libro de grados de la universidad y academia tomo i

libro de grados

de la universidad y academia

libro 1

actas de la universidad

javerianacolonial

1634 - 1685

�

josé del rey

fajardo, s. j.

Editor

Colección archivo histórico

javeriano

l a univ er si dad jav er iana colonial fue una institución santafereña consagrada a la Educación Su-

perior. Su misión consistía en formar las élites civiles y eclesiásticas no

sólo de los jóvenes que provenían del Nuevo Reino de Granada sino tam-

bién de los más lejanos rincones de la Tierra Firme.

El presente libro se constituye en una fuente precisa y directa de la or-

ganización del claustro universitario javeriano. Desde el conocimiento

de todas sus autoridades y catedráticos, quienes protagonizaron la ges-

tación de una sociedad del conocimiento, hasta la formación recibida

en sus aulas por los egresados que se formaron en las instalaciones de la

“m anzana jesuítica santafereña”.

La publicación que hoy presenta la Secretaría General de la Universidad

Javeriana se fundamenta en la documentación que reposa en el histórico

Colegio Mayor de San Bartolomé y, aunque fragmentada, es la única que

ha sobrevivido a las expulsiones sufridas por los jesuitas en Colombia.

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Paupertas ſapiens.

Archivo Histórico Javeriano

Juan Manuel Pacheco, S.J.

libro de grados de la universidad

y academia

libro 1 1634 - 1685


javeriana colonial

� josé del r ey fa jar do, s . j . , editor

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Paupertas ſapiens.


Juan Manuel Pacheco, S. J.

Gran CancillerP. Adolfo Nicolás, S. J.

Vice-Gran CancillerP. Francisco de Roux Rengifo, S. J.

RectorP. Joaquín Emilio Sánchez García, S. J.

Vicerrector AcadémicoP. Vicente Durán Casas, S. J.

Vicerrectora de InvestigaciónConsuelo Uribe Mallarino

Vicerrector de Extensión y relaciones internacionalesP. Luis Fernando Álvarez, S. J.

Vicerrector del Medio UniversitarioP. Luis Alfonso Castellanos, S. J.

Vicerrector administrativoRoberto Enrique Montoya Villa

Secretario GeneralJairo Humberto Cifuentes Madrid

Director del Archivo Histórico JaverianoGermán Rodrigo Mejía Pavony

Subdirectora del Archivo Histórico JaverianoAlma Nohra Miranda Leal


• libro de grados de la universidad y academialibro 1 1634 - 1685

actas de la universidad javeriana colonial• José del Rey Fajardo, S. J., editor

Archivo Histórico Javeriano Juan Manuel Pacheco, S. J.


Reservados todos los derechos© Pontificia Universidad Javeriana© josé del rey fajardo, s. j.

isbn: 978-958-716-602-6Número de ejemplares: 200Impreso y hecho en Colombia | Printed and made in ColombiaEditorial Pontificia Universidad JaverianaCarrera 7 nº 37-25, oficina 1301Teléfono: 3208320 ext. 4752www.javeriana.edu.co/editorialPrimera edición: mayo de 2013Bogotá, D.C.

Transcripción y paleografía | María Mercedes Ladrón de Guevara León Elaboración de índices | Hernando Castro Vargas Corrección de estilo | Rodrigo DíazDiseño de páginas interiores | Julián Roa TrianaDiagramación y cubierta | Julián Roa Triana y Diego CortésImpresión | Javegraf

Prohibida la reproducción total o parcial de este material, sin autorización por escrito de la Pontificia Universidad Javeriana.

Paupertas ſapiens.

Archivo Histórico JaverianoJuan Manuel Pacheco, S. J.

Libro de grados de la Universidad y Academia / editor José del Rey Fajardo, S. J. ; Archivo Histórico Javeriano Juan Manuel Pacheco, S. J. -- 1a ed. -- Bogotá : Editorial Pontificia Universidad Javeriana, 2013.Contenido: Actas de la Universidad Javeriana colonial, 1634 - 1685 / 1733 - 1756.2 v. ; 24 cm.Incluye referencias bibliográficas e índice.ISBN: 978-958-716-602-6

1. PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA - TESIS Y DISERTACIONES ACADÉMICAS - HISTORIA. 2. PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA - ARCHIVOS - HISTORIA. 3. PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA - HISTORIA. 4. TÍTULOS ACADÉMICOS - HISTORIA - BOGOTÁ (COLOMBIA). I. Rey Fajardo, José del, S. J., 1934-, Ed. II. Pontificia Universidad Javeriana. Archivo Histórico "Juan Manuel Pacheco, S. J."

CDD 378.2 ed. 21Catalogación en la publicación - Pontificia Universidad Javeriana. Biblioteca Alfonso Borrero Cabal, S. J.___________________________________________________________________________________________ech. Enero 15 / 2013


Contenido

libro 1

Nota preliminar

El Libro de Grados o la clave para interpretar la historia del pensamiento javeriano

Libro de la Universidad y Academia fundada en esta Ciudad de Santa Fe. Libro 1. 1634 - 1685

Folio 1r del libro 1Folio 50r del libro 1Folio 100r del libro 1Folio 150r del libro 1Folio 200r del libro 1Folio 250r del libro 1Folio 300r del libro 1Folio 350r del libro 1Folio 400r del libro 1Folio 450r del libro 1

libro ii

Libro de la Universidad y Academia fundada en esta Ciudad de Santa Fe. Libro 11. 1733 - 1756

Folio 1r del libro 11

13

15

49

51107179

246312

402489592688790

11

13


110208312

345

421

569

639

693

705

759

Folio 50r del libro 11Folio 100r del libro 11Folio 150 r y v del libro 11

Índice onomástico general de los libros I y II

Índice onomástico de grados e incorporación a la Universidad. Libro 1

Índice onomástico de grados e incorporación a la Universidad. Libro 11

Índice onomástico de cargos. Libro 1

Índice onomástico de cargos. Libro 11

Anexos

Archivos y bibliografía


11.

AGRADECIMIENTOSEl libro que hoy presentamos es el resultado del trabajo abnegado y eficiente de un equipo multidisciplinar, dadas las dimensiones históricas que reviste la obra que hoy conoce la luz pública. Por eso nos vemos en la obligación moral de dejar sentado nuestro reconocimiento y gratitud a las siguientes personas:

P. Joaquín Emilio Sánchez García, S. J., Rector de la Pontificia Uni-versidad Javeriana, quien desde un principio apoyó este magno proyecto.

P. Antonio José Sarmiento Nova, S. J., quien durante su gestión como Vicerrector del Medio Universitario acogió la idea dentro de la cele-bración de los ochenta años de la Universidad.

P. Fernando Mendoza, S. J., quien como Rector del Colegio Mayor de San Bartolomé confió al Archivo Histórico Javeriano los documentos ori-ginales para su digitalización y transcripción.

Dr. Jairo Humberto Cifuentes Madrid, Secretario General, quien mantuvo siempre la visión de la importancia que reviste este documento vi-tal para la interpretación científica de la Universidad Javeriana colonial.

La historiadora María Mercedes Ladrón de Guevara León, quien asumió la responsabilidad de la transcripción del Libro de Grados y Acade-mia, con el apoyo de Adriana María Castañeda, Sandra Gaitán Guaje, Pedro Díaz Céspedes y Jaime Ríos Valencia.

El equipo del Archivo Histórico Javeriano, en especial a John Jairo Oviedo, el cual realizó toda la digitalización del Libro de grados, así como al historiador Hernando Castro Vargas y Alma Nohra Miranda Leal, Subdirec-tora del Archivo Histórico Javeriano, quienes tuvieron a cargo la revisión y seguimiento permanente durante el tiempo que duró el proyecto.

A todos les manifestamos nuestra gratitud.

P. José del Rey Fajardo, S. J.


13.

NOTA PRELIMINAREl Libro de grados de la Universidad y academia es un proyecto del Archivo Histórico Javeriano que inició en el año 2010, con el fin de dar a conocer una valiosa fuente histórica tanto a la comunidad Javeriana como a los investi-gadores interesados en el estudio de la educación durante la época colonial. Esta obra transcribe los contenidos que se registraban en el Libro de grados de la Universidad Javeriana, los nombres de los profesores y los alumnos, además de los exámenes realizados entre los años 1634 y 1756.

Como notará el lector, el libro de grados se encuentra dividido en dos peri dos: 1634-1685 y 1733-1756. Lo anterior obedece a la distribución propia del original, el cual se encuentra empastado en dos libros. Además, no se conoce el paradero de las fechas faltantes. Es muy probable que el peri do comprendido entre 1686-1732 y 1756-1767 se haya perdido durante la expul-sión de los jesuitas, sin embargo esta es apenas una conjetura.

Debido a que se respetó el orden del documento original, antes de consultar el Libro de grados es necesario aclarar varios aspectos sobre su dis-tribución. En 1938 el P. Daniel Restrepo, S. J., revisó el libro en detalle y encontró un error en el modo como habían sido encuadernados los docu-mentos. El padre Restrepo dejó constancia de estos problemas en notas que adjuntó al libro, las cuales hemos incluido en esta versión y que pueden ser consultadas en los folios 7r y 203r.

Debido a dichos problemas de encuadernación, el Libro de grados debe ser consultado de la siguiente manera: del inicio al folio 5r; de este se debe pasar al 178r y seguir el orden hasta el 202v, y retornar al 6r. De hacerse de esta manera, pues dado que la foliación del libro se encontraba errada, fue necesario realizar una nueva marcación; por lo tanto, los folios que indica el P. Daniel Restrepo, S. J. no corresponden a los que se presentan en esta edición, la cual se encuentra corregida.


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15.

el libro de grados o la clave para interpretar la historia del pensamiento javerianoCon la publicación de los Libros de Grados de la Universidad Javeriana se completa el primer gran ciclo de estudios sobre la gran Casa de los Saberes que sirvió al Nuevo Reino de Granada entre 1605 y 1767 en la gestación de la sociedad del conocimiento.

Un proyecto universitario como el desarrollado por los jesuitas en la capital neogranadina merecía el reconocimiento de una empresa intelectual y cultural bastante silenciada hasta muy entrado el siglo XX.

Se debe visualizar el horizonte de la Universidad Javeriana colonial en su tarea de colaborar en la implantación de una comunidad humana, cul-ta, científica y humanista que se preocupara por los valores espirituales, cien-tíficos, culturales, sociales y educativos a fin de colaborar a la construcción de las nuevas sociedades en el Nuevo Reino de Granada. Y sin lugar a dudas configuró una corporación internacional como lo demuestra la sola enume-ración de los centros jesuíticos, europeos y americanos, que se hicieron pre-sentes en la capital colombiana.

