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obra de teatro

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El espíritu de la tierra

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Personajes

Lulú

Dr. Goll médico

Dr. Ludwig Schon jefe de redacción

Walter Schwarz pintor

Alwa director de teatro

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ESCENA I

Estudio de pintura de Walter Schwarz.

SCHWARZ: Aún no está listo el retrato que me ha encargado.

SCHON: (Contemplando la pintura de Lulú) No importa. ¿Quién es?

SCHWARZ: ¿La conoce?

SCHON: No. La descubro desde una perspectiva totalmente nueva, parece una niña.

SCHWARZ: Nunca había pintado a nadie que cambie tan continuamente la expresión de su rostro. Aún falta acabarlo.

SCHON: Es como el mar que de día posee una belleza amena, refrescante, clara, dócil; pero de noche la marea se levanta, las olas ascienden, el cielo oscurece, el sol deja de brillar para dotar de brillo a la luna. No hay nada más atemorizante que ver como el mar dócil se torna salvaje, indomable… Ella es una belleza diabólica.

SCHWARZ: Mientras ella posa, yo platico con su marido. La vigila todo el tiempo.

SCHON: Es lo correcto. ¿Ha amado alguna vez?

SCHWARZ: Toda ella es armonía, es algo inexplicable… Lo único que yo puedo hacer es mostrar que debajo del lienzo hay un cuerpo viviente. Lo único que puedo hacer es trabajar artísticamente de la manera más esmerada posible.

ESCENA II

GOLL: ¿Qué haces aquí?

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SCHON: He venido por el retrato de mi novia.

LULÚ: ¿Está aquí su novia?

GOLL: ¿También has encargado un retrato?

SCHON: Sí, quiero ver su belleza virginal.

LULÚ: ¿Aún no se casa con ella? Ahora me toca posar a mí, no a su novia.

SCHON: Nos comprometeremos en dos semanas.

GOLL: Nelli, súbete a la tarima no me hagas perder el tiempo. Nuestro pintor ya relame los pinceles.

LULÚ: Me veo maravillosa en ese retrato.

SCHWARZ: Venga señora.

GOLL: (A Schon) En nuestro contrato la he bautizado Nelli.

SCHON: ¡Qué bien!

GOLL: ¿Qué le parece el nombre?

SCHON: ¿Por qué no la llamaste Mignon?

GOLL: No está mal el nombre.

SCHON: ¿Crees que el nombre importe mucho?

GOLL: Es como ser el autor de la creación.

SCHON: Yo pienso que todo lo que no tiene nombre para tranquilidad del hombre debe de adquirir uno. La etiqueta de Nelli te convierte oficialmente en su dueño. Se ve sorberbia señora, es la fantasía de cualquier hombre. Cambia de forma a gusto de quien la observe.

LULÚ: ¿Le gusto?

GOLL: No se parece. Está cambiada en ese retrato. No se ve como yo la veo (A Schwarz.) Arréglate el vestido Nelli, se te ve el corpiño.

LULÚ: Si fuera por mí me lo quitaría.

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GOLL: ¡Píntela bien como si fuera una dulce niña! No, no se ve como yo la veo. ¡Tiene que esbozarla con ligereza!

SCHWARZ: Construyo su imagen según lo que veo.

GOLL: Entonces no le pago, la he traído para que la pintara como yo la veo. Quiero gozarla espiritualmente y solamente el arte puede reproducirla para gozarla de esa manera. Nelli no le sonrías tanto, debes verte natural.

SCHON: Seguramente a él no le afectará mucho.

GOLL: ¡Y aunque le afectara! ¡Para eso le pago!

Entra ALWA.

ALWA: ¿Puedo pasar?

SCHON: Es Alwa, un buen amigo.

ALWA: Se ve muy hermosa señora ¡Si pudiera ser mi protagonista!

LULÚ: Por ahora no, no creo ser la bailarina que usted necesita.

ALWA: (A Schon) Vine a buscarte para que vengas a ver el ensayo general del ballet.

GOLL: ¿Cómo se llama su ballet?

ALWA: Dalai- Lama. La Corticelli hace de Buda.

SCHON: Antes bailaba con las piernas.

ALWA: Cuando se liberó de la madre bailaba con el entendimiento.

GOLL: Y ahora baila con el corazón.

ALWA: ¿Por qué no viene?

GOLL: No.

ALWA: ¿Qué se lo impide?

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GOLL: El pintor va a hacer un desastre.

SCHON: Su temor es infundado.

GOLL: Para la próxima.

SCHON: Vamos.

