libro fratres lucis 03 bodas quimicas

7/17/2019 Libro Fratres Lucis 03 Bodas Quimicas

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De la

ORDO FRATRES LUCIS

Libro 03"LAS BODAS QUIMICAS

DE CHRISTIAN ROSENKREUTZ "

1-"Una noche, algo antes dePascuas, estaba sentadodelante de la mesa y, como tenía

por costumbre, conversaba conmi Creador en una humildeoración. Henchido por el deseode preparar en mi coraón unpan !cimo inmaculado con laayuda del cordero Pascualbienamado, meditabaproundamente sobre losenormes secretos #ue, en su

ma$estad, el Padre de la %u meha permitido contemplar en tangran n&mero. 'e repente, elviento se puso a soplar con unaviolencia tal #ue pareció #ue lamonta(a en la #ue habíae)cavado mi morada se hundiría

ba$o sus r!agas.

*-"+in embargo, como esta tentativa del diablo, #ue recuentementeme ha abrumado con muchas penas, no tuvo )ito, recuper bríos y

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proseguí mi meditación. 'e repente sentí #ue me tocaban en laespalda me asust tanto #ue, aun#ue al mismo tiempo sintiera ungoo como no puede conocer la la#uea humana sino en parecidascircunstancias, no me atreví a volverme. ermin sin embargo

volvindome, pues continuaban tirando de mis ropasreiteradamente/ vi una mu$er de e)traordinaria hermosura cubiertacon un vestido aul delicadamente tachonado de estrellas de oro,como el cielo. 0n su mano derecha llevaba una trompeta de oro enla #ue leí !cilmente un nombre #ue despus me prohibieronrevelar/ en su mano i#uierda apretaba un voluminoso pa#uete decartas, escritas en todas las lenguas, #ue, como supe m!s tarde,debía distribuir en todos los países. enía unas alas grandes yhermosas cubiertas de o$os en toda su e)tensión/ con ellas selanaba y volaba m!s r!pido #ue el !guila.

-"2ui!s hubiera podido ver m!s cosas pero como no se #uedó $unto a mí sino muy poco tiempo y como yo estaba a&n aterroriadoy maravillado, no me i$ en m!s. Cuando me volví, buscó en supa#uete de cartas y depositó una sobre mi mesa con una proundareverencia/ despus me abandonó sin haber dicho una solapalabra. 3l alar el vuelo tocó su trompeta con una uera tangrande #ue resonó por toda la monta(a y yo mismo no pude

escuchar mi propia vo durante casi un cuarto de hora.

4- "No sabiendo qué partido tomar ante esta aventuraextraordinaria, caí de rodillas y pedí a mi Creador que mesalvaguardara de todo lo que pudiera ser contrario a mi saludeterna. Temblando de miedo cogí entonces la carta a la queencontré tan pesada como si toda ella uera de oro maci!o.xamin#ndola con cuidado descubrí el sello min$sculo que lacerraba y que contenía una cru! delicada con la inscripci%n& 'N

()C *'+N) 'NC*.

4- "Cuando vi el signo volví a tomar coniana pues este sello nohabría agradado al diablo #ue, ciertamente, no lo usaba. 3brí puesla carta con prestea y leí los versos siguientes escritos en letras deoro sobre campo aul

Hoy, Hoy, Hoy,son las bodas del 5ey/si has nacido para tomar parte en ellaselegido por 'ios para la alegría,

*



ve hacia la monta(a#ue tiene tres templosa ver los acontecimientos.en cuidado contigo,

e)amínate a ti mismo.+i no te has puriicado con constancialas bodas te har!n da(o.6nortunio para #uien se retrasa allí aba$o.2ue se abstenga #uien sea demasiado ligero.

"3l pie y como irma +P78+U+ y +P78+3

9-"%eyendo esta carta estuve a punto de desvanecerme/ se meeriaron los cabellos y un sudor río ba(ó mi cuerpo. Comprendía#ue se trataba de las bodas #ue me habían sido anunciadas sietea(os antes en una visión ormal/ las había esperado y deseadoardientemente y había calculado su echa estudiandocuidadosamente los aspectos de mis planetas/ pero nuncasospech #ue se celebrarían en condiciones tan graves ypeligrosas.

:-"0n eecto, me había imaginado #ue no tendría sino presentarmea las bodas para ser acogido como husped bienvenido y hete a#uí#ue todo dependía de la elección divina. 8o estaba nada seguro deencontrarme entre los elegidos/ m!s a&n, cuando me e)aminaba noencontraba en mí sino inteligencia e ignorancia de los misterios, unaignorancia tal #ue no era capa de entender ni el suelo #ue pisabanmis pies, ni los ob$etos de mis preocupaciones diarias/ con mayor raón a&n no debía estar destinado a proundiar y conocer lossecretos de la naturalea.

;-"3 mi parecer la naturalea podría encontrar en cual#uier lado undiscípulo m!s meritorio a #uien coniar sus tesoros preciosos,



aun#ue temporales y perecederos. 6gualmente caí en la cuenta #uemi cuerpo, mis costumbres e)ternas y el amor raterno por mipró$imo, no eran de una purea deslumbrante/ así, el orgullo de lacarne a&n se maniestaba por su tendencia hacia mi pró$imo.

0staba todavía constantemente atormentado por el pensamiento deactuar en provecho propio, por construirme palacios, por hacermeun nombre inmortal en el mundo y por otras cosas parecidas.

<-"Pero ueron sobre todo las palabras oscuras concernientes a lostres templos las #ue me sumieron en una gran in#uietud/ misrele)iones no llegaron a esclarecerlas y #ui!s no las hubieracomprendido nunca si no me hubiera sido dada la clave de unaórmula maravillosa. 'udando entre el temor y la esperana, pesabalos pros y los contras sin llegar a constatar cosa otra alguna #ue miimpotencia y mi la#uea. +intindome incapa de tomar unadecisión cual#uiera, temeroso ante esta invitación, trat deencontrar una solución por mi camino habitual, el m!s seguro meabandon al sue(o tras una oración severa y ardiente, en laesperana de #ue mi !ngel #uisiera aparecrseme, con el permisodivino, para poner in a mis dudas como ya me había sido otorgadoanteriormente algunas veces. = una ve m!s así ue, alabado sea'ios, para mi bien y para e$emplo y enmienda de mi pró$imo.

1>-"3penas me había dormido cuando me pareció estar acostadoen una torre sombría $unto con una multitud de otros hombres/ enella, atados a pesadas cadenas, bullíamos como abe$as sin lu,incluso sin el menor resplandor, lo #ue agravaba m!s nuestraalicción. 8inguno de nosotros podía ver nada y, sin embargo, oía amis compa(eros #ue se #uerellaban continuamente los unos conlos otros por#ue la cadena de uno era un tanto así m!s ligera #ue lade otro, sin considerar #ue no había raón para despreciarse puestodos no ramos sino pobres idiotas.

11-"ras padecer este dolor durante mucho tiempo, trat!ndonosrecíprocamente de ciegos y de prisioneros, inalmente oímos elsonar de numerosas trompetas y el redoble del tambor, e$ecutadoscon una maestría tal #ue nos sirvió de regoci$o y apaciguamiento ennuestra cru. ?ientras #ue escuch!bamos se levantó el techo de latorre y un poco de lu llegó hasta nosotros. 0ntonces se nos pudover cayendo los unos sobre los otros pues todo el mundo se agitabaen desorden de manera #ue el #ue antes estaba arriba, ahora se

encontraba aba$o. 0n cuanto a mí, tampoco permanecí inactivo,sino #ue me deslic entre mis compa(eros y, pese a mis atigantes

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ataduras, trep a una piedra de la #ue había logrado apoderarme,aun#ue tambin allí ui atacado por los otros a los #ue respondídeendindome como me$or sabía, con mis pies y con mis manos.0st!bamos persuadidos de #ue nos liberarían a todos, aun#ue

ocurrió de otra manera.

1*-"Cuando los se(ores #ue nos miraban desde arriba por elagu$ero de la torre se hubieron divertido un poco con la agitación ylos gemidos, un vie$o completamente cano nos ordenó #ue noscall!semos y cuando se hio silencio habló en los siguientestrminos si la memoria no me es iniel

+i el pobre gnero humano#uisiera de$ar de rebelarse,recibiría bienes innumerablesde una verdadera madre,pero como rehusa obedecer,permanece con sus in#uietudesy #ueda prisionero.Pese a todo, mi #uerida madre no deseaguardarle rencor por su desobediencia/y permite #ue sus bienes preciosossalgan a la lu con bastante recuencia/

aun#ue los alcancen muy raramentepara #ue se les aprecie,pues si no serían tomados como !bulas.Por ello es por lo #ue, en honor de la iesta#ue celebramos hoy,para #ue se le den gracias m!s recuentemente,#uiere hacer una buena obra.+e ba$ar! la cuerda/#uien se cuelgue de ella

ser! libre.

1-"3penas terminó este discurso cuando la vie$a dama ordenó asus servidores #ue lanaran siete veces la cuerda en la torre y #uela subieran con los #ue hubieran podido cogerla.

1@-"A'ios míoB %!stima #ue no pueda describir con mayor uera laangustia #ue se apoderó de nosotros entonces, ya #ue todostrat!bamos de apoderarnos de ella obstaculi!ndonos mutuamente

por esa misma raón. Pasaron siete minutos, despus sonó unacampanilla/ a dicha se(al los servidores subieron la cuerda con

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cuatro de nosotros. 0n estos momentos yo estaba bien le$os depoder alcanarla pues, para mi desgracia, y como ya he dicho, mehallaba subido en una piedra adosada al muro de la torre desdedonde no se podía coger la cuerda #ue ba$aba por el centro.

14-"%a cuerda ue tendida una segunda ve/ pero muchos teníamoscadenas demasiado pesadas y manos muy delicadas parasu$etarnos a ella y, al caer, arrastraban a otros #ue #ui!s sehubieran mantenido. = ramos tan envidiosos en nuestra miseria#ue hubo #uien, no pudiendo cogerla, arrancaban de ella a losdem!s. Compadecí sobre todo a #uienes eran tan pesados #ue sele arrancaban las manos del cuerpo sin #ue lograran subir.

19-"0n cinco idas y venidas muy pocos se liberaron pues ocurría#ue cuando sonaba la se(al, los servidores se llevaban la cuerdacon tal rapide #ue la mayoría de los #ue la habían cogido caíanunos sobre otros. %a #uinta ve subió vacía, así #ue muchos denosotros, entre ellos yo, perdíamos las esperanas de vernos libres/imploramos pues a 'ios para #ue tuviera piedad de nosotros y nossacara de estas tinieblas ya #ue las circunstancias eran propicias/algunos ueron escuchados.

1:-"Como la cuerda se balanceaba cuando la retiraban, pasó

delante de mí, #ui!s por la voluntad divina/ la cogí al vueloagarr!ndome a ella por encima de todos los dem!s/ y así ue como,contra toda esperana, salí de allí. ue tan grande mi alegría #ue nisentí las heridas #ue una piedra aguda me hio en la cabeamientras subía/ solo me di cuenta cuando, a mi ve, tuve #ueayudar a los otros liberados a retirar la cuerda por sptima y &ltimave. 0ntonces y debido al esuero #ue hice, la sangre se esparciópor todas mis vestiduras sin #ue, en mi alegría, ni me diera cuenta.

1;-"ras la &ltima saca, #ue traía un mayor n&mero de prisioneros,la dama encargó a su vie$ísimo hi$o Dcuya edad me sorprendíaenormementeE #ue e)hortara al resto de los prisioneros #ue a&n#uedaban en la torre. ras una corta rele)ión, ste tomó la palabrade la siguiente manera

2ueridos hi$os#ue est!is ahí aba$ose ha terminado

lo #ue estaba previsto hace largo tiempo.%o #ue la gracia de mi madre

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ha concedido a vuestros hermanos,no se lo envidiis.Fien pronto vendr!n tiempos elicesen los #ue todos ser!n iguales/

no habr! m!s pobres ni ricos. 3#uel a #uien se ha pedido muchodeber! dar mucho.

3#uel a #uien se ha coniado muchodeber! rendir cuentas estrictas.2ue cesen vuestras amargas #ue$asG#u son stos pocos días

1<-"Cuando acabó, el techo ue colocado otra ve sobre la orre.5esonaron de nuevo trompetas y tambores aun#ue el esplendor desu sonido no lograba silenciar los gemidos de los prisioneros #ue sedirigían a todos los #ue estaban auera, lo #ue me hio llorar.

*>-"%a vie$a dama se sentó $unto a su hi$o en el sitio dispuesto paraella e hio contar a los #ue habían sido liberados. Cuando supo sun&mero y lo inscribió en una tablilla de oro, preguntó el nombre decada cual #ue ue anotado por un pa$e. 3 continuación nos miró,suspiró y di$o a su hi$o Dyo lo oí muy bienE "A3yB, cómo compadecoa los pobres hombres de la torre/ o$al! #ue 'ios me permita

liberarlos a todos". 0l hi$o respondió "?adre, 'ios lo ha ordenadoasí y no debemos desobedecerle. +i todos uramos se(ores yposeyramos los bienes de la tierra, G#uin nos serviría cuandoestuviramos en la mesa". +u madre no respondió nada.

*1-"Un momento despus, di$o "%iberad a stos de sus cadenas".%o hicieron r!pidamente y a mí me tocó de los &ltimos. Habindomei$ado primero cómo se comportaban mis compa(eros, no puderesistir el inclinarme ante la vie$a dama y dar gracias a 'ios #uien, a

travs de ella, había tenido a bien en su gracia paternal, sacarmede las tinieblas a la lu. %os dem!s siguieron mi e$emplo y la damase inclinó.

**-" Cada cual recibió como vi!tico una medalla conmemorativa deoro/ había en el anverso una eigie del +ol naciente y en el reverso,si la memoria no me es iniel, las tres letras '.%.+.

*-"'espus nos despidieron e)hort!ndonos a #ue sirviramos al

pró$imo para gloria de 'ios y a #ue mantuviramos en secreto lo#ue nos había sido coniado/ lo prometimos y nos separamos.

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*@-"=o no podía andar bien a causa de las heridas #ue me habíanhecho las argollas #ue aprisionaron mis pies y co$eaba de las dospiernas. %a vie$a dama se dio cuenta, se rió de ello, me llamó y me

di$o "Hi$o mío, no te entristecas por esta enermedad, acurdatepor el contrario de tus la#ueas y da gracias a 'ios #ue te hapermitido pese a tu imperección llegar a esta %u elevada mientras#ue a&n vives en este mundo sopórtalas en memoria mía.

*4-"0n este momento las trompetas sonaron inopinadamente/ mesobresalt tanto #ue me despert. +ólo entonces caí en la cuentade #ue había so(ado. +in embargo este sue(o me impresionó tanto#ue a&n hoy me in#uieta y todavía me parece sentir las llagas demis pies.

*9-"uera lo #ue uese, comprendí #ue 'ios me permitía asistir auna Fodas ocultas/ le di gracias por ello, en su ma$estad divina, enmi piedad ilial, y le pedí #ue me hiciera conservar siempre sutemor, #ue llenara cada día mi coraón de sabiduría y deinteligencia y #ue, pese a mis pocos mritos, me condu$era con sugracia al in deseado.

*:-"'espus me prepar para el via$e/ vestí mi ropa de lino blanco y

me ce(í una cinta color ro$o sangre dispuesta en cru #ue pasabapor mis hombros. 3t cuatro rosas ro$as en mi sombrero, esperando#ue todas estas se(ales servirían para #ue se me distinguierar!pidamente entre la muchedumbre. Como alimento tom pan, sal yagua con posterioridad, siguiendo los conse$os de un sabio, meserví &tilmente de ellos en diversas ocasiones.

*;-"Pero antes de abandonar mi caverna, dispuesto para la marchay vestido con mi ropa nupcial, me prostern de rodillas y pedí a 'ios

#ue permitiera #ue todo lo #ue iba a suceder ocurriera para mi bien. 3 continuación %e prometí servirme de las revelaciones #uepudieran serme hechas para e)tender +u nombre y para el bien demi pró$imo y no para alcanar honores y consideración mundana.Habiendo ormulado este voto, salí de mi celda lleno de esperana yalegría.

*+/N0) 012 0 2* 3)02* /15'C2* 0 C.6C-

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"2cababa de entrar en el bosque y me pareci% que el cieloentero y todos los elementos ya se 7abían engalanado para las3odas8 los p#9aros cantaban m#s agradablemente y vi a loscervatillos saltar con tanta gracia que alegraron mi cora!%n y lo

incitaron a cantar.2sí que canté en vo! alta&

+ eli, amado pa$arillo#ue tu canto claro y inoalabe a tu Creador/Poderoso es tu 'ios,

te prepara el alimentoy te lo da $usto cuando hace alta,estate así satisecho.

GPor #u estarías triste,por #u te irritarías contra 'iospor#ue te hio pa$arilloGpor #u raonar en tu menguada cabeaa causa de #ue no te hio hombre

7h, c!llate/ l lo ha meditado proundamente.0state así satisecho.

G2u har yo, pobre lombri,si #uisiera discutir con 'iosGrataría de orar la entrada del cielopara arrebatar el gran arte con violencia'ios no se de$a atosigar 2ue el indigno se abstenga.Hombre, estate satisecho8o te oendassi no te ha hecho emperador/#ui!s hubieras olvidado su nombrey solamente eso es lo #ue le preocupa.%os o$os de 'ios son clarividentes/

Ie en el ondo de tu coraón 3sí #ue no le enga(ar!s.

"= mi canto, surgiendo del ondo de mi coraón, se derramó atravs del bos#ue resonando en todas partes. %as monta(as me

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repitieron las &ltimas palabras cuando al salir de l entraba en unhermoso prado. 3llí se entrelaaban tres bellísimo cedros cuyaslargas ramas daban una sombra soberbia. 3 pesar de #ue no habíaandado mucho, #uise disrutar de ella enseguida pues me

encontraba agotado por el ardor de mi deseo/ así #ue corrí a los!rboles para reposarme un poco.

"Pero al acercarme m!s vi un cartel i$ado en uno de ellos en el #ue,con líneas elegantes, leí el siguiente escrito

:*alud extran9ero& ui!#s 7as oído 7ablar de las 3odas del 6ey. *iasí es, sopesa exactamente estas palabras. 2 través nuestro laNovia te orece cuatro caminos para elegir por todos los cualespodr#s llegar al ;alacio del 6ey a condici%n de que no te apartes de

su vía.

"l primero es corto pero peligroso, atraviesa diversos obst#culosque no podr#s evitar sino con grandísimo traba9o8 el otro, m#slargo, los bordea, es llano y #cil si con la ayuda del im#n no tede9as desviar ni a la i!quierda ni a la derec7a. l tercero esverdaderamente la vía real& diversos placeres y espect#culos denuestro 6ey te 7acen este camino agradable. ;ero apenas unoentre mil llegan por él al ob9etivo. ;or el cuarto ning$n 7ombrepuede alcan!ar el ;alacio del 6ey pues es impracticable ya queconsume, y no conviene sino a los cuerpos incorruptibles.

"scoge pues de estos tres el que quieras y síguelo conconstancia. También debes saber que sea cual uere el que esco9as,en virtud de un destino inmutable no podr#s abandonar tu decisi%ny volverte atr#s sin que tu vida peligre grandemente.

"sto es lo que 7emos querido que sepas. ;ero no ignorestampoco que deplorar#s 7aber 7ec7o esta elecci%n llena depeligros. n eecto, si 7as de ser culpable del m#s mínimo delitocontra las leyes de nuestro 6ey, te pido mientras que a$n estiempo, que te vuelvas a tu casa con la mayor rapide! por el mismo

camino que seguiste para venir.

"?i alegría se desvaneció una ve leída la inscripción/ y despus dehaber cantado tan alegremente, me puse a llorar con amargurapues bien veía los tres caminos ante mí. +abía #ue me estabapermitido elegir uno, pero si escogía el de piedras y rocas mee)ponía a matarme miserablemente de una caída/ si escogía ellargo podía perderme por las travesías o #uedarme en l por cual#uier otra raón siendo el via$e tan dilatado. ampoco osaba

esperar #ue, entre mil, uera precisamente yo el #ue pudieraescoger la vía real. 'elante de mí tambin se abría el cuarto

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camino pero estaba tan lleno de uego y de vapor #ue no podíaapro)imarme a l sino de le$os.

"0n esta incertidumbre rele)ionaba si no valdría m!s renunciar a mi

via$e. Por una parte consideraba mi indignidad, pero por la otra laesperana me consolaba con el recuerdo de la liberación de laorre, sin #ue sin embargo pudiera iarme de ella de una maneraabsoluta. 'udaba a&n sobre #u resolución tomar cuando micuerpo, agotado por la atiga, reclamó su alimento. Cogí pues el pany lo cort. 0ntonces una paloma, blanca como la nieve, subida a un!rbol y cuya presencia me había pasado inadvertida hasta esemomento, me vio y ba$ó #ui!s estaba habituada. +e apro)imódulcemente a mí y le orecí compartir mi comida/ ella aceptó y esopermitió admirar a gusto su bellea.

"Pero nos vio un cuervo negro, enemigo suyo, #ue se abalanósobre la paloma para apoderarse de su parte de comida sin prestar la menor atención a mi presencia. %a paloma no tuvo otro recursosino el de huir y ambos volaron hacia el sur. ?e irrit y disgusttanto #ue perseguí de manera atolondrada al cuervo insolente yanduve así, sin darme cuenta, un buen trecho en esta dirección/espant al cuervo y libr a la paloma.

"+olamente en este momento me di cuenta de #ue había actuadosin rele)ionar había entrado en un camino del #ue de ahora enadelante me estaba prohibido salir ba$o amenaa de un castigosevero. ?e habría consolado de ello si no hubiera lamentadovivamente haber olvidado mi urrón y mi pan ba$o el !rbol sin #uepudiera volver a recogerlos cada ve #ue #uería volverme el vientome aotaba con tal uera #ue me tiraba al suelo/ si seguía micamino no sentía la tormenta. 0ntonces comprendí #ue oponermeal viento signiicaba perder la vida.

"?e puse pues en camino llevando mi cru con paciencia y, como lasuerte estaba echada, decidí hacer todo lo posible para llegar al inantes de #ue se hiciera de noche. ?e encontr muchos alsoscaminos pero los evit gracias a mi br&$ula no #ueriendo abandonar el meridiano ni un paso, pese a #ue el camino era a menudo tanrudo y tan poco practicable #ue creía haberme perdido. ?ientrasandaba pensaba sin cesar en la paloma y en el cuervo sin llegar acomprender su signiicado.

"3l in divis a lo le$os, en la cima de una gran monta(a, un pórticoesplndido/ a pesar de #ue estaba muy, pero #ue muy ale$ado de mi

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camino, me apresur hacia l por#ue el sol acababa de ocultarsetras los montes sin #ue, a&n de le$os yo hubiera visto ciudad alguna.

3tribuyo este descubrimiento &nicamente a 'ios #ue bien hubierapodido de$arme continuar mi camino sin abrirme los o$os, por#ue

hubiera podido !cilmente pasar de largo sin verlo.

"'igo #ue me apro)im a l con el mayor apresuramiento y cuandollegu, las &ltimas luces del crep&sculo a&n me permitierondistinguir el con$unto.

"0ra un Pórtico Real admirable, cua$ado de esculturas #uerepresentaban espe$ismos y ob$etos maravillosos de los #ue variostenían una signiicación particular como supe m!s tarde. 0n lo m!salto, el rontón tenía estas palabras

PROCUL BINC, PROCUL ITE PROPHANI <=)* 0 2/1, 2=26)* ;6)>2N)*?

con otras inscripciones de las #ue se me ha prohibido severamentehablar.

"Cuando llegaba al Pórtico, salió a mi encuentro un desconocidovestido con una ropa aul cielo. %o salud amistosamente y me

respondió de la misma manera pidindome enseguida mi invitación.A7hB #u alegría me dio haberla traído pues la habría podido olvidar !cilmente cosa #ue, seg&n l, le había sucedido a otros.

"+e la ense( enseguida y no sólo se mostró satisecho sino #ue,con gran sorpresa mía, se inclinó ante mí y me di$o "Ienga,hermano #uerido, eres mi husped bienvenido". ?e pidió acontinuación #ue le di$ese mi nombre y le respondí #ue era elHermano de la 57+3-C5UJ 57K3 por lo #ue maniestó una

agradable sorpresa.

"'espus me preguntó "Hermano, Gno has traído con #u comprar una insignia". %e repli#u #ue mi ortuna era modesta, pero #ue leorecía con gusto lo #ue pudiera agradarle entre los ob$etos #ueposeía. 3 petición suya le regal mi cantimplora de agua, y me dio acambio una insignia de oro #ue no llevaba sino estas dos letras+.C. ?e e)hortó a acordarme de l en el caso en #ue pudieraserme &til. 3 petición mía me indicó el n&mero de invitados #ue

habían entrado antes #ue yo/ en in, por amistad me dio una cartasellada para el guardi!n siguiente.

