la represión del ámbito vernáculo. ivan illich

Upload: joaquin-rodriguez

Post on 07-Jan-2016

120 views

Category:

Documents


9 download

DESCRIPTION

Cada cierto tiempo, como si de una serpiente de verano se tratara, emerge, por estas ibéricas tierras, una encrespada polémica sobre el problema lingüístico de las Españas. Este articulo, al desenclavar la cuestión de las lenguas delgueto mental en el que interesadamente se las ha encerrado, hace posible replantear el problema en otros términos. Lo que está enjuego no es tanto el uso de una u otra "lengua materna" como el grado di autonomía que los individuos puedan disfrutar

TRANSCRIPT

  • OIKOS

    LA REPRESIN DEL MBITO VERNCULOIVAN ILLICH

    Cada cierto tiempo, como si de una serpiente de verano se tratara, emerge, por estas ibricas tierras,una encrespada polmica sobre el problema lingstico de las Espaas. Este articulo, al desenclavar

    la cuestin de las lenguas delgueto mental en el que interesadamente se las ha encerrado, haceposible replantear el problema en otros trminos. Lo que est enjuego no es tanto el uso de una u

    otra "lengua materna" como el grado di autonoma que los individuos puedan disfrutar.

    El trmino "vernculo" proviene de unaraz indo-germnica que implica la idea de"raigambre", morada. En atn, vernacu-lum designaba todo lo que haba sido cria-do, tejido, cultivado, hecho en casa, enoposicin a lo que se obtena en un inter-cambio. El hijo de tu esclava y el de tu es-posa, la cra de tu borrica eran seres vern-culos, de la misma manera que lo que obte-nas de tus campos y de las tierras comuna-les. Si este hecho hubiera captado la aten-cin de Karl Polanyi, habra podido em-plear el trmino en el mismo sentido quelos romanos de la Antigedad: el sustentoobtenido a travs de estructuras de recipro-

    cidad inscritas en cada aspecto de la exis-tencia, diferentes del sustento que provienedel intercambio monetario o de la distribu-cin vertical.

    Hasta las formulaciones tcnicas del c-digo teodosiano, el trmino "vernculo" fueempleado en este amplio sentido, de la po-ca preclsica. Varrn es quien recurre a estetrmino para introducir una distincin si-milar a ptopsito de la lengua. Segn Va-rrn, el habla verncula est hecha de pala-bras y expresiones cultivadas en el mismombito al que pertenece aqul que se expre-sa, en oposicin a lo que ha sido cultivadoen otro lugar e introducido. Y como su

  • OIKOS

    autoridad era ampliamentereconocida, su definicinfue conservada. Varrn, bi-bliotecario de Csar y tam-bin de Augusto, fue el pri-mer romano que empren-di un estudio crtico ex-haustivo de la lengua latina.Su Lingua Latina fue, du-rante siglos, una obra de re- ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ~ferencia fundamental. Quintiliano le admi-raba como el ms sabio de todos los roma-nos. Y Quintiliano, el rtor espaol queform a los futuros senadores romanos,siempre es presentado a los futuros educa-dores como uno de los fundadores de suprofesin. Pero ni Varrn ni Quintilianopueden compararse a Nebrija. Los dos seinteresaron en perfeccionar la lengua de lossenadores y de los escribas, la lengua delforo; Nebrija, por su parte, se preocupabade la lengua del hombre ordinario que po-da leer y escuchar sus lecturas. Nebrija,sencillamente, se propona sustituir unalengua verncula por una lengua materna.

    El trmino "vernculo" se introdujo en elingls y en el francs en el sentido estrictode Varrn. Precisamente hoy, me gustararetomarlo en su sentido original. Necesita-mos una palabra sencilla, justa, que sirvapara designar las actividades de la gentecuando no acta movida por las ideas delintercambio, una palabra para referirse a lasacciones autnomas, fuera del mercado, atravs de las cuales la gente satisface sus ne-cesidades cotidianas; acciones que, por sunaturaleza misma, escapan del control bu-rocrtico, que satisfacen necesidades con-formadas en este proceso y por la mismaaccin. Vernculo me parece una buena pa-labra, se ajusta a este objeto y puede ser ad-mitida por muchos de nuestros contempo-rneos. Hay trminos tcnicos que desig-nan la satisfaccin de las necesidades quelos economistas no tienen la costumbre o lacapacidad de evaluar: produccin social en

    ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ~ oposicin a produccineconmica, creacin de va-

    Necesitamos una palabra l o r e s d e u s o e n o p o s i c i n a

    sencilla, jmta, para produccin de mercancas,referirse a las accionesautnomas, fuera del

    mercado, y vernculo es lams apropiada

    economa domstica enoposicin a economa demercado. Pero son trmi-nos especializados, teidosde prejuicios ideolgicos;

    ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ~ no son, cada uno por unmotivo distinto, trminos adecuados. A sumanera, cada par de trminos opuestos creala misma confusin al asimilar las activida-des vernculas a las actividades no remune-radas que se han hecho oficiales y unifor-mes. Es esta clase de confusin la que megustara disipar. Nos hace falta un adjetivosencillo para hablar de estos actos de com-petencia personal, de simples ganas o decuidado mutuo que queremos proteger delos clculos o de las manipulaciones de laEscuela de Chicago y de los comisarios so-cialistas. Este trmino debe ser lo suficien-temente amplio como para designar, de unmodo apropiado, la preparacin de la co-mida y la adquisicin de la lengua, la ma-nera de parir y de divertirse, sin confundir-las con actividades privadas como son laslabores domsticas de la mujer moderna, nitampoco con un pasatiempo o con una cos-tumbre primitiva o irracional. No dispone-mos de un adjetivo as, pero "vernculo"puede valer. Al hablar de la lengua verncu-la y de la posibilidad de su recuperacin,intento hacer aflorar a la conciencia y a ladiscusin la existencia de una forma de vi-vir, de actuar, de fabricar que, en una socie-dad futura deseable, podra extenderse denuevo a todos los aspectos de la vida.

    La lengua materna, desde su mismo or-gen como expresin, no ha significadonunca la lengua verncula sino su contra-rio. Fueron unos monjes catlicos quienesla emplearon por primera vez para designarla lengua que utilizaban, en lugar del latn,para hablar desde el pulpito. Hasta enton-

    Archipilago 117 116

  • OIKOS

    ees, el trmino no exista enninguna cultura indo-ger-

    necesidades comunitarias ylitrgicas de la poblacin.

    mnica. Entr en el snscri- La lengua materna, desde E s t o s hombres predicaban

    to en el siglo XVIII como su mismo origen como e n l a s fiestas r i m a l e s y p r e .

    sidan lasuna traduccin del ingls.Por lo que he podido com-probar, carece de races enlas otras grandes familias delenguas habladas en la ac-tualidad. Entre los pueblos ^^^^^^de la antigedad, los nicos que considera-ron su patria como una especie de madrefueron los cretenses. Segn Bachofen, en sucultura subsistan reminiscencias de un an-tiguo orden matriarcal. Pero, ni siquiera enCreta, exista el equivalente de una lengua"materna". Para encontrar el origen de laasociacin que condujo a la expresin len-gua materna., necesito examinar lo que su-cedi en la corte de Carlomagno y, despus,lo que sucedi a continuacin en la abadade Gorze.

    La primera necesidad universalde un servicio profesional

    La idea de que los hombres necesitan,desde su nacimiento, un servicio institucio-nal realizado por profesionales, a fin de lle-gar a ser hombres, se remonta a la poca ca-rolingia. Es en estos tiempos cuando se des-cubre que ciertas necesidades fundamenta-les, necesidades universales en el gnero hu-mano y que piden ser satisfechas de formauniforme, no podan serlo de forma vern-cula. Este descubrimiento est relacionadocon la reforma de la Iglesia que tuvo lugaren el siglo VIII. El monje escocs Alcuino,que llegara a ser el filsofo de la corte deCarlomagno tras haber sido canciller de laUniversidad de York, desempe un papelpreeminente en esta reforma. Hasta enton-ces, la Iglesia consideraba a sus ministros,primordialmente, como sacerdotes, es de-cir, como hombres elegidos e investidos depoderes particulares para responder a las

    expresin, no hasignificado nunca la

    lengua verncula sino sucontrario

    solemnidades,ejercan una funcin pbli-ca, de la misma maneraque aquellos a quienes elEstado confiaba la admi-

    ~ ^ ^ ^ ^ ^ "1 nistracin de la justicia o

    los ediles del tiempo de los romanos, res-ponsables de las obras pblicas. Ver en estesuerte de magistrados unos profesionalesde los servicios sera una proyeccin ana-crnica de nuestras categoras actuales.

