libro 1club berlin

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3 2 Embajada de la República Federal de Alemania Embajador Dr.Rolf Schumacher Embajada de la República Federal de Alemania, Villanuev a 105 5 C1426 BMC - Buenos Aires www.buenos-aires.diplo.de  Argentina – Alemania Un recorrido a lo largo de 150 años de relaciones bilaterales ISBN Fotos de tapa, contratapa y solapas: gentileza AGN, ASA, Berlinale, DaimlerChrysler Argentina s.a., Familia Dietl, Guido Gayk, Hambürg Süd, Roberto Litvatchkes, Min. Fed. de Relaciones Exteriores, Rainer Pfisterer, Jorge Royan.

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    Embajada de la Repblica Federal de Alemania

    Embajador Dr. Rolf Schumacher

    Embajada de la Repblica Federal de Alemania,

    Villanueva 1055

    C1426 BMC - Buenos Aires

    www.buenos-aires.diplo.de

    Argentina AlemaniaUn recorrido a lo largo de 150 aosde relaciones bilaterales

    ISBNFotos de tapa, contratapa y solapas: gentileza AGN, ASA,Berlinale, DaimlerChrysler Argentina s.a., Familia Dietl,Guido Gayk, Hambrg Sd, Roberto Litvatchkes, Min. Fed.de Relaciones Exteriores, Rainer Pfisterer, Jorge Royan.

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    Gruwort des Bundesministers des Auswrtigenfr die Publikation der Botschaft Buenos Aires

    "150 Jahre deutsch-argentinische Beziehungen

    Nicht nur im Titel des "Freundschafts-, Handels und Schifffahrtsvertrages", der am 19. September 1857 in Paran

    unterzeichnet wurde, findet sich das Wort Freundschaft an erster Stelle wieder. Auch im Vertragstext, der sich sonst vor

    allem mit Rechts- und Wirtschaftsfragen befasst, findet es gleich im ersten Artikel prominent Erwhnung.

    Seit der Vertragsunterzeichnung hat sich in beiden Lndern vieles verndert, doch der Vertrag hat noch immer

    Bestand. Besonders freut mich, dass unsere Brgerinnen und Brger die deutsch-argentinischen Beziehungen mit Leben zu

    fllen vermochten und das gilt auch und vor allem fr das Wort Freundschaft. Das ist nicht nur ein schner Begriff auf

    kunstvoll gesiegeltem Papier von 1857, sondern vielmehr der tgliche Austausch in allen Bereichen des Lebens: in

    Wirtschaft, Kultur oder Gesellschaft, wie etwa Tango und Technologie, Borges und Biokraftstoff, Goethe und Gauchos oder

    Fuball und Fangio.

    Die deutsch-argentinische Freundschaft besteht fort und ist heute enger denn je. Davon legt dieses Buch Zeugnis ab

    und ldt Sie ein zu einem bunten Spaziergang durch unsere gemeinsamen 150 Jahre. Dabei wnsche Ihnen eine spannende

    und unterhaltsame Lektre und wrde mich sehr freuen, wenn wir die deutsch-argentinischen Beziehungen auch in Zukunft

    offen, kreativ und lebendig gemeinsam gestalten knnten.

    Dr. Frank-Walter SteinmeierBundesminister des Auswrtigen

    Mensaje del Ministro Federal de Relaciones Exteriorespara la publicacin de la Embajada Alemana en Buenos Aires

    "Argentina Alemania 150 aos"

    No slo en el ttulo del "Tratado de Amistad, Comercio y Navegacin", firmado el 19 de septiembre de 1857 en la ciu-

    dad de Paran, figura la palabra amistad en primer trmino.Tambin en el texto del Tratado, que bsicamente se refiere a

    cuestiones jurdicas y econmicas, el concepto de la amistad se destaca por su mencin en el primer artculo.

    Desde la firma del Tratado se produjeron numerosos cambios en ambos pases. Sin embargo, el Tratado an perdura.

    Me complace especialmente que nuestras ciudadanas y nuestros ciudadanos hayan dado vida a las relaciones entre

    Argentina y Alemania y, ante todo, tambin a la amistad. El vocablo amistad no es solamente una linda expresin en un

    documento de 1857 sellado con arte, sino que se manifiesta en el intercambio cotidiano en todos los mbitos de la vida: en

    la actividad econmica, cultural o social, como pueden ser el tango y la tecnologa, Borges y biocombustibles, Goethe y

    gauchos, ftbol y Fangio o cerveza y ciencia.

    La amistad germano-argentina persiste y es hoy ms estrecha que nunca. El presente libro es un testimonio de esta

    amistad e invita al lector a un colorido recorrido a travs de nuestros 150 aos compartidos. Espero que la lectura le

    resulte interesante y entretenida. Sera para m una gran satisfaccin si tambin en el futuro continuramos conformando

    juntos las relaciones germano-argentinas con espontaneidad, creatividad y dinamismo.

    Dr. Frank-Walter SteinmeierMinistro Federal de Relaciones Exteriores

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    A modo de prlogo

    Desde Buenos Aires hasta Crdoba todo fue de maravillas. Una vez que el Presidente de la Repblica Argentina,

    Agustn P. Justo, ascendi en Crdoba al Junkers 10 Junior, un avin de dos asientos con cabina descubierta, se ubic

    en el asiento trasero y se coloc el cinturn de seguridad, la aeronave despeg puntualmente con destino al aeropuerto

    de Tucumn. Dado que el modelo Junior estaba equipado con pocos instrumentos, como era usual en aquellos tiempos,

    el piloto J. Stunde, uno de los ms experimentados de la empresa Junkers, sigui la ruta a lo largo del trazado del

    ferrocarril para no desorientarse. Inicialmente las condiciones climticas fueron favorables pero, de pronto, turbulencias

    poco habituales obligaron al piloto al mximo control del avin para mantenerlo seguro en el aire hasta Tucumn, adon-

    de finalmente aterriz algo sacudido, pero en horario. Al igual que en Crdoba, fue recibido con gran despliegue militar.

    En ese momento la aeronave desacelera y finalmente se detiene en el lugar donde era esperada con una alfombra roja.

    En su asiento el piloto gira hacia atrs para disculparse ante su ilustre pasajero por las condiciones poco confortables

    del vuelo y advierte que: El Presidente no est!

    Qu haba sucedido? Durante una de las turbulencias se rompi el tornillo que sujetaba el cinturn de seguridad

    del Presidente y, entonces, fue catapultado del aeroplano. El paracadas se abri porque la cuerda haba sido fijada al

    avin. El Presidente se desliz a lo largo de una de las dunas junto al trazado ferroviario, donde pudo tocar tierra casi

    mullidamente sin sufrir lesiones.Tuvo suerte, ya que precisamente en ese instante pas un tren, lo cual no suceda con

    frecuencia durante el da. Pudo convencer al maquinista desconfiado de que lo llevara y finalmente lleg a Tucumn con

    cinco horas de retraso, donde ya se tema lo peor y se haba sometido al piloto a un interrogatorio.

    Un siglo y medio de relaciones argentino-alemanas implica Historia destacada de la poltica, de la economa y de la

    cultura, pero tambin implica historias, en las que tanto los individuos como el azar y la suerte fueron factores decisi-

    vos. Algunas de ellas estn bien documentadas y otras menos, como el relato de este episodio del ao 1933 que, si bien

    se conoce por tradicin oral, no fue documentado por escrito ya que, por lo visto, nunca se comunic a la prensa.

    Me complace que al cabo de 150 aos de la celebracin del Tratado de Amistad, Comercio y Navegacin, firma-

    do el 19 de setiembre de 1857, se edite el presente libro, cuyo objetivo es aportar una idea de cun densa y vasta es la

    red de vnculos establecidos en el transcurso del ltimo siglo y medio y sin exagerar - por miles de embajadores argen-

    tinos-alemanes.

    Si al leerlo se fortalece en usted el deseo de contribuir al continuo desarrollo de estas relaciones tan importantes para

    nuestras naciones, entonces el presente libro habr cumplido plenamente su objetivo. Espero que disfrute la lectura!

    Dr. Rolf SchumacherEmbajador de la Repblica Federal de Alemania

    An Stelle eines VorwortsVon Buenos Aires bis Cordoba hatte alles bestens geklappt. Nachdem der argentinische Prsident Agustin P. Justo

    in Cordoba die zweisitzige offene Maschine Junkers 10 Junior wieder bestiegen hatte und auf dem Rcksitz ange-

    schnallt war, startete sie planmig Richtung Zielflughafen Tucumn. Da die Junior nur wenige Instrumente hatte, wie

    zu dieser Zeit blich, whlte der Pilot J. Stunde, einer der erfahrensten der Firma Junkers, die Route entlang der

    Eisenbahnlinie, um sich nicht zu verirren. Das Wetter war zunchst einigermaen gut, aber es begannen ungewhnliche

    Turbulenzen, so dass der Pilot Mhe hatte, die Maschine sicher in der Luft zu halten, bis Tucumn, wo sie zwar durchge-

    schttelt, aber pnktlich landete. hnlich wie in Cordoba groes Militraufgebot. Die Maschine rollt aus und kommt an

    die Stelle, wo sie mit rotem Teppich erwartet wird. Der Pilot dreht sich in seinem Sitz um, um sich bei seinem illustren

    Fluggast fr den etwas ungemtlichen Flug zu entschuldigen. Und muss feststellen: der Prsident ist weg!

    Was war geschehen? Whrend einer der Turbulenzen war die Schraube gebrochen, an der der Sicherheitsgurt des

    Prsidenten befestigt war. Er wurde aus der Maschine katapultiert. Der Fallschirm ging auf, weil die Reileine am

    Flugzeug befestigt worden war, und der Prsident glitt auf eine der Sanddnen entlang der Eisenbahnlinie zu, wo er,

    halbwegs sanft und ohne Schden davon zu tragen, landen konnte. Er hatte Glck, denn es kam was nicht oft am Tag

    passierte ein Zug. Er konnte den misstrauischen Lokomotivfhrer berzeugen, ihn mitzunehmen, und traf mit fnf

    Stunden Versptung in Tucumn ein, nachdem dort bereits das Schlimmste befrchtet worden war und man den Piloten

    einem Verhr unterzogen hatte.

    150 Jahre deutsch-argentinische Beziehungen das ist groe Geschichte aus Politik, Wirtschaft und Kultur, aber

    auch Geschichten, in denen der einzelne Mensch, der Zufall, das Glck eine entscheidende Rolle gespielt haben. Manche

    sind gut belegt, manche weniger, wie die obige aus dem Jahr 1933, fr die es zwar eine mndliche berlieferung gibt,

    aber keine schriftliche, weil sie offenbar nie an die Presse gegeben wurde.

    Ich freue mich, dass 150 Jahre nach Unterzeichnung des Freundschafts-, Handels- und Schifffahrtsvertrags vom

    19. September 1857diese Publikation erscheinen kann, deren Ziel es ist, vom dichten und reichen Netz einen Eindruck

    zu vermitteln, das im Laufe des letzten eineinhalb Jahrhunderts - ohne bertreibung - von Tausenden von deutsch-

    argentinischen Botschaftern geknpft wurde.

    Und wenn die Lektre Sie in dem Wunsch bestrkt, an der Weiterentwicklung dieser fr unsere beiden Lnder so

    wichtigen Beziehung mitzuarbeiten, dann hat dieses Buch sein Ziel voll erreicht. Viel Spa beim Lesen!