GOLL: No puede ser, no puede ser.

ALWA: Venga.

GOLL: No, no puedo ir, hay que proteger el territorio.

SCHON: No tardaremos.

GOLL: Está bien, solamente un rato, vamos. Cuando regrese quiero que se vea en el retrato como yo la veo (A Schwarz.)

Salen Goll, Alwa y Schon.

Escena III

SCHWARZ: ¡Él me paga y yo me tengo que callar! ¡Maldito dinero! ¡Maldita hambre! No quiero hacerla como el quiere pero… ¡Humilla mi orgullo de artista!

LULÚ: ¿El hambre también seduce a su pintura?

SCHWARZ: ¿Le parezco ridículo?

LULÚ: Mejor termine ese cuadro, cuando regrese querrá ver lo que quiere ver.

SCHWARZ: Lo único que puedo hacer es pintar.

LULÚ: Entonces hágalo.

SCHWARZ: Seguramente van a tardarse.

LULÚ: ¡Qué mal!

SCHWARZ: Lo dice porque no le gusta estar sola.

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LULÚ: Tenemos sirvienta.

SCHWARZ: ¿Le hace compañía?

LULÚ: Me hace ropa.

SCHWARZ: ¿Va a muchas fiestas?

LULÚ: A ninguna, vivo como fiera encerrada en una jaula, pero bailo.

SCHWARZ: ¿Quién le da clases?

LULÚ: Goll, bailo como a él le gusta que baile ¿Quiere saber cómo me visto cuando bailo?

SCHWARZ: ¿Cómo?

LULÚ: Una falda corta, me pongo ligueros; debajo de la falda hay una tanga rosa y arriba traigo una blusa escotada y debajo de esa blusa un brasiere también rosa ¿Le gusta el color rosa o le gustaría que fuera de otro color? Míreme y tome mi imagen con la ropa que desee, quiero tener una nueva imagen.

SCHWARZ: No puedo escuchar más.

LULÚ: ¡Siga pintando!

SCHWARZ: ¡Es una maldición! Mañana no tendré que comer y ninguna señora vendrá a seducirme. Sus piernas son el jardín que me conduce hacia las flores carnívoras.

LULÚ: Es usted un patán.

SCHWARZ: ¡Quién le manda a su marido a ir a ese ensayo!

LULÚ: Yo también hubiera preferido que se hubiese quedado.

SCHWARZ: Soy un mártir de mi profesión. Perderé todo y… ¿Podría levantar su vestido?

LULÚ: ¿Así?

SCHWARZ: Permítame.

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LULÚ: ¿Qué quiere hacer?

SCHWARZ: Le muestro.

LULÚ: Estoy harta de bailar en privado y obedecer a Goll como para que usted quiera someterme. Violentamente no llegará a nada conmigo. Póngase a trabajar.

SCHWARZ: Tengo que castigarla, por su culpa perderé todo igual que Adán perdió el paraíso por culpa de Eva.

LULÚ: Para castigarme primero tendría que cogerme. No acepto la culpa, es usted por voluntad el que desea entrar al infierno pero no sin que yo lo conduzca.

LULÚ rompe parte del retrato.

SCHWARZ: ¡Pequeño demonio! ¡Estoy arruinado! Tanto trabajo para nada.

LULÚ: Ese retrato ha hecho un nuevo hombre. (Se maquilla como en el retrato.)

SCHWARZ: Te amo Nelli.

LULÚ: No me llamo Nelli. Me llamo… Lulú.

SCHWARZ: Yo te llamaré Eva.

LULÚ: ¿Eva?

SCHWARZ: Eva

LULÚ: No debe tardar en llegar Goll.

Escena IV

GOLL: ¡Malditos! ¡Malditos! (Se abalanza contra Schwarz y Lulú pero le falta la respiración, intenta sacar un frasco de su maletín y sale.)

Se escucha el golpe de que Goll se ha desmayado.

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SCHWARZ: Se ve mal, hay que ayudarlo.

LULÚ: No tiene caso.

Shwarz arrastra el cuerpo de Goll

SCHWARZ: Doctor, despierte, señor, por favor… Ayúdame (A Lulú.)

LULÚ: No, no… ¡Necesito libertad! ¡No lo entiendes!

SCHWARZ: Llamaré a una ambulancia.

LULÚ: No tiene caso. Por favor…

SCHWARZ: ¿Qué?

LULÚ: ¡Ciérrale los ojos!

SCHWARZ: Eres terrible.

LULÚ: No más que tú.

SHWARZ: ¿Yo?