    Pero a partir del siglo VIII, el sacerdotetradicional, que naci de los modelos ro-manos y helensticos, comienza a transfor-marse en un precursor del profesional delos servicios: del enseante, del trabajadorsocial, del educador. Los hombres de iglesiase disponen a satisfacer las necesidades per-sonales de sus fieles, y se dotan de una teo-loga sacramental y pastoral que define es-tas necesidades como dependientes de suservicio. Esta carga (encomienda), institu-cionalmente definida, del individuo, de lafamilia, de la comunidad local adquiereuna primaca sin precedentes. La frmulaSanta Madre Iglesia casi deja de significarla reunin, fsica, de los fieles cuyo amor,movido por el Espritu Santo, da lugar a unrenacimiento en el acto mismo de reunirse.El trmino madre, en lo sucesivo, designauna realidad mstica invisible que no pro-cura otra cosa que los servicios absoluta-mente necesarios para la salvacin. Y el ac-ceso a los favores de esta madre de quiendepende la salvacin universalmente nece-saria est completamente bajo el control deuna jerarqua de hombres ordenados. Estamitologa sexuada de jerarquas masculinasque median el acceso a la fuente institucio-nal de la vida carece de precedente. Del si-glo IX al siglo XI toma forma la idea de quedeterminadas necesidades, comunes a to-

    117 Archipilago 117

  • OIKOS

    dos los hombres, no pue-den ser satisfechas ms quepor la mediacin de agentesprofesionales. As, la defini-cin de las necesidades entrminos de artculos deconsumo, definidos profe-sionalmente en el sector delos servicios, precede en milaos a la produccin indus- ^m~^~mm"^mtrial de productos bsicos universalmenteindispensables.

    Hace treinta y cinco aos, Lewis Mum-ford intent resaltar este hecho. SegnMumford, la reforma monstica del siglo IXhaba creado algunos de los supuestos bsi-cos sobre los cuales se funda el sistema in-dustrial, pero yo no poda suscribir algoque me pareca una intuicin ms que unaprueba. Sin embargo, he ido encontrando,desde entonces, un buen acervo de argu-mentos convergentes, que Mumford no pa-reca sospechar, y que prueban cmo lasideologas de la era industrial hunden susraces en el primer renacimiento carolingio.La idea de que no hay salvacin sin serviciosindividuales suministrados por profesiona-les en nombre de una Madre Iglesia institu-cional es una de estas fases, que hasta hoyhan pasado desapercibidas y sin las cualesnuestra poca sera impensable. La verdades que hicieron falta cinco siglos de teologamedieval para perfeccionar este concepto.Slo a finales de la Edad Media la Iglesiahabr completado plenamente su imagenpastoral. Y hasta el concilio de Trento(1545) esta imagen de madre, de quien lasjerarquas eclesisticas extraen la leche, noser oficialmente definida como imagen dela Iglesia. Despus, en la Constitucin de lasesin conciliar conocida como VaticanoII (1964), la Iglesia catlica, que, en el pa-sado, haba sido el modelo por excelenciade los organismos de servicios seculares, sealinea explcitamente junto a sus imitado-res (seculares).

    del siglosacerdote tradicional

    comienza a transformarseen un precursor delprofesional de los

    servicios

    La cuestin ms impor-tante aqu es la nocin deque el clero puede definirsus servicios como necesi-dades de la naturaleza hu-mana y hacer de este tipode servicios, que slo lpuede suministrar, algo ne-cesario a lo que no se pue-

    ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ~ de renunciar sin compro-meter la misma vida eterna. Es en esta ca-pacidad de una lite no hereditaria dondehemos de ver el fundamento sin el cual elEstado contemporneo de los servicios oasistencial sera inconcebible. Sorprenden-temente, se han estudiado muy poco lasconcepciones religiosas que distinguen,fundamentalmente, la era industrial de to-das las otras pocas. El ocaso de la concep-cin verncula de la vida cristiana en favorde otra organizada en torno a una enco-mienda pastoral es un proceso largo y com-plicado que constituye el terreno de unconjunto de importantes cambios en el len-guaje y en el desarrollo de las institucionesen Occidente.

