la represión y el proceso contra el poum, ignacio iglesias

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  • FUNDACINANDREUNIN

    La represin y el proceso contra elPOUM

    Ignacio IglesiasFolleto publicado por Ediciones POUM en 1938 con la rma de Andrs Surez,seudnimo de Ignacio Iglesias. Volvi a ser editado por Ruedo Ibrico. Tambinse ha incluido en el libro Experiencias de la revolucin espaola, que recopilalos trabajos ms importantes de Ignacio Iglesias sobre la guerra civil y larevolucin.Las tormentas levantan siempre basura; las pocas revolucionarias no huelennunca a agua de rosas, y nadie puede librarse en ellas de verse salpicado delodo; es natural. No hay escape por lo dems, si se tienen en cuenta losesfuerzos sobrehumanos desplegados contra nosotros por todo el mundo ocial,y que, para aniquilarnos, vuelca sobre nosotros todo el Cdigo penal; sparamos mientes en todas las injurias que sobre nosotros vierte el hocico de esademocracia de la estupidez que no podr nunca perdonar a nuestro partido eltener ms inteligencia y ms carcter que ella; si nos detenemos a estudiar lahistoria contempornea de todos los dems partidos y, por ltimo, nospreguntamos qu es lo que en realidad se puede aducir contra el nuestrollegaremos a la conclusin de que no hay ningn otro que se caracterice por supureza (Marx; Carta a Freiligrath)1.A MODO DE INTRODUCCIN

  • ...la vileza reptante de los sucios calumniadores (de un poema de Freiligrath)La represin contra el movimiento revolucionario no es de ahora ni siquiera deaos, sino de hace dcadas y aun centurias. En todos los tiempos y en todas laspocas, contra las fuerzas progresivas se han levantado siempre los interesescreados, es decir, la reaccin. Esto, lo mismo en el terreno poltico que en losdominios del arte y de la ciencia. No hace falta sacar muchos ejemplos del granarchivo de la historia. Por sus ansias renovadoras Toms Moro fue decapitado,Giordano Bruno quemado vivo, Campanella torturado; Jean Jaures, Matteotti yotros pagaron con su vida su amor al socialismo. Si Galileo fue obligado por laInquisicin a que abjurara de rodillas sus propias teoras, Alberto Einsteindeambula por el mundo arrojado de su cuarto de estudio por el fascismohitleriano. En la Unin Sovitica, Zinoviev y Kamenev han sido fusiladosdespus de ms de treinta aos al servicio de la revolucin y del socialismo;Trotski rueda de uno a otro pas por no haber querido entonar su mea culpa atiempo, por mostrarse ejemplarmente el al marxismo revolucionario. As hasido siempre y as ser mientras la sociedad est dividida en clases y mientrasla defensa de intereses particulares o de grupo se imponga a todas las demsconsideraciones.La Historia de la Humanidad -escribieron Marx y Engels- es la historia de lalucha de clases. Y la lucha de clases se ha desarrollado y se desarrolla a travsde pugnas inmensas, de luchas encarnizadas con vencedores y vencidos. Elvencedor ha tratado siempre de disponer del vencido; como Brennus, tambinha querido entonar el vae victis. Ay de los vencidos! La frase sigue siendo depalpitante actualidad en nuestro tiempo, aplicada con harta frecuencia. Comosiempre, el arma ms utilizada por los vencedores del momento ha sido lacalumnia, la mentira, la injuria, la falsicacin. En el mundo nunca han faltadogentes sucientemente ignorantes para dar crdito a las ms monstruosascalumnias, ni tampoco individuos lo bastante envilecidos para ponerlas enprctica. Sobre todo en la actual poca histrica de grandes guerras y derevoluciones cruentas, estos procedimientos han estado en todo momento a laorden del da. Pero no siempre se han puesto en uso los mismos mtodos,aunque el objetivo propuesto fuera idntico. Las luchas de la burguesa contrala clase trabajadora forman una rica gama de matices. El capitalismo lanzacontra el proletariado y contra sus organizaciones revolucionarias no solo lasfuerzas tradicionales del Estado el ejrcito, la polica, el peso de suburocracia-, sino tambin otras nuevas que le proporcionan sus inmensasposibilidades econmicas y su situacin poltica privilegiada: el cine, la prensa,la radio, etc. Todos los medios y procedimientos cientcos son puestos alservicio del que manda. Periodistas y escritores venales, individuos sinescrpulos, son los encargados de envenenar ideolgicamente a las masasproductoras para que stas no logren ver la verdad. Y no solo esto. Cuandotodos estos procedimientos, que pudiramos denominar normales -los que se

  • amparan en la legalidad burguesa-, fallan en sus propsitos, entonces sefalsican textos, se inventan documentos y se montan procesos monstruososcontra los sectores ms avanzados de la clase trabajadora.Hoy como ayer. Contra la I Internacional se vertieron las especies msgrotescas y calumniosas: se lleg a culparla de incendios, tormentas y altasmareas. Los revolucionarios ms representativos de la poca no escaparon a loque el poeta revolucionario Freiligrath denominaba vileza reptante de lossucios calumniadores. Se quiso presentar a Marx como un vulgar agente deBismarck; a Bakunin como un aliado del zarismo. Federico Engels fue blanco delos plumferos reaccionarios por su origen burgus; lo propio aconteci a Bebely a muchos otros, pero stos por su origen proletario. Contra Marx,principalmente, se publicaron artculos y otros escritos tratando de presentarlocomo un estafador de los obreros; incluso un sabio como Vogt escribi un folletoen este sentido. Ms tarde se descubri que el calumniador Vogt era un agentea sueldo de Bonaparte. Pasaron los aos y no por ello se aminor estamodalidad de lucha contra el movimiento revolucionario. Supieron bien lo queera la calumnia los hroes espartaquistas, por haber luchado por la revolucin ypor el socialismo. Entonces, la prensa de la nueva repblica alemana llamabalocos y provocadores a los de la Liga Spartakus, a la par que peda la cabeza deKarl Liebknecht y de Rosa Luxemburgo. En uno de aquellos das de enero de1919, Vorwarts, rgano central de la socialdemocracia alemana, public unpoema de Zickler que rezaba as: Millares, millares de cadveres en la. Karl,Rosa, Radek. Ninguno est entre ellos. Das despus tambin Karl y Rosaestaban en la la, asesinados por la contrarrevolucin que hablaba, obraba ymataba en nombre de la democracia. Ni con su vida cesaron las calumnias.Cmo no referirse a Lenin y a los bolcheviques? Tambin sobre Lenin y losbolcheviques la mentira, la falsicacin y la calumnia hizo carne. Lo hizo antesde la revolucin de 1917, durante toda la revolucin y despus de la revolucin.Sobre todo durante los meses de julio y agosto de dicho ao. Los partidariosinteresados o ilusos de la democracia nada tenan que oponer polticamente alos bolcheviques, a sus consignas y puntos de vista. Y como nada podan haceren este terreno se utiliz contra ellos el arma ms prda y la ms envenenada:la calumnia. Se sac a relucir el viaje de Lenin a travs de Alemania, se preparel medio ambiente y una feroz represin se desencaden contra el partidobolchevique. Lenin y Zinoviev hubieron de buscar refugio en Finlandia; Trotskiy otros fueron detenidos y encarcelados. La calumnia hizo su camino: agentesvendidos a Alemania! La prensa de todo el mundo denunci a losrevolucionarios rusos con pruebas, como agentes a sueldo del espionaje alemn.Las pruebas? Las ocinas ociales las fabrican a gusto en provecho de lademocracia burguesa. Se publicaron facsmiles de cartas, de recibos decantidades recibidas, de mensajes condenciales que propagaban todas lasinfamias, que era preciso probar...Cunta vileza hace falta -escriba Lenin por

  • aquel entonces- para confundir la lucha razonada e inteligente con la difusinde calumnias!. Y luego, en un artculo destinado a responder a loscalumniadores, deca: La burguesa mecha su cruzada poltica de provocacincontra los bolcheviques, contra el partido del proletariado revolucionariointernacional, con las ms viles calumnias y abre en la prensa una campaamuy parecida a aquella que desplegaron los clericales franceses y los peridicosmonrquicos de Francia cuando el asunto Dreyfus. A todo trance hay queacusar y conseguir que se condene a Dreyfus por espionaje!: tal era la consignaentonces. A todo trance hay que conseguir se acuse y se condene por espionajea cualquier bolchevique!: tal es hoy la consigna. Calumnias de la ms vilespecie, escamoteos, mentiras grandes como el puo y el ms renado engaodel lector: he ah los mtodos que emplea, desvivindose en ello, la prensaamarilla y toda la prensa burguesa en general. De sus columnas se eleva unbramido salvaje, rayano en la locura, en el que, a veces, no solo no hay modo dedescubrir un principio de prueba, sino ni siquiera un sonido articulado.La revolucin de octubre abri el camino a la verdad, barriendo toda aquellainmundicia, poniendo la realidad al descubierto. La insurreccin bolcheviqueimpidi que unos jueces sin escrpulos condenaran e hicieran fusilar, con ayudade las pruebas amaadas, a los hombres ms eles al proletariado. Sinembargo, los ataques de este gnero contra el partido bolchevique no cesaron.En esplndidos salones y ante encopetadas damas y damiselas, el pobre diablode Kerenski continu alimentando la torpe calumnia, quiz como nico consuelopara toda la reaccin que haba sido aventada del que fue imperio de los zares.La burguesa de todos los pases sigui fabricando documentos y msdocumentos, supuestas pruebas comprometedoras y otras zarandajas por elestilo. No hace mucho, una revista francesa -Mai 1936- reprodujo un textopublicado en 1919 por toda la gran prensa internacional contra losbolcheviques y que muestra en qu trminos calumniaba la burguesa y susagentes a Lenin y Trotski, principalmente. Subrayemos algunos prrafos: ElComit de Informacin Pblica -Committee of Public Information-, publica undeterminado nmero de cartas que han sido cambiadas entre el gobiernoimperial alemn y el gobierno ruso de los bolcheviques [...]. Estos documentosestablecen que los jefes actuales del gobierno bolchevique, Lenin, Trotski ydems consortes, son agentes alemanes; que la revolucin bolchevique ha sidopreparada por el Estado Mayor alemn y sostenida econmicamente por laBanca del Imperio -Reichsbank- y por las entidades nancieras alemanas. [...]En una palabra, estos documentos demuestran que el actual gobiernobolchevique no es en manera alguna un gobierno ruso, sino un gobierno alemnque trabaja exclusivamente en inters de Alemania y que engaa al pueblo rusode la misma manera que engaa a los aliados naturales de Rusia, en intersnico del gobierno imperial alemn. Existen alrededor de 70 documentos. Seposee el original de muchos de ellos, con notas marginales procedentes defuncionarios bolcheviques. Los dems son reproducciones fotogrcas de los