LULÚ: Tienes una naturaleza criminal. Todos tenemos una naturaleza criminal y a todos nos tocará morir.

SCHWARZ: Eres una maldita serpiente ¡Un monstruo!

LULÚ: ¿Por qué quieres salvarlo? ¿Tu vida es menos miserable que la de él? ¿Por qué quieres tener el control de todo? No quiero bailar más para él, no quiero ser vigilada. No quiero que me mire. ¡Ciérrele los ojos!

SCHWARZ: ¡Maldita bailarina!

LULÚ: Ya no soy bailarina. ¿Qué voy a hacer ahora?

SCHWARZ: Quiero hacerte una pregunta.

LULÚ: Tengo derecho a no contestar.

SCHWARZ: ¿Puedes decir la verdad?

LULÚ: No sé.

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SCHWARZ: ¿Crees en un creador?

LULÚ: No sé.

SCHWARZ: ¿Puedes jurar por algo?

LULÚ: No sé.

SCHWARZ: ¿En qué crees entonces?

LULÚ: No sé.

SCHWARZ: ¿No tienes alma?

LULÚ: No sé

SCHWARZ: ¿Has amado alguna vez?

LULÚ: No sé.

SCHWARZ: ¡No sabe!

LULÚ: No sé.

SCHWARZ: ¡Él sabe!

LULÚ: No ¿Qué quiere saber? Mejor piense que vamos a alcazar la felicidad.

Escena VI

SCHWARZ: Quisiera ocupar su lugar. A mí me faltan el valor y la fe. No estoy en condiciones de ser feliz. Ella me inspira un miedo infernal. Lo único que quiero es ser capaz de ser feliz. Quiero la fuerza y la libertad para ser feliz, aunque sea un poco feliz.

Escena VII

El cadaver de GOLL en el piso.

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LULÚ: Me mirabas los pies mientras bailaba y observabas cada paso que daba. Por unos billetes te convertiste en mi dueño así como los empleados se convierten en esclavos de los jefes. Me tenías totalmente controlada. Es en serio Goll, el baile se acabó. Me dejas. ¿Qué voy a hacer ahora? Ahora tengo otro rostro, me llamo Eva ¿Qué será mejor ser Nelli o Eva?

SEGUNDO ACTO

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Escena I

Recámara de Schwarz y Lulú, SCHWARZ le entrega una manzana a Lulú.

SCHWARZ: ¡Eva!

LULÚ: ¿Qué?

SCHWARZ: ¿Qué soñaste anoche?

LULÚ: Diario preguntas lo mismo. Te soñé fragmentado, soñé que todo este lugar que me has construido se desmoronaba.

SCHWARZ: Cada día temo más que pueda derrumbrase el mundo. ¿Sabes? Tengo una invitación para participar en una exposición de pintura. Desde nuestra boda, la suerte me persigue. ¿Quieres ser mi modelo?

LULÚ: La rutina nos está asfixiando Walter. Hay muchas mujeres que podrías pintar.

SCHWARZ: Contigo tengo a todas las mujeres que yo quisiera tener.

LULÚ: Entonces tendré que ser yo pero quiero que mi magen sea distinta a la de ese cuadro.

SCHWARZ: No te puedo ver de otra manera.

LULÚ: No creo que yo sea así.

SCHWARZ: Por cierto tenemos que felicitar a Ludwig.

LULÚ: Ya lo hemos felicitado muchas veces.

SCHWARZ: Por su novia. Se va a casar.

LULÚ: Viene diciendo que se va a casar desde hace mucho tiempo. Si quieres háblale otra vez.

SCHWARZ: ¡Eva!

LULÚ: ¿Qué?

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SSCHWARZ: Te veo diferente.

LULÚ: No me gusta ser esto quizá eso es lo que ves distinto. ¡Estoy aburrida!

SCHWARZ: Eres mía, desde que te tengo a ti no quiero nada más. ¡Me he extraviado absolutamente!

LULÚ: Tranquilízate. Yo también estoy extraviada.

Escena II

LULÚ leyendo de un libro.

“Al mal espíritu pertenece la tierra, no al bueno. Lo que nos envían los divinos

desde lo alto sólo son bienes comunes; su luz regocija, pero no enriquece a

nadie, y en su estado no se ganan posesiones. La piedra preciosa y el oro tan

preciado hay que conquistarlos a los falsos poderes. El que tiene el falso

poder es el que le pone nombre a las cosas y a las personas”

Sacando fotografías de hombres de un cofre.