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"?ientras me entretenía hablando con l vino la noche/ en la puertaencendieron un gran arol para #ue pudieran orientarse los #ue a&nestaban en camino. 0l camino #ue conducía al castillo iba entre dos

muros, y estaba bordeado por hermosos !rboles con rutos. Habíancolgado un arol en uno de cada tres !rboles a ambos lados y unahermosa Iirgen vestida con un vestido aul venía a encender todasestas luces con una antorcha maravillosa/ me entretuve m!s de loprudente en admirar este espect!culo de una bellea perecta.

"inalmente, la charla terminó y tras haber recibido las instruccionespertinentes me despedí del primer guardi!n. ?ientras caminaba measaltó el deseo vehemente de saber lo #ue contenía la carta, perocomo no podía sospechar ninguna mala intención del guardi!n, meresistí a la tentación.

"3sí llegu a la segunda puerta #ue era casi idntica a la primera/no diería de ella sino por las esculturas y los símbolos secretos.+obre el rontón se leía

020 @ * )* 0262"Un león ero encadenado ba$o esta puerta se irguió nada m!sverme y trató de saltar sobre mí rugiendo, así despertó el segundo

guardi!n #ue estaba acostado sobre una losa de m!rmol. 0)pulsóal león, cogió la carta #ue le tendí temblando y me di$o mientras seinclinaba proundamente "Fienvenido en 'ios sea el hombre al #uedeseaba ver desde hace tanto tiempo".

"3 continuación me presentó una insignia y me preguntó si podíacambiarla. Como ya no me #uedaba sino la sal se la orecí y laaceptó d!ndome las gracias. 0sta insignia tambin tenía solamentedos letras +.?.

"Cuando me disponía a conversar igualmente con l tocaron en elcastillo, entonces el guardi!n me e)hortó a correr con toda la uerade mis piernas sino mi traba$o y mis esueros serían vanos, puescomenaban ya a apagar todas las luces arriba. ?e puse a correr inmediatamente sin saludar al guardi!n pues temía, no sin raón,llegar demasiado tarde.

"0n eecto, uera todo lo r!pida #ue uese mi carrera, ya me

alcanaba la Iirgen y tras ella apagaban todas las luces. 8ohubiera podido seguir en el buen camino si no hubiera hecho llegar

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hasta mí un resplandor de su antorcha. 0n in, empu$ado por laangustia, conseguí entrar $usto detr!s de ella/ en ese mismoinstante se cerraron las puertas tan bruscamente #ue #uedó cogidoen ellas el borde de mi vestido y allí tuve #ue de$arlo por#ue ni yo ni

los #ue llamaban desde uera pudimos lograr #ue el guardi!n de lapuerta abriera de nuevo pretendía haber entregado las llaves a laIirgen #uien, seg&n l, se las había llevado al patio.

"?e volví para e)aminar la puerta era una obra maestra admirabley el mundo entero no poseía una #ue la igualase. 3l lado de lapuerta se levantaban dos columnas una de ellas llevaba unaestatua sonriente con la inscripción

C)N+62T/)

0n la otra, la estatua ocultaba su cara con tristea y por deba$o seleía

C)N0))

"0n pocas palabras se veían im!genes y sentencias tan oscuras ymisteriosas #ue los m!s sabios de la tierra no hubiesen podidoe)plicarlas. Pero, si 'ios lo permite, en breve las describir y lase)plicar.

"3l atravesar la puerta me ue preciso decir mi nombre #ueinscribieron en el pergamino destinado al uturo esposo. +olamenteentonces me ue entregada la verdadera insignia de invitado era unpoco m!s pe#ue(a #ue las otras, pero mucho m!s pesada. 0n ellaestaban grabadas las tres letras siguientes +.P.8.

"3 continuación me calaron un par de apatos nuevos pues todo elsuelo del castillo estaba enlosado de m!rmol claro. Como me

resultaba agradable dar mis vie$os apatos a uno de los pobres #ue,con compostura, se sentaban recuentemente ba$o la puerta, losregal a un vie$o.

"Pocos instantes despus dos pa$es #ue llevaban antorchas mecondu$eron a una c!mara rog!ndome #ue descansara en un banco,lo #ue hice mientras ellos colocaban las antorchas en dos agu$erosperorados en el suelo. 'espus se ueron de$!ndome solo.

"'e repente escuch en torno mío un ruido sin causa aparente yhete a#uí #ue me cogieron varios hombres a la ve/ como no los

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veía, me vi obligado a de$arlos hacer a su guisa. 8o tard en darmecuenta de #ue eran pelu#ueros/ les pedí #ue no me arandearanasí y declar #ue me prestaría a todo lo #ue #uisieran. ?edevolvieron la libertad de movimiento y uno de ellos, #ue seguía

siendo invisible, me cortó diestramente los cabellos de la parte altade la cabea, respetando sin embargo las largas mechas,encanecidas por la edad, de la rente y de las sienes. Conieso #ue,al principio, estuve a punto de desvanecerme pues cuando me sentíarandeado tan irresistiblemente creí #ue 'ios me habíaabandonado a causa de mi temeridad. inalmente, los pelu#uerosinvisibles recogieron cuidadosamente los cabellos cortados y se losllevaron/ entonces volvieron los dos pa$es #ue se pusieron a reírsede mi terror. Pero apenas habían abierto la boca cuando tintineóuna campanilla para reunir la 3samblea seg&n se me di$o.

"3 travs de una ininidad de pasillos, de puertas y de escaleras, lospa$es me precedieron con sus antorchas conducindome a la gransala. Una multitud de invitados se apretu$aba en esta sala se veíanen ella emperadores, reyes, príncipes y se(ores, nobles y plebeyos,ricos y pobres y gente de todas clases.

"Pensando en mí mismo, me #ued sorprendido. "A3hB AFien locoestoyB APor #u me habr atormentado tanto con este via$eB AHe

a#uí compa(eros #ue conoco bien y #ue no he apreciado nunca/a#uí est!n todos y yo, con todas mis s&plicas y plegarias, hellegado el &ltimo y a&n a duras penasB

"+in duda ue el diablo #uien me inspiró estos pensamientos ymuchos m!s a&n, pese a todos mis esueros por rechaarlos.

"%os #ue me conocían me llamaban de uno y otro lado "Hermano5osacru, Gasí #ue t& tambin has llegado", "+í Hermanos",

respondí, "la gracia de 'ios me ha echo entrar igualmente". +erieron de mi respuesta y encontraron ridículo #ue invocara a 'iospor una cosa tan simple. Cuando preguntaba a todos por el camino#ue habían seguido -varios habían tenido #ue ba$ar por las rocas-,unas trompetas invisibles tocaron la hora de la comida. Cada cualse colocó seg&n el rango al #ue le parecía tener derecho y tan bienlo hicieron #ue yo y otros pobres como yo apenas si encontramosun hueco en la &ltima mesa."0ntonces entraron los dos pa$es, uno de ellos recitó oraciones tan

admirables #ue con ellas se me alegró el coraón. +in embargo,algunos de los grandes se(ores no sólo no les prestaban la menor

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atención sino #ue se reían entre ellos, se hacían se(ales,mordis#ueaban sus sombreros y se divertían con bromas parecidas.

"'espus sirvieron. 3un#ue no pudimos ver a nadie, los platos

estaban tan bien servidos #ue me pareció #ue cada invitado teníasu criado.

"Cuando toda esta gente estuvo harta y el vino hio desaparecer lavergLena de su coraón, cada cual se vanagloriaba presumiendode su poder. 0l uno hablaba de ensayar esto, el otro a#uello, losm!s tontos eran los #ue gritaban m!s uerte. odavía hoy no puedoimpedir la irritación cuando recuerdo los actos sobrenaturales eimposibles de los #ue oí hablar.

"Para acabar, cambiaron los sitios. 3#uí y all! un cortesano sedesliaba entre dos se(ores y entonces estos ideaban acciones deuna tal envergadura #ue no hubiera bastado la uera de +ansón ode Hrcules para realiarlas/ uno #uería librar a 3tlas de su peso,otro hablaba de sacar de los 6niernos al Cerbero tricalo/ enresumen, cada cual divagaba a su manera.

"%a locura de los grandes se(ores era tal #ue acababan creyendosus propias mentiras, la audacia de los malvados no conoció

límites/ así #ue no prestaron atención alguna a, los golpes #uecomo advertencia recibieron en los dedos. Cuando uno presumió dehaberse apoderado de una cadena de oro, los dem!s siguieron por el mismo camino. Ii a uno #ue pretendía oír umbar los cielos, otropodía ver las 6deas Platónicas/ un tercero #uería contar los 3tomosde 'emócrito y no pocos conocían el movimiento perpetuo.

"3 mi parecer varios poseían una inteligencia despierta pero, paradesgracia suya, tenían una opinión demasiado buena de sí mismos.

Para acabar había uno #ue intentaba pura y simplementeconvencernos de #ue veía a los criados #ue nos servían. = habríadiscutido largo tiempo todavía a no ser por#ue uno de estosservidores invisibles le dió un boetón en su boca mentirosa, demanera #ue, no sólo l, sino tambin bastantes de sus vecinos,#uedaron mudos como ratones.

"Para gran satisacción mía, todos a#uellos a #uien estimabaguardaban silencio en medio de este bullicio/ se guardaban bien de

elevar la vo pues se consideraban torpes, incapaces de penetrar

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los secretos de la naturalea de lo #ue, por a(adidura, se creíancompletamente indignos.

"3 causa del tumulto, casi habría maldecido el día #ue llegu a tal

sitio pues veía #ue los malvados y los ligeros eran colmados dehonores mientras #ue yo ni si#uiera podía estar tran#uilo en mihumilde sitio en eecto, uno de estos canallas se burlaba de mítrat!ndome de loco completo.

"Como a&n ignoraba #ue hubiese una puerta por la #ue teníamos#ue pasar me imagin #ue permanecería así, víctima de las burlas ydel desprecio, todo el tiempo #ue durasen las bodas/ sin embargono pensaba valer tan poco ante los o$os del novio de la novia yestimaba #ue podrían haber encontrado a otro para hacer de buónen sus bodas. A3yB 0sta alta de resignación a la #ue lasdesigualdades del mundo empu$an a los coraones simples/ yprecisamente esta impaciencia ue la #ue mi sue(o me habíamostrado ba$o el símbolo de la co$era.

"0l vocerío aumentaba cada ve m!s. 3lgunos ya #uerían darnospor ciertas, visiones completamente inventadas y vivencias de unaalsedad evidente.

"?i vecino era al contrario un hombre calmo y de buenas maneras/despus de charlar de cosas sensatas, acabó por decirme "?ira,Hermano, si ahora alg&n recin llegado #uisiera hacer entrar enraón a todos estos endurecidos, Gle escucharían". "Ciertamenteno", respondí. "3sí es -di$o- como el mundo #uiere ser enga(ado atoda costa y cierra sus oídos a #uienes no buscan sino su bien.í$ate bien en ese adulador y observa con #u comparacionesridículas y con #u deducciones insensatas capta la atención de los#ue le rodean. ?ira allí como otro se burla de la gente con palabras

misteriosas e inauditas. Pero creme #ue llegar! un tiempo en #uese les #uitar!n las m!scaras y disraces para #ue todos vean losbribones #ue ocultaban/ #ui!s entonces se vuelva a #uieneshabían sido despreciados".

"0l tumulto se hacía cada ve m!s violento. 'e repente se elevó enla sala una m&sica deliciosa, admirable, como no la había oídonunca en la vida/ toda la sala, presintiendo acontecimientosinesperados, se calló. %a melodía surgía de un con$unto de

instrumentos de cuerda, con una armonía tan perecta #ue me#ued como de piedra, completamente ensimismado, para gran

1:



sorpresa de mi vecino. 8os tuvo maravillados casi una media horadurante la cual guardamos silencio, adem!s, algunos #ue #uisieronhablar ueron r!pidamente corregidos por una mano invisible. Por lo#ue me concernía, renunciando a ver los m&sicos, trataba de ver

sus instrumentos.

"Habría pasado una media hora cuando la m&sica cesó de repentesin #ue pudisemos ver de donde salía.

"Una anarria de trompetas y un redoble de tambores estallaron a laentrada de la sala y resonaron con una tal maestría #ueesper!bamos ver entrar al emperador romano en persona. Iimos#ue la puerta se abría sola y entonces la magniicencia de lastrompetas se hio tal #ue apenas podíamos soportarla. %a sala sevio inundada de luces, me parece #ue por millares/ se movían solasseg&n su rango, lo #ue nos de$ó espantados.

"'espus vinieron los dos pa$es llevando las antorchas, precedían auna Iirgen de admirable bellea #ue se acercaba transportada enun hermoso palan#uín de oro. ?e pareció reconocer en ella a la #ueprecedentemente había primero encendido y luego apagado lasluces. 3simismo creí reconocer entre sus servidores a los #ueestaban de guardia ba$o los !rboles #ue bordeaban el camino. =a

no llevaba el vestido aul sino #ue su t&nica era centelleante,blanca como la nieve, chorreando oro y de un brillo tal #ue nopodíamos mirarla largo rato. %os vestidos de los dos pa$es eraniguales, sin embargo su brillo era menor.

"Cuando la virgen llegó al medio de la sala descendió de su trono ytodas las luces ba$aron su intensidad como para saludarla. odosnos levantamos enseguida sin abandonar nuestro sitio.

M'espus se inclinó ante nosotros y tras haber recibido nuestrohomena$e, comenó el discurso siguiente con vo admirable

0l 5ey, mi gracioso +e(or,#ue ahora no est! muy le$os,así como su muy #uerida prometidaconiada a su honor,han visto con gran alegría vuestra reciente llegada.

3 cada uno de vosotros os honran

con su avor, en todo instante,y desean desde el ondo de su coraón

1;



#ue siempre os logrispara #ue la alegría de sus Fodasno se mecle con la alicción de nadie.

M'espus se inclinó de nuevo con cortesía, sus luces la imitaron, ycontinuó como sigue

Por la invitación sabis#ue no ha sido llamado a#uí hombre alguno#ue no haya recibido todos los dones preciososde 'ios, desde hace mucho,y #ue no estuviese preparado suicientemente.Como conviene en esta circunstanciamis due(os no #uieren creer #ue nadie pueda ser bastante audahabida cuenta de las condiciones severas,para presentarse, a menosde estar preparado para sus Fodas.'espus de largos a(osconservan la esperanay os destinan todos los bienes, a todos/se alegran de #ue en estos tiempos diícilesencuentren a#uí reunidas tantas personas.

+in embargo los hombres son tan audaces#ue su grosería no los retiene.+e introducen en lugaresa los #ue no han sido llamados.Para #ue los bribones no puedan enga(ar,para #ue ning&n impostor se deslice entre los otros,y para #ue puedan celebrar pronto, sin cambiar nadade las puras Fodas,ser! instalada ma(ana

la balana de los 356+3+.0ntonces cada uno se dar! cuenta !cilmente'e lo #ue ha descuidado ad#uirir en l.+i ahora, alguno en esta muchedumbreno est! enteramente seguro de sí,#ue se vaya presto/pues si se #ueda,toda gracia le ser! negaday ma(ana ser! castigado.

0n cuanto a los #ue #uieran sondear su conscienciase #uedar!n hoy en esta sala,

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ser!n libres hasta ma(ana,pero #ue no vuelvan a#uí nunca.0l #ue est seguro de su pasado#ue siga a su servicio

#uien le mostrar! su apartamento.2ue repose hoyen espera de la Falana y de la Nloria.

3 los otros el sue(o traería ahora gran dolor,#ue se contente pues con #uedarse a#uípues m!s valdría huir #ue emprender lo #ue supera las ueras.+e espera #ue cada cual act&e de la manera me$or.

MCuando terminó este discurso se inclinó de nuevo y ganóalegremente su asiento/ las trompetas sonaron de nuevo aun#ue nopudieron ahogar los suspiros ansiosos de muchos. 'espus, losinvisibles la condu$eron otra ve/ sin embargo, a#uí y allí, algunaslucecitas se #uedaron en la sala, incluso una vino a colocarse trasuno de nosotros.

M8o es !cil describir nuestros pensamientos y gestos, e)presión detantos sentimientos contradictorios. +in embargo, la mayor parte delos invitados se decidió por in a intentar la prueba de la Falana

para despus, en caso de racaso, irse de allí en pa Dlo #ue creíanposibleE.

MFien pronto tom mi decisión/ como mi consciencia me demostrabami ininteligencia y mi indignidad resolví #uedarme en la sala con losotros y contentarme con el ban#uete al #ue había asistido antes #ueproseguir y e)ponerme a los tormentos y peligros venideros.'espus de #ue algunos ueron conducidos por sus luces a susapartamentos Dcada uno al suyo como supe m!s tardeE, #uedamos

8U0I0, entre ellos mi vecino de mesa, el #ue me había dirigido lapalabra.

MPasó una hora sin #ue nos abandonase nuestra lu/ llegó uno delos pa$es de los #ue ya he hablado cargado con un pa#uete decuerdas y nos preguntó de entrada si est!bamos decididos apermanecer allí. Como airmativamente respondimos suspirando,nos condu$o a cada uno a un lugar i$ado, nos ató y despus seretiró con nuestra lucecita de$!ndonos en la noche prounda, pobres

y abandonados.

*>



Mue sobretodo entonces cuando varios de nosotros sentimos laopresión de la angustia, yo mismo no pude impedir #ue misl!grimas corrieran. Nuardamos un proundo silencio abrumados por el dolor y la alicción aun#ue nadie nos había prohibido #ue

habl!ramos. 3dem!s, las cuerdas estaban anudadas con un arte tal#ue nadie pudo cortarlas y menos a&n desatarlas y #uit!rselas delos pies. +in embargo yo me consol pensando #ue, mientras #ue anosotros nos estaba permitido e)piar nuestra temeridad en una solanoche, muchos de #uienes saboreaban el reposo esperaban unaretribución $usta y una gran vergLena.

MPese a mis tormentos, me dormí, roto de atiga. +in embargo lamayor parte de mis compa(eros no pudo descansar. uve un sue(oy, aun#ue su signiicación no sea de gran importancia, pienso #ueno es in&til contarlo.

M?e pareció estar sobre una monta(a y #ue un amplio valle see)tendía ante mí. 0n este valle se había reunido una multitudinnumerable y cada individuo estaba suspendido por un hilo atado asu cabea/ los hilos venían del cielo. 3hora bien unos estabancolgados muy alto, otros muy ba$os y varios se encontraban en lamisma tierra. Por los aires volaba un hombre con unas ti$eras en lamano #ue cortaba los hilos a#uí y all!. %os #ue estaban cerca del

suelo caían sin ruido, pero la caída de los m!s altos hio temblar latierra. 3lgunos tuvieron la buena suerte de ver cómo el hilo ba$abade manera #ue tocaron el suelo antes de #ue uera cortado.

M%as caídas me pusieron de buen humor. Cuando vi #ue algunospresuntuosos, llenos de ardor por asistir a las bodas, se arro$aban alos aires y planeaban en ellos un momento, para caer vergonosamente, arrastrando al mismo tiempo a algunos vecinos,me alegr de todo coraón. ambin me alegr cuando alguno de

los modestos #ue se había contentado con la tierra ue desatado sinruido, de manera #ue sus vecinos ni se dieron cuenta. +aboreabaeste espect!culo con la mayor dicha, cuando uno de miscompa(eros me empu$ó con tan mala ortuna #ue me despertsobresaltado y muy descontento. +in embargo, rele)ion sobre misue(o y lo cont a mi hermano #ue, al igual #ue yo, estabaacostado a mi lado. ?e escuchó con satisacción y deseó #ue uerael presagio aortunado de alguna ayuda. Pasamos el resto de lanoche conversando sobre esta esperana y deseando con todas

nuestras ueras #ue llegara el día.

*1



T6C6 012 0 2* 3)02* /15'C2* 0 C.6C-"+e levantó el día, en cuanto apareció el sol tras las monta(as paracumplir su traba$o en la altura de los cielos. 8uestros valerososcombatientes empearon a salir de sus lechos y a prepararse poco

a poco para la prueba. Uno tras otro llegaron a la sala, se desearonbuenos días m&tuamente, se apresuraron a preguntarnos sihabíamos dormido bien y, vindonos atados, no pocos se burlaronde nosotros les parecía risible #ue en ve de haberlo intentadocomo ellos a ver #u es lo #ue pasaba, nos hubiramos sometidopor miedo. 8o obstante, algunos cuyo coraón no había cesado depalpitar uertemente, se guardaron de aprobarlos. 8osotros nosdisculpamos por nuestra ininteligencia, maniestando la esperanade #ue bien pronto nos de$arían irnos en libertad y #ue la burla nosserviría de lección en el uturo/ despus les hicimos notar #ue por elcontrario no era seguro #ue ellos estuvieran libres y #ue podríasuceder #ue les amenaasen grandes peligros.

"inalmente, cuando todos estuvieron reunidos, oímos como lavíspera, la llamada de las trompetas y los tambores. 0speramos ver al novio, pero la verdad es #ue muchos no lo han visto ni entoncesni nunca.

"0ra la virgen de ayer totalmente vestida de terciopelo ro$o con un

cinturón blanco y cuya rente estaba admirablemente adornada conuna corona verde de laurel. 3hora su corte$o estaba compuesto node luces, sino de alrededor de *>> hombres armados,completamente vestidos de ro$o y blanco al igual #ue ella.%evant!ndose con gracia, avanó hacia los prisioneros y, trassaludarnos, di$o brevemente "?i severo due(o est! satisecho deconstatar #ue algunos entre vosotros se han dado cuenta de sumiseria, así #ue seris recompensados por ello". = cuando mereconoció por mi vestido, se rió y me di$o "Gambin te has

sometido t& al yugo A= yo #ue creía #ue estabas tan bienpreparadoB". Con sus palabras me hio llorar.

"0ic7o lo cual, 7i!o que desataran nuestras cuerdas y, acontinuaci%n, orden% que nos ataran de dos en dos paraconducirnos al sitio que nos 7abía sido reservado y desde elque podríamos ver #cilmente la balan!a. 0espués agreg%&";odría ocurrir que la suerte de éstos uera preerible a la detantos audaces que est#n a$n libres".

**



"a balan!a, enteramente de oro, ue colgada en el centro de lasala8 a su lado dispusieron una mesa con siete pesas. aprimera era bastante gruesa, sobre ella 7abía colocadas cuatrom#s pequeAas y, aparte, se encontraban otras dos pesas

gruesas. ran todas tan pesadas en relaci%n al volumen quening$n espíritu 7umano podría creerlo ni comprenderlo. avirgen se volvi% 7acia los 7ombres armados, que llevaba cadauno una cuerda al lado de su espada, y los dividi% en sietesecciones, tantas como pesas. scogi% a un 7ombre de cadasecci%n para poner cada una de las pesas en la balan!a ydespués volvi% a su elevado trono.

"3 continuación, inclin!ndose, pronunció las palabras siguientes

+i alguno entra en el taller de un pintor y sin comprender nada de pinturapretende discurrir sobre ella con nasis,ser! el hamerreír de todos.

2uien penetra en la 7rden de los 3rtistasy, sin haber sido elegido,se vanagloria de sus obras,es el hamerreír de todos.

3sí pues #uienes suban a la balanasin pesar lo #ue la pesa#ue, por ello, les levantar! con estrpito,ser!n el hamerreír de todos.

"Cuando la virgen acabó, uno de los pa$es invitó a #uienes habíande intentar la prueba a #ue se colocaran seg&n su rango y a #uesubieran uno tras otro al platillo de la balana. 0n seguida se

decidió uno de los emperadores lu$osamente vestido primero seinclinó delante de la virgen y despus subió. 0ntonces, cadaencargado colocó su pesa en el otro platillo y, ante la sorpresa detodos, resistió. +in embargo la &ltima pesa ue demasiado para l ylo levantó, lo #ue le aligió tanto #ue la misma virgen pareciócompadecerlo, así #ue hio un gesto a los suyos para #ue secallaran. 'espus el buen emperador ue atado y entregado a lase)ta sección."ras l vino otro emperador #ue se plantó ieramente sobre la

balana. Como escondía un libro enorme ba$o sus vestidos, estabaseguro de alcanar el peso re#uerido. Pero apenas compensó la

*



tercera pesa y la cuarta lo levantó sin misericordia. 3terroriado, sele escapó el libro y todos los soldados se pusieron a reír. %o atarony ue coniado a la tercera sección. Iarios emperadores le siguieroncon la misma suerte. +u racaso provocó carca$adas y ueron

atados.

"3 continuación avanó un emperador de pe#ue(a estatura con unaperilla morena y crespa. ras la reverencia de rigor subió tambin ydaba el peso tan cumplidamente #ue sin duda no hubieran podidoalarlo ni con m!s pesas todavía.

"%a virgen se levantó con vivea, se inclinó ante l, e hio #ue lepusieran un vestido de terciopelo ro$o, adem!s le dio una rama delaurel de las #ue tenía una provisión al lado y le rogó #ue sesentase en los pelda(os de su trono.

"+ería muy largo de contar como se comportaron los dem!semperadores, reyes y se(ores, pero no puedo de$ar de decir #uemuy pocos salieron airosos de la prueba. +in embargo, contra lo#ue yo esperaba, se pusieron de maniiesto muchas virtudes unosresistieron a tal o cual peso, otros a dos y otros a tres, a cuatro y acinco. Pero muy pocos tenían la verdadera perección y todos los#ue racasaron ueron el hamerreír de los soldados ro$os.