  • originales y presentan, igualmente, notas marginales.A diecinueve aos de distancia, en dos pases tan diferentes como son Rusia yEspaa, las mismas causas producen los mismos efectos. No nos extraamos deello. En tanto que marxistas revolucionarios hemos estado y estamos siempredispuestos a aceptar por adelantado todas las pruebas que la historia nos quieraimponer, incluso sta. Con harta razn escriba Marx que las pocasrevolucionarias no huelen nunca a agua de rosas. En la revolucin espaola, elPOUM se halla en situacin parecida a la de los bolcheviques a nes del veranode 1917. Todo se repite: hoy como ayer, la calumnia ha sido lanzada de boca enboca, por la radio, en la prensa: agentes de la Gestapo alemana, espas alservicio de Franco, etc. Y qu es lo que se oculta detrs de todo esto? Enrealidad, tras nuestros calumniadores estn todas las fuerzas de la reaccin ytodos los intereses creados. Los ltimos defensores de la burguesa espaola, lanueva casta burocrtica de la URSS, las oligarquas nancieras del extranjero:tales son las fuerzas que han organizado y laboran esta campaa de descrditoy de bajas calumnias. Estas fuerzas tan distintas y heterogneas se hallan deacuerdo en un punto fundamental: no quieren que en Espaa triunfe lademocracia de los trabajadores y para los trabajadores. Nuestro partido estorbapor su espritu revolucionario, por su intransigencia revolucionaria, por sudelidad revolucionaria. Les estorba sobre todo a los renegados y traidores, alos ultraizquierdistas de ayer agarrados hoy a la cola de la democraciaburguesa. El POUM estorba al estalinismo porque le hace sombra, porque legrita cotidianamente la verdad, porque le impide siga engaandomiserablemente a los trabajadores. Por esto y por intereses que tienen su sedeen Mosc, es por lo que el estalinismo se ha convertido en la fuerza de choquecontrarrevolucionaria y en el principal calumniador nuestro. En un actocelebrado el pasado mes de julio en Barcelona, la conocida militante anarquistaFederica Montseny recordaba con muy buen acierto que en nuestro passiempre se haba obrado entre las distintas fracciones obreras con un poco dedecoro y de honradez. Siempre luchamos con armas limpias -dijo-; nosenfrentbamos unas organizaciones con otras, pero costaba mucho recurrir alcrimen, recurrir a la infamia, recurrir a la calumnia. Eso lo haca la monarqua,no lo haban hecho ni los republicanos, ni los socialistas, ni los anarquistas. Enefecto, eso lo hizo la monarqua. No acus a Ferrer Guardia de haberorganizado el regicidio del 31 de mayo de 1906? No le acus ms tarde dehaber sido el organizador y jefe de la insurreccin de julio de 1909 enBarcelona, hasta que consigui encontrar un tribunal lo sucientemente servilpara condenarle a muerte por delitos que no haba cometido y un gobierno lobastante infame para hacer cumplir la monstruosa sentencia de muerte, a pesarde la unnime protesta universal? No hubo en 1912 un semanario de chantaje,al que un turbio diario madrileo hizo coro, que acus a Pablo Iglesias de haberorganizado el atentado contra Canalejas? No se lanz la leyenda del abrigo depieles para mejor desacreditar al mismo Iglesias? No se acus en 1917 a los

  • hombres que dirigieron la huelga del 13 de agosto de estar a sueldo de losaliados? Y as sucesivamente. Esto lo hizo la monarqua, cierto. Pero esto lohace hoy el estalinismo con la complicidad ms o menos maniesta de otrospartidos y organizaciones. Lo nico nuevo en la campaa que se desarrolla ennuestros das contra nosotros son los cuantiossimos recursos que se ponen a suservicio y el cinismo insuperable que en ella ponen los que la realizan. Ytambin esto: que en otros tiempos las campaas difamatorias sublevaronsiempre a las conciencias honradas. En defensa de Ferrer Guardia, de PabloIglesias, de los hombres de 1917, se alzaron todas las voces honradas denuestro pas, incluso las de muchos que estaban bien lejos de compartir lasconcepciones polticas, sociales o loscas de los difamados. Lo que hay denuevo, sobre todo, en la campaa que se ha realizado y se viene realizando ancontra el POUM, es un estado de cobarda colectiva que hace que, en privado,desde los ministros hasta el ltimo aliado a cualquier partido antifascista uorganizacin sindical, se reconozca y proclame que esta campaa es pura ysimplemente una canallada, sin que -salvo raras y honrosas excepciones-pblicamente, ocialmente, se atreva nadie a salir por los fueros de la verdad ya exigir que se demuestren las acusaciones o se castigue merecidamente aldifamador.La calumnia poltica ha sido el arma de todos los tiempos y lo que ahora vienesucediendo no es ms que una lamentable y montona repeticin del pasado.Por qu aparece tan indigente y uniforme la calumnia poltica? No se observafcilmente que, pese al tiempo, siempre resulta un calco y una repeticin?Trotski, en su magna Historia de la revolucin rusa, ofrece una contestacinjusta y acertada: Porque la sicologa social es econmica y conservadora. Nohace ms esfuerzos que los que necesita para sus nes; preere tomar prestadolo viejo cuando no se ha obligado a construir algo nuevo y aun, en este ltimocaso, combina los elementos de lo viejo. Las nuevas religiones no han creadonunca mitologa propia, sino que se han limitado a transformar lassupersticiones del pasado. De la misma manera se han creado los sistemasloscos, las doctrinas del Derecho y de la moral. Los hombres, incluso losms criminales, se desarrollan de un modo tan armnico como la sociedad quelos educa. La fantasa audaz convive dentro de un mismo crneo con latendencia servil a las frmulas hechas. Las audacias ms insolentes se conciliancon los prejuicios ms groseros. Shakespeare alimentaba su obra creadora conargumentos que haban llegado hasta l desde la profundidad de los siglos.Pascal demostraba la existencia de Dios con ayuda del clculo deprobabilidades. Newton describi las leyes de la gravedad y crea en elApocalipsis. Desde que Marconi instal la telefona sin hilos en la residencia delpapa, el representante de Cristo difunde por medio de la radio la bendicinmstica. En tiempos normales estas contradicciones no salen del estado latente.Pero durante las catstrofes adquieren una fuerza explosiva. Cuando se trata deuna amenaza a los intereses materiales, las clases ilustradas ponen en

  • movimiento todos los prejuicios y extravos que la Humanidad arrastra en posde s.En el Congreso celebrado por la I Internacional en La Haya, Carlos Marxcomentaba jocosamente la especie que culpaba a la organizacin obrera delgran incendio de Chicago, extrandose no atribuyeran a su demonacaintervencin el cicln que por aquel tiempo devast las Antillas. Apenas haceunos meses, el agente sovitico Mijail Koltzov, tan mal escritor como psimoperiodista, descubra en un sensacional articulo publicado en la Pravda laspruebas inequvocas de la culpabilidad de los hombres del POUM: stos eran losresponsables de diversos descarrilamientos de trenes, de los desbordamientosde los ros y puede que hasta de los cambios de luna. Como se ve, el arte delgran embuste y de la calumnia no ha progresado mucho.

    2.CMO SE PREPAR LA REPRESIN CONTRA NUESTRO PARTIDOEl POUM debe ser eliminado de la vida poltica del pas(Jos Daz, en el Pleno del Comit central del Partido Comunista celebrado enmayo de 1937)Para explicarse no pocas cosas y conocer sucientemente ciertas actitudes, noestar de ms subrayar esto: desde la proclamacin de la Repblica hastadespus del movimiento insurreccional de octubre de 1934, toda la poltica delllamado Partido Comunista se reduce a una detonante y estrepitosa campaaextremista. La lnea impona un comn denominador, segn el cual todas lasdems fracciones del movimiento obrero eran meros servidores de la burguesay, por tanto, agentes directos o indirectos del fascismo: los socialistas, losanarquistas, los de la UGT, los de la CNT, los grupos comunistas de oposicincual la Izquierda Comunista y el Bloque Obrero y Campesino, fusionadosactualmente formando el POUM. Los hechos estn demasiado cerca an paraque necesiten ser recordados; a la interpretacin poltica se substitua elesquema que todo lo reduca a fascismo: social-fascismo, anarco-fascismo,trotsqui-fascismo... Despus del movimiento de octubre, mejor dicho, despusde la celebracin del VII Congreso de la Internacional Comunista, Moscordena cambiar de poltica y los epgonos de por ac obedecen cristianamente.El estalinismo da un brusco viraje de 180 grados y donde ayer era negro hoy esblanco, y viceversa. Desde entonces no hay mejor defensor de la democraciaburguesa que el Partido Comunista y el resto de las organizaciones obrerassigue siendo combatido a sangre y fuego, ahora por no apoyar sucientemente ala burguesa republicana.Repasar en el presente toda la prensa del estalinismo correspondiente alperodo sealado, es sumergirse en un verdadero lodazal de monstruosas

  • aberraciones polticas, de campaas escandalosas y sin sentido, de mentiras, decalumnias y de injurias. Cuesta trabajo poner la vista sobre esta literatura deapaches, carente de todo sentido de responsabilidad. De la difamacin, elestalinismo hizo un arma poltica; de la mentira, una escuela; de la calumnia,uno de sus argumentos. No hay nadie nadie!- que se haya escapado: nipersonas ni organizaciones. A quin no le salt alguna salpicadura de la suciapoltica estalinista? Burgueses y proletarios, demcratas y revolucionarios,liberales y librepensadores, todos ellos fueron en un tiempo determinado blancode los envenenados dardos que a diestro y siniestro arrojaba el PartidoComunista. Podramos reproducir artculos, sueltos y caricaturas que haransonrojar a sus autores, en el supuesto de que esos autores tuvieran el divinodon de sonrojarse. Pero preferimos dejarlos en el olvido a tener quemancharnos las manos. Recordemos solo un hecho: los tristes acontecimientosde Casas Viejas fueron aprovechados por el estalinismo, no para reforzar supropaganda revolucionaria, sino para unir torpemente su voz al coro de lareaccin monrquica. Durante algn tiempo coincidieron perfectamente ElDebate y ABC con Mundo Obrero. Y si no coincidieron con los fascistas enhuelgas y movimientos -en Alemania si coincidieron: recurdese el plebiscitopara la disolucin de la Dieta prusiana y la huelga de transportes en Berln,donde hitlerianos y estalinistas se dieron el brazo para dar la pualada a lasocialdemocracia- fue porque en nuestro pas el fascismo no tena base obrera.El movimiento unitario iniciado en Espaa despus de las elecciones generalesde noviembre de 1933, tuvo un exponente: las Alianzas Obreras. Pues bien,desde el primer momento el Partido Comunista se situ frente a ellas. Si mstarde entr en las mismas fue para hacer todo lo posible e imposible al objetode liquidarlas. Y lo logr. All donde el estalinismo no desempea un papel detotal hegemona y de absoluta direccin, es siempre contrario seguro. Por esoestaba contra las Alianzas Obreras. De todas formas, el Frente Popular creadocon vistas a las elecciones de febrero de 1936, se form sin que el PartidoComunista pasara de ser un componente ms. Del mismo form parte nuestroPartido con carcter provisional y sentido condicionado; no se les ocurrientonces a los estalinistas denunciar nuestro papel contrarrevolucionario. Selimitaron a escuchar con rabia y en silencio los discursos parlamentarios denuestro camarada Maurn, mientras aplaudan jubilosos las oraciones decualquier demcrata del momento. Y sin embargo, es Maurn quien pone aldescubierto los planes de la reaccin, el que acusa a los republicanos de suindecisin, el que sienta la necesidad absoluta de aplastar al fascismo antes deque sea demasiado tarde. En pleno idilio democrtico no se escuchaba nada, nisiquiera las voces del adversario cada vez ms audaces. La Unin MilitarEspaola se organiza, conspira y prepara la sublevacin. Algunas de suscirculares son conocidas. En una de ellas se habla del exterminio de lasorganizaciones siguientes: Unin Republicana, Izquierda Republicana, EsquerraCatalana, Partido Socialista, Unin General de Trabajadores, Partido