    El origen de la "lengua materna"

    En el principio de la formacin de Euro-pa, en tanto que nocin y realidad poltica,entre la poca merovingia y la alta EdadMedia, lo que hablaba la gente no era ma-teria de discusin. Se le llamaba "romni-co" en Galia y theodisco (popularmente)ms all del Rhin. Algo despus, la linguavulgaris pasa a ser el denominador comn,que distingue el habla popular del latn ad-ministrativo o doctrinal. Desde la poca ro-mana, la primera lengua del individuo erael patrius sermo, la lengua del cabeza de fa-milia. Cada sermo o habla era consideradouna lengua en s mismo. Ni en la GreciaAntigua ni en la Edad Media se haca lamoderna distincin entre dialectos com-prensibles entre s y lenguas diferentes. En

    Archipilago 117 118

  • OIKOS

    nuestros das, sucede algoas entre las poblaciones dela India. Igual que antes, lascomunidades monolinges,tal como nosotros las cono-cemos hoy, continan sien-do una excepcin. Desdelos Balcanes hasta las fron-teras occidentales de la In-dochina, es raro encontrar ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ~un lugar en el cual uno no pueda entender-se en ms de dos o tres lenguas. Es obvioque cada individuo tiene su patrius sermopero, igualmente, se da por hecho que lamayora habla varias lenguas "vulgares",asimiladas de forma verncula, no ensea-das. As, hasta el siglo XI, la lengua verncu-la, en oposicin a la lengua culta, especiali-zada el latn para la Iglesia, el frncicopara la corte, era de una variedad tan evi-dente como el sabor de los vinos y de losplatos locales, la forma de las casas y de losaperos del campo. Es en este momento, deforma bastante repentina, cuando apareceel trmino lengua materna. Figura en algu-nos sermones de monjes de la abada deGorze. El proceso de transformacin (con-versin) del habla verncula en una materiade discusin moral no puede ser tratadoaqu ms que de un modo superficial.

    Gorze era una abada madre de Lorena,no lejos de Verdn. El monasterio habasido fundado por los benedictinos en el si-glo VIII, sobre los huesos que se supona ha-ban sido de San Gorgn. A lo largo del si-glo IX, perodo en el que se deteriora la dis-ciplina eclesistica, Gorze tambin conoceuna decadencia notoria. Pero tan slo tresgeneraciones despus de estos desrdenesescandalosos, Gorze pasa a ser el centro dela reforma monstica en las regiones germ-nicas del Imperio. Su reactivacin de lavida cisterciense igual a la reforma clunia-cense. En un siglo, ciento sesenta abadashijas fueron fundadas por Gorze en todo elnoreste de la Europa central.

    Desde su primer uso, laexpresin "lengua

    materna" hace del lenguajeun instrumento al servicio

    de una causainstitucional

    Parece bastante probableque Gorze se encontrabaentonces en el centro dedifusin de una tecnologanueva que habra de sercrucial para la ulterior ex-pansin imperial de las po-tencias europeas: la trans-formacin del caballo en el

    ^"^^~^^

    animal de tiro por excelen-cia. Cuatro invenciones asiticas la he-rradura, la cincha y el estribo, el freno y elcollar (que permita descargar el peso de latraccin en los hombros/espaldas) hicie-ron posibles grandes e importantes cam-bios. Un caballo poda reemplazar a seisbueyes. Aportando la misma fuerza de trac-cin y una cadencia ms rpida, al caballole bastaba, para alimentarse, la misma ex-tensin de prado que a un par de bueyes.Dada su rapidez, el caballo permita el cul-tivo de mayores extensiones en las tierrashmedas del Norte, a pesar de la brevedadde los veranos. Del mismo modo, se hacaposible una rotacin mayor de los cultivos.Pero an ms importante era que, en ade-lante, el campesino poda cultivar camposdos veces ms alejados de su casa. De todoesto se segua una nueva organizacin de lavida. Antes, la gente viva en aldeas; ahora,poda formar ciudades lo suficientementegrandes como para mantener una iglesia y,por consiguiente, una escuela. El saber y ladisciplina monsticos se difundieron entoda esta parte de Europa a travs de doce-nas de abadas, a la vez que la reorganiza-cin de los asentamientos humanos.

