Los mapuches pensaban que la tierra era como una manzana. De esta manzana, los hombres que habitan este

mundo, solo pueden percibir la mitad.Para enseñar esto a los niños, y muchas de sus creencias empleaban el kultrun: un tambor mágico usado en las ceremonias religiosas, que les había sido regalado por los dioses.

Los dibujos que aparecen en el kultrun muestran la vida: son las cruces girando.También en el kultrun están dibujados el sol y la luna.La parte visible del tambor esta partida en cuatro, señalando los cuatro períodos del año, a los que llamamos solsticio de invierno y equinoccio de otoño. En el también están dibujados algunos signos que

representan la tierra y su forma es la de ella: tiene una parte que se puede observar, la nagmapu, y la otra invisible, la wenumapu, por eso tiene a forma de media manzana.

Según su creencia, los mapuches viven en la parte visible y, en la parte del mundo que no se puede ver, habitan los dioses, los wenu.

Ellos son: wenu fucha (el anciano), wenu kushe (la anciana), wenu weche (el muchacho) y wenu lucha (la muchacha). Aquí en este mundo al igual que en el visible, existe dualidad: no hay fucha sin kushe, no hay hombre sin mujer.

Los ancianos son los encargados de transmitir la sabiduría a los más jóvenes y ellos ayudan con su fortaleza, a los mayores.

Cuando alguien muere, no desaparece para siempre. Solo se adormece y, luego de un largo viaje, despierta en el

mundo intermedio, en la tierra de los espíritus, lugar en el que viven todos sus ancestros. Los seres

que se han distinguido en su comunidad, serán privilegiados en este mundo y es frecuente que esos espíritus vengan a charlar con vivos en sueños, para ayudarlos a vivir mejor. Claro que ahí por los sueños también se pueden introducir los pillanes, espíritus traviesos y no tan sabios.

En este mundo de los espíritus es una tercera tierra situada entre el nagmapu y wenmapu. Su nombre es rangiñmapu, y los muertos deben pasar un tiempo en ella aprendiendo a vivir en el wenumapu. Cuando fi nalmente han logrado adquirir la sabiduría plena, los espíritus irán a reunirse con los dioses, transformándose en parte de ellos.

A los mapuches se les enseñaba el sentido de la inmortalidad. Su principal logro en la vida no era ser el mas afamado, tampoco el poseer el mas bienes o mujeres, ni siquiera ser lonko (jefe) todo ello no era primordial en sus vidas. Lo verdaderamente esencial era ser kimche (hombre sabio) y la sabiduría solo se llegaba conociendo las leyes que rigen y dirigen la tierra y la vida.

Si un nge (un ser humano) se equivocaba en algo por desconocimiento de las leyes naturales, producía una perturbación en la naturaleza; por tanto, los hombres y mujeres mapuches debían saber como comportarse en cada circunstancia del mundo que los rodeaban, debían respetar a todos los otros seres vivos, que también eran hijos de esta tierra y de los dioses, los cuales, no por ser mas pequeños eran menos importantes.

En todo caso, para llevar una vida mejor, los mapuches debían aprender a escuchar a sus dioses y a conocer las leyes que rigen la naturaleza.

Kimche gne aymi (ser persona sabia) era la meta mas valorada por los mapuches.

fin