"Cuando los nobles, los sabios y otros hubieron pasado tambin laprueba y en cada estado se encontró bien un $usto, bien dos,recuentemente ninguno, le tocó el turno a los se(ores bribones yaduladores, hacedores de %3P6+ +P63%3U6CU+. +e les colocóen la balana con tales burlas #ue, pese a mi tristea, estuve apunto de reventar de risa e incluso los prisioneros no pudieron de$ar de reírse. 3 la mayor parte de ellos ni si#uiera se les otorgó un $uiciosevero ueron e)pulsados de la balana a latigaos y conducidos a

sus secciones con los otros prisioneros.

"'e tan gran multitud #uedaron tan pocos #ue me sonro$aría decirlo.entre los elegidos tambin había altos persona$es pero todos ueronhonrados con un vestido de terciopelo y una rama de laurel.

"Cuando todos pasaron la prueba menos nosotros, pobres perrosencadenados dos a dos, avanó un capit!n y di$o "+e(ora, sipluguiese a vuestro Honor, podríamos pesar a esta pobre gente #ue

coniesa su ineptitud, sin riesgo para ellos, sólo para nuestro recreo/#ui!s #ue encontremos alg&n $usto".

*@



"0sta proposición no de$ó de aligirme pues, en mi pena, al menoshabía tenido el consuelo de no haber sido e)puesto a la vergLenani echado a latigaos de la balana. 0staba convencido de #ue

muchos de los #ue ahora eran prisioneros, hubiesen preerido pasar die noches en la sala en la #ue habíamos dormido nosotros, asurir un racaso tan lamentable. Pero como la virgen dio suaprobación, hubo #ue someterse. 3sí #ue uimos desatados ycolocados $untos. 3un#ue lo m!s recuente ue #ue mis compa(erosracasaran, se les ahorraron los sarcasmos y los latigaos, y ueronapartados en pa.

"?i compa(ero pasó el #uinto. 'io el peso admirablemente parasatisacción de muchos de entre nosotros y para gran alegría delcapit!n #ue había propuesto la prueba/ la virgen le honró seg&n lacostumbre.

"%os dos siguientes ueron demasiado ligeros.

"=o era el octavo. Cuando me colo#u en la balana temblando, micompa(ero, ya vestido de terciopelo, me dirigió una miradaaectuosa e incluso la virgen se sonrió ligeramente. 5esistí todos lospesos. %a virgen ordenó entonces #ue emplearan la uera para

levantarme y tres hombres se pusieron en el otro platillo ue envano.

"0ntonces uno de los pa$es se levantó y clamó en vo poderosa

"ES ÉL"

"0l otro pa$e respondió "2ue goce pues de su libertad".

"%a virgen asintió y no sólo ui recibido con las ceremoniashabituales, sino #ue me autoriaron a liberar a uno de losprisioneros de mi elección. +in sumergirme en largas rele)iones,escogí al primero de los emperadores cuyo racaso me apenabadesde el principio. %e desataron tambin y le concedieron todos loshonores coloc!ndolo entre nosotros.

:Cuando el &ltimo se colocaba en la balana O cuyas pesas uerondemasiado pesadas para l O la virgen vio las rosas #ue yo había

cogido de mi sombrero y #ue tenía en la mano/ me hio el honor depedírmelas por medio de su pa$e y se las di con alegría.

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M3sí ue como, a las doce de la ma(ana, se terminó el primer actosiendo marcado su in por un to#ue de trompetas invisibles paranosotros en ese momento.

M%as secciones se llevaron a sus prisioneros en espera del $uicio.Componía el Conse$o cinco encargados y nosotros mismos/ lavirgen, haciendo de presidente, e)puso el asunto. 3 continuación sepidió a cada cual su parecer sobre el castigo #ue había #ue inligir alos prisioneros.

M%a primera opinión emitida ue la de castigarlos a todos con lamuerte, a unos m!s duramente #ue a otros, visto #ue habían tenidola audacia de presentarse pese a #ue conocían las condicionesre#ueridas, claramente enunciadas.

M7tros propusieron retenerlos prisioneros. Pero estas proposicionesno ueron aprobadas ni por la presidente ni por mí. inalmente setomó una decisión acorde con el parecer del emperador al #ue yohabía liberado, con el de un príncipe y con el mío los primeros,se(ores de rango elevado, serían conducidos discretamente ueradel castillo/ los segundos serían despedidos con mayor desprecio/los siguientes serían desnudados y e)pulsados uera de esta

manera/ los cuartos serían aotados o echados por los perros. Perolos #ue habían reconocido su indignidad y renunciado a la pruebaayer tarde, podrían volver sin castigo. inalmente, los atrevidos #uetan vergonosamente se habían conducido en el ban#uete de ayer,serían castigados con prisión o muerte, seg&n la gravedad de susechorías.

M%a virgen aprobó este veredicto #ue ue aceptado deinitivamente/adem!s se concedió una comida a los prisioneros. +e les comunicó

este avor y el $uicio #uedó i$ado para las doce del mediodía. %aasamblea se disolvió una ve tomada la decisión.

M%a virgen se retiró con los suyos a su morada habitual. 8ossirvieron un rerigerio en la primera mesa de la sala rog!ndonos #uenos content!semos con ello hasta #ue el asunto estuvieracompletamente an$ado/ despus nos conducirían ante los santosnovios, cosa #ue nos alegró saber.

Mra$eron los prisioneros a la sala y los colocaron seg&n suimportancia con la recomendación de #ue se comportaran con

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mayor cordura #ue anteriormente, e)hortación superlua pueshabían perdido su arrogancia. = puedo decir, no por adular sino por amor a la verdad #ue, en general, las personas de rango elevado seresignaban me$or a este racaso inesperado pues el castigo, aun#ue

duro, era $usto. %os servidores seguían siendo invisibles para ellosaun#ue se habían vuelto visibles para nosotros, cosa #ueconstatamos con una gran alegría.

M3un#ue la suerte nos había avorecido, no nos consider!bamossuperiores a los otros y los anim!bamos dicindoles #ue no lostratarían con e)cesiva durea. 2uerían conocer la sentencia perocomo est!bamos obligados a guardar secreto, nadie pudo decirlesnada. +in embargo los consol!bamos lo me$or #ue podíamos y lesinvit!bamos a beber con la esperana de #ue el vino los alegraría.

M8uestra mesa estaba cubierta de terciopelo ro$o y las copas erande oro y plata lo #ue no de$aba de sorprender y humillar a los otros.

3ntes de #ue nos hubisemos sentado, los dos pa$es nospresentaron a cada uno, de parte del novio, un Iellocino de 7ro conla igura de un %eón volador rog!ndonos #ue nos vistiramos con lpara la comida. 8os e)hortaron a mantener cumplidamente lareputación y la gloria de la 7rden- pues +.?. nos la conería en estemismo instante y pronto nos conirmaría tal honor con la solemnidad

debida -. 5ecibimos el Iellocino con el mayor respeto y noscomprometimos a e$ecutar ielmente lo #ue +u ?a$estad gustaraordenarnos.

M3dem!s el pa$e tenía la lista de nuestras casas/ no trat de ocultar la mía ante el temor de #ue se me acusara de orgullo, pecado #ueno puede pasar la prueba del cuarto peso.

MComo ramos tratados de maravilla, preguntamos a uno de los

pa$es si nos estaba permitido hacer llegar alimentos a nuestrosamigos prisioneros y, puesto #ue no había impedimento alguno, selos hicimos llegar abundantemente por medio de los servidores #uecontinuaban siendo invisibles para ellos. Por tal raón ignoraban dedonde le venían los alimentos, así #ue #uise llevarlos yo mismo auno aun#ue en seguida me disuadió amistosamente el servidor #uese encontraba detr!s de mí. ?e aseguró #ue si algunos de los pa$esse hubiera dado cuenta de mis intenciones, el rey habría sidoinormado y, ciertamente, me hubiera castigado. Como nadie se

había dado cuenta e)cepto l, no diría nada.

*:



M+in embargo me e)hortó a en adelante guardar me$or el secreto dela 7rden. =, mientras me hablaba de esta manera, me empu$ó tanviolentamente contra mi asiento, #ue #ued en l como paraliadodurante largo tiempo. +in embargo, en la medida #ue el miedo y la

turbación me lo permitieron, le agradecí su benvola advertencia.

M0n seguida sonaron las trompetas/ como teníamos visto #ue dichosto#ues anunciaban a la virgen, nos dispusimos a recibirla. 3pareciósobre su trono con el ceremonial acostumbrado precedida por dospa$es #ue llevaban, el primero una copa de oro, el otro unpergamino. +e levantó con gracia, tomó la copa de manos del pa$ey nos la entregó por orden del 5ey para #ue la hiciramos circular en su honor. %a tapa de esta copa representaba una ortunalabrada con un arte perecto/ tenía en su mano un banderín ro$odesplegado. Febí, pero la visión de esta imagen me llenó de tristeapues ya había surido la peridia de la ortuna.

M%a Iirgen estaba vestida, como nosotros, con el Iellocino de 7ro yel %eón, por lo #ue presumí #ue debía ser la presidente de la 7rden.Cuando le preguntamos el nombre de esta 7rden nos respondió#ue no lo revelaría sino tras el $uicio de los prisioneros y lae$ecución de la sentencia, pues los o$os de stos estaban a&ncerrados y los elices acontecimientos #ue nos ocurrían, aun#ue no

uesen nada en comparación con los #ue nos aguardaban, noserían para ellos sino obst!culos y motivo de esc!ndalo.

M'espus cogió el pergamino de las manos del segundo pa$eestaba dividido en dos partes. 'irigindose al primer grupo deprisioneros, leyó poco mas o menos lo #ue sigue los prisionerosdebían conesar #ue habían creído demasiado !cilmente lasenga(osas ense(anas de alsos libros/ #ue se habían consideradocon tan e)cesivos mritos, #ue osaron presentarse en este palacio

al #ue no habían sido invitados nunca/ #ue, #ui!s, la mayor partede ellos contaba encontrar allí como vivir seguidamente con mayor pompa y ostentación/ adem!s se habían incitado mutuamente ahundirse en esta vergLena y #ue, por todo ello, merecían unsevero castigo.

M%o conesaron con humildad y sumisión.

M3 continuación el discurso se dirigió con mayor durea a los

prisioneros de la segunda categoría. 0staban convictos en suinterior de haber compuesto alsos libros y enga(ado a su pró$imo/

*;



reba$ando así el honor real a los o$os del mundo. 8o ignoraban de#u iguras alaces e impías se habían servido. 8i si#uiera habíanrespetado la 5686'3' '6I683 sino #ue, por el contrario, habíantratado de servirse de ella para enga(ar a todo el mundo. Pero

ahora habían sido descubiertos los mane$os #ue empleaban paratender asechanas a los verdaderos invitados y poner en su lugar ainsensatos. 3dem!s, nadie ignoraba #ue se complacían en laprostitución, el adulterio, la embriague y otros vicios, todoscontrarios al orden p&blico de este reino. 0n suma, sabían #uehabían envilecido ante los humildes a la misma ?a$estad 5eal.enían conesar #ue eran bribones, mentirosos y canallas notorios y#ue merecían ser separados de la gente honrada y castigadosseveramente.

M8uestros bravos no asintieron !cilmente a todo ello, pero como lavirgen los amenaaba con la muerte y el primer grupo los acusabacon vehemencia y se #ue$aba al unísono de haber sido enga(adopor ellos, acabaron conesando para escapar a males mayores.

M+in embargo pretendían #ue no se les debía tratar con rigor e)cesivo pues los grandes se(ores, deseosos de entrar en elcastillo, los habían seducido con hermosas promesas para obtener su ayuda/ eso los condu$o a valerse de mil artima(as para hacer

m!s apetitoso el cebo y, de mal en peor, habían llegado a dondehabían llegado. 3sí pues, a su parecer, no habían desmerecido másque los señores si no habían triunado. ambin los se(ores debíancomprender #ue, si hubieran podido entrar con seguridad, no sehabrían e)puesto al peligro de escalar los muros con ellos por unadbil remuneración. Por otro lado determinados libros se habíaneditado tan ructuosamente #ue, #uienes se encontraban en lanecesidad, se creyeron autoriados a e)plotar esta uente debeneicios. 0speraban por lo tanto #ue se e)aminara su caso con

atención si el $uicio había de ser e#uitativo y a petición insistentesuya/ en vano se buscaría una acción condenable #ue imputarles,pues habían actuado como servidores de los se(ores. Con talesargumentos trataban de e)cusarse.

"Pero se les respondió #ue +u ?a$estad 5eal estaba decidida acastigarles a todos, aun#ue con mayor o menor severidad/ #ue, eneecto, las raones #ue aducían eran verídicas en parte, por lo quede ninguna manera los señores escaparían sin castigo. Pero

#uienes habían orecido sus servicios por propia iniciativa y #uieneshabían enredado, y arrastrado a ignorantes en contra de su

*<



voluntad, deberían prepararse para morir. 6dntica suerte estabareservada a los #ue habían menoscabado a +u ?a$estad 5eal consus mentiras, de lo #ue ellos mismos podían convencerse por susescritos y sus libros.

"0ntonces vinieron #ue$as lamentables, lloros, s&plicas, ruegos yhumillaciones #ue, sin embargo, #uedaron sin eecto. ?e sorprendióver #ue la Iirgen los soportó valientemente, mientras #ue nosotros,llenos de conmiseración, no pudimos retener nuestras l!grimasaun#ue muchos nos habían causado penas y surimientos sincuento. %e$os de enternecerse di$o a su pa$e #ue buscara a loscaballeros #ue estaban $unto a la balana. +e les ordenóapoderarse de sus prisioneros y conducirlos en ila al $ardín, cadasoldado al lado de su prisionero. 7bserv, no sin sorpresa, con #uacilidad cada cual reconoció al suyo. 3 continuación, miscompa(eros de la noche precedente ueron autoriados a salir libremente al $ardín par asistir a la e$ecución de la sentencia.

"Cuando hubieron salido, la Iirgen ba$ó de su trono y nos invitó asentarnos en los pelda(os para comparecer al $uicio. 7bedecimoscon prestea abandon!ndolo todo sobre la mesa, salvo la copa #uela Iirgen conió a un pa$e. 0ntonces el trono se elevó enteramente yavanó con tal suavidad #ue nos pareció planear en los aires, así

llegamos al $ardín y allí nos levantamos.

"0l $ardín no presentaba particularidad alguna/ sin embargo los!rboles estaban distribuidos con arte y un delicioso manantialbrotaba de una uente decorada con im!genes maravillosas y coninscripciones y signos e)tra(os/ si 'ios lo permite hablarampliamente de ella en el pró)imo libro.

"Había sido construido en el $ardín un aniteatro de madera

adornado con decorados admirables. enia cuatro gradassuperpuestas. %a primera, de un lu$o resplandeciente, seencontraba cubierta con una cortina de taet!n blanco/ ignor!bamossi en a#uel momento había alguien allí. %a segunda estaba vacía ya descubierto/ las dos &ltimas tambin se encontraban ocultas anuestras miradas por cortinas de taet!n ro$o y aul.

"Cuando estuvimos $unto a este ediicio, la Iirgen se inclinóproundamente/ #uedamos impresionados pues ello signiicaba

claramente #ue el 5ey y la 5eina no estaban le$os y saludamosigualmente. 'espus la Iirgen nos condu$o por las escaleras a la

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segunda grada ocupando ella el primer sitio mientras #ue los dem!sconserv!bamos nuestro orden.

"3 causa de la maledicencia no puedo contar como se comportaba

conmigo tanto en este lugar como anteriormente en la mesa elemperador al #ue liber, #ue bien se daba cuenta con #utormentos y angustias habría esperado la hora del $uicio mientras#ue ahora, gracias a mí, se veía en tales dignidades.

"0n esto, la Iirgen #ue al principio me tra$o la invitación y a la #ueno había vuelto a ver desde entonces se apro)imó a nosotros/ tocóla trompeta y con una vo vigorosa abrió la sesión con el discursosiguiente

"+u ?a$estad 5eal, ?i +e(or, hubiera deseado de todo coraón #uelos a#uí presentes, por el sólo hecho de haber sido invitados,hubieran venido con cualidades suicientes para asistir en grann&mero a la iesta nupcial dada en +u honor. Pero como 'iosodopoderoso lo ha dispuesto de otra manera, +u ?a$estad nodebía murmurar, sino continuar conorm!ndose a las costumbresantiguas y encomiables de este reino, ueren cuales ueren losdeseos de +u ?a$estad. Para #ue +u clemencia natural seacelebrada en el mundo entero, Ha llegado, con ayuda de +us

conse$eros y de los representantes del reino, a mitigar sensiblemente la sentencia habitual. 3sí, deseaba en primer lugar #ue los se(ores y los gobernantes no sólo salvaran la vida, sino #ueincluso se les devolviera la libertad. +u ?a$estad les transmitía elruego amistoso de #ue se resignasen sin cólera alguna a no poder asistir a la iesta en +u honor/ #ue rele)ionasen sobre el hecho de#ue, sin eso, 'ios odopoderoso les había ya coniado una carga#ue eran incapaces de llevar con calma y sumisión y #ue, adem!s,el odopoderoso repartía sus beneicios seg&n una ley

incomprensible. ampoco su reputación se vería per$udicada por elhecho de haber sido e)cluidos de nuestra 7rden ya #ue no esotorgado a todos el poder realiar todas las cosas. 3dem!s, loscortesanos perversos #ue les habían enga(ado, no #uedaríanimpunes. Por otra parte +u ?a$estad deseaba comunicarles enbreve un Catálogo de Herejes y un Index Expugatiorum para #ue enadelante pudiesen discernir m!s !cilmente el bien del mal.

3dem!s, como +u ?a$estad tenía la intención de clasiicar subiblioteca, sacriicando los escritos alaces a Iulcano, les pedía su

amistosa ayuda a estos eectos. +u ?a$estad les recomendabaigualmente #ue gobernaran a sus s&bditos de manera #ue

1



reprimieran el mal y la impurea. 6gualmente les e)hortaba a resistir los deseos de volver inconsideradamente para #ue no uera alsa lae)cusa de haber sido enga(ados y para #ue ellos mismos nouesen ob$eto de las burlas y el desprecio de todos. inalmente, si

los soldados les pedían un rescate, +u ?a$estad esperaba #uenadie pensaría en #ue$arse por ello ni se negaría a redimirse biencon un colgante, bien con cual#uier otra cosa #ue tuvieran a mano.'espus sería deseable #ue se despidieran amistosamente denosotros y #ue, acompa(ados por nuestros me$ores deseos,volvieran con los suyos.

"%os segundos, #ue no habían podido resistir a las pesas una, tres ycuatro, no tendrían tan !ciles las cuentas. Pero para #ue sebeneiciaran tambin de la clemencia de +u ?a$estad su castigoconsistiría en ser desnudados por completo y despedidos acontinuación.

"3#uellos #ue habían sido m!s leves #ue las pesas dos y cincoserían desnudados y marcados, con uno, con dos o m!s estigmasseg&n #ue hubieran sido m!s pesados o m!s ligeros.

"%os #ue habían sido levantados por las pesas dos y siete, pero nopor las otras, serían tratados con menos rigor.

"= así sucesivamente/ para cada una de las combinaciones sedictaba una pena especíica. +ería demasiado largo enumerarlastodas.

"%os humildes, #ue por su propia voluntad habían renunciado ayer apasar la prueba, #uedarían libres sin castigo alguno.

"Para terminar, los canallas #ue no habían podido levantar ni un

solo peso, serían castigados con la muerte - por la espada, el agua,la cuerda o los verga$os - seg&n sus crímenes. = la e$ecución deesta sentencia se cumpliría ine)orablemente para escarmiento delos otros.

"0ntonces nuestra Iirgen rompió el bastón. 'espus la segunda, la#ue había leído la sentencia, tocó su trompeta y apro)im!ndose a lacortina blanca hio una prounda reverencia.

M8o puedo omitir a#uí revelar al lector una particularidad relativa aln&mero de prisioneros. %os #ue pesaban un peso eran siete/ los

*



#ue pesaban dos, veintiuno/ para tres pesos había treinta y cinco/para cuatro, treinta y cinco/ para cinco, veintiuno/ y para seis, siete.Pero para la pesa siete, no había sino uno sólo #ue había sidolevantado y con traba$o era el #ue yo había liberado/ los #ue

habían sido levantados !cilmente se contaban en gran n&mero. 3#uellos #ue habían de$ado ba$ar todas las pesas eran menosnumerosos.

"ue así como yo los cont y anot en mis tablillas mientras #ue sepresentaban uno por uno. 3hora bien, cosa curiosa, todos los #uehabían dado alg&n peso se encontraban en condiciones dierentes.%os #ue pesaban tres pesos eran eectivamente treinta y cinco, perouno había pesado 1,*,, otro ,@,4, el tercero 4,9,:, y asísucesivamente. 'e manera #ue, milagrosamente, no había dosparecidos entre los ciento veintisis #ue habían dado alg&n peso. =con gusto los nombraría a todos, cada uno con su peso, si no meestuviera prohibido por el momento. 3un#ue espero #ue estesecreto, $unto con su interpretación, ser! revelado bien pronto.

"ras la lectura de esta sentencia, los se(ores de la primeracategoría e)perimentaron una gran satisacción pues, despus deuna prueba tan rigurosa, no se atrevían a esperar castigo tan ligero.'ieron m!s de lo #ue se les pedía y se redimieron con colgantes,

$oyas, oro, plata, en in, con todo lo #ue tenían encima.

"3un#ue los servidores reales tenían prohibido moarse de ellosmientras marchaban, algunos burlones no pudieron reprimir la risa.=, verdaderamente ue muy divertido mirar con #u prisas se iban.

3lgunos sin embargo pidieron #ue se les diera el cat!logoprometido para poder clasiicar los libros seg&n el deseo de +u?a$estad 5eal, promesa #ue se les había hecho de nuevo. 0n lapuerta se dio a cada cual una copa llena del %6C75 '0% 7%I6'7

para #ue el recuerdo de estos incidentes no atormentara a nadie.

"'espus siguieron los #ue se habían retractado antes de laprueba/ se les de$ó pasar sin impedimento a causa de su ran#ueay honestidad. Pero se les ordenó #ue no volvieran nunca en tandeplorables condiciones. +in embargo, si una revelación m!sprounda los invitaba a ello serían, al igual #ue los dem!s,bienvenidos como huspedes.

"0ntretanto, ueron desnudados los prisioneros de las categoríassiguientes/ incluso a#uí se hicieron distinciones seg&n los crímenes



de cada cual. 3 unos los despidieron completamente desnudos sinm!s castigo/ a otros les ataron campanillas y cascabeles/ algunosincluso ueron e)pulsados a latigaos. 0n resumen sus castigosueron demasiado variados para #ue pueda contarlos todos.

"3l in llegó el turno de los &ltimos. +u condena e)igió m!s tiempopues, seg&n los casos, ueron o ahorcados, o decapitados, oahogados, o e$ecutados de otras maneras. 'urante las e$ecucionesno pude contener las l!grimas, no tanto por compasión hacia ellos -en $usticia merecían el castigo por sus crímenes - sino #ue estabaconmovido por la ceguera humana #ue nos lleva a preocuparnosante todo por a#uello en lo #ue hemos sido sellados tras la primeracaída.

"3sí ue como se vació el $ardín #ue rebosaba de gente unmomento antes, hasta el punto #ue no #uedaron m!s #ue lossoldados.

"ras estos acontecimientos se hio un silencio #ue duró cincominutos. 0ntonces un bello Unicornio, blanco como la nieve yllevando un collar de oro irmado con algunos caracteres, seapro)imó a la uente donde, doblando sus patas delanteras, searrodilló como si #uisiese honrar al %eón #ue estaba de pie sobre

ella. 0ste %eón, #ue a causa de su inmovilidad completa me habíaparecido de piedra o de acero, cogió inmediatamente una espadadesnuda #ue tenía en sus garras y la partió por el medio/ me parece#ue los dos ragmentos cayeron en la uente. 'espus no cesó derugir hasta #ue una Paloma blanca #ue tenía una rama de olivo ensu pico se acercó a l de un vuelo. %a Paloma dio la rama al %eón#ue la tragó, lo #ue le devolvió de nuevo la calma. 0ntonces elUnicornio volvió a su lugar con unos cuantos saltos alegres.

"Un momento despus nuestra Iirgen nos hio descender de lagrada por una escalera de caracol y nos inclinamos una ve m!sante los cortina$es. 'espus nos ordenó #ue nos vertiramos aguade la uente en las manos y sobre la cabea, y #ue volvisemos anuestras ilas tras esta ablución hasta #ue el 5ey se retirara a susapartamentos por un corredor secreto. +e nos condu$o entoncesdesde el $ardín a nuestras habitaciones, con gran pompa y al son delos instrumentos, mientras charl!bamos entre nosotrosamistosamente. = esto pasó hacia las cuatro de la tarde.

@



"Para ayudarnos a pasar el tiempo agradablemente, la Iirgenordenó #ue cada uno de nosotros estuviese acompa(ado por unpa$e. 'ichos pa$es, ricamente vestidos, eran e)tremadamenteinstruidos y discurrían sobre cual#uier cosa con tanto arte #ue

teníamos vergLena de nosotros mismos. +e les había ordenado#ue nos hicieran visitar el castillo - sólo algunas partes - y #ue nosdistra$eran teniendo en cuenta nuestros deseos en la medida de loposible.