LULÚ: ¡La vida es tan incomprensible! Desde tiempo inmemorial ya no me llamo Lulú. Ahora me llamo Eva ¿Qué significa ese nombre? Eva solamente es una pequeña parte de mí. Solamante descanso y duermo. Ya no bailo. Ahora soy… ¡Un animal! ¡Un animal fino! ¡Un animal lujoso! ¿Los que nacemos en la miseria tenemos que conformarnos? ¿Tenemos que aceptar una vida controlada por los demás? ¿Tenemos que aceptar una vida rutinaria para sobrevivir? ¿Tengo que aceptar que me pongan un nombre y que ese nombre reprima mi alma?

Escena III

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SCHON: ¿Y esos hombres? Si yo fuera tu marido no dejaría que esos hombres cruzaran la puerta.

LULÚ: Estoy muy aburrida.

SCHON: Le perteneces. He venido a repetirte que ya no me llames más.

LULÚ: Puedo ofrecerte un elixir.

SCHON: Nada de Elixir. Tendré que decirle a tu marido… Hago esfuerzos inhumanos por elevarte.

LULÚ: ¿Por qué quieres elevarme? ¿De qué tienes miedo? Déjame ser como soy ¿Tienes miedo de conocer tu miseria?

SCHON: ¡Me he comprometido! ¡Deseo llevar a mi novia a un lugar puro! Quiero ser un buen marido.

LULÚ: Llevas la impureza contigo. Si quieres podemos encontrarnos en un lugar discreto.

SCHON: ¡No quiero encontrarme contigo!

LULÚ: Me has puesto tantas cadenas, tantos rostros. Sin embargo a ti te debo la felicidad o al menos lo que todos llamarían felicidad. Tú me necesitas. Todos te amarán cuando tengas a una mujer como yo.

SCHON: ¡Juzgas a las mujeres por ti misma! Yo solamente quiero a una mujer pura.

LULÚ: ¿Es realmente pura?

SCHON: Eres una… Tu marido es un niño sino ya se habría dado cuenta de tus infidelidades.

LULÚ: Eso es lo que deseo. No ve nada. No me ve a mí y no se ve a él mismo. Se ha casado con el cuadro que ha pintado de mí, no conmigo. Presume su contrato matrimonial. ¿Qué significa eso? No me ama como quiero que me ame. Ve lo que quiere ver. Es ciego, ciego, ciego…

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SCHON: ¡Cuando abra los ojos!

LULÚ: ¡Ábrele los ojos! Me estoy acabando. Estoy abandonada. No me conoce. No me conoce en lo absoluto. ¿Qué soy para él? Nunca ha tenido relaciones con otras mujeres. Me horroriza la rutina, me horroriza estar muerta en vida. No sabe como tratarme más allá de Eva.

SCHON: ¡Serían felices otras mujeres en tu lugar!

LULÚ: Pero yo no. ¡Corrómpelo! Tú sabes lo que tienes que hacer. Para él soy la mujer, siempre la mujer.

SCHON: ¡Exiges demasiado de un matrimonio!

LULÚ: No exijo demasiado, exijo ser amada como quiero que me amen.

Quiero romper esta rutina. A veces hasta sueño con Goll.

SCHON: ¡Tú añoras el látigo!

LULÚ: Puede ser. Ya no bailo. Si a un hombre le pertenezco, ese hombre eres

tú. Me tendiste la mano, me diste de comer, me vestiste, me educaste, eres

como mi padre. He bailado, he posado pero amar a alguien por orden, eso no

lo puedo hacer. No soy lo que Walter ve en mí al menos no soy solamente eso.

SCHON: Creí que quedarías satisfecha. Te he casado dos veces. Él es

cariñoso y fiel, cualquier mujer desearía tener un hombre así. ¡Si te sientes

obligada a mí, no te cruces más en mi camino! Al menos Goll sabía

controlarte ¡Maldita sea! ¿Por qué no ha vivido un año más? Yo ya tendría a

mi mujer en el hogar.

LULÚ: Esa niña está poco corrompida para ti. Está muy educada.

SCHON: Lo único que necesito es que me dejes libre. ¡Déjame vivir como yo

quiera!

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LULÚ: Lo mismo pido Ludwig.

Escena IV

SCHWARZ: ¿Qué te pasa?

LULÚ: ¡Que estoy harta de ser esto!

Escena V

SCHON: Te he dado medio millón para que te casaras con ella. Tienes a la

mujer que todo hombre desearía tener pero no la amas como ella quiere.

SCHWARZ: Yo he tratado de ser un buen marido para ella. Yo vengo de las

profundidades más oscuras de la sociedad. Ella es de arriba. Quiero ser su

igual.