En este sentido es conveniente resaltar que desde su fundación la Casa de los Saberes jesuíticos fue la institución universitaria santafereña que convocó al mayor número de estudiantes, durante toda su existencia colo-nial, provenientes de muchos rincones del Nuevo Reino y de Tierra Firme.


16.

• libro de grados de la universidad y academia - libro 1 Actas de la Universidad Javeriana Colonial 1634 - 1685

Y, a modo de síntesis, dentro del ámbito universitario americano podemos afirmar que la Universidad Javeriana fue parte integral de lo que Mario Hernández Sánchez-Barba denomina el “humanismo jesuítico”, que es el alma de la cultura barroca americana “cimiento de una ilustración es-encialmente literaria y política que […] produce el conflicto eminentemente romántico, expresado en dos direcciones: en la ideología política de la in-dependencia […] y en el pensamiento crítico de la realidad económica… ”1.

visión historiográficaHay que reconocer que la Universidad Javeriana es parte integrante de la historia de los seguidores de Ignacio de Loyola en tierras colombianas, como lo demuestra el Compendio historial del P. Daniel Restrepo2 o Los jesuitas en Colombia3 de Juan Manuel Pacheco. También debemos recoger la preo-cupación de investigadores que intuyeron la riqueza documental que plan-teaban los manuscritos filosóficos y teológicos coloniales javerianos y que fueron siendo censados con una precisión científica4.

1 Mario HERNÁNDEZ SÁNCHEZ-BARBA. “La ilustración indiana”. En: Historia de España. XXXI, 2. La época de la Ilustración. Madrid, Espasa-Calpe, XXXI (1988) 295. Daniel RESTREPO. La Compañía de Jesús en Colombia. Compendio historial y Gale-ría de ilustres varones. Bogotá, Imprenta del Corazón de Jesús (1940) 46-52.

2 Daniel RESTREPO. La Compañía de Jesús en Colombia. Compendio historial y Gale-ría de ilustres varones. Bogotá, Imprenta del Corazón de Jesús (1940) 46-52.

3 Juan Manuel PACHECO. Los jesuitas en Colombia. Bogotá, Editorial San Juan Eudes, I, (1959) 507-539; Hijos de Santiago Rodríguez, II (1962) 249-283; Pontificia Universi-dad Javeriana, III (1989) 409-455

4 Francisco QUECEDO. “Manuscritos teológico-filosóficos coloniales santafereños”. En: Ecclesiastica Xaveriana. Bogotá, 2 (1952) 191-294. Francisco QUECEDO. “Manuscri-tos filosófico-teológicos de la Biblioteca General de la Universidad de Antioquia en Medellín”. En: Universidad de Antioquia. Medellín, 147 (1961) 855-873. Celina LERTORA MENDOZA. Fuentes para el estudio de las ciencias exactas en Colombia. Santafé de Bogotá, Academia Colombiana de Ciencias, 1995. Rafael PINZÓN GARZÓN. La Filosofía en Co-lombia. Bibliografía de los siglos XVI, XVII y XVIII. 1ª. Parte. Bogotá, Universidad de Santo Tomás, 1987.


• el libro de grados o la clave para interpretar la historia del pensamiento javeriano

17.

Más, a nuestro juicio el punto de partida para la reconstrucción de la biografía de tan importante corporación universitaria data del año 1991 cuando el historiador y catedrático de esa institución, Juan Manuel Pache-co publicó el primer ensayo autónomo sobre la personalidad de este centro del saber bogotano el año 19915. Posteriormente han ido conociendo la luz pública diversos estudios parciales que han ido resucitando el genuino pasado javeriano.

Un elemento interpretativo de la curiosidad cultural lo constituye la biblioteca6 y el consiguiente estudio interpretativo7. Este esfuerzo inicial se complementa con el aporte del claustro profesoral que facilita cualquier consulta sobre la vida y obras de sus componentes8. En cuanto a las diversas Facultades que integraron la corporación ya se puede consultar la de Len-guas9, la de Artes o Filosofía10 y la de Jurisprudencia11.

Pero la vida intelectual, cultural y social que se produjo en la de-nominada Manzana jesuítica que se asoma a la Plaza Mayor testifica las

5 Juan Manuel PACHECO. “La Universidad Javeriana de Santafé de Bogotá durante la época colonial”. En: J. DEL REY FAJARDO (Edit). La pedagogía jesuítica en Venezuela. San Cristóbal, I (1991) 7-111.

6 José DEL REY FAJARDO. La biblioteca colonial de la Universidad Javeriana de Bogotá. Caracas, s/f.

7 José DEL REY FAJARDO y Myriam MARÍN CORTÉS (Edit.). La biblioteca colonial de la Universidad Javeriana comentada. Bogotá, Pontificia Universidad Javeriana, Archivo Histórico Javeriano, 2008.

8 José DEL REY FAJARDO. Catedráticos jesuitas de la Javeriana colonial. Bogotá, CEJA, 2002.

9 José DEL REY FAJARDO. La “Facultad de Lenguas” en la Javeriana colonial y sus profe-sores. Bogotá, 2004.

10 José DEL REY FAJARDO y Germán MARQUÍNEZ ARGOTE. La enseñanza de la Filosofía en la Universidad Javeriana colonial (1623-1767). Bogotá Editorial Pontifica Uni-versidad Javeriana, 2010.

11 José del rEY FAJARDO. La Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Javeriana, 1706-1767. Bogotá [en prensa].


18.


dimensiones del proyecto intelectual y moral que mantuvo su vigencia de 1604 a 1767.

Es lógico pensar que los arquitectos intelectuales del gran proyecto universitario estaban convencidos de que ese espacio urbano era sagrado y que cada ciudad se debía construir tanto con la riqueza de sus hitos, mitos y tradiciones así como también con la toma de conciencia de que eran con-vocados como nuevos actores capaces de colaborar en la construcción una nueva sociedad científica, cultural y espiritual.

Dos estudios tratan de recoger el aporte intelectual: el primero se centra en las huellas que permiten acercarse a la generación de la sociedad del conocimiento12; y la segunda intenta recuperar el cuadro general de sus integrantes13.

Dentro de otra perspectiva hay que señalar que durante el mismo pe-ríodo se intensificó el estudio de lo que denominamos “Maestros javerianos”. Así se pueden presentar estudios sobre personas y obras como Juan Martínez de Ripalda14, Francisco Javier Trías15, Mateo Mimbela16 y el jesuita cartesia-no Denis Mesland17.

12 José DEL REY FAJARDO. Los precursores de la ‘Sociedad del conocimiento’ en la Javeria-na colonial. Bogotá, Editorial El Búho, 2010.

13 Alberto GÓMEZ GUTIÉRREZ y Jaime BERNAL VILLEGAS. Scientia Xaveriana: Los jesuitas y el desarrollo de la ciencia en Colombia: siglos XVI-XX. Bogotá, Pontificia Uni-versidad Javeriana, 2008.

14 Germán MARQUÍNEZ ARGOTE y José DEL REY FAJARDO. Vida, obra y pensa-miento del maestro javeriano Juan Martínez de Ripalda (1641-1707). Bogotá, Pontificia Uni-versidad Javeriana, Archivo Histórico, 2006.

15 Germán MARQUÍNEZ ARGOTE y José DEL REY FAJARDO. Física especial y curiosa del maestro javeriano Francisco Javier Trías (1755). Bogotá, Pontificia Universidad Javeriana, 2005.

16 José DEL REY FAJARDO y Germán MARQUÍNEZ ARGOTE. Breve tratado del cielo y los astros del M. Javeriano Mateo Mimbela (1663-1736). Bogotá, Pontificia Universidad Javeriana, 2004.

17 José DEL REY FAJARDO y Germán MARQUÍNEZ ARGOTE. Denis Mesland amigo de Descartes y maestro javeriano (1615-1672). Bogotá, CEJA, 2002.



19.

De igual forma la Academia de San Francisco Javier se hace presente con aportes singulares como su proyección y aporte a los mundos indíge-nas, tanto del altiplano como de la Orinoquia18 y su visión cartográfica de esta última19.

Mas para ubicar al investigador que desea conocer el medio en el que se desarrolló la intensa actividad académica trataremos de completarla con una síntesis del proyecto jesuítico llevado a cabo en la Manzana presente en la Plaza Mayor. En este sentido también juegan un papel decisivo en la histo-ria de la formación del pensamiento neogranadino dos entidades vitales: el Colegio Mayor de San Bartolomé y la Iglesia de San Ignacio.

Dos novedades introdujo la fundación del Colegio Mayor de San Bar-tolomé: la primera significó una extraordinaria experiencia piloto, como fue la visión de formar conjuntamente tanto las élites eclesiásticas así como las civiles para una nueva sociedad que exigían el Estado, la Iglesia y la cultura; y la segun-da, incorporarlas a la vida universitaria bajo el concepto de Colegio Mayor20.

Ciertamente esta entidad fue uno de los hogares privilegiados don-de se formó una gran parte del capital humano y social neogranadino en ciencias, virtud, letras y política porque siempre fue una ventana abierta a las corrientes intelectuales provenientes de Europa y a la vez centro de su-ministro de ideas, libros e inquietudes para mejorar las virtudes cívicas y la comunidad del pensamiento21.

18 José DEL REY FAJARDO. La Universidad Javeriana, intérprete de la “otredad” indígena (siglos XVII-XVIII). Bogotá, Pontificia Universidad Javeriana, 2009.

19 DEL REY FAJARDO, José. El aporte de la Javeriana colonial a la cartografía orinoquen-se. Bogotá, Pontificia Universidad Javeriana, 2003.

20 William JARAMILLO MEJÍA. Real Colegio Mayor y Seminario de San Bartolomé. -Nobleza e hidalguía- Colegiales de 1605 a 1820. Santafé de Bogotá, Instituto Colom-biano de Cultura Hispánica, 1996. Daniel RESTREPO, Guillermo y Alfonso HERNÁN-DEZ DE ALBA. El Colegio de San Bartolomé. I. El Colegio a través de nuestra historia. Por el P. Daniel Restrepo S.J. II. Galería de hijos insignes del Colegio. Por Guillermo y Alfonso Hernández de Alba. Bogotá, 1928.

21 Véase: José DEL REY FAJARDO. Jesuitas, libros y política en el Real Colegio Mayor y Seminario de San Bartolomé. Bogotá, Publicaciones Editores, 2004.


20.