    Gorze estaba situada cerca de la lnea departicin del frncico y del romance, y al-gunos monjes de Cluny empezaron a cru-zar esta lnea. Frente a esta intromisin, losmonjes de Gorze hicieron de la lengua, dela lengua verncula, un medio de defensade su zona de influencia. Procuraron predi-car en frncico, evocando expresamente elvalor de esta lengua. Convirtieron el plpi-

    119 Archipilago 117

  • OIKOS

    to en un foro donde hacer ^^^^^^^^^^^^^m~mmmmmmnotar la importancia de la Los odos de los pobres sonlengua en s misma, quizs agredidos en mayorincluso para ensearla. Se-

    medida que los de los ricos,gn lo poco que sabemos, que pueden pagarseal menos empleaban dos ar- estudios y encerrarse en sugumentos. Primero, el frn- lengua verncula superiorcico era la lengua hablada comprando el silenciopor las mujeres, incluso enlas regiones donde los ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ~regloneshombres ya empezaban a emplear el ro-mance vernculo. Segundo, era la lengua, apartir de entonces, empleada por la MadreIglesia.

    Se puede observar hasta qu punto la re-ligiosidad del siglo XII investa la materni-dad de significaciones sagradas contem-plando las estatuas de la Virgen de esta po-ca, o bien leyendo las frmulas litrgicas,que son la poesa de esta poca. Desde suprimer uso, la expresin "lengua materna"hace del lenguaje un instrumento al servi-cio de una causa institucional. Fue traduci-da del latn al frncico. Ms tarde, al ser untrmino raro, de origen latino, estuvo enincubacin durante varios siglos. En los de-cenios anteriores a Lutero, de un modo s-bito y dramtico, la expresin "lengua ma-terna" adquiri un sentido fuerte. Lleg asignificar la lengua creada por Lutero paratraducir la Biblia hebrea, la lengua ensea-da por los maestros de escuela para leer eselibro y, por ltimo, la lengua que justificabala existencia de los Estados-nacin.

    La edad de las necesidadesdefinidas por la mercanca

    Hoy, la "lengua materna" significa, almenos, dos cosas: la primera lengua apren-dida por el nio, y la lengua que, por deci-sin estatal, debe ser la primera lengua delciudadano. As, la "lengua materna" puedeser la primera lengua asimilada casualmen-te; en general, una lengua muy diferente dela que ensean los educadores y los padres

    que actan como si fueraneducadores. Vemos, enton-ces, cmo se trata a la gen-te como una criatura quenecesita que se le ensee ahablar correctamente a finde poderse "comunicar" enel mundo moderno, de lamisma forma que necesitaser transportada en vehcu-

    los motorizados a fin de poderse desplazaren los paisajes modernos, para los cualesdejaron ya de servir sus piernas. La depen-dencia de la lengua materna enseada pue-de ser tomada como el modelo de todas lasotras dependencias tpicas de los hombresen esta edad de las necesidades definidaspor la mercanca. Y la ideologa de esta de-pendencia fue formulada por Nebrija. Laideologa segn la cual la movilidad de loshombres no depende de sus piernas ni de laapertura de las fronteras sino del suminis-tro de "transportes" apenas tiene un siglo.Mientras que el firme y el carruaje conamortiguacin no se convirtieron en unagran empresa del transporte de viajeros has-ta el siglo XVIII, ya hace mucho tiempo quela enseanza de la lengua crea empleo.

    Cuando la enseanza de la lengua mater-na se ha convertido en un trabajo cuestamucho dinero. Actualmente, las palabrasson una de las dos entradas ms grandes devalores de mercado en el producto nacionalbruto (PNB). Es el dinero quien decide quser dicho, quin lo dir, en el momento enque ser dicho y el tipo de personas a quie-nes irn dirigidos los mensajes. Cuanto mscara es la palabra dicha, ms fuerte se espe-ra que sea el eco que le siga. En las escuelas,se aprende a hablar correctamente. Se gastadinero para que los pobres hablen a la ma-nera de los ricos, los enfermos a la manerade los sanos, la minora a la manera de lamayora. Pagamos por mejorar, corregir,enriquecer, poner a la moda el lenguaje delos nios y de sus profesores. Consagramos

    Archipilago 117 120

  • OIKOS

    sin que se les ensene ahablar, sea de la manera

    que sea

    an ms dinero a la ense- ^ ^ " ^ ^ ^ ^ ^ " " " " T ^ ^ ^ ^ "anza universitaria de las Todava hoy, en Los pasesjergas profesionales; y toda- pobres, la mayora de lasva ms para dar a los estu- poblaciones adauieren eldiantes de secundaria un dominio de su lengua sinbarniz de estas jergas; pero profesores remunerados,tan slo una fina capa, a finde que se sientan depen-dientes del psiclogo, delfarmacutico o del bibliote- "^^^^^^""cario, cada uno de ellos en posesin de unlenguaje especializado. Y an vamos ms le-jos: dejamos que el lenguaje normalizadodegrade la expresin tnica, popular o rs-tica y a continuacin gastamos dinero paraque las malas imitaciones sean tema de es-tudios universitarios.

