lull 1988. teoria representacion

8/6/2019 Lull 1988. Teoria Representacion

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Hacia una teorade la representacinen arqueologaVicente Lull

GAI.D,EO,_ Uno de los motivos principales de lamiseria de las ciencias es que, a menudo, presumen deriqueza. Su meta no debe ser abrir una puerta al sabersin lmites . sino poner una barrera al error sinlimites.B. BRECH1' . Galileo Galiki.

L as propuestas de este texto pueden ser ~ l i n e a d a s bajo laperspectiva de tres intenciones bien delimitadas. Laprimera, ubicada inicialmente en el discurso, intenta ceirel marco y los intereses de la arqueologa a una propuestaconceptual de definicin que explicite el objeto de estudiode nuestra disciplina y salve ambigedades y reiteraciones.La segunda, ms ambiciosa y compleja, expone los puntosde partida epistemolgicos que consideramos bsicos parala construccin de una teora cientfica en arqueologa. Yla tercera est en relacin con la difusin cientfica poten-cial de esta revista: he considerado oportuno reunir lasideas que he ido elaborando sobre los objetivos antesexpuestos y presentarlas en su estado actual de matizacinpara aprovechar esta oportunidad de escapar de los restrin-gidos circuitos arqueolgicos de difusin.


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La representacin en arqueologa 63Un primer esbozo concerniente a la representacinarqueolgica fue presentado en el Seminario sobre nuevastendencias en metodologa arqueolgica, celebrado en Madrid durante el mes de abril de 1985. Una nueva reflexin alrespecto fue dada a conocer en las Jornadas sobre metodolo-

ga arqueolgica celebradas en Murcia en octubre de 1986 yen el Col.loqui sobre els correnlS terics en Arqueologia deBarcelona, diciembre de 1986.Lo que sigue pretende recoger las ideas que se mantienen coherentes al discurso, eliminar los puntos oscuros dela narracin y minimizar el ruido de nuestros anterioresOOcetos .

Cre haber dado con una buena defmicin de arqueologa. Era sta:La arqueologa es la nica ciencia capaz de abordar el

estudio de los materiales que las sociedades, en todo tiempo ylugar, van confeccionando para posibilitar su mantenimientoy reprrouccin.Analicmosla.Esta definicin contiene el presupuesto de que la arqueologa es una ciencia, propone un campo de accin elcampo definido por aquellos que se consideren sus materiales- y defiende que tal ciencia no debe definirse enfuncin del tiempo y el espacio que delimitan esos materiales.Tiene de interesante que anula las diferencias entre lasdistintas arqueologas definidas segn la variable temporal: arqueologa prehistrica, clsica, industrial, etc., yreduce {(otras arqueologas)) al nivel tcnico que les corresponde: arqueologa espacial, arqueologa de la muerte, etc.La definicin es correcta en mi opinin, salvo en unpunto que, por desgracia, considero bsico: Pretender queel objeto de estudio de la arqueologa sean los restosmateriales es desmantelar la ciencia arqueolgica. Estamanera de pensar supone a todos los materiales arqueol-


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64 Vicente LulJgicos como del mismo orden, presupone identidad entremedio informativo y objeto de estudio y, como consecuencia, postula una arqueologa descriptiva y escptica.Argumentemos las tres implicaciones de la proposicin.1, Los materiales arqueolgicos no son del mismo orden.Los materiales arqueolgicos (que llamar armats) slotienen en comn ser objetos fisicos.