  • Sindicalista, POUM, Confederacin Nacional del Trabajo y FederacinAnarquista Ibrica. Se mencionan tambin estos nombres: Martnez Barrio,Azaa, Companys, Largo Caballero, Andrs Nin, Maurn, Pestaa y Galn. Noest incluido en la lista negra el Partido Comunista, ni ninguno de susdirigentes aparte de Galn. Seria olvido o lo que se quiera, pero as es. Laterrible indecisin de los republicanos, con la maniesta complicidad delestalinismo, posibilita la sublevacin militar del 18 de julio. En aquel 19 de juliolos hombres del POUM estn los primeros en la lucha, en primera la. Hombroa hombro con los combatientes de otras organizaciones participan en el asaltodel Cuartel de la Montaa en Madrid, en el de Atarazanas en Barcelona; laprimera vctima antifascista en la ciudad barcelonesa es Germinal Vidal,secretario de nuestra Juventud Comunista Ibrica. Cae con el arma en la manoen la plaza de la Universidad. Otros muchos lugares quedan regados con lasangre de nuestros mejores militantes. En todos los pueblos de Catalua, en lascapitales de comarca, los del POUM dan el ejemplo; tambin en Madrid, enLevante, en el Norte... En Galicia y en Extremadura nuestros camaradasmueren a centenares, oponiendo dura resistencia a la bestia fascista. Pronto seorganizan las milicias del Partido y sus columnas parten hacia Huesca, haciaTeruel, hacia todos los lugares donde se precisa un combatiente. Nos emocionala epopeya de nuestros camaradas de Madrid en Sigenza: all, entre las ruinasde la catedral, perecen ochenta militantes del POUM. Mueren muchos ms en laMoncloa, en Somosierra, en la Casa del Campo. En la heroica defensa deMadrid nuestro Partido tiene una participacin notable. Creemos recordar quefue el diario Informaciones el que un da coment elogiosamente el hecho deque en aquel triste 1 de noviembre de 1936 fueron los dirigentes de nuestraseccin de Madrid de los pocos que no abandonaron la capital de la Repblica.Pudiramos ir subrayando hechos y ms hechos. nterin, muchos de losantifascistas notorios en la hora actual esperaban agazapados poder pasardesapercibidos en aquel remolino revolucionario que algunas cabezas absorbi.El PSUC nada deca porque nada era ni nada representaba. El PartidoComunista aguardaba angustiado tiempos mejores; no era entonces momentooportuno para calumniar a ninguna fraccin proletaria.A partir del 19 de julio el estalinismo colabora a nuestro lado en multitud deorganismos ociales u ociosos. No pone el menor reparo, ni lo poda poner,porque nadie le hara caso. Su prensa pone tambin sordina a sus aviesasintenciones. Haba que aguardar tiempos mejores; tal era su lema. Y los tiemposmejores fueron llegando. Comenzaron con la preponderancia que fueronadquiriendo merced a un hecho que merece ser anotado por su importancia: laayuda de la Unin Sovitica a Espaa. Durante tres largos meses, que pudieronser decisivos, la URSS se inhibi de nuestra guerra civil. Causas de ndoleinternacional, que ya han sido sucientemente explicadas, empujaron a la UninSovitica a prestarnos una ayuda que habra de resultarnos ms que cara. Enefecto, especulando groseramente con la ayuda rusa, el estalinismo fue

  • apoderndose de todos los resortes del Estado, de la polica, de la burocracia,de los mandos del ejrcito. Coincide este hecho con otro acontecimientoigualmente destacado: el monstruoso proceso de Mosc y el fusilamiento dediecisis viejos bolcheviques, entre ellos Zinoviev y Kamenev. Para la prensasovitica la seal est dada: la ocasin se aprovecha para comenzar la campaacontra el POUM.Pero la campaa que contra nosotros inicia internacionalmente la prensaestalinista, an no comienza en Espaa. No estaba el fruto lo sucientementemaduro y bien se saba que la clase trabajadora espaola no comulgaba conruedas de molino. Lo sabia bien el Partido Comunista y su segundo el PSUC, loscuales todava no se sentan con sucientes fuerzas para comenzar. Duranteuno, dos, tres y ms meses el estalinismo sigue colaborando a nuestro lado,mientras su prensa del extranjero nos denigra e injuria. No dimos al hecho laimportancia debida y, si bien esto moralmente puede honrarnos, polticamenteresult un error. En los medios revolucionarios, autnticamente revolucionarios,existe una gran propensin a no hacer caso de las llamadas miserias humanas,como si estas miserias no fueran un fruto humano y jugaran su papel en eldesarrollo de los acontecimientos. Mas insistamos en lo apuntado: durante eseperiodo el estalinismo hispano cierra la boca y contra nosotros no dice ni po.Bien habra de gritar el condenado ms tarde!Como siempre ocurre, la nota habra de darla el ms despreciable de todos:hemos nombrado al PSUC. El PSUC plantea la crisis de la Generalidad en elmes de diciembre de 1936 con un solo objetivo: lograr nuestra eliminacin delgobierno. La maniobra se vio bien clara desde el primer momento y, por si fuerapoco, nosotros nos encargamos de denunciarla. Trabajo cost a los beduinos delPSUC y al director de orquesta que era el consulado sovitico obtener sus nes.Pero lo lograron. Los medios de que se sirvieron y los procedimientos puestosen prctica an no son muy conocidos. De todas formas es lo mismo. Sealemosel lamentable papel jugado por los representantes de la CNT. Cuesta trabajocomprender cmo se les pudo hacer pasar por el tubo; desde luego, su miopapoltica y su candidez tradicional tuvieron su parte. Para la CNT todo aquello,que representaba el porvenir mismo de la revolucin, no porque la revolucinhubiera de triunfar y consolidarse a travs del gobierno de la Generalidad, sinopor lo que la crisis signicaba, no eran ms que disputas de grupos que notenan sentido alguno. Y dndonos caballerosamente el psame colaboraron enaquella maniobra que es el punto de arranque de la campaa queposteriormente se llev a cabo contra el POUM. Tambin los anarquistas -ay!-queran estar por encima de las miserias humanas, de esas mismas miserias queamenazan hundirnos denitivamente a todos.La maniobra de Catalua fue combinada con otra asentada en Madrid. Eltraslado del gobierno a Valencia dio como resultado la creacin en la capital de

  • la Repblica de una Junta de Defensa. Por causas que no viene al caso explicarnaci bajo el signo estalinista y tambin con la exclusin de la misma de nuestroPartido. No se quiso tener en cuenta la gran labor y el gran esfuerzo realizadospor nuestra seccin madrilea. Pero no era esto lo peor. Aprovechando suinuencia en esa Junta de Defensa, el Partido Comunista extendi su omnmodopoder a la polica, a los mandos del ejrcito, a la nueva burocracia nacida alcalor de las necesidades nuevas. Hace algunos meses, los diarios confederalesde la capital denunciaban las andanzas de la Nelken por cuarteles y cuartelillos,ofreciendo prebendas y ascensos a la par que el carnet de su partido. Todo estolo sabe muy bien la Confederacin regional del Centro, que hubo de luchar condicultades mil para poder mantenerse rme en medio de tantos nuevosintereses creados. Y tambin los obreros y campesinos que vieron surgir ante sal nuevo cacique, mejor dicho, al antiguo cacique; amparado ahora por el carnetpoltico del que se llam vanguardia de hierro de la revolucin. Pues bien, dela Junta de Defensa hicieron los estalinistas una ciudadela, de la cual dispararoncontra el movimiento revolucionario en general y contra nuestra organizacinen particular. Para la Delegacin de Orden pblico buscaron y encontraron unhombre de paja o de mala hierba, el Cazorla, que meses despus fue obligado adimitir por las monstruosidades cometidas en el desempeo de su cargo. ElCazorla persigui saudamente a nuestros militantes, les acorral y lesencarcel; con maniesta ilegalidad se incaut de nuestra emisora de radio, denuestra prensa, de nuestros locales. De hecho, el POUM fue puesto en Madridfuera de la ley, aunque no hubo sentencia judicial alguna. Todo esto pudoconseguirse con cierta facilidad por ser nuestra seccin madrilea un tantojoven, aprovechndose adems hbilmente del ambiente creado por la guerra,que en Madrid se viva tan de cerca.En Catalua no resultaba posible hacer lo mismo con idntica facilidad. NuestroPartido tena, tiene y seguir teniendo hondas races en la clase trabajadoracatalana. Un golpe policiaco no era bastante. Haca falta prepararsicolgicamente el ambiente y se prepar. De ello se encargaron todos losaventureros del periodismo, los que un da ponen una vela a Cristo y otra aldiablo, los que nadan a sus anchas en las aguas turbias del estalinismo. Existenmuchos Peruchos en este pcaro mundo. Treball, Las Noticias, La Rambla yalgn otro diario lanzaban da tras da, con perseverancia aldeana, calumnias yfalsedades contra el POUM. Apuntaron primero contra los Comits, luegocontra las Patrullas de Control; del ataque contra los rganos de la revolucinse pas a la lucha contra las organizaciones revolucionarias. La nuestra fue elblanco principal. As cumplan el mandato que se les habla dado. Lleg unmomento en que la intensidad de la campaa alcanz un limite insospechado.Subrayemos la serenidad de nuestros militantes ante las provocaciones de unComorera, ese rico tipo de gitano de la baja poltica. Despus de haber agotadotodos los recursos, el estalinismo y su hermano siams el psuquismo pasaron dela simple calumnia a la incitacin al atentado personal. Cunta vileza hace

  • falta para confundir la lucha razonada e inteligente con la difusin decalumnias! La frase es de Lenin y bien vale la pena de repetirse, no porque seade Lenin, sino porque es justa. Ante esa campaa nuestro Comit ejecutivolanz la propuesta siguiente: formacin de una Comisin de encuestainternacional que se pronuncie respecto a las acusaciones de que el POUM esobjeto. As, cara al proletariado internacional, quera nuestro partido que fuerajuzgada toda su poltica y toda su actuacin revolucionaria. Pero no era esto loque convena a la pandilla de calumniadores.La maniobra primera qued desbaratada. No hay organismo, institucin,corporacin municipal que no se pronuncie a favor de nuestros hombres. Todoslos Ayuntamientos de Catalua se solidarizan con los representantes del POUM,en algunos de ellos con los votos incluso de los miembros del PSUC. En el mesde marzo, nuestra seccin de Lrida plantea ante el Tribunal popular el hechode que nuestro Partido es acusado de fascista. Ante ese Tribunal se presentannuestros camaradas y el organismo judicial se inhibe aduciendo que se trata deun pleito poltico que no es de su incumbencia, es decir, que implcitamentereconoce que el POUM no es ni mucho menos fascista. Pero no amilana esto alos calumniadores. La prensa estalinista sigue lanzando bulos y publicandofolletines sin par en la historia del periodismo espaol. Un buen da nos hablande una reunin celebrada en Friburgo por hombres del POUM y de la Gestapoalemana. Sin embargo, Friburgo es ciudad por completo desconocida para todoslos camaradas del POUM; ninguno de nuestros militantes estuvo jams all. Queas era resultaba bien fcil de comprobar, pero no era esto lo que les interesaba.Lo que les interesaba era que la campaa fuera prendiendo poco a poco en lasmentes de las gentes impresionables y en las cabezas o calabazas de losburcratas que sabindolo falso llegaban a creer que fuese verdad. Los diariospsuquistas Treball y Las Noticias fueron llevados a los Tribunales por nosotrospara que respondieran de sus acusaciones.Vinieron los hechos de mayo. El curso de los acontecimientos mismos, la luchaimplacable que desde las esferas gubernamentales se llevaba a cabo contra lasconquistas revolucionarias, la natural reaccin que en un momento dado habade producirse en las masas trabajadoras, todo esto haca inevitable el estallido.Sobre todo, en las semanas anteriores a mayo se agudiz la situacin,vivindose en un ambiente sumamente enrarecido. Bien se vio que la campaacontra el POUM no era ms que una parte de la campaa contra el espritu vivodel 19 de julio, contra el movimiento revolucionario y contra la revolucin. Nohubo institucin, organismo cualquiera de los Comits surgidos al calor y en losprimeros das de la revolucin que no sufriera los ataques del estalinismo, lafuerza de choque de la contrarrevolucin burguesa-democrtica. Contra lasPatrullas de Control se desat una campaa de insultos y calumnias, despusque la UGT y el PSUC se hubieran retirado de las mismas. (Esta guardia obrera,la mxima garanta del proletariado, fue ms tarde disuelta y sus componentes