    Ignoro la cantidad exacta que gasta EEUU en fabricar palabras. Pero apostara aque en poco tiempo alguien facilitar las es-tadsticas. Hace diez aos, la cuantificacinenergtica era casi impensable. Hoy se haconvertido en una prctica corriente. En laactualidad, es fcil informarse del nmerode "unidades energticas" invertidas en elcultivo, la siega, el embalado, el transportey la puesta en venta de una calora de pan.La diferencia entre el pan hecho en Greciay el que compran los americanos en el su-permercado es enorme: en el caso de esteltimo, cada calora ha costado cerca decuarenta unidades energticas ms. En lospueblos, los desplazamientos en bicicletapermiten ir cuatro veces ms rpido que apie con un gasto de energa que es la cuartaparte, mientras que los automviles, para elmismo recorrido, consumen ciento cin-cuenta veces ms de caloras por kilmetroy pasajero. Esta clase de informacin yaexista hace diez aos, pero nadie se preocu-paba de ella. Hoy se tiene en cuenta, ypronto llevar a un cambio de perspectivarespecto a la necesidad del carburante. Serainteresante saber cmo sera una contabili-dad as para el lenguaje, dado que el anlisislingstico de la lengua contempornea es

    incompleto mientras se ig-nore, para cada grupo dehablantes, la cantidad dedinero gastada en formar elhabla del ciudadano me-dio. De la misma formaque las cuantificacionesenergticas sociales nos sonms que aproximaciones

    ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ~ pero nos permiten recono-cer las dimensiones y calcular los valores re-lativos, la cuantificacin de la lengua nosinformara nicamente sobre el predomi-nio relativo del lenguaje normalizado ense-ado a una poblacin. Esto ya bastara parami propsito.

    Destruccin del habla verncula

    Pero, sabiendo simplemente el gasto percapita que supone la uniformizacin de lalengua para cada grupo, an no estaramossuficientemente documentados. Sin dudadescubriramos que toda palabra pagada di-rigida a los ricos, cuesta, per capita, muchoms que las palabras dirigidas a los pobres.La verdad es que los watios son ms demo-crticos que las palabras. Pero el lenguajeenseado se presenta en una vasta gama demodalidades. As, por ejemplo, los odos delos pobres son agredidos en mayor medidaque los de los ricos, que pueden pagarse es-tudios y, sobre todo, lo que es mucho msvalioso, encerrarse en su lengua vernculasuperior comprando el silencio. En la ac-tualidad, el educador, el poltico, el anima-dor llegan con un altavoz a Oaxaca, a Tra-vancore o al distrito chino, e inmediata-mente a los pobres se les niega este lujo in-dispensable que es el silencio en el que flo-rece la lengua verncula.

    No obstante, aunque no dispongamosde una evaluacin en nmeros del silencio,aunque no tengamos datos econmicos so-bre el lenguaje a los cuales referirnos, pue-do hacer una apreciacin: las sumas gasta-

    121 Archipilago 117

  • OIKOS

    das para hacer funcionartodos los motores de unanacin no son nada al ladode las sumas que afectan a

    lengua verncula sedifunde por su uso .

    prctico, se aprende de lenSuaJ^gente que piensa lo que

    lidez de una exploracin dela economa estructural del

    El lenguaje diario ense-la prostitucin de la palabra ^ce y ^{ce f0 que piensa a nado carece de precedente

    1 1 11 J . * -* -* y 1 1 Jen boca de aquellos a quie-nes se les paga por hablar.En las naciones ricas, el len-guaje se ha transformado

    algo increblemente es-

    su interlocutor en elcontexto de la vida de cada

    da. No sucede as con ellenguaje enseado

    enponjoso que absorbe cantidades