SCHON: Olvida la riqueza, ella no es tu igual. Los hombres y las mujeres no

somos iguales. Tienes que controlarla.

SCHWARZ: Pero a las mujeres ya no les gusta ser controladas.

SCHON: Ella exige que se le tome en serio. Exige que la ames de esa forma.

Te dí un millón para que te casaras con ella. Primero tienes que darte cuenta

de lo que le debes y luego hacerte responsable de sus faltas. No culpes a nadie

más.

SCHWARZ: ¿A quién tengo que culpar?

SCHON: Ella merece ser una mujer decente y para ello necesita un hombre

que la controle. Desde que la conozco ella ha necesitado verse a través de los

otros, si tu haces que sea decente, ella será decente. Ella vivía en condiciones

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inhumanas y ha llegado a ser lo que es gracias a mí ¡No te muestres indigno de

ella!

SCHWARZ: ¿Eva? ¿Desde cuándo la conoces?

SCHON: Desde que era una vendedora de flores afuera de una cafetería.

SCHWARZ: No me había dicho nada.

SCHON: ¡Ha hecho bien! Le toco nacer así, en la pobreza… Tiene

disposición de superación. Goll te la dejó educada.

SCHWARZ: ¿Cómo conoció a Goll?

SCHON: Después de la muerte de mi esposa se la presenté, tenía que

quitármela de encima. Imagínate, quería casarse conmigo, quería ser mi

esposa ¿Cómo voy a llevar a una vendedora de flores a mi casa? Cuando

empecé a salir con mi novia actual me hizo la vida imposible así que Goll fue

el único camino que encontré para deshacerme de ella. Gracias a mí ha llegado

a ser lo que es.

SCHWARZ: ¿Eva?

SCHON: Yo la llamaba Mignon.

SCHWARZ: Creí que se llamaba Nelli.

SCHON: Así la llamaba Goll. Cómo se llamaba realmente, no lo sé. Ha

tomado la forma y figura que le hemos dado. Tal vez ella misma no sepa quién

es más allá de los nombres que le hemos asignado. Eres un artista no trabajas

para obtener una ganancia económica pero para pintar como deseas también

necesitas dinero para sobrevivir. Te has convertido en un pintor famoso. Te

has casado con medio millón ¿Te das cuenta de lo que le debes a Mignon?

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SCHWARZ: Hubiera querido quedarme donde estaba. Hubiera preferido

haber muerto de hambre.

SCHON: ¡Házle sentir autoridad! No pide más que obedecer

incondicionalmente.

SCHWARZ: Yo no encajo en esta sociedad ¡No puedo ser lo que ella quiere!

SCHON: ¿Qué tienes?

SCHWARZ: Un terrible dolor, mi más grande miedo se ha hecho realidad. El

mundo perfecto que había construído para ambos se ha desmoronado.

SCHWARZ se dirije a ver a Lulú y SCHON sale.

Escena VI

SCHWARZ entra a ver a LULÚ, LULÚ le devuelve la manzana que

SCHWARZ le dio. SCHWARZ saca un cuchillo y parte la manzana después

sale con el cuchillo. Se escuchan los lamentos de SCHWARZ.

LULÚ: ¡Al demonio Eva! ¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad! ¿Y ahora qué será

de mí?

Escena VII

Entra SCHON ensangrentado.

LULÚ: Tienes sangre, puedo limpiarte.

SCHON: Es la sangre de tu esposo.

LULÚ: No deja manchas.

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SCHON: ¿No sientes culpa?

LULÚ: Eres más culpable tú que yo.

SCHON: ¡Eres un monstruo!

LULÚ: ¿Te casarás conmigo? Solamente contigo podría ser feliz.

SCHON: Es así como se desangra mi compromiso. El escándalo que se me

vendrá encima. En todos los periódicos se dirá que padecía delirio de

persecución.

LULÚ: No creo que le cueste trabajo al jefe de redacción dar la versión que

desee. Tú le pones nombre a todo Ludwig.

Sale SCHON.

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Escena VIII

TERCER ACTO

ALWA: Desde que trabajo en el teatro no he visto a un público tan

emocionado.

LULÚ: ¿Me verá hoy?

ALWA: ¿Mi amigo Ludwig?

LULÚ: Sí.

ALWA: No sé si está en el teatro.

LULÚ: Seguramente no me quiere ver.

ALWA: Tiene poco tiempo.

LULÚ: Su novia lo absorbe.

Entra Schon.

ALWA: Hablábamos de ti.

