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FILOSOFIA LATINOAMERICANA

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FILOSOFIA LATINOAMERICANA

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La filosofía latinoamericana se caracterizó por su subordinación a intereses religiosos y políticos y por su profundo significado social, sin embargo, lejos está el día en que todos tengan igualdad de oportunidades y desarrollo personal.

Es difícil para los pensadores latinoamericanos independizarse tanto de la influencia colonial como del pasado indígena y emerger con un pensamiento propio fruto de una identidad firme y auténtica.

La filosofía latinoamericana necesita descubrir su verdadero Ser, sin dejar de lado su historia ni sus antepasados, porque sería como renegar de los propios padres, teniendo en cuenta especialmente su realidad cotidiana, su ambiente natural, la aceptación del potencial humano y sus condiciones y la elaboración de un proyecto participativo auténtico.

Ninguna filosofía surgió de la nada, todas emergieron como una continuidad o por oposición a notables pensamientos anteriores; sin embargo, lograron notoriedad por el aporte que significaron o por la crítica oportuna que daba lugar a nuevos modos de pensar.

Los griegos elaboraron su filosofía a partir de situaciones políticas oscuras e influenciados por la mitología de antiguas culturas. Su trabajo era un intento de comprender la realidad en que vivían y la búsqueda de formas ideales de organización social, metas que la humanidad todavía no ha alcanzado. El pensamiento griego influyó ampliamente en Occidente, que hasta nuestros días se rige por el modelo de cultura greco-romana.

Los latinoamericanos para tener una identidad propia tienen que hacerse las mismas preguntas que se tiene que hacer un adolescente cuando deja atrás la infancia: ¿quién soy, dónde estoy y hacia dónde voy?; porque el comportamiento del hombre latinoamericano expresa la ambivalencia de su propio pasado y la ambigüedad de su cultura.

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Con respecto al resto del mundo se siente marginado, como todo el que no tiene muy claros sus orígenes pero que desea desesperadamente pertenecer a un grupo.

Esa necesidad de Ser lo que Es, lo lleva a adoptar modos de ser de otras culturas, con un origen, un pasado y una historia diferente.

El hombre latinoamericano, como un adolescente, quiere parecerse para poder diferenciarse.

El mundo latinoamericano se caracteriza por las riquezas de sus tierras y por la pobreza del hombre. La abundancia que falsamente nos enorgullece, no exige ningún esfuerzo, se puede obtener el sustento casi sin estirar la mano y también muchos se pueden morir de hambre.

Sin saberlo vivimos en un paraíso que puede transformarse en un infierno y que permanece en buena parte sin explorar; a la espera que el hombre nuevo se ponga en marcha y se atreva a ser adulto y dueño de su destino; porque los problemas son más sociales y morales que económicos.

Dejemos atrás la adolescencia y seamos adultos comprometiéndonos con un proyecto que permita a todos acceder a la educación, para terminar de una vez por todas con los excluidos de siempre, que son los que todavía tienen que luchar para hacerse un lugar.

Latinoamérica necesita unirse en una sola forma de pensar que permita al hombre desarrollarse en plenitud y vivir en paz

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Sepúlvedas argumentaba que la guerra en contra de los indígenas era permitida porque todos los indígenas eran bárbaros, carente de educación e inteligencia

En cambio, Bartolomé de las Casas, en la obra Apologética Historia refuta argumentando:

“ El hombre moderno es el resultado de un proceso de desarrollo histórico y cada pueblo, en los orígenes de su existencia, se encontraba en el estado primitivo, igual como los pueblos indios de América”.

“ Los indios tienen una cantidad de virtudes que surgen de su ambiente natural y sobresalen respecto a los europeos y algunos pueblos antiguos”y,

“ Ni son inferiores, ni bárbaros, sino que poseen las mismas condiciones para superar su estado como los pueblos antiguos de Europa”

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El debate entre Sepúlvedas y Las Casas tuvo un alcance mucho más allá del tema americano. En el fondo la discusión contribuyó al cambio radical de los conceptos vigentes hasta aquel entonces sobre el universo y la historia de la humanidad.

Este cambio puso en duda la visión del mundo como una unidad cultural con respecto al sistema político-espacial, también supuso un cambio respeto a la visión de la conquista y puso los fundamentos jurídico-políticos de la sociedad europea de aquella época.