Conviene acordar aqu que existen, en mi opinin, tresclases de ma teriales arqueolgicos:- Los artefactos o productos artificiales que constituyen el medio fsico instrumental de las sociedades. Lossis temas artefactuales pueden conformar tanto tecnocompiejos como asentamientos.- Los arteusos o productos naturales cuya presencia enlos lugares arqueolgicos es antropognica y su beneficioes social. Es el caso de las materias primas, los elementosbiolgicos aprovechados y los residuos de cualquier claseque proceden de mecanismos productivos. La presencia delos arteusos cobra explicacin en el proceso productivo .- Lo s circundatos o segmentos de la naturaleza queinteractan con el medio social limitndolo, enmarcndolo, posibilitndolo o, simplemente, procurndolo; las muestras para determinar el marco ecolgico de un territorioarqueolgico son un buen ejemplo de esta tercera clase demateriales arqueolgicos.Las estrategias cientificas para abordar el estudio de lasdiferentes clases de materiales sern matizadamente distintas a causa de que el estado y propiedades de stos implicanprocesos y sucesos matizadamente.distintos.2.0 No existe identidad entre medie de informacin y objetode estudio.El objeto de estudio de una ciencia no se reduce a laidentificacin del estado y propiedades de las materias aestudio, sino que insiste en la explicacin de los sucesosque involucran ambos factores. As, la biologa, si bien


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La representacin en arqueologa 65estudia los seres vivos, o los extinguidos de los que conservamos testimonios, tiene por objeto dilucidar la problemtica fundamental de la vida orgnica.Si el objeto de estudio de la arqueologa fueran losrestos materiales - los artefactos, por ejemplo-, deberamos en buena medida aceptar que su gnesis humana no escausa explicativa de su estado y propiedades. Es decir, losartefactos no seran productos sociales, sino slo entesfsicos con propiedades fsicas. En ese caso, a la fsicacorrespondera recrear una disciplina que se encargara delestudio de los materiales artificia les, lo que resultaraparadjico.Los arquelogos trabajamos bsicamente con materiatransformada artificialmente. Trabajar con productos nosha llevado en ocasiones a confundir nuestro objeto deestudio. Hemos llegado a considerar los restos arqueolgicoscomo realidad arqueolgica, cuando aqullos slo son simplesindicadores de sta. Hemos errado al querer definir losindicadores, pues stos slo pueden ser ((reconocidos.Saber lo que son resulta impensable sin representar lacadena causal que ha permitido que estn ah y si no seelabora un programa de investigacin susceptible, por unlado, de acceder a ellos y, por otro, de explicar su existencia.

Un artefacto es una cosa material , algo fsico. Sinembargo, es evidente que adems de su naturaleza es unproducto humano. En su realizacin estn involucradosnaturaleza y entendimiento.Para transformar la materia artificialmente se parte deuna representacin (modelo elaborado tras un sinfn de

ensayos y errores meramente empricos) que encierravariados conceptos de funcin-necesidad-rendimiento-rentabilidad, etc. (dejamos puntualmente de lado el origenemprico del trabajo). El artefacto debe ser considerado elresultado de una accin y de unos medios, es decir, elartefacto es el resultado de un suceso mediatizado. Podramos pensar en un principio que la accin es propia de lahumanidad y los medios los facilita la natura leza, que la


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66 Vicente Lullaccin depende del nivel de desarrollo social y los mediosde la disponibilidad natural, pero tampoco es estrictamenteas. La naturaleza no determina la accin, slo la limitafsicamente. La accin tampoco compete exclusivamente alproducto que se pretende lograr sino que invade el contexto natural seleccionando la materia prima posible, propiciay oportuna. As pues, el artefacto es un producto de construc-tos. La arqueologa tiene que aceptar el desaf> de represen-tar el marco conceptual que procur su produccin y lasconsecuencias que tuvo tal accin, O al menos, tiene el deberde intentarlo. ..

