los derechos de los trabajadores y la globalización...

cándido méndez los derechos de los trabajadores y la globalización económica

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El tema de la globalizacióneconómica es muy manosea-do -ya forma parte de la jergapolítica, sindical, económica-sin embargo, ello no significaque sea un tema suficiente-mente conocido. En cualquiercaso, el proceso de mundiali-zación económica golpeamuy de cerca la actividad sin-dical. No sólo de los sindica-tos, sino de cualquier agentesocial, la actividad de lassociedades que en este momento existen en nuestro planeta.

La mundialización es un fenómeno que no es nuevo. En el pro-pio Manifiesto Comunista ya Marx aludía al proceso de mun-dialización de la economía. Las organizaciones sindicales y lasformaciones políticas de izquierda hemos tenido siempre pre-sente este proceso, y de ahí ha venido nuestra vocación inter-nacionalista. Es un proceso que en algunos momentos, por

Cándido MéndezSecretario General de UGT

Los derechos de los trabajadoresy la globalización económica

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ejemplo a principios de este siglo, ha tenido en apariencia unmayor peso relativo que en la actualidad (el peso del comerciointernacional en relación con la riqueza del conjunto del plane-ta era superior a principios de siglo) pero, en cualquier caso, eneste momento tiene una característica nueva que está teniendouna repercusión inmediata sobre los derechos de los trabaja-dores y trabajadoras y sobre el propio concepto de trabajo.

Qué es lo que ha cambiado. Pues que la mundialización seestá haciendo por la imposición y por la dinámica de los mer-cados financieros, que están impulsados por las nuevas tecno-logías.

Recientemente, en la revista Unión, hemos publicado un decá-logo para comprender la mundialización. En él se incluyenmatices muy interesantes, por ejemplo, hasta ha cambiado elconcepto del dinero, en el sentido de que ahora el poder másimportante ya no lo tiene quien atesora o ahorra el dinero, sinoaquel al que le prestan el dinero. Dicho de otro modo, la diná-mica económica está planteando con carácter general en losgrandes negocios a través de aquellos que utilizan para losnegocios propios el dinero ajeno.

Por ejemplo, el primer capitalista mundial que existe en estemomento son los fondos de pensiones de Estados Unidos. Meparece que son 7 billones de dólares, lo que equivale aproxi-madamente a 14 veces la riqueza de nuestro país. Es una can-tidad ingente de dinero que es propiedad básicamente de lostrabajadores estadounidenses. Esos fondos se prestan y losnegocios los hacen otros. En algunas circunstancias, los nego-cios se hacen de tal manera que perjudican a aquel que haprestado el dinero. Los sindicatos estadounidenses estántomando algunas decisiones en relación con la deslocalizaciónde las empresas, intentando que aquellas empresas que deslo-calizan actividad desde Estados Unidos a otros países delmundo no se financien con los fondos de pensiones.

Lo que ha ocurrido es que en esta nueva fase de la mundiali-zación económica, el desarrollo de las actividades de fabrica-ción ha quedado en un segundo plano y las empresas se están

I Escuela de Verano UGT Asturias

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convirtiendo en bancos de negocios. La actividad de fabricaciónempieza a quedar en segundo plazo, se atiza la especulaciónfinanciera, aumenta la burbuja especulativa, hay muchísimamayor dificultad para controlar los flujos de capitales y se estáproduciendo lo que podríamos denominar la emancipación delpoder económico respecto al poder político, incluso en lassociedades democráticas más desarrolladas como es el casode nuestro país.

Y esto ha traído como consecuencia que haya desaparecido unelemento fundamental que hasta hace veinte o veinticinco años

así se consideraba: la cen-tralidad del trabajo. El tra-bajo deja de ser el centro,porque la producción dejade ser el centro de lo queson los modelos empresa-riales. Se afirma que elmodelo fordista está defini-tivamente derrumbado y elproblema es que se asociala superación de este

modelo de producción a la desaparición de empleos bien retri-buidos y a los derechos sociales y laborales que el trabajo hatenido asociado en las sociedades desarrolladas.