Latinoamérica fue territorio receptor de ideas, instituciones de diversa índole: políticas, religiosas, sociales, económicas, artísticas, etc., que desde la antigüedad y el medioevo habían pervivido en España. En sus colonias americanas algunas de ellas renacieron bajo nuevas formas, debido a condiciones del medio geográfico, étnicas, culturales, económicas, etc., totalmente diversas a las de Europa .

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Enrique Dussel

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Enrique Dussel, es un filósofo de origen argentino, naturalizado mexicano.

Nació el 24 de Diciembre de 1934 en Mendoza y radica desde 1975 en exilio en México.

Es reconocido internacionalmente por su trabajo de en la rama de la ética, la filosofía política y principalmente por ser uno de los fundadores de la teoría de la liberación.

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 1953 y 1957 estudia filosofía en la Universidad Nacional de Cuyo, su tesis de licenciatura trata la noción del bien común entre los griegos. 

Radicado en España, siguió sus estudios filosóficos en la Universidad Complutense de Madrid.

1959 y hasta 1961 vivió en Nazaret, Israel, junto al sacerdote Paul Gauthier, trabajando como carpintero.

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Radicado en Francia en 1961, estudió Teología e Historia en La Sorbona.

En un viaje a Alemania en 1963 conoció a su futura esposa, Johanna Peters. Se puso en contacto con Joseph Lortz, y entre 1964 y 1966 estudió en el Archivo de Indias de Sevilla.

En 1968 regresó a Mendoza para dar Ética en la Universidad Nacional de Cuyo.

Entre 1969 y 1973 comenzó una prolífica etapa de su reflexión, cuyo resultado son importantes publicaciones

Fue acusado de marxismo y recibía amenazas de muerte

Su expulsión fue en 1957 y vino a México.

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Obras importantesHipótesis para el estudio de Latinoamérica en

la historia universal. El humanismo semitaÉtica comunitaria20 tesis de políticaPolítica de la liberación.El humanismo helénicoLa producción teórica de Marx. Un

comentario a los Grundrisse

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TEORÍA DE LA LIBERACIÓNLa Teología de la Liberación es una

corriente teológica en el seno de la Iglesia Católica que nació en Iberoamérica tras el Concilio Vaticano II y la Conferencia de Medellín . Es reconocida por sus inclinaciones al marxismo.

La Teología de la Liberación intenta responder a la cuestión que los cristianos de América Latina se plantean cómo ser cristiano en un continente oprimido, y preguntas como "¿Cómo cantar al Señor en una tierra extraña?", "¿Cómo conseguir que la fe no sea alienante sino liberadora?".

Corriente está difundida por toda la Iglesia católica.

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Analéctica La analéctica es un vocablo que es difundido en la

obra Filosofía de la Liberación. En ese libro, propone el concepto de analéctica como método adecuado para realizar la tarea filosófica

 Este método integra, al menos en su base, dos modos de análisis filosóficos ya tratados y utilizados por la tradición filosófica: la analogía método clásico, bastante utilizado en el tomismo  y otras escuelas de la escolástica , y la dialéctica . Según Jesús Villagrasa, este término fue creado por Bernhard Lakebrink.

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Leopoldo Zea

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Leopoldo ZeaLeopoldo Zea nace el 30 de junio del 1912 y el fallece en el 2004.Su principal inquietud fue el estudio de las ideas y de la realidad

del hombre americano.Fue director del Centro de Estudios de Latinoamericanos de 1982

a 1995), además de ser profesor de la UNAM.Llega a la conclusión de que se puede hablar de una cultura

especifica hispanoamericana.Leopoldo Zea coincide con el existencialismo en la idea de que no

existe una naturaleza humana inalterable, si no que el hombre es un ente temporal e histórico. Y como tal el hombre americano se expresa a través de diversas formas de cultura, aunque estas expresiones propias de un ser humano bajo determinadas circunstancias, esas expresiones son validas para otros hombres que se encuentren en circunstancias parecidas.

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El pensamiento de Leopoldo Zea se encuentra en un pequeño trabajo publicado en Letras de México el 15 de noviembre de 1941: "América y su posible filosofía“. Esta reflexión que se centra en una insistente pregunta: "¿Es posible hablar de una filosofía americana?". Reflexión que tiene como horizonte la Segunda Guerra Mundial cuando se van anulando valores que eran presentados como universales.