En el caso de los arleusos o de los circundatos no nosinteresar tanto el estudio de sus estados o propiedades---que puede ser emprendido desde la biologa o la geologa- como su aprovechamiento y/o beneficio -----que procede necesariamente de la teora social.La descripcin de los restos arqueolgicos es slo elcomienzo, en todo caso, de la investigacin arqueolgica.3. 0 Qtd supone defender una arqueologa descriptiva.Significa no sobrepasar una actitud de empirismo ingenuo basada en la creencia de que las cosas son en smismas y por tanto significan por s mismas, como situvieran implcitamente ((capacidad conceptual. Tal opcin obliga a equiparar medio de informacin ( ~ ~ f u e n t e ) ) ) con objeto de estudio, despropsito consustancial a laarqueologa escptica. Este tipo de arqueologa recibe elnombre de arqueologa descriptiva y su intencin no esaveriguar la realidad, interpretarla o explicarla, sino inventariarla. El resto arqueolgico es considerado per secomo un hecho arqueolgico y, . en el fondo, como elresultado de no-se-sabe-qu.

La arqueologa escptica slo se interesa por la descripcin. Por ello ha generado conceptos propios de unaontologa empirista irracional (las cosas-son-como-son-yvan-como-van).

La descripcin est ligada a lo fenomnico. Su usoexclusivo denota la negacin de la causacin y por ende la


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La representacin en arqueologa 67imposibilidad de explicacin (explicar es, en el mejor de loscasos, indicar las causas).El fenomenismo es netamente subjet ivista, ya que ostenta la idea comn de que nada existe si no es observado.Recupera , de esa manera , el empirismo idealista tipoBerkeley: ~ ~ s e r es percibir o ser percibido)).Al defender que podemos conocer los fenmenos slo atravs de los sentidos, todas las teoras e hiptesis que sepuedan establecer parten de la descrix:in y aspirarn aencontrar una desc ripcin ms ajustada. Como puedeobservarse, mucho hay en comn entre esta manera de pro-ceder y el positivismo clsico: la ciencia no entiende deexplicaciones, slo conftrma estados.Resulta ingenuo definir el trabajo arqueolgico a partirde esa relacin sensible entre sujeto y medio, pues con elloadmitimos que el arque6logo carece de formacin e informacin previas, en suma , carece de equipaje conceptual.Un aspecto lateral y no menos importante de la arqueologa descriptiva y escptica trasciende la esfera estrictamente cientfica. El nfasis por el ((descubrimiento) haceque la mayora de los arquelogos vivan bajo la dictadurade los hallazgos. El hallazgo confiere una dinmica especial a nuestra profesin. Ui arqueologa tradicional va a labsqueda del eslabn perdido y casi siempre carece deleslabn que le da sen tido. Por otra parte, el hallazgoentendido como cosa, casa o poblado se convierte, muy amenudo, en materia a atesorar yeso confiere a estaprofesin una pizca de miseria. No slo se esfuerza uno enhablar ms o menos ajustadamente sobre las cosas, casas opoblados, sino que se lucha tambin por poseerlos en unsistema trasnochado y acientftco basado en la apropiacinde la informacin. .

Existen tambin evidentes implicaciones polticas en elmodo de obrar escptico. Al considerar que la asociacin!relacin entre los hallazgos representa algo impensable porajeno a lo sensible-vivido, el arquelogo queda reducido acontemplar lo insondable de la cultura y los misterios delhombre. Obrar as es estar involucrado, en alguna medida,


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68 Vicente Lullen el escepticismo romntico que, lejos de ser inofensivo,resulta motor de la alienacin humana por su pasado.postula la plena integracin acrtica en el presente ypotencia la desinformacin. Con todo, nos deja desasistidosde las herramientas necesarias para transformar la realidad. Es un espritu que no nos compromete en el mundo dehoy, sino que nos entierra en l.