Si la Casa de los Saberes fue capaz de convocar las inquietudes de superación intelectual de las juventudes neogranadinas, también la Casa de Dios de la “Manzana jesuítica” se convirtió en un lugar privilegiado para que todos los estamentos de la sociedad santafereña pudieran mirar al cielo y buscar las luces y los favores divinos.

Son diversos los modos como se puede visualizar el simbolismo del templo emblema de la Compañía de Jesús en la capital santafereña22. De entrada podemos afirmar que en él no sólo se dieron cita arquitectos, pintores, esculto-res, músicos, fundidores y artes afines, sino que además convocó todo un movi-miento religioso con su alud de oradores sagrados, congregaciones, devociones y una sociedad que buscaba beber el deber ser como parte vital de una cultura que pugnaba por edificar la arquitectura de una identidad espiritual mestiza23.

Así pues, la majestuosa iglesia dedicada a Ignacio de Loyola de-bía también colaborar a la creación de una memoria colectiva, pues en los símbolos y los lenguajes formales de cada pueblo residen los instrumentos que nos permiten analizar e imaginar, creer y crear, decidir, amar y resistir24.

22 Hubiera sido interesante conocer el libro que en 1694 preparaba para la imprenta don Francisco Gutiérrez de Céspedes y Silva: “Entramos a tratar un punto, sobre el cual tiene dispuesta para la imprenta una muy discreta, puntual, y copiosa relación Don Francisco Gutiérrez de Céspedes y Silva vecino principal desta ciudad; y aunque esta nos pudiera haber escusado de referir aquí brevemente lo mismo, pero como no está aún impresa, ni sabemos cuándo se imprimirá, es fuerza no diferir el participar unas noticias, que sin duda causaran gusto a todos los buenos hijos de la Compañía” (APT. Leg., 26. Letras anuas de la Provincia del Nuevo Reyno de Granada de la Compañía de Jesús desde el año 1694 hasta fines de 98. Fol. 33v). Asimismo, es un punto de referencia obligado la historia que recogen las citadas Cartas annuas (fols., 33v-55v).

23 Patricia RENTERÍA SALAZAR. Arquitectura en la Iglesia de San Ignacio de Bogotá. Modelos, influjos, artífices. Bogotá, CEJA, 2001. Gloria ZULOAGA. “Estudio cronológico para la interpretación constructiva del templo de San Ignacio en Bogotá”. En: Allan R. BREWER-CARÍAS, et alii. Libro homenaje al Padre José del Rey Fajardo sj. Caracas, Edito-rial Jurídica Venezolana (2005) 45-65. Una síntesis puede verse en: Fernando ARELLA-NO. El arte jesuítico en la América Española (1568-1767). San Cristóbal (1991) 87-96.

24 Alfonso ALFARO. “Una tradición para el futuro”. En: Ana ORTIZ ISLAS (Coord.). Ad maiorum Dei gloriam. La Compañía de Jesús promotora del arte. México (2003) 15.



21.

cronología fundacionalLa implantación de los estudios en la Universidad Javeriana seguiría

el siguiente cronograma: en 1605 se abrirían dos clases de Gramática25, los cursos de Filosofía en 160826, los de Teología Escolástica y Teología Moral en 161227, la cátedra de Lengua Chibcha en 161328; la cátedra de Vísperas hacia 161629, la cátedra de Medicina en 163630, los estudios de Cánones y Leyes en

25 Gonzalo de LYRA. Letras Annuas de la Provincia del Nuevo Reino de Granada de los años 1611 y 1612. (ARSI. N. R. et Q. 12. Historia, I, fol. 63): “En dos clases de gramática leen dos de los Maestros, a buen número de estudiantes, de cuyo fruto ha gozado ya la ciudad oyendo declamaciones, oraciones latinas, viendo epigramas, hieroglíficos y otros géneros de poesías que en varias ocasiones de fiestas y exequias de la reina se han sacado a luz”.

26 José DEL REY FAJARDO y Germán MARQUÍNEZ ARGOTE. La enseñanza de la Filosofía en la Universidad Javeriana colonial (1623-1767). Bogotá Editorial Pontifica Uni-versidad Javeriana (2010) 43-44. Juan Manuel PACHECO. Los jesuitas en Colombia. Bo-gotá, I (1959) 109.

27 José DEL REY FAJARDO. Los precursores de la ‘Sociedad del conocimiento’ en la Javeria-na colonial. Bogotá, Editorial El Búho (2010) 250, 197.

28 ARSI. N. R. et Q. I. Epistolae Generalium. Aquaviva a Lyra, 28 de enero 1614, fol., 33 (Luego en 1613 ya estaba funcionando). Los Estudios superiores de Teología se abrieron en 1612. Cfr. Letras Annuas de la Provincia del Nuevo Reyno de Granada de los años 1611 y 1612. (ARSI. NR et Q. 12-1, fol., 63). En 1616 volvía el P. General a hablar sobre la cátedra de Lengua Indígena (ARSI. N.R. et Q. I. Epistolae Generalium, fol. 42. Aquaviva a Lyra, 8 enero 1616). A. LEE LÓPEZ. “Gonzalo Bermúdez, Primer Catedrático de la Lengua General de los Chibchas”. Boletín de Historia y Antigüedades. Bogotá, L (1964) 183-217.

29 José DEL REY FAJARDO. Los precursores de la ‘Sociedad del conocimiento’ en la Jave-riana colonial, 232.

30 Daniel RESTREPO y Guillermo y Alfonso HERNANDEZ DE ALBA. El Colegio de San Bartolomé. I. El Colegio a través de nuestra historia. Por el P. Daniel Restrepo, S. J. Bogotá (1928) 25-26. Jesús María FERNANDEZ y Rafael GRANADOS. La obra civiliza-dora de la Iglesia en Colombia. Bogotá (1936) 71-72. Guillermo HERNANDEZ DE ALBA. Aspectos de la cultura en Colombia. Bogotá (1947) 105-113. Juan Manuel PACHECO. Los jesuitas en Colombia. Bogotá, I (1959) 538-539.


22.


170631, y la cátedra de Sagrada Escritura en 172232.Sin embargo, la aprobación legal de la Corona hispana de los estu-

dios que los jesuitas desarrollaban en Bogotá tuvo el siguiente recorrido.El 9 de julio de 1621 el papa, Gregorio XV [1621-1623], otorgaba las

Letras Apostólicas In Supereminenti a favor de la Compañía de Jesús por las que confería a los grados que se obtuvieran en los colegios jesuíticos valor universal, pero mantenía la validez únicamente para diez años33.

Este Breve obtuvo el placet del Gobierno español el 12 de noviembre de 162134. El 2 de febrero de 1622, mediante cédula real, el propio monarca ordenaba a las autoridades eclesiásticas darle ejecución35 y el 23 de marzo repetía la acción jurídica con las autoridades civiles36.

El 13 de junio de 1623 se presentaba el Rector del Colegio Máximo de la Compañía de Jesús en Santa Fe de Bogotá, Baltasar Mas Burgués37, ante la Real Audiencia y entregaba todos los documentos que autorizaban al Colegio Máximo de la Compañía de Jesús para conferir grados. Asimis-mo, presentó las constituciones y reglas de la Academia Javeriana y a la vez

31 Juan Manuel PACHECO. “La Universidad Javeriana de Santafé de Bogotá durante la época colonial”. En: J. DEL REY FAJARDO (Edit). La pedagogía jesuítica en Venezuela. San Cristóbal, I (1991) 112-114.

32 José DEL REY FAJARDO. Los precursores de la ‘Sociedad del conocimiento’ en la Jave-riana colonial, 30.

33 Francisco J. HERNÁEZ. Colección de Bulas, Breves y otros documentos, II, 447. Gui-llermo HERNANDEZ DE ALBA. Documentos para la historia de la educación en Colombia, I, 141-142.

34 José Abel SALAZAR. Los Estudios Eclesiásticos Superiores en el Nuevo Reino de Gra-nada (1563-1810). Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (1946) 503.

35 Francisco J. HERNÁEZ. Colección de Bulas, Breves y otros documentos, II, 448. HER-NANDEZ DE ALBA. Documentos para la historia de la educación en Colombia, I, 142-143.

36 Guillermo HERNANDEZ DE ALBA. Documentos para la historia de la educación en Colombia, I, 144-145.

37 José DEL REY FAJARDO. Biblioteca de Escritores jesuitas neogranadinos. Bogotá, Edi-torial Pontificia Universidad Javeriana (2006) 433-436.



23.

solicitó del Presidente la correspondiente aprobación mientras se obtenía la confirmación del Consejo de Indias38.

Las Leyes de Indias son muy claras en esta materia, pero sólo se de-tienen largamente cuando se trata de las universidades públicas como Méxi-co o Lima39, mientras apenas legislan cuando se trata de las “particulares”40. Prácticamente son las llamadas “universidades menores”, con cátedras y pri-vilegios limitados, con facultades restringidas para graduar. La ley se limita a establecer que “se guarde lo dispuesto para cada una de ellas”, que en ellas “se ganen cursos y den grados” y que deben además poseer “Breves y Bulas” de la Santa Sede. Finalmente, “las que fueren de tiempo limitado” deben acudir al Consejo de Indias “a pedir las prorrogaciones”41.

Nombrado Visitador de la Provincia del Nuevo Reino el P. Rodrigo de Figueroa42 el año 1634 revisó cuidadosamente el sistema de los estudios superiores en Santafé de Bogotá. Y así asentaba en las “Órdenes que pertene-cen a la Universidad” que se “guarden las constituciones hechas, y de nuevo reconocidas, y firmadas en esta visita, acerca de la Universidad y estudio ge-

38 En la copia de la Real Cédula del 2 de febrero de 1622 se lee al pie: “El 13 de junio de 1623 se presentó con el breve y esta cédula el padre Baltasar Mas Burgués, rector del Colegio Máximo de la Compañía de Jesús en Santa Fe, y dijo: que para conferir los grados estaban hechas unas reglas y constituciones que se habían de confirmar en el Real Consejo de Indias y que en el ínterin las confirmase el presidente, y en esta con-formidad el mismo año de 1623 se fundo la academia conforme a dicha cédula y Breve”. HERNANDEZ DE ALBA. Documentos para la historia de la educación en Colombia, I, 144. (Original en. AGI. Santafé, 403).

39 Recopilación de Leyes de los Reynos de Indias, mandadas imprimir y publicar por la Ma-gestad Católica del Rey Don Carlos II… Madrid, 1680. Reimpresión por el Consejo de la Hispanidad, Madrid, 1943. Libro I, título XXII. Ley 1ª.

40 Recopilación de Leyes de los Reynos de Indias, mandadas imprimir y publicar por la Ma-gestad Católica del Rey Don Carlos II… Libro I, título XXII. Ley 2ª.