  • perseguidos y encarcelados. Luego se comenz a explotar por la prensaestalinista una consigna que era toda una maniobra poltica: las armas, todaslas armas, al frente. Pero al mismo tiempo, el PSUC se armaba y retiraba armasdel frente, realiz una substraccin de doce tanques de guerra y empujaba algobierno de Valencia a que llenara la retaguardia catalana de guardias deasalto, de carabineros y de guardias civiles. Resumiendo: lo que sobraban eranlas armas de los trabajadores. Poco a poco las fuerzas armadas de las antiguasinstituciones gubernamentales se fueron apoderando por la violencia dediversos pueblos de Catalua. Un da es Figueras, el otro Puigcerd, luegoMolins de Rey... El plan estaba claro: se quera cercar a Barcelona, encerrarlaen un cinturn de fuerzas represivas dispuestas a dar el golpe sobre la capitalen el momento oportuno. Los asesinatos de obreros revolucionarios se suceden;las comarcas comienzan a vivir una poca de terror. Un dirigente de la UGTcatalana, Roldn Cortada, cae muerto sin que nadie sepa quin es el autor. Suentierro es convertido por el PSUC en una verdadera manifestacin en la cualse alza el puo contra el movimiento revolucionario. El xito de la misma parecedecidir a los autores del plan contrarrevolucionario. La seal parece dada. Elasalto a la Telefnica es la gran provocacin que haba de producir la chispa.Sirvindose de una parte de la fuerza pblica, los Ayguad y Rodrguez Salas,agentes directos de los provocadores estalinistas, intentan dar un golpe demano y apoderarse de la Central telefnica, que estaba bajo el control de lostrabajadores del ramo. Se trataba de algo ms que de una simple incautacin.La Telefnica era la piedra de toque y el elemento de prueba. El plan elaboradoen Pars o en Bruselas por los Comorera, Dencs y dems pescadores de rorevuelto era innitamente ms vasto. Pero desde el primer momento tropezaroncon la unnime oposicin de todos los obreros. La clase trabajadora se lanz ala calle dispuesta a defender con las armas en la mano sus conquistasrevolucionarias. Pudo haber llevado el movimiento hacia adelante y llegar hastala misma Generalidad. Pero no lo hizo; no lo hizo por causas diversas, una deellas porque el movimiento naci con signo defensivo. No se trataba, comoluego se quiso propagar, de una lucha fraticida entre hermanos, entre losobreros de la UGT y los de la CNT. Esto es totalmente falso. Muchos obreros dela UGT estuvieron en las barricadas de mayo aliado de los dems trabajadores.La nica fuerza que se opuso a stos fue la compuesta por los diversos cuerposde Orden pblico y Seguridad: asalto, guardia civil, mozos de escuadra, y entreellos algn que otro mozuelo de Estat Catal, que se movan por mvilesverdaderamente inconfesables. No se vio por parte alguna a los 60.000militantes del PSUC. La huelga fue unnimemente sostenida y a ningunaorganizacin se le ocurri romperla. Y subrayemos igualmente este otro hecho:en los primeros das del movimiento, cuando todava an no se saba cul habrade ser el nal, los discursos por radio de los hombres del PSUC resultaban enextremo prudentes. Fue despus, cuando la situacin se aclar, quevalientemente reanudaron su lenguaje insultante y provocador.

  • El POUM interviene en los hechos de mayo como tena que intervenir, comocorresponda a su condicin de partido revolucionario. Desde el primermomento intent dar al movimiento unos objetivos determinados y concretos.Pero no lleg a tener la direccin efectiva del mismo. En realidad direccin nohubo, ya que las ms de las veces se obr con la misma espontaneidad que sehaba comenzado. Es interesante establecer bien cul ha sido la participacinefectiva del POUM en las jornadas de mayo, puesto que posteriormente se haintentado y se intenta encontrar en las mismas nuestro mayor delito. Todos losdocumentos y resoluciones de la poca determinan nuestra posicin: apoyoabsoluto e incondicional a los trabajadores en armas. Este apoyo estsucientemente justicado por nuestra propia trayectoria poltica. Lo est aligual que lo estuvo el del partido bolchevique durante los hechos de abril y lasjornadas de julio de 1917 en Petrogrado. Explicando este movimiento, escribaLenin: Tan difcil es comprender que ningn bolchevique del mundo seracapaz de provocar un movimiento popular si no concurrieran causaseconmicas y polticas profundas, que se encargan de poner en accin alproletariado? En el mismo sentido podramos nosotros responder a los queintentan acusarnos de ser los que provocaron los hechos de mayo en todaCatalua. Por otra parte, no solo en nuestra literatura, sino tambin -esto es loms interesante- en multitud de artculos y folletos editados por otrasfracciones obreras queda sucientemente aclarado todo. La CNT y su Comitnacional han dado a la luz varias resoluciones y algunos estudios de carcterocial, en todos los cuales la verdad se pone una vez ms al descubierto. Laparticipacin del POUM queda aclarada en sus justos trminos. Sin embargo, laprensa estalinista aprovech ese movimiento para intensicar su campaa decalumnias contra nosotros. Se lleg a escribir -cuesta trabajo leer talesmentecateces- que las jornadas de mayo fueron producidas por los agentes dela Gestapo alemana, los elementos de la llamada quinta columna y los hombresdel POUM. Lo deca a voz en grito, uno y otro da, el estalinismo, que intentabay logr aprovechar dicho acontecimiento en benecio de su poltica.Las jornadas de mayo tienen, polticamente, una importancia fundamental. Elequilibrio del antifascismo gubernamental y del Frente Popular -dos cosas y unasola verdadera- queda roto por completo. Igualmente desde mayo ya no existeel menor equvoco sobre la verdadera naturaleza de la polticacontrarrevolucionaria del bloque republicano-estalinista. Dichas jornadasparten en dos mitades, quirase o no se quiera, el llamado Frente antifascista: aun lado los que tratan de liquidar por completo nuestra revolucin, de borrarlas hondas huellas del 19 de julio; al otro, los trabajadores revolucionarios y lasorganizaciones obreras que saben el peligro que nos amenaza y que estimanque an es tiempo de reconquistar lo perdido. Pero lo ms fundamental es eso:los grupos ms avanzados, ms conscientes, llegan a la conclusin de que ya nohay salida posible mediante las simples frmulas o combinaciones

  • gubernamentales, de que el problema es ms hondo y terrible, y de que la clasetrabajadora solo podr reconquistar su hegemona mediante un golpe de fuerza,mediante la violencia. De las jornadas de mayo la clase trabajadora saledebilitada y no lo sale. Cierto que todo movimiento que no se lleva hasta susltimas consecuencias resulta las ms de las veces de consecuencias funestas.Pero en mayo fue tal la exhibicin de fuerzas que la clase obrera realiz, resulttan claro su espritu de lucha y quedaron tan patentizadas las grandesposibilidades que an tena por delante, que a pesar de haber terminado elmovimiento como termin, pudo haber sido un triunfo resonante para lostrabajadores si las organizaciones mayoritarias de la clase trabajadora -la CNTy la UGT- hubieran querido; pero stas prerieron gastar el tiempo justicandosu inhibicin y dejar as que se recobraran los partidos que formaban el frentedel bloque republicano- estalinista. Hay una muestra evidente del miedo sufridopor estos partidos: sus tendencias conciliadoras durante el movimiento y latregua que se impusieron despus del mismo. Es evidente que el estalinismotena preparado todo el plan y que los hechos que comentamos habran deservirle para dar su golpe denitivo sobre las organizaciones revolucionarias,principalmente contra nosotros. Sin embargo, no se atrevi a darloinmediatamente despus de nalizados los acontecimientos de mayo. Lo lgicoes que se aprovechara de la entrada en Barcelona de los diez mil jaramas paradar la puntilla al movimiento revolucionario e iniciar la represin contra elPOUM. Por qu no se hizo as? Ya queda dicho: porque la clase trabajadorahaba mostrado cules eran sus intenciones, haba enseado bien claramentesus dientes y sus uas dispuesta a todo. Durante ms de un mes -del 7 de mayoal 16 de junio- tal pareca como si las aguas que se haban desbordado hubiesenvuelto de nuevo a su cauce tranquilo. Solo las campaas alborotadoras ychirriantes de la prensa estalinista eran un signo de que an no se habarealizado la ltima jugada. En efecto, el 16 de junio habra de ser lacomprobacin terrible de lo que apuntamos. Existi en la represin llevada acabo contra nosotros una causa poltica de gran importancia, que no hemosvisto sealada en lugar alguno. Es sta: se necesitaba nuestra eliminacin entanto que organizacin para impedir la formacin de un Frente obrerorevolucionario y para fortalecer de rechazo el Frente Popular. Porque no solo elFrente Popular y el bloque antifascista salieron fuertemente quebrantados delas jornadas de mayo, sino que stas sealaron inequvocamente cual era elnuevo camino. Es decir, que despus de mayo era y resultaba inevitable laformacin del Frente Obrero Revolucionario, el reagrupamiento sobre una basecomn de todas las fuerzas eles a la revolucin socialista. Esto era lo que elestalinismo necesitaba evitar; por eso dio el golpe de mano del 16 de junio. Larepresin efectuada contra el POUM encogi a las dems organizacionesobreras, de tal manera que el gobierno Negrn pudo sostenerse casi en el aire.Ms tarde la prdida de Bilbao fue aprovechada muy hbilmente para desviar laatencin de los trabajadores de lo que se haba hecho con nosotros y paraobligar a la CNT y a la UGT a prestar directa o indirectamente un apoyo

  • incondicional al gobierno.La gran fuerza de los hechos de mayo no fue aprovechada por quien deba ytena la obligacin de hacerlo. Ya hemos sealado el inters que hubo enaparecer como chicos buenos ajenos a los actos callejeros. Y lo que otros nohicieron lo hizo el estalinismo. Este maniobr bien y con suerte indudable,logrando ganar terreno de forma sensible. La crisis del gobierno de Valencia,provocada por el Partido Comunista para lograr la eliminacin de la CNT y deLargo Caballero, les vale un buen tanto. Un scal a sus rdenes suspende altimos de mayo nuestro rgano central La Batalla, por causa bien singular: Lapublicacin en el nmero correspondiente al 1 de mayo de un maniesto delComit ejecutivo del POUM, maniesto que se considera delictivo. Se vanpreparando poco a poco las condiciones precisas para dar el golpe nal. Al nllega el da tan soado y preparado por el estalinismo: el 16 de junio sedesencadena la represin ms violenta que recuerda el movimiento obrero denuestro pas.