La formalizacin de una teoraexplicativa para la arqueologaTras estas objeciones cre necesario seguir elaborando

un sistema de proposiciones que salvara las irregularidadesque haban puesto en crisis el primer intento de definicin.Como se debe suponer no era mi intencin caer en unjuego etimolgico que obviara la problemtica de nuestraciencia, bien al contrario. Mi deseo era y sigue siendo11despejar}} la cuestin arqueolgica.El primer intento result problemtico por una sencillacausa:. Como toda ciencia en formacin -o en fase preparadigmtica, como se prefiera- , la arqueologa se reconocems por su praxis (titubeante y poco clarificada) que por suestructura terica (en construccin). El significado deltrabajo arqueolgico destila contenido emprico. Por elloparece que las pruebas empricas (la excavacin, la tipologa, el inventario) definen nuestra ciencia otorgndolesignificado. Sin embargo, las pruebas empricas son operaciones, y las operaciones no otorgan significado , slo sonmecanismos de contrastacin aconceptuales - los conceptos se refieren a cosas, no a operaciones.Para despejar el contenido de nuestra disc iplina esnecesario elaborar una teora, y proponemos como necesarios los siguientes presupuestos:

1.0 La praxis arqueolgica presupone una teora arqueolgica. Con ello no abogamos por una teora ajena a la


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La representacin en arqueologa 69praxis, sino por una teora subyacente que establezca losniveles dialcticos entre las esferas conceptual y fctica yque d sentido a lo que hacemos.2. La consecucin de materiales arqueolgicos -descripcin incluida- es slo un objetivo de la arqueologa,no su objeto.3. El arquelogo no debe ser considerado como unsujeto limitado a recoger informacin dispersa encima odentro del campo, en las vitrinas o en los fondos de museoso en los trabajos empricos de sus colegas. Debe saber queel objetivo de ese proceder es catalogar los restos materiales y topar con el infinito. Debe ser consciente de poseer unequipaje emprico y conceptuaL Si contina recolectando}) base emprica sin base terica niega el rawnamientocientfico y corre adems el riesgo de creerse objetivo.4. Los datos arqueolgicos no explican nada, por loque deben articularse en una teora arqueolgica explicativa.5. Para lograr conceptos arqueolgicos (formales) hayque acudir a la representacin terica (modelo ms omenos adecuado a un dominio de hechos - histricos- ).El grado de adecuacin -depende de la fidelidad con la quese representen los hechos referenciales. Esta fidelidadvendr marcada por los resultados de la contrastacinemprica - o eficacia del mtodo.6. Las pruebas empricas, en arqueologa como en lasdems ciencias, comprenden la observacin, la medicin yel experimento. La excavacin es una prueba emprica quefacilita la observacin y como mecanismo de observacinest sometido a perturbaciones segn la teora del observador. El laboratorio arqueolgico, tanto el de registro -donde se efecta la medicin- , como el de anlisis-donde tiene cabida el experimento-, ha sido confeccionado segn las exigencias del mtodo para responder a lacontrastaci6n que exige la teora.7. Las operaciones o pruebas empricas son medios(tcnicas) para acceder al conocimiento de la realidad ycomo ta les no otorgan contenido a esa realidad. Dar


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70 Vicente Lullcontenido a la realidad ----o llenarla de significado- requiere acudir a la esfera conceptuaL Toda explicacin estinmersa en el mundo de los conceptos. Las pruebas empricas se implican en lo fctico y por ello slo describen larealidad.Los conceptos arqueolgicos no se definen por medio deoperaciones empricas, pues se refieren a cosas y no aoperaciones. Medir no es significar, sino delimitar.

Sin embargo, las pruebas empricas son fundamentalespara validar o dar apoyo emprico a las teoras. La observacin, medicin o experimentacin son operacione$ empricas que, entre otras, resultan fundamentales para contrastar las teoras entendiendo contrastar en el sentido deconfrontar ideas y hechos y no en la acepcin vulgar decomparar- oUna teora que no proponga una metodologaprovista de pruebas empricas de contrastacin slo esespeculacin.8. El arquelogo accede a su medio de informacincon su equipaje conceptual, sus sentidos y la ayuda de instrumentos de percepcin elaborados metodolgicamente apartir de teoras.