Este es el elemento fundamental que debemos de refutar.Debemos negar la mayor. Probablemente el modelo fordista deproducción esté finiquitado por el impulso de las nuevas tecno-logías, pero eso en ningún caso nos tiene que llevar a la con-clusión de que debe de estar finiquitado un empleo bien retri-buido, estable y seguro y la asociación de derechos sociales ylaborales que un puesto de trabajo ha mantenido hasta hacequince o veinte años y que se viene deteriorando en los últimosaños.

En ese sentido, naturalmente las empresas han tomado underrotero, en el que no se cumple ese axioma. Lionel Jospindecía hace poco "el capitalismo no sabe lo que quiere ni adón-de va". Quizás como ente abstracto no lo sepa, pero yo conoz-


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El trabajo ha dejado de ser elcentro, porque la producción

deja de ser el centro de lo que son los modelos

empresariales.


co a muchos capitalistas ysaben lo que quieren: revalori-zar el valor de su acción. Paraconseguirlo fichan a ficha aVillalonga o similar, le pagancon acciones - ya no se pagacon dinero, sino con acciones-y se plantea una dinámica enlas empresas de revalorizar elvalor de la acción. Eso traecomo consecuencia condemasiada frecuencia despi-dos masivos de trabajadoras ytrabajadores.

En este aspecto hay algunas posiciones pesimistas, otras opti-mistas. Yo me quiero quedar en el término medio. El premioNobel José Saramago estuvo hace poco clausurando un ciclode conferencias en la Escuela Julián Besteiro. Planteaba unainterrogación: ¿cuál es el programa político que deben defend-er en el marco de la mundialización económica los partidos polí-ticos progresistas? Y decía: la Carta de los Derechos Humanos,con todo lo que conlleva: la defensa de la dignidad de la perso-na, la abolición de la pena de muerte, de la tortura, el derechoa la educación, a un empleo digno, bien retribuido, a la nego-ciación colectiva, al ejercicio de la huelga, por supuesto el dere-cho de sindicación, etc.

Pero a continuación, manifestaba que eso no es posible. Quees radicalmente incompatible la mundialización económica conla preservación de los Derechos Humanos, y de una manerabrillante manifestaba que el gato de la globalización económicaacabará comiéndose al ratón de los derechos humanos. Yopienso que no hay por qué compartir este tipo de filosofía. Encualquier caso hay que combatir que ese proceso se produzca.

Partiendo de una realidad, y es que la globalización económicaes un proceso que ya está en una fase irreversible, que en cual-quier caso la parte del león ya la tienen los capitalistas y los quecontrolan el poder financiero y que la gran tarea pendiente es


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Partiendo de que laglobalización económica es

un proceso que ya está enuna fase irreversible, lagran tarea pendiente es

precisamente aprovechar lamundialización paraexpandir los valoressociales en los que

creemos.


precisamente aprovechar la mundialización para expandir losvalores sociales en los que creemos.

Voy a hacer reflexiones desde diferentes ángulos. La primeraes para manifestar que ya que este modelo de mundializacióneconómica está sobre todo propulsado por la utilización de lasNuevas Tecnologías, nosotros desde la organización sindical ennuestro trabajo tenemos que acometer precisamente una tareade vincular a la defensa del empleo y de los derechos sociola-borales la implantación de las nuevas tecnologías. En este sen-tido hay cuatro o cinco líneas que voy a enunciar simplemente,sobre las que hay que incidir y defender para orientar adecua-damente la implantación de las nuevas tecnologías, pues elproceso de mundialización tiene un doble filo y depende comose utilice puede ir o no en beneficio de nuestros intereses.