    Dr. Rolf SchumacherBotschafter der Bundesrepublik Deutschland

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    ContenidosAl borde de la guerra por un telegramaDe asnos y rufianes: el incidente Luxburg

    La eterna lucha con el Genitiv,Dativ y AkkusativEl auge de las escuelas alemanas

    El mecenas intelectualEl argentino-alemn Flix Weil impuls la

    creacin de la Frankfurter Schule

    El Instituto Ibero-AmericanoInvestigacin, informacin, ciencia y cultu-

    ra desde Berln

    La prensa en guerraCmo el Argentinisches Tageblatt y el

    Deutsche La Plata Zeitung reflejaron la

    divisin de la comunidad alemana en torno

    al nacionalsocialismo

    Una visita nicaLa llegada del Graf Zeppelin marc el fin

    de una poca

    La disputa por el alma de Buenos AiresEl Obelisco casi se construye dos veces

    Uno era alemn y se defina como talEl xodo de los judos alemanes - Entrevista

    al escritor Roberto Schopflocher

    El barco que prefiri hundirseEl ltimo viaje del acorazado Graf Spee

    El difcil nuevo comienzoLa reapertura de las relaciones bilaterales

    despus de la guerra

    El maestro de UlmEl diseador y artista Toms Maldonado

    La fuerza de la ambivalenciaUna charla con el compositor Mauricio

    Kagel sobre la identidad y los (des)encuen-

    tros de la cultura

    El primer Presidente argentinoque visit AlemaniaEn 1960, Arturo Frondizi viaj a Bonn no

    slo para felicitar al pas por su recuperacin

    tras la guerra

    Los fantasmas del pasadoEl caso Eichmann revivi un captulo que

    se crea cerrado

    Una fuente para la inspiracinEl Goethe-Institut Buenos Aires: 40 aos

    creando lazos a travs del idioma, la cultura y

    la informacin

    La versin alemana del churrascoFleckvieh: la vaca que ayud a crear el

    mito argentino

    Los aos de plomoEn memoria de las vctimas de la ltima

    Dictadura militar Entrevistas a

    Ellen Marx, Heinz Dressel y Osvaldo Bayer

    Una nueva EmbajadaPara una joven democracia

    Cuando el programa es ms que un nombreLas fundaciones polticas y cientficas de

    origen alemn

    Una apuesta por el desarrolloLa cooperacin tcnica y econmica del

    BMZ y la GTZ

    Ahora converge lo que debe estar unidoLa reunificacin fue para el pueblo alemn

    una fiesta pero tambin un desafo

    La competencia de Goethey Thomas MannEl grupo Die Toten Hosen logra ms que

    los clsicos alemanes

    El da en que San Martn lleg a BerlnSu monumento celebra la amistad

    argentino-alemana, como lo hiciera la

    fuente de la Plaza Alemania

    Un cine tan crudo como realLos realizadores argentinos vuelven a des-

    lumbrar en Berln

    El que no falla es un alemnSobre etiquetas e intuiciones

    Agradecimientos

    Anexo

    Cronologa

    Lista de asociaciones

    Registro de nombres

    Sponsors

    Bibliografa

    Crditos / Impressum

    Un tratado para la historiaCuando nada auguraba que la relacin bila-

    teral durara 150 aos

    Poblar un pas a la alemanaLa inmigracin que ayud a consolidar la

    idea argentina

    Un pilar de lasCiencias NaturalesEl aporte de Hermann Burmeister

    La institucin que nacipara proteger la vidaEl Hospital Alemn se fund en plena epi-

    demia de fiebre amarilla

    El negocio de cruzar los maresLa Hamburg-Sdamerikanische

    Dampfschifffahrts-Gesellschaft fue uno de

    los ejes del intercambio comercial tambin

    gracias a la participacin argentina

    Los socialistas del VorwrtsEl club que cambi el mapa poltico de la

    Argentina

    El inicio de una relacin en 2 x 4La llegada del bandonen a la Argentina

    La Patagonia inesperadaLa fundacin de Comodoro Rivadavia

    El da en que se perforel suelo de Buenos AiresCmo Philipp Holzmann y Siemens inter-

    conectaron la capital argentina

    Un motor para el comercio bilateralLa Cmara de Industria y Comercio

    Argentino-Alemana

    1857

    1860

    1861

    1867

    1872

    1881

    1900

    1901/07

    1913

    1916

    1917

    1920

    1922

    1930

    1933

    1934

    1936

    1937/38

    1939

    1950/52

    1954

    1957

    1960

    1961

    1967

    1976/83

    1984

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    Un tratado para la historia Hace 150 aos, la idea de iniciar una relacin

    bilateral entre argentinos y alemanes tena

    fecha de vencimiento. Ocho aos era el plazo

    previsto en el Tratado de Amistad, Comercio y Navegacin, firmado en 1857 entre el Reino de Prusia

    y los restantes Estados de la Unin Aduanera (Zollverein) y la Confederacin Argentina. Sin embar-

    go, ese acuerdo se convirti en la base de una relacin que uni a ambas naciones hasta el da de hoy.

    Pocos lo habrn imaginado en aquel septiembre de 1857.

    La Argentina estaba lejos de ser un Estado en el sentido moderno de la palabra. El representante

    alemn, Friedrich von Glich, llegaba a un pas dividido ya que Buenos Aires acababa de hacer su lti-

    mo intento de independizarse del resto del territorio argentino. Apenas cinco aos haban pasado

    desde la cada de Juan Manuel de Rosas y otros cuatro faltaban para que la Batalla de Pavn defi-

    niera el camino hacia un futuro comn. Por tal motivo, von Glich no present sus Cartas

    Credenciales en lo que hoy es la capital argentina.Tuvo que desplazase hasta Paran y presentrselas

    al Presidente de la Confederacin Argentina, Justo Jos de Urquiza cuyo Gobierno mantena desde

    all una dursima contienda con el de Buenos Aires.

    Cabe resaltar que von Glich no fue el primer representante alemn que lleg a suelo argentino.

    Casi tres dcadas antes, en 1829, la Ciudad Libre y Hansetica de Hamburgo haba designado a

    Johann C. Zimmermann en el cargo de Cnsul Honorario en la

    regin del Ro de la Plata. En 1845 Prusia nombr al comercian-

    te Franz Mohr como su representante.Tres aos ms tarde ocupa-

    ra ese cargo Franz Halbach.

    En el legado de Mohr figura un espacio que hasta el da de

    hoy marca como pocos las relaciones entre la Alemania y la

    Argentina: l era propietario de la estancia en la que hoy se

    ubica el Aeropuerto Internacional de Ezeiza Ministro Pistarini.

    Por su parte, la joven Argentina haba entablado tempranos

    contactos con los Estados alemanes mediante

    los nombramientos de Ferdinand D. Schlter

    como Cnsul en Hamburgo y de Augusto

    Borchers como Cnsul en Bremen.

    No obstante, el tratado celebrado el 19

    de septiembre de 1857 entre la

    Confederacin Argentina y el Deutscher

    Zollverein, representa para los historiadores

    Cuando nada auguraba que larelacin bilateral durara 150 aos

    Pg. anterior: la firma delTratado de Amistad, Comercio yNavegacin, el 19 de septiembrede 1857, fue la base para unarelacin bilateral que este aocelebra 150 aos.El tratado se firm en la ciudadde Paran, que entonces era lasede provisoria del Gobierno dela Confederacin Argentina.(Fotos: Min. Fed. de RelacionesExteriores)

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    el inicio de una relacin bilateral regulada y estable. Es considerado

    el primero entre ambas naciones en el marco del Derecho

    Internacional y firmado en representacin de los Estados actuales.

    Dijimos que el Cnsul General Friedrich von Glich llegaba a un

    pas en conflicto. Pero la realidad de su nuevo destino no le era total-

    mente ajena. En ese entonces Europa se repona an de las secuelas

    del movimiento nacionalista y revolucionario de 1848. Lo que hoy

    conocemos como Alemania era un conjunto de reinos, ducados y ciu-

    dades independientes. Bajo el liderazgo de Prusia, funcionaba una de

    las primeras uniones aduaneras entre Estados soberanos, el Deutscher

    Zollverein. En total, participaban de esa unin 14 Estados, que luego

    pasaron a ser parte de los Lnder: Hesse, Baviera, Mecklenburgo-

    Pomerania Occidental, Berln, Brandenburgo, Sajonia, Baja Sajonia,

    Sajonia-Anhalt,Turingia, y Baden-Wurtemberg. Sin olvidar, por cier-

    to, el Gran Ducado de Luxemburgo.

    El Zollverein haba sido creado para fortalecer la posicin de

    los mercados alemanes ante la competencia comercial de la cre-

    ciente industria britnica. La impulsora de la unin haba sido

    Prusia. Con un territorio que se extenda por el Este hasta lo que

    hoy es Polonia y por el Oeste hasta los Pases Bajos y Francia y,

    por otra parte, con el Rey Federico Guillermo IV con una salud

    cada vez ms deteriorada, Prusia necesitaba reducir costos de transferencia para consolidar su liderazgo poltico

    y econmico. La autoridad prusiana se afirmara luego con la llegada de un joven ministro, Otto von Bismarck, y

    de su contraparte monrquica, el Rey Guillermo I, que sucedera a su hermano mayor Guillermo IV.

    A su vez, la Confederacin Argentina de Urquiza requera cooperacin econmica. Haba perdido sus ms

    importantes ingresos al quedarse sin la Aduana de Buenos Aires. Peor an: la crisis mundial de 1857 haba

    desalentado el inters por invertir en la regin del Ro de la Plata y haba debilitado los flujos mercantiles. La

    demanda de materias primas declinaba, los precios de los productos argentinos caan.

    El tratado que suscribieron entonces von Glich y su contraparte, Bernab Lpez, en nombre de sus res-

    pectivos Gobiernos, constaba de 15 artculos, en los cuales principalmente, se establecan facilidades para la

    navegacin, para la importacin y para la exportacin, as como acuerdos en materia de precios, proteccin de

    la propiedad privada y libertad de culto.

    El acuerdo buscaba aprovechar una situacin tan particular como beneficiosa para ambas partes. Para la

    Argentina, la Alemania del Zollverein era un socio ideal: no ostentaba an el poder de un Estado tan impor-

    tante como lo eran Gran Bretaa o Francia. Ms importante an, el tratado le abra a la joven Confederacin

    Argentina la va hacia una regin con potencial inmigratorio considerable. El acuerdo, adems, permita el

    acceso a un nuevo mercado que experimentaba un crecimiento econmico y exportador importante.

    Para el Zollverein y, particularmente, para Prusia, el tratado era un elemento ideal para nivelar y redirigir

    la corriente emigratoria que sala de los Estados alemanes hacia los Estados Unidos de Norteamrica. La

    El tratado consista de 15 artculos.(Foto: (Fotos: Min. Fed. de Relaciones Exteriores))

    Una pasin por Amrica Latina

    Friedrich von Glich fue un diplomtico de carrera. Con estudios en

    Ingeniera, Qumica, Economa, Derecho e Idiomas, cursados en el

    Politcnico de Karlsruhe y en la Universidad de Berln, haba ingresado

    en 1849 al Servicio Exterior del Gobierno de Prusia.Tena 29 aos. Su

    primer destino fue la Secretara del Consulado General que su pas

    mantena en la ciudad de Barcelona. Poco pudo haberse imaginado el

    joven diplomtico que, de all en ms, el mundo latino se convertira en

    su segunda patria. A los cuatro aos fue promovido al nivel de

    Consejero y fue enviado como Encargado de Negocios a Chile.

    Cuatro aos despus von Glich se converta en Cnsul General y representante diplomtico ante

    los gobiernos de los pases de la regin del Ro de la Plata. En septiembre de 1857 present sus car-

    tas credenciales en la Argentina. Un ao antes lo haba hecho en Uruguay. En 1860 se le agreg el

    encargo de velar por los intereses alemanes en Paraguay.

