y castigar a los malos. Algunas de las profecías acerca del “día de Yahvé” ya se cumplieron, en eventos como la destrucción de Jerusalén por los babilonios (cp. Ez. 13:5), y en la derrota o destrucción de los enemigos de Israel (cp. Ez. 30:2-5). Sin embargo, aquí al final del A.T. se sigue esperando un día de Yahvé mayor y más decisivo. Aquí el día de Yahvé es el día de juicio divino mencionado varias veces en Malaquías (3:2, 17; 4:1 [3:19], 3 [3:21]. 8.2.2.2.2. Al decir “día de Yahvé” en vez de “día mío” o “día de mi venida” Yahvé se refiere a sí mismo en tercera persona, así subrayando su dignidad y poder, así como en 1:14; 3:1 (cp. Sof. 1:17-18).

8.2.2.3. El lenguaje de 4:5b [3:23b] evoca varios pasajes en Malaquías, pero es una cita de Jl. 2:31b [3:4b].

8.2.2.3.1. La frase “antes que venga el día” (lit. “antes del venir del día”) claramente hace eco de “el día de su venida” (3:2; lit, “el día de su venir”), “viene el día” (4:1a) y “aquel día que vendrá” (4:1b). 8.2.2.3.2. El día de Yahvé será “grande” (cp. también Jer. 30:7; Sof. 1:14), una intervención mayor y más decisiva que las del pasado, y “terrible”, de juicios devastadores. La palabra “grande” evoca “Yahvé es grande sobre el territorio de Israel” el final del primer oráculo (1:5). La repetición de la raíz “grande” en 1:5 y aquí forma una inclusión que enmarca casi todo el libro. A la vez, la repetición sugiere que la grandeza de Yahvé se manifestará especialmente en el día de Yahvé. Ver también la nota siguiente sobre “temible”. 8.2.2.3.3. El día de Yahvé será “temible”. El vocablo traducido “terrible” es literalmente “temible”. Evoca el segundo oráculo con su acusación de que los sacerdotes no temían a Yahvé (1:6), su afirmación que Yahvé es/será rey “grande” y su nombre es “temible” (el mismo vocablo que se usa aquí) entre las naciones (1:14; cp. 1:11), y su evocación del temor de Yahvé manifestado por Leví de antaño (2:5). También evoca 3:5, con su amenaza de juicio contra los judíos que no temen a Yahvé, y 3:16-17; 4:2-3 [3:20-21] con sus promesas de recompensa para los que sí temen a Yahvé. 8.2.2.3.4. Sin embargo, la frase “día de Yahvé” no aparece en otra parte de Malaquías, y 4:5b [3:23b] es una cita exacta (en el hebreo) de Jl. 2:31b [3:4b] (cp. también Jl. 2:1, 11; Is. 13:9).

8.2.3. Como resultado del trabajo de Elías, los judíos se arrepentirían de su deslealtad unos con otros para salvarse de ser destruidos por Dios (4:6 [3:24]).

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8.2.3.1. 4:6 [3:24] es un trístico de tipo AAB con ritmo de 4:3:4: A. Y hará volver el corazón de los padres hacia los hijos B. Y el corazón de los hijos hacia los padres 8.2.3.2. Este versículo aclara “el cual preparará el camino delante de mí” (3:1). 8.2.3.3. Como resultado del trabajo de Elías, los judíos se arrepentirían de su deslealtad unos con otros (líneas A y B).

8.2.3.3.1. La interpretación de las líneas A y B es discutida.

8.2.3.3.1.1. Algunos opinan que los “padres” eran los israelitas fieles de antaño (cp. 2:5-6; 3:4; ver también Jer. 6:16), y que Elías llamaría a los judíos a volver al ejemplo positivo de aquellos. Sin embargo, esta interpretación no ofrece una interpretación satisfactoria de “hará volver el corazón de los padres hacia los hijos”. 8.2.3.3.1.2. La interpretación más común es que la profecía se refiere a conflictos entre las generaciones, sea que fue escrita en una época cuando hubo muchos problemas generacionales, o que anticipaba un tiempo cuando habría tales problemas (cp. Is. 3:6). Si esta línea de interpretación es la correcta, hay que suponer que los conflictos generacionales eran un problema serio cuando la profecía se anunció, pues la misma indicaba que el día de Yahvé no vendría en un futuro lejano, sino pronto. Sin embargo, no hay evidencia que ese tipo de conflicto fue problema generalizado en ninguna época en los tiempos bíblicos. Los conflictos generacionales son más bien un problema de nuestros tiempos. 8.2.3.3.1.3. Más bien, el conflicto entre padres e hijos se consideraba en los tiempos antiguos como un mal del peor tipo, que si bien se daba en algunas familias, era casi inimaginable como un problema generalizado. Más bien, lo normal era que los hijos honraban a los padres (cp. 1:6) y estos tenían compasión de sus hijos (cp. 3:17). Los conflictos entre padres e hijos se darían como problema generalizado solo en una sociedad totalmente carcomida por la deslealtad interhumana (cp. Mi. 7:2-6; ver también Is. 3:5). De modo que 4:6 [3:24] habla de una comunidad desleal unos con otros y de su necesidad de arrepentirse. Da a entender que así era la sociedad de los tiempos esta profecía se dio, así como indica el tercer oráculo (2:10-16).