En primer lugar debemos defender que los procesos de inno-vación tecnológica se deben plantear no sólo en empresas denuevo cuño, sino debemos defender el tejido empresarial queactualmente tenemos con la implantación de las nuevas herra-mientas tecnológicas. Debemos mantener una posición que enningún caso puede ser de rechazo a la implantación de las nue-vas tecnologías si no participar activamente en ese debate, demanera tal que podamos vincularla a la calidad del empleo y ala mejora de la producción. Mirar al presente, innovar en el pre-sente, innovar el tejido industrial presente.

Como decía Woody Allen, el futuro es como el presente, sóloque dura más. Vamos a defender el presente y en ese sentidovamos a defender la implantación en el tejido empresarialactual de las nuevas tecnologías.

Hablar de ello, es hablar de una cuestión que ni es fácil ni essimple. Es algo difícil y complejo. Por lo tanto, nosotros tene-mos que defender el acometer un gran esfuerzo para la igual-dad de acceso a las nuevas tecnologías. No es sencillo ni sonbaratas de implantar.

El señor Aznar se creerá absolutamente en solitario que porqueno se hayan recaudado los tres o cuatro billones de pesetas


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que se podían haber recaudado en el proceso de adjudicaciónde telefonía móvil, van a ser más baratas las tarifas de Internetde tercera generación. Eso no va a ser a sí porque es un mer-cado de carácter global. Ni es barato ni es fácil de implantar.

Hay algunos datos que simplemente voy a poner de manifiesto.Los nuevos empleos que se están creando de carácter no uni-versitario por ejemplo en Estados Unidos, exigen el uso deInternet en un 40 o 50%. Es un dato que hay que tener en cuen-ta. En España tenemos un retraso muy importante respecto a laimplantación de nuevas herramientas tecnológicas. El porcen-taje de penetración oscila entre el 10 y el 13%.

Las zonas de la Unión Europea donde hay mayor implantaciónson sobre todo las delnorte de Europa estánponiendo de manifiestoque hay una discriminaciónen razón de los ingresos.

La utilización es proporcio-nalmente mayor por losque tienen mayores ingre-sos, y a su vez se estáplanteando una discrimina-ción en el uso de las nue-vas herramientas tecnoló-

gicas entre el hombre y la mujer, aproximadamente el 25% delos usuarios de Internet son mujeres. El 75%, por tanto sonhombres, y en ese sentido desde los sindicatos tenemos quehacer un gran esfuerzo para lograr la igualdad en el acceso alas nuevas herramientas tecnológicas. Sobre todo en lo que hayque insistir es en la mejora de la cualificación a todos los nive-les, no sólo en la enseñanza universitaria.

Para tener acceso a Internet primero hay que saber leer, escri-bir correctamente, conocer las cuatro reglas de la aritmética ytener una expresión correcta. De esta forma, hay que hacer unesfuerzo muy importante en gasto público en enseñanza para


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Hay que hacer un esfuerzomuy importante en gasto

público en enseñanza parapreparar a los trabajadores y ala sociedad española en el uso

de las nuevas tecnologías.


preparar a los trabajadores y a la sociedad española en el usode las nuevas tecnologías.

El balance que podemos hacer de estos cuatro últimos años esbastante negativo. Está estancado el gasto en enseñanza, lospaíses donde hay mayor implantación de estas nuevas herra-mientas gastan en educación prácticamente el doble, y por otrolado, hay un dato que me gusta recalcar, que es bastante preo-cupante para nosotros: los países emergentes de Europa quese van a incorporar a la Unión, Estonia, Lituania, Hungría, estánhaciendo un esfuerzo colosal en gasto educativo, comparativa-mente muy superior al gasto que se está produciendo en nues-tro país.

Hay dos elementos que nos afectan muy de lleno, en primerlugar tendremos que adaptar la protección social a la nuevasituación, lo que en ningún caso puede suponer aceptar resig-nadamente el recorte de la protección social. Bien por el con-trario, tendremos que buscar fórmulas que nos permitan no sólomantener sino avanzar en la protección social, dando respues-ta a las nuevas situaciones laborales que se viven y que sonconsecuencia de la existencia del teletrabajo, del trabajo adomicilio, de la externalización, de las subcontrataciones, queestán provocando dificultades muy serias de acceso a la jubila-ción, a la protección por desempleo o a otros instrumentos deprotección social fundamentales. Así, tenemos que defender elconcepto de la adaptación de a protección social a este nuevomarco para mejorarla en nuestro país.