41 Recopilación de Leyes de los Reynos de Indias, mandadas imprimir y publicar por la Ma-gestad Católica del Rey Don Carlos II… Libro I, título XXII. Ley 2ª.

42 José DEL REY FAJARDO. Biblioteca de Escritores Jesuitas Neogranadinos. Bogotá, Editorial Pontificia Universidad Javeriana (2006) 283-286.


24.


neral, que conforme a nuestras bulas hay en este Colegio con aprobación de la Real Audiencia, las cuales estarán de buena letra en un libro que tendrá el Padre Rector y otro el Prefecto de Estudio mayores”43.

la estructura organizativaEn la legislación educativa de la Compañía de Jesús expresamente se des-lindan los Estudios Mayores de los Inferiores; los primeros atendían funda-mentalmente a la Facultad de Teología, a la de Filosofía y a la de Jurispru-dencia y los segundos al aprendizaje de las lenguas y la retórica, a través de la Facultad de Lenguas.

De esta suerte se estatuyen dos direcciones netamente diferenciadas: el Prefecto de los Estudios Superiores44 y el Prefecto de los Estudios Inferio-res45, quien en lo académico dependía del primero46.

La organización académica de la Universidad Javeriana era muy sim-ple, dado que era una universidad pequeña con tres facultades mayores (teo-logía, artes y jurisprudencia)47 y una menor (la de lenguas).

Al ser “particular”, es decir, privada se reducía todo el aparato buro-crático oficial y se centraba en las autoridades académicas, los oficiales uni-versitarios, los catedráticos y los estudiantes.

43 APT. Fondo Astráin, 18. Órdenes antiguas, que por orden de N. R. P. Lorenzo Ricci, ya no están en uso y deven guardarse en el Archivo. “Órdenes que pertenecen a la Universidad”, nº., 1, fol., 13v.

44 José DEL REY FAJARDO. La pedagogía jesuítica… “Reglas del Prefecto de Estudios” (pp. 179-185)

45 José DEL REY FAJARDO. La pedagogía jesuítica… “Reglas del Prefecto de los Estu-dios Inferiores” (pp. 218-229).

46 José DEL REY FAJARDO. La pedagogía jesuítica… “Reglas del Prefecto de los Estu-dios Inferiores”. Regla 2 (pp. 218-219).

47 Para una visión de las Facultades Mayores, véase: José DEL REY FAJARDO. Los precursores de la ‘Sociedad del conocimiento’ en la Javeriana colonial. Bogotá, Editorial El Búho, 2010.



25.

El claustro profesoral javeriano lo componían: el Rector; el Canci-ller; los dos Prefectos; los catedráticos de Prima Theologia, de Vísperas, de Moral, de Artes, de Sagrada Escritura, los de Humanidades (los dos catedrá-ticos y el director del Seminario de Letras Humanas), el de Lengua Chibcha, y en el siglo xviii los tres de Derecho Civil y Canónico48.

De igual forma, el bibliotecario integraba el cuerpo académico-administrativo de la Javeriana y solía ser una persona muy competente en el mundo de las lecturas y de las ciencias que se manejaban en la Universidad.

El ámbito de los oficiales universitarios se completaba con tres Be-deles: el mayor, que era el depositario de las propinas, y dos menores que servían de maceros49. Ellos contribuyeron de forma eficiente a resaltar la so-lemnidad de todos los actos.

El claustro estudiantil lo integraban los alumnos jesuitas que vivían en el Colegio Máximo, los alumnos del Colegio Mayor de San Bartolomé y los alumnos externos50. Con respecto a este último conglomerado debemos señalar dos grupos: los miembros de otras órdenes religiosas que se forma-ban en las aulas javerianas y los alumnos externos, que únicamente acudían a las clases de la Universidad pero vivían en sus casas de familia o en otro tipo de residencias; eran los manteístas o mantelatos “que así se llaman en Salamanca los que estudian afuera”51.

48 José DEL REY FAJARDO. Los precursores de la ‘Sociedad del conocimiento’ en la Javeria-na colonial. Bogotá, Editorial El Búho, 2010.

49 Fórmula de graduar…, &. 1.

50 William JARAMILLO MEJíA. Real Colegio Mayor y Seminario de San Bartolomé. Bogotá, Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, 1996. José DEL REY FAJARDO. Jesuitas, libros y política en el Real Colegio Mayor y Seminario de San Bartolomé. Bogotá, Pu-blicaciones Editores, 2004.

51 Biblioteca Nacional de Colombia. Libros raros y curiosos. Mss., 130. Joseph ORTIZ Y MORALES. Observaciones curiosas y doctrinales que ha hecho en su vida política desde el día 11 de febrero del año 1658 en que nació hasta el día en que las escribe (…) a 11 de febrero de 1713. Citado por Germán MARQUÍNEZ. Breve tratado del cielo y de los astros, 88.


26.


las facultadesA fin de poder recurrir a la consulta relativa a las Facultades haremos una somera alusión a las siguientes: Lenguas, Filosofía, Teología y Jurispruden-cia. Completamos este panorama con las cátedras que surgieron como com-plemento a la formación que impartía la Academia: la de la enseñanza del Chibcha, la de Sagrada Escritura y la de Medicina.

Facultad de Lenguas El 1º de enero de 1605 se inauguraron con toda solemnidad los estudios de humanidades en lo que a partir de 1623 sería la Universidad Javeriana52.

Para el programa de los estudios gramaticales la Ratio recurre a la obra del jesuita portugués Manuel Álvarez53. En “Ínfima” se debe regir por el Libro I y una breve introducción de la sintaxis extractada del Libro II. En “Media”, el Libro II, desde la construcción de las ocho partes de la oración hasta la cons-trucción figurada, amén de los apéndices más fáciles. Y en “Suprema”: del Libro II, de la construcción figurada hasta el fin, y del Libro III la métrica54.

Con respecto a las humanidades y retórica, si bien es verdad que la Ratio hace alusión al P. Mario Soares55 también se remite a la Retórica de Cicerón y a la Retórica y Poética de Aristóteles56.

Este proyecto literario constituyó la base de la formación de innu-merables generaciones del Nuevo Reino (1605-1767) que aprendieron el ge-nuino valor de la palabra57, pues sólo existe si se da en ella algún encuentro.

52 ARSI. N. R. et Q. 12, fol. 33. Carta annua anonima.

53 Edda SAMUDIO. José DEL REY FAJARDO. Manuel BRICEÑO JAUREGUI. El Colegio San Francisco Javier en la Mérida colonial, germen histórico de la Universidad de los Andes. Mérida, Universidad de los Andes, 2003. Véase el tomo 8º.

54 Ratio Studiorum. “Reglas del Prefecto de Estudios Inferiores”, 8 & 2.

55 Ratio Studiorum. “Reglas del Profesor de Humanidades”, 1. “Reglas del Prefecto de los estudios inferiores”, 13.

56 Ratio Studiorum. “Reglas del Profesor de Retórica”, 1.

57 Juan Manuel PACHECO. Los jesuitas en Colombia. I, 540-542.



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La enseñanza de la Retórica creó en la Nueva Granada la denomina-da “República de las Letras”, pues fuera de las ciencias esta disciplina cons-tituyó el único prestigio social e intelectual hasta mediados del siglo xviii. Como estatuye Roland Barthes, la Ratio Studiorum de los jesuitas consagra la preponderancia de las humanidades y de la retórica latina en la educación de las juventudes. Su fuerza formativa la deriva de la ideología que legaliza, la “identidad entre una disciplina escolar, una disciplina de pensamiento y una disciplina de lenguaje”58.

En el caso específico de la Facultad de Lenguas de la Universidad Javeriana se enseñaron tres lenguas: la latina, como vehículo internacional para insertarse en la ciencia y la cultura; la castellana, como expresión genui-na de identidad con el imperio y la nación; y la chibcha, como desideratum para acercarse y comprender a los autóctonos.

Fundamentaremos nuestro análisis en tres parámetros altamente significativos: el primero lo ciframos en la devoción por los actos literarios, que fueron cultivados con fervor en la Facultad de Lenguas a lo largo de su historia; el segundo lo centraremos en el aporte literario de los egresados de esa Facultad; el tercero lo definiría el teatro escolar.

Para el que desee profundizar en estos temas lo remitimos a nuestro libro sobre la Facultad de Lenguas59.

Facultad de ArtesLos estudios de Filosofía se iniciaron en 1608 como expresión genuina del deseo de los alumnos que provenían de la Facultad de Lenguas y por presión de los poderes públicos santafereños60.

58 Roland BARTHES. Investigaciones retóricas. I. La antigua retórica. Buenos Aires (1974) 37.

59 José DEL REY FAJARDO. La “Facultad de Lenguas” en la Javeriana colonial y sus pro-fesores. Bogotá, 2004.

60 ARSI. N. R. et Q. 12-I, fol. 43. Cartas Annuas de 1608 y 1609: “… han cursado [en la Facultad de Lenguas] al pie de cien estudiantes, saliendo algunos de ellos muy buenos latinos y retóricos […] que me han obligado, pidiéndolo así el señor presidente y toda la audiencia, a que se ponga un curso de artes, como lo he puesto”.


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Pensamos que el primer profesor de Filosofía en el Colegio Máximo de Santafé de Bogotá fue el P. Tomás Gracián61. Había atravesado el Atlán-tico el año 1608 al mando del P. Juan de Olivares62 con destino al Perú, mas al llegar al Nuevo Reino decidió el Superior de la expedición dejar en la na-ciente provincia al P. Gracián63.

La carrera de Filosofía se extendía por un trienio64. En la Javeriana se dictaban diariamente dos clases: una por la mañana, de nueve a diez y me-dia, y otra por la tarde, de dos y media a tres y media65. Hay que señalar que un solo y único catedrático enseñaba a su cohorte durante los tres años. Al primer año solía llamársele Lógica, al segundo Física y al tercero Metafísica.

Es de lamentar que el catedrático de artes no hiciera carrera en la Universidad Javeriana, pues en la mayoría de los casos la filosofía significaba un salto hacia las ciencias teológicas. Hasta el momento no hemos podido dar con el verdadero criterio de esta forma de actuar. También conviene des-tacar la figura del “pasante” quien solía ser un estudiante de Teología y se desempeñaba como tal en el Real Colegio Mayor de San Bartolomé; gene-

61 Para su biografía, véase: José DEL REY FAJARDO. Los precursores de la ‘Sociedad del conocimiento’ en la Javeriana colonial, 135-136.