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LULÚ: Has venido. ¡En todos los periódicos escribes que soy la bailarina más

espiritual pero no me encuentras lo suficientemente espiritual para

convencerte personalmente!

SCHON: Tengo mucho que escribir. ¿Qué papel harás hoy?

LULÚ: A Lilith.

SCHON: Sería mejor que no te metieras en simbolismo Alwa.

ALWA: Me fascina verla de Lilith. Pónte el vestido blanco (A Lulú.)

SCHON: Se ve demasiado incorpórea ¿Por qué no usa el rosa?

ALWA: Con el rosa tiene un aspecto demasiado animal. El blanco muestra lo

infantil de su naturaleza.

SCHON: Insisto en que se ve incorpórea, sin forma… En fin vístela como

quieras

Sale SCHON.

LULÚ: El tiene que aprender a creer en mi éxito. No cree en ningún arte. Sólo

cree en los periódicos. En los nombres, en las etiquetas no puede ver más allá

de lo mundano o mejor dicho tiene miedo de ver más allá.

ALWA: No cree en nada.

LULÚ: Me trajo al teatro para encontrar a alguien rico que se case conmigo.

ALWA: No quiero que nos la arrebaten.

LULÚ: Yo no estoy hecha para el teatro.

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ALWA: Eres bailarina. Me basta con que el público se vea transportado a la

excitación más delirante.

LULÚ: ¡A mí en cambio, me gustaría verme a mí misma transportada a la

excitación más delirante!

Escena II

ALWA: Sobre ella podría escribir una pieza interesante. Primer acto: Dr. Goll.

¡Ya no existe! ¡El león que regresó y encontró su territorio ocupado! ¡Lo que

más temía lo devoró! Segundo acto: Walter Schwarz ¡Peor aún! ¡Se despojó

de su alma por voluntad propia! ¡Temía ver su nido de amor aplastado!

¿Tercer acto? ¿Tiene realmente que seguir así? Ella ha sido la destructora de

todos porque todos la han destruído.

Escena III

El jardín del Edén. ALWA y LULÚ.

ALWA: Verán a la criatura sin alma domada por el genio humano. Aquí

luchan hombre y bestia en una jaula estrecha llamada Edén. El hombre sacude

burlón su látigo y el animal con rugidos de monstruo, salta criminal al cuello

del hombre, a veces triunfa el inteligente, y a veces el fuerte, a veces yace el

hombre abatido en el suelo, a veces el animal; ¡el animal se yergue, el hombre

se arrastra!

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LULÚ: Soy Lilith, mi nombre significa viento, aire, espíritu. ¿Por qué he de

acostarme debajo de ti? Yo también fui hecha con polvo, y por lo tanto soy tu

igual.

ALWA: Sométete, ha sido órden del creador.

LULÚ: No me someteré a la orden de un creador que no he visto.

ALWA: El Edén es lo más cómodo para ti.

LULÚ: ¡Dios! Si el Edén ha sido creado a goce del hombre, la mujer derribará

los muros, quitará los nombres y volará por los cielos.

ALWA: Irás al infierno ¡Animal!

LULÚ: Iré a conquistar mi libertad y si de un demonio he de enamorarme que

éste sea de mi elección. Si la razón es quedarme en la jaula de oro prefiero ser

la bestia que busca salir de la jaula.

ALWA: El tigre de hermoso pelaje para acariciar cuyo rugido hace temblar al

hombre, hace temblar al poder.

Escena IV

Camerino.

SCHON: (A ALWA.) ¿Cómo pudiste usar la escena en contra de mí?

ALWA: ¿Yo?

SCHON: (A Lulú) Bailarás como Goll te hacía bailar. Vendrá mi novia a

verte.

LULÚ: ¿Ante tu novia?

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SCHON: Bailas para todos los que pagan la entrada ¡Vamos, al escenario!

Mañana no tendrás que comer sino lo haces.

LULÚ: Tienes razón al señalarme cuál es mi lugar. La mejor manera de

hacerlo es bailar ante tu novia.

SCHON: Teniendo en cuenta tu origen es una suerte que puedas presentarte

ante gente decente.

LULÚ: Aunque no sepa a dónde mirar mi indecencia.

SCHON: ¿Indecencia? No hagas de la virtud necesidad. Esa indecencia es la

que te mantiene viva y te da algún valor.

LULÚ: Eres tú el que ha hecho de la virtud necesidad pero por nada del

mundo deseo ser mejor. ¿Qué habría sido de mi sino me hubieras protegido?

SCHON: ¿Eres diferente ahora?

LULÚ: ¡No!