Por otro lado, tenemos el tema de la reducción del tiempo detrabajo, en el que vamos a seguir insistiendo. Para mejorar lacalidad de vida y como herramienta al servicio de la creación deempleo. En Francia lo que se está demostrando es que lareducción de la jornada laboral es una herramienta que funcio-na adecuadamente y contribuye a la creación de empleo. Allí hasupuesto un elemento de cierta de multiplicación de creación deempleo en una etapa de crecimiento económico. Así yo creoque no haber implantado la reducción de jornada en Españaestá provocando que perdamos una potencialidad de creaciónde empleo.


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Al mismo tiempo la reducción ha sido un argumento para repen-sar la vida de las empresas en su totalidad y buscar fórmulas dereorganización del trabajo, de redistribución de tareas, de mejorutilización del personal técnico, del no cualificado, en el marcode la mejora de la productividad de las empresas. Digamos queese elemento que podía ser considerado como coactivo por lasempresas ha generado una dinámica que todo el mundo reco-noce que ha contribuido a reverdecer el diálogo social en elámbito de las empresas en Francia.

El último gran desafío quedeberíamos de acometer esel de exigir una gestióndemocrática del cambio tec-nológico. En el marco actualno tienen ningún sentido lasfórmulas autoritarias dedirección empresarial. Seríafundamental el reforzamientode los sistemas de participa-ción, diálogo social y reforza-miento de la negociacióncolectiva.

Este es un reto que hay que contemplar simultáneamente en elplano nacional y europeo. En el europeo se están tomandoalgunas iniciativas que son sobre todo indicativas. Hay un grupode expertos que está analizando las consecuencias sociales yeconómicas de las mutaciones industriales y recomienda queen las empresas de más de 1.000 trabajadores hay un informeque permita establecer una estrategia anticipativa ante el cam-bio tecnológico.

En cualquier caso hay una dinámica tendente a profundizar enla participación de los trabajadores y sindicatos en todo lo quesuponga la modificación de las condiciones laborales, comomovilidad funcional, geográfica, etc. Esta sería la segunda granreflexión que quería hacer, que tenemos que avanzar de unamanera mucho más decidida en el plano europeo. Me da laimpresión de que en Europa tendríamos que hacer un esfuerzo


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El último gran desafío quedeberíamos de acometer es

el de exigir una gestióndemocrática del cambio

tecnológico. En el marcoactual no tienen ningún

sentido las fórmulasautoritarias de dirección

empresarial.


para retomar lo que podríamos denominar una cierta ofensivacultural. De defensa del modelo social europeo. El proceso deconstrucción de la Unión Europea está en este momento cen-trado sobre la estabilidad económica, sobre el proceso de cons-trucción monetaria hay elementos fundamentales de nuestromodelo social que están quedando relegados porque se estásucumbiendo a una ofensiva de carácter cultural que pretendeimplantar el modelo estadounidense.

Al final, sucumbiendo ante esa hegemonía cultural, a mi juiciose están dando por entendidas afirmaciones que luego nocorresponden con la realidad. En Estados Unidos, indudable-mente hay valores muy importantes que hay que reconocer, porejemplo el de la innovación. Me parece recordar que el diseñoinicial de Internet lo parieron científicos europeos. En los años80, Jacques Delors hizo un esfuerzo importante para que laUnión Europea tomara la bandera de las innovaciones tecnoló-gicas, sin embargo, Estados Unidos tomó la delantera.

Pero tampoco tenemos que engañarnos excesivamente. En laactualidad hay una situación de crecimiento económico impor-tante, hay una dinámica de creación de empleo, pero si alguiencree que los centenares de miles de empleos que se crean enEstados Unidos son modelo Silicon Valley, del trabajador quetiene ideas geniales y ganan el dinero a espuertas, está equi-vocado. Hay un mínimo porcentaje de empleos de esta natura-leza.

