los diez primeros aÑos de la renovaciÓn carismÁtica-cardenal l. j. suenens

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  • 8/8/2019 LOS DIEZ PRIMEROS AOS DE LA RENOVACIN CARISMTICA-CARDENAL L. J. SUENENS

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    LOS DIEZ PRIMEROS AOS DE LA R.C. EN LA IGLESIACATOLICA

    Por CARDENAL L. J. SUENENS

    (Traducido de MAGNIFICAT, nms. 2, 1977)

    En el presente ao de 1977 se cumple el DcimoAniversario de la R.C. en los Estados Unidos. Cmono glorificar al Seor por cuanto ha derivado de estedespertar religioso que naci en Pittsburg en 1967 ycomo el fuego de un incendio se extendirpidamente por todo el mundo?

    Y cmo no tener una oracin y un recuerdoemocionado para los pioneros, aquellos estudiantes,hoy amigos, que se atrevieron a caminar sobre lasaguas y creer que el Espritu sigue actuando hoycon toda la riqueza de sus dones y de su gracia?

    MIRADA SOBRE El PASADO

    Lo que me llama la atencin en una mirada hacia elpasado es la continuidad de la R.C. con larenovacin espiritual iniciada por el Vaticano II y supromotor, Juan XXIII, el Papa Carismtico que bajola inspiracin del Espritu Santo, segn sus propiaspalabras, convoc un Concilio en el que el Esprituobr poderosamente.

    La Iglesia entera no or en vano para que surgieraun Nuevo Pentecosts. La R.C. cumple por su parteesta oracin y prosigue la renovacin en el Espritutan deseada, a pesar de las tinieblas y dificultadesde la hora presente y aun en medio de ellas. Nos

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    trae una nueva toma de conciencia de nuestrostesoros espirituales y una valoracin de nuestraherencia cristiana.

    Me parece importante subrayar este aspecto decontinuidad con el pasado en general y con elpasado inmediato que es el Vaticano II.

    Uno de los lderes ms calificados de la R.C. en losmedios luteranos, Larry Christenson, ha escrito conacierto:

    "El mismo trmino Renovacin implica unavaloracin de lo antiguo.Dios no destruye, sino que redime; no borra elpasado sino que lo renueva. No crea cosas nuevas,sino que hace nuevas todas las cosas. Se reconocela madurez de un movimiento de renovacin por elrespeto que muestra hacia su propia herencia.(The Charismatic Renewal among the Lutherans., p.125).

    MIRADA SOBRE EL FUTUROUn aniversario no es slo invitacin a la accin degracias, sino tambin invitacin a interrogarse sobreel futuro. Qu puede esperarse maana de la R.C.a nivel de Iglesia entera?

    Tiene algo que dar a la Iglesia y sta tiene algo querecibir?

    Formular la pregunta en estos trminos se presta aequvocos. Hablar de la Renovacin como de unmovimiento que tiene algo que dar a la Iglesiasupone cierto dualismo entre la Renovacin y laIglesia. Si presentamos as la pregunta reducimos laIglesia a una realidad puramente Institucional frente

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    a una Iglesia carismtica como complementoespiritual de algo que faltase, como una inyeccinde sangre nueva que le viniera desde fuera.

    No! No existe una Iglesia institucional frente a unaIglesia carismtica: no hay ms que una sola Iglesia,en la que se dan diversas dimensiones que secompenetran.La dimensin carismtica est en el corazn mismode la realidad institucional y la impregna en sutotalidad, de la misma manera que la dimensinInstitucional o sacramental est plenamenteinvestida del Espritu.

    Hay que evitar el considerar a la Iglesia como unarealidad en s misma aparte del pueblo de Dios quesomos nosotros. La Iglesia somos nosotros: larenovacin debe penetrar en cada uno de nosotrosen cuanto que somos miembros de nuestracomunin eclesial.

    Hay que evitar el mirar a la Iglesia como algoabstracto: en la realidad concreta no existe larenovacin sino en cuanto me renueva a m comomiembro de la Iglesia de Cristo.

    NO HAY UNA DOBLE PERTENENCIA

    No se pertenece por una parte a la Renovacin y porotra a la Iglesia: no puede darse una doblepertenencia. Es en lo ms profundo de mi Identidadcomo miembro de la Iglesia donde me toca elEspritu; es en lo ms especfico mo, como catlico,como hijo que soy de la Iglesia Catlica Romana,donde he de vivir la lgica de mi vocacin cristiana.

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    No soy primero cristiano y luego catlico: soy a lavez un bautizado, un invitado a la mesa eucarstica,un hermano llamado a vivir en comunin con mishermanos, en activa unin con mi obispo, guardiny garanta de la autenticidad de nuestra comunineclesial. Nada de esto resulta ser adventicio a mi serde cristiano.