    Acerca del siguiente golpe de timn en su vida, la historia discreta no dice mucho. En 1864 von

    Glich se cas con Auguste Schwabe. El primero de los cinco hijos del matrimonio llegara en 1871,

    justo a tiempo para festejar la consolidacin del Segundo Imperio alemn.

    En enero de ese ao, y tras la victoria en la guerra franco-alemana, los Estados alemanes, impulsados por

    el Canciller Otto von Bismarck, coronaron a Guillermo I de Prusia como emperador. Su proclamacin signifi-

    caba tambin la transformacin de la Confederacin Alemana del Norte que haba sucedido al Zollverein, en

    el Imperio alemn. En este Estado, de carcter federal, el Rey de Prusia llevaba el ttulo imperial, pero tam-

    bin el de Presidente, para distinguirse entre los monarcas que se haban integrado al Imperio.

    Para entonces, von Glich ya haba cambiado nuevamente varias veces de destino.Tras regresar en

    1868 desde el Ro de la Plata a su patria, fue enviado en 1870 a la capital venezolana, Caracas.Tres

    aos ms tarde se traslad a Tnger, en Marruecos. Sin embargo, finaliz su carrera casi donde la haba

    iniciado. En 1877 fue nombrado Embajador en Santiago de Chile, puesto del que se retir en 1881.

    futura Argentina representaba un destino migratorio que segn las negociaciones llevadas a cabo en

    Berln por el representante argentino Delfn B. Huergo no exigira la asimilacin total de los inmi-

    grantes alemanes. Permitira una estrategia de asentamiento en colonias que mantendran un estrecho

    contacto con la tierra natal y conservaran la cultura alemana, como lo indicaba en el artculo 12.

    Este tratado naci as, aquel 19 de septiembre de 1857, en medio de una enorme inestabilidad

    poltica. Slo los ms idealistas pudieron imaginar que se convertira en la base de una relacin bila-

    teral que abarca hoy 150 aos. El camino no fue fcil. Ms de una vez la relacin entre ambos pases

    estuvo a punto de quebrarse y en una ocasin lleg a interrumpirse. Pero el impulso generado un siglo

    y medio atrs permiti que, segn lo confirman los datos oficiales, cerca de 1.200.000 descendientes

    de alemanes vivan, trabajen y construyan hoy un porvenir en la Argentina.

  • Poblar un pas a la alemana

    La compaa se encarga de fijar el precio del pasaje desde

    Europa al puerto de Buenos Aires, vveres comprendidos, en

    la suma de 260 francos. () La diferencia ser pagada al

    contado, justo despus de la partida del navo y contra

    reembolso a quien contrajo esas obligaciones en provecho

    del Gobierno argentino.

    No eran objetos ni mquinas lo que la carta ofreca. Era algo mucho ms valioso para el joven

    Estado argentino de 1860: inmigrantes. En este caso, el agente, desde su sede en Pars, ofreca inmi-

    grantes alemanes y suizos. Los preferidos eran los que tenan preparacin y capacitacin en el enton-

    ces difcil arte de cultivar la tierra. Hacia la segunda mitad del siglo XIX la Argentina necesitaba con

    urgencia personal capacitado para cultivar su territorio, tan amplio como virgen. Sin embargo, deman-

    da y oferta no estaban al mismo nivel. Como destino, la Argentina era eclipsada por las promesas de

    tierra y fortuna de los Estados Unidos, el pas de la inmigracin por excelencia. El gobierno de

    Buenos Aires necesitaba ofrecer un incentivo adicional. Pagarle al inmigrante la travesa y su primer

    alojamiento era una posible opcin, aunque no muy innovadora.Todos los pases competidores en el

    afn de hacerse con la valiosa mano de obra que sala de Europa adoptaban sistemas similares.

    No faltaban razones para buscar especialmente pobladores alemanes. Cabe recordar que los alemanes

    haban estado presentes desde los comienzos de la colonizacin, con figuras como Hans Vage, sargento de

    artillera con Magallanes, en 1520, y Ulrich Schmidl y sus einhundert treffliche Deutsche, Niederlnder

    und sterreicher, en 1534. Le seguiran religiosos, como el misionero jesuita Florian Paucke. El joven

    sacerdote lleg a los territorios del Ro de la Plata en 1752. Aqu, en la reduccin de San Javier, inici a

    los indios mocoves en las tareas de la agricultura.Tambin les ense los secretos de la carpintera y de

    la curtiembre, y puso en marcha una de las primeras escuelas.

    Un siglo ms tarde, alrededor de 1850, las primeras colonias de agricultores alemanes en la

    provincia de Santa Fe fueron protagonistas de una tendencia que el Estado argentino quera

    impulsar. A pesar de que en aquel entonces el total de inmigrantes alemanes en

    la Argentina era de apenas unos pocos centenares, es

    difcil imaginar la historia de esta tradicional provin-

    cia agricultora sin su aporte. El nombre de sus colo-

    nias algunas tan antiguas como Esperanza, funda-

    da en 1858 reflejan an hoy una forma de vida

    arraigada en los valores religiosos y del trabajo:

    Esperanza, San Jernimo, San Carlos,

    La inmigracin que ayud aconsolidar la idea argentina

    Pg. anterior: los inmigranteseran el activo ms importantepara una joven Argentina. Elpuerto de Buenos Aires era lapuerta de entrada por excelen-cia. (Foto: AGN).

    Derecha: las navieras alemanaseran, en muchos casos, el mediode transporte predestinado.(Foto: Nico Prez / GentilezaHotel de Inmigrantes)

  • 1716

    Guadalupe.

    Ya ms cerca de la actual capital argentina, les seguir-

    an, a partir de 1865, los asentamientos como Helvecia,

    Humboldt y Caada de Gmez. La regin se convirti tam-

    bin en un centro para el contacto diplomtico. A poca dis-

    tancia de Caada de Gmez estaba la estancia La Germania,

    fundada en los primeros aos de la dcada 1870, por

    Guillermo Nordenholz, el mismo que poco antes haba parti-

    cipado en la fundacin del Hospital Alemn.

    Otro establecimiento agrcola de envergadura era La

    Hansa, de Woltje Tietjen.Tanto l como Nordenholz se des-

    empearon como cnsules alemanes, en Rosario y en Buenos

    Aires. El inters diplomtico alemn por la zona quedaba a

    la vista de cualquiera que contemplara los campos de trigo y

    alfalfa que se cultivaban por entonces. Asegurarse una pre-

    sencia oficial en estos centros de produccin alimentaria, en

    la joven Repblica Argentina, tena que ser una prioridad para cualquier gran Estado europeo. En

    1869, ese afn se tradujo en la creacin de viceconsulados alemanes en las ciudades de Rosario,

    Gualeguaych y San Juan.

    La segunda mitad del siglo XIX fue as una de las pocas ms intensas de la inmigracin alemana al

    pas. A partir de 1878 se sumaron los aportes de los colonos del Volga en las provincias de Entre Ros y

    Santa Fe. Por esos aos se produjeron tambin los asentamientos en los viedos de Mendoza, la regin

    por excelencia para la vitivinicultura de estilo europeo. Adems, a finales del siglo, no hay que olvidar a

    los pioneros que se animaron a buscar un nuevo destino en las profundidades de la Patagonia.

    Por su parte, las provincias de Crdoba, Corrientes y Misiones se convirtieron a partir de 1919 en

    el refugio de aqullos que necesitaban dejar atrs la desesperacin de un pas derrotado en la Primera

    Guerra Mundial. En el Noreste argentino se encontraran con otros alemanes que haban llegado

    antes desde el Sur de Brasil. El resultado son zonas como Montecarlo y Eldorado, en las que ms de

    un turista todava hoy se queda perplejo cuando en plena ribera del Paran, algn baqueano se dirige

    a l en un alemn perfecto, aunque tal vez un poquito anticuado.

    Para 1920, la comunidad alemana en la Argentina ya se contaba por miles. Segn los datos de la

    Direccin de Migraciones, rondaba la marca de 150.000, con lo cual representaba el 2,3 por ciento

    del total de la poblacin en la Argentina.

    La guerra seguira catalizando la inmigracin. La tercera ola llegara apenas treinta aos des-

    pus. Los primeros llegaron a partir de 1933, desde una patria natal enceguecida por un fanatismo

    sin igual en la historia de la humanidad. Eran de ascendencia juda. Pocos aos despus, les seguiran

    aqullos que trataban de dejar atrs a una Alemania derrotada.

    La historia se repeta.Tambin sus protagonistas. Porque el inmigrante segua siendo lo que haba

    sido siempre un inmigrante. Sus problemas son los mismos a lo largo de toda la historia: otro idio-

    Carlos Gessel y su esposa, ejemplos de la inmigracin ale-mana (Foto: AGN)

    El Manual del Inmigrante buscaba facilitar el difcilproceso que significaba dejar atrs el hogar de todala vida, para volver a empezar en un pas tan prome-tedor como desconocido. Sus contenidos abarcabandesde consejos para el trabajo agrcola hasta lasrecomendaciones para moverse en la ciudad. Elhumor era, en algunos casos, el ingrediente preferi-do para ilustrar el primer encuentro con la culturaargentina. (Foto: Nico Prez / Original gentilezaHotel de Inmigrantes)

  • Un pilar de las Ciencias Naturales

    Carl Hermann Conrad Burmeister no fue

    un inmigrante ms. No dej atrs una vida

    destruida por la guerra, el hambre o la

    miseria, como tantos que lo siguieron. Al llegar a la Argentina en 1861, Burmeister era un reconocido

    cientfico en su pas natal.Tena 54 aos. Estudi Medicina y Ciencias Naturales y se especializ en el

    estudio de los insectos. Haba publicado varios libros, que luego se convirtieron en clsicos de las

    Ciencias Naturales. Su Handbuch der Entomologie (Manual de Entomologa) en cinco tomos, publi-

    cado en 1832, se tradujo al ingls. Su Geschichte der Schpfung (Historia de la Creacin), de 1849,

    lleg a tener seis ediciones y fue traducida a cinco idiomas. El hecho de que en 1859 su teora fuera

    refutada por la teora de la evolucin de Charles Darwin, publicada en El origen de las especies, no le

    quita el mrito de haber sido una obra esencial en su poca.

    Burmeister lleg a gerenciar el Museo de Ciencias Naturales de su universidad en Halle-

    Wittenberg y lo convirti en uno de los ms importantes de su pas. Fue discpulo y amigo personal

    del naturalista quizs ms reconocido en su poca, Alexander von Humboldt. Cabe, entonces, la

    siguiente pregunta: Qu fue lo que lo motiv a dejar todo eso atrs y a aventurarse a trabajar para

    un gobierno que era todo menos estable, en un pas que recin comenzaba a encontrar su camino

    como Nacin y Estado?

    Al igual que von Humboldt, Burmeister haba viajado en varias ocasiones por Amrica Latina.

    Entre 1850 y 1852 haba realizado investigaciones en Brasil. Cuatro aos ms tarde viaj por el

    Cono Sur. De 1856 a 1860 recorri Chile, Uruguay y la Argentina. Fue este lti-

    mo viaje el que marc su destino.