"'espus la Iirgen se despidió de nosotros prometindonos asistir a la cena. 3 continuación se celebrarían las ceremonias de la+U+P08+68 '0 %7+ P0+7+ y despus tendríamos #ue tener paciencia hasta el día siguiente pues sólo ma(ana seríamospresentados al 5ey.

"Cuando nos abandonó, cada uno trató de ocuparse seg&n suspreerencias. Unos contemplaban las hermosas inscripciones, lascopiaban y rele)ionaban sobre el signiicado de los e)tra(oscaracteres/ otros se reconortaban comiendo y bebiendo. 0n cuantoa mí, me hice conducir por mi pa$e a diversos sitios del Castillo y mealegrar toda mi vida de haber dado este paseo. Pues se meense(ó, sin hablar de numerosas antigLedades admirables, lospanteones de los 5eyes, en los #ue aprendí m!s #ue lo #ue

ense(an todos los libros. 0n ellos se encuentra el maravilloso ni),sobre el cual publi#u un pe#ue(o tratado hace dos a(os. engo laintención de publicar tratados especiales concebidos con el mismoplan y con un desarrollo parecido sobre el %eón, el Qguila, el Nrio,el Halcón y otros temas.

"3&n compadeco a mis compa(eros de haber desde(ado untesoro tan precioso/ sin embargo todo me inclina a creer #ue tal hasido la voluntad de 'ios. ?e beneici m!s #ue ellos de la

compa(ía de mi pa$e, pues los pa$es conducían a cada unosiguiendo sus tendencias intelectuales, a los lugares y por las vías#ue le convenían. 3hora bien, era a mi pa$e a #uien habían coniadolas llaves y ue por esta raón por la #ue sabore esta elicidadantes #ue los otros. = ahora, aun#ue los llamase, se iguraban #ueestas tumbas no podrían encontrarse sino en los cementerios y allísiempre tendrían tiempo de verlas si es #ue valía la pena. +inembargo estos ?78U?087+, de los #ue ambos sacamos unacopia e)acta, no ser!n un secreto para nuestros discípulos

aventa$ados.

4



"3 continuación los dos visitamos la admirable biblioteca/ seencontraba tal y como era antes de la 5eorma. 3un#ue mi coraónse alegre cada ve #ue pienso en ella no la describir sin embargo/adem!s el cat!logo aparecer! dentro de poco. Kunto a la entrada de

esta sala se encuentra un libro enorme como no había visto nunca#ue contiene la reproducción de todas las iguras, salas y puertasasí como los 086N?3+ e inscripciones e)istentes en todo elcastillo. Pero aun#ue haya comenado a divulgar estos secretos,me paro a#uí pues no debo decir m!s mientras #ue el mundo nosea me$or de lo #ue es.

"Kunto a cada libro vi el retrato de su autor/ creí comprender #uemuchos de estos libros ser!n #uemados para #ue desaparecaentre los hombres de bien incluso su recuerdo.

"3l terminar esta visita, en el umbral mismo de la puerta, se nosacercó corriendo otro pa$e #ue di$o algunas palabras en vo ba$a aloído mío, cogió las llaves #ue ste le tendía y desapareció por laescalera. Iiendo #ue el pa$e #ue me acompa(aba palidecíahorriblemente le interrogu y, como insistí, me inormó #ue +u?a$estad prohibía #ue nadie visitase ni la F6F%670C3 ni elPanteón y me rogó #ue mantuviese esta visita en el m!s rigurososecreto para salvarle la vida puesto #ue ya había negado nuestro

paso por dichos para$es. 0stas palabras me estremecieron demiedo pero tambin de alegría. 0l secreto ue guardadocelosamente y, adem!s, aun#ue habíamos pasado m!s de treshoras en las dos salas, nadie se preocupó de ello.

"3cababan de sonar las siete/ sin embargo no se nos llamó a lamesa. %as distracciones renovadas sin cesar nos hacían olvidar elhambre y con un rgimen así ayunaría con mucho gusto durantetoda la vida. 0sperando la cena nos ense(aron las uentes las

minas y los diversos alleres cuyo e#uivalente no podríamosabricar ni con todos nuestros conocimientos reunidos. %as salasestaban dispuestas en semicírculos en todos los lugares de maneratal #ue se podía ver !cilmente el 5elo$ precioso establecido en elcentro sobre una torre elevada/ dicho relo$ se acomodaba a laposición de los planetas #ue se reproducían en l con una precisiónadmirable. 0llo nos mostró saciadamente en #u pecan nuestrosartistas/ pero no es de mi incumbencia el instruirlos.

"inalmente llegu a una sala espaciosa #ue había sido ya visitadapor los otros/ contenía un N%7F7 0550+50 cuyo di!metro

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medía treinta pies. Casi la mitad de esta esera estaba ba$o el sueloa e)cepción de una barandilla rodeada de escaleras. 0l N%7F7 eramóvil y dos hombres lo hacían girar cómodamente de manera #uenunca se podía ver lo #ue estaba ba$o el H756J780. 3un#ue

supuse #ue debía servir para alg&n uso determinado, no alcanabaa comprender el signiicado de unos anillitos de oro #ue estabani$os a#uí y all! sobre su supericie. ?i pa$e se sonrió y me invitó amirarlos m!s detenidamente. Por in descubrí #ue ?6 P35630+3F3 ?35C3'3 C78 U8 386%%7 '0 757/ entonces micompa(ero buscó la suya y encontró una se(al similar y, como estaconstatación se veriicó tambin con otros #ue habían pasado laprueba, el pa$e nos dio la siguiente e)plicación cuya veracidad nosaseguró.

"3yer, el vie$o 3%3+ - este es el nombre del 3+587?7 - habíaanunciado a +u ?a$estad #ue todos los puntos de orocorrespondían con entera e)actitud a los países #ue algunos de losinvitados habían declarado ser los suyos. Había visto #ue yo noosaba intentar la prueba, 3U82U0 ?6 P3563 0+3F3 ?35C3'3C78 U8 PU87/ entonces encargó a uno de los capitanes #uepidiera #ue nos pesaran por lo #ue pudiera suceder, sin riesgo paranosotros, y ello por#ue %3 P3563 '0 U87 '0 085087+757+ +0 '6+68NUR3 P75 U8 +6N87 F608 873F%0. 0l

pa$e agregó #ue era el #ue disponía de m!s poder entre los otrospa$es y #ue no había sido puesto a mi disposición sin raón alguna.%e e)pres mi gratitud y despus e)amin mi patria con m!satención a&n constatando #ue 3% %3'7 '0% 386%%7 H3FR33?F6S8 H05?7+7+ C080%%07+. 8o es ni por vanagloriarseni por presunción por lo #ue relato estos hechos.

"0ste N%7F7 me ense(ó bastantes cosas mas #ue sin embargo nopublico.

"2ue el lector trate no obstante de averiguar por #u raón no todaslas ciudades poseen un 6%+77.

"3 continuación nos hicieron visitar el interior del N%7F7. 0ntramosde la manera siguiente en el espacio #ue representaba el mar, #uenaturalmente ocupaba una gran parte, se encontraba una placacon tres dedicatorias y el nombre del 3U75. 0sta placa selevantaba !cilmente y abría la entrada por la #ue podíamos

penetrar hasta su centro ba$ando una plancha móvil, habiendo sitiopara cuatro personas. 0n el centro no había sino una plancha

:



redonda, pero cuando se llegaba a ella podíamos contemplar lasestrellas en pleno día aun#ue a esta hora ya estaba oscuro. ?epareció #ue eran puros carbunclos #ue realiaban en orden sucurso natural y dichas estrellas resplandecían con una bellea tal

#ue no podía ale$arme de este espect!culo. ?!s tarde el pa$e locontó a la Iirgen #ue se rió de mí por ello no pocas veces.

"Había llegado la hora de la cena y me había entretenido tanto en elN%7F7 #ue iba a llegar a la mesa el &ltimo. ?e apresur pues avolverme a poner mis vestiduras - antes me las había #uitado - y meencamin hacia ella. %os servidores me acogieron con tantasreverencias y signos de respeto #ue, completamente conuso, nome atrevía a levantar los o$os. +in darme cuenta pas así al lado dela Iirgen #ue me esperaba/ enseguida se dio cuenta de miturbación, me tomó por el vestido y de esta manera me condu$o a lamesa.

"?e disculpo por no hablar ahora de la m&sica y de otras maravillaspero, no solo me altan las palabras para describirlas comoconvendría sino #ue no sabría agregar nada a las alabanas #ue deellas hice antes en resumen, no había allí sino el producto del m!ssublime arte.

"'urante la cena contamos nuestras ocupaciones de la tarde - sinembargo call nuestra visita a la biblioteca y a los monumentos -.Cuando el vino nos tornó comunicativos, la Iirgen tomó la palabrade la manera siguiente

!ueridos "eñores# en estos momentos esto$ en desacuerdo conmi Hermana% &enemos un águila en nuestros apartamentos $ cadauna de las dos querría ser su pre'erida( hemos tenido 'recuentesdiscusiones al respecto% Para )anjar el asunto decidimos

*ltimamente mostrarnos ante ella las dos juntas $ con+inimos que pertenecería a aquella a quien testimoniara ma$or amabilidad%Cuando reali)amos el pro$ecto lle+aba, seg*n mi costumbre, unramo de laurel en las manos mientras que mi hermana no lle+abaninguno% -na +e) que el águila nos +io tendió a mi hermana el ramoque tenía en el pico $, a cambio, me pidió el mío que le di% .as dosdedujimos que cada cual era la pre'erida% /!u0 es lo que ha$ que

pensar de esto1

"%a pregunta #ue, por modestia, nos hio la Iirgen picó nuestracuriosidad y todos hubiramos deseado encontrar la respuesta.

;



Pero las miradas se dirigieron hacia mí y se me pidió #ue uera elprimero en maniestar mi parecer. ?e turb de tal manera #ue nopude responder sino planteando el mismo problema de una maneradierente y di$e

0% P56?05 086N?3"+e(ora sólo una diicultad se opone a la solución de la pregunta#ue, sin ella, tendría !cil respuesta. =o tenía dos compa(erosproundamente apegados a mí, pero como ignoraban cual deambos otorgaba mi preerencia decidieron acerc!rseme corriendocon la convicción de #ue a#uel a #uien yo acogiese el primero,tendría mi predilección. +in embargo, como uno no podía seguir alotro, se #uedó atr!s y lloró/ al #ue llegó primero lo recibí consorpresa. Cuando me e)plicaron la inalidad de su carrera no pudedecidirme a dar una solución a su problema $ debí postergar mi decisión hasta #ue yo mismo tuviera claros mis propiossentimientos.

"%a Iirgen se sorprendió con mi respuesta. Comprendió harto bienlo #ue #uería decirle y respondió AIayaB, estamos en pa." 'espuspidió el parecer de los otros. ?i historia les había instruido y el #ueme sucedió habló así

0% +0NU8'7 086N?3

"5ecientemente ue condenada a muerte en mi ciudad una virgen/pero como su $ue tuvo piedad de ella proclamó #ue #uien #uisieraentrar en lucha por deenderla, probando su inocencia mediante uncombate, sería admitido a esta prueba. %a Iirgen tenía dospretendientes de los cuales uno se armó inmediatamente y sepresentó en el palen#ue en espera de un adversario. Un pocodespus entró el otro, pero como había llegado demasiado tardetomó el partido de combatir y de$arse vencer para #ue la Iirgensalvara la vida. Cuando terminó el combate, ambos reclamaron la

virgen. = decidme, se(ores, Ga #uin la dais"

"%a Iirgen no pudo impedirse de decir "Creía #ue os ense(aba yheme a#uí cogida en mi propia trampa/ sin embargo desearía saber si otros tomar!n a&n la palabra."

0% 05C05 086N?3"Ciertamente- respondió un tercero-. 8unca me contaron aventura

m!s sorprendente #ue la #ue me ocurrió a mí mismo. 3maba en mi $uventud a una $oven honrada y, para #ue mi amor pudiera lograr su

<



in, tuve #ue servirme de la ayuda de una vie$a gracias a la #ueinalmente alcanc mi ob$etivo. Pero resultó #ue los hermanos de la

$oven nos sorprendieron cuando est!bamos los tres reunidos.ueron presa de una cólera tan violenta #ue #uisieron matarme.

inalmente, a uera de s&plicas, me hicieron $urar que las tomaríaa las dos alternati+amente como mujeres legítimas, cada una unaño% 2 decidme, señores, /por cuál debo comen)ar, por la jo+en o

por la +ieja1

"0ste enigma nos hio reír largo rato y, aun#ue se oían cuchicheos,nadie #uiso pronunciarse. 3 continuación, el cuarto comenó comosigue

0% CU357 086N?3"0n una ciudad vivía una honesta dama de la noblea #ue era#uerida por todos y especialmente por un $oven gentilhombre. Comoel gentilhombre se hacía demasiado insistente, creyódesembaraarse de l prometindole acceder a sus deseos si podíallevarla en pleno invierno a un $ardín e)uberante de verdor y llenode rosas lorecidas, orden!ndole #ue no apareciese m!s ante ellahasta ese día. 0l gentilhombre recorrió el mundo en busca de unhombre capa de realiar un milagro seme$ante/ inalmenteencontró a un vie$o #ue prometió hacerlo a cambio de la mitad de

sus bienes.

"Habindose puesto de acuerdo en dicho punto, el vie$o cumplió loprometido y el gal!n invitó a la dama a venir a su $ardín. 0n contrade sus deseos la dama lo halló todo lleno de verdor, ameno, detemperatura agradable y se acordó de su promesa. 8o e)presó m!s#ue un deseo #ue se le permitiera volver una sola ve $unto a suesposo. Cuando se reunió con l, le conió su pena llorando ysuspirando. 0l se(or, completamente tran#uiliado sobre la idelidad

de sentimientos de su esposa, la envió a su amante estimando #ue,a un precio seme$ante, la había ganado.

"0l gentilhombre, conmovido ante tal rectitud y temiendo pecar sitomaba una esposa tan honrada, la devolvió con todos los honoresa su se(or. Pero cuando el vie$o conoció la probidad de ambos,decidió a&n siendo pobre como era, devolver todos los bienes algentilhombre. 2ueridos se(ores, yo ignoro cual es la m!s honestade estas personas."

@>



"8os callamos y la Iirgen, sin responder nada, pidió #ue alg&n otrocontinuara

0% 2U687 086N?30l #uinto continuó así "2ueridos se(ores no har grandes

discursos. G2uin es m!s dichoso, el #ue contempla el ob$eto #ueama o el #ue no de$a de pensar en l"

"0l #ue contempla", di$o la Iirgen.-"8o", repli#u. 0 iba a abrirse la discusión cuando un se)to tomó lapalabra

0% +0T7 086N?3"2ueridos se(ores, tengo #ue contraer un enlace. Puedo elegir entre una $oven, una casada y una viuda, ayudadme a salir deapuros y yo os ayudar a resolver la cuestión precedente".

0% +SP6?7 086N?3"0l sptimo respondió Cuando se puede elegir la cosa es a&naceptable, pero en mi caso pasó distintamente. 'urante mi $uventudamaba a una hermosa y honrada $oven con todo mi coraón y ellame correspondía. +in embargo, no podíamos unirnos a causa de losobst!culos suscitados por sus amigos. ue dada en matrimonio aotro hombre #ue era igualmente recto y honesto. %a rodeó de cari(o

hasta #ue el día del parto ella cayó en un desvanecimiento tanproundo #ue todo el mundo la creyó muerta y la enterraron enmedio de la alicción general.

"Pens #ue tras su muerte podría abraar a esta mu$er #ue nohabía podido ser mía en vida. Con la ayuda de mi servidor ladesenterr a la caída de la noche. Cuando abrí el ata&d y laestrech en mis braos, me di cuenta #ue su coraón todavíapalpitaba, primero dbilmente, pero cada ve con m!s uera a

medida #ue yo la calentaba. Cuando tuve la certea de #ue todavíavivía la llev subrepticiamente a mi casa/ reanim su cuerpo con unprecioso ba(o de hierbas y la coni a los cuidados de mi madre.'io a lu un hermoso ni(o...#ue cuid con tanta diligencia comouna madre. 'os días despus le cont para su gran sorpresa lo #uehabía pasado, pidindole #ue en adelante se #uedara en mi casacomo si uera mi esposa.

"'i$o con gran pena #ue su esposo siempre la había amado

ielmente, tendría una gran pesadumbre, pero #ue por lo ocurrido, elamor la entregaba tanto a uno como a otro. Iolviendo de un via$e de

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dos días invit a su esposo y le pregunt si acogería bien a sumu$er diunta si ella apareciera. Cuando me respondióairmativamente llorando con amargura, le tra$e esposa e hi$o, lecont todo lo #ue había pasado y le pedí #ue ratiicara con su

consentimiento mi unión con ella. 'espus de una larga disputatuvo #ue renunciar a discutir mis derechos sobre la mu$er, acontinuación nos #uerellamos por el ni(o".

"3#uí intervino la Iirgen con las siguientes palabras-"?e sorprende saber #ue hay!is podido doblar el dolor de estehombre".-"GCómo" - respondió - Gno estaba en mi derecho".+e organió una discusión entre nosotros/ la mayor parte era delparecer #ue había hecho bien.

-"8o, - di$o - le devolví los dos, tanto su mu$er como su hi$o.'ecidme ahora, #ueridos se(ores, Gue mayor la rectitud de miacción o la alegría del esposo

"0stas palabras agradaron tanto a la Iirgen #ue hio circular lacopa en honor de ambos.

"%os otros enigmas propuestos a continuación ueron tan

embrollados #ue no pude retenerlos todos, sin embargo a&n meacuerdo de la siguiente historia contada por uno de miscompa(eros 3lgunos a(os antes un mdico le había compradomadera con la #ue se calentó durante todo el invierno, pero cuandollegó la primavera le revendió esta misma madera con lo #ueresultaba #ue la había usado sin hacer el menor consumo de ella.

"A+in duda eso se hace por 3rteB", di$o la Iirgen "pero el tiempopasa y hemos llegado al in de la CenaB ".

"0n eecto - respondió mi compa(ero - 2ue el #ue no encuentre lasolución a estos 0nigmas la pregunte a cada cual/ no pienso #ue sela rehusen".

"+e recitó la acción de gracias y todos nos levantamos de la mesam!s bien alegres y satisechos #ue cebados de alimentos. =deseamos vehementemente #ue todos los ban#uetes y estinesterminasen de esta manera.

@*



"Cuando nos hubimos paseado un poco por la sala, la Iirgen nospreguntó si dese!bamos asistir al inicio de las Fodas. Uno denosotros respondió "7h, sí, Iirgen noble y virtuosa".

N'+52 0 2 '6+N"0ntonces, mientras conversaba con otros, despachó a un pa$e ensecreto. +e había vuelto tan aable con nosotros #ue me atreví apreguntarle su nombre. %a Iirgen no se molestó en absoluto con miaudacia y respondió sonriendo

"?i nombre contiene cincuenta y seis y sin embargo no tiene sinoocho letras/ la tercera es el tercio de la #uinta/ si la agregamos a lase)ta, orma un n&mero cuya raí e)cede a la primera letra en unaunidad mas #ue la letra tercera, y #ue es la mitad de la cuarta. %a#uinta y la sptima son iguales. %a &ltima tambin es igual a laprimera y ambas, $unto con la segunda, suman tanto como la se)ta#ue, a su ve, no tiene sino cuatro m!s de lo #ue tiene la terceratres veces. = ahora, se(ores, Gcu!l es mi nombre

"0l problema me pareció bastante diícil de resolver/ sin embargo nome amilan y pregunt Iirgen noble y virtuosa, Gno podría conocer sólo una de las letras

"-Por supuesto, di$o, ello es posible".-"GCu!nto tiene la sptima, pregunt."-"anto como se(ores hay a#uí", respondió. %a respuesta me bastóy encontr !cilmente su nombre. %a Iirgen se mostró muysatisecha por ello y nos anunció #ue nos serían reveladas muchascosas m!s.

"Pero he a#uí #ue vimos aparecer varías Iírgenes magníicamentevestidas. 6ban precedidas por dos pa$es #ue iluminaban su camino.

0l primero de dichos pa$es tenía una cara alegre, o$os claros yormas armoniosas/ el segundo tenía un aspecto irritado/ y, comoluego me di cuenta, todos sus deseos tenían #ue cumplirse.

"0n primer lugar los seguían cuatro Iírgenes. %a primera ba$abacastamente los o$os y sus gestos revelaban una prounda humildad.%a segunda era igualmente una Iirgen casta y p&dica. %a tercera sesobresaltó al entrar en la sala/ m!s tarde supe #ue no podíapermanecer donde hay demasiada alegría. %a cuarta nos tra$o

algunas lores, símbolos de sus sentimientos de amor y deabandono.

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"3 continuación vimos a otras dos Iírgenes engalanadas con unamayor ri#uea, #ue nos saludaron. %a primera vestía un tra$e aultachonado de estrellas de oro/ la segunda llevaba un vestido verde

con rayas ro$as y blancas/ ambas traían en sus cabellos cintaslotantes #ue les sentaban admirablemente.

"%a sptima Iirgen iba sola. enía una corona pe#ue(a y susmiradas se dirigían con m!s recuencia al cielo #ue a la tierra.Creímos #ue era la novia, en lo #ue nos e#uivoc!bamos conmucho, aun#ue su noblea era mayor tanto por la reputación comopor la ri#uea y por la sangre. 0lla ue #uien en multitud deocasiones ordenó el desarrollo de las Fodas. 6mitamos a nuestraIirgen y nos prosternamos al pie de esta 5eina pese a #ue semostraba piadosa y humilde.

"8os tendió la mano a todos y cada uno al tiempo #ue nos decía#ue no nos sorprendiramos demasiado por este avor #ue no erasino el menor de sus dones. 8os e)hortó a elevar nuestros o$os alCreador, a reconocer su omnipotencia en todo lo #ue estabasucediendo, a perseverar en el camino #ue habíamos emprendido ya emplear estos dones para gloria de 'ios y bien de los hombres.0stas palabras tan dierentes de las de nuestra Iirgen, un poco m!s

mundanas, me llegaron derechas al coraón. 'espus se dirigió amí y di$o "& has recibido m!s #ue los otros, intenta pues dar tambin m!s".

"2uedamos un poco sorprendidos al escucharle pues cuandohabíamos visto a las Iírgenes y a los m&sicos creímos #ue íbamosa bailar.

"%as pesas de las #ue hemos hablado antes estaban a&n en su

sitio. %a 5eina - ignoro #uien era - invitó a cada una de las Iírgenesa #ue tomara una de ellas y despus dio la suya, la &ltima y la m!spesada, a nuestra Iirgen, indic!ndonos #ue nos coloc!ramosdetr!s. 3sí ue como nuestra ma$estuosa gloria se encontró un pocoreba$ada/ !cilmente me di cuenta de #ue nuestra Iirgen no era sinodemasiado buena con nosotros y #ue en absoluto inspir!bamos tanalta estima como casi empe!bamos a creer.

"3sí #ue la seguimos en ila y uimos conducidos a una primera

sala. 0n ella nuestra Iirgen colocó primero el peso de la reina,mientras cantaban un hermoso canto. 8o había allí nada especial,

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salvo algunos hermosos libros de oraciones uera de nuestroalcance. 0n medio, un reclinatorio en el #ue la Iirgen se arrodilló ynosotros nos prosternamos alrededor suyo al tiempo #uerepetíamos la oración #ue leía en uno de los libros. Pedíamos con

ervor #ue estas Fodas se realiasen para Nloria de 'ios y parabien nuestro.

"3 continuación llegamos a la segunda +ala donde la primera Iirgencolgó a su ve el peso #ue llevaba y así continuamos hasta #ue secumplieron todas las ceremonias. 0ntonces la reina tendió de nuevola mano a cada cual y se retiró acompa(ada por sus vírgenes.

"8uestra presidente a&n permaneció un instante entre nosotros/pero como eran casi las dos de la noche no #uiso retenernos m!stiempo Dme pareció observar en este momento #ue se complacíacon nuestra compa(íaE. 8os deseó buenas noches, nos di$o #uedurmiramos tran#uilos y así se separó de nosotros,amistosamente, casi de mala gana.

"8uestros pa$es habían recibido instrucciones y nos condu$eron anuestras habitaciones respectivas/ acost!ndose en un segundolecho instalado en la misma habitación por si necesit!bamos #uenos sirvieran. 6gnoro como estaban dispuestas las de mis

compa(eros pero mi habitación se encontraba toda guarnecida contapicería y cuadros maravillosos y amueblada realmente. 3un#ue atodo ello preerí la compa(ía de mi pa$e, tan elocuente y versado enlas artes #ue le escuch con gusto a&n durante casi una hora, demanera #ue no me dormí sino hasta las tres y media.

"ue mi primera noche tran#uila pese a #ue un sue(o importuno meimpidió disrutar del reposo enteramente a mi gusto, pues toda lanoche so( #ue me obstinaba en abrir una puerta #ue no cedía #ue

inalmente logr abrir. 0stas antasías turbaron mi descanso hasta#ue por in el día me despertó.