El crecimiento económico en Estados Unidos se está dandomayoritariamente en sectores de servicios al consumo. Los sin-dicatos americanos están modificando mucho su línea de com-portamiento, planteándose nuevos objetivos, como captar a lostrabajadores emigrantes, y afiliarlos al sindicato, etc. Estánhaciendo unos esfuerzos importantes para salir de los grandesnúcleos fabriles e ir a los trabajadores de las pequeñas empre-sas, de servicios, etc.

La cara oculta del modelo norteamericano es que se pretendedejar en segundo plano. En Estados Unidos hay un proceso decrecimiento económico que es una especie de keynesianismo.


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Está basado sobre la demanda. A este término le añado el dekeynesianismo degradado, basado sobre el crecimiento delconsumo con unas características muy particulares. Porque hacrecido el empleo, pero hay una terrible rotación.

El paradigma de trabajar menos para trabajar todos, que era ellema del movimiento sindical a nivel internacional, en estosmomentos los sindicatos estadounidenses lo interpretan paracriticarlo en los siguientes términos: "trabajar más para cobrarmenos". Trabajan más horas que en los años 70 u 80, perocobran menos ¿Cómo se produce esa espiral de consumo?Porque hay un endeudamiento medio de las familias de los tra-bajadores estadounidenses entorno a 45.000 dólares. Esa es larealidad del mercado laboral y del crecimiento económico, laotra cara.

Hay algo que nos intentan imponer desde esa hegemonía cul-tural, que es el aligeramiento del Estado. Tampoco correspon-de con la realidad. La economía de Estados Unidos es muy pro-teccionista. Por ejemplo, ha habido una ofensiva feroz paraacabar con la política agraria comunitaria o debilitarla. La políti-ca agraria comunitaria tiene una gran capacidad de difusión derentas. Estados Unidos en las discusiones de la OrganizaciónMundial de Comercio ha combatido fuerte esta política agraria.Pues resulta que en Estados Unidos las subvenciones a losagricultores son cinco veces mayores que aquí. La diferencia esque van dirigidas a un grupo de gente menor, a los grandesagricultores. El Estado interviene, pero beneficiando a unaminoría.

Por ejemplo en lo que son las administraciones públicas hay, enproporción a la población activa, más trabajadores que enEspaña o en la Unión Europea. Otra cosa es que, por ejemplo,hay 40 millones de personas sin seguro médico, porque tienenuna sanidad privada.

Tenemos que intentar sacudirnos esta hegemonía cultural quese está implantado y que no corresponde con la realidad. Perolo tenemos relativamente difícil, porque el modelo norteameri-cano ha calado profundo en los debates de la Unión Europea.


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Hay una incógnita incluso en la Carta de Derechos SocialesFundamentales, que no sabemos ni siquiera si se va a resolveren la Cumbre de Niza. Son los derechos de la persona, y nosabemos cuál va a ser la resolución, si al final va a quedar comouna especie de ornamento, sin aplicación práctica, o de verdadse va a considerar que hay que introducir estos derechos en elcorazón del proceso de construcción europea.

Para finalizar, simplemente, hacer dos comentarios. El primero,la necesidad, por nuestra parte, de reforzar el sindicalismo anivel mundial y lógicamente en la Unión Europea. El trabajo sin-dical ya queda cojo en la dimensión nacional. Eso cada día esmás evidente. Y ya empieza a atisbarse que queda incompletoen la dimensión europea. En ese sentido, reforzar laConfederación Europea de Sindicatos y la ConfederaciónInternacional de Organizaciones Sindicales Libres es muyimportante.