    A pesar de haber regresado a Alemania, luego de su ltimo viaje, con

    muestras de 10.000 objetos y con el prestigio de haber sobrevivido a una

    travesa por una de las regiones del mundo menos conocidas en su

    poca, el naturalista alemn se encontr con la indiferencia y el

    desinters de sus conciudadanos. Por eso, al enterarse de que

    su colega francs, el naturalista Auguste

    Bravard, haba rechazado la oferta del

    entonces Ministro de Educacin

    argentino, Domingo Faustino

    Sarmiento, de asumir la conduccin

    del nuevo Museo Pblico de Buenos

    Aires, Burmeister no lo dud

    mucho. Le ofreci sus servicios a

    El aporte de Hermann Burmeister:una historia particular

    Pg. anterior: Carl HermannBurmeister, en 1891, cuando yaera reconocido como uno de lospilares de las Ciencias Naturalesde la Argentina.

    Derecha: el joven cientfico, en1837, como profesor en laUniversidad de Halle (Fotos:gentileza Museo de CienciasNaturales / Hctor A. Leanza)

  • 20

    travs del representante alemn en Buenos Aires, Friedrich von Glich. Sarmiento no vacil.

    Al llegar a Buenos Aires en noviembre de 1861, despus de tres meses de travesa, los vientos

    polticos haban cambiado. Sarmiento ya no era ministro y an tampoco era presidente. Burmeister

    tuvo que esperar otros cuatro meses hasta que el nuevo Ministro de Educacin, Eduardo Costa, ratifi-

    cara su nombramiento. Recin el 21 de febrero de 1862 el naturalista alemn pudo asumir su puesto.

    No tard, sin embargo, en dejar su marca. En poco tiempo transform los desordenados materiales de

    los depsitos del museo en colecciones cientficas. Hacia 1864 se public la primera edicin de la

    revista Anales del Museo Pblico de Buenos Aires, que rpidamente fue reconocida tambin en el

    exterior. En 1866 fund la Biblioteca del Museo Pblico. Contribuy a la misma con su propia obra

    Los caballos fsiles de la pampa argentina y fund la Sociedad Paleontolgica.

    Pero slo cuando Sarmiento volvi a ocupar un cargo pblico Burmeister pudo convertirse en lo que

    hasta el da de hoy muchos expertos consideran que fue: uno de los pilares de las Ciencias Naturales en la

    Argentina. Poco despus de asumir como Presidente de la Nacin en 1868, Sarmiento le encarg la crea-

    cin de la Academia de Ciencias de la Universidad de Crdoba y le encomend la contratacin de profe-

    sores extranjeros. El flamante director no dud en asegurarse el apoyo de los colegas con los que mejor

    congeniaba. En la Academia prevalecan apellidos extranjeros: Sievert, Lorentz, Stelzner,Weyenbergh,

    Schultz-Sellak y Vogler. A pesar de que por su carcter dominante Burmeister no logr retener a la mayo-

    ra de ellos mucho tiempo, el ejemplo hizo escuela. Hacia finales del siglo XIX, la Argentina se haba con-

    vertido en un punto de encuentro de los ms renombrados cientficos de habla germana.

    Entre los ms conocidos figura la colectividad de cientficos que colabor en la creacin del

    Museo de La Plata. Un resultado mucho menos conocido es seguramente el peso que adquiri la

    influencia alemana en el rea de la Fsica. Tanto es as, que en 1985 el historiador Lewis Pyenson

    lleg a afirmar que hacia 1913 La Plata fue el segundo centro mundial de Fsica Terica despus

    de Alemania. Cabe recordar tambin que la fuerte presencia de los investigadores de origen alemn

    caus no poca resistencia dentro de la comunidad cientfica local. En 1928 el Centro Pro Defensa

    Universitaria de la Plata llam a la resistencia abierta para evitar que se nombrara al alemn

    Erich Dauert al frente de la seccin de Zoologa del Museo de La Plata. La consigna fue:

    Egresados del pas: Es necesario reaccionar!.

    No obstante, pocos dudan hoy del valor que tuvo la llegada al pas del responsable de tanta

    influencia alemana, Carl Hermann Conrad Burmeister. Entre sus alumnos hubo algunos que dejaran

    su propia huella en la Historia argentina: Francisco Pascasio Moreno y Florentino Ameghino. Con

    ste mantuvo incluso una disputa cientfica. Contrariamente a su maestro, Ameghino, considerado, a

    su vez, como uno de los pilares de la Paleontologa y de la Antropologa en la Argentina, apoyaba las

    teoras de Charles Darwin, quien haba realizado investigaciones en la Patagonia Argentina.

    Al cumplirse el 50 aniversario de su doctorado Carl Hermann Conrad Burmeister se haba con-

    vertido en una figura del mbito nacional. Vivi todava para ver su museo convertido en Museo

    Nacional de Ciencias. Al fallecer en 1892 dejaba atrs una tradicin que, segn la opinin de los

    expertos, sera fundamental para el trabajo de los cientficos argentinos durante varias generaciones.

    El entonces Presidente Carlos Pellegrini lo reconoci as al encabezar el cortejo fnebre.

    Burmeister haba visitado la regin del Cono Sur antes de radicarsedefinitivamente en la Argentina. Amigo personal de Alexander vonHumboldt, el cientfico alemn lleg en 1861 a Buenos Aires, porinvitacin del entonces Ministro de Educacin,Domingo Faustino Sarmiento.(Fotos: Nico Prez / Originales gentileza Museo Histrico Sarmiento)

  • 23

    La institucin que nacipara proteger la vida

    Pgina anterior: el centro mater-no infantil del Hospital Alemn,se convirti en uno de los msimportantes de su poca.

    Derecha: desde 1881, cuandolleg un grupo de enfermerasdiplomadas por la Cruz Roja yespecialmente contratadas, elhospital se caracteriz por el altonivel de capacitacin de su per-sonal. (Fotos: HA)

    En aquel 1867 los planos del edificio, que

    sera el Hospital Alemn y que consolidara

    as el aporte alemn a la atencin mdica en

    la Argentina, no eran nuevos. Durante tres aos la Sociedad Alemana de Socorros para Enfermos

    Deutscher Krankenverein (DKV, por su sigla en alemn), fundada en 1857, haba analizado la

    posibilidad de construir un centro de atencin mdica en Buenos Aires. Fue el horror de una gue-

    rra lo que dio el impulso final para concretar los planes de construccin.

    La Triple Alianza Argentina, Brasil y Uruguay libraba su segundo ao de guerra contra el

    Paraguay. A pesar de que el Norte del pas era el centro donde se desarrollaban las batallas, la

    capital argentina no tard en llenarse de heridos. Tampoco tard en aparecer otro hecho comn

    de las guerras de entonces: el clera. La ciudad careca de las condiciones mnimas de higiene

    para una poblacin que, tanto por la guerra como por la constante afluencia de nuevos inmigran-

    tes, rondaba los 170.000 habitantes. En la capital argentina todo atentaba contra la salud pbli-

    ca: el hacinamiento, la ausencia de cloacas y la escasez de agua.

    Buenos Aires no contaba con un sistema de eliminacin de residuos y el abastecimiento de agua era

    insuficiente. En los edificios se aprovisionaba el agua de lluvia por medio de cisternas en las terrazas. Las

    casas particulares tenan pozos de agua. Los retretes eran excavaciones ms o menos profundas que

    alcanzaban la napa de agua subterrnea, a veces estancada. Pocos de los rudimentarios baos haban

    sido construidos por obras de albailera. Las aguas servidas fluan en los fondos o en zanjones. Los resi-

    duos que se recolectaban se utilizaban para nivelar las calles y los terrenos bajos de la ciudad.

    Slo en los barrios del centro las calles tenan empedrado, realizado sobre des-

    echos orgnicos, por lo cual se inundaban con fre-

    cuencia. Para la iluminacin de las calles ms

    importantes ya se empleaba el

    gas, pero el resto se alumbraba

    con faroles de aceite. An se vean

    los zanjones que demarcaron la

    traza primitiva de la ciudad.Todos

    ellos eran focos de infeccin y

    medios de propagacin de las enfer-

    medades epidmicas. Este marco

    desolador empeoraba por la presen-

    cia de los saladeros, el Riachuelo -

    El Hospital Alemn se fund enplena epidemia de fiebre amarilla

  • 24

    que ya empezaba a oler mal- y los mercados, que se transformaban en poderosas fuentes de infeccin.

    El 26 de agosto de 1867, reunido en sesin extraordinaria, el DKV decidi ponerse manos a la obra para

    ayudar a mejorar la saturada situacin sanitaria. Compr un terreno de 230 metros de frente por 106 metros

    de fondo. En aquellos tiempos el lote estaba localizado fuera de los lmites de la ciudad, sobre una calle de

    tierra denominada Central Amrica, que en la actualidad es la Avenida Pueyrredn.

    Por disposicin de sus promotores la gestin del nuevo centro quedara a cargo de una Sociedad de

    Hospital. Como primer presidente se design al entonces Cnsul de la ciudad de Bremen en la Argentina,

    Guillermo Nordenholz. Pero todava antes de que se pudiera empezar la construccin, la comunidad mdica

    alemana debi participar en la lucha contra otro nuevo reto que enfrentaba la ciudad: la epidemia de fie-

    bre amarilla que azot a Buenos Aires a partir de enero de 1871.

    No era la primera vez que la ciudad se enfrentaba a esta plaga.Ya se haban registrado brotes en los aos

    1852, 1858 y 1870. No obstante, el dao causado en 1871 alcanz cifras no conocidas hasta entonces.

    De acuerdo con crnicas de la poca, la enfermedad habra sido trada por un viajero llegado en un barco

    francs, procedente de Ro de Janeiro. La epidemia, que dur seis meses, se cobr 14.000 muertos. Entre ellos

    hubo 233 alemanes. Sin embargo, el mayor nmero de muertos se registr en la comunidad italiana: perdi

    6.201 miembros, segn las estadsticas de la poca.

    Finalmente, una vez controlada la epidemia, la comunidad mdica alemana inici las obras. El Hospital

    Alemn (HA) abri sus puertas en 1878. Su capacidad era de 24 camas, repartidas en dos pabellones. En un

    principio, los estatutos haban indicado que los alemanes pobres tendran derecho a tratamiento mdico gra-

    tuito. Adems, todo alemn, socio o no, podra hacer uso de sus servicios. Por entonces, unos 5.100 alemanes

    vivan en la Repblica Argentina. No obstante, pronto result evidente que el HA se encaminaba a convertirse

    en un centro que no saba de nacionalidades: slo saba de pacientes.

    Apenas tres aos despus de su apertura, el hospital ampli sus instalaciones para poder atender la

    afluencia de nuevos socios, entre los que figuraban apellidos sin procedencia alemana. Se construyeron dos

    nuevos pabellones y hacia 1884 se abran los consultorios externos para pacientes de menores recursos,

    dnde la atencin se ofreca gratuita.

    No tard en llegar el agradecimiento de una ciudad, que vea a su poblacin cada vez ms cerca del medio

    milln de habitantes. En 1886, la Municipalidad de la ya proclamada capital argentina, declar al HA entidad

    modelo. Ante una nueva epidemia de clera que amenazaba con afectar a la ciudad, el hospital se esforz por

    hacerle honor al ttulo. Ampli su capacidad de enfermera e incorpor en 1889 a la primera camada de 27

    enfermeras diplomadas en la Cruz Roja que el HA haba contratado especialmente en Alemania. Llegaban con

    el encargo de ensear, sobre bases cientficas, el oficio de atender y curar.