La misma pregunta ya se la había hecho el argentino Juan Bautista Alberdi en 1842, además de España se venía haciéndolo a partir del siglo XVIII sobre la posible existencia de una ciencia que pudiese ser llamada española. José Gaos señala desde México la pareja preocupación en España y México. Preocupaciones semejantes originadas sobre la realidad que la sangrienta Revolución había originado en Antonio Caso y Samuel Ramos y, con una preocupación continental, en José Vasconcelos.

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Leopoldo Zea escribió: "El hombre americano se encuentra con una serie de artefactos, de ideas muertas, carentes del valor para los que fueron sus autores. Ahora tiene que elegir entre seguir prestándole fe, o entregarse al caos en que ha caído el europeo al perder la fe en sus obras, en su cultura." de allí el interrogante.

Todo filosofar acaba siendo expresión concreta de una preocupación sobre las propias e ineludibles circunstancias. Por lo que Leopoldo sea dice: "La causa es algo que olvidan los pensadores de nuestros últimos tiempos. Y es la de que toda abstracción tiene como finalidad la soluci6n de problemas concretos, de problemas parciales, los problemas del llamado "hombre de la calle".

Esta visión de la filosofía es lo que José Gaos ofrece a lo largo de su Introducción a la filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM

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En los inicios de los cincuenta Zea estimula, contando con el apoyo de José Gaos, un movimiento filosófico que empieza por algo regional. Así pregunta: ¿Qué es el mexicano? Interrogante sobre la identidad del hombre concreto que es el hombre de México. El Grupo Filosófico Hiperión, en donde se reúne un pequeño pero activo número de jóvenes, se plantea tal interrogante en 1949. Un Antecedente del mismo es la obra del mexicano Samuel Ramos, El hombre y la cultura en México (1932).

Y La respuesta de Leopoldo Zea a la pregunta fue: “el mexicano es un hombre como todos los hombres, con posibilidades e impedimentos sobre lo que debe tomar conciencia para estimular unos y vencer otros”.

Tomó así sentido la pregunta sobre la existencia o posibilidad de una filosofía, una literatura, una ciencia y una cultura propiamente americanas.

La relación de dependencia es la que origino esta peculiar filosofía.

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En la Filosofía de la historia americana (1978), se analizan los diversos proyectos que han animado esta filosofía: proyectos que parten de la toma de conciencia de la dependencia, como el proyecto libertario: ser distinto de lo que se es, el proyecto conservador: seguir siendo como se es; el proyecto civilizador: insistencia en ser otro de lo que se es, y el proyecto asuntivo: que implica la asimilación de lo que ha sido para poder ser algo distinto sin por ello dejar de ser quien se es.

Leopoldo Zea, en América en la historia (1957), rebasa una preocupación que parece peculiarmente latinoamericana insertando su problemática, en la historia del hombre de la cual es parte la historia del hombre de América.

En Discurso desde la marginación y la barbarie (1988), Leopoldo Zea hace de la filosofía de la historia destacada por Gaos, el punto de partida de la interpretación de la misma historia universal. Interpretación de la historia, no ya desde el centro de poder europeo y occidental, sino desde los márgenes del mismo que así se transforman en centro en la toma de conciencia de una filosofía de la historia no hegeliana. Se parte del centro del poder y de la conciencia de la historia que fue la Grecia clásica

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Zea concluye que hay que establecer otra definición sobre la igualdad. "Todos los hombres son iguales por ser distintos, pero no tan distintos que unos puedan ser más o menos hombres que otros." Esto quiere decir que ningún hombre es igual a otro y este ser distinto es precisamente lo que lo hace igual a otro, ya que como él posee su propia e indiscutible personalidad. Todos los hombres son individuos concretos y por serlo semejantes entre sí.

Zea dice que de este respeto ha de derivarse, la auténtica paz, como expresión de una nueva relación entre los hombres y los pueblos que no sea ya la relación vertical de dependencia, sino la relación horizontal de solidaridad.

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Obras principalesEl positivismo en México (1943)En torno a una filosofía americana (1946)La filosofía como compromiso (1952), América

como conciencia (1953) La filosofía en México (1955), América en la

historia (1957)Latinoamérica en la formación de nuestro

tiempo (1965).

