lección 7 | infantes | las manchas desaparecen | escuela sabática menores

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FLQQueridos padres: Recuerden que los maestros de Escuela Sabática enseñarán esta lección en la fecha señalada. Los alumnos deberán estudiarla y hacer las actividades

prácticas después, durante toda la semana, a partir de la fecha indicada.

I---- 1 V----1 mata ?Sábado 15 Agosto

Las manchas desaparecen

^ E R E N C I A s .

2 Reyes 5:9-14; Profetas y reyes, pp. 185-187.

¿Alguna vez has hecho algo realmente bueno por otra persona, tan solo porque

querías hacerlo? Naamán tuvo gente a su lado que hizo buenas obras por él.

I capitán Naamán estaba entusiasmado y con temor, al mismo tiempo. Se encaminaba a ver al

profeta Elíseo. Estaba entusiasmado porque tal vez podría llegar a curarse de la lepra; estaba

asustado porque quizá no se curaría.

El capitán Naamán empacó plata y oro, y costosos vestidos nuevos. Estos serían los presentes de grati­

tud, si se curaba.

Finalmente, el capitán Naamán y sus siervos llegaron a la casa del profeta. Naamán descendió de su ca­

rruaje. El siervo de Elíseo lo saludó, e inmediatamente anunció al profeta que había llegado.

El capitán sirio esperó impacientemente fuera de la casa. Pocos minutos más tarde, el siervo regresó

con un mensaje.

-E l profeta Elíseo te dice que deberás bañarte siete veces en el río Jordán, y tu lepra se curará.

V E R S Í C U L O P A R A M E M O R I Z A R

“Porque somos... creados en Cristo Jesús para buenas obras” (Efesios 2 :10).

M E N S A J E

Servimos a Dios al hacer el bien a otros.

¡El rostro de Naamán se volvió rojo de Ira! “¡Qué descortés! El profeta ni siquiera me

habló”, pensó para sí. Tampoco le gustó el mensaje. El capitán Naamán regresó a su ca­

rruaje golpeando los pies. Exclamó:

-¡Volvam os a casa!

Los siervos de Naamán se miraron entre ellos, con miradas confundidas.

-¿ P o r qué regresamos a casa? -preguntaron.

-Porque no me voy a bañar en el lodoso río Jordán. Si bañarme es todo lo que necesito

hacer, nosotros tenemos mejores ríos en casa -respond ió.

-¡Espera! -d ije ron los s ie rvos-. Si el profeta te hubiera pedido que hicieras algo difícil,

tú habrías intentado hacerlo. ¿Por qué no hacer algo que es tan fácil?

Naamán se detuvo, y meditó en estas palabras. “Tienen razón”, pensó. “Hice todo este

viaje... Haré lo que dice el profeta”.

-Está bien -d ijo Naamán-. Vayamos al río Jordán.

Rápidamente corrieron hacia el río. Naamán se quitó sus vestiduras y sus sandalias. O b ­

servó el río fangoso con el ceño fruncido, pero entró enseguida en el agua.

El capitán Naamán se sumergió bajo el agua una vez (pero las manchas todavía estaban

allí). Dos veces (las manchas todavía estaban allí). Tres veces (las manchas seguían estando

allí). Cuatro veces (las manchas todavía seguían allí). C inco veces (las manchas todavía es­

taban allí). Seis veces (las manchas persistían). Siete veces (¡las manchas se habían ido!).

¡Dios curó a Naamán tal como Elíseo había dicho que lo haría!

Naamán salió de un salto del río. Se miró. ¡Sí! ¡Realmente estaba sano! ¡No más man­

chas de lepra! No podía esperar para agradecerle al profeta Elíseo. No podía esperar para

volver a casa a contarle a su familia.

La muchachita y el profeta Elíseo habían ofrecido un buen servicio a Naamán. La mu-

chachita le habló acerca de Dios y del profeta Elíseo. El profeta Elíseo le dijo cómo Dios iba

a curarlo. Dios también quiere que nosotros hagamos cosas buenas por los demás.

mana y repasen el versículo para memorizar, usando los siguientes ademanes:

Porque somos.................. (Señalarse)creados en Cristo Jesús.. . (Mover las manos como

si se estuviera mol­deando una vasija)

para buenas obras.......... (Golpear un puño sobreel otro, como un marti lio)

Efesios 2:10.................... (Palmas juntas, luegoabiertas)

vos vacía tu hijo y tú, y afuera llénenla con cosas que creó Dios (un objeto por hueco). Reflexionen en cómo sola­mente Dios puede crear estas cosas, por lo que solo él me­rece nuestra adoración.

D O M I N G OLean 2 Reyes 5:9 al 14. Pregunta a tu hijo: ¿Cómo

piensas que se sintió Naamán después de que se su­mergió la séptima vez? Pide a tu hijo que cierre los ojos; luego, toca su mano. Pregúntale: Si tuvieras lepra ¿po­drías sentir esto? ¿Qué sucedería si no pudieras sentir el dolor?

Den un paseo por un río, si fuere posible. Pregunta: El agua ¿es turbia o clara? ¿Cómo era el río Jordán? (Turbio.) ¿Crees que te gustaría bañarte en un río fan­goso? A Naamán tampoco, pero obedeció a Dios, y él lo sanó.

Pide a tu hijo que vierta sal en agua, que la mezcle y observe lo que ocurre. Pregúntale: ¿Se disolvió y desapa­reció en el agua? (Sí.) Luego, pídele que sumerja una piedra en el agua. Pregúntale: ¿También desapareció?(No.) La sal nos recuerda la manera en que Dios curó a Naamán y que del mismo modo borra nuestros pecados.

Conversen respecto de este tema.

V I E R N E SRepresenta la historia bíblica con tu familia. Usen

manchas blancas autoadhesivas, o tiza blanca, para si­mular las manchas de lepra de la piel de Naamán. Agradezcan a Dios por crearnos con la capacidad de hacer buenas obras por los demás. Pídanle que los ayude a buscar formas de servir a los demás cada día.

L U N E SAnima a tu hijo a compartir su dibujo de Naamán

con alguien y contarle cómo fue sanado Naamán. (O ayúdalo a hacer un dibujo de Naamán saliendo del río Jordán.)

M A R T E SMientras bañas a tu hijo, que se sumerja en el agua

siete veces y cuente cada inmersión.Haz que tu hijo palpe diferentes texturas (blando,

velludo, áspero, suave, espinoso, etc.). Hablen sobre cómo se sentiría la piel nueva de Naamán si la tocaras (la Biblia Internacional para Niños dice que su piel era como la de un bebé). Pregúntale: ¿Cómo se siente la piel de un bebé?