    En la actualidad el aporte del Hospital Alemn a la ciencia mdica argentina se refleja en un total de ocho

    departamentos y 52 servicios. A principios de 2007, con la construccin de un nuevo edificio de alrededor de

    4.000 metros cuadrados, que se convertir en el Instituto de Oncologa, comenz la ms reciente obra de

    ampliacin. A esto se suma una importante labor acadmica en asociacin con la Universidad de Buenos Aires

    y la realizacin de conferencias tanto en el pas como en el exterior, por lo cual, a 140 aos de su creacin, el

    HA es tambin un referente en medicina a nivel internacional. Su Comisin Directiva incluye, adems de argen-

    tinos, a representantes de Alemania, Austria y Suiza. Entre sus pacientes se registran ms de 60 nacionalidades.

    La nursery del HA fue para muchos argentinos y alemanes elprimer lugar desde el cual saludar al mundo. (Foto: HA).

    El Presidente alemn Heinrich Lbke (izq.) y su par argentinoArturo Illia inauguran instalaciones del Hospital Alemn en 1964.(Foto: AGN)

    El frente del antiguo edificio del Hospital Alemn. (Foto: HA)

  • 27

    El negocio de cruzar los mares

    Aquel da de 1872, poco haca

    pensar que la Hamburg-

    Sdamerikanische

    Dampfschifffahrts-Gesellschaft,

    iba a convertirse en un actor

    que hara historia en la relacin entre la Argentina y Alemania. La empresa matriz la Hamburg-

    Brasilianische Dampfschiffahrts-Gesellschaft haba sido fundada tres aos antes por un grupo de

    once armadores de Hamburgo. Esta reuna a lo ms selecto de la entonces ya poderosa ciudad

    mercante. Entre sus fundadores se destacaban nombres como August Bolten, Heinrich Amsinck o

    W. Milburn & Co.

    Juntos esperaban poder asentarse en la costa atlntica del continente sudamericano. Apostaban

    as a uno de lo mercados menos desarrollados de la poca. Del lado del Pacfico esperaban las

    minas de cobre y salitre de Chile, con recursos vitales para satisfacer el hambre industrial de una

    Europa en pleno desarrollo.

    La meta era crear un servicio de transporte diseado especficamente para esta ruta. Los funda-

    dores esperaban poder diferenciarse de la competencia feroz de las navieras britnicas de esos aos.

    Ello implicaba contar con barcos apropiados para poder aprovechar la red de puertos de poco calado

    de la regin.

    Los buenos resultados obtenidos en la ruta a Brasil llevaron a los armadores hamburgueses

    a ampliar el servicio. A la flota inicial de tres barcos Santos, Ro, Brazilian se incorporaron

    los buques Baha I y Baha II y se conform la Hamburg-Sdamerikanische Dampfschifffahrts-

    Gesellschaft. El 14 de julio de 1872, el primer barco de la nueva naviera atrac en el puerto de

    Buenos Aires.

    El momento no poda ser ms propicio. La Argentina comenzaba a destacarse como uno de

    los principales proveedores de alimentos en el mundo. A los pocos aos ya con los territorios de

    la Patagonia incorporados al mbito nacional se afianzaba en el pas el modelo agroexportador.

    La combinacin de nuevos aportes de capital extranjero a empresas rurales y el fuerte desarrollo

    de la red ferroviaria permiti la expansin no slo de la ganadera, sino tambin de la produc-

    cin de granos. En 1898 Alemania era uno de los principales clientes de la Argentina. Segn el

    Anuario de Comercio Exterior de la poca, posea una participacin del 15,2 por ciento en las

    exportaciones argentinas. El 22,4 por ciento de las exportaciones estaba destinado a Francia,

    mientras que Gran Bretaa alcanzaba una proporcin del 14,3 por ciento. Las

    compras de los tres pases representaban el 50 por ciento del valor total de las

    exportaciones argentinas.

    La Hamburg-SdamerikanischeDampfschifffahrts-Gesellschaft se convirtien uno de los ejes del intercambio comercialtambin gracias a la participacin argentina

    Pag. anterior: el mtico vaporCap Arcona en una de sus llega-das al puerto de Buenos Aires enlos aos 30. (Foto: AGN)

  • 2928

    Para entonces, la Hamburg Sd ya contaba con 60 buques y era una va de referencia para el trans-

    porte hacia los mercados de habla alemana. A pesar de contar durante algunos aos con la competencia

    de empresas como Norddeutscher Lloyd, de la ciudad de Bremen, o Hamburg-Amerikanische Packetfahrt-

    Actiengesellschaft (HAPAG), la Hamburg Sd supo hacer de la individualidad su marca de distincin.

    Sinnimo de tal expansin fue Antonio Delfino. Miembro de una de las tradicionales familias

    argentinas, el primer agente general de la naviera alemana en la regin del Ro de la Plata, supo

    reconocer, a partir de 1894, las oportunidades que se le presentaban a una empresa de transporte

    especializado. Al cabo de pocos aos Hamburg Sd no slo venda servicios de transporte rpido para

    los cada vez ms requeridos cereales, frutas, algodn y cueros argentinos. Ofreca, adems, buques

    especialmente concebidos para el transporte del bien ms preciado para la creciente economa argen-

    tina: inmigrantes. Varias generaciones de ellos llegaron a la Argentina con barcos como el Cap Roca o

    el Cap Verde. A ellos se sum a partir de 1902 la categora de buques Santa, como el Santa Brbara

    y el Santa Catharina, y, posteriormente, la famosa lnea Monte, como el Monte Cervantes y el Monte

    Olivia. En ellos llegaron tambin familias alemanas, cuyos apellidos se convertiran en algunos de los

    ms representativos de la comunidad germano-argentina como, por ejemplo, Bieckert (Bieckert),

    Bemberg (Quilmes) o Staudt (Staudt&Cia.).

    En los primeros aos del nuevo siglo Hamburg Sd instaur, adems, el primer servicio martimo

    regular entre Ushuaia y Buenos Aires. Entre los favorecidos estuvieron tambin aqullos que optaron

    por la aventura de poblar el territorio patagnico, recin incorporado al mbito nacional. Hacia 1904

    la naviera dominaba gran parte del transporte martimo hacia el Sur. Para ello aprovechaba tambin

    otras vetas del negocio: ofreca a sus clientes el viaje a Chile por la va frrea que, a principios del

    siglo XX, ya permita cruzar desde el Atlntico hacia el Pacfico. El impacto de la empresa de

    Hamburgo se vea tambin en el puerto de Buenos Aires: operaba all con la mayor flota de remolca-

    dores y barcazas, reproduciendo as el modelo con el cual trabajaba ya en el puerto de Hamburgo.

    El broche de oro de esta primera etapa an estaba por llegar. El negocio de transporte de pasaje-

    ros, cuyo auge se produjo entre las dos guerras y su imagen por excelencia fue el buque Cap Arcona.

    En esa poca ste fue el barco insignia para los servicios de traslado de pasajeros hacia Amrica del

    Sur, es decir, entre Alemania y la Argentina. Con una capacidad de 27.561 toneladas brutas de regis-

    tro, el Cap Arcona tena capacidad para transportar 1.300 pasajeros. Su tripulacin constaba de 650

    personas. Los interiores de aquel mtico barco le sirvieron de escenario a ancdotas, que hoy forman

    parte de la historia de las relaciones bilaterales. Entre ellas se puede mencionar el episodio de las

    vacas que eran embarcadas para proveer de leche fresca a los nios de las familias que viajaban en

    primera clase. O bien, la historia de aquella familia, que opt por comprar la cabina en la que regu-

    larmente viajaba a Europa para asegurarse que nadie ms durmiera en sus camas.

    En esos aos, la interaccin con su puerto de destino en Argentina era tal, que la Hamburg Sd

    confiaba a un proveedor en la Argentina el suministro de uno de los elementos ms preciados. Nadie

    lo saba, pero la cerveza alemana, que se ofreca en las grandes recepciones que se organizaban en los

    barcos, no era otra que Quilmes, recuerda Karl Wolfgang Keymer, quien durante 25 aos fue director

    de la naviera en la Argentina.

    No obstante, el Cap Arcona alcanz su mayor notoriedad internacional hacia el final de la

    Segunda Guerra Mundial. Al igual que otros buques de la flota como el Antonio Delfino, el Monte

    Olivia, el Monte Rosa o el General San Martn, la antigua estrella de los mares del Sur fue utilizada

    entonces para evacuar a habitantes y refugiados desde la costa alemana del Mar Bltico. En los lti-

    mos das de la guerra muchos intentaban escapar por la va martima del horror. Anclado en la Baha

    de Lbeck, el Cap Arcona fue atacado y hundido por la aviacin britnica el 3 de mayo de 1945.

    Llevaba 5.000 refugiados a bordo, de los cuales 350 sobrevivieron, segn lo recuerda Joachim Wlfer,

    autor del libro Cap Arcona: Biographie eines Schiffes, Geschichte einer Reederei.

    A pesar de la destruccin sufrida en toda su flota, tras la guerra la Hamburg Sd volvi a esta-

    blecerse como transportista de referencia para satisfacer las necesidades de un pas en ruinas. El

    motor de tal renacimiento fue el empresario Rudolf August Oetker, quien antes de la guerra haba sido

    un importante empresario en el sector alimenticio e industrial.

    Impulsado por una legislacin que favoreca la inversin en el sector, Oetker tom el control de la

    compaa. Hacia 1950/51 la naviera ya contaba con sus primeros barcos nuevos. El Santa Ursula

    sera el primero en llegar a Buenos Aires en mayo de ese ao. Luego le sigui una de las tantas histo-

    rias de xito de una Alemania de posguerra.

    En la actualidad la Hamburg Sd cuenta, entre propios y rentados, con una flota de 139 barcos.Tras

    varios aos de consolidacin, en los que lleg a adquirir 16 competidoras, cuenta hoy con servicios que

    cubren todo el mundo. Con un total de 4.000 empleados en el mundo, la Hamburg Sd se mantiene no slo

    como la principal naviera en las rutas a Amrica Latina. Sigue siendo adems lo que fue desde sus princi-

    pios: uno de los protagonistas en el desarrollo de la comunidad alemana y, a travs de ella, de la Argentina.

    Izquierda: carga de carne en el puerto deBuenos Aires.Derecha: men del Cap Arcona.(Fotos: gentileza Hambrg Sd / AGN)

  • 31

    Un ao nuevo y el nmero 13 no parecen, necesariamen-

    te, la combinacin ms propicia para iniciar una agrupa-

    cin de carcter comunitario-poltico. Sin embargo, para

    los fundadores de la asociacin socialista Vorwrts (Adelante) la confluencia result perfecta. En la

    noche del 31 de diciembre de 1881, trece inmigrantes alemanes firmaron, en un caf del centro porte-

    o, el acta constitucional de lo que se convertira ms tarde en un actor destacado del escenario pol-

    tico argentino y, especialmente en las relaciones bilaterales.

    En sus comienzos la asociacin no tena otro fin que prestar ayuda a los inmigrantes alemanes. Se

    pareca as a otras instituciones que se haban formado en otros pases de inmigracin como, por ejemplo,

    los Estados Unidos. En esos das, segn las estadsticas oficiales, la Argentina reciba a ms de 500.000

    inmigrantes, de los cuales, de acuerdo con la investigacin Dnde durmieron nuestros abuelos?, realizada

    por los historiadores Jorge Ochoa de Eguileor y Eduardo Valds, cerca de 18.000 eran alemanes.

    Gran parte de los alemanes venan de una Berln en pleno torbellino poltico. All, el Canciller

    Otto von Bismarck haba proscripto a los movimientos de ideologa socialista. El partido de esa ten-

    dencia, el Sozialdemokratische Partei Deutschlands (SPD), estaba proscripto. Sus instalaciones hab-

    an sido clausuradas y prohibidos los medios de comunicacin que publicaban. Muchos de sus miem-

    bros se vieron obligados a emigrar. En su mayora eran artesanos y trabajadores especializados, que se

    haban manifestado en las calles de la capital alemana en reclamo de mejoras sociales.