9. El dominio terico est explcita o implcitamenteimpregnando de teora la observacin cuando efectuamoscualquier prueba emprica.

La mejor manera de discernir entre prueba emprica yteora es si tuar ambas en sus planos correspondientes-conceptual y fctico- o El mtodo es el procedimientoque, inspirado en los presupuestos tericos, debe proponerlos niveles de contrastacin entre hiptesis y hechos.

10. La teora arqueolgica general tiene por objetoexponer, justificar y resolver los problemas propios de laexplicacin arqueolgica.11 . Las distintas teoras arqueolgicas particulares (oprogramas de investigacin concretos) son representacio

nes (modelos explicativos) de la realidad arqueolgicaprovistas de una metodologa de contrastacin generadorade las pruebas empricas requeridas (tcnicas) y necesarias.12. Representar es confeccionar un modelo coherente


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La representacin en arqueologa 71en el cual no exista contradiccin entre la base lgica quelo sustenta (esfera formal) y las leyes o pautas arqueolgi-cas contrastadas en sus materiales (esfera f ctica) y legali-zadas }X)r la metodologa.13.0 Un modelo representa una teora arqueolgicaslo cuando elabor un mtodo de contrastacin explcitoque permiti validar o refutar las distintas hiptesis de lateora con la realidad arqueolgica.

La representacin arqueolgicaLa arqueologa debe aspirar como disciplina cientfica a

una representacin de los sucesos que procuraron los mate-riales arqueolgicos. Representacin que explica las pautasobservables en esos materiales a travs de la formulacinde leyes arqueolgicas (probabilsticas o no). Determinarlas pautas y las leyes arqueolgicas corresponde a l mtodoarqueolgico.Prefiero la palabra representacin a otras que han te-nido mayor fortuna, tales como ({reconstruccin y aproxi-macin; }X)r la im}X)sibilidad lgica que plantea el primertrmino (rehacer) y por la 'mposibilidad espacial del segun-do. Existen otras objeciones: reconstruir es un trminoque necesita de la metfora para otorgar significado yaproximar resulta subjetivo y difcil de valorar dado quesugiere que los conceptos se mueven confiriendo a nuestradisciplina un aire de trasbordador poco clarificador. Final-mente, ambos trminos me inspiran un profundo disgustoporque, como dira Lakatos: ninguna reconstruccin racio-nal puede jams coincidir con la historia real debido a quedeja desprovistos de intenciones a los que hacen la histo-ria y }X)rque, al igual que aproximacin, da por supues-to que trabajamos sobre mtodos verdaderos, lo que cuandomenos es dudoso y nos aproxima a aquellas escuelas dela historia que suelen fabricar incesantemente historiaspara acomodar lo que resulta contradictorio a los interesesde un presente individual o social dado.


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La arqueologa debe guiarse por una tica definidabsicamente por la argumentacin de los sistemas decontrastacin, lo que exige una formalizacin de la teor a,de los programas de investigacin y de los mtodos seleccionados y una explicitac in completa de las pruebasempricas recurrentes, con especial nfa sis en sus limitaciones y carencias. Como quiera que el fin ltimo de laarqueo loga es generar modelos explicativos de la realidad(histrica) que representan sus materiales, la teora arqueolgica se desarrollar gracias a la contraposicin,rechazo o mejoras de las diferentes representad ones (modelos tericos) que se hayan postulado para los programasde investigacin de los distintos temas arqueolgicos. Laprioridad de unas representaciones sobre otras vendr dadapor la coherencia metodolgica de la teor a, la jerarquizacin de las hiptesis y el grado de apoyo emprico recibido,es decir, por el grado de formalizacin (conceptual) y losn iveles de contrastac in superados (segn las expectativas metodolgicas) entre realidad arqueolgica y representacin.Esta manera de actuar da por supuesto que la realidadexiste o ha existido, que est o ha estado a ll , fuera delobservador . Es una actitud realista y materialista porqueimplica que los restos son observables, discernibles, mensurables y experimentables y son o han sido materia entransformacin. Tambin es una actitud racional a l considerar la explicacin propia de la esfera conceptual y objetocientfico de la disciplina.As pues, soy de los que piensan que los arquelogosdeben aspirar a confeccionar modelos explicativos desde laperspectiva metodolgica de una-teora validada a la luz deapoyo emprico. Es fcil suponer que no soy de los quecreen en la induccin (las-casas-cantan) simple.La naturaleza es una realidad objetiva y material , ununiverso f ctico que existe y seguir existiendo autnomamente, estemos o no nosotros para percibirlo. En suma,una realidad que la investigacin cientfica puede repre-sentar mediante modelos tericos (no confundir con boce-