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ANTONIO CASO

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Antonio Caso nació en 1883 y murió en 1946 en la ciudad de México.Realizó sus estudios superiores en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, recibiéndose de licenciado

en derecho, pero su vocación lo llevó a consagrarse al cultivo de la filosofía, la sociología, las letras y la estética.

En 1906 fundó al lado de Alfonso Reyes, Pedro Henríquez Ureña, José Vasconcelos y Carlos González Peña, la revista "Savia Moderna", bajo la dirección de Alfonso Cravioto y Luis Castillo Ledón.

Cuando esta se disolvio, el grupo se convirtió en el Ateneo de la Juventud (1909-1910), que emprendió una lucha abierta contra el positivismo imperante, por medio de conferencias y escritos, distinguiéndose Caso como orador elocuente. Desde joven hasta el momento de su muerte, se dedicó al magisterio, impartiendo las cátedras de filosofía, lógica, ética y estética, filosofía de la historia y sociología en las escuelas Preparatoria, de Jurisprudencia y de los Altos Estudios (hoy Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM).

Fue director de la Escuela Nacional Preparatoria en 1909, secretario de la Universidad Nacional en 1910, rector de la propia casa de estudios (1920-1923) y director de la Facultad de Filosofía y Letras (1930-1932). Defendió la autonomía universitaria y la libertad de cátedra. Fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y miembro fundador del Colegio Nacional (1943).

En 1920 viajó como embajador extraordinario a Perú, Chile, Argentina, Uruguay y Brasil. Las universidades de La Habana, Lima, Guatemala, Buenos Aires y Río de Janeiro le otorgaron el título de Doctor Honoris Causa.

Explicó la filosofía y la sociología como quehaceres útiles para aprender la verdad. Sus obras son: Problemas filosóficos (1915), La filosofía de la intuición (1915), Filósofos y Doctrinas

Morales (1915), La existencia como economía, como desinterés, como caridad (1916; 2ª.ed. 1919; 3ª.ed. 1943), Drama per Música (1922), El concepto de la Historia Universal en la filosofía de los valores (1923), El problema de México y la Ideología Nacional (1924). Principios de estética (1925), Historia y Antología del pensamiento filosófico (1926), Sociología genética y sistemática (1927; 20 ediciones más). El acto ideatorio (1934), Positivismo, neopositivismo y fenomenología (1941), El peligro del hombre (1942), Filósofos y moralistas franceses (1943), y México (apuntamientos de cultura patria) (1943).

Dejó además dos obras de versos: Crisopeya (1931) y El políptico de los días del mar (1935). Desde 1936 escribió artículos de filosofía, historia y sociología. Famosa fue su polémica con su discípulo Vicente Lombardo Toledano.

mún.

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PENSAMIENTO, FILOSOFIA:Su preocupación intensa por el país fue lo que lo llevo a escribir varios de sus libros.

Su formación se inicia en el positivismo, al que supera bajo la influencia de Boutroux y Bergson. Influyeron también Platón, Kant, Schopenhauer y William James. El cauce profundo de su pensamiento se orienta por un espiritualismo metafísico de raíz cristiana y se expresa, principalmente, en su obra cumbre La existencia como economía, como desinterés y como caridad, publicada en 1946. Concibe ahí al hombre como una realidad espiritual que supera a la naturaleza. Su antropología filosófica va unida a una concepción ética de la vida. El hombre está requerido por diversas actividades. La más baja es la económica, instrumental y utilitaria, que se rige por el principio de la eficiencia: “Máximo provecho con mínimo esfuerzo”. El desinterés representa la segunda etapa de tipo estético, por último se halla la caridad, que representa “la experiencia fundamental religiosa y moral” apoyada en el sacrificio y el amor. Se sintetiza en la norma: “haz al prójimo más de lo que desearías que el prójimo hiciera por ti”.

Si bien dedicó su vida a la filosofía, sostuvo con la palabra y la conducta que lo más importante es cultivar el saber para vivir.

