LA TULIVIEJA

Mitos y Leyendas

Panameñas

Aníbal Beitia

Cuenta la historia que ella era una mujer muy hermosa, una

chola campirana que vivía en lo que es hoy

es la región de Azuero. Que se convirtió en un

espanto que aparece en los campos y que vaga por la eternidad en busca de su hijo

perdido.

Se dice que la bella mujer amaba a un joven de su mismo pueblo, y de sus

amoríos prohibidos nació un niño al cual la madre ahogó

en el río para ocultar su falta.

Por lo que fue castigada en el acto por este pecado tan

grande, convirtiéndose esta bella mujer en la Tulivieja, un monstruo horrendo que tiene la cara como un colador lleno de huecos y de eso huecos le

salen pelos cerdosos y larguísimos. En lugar de manos tiene garras y sus

flacas piernas y pies los tiene invertido, apuntando hacia

atrás. Condenada a buscar a su hijo por toda la eternidad,

va gritando por los ríos buscando a un niño que jamás

encontrara.

Se dice que a veces recobra su antigua forma, en las noches de luna llena, se baña en los ríos, radiante como un sol,

pero el más ligero ruido la convierte nuevamente en el monstruo que es,

para continuar su búsqueda.

Según los lugareños, ella en su desesperación por encontrar a su hijo,

se lleva consigo a los niños que encuentre desprotegidos, aunque estén

en sus casas. Dicen que también persigue a los varones hasta el síncope

o la locura.