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La represenw.cin en arqueologa 73tos fcticos). Tambin las sociedades humanas son realida-des objetivas y al igual que la naturaleza pueden cambiarde estado . La diferencia, escasa, es que nuestras sociedadesse reproducen materialmente de una manera artificial queconceptualmente engloba otras realidades y razones queformalizan el devenir social mediante el desarrollo de laecuacin I+A= R+C (intencin+acc in=resultado+ con-secuencias), de contenido ms prximo a Van Wright que aToumela. A primera vista parece que tres de estos cuatrofactores (exceptuando el resultado o producto) no puedenser despejados por contrastacin emprica y son por tantoinalcanzables a la ciencia, pero no es as. La intencin estmediatizada por la informacin, necesidades y obligacio-nes, la accin por los medios y habilidades experimentalesdisponibles, y los resultados son el producto materialdeseado o errado. Las sociedades elaboran , adems , unaextensa gama de medios para integrar los errores y evitarla contrad iccin resultante de consecuencias no deseadas ypara ello elaboran nuevos instrumentos a partir de modelosfo rmales (tericos) que minimicen los fracasos y presupon-gan cierto xito en la consecucin de resultados. Tanto lainformacin, obligaciones, necesidades, los medios disponi-bles, la habilidad experimental como los productos logra-dos, tendrn expresiones materiales y slo las consecuen-cias debern ser despejadas de la ecuacin. Incluso, enocasiones, las consecuencias sern ms patentes si se exigeuna investigacin procesual en el campo arqueolgico,pudiendo despejarse otra variable ms oscura. An ms,aquellas sociedades mal denominadas permanentes, por suescaso ndice de cambio, poseen mecanismos conservado-res -d e mantenimiento de estado-- que tienen igualmentesu expresin material. La teora arqueolgica cuenta, comoes f cil observar, con apoyo emprico y es por tantosusceptible de ser contrastada. La investigacin arqueol-gica es posible.Ni que decir tiene que la teora arqueolgica quesustenta todo este discurso es un axioma: el estado, laspropiedades, las pautas y las leyes de los materiales aro


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74 Vicente Lullqueolgicos resx:mden a procesos socio-ecolgicos reales yobjetivos. Es objeto de la arqueologa proponer representa-ciones coherentes que, mediante contrastaciones validadaspor medio de apoyo emprico, expliquen el significado histrica de la naturaleza, propiedades y presencia de los materialesarqueolgicos.

Hiptesis para una representacin coherente:el desarrollo de los modelos sistemticos

No puede elaborarse ninguna teora o hiptesis detrabajo sin herramientas formales y sin el conocimientoemprico de algn segmento o manifestacin de la realidad .No obstante, el haber tenido ese contacto no quiere dec ir.en ningn caso, que dicha relacin haya sido racionalizada , ni que hayamos entendido o explicado mec nicamenteese segmento de la realidad mediante supuestas facultadesmentales inherentes o metafsicas.As pues, las creencias u opiniones no son representaciones fidedignas de la realidad y Por ello no exigen laexplicitacin de procedimientos de contrastacin. En cambio, un modelo es en s una representacin formalizada quemanifiesta su estructura lgica y evita la especulacin alexigir mtodos de contrastacin.