En principio Caso parte de una definición múltiple acerca del hombre. ¿Qué significa esto? Pues bien, para Caso el hombre es como un prisma, es decir es un ser multifacético lo que también se traduce como un ser con varias facetas que se van configurando a lo largo de su existencia. Entre estas facetas sobresalen las siguientes: el hombre como individuo (El propio hombre del ser orgánico, yace la idea de la indivisibilidad; podrá ser más o menos enérgica la individualidad misma; pero siempre el ser viviente es indivisible, siempre es individual, siempre asume en su propia sustancia un grado de ser superior a la cosa. Esta superioridad es la indivisibilidad), el hombre como persona(Al individuo biológico se agregan los caracteres de unidad, identidad, de continuidad sustanciales. Sólo el hombre desempeña un papel como ser sociable. De aquí la denominación de persona, que significa, precisamente, el desempeñar un papel, como lo desempeñan los actores en el teatro. De la misma manera, en el hombre, como unidad social, desempeña un papel, siempre, en la historia), el hombre como ser espiritual (En esta faceta de su existencia el hombre posee un espíritu que le permite crear valores. La espiritualidad humana no puede lograrse en el aislamiento, por el contrario gracias al espíritu el hombre se manifiesta socialmente. Es decir, el hombre implica la sociedad en su desarrollo, la sociedad necesita, a su vez, del hombre para ser).

Caso pensaba que la voluntad era mediadora para que el hombre se abriese paso, considerando que es idóneo para un hombre el prepararse constantemente para no caer en el conformismo.

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Caso dice que una formación puramente intelectual, convierte al hombre en un ser egoísta y por lo tanto la educación es el dote principal con lo cual se sustenta la existencia del hombre, porque un hombre es inferior si no está preparado y es superior cuando hace uso de su razón y su inteligencia.

En el fondo del pensamiento casista, se intuye la interrelación suprema entre la metafísica, la ciencia y la religión como campos inseparables que le permiten al hombre perfeccionarse íntegramente en cada una de las distintas ramas del conocimiento humano logrando de esta manera una sistematización global, es decir, contribuyendo en la formación de una antropología filosófica integral.

Nos dice con sus propias palabras: “La metafísica torna posible la ciencia misma. Pero téngase cuidado de no despreciar la ciencia y sus resultados”

Uno de los grandes problemas que reconoció, fue que nuestra sociedad está impregnada de ignorancia por lo que siempre atribuía al ser que no fuese preparado, para ser formalmente un hombre.

En consecuencia considero que hombre es aquel que se forma por su inteligencia y sus actos positivos, es fuerza que vivifica, que unifica y que permanece; además retroalimenta, conoce, expresa y expone sus ideas para ser más fuerte y relevante ante sus semejantes. Un buen hombre es quien se sacrifica para evitar el dolor de sus semejantes.

Debemos poseer todos los datos y elementos, así como las características que nos permitan ser hombres íntegros en la dicha y en la adversidad, porque el que no se sacrifica, según Antonio Caso, no entiende el mundo total e ignora que la base fundamental del desarrollo integral de la persona son la vida y el bien co

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JOSE VASCONCELOS

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José Vasconcelos Fue un pensador, escritor y político mexicano. Nació en el Estado de Oaxaca el 28 de febrero de 1882. Hizo estudios de derecho en la Universidad

Nacional obteniendo el título de abogado. Fue el fundador del Ministerio de Educación en su país, desde el cual desarrolló una fecunda y extraordinaria labor, lo que le mereció el sobrenombre de El maestro de la juventud de América.

Al triunfo de la revolución mexicana fue nombrado Rector de la Universidad Nacional en 1920. Poco después ocupó el cargo de Secretario de Educación del Gobierno Federal, desde donde emprendió una vasta reforma del Sistema Educativo Nacional y le dio un fuerte impulso a la cultura nacional rescatando sus valores populares y sociales.

Después de 1924 paso a la oposición y presento su candidatura primero a la gubernatura del Estado de Oaxaca y más tarde a la presidencia de la Republica. En ambos procesos se vio afectado por prácticas antidemocráticas.

Redactó y publicó cuatro libros que son su crónica autobiográfica: "Ulises Criollo", "La tormenta", "El Proconsulado" y "La Flama". Estuvo desterrado de México y regresó en 1940 para ser Director de la Biblioteca Nacional.

Antes de morir en la ciudad de México el 30 de junio de 1959, público sus últimas obras: "Lógica Orgánica" y "Todología".