8.2.3.3.2. El verbo traducido “hará volver” es el mismo que está traducido “hizo apartar” en 2:6. Como los sacerdotes no cumplían con su responsabilidad de “hacer volver a muchos de la iniquidad” (2:6-8), Yahvé enviaría a un profeta, Elías, para cumplir con esa tarea. El verbo también evoca la promesa de 3:7: “Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros”. 8.2.3.3.3. El vocablo “corazón” aquí no se refiere específicamente a la mente, sino al centro del ser humano, el centro de sus pensamientos, sentimientos, deseos y voluntad.

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8.2.3.4. Si los judíos no se arrepintieran de su deslealtad horizontal, Yahvé los destruiría cuando viniera (línea C).

8.2.3.4.1. El verbo “venir” aparece una vez más. Cuando viniera el día de Yahvé (4:5 [3:23]), vendría Yahvé mismo (4:6 [3:24]; cp. 3:1-2). En su contexto antiguotestamentario esta venida se entendía como la venida de la gloria de Yahvé a su templo (cp. la nota sobre 3:1) y la venida de su juicio (cp. 3:2). El Nuevo Testamento revela que Yahvé vino en forma humana en la persona de Jesús (cp. Jn. 1:1, 9, 11, 14) y vendrá de nuevo para ejecutar juicio (cp. Ap. 19:11-16; 2 Ts. 1:6- 10). 8.2.3.4.2. El verbo “herir” se usa en varios pasajes de la acción de Yahvé de afligir a su pueblo con plagas y calamidades naturales por su infidelidad al pacto (cp. Dt. 28:27, 28, 35; Hag. 2:17). Sin embargo, en el día de Yahvé la herida sería mucho más severa, produciendo la muerte de todos (ver abajo), como en Jer. 21:6. 8.2.3.4.3. En este contexto, “la tierra” no es todo el mundo, sino la tierra de Israel (cp. Hag. 2:4; Zac. 7:5; 13:2; 14:10). A la vez, “herir la tierra” significa herir a sus habitantes (cp. Is. 11:4; Jer. 43:11). En 3:12, el único otro pasaje en Malaquías que utiliza la palabra “tierra”, el profeta identifica a los judíos tanto con su tierra que puede decir “vosotros seréis tierra”. En vez de “tierra deseable” (3:12), los judíos podrían llegar a ser tierra totalmente destruida (ver abajo). 8.2.3.4.4. En lugar de “maldición”, tradúzcase jérem “anatema” (BJ). Aquí la palabra no se refiere tanto a la consagración a Yahvé para destrucción, sino en la destrucción total en sí (ver DHH, RVA, NVI).

8.2.3.4.4.1. El 4:6 [3:24] advertía que la deslealtad que había llegado hasta a envenenar las relaciones familiares exponía a Judá al castigo divino más severo en el día de Yahvé. Ese día podría venir pronto (cp. la nota sobre “viene” en 4:1 [3:19], pero no sin que antes llegara “Elías” y efectuara la conversión de Israel. Por otro lado, como no se podría saber con seguridad qué profeta era “Elías”, la venida del día de Yahvé con su juicio terrible era inminente en todo tiempo cuando había un profeta de Yahvé que llamaba al pueblo al arrepentimiento. 8.2.3.4.4.2. Zacarías había profetizado que como consecuencia del día de Yahvé Israel no volvería a ser víctima del jérem (cp. Zac. 14:1, 11). Sin embargo, también dio a entender que Israel sufriría una especie de jérem como parte del día de Yahvé (cp. Zac. 14:2).

8.2.3.4.5. Probablemente los judíos contemporáneos del autor del epílogo equivocadamente pensaban en el día de Yahvé solo como un día de destrucción para sus enemigos, pero de salvación para ellos. 4:5-6 [3:23-24] busca corregir ese concepto (así como 3:2-5; Am. 5:18-20).

8.2.4. Los nexos entre 4:5-6 [3:23-24] y los oráculos del libro son claros. Esta segunda parte del epílogo amplía la profecía sobre la venida del mensajero (3:1), aclara las profecías sobre el juicio inmanente (cp. 3:2-5; 4:1 [3:19]), afirma que Elías, a diferencia de los sacerdotes contemporáneos, “haría volver” a los pecadores

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(cp. 2:6-8), evoca la promesa de restauración para los que se vuelven a Yahvé (cp. 3:7), amplía y refuerza la denuncia de la deslealtad entre los judíos (2:10- 16), y advierte que en lugar de “tierra deseable” la tierra de Judá puede llegar a ser anatema (cp. 3:12). Como apéndice de las primeras dos divisiones del canon 4:5-6 [3:23-24] indica que la fe y la conducta de los judíos deberían regirse no solo por la Tora (4:4 [3:22]), sino también por los Profetas. Señala la autoridad de los Profetas mediante su referencia a “Elías el profeta” (personaje importante en los Profetas Anteriores), su cita directa de Jl. 2:31b [3:4b] y su alusión a Mi. 7:2-6 y tal vez a Am. 5:18-20 y Zac. 14:11. Este énfasis en la autoridad de los profetas era especialmente importante en un período caracterizado por desilusión con los profetas (ver la nota sobre “ha dicho Yahvé” en 1:2). La equiparación de la autoridad de la Ley de Moisés y los anuncios de los profetas también se sugiere por la semejanza entre 4:4 [3:22], acerca de la autoridad de la Ley de Moisés, y Zac. 1:6a, acerca de la autoridad de los profetas (cp. también 2 R. 17:13-14).

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