Un modelo se expone a la luz de di versas teorasexplicativas que se ma ntienen mediante apoyo emprico.Las teoras son sistemas conceptuales que pretenden ajus-tarse cada vez ms a la realidad y estn condicionadas porel desarrollo h s t r i c o - n t f i Las teoras van permitiendo a su vez mejores y ms complejas representacionesde la realidad del pasado, del presente o de su proceso.

Una teora cientfica no es ms que una interrelacindependiente entre la comprensin cientfica y la expresinfactual. Las teoras cientficas no son ideas que tenemossobre la realidad a modo de pronunciamientos conceptuales que simbolizan lo externo en un discurso lingstico


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La representacin en arqlU!Qwga 75concertado convencionalmente. Las teoras exigen demos-tracin y/o verificacin. Esta exigencia, aunque no obvie loformal , cobra su razn en la esfera de lo fctico , y aunquedependa en gran medida y est propiciada JX)r el discursoconceptual, se encuentra ms all del mismo. Si no pens-ramos as el discurso cientfico sera estrictamente ideol-gico y el mtodo debera ser sustituido por la decisin.Los mtodos son los procedimientos mediante los cualespodemos confrontar ideas y hechos. Para efectuar talesoperaciones acudimos a las pruebas empricas que a modode tcnicas de contrastacin podrn mantener (durantecierto tiempo) ciertos aspectos de la teora o la teora en sutotalidad (la vigencia de una teora depende de la ausenciade contradicciones entre hiptesis y realidad reconocida).Si no obrramos as el procedimiento cientfico se reduciraa juicios de valor ms o menos sistematizados y el debatecientfico se dirimira casi exclusivamente en la esferaJX)ltica.

Por otra parte, somos conscientes de que las teorascientficas, equipadas con mtodos y tcnicas adecuados,no slo investigan la realidad sino que asimismo la trans-forman , apareciendo tras su paso otra realidad conformadapor la vieja realidad y lan ueva comprensin que configura-rn un nuevo mundo a investigar . As pues, la posibilidaddel conocimiento del mundo viene dada por el propiodesarrollo cientfico.Representar no es simbolizar aleatoriamente, esbozar oreconstruir, representar es expresar un modelo sistemticode proJX)siciones deducidas de teorias preexistentes apoya-

das empricamente o de hiptesis de trabajo que superenlas contradicc iones entre teoras preexistentes y hechosarticulados bajo nuevas y ex plcitas perspectivas de an li-sis. Dado que ningn proceso cientfico parte del descono-cimiento total , el primer paso para lograr una representa-cin fidedigna consistir , en primer lugar, en enunciar lasteoras que conforman el modelo de representacin siste-mtico y, en segundo lugar, en pl antear nuevas hiptesisde trabajo que pongan en cuestin las teoras caducas. Un


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76 Vicente Lulltercer paso vendr dado por la explicitacin de la estructu-ra lgica del modelo, su grado de dependencia respecto ateoras preexistentes y los mecanismos que las subvierten.Estos primeros pasos constituyen la axiomatizacin de larepresentacin o configuracin del modelo. A continuacindeben enunciarse las hiptesis que sustenta el modelo yque necesariamente deben ampliar en algn grado el marcoexplicativo de las teoras bsicas que lo conformaron. Sloas podremos jerarquizar las hiptesis que se deben con-trastar para cubrir las exigencias de cpntrastacin de larepresentacin. Por ltimo, se ha de explicar minuciosa-mente el procedimiento metodolgico seleccionado median-te una sistemtica de la contrastaci6n. Dicha sistemtica,que abordaremos en otro lugar, debe incluir el equipajetcnico de que dispone y una lectura crtica de las limitaciones que poseen las pruebas empricas seleccionadas queremarque los grados de fiabilidad y validez que se lesotorga.

V. L.

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