De otra parte, quisiera hablar de la cláusula social. Por un ladohay países de la Unión Europea, Estados Unidos, etc. quehablan que hay que eliminar el trabajo de los menores pero

luego no hacen práctica-mente nada. Por otro ladohay países en vías de de-sarrollo que consideran queeso puede lastrar sus posi-bilidades de competir. Ahíhay posiciones que no secorresponden con lo quequeremos las organizacio-nes sindicales. Nosotrospensamos que condenar aun niño a trabajar es conde-

narlo a la muerte en vida, condenarlo a la ausencia de posibili-dades. Los padres que hacen que sus hijos trabajen lo hacenporque no tienen otra alternativa. Y hay que dársela. La quenosotros planteamos cuando hablamos de la cláusula social esque esos trabajadores se puedan defender y tengan preserva-dos sus derechos democráticos, que puedan constituir un sin-


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Es necesario reforzar elsindicalismo a nivel mundial y

lógicamente en la UniónEuropea. El trabajo sindical ya

queda cojo en la dimensiónnacional.



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dicato, ejercer el derecho a la negociación colectiva, a la huelga.Porque así, defendiendo la dignidad del trabajo es como hemosconseguido progresar también en Europa.

Nosotros también debemos empezar a repensar cuáles son nuestrasposiciones. Esa es una tarea compleja para las organizaciones sindi-cales. Si en La India al año se diploman 350.000 universitarios enCiencias Exactas, tenemos que empezar a pensar si hay que plante-arse una posición defensiva o no. Creo que lo fundamental será faci-litarles una herramienta a esos trabajadores para que se puedandefender, con esos derechos que estamos defendiendo con carácteruniversal.

Hay algunas otras cuestiones que también tenemos que analizar.Uno de los grandes retos es preservar el medio ambiente. Los sin-dicatos también tenemos que empezar a pensar seriamente en esadirección, intentar buscar una fórmula para actuar. Si es una fórmu-la seria y rigurosa, tendríamos que empezar por los países de-sarrollados, que contaminan más que los países en vías de de-sarrollo. No tenemos ningún derecho a lastrar las posibilidades dedesarrollo de estos países intentando imponerles cláusulas en rela-ción con la contaminación ambiental que les impidan desarrollarse.

Si nosotros clamamos contra la deforestación, cuando el 75% de lapasta de papel la consumimos nosotros. Tendremos que empezar apensar de otra manera respecto a nuestros hábitos de consumo ycomportamiento.

Otro reto que también tenemos que afrontar es aceptar la plurali-dad, el mestizaje. Saber que no podemos ser sociedades cerradas,que tenemos que integrar a las trabajadoras y a los trabajadoresinmigrantes que vienen a nuestro país.

Para el movimiento sindical a nivel mundial el gran reto del futuro escómo darle respuesta a los 1.400 millones de trabajadores delmundo que trabajan en este momento en condiciones de esclavitud,o en la clandestinidad, o por un puñado de arroz, o siendo niños. Yésa es una tarea también de los partidos progresistas. Creo que losvalores del progreso y de la izquierda tienen tanto sentido en cual-quier otra etapa en la vida de la humanidad como a lo largo de estosúltimos cien años.


CÁNDIDO MÉNDEZ RODRÍGUEZ

Cándido Méndez Rodríguez nació en Badajoz en enero de1952, trasladándose su familia a Jaén en 1956.

Es ingeniero técnico industrial especializado en química.

Afiliado a UGT en 1970, comenzó su actividad sindical en laFederación de Construcción de Jaén.

En 1978 pasó a ser miembro de la Comisión EjecutivaProvincial, como Secretario de Acción Reivindicativa primero, yposteriormente, en 1980 como Secretario General de UGT-Jaén.

En el Tercer Congreso Regional de UGT-Andalucía, celebradoen 1986, fue elegido Secretario General, cargo que fue ratifica-do en 1990 en el Cuarto Congreso Regional.

Ha sido diputado socialista en el Parlamento de la Nacióndesde 1980 hasta 1986 y parlamentario andaluz desde 1986hasta finales de 1987, fecha en que dimitió.

En 1997 fue elegido vicepresidente de la ConfederaciónEuropea de Sindicatos.


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