C/26T) 012 0 2* 3)02* /15'C2* 0 C.6C-

"3un descansaba en mi cama mirando tran#uilamente los cuadros y lasestatuas admirables cuando, de repente, oí los acordes de la m&sica y elsonido del tri!ngulo/ habríase dicho #ue la procesión estaba ya en marcha. ?ipa$e saltó de su lecho como un loco y tenía el rostro tan alterado #ue m!sparecía muerto #ue vivo. 6magínese mi angustia cuando me di$o #ue $usto en

ese momento mis compa(eros estaban siendo presentados al 5ey.

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"?ientras me vestía a toda prisa no pude sino maldecir mi perea y llorar al!grima viva. ?i pa$e estuvo listo bastante antes #ue yo y salió corriendo delapartamento para ver en donde estaba la cosa. Iolvió enseguida con la elinoticia de #ue nada estaba perdido, #ue sólo había altado al desayuno puesno habían #uerido despertarme debido a mi edad avanada pero #ue ya era

hora de #ue lo siguiera a la uente en la #ue estaban reunidos la mayor partede mis compa(eros. 0sta noticia me calmó, acab de vestirme r!pidamente yseguí a mi pa$e hasta la uente.

"Tras los saludos de costumbre la irgen se burl% de mi pere!a y mecondu9o a la uente de la mano. Constaté que el le%n tenía una gran losagrabada en ve! de tener su espada. a examiné con atenci%n y descubríque 7abía sido tomada de entre los monumentos antiguos y colocadaaquí expresamente para esta circunstancia. l grabado estaba un pocoborroso a causa de su antigBedad. o reprodu!co a continuaci%n conexactitud para que cada cual pueda relexionar sobre él.

(65* ;6'NC;*,;)*T T)T '2T2+N6' (/52N) 025N2,0' C)N*'')&26T'*T'/ 205'N'C/),50C'N2 *2/36'* >2CT)*8('C >/).3'32T 5 /' ;)T*T82T /' /T83'3'T >62T6*,T ''T.

"sta inscripci%n era #cil de leer y de comprender8 la 7abían colocadoaquí porque era m#s c%moda de descirar que cualquier otra.

"Tras 7abernos lavado primero en esta uente, bebimos en una copa deoro. 0espués volvimos con la irgen a la sala para vestirnos con nuevasvestiduras. 0ic7as vestiduras tenían adornos dorados y bordados de

lores8 adem#s cada uno recibi% un segundo ellocino guarnecido conbrillantes, de todos estos ellocinos diundían inluencias seg$n su poder operativo particular. (abían i9ado en ellos una pesada medalla de oro. nla cara de esta medalla se veían el sol y la luna rente a rente. l reversollevaba estas palabras& el resplandor del sol se 7ar# siete veces m#sbrillante. Nuestros adornos anteriores ueron depositados en ca9as yconiados a la custodia de uno de los servidores. 0espués nuestra irgennos 7i!o salir en orden."2nte la puerta nos esperaban ya los m$sicos vestidos con terciopeloro9o bordeado de blanco. ntonces se abri% otra puerta, que antessiempre 7abía visto cerrada, que daba a la escalera del 6ey.

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"a irgen nos 7i!o entrar con los m$sicos y nos 7i!o subir trescientossesenta y cinco escalones. n esta escalera se encontraban reunidospreciosos traba9os artísticos y cuanto m#s subíamos mas admirableseran8 inalmente llegamos a una sala abovedada repleta de rescos.

"2llí nos esperaban las sesenta vírgenes, todas opulentamente vestidas8se inclinaron cuando nos acercamos y les devolvimos el saludo lo me9or que pudimos8 después ueron despedidos los m$sicos que tuvieron quevolver a ba9ar la escalera.

"2l tintineo de una campanilla apareci% una 7ermosa irgen que dio acada uno una corona de laurel8 a nuestra irgen le dio una rama. 0espuésse levant% un tel%n y vi al 6ey y a la 6eina.

"Dué esplendor y qué ma9estadE

"*i no me 7ubiera acordado de los sabios conse9os de la reina de ayer,7abría comparado, desbordante de entusiasmo, esta gloria indecible alcielo. erdad es que la sala resplandecía de oro y pedrerías, pero el 6eyy la 6eina eran de tal manera que mis o9os no podían soportar su brillo.(asta este día 7abía contemplado muc7as cosas admirables, pero aquílas maravillas se sobrepasaban unas a otras como unas a otras sesobrepasan las estrellas del cielo.

"(abiéndose aproximado la irgen, cada una de sus compaAeras tom% a

uno de nosotros por la mano y nos present% al 6ey con una proundareverencia8 después la irgen 7abl% como sigue&

"n 7onor de uestras 5a9estades 6eales, +raciosísimos 6ey y 6eina, losseAores aquí presentes 7an arontado la muerte para llegar 7asta os.uestras 5a9estades se alegrar#n de ello con ra!%n, pues la mayor parteest#n cualiicados para engrandecer al reino y los dominios de uestras5a9estades, de lo que llas podr#n cerciorarse poniéndolos a prueba unopor uno. 0esearía por lo tanto poder presentarlos muy respetuosamente auestras 5a9estades, con el 7umilde ruego de que mi misi%n se considereterminada y de que se tenga conocimiento de c%mo la 7e cumplido

interrogando a cada cual. 0espués, deposit% su rama de laurel.

"n aquel momento 7ubiera sido conveniente que alguno de entrenosotros di9era algunas palabras. ;ero como est#bamos demasiadoemocionados para 7ablar, ue el vie9o 2tlas quien se adelant% y di9o ennombre del 6ey&

"*u 5a9estad 6eal se alegra de vuestra llegada y os otorga su gracia reala todos 9untos así como a cada uno en particular. 'gualmente est# muysatisec7a del cumplimiento de tu misi%n, querida irgen, y te ser#reservado un don del 6ey. *u 5a9estad piensa sin embargo que a$ndeberías guiarlos 7oy, pues no pueden sino tener una gran conian!a enti.

@:



"a irgen recogi% 7umildemente su rama de laurel y nosotros nosretiramos por primera ve! acompaAados de nuestras vírgenes.

"a sala era rectangular por delante, cinco veces m#s anc7a que larga,

pero, en el otro extremo, tomaba la orma de un 7emiciclo completandoasí la imagen de un porc7e8 en el 7emiciclo y siguiendo la circunerenciadel círculo 7abían puesto tres 7ermosos tronos8 el del medio era un pocom#s alto.

"l primer trono estaba ocupado por un vie9o rey de barba gris, cuyaesposa era por el contrario muy 9oven y admirablemente 7ermosa. /n reynegro en plena madure! estaba sentado en el tercer trono, a su lado seveía una vie9a madre sin corona y velada.

"l trono del medio estaba ocupado por dos adolescentes8 estabancoronados de laureles y encima de ambos se encontraba suspendida unaenorme y preciosa diadema. n este momento no eran tan bellos como yolos imaginaba, pero no sin ra!%n.

"arios 7ombres, la mayor parte vie9os, se 7abían colocado tras ellos enun banco circular. Cosa sorprendente, nadie llevaba espada ni armaalguna. 2dem#s tampoco vi ninguna guardia sino tan solo a determinadasvírgenes de las que nos acompaAaron ayer que se 7abían puesto a lolargo de los dos bascotés que conducían al 7emiciclo.

"No puedo omitir esto& el pequeAo Cupido revoloteaba por allí. a grancorona e9ercía sobre el una atracci%n particular y se le veía remolinear ydar vueltas preerentemente alrededor de ella. 2 veces se instalaba entrelos dos amantes enseA#ndoles su arco y sonriendo8 alguna ve! incluso7acía el gesto de apuntarnos con su arco8 en in, era tan malicioso estepequeAo dios que no de9aba en pa! ni a los p#9aros que, numerosos,volaban por la sala. ra la alegría y la distracci%n de las vírgenes8 cuandolo podían coger no escapaba sin traba9o. 2sí todo el regoci9o y todo eldeleite venían de este niAo.

"0elante de la 6eina se encontraba un altar de pequeAas dimensiones

pero de una belle!a incomparable8 sobre este altar 7abía un libro cubiertocon terciopelo negro, tan s%lo real!ado con algunos adornos muy simplesde oro8 a su lado una lucecita en un candelero de maril. 2unque pequeAa,esta lu! ardía sin apagarse 9am#s con una llama tan inm%vil que no la7ubiésemos reconocido como un uego a no ser porque el traviesoCupido soplaba encima de tanto en tanto.

"=unto al candelero 7abía una esera celeste que giraba alrededor de sue9e, después un relo9 pequeAo de m$sica 9unto a una min$scula uente decristal de la que manaba un c7orro continuo de agua límpida, color ro9osangre. 2l lado, una cabe!a de muerto reugio de una serpiente blanca tanlarga que, pese a que rodeaba otros ob9etos, tenía la cabe!a en un o9o y lacola en el otro. 2sí que nunca salía enteramente de la cabe!a de muerto8

@;



pero cuando a Cupido se le anto9aba pelli!carla, entraba en ella con unavelocidad asombrosa.

"2dem#s de este altarcillo se observaban aquí y all# en la sala im#genes

maravillosas que se movían como si estuviesen vivas, con una antasíatan sorprendente que me es imposible describirlas aquí. Cuandosalíamos, se elev% en la sala un C2NT) de tal suavidad que no sabríadecir si procedía del cora!%n de las vírgenes que allí estaban, o de lasmismas im#genes.

"2bandonamos la sala con nuestras vírgenes, satisec7os y dic7osos por este recibimiento. Nuestros m$sicos nos esperaban en el descansillo yba9amos en su compaAía8 tras nosotros cerraron la puertacuidadosamente y le pusieron los cerro9os.

"Cuando estuvimos de vuelta en la sala, una de las vírgenes exclam%&"- (ermana mía, estoy sorprendida de que te 7ayas atrevido a me!clartecon tanta gente."- uerida 7ermana Frespondi% nuestra presidente- éste me da m#smiedo que ning$n otro.

"@ me seAal% mientras lo decía. stas palabras me causaron pena puescomprendí que se burlaba de mi edad, en eecto era yo el m#s anciano.;ero no tard% en consolarme con la promesa de desembara!arme de estaenermedad a condici%n de seguir go!ando de su avor.

" a comida ue servida y cada uno tom% asiento al lado de unade las vírgenes cuya instructiva conversaci%n absorbi% todanuestra atenci%n. ;ero no puedo revelar los temas de susc7arlas ni de sus recreos. as preguntas de la mayor parte demis compaAeros concernían a las 2rtes, concluí pues que lapreocupaci%n avorita de todos, tanto vie9os como 9%venes, erael 2rte.

";ero yo estaba obsesionado por el pensamiento de volver aser 9oven y un poco triste a causa de ello. a irgen se diocuenta claramente y di9o&

"-*é muy bien lo que le alta a este 9ovencito. Gué apost#isque estar# m#s contento maAana, si me acuesto con él estanoc7eH

"stas palabras les 7icieron reírse a carca9adas y aunque el rubor mesubi% a la cara, tuve que reírme yo mismo de mi inortunio. ;ero uno de

mis compaAeros se encarg% de vengar esta oensa y di9o&

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"-spero que no solamente los invitados, sino también las vírgenes aquípresentes, no se nieguen a testimoniar a avor de nuestro 7ermano ycertiiquen que nuestra presidente le 7a prometido ormalmente compartir su lec7o esta noc7e.

"sta respuesta me llen% de gusto8 la irgen replic%&-*í, pero también est#n mis 7ermanas8 nunca me permitirían guardar elm#s 7ermoso sin su consentimiento.-uerida 7ermana F exclam% una de ellas F estamos satisec7ísimas alconstatar que tus altas unciones no te 7an vuelto altanera. Con tupermiso desearíamos ec7ar a suerte a los seAores que 7ay aquí pararepartirlos entre nosotras como compaAeros de lec7o8 pero tendr#n, connuestro consentimiento la prerrogativa de guardar el tuyo.

"*eguimos nuestra conversaci%n de9ando de bromear sobre el tema.

";ero nuestra irgen no pudo de9arnos tranquilos y comen!% de nuevo&-*eAores míos, Gy si de9amos a la ortuna el cuidado de elegir a los quedormir#n 9untos 7oyH-3ien F di9e F si no 7ay otro remedio, no podemos re7usar esta oerta.

"Convinimos en 7acer la experiencia inmediatamente después de lacomida8 no queriendo nadie retrasarse durante mas tiempo, noslevantamos de la mesa8 igualmente nuestras vírgenes. ;ero nuestrapresidente nos di9o&-No, a$n no 7a llegado el momento. eamos sin embargo c%mo nos unir#la ortuna.

"2bandonamos a nuestras compaAeras para discutir sobre la manera dereali!ar dic7o proyecto pero era in$til pues las vírgenes nos 7abíanseparado de ellas intencionadamente. n eecto, enseguida la presidentanos propuso colocarnos en circulo, en un orden cualquiera8 nos contaría,empe!ando por ella misma, y el séptimo debería 9untarse con el séptimosiguiente, uese quien uese. No sospec7amos ninguna trampa, pero lasvírgenes eran tan listas que ocuparon sitios determinados mientras quenosotros pens#bamos que est#bamos me!clados al a!ar.

"a irgen comen!% a contar, tras ella, la séptima persona ue una irgen,en tercer lugar otra irgen y así continu% la cosa 7asta que, con granadmiraci%n nuestra, salieron todas las vírgenes sin que ninguno denosotros 7ubiera abandonado el círculo. Nos quedamos pues solos,expuestos a las risas de las vírgenes y tuvimos que admitir que 7abíamossido engaAados muy 7#bilmente. ;ues es seguro que quienquiera quenos 7ubiese visto en el orden en que est#bamos, antes 7ubiera supuestoque el cielo se desplomaría que no que todos seríamos eliminados. 2sí setermin% el 9uego y 7ubo que de9ar que las vírgenes se rieran a costanuestra.

"*in embargo el pequeAo Cupido vino a unirse a nosotros de parte de *u5a9estad 6eal ba9o Cuya orden circul% entre nosotros una copa8 pidi% a

4>



nuestra irgen que se presentara ante el 6ey y nos di9o que no podíaquedarse por m#s tiempo entre nosotros para distraernos. Como laalegría es comunicativa, mis compaAeros organi!aron r#pidamente unbaile, con el consentimiento de las vírgenes. ;reerí quedarme aparte ytuve grandísimo placer en mirarlos, pues viendo a mis mercurialistas

moverse tan cadenciosamente, se les 7abría tomado por maestrosconsumados en este arte.

"n seguida volvi% nuestra presidente y nos anunci% que los 2rtistas ylos *T/0'2NT* se 7abían puesto a disposici%n de *u 5a9estad 6ealpara presentar, antes de *u 5arc7a, una alegre comedia en *u 7onor ypara *u recreo8 sería del agrado de *u 5a9estad 6eal y nos estaríagraciosamente reconocida si queríamos asistir a la representaci%n yacompaAar a *u 5a9estad a la Casa *olar.

"2gradeciendo muy respetuosamente el 7onor que se nos 7acía,)>6C'5)* 7umildemente nuestros modestos servicios, no s%lo en elcaso presente sino en cualquier circunstancia. a irgen transmiti% estarespuesta y vino con la orden de que nos coloc#ramos en el camino de*u 5a9estad 6eal. Nos condu9eron y no tuvimos que esperar a laprocesi%n real pues ya se encontraba allí8 los m$sicos no laacompaAaban.

"2 la cabe!a del corte9o avan!aba la 6eina desconocida que estuvo ayer entre nosotros, llevando una pequeAa corona preciosa y orrada de rasoblanco, que no tenía sino una cru! min$scula 7ec7a con una pequeAa

perla colocada 7oy mismo entre el 9oven 6ey y su prometida.

"*eguían a esta reina las seis vírgenes nombradas antes que marc7abanen dos ilas llevando las 9oyas del 6ey que 7abíamos visto expuestassobre el altarcillo. 0espués venían los tres reyes, estando el novio enmedio. 'ba mal vestido, de raso negro a la moda italiana, cubierto con unsombrero pequeAo "redondo y negro" adornado con una pluma negra ypuntiaguda.

";ara mostrarnos su condescendencia se descubri% amigablemente antenosotros, que nos inclinamos como antes. os tres reyes iban seguidos

por tres reinas de las que dos estaban ricamente vestidas8 por elcontrario la tercera que avan!aba en medio de las otras, iba toda de negroy Cupido le llevaba la cola del vestido.

"Nos di9eron que siguiésemos nosotros. 0etr#s venían las vírgenes y,inalmente, el vie9o 2tlas cerraba la procesi%n. 2sí ue como noscondu9eron, a través de muc7os sitios admirables, a la Casa del *oldonde tomamos asiento para asistir a la comedia en un estradomaravilloso no le9os del 6ey y de la 6eina.

"st#bamos a la derec7a de los 6eyes- aunque separados de ellos - y lasvírgenes a nuestra derec7a, salvo aquellas a quienes la reina 7abía dadoinsignias. stas $ltimas tenían pla!as reservadas arriba, mientras que los

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dem#s servidores tuvieron que contentarse con sitios entre las columnas,aba9o del toldo.

"a comedia sugiere muc7as relexiones particulares, así que no puedoomitir el recordar el argumento aunque sea brevemente.

" ;6'56 2CT)

"2parece un vie9o 6ey rodeado de sus servidores y le traen un corecitoque dicen 7aber encontrado sobre las aguas. 2l abrirlo descubren a unapreciosa niAa, a su lado algunas 9oyas y una carta en pergamino dirigidaal 6ey. l 6ey rompe el sello y una ve! que 7a leído la carta se pone allorar. 0espués dice a sus cortesanos que el 6ey de los Negros 7ainvadido y devastado el reino de su prima y que 7a exterminado a toda ladescendencia real salvo a esta niAa.

"l 6ey tenía el proyecto de unir su 7i9o a la 7i9a de su prima8 9ura puesodio eterno al Negro y a sus c%mplices y decide vengarse. 2 continuaci%nordena que se eduque la niAa con esmero y que se 7agan preparativosguerreros contra el Negro.

"0ic7os preparativos, así como la educaci%n de la niAa - una ve! que7ubo crecido un poco se coni% su educaci%n a un preceptor F llenan elprimer acto con un desarrollo muy agradable y de gran inura.

NT62CT)

"Combate de un e%n y de un +rio8 vimos perectamente c%mo result%vencedor el e%n.

*+/N0) 2CT)

"n casa del 6ey Negro. ste pérido acaba de saber con rabiaque el asesinato no 7a quedado en secreto y que, adem#s, conastucias, se le 7a escapado una niAa. 6elexiona sobre lasartimaAas que podría emplear contra su poderoso enemigo,escuc7a a sus conse9eros, gente acosada por el 7ambre que se7an reugiado 9unto a él. 'nesperadamente, la niAa cae denuevo en sus manos y la 7ubiera matado inmediatamente deno 7aber sido engaAado de manera singular por sus propioscortesanos.ste acto se termina pues con el triuno del Negro.

TERCER ACTO

4*



"l 6ey re$ne un gran e9ército y lo pone ba9o las %rdenes de un vie9o yvaleroso Caballero. ste irrumpe en el reino del Negro, libera a la 9oven desu prisi%n y la viste ricamente. 'nmediatamente se construye con rapide!un estrado admirable donde suben a la virgen. legan doce enviados del6ey. "ntonces el vie9o Caballero toma la palabra y dice a la virgen que su

muy gracioso *eAor, el 6ey, no s%lo la 7abía librado una segunda ve! dela muerte tras 7aberle dado una educaci%n regia F y eso pese a que ellano se 7abía comportado siempre como debiera F sino que su 5a9estad6eal la 7abía escogido como esposa para su 9oven seAor e 7i9o y que7abía dado %rdenes para preparar las bodas. 0espués, da lectura a unascondiciones, merecedoras de ser contadas aquí si ello no nos llevasedemasiado le9os.a virgen 9ura observarlas ielmente y maniiesta con gracia sureconocimiento por la ayuda y los avores que le 7an sido otorgados. steacto se termina con cantos del 6ey y de la virgen, alabando a 0ios.

NT62CT)

"*e nos muestran los cuatro animales de 0aniel tal y como se leaparecieron en su visi%n y tal como los describe minuciosamente. Todoello tiene un signiicado bien preciso.

CUARTO ACTO

"a virgen 7a recuperado su reino perdido8 la coronan y aparece en lapla!a en toda su magniicencia, en medio de gritos de alegría. 2

continuaci%n entran numerosos emba9adores para transmitirle suselicitaciones y para admirar su excelsitud. ;ero ella no persevera muc7otiempo en la piedad y ya comien!a de nuevo a dirigir miradasdesvergon!adas a su alrededor, a 7acer gestos a los emba9adores y a losseAores, y verdaderamente, no maniiesta discreci%n alguna.

"l Negro, enterado de las costumbres de la princesa, saca 7#bilmentepartido de ellas. a princesa, burlando la vigilancia de sus conse9eros, sede9a caer #cilmente por una promesa ala! y, desconiando de su 6ey, seentrega poco a poco y en secreto al Negro. ste acude y, cuando ella 7aconsentido en reconocer su dominio, subyuga a todo el reino por mediode la princesa. n la tercera escena de este acto el Negro se la lleva, ladesnuda completamente, la ata en la picota de un grosero patíbulo y laa!ota. >inalmente la condena a muerte.

"ra tan penoso ver seme9antes cosas que las l#grimas acudieron a loso9os de muc7os de entre nosotros.

"2 continuaci%n la virgen es arro9ada completamente desnuda a uncalabo!o en espera de que la maten envenen#ndola. ;ero el veneno no lamata sino que le produce la lepra. n este acto se desarrollan sucesos

lamentables.

4



NT62CT)

"*e expuso un cuadro que representaba a Nabucodonosor llevando emblemas de todas clases, en la cabe!a, en el pec7o,

en el vientre, en las piernas, en los pies, etc. olveremos a7ablar de él m#s adelante.

/'NT) 2CT)

"e explican al 9oven 6ey lo que 7a ocurrido entre su uturaesposa y el Negro. *e dirige a su padre con el ruego de que nole de9e en esta alicci%n. (abiendo accedido el padre a sudeseo, se envían emba9adores para consolar a la enerma en suprisi%n y para reprenderla por su ligere!a. ;ero ella no quiererecibirlos y consiente en transormarse en la concubina delNegro. Todo ello es transmitido al 6ey.

"2parece a7ora un coro de locos, todos provistos de bastones.Con ellos construyeron una gran esera terrestre y la demuelena continuaci%n. >ue una antasía ina y divertida.

*T) 2CT)

"l 9oven 6ey reta al Negro en combate. l Negro muere, peroel 9oven 6ey es igualmente dado por muerto. *in embargorecobra sus sentidos, libra a su prometida y se vuelve parapreparar las bodas8 entretanto la conía a su intendente y a sucapell#n.

";rimero el intendente la atormenta 7orriblemente, después letoca el turno al mon9e que se vuelve tan arrogante quepretende dominar el mundo entero.

"Cuando el 9oven 6ey lo sabe manda con toda rapide! a unenviado que quiebra el poder del preste y comien!a a preparar a la novia para las bodas.

NT62CT)

"*e nos present% un enorme eleante artiicial que transportauna gran torre llena de m$sicos8 nosotros la miramos con

gusto.

4@



*I;T'5) @ /T'5) 2CT)

"l novio aparece con una magniicencia inimaginable F mepregunto c%mo 7an podido reali!arlo -. 2 su encuentro acude la

novia con la misma solemnidad. 2lrededor de ellos el pueblogrita& '2T *;)N*/*. '2T *;)N*2.

"@ así es como, con esta comedia, los artistas este9aban soberbiamenteal 6ey y a la 6eina que F me di cuenta #cilmente F ueron muy sensiblesa ella.

">inalmente los artistas dieron varias veces la vuelta a la escena en estaapoteosis y, por ultimo, cantaron en coro&

'

"Este día nos trae una alegría mu grande !on las odas del Re# !antad todos $ues $ara %ue resuene# &el'!'dad a %u'en nos la da(

II

"La )ermosa no*'a %ue )emos es$erado tanto t'em$o esta un'da !on +l a)ora(Hemos lu!)ado $ero llegamos al 'n( -'!)oso el %ue m'ra )a!'a adelante(

III

". a)ora, %ue re!'an nuestros $ara'enes( /ue *uestra un'0n sea $r0s$era1largo t'em$o estu*o en tutela( 2ult'$l'!aros en esta un'0n leal $ara %ue m'les de

*3stagos na4!an de *uestra sangre(

"@ la comedia inali!% en medio de las aclamaciones y de la alegríageneral así como de la satisacci%n particular de las personas reales.

"*e acababa el día cuando nos retiramos en el mismo orden en el quellegamos, pero, le9os de abandonar el corte9o, tuvimos que seguir por laescalera a las personas reales 7asta la sala en la que 7abíamos sidopresentados. as mesas estaban ya servidas con arte y, por primera ve!,

uimos invitados a la mesa real. n medio de la sala se encontraba elaltarcillo con las seis 'N*'+N'2* reales que ya 7abíamos visto.

"l 9oven 6ey se mostr% constantemente muy aable con nosotros. *inembargo no estaba alegre en absoluto pues, a$n 7abl#ndonos de cuandoen cuando, no podía retener los suspiros, por lo cual el pequeAo Cupidose burlaba de él. os vie9os 6eyes y las vie9as reinas se mostraban muygraves8 $nicamente la esposa de uno de ellos era bastante viva,comportamiento del que yo ignoraba la ra!%n.