62 Agustín GALÁN GARCÍA. El Oficio de Indias de los jesuitas de Sevilla 1566-1767. Sevi-lla, Fundación Fondo de Cultura de Sevilla (1995) 225. Según este informe era estudiante.

63 ARSI. N. R. et Q. 1, fol. 14. Carta al P. Luis de Santillán. Roma, 8 de septiembre de 1609: “Aprobamos lo que hizo el Padre Juan de Olivarez dexando en esa provincia a los Padres Tomás Gracian y Padre Antonio Basoia y al hermano Cristoval Mexias escolar de los que llevava para Lima”.

64 Para la información relativa al ordenamiento de los estudios nos remitimos a la Ratio Studiorum y a la Praxis de los estudios para este colegio de Quito, sacado de varias órdenes que han dejado acerca de esto el P. Rodrigo de Figueroa, Visitador y los Padres Provinciales de esta provincia; los cuales ha reducido a método el P. Hernando Cavero, provincial de ella, ha-biéndolos primero consultado con el P. Rector y sus consultores, y con los maestros de este colegio a 15 de abril de 1666. En: José JOUANEN. Historia de la Compañía de Jesús en la Antigua Provincia de Quito 1570-1774. Quito, I (1941) 568-586 [en adelante citaremos: Praxis]. Para el pensum, véase: Ratio Studiorum. Reglas del Profesor de Filosofía, nº. 208-218.

65 Praxis, 570.



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ralmente, solía devenir en Profesor de Filosofía en la Javeriana al expirar el trienio del maestro que dictaba el curso de artes.

El pensum abarcaba tres grandes bloques conceptuales: la Lógica para el primer año, la Física para el segundo y la Metafísica para el tercero. El texto fundamental era el de Aristóteles66 y, como es natural, explicado por sus comentaristas más célebres67.

El primer año debía estar consagrado a la Lógica, aunque los dos primeros meses debían estar dedicados a las Súmulas con la observación de que debía llevarse a cabo “no tanto dictando cuanto explicando”68 y debían servirse de los textos de Francisco de Toledo69 o de Pedro de Fon-seca70. De los prolegómenos de la Lógica “discuta solamente si es ciencia y de qué materia” y algunas cosas de las segundas intenciones; el tema de los universales había que dejarlo para la metafísica71. De los predicamentos proponga “algunas cosas más fáciles” y de la analogía y la relación trate lo suficiente para facilitar las discusiones72. Debía dar en compendio el libro segundo De interpretatione (Perihermeneias) y los dos de Analytica Priora, excepto los ocho o nueve capítulos del primero, pero sí debía tratar los contingentes, “evitando toda alusión al libre arbitrio”73. Para concluir el

66 Ratio Studiorum [219].



69 John Patrick DONNELLY. “Toledo, Francisco de”. En: Charles E. O’NEILL y Joa-quín Mª DOMÍNGUEZ. Diccionario histórico de la Compañía de Jesús. Roma-Madrid, IV (2001) 3807-3808.

70 José VAZ DE CARVALHO. “Fonseca, Pedro da”. En: Charles E. O’NEILL y Joaquín Mª DOMÍNGUEZ. Diccionario histórico de la Compañía de Jesús. Roma-Madrid, II (2001) 1478.

71 Ratio Studiorum, [209].




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primer curso debía tratarse el problema de la ciencia, es decir, los prolegó-menos de la Física como “las divisiones de las ciencias, las abstracciones, lo especulativo, lo práctico, la subalternación, también el modo diverso de proceder en la física y en las matemáticas […] y por fin lo que dice de la definición en el libro segundo del Alma”74. Finalmente, los “pasajes y los sofismas de los Tópicos y de los Sofísticos Elencos” debían explicarse al comienzo de la Lógica75.

La Física se expandía por todo el segundo año y el programa recorría los ocho libros de Física, los relativos al Cielo y el primero sobre la Genera-ción. Pero a continuación se especifica que en los libros de Física debía darse un compendio de los libros sexto y séptimo, y del primero “la parte que trata de las opiniones de los antiguos”. Del libro octavo sugiere que no se discuta “el número de las inteligencias, ni sobre la libertad, ni sobre la infinidad del primer motor”, temas que debían ser estudiados en el curso de la Metafísi-ca76. El profesor podría omitir los libros segundo, tercero y cuarto de “El Cielo” y centrarse en algunas cuestiones sobre los Elementos y sobre la sus-tancia e influencias del Cielo. Las “demás cuestiones déjense para el profesor de matemáticas o reúnanse en un compendio”77. Y debía concluirse el curso con la Meteorología78.

El programa del tercer año se centraba en la Metafísica. Se componía del libro segundo sobre la Generación, los libros acerca del Alma y los de Metafísica. En el primer libro del Alma debía recorrer de forma sumaria las teorías de los filósofos antiguos y en el segundo contentarse con los órganos de los sentidos, y no desviarse al campo de la medicina79. El Maestro tenía que ser acucioso en la explicación del proemio y de los libros séptimo y duo-









31.

décimo de la Metafísica y dejar para la teología las cuestiones acerca de Dios y de las Inteligencias80.

Para mayores detalles nos remitimos al estudio de la enseñanza de la Filosofía en esta Facultad en tiempos coloniales81.

Facultad de TeologíaEn 1612 dieron comienzo los estudios de Teología en el Colegio Máximo de la Compañía de Jesús en el Nuevo Reino de Granada82. Pedro de Mercado, al historiar los orígenes de lo que devendría en la Facultad de Teología de la Universidad Javeriana, anota que para encargarse de esta delicada misión, envió el P. Claudio Aquaviva “hombres insignes que regentasen las cátedras, cuales fueron el P. Antonio Agustín, el padre Francisco de Lugo, el padre Lorenzo [por Gerónimo] Lasarraga”83.

El currículum teológico abarcaba cuatro años. La Universidad Javeria-na cubría esta facultad con cuatro profesores: dos de Teología dogmática: uno que era llamado maestro de prima y el segundo maestro de Vísperas; a ellos se añadía uno de Teología moral y otro de Sagrada Escritura en el siglo xviii.

El maestro de Prima dictaba su clase de ocho y cuarto de la mañana hasta las nueve y cuarto. El maestro de Vísperas de nueve y media a diez y me-dia. Las clases de Teología moral y Sagrada Escritura se tenían por la tarde84.

El pensum de la denominada Teología escolástica se regía por el plan de la Summa Theologica de santo Tomás de Aquino y en la Ratio se explicita lo


81 José DEL REY FAJARDO y Germán MARQUÍNEZ ARGOTE. La enseñanza de la Filosofía en la Universidad Javeriana colonial (1623-1767). Bogotá, Editorial Pontificia Uni-versidad Javeriana, 2010.

82 ARSI. N. R. et Q. 12-I, fol. 63. Letras Annuas de la Provincia del Nuevo Reyno de Gra-nada de los años 1611 y 1612.

83 Pedro de MERCADO. Historia de la Provincia del Nuevo Reino y Quito de la Compañía de Jesús, I, 32.

84 Praxis, 570.


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que debía enseñar cada profesor85. Dada la escasez de hombres competentes, es lógico que se abriera el curso de Teología escolástica a cargo del P. Antonio Agustín y el de Teología Moral bajo la tutela de Gerónimo Lazarraga86.

El primer catedrático de Prima fue el P. Antonio Agustín (1562-1636)87. Atravesó el Atlántico el año 1612 en la expedición del P. Luis de Santillán88. Para la consulta del elenco de catedráticos de Prima nos remi-timos a Los precursores de la “Sociedad del Conocimiento en la Javeriana colonial”89.

El iniciador de la Teología Moral en el Colegio Máximo de Santafé de Bogotá fue el P. Gerónimo Lazarraga90 y el año 1612. Para la consulta del

85 El Profesor de Prima “… explique el primer año 43 cuestiones de la primara parte [de la Summa Theologiae]; el segundo año la materia de los ángeles y veintiún cues-tiones de la Prima secundae; el tercer año desde la cuestión 55 o la 71 hasta el fin de la Prima secundae; el cuarto año, de la Secunda Secundae, la materia de fe, esperanza y caridad” [Ratio Studiorum, nº. 174 & 1]. El segundo profesor “… explique el primer año de la Secunda secundae las cuestiones de la justicia y el derecho y algunas principales de la religión; el segundo, de la Teria parte de las cuestiones de la encarnación; y si puede, al mensos, lo más importante de los sacramentos en general; el tercero, del bautismo y de la eucaristía, si puede, del orden, la confirmación y la extremaunción; el cuarto, de la penitencia y el matrimonio” [Ratio Studiorum, nº. 174, & 2].

86 Para la Biografía, véase: José DEL REY FAJARDO. Los precursores de la ‘Sociedad del conocimiento’ en la Javeriana colonial. Bogotá, Editorial El Búho (2010) 197-198.

87 José DEL REY FAJARDO. Biblioteca de escritores jesuitas neogranadinos, 79-81.

88 José DEL REY FAJARDO. Documentos jesuíticos, III, 12-13: “Padre Antonio Agustin natural de Çaragoza arzovispado de la misma çiudad, hijo de Juan Agustin y de Phelipa Agustin, de hedad de quararenta y nueve años, 32 de compañia, 13 de profeso de quatro botos aviendo leido çinco años de artes y siete de theologia, tres revisor de libros, en Roma y otros tres rector”.

89 José DEL REY FAJARDO. Los precursores de la ‘Sociedad del conocimiento’ en la Javeria-na colonial. Bogotá, Editorial El Búho (2010) 249-273.

90 Para su biografía véase: José DEL REY FAJARDO. Los precursores de la ‘Sociedad del conocimiento’ en la Javeriana colonial, 197.



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elenco de catedráticos de Moral nos remitimos a Los precursores de la “Socie-dad del Conocimiento” en la Javeriana colonial 91.

Sospechamos que la cátedra de Vísperas debió comenzarse el año 1616 y que su fundador fue el P. Francisco de Victoria, pues el catálogo de 1616 afirma que el P. Francisco de Victoria había enseñado Teología Moral y ahora Escolástica92. Para la consulta del elenco de catedráticos de Vísperas nos remitimos a Los precursores de la “Sociedad del Conocimiento en la Jave-riana colonial 93.

Cátedra de Sagrada EscrituraPensamos que se debió iniciar en octubre de 1722, pues el 27 de marzo de 1723 le contestaba el P. General al Provincial mostrando su satisfacción por “el nuevo entable” de la cátedra de Escritura y solicitaba que tuviera clase diaria al modo de los Colegios de Europa94.

Para el pensum y la metodología de la enseñanza nos remitimos a la Ratio Studiorum95. Para la consulta del elenco de catedráticos de Sagrada Escritura nos remitimos a Los precursores de la “Sociedad del Conocimiento en la Javeriana colonial 96.