    3.EL GOLPE ESTALINISTA DEL 16 DE JUNIO CONTRA EL POUMY no callaremos hasta ver eliminados de la vida poltica a las bandas del POUMy exterminados sus dirigentes.(Del diario estalinista Ahora).El mircoles da 16 de junio, al medioda, es detenido el camarada Andrs Nin,cuando se encontraba en la secretara general del POUM, en Barcelona. Ladetencin la efectuaron miembros de una polica especial del estalinismo, comoms tarde se pudo poner en claro; llevaban una orden rmada por el Jefesuperior de Polica, teniente coronel Burillo. En la noche del mismo da elcamarada Nin fue sacado de la Jefatura con direccin desconocida. Pocas horasms tarde de la detencin de Andrs Nin se hace lo propio con otros muchosmilitantes del partido, entre ellos los miembros del Comit ejecutivo JuanAndrade, Julin G. Gorkin, Jordi Arquer y Pedro Bonet. La polica realiza unregistro en el diario La Batalla y se lleva consigo al redactor-jefe Jos Escuder.Das despus se detiene a Jos Rovira, jefe de la 29 Divisin, aprovechndose deuna orden de presentacin ante el general jefe del Ejrcito del Este. En estosdas los presos del POUM suman centenares. Nuestros camaradas se venperseguidos, acorralados, incluso los milicianos que estaban en el frente yhaban venido a Barcelona con permiso. Jams la historia del movimiento obreroespaol conoci hecho semejante.Los agentes estalinistas asaltan brutalmente las diversas dependencias delSocorro Rojo, los locales del partido, sus sanatorios, sus bibliotecas, el InstitutoMaurn. Los domicilios particulares sufren igual procedimiento; se destroza, se

  • roba, se llevan hasta los objetos ms insignicantes de uso particular. No setrata de registros en regla, con el correspondiente mandamiento judicial. No; esuna banda de ladronzuelos que no busca el hecho delictivo, sino el objeto deprovecho. Nunca se vio tal cosa. Los insultos y las amenazas acompaan sulabor. No se detienen ante nada ni ante nadie. Se violan cajones, se rompen ydestrozan muebles, desaparecen entre sus manos objetos y valores. As en todoslos locales del partido, en el edicio del diario La Batalla, en varios domiciliosparticulares. No se detena a tal o cual persona mediante mandato previo, sinoque se proceda a la caza despiadada de todo militante o simpatizante delPartido Obrero de Unicacin Marxista por el simple hecho de serlo. Tambinpor el simple hecho de serlo se detuvo e incomunic a las compaeras deAndrade y Julin Gorkin. El Hotel Falcn, habilitado por nuestro partido para losmilicianos con permiso, es igualmente asaltado y detenidos sus ocupantes. Detodos los locales asaltados por la polica, ninguno fue sellado comohabitualmente se haca. Por el contrario, la mayor parte de ellos fueronhabilitados inmediatamente, de manera extraocial, como ocinas policiacasdonde se interrogaba y coaccionaba a los militantes que se iban presentandoignorando lo que suceda. Muchos de estos interrogatorios fueron hechos porpersonas completamente ajenas a los organismos ociales correspondientes,siendo algunas de ellas extranjeras. Eran los chekistas soviticos en accin.Los camaradas Juan Andrade, Pedro Bonet, Jos Escuder, Julin G. Gorkin yDavid Rey -seudnimo por el cual es conocido en el movimiento obrero DanielRebull-, sobre los cuales pesa todo el proceso que se ha intentado montarcontra los dirigentes del POUM, fueron detenidos el da 16 y encerrados en loslocales de la Jefatura superior de Polica. All permanecieron hasta el 18, a lasseis de la maana. A esa hora fueron sacados de los calabozos los cuatroprimeros. En el patio, en presencia de gran nmero de guardias y de agentes,nuestros camaradas fueron esposados. A la puerta del edicio aguardaban cincocoches. Se hizo subir a cada uno de nuestros camaradas en uno de ellos. Concada detenido montaron en los coches cuatro agentes. En el quinto vehculosubieron cuatro personajes probablemente policas y, desde luego, extranjeros.Nuestros compaeros no tienen la menor duda sobre este extremo. En total, alos cuatro detenidos acompaan veinte agentes. La comitiva se pusoinmediatamente en marcha. Sin detenerse ni para desayunar ni comer, ysiempre esposados, llegaron los detenidos a las cuatro de la tarde a la DireccinGeneral de Seguridad, en Valencia. Cada uno de nuestros compaeros fueencerrado, rigurosamente incomunicado, en un calabozo: Gorkin y Andrade endos del piso alto, Bonet y Escuder en dos de la planta baja. En el calabozo deBonet, en un momento en que eran numerosos los detenidos en calidad deincomunicados, metieron a un teniente coronel de la Guardia civil, fascista.Bonet protest de que se le adjudicase tan desagradable compaa einmediatamente fue atendida su reclamacin. Nuestros amigos permanecieroncuatro das en la Direccin de Seguridad, sin ser interrogados ni chados. El da

  • 22, a primeras horas de la tarde fueron trasladados, en unin de nuestroscamaradas de la seccin de Valencia detenidos dos das antes, a la Crcelmodelo. En la crcel ingresaron todos sin orden de incomunicacin. Fue acasoun olvido...El da 23, a las tres de la tarde, se recibi en la crcel la orden de poner enlibertad a Escuder, Bonet, Andrade y Gorkin. Esta libertad inesperada llen deasombro tanto a los que iban a ser liberados como a los restantes militantes delPOUM tambin detenidos. Nuestros compaeros quisieron cerciorarse de que,efectivamente, se trataba de una orden de libertad. El personal de la prisin loconrm. Cuando nuestros cuatro compaeros salieron a la calle seencontraron con unos agentes de polica, que los hicieron montar en doscoches. Los vehculos partieron rpidamente camino de Madrid.Entre tanto, nuestros camaradas de Valencia hacan gestiones para averiguar elparadero de los cuatro liberados. Por n, un empleado de la prisin inform anuestros amigos que los detenidos haban sido conducidos a Madrid.(Subrayemos la gravedad del hecho. Qu es lo que se trataba de hacer connuestros camaradas? La interrogante se impone cuando se observa el intersque ha puesto la polica en que no quedase en sitio alguno huellas del paso denuestros compaeros. El nico centro ocial donde consta que han estadodetenidos era la prisin celular de Valencia. Para borrar esta huella, la policasac de la crcel a los detenidos simulando que haban sido puestos en libertad.Por qu no comunicar a la direccin de la crcel que entregase los detenidos, adisposicin de la Direccin general de Seguridad, a la polica, portadora de laorden de su traslado a Madrid? Qu inters haba en ello? No es ms quesospechoso? Qu se fraguaba contra nuestros camaradas? Se pensabafugarlos, cmo se ha hecho con Nin? Se pensaba hacerlos desaparecer, sin quequedase rastro de ellos?) En efecto, llegaron los detenidos a Madrid el da 24, alas dos de la madrugada. Directamente fueron conducidos a las ocinas de laBrigada especial, sitas en el Paseo de la Castellana. All fueron encerrados enlos stanos, rigurosamente incomunicados. No se les hizo cha, ni se les tomliacin alguna. La polica segua sin dejar huella del paso de los detenidos porlos centros ociales. Ocialmente, nuestros camaradas detenidos seguan sinexistir. En los stanos de la Brigada especial permanecieron nuestroscamaradas cuatro das. El da 28, a las ocho de la noche, fueron conducidos auna dependencia policiaca conocida en Madrid por la Checa de Atocha. A cadauno de los detenidos se le encerr, rigurosamente incomunicado con el exterior,en un calabozo en unin de un fascista, excepto Bonet, a quien se le puso encompaa de un condente de la polica. Nuestros camaradas protestaroninsistentemente contra esta vejacin y, al n, al cabo de cuatro das,consiguieron se les diese satisfaccin. Se encerr a Bonet y a Gorkin en unacelda y a Escuder y a Andrade en otra, siempre incomunicados con el exterior.As permanecieron hasta el da 20 de julio, da en que, por la tarde, fueron

  • trasladados a la Prisin de San Antn.Tambin nuestro camarada David Rey fue trasladado de Barcelona a Madrid, enunin de los compaeros Francisco Gmez, Dositeo Iglesias y Jos RodrguezArroyo, estos tres militantes de la seccin madrilea, pero detenidos enBarcelona, donde se hallaban para asistir al Congreso del partido anunciadopara el 18 de junio. Fueron conducidos en automvil directamente a Madrid,donde ingresaron en los calabozos de la llamada Checa de Atocha. David Reyfue incomunicado y sigui la misma suerte que los camaradas Bonet, Andrade,Gorkin y Escuder. En cambio, los tres camaradas de la seccin madrilea nofueron incomunicados.El da 13 de julio, casi al mes de efectuada la detencin de los compaerosAndrade, Bonet, Gorkin y Escuder, fueron interrogados por vez primera por unagente de polica, miembro del Partido Comunista, joven de unos 23 o 25 aos,comunista de la ltima hornada, tan sectario como puede serlo un estalinista denuestros das e ignorando todo lo referente a la doctrina e historia delmovimiento comunista. El interrogatorio fue originalsimo. He aqu lasprincipales preguntas que formul a nuestros camaradas: Consideran ustedesmejor camarada a Trotski que a Stalin?, Solo consideran obrerosrevolucionarios a los del POUM y a los de la FAI?, Por qu consideranpequeo-burgueses a los del PSUC y a los del Partido Comunista?, Estnustedes conformes con la poltica actual del Gobierno?, Por qu no estn deacuerdo con Stalin?, Qu crticas tienen que hacer sobre la URSS, que es elpas ms democrtico del mundo y el que tiene una ley electoral que concedelas ms amplias garantas?. A estas preguntas fuera de lugar se redujo todo elinterrogatorio. Naturalmente, nuestros camaradas, despus de hacerle observarque esas preguntas nada tenan que ver con la Ley de Enjuiciamiento criminal,respondieron cumplidamente al joven polica y neto comunista.La represin desencadenada contra el POUM en Catalua y Levante se extendiigualmente a Madrid. El da 21 de junio fueron detenidos en la capital de laRepblica y en los locales del partido los camaradas Vctor Berdejo, FranciscoClavel, Jos Lorenzo, Manuel Borrero, Jos Docal, Absalom Infante y EnriqueSanz. Algunos de ellos permanecieron incomunicados varios das. El 14 de juliofueron interrogados por el mismo agente que haba tomado declaracin a loscamaradas citados anteriormente. Pero esta vez limit sus preguntas a inquirirdesde qu fecha pertenecan al POUM y si estaban sindicados. (Destaquemospor su importancia este otro hecho: a ninguno de nuestros camaradas detenidosse le habl para nada de la acusacin de espionaje, ni en los interrogatorios seabord esta cuestin.) A los pocos das, justamente el 19 del mismo mes, fueronpuestos en libertad Jos Lorenzo, Manuel Borrero, Jos Docal, Absalom Infantey Enrique Sanz. Los policas les haban comunicado que seran liberados todoslos detenidos en Madrid. No obstante, Francisco Clavel, Jos Rodrguez Arroyo,