"as personas reales se sentaron en la primera mesa, nosotros en la

segunda8 en la tercera vimos a algunas damas de la noble!a. Todos losdem#s, 7ombres y doncellas, aseguraban el servicio. @ todo discurri% con

44



una correcci%n tal y de una manera tan calmada y grave que dudaba en7ablar por temor de decir demasiado. *in embargo debo contar que laspersonas reales se 7abían puesto vestidos de un blanco deslumbrantecomo la nieve y que se 7abían sentado en la mesa así vestidas. a grancorona de oro estaba colgada encima de la mesa y el brillo de las

pedrerías que la adornaban 7abría bastado para iluminar la sala sinnecesidad de otra lu!.

"Todas las luces se encendieron en la llamita colocada sobre el altar sinque yo sepa la ra!%n. 2dem#s me i9é muy bien en que el 9oven 6ey secuid% de que varias veces llevaran alimentos a la serpiente blanca que allí7abía, y eso me 7i!o relexionar muc7o. Casi todo el gasto deconversaci%n en este banquete lo 7i!o el pequeAo Cupido8 no de9% anadie tranquilo, especialmente a mí. 2 cada instante nos sorprendía conalg$n nuevo 7alla!go.

";ero todo ocurría en la mayor calma y no 7abía ninguna alegría aparente.;resentí un gran peligro y la ausencia de m$sica acrecentaba miaprensi%n que aument% todavía m#s cuando nos dieron la orden deresponder breve y claramente si se nos preguntaba algo. n resumen,todo tomaba un aire tan extraAo que el sudor perl% mi cuerpo y creo que7asta 7ombre m#s auda! le 7abría altado el valor.

"@a se acababa la comida cuando el 9oven 6ey orden% que le tra9eran ellibro colocado sobre el altar y lo abri%. 0espués nos pregunt% a$n unave! m#s, por medio de un vie9o, si verdaderamente teníamos la irme

determinaci%n de acompaAarle pasara lo que pasara. @ cuando, trémulos,respondimos airmativamente nos volvi% a preguntar con triste!a siest#bamos dispuestos a comprometernos con nuestra irma. Negarse eraimposible8 adem#s, tenía que ser así. ntonces nos levantamos por turnoy cada cual estamp% su irma en el libro.

"Cuando irm% el $ltimo tra9eron una uente y un cubilete ambos decristal. Todas las personas reales bebieron en él, cada una seg$n surango8 después nos lo presentaron a nosotros y, inalmente, al resto delos presentes, y eso ue (2/*T/* *'NT''.

"ntonces todas las personas reales nos tendieron la mano diciéndonosque, puesto que en adelante no dependeríamos m#s de ellas, no lasveríamos nunca m#s8 estas palabras nos llenaron de l#grimas los o9os.;ero nuestra ;residente protest% irmemente en nuestro nombre, y laspersonas reales quedaron satisec7as de ello.

"0e repente tintine% una campanilla& nuestros 7uéspedes realespalidecieron tan 7orriblemente que por poco nos desvanecemos demiedo. Cambiaron sus vestidos blancos por ropas completamentenegras8 después la sala entera y el suelo ueron cubiertos con terciopelo

negro e igualmente la tribuna. Todo ello estaba preparado de antemano.

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"*e llevaron las mesas y los presentes tomaron asiento en el banco.Nosotros nos vestimos con ropas negras. Nuestro ;residente, queacababa de salir, volvi% con seis cintas de taet#n Negro y vend% los o9osde las seis personas reales.

"/na ve! que éstas estuvieron privadas de su vista, los servidorestra9eron r#pidamente seis ata$des cubiertos y los pusieron en la sala. nmedio dispusieron un trono negro y ba9o.

">inalmente entr% en la sala un gigante negro como el carb%n que llevabaen sus manos un 7ac7a ailada. l vie9o 6ey ue el primero de losconducidos al ta9o& s$bitamente le cortaron la cabe!a y la envolvieron enuna s#bana negra. *u sangre ue recogida en un gran tarro de oro quedepositaron en el ata$d 9unto a él. Cerraron el ata$d y lo pusieron aparte.

"os dem#s surieron la misma suerte y me estremecí pensando que

igualmente llegaría mi turno. ;ero no ue así pues el 7ombre negro seretir% una ve! decapitadas las seis personas. 2lguien lo sigui% paradecapitarlo a su ve! 9ustamente delante de la puerta, y volvi% con sucabe!a y el 7ac7a que ueron depositadas ambas en una ca9a.

"n verdad ueron bodas sangrientas. ;ero, ignorando lo que 7abría deocurrir a$n, dominé mis impresiones y reservé mi 9uicio. 2dem#s, nuestrairgen, viendo que algunos de nosotros perdían la e y lloraban, nosinvit% a la calma.

"2greg%& la vida de éstos est# a7ora en vuestras manos, creedme yobedecedme8 así su muerte dar# vida a muc7os.

"0espués nos pidi% que repos#ramos desentendiéndonos de cualquier preocupaci%n, pues lo que 7abía ocurrido era por su bien. Nos dese% unabuena noc7e y nos anunci% que ella velaría los muertos.Conorm#ndonos a sus deseos, seguimos a nuestros pa9es a nuestrosaposentos respectivos.

"5i pa9e me 7abl% abundantemente de numerosos asuntos de los que meacuerdo muy bien. *u inteligencia me sorprendi% muc7o, pero acabé

d#ndome cuenta de que trataba de que me entrara sueAo. >ingí dormir proundamente pero estaba despierto pues no podía olvidar a losdecapitados.

"a 7abitaci%n daba al lago de manera que desde mi lec7o, colocado 9unto a la ventana, podía recorrer #cilmente toda su extensi%n con lavista. 2 medianoc7e, 9usto cuando sonaron las doce campanadas, vi derepente un gran uego en el lago. 5uerto de miedo abrí r#pidamente laventana. i a lo le9os siete navíos llenos de lu! que se acercaban. ;or encima de cada uno de ellos brillaba una llama que revoloteaba aquí y all#descendiendo incluso de ve! en cuando& comprendí con acilidad que

eran los espíritus de los decapitados.

4:



"os barcos se aproximaron suavemente a la orilla con su $nico piloto.Cuando abordaron vi que nuestra irgen se acerc% a ellos con unaantorc7a. 0etr#s de ella traían los siete ata$des cerrados y la ca9a queueron depositados en los siete barcos.

"0esperté al pa9e que me dio vivamente las gracias por ello8 7abíacaminado muc7o durante el día, incluso estando prevenido, podría7aberse quedado dormido mientras se desarrollaban estosacontecimientos.

"/na ve! que los ata$des ueron depositados en los barcos, se apagarontodas las luces. as siete 252* navegaron m#s all# del lago y en cadabarco no se veía sino una lucecita que 7acía de vigía. ntonces seinstalaron 9unto al lago sobre unos cien guardianes que enviaron a lairgen al castillo. sta puso todos los cerro9os con muc7o cuidado de loque dedu9e que no 7abría m#s acontecimientos antes del día. 2sí puestratamos de descansar.

"0e todos mis compaAeros ninguno salvo yo tenía el aposento sobre ellago y yo era el $nico que 7abía presenciado esta escena. ;ero estaba tanatigado que me dormí pese a mis m$ltiples preocupaciones.

2U687 '63 '0 %3+ F7'3+ 2UR?6C3+

"2gui9oneado por el deseo de saber como continuaban los 7ec7os, melevanté al despuntar el día sin 7aber disrutado de un reposo suiciente.

/na ve! vestido ba9é a la sala aunque no encontré a nadie en ella a esta7ora matutina. 2sí pues rogué a mi pa9e que me acompaAase otra ve! alcastillo y que me enseAara los para9es m#s interesantes8 como siempre,se prest% con gusto a mis deseos.

"3a9ando algunos peldaAos subterr#neos, topamos con una gran puertade 7ierro sobre la que se destacaba la inscripci%n siguiente en grandesletras de cobre&

"6eprodu!co la inscripci%n tal y como la copie en mi tablilla.

"l pa9e abri% esta puerta y me gui% a un corredor completamente oscurollev#ndome de la mano. legamos a una puerta pequeAa que estaba

4;



entreabierta, seg$n mi pa9e porque 7abía sido abierta la víspera parasacar los ata$des y a$n no lo 7abían cerrado.

"ntramos& ante mis o9os maravillados apareci% la cosa m#s preciosa que 9am#s 7aya reali!ado la naturale!a. a sala abovedada no recibía otra lu!

sino el resplandor radiante de algunos carbunclos enormes8 me di9eronque era el tesoro del 6ey. ;ero en el centro ue donde vi la maravilla m#sadmirable& consistía en un precioso sepulcro. No pude reprimir misorpresa al verlo tan descuidado. l pa9e me respondi% que debía dar gracias a mi planeta, cuya inluencia me permitía contemplar algunascosas que ning$n o9o 7umano 7abía visto 7asta entonces, salvo elséquito del 6ey.

"l sepulcro era triangular y sostenía en su centro un vaso de cobrepulido8 el resto era de oro y piedras preciosas. /n #ngel, de pie en elvaso, tenía en sus bra!os un #rbol desconocido que de9aba caer gotas

incesantemente en el recipiente8 a veces se desga9aba de él un ruto quese 7acía agua en cuanto tocaba el vaso y se derramaba en tres pequeAasvasi9as de oro. Tres animales, sobre una peana preciosa, un #guila, unbuey y un le%n, servían de soporte a este pequeAo altar.

";regunté el signiicado de todo ello a mi pa9e.-"2quí yace - di9o - enus, la 7ermosa que 7a 7ec7o perder elicidad,salud y ortuna a tantos grandes".

0espués seAal% una trampilla de cobre que 7abía en el suelo.

"*i ese es vuestro deseo, di9o, podemos continuar ba9ando por aquí".-")s sigo - respondí8 y ba9é por la escalera en la que la oscuridad eracompleta. l pa9e abri% con preste!a una ca9ita conteniendo una lu! eternacon la que prendi% una de las numerosas teas colocadas en este sitio.leno de apre7ensi%n le pregunté si le estaba permitido 7acerlo. 5erespondi%& "Como a7ora las personas reales reposan, no tengo nada quetemer".

"0escubrí entonces un lec7o de rique!a inimaginable y de admirablescolores. l pa9e lo entreabri% y vi acostada en él a enus completamentedesnuda - el pa9e 7abía levantado la manta -, con tanta gracia y belle!a

que me quedé inm%vil de tanta admiraci%n y todavía ignoro si contempléuna estatua o una muerta, pues se 7allaba completamente quieta y meestaba pro7ibido tocarla.

0espués el pa9e la cubri% de nuevo y cerr% la cortina8 pero su imagen me7a quedado como grabada en los o9os. Tras el lec7o divisé un tablero conla siguiente inscripci%n&

4<



";regunté a mi pa9e el signiicado de estos caracteres y, riéndose, meprometi% que lo sabría. 0espués apag% la llama y subimos. Cuando miré alos animales con m#s detenci%n me di cuenta que en cada rinc%n ardíauna antorc7a resinosa. No 7abía visto antes estas luces pues su uegoera tan claro que m#s bien parecía el brillo de una piedra y no una llama.l #rbol, expuesto a este calor, no cesaba de undirse mientras quecontinuaba produciendo nuevos rutos.

"scuc7ad - di9o el pa9e - lo que 7e oído decir a 2tlas 7ablando con el 6ey.2irmaba que cuando el #rbol se unda por completo, enus despertar# yser# madre de un 6ey.

"2$n 7ablaba y qui!#s me 7ubiera dic7o m#s cosas cuando Cupido entr%en la sala. 2 primera vista me pareci% aterrado de constatar nuestrapresencia en el8 pero cuando se dio cuenta de que ambos est#bamos m#s

muertos que vivos, acab% por reírse y me pregunt% qué espíritu me 7abíaempu9ado por allí. Temblando le respondí que me 7abía perdido en elcastillo, que la casualidad me 7abía conducido a esta sala y que mi pa9e,7abiéndome buscado por todos sitios, acab% por encontrarme en ella8 enin, que esperaba que no tomara la cosa a mal.

"2sí a$n tiene un pase, abuelo temerario - me di9o -. ;ero me 7abríaultra9ado groseramente si 7ubieses visto esta puerta. a siendo 7ora deque tome precauciones".

"0iciendo esto cerr% s%lidamente con un candado la trampilla de cobre

por la que 7abíamos descendido. 0i gracias a 0ios por no 7aber sidosorprendido antes y mi pa9e me qued% agradecido por 7aberlo ayudado asalir de este mal paso.

-"*in embargo - continu% Cupido - no puedo de9aros sin castigo por 7aber casi sorprendido a mi madre". @ calentando la punta de una de suslec7as en una de las lucecitas, me pinc7% en la mano. 2penas me dicuenta del pinc7a!o en ese momento pues estaba contentísimo por 7aber resuelto tan #cilmente la situaci%n y 7aber salido tan bien librado.

"5ientras tanto mis compaAeros se 7abían levantado y se 7abían reunidoen la sala8 me reuní con ellos ingiendo que me acababa de levantar 7acíaun momento. Cupido, que 7abía cerrado cuidadosamente las puertas

9>



detr#s de él, me pidi% que le enseAase la mano. /na gota de sangreperlaba a$n8 Cupido se ri% de ello y previno a los dem#s para quedesconiaran de mí pues cambiaría en breve. st#bamos estupeactos deconstatar la alegría de Cupido8 ni parecía que los tristes sucesos de ayer le traían completamente sin cuidado y no maniestaba signo alguno de

dolor.

"Nuestra presidente se 7abía preparado para salir8 estaba vestida denegro por completo y tenía su rama de laurel en la mano& todas suscompaAeras llevaban igualmente su rama de laurel. Cuando se 7ubieronterminado los preparativos la irgen nos di9o que nos reresc#ramos yque nos prepar#semos a continuaci%n para la procesi%n. o que 7icimossin perder un instante siguiéndola enseguida al patio.

"n el patio estaban colocados seis ata$des. 5is compaAeros estabanconvencidos que en ellos se encontraban los cuerpos de las seispersonas reales, pero yo sabía a que atenerme. *in embargo ignoraba quéiba a pasar con los otros ata$des.

"2l lado de cada uno de los ata$des 7abía oc7o enmascarados. Cuandose puso a tocar la m$sica - con un son tan triste y grave que 7i!o que meestremeciese - cargaron los ata$des y seguimos 7asta el 9ardín en elorden que se nos indic%. n medio del 9ardín 7abían levantado unmausoleo de madera cuyo contorno estaba guarnecido por completo concoronas admirables8 siete columnas soportaban su c$pula. (abíancavado seis tumbas y 9unto a cada una de ellas 7abía una piedra8 el

centro se 7allaba ocupado por otra piedra redonda, 7ueca y m#s alta. osata$des ueron depositados en estas tumbas con gran ceremonia y enmedio del mayor silencio. 2 continuaci%n pusieron encima las piedras ylas sellaron s%lidamente.

"a ca9a pequeAa ue colocada en medio. 2sí ueron engaAados miscompaAeros que estaban persuadidos de que allí reposaban los cuerpos.n lo alto lotaba un gran estandarte decorado con la imagen del >énix,sin duda para desorientarnos mas completamente. n este momento digracias a 0ios por 7aberme permitido ver m#s que a los otros.

"(abiendo terminado los unerales, la irgen subi% a la piedra central ynos dirigi% un breve discurso. Nos ex7ort% a mantener nuestra promesa,a no escatimar esuer!os y a ayudar a las personas reales enterradas allípara que pudieran volver a encontrar la vida. 2 tal in debíamos ponernosen camino sin tardan!a y navegar con ella 7acia la torre del )limpo parabuscar en este lugar el remedio apropiado e indispensable.

"2sentimos a su discurso, así que la seguimos por otra puerta pequeAa7asta la orilla en la que vimos a los siete barcos, de los que ya 7e 7abladoantes, todos vacíos. as vírgenes ataron a ellos sus ramas de laurel y,tras 7abernos embarcado, nos de9aron partir a la gracia de 0ios. NosacompaAaron con sus miradas mientras estuvimos visibles, despuésentraron en el castillo acompaAadas por todos los guardianes.

91



"Cada uno de nuestros navíos arbolaba una enorme bandera y un blas%ndistintivo. n cinco barcos se veían los cinco Corpora 6egalia8 adem#stodos, y particularmente el mío en el que se 7abía embarcado la irgen,llevaban un globo.

"2 la cabe!a marc7aba el pequeAo barco 2 en el que me parecía que iba elNegro8 transportaba doce m$sicos, a su insignia representaba una +ran;ir#mide. o seguían los tres barcos 3-C-0 en los que est#bamosdistribuidos8 yo iba en el C. n tercera línea bogaban los barcos y >, losmayores y m#s 7ermosos, adornados con gran cantidad de ramas delaurel, no transportaban a nadie y enarbolaban el pabell%n de la una y el*ol. l barco + cerraba la $ltima línea y transportaba cuarenta vírgenes.

l squema de la Travesía de las mbarcaciones

23 C 0 >

+

"(abiendo navegado en esta ormaci%n m#s all# del lago, atravesamos unestrec7o y salimos a la verdadera mar. 2llí nos esperaban *irenas, Ninasy 0iosas marítimas8 uimos abordados por una 9oven nina encargada detraernos su regalo de bodas así como de de9arnos un recuerdo. steconsistía en una preciosa perla engastada como no 7abíamos visto nunca

ni en nuestro mundo ni en éste. ra redonda y brillante. Cuando la irgenla acept% amistosamente, la nina pregunt% si queríamos detenernos uninstante y conceder audiencia a sus compaAeras. a irgen consinti% enello. )rden% que los dos grandes barcos maniobraran 7acia el centro yque 9unto con los otros, ormaran un pent#gono&

Nueva >ormaci%n de la Travesía de las mbarcaciones

C3 0>

+ 2"2 continuaci%n las ninas se colocaron alrededor ormando un círculo ycantaron con vo! dulce&

'Nada 7ay me9or en la tierra

ue el noble y 7ermoso amor8;or él igualamos a 0ios,;or él nadie alige a otro.

0e9adnos pues cantar al 6ey @ que resuene toda la mar,

Nosotras preguntamos, dadnos respuesta.''

9*



Guién nos 7a transmitido la vidaHl amor

Guién nos devolvi% la graciaHl amor

G;or quién 7emos nacidoH;or el amor G*in qué estaríamos perdidosH

*in el amor.

'''

Guién nos 7a engendradoHl amor

G;or qué nos 7an alimentadoH;or amor

Gué debemos a los padresHl amor

G;or qué son tan pacientesH;or amor

'

Guién es el vencedorHl amor

G*e puede encontrar el amorH;or el amor

Guién puede unir a los dosHl amor

Cantad pues todos @ 7aced que resuene el canto

ue gloriique el amor.ue se digne crecer

n nuestros *eAores, el 6ey y la 6eina8

*us cuerpos est#n aquí, el alma est# all#.'

*i a$n vivimos,0ios 7ar#,

ue al igual que el amor y la gran graciaos 7an separado con uerte potencia8

'gualmente la llama del amor os reunir# de nuevo con elicidad.

''

9



sta pena,n gran alegría,

*er# transmutada por siempre,2unque 7ubiere a$n surimientos sin cuento.

"scuc7ado este canto melodioso comprendí perectamente que /lisestapara las ore9as de sus compaAeros pues tuve la impresi%n de ser el m#smiserable de los 7ombres en comparaci%n con estas criaturas adorables.

"a irgen se despidi% en seguida y dio la orden de que continu#semos elcamino. 2sí que las ninas rompieron el círculo y se desparramaron por lamar 7abiendo recibido como recompensa una larga cinta ro9a.

"n este momento sentí que Cupido comen!aba a operar también en mí,lo que dice poco en mi 7onor8 de todas ormas como mi embeleso nopuede servir al lector para nada, me contento con de9ar de pasoconstancia de él. 6espondía precisamente a la 7erida que, soAando, recibíen la cabe!a, tal como di9e en el primer libro8 y si alguno quiere un buenconse9o, que se abstenga de ir a contemplar a enus en el lec7o, puesCupido no lo tolera.

"2lgunas 7oras m#s tarde, tras 7aber recorrido un largo caminoconversando amistosamente, divisamos la Torre del )limpo. a irgenorden% que se 7icieran diversas seAales para anunciar nuestra llegada, loque ue cumplido. n seguida vimos desplegarse una gran banderablanca y un barco dorado sali% a nuestro encuentro. Cuando se nos

aproxim% distinguimos en él a un anciano rodeado de algunoscolaboradores vestidos de blanco8 nos acogi% amigablemente y noscondu9o a la torre.

"a torre estaba ediicada sobre una isla exactamente cuadrada y rodeadade una muralla tan s%lida y anc7a que conté doscientos sesenta pasosatraves#ndola. Tras el recinto se extendía una 7ermosa praderaengalanada con algunos 9ardines en los que ructiicaban plantassingulares y desconocidas por mí8 la pradera se acababa en el muro queprotegía la torre. sta $ltima, en sí misma, parecía ormada por layuxtaposici%n de siete torres redondas, siendo la del centro un poco m#s

alta. 'nteriormente se penetraban mutuamente y 7abía siete pisossuperpuestos.

"Cuando alcan!amos la puerta nos colocaron a lo largo de muro quecontorneaba la torre con la inalidad, como comprendí #cilmente aunquemis compaAeros lo ignoraban, de transportar los ata$des a la torre sinque lo supiéramos.

"'nmediatamente después nos condu9eron a la sala interior de la torre queestaba decorada con arte8 pocas distracciones encontramos en ella puesno contenía sino un laboratorio. 2llí tuvimos que triturar y lavar 7ierbas,piedras preciosas y materias diversas, extraerles la esencia y la savia yllenar con ellas rascos de cristal que ordenaron cuidadosamente.

9@



Nuestra #gil y activa irgen no nos de9% ni un momento desocupados&tuvimos que traba9ar perseverantemente y sin reposo en esta isla 7astaque terminamos los preparativos necesarios para la resurrecci%n de losdecapitados.

"Como supe posteriormente, durante todo este tiempo, las vírgeneslavaban cuidadosamente los cuerpos en la primera sala.

";or in, cuando nuestros traba9os estuvieron casi terminados, nostra9eron por todo alimento una sopa y un poco de vino, lo que signiicabaclaramente que no est#bamos aquí para nuestro recreo. @ cuandoacabamos nuestra tarea tuvimos que contentarnos con dormir en unaestera que pusieron en el suelo para cada uno de nosotros.

"2 mí no me agobiaba en absoluto el sueAo, así que me paseé por el 9ardín acerc#ndome 7asta el recinto. Como la noc7e era clara, llené eltiempo mirando las estrellas. ;or casualidad descubrí que unas grandesescaleras de m#rmol llevaban a lo alto de la muralla y, como la lunaderramaba una claridad tan grande, subí osadamente. Contemplé la mar que estaba en calma absoluta y, aprovec7ando tan excelente ocasi%n parameditar sobre la astronomía, descubrí que esta noc7e, incluso losplanetas se presentaban ba9o un aspecto particular que no se repetiríaantes de largo tiempo.

"5iraba intensamente al cielo que estaba encima del mar cuando, amedianoc7e, sonadas las doce, vi que las siete llamas recorrían la mar y

se posaban en el cielo, 9usto encima de la punta de la torre. l miedo mesobrecogi% pues en cuanto las llamas se pararon, los vientos sacudieronuriosamente a la mar. 0espués la una se cubri% de nubes de maneraque mi alegría acab% en un tal terror que apenas pude descubrir laescalera de piedra y volver a entrar en la torre. No puedo decir si lasllamas siguieron muc7o tiempo sobre la torre o si se ueron, pues con esaoscuridad me era imposible arriesgarme uera.

"5e acosté encima de mi manta y me dormí sosegadamente ba9o elmurmullo sereno y agradable de la uente de nuestro laboratorio.

"2sí, también el quinto día se acab% con un milagro.

*T) 012 0 2* 3)02* /15'C2* 0 C.6C-

"3 la ma(ana siguiente, el primero #ue se despertó sacó a los otrosdel sue(o e inmediatamente nos pusimos a discurrir sobre eldesarrollo probable de los acontecimientos. Unos sostenían #ue losdecapitados revivirían todos $untos, otros los contradecíanairmando #ue la desaparición de los vie$os debería dar a los

$óvenes no sólo la vida, sino tambin la acultad de reproducirse. 3lgunos pensaban #ue no podían haber matado a las personas

94



reales sino #ue eran otros los #ue habían sido decapitados en vede ellos.

"ras hablar así durante alg&n tiempo, entró el anciano, nos saludó

y e)aminó si nuestros traba$os estaban acabados y si su e$ecuciónhabía sido correcta/ pero habíamos puesto tanto celo y cuidado enello #ue tuvo #ue mostrarse satisecho. 5ecogió los rascos y loscolocó en un $oyero.

"3 continuación vimos entrar a algunos pa$es #ue traían escaleras,cuerdas y grandes alas/ las depositaron ante nosotros y se ueron.0ntonces, el anciano di$o- 2ueridos hi$os, cada uno de vosotros tiene #ue encargarse de unade estas cosas durante todo el día, podris escogerlas o echarlas asuerte"."5espondimos #ue preeríamos escoger.- 8o, di$o el anciano, las echaremos a suerte".