91 José DEL REY FAJARDO. Los precursores de la ‘Sociedad del conocimiento’ en la Jave-riana colonial, 197-229.

92 ARSI. N. R. et Q. 3, fol. 18. Catálogo de 1616.


94 APT. Leg., 132, fol. 259. Carta del P. Miguel Angel Tamburini al P. Francisco Anto-nio Gonzalez. Roma, y Marzo 27 de 1723: “He tenido gusto con el nuevo entable de la Cathedra de Escritura. Solo, que me parece muy poco el que se lea solo una vez por semana: desseo que se entable, si puede conseguirse, con leccion cuotidiana de media hora, y por el mismo espacio de tiempo, se tengan una vez cada semana conferencias o repetición al modo que se exsecuta en los Collegios de Europa donde esta entablada”.

95 Ratio Studiorum. “Reglas del Profesor de Sagrada Escritura”, nn., 142-161.



34.


Facultad de JurisprudenciaEl día 9 de marzo de 1706 presentaba el P. Francisco Javier de Urbina a la Audiencia de Santafé la Real Cédula de 25 de noviembre de 1704, los Breves pontificios y reales cédulas relativas a la fundación, así como los estatutos de la nueva facultad97.

Los cursos comenzaban el 19 de octubre y concluían a fines de julio. Los horarios se iniciaban por la mañana, de siete y media a nueve, con la cátedra de Prima de Cánones, y la de Leyes de nueve a diez y media. Por la tarde de tres a cuatro se dictaba la de Instituciones y de cuatro a cinco la segunda de Cánones.

Para ingresar el candidato debía haber aprobado los cursos de lati-nidad y concluido el primer año de Artes, es decir, la Lógica. Para obtener el grado de bachiller se requería haber cursado cinco cursos en Cánones y siete en Leyes. Para el doctorado en Cánones era necesario cumplir con una pasantía de dos años y medio junto al respectivo catedrático y tres años para obtener la máxima laurea en Leyes.

Por los Estatutos aprobados por la Real Audiencia y por el monarca hispano, el pensum de la Universidad Javeriana debía ser el siguiente: “18. Leerán los Cathedráticos en la forma siguiente: el de Prima de Canones de los cinco Libros de las Decretales. La segunda Cathedra del Sexto, o del De-creto. La de Prima de Leyes elegira como le pareciese de los titulos de los Digestos con especial atencion a los del Ynforciado por la comprehencion de sus materias”98. En varias oportunidades señala a la Universidad de Lima como punto obligado de referencia.

Así pues, los textos obligados en los estudios de la Facultad de Juris-prudencia eran el Corpus Iuris Canonici y el Corpus Iuris Civilis.

El año 1582 Gregorio XIII [1572-1585] promulgó el Corpus Iuris Ca-nonici, que se componía de las siguientes colecciones: 1) Decreto de Gracia-no; 2) Decretales de Gregorio IX [1227-1241]; 3) Liber sextus de Bonifacio

97 AGI. Santafé, 294. José Abel SALAZAR. Los estudios eclesiásticos superiores en el Nuevo Reino de Granada, 757-766.

98 Estatutos de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Javeriana, nº. 18.



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VIII [1294-1303]; 4) Clementinas (Liber septimus de Clemente V [1305-1314]); 5) Extravagantes —o decretales— de Juan XXII [1316-1334]; 6) Ex-travagantes comunes99.

Para el Corpus iuris civilis nos remitimos al pensum de la universidad de México100: el primer año se debía leer del libro de Instituta el título De patria potestate (Inst., 2,1) y el De tutelis (1, 13), con los demás títulos restantes del libro primero. En el segundo año: el título De rerum divisione (Inst., 2,1) y el De rebus corporalibus et incorporalibus (2,2), el De usufructu (2,4) y el resto desde De usucapionibus (2,6). En el tercer año: el título De legatis (Inst., 2,20) hasta acabar el libro segundo (2,20 a 2,25), y del De haereditatibus quae ab intestato deferuntur (Inst., 3,1) hasta De obligationibus (3, 13). En el cuarto año: De obligationibus (3,13) hasta el final del libro, es decir, de los títulos 13 al 29 del libro tercero de las Instituciones. El quinto año: el libro cuarto, excepto el título De excusationibus101.

En la “Prima de Leyes” se enseñaba el Digesto. El “Código” se ex-ponía en la parte del Corpus Iuris Civilis que lleva el mismo nombre, y en la cátedra de “Instituta” se aprendían las Instituciones de Justiniano102.

Para la historia de la Facultad de Jurisprudencia y de sus hombres nos remitimos a nuestro libro sobre esa disciplina103.

Dejamos de lado tanto la cátedra de Lengua Chibcha como la de Medicina, por no tener presencia en el Libro de Grados.

99 Carlos Ignacio JARAMILLO. El renacimiento de la cultura jurídica en Occidente, 504-505.

100 Aurelia VARGAS VALENCIA. Las instituciones de Justiniano en Nueva España. Mé-xico, UNAM (2001) 86-89.

101 Según la autora (p. 87) “no hay en el libro cuarto un título con ese nombre. El único lugar donde se encuentra el título De excusationibus es en el libro primero, título 25, pero los temas con los que se relaciona son la tutela y la curatela”.

102 Aurelia VARGAS VALENCIA. Las instituciones de Justiniano en Nueva España, 88.

103 José DEL REY FAJARDO. La Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Javeriana, 1706-1767 [en prensa].


36.


Hemos juzgado oportuno incluir esta especie de anexo, a fin de que el lector pueda entender la pluralidad de formas de pensar en el mun-do de las ciencias enseñadas en la Javeriana colonial; contabilizamos las siguientes estadísticas:

Según nuestros estudios el profesorado de la Facultad de Lenguas estuvo compuesto por 96 maestros que se distribuyen de la siguiente ma-nera: españoles 41; colombianos 35; italianos 7; venezolanos 3; alemanes 2; ecuatorianos 1; peruanos 1; dominicanos 1; flamencos 1; malteses 1; belgas 1 y yugoeslavos 1.

En la Facultad de Artes tenemos noticia de 47 maestros que impar-tieron esta disciplina, de los que 24 fueron colombianos, 20 españoles, 2 ita-lianos y 1 ecuatoriano104. En esta enumeración no está incluido el P. Dennis Mesland, discípulo de Descartes y el primero en enseñar las doctrinas carte-sianas en tierras americanas105.

El claustro de la Facultad de Teología estuvo configurado por aproxi-madamente 66 catedráticos, distribuidos de la siguiente manera: 27 colombia-nos, 30 españoles, 2 italianos, 1 irlandés, 1 austriaco, 1 bávaro, 2 ecuatorianos, 1 peruano y 1 belga. De los 66 profesores, 32 (casi el 50%) se habían desempe-ñado antes como catedráticos de Filosofía.

Los estudios superiores los llevaron a cabo sus catedráticos: 33 en la Javeriana, 13 en España, 3 en Quito, 2 en Italia, 1 en Bélgica, 1 en Austria, 1 en Baviera, 4 compartieron su formación en España y en la Javeriana y 1 en España y Quito.

Los gradosUn tema muy relacionado con el libro que hoy conoce las luz pública es el de los grados en la Universidad Javeriana colonial.

Según la tradición hispana y occidental, las universidades debían otorgar los títulos de bachiller, licenciado, maestro y doctor, y en la Acade-

104 Véase: José DEL REY FAJARDO. Catedráticos jesuitas de la Javeriana colonial. Bo-gotá, CEJA, 2002.

105 José DEL REY FAJARDO y Germán MARQUÍNEZ ARGOTE. Denis Mesland amigo de Descartes y maestro javeriano (1615-1672). Bogotá, CEJA, 2002.



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mia Javeriana se conferían de acuerdo con la Fórmula para graduar los estu-diantes106. Sin embargo, en la Facultad de Artes de la Javeriana colonial sólo se conferían los títulos de bachiller y maestro.

Son varios los ejemplos que se pueden aducir, pero es evidente el acta que le confiere “de licenciado y maestro en artes” al historiador Lucas Fernández de Piedrahita107.

Para obtener el bachillerato en Filosofía se requería haber estudiado dos años de carrera y en ellos haber cursado “súmulas, lógica y por lo menos quatro libros de Physicos”108.

Con el fin de presentar el correspondiente examen se designaba un jurado de tres miembros, amén del Rector o del Director de Estudios. For-mulada la pregunta, cada miembro del tribunal le interrogaba con tres pre-guntas: una de Súmulas, otra de Lógica y otra sobre la Física. Si el candidato

106 ARSI. N. R. et Q. 17, fols., 342-343v. Fórmula de graduar los estudiantes que cursan en el Colegio de la Compañía de Jesús de Santa Fee conforme a la Bula de Pío VI, y cédula real de la Magestad de Felipe IV recibida y obedecida en esta Real Audiencia del Nuevo Reyno de Granada.

107 El Libro de la Universidad Javeriana recoge las anotaciones de los puntos de exa-men. Escogemos el del bachiller Lucas Fernández de Piedrahita, historiador y futuro obispo de Santa Marta: “Martes, día del señor Santo Tomás apóstol, 21 de diciembre de 1638. Estando en el Colegio de la Compañía, presentes los Padres Juan Manuel, prefec-to, y maestros lectores, Juan López de Silva que suple por bedel, en orden a la pretensión de grados del licenciado y maestro en artes que pretende el bachiller Lucas de Piedrahita, y recibir puntos de su tremenda; y salió lo siguiente. Abriéndose los físicos: 1. Utrum dis-tinguatur a parte… 2. De natura. 3 Utrum corpus possit divinitus in duobus locis… De Lógica: 1. Utrum universale exposcat plura singularia… 2. De proprio. 3. De diferentia. Y así lo certifico”. El examinando eligió el primer punto de filosofía natural” (Archivo de San Bartolomé. Libro de la Universidad, fol. 29 bis).

108 ARSI. N. R. et Q. 17, fols., 342-343v. Fórmula para graduar los estudiantes que cursan en el Colegio de la Compañía de Jesús de Santa Fe conforme a la Bula de Pío VI, y cédula real de la Magestad de Phelipe IV recibida y obedecida en esta Real Audiencia del Nuevo Reino de Granada. Nos guiaremos por el texto reproducido en nuestro libro: La pedagogía jesuítica en la Venezuela hispánica. Caracas (1979) 315-324 [en adelante citaremos: Fór-mula para graduar los estudiantes, y el número correspondiente]. Fórmula para graduar los estudiantes, & 5.