  • Dositeo Iglesias, Vctor Berdejo y Francisco Gmez continuaron y continandetenidos, puestos a disposicin del Tribunal especial encargado de juzgar losdelitos de espionaje, en unin de los camaradas Juan Andrade, Pedro Bonet,Julin Gorkin, David Rey y Jos Escuder.El da 31 de julio, a las doce de la noche, salieron para Valencia diez camaradasdel POUM, puestos a disposicin del Tribunal especial de Espionaje. Lasautoridades haban adoptado grandes precauciones con este motivo. Laemocin que en el movimiento obrero internacional ha provocado ladesaparicin de Andrs Nin y la repulsa que ha producido en todos lostrabajadores y antifascistas de nuestro pas este hecho, indujeron sin duda algobierno a adoptar las medidas de precaucin necesarias para que no sepudiera repetir con nuestros diez camaradas lo ocurrido con el camaradaAndrs Nin, secretario del POUM y ex consejero de la Generalidad. (Haba msde un motivo para temer por la vida de nuestros camaradas. No se olvide que eltraslado de Valencia a Madrid fue un verdadero secuestro; el deseo expreso dela polica estalinista de que no gurara en lugar alguno rastro del paso de losdetenidos, es un signo y motivo alarmantes. Cuando despus de varias einmediatas gestiones se supo el sitio donde estaban encerrados en Madrid y sedenunci pblicamente, el estalinismo tuvo que parar el golpe que preparabacontra ellos. El traslado a Valencia poda ser aprovechado para atentar contra lavida de los diez camaradas, mediante la aplicacin de la ley de fugas.) En elmomento de salir los presos de la crcel de San Antn se hallaba presente elInspector general de Prisiones. Un capitn del Cuerpo de Asalto, persona deconanza del gobierno, diriga la conduccin. Abra marcha un coche ocupadopor cinco agentes de la Brigada especial, precisamente los cinco que ms sehan distinguido en la represin contra el POUM y que la dirigieron enBarcelona los das 16 y siguientes de junio. segua el coche celular con los diezdetenidos y a continuacin iba un coche de turismo ocupado por el capitn, unsargento y un cabo del Cuerpo de Asalto. Cerraba la marcha una camioneta confuerzas tambin de Asalto. Cada vez que el convoy hacia alto, el capitn y lasfuerzas de Asalto a sus rdenes descendan de sus vehculos y rodeaban elcoche celular. Era bien visible que las fuerzas de Asalto haban recibidoinstrucciones seversimas para proteger la vida de nuestros camaradas. A sullegada a Valencia fueron conducidos a la Direccin General de Seguridad,permaneciendo all breves horas, pasadas las cuales fueron trasladados a laCrcel Modelo, donde se encuentran en la galera llamada de antifascistas, porserlo la casi totalidad de sus ocupantes. All permanecen alojados cuatro encada celda unipersonal.La represin iniciada en Barcelona y extendida a Levante y Madrid tuvotambin sus repercusiones en las distintas comarcas de Catalua, al menos enalgunas de ellas. Camaradas curtidos en la lucha revolucionaria, que habandirigido el 19 de julio la lucha contra las fuerzas armadas del fascismo, que

  • guraban en puestos representativos y en Ayuntamientos, fueron encarceladossin motivo alguno por ser militantes del POUM. No haba delito alguno, ni se lesacusaba de nada. Solo ser miembro de nuestro partido era motivo suciente. Seles detena en grupos, a docenas. Expediciones de jaramas mandados porpolicas estalinistas recorran los distintos pueblos de las comarcas; losreaccionarios emboscados en el PSUC se encargaban de ir sealando con eldedo. Las crceles de todos los sitios se llenaron con militantes del POUM; y sinembargo, la bestia no estaba ahta. El diario Treball copiaba a la Lliga y lanzabatambin pblicamente su Delateu! La delacin fue una ocupacin paraestalinistas y psuquistas.En la madrugada del 9 de julio fue asesinado por esta gente el militante delPOUM Jos Navarro Lpez. El camarada Jos Navarro haba luchado el 19 dejulio contra el fascismo en las calles de Barcelona. A los pocos das marchhacia Aragn, formando parte de las primeras columnas. Fue herido en laconquista de Monte Aragn. Apenas curado de sus heridas march nuevamenteal frente, siendo herido por segunda vez en la toma de Las Lomas de Arascus.Regres luego a Barcelona, a cumplir con sus deberes de militanterevolucionario. Los cobardes del PSUC emboscados en la retaguardia, loasesinaron. Presentaba en el cuello un terrible tajo que le seccion la yugular yocho balazos en el vientre. Sus ltimos alientos de vida fueron para balbucear elnombre de su querido partido. Sobre una cama del Hospital general dio ejemplode cmo muere un revolucionario.No pararon aqu los crmenes del estalinismo. El da 6 de agosto fue fusilado elcompaero Mena, cuyo caso relataremos ms adelante; igual suerte corri JosCullars, heroico combatiente que haba sido herido tres veces en el frente. Semontaron procesos y ms procesos, todos bajo rdenes expresas del que fuejefe de Polica, teniente coronel Burillo, verdadero sabueso del estalinismo. Lossindicatos, las organizaciones antifascistas, las corporaciones municipales,todos responden de nuestros compaeros; los juzgados y tribunales popularescomienzan a decretar libertades por falta de pruebas para condenar. Sinembargo, casi todos ellos continan detenidos gubernativamente o bien sonentregados a tribunales especiales que no existen. Jams se conoci tantaruindad y tan mala fe. En una carta abierta de varios de nuestros presos en laCrcel Modelo de Barcelona, dirigida al citado Burillo, se le deca: Cuandotodos los jueces leales le hayan fallado, no dude ni un momento: pnganos adisposicin del de Salamanca y, buen amigo suyo indudablemente, tendrmucho cuidado en no ponerle a Ud. en ridculo. En efecto, en Salamancaencontraran bien fcilmente las pruebas acusatorias del estalinismo contra elPOUM, pruebas que ningn juez digno de la Espaa republicana ve por partealguna.

  • 4.LA REPRESIN EN EL FRENTE Y LA DISOLUCIN DE NUESTRADIVISINEl jefe de la circunscripcin Norte del frente de Aragn, al camarada Rovira,jefe de nuestra Divisin: Llegado a mi conocimiento brillante comportamientosus fuerzas, me complazco en felicitarle, rogndole transmita felicitacin(De la prensa, 5-3-1937)La represin desencadenada a instigacin del Partido Comunista y por policas yotras autoridades a sus rdenes contra el POUM, ha tenido tambin surepercusin en el frente. No se ha detenido el odio africano que a losestalinistas inspira nuestro partido ante los combatientes que desde la primerahora empuaron el fusil contra el fascismo. Ni siquiera se ha detenido, comovamos a ver, ante aquellos militantes del POUM que haban derramadorepetidas veces su sangre en el curso de la guerra. No se ha detenido tampocoante aquellos hombres que sin ser miembros de nuestro partido, perteneciendoincluso a otros partidos, convivieron en el frente con los hombres del POUM. Nose ha detenido ante nada ni ante nadie.Se desencaden la represin contra el POUM a mediados de junio.Simultneamente, los estalinistas -en Catalua los llamados SocialistasUnicados- emprendieron la ofensiva contra la Divisin nmero 29, constituidaa base de las milicias antifascistas reclutadas por el POUM. El jefe de estaDivisin, nuestro camarada Rovira, fue detenido. Temiendo que se produjeseuna violenta reaccin entre los hombres que, bajo su mando, haban combatidodurante un ao en el frente de Aragn, que conocan y estimaban su valor y suvala, la polica no se atrevi a efectuar su detencin en el frente. Rovira fuellamado telegrcamente a Barcelona, al Cuartel general del Ejrcito del Este.Acaso se esperaba verle llegar all rodeado de una numerosa escolta. Roviralleg solo, presentndose inmediatamente al general Pozas. En el despacho deste hallbanse unos agentes de polica. El general Pozas advirti a estosfuncionarios que l no poda permitir la detencin del jefe de una de susDivisiones sin conocer los motivos. Los agentes, con aire misterioso,respondieron al general que se trataba de un asunto grave de espionaje. Rovirase ech a rer. Los agentes mostraron entonces a nuestro camarada undocumento burdamente escrito en clave, que segn ellos era la pruebaabrumadora del delito de que se le acusaba. Rovira se ech a rer de nuevo. Laversin policiaca era demasiado infantil. El general Pozas recomend a losagentes tratasen a Rovira con las consideraciones debidas a su cargo y nuestrocamarada fue trasladado a la Comisara General de Orden Pblico. De all, a laspocas horas, fue llevado en automvil a Valencia, en unin de Jordi Arquer y deMara Teresa Andrade. En la crcel de Valencia permaneci Rovira cerca deveinte das, rigurosamente incomunicado. Al cabo de este tiempo, sin sufrir otrointerrogatorio que el realizado por dos agentes de polica y que consisti en

  • preguntarle si sabia por qu estaba detenido y si era persona afecta al rgimen,Rovira fue puesto en libertad. Qu quedaba de las supuestas abrumadoraspruebas de espionaje -los documentos escritos en clave-, cuando la polica nisiquiera se atrevi a mostrrselos a un juez?Inmediatamente despus de la detencin del camarada Jos Rovira, lasDivisiones 25, 28 y 29 que operaban en el frente de Aragn enviaron alMinisterio de Defensa Nacional un extenso documento, en el cual respondan dela personalidad de nuestro compaero, as como del magnco comportamientode siempre de nuestra Divisin. Interesa reproducir parte de este documento:Si de verdad el motivo de su detencin es por ser jefe de una Divisin que,desde el primer momento, fue organizada por el POUM, entonces se llega a laconclusin de que la detencin obedece a un carcter poltico. Parece que a losmiembros de este partido se les tacha de dudosos en cuanto a su antifascismo.No vamos a salir en defensa de los miembros que podamos llamar polticos deeste partido, porque esto ya no entra en nuestra esfera. Pero s que queremossalir a la defensa de la actuacin antifascista del jefe de la Divisin 29 ygarantizar solemnemente su conducta revolucionaria, no de ahora, sino desiempre, porque esto ya entra dentro de la esfera y la dignidad militares.Jos Rovira no es un militante del 19 de julio para ac. Su actuacin esconocida en Catalua de mucho antes. Durante la Dictadura de Primo deRivera, tuvo que traspasar la frontera espaola y buscar refugio en el extranjeropara evitar la represin del dictador. Vino el movimiento de Prats de Moll yRovira fue el jefe tcnico que utiliz el primer presidente de la Generalidad,Francisco Maci, para llevar a efecto su empresa. Ya sabemos que en aquellostiempos un gran sector de la juventud revolucionaria catalana estaba enroladoen las las que acaudillaba Maci. Vino la Repblica y con ella pudieronregresar a su pas todos los exilados. Rovira, tan pronto como se encontr enCatalua, ingres totalmente en el movimiento proletario, como evolucin moralde su carcter revolucionario y progresivo. Pidi el ingreso en el Bloque Obreroy Campesino (ahora el POUM es una continuacin de este partido) y desde elprimer momento fue un militante destacado. Vino Octubre de 1934, y Roviraform parte del Comit Central de la Alianza Obrera, en donde tuvo unaparticipacin preeminente, siendo perseguido nuevamente por el bienio negro.Cuando las elecciones del 16 de febrero, l fue el propagandista incansable dela candidatura nica de izquierdas y movimiento obrero que se present enCatalua. Y llegamos al criminal movimiento faccioso de los militares traidores.Rovira estuvo en su puesto de honor como lo ha estado siempre; con suscamaradas, el 19 de julio luch en Barcelona, en la Plaza de la Universidad,donde vio caer a su lado a Germinal Vidal, destacado miembro de la JuventudComunista Ibrica, y muchos otros. Se constituye en Catalua, comoconsecuencia del movimiento, el Comit central de Milicias, en el cual han