"'espus hio tres cartas/ en la primera puso escalera, en lasegunda, cuerda, y en la tercera, alas. %as mecló en un sombrero,cada cual sacó una carta y tuvo #ue encargarse del ob$etodesignado. 3 #uienes les tocaron las cuerdas se creyeronavorecidos por la suerte/ en cuanto a mí, me tocó una escalera lo

#ue me astidió soberanamente pues tenía doce pies de largo y erabastante pesada. uve #ue llevarla mientras #ue los otros podíanenrollar !cilmente las cuerdas alrededor suyo. 'espus el ancianoató las alas a los &ltimos con tanta destrea #ue parecía #ue lesacababan de crecer naturalmente. inalmente cerró un grio y lauente de$ó de correr/ tuvimos #ue #uitarla del centro de la sala.Cuando todo estuvo en orden, cogió el $oyero los rascos, nossaludó y cerró cuidadosamente la puerta tras de l, tan bien #uenos creímos prisioneros en esta torre.

"Pero no había pasado ni un cuarto de hora cuando se abrió en labóveda un agu$ero redondo/ por l vimos a nuestra Iirgen #ue sedirigió a nosotros para desearnos un buen día y nos rogó #uesubisemos. %os #ue tenían alas volaron !cilmente por el agu$ero/los #ue llev!bamos escaleras comprendimos inmediatamente suutiliación. Pero los #ue tenían cuerdas estaban en la conusiónpues cuando subió uno de nosotros, le di$eron #ue retirara laescalera. inalmente cada una de las cuerdas ue atada a un

gancho de hierro y di$eron a los #ue las llevaban #ue subieran comome$or pudieran, lo #ue en verdad no sucedió sin algunas ampollas.

99



Cuando todos estuvimos arriba, cerraron el agu$ero y la Iirgen nosacogió amistosamente.

"0ste piso de la orre estaba ocupado por una sala &nica,

lan#ueada por siete hermosas capillas un poco m!s altas #ue lasala. +e entraba en ellas por tres pelda(os. 8os distribuyeron en lascapillas y se nos invitó a rear por la vida de los 5eyes y de lasreinas. ?ientras tanto, la Iirgen entraba y salía alternativamente por la puerta pe#ue(a 3 y así continuó hasta #ue terminamos.

"Cuando acabamos nuestra oración, doce personas - los #ue anteshabían hecho de m&sicos - depositaron en el centro de la sala,trayndolo precisamente por esta puerta, un curioso ob$eto alargado#ue a mis compa(eros les pareció #ue no podía ser nada m!s #ueuna uente. Pero comprendí inmediatamente #ue allí estaban loscuerpos, pues la ca$a inerior era cuadrada y de dimensionessuicientes para contener con acilidad a seis personas. %os docedesaparecieron para volver enseguida con sus instrumentos yacompa(ar a nuestra Iirgen y a sus servidoras con una armoníadeliciosa.

"8uestra Iirgen tenía un corecito/ todas las otras llevaban ramas yl!mparas y, algunas, teas encendidas. 8os pusieron las antorchas

en las manos y tuvimos #ue colocarnos alrededor de la uente en elorden siguiente• %a Iirgen se colocó en 3/• +us servidoras, con las l!mparas y las ramas, estaban

dispuestas en círculo en "c"/• 8osotros est!bamos con nuestras teas en "b"/• = los m&sicos, en línea recta, en "a"/• inalmente, tambin en línea recta, las vírgenes estaban en "d".

c

a

bU080

3

d

9:



"6gnoro de dónde venían las vírgenes Ghabitaban la orre o habíansido conducidas a ella durante la noche +us rostros estabancubiertos con velos blancos y inos de manera #ue no reconocía aninguna.

"%a Iirgen abrió el corecillo #ue contenía una cosa esricaenvuelta en un doble orro de taet!n verde/ la sacó y,apro)im!ndose a la uente, la colocó en la pe#ue(a caldera superior #ue cubrió a continuación con una tapadera perorada por agu$eritosy provista de un reborde. 'espus vertió en ella algunas de lasaguas #ue habíamos preparado la víspera con lo #ue la uenteempeó a correr. 0stas aguas volvían a entrar sin interrupción en lacaldera a travs de cuatro tubitos.

"Fa$o la caldera inerior habían dispuesto un gran n&mero de clavosen los #ue las vírgenes colgaron sus l!mparas, con cuyo calor elagua no tardó en empear a hervir. 0l agua hirviente caía sobre loscad!veres por una gran cantidad de agu$eritos perorados en "a"/estaba tan caliente #ue los disolvió haciendo con ellos un licor.

"?is compa(eros ignoraban a&n en #u consistía la bola orrada/pero yo comprendí #ue se trataba de la cabea del negro y #ue eraella la #ue comunicaba a las aguas la intensidad de su calor.

"0n "b", alrededor de la caldera grande, había tambin una buenacantidad de agu$eros en los #ue las vírgenes pusieron sus ramas.8o s si es #ue ello era necesario para la operación o solamentee)igido por el ceremonial/ el asunto es #ue las ramas seencontraban continuamente regadas por la uente, y el agua #ueluía de ella para volver a la caldera era un poco m!s amarillenta.

"0sta operación duró casi dos horas/ la uente luía constantemente

de sí misma, aun#ue el chorro iba menguando poco a poco.

"0ntretanto, los m&sicos salieron y nosotros nos paseamos por lasala. +us adornos bastaban para distraernos cumplidamente puesen cuestión de im!genes, cuadros, relo$es, órganos, uentes ycosas parecidas, no habían olvidado nada.

"Por in terminó la operación y la uente cesó de luir. 0ntonces laIirgen hio #ue tra$eran una esera hueca de oro. 0n la base de la

uente había un grio/ lo abrió e hio correr las materias disueltaspor el calor de las gotas recogiendo varias medidas de una materia

9;



de un ro$o intenso. Iaciaron el agua #ue #uedaba en la calderasuperior y tras ello, la uente, bastante aligerada, ue sacada uera.8o puedo decir si la abrieron a continuación y si todavía conteníaalg&n residuo &til procedente de los cad!veres, lo #ue sí s es #ue

el agua recogida en la esera era muy pesada hasta el punto #ue nopudimos transportarla siendo seis, cuando a $ugar por su volumenun solo hombre debería haber podido cargarla.

"Con muchas diicultades transportamos auera esta esera y nosde$aron solos otra ve.

"Como escuch #ue caminaban encima de nosotros, bus#u miescalera con los o$os. 0n estos momentos se podían escuchar lasopiniones singulares #ue sobre la uente e)presaban miscompa(eros/ persuadidos #ue los cuerpos reposaban en el $ardíndel castillo no sabían como interpretar estas operaciones. =o digracias a 'ios por haber velado en tiempo oportuno y por haber visto acontecimientos #ue me ayudaban a comprender me$or todaslas acciones de la Iirgen.

MPasó un cuarto de hora/ despus se abrió el centro de la bóveda ynos pidieron #ue subisemos. +e hio como antes, con ayuda delas cuerdas, las escaleras y las alas. ?e sentía un poco ve$ado

viendo #ue las vírgenes subían por un camino !cil mientras #uenosotros teníamos #ue hacer tantos esueros. +in embargoentendía #ue si se hacía así era con alguna inalidad determinada.uera lo #ue uese est!bamos muy contentos con las previsorasatenciones del anciano pues los ob$etos #ue nos había dado, por e$emplo las alas, servían &nicamente para alcanar la abertura.

MCuando logramos pasar al piso superior el agu$ero se volvió acerrar/ entonces vi. #ue la esera estaba colgada en medio de la

sala con una uerte cadena. Había ventanas en todo el contorno dela sala y otras tantas puertas alternaban con las ventanas. Cadapuerta tapaba un enorme espe$o pulido. %a disposición óptica deespe$os y puertas era tal #ue, en cuanto se abrían las ventanas dellado del +ol y se destapaban los espe$os tirando de las puertas,brillaban soles en toda la circunerencia de la sala, y ello pese a #ueeste astro, #ue ahora resplandecía por encima de toda medida, nodiera sino en una puerta.

Modos estos soles esplendorosos lechaban sus rayos, por mediode rele)iones artiiciales, sobre la esera suspendida en el centro, y

9<



como adem!s la esera estaba pulida, despedía un centelleo tanintenso #ue ninguno de nosotros pudo abrir los o$os. ?iramos por las ventanas hasta #ue la esera tuvo el calor $usto y se obtuvo eleecto deseado. 3sí vi la mayor maravilla #ue $am!s ha producido la

naturalea los espe$os rele$aban soles por todos sitios, pero laesera del centro brillaba a&n con muchas m!s uera de manera#ue nuestra mirada no pudo sostener ni si#uiera un instante suresplandor, igual al del mismo sol.

Minalmente la Iirgen hio #ue cubrieran los espe$os y #ue cerraranlas ventanas para de$ar #ue la esera se enriase un poco/ eso pasóa las siete.

M8os alegramos al constatar #ue la operación, llegada a este punto,nos de$aba libertad suiciente para reconortarnos con un desayuno.Pero, una ve m!s, el men& era verdaderamente ilosóico y ,aun#ue no nos altó lo necesario, no había peligro de #ue nosinsistieran para incitarnos a cometer e)cesos. 3dem!s, la promesade la dicha utura O con la #ue la Iirgen reanimaba sin cesar nuestro celo O nos ponía tan alegres #ue ni traba$o ni incomodidadalguna nos parecían mal. ambin certiico #ue en ning&n momentomis ilustres compa(eros pensaron en su cocina o en su mesa, alcontrario eran elices por poder asistir a una ísica tan e)traordinaria

y meditar así sobre la sabiduría y omnipotencia del Creador.

Mras el esuero nos preparamos de nuevo para el traba$o pues laesera se había enriado suicientemente. uvimos #ue desatarla desu cadena, lo #ue nos costó no pocos esueros y traba$o, y lapusimos en el suelo.

M3 continuación, discutimos cómo la partiríamos pues se nos habíaordenado #ue la cort!ramos en dos por el medio/ inalmente

hicimos lo m!s grueso del traba$o con un diamante puntiagudo.

MCuando abrimos la esera vimos #ue ya no contenía nada ro$o sino&nicamente un enorme y hermoso huevo, blanco como la nieve.8uestra alegría llegó al colmo cuando constatamos #ue había salidobien a conciencia pues la virgen temía #ue la c!scara estuviera a&nun poco blanda. 0st!bamos alrededor del huevo tan contentoscomo si lo hubisemos puesto nosotros mismos. Pero en seguida laIirgen hio #ue se lo llevaran/ despus nos abandonó tambin y,

como de costumbre, cerró la puerta. 6gnoro lo #ue ha hecho con el

:>



huevo tras su marcha, no s si lo ha sometido a una operaciónsecreta, aun#ue no lo creo.

Muvimos #ue descansar de nuevo durante un cuarto de hora hasta

#ue un nuevo agu$ero nos abrió paso al cuarto piso al #ue llegamoscon la ayuda de nuestros instrumentos.

M0n esta sala vimos una enorme caldera de cobre llena de arenaamarilla a la #ue calentaba un uego despreciable. 0l huevo ueenterrado en ella para #ue acabase de madurar. %a caldera eracuadrada, en una de sus paredes estaban grabados con grandesletras los siguientes versos

7. F%6. 7. F6. ?6. %638. 6. I7%. F6. 7. N7%.

0n la segunda se leían estas palabras

+3863+, 86T, H3+3D+alud, 8ieve, %anaE

%a tercera llevaba sólo la palabra

.6.3..

Pero en la cara posterior había toda la inscripción siguiente

2U7'6gnis, 3er, 3#ua, erra

+38C6+ 50NU? 0 50N6835U? 87+5U? C68056FU+,0rripere non potuerunt.

6'0%6+ CH=?6C75U? U5F3

68 H38C U583?C78U%6

37MD1@4<-Paracelso de Hohenheim. 'octor en ?edicina. Kes&s es todopara míE

M3 los sabios de$o el cuidado de averiguar si la inscripción se reeríaa la arena o al huevo/ a mí me basta cumplir mi tarea no omitiendonada.

:1



M%a incubación se terminó y el huevo ue desenterrado. 8o uenecesario romper la c!scara pues el p!$aro se libró en seguida por sí mismo y empeó a retoar, aun#ue era disorme y estabaensangrentado. Primero lo pusimos sobre la arena caliente,

despus la Iirgen nos di$o #ue lo at!semos antes de darlealimentos si no #ueríamos tener innumerables complicaciones. 3sílo hicimos. 0l p!$aro creció tan r!pidamente ante nuestros propioso$os #ue comprendimos muy bien por #u la Iirgen nos habíaadvertido. ?ordía y ara(aba rabiosamente alrededor suyo y si sehubiera apoderado de uno de nosotros hubiera dado r!pidamentebuena cuenta de l. Puesto #ue el p!$aro O negro como las tinieblas

O estaba completamente urioso le tra$eron un alimento distinto,#ui!s la sangre de otra persona real. 0ntonces le cayeron lasplumas negras y, en su lugar, le crecieron otras blancas como lanieve. 3l mismo tiempo el p!$aro se amansó un poco y de$ó #ue nosacerc!ramos con m!s acilidad, sin embargo lo mir!bamos a&n condesconiana. Con el tercer alimento sus plumas se cubrieron decolores tan brillantes como no he visto en toda mi vida, y se mostrótan dulce y se amiliarió de tal manera con nosotros #ue, con elconsentimiento de la Iirgen, lo libramos de sus ataduras.

M3hora, di$o la Iirgen, como gracias a vuestra aplicación la vida yuna perección sin igual han sido dadas a este p!$aro, conviene

#ue, con la aprobación de nuestro anciano, este$emos alegrementeeste acontecimiento.

M'espus ordenó #ue sirvieran la comida y nos invitó areconortarnos ya #ue la parte m!s diícil y delicada de la obra sehabía acabado y #ue, con todo derecho, podíamos empear asaborear el goce del traba$o cumplido.

M3&n llev!bamos nuestros vestidos de luto lo #ue, con tal regoci$o,

parecía ridículo/ los unos nos reíamos de los otros. +in embargo, laIirgen no cesó de interrogarnos, #ui!s para descubrir a a#uellos#ue le serían &tiles en sus proyectos. %a usión era la operación #uem!s le atormentaba y se sintió bien tran#uila cuando descubrió #ueuno de nosotros había ad#uirido la habilidad manual #ue poseen losartistas.

M%a comida no duró m!s de tres cuartos de hora y la mayor parte deella la pasamos con nuestro p!$aro al #ue era preciso alimentar sin

descanso. 3un#ue ahora ya alcanaba su desarrollo completo.

:*



Mras la comida no se nos permitió una siesta larga/ la Iirgen saliócon el p!$aro y nos abrieron la #uinta sala a la #ue subimos comoanteriormente, prepar!ndonos enseguida para el traba$o.

M0n esta sala habían dispuesto un ba(o para nuestro p!$aro/ loti(eron con un polvo blanco y tomó el aspecto de la leche. 3lprincipio estaba río y el p!$aro #ue metimos en l se encontraba asu gusto y empeó a retoar. Pero cuando el calor de las l!mparascomenó a entibiar el agua tuvimos muchísimo traba$o paramantenerlo en el ba(o. 3sí #ue pusimos una tapadera en la calderade$!ndole #ue sacara la cabea por un agu$ero. 0l p!$aro perdiótodas sus plumas en el ba(o y se le #uedó la piel tan lisa como lade un hombre aun#ue el calor no le causó ning&n otro da(o.

M+orprendentemente las plumas se disolvieron por completo en elba(o al #ue ti(eron de aul. inalmente de$amos #ue el p!$aroescapara de la caldera/ estaba tan liso y tan brillante #ue dabagusto verlo/ como era un poco arisco tuvimos #ue ponerle alrededor del cuello un collar con su cadena/ despus lo paseamos un pocopor la sala. ?ientas tanto encendieron un uego enorme ba$o lacaldera y evaporaron el ba(o hasta #ue se secó. 2uedó unamateria aulada/ la despegamos de la caldera, la trituramos, lapulveriamos y la preparamos sobre una piedra/ con el pintamos

toda la piel del p!$aro.

M0ntonces ste tomó un aspecto a&n m!s curioso pues, aparte de lacabea #ue permaneció blanca, era enteramente aul.

M3sí se acabó nuestro traba$o en esta habitación y, cuando la Iirgennos abandonó con su p!$aro aul, nos llamaron al se)to piso, al #uesubimos por una abertura de la bóveda.

M3llí asistimos a un espect!culo entristecedor. 0n el centro de lasala colocaron un pe#ue(o altar similar en todo al #ue habíamosvisto en la sala del 5ey/ los seis ob$etos ya descritos seencontraban sobre l y el propio p!$aro era el sptimo. 0n primer lugar presentaron la uentecita al p!$aro #ue sació su sed en ella/despus el p!$aro vio la serpiente y la picó hasta hacerla sangrar.uvimos #ue recoger esta sangre en una copa de oro y verterla enla garganta del p!$aro #ue se debatía uertemente/ despusintrodu$imos la cabea de la serpiente en la uente, lo #ue le

devolvió la vida, trepó enseguida a la cabea de muerto en la #ueentró y no la volví a ver durante mucho tiempo.

:



M?ientras ocurría todo esto, la esera continuaba eectuando susrevoluciones hasta #ue tuvo lugar la con$unción deseada, momentoen #ue el relo$ dio una campanada/ cuando poco despus se realió

la segunda con$unción, la campana sonó dos veces. inalmente,cuando nosotros vimos la tercera con$unción y la campana lase(aló, el p!$aro puso el mismo su cuello sobre el libro y se de$ódecapitar humildemente, sin resistencia, por a#uel de nosotros al#ue la suerte había designado para ello. +in embargo no brotó de luna sola gota de sangre hasta #ue no se le hubo abierto el pecho/entonces corrió resca y clara como una uente de rubís.

M+u muerte nos entristeció. +in embargo, como pens!bamos #ue elp!$aro por sí solo no servía para gran cosa, nos resignamosr!pidamente.

M3 continuación desocupamos el altar y ayudamos a la Iirgen a#uemar sobre l, con uego cogido de la lucecita, el cuerpo asícomo la tablilla #ue llevaba colgada. %as cenias ueron puriicadasvarias veces y guardadas en una ca$ita de madera de ciprs.

MPero ahora tengo #ue contar el incidente #ue nos ocurrió a mí y atres de mis compa(eros. Cuando habíamos recogido la cenia con

mucho cuidado, la Iirgen habló en los siguientes trminos

M-2ueridos se(ores estamos en la se)ta sala y por encima nuestrono tenemos m!s #ue otra. 0n ella llegaremos al in de nuestrostraba$os y podremos pensar en vuestra vuelta al castillo pararesucitar a nuestros muy graciosos +e(ores y 'amas. Habríadeseado #ue todos los a#uí presentes se hubieran comportado demanera #ue pudiese proclamar sus mritos y obtener para ellos denuestros ?uy 3ltos 5ey y 5eina una recompensa digna. Pero como

mal de mi agrado, he descubierto #ue entre vosotros estos cuatro Oy me designó $unto con otros tres m!s O son operadores pereosos,aun#ue mi amor por todos me impide se(alarlos para un castigobien merecido. 2uerría sin embargo, para #ue no #uede impuneuna perea seme$ante, ordenar lo #ue sigue ser!n e)cluidos de lasptima operación, la m!s admirable de todas aun#ue, m!s tarde,cuando estemos en presencia de +u ?a$estad 5eal, no surir!n otracorrecciónV.

MAPuede imaginarse en #u estado de !nimo me puso este discursoB%a Iirgen habló con una gravedad tal #ue las l!grimas nos corrían

:@



por la cara y nos consider!bamos como los m!s inortunados de loshombres. 'espus la Iirgen hio llamar a los m&sicos por uno delos numerosos sirvientes #ue siempre la acompa(aban y, conm&sica, nos pusieron en la puerta, acompa(ados de tales

carca$adas #ue hasta los m&sicos tenían diicultades para soplar ensus instrumentos de la risa #ue les daba. = lo #ue nos aligióespecialmente ue ver #ue la Iirgen se burlaba de nuestros lloros,de nuestra cólera y de nuestra indignación/ adem!s, algunos denuestros compa(eros ciertamente se alegraban de nuestradesgracia.

M%a continuación ue inesperada. 3penas hubimos ran#ueado lapuerta cuando los m&sicos nos invitaron a cesar en nuestrasl!grimas y a seguirlos alegremente por las escaleras y, el colmo,nos condu$eron al te$ado, por encima del sptimo piso.

M3llí volvimos a encontrar al anciano, a #uien no habíamos vistodesde la ma(ana, #ue estaba de pie ante una pe#ue(a buhardillaredonda. 8os acogió amistosamente y nos elicitó de todo coraónpor haber sido elegidos por la Iirgen/ por poco se muere de risacuando se enteró de nuestra alicción precisamente en el momentoen #ue alcan!bamos una elicidad seme$ante.

M-2ue nos sirva para aprender, #ueridos hi$os míos O di$o -, 2U0 0%H7?F50 87 C787C0 8U8C3 %7+ F6080+ 2U0 '67+ %0775N3V.

M0st!bamos charlando cuando la Iirgen llegó corriendo con elcorecito, despus de burlarse de nosotros. Iació sus cenias enotro core y llenó el suyo con una materia dierente diciendo #ueahora estaba obligada a enga(ar a nuestros compa(eros. 6gnoro elprincipio de la operación #ue inició con ellos pues le habían

prohibido de manera absoluta hablar de ella y nosotros nopodíamos observarlos desde el te$ado a causa de nuestrasocupaciones.

M8uestro traba$o era el siguiente primero tuvimos #ue humidiicar las cenias con agua #ue habíamos preparado anteriormente, paraobtener una pasta clara/ a continuación colocamos esta materiasobre el uego hasta #ue estuvo muy caliente. 0stando a&n m!scaliente la vaciamos en dos matrices #ue inmediatamente de$amos

enriar un poco.

:4



M8os solaamos un momento mirando a nuestros compa(eros atravs de algunas hendiduras practicadas con ste in. 0staban muyatareados alrededor de un horno y todos soplaban en el uego cadacual con un tubo. Helos, pues, reunidos alrededor del brasero,

soplando hasta perder el aliento, convencidos de #ue les habíatocado me$or parte #ue a nosotros/ todavía soplaban cuandonuestro anciano nos llamó de nuevo al traba$o, así #ue no puedodecir lo #ue hicieron luego.

M3brimos los moldes y vimos dentro dos hermosas igurillas casitransparentes como nunca han visto o$os humanos. 0ran un ni(o yuna ni(a. Cada uno tenía m!s #ue cuatro pulgadas de largo y lo#ue me sorprendió sobremanera es #ue no eran duras, sino decarne blanda como las personas. +in embargo no tenían vida/ eneste momento pens #ue Ienus había sido hecha tambin así.

M3comodamos estos adorables ni(os en dos co$ines de raso y,prendidos en la contemplación de este gracioso espect!culo, nopar!bamos de mirarlos. Pero el anciano nos hio volver a larealidad/ nos dio la sangre del p!$aro #ue había sido recogida en lacopa de oro y nos ordenó #ue la virtisemos gota a gota y sininterrupción en la boca de las igurillas. 0n cuanto se la dimos,crecieron a o$os vistas y, a medida #ue crecían, se hacían a&n m!s

hermosas. Hubiera deseado #ue estuvieran allí todos los pintorespara #ue delante de esta creación de la naturalea, se ruboriarande sus obras.

MCrecieron de tal manera #ue ue necesario sacarlas de los co$inesy acostarlas en una larga mesa guarnecida de terciopelo blanco/despus el anciano nos ordenó #ue las cubrisemos hasta por encima del pecho con un taet!n doble y blanco, muy suave, cosa#ue hicimos con desgana a causa de su indecible bellea.

M0n in, abreviemos/ antes #ue les hubiramos dado toda la sangre,alcanaron el tama(o de adultos. enían los cabellos riados, rubioscomo el oro y, comparado con ellos, la imagen de Ienus #ue habíavisto antes, valía bien poco.

M+in embargo, no se notaba a&n ni calor natural ni sensibilidad/ eranestatuas inertes con el tinte de los vivos. 0l anciano, temiendo #uecrecieran demasiado, suspendió su alimentación, despus les

cubrió el rostro con la s!bana y colocó antorchas alrededor de lamesa.

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M3#uí debo prevenir al lector para #ue en absoluto considere estasluces como indispensables, pues la intención del anciano era la deatraer hacia ellas nuestra atención para #ue no nos diramos

cuenta del descenso de las almas. 'e hecho, ninguno de nosotroslo habría notado si yo no hubiera visto antes las llamas dos veces/sin embargo no sa#u a mis compa(eros de su error y de$ alanciano en la ignorancia de lo #ue sabía.

M0l anciano hio #ue tom!ramos asiento en un banco delante de lamesa y poco despus llegó la Iirgen con sus m&sicos. ra$o dospreciosos vestidos blancos como hasta entonces no había visto enel castillo y #ue desaían cual#uier descripción/ en eecto, parecían#ue estaban hechos de cristal puro y, sin embargo, eran le)ibles yopacos/ es imposible describirlos de otra manera. Puso los vestidossobre una mesa y, tras haber colocado a las Iírgenes alrededor delbanco, comenó la ceremonia asistida por el anciano, todo lo cualno estaba destinado sino a conundirnos.