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daba buena cuenta de sus conocimientos, recibía el placet para el título; de lo contrario debía repetir el examen109.

Tres pasos debía recorrer el graduando que solicitaba el grado, bien fuera de bachiller, bien de maestro. El primero era netamente administrativo y consistía en presentar los documentos acreditativos de la solicitud, el se-gundo comprendía el proceso de los exámenes correspondientes y el tercero regulaba la solemnidad de la colación.

Una vez concluidos los cursos requeridos procedía el alumno a la consiguiente comprobación. Para ello presentaba ante el Secretario de la Uni-versidad un doble certificado: uno expedido por el Maestro, después de con-sultar los cuadernos del alumno; el segundo consistía en el testimonio directo de dos condiscípulos que depusieran haber visto al candidato cumplir con los lapsos temporales requeridos110.

El testimonio del Maestro y el de los condiscípulos debía contener expresamente los cursos que habían sido de “por lo menos ocho meses”. Así se dirigía al Bedel mayor para depositar diez patacones como derechos de grado y con cuya constancia acudía al Secretario quien le notificaría al gra-duando tanto el día como los examinadores. Y al acto debían asistir el Bedel mayor, los menores y el Secretario111.

Y como es natural, la colación revestía mucha vistosidad. Al acto de la investidura del grado de bachiller hacían presencia el Rector, el Prefec-to, los Maestros, el Secretario, el Bedel Mayor y los dos menores con sus mazas. Una vez que hubieren tomado asiento todos, el “bachalaureando” permanecerá de pie, destogado, entre los maceros. La función se iniciará con la petición de grado del candidato. Y el Rector respondía con la fórmula consagrada: “Aucthoritate Pontificia, et Regia, qua fungor in hac parte, etc…”.

109 Fórmula para graduar los estudiantes, & 6 (José DEL REY FAJARDO. La pedagogía jesuítica, 316).


111 Fórmula para graduar los estudiantes, & 5.



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“Luego subirá el graduado a la cátedra a declarar un capítulo de Aristóteles, y mandándole callar, dará brevemente las gracias”112.

Después debía depositar diez patacones: cuatro para la caja, dos al Bedel mayor, uno a cada uno de los maceros y dos al Secretario. La Secreta-ría le debía entregar “el título de bachiller escrito en pergamino, y con sello pendiente, y cintas de seda”. Pero si el graduado deseaba “iluminar” el título los gastos corrían por su cuenta, “y lo mismo si quisiera echar listones anchos para el sello”113.

Para la licenciatura y la maestría las exigencias eran más fuertes. Fun-damentalmente, se requería haber oído tres cursos de ocho meses, gozar ya del grado de bachiller114 y haber sostenido un acto público durante la carre-ra. De lo contrario, debía presentar una prueba, con una duración de dos horas, amén de la “Tremenda”115.

Estas lecciones o conclusiones públicas tenían como finalidad pro-bar la habilidad y destreza del candidato en los campos de la filosofía. La temática abarcaba las principales cuestiones físicas y metafísicas en las que podían intervenir dos estudiantes116.

La “Tremenda” venía a ser el culmen de toda la carrera y estaba re-vestida de una solemnidad magisterial. El día anterior al examen, después de oír misa, se dirigía el candidato con el Maestro a la oficina del Rector. Debía ir acompañado de un padrino y de los cuatro catedráticos que serían

112 Fórmula para graduar los estudiantes, & 7. (José DEL REY FAJARDO. La pedagogía jesuítica, 317).



115 Fórmula para graduar los estudiantes, & 11 (José DEL REY FAJARDO. La pedagogía jesuítica, 317-318).

116 Fórmula para graduar los estudiantes, & 11 (José DEL REY FAJARDO. La pedagogía jesuítica, 317-318).


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sus examinadores. Ante la presencia de tan selecta concurrencia debía abrir “el libro de la filosofía de Aristóteles u otro equivalente” por tres partes y de ellas escoger una (y en el lenguaje coloquial la denominaban la “Potissima”). Idéntica fórmula aplicaría al libro de la Lógica. Realizada esta especie de sor-teo el Secretario de la Universidad debía tomar nota de lo seleccionado por el estudiante.

Al día siguiente, a las seis de la tarde, delante de los testigos del día anterior, debía exponer la tesis que eligió durante tres cuartos de hora y de-dicar un cuarto de hora a la de Lógica. En la segunda hora debía responder a todas las objeciones que le formulara el jurado. El acto concluía con la de-cisión final surgida de la votación del Rector y los examinadores. Y concluye la fórmula: “y si les pareciere graduarle con alguna penitencia que cumpla antes de graduarse de Maestro, lo hagan”117.

Como dato curioso de anotar, los estudiantes solían redactar un es-crito para la exposición que llamaban la “Resumpta” y con ella una dedicato-ria que solían guardar como recuerdo118.

Para obtener el grado de Maestro se requería haber “oído tres cursos cada uno de ocho meses”. Los testimonios eran los mismos que en el grado anterior pero tenía que anexar su título de bachiller y “depositar las propinas necesarias para dicho grado”119. Era necesario verificar la documentación, bien en el Registro del Secretario, “o en el libro secreto de los exámenes”, y si


118 Testimonio de José Ortiz Morales: José DEL REY FAJARDO y Germán MARQUÍ-NEZ ARGOTE. Breve tratado del cielo y los astros del M. Javeriano Mateo Mimbela (1663-1736). Bogotá, Pontificia Universidad Javeriana (2004) 89: “Por más cuidado que tuve por guardar la Resumpta de estas conclusiones y la Dedicatoria, no se logró con el tras-curso de los años…”.




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no existía impedimento, en el término de nueve días el Rector debía señalar el día del grado120.

Una gran solemnidad revestía el acto de la investidura del Maestro. El día del acto el claustro se dirigía a casa del candidato, “todos a caballo con sus insignias, borlas y capirotes, yendo delante los Bedeles con sus mazas, con música de atabales, trompetas y chirimías, y el mayor acompañamiento de a caballo que se pudiere”. A esta procesión seguía el graduando con su pa-drino y así debían dirigirse a la Universidad121. Y el acta que a continuación transcribimos recoge en esencia las formalidades del acto:

“En Santafé a dos días del mes de diciembre de mil y seiscientos y cuarenta y cuatro años, día en que en el colegio e iglesia de la Compa-ñía de Jesús se celebró la festividad de San Francisco Xavier, patrón de sus estudios, habiendo adornado la iglesia y en ella la cátedra, y puesto sillas y mucho adorno como se suele hacer, y concurrido la academia de los doctores de la sagrada teología y maestro de las ar-tes, con sus pileiles [pileo] y borlas y mucetas, unas blancas y otras azules, y con asistencia de los padres Jerónimo de Escobar, prefec-to de estudios, y maestros Andrés López, y Esteban de Arrótegui, Silvestre Fausto y Joseph de Urbina, y estando presidiendo a toda la dicha academia el Padre Joan Manuel, rector viceprovincial, y a sus lados los señores doctores don Gaspar Arias Maldonado, deán, y don Joseph Alava de Villarreal, chantre, continuándose las oratorias desde la cátedra por cada uno de dichos padres maestros como pa-drinos, y yéndose haciendo los argumentos, y poniéndose de rodillas en presencia del dicho padre rector, y teniendo su paternidad en las manos el manual de las fórmulas de graduar, fue en conformidad del graduando y graduó a los licenciados don Juan de Arrieta, Matías García, Diego López del Campo, Antonio Martínez, don Jerónimo




42.


de Rojas, colegiales, y a Agustín de Rivera, poniéndoles finalmente a cada uno el pileile, con la borda azul, en la cabeza. con las últimas palabras de la dicha fórmula, diciendo la forma del grado de maes-tros en la parte y en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, con que quedaron graduados de dichos maestros los dichos seis referidos, y abrazaron por la ordinaria ceremonia al dicho padre rector, maestros, lectores y padrinos y a los doctores y maestros de la academia, asistiéndoles a cada uno en dicho su grado y en la impo-sición de sus birretes el maestro don Francisco de Espinosa Saravia, bedel mayor, y Cristóbal Pérez y Jerónimo Tellez, bedeles menores con sus mazas, y hizo la última oración el maestro Esteban de Cava-ñas, y dieron las propinas de estos dichos grados y guantes por los cuatro que las debieron dar, y los dos pobres no las dieron, y a todo lo referido asistí yo el presente notario de la academia, que lo certifi-co. y concurrieron con mucha solemnidad colegiales y eclesiásticos y algunos religiosos de las órdenes, y también seglares de la ciudad, y hubo música de chirimías. Alonso Rodríguez Bernal”122.

Como es natural la propina era mucho mayor. A la caja debían en-tregar doce patacones; al Bedel mayor tres, a cada bedel menor cuatro; al Secretario tres, lo mismo que al Padrino; a cada maestro de Artes dos y a cada Maestro en Teología uno123.

A fin de tener una visión completa de cómo se otorgaban los grados en la Universidad Javeriana vamos a incluir también el doctorado en Teo-logía, pues a esos rituales tuvieron que acomodarse los de los egresados en Cánones y Leyes.

El protocolo del doctorando en Teología se desarrollaba en dos escena-rios distintos: el primero se iniciaba en la casa habitación del doctorando y en el desfile hasta la Javeriana. El segundo recoge el acto formal del conferimiento.

122 Archivo de San Bartolomé, Libro de Grados de la Universidad Javeriana. Fórmu-la, no. 16-17.




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La ceremonia se iniciaba en su propia residencia. Se formaba una procesión conformada por el “Padrino, Doctores y Maestros, cada uno con-forme a su antigüedad precediendo en mejor lugar los teólogos y juristas, mezclados luego los médicos y después los Maestros en artes”, todos a caballo con sus insignias, borlas y capirotes. La marcha la abrían “los bedeles con sus mazas, con música de atabales, trompetas y chirimías, y el mayor acom-pañamiento de a caballo que se pudiere”124. En el caso del doctorado había que incluir “una persona bien aderezada a caballo”, la cual debía portar un pendón de seda que debía contener por una parte el IHS y por otra el escudo del doctorando. Y como escolta “dos pajes a caballo que lleven todos fuertes el bonete con borla blanca [identificación de la teología], una sortija y un libro”. También estaba permitido colocar en la puerta de la residencia del doctorando su escudo de armas y en la entrada principal de la Universidad el escudo y una bandera125.

Una vez dentro del recinto universitario se dirigían a la iglesia con-vertida en teatro “con alfombras, doseles y sillas para los doctores y maestros”. Además se colocaba una mesa “en que estén en fuentes de plata las insignias magistrales, que es sólo el bonete, la borla y los guantes que se han de dar”126. Presidía el acto el Rector y a los lados se ubicaba el claustro profesoral y junto a la mesa el Secretario.