  • participado los mejores militantes revolucionarios de Catalua. Pues bien,Rovira no poda faltar a este Comit. Fue l mismo un miembro activo, audaz einteligente. Los componentes de este inolvidable Comit central de Miliciaspueden dar fe de ello. Pero su temperamento inquieto no poda avenirse muchocon la retaguardia, y muy pronto, al mes justo de la Revolucin, Rovira semarch al frente de su Columna, despus convertida en Divisin. De all ya nose ha marchado, hasta que una pretendida orden de detencin le ha arrancadode su puesto de responsabilidad. Estos son los antecedentes polticos del jefe dela Divisin 29, que se supone ha sido detenido por dudoso en cuanto a sucondicin de antifascista.Por su larga permanencia en el frente de Aragn, le conocen todos los jefes yociales del Estado Mayor del frente de Aragn que han pasado por losCuarteles generales de Barbastro y Sariena. Todos ellos pueden responder,tambin, de su actuacin. Sin haberlos consultado, como se comprender,estamos convencidos de que todos ellos tienen un gran concepto de lacapacidad y la conviccin antifascista de Rovira.ltimamente, en ocasin de las operaciones en el frente de Huesca, ha sidocomo siempre, l personalmente, el que ha dirigido las operaciones quecorrespondan ejecutar a la Divisin 29. Fue a esta Divisin 29 a la que lecorrespondi tomar la Loma de los Milagros, hacindolo con puntualidad ycumpliendo los objetivos que se le sealaron. Esta actuacin merecifelicitaciones entusiastas del general Pozas, dirigidas personalmente alcamarada Rovira.Por lo que dejamos expuesto, se comprende claramente que nosotros estamosconvencidos de la inocencia del jefe de la Divisin 29. Pero si se demostrase locontrario, desde luego, entonces procedera juzgarlo. Pero es que aparte deesto, se ha seguido un falso procedimiento. Jos Rovira es militar, por el hechode ser el jefe de la Divisin 29. Por consiguiente, la detencin de este jefe nopoda hacerse por otro conducto que el militar, sin la intervencin ms mnimade la polica gubernativa. Es una cuestin de procedimiento tan importante, queestamos convencidos de que S. E. el Subsecretario de Tierra, coincidir connosotros que esto procede remediarlo para dejar en su sitio a nuestro ejrcito.A los dos das de haberse producido la detencin y cuando pudo convencerseel Comisario de la Divisin 29 que no se trataba de una detencincircunstancial, envi al Ministro de Defensa nacional el siguiente telegrama:Jos Rovira, jefe Divisin, ha sido detenido en Plana Mayor Ejrcito BarcelonaStop Ignoramos los motivos concretos; suponemos trtase complicarlo planbase urdido contra Partido que milita Stop Es paradjico quirase acusar desospechoso quien como Rovira lucha en el frente desde el primer momento

  • mereciendo su actuacin felicitaciones unnimes componentes Estado MayorEjrcito del Este y anteriormente Consejera de Defensa Stop Recientementeltimas operaciones Loma Milagros su conducta mereci felicitacionesentusiastas general jefe Stop Conando recto proceder usted agradecer seinterese suerte Rovira y gestione su libertad por tratarse una lamentableequivocacin.Este telegrama fue contestado por el Sr. Ministro con el siguiente:Pido telegrcamente informes detencin Jos Rovira ignorada por m.Este telegrama nos hace suponer todava ms que la detencin se haproducido sin el conocimiento del Ministro de Defensa Nacional o susorganismos militares representativos en el Ejrcito, es decir, de los organismosde guerra adecuados para el caso y facultados para ello. Y es por esto quehacemos este informe, razonado, amplio, con abundantes explicaciones en laconanza que no ser estril, sino que merecer la atencin de usted, a n depoder dar una solucin satisfactoria al mismo y, de esta forma, enaltecer todavams los organismos militares que hoy da son el arma fundamental de nuestravictoria sobre el fascismo.SOLICITAMOS, pues, de S.E. el Subsecretario de Tierra se sirva intervenir sindilacin en este asunto y si de su informacin resulta, como se espera, lainculpabilidad del jefe de la Divisin 29, se sirva ordenar su inmediata libertad.Este documento de las Divisiones 25, 28 y 29 es de gran importancia, no soloporque en l se ve el concepto que de nuestros camaradas se tena en el frentede guerra, sino tambin porque subraya lo anmalo del procedimiento seguidoen la detencin de Jos Rovira. Este solo poda ser detenido por las autoridadescorrespondientes a su cargo y graduacin, es decir, por las altas autoridadesmilitares. Sin embargo, stas no intervinieron para nada, siendo la policaestalinista la que usurp atribuciones que no eran suyas. El telegrama dePrieto, ministro de Defensa Nacional es sucientemente explcito: Pidotelegrcamente informes detencin Jos Rovira, ignorada por m. Y comoconsecuencia de esta intervencin, nuestro compaero fue puestoinmediatamente en libertad.Pero no por eso estaba parada la ofensiva contra la Divisin 29. No sabemos sicon orden del Ministro de Defensa Nacional o sin ella, esta Divisin fue disuelta.Por qu? Se haban producido en la Divisin actos de indisciplina?, habadejado de cumplir las misiones que se le haban conado? Se habamanifestado como pieza intil en el engranaje del Ejrcito? Nada de eso. Todoscuantos conocen la marcha de los frentes de Aragn desde el comienzo de laguerra civil saben que las milicias del POUM, ms tarde Divisin Lenin y

  • nalmente Divisin 29, han cumplido en todo momento con su deber; que hansuperado a fuerza de valor y de sacricios la carencia o escasez de elementosde combate; que en ningn momento han perdido terreno, que fueron los queconquistaron posiciones tan importantes como Monte Aragn y EstrechoQuinto. Precisamente en el momento en que se detena a Rovira, la Divisin 29actuaba. Setecientos hombres regaban con su sangre los campos de Aragn y,entre ellos, sucumba el camarada Cahu, jefe de una brigada, militanteconocidsimo en Tarrasa. Se disolvi la Divisin 29 porque estaba constituidapor fuerzas reclutadas por el POUM; porque gran parte de sus mandos estabaen manos de militantes de nuestro partido. No exista otro motivo. Se trataba,por tanto, de una represalia y de una maniobra de marcado carcter poltico.Qu se persegua al disolver la Divisin 29? Se trataba, acaso, de empujar aun acto de indisciplina a estos hombres que durante un ao haban sufridopenalidades sin cuento; haban visto caer a muchos de los suyos y haban puestotoda su fe y toda su pasin de revolucionarios al servicio de la causa comn?Hay que pensar que si, que era eso lo que se buscaba. Hubiera sido tan bonitopara el Partido Comunista y para el PSUC el que la Divisin 29 se hubierasublevado; que hubiera habido que reducirla por la fuerza, quiz empleando laartillera y la aviacin; que hubieran podido celebrarse algunos Consejos deguerra sumarsimos y fusilado a unas docenas, a unos centenares de militantesdel POUM. Los hombres de la Divisin 29 no se prestaron a este juego criminal.Devorando en silencio su amargura, conteniendo penosamente su indignacin,los jefes, los ociales y los soldados de la Divisin 29 acataron la injusta yvejatoria orden de disolucin.Pero fracasada la primera tentativa de impulsar a un acto de rebelda a estoscombatientes, los estalinistas, las gentes del PSUC, sirvindose de la Divisin27 -la antigua Carlos Marx, que est en sus manos-, acentuaron hasta el limiteextremo sus provocaciones. Se hizo el relevo de las fuerzas de la Divisin 29que estaban en las trincheras. Al da siguiente, cuando esas fuerzas no habantenido tiempo para descansar, se recibi orden del Cuartel general para queenviasen dos batallones a Boltaa, donde el enemigo presionaba. A pesar deque estaban agotadas por seis meses de permanencia en las trincheras, motivopor elcual se les relevaba, los dos batallones designados al efecto cumplieron la ordeny se trasladaron al lugar que se les haba sealado. Entonces lleg la orden dedisolucin. Estos dos batallones son desarmados por compaas. Las fuerzasque realizan este triste cometido hacen sufrir a los soldados toda clase devejaciones tanto de tipo poltico como personal. Se insulta, por parte de loshombres del PSUC, al POUM y a sus militantes. A los soldados se les despoja desus ropas, incluso de sus prendas interiores, de su dinero, de sus relojes, de susplumas estilogrcas. Los milicianos del POUM aguantan estoicamente todasestas canallescas provocaciones, porque saben lo que pretenden los que las

  • realizan. Estos hechos fueron denunciados al Cuartel General de Barbastro, yposteriormente lo han sido al ministro de Defensa Nacional. Al mismo tiempoque se realizaban estos actos de provocacin y de robo, el jefe accidental de laDivisin 29, un comandante y varios ociales y soldados fueron detenidos,amenazndoles con ser fusilados sin previa formacin de causa. Posteriormentese les puso en libertad, lo cual indica que no exista contra ellos acusacinalguna.Casi simultneamente, las fuerzas estalinistas de la Divisin 27 asaltaron elParque Mvil de Velillas. La orden que llevaban las fuerzas de la antiguaDivisin Carlos Marx era incautarse de los 1.500 fusiles que se habadenunciado existan almacenados en el polvorn de Velillas. No se encontr allfusil alguno, por una razn muy sencilla: porque no existan ni haban existidonunca. Y aunque hubieran existido, nada habra tenido de sorprendente,tratndose de un polvorn dependiente de una Divisin del ejrcito regular. Elpropio general Pozas reconoci ms tarde, ante camaradas nuestros, que lehaban hecho una falsa denuncia. Lo cierto es que, sin tratar de comprobar laveracidad de la denuncia, se enviaron all fuerzas para incautarse de los fusilespor sorpresa, actitud que pudo haber provocado un conicto violento, que solofue evitado gracias a la prudencia de que en todo momento han dado pruebaslos milicianos, ociales y soldados del POUM. No encontrando los fusiles quedecan buscar, los asaltantes de la plaza de Velillas se llevaron todos losvehculos que encontraron en el Parque Mvil. El mando de la Divisin 29protest ante el general Pozas contra esta arbitrariedad. La protesta no surtiefecto alguno.No quedaron ah las cosas. Los asaltantes detuvieron a varios jefes, ociales ysoldados, entre ellos al camarada Rafael Bescs, comandante de la plaza deVelillas; al camarada Francisco Ursul, capitn jefe del Parque mvil; a FranciscoPelegri Garrigues y Juan Rocavert Guilln. Estos camaradas se hallan detenidosen la crcel de Lrida. Contra ellos se sigue proceso. De qu se les acusa? Alcomandante Bescs se le detuvo por negarse a hacer entrega del mando de laplaza. Al proceder as no hizo ms que cumplir con su deber; habra merecido elencarcelamiento y proceso si hubiera procedido de otro modo. El comandanteBescs no poda hacer entrega del mando de la plaza a nadie sin una ordenexpresa del jefe de la Divisin 29 o del general jefe del Ejrcito del Este. Laorden que tenan las fuerzas que se presentaron en Velillas era exclusivamentede incautarse de las armas que se deca ocultadas, o al menos almacenadas, enel polvorn de Velillas. La orden en cuestin no deca que el comandante de laplaza tuviera que resignar su mando. Al capitn Ursul se le detuvo porque seopuso a que las fuerzas de la Divisin 27 se llevaran los vehculos que sehallaban en el Parque mvil bajo su custodia y de los cuales era responsable. Laorden, ya lo hemos dicho, solo autorizaba la incautacin de los fusiles, no la delos coches. Al proceder como lo hizo, el capitn Ursul se limit a cumplir con su