M0l techo ba$o el #ue ocurrían todos estos acontecimientos teníauna orma verdaderamente singular. 0n el interior estaba ormadopor siete grandes semieseras abovedadas estando la mayor, la delcentro, agu$ereada en su parte superior por una pe#ue(a abertura

redonda #ue en estos momentos se encontraba cerrada y #ue miscompa(eros no vieron. ras largas ceremonias, entraron seisIírgenes #ue llevaban cada una una gran trompeta, envuelta por una sustancia verde luorescente como si uera por una corona. 0lanciano cogió una trompeta, retiró algunas luces de un e)tremo dela mesa y descubrió los rostros. 3 continuación colocó la trompetasobre la boca de uno de los cuerpos de manera #ue la parte ancha,vuelta hacia arriba, cayó $usto enrente de la abertura del techo dela #ue acabo de hablar.

Modos mis compa(eros miraban los cuerpos en este momento,pero mis sospechas dirigían mi mirada hacia otro sitiocompletamente distinto. 3sí, cuando encendieron las ho$as de lacorona #ue rodeaba a la trompeta, vi #ue se abría el oriicio deltecho para de$ar paso a un rayo de uego #ue se precipitó en lahabitación y penetró en los cuerpos/ la abertura se cerróinmediatamente y se llevaron la trompeta.

::



M0l escenario enga(ó a mis compa(eros #ue creyeron #ue la vidahabía sido comunicada a los cuerpos por el uego de las coronas yde las ho$as.

MUna ve #ue el alma penetró en el cuerpo, ste abrió y cerró loso$os sin #ue hiciese ning&n otro movimiento.

M3 continuación aplicaron una segunda trompeta sobre su boca/encendieron la corona y otra alma descendió por el mismoprocedimiento la operación se repitió tres veces para cada uno delos cuerpos.

M3pagaron las luces y se las llevaron, el terciopelo #ue cubría lamesa ue replegado sobre los cuerpos y, a continuación, tra$eron yprepararon un lecho de via$e. Pusieron en l los cuerposcompletamente envueltos, despus los sacaron de las telas y losacostaron uno $unto al otro. Con las cortinas ba$adas, durmieronbastante tiempo.

MIerdaderamente era hora de #ue la Iirgen se ocupara de los otrosartistas, como me di$o m!s tarde, estaban muy contentos pueshabían abricado oro. 0so tambin es una parte del arte, pero no lam!s noble, ni la m!s necesaria, ni la me$or. ambin ellos tenían un

poco de cenias, de manera #ue creyeron #ue el p!$aro servía paraproducir oro y #ue sería de esa manera como se devolvería la vidaa los decapitados.

M0n cuanto a nosotros permanecimos en silencio esperando elmomento en #ue los esposos se despertaran/ en esta esperapasamos casi media hora. 0ntonces apareció el malicioso Cupido y,tras saludarnos, voló hacia ellos y los molestó ba$o las cortinashasta #ue se despertaron. 3l despertar, su sorpresa ue enorme

pues pensaban #ue habían dormido desde #ue los decapitaron.Cupido hio #ue se conocieran mutuamente y despus se retiró uninstante para #ue pudieran reponerse. ?ientras esperaban vino a

$ugar con nosotros y, inalmente, hubo #ue buscarle la m&sica yde$ar #ue la alegría se maniestara.

M%a Iirgen vino tambin, saludó respetuosamente al $oven 5ey y ala 5eina O a los #ue encontró un poco dbiles -, les besó la mano yles dio los dos hermosos vestidos/ ambos se cubrieron con ellos y

avanaron. 'os asientos maravillosos estaban prestos pararecibirlos/ se sentaron en ellos y recibieron nuestro respetuoso

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homena$e por el cual el propio 5ey nos dio las gracias/ despus sedignó otorgarnos de nuevo su merced.

MComo eran casi las cinco, las personas reales no podían retrasarse

m!s/ así #ue reunimos apresuradamente los ob$etos m!s preciososy tuvimos #ue conducir a las personas reales hasta el barco, atravs de las escaleras y de todos los pasadios y cuerpos deguardia. +e instalaron en l en compa(ía de algunas vírgenes y deCupido, y se ale$aron tan aprisa #ue los perdimos de vistaenseguida/ seg&n lo #ue me han contado, vinieron a buscarlos convarios barcos de modo #ue atravesaron una gran distancia de mar en cuatro horas.

M+onaban las cinco cuando ordenaron a los m&sicos #ue cargaranlos barcos y #ue se prepararan para partir. Como eran un pocolentos, el anciano hio salir una parte de los soldados #ue nohabíamos visto hasta entonces puesto #ue se hallaban ocultos en elrecinto. 3sí ue como supimos #ue la orre estaba siempre lista pararesistir a los ata#ues. 0stos soldados acabaron de embarcar nuestros baga$es con rapide y ya no nos #uedó sino pensar en lacena.

MCuando se sirvieron las mesas, la Iirgen nos reunió en presencia

de nuestros compa(eros tuvimos #ue adoptar un aire compungido,conteniendo la risa #ue nos ahogaba. Cuchicheaban entre sí,aun#ue había algunos #ue nos compadecían. 0l anciano asistió aesta comida. 0ra un maestro severo/ no hubo raonamiento, por inteligente #ue uese, #ue no supiera reutar, completar odesarrollar, con el in de instruirnos. Kunto a l he aprendido grancantidad de cosas y sería e)celente #ue cada cual se le acercarapara instruirse/ bastantes obtendrían venta$a con ello.

M3cabada la comida, el anciano nos condu$o en primer lugar a susmuseos, #ue estaban ediicados circularmente sobre los bastiones/en ellos vimos creaciones naturales muy singulares, así comoimitaciones de la naturalea realiadas por la inteligencia humana/para verlo todo habría sido necesario pasar en ellos un a(o entero.

MProlongamos nuestra visita diurna hasta bien entrada la noche.inalmente el sue(o venció a la curiosidad y nos condu$eron anuestras habitaciones, elegantísimas en contraste con lo poco con

#ue nos habíamos tenido #ue contentar la víspera. ?e dispuse asaborear un buen reposo y como no estaba nada in#uieto y sí

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atigado por un traba$o ininterrumpido, el murmullo suave del mar me hio dormir prounda y dulcemente sin so(ar desde las oncehasta las ocho de la ma(ana.

*I;T'5) 012 0 2* 3)02* /15'C2* 0 C.6C-MHabían pasado las ocho cuando despert. ?e vestí r!pidamentepara volver a entrar en la orre pero eran tan numerosos loscaminos #ue se entrecruaban en la muralla #ue anduve perdidobastante tiempo antes de poder encontrar una salida. %os dem!stuvieron el mismo problema, pero al in acabamos reunindonos enla sala inerior. 5ecibimos nuestros Iellocinos de 7ro y nos vistieronenteramente con ropas amarillas. %a Iirgen nos comunicó #ueramos C3F3%%057+ '0 %3 P60'53 '0 757, e)tremo #ueignor!bamos hasta entonces.

M'esayunamos engalanados de este modo/ despus el ancianoentregó a cada uno una medalla de oro. 0n el anverso se veíanestas palabras

35.83.?6.= en el reverso

0?.83..M8os e)hortó a #ue nunca actu!ramos ni m!s all! ni en contra delas normas de esta medalla conmemorativa.

M8os hicimos a la mar. 8uestros barcos estaban admirablementepreparados. +e diría al verlos #ue las cosas maravillosas #uecontempl!bamos en ellos habían sido puestas allí e)presamentepara nosotros.

M%os barcos eran doce, seis de los nuestros y otros seispertenecientes al anciano. 0ste ocupó los suyos con gallardísimossoldados y vino a a#uel de los nuestros en el #ue est!bamos todosreunidos. %os m&sicos, de los #ue el anciano disponía en grann&mero, se pusieron a la cabea de la lotilla para distraernos. 0nlos pabellones ondeaban los 'oce +ignos Celestes/ el nuestrollevaba el +igno de la %ibra. 0ntre otras maravillas #ue había en elbarco teníamos un relo$ #ue marcaba cada minuto.

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M%as embarcaciones via$aban con una rapide sorprendente/apenas habíamos navegado durante dos horas cuando el capit!nnos advirtió #ue divisaba tan gran n&mero de navíos #ue casicubrían el lago. %legamos a la conclusión de #ue salían a recibirnos

y así era eectivamente/ cuando entramos en el lago por el canal#ue ya mencion, contamos alrededor de #uinientos. Uno de elloschispeaba de oro y pedrerías/ llevaba al 5ey y a la 5eina así comoa otros se(ores, damas y doncellas de egregia cuna.

M3mbas partes dispararon salvas cuando nos apro)imamos/ elsonido de las trompetas y de los tambores ue tan estruendoso #uelos navíos temblaban. Cuando inalmente nos $untamos con ellos,rodearon nuestros barcos y se pararon.

M0l vie$o 3tlas se presentó inmediatamente en nombre del 5ey y noshabló con brevedad pero con elegancia/ nos dio la bienvenida ypreguntó si estaba preparado el regalo real.

M3lgunos de mis compa(eros se llevaron una gran sorpresa al saber #ue el 5ey había resucitado pues estaban persuadidos #ue eranellos #uienes tenían #ue despertarlo. %os de$amos con su sorpresay ingimos encontrar tambin el hecho muy e)tra(o.

M'espus de 3tlas ue nuestro anciano #uien habló respondiendo unpoco m!s e)tensamente deseó dicha y prosperidad al 5ey y a la5eina y entregó a continuación un precioso corecito. 6gnoro lo #uecontenía pero vi #ue coniaron su custodia a Cupido #ue $ugueteabaentre ambos.

Mras estos saludos dispararon una nueva salva y continuamosnavegando a&n bastante tiempo hasta #ue por in llegamos a laorilla. 0st!bamos $unto al primer Pórtico por el #ue entr al principio

de todo. 8os esperaban en l una gran cantidad de sirvientes del5ey con algunos centenares de caballos.

M Cuando desembarcamos, el 5ey y la 5eina nos estrecharon lamano muy amistosamente y tuvimos todos #ue montar en loscaballos.

M2uerría pedir al lector ahora #ue no atribuya lo #ue sigue a miorgullo ni al deseo de vanagloriarme/ si no uera indispensable

relatarlo puede estar seguro #ue silenciaría con gusto los honoresde los #ue ui ob$eto.

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M8os distribuyeron a todos, por turnos, entre los diversos se(ores.Pero nuestro anciano y yo, indigno de mí, tuvimos #ue cabalgar allado del 5ey llevando una bandera blanca como la nieve con una

cru ro$a. ?e habían colocado en este lugar a causa de miavanada edad/ y ambos teníamos los cabellos grises y largasbarbas blancas. Como había atado mis insignias alrededor delsombrero, el $oven 5ey las vio enseguida y me preguntó si ui yo#uien había logrado descirar los signos grabados en el Pórtico.5espondí airmativamente, maniestando un proundo respeto. +erió de mí y me di$o #ue en adelante no había necesidad deceremonia alguna que $o era su padre% 3 continuación me preguntócómo había logrado desempolvarlos a lo #ue respondí MCon agua $ con sal3% 0ntonces se sorprendió por mi sutilea. 0ntusiasmado lecont mi aventura con el pan, la paloma y el cuervo. ?e escuchóbenvolamente y me aseguró #ue esto era la prueba de #ue 'iosme había destinado para una elicidad singular.

: 3sí, caminando, llegamos al primer Pórtico y se presentó elguardi!n vestido de aul. Cuando me vio $unto al 5ey, me tendióuna petición pidindome respetuosamente #ue me acordara ahorade la amistad #ue me había testimoniado. Pregunt al 5ey sobreeste guardi!n y me respondió amistosamente #ue era un clebre y

eminente astrólogo #ue siempre había goado de una altaconsideración $unto al +e(or, su padre. Pero sucedió #ue elguardi!n había arentado a Ienus sorprendindola ycontempl!ndola mientras descansaba en su lecho, y lo habíancastigado hacindolo guardi!n de la primera puerta hasta #uealguien lo liberara. Pregunt si ello era posible y el 5ey respondió

-M+í/ si descubrimos a alguien #ue ha cometido un pecado tanenorme como el suyo lo pondremos de guardi!n en la puerta y el

otro ser! libre.

M'ichas palabras me turbaron proundamente pues bien me decíami conciencia #ue yo mismo era este malhechor. +in embargo mecall y transmití la petición. Cuando el 5ey tomó conocimiento deella tuvo un sobresalto tan violento #ue la 5eina, #ue cabalgabadetr!s nuestro acompa(ada por sus vírgenes y por la otra reina O la#ue habíamos visto cuando la suspensión de los pesos -, se diocuenta y le preguntó sobre la carta. 8o #uiso responder nada y,

estrechando la carta contra l, habló de otra cosa hasta #ue

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llegamos al patio del Castillo a las tres. 3llí ba$amos de los caballosy acompa(amos al 5ey a la sala de la #ue ya habl.

M0l 5ey se retiró inmediatamente con 3tlas a un apartamento y le

hio leer la petición. 3tlas se apresuró a subir al caballo para pedir al guardi!n #ue completara sus inormaciones. 'espus el 5ey sesentó en el trono imit!ndole los dem!s se(ores, damas y doncellas.8uestra Iirgen elogió entonces la aplicación #ue habíamosmostrado, nuestros esueros y nuestras obras y pidió al 5ey y a la5eina #ue nos compensara realmente y #ue la de$aran disrutar enel porvenir de los rutos de su misión.

M0l anciano se levantó a su ve y aseguró #ue lo #ue había dicho laIirgen era e)acto agregando #ue sería $usto satisacer las dosdemandas. 'ebimos retirarnos un instante y nos concedieron acada uno el derecho de ormular un deseo #ue sería escuchado siera realiable, ya #ue se preveía con certidumbre #ue el m!s sabioormularía el deseo #ue m!s le conviniera/ nos invitaron a #uemedit!ramos sobre este tema hasta despus de la comida.

MPara distraerse, el 5ey y a 5eina decidieron $ugar. 0l $uego separecía al a$edre aun#ue tenía otras reglas. %as virtudes estabanen un lado y los vicios del otro/ los movimientos ense(aban la

manera como los vicios tienden trampas a las virtudes y cómo hay#ue librarse de ellas. +ería de desear #ue nosotros dispusiramosde un $uego parecido.

M0n esto llegó 3tlas #ue dio cuenta de su misión en vo ba$a. %oscolores me subieron a la cara pues mi conciencia no me de$abatran#uilo. 0l 5ey me tendió la petición y me la hio leer/ m!s omenos decía lo #ue sigue

• M0n primer lugar el guardi!n maniestaba al 5ey sus votos dedicha y prosperidad con la esperana de #ue tuviera unadescendencia numerosa. 'espus airmaba #ue había llegadoel día en #ue, conorme a la promesa real, debía ser liberado.Pues, seg&n observaciones suyas #ue no podían enga(arlo,Ienus había sido descubierta y contemplada por uno de sushuspedes. +uplicaba a +u ?a$estad 5eal #ue tuviera a bienhacer una encuesta minuciosa/ así conirmaría #ue era ciertosu descubrimiento, y si no, se comprometía a permanecer

deinitivamente al puerta durante toda su vida. Pedía puesmuy respetuosamente a +u ?a$estad #ue le permitiese asistir

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al ban#uete con riesgo de su vida, pues esperaba descubrir así al malhechor y alcanar la liberación tan deseada.

Modo ello estaba e)puesto por e)tenso y con un arte perecto.

Ierdaderamente yo estaba en una situación privilegiada paraapreciar la perspicacia del guardi!n aun#ue para mi era penosa yhubiera preerido ignorarla siempre/ sin embargo me consolpensando #ue #ui!s pudiera ayudarle. Pregunt al 5ey si no habíaotro camino para su liberación. M8o, respondió el 5ey, pues estascosas son de una gravedad especial, pero por esta noche podemosacceder a sus deseosV. 3sí #ue le hio llamar.

M0ntretanto habían servido las mesas en una sala en la #ue nuncahabíamos estado/ se llamaba el Completo. 0staba preparada deuna manera tan maravillosa #ue me es imposible ni si#uieraempear su descripción. 8os condu$eron a ella con gran pompa yceremonias particulares.

M0sta ve Cupido estaba ausente pues, seg&n me di$eron, la arentahecha a su madre lo había indispuesto uertemente/ así mi echoría,origen de la s&plica, ue la causa de una gran tristea. 5epugnabaal 5ey realiar una encuesta entre sus invitados pues habríarevelado los hechos a #uienes a&n los ignoraban. 3sí #ue haciendo

todo lo #ue pudo por parecer alegre, permitió al guardi!n O #ue yahabía llegado O #ue e$erciera una vigilancia estrecha.

M3cabamos por animarnos y nos entretuvimos con toda clase detemas agradables y &tiles. ?e abstengo de recordar el men& y lasceremonias pues el lector no tiene necesidad de ello y tampoco es&til a nuestro in. odo era e)celente, m!s all! de toda mesura, por encima de cual#uier arte o habilidad humana/ y no es en lasbebidas en lo #ue pienso al escribir esto. 0sta comida ue la &ltima y

la m!s admirable de todas en las #ue he participado.

2 )60N 0 )* C2326)* 02 ;'062 0 )6)

Mras el ban#uete #uitaron r!pidamente las mesas y dispusieron encírculo unos hermosos asientos. 3l igual #ue el 5ey y la 5eina nossentamos en ellos $unto al vie$o, las damas y las vírgenes. 'espusun hermoso pa$e abrió el libro admirable del #ue ya he hablado.

3tlas se colocó en el centro de nuestro círculo y nos habló comosigue

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• M+u ?a$estad 5eal no había olvidado en absoluto ni nuestrosmritos ni la aplicación con la #ue habíamos desempe(adonuestras unciones/ para recompensarnos nos había hecho a

todos, sin e)cepción, C3F3%%057+ '0 %3 P60'53 '0757. +ería pues indispensable, no solamente #ueprest!ramos $uramento una ve m!s a +u ?a$estad 5eal, sino#ue tambin nos comprometiramos a observar los puntossiguientes así +u ?a$estad 5eal podría decidir de nuevocómo deber! comportarse respecto a sus aliados.

=/625NT) 0 )* C2326)*0 2 ;'062 0 )6)

M'espus 3tlas hio #ue el pa$e leyera los puntos #ue son lossiguientes

6M+e(ores Caballeros, debis $urar no someter vuestra 7rden aning&n demonio o espíritu, sino colocarla constantemente ba$o la&nica custodia de 'ios, vuestro creador, y de su servidora la8aturalea.

66M5epudiaris cual#uier prostitución, vicio e impurea y nuncaensuciaris vuestra 7rden con esta podredumbre.

666M3yudaris con vuestros dones a todos los #ue los necesiten y seandignos de ellos.

6IM8unca desearis serviros del honor de pertenecer a la 7rden para

conseguir la consideración mundana o el lu$o.

IM8o viviris mayor tiempo #ue el #ue 'ios desee.

M0ste &ltimo artículo nos hio reír largamente y sin duda lo pusieronpara eso. uera lo #ue uese, tuvimos #ue $urar sobre el cetro del5ey.

M3 continuación uimos recibidos Caballeros con la solemnidad decostumbre/ $unto con otros privilegiados se nos concedió poder

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actuar contra la 6N87538C63, la P7F50J3 y la 0805?0'3',seg&n nos pareciera. 'ichos privilegios nos ueron conirmados acontinuación en una pe#ue(a capilla a la #ue nos condu$eron enprocesión. 3llí dimos gracias a 'ios y yo colgu mi Iellocino de 7ro

y mi sombrero para gloria del +e(or/ los de$ allí en conmemoracióneterna. = como pidieron la irma de cada uno, escribí

"umma "cientia nihil scire4r%CHRI"&I56-" R7"E6CRE-&8

Eques aurei .apidis 5nno 9:;<

M?is compa(eros escribieron otras cosas, cada cual seg&n suconveniencia. 3 continuación nos condu$eron de nuevo a la sala yuimos invitados a sentarnos y a decidir vivamente los deseos #ue#uerríamos ormular. 0l 5ey y los suyos se habían retirado a lahabitación/ despus cada cual ue llamado a ella para decir allí supetición, así #ue desconoco las de mis compa(eros.

MPor lo #ue me concierne, pensaba #ue lo m!s loable sería honrar mi 7rden dando prueba de una virtud, y me pareció #ue ninguna uenunca m!s gloriosa #ue la del 3N53'0C6?6087. Pese a #uehabría podido desear algo m!s agradable, me domin y resolví

liberar a mi bienhechor, el guardi!n, aun#ue uese peligroso paramí.

MCuando entr me preguntaron primero si no había reconocido osospechado #uien era el malhechor, ya #ue había leído la s&plica.0ntonces, sin temor alguno, relat en detalle lo #ue había pasado ycomo había pecado por ignorancia, declar!ndome dispuesto a surir la pena #ue por ello había merecido.

M0l 5ey y los otros se sorprendieron mucho por esta conesióninesperada/ me pidieron #ue me retirara un instante. Cuando mellamaron de nuevo, 3tlas me inormó #ue +u ?a$estad 5eal teníamucha pena por verme en este inortunio, a mí, a #uien 0lla amabam!s #ue a todos/ pero #ue %e era imposible #uebrantar +u vie$acostumbre y #ue por lo tanto no veía otra solución sino liberar alguardi!n y transmitirme su carga, deseando al mismo tiempo #ueotro uera cogido para #ue yo pudiese volver a entrar. +in embargono se podía esperar liberación alguna antes de las iestas nupciales

de su hi$o por venir.

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M3brumado con esta sentencia maldi$e a mi boca charlatana por nohaber podido callar dichos sucesos/ inalmente logr recobrar mivalor y, resignado a lo inevitable, cont como este guardi!n mehabía dado una insignia y me había recomendado el guardi!n

siguiente/ #ue gracias a su ayuda ui sometido a la prueba de laFalana y con ello pude participar en todos los honores y en todaslas alegrías/ #ue por lo tanto era $usto mostrarme agradecido con mibienhechor y #ue, puesto #ue no podía ser dierente, le daba lasgracias por la sentencia. 3dem!s, haría con gusto una tareadesagradable en se(al de gratitud para #uien me había ayudado aalcanar el resultado. Pero, como me #uedaba un deseo #ueormular, #uería volver a entrar, con lo #ue liberaría al guardi!n y mideseo, a su ve, me liberaría a mí mismo.M?e respondieron #ue este deseo no era realiable, de lo contrariome habría bastado con desear la liberación del guardi!n. +inembargo, +u ?a$estad 5eal estaba satisecha al constatar con #udestrea había tratado el asunto/ pero #ue 0lla temía #ue ignorasea&n en #u miserable condición me había colocado mi audacia.M0ntonces el buen hombre ue liberado y yo tuve #ue retirarmetristemente. 3 continuación ueron llamados mis compa(eros ytodos volvieron llenos de alegría, lo #ue a&n me aligió m!s, puesestaba persuadido #ue terminaría mis días ba$o la puerta.5ele)ion tambin sobre las ocupaciones #ue me ayudarían a

pasar el tiempo en ella/ por in pens #ue, habida cuenta de miavanada edad, no me #uedaban por vivir sino pocos a(os y #ue lapena y la melancolía acabarían conmigo en breve plao con lo #uemi guardia terminaría/ pronto podría disrutar de un sue(o benicoen la tumba.M?uchos pensamientos parecidos me agitaban/ tan pronto meirritaba pensando en la cosas hermosas #ue había visto y de las#ue sería privado, como me alegraba haber podido participar, pesea todo, en tantas alegrías antes de mi in, así como de no haber

sido e)pulsado vergonosamente. 0sta ue la &ltima tribulación #ueme golpeó, la m!s uerte y la m!s dolorosa.

M?ientras #ue yo estaba ensimismado en mis preocupaciones volvióde la habitación del 5ey el &ltimo de mis compa(eros/ desearon unabuena noche al 5ey y a los se(ores y ueron conducidos a susapartamentos.MPero yo, mísero de mí, no tenía nadie #ue me acompa(ara/ inclusose moaron de mí y, para #ue no me #uedara ninguna duda de #ue

su unción me había sido asignada, me pusieron en el dedo el anillo#ue antes llevaba el guardi!n.

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Minalmente y puesto #ue no debía verlo m!s en su orma actual, el5ey me e)hortó a conormarme a mi vocación y a no actuar contrami 7rden. 'espus me abraó y me besó con lo #ue creícomprender #ue debía empear la guardia desde el día siguiente.

:*in embargo , cuando todos me 7ubierond i r i g i d o a l g u n a s palabras amistosas y

tendido la mano , recomend#ndome a laprotecci%n de 0ios , ui conducido

por dos ancianos , el *eAor de laTorre y 2tlas , a un alo9amiento

maravilloso. 2llí nos esperabantres lec7os y reposamos.

;asamos a$n casi dos.... . . . . . . . . . . . . . . . . .

. . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . .. . . . . . .

3#uí altan apro)imadamente dos olios in-@W/ creyendo ser guardi!n en la puerta al día siguiente, l Del 5utor de estoE entró ensu casa.

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libro fratres lucis 03 bodas quimicas

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