SCHON: ¡Así me gusta!

LULÚ: ¡Soy muy feliz así!

SCHON: ¿Bailarás ahora?

LULÚ: Sí. Me matarías sino lo hiciera.

SCHON: Se que eres indestructible pero tengo que recordarte quién eres y

ante quién no debes levantar la mirada.

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LULÚ: Así que lo sabes. Dime ¿Por qué no te casas? Nada te lo impide ¿Por

qué quieres culparme a mí? Me entregaste a Goll y se casó conmigo. Me

ordenaste casarme con Walter Schwarz y lo hice. ¿Por qué no te casas?

SCHON: ¿Crees que tú me lo impides?

LULÚ: Estoy tan orgullosa de que me humilles por todos los medios. Me

rebajas tanto, tanto como se puede rebajar a una mujer porque crees que así

me anulas. Pero te has hecho un daño inmenso al ponerme tantos nombres,

tantas etiquetas. Tu novia sería tu esclava, yo…

SCHON: No te tengo miedo.

LULÚ: ¿A mí? Ten miedo de ti mismo. Crees demasiado en tu don

ennoblecedor, en mi buen corazón, en mi buen comportamiendo, crees que

me has domado.

SCHON: Sé donde termina el ángel en ti y comienza el diablo. ¡Cojo el

mundo tal cual es y la responsabilidad no es mía sino del Creador! Para mí la

vida no es una diversión.

LULÚ: Eres demasiado exigente, quieres que las cosas se comporten a tu

conveniencia. Deseas que le luna deje de ser luna en gratificación a luz que le

das.

SCHON: ¡Por el ángel que hay en ti, te suplico que no te me aparezcas!

LULÚ: Sé que vendrás a buscarme.

SCHON: ¡No sabes cuánto te maldigo!

LULÚ: ¿A causa de mi origen bajo?

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SCHON: ¡De tu bajeza!

LULÚ: ¡Acepto las culpas! Ahora eres un hombre pulcro, usas de disfraz a tu

virginal novia.

SCHON: ¿Quieres que te golpee?

LULÚ: ¿Qué tengo que hacer para que lo hagas? ¡Por nada del mundo quiero

estar en lugar de tu novia! La vas a hacer muy infeliz, sabes que eres incapaz

de desprenderte de mí.

SCHON: ¡Me haces daño!

LULÚ: Este momento a mí me hace muy feliz. ¡El terrible hombre poderoso

se desmorona! ¿El diablo se ha vuelto ángel?

SCHON: No quiero hacerla sufrir, ella es tan inocente.

LULÚ: ¿Cómo es posible que el diablo en persona se vuelva de pronto tan

blando? Ya no eres nada para mí.

SCHON: No puedo ir con ella. ¿Qué tengo que hacer?

LULÚ: Escríbele a tu novia. “Amada…”

SCHON: Adelheid, así la llamo.

LULÚ: “Eres incompatible con mi manera de ser”

SCHON: Tienes razón.

LULÚ: “No puedo hacerte feliz. Te escribo al lado de la mujer que me

domina” “No trates de salvarme de mi destio funesto” “Olvídame. Ludwig

Schon”

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SCHON: Es mi ejecución.

CUARTO ACTO

Escena I

SCHON: Todo es una inmundicia, la miseria de mi vida, la degradación de

toda moral. La peste en mi casa. ¿Cuántos no vendrán a verla? ¡Sabe Dios

quién me estará espiando ahora! ¡Hay peligro de muerte! Contra enemigos

mortales se puede luchar, pero la… inmundicia, la bajeza, el animal…

Escena II

LULÚ: Me gustaría que me sacaras a pasear.

SCHON: Hoy no puedo, tengo que trabajar. Mi situación económica peligra.

LULÚ: Preferiría estar muerta antes de que el dinero me amargara la vida.

SCHON: A quien se le hace fácil la vida no le es difícil la muerte.

LULÚ: Lo dices como si te molestara, tú eres el que hace la vida complicada.

¿Sabes? Antes le tenía miedo a la muerte.

SCHON: Por eso me he casado contigo.

LULÚ: No te has casado conmigo.

SCHON: Entonces ¿con quién me he casado?

LULÚ: Yo me he casado contigo.

SCHON: ¿Cambia eso en algo?

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LULÚ: Mucho.

Escena III

ALWA: ¿Está Ludwig?

LULÚ: ¿Cómo me encuentras?

ALWA: Prefiero no decirlo.

LULÚ: ¿Sabes? Cuando me vi en un espejo hubiera querido ser un hombre.