  • deber. Ahora se le pretende acusar de preparar un cargamento de armas en uncamin. El chofer del camin que se seal como el que deba hacer eltransporte de esas armas, detenido en un primer momento, al cabo d pocosdas fue puesto en libertad. Esto indica la falsedad de las acusaciones.Indicamos, de paso, que el capitn Ursul no es miembro del POUM; desde hacemucho tiempo milita en el partido Acci Catalana Republicana. Y este detalleindica tambin que la Divisin 29 no era coto cerrado de los miembros delPOUM, sino que en ella se daban los puestos de mando y de responsabilidad alos combatientes por sus merecimientos y su capacidad, y no por su liacinpoltica. Pelegri y Rocavert fueron enviados a Velillas por el jefe accidental de laDivisin para informarse de lo que suceda, a causa de los rumores alarmantesque llegaban al Cuartel general de la Divisin sealando que, a unos cuantoskilmetros de la carretera de Barbastro a Huesca, se detena a todos losvehculos de la Divisin 29. Ahora se acusa a estos dos camaradas de haber idoa Velillas para organizar la resistencia de la Divisin a la orden de disolucin dela misma.El llamado Partido Comunista y el PSUC no se han contentado con obtener ladisolucin de una Divisin que repetidas veces haba merecido las felicitacionesdel Alto Mando por su actuacin en el frente. Disuelta ya la 29 Divisin, losociales y soldados licenciados, que deban incorporarse a otras Divisiones o asus Cajas de recluta correspondientes, durante los breves das de permiso quecon este motivo disfrutaban en la retaguardia han sido objeto de continuasmolestias y vejaciones. En muchos casos ha bastado la simple presentacin, arequerimiento de cualquier guardia o agente de la autoridad, de la licencia delos no comprendidos en las quintas actualmente en las o del permiso de laDivisin 29, para que los soldados procedentes de esta unidad fueran detenidosy encerrados en el castillo de Montjuich, en Barcelona, donde permanecenencerrados en espera, segn parece, de ser enviados a un batalln disciplinario.Es de advertir que tanto las licencias como los permisos estaban avalados con elsello del XII Cuerpo de Ejrcito, al que haba pertenecido la Divisin 29.Y ahora viene la parte ms terrible y sangrienta de esta represin. El da 7 deagosto publicaba la prensa la noticia de haber sido fusilado en Lrida MarcianoMena Prez. Quin era Marciano Mena? Un antiguo militante de nuestropartido. En octubre de 1934 tuvo ya una participacin en la insurreccin.Terminada la lucha hubo de refugiarse en el extranjero, para evitar la represinde las derechas vaticanistas. El 19 de julio fue uno de los principales asaltantesdel Castillo de Lrida, cuya guarnicin militar se haba sublevado. Desde aquelmomento fue el comisario indiscutible del Castillo, que l haba ayudado aconquistar a los fascistas. Ms tarde fue designado comisario de un batalln. Altomar posesin de su cargo de comisario del Ejrcito del Este, Virgilio Llanos,miembro del PSUC, lo primero que hizo fue destituir a este autnticorevolucionario de su cargo, reemplazndolo por un militante del PSUC. Ha sido

  • este mismo comisario del PSUC quien jug el repugnante papel de acusador deMarciano Mena ante el Consejo de guerra sumarsimo que lo conden a muerte.De qu se ha acusado a Marciano Mena? Nada menos que de exaltacin a larebelin. Segn rezaba en el apuntamiento, en el mencionado castillo de Lridase produjeron algunos actos de indisciplina. Los soldados -siempre segn elapuntamiento del scal-, despus de asistir a una reunin, que no se celebr nien el cuartel ni en ningn local militar, hicieron un pequeo plante. En suprimera declaracin, algunos soldados armaron que a esa supuesta reuninhaban acudido Marciano Mena, ex comisario del batalln, miembro del POUM,y Jaime de Paula, comisario de compaa en activo y militante de la CNT. En elacto del juicio los soldados recticaron su primera declaracin y manifestaronunnimemente que les haba sido arrancada, pistola en mano, por el comisariodel PSUC que actu de delator y acusador. En el juicio todas las pruebas fueronfavorables a los dos acusados. El abogado defensor hizo resaltar la faltaabsoluta de pruebas y la poca consistencia jurdica de la acusacin; demostrque la reunin a que aluda la acusacin se celebr legalmente, convocada porla CNT, y nada tena que ver el objeto de la misma con la apreciacin que dabael scal; hizo destacar el hecho anmalo de que el parte-denuncia no fuermado por los ociales de guardia, sino cursado horas despus de los hechossupuestos por el comisario del batalln, es decir, por el hombre del PSUC, cuyonombre destacamos aqu: Narciso Garca Caballero.La impresin general, visto el curso del Consejo de guerra, era que las penasgraves que peda el scal no serian aplicadas. Al nal, el Tribunal pidi anuestro camarada si tena algo que alegar. Marciano Mena, que en todomomento dio pruebas de gran entereza y serenidad, se levant a hablar ante elsilenciogeneral. Para todos los que escucharon el breve parlamento ser un recuerdoinolvidable. Habl un revolucionario de verdad, un comunista. Habl conserenidad sin temor al peligro, sin miedo al desenlace que l mismo prevea.Quince minutos dur su oracin, durante los cuales el Tribunal escuch la vidade un revolucionario y su ruego nal: Es una cobarda moral vuestra pretenderdarme muerte junto a la tapia de un cementerio, lugar donde en cumplimientode sentencias del Tribunal popular tuve que presenciar el fusilamiento demuchos fascistas. No podis hacerlo; no debis hacerlo. Los revolucionarioshemos de morir como tales. Dando el pecho. Cara a cara con la muerte. No meespanta el morir. S que he cumplido con mi deber de obrero revolucionario y sila revolucin precisa que yo muera, cmplase el destino. Pero no en una tapiadel cementerio. Mandadme al frente, en primera lnea, cara a cara con mienemigo de siempre, contra el fascismo. Que sea la bayoneta de un alemn, lagumia de un moro o las balas de un italiano quienes me quiten la vida. Y nadams. Al nal, el pblico, tanto los militares como los paisanos, presa de unafuerte emocin por las palabras de Mena, prorrumpi con una fuerte ovacin

  • que dur varios minutos, sin que el Tribunal se atreviera a hacer objecinalguna. Rgidos, plidos, los miembros del mismo asistieron y presenciaron laidenticacin espontnea del pblico con el acusado. Militares de signicacincomo Garca Miranda y otros varios de la plaza abrazaron emocionados aMarciano Mena. Nadie pensaba en que su vida habra de terminar muy prontopor imposicin de la canalla estalinista.A las dos de la maana termin el Consejo, que haba comenzado a las cinco dela tarde. El Tribunal se retir a deliberar y el camarada Mena fue conducido denuevo a la crcel. Momentos de angustia para todos sus compaeros. ElTribunal deliber horas y horas, con muchas consultas y llamadas telefnicas.No hay duda: pugnaba el convencimiento de la inocencia de Mena con la fraorden de ejecucin, impuesta de antemano. Despus de terminadas lasdeliberaciones, hay una reserva impenetrable sobre el resultado nal de lasmismas. Hasta la una y media de la tarde no conoci el abogado defensor delacusado la conrmacin dela sentencia de muerte contra Mena, sentencia que habra de ejecutarse a lascinco de la tarde del mismo da. No haba tiempo que perder. Nuestro partido semoviliz inmediatamente para obtener el indulto o al menos, de momento, elaplazamiento de la sentencia. Apenas quedaban tres horas. La CNT, la FAI,Esquerra Republicana de Catalua, Acci Catalana, Izquierda Republicana, laalcalda de Lrida, numerosos sindicatos de la UGT, todos conjuntamenteenviaron telegramas urgentes al presidente del Consejo de ministros, enValencia, solicitando el indulto. Solo el PSUC y el Comit local de la UGT callan.Todas las organizaciones citadas intentan comunicar con el ministro de DefensaNacional. Ms tarde, una llamada telefnica de la Casa del Pueblo comunica alalcalde que la UGT y el PSUC se adheran a la peticin de indulto. Pero noenviaron ninguna delegacin para hacerla: se vea bien clara la venganzapartidista que representaba el proceso. Se intentan gestiones en Auditora y enotros centros militares. Media hora antes de la ejecucin, los representantes detodas las organizaciones antifascistas de Lrida hicieron una visita al generalPozas para conseguir el aplazamiento. El citado general solo quiso recibir a unrepresentante. Fue el de la CNT y el general le dijo que no poda aplazarse elcumplimiento de la sentencia, que no haba nada a apelar, que no sera el ltimofusilamiento y que le extraaba fuesen las organizaciones antifascistas quienespidieran el indulto.Nada poda hacerse. El camarada Mena fue sacado de su celda sin que se lecomunicara la sentencia de muerte, ni se le hiciera rmar documento alguno.Tampoco se permiti el que pudiera despedirse de sus familiares y camaradasms queridos. Mena, de pie en el camin que le conduca al cementerio, fue conlasmanos atadas, pero con los brazos en alto y los puos cerrados, despidindosede los trabajadores de toda Lrida, que profundamente emocionados

  • presenciaron su paso. A las cinco en punto de la tarde, el camin lleg al lugarde la ejecucin, donde se haban tomado extraordinarias precauciones paraimpedir elacceso al pblico. Diversos pelotones de soldados y guardias vigilabanintranquilos. No se aguard la llegada del defensor ni la de los familiares. habagran prisa en terminar. Nuestro camarada se dirigi a la tapia del cementerio,mientras se formaba el pelotn que haba de fusilarlo. En aquel momentoterriblemente difcil y dramtico, les dijo: Vais a ver cmo muere unrevolucionario. Desatadme y no me tapis el rostro. Tirad sobre seguro. Y susltimas palabras fueron estas: Abajo el fascismo!, Viva el POUM!, Viva larevolucin!. El cuerpo del camarada Marciano Mena se desplom al suelo,asesinado por los instrumentos del estalinismo.Y an otro crimen ms: el cometido con Jos Cullars, tambin del POUM. JosCullars Cabestany se incorpor desde las primeras semanas a las milicias delPOUM. Ha permanecido diez meses en el frente. Tres veces fue herido encampaa. Encontrndose en la retaguardia convaleciente de su ltima herida, alordenar el gobierno la incorporacin de su quinta a las, se present en la Cajade reclutas. Destinado al frente, al partir con un grupo de soldados seprodujeron en la estacin algunos incidentes. A Jos Cullars se le acusaconcretamente de haber proferido estas palabras: Tambin los enchufadosdeberan ir al frente. Se le detuvo y pas ante un Consejo de guerrasumarsimo. Segn nuestras noticias, el scal consideraba el delito tan leve que"solicit para el acusado un mes de arresto. El Tribunal lo conden a muerte.Fue conducido al cementerio, lugar sealado para el cumplimiento de lasentencia. El propio Tribunal solicit la conmutacin de la pena.