Su abundante obra literaria ha sido clasificada en cinco apartados fundamentales. En filosofía, influido por los escritos de Schopenhauer, al que tenía en gran estima, se convirtió en el adalid de la lucha contra el positivismo y el utilitarismo, que tan gran predicamento habían alcanzado en América por aquel entonces.

En el ámbito filosófico, pueden mencionarse libros como Pitágoras, una teoría del ritmo (1916), El monismo estético (1918) o Lógica Orgánica (1945), que organizan un sistema fundamentado en el juicio estético, donde la belleza se convierte en una forma superior de la realidad y el método sintético de la música pone de relieve lo universal concreto; él mismo afirmó que su doctrina filosófica era "un monismo basado en la estética".

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Para Vasconcelos, la tarea de la filosofía consiste en coordinar todas las esferas del ser y todas las facultades del yo, para conseguir una suprema unidad, que ya no es el Logos, sino Armonía. El verdadero conocimiento se obtendría mediante una síntesis que coordinara elementos y modos de aprehensión emocionales, intelectivos y místicos. Cualquier distinción entre objeto y sujeto es sólo fenoménica. La verdad se alcanzaría en el juicio estético, por la vía de la belleza y de la armonía.

En segundo lugar, en las obras de sociología y pedagogía, como La raza cósmica (1925) y Bolivarismo y Monroísmo (1934), pone de relieve una concepción antropológica e histórica que postula la formación en Latinoamérica de una raza futura, que acabará imponiendo la forma superior de vida nacida e influida por su temperamento estético, contraponiéndola a la de la América anglosajona. La raza cósmica, ensayo sobre la identidad americana, incluye controvertidas ideas sobre la superioridad racial.

Un tercer y fructífero campo es el del ensayo y su dilatada labor como periodista: Gabino Barreda y las ideas contemporáneas (1910) o Prometeo vencedor (1920). En este apartado puede incluirse una abundantísima obra periodística, que abarca e incide en todas las vertientes de la actualidad y la cultura.

Otra faceta destacada de su actividad intelectual tuvo como escenario los trabajos históricos, como su Breve historia de México (1937) o Hernán Cortés, creador de la nacionalidad (1941). Dedicó volúmenes biográficos a Simón Bolívar y Evaristo Madero.

Es en sus memorias donde se encuentra un mayor vigor literario, y es gracias a ellas que permaneció como una presencia viva en las letras mexicanas después de su muerte. En éstas se involucran experiencias personales, acuciosas reflexiones conceptuales y la conciencia de haber vivido en una etapa histórica que incluyó la caída de un añejo régimen, la lucha armada de la fuerzas revolucionarias, la consolidación de las instituciones nacionales y la decepción provocada por los sucesivos gobiernos. El ciclo se inicia con Ulises criollo (1935), prosigue con La tormenta (1936), avanza con El desastre (1938) y culmina con El proconsulado (1939): los cuatro tomos se consideran un modelo del género. El postrer volumen de su obra autobiográfica, titulado La flama, apareció póstumamente (1959). Vasconcelos podría ser considerado un gran historiador si hubiera sido capaz de desprenderse de su pasión incontenible en algún momento.

Autor de una reducida producción dramática, ésta se considera la parte menos relevante de su obra, y sus piezas rara vez se escenifican por carecer de un auténtico sentido del dinamismo teatral. Quizás la más interesante de ellas sea Los robachicos (1946). Tampoco tiene gran peso su obra de ficción, de la que está ausente la auténtica literatura. No carecen de encanto, sin embargo, trabajos como La sonata mágica (1933) y El viento de Bagdad (1945).

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Su ideario político En su ideario político, inspirado en un regeneracionismo romántico antiimperialista, la Revolución

sólo cabe como (en palabras de Joaquín Cárdenas Noriega) "hombría de bien y progreso, justicia social y dignidad humana, libre de personalismos y de charlatanería demagógica." Por ello desconfía tanto de las clases bajas como de las altas y considera que sólo la dirección política de las clases medias puede dar continuidad y estabilizar el proceso revolucionario.

Así afirma: "Pertenecía Manuel Rivas, lo mismo que yo, a la clase media profesional que inventa, posee y administra los tesoros de la cultura en todas las latitudes. Verdadera aristocracia del espíritu. Se halla esta clase colocada entre la rudeza y la incompetencia de los de abajo y la corrupción, el estulto egoísmo de los de arriba. Desventurado el pueblo en que la clase nuestra no domina, no impone la orientación y el sistema.