ALWA: ¿Ludwig?

LULÚ: En una sociedad hecha para hombres es más sencillo. Los salarios son

mejores, creen tener completamente claro lo que tienen que hacer: traer dinero

a casa, educar, reprender, etiquetar, poner precio a todo.

ALWA: Justamente siempre he dicho que lo más sorprendente del hombre

occidental es que pierde la salud para ganar dinero, después pierde el dinero

para recuperar la salud. Y por pensar en el futuro no disfruta el presente,

porque no vive ni en el presente ni en el futuro. Y vive como si no tuviese que

morir nunca, y muere como si nunca hubiera vivido.

LULÚ: Pienso lo mismo. El miedo al futuro, el miedo a la miseria

curiosamente terminan orillando al hombre a un futuro miserable. Lo que más

aprecio de ti es tu firmeza. No te has atrevido a enemistarte con Ludwig

aunque eres mi cómplice. No has dejado de hablarme aunque él es tu mecenas.

Sabes ser leal a la norma sin dejar de lado tu espíritu.

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ALWA: ¿Por qué me adulas así? Tal vez no haya un hombre tan malo que

haya hecho cosas tan buenas.

LULÚ: Tú me liberaste con esa obra ¡Sólo a ti me doy sin reservas. De ti no

tengo nada que temer. ¡Me has protegido sin rebajarme ante mí misma! ¡No

me has asignado una identidad!

ALWA: Cuanto más dominio de sí mismo se impone un hombre más

fácilmente se derrumba. Te aseguro que hay momentos en los que me

derrumbo.

LULÚ: Por eso mismo ese dominio es falso, el espíritu vence a cualquier

dominio.

ALWA: ¡Has sido como un santuario intangible, más de lo que pudiste ser

para cualquier otro! ¡Me has rebelado tanto! ¡Eres un alma, que en el más allá

se quita el sueño de los ojos!

LULÚ: ¿Qué le encuentras a mi mano?

ALWA: Un brazo.

LULÚ: ¿Qué le encuentras a ese brazo?

ALWA: Un cuerpo.

LULÚ: ¿No ves nada más que eso?

ALWA: ¡Mignon! Veo fragmentos de ti. No tengo ninguna dignidad, ningún

orgullo…

LULÚ: ¿Crees que soy igual que tú?

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ALWA: ¿Tú? Tú estás infinitamente más arriba que yo, como el sol sobre el

abismo, yo no podría iluminarte… ¡Destrúyeme!

LULÚ: ¿Me amas?

ALWA: ¿Me amas Mignon?

LULÚ: Yo no amo a nadie.

ALWA: Te amo.

LULÚ: En realidad no creo que me ames.

Entra SCHON.

SCHON: ¡Alwa! ¡Maldita! ¡Tú quieres destruírlo todo!

LULÚ: ¿Por qué no me has educado mejor?

SCHON: ¡Angel exterminador! ¡Destino fatal!

LULÚ: ¡Cállate y mátame!

SCHON: Te he mantenido, te he dado todos los bienes. Lo único que te pedí

es que respetaras mi casa. ¡Tu crédito se ha acabado!

LULÚ: Eso es lo único que no pude hacer. Aún puedo garantizar mi cuenta

durante años.

SCHON: ¡Eres una peste incurable!

LULÚ: Tampoco me he podido curar de ti. Puedes divorciarte.

SCHON: ¿Divorciarme? ¿Es posible divorciarme cuando me has mostrado lo

que no quería ver?

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LULÚ: Nunca he querido parecer otra cosa que aquello por lo que se me ha

tomado y nunca se me ha tomado por otra cosa que por lo que soy.

SCHON: ¡Eres una prostituta!

LULÚ: No acepto ser una prostituta, no acepto ser la mujer sometida, no

acepto ser la que baila a placer de otros, no acepto ser la que nació en la

miseria, no acepto ser inferior. No soy Nelli, no soy Eva, no soy Mignon,

puedo contener fragmentos de todas en mi persona pero me niego a llevar el

nombre de una sola. Soy Lulú, simplemente Lulú. No puedes ponerme un

nombre más porque yo estoy por encima de cualquier nombre.

Cada vez que menciona uno de los nombres le da un disparo a Schon.

ALWA: ¿Qué has hecho?

LULÚ: Quería matarme, yo lo amé pero… No sé estar sola ni con alguien. Es

la naturaleza, uno de los dos tenía que morir.

ALWA: Estás perdida.

LULÚ: ¡No quiero ir a la cárcel Alwa! Mírame, mírame, mírame, mira a Lulú.

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