    En la Argentina, Vorwrts aspiraba a coordinar la ayuda para estos refugiados polticos, que, en

    ms de un caso, venan con muy poco ms que lo puesto. Por otro lado, la asociacin quera intensifi-

    car los contactos con los trabajadores argentinos, cuya fuerza vena creciendo desde la fundacin del

    primer sindicato, la Unin Tipogrfica.

    Para 1884 el Vorwrts se haba convertido en un punto de referencia en el entorno de los inmigran-

    tes. En su sede ubicada, primero en la calle Comercio, y luego en Rincn 1141 de la flamante Capital

    Federal, los asociados podan utilizar instalaciones como bibliotecas, asistir a obras de teatro o partici-

    par en coros y grupos de debate. Ms tarde, la asociacin adquiri una propiedad en la afueras de la ciu-

    dad, que bajo el nombre de La Perlita se convertira en uno de los primeros centros recreativos del pas.

    La asociacin edit, adems, lo que fue junto a El Artesano, de 1863 uno de los primeros peridicos

    obreros de la Argentina. Se trataba de una publicacin semanal que inclua artculos, daba consejos e infor-

    maba sobre actos y reuniones. Su nombre: Vorwrts-Adelante. Emulaba as a otras publicaciones socialis-

    tas, que se editaban en Portugal (Avante), Italia (Avanti) o Rusia (Wperiod).

    Para fines de la dcada del 80 la importancia de este actor comunitario alemn-

    argentino haba trascendido las propias fronteras. Cuando en 1889 se celebr en

    Pars la Segunda Internacional, el movimiento obrero argentino por pedido del

    Vorwrts estuvo representado por un socialista alemn de peso: Wilhelm

    Los socialistas del Vorwrts

    Pg. anterior: con el mismonombre, la asociacin edit unode los primeros diarios obrerosde la poca. Su contenidocomentaba, en alemn, la reali-dad nacional. (Foto: FriedrichEbert Stiftung).

    El club que cambi el mapapoltico de la Argentina

  • 3332

    Liebknecht, el padre de quien luego se convertira en una de

    las principales figuras de la Repblica de Weimar, Karl

    Liebknecht. Un ao ms tarde, para el 1 de Mayo de 1890,

    Vorwrts el Club como lo llamaran muchos organiz en

    la Argentina la primera celebracin del Da del Trabajador.

    El acto se llev a cabo en el Predio Espaol, donde cerca de

    3.000 asistentes escucharon los discursos en varios idiomas,

    entre ellos en alemn e italiano.

    En junio de ese mismo ao cay el Gobierno de Miguel

    Jurez Celman. Una de las causas de esa cada fueron los efec-

    tos de una crisis financiera, originada en la Inglaterra de los

    Baring Brothers, y la presin por reformas democrticas, lide-

    rada por Leandro N. Alem y Bartolom Mitre, quienes encabe-

    zaban la Unin Cvica. No obstante, tampoco se debe subesti-

    mar la presin que gener el sector obrero: el 29 de junio de

    1890 qued conformada la Federacin de Trabajadores de la

    Regin Argentina, la primera central obrera de Amrica Latina.

    Sin embargo, la repercusin ms importante que Vorwrts lleg a tener en la Argentina se gest

    cinco aos ms tarde. En 1896 la agrupacin alemana impuls la creacin del primer partido socia-

    lista del pas. Entre los fundadores e idelogos del partido se encontraban varios miembros de

    Vorwrts.Tanto es as, que la reunin constituyente del partido se celebr en la casa matriz del Club.

    Una vez conformado el partido, Vorwrts volvi a concentrarse en el trabajo comunitario.

    Posteriormente, en otras dos oportunidades, la asociacin tuvo un protagonismo particular para la rela-

    cin bilateral. Como lo recuerda hoy su ex presidente, el escritor y mdico austraco Alfredo Bauer (ver

    recuadro), durante las dos guerras mundiales volvi a ser un punto de encuentro y refugio para muchas

    personas que, desde la Alemania derrotada, llegaban a una Argentina tan prometedora como extraa.

    Era algo nico

    Alfredo Bauer (Viena, 1924) fue presidente de la asociacin

    Vorwrts en el perodo 2000 - 2004. Lleg a la Argentina en1939, huyendo con su familia del terror, que de la mano de los

    nacionalsocialistas haba invadido su patria natal, Austria.

    Mdico de profesin, es, adems, escritor. Con obras como DerMann von gestern und die Welt. Ein biographischer Roman umStefan Zweig y tambin Hexenprozess in Tucumn und andereChroniken aus der Neuen Welt, Bauer es considerado como unafigura central de la literatura del exilio.

    -Cul es el mayor logro que le atribuye usted a la asociacin Vorwrts en la Argentina?-En primer lugar, hay que mencionar la fundacin del Partido Socialista. No se olvide que el acta fundacio-

    nal del partido se firm en 1896 en la sede de la asociacin Vorwrts. Adems, destacara como un logro

    que, a pesar de haber declarado desde el principio que se trataba de una asociacin con claro mensaje polti-

    co, una vez fundado el Partido Socialista se fij como objetivo principal el trabajo en el mbito comunitario y

    cultural. Pero no desisti de exigir a los socios que participen en el proceso poltico argentino.

    -Dnde se percibi, adems, el impacto de Vorwrts?-En el aporte a la vida cultural y social que, de manera mltiple difundi la tradicin humanista alema-

    na. Otro elemento importante fue el papel de La Perlita, la quinta que la asociacin pona a disposicin de

    los socios para su esparcimiento al aire libre. All tambin se ofrecan instalaciones para hacer deporte.

    Era algo nico. Aqu se origin tambin la Federacin Argentina de Faustball y tambin la Federacin

    Argentina de Handball. Algo para recordar es adems el teatro. En el Vorwrts funcion el grupo de teatro

    del que surgi la Freie Deutsche Bhne, bajo la direccin de Paul Walter Jacob.Todo esto tuvo un impor-

    tantsimo efecto para toda la comunidad alemana.

    Los refugiados polticos encontraron tambin en la asociacin un lugar en donde difundir sus ideas. La

    asociacin era un lugar de encuentro cultural para los perseguidos raciales, que en Alemania no haban

    podido visitar ni un cine. El Vorwrts se esmer por ofrecerles un ambiente de plena igualdad. El hecho de

    contar, adems, con una quinta, un centro comunitario, que les permita alejarse de la ciudad para relajarse,

    era algo nico en esos aos.Yo mismo me benefici y mucho. Pero atencin, la asociacin Vorwrts no fue la

    nica organizacin de origen extranjero que aport ideologa social a la Argentina. Hubo organizaciones ita-

    lianas y espaolas que tambin hicieron su parte. Pero seguramente, junto a ellas, Vorwrts cumpli un papel

    no menor. Al respecto, se debera recordar que uno de sus miembros, Germn Av Lallemant, un agrnomo

    alemn oriundo de la ciudad de Lbeck, fue quizs el primero que analiz la historia argentina desde el punto

    de vista marxista. Nosotros se lo agradecimos con una plaza, aqu en Buenos Aires: logramos que en su honor

    llevara su nombre. En San Luis hasta le dedicaron una montaa: el Cerro Lallemant.

    -Qu posicin adopt Vorwrts durante las dos guerras mundiales?-En la Primera Guerra Mundial mantuvo una estricta actitud antiblica e internacionalista. Rehus apoyar

    el imperialismo del Imperio alemn, como as tambin a las potencias imperialistas occidentales. En la Segunda

    Guerra Mundial Vorwrts apoy activamente a la coalicin anti-hitleriana, en particular, a la agredida Unin

    Sovitica.Tras el final de la guerra la asociacin ayud a la arruinada poblacin alemana con envos de vveres

    y ropa, con especial atencin de los sobrevivientes de los campos de concentracin despus de 1945.

    -Y despus de 1917 y la Revolucin rusa, que llev a la creacin de la Unin Sovitica?-Como institucin Vorwrts no se pronunci en ningn momento a favor o en contra del rgimen. En la

    asociacin los socialdemcratas y comunistas colaboraban en un clima amistoso. Haber procurado mante-

    ner tal concordia fue mrito de Erich Bunke, quien durante muchos aos fue el presidente de la asociacin

    Vorwrts. Bunke, era comunista como lo soy tambin yo mientras que, por ejemplo, el presidente actual,

    Alfredo de Renzis, es socialista. Bunke, adems, tuvo el destino de ser el padre de Tania, la guerrillera que

    cay con el Che Guevara cuando este muri en Bolivia.

    -Dnde se puede apreciar hoy en la poltica argentina la impronta de la asociacin Vorwrts?-En los actos que recuerdan a los desaparecidos durante los aos del Proceso Militar, cada 24 de marzo.

    Alfredo Bauer (Foto: A. Schwartz)

  • Existe un tango finlands, existe un tango dans. Fuera

    de Buenos Aires y de la Argentina, Berln parece haber-

    se convertido en la segunda capital del tango. Cada

    semana se organizan all por lo menos 30 milongas en

    bares y cafs bailables con nombres como Roter Salon, Saln Urquiza o Tangoloft.

    La movida tanguera berlinesa tambin incluye a Klaus Gutjahr, uno de los ltimos expertos en el

    arte de construir bandoneones. Lo que es casualidad para algunos, resulta lgico para otros. Al fin y

    al cabo, desde Alemania sali el primer bandonen con rumbo a la Argentina. Lleg en 1900 a los

    muelles porteos de la mano de marineros alemanes.

    Segn se sabe hoy, fueron los lutieres Carl Friedrich Zimmermann y Heinrich Band quienes cada

    uno por su lado e inspirados en la concertina alemana, un acorden de forma hexagonal inventado en

    1820 idearon el bandonen. Pero fue el desarrollo de Band que le gener el prestigio y relevancia

    que hoy tiene. Quien le dio su nombre al instrumento tena un gran bagaje musical en su haber: uno de

    los tos de Band habra sido el violinista y compositor Nicols Paganini.

    A pesar de tan aristocrtica herencia musical, el instrumento que es sinnimo de tango en la

    Argentina, se utiliz en Alemania nicamente para la msica popular. Muy pocos saban que la

    extensin de su registro permite tocar msica con una amplitud tan grande como la del piano, expli-

    ca Gutjahr desde Berln.

    Cerca del 90 por ciento de los bandoneones que se usan en la Argentina provienen de Alemania,

    cuenta el lutier alemn, quien a los ocho aos aprendi a tocar el instrumento de la mano de su padre.

    Despus profundiz sus conocimientos en el Julius-Stern-Institut de la Universidad de Bellas Artes de

    Berln, donde se despertaron su curiosidad y su pasin por el mecanismo de este instrumento.

    Gutjahr construy su primer bandonen en 1984. Su primer cliente fue nada menos que el vir-

    tuoso Juan Jos Mosalini. Desde esos das pasaron por sus manos cerca de 600 de estos instru-

    mentos. El tambin msico comenta que, cuando l comenz su labor de lutier nada haca presu-

    mir que la fascinacin que irradia el sonido

    del bandonen se expandira tambin entre la

    poblacin alemana. Sin embargo, eso ocurri.

    A tal punto, que a algunos les cambi la vida.

    Nicole Nau es uno

    de esos casos. Nacida en

    la ciudad de Dsseldorf

    en 1963, hasta fines de

    1980 slo pensaba en

    35

    El inicio de una relacin en 2 x 4La llegada del bandonena la Argentina inici unfenmeno sigue seduciendo

    Pg. anterior: la bailarina alemana

    Nicole Nau y su esposo, el argentino

    Lus Pereyra, son un referente para una

    relacin que vive al 2x4. (Fotos: Guido

    Gayk / Jorge Royan).

  • 36

    un futuro ligado al mundo de la publicidad y el diseo grfico. Para eso se haba preparado. Hoy, sin

    embargo, es bailarina de tango y junto con su esposo, Luis Pereyra, es un referente de este baile a

    ambos lados del Atlntico.

    -Cmo se origin la fascinacin por el tango en Alemania?

    -Todo empieza en la dcada de los aos 80. En mi caso comenz con el espectculo Tango

    Argentino, de Hctor Orezzoli y Claudio Segovia, que se present en Alemania en 1988. En ese tiem-

    po viva en Dsseldorf y viaj especialmente a Munich para verlos bailar en el Deutsches Theater.

    Qued tan fascinada, que al salir del teatro fui directamente a una agencia de viajes para tratar de

    comprar un pasaje de avin. Lo que no saba en ese momento es que en ese primer espectculo haba

    visto tambin a quien luego se convertira en mi esposo y compaero de baile: Luis Pereyra. Ese da

    dej mi vida anterior de diseadora grfica y me entregu al tango.

    -Por qu el tango tiene tanto auge en un pueblo como el alemn, que es considerado conserva-

    dor y poco expresivo?

    -Si, es notorio que, con excepcin del pueblo argentino, sea el pueblo alemn el que tenga la

    mayor tendencia hacia la cultura del tango.Tal vez porque Alemania jams tom el tango como una

    danza de moda, como fue en otros pases.Tambin influye el hecho de que en Alemania se haya des-

    arrollado un sistema de enseanza de tango, que es deslumbrante. Por otra parte, como bien sabemos,

    los alemanes son de hacer las cosas a conciencia (re..).

    Sin embargo, hay que reconocer que hoy el tango en Alemania est un poco cargado de clichs: el

    abrazo, la melancola, etc.. Sigue aferrado a imgenes que le fueron impuestas al tango para comer-

    cializarlo: hay cierto abuso de la imagen que el tango debe ser frvolo, sensual, ertico. En realidad, es

    una danza sencilla del pueblo. Fuerte, alegre, potente, llena de ritmo.

    -An as, posee un encanto palpable: Cmo explica usted, una alemana radicada en Buenos

    Aires, que vive el tango como propio?

    -Creo que el alemn se identifica ms que nadie con esta danza porque se puede encontrar con

    las races de su propia cultura. El abrazo viene de las danzas europeas, el bandonen es un instrumen-

    to, en realidad, muy alemn. Y, claro, est el otro elemento: el alemn encuentra en esta danza liber-

    tad, ritmo, sensibilidad. Hombre y mujer pueden volver a vivir la danza compartida, dependiente.

    Ambos vuelven a encontrarse con roles definidos. La mujer encuentra un ambiente, en el cual puede

    volver a lucirse desde su lado ms femenino, el ser mujer.Tambin esto es un clich, pero es algo muy

    importante en un pas, en el que como consecuencia de una fuerte emancipacin, se perdieron los

    roles tradicionales del hombre y de la mujer. A tal punto, que ambos perdieron casi su identidad.

    -Pero el alemn entiende el tango?

    -Es una muy buena pregunta. Creo que, en parte, siente que el tango posee algo muy especial.

    Pero dudo que lo entienda, que realmente lo pueda comprender. Porque viene muy ligado a la cultura

    37

    argentina. Yo misma viv ese proceso: Descubr el

    tango cuando llegu a l a fines de los 80. Por ms

    que viviera en Buenos Aires, era extranjera. Yo vea,

    senta las cosas del tango. Pero, desde una perspecti-

    va alejada: interpretaba lo que vea en mi ser ale-

    mn. Comparaba mis experiencias emocionales con lo

    que haba vivido antes.

    Al conocer a Luis fue cuando comenc a convivir

    con una vida argentina normal. Al sentir sus ideales,

    sus valores, sus dificultades, su ser, me di cuenta de que

    jams y estoy hablando de 16 aos haba entendido

    algo de lo que es el tango. Esa experiencia me llev a

    aprehender el tango de nuevo, me oblig a rehacerme

    como bailarina.Tuve que viajar por el pas para poder

    entender al argentino. Por eso, opino, que el alemn

    cree haber entendido. Pero, en el fondo, dudo que sea

    as. Se puede compartir la cultura. Pero no se puede

    ensear la cultura, tampoco aprenderla.

    Por ejemplo, veo las fotos de la familia de Luis y

    no hay fiesta, ya sea un cumpleaos, la Navidad o lo que fuere, en que no bailen todos: chacarera,

    zamba, bailecito, chamam, lo que sea. Un tango, cada tanto. Esta gente jams va a bailar para mos-

    trarse. Sencillamente baila.Tampoco baila para olvidar el trajn del da. Simplemente baila.

    Pero, obviamente, no es as en todos los casos. En Buenos Aires mucha gente baila tango porque

    quiere mostrarse: las mujeres para ser vistas, los hombres para llamar la atencin. Eso existe tambin

    en Alemania. Existen aqullos que se acercan al tango pensando que consiste en vestir minifalda y

    mostrar el cuerpo. Con el tango creen que son alguien.

    -Qu le pide el pblico en las giras por Alemania?

    -El pblico alemn no pide. Pero vive cuando va a ver tango. Es increble. Desde hace muchos aos,

    Luis y yo vamos de gira a Alemania. Les llevamos un tango muy cercano a las races. Un tango lejos

    del clich. Un tango normal. Un tango! Siempre eligiendo grandes composiciones.Tambin llevamos

    otras facetas de la cultura argentina, por ejemplo, la msica folklrica, el zapateo, la chacarera, la

    zamba.Y es fascinante ver cmo se entusiasman, cmo lo viven con nosotros. Despus nos dicen que

    jams vieron algo igual. En virtud de estas experiencias creo que el alemn no quiere ver el clich: la

    mina y el macho.Tampoco quiere ver la carita linda del tango. Quiere el baile, quiere ver cmo uno se

    desangra cuando interpreta un tema. Que se es dulce cuando la msica lo es. Aprecia mucho las gran-

    des composiciones. Pero aprecia tambin mucho lo sutil, lo puro, lo verdadero. No hay que olvidarse

    que el pueblo alemn es muy culto. No le gusta lo falso. Quiere lo autntico, quiere la verdad.

    El tango seduce a cada vez ms alemanes.

    Slo en Berln funcionan hoy ms de 30

    milongas. En la capital alemana se organiza,

    desde 1996, el Internationales Tango Festival

    Berln. (Foto: Michael Grasmann)

  • 39

    La Patagonia inesperadaViajar por la Patagonia significa encon-

    trarse una y otra vez a lo largo del cami-

    no con apellidos como Madsen, Otten, Musters, Saint-Exupry, Jones o Egger. Valles, lagos y monta-

    as llevan los nombres de estos pioneros, que buscaban un nuevo destino al sur del paralelo 42. Sin

    olvidar, claro, al pionero de los aires, Gnther Plschow, quien con su avin Taube se adentr en lo

    ms profundo del Sur argentino.

    Sin embargo, entre tantos nombres extranjeros, poco se habla de un alemn, Juan Plate. Es sor-

    prendente, ya que, segn documentos disponibles en el Archivo General de la Nacin, fue l quien

    impuls la fundacin de Comodoro Rivadavia, hoy la ciudad ms grande de la regin con 130.000

    habitantes y, adems, la capital del petrleo argentino.

    Claro que, all por 1900, las aspiraciones de Plate eran otras. El alemn era propietario de las

    estancias Nueva Lubeka y La Emma. Las tierras estaban ubicadas al pie de la cordillera, a 750 kilme-

    tros de la costa. Si quera sacarles provecho, Plate deba vencer esa distancia. Un reto no menor si se

    considera que el viaje en carreta hasta Madryn, el puerto ms cercano, exiga una travesa de 22 das.

    Juan Plate haba adquirido en 1895 esas casi 75.500 hectreas del sur. Hijo de pobladores de la

    ciudad de Neuhaus an der Ostsee, en el norte de Alemania, lleg a la Argentina en 1880. Cuatro aos

    ms tarde tuvo la visin de fundar una empresa importadora de artculos de ferretera. Plate & Ca.

    traa al pas mercadera que un pas en pleno desarrollo y crecimiento necesitaba en cantidad: alambres,

    herramientas, cerrojos. Hacia la segunda mitad de la dcada de 1890 la empresa era un xito comercial.

    Por ese entonces, el Gobierno del Presidente Julio A. Roca se esforzaba por darle incentivos a la

    poblacin del territorio, que el propio Roca haba sumado al Estado diez aos antes.Tras el fracaso del

    primer intento de asentamiento de soldados, el Congreso argentino autoriz

    la venta de ttulos de propiedad en la Bolsa. Juan Plate fue uno de

    los que sin dudar mucho se decidi a comprar. Como lo recuerda

    hoy su nieto, Alfredo (Vito) Plate, deca: Damit muss man

    was machen (Hay que hacer algo con esas tierras!).

    En 1896 el emprendedor abuelo de Vito envi a un

    amigo, August von Thunn, con una tropa de caballos,

    mulas, vacas, ovejas y carros para que tomara posesin

    de las tierras. Von Thunn parti

    desde el Fuerte talo, poblacin ubi-

    cada en el sur de Crdoba, hacia

    Nueva Lubeka. Tard un ao y medio en

    cubrir los 2.100 kilmetros. La distancia

    La fundacin de Comodoro Rivadavia

    Pg. anterior: ComodoroRivadavia desde el aire, en 1967,cuando su imagen todava recor-daba los das del pionero queimpuls su fundacin: JuanPlate (Fotos: gentileza Diario LaNacin / Fam. Plate)

  • 40

    amenazaba con hacer poco rentables los

    emprendimientos de su propietario.

    La salida al Ocano Pacfico tampoco

    era una opcin. El mismo Plate lo compro-

    b en una expedicin que realiz cuatro

    aos ms tarde, cuando intent abrir una

    ruta hacia Aysen, Chile, el puerto ms cer-

    cano al otro lado de la Cordillera.

    Lejos de desesperarse, el alemn busc

    otra solucin. La encontr en un despobla-

    do trecho de playa, Rada Tilly. As se lla-

    maba la rada que se formaba en el Golfo

    de San Jorge, en la costa argentina donde

    los barcos que llegaban a la zona descar-

    gaban provisiones y materiales.

    All, el mismo Plate y otros cuatro

    estancieros de la zona Angel Velaz,

    Cosme Llamas Massini, Mximo Abasolo

    y el doctor Julio Fernndez haban

    hecho construir en 1900, al pie del Cerro Chenque, un galpn de almacenamiento. El encargado de

    armarlo fue Francisco Petrobelli, transportista y pionero, que abasteca a la Colonia Sarmiento.

    Como lo reconocen hoy las autoridades de Comodoro Rivadavia, el galpn se convirti en la prime-

    ra edificacin de la ciudad.

    Unir la costa con la Cordillera a travs de un ferrocarril era una opcin lgica en una poca en la

    que el Estado trataba de impulsar la ampliacin de la red de ferrocarriles, iniciada por la inversin

    britnica. Pero para eso haca falta, primero, infraestructura, espacio para aprovisionamiento, y des-

    pus, un puerto y una poblacin.

    Cartas y documentos conservados en el Archivo General de la Nacin indican que a su retorno a

    Buenos Aires, a fines de 1900, Plate inici las gestiones para fundar un pueblo y puerto en esas

    costas. El 26 de enero de 1901 Plate y otros 27 propietarios de la zona presentaron una solicitud por

    escrito al Ministro de Agricultura, Martn Garca Moreno. Entre los firmantes figuraban algunos de

    los nombres ms conocidos de la comunidad alemana en el pas.

    La carta tena como seal de remitente la direccin de las oficinas de Plate&Ca. Deca: Los que

    suscriben, constituyendo domicilio en la calle Defensa Nro. 540, y teniendo presente el inters que el

    Supremo Gobierno demuestra para que los territorios del Sur se pueblen () se permiten pedir al

    Seor Ministro que se digne disponer lo necesario para que en la costa de la rada Tilly se establezca

    un pueblo como puerto de mar.

    El petitorio fue enviado para su evaluacin a la Direccin General de Tierras y Colonias del

    Ministerio de Agricultura. Este solicit la opinin del Ministerio de Marina para establecer si la rada

    Los Ford-T, se convirtieron tambin en el sur argentino en el medio de trans-porte privilegiado a la hora de hacer frente a las desafiantes travesas. Eranconocidos por su apodo: Henry Viejo, en honor al fundador de la marca esta-dounidense (Foto: gentileza Fam. Plate)

    Pg. siguiente: el galpn del poblador Francisco Petrobelli fue la primera casade lo que sera Comodoro Rivadavia. (Foto: gentileza Fam. Plate)

    ofreca condiciones apropiadas como puerto. La respuesta lleg poco despus: indicaba la factibilidad

    de la fundacin en Punta Borja.

    Por su parte, Plate activ sus contactos en el mbito gubernamental. Entre ellos figuraba un

    enamorado de la Patagonia de mucho peso: Francisco P. Moreno. El empresario alemn haba ayu-

    dado y hospedado al perito Francisco P. Moreno, cuando entre 1898 y 1901 ste haba asumido la

    tarea de velar por los intereses argentinos en el litigio con Chile por el trazado de los lmites aus-

    trales. Otro conocido de Plate, aunque ya ms lejano, fue el mismsimo Presidente Roca.

    Cuatro semanas despus de haber remitido la carta, el 23 de febrero de 1901, el Vicepresidente

    Norberto Quirno Costa firmaba, en representacin del Presidente Roca, el decreto que ordenaba: La

    Direccin de Tierras y Colonias proceder a trazar un pueblo en el Territorio de Chubut, sobre la costa

    del Atlntico, entre la punta Borja y la punta Marques, que se denominar Comodoro Rivadavia. El

    nombre era un homenaje al Ministro de Marina Comodoro Martn de Rivadavia, fallecido poco antes.

    Los trabajos de agrimensura se iniciaron cuatro semanas ms tarde. Aquel alemn, que haba llegado

    a la Patagonia para hacer su Amrica, termin impulsando as la fundacin de una ciudad, que es

    todo un smbolo de la presencia argentina en el extremo sur del globo.

  • 4342

    Rumbo a lo imposibleLas expediciones alemanas a los hielos continentales, 1914-1916

    Resulta irnico que uno de los lugares ms fros e inhspitos del planeta haya sido el escena-

    rio, en el cual las relaciones argentino-alemanas de comienzos del siglo XX hayan vivido uno de

    sus momentos ms clidos.

    La suposicin de que deba existir una conexin entre los grandes lagos del sur de la

    Patagonia oriental (Argentino, Viedma y San Martn) y los fiordos del Pacfico ya haba sedu-

    cido a muchos exploradores hacia 1916. Entre ellos se encontraba el gelogo alemn Rudolf

    Hauthal. Como miembro de la delegacin argentina en la Comisin de Lmites, Hauthal reali-

    z entre 1899 y 1900 una exhaustiva investigacin de un glaciar al que llam Bismarck.

    Pocos aos despus cambiara de nombre para convertirse en lo que es hoy uno de los conos

    de la Argentina de hoy: el glaciar Perito Moreno.

    Durante sus aos de investigacin Hauthal intent cruzar la Cordillera desde el Lago

    Argentino hacia el fiordo Peel, en el lado chileno, pero no pudo ganar el interior de las monta-

    as para encontrarse con el mar de hielo que all aguardaba. Ese honor le correspondi a los

    miembros de la expedicin Flora Argentina, compuesta por el qumico alemn Fritz Reichert,

    el botnico Cristbal M. Hicken, el botnico y bilogo Lucien Hauman-Merck, el pintor Juan

    Jrgensen y el pen chileno Rojas.

    Si bien los miembros de esta expedicin llegaron el 27 de febrero de 1914 marchando a tra-

    vs de un suelo inexplorado y virgen, por ningn pie hollado desde el Canal de los Tmpanos del

    Lago Argentino hasta los glaciares que descienden al fiordo San Andrs en Chile, no pudieron

    descender hasta el Ocano Pacfico debido a las inclemencias del tiempo. No obstante, pudieron

    dar un testimonio autntico sobre los secretos que all aguardaban a las generaciones futuras.

    Como consecuencia de esta primera expedicin a la regin del Lago Argentino, la Sociedad

    Cientfica Alemana de Buenos Aires prepar una expedicin de exploracin a los glaciares de la

    regin del lago Viedma. Formaron parte de ella el gegrafo Franz Khn, el qumico Alfred Klliker,

    el topgrafo Adolf Tomsen, el gelogo Lutz Witte y el pintor Juan Jrgensen. Los acompaaron el

    cocinero Augusto Tannert y los peones Pablo Silbermann, Adn Diener y Tobas Buechele.

    Fue as que en el verano de 1915/1916 cuatro de estos exploradores Klliker, Witte,

    Silbermann y Diener lograron llegar por primera vez a lo ms profundo de la zona de los

    hielos continentales del lago Viedma. Para ello ascendieron por el valle del ro Tnel y cruza-

    ron por el Paso del Viento al campo de hielo, que atravesaron en direccin noroeste hasta la

    vertiente pacfica.

    Al igual que la expedicin de Reichert y Hicken, tampoco ellos pudieron descender al mar por

    los temporales reinantes en esas latitudes. Klliker, cuyas fotografas cubren los hielos en un

    La expedicin alemana sobre el Hielo Continental en 1916.(Foto: A. Klliker / Del libro In den Einsamkeiten Patagoniens).

    ngulo de 360 grados, describi sus impresiones en el libro In den Einsamkeiten Patagoniens,

    publicado en 1926: El campo helado que se extiende entre los dos cordones de cerros Adela y

    Mariano Moreno, se extiende desde el lago Viedma en semicrculo, hacia el Norte, para perderse

    en el horizonte. Dominamos con nuestra vista una extensin de ms o menos 100 kilmetros de

    Norte a Sur y an no logramos ver ninguno de los extremos del campo helado.

    Varias son las huellas que recuerdan todava hoy que las dos primeras expediciones que pudie-

    ron cruzar los Hielos Continentales en direccin Este-Oeste estaban integradas por representan-

    tes de la comunidad cientfica alemana, que desarrollaban sus actividades en dependencias pbli-

    cas argentinas.

    Se recuerda tambin que an en plena Guerra Mundial algunos lograron ver ms all del ren-

    cor y del enfrentamiento de toda una poca. Su legado nos queda en la magia de lugares como

    Paso del Viento, Cerro Witte, Nunatak Witte, Cerro Klliker, Glaciar Hicken, Cordillera Reichert

    y Cordn Adela (este ltimo llamado as en referencia a la madre de Alfred Klliker), que se

    convirtieron en destinos del alpinismo internacional.

    Hans A. Schulz

  • El da en que se perforel suelo de Buenos Aires

    Pg. anterior: a principios del siglo XX, la construc-cin del subterrneo cambi la cara de Buenos Aires.Sera el primero de Amrica Latina. (Foto: AGN)

    Derecha: a partir de 1928, la empresa Siemens parti-cip de la ampliacin del servicio. Primero comoconstructora y luego como proveedora de tecnolo-ga y vagones. (Foto: Siemens)

    Difcilmente alguien se pueda imaginar hoy

    cmo se vea en la ciudad aquella profunda

    grieta abierta en 1911 desde Plaza de

    Mayo hasta el Once. Mucho menos, el impacto que esa grieta debe de haberles causado a los porteos

    de entonces. En la capital argentina circulaban todava tranvas a caballo. Muchos eran los faroles

    que an utilizaban gas para alumbrar el paso, y al puerto seguan llegando barcos repletos de inmi-

    grantes de la vieja Europa, que venan a hacerse la Amrica.

    Pero la fosa de varios metros de profundidad que atravesaba el centro de Buenos Aires indicaba

    que una nueva era estaba por comenzar. La capital argentina se dispona a incorporar un sistema de

    transporte como el que tenan, en ese entonces, slo otras once ciudades del mundo: el subterrneo.

    La responsable de ejecutar el grueso de la obra era la filial local de la empresa alemana Philipp

    Holzmann. Su aporte sera una de las primeras de las muchas huellas que dejara la ingeniera alema-

    na en el sector del transporte argentino, como prueba de que los comienzos siglo XX fueron tiempos

    fructferos para las relaciones bilaterales. Incluso, la corriente elctrica que impulsara los trenes sub-

    terrneos llevara el sello alemn: era suministrada por cuatro usinas de la Compaa Alemana

    Transatlntica de Electricidad.

    Philipp Holzmann era una de las ms importantes constructoras de la poca, responsable de

    varias emblemticas obras de transporte en el mundo. Entre ellas, el ferrocarril que una Estambul

    con Bagdad (Bagdadbahn, por su nombre en alemn). Con una extensin de 2.400 kilmetros, su

    construccin se haba iniciado en 1903, para ser finalizada no antes de 1940.

    Especializada desde principios de siglo tambin en el transporte urbano, la compaa, con sede en

    la ciudad alemana de Frankfurt am Main, gan en la Argentina el contrato para perforar el subsuelo

    de Buenos Aires. Concesionaria era la Empresa de Tranvas Anglo-Argentina Limitada.

    La obra cost en total 17

    millones de pesos de entonces,

    Cmo Philipp Holzmann y Siemensinterconectaron la capital argentina

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    los trabajos que requiri significaron un reto. Fue preciso desviar el

    sistema de cloacas, desages, bocas de tormenta y caos de suminis-

    tro de agua potable en una de las ms pobladas partes de la ciudad.

    Para excavar la tierra se emplearon cuatro dragas elctricas

    con sistema de cuchara, que podan mover cerca de cinco metros

    cbicos por hora. La tierra era retirada del tnel con trenes que sal-

    an por rampas ubicadas en la Plaza de Mayo, del Congreso y Once,

    para luego recorrer las vas del tranva hasta llegar al depsito.

    Segn documentan los informes de la poca fueron removidos

    440.000 metros cbicos de tierra. Al finalizar los trabajos se haban

    aplicado 75.000 metros cbicos de mampostera y se haban usado

    31 millones de ladrillos y 108.000 barricas de cemento Portland de

    170 kilos cada una. A ello se sumaban 13.000 toneladas de tirantes

    de hierro y 90.000 metros cuadrados de capa aisladora.

    A pesar de estas cifras impresionantes, la obra, en la que

    participaron 1.500 trabajadores, se complet en no ms de

    veinte meses. El 2 de diciembre de 1913 se inauguraba la Lnea

    A, entre Plaza de Mayo y Once, y al da siguiente fue habilitada

    al pblico. Aquellos fueron los primeros sudamericanos que

    pudieron disfrutar de las ventajas del subte.

    Cada estacin tena una longitud de cien metros y contaba

    con frisos de un color determinado para facilitar la identificacin.

    Deba sealizarse as