El acto se iniciaba con el siguiente protocolo: el Padrino, acompaña-do de los maceros, se subía al púlpito y desde allí proponía “una cuestión cu-riosa, con breves y elegantes palabras para que el graduado las dispute”. Una vez que tomaba la palabra el doctorando sobre el tema propuesto hablaba “hasta que el Padre Rector le mande callar” 127.

El doctorando debía tomar asiento en medio del teatro “en un banco cubierta la cabeza con el capirote”. Y de inmediato “un estudiante de los más






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graves o de los graduados” se subía al púlpito y por espacio de media hora pronunciaba su “bejamen”. Concluida esta ceremonia los bedeles menores buscaban al Padrino y le acompañaban al banco del doctorando y juntos se dirigían a la presidencia “donde en pie con una elegante y breve oración pedirá el grado”.

Y el candidato se hincará de rodillas ante el Rector quien le tomará el juramento y puesta la mano sobre el misal, dirá: “Ego N. iuro ad Sancta Dei Evangelia corporaliter por me tacta quod tibi Rdo. Patri N. Rectori Col-legii Societatis Jesus, et pro futuro tempore idem munus gerenti in licitis, et honestis obediam, et in negotiis horum studiorum, sive scholarum, et facti con-silium, auxilium, et favorem fideliter prestabo: neque praedicta contra studia, et scholas prefatas alicui dabo; insuper iuro me semper, et ubique professurum, ducturum, defenssurum, nec umquam aliter verbo, scripto aut quavis ratione acturum santissimae Virginis Conceptionem in ipso primo vitae principio omni prorsus originali labe caruisse: quippe quam in nullo umquam temporis mo-mento primi parentis primum peccatum foedavit. Sic Deus me adjuvet et haec Sancta Dei Evangelia”. Rodrigo de Figueroa128.

A continuación le conferirá el Rector el grado con la siguiente fór-mula: “Autoritate Ponficia et regia, qua fungor in hac parte… doctoratus in sacra teología, facultate…”. Tras recibir el pergamino se arrodillará ante el Pa-drino, el cual le dará un ósculo en el rostro diciendo: “accipe osculum pacis in signum fraternitatis et amicitiae”129. Luego le pondrá el anillo con estas palabras: “accipe anulum aureum in signum coniugis inter te et sapientiam,

128 Fórmula para graduar los estudiantes, & 34 (José DEL REY FAJARDO. La pedagogía jesuítica, 324). Y la traducción: “Yo, N. N. juro, por estos santos evangelios que corpo-ralmente toco, que a tí, R. P. Rector del Colegio de la Compañía de Jesús, y a los que en el futuro desempeñaren este cargo, obedeceré en todas las cosas lícitas y honestas, y en lo tocante a los buenos estudios daré fielmente consejo, auxilio y favor, y no los daré a nadie en su contra. Juro además, que siempre y en todas partes profesaré, enseñaré y de-fenderé, y jamás haré lo contrario ni de palabra ni por escrito, que la Santísima Virgen María, en el primer instante de su vida, careció absolutamente de todo pecado original, pues jamás, en ningún momento de tiempo, la mancilló el primer pecado de nuestros primeros padres. Así Dios me guarde y estos santos evangelios de Dios”.

129 Recibe el ósculo de paz en señal de fraternidad y amistad.



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tanquam sponsam charissima”130. Finalmente, le entregará el libro con la fór-mula: “accipe librum sapientiae, ut possis libere et publice alios docere”131. Y “al dar cada insignia sonará la música, luego abrazará al Rector, Padrino y demás graduados, y se darán los guantes…”132, dando a cada uno de los graduados un par y lo mismo a los oficiales133.

El rito concluía con un paseo por la ciudad, como hicieron a la veni-da, y dejarán al graduado en su casa134.

Con estos antecedentes pasamos a los grados en Cánones y Leyes. Para graduarse de Bachiller en Cánones debía presentar certificación “de los cinco cursos comprobados que ha oído” y otra constancia de “haber leído por lo menos nueve lecciones de extraordinario públicas” y deberá venir acompañada por lo menos con juramento de dos estudiantes135.

Para la Licenciatura en Cánones el candidato debía presentar ade-más “certificación de pasantía que pide la Facultad en que se ha de graduar”. Después el Rector debía fijar el día para el primer acto público al cual de-bían asistir “todos los catedráticos arguyendo cuatro de los examinadores por sus turnos, comenzando por el más antiguo”; pero éstos debían recibir ocho días antes “las aserciones del texto y conclusión que ha de defender”. Y al día siguiente el candidato debía tomar los puntos “para el examen secreto”. Los puntos debían versar sobre “tres de las Decretales para la hora entera de lección de los cuales elegirá el que le pareciere; y del Decreto otros tres para la segunda lección, que será parte de media hora”136.

130 Recibe este anillo de oro para significar el enlace entre ti la sabiduría como esposa amadísima.

131 Recibe el libro de la sabiduría para que puedas enseñar a otro libre y públicamente.




135 Estatutos [20].

136 Estatutos [21].


46.


Para el Licenciado en Leyes se seguía un proceso similar y los pun-tos se referían el primero sobre el Ynforciado y el segundo sobre el Digesto viejo”. Al acto de la toma de los puntos debían asistir el Rector, el Prefec-to de la Universidad, catedráticos y examinadores de estas Facultades, dos consiliarios, el Secretario y los bedeles; “y en todo lo demás se observará la constitución ciento y noventa y ocho de la Universidad de Lima”. La hora prefijada oscilaba entre las siete y las ocho de la mañana. Al día siguiente se llevaba a cabo el examen a las seis de la noche en punto. Como es natural asistían todos los examinadores, “arguyendo por espacio por lo menos de una hora”. Finalizada la sesión el examinado debía abandonar el recinto y de inmediato el jurado debía votar por separado con las letras AA [aproba-do] o RR [reprobado]; después de emitir el voto cada uno introducía su pa-peleta en una arquilla y bien un consiliario, bien el bedel mayor, en presencia de todos, abría “el cántaro”. También hacía acto de presencia el Secretario “para dar fe si salió, o no aprobado, y luego se le dará parte al graduando”137.

El jurado debía estar compuesto por ocho miembros: el Rector, el Prefecto, cuatro catedráticos de las dichas facultades y dos de los doctores más antiguos, y si faltare alguno será sustituido por el doctor más antiguo. Pero los Estatutos también previeron la falta de doctores por ser la Facultad totalmente nueva, y así precisan: “pero en el ínterin que hay este número de examinadores, examinarán por lo menos cinco por la falta que hay al presen-te de doctores en dicha Universidad”138.

Para la adquisición del Doctorado es curioso anotar “que no se le obliga a más, por que no tiene ya nuevo Ejercicio que hacer para recibir sino el depósito principal de aquel grado”139. También tomamos del Libro de Grados de la Universidad Javeriana el siguiente doctorado:

137 Estatutos [21].

138 Estatutos [22].

139 Estatutos [24].



47.

Puntos para el Grado de D[octo]r del M[aest]ro D[o]n Fran[cis]co de VergaraEn la ciudad de Santa Fe a veinte y ocho de noviembre de de mil se-tecientos y treinta y tres años yo el Escribano certifico y doy fe que el M[aest]ro D[o]n Fran[cis]co de Vergara en conformidad de la cos-tumbre precediendo los actos arriba expresados y con asistencia de los M[uy] R[everendos] P[a]dres Rector y Maestros, Bedel Mayor y menores dentro a tomar puntos para el Grado de D[oct]or en el aposento del M[uy] R[everendo] P[adre] Diego de Tapia y habien-do abierto un libro por tres veces le salieron los puntos siguientes Ex, [La primera Ex X que equivale a liber Extra de Gregorio IX. Hecho por san Raimundo de Peñafort]

1. Ex Decretalium. De traslatione Episcopi lib. 1. tit. 7, cap. 2. Inter coporalia

2. X de Probationibus, li. 2 tit. 19, c. 1-10 (son 15 capítulos)2. X, De rerum permutatione, li, 3, tit. 19 c.1, 2 3 4 5 (son 9

capítulos)Y eligió el segundo con lo cual se acaba esta función de que doy fe y firmo Rubrica

Juan Sánchez de León

Tremenda del M[aestr]o D[o]n Fran[cis]co de Vergara para el Grado de D[octo]rEn Santa Fe a veinte y nueve de noviembre de mil setecientos y trein-ta y tres años= Yo el Escribano certifico que en conformidad de la costumbre y ejecutadas las diligencias prevenidas antecedentes entro D[o]n Fran[cis]co de Bergara en la capilla interior y con asistencia de los Muy R[everend]os P[adr]es Rector, Perfecto de Estudios y Maestros y Bedeles mayor y menores estando puesta en una mesa muchos libros dos velas de cera y una banquilla y tomando asiento en ella oró desde las seis de la noche hasta las ***** le leyeron cuatro argumentos por los doctores canonistas que duraron desde las siete a las ocho desta noche y habiendo salido fuera y botado sus votos



SAPIENTIA ÆDIFICAVIT SIBI DOMvM

Paupertas ſapiens.


Juan Manuel Pacheco, S. J.

libro de grados

de la universidad y academia

libro 11


javerianacolonial

1733 - 1756

�

josé del rey

fajardo, s. j.

Editor

Colección archivo histórico

javeriano

libro de grados de la universidad

y academia

libro 11 1733 - 1756


javeriana colonial

� josé del r ey fa jar do, s . j . , editor

l a univ er si dad jav er iana colonial fue una institución santafereña consagrada a la Educación Su-

perior. Su misión consistía en formar las élites civiles y eclesiásticas no

sólo de los jóvenes que provenían del Nuevo Reino de Granada sino tam-

bién de los más lejanos rincones de la Tierra Firme.

El presente libro se constituye en una fuente precisa y directa de la or-

ganización del claustro universitario javeriano. Desde el conocimiento

de todas sus autoridades y catedráticos, quienes protagonizaron la ges-

tación de una sociedad del conocimiento, hasta la formación recibida

en sus aulas por los egresados que se formaron en las instalaciones de la

“m anzana jesuítica santafereña”.

La publicación que hoy presenta la Secretaría General de la Universidad

Javeriana se fundamenta en la documentación que reposa en el histórico

Colegio Mayor de San Bartolomé y, aunque fragmentada, es la única que

ha sobrevivido a las expulsiones sufridas por los jesuitas en Colombia.

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Paupertas ſapiens.


Juan Manuel Pacheco, S.J.

libro de grados de la universidad y academia tomo i

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