    La Iglesia de la que soy miembro es a la vez unacomunin bautismal que me abre a la TrinidadSanta, una comunin eucarstica que me sumergeen el Misterio Pascual, una comunin con el Esprituque actualiza el misterio de Pentecosts y unacomunin orgnica que me vincula con el Obispo ypor medio de l con las dems Iglesias y con laIglesia de Roma que preside el Papa al servicio dela unidad de las santas Iglesias de Dios.

    Me parece muy importante estar atentos alvocabulario que empleamos. Al hablar de la R.C. setiende fcilmente a presentarla como unmovimiento, como una organizacin, unaespecie de iglesia dentro de la misma Iglesia. Si nohay precaucin se puede incurrir en la desviacin deconsiderarla como un cristianismo sin Iglesia o comouna superiglesia que estuviera sobre todas lasIglesias cristianas sirvindoles de comndenominador.

    Esto seria la negacin de nuestra identidad, elrechazo de la Iglesia tal como la ha querido elSeor, segn las normas que le ha dado y segn laha guiado el Espritu a travs de los siglos.

    Se podra acusar a la Renovacin de ser un elitismo,una secta o un ghetto espiritual, cuando por elcontrario lo que quiere el Espritu Santo es una

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    animacin interna, con un dinamismo nuevo entodas las Iglesias que se llaman cristianas yofrecerles una mutua acogida ecumnica.

    UN CATECUMENADO PARA BAUTIZADOS ADULTOS

    Liberados de ambigedades verbales, podemoshablar con tranquilidad de lo que en el futuropudiera aportar la Renovacin a la Iglesia entera.

    Creo que su aportacin fundamental seria darnos atodos una nueva conciencia de lo que implicanuestro bautismo.

    Desde que el bautismo ya no se administra a losconvertidos adultos, como en los orgenes, y seadministra en cambio a los nios, nos encontramosfrente a cristianos que han recibido la fe porherencia y no frente a aquellos que se han adheridoa Jesucristo por una plena y libre opcin.

    Esto ha creado un tipo de cristianos, tributarios delmedio familiar y ambiental, tentados con frecuenciapor una actividad pasiva ms que corresponsable ycomprometida en el servicio activo del Evangelio.

    Hoy, y ms aun maana, ser cristiano aquel quecomo adulto haya reencontrado a Jesucristo y sehaya adherido a su misterio de salvacin con plenoconocimiento de causa.

    Esto supondr una iniciacin adecuada de nuevotipo, una nueva toma de conciencia del compromisobautismal, iniciacin que deber hacerse endistintos momentos de la vida segn el avanceespiritual de cada uno.

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    Seguir bautizando a los nios es algo vital, es unatradicin bien establecida y plenamente vlida, perotambin es esencial que en adelante haya lugarpara un nuevo descubrimiento de Jesucristo y paraasumir voluntariamente los compromisos hechos ennombre del nio. En una palabra: hay que dar pasoa un catecumenado para bautizados y confirmados.

    Y aqu es donde el bautismo en el Espritu o mejordicho, la efusin del Espritu que est en elcorazn mismo de la Renovacin se ofrece comouna invitacin a toda la Iglesia.

    Bajo una forma u otra, sea cual fuere la pedagogaque se adopte, el cristiano, si ha de vivir como tal,debe rehacer el camino que a los carismticos seinvita a seguir bajo el nombre de life in the SpiritSeminar (Seminario de la vida en el Espritu).

    Estas reuniones de Iniciacin, vividas en clima deoracin y fraternidad, llevan normalmente aexperimentar la presencia del Espritu en una nuevaprofundidad.

    Quisiera invitar a telogos, pastores, pedagogos y atodos aquellos que se han beneficiado de estarenovacin en el Espritu a comunicar a otros estagracia, en gran escala, ms all de la Renovacin.

    Que a partir de su propia experiencia puedan con laoracin y el estudio ayudar a descubrir los caminosy medios prcticos con vistas a elaborar estecatecumenado para adultos cristianos, bautizados yconfirmados, y preparar a los cristianos de losnuevos tiempos.

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    En el Snodo de Obispos de Roma, de octubre de1974, la comisin que presid formul un deseo eneste sentido.

    Ojal que este llamamiento se deje or de unextremo al otro!

    El texto aprobado fue el siguiente:Dado que en nuestro tiempo el cristianismorecibido por herencia es menos frecuente y cobramayor sentido una decisin personal, sera deseableque se instaurase un rito cristiano para celebrar laadhesin cristiana al llegar al estado adulto. De estemodo se ofreceran posibilidades para asumir conuna fe verdaderamente personal los sacramentos dela iniciacin recibidos en la fe de la Iglesia durantela infancia.

    Tal ratificacin personal debera ir precedidanormalmente de una preparacin en una comunidadde oracin y profundidad doctrinal: una especie decatecumenado de bautizados.