Este programa de regeneración de la Patria, y de América entera, tiene en la defensa de la verdad, aun a costa del sacrificio de la vida, el destierro o la cárcel, el norte que guía, en sus propias palabras, su acción profética: "Proclamar la verdad a la faz de los que apoyan su dominación en la mentira, es función del profeta, más aún que la del héroe. ¡Malhaya el que busca complacer al malvado en vez de denunciarlo! ¡Dichoso quien ve hundirse su barca en mares de traición y de cobardía, y no desiste de condenar la injusticia, el error, el engaño! ... Lanzada a la brega, la verdad no puede ser serena, debe ser agitada como la tempestad y luminosa como el relámpago, firme como el rayo que derriba las torres de la soberbia del mundo."

El gran admirador de la España colonizadora y de Hernán Cortés, y gran flagelador de lo que considera vicios de su país, con propósitos regeneradores paralelos a los de la generación española del 98, no se mordía nunca la lengua, como no se la mordía el español Miguel de Unamuno: uno y otro eran filósofos, individualistas, donquijotescos y geniales.

El ilustre pensador mexicano puso de relieve las alternativas que, a su entender, puede plantearse el continente en su ensayo ¿Qué es el comunismo? (1937), donde acaba, sin embargo, confesando públicamente su fe católica aun sin renunciar a sus primeras influencias intelectuales y sin que le escandalicen, en la campaña que realiza contra el imperialismo occidental cuando la Segunda Guerra Mundial está en sus inicios (1939-1940), las coincidencias que en su pensamiento pueden encontrarse con las tesis marxistas-leninistas.

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Samuel Ramos

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Vida y Obra  Nació en Zitácuaro, Mich., en 1897. En 1909 ingresó al Colegio de San Nicolás de

Hidalgo. Allí publicó sus primeras páginas en la revista estudiantil Flor de Loto. En 1915 empezó a estudiar filosofía bajo la inspiración de su maestro, el doctor José Torres. Cursó el primer año de la carrera de medicina en Morelia, y en 1917 pasó a la ciudad de México, donde llevó el segundo y el tercer año en la Escuela Médico Militar.

En 1919 se mudó a la Escuela de Altos Estudios. Enseñó introducción a la filosofía en la Escuela Nacional Preparatoria, y lógica y ética en la Nacional de Maestros. Se especializó en la Sorbona, en el Collège de France y en la Universidad de Roma.

A su regreso a México continuó sus labores docentes y fue jefe de Extensión Universitaria. Posteriormente fue nombrado Oficial Mayor de la Secretaría de Educación Pública, para luego ser nombrado Jefe del Departamento de Cooperación Intelectual de la misma secretaría, carácter con el cual asistió al Congreso de Cooperación Intelectual reunido en La Habana, en 1941.

Doctor en filosofía (1944) por la Universidad Nacional Autónoma de México, dirigió la Facultad de Filosofía y Letras (1944-1952) y fue coordinador de Humanidades y maestros de carrera.

Suscitó las preocupaciones sobre la ontología del mexicano, por lo cual se le ha considerado iniciador de la corriente llamada “filosofía del mexicano”; no obstante, consagró una atención muy especial a los temas relacionados con la estética.

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Entre sus obras destacan las siguientes: Hipótesis (1928), El caso Stravinsky (1929); El perfil del hombre y la cultura en México (1934), traducido al inglés por la Universidad de Texas, en Austin, en 1970; Estudios de estética, Ensayo sobre Diego Rivera (1935), Más allá de la moral de Kant (1938), Hacia un nuevo humanismo (1940), Historia de la filosofía en México (1943), Veinte años de educación en México (1951), La filosofía de la vida artística (1955), El problema del a priori y la experiencia y las relaciones entre la filosofía y la ciencia (1955), y Nuevo ensayo sobre Diego Rivera (1958).

Ingresó en El Colegio Nacional el 8 de julio de 1952. Su discurso de ingreso, una disertación sobre el valor de la obra de Antonio Caso, fue contestado por el Lic. José Vasconcelos.

El Dr. Samuel Ramos Magaña murió en la ciudad de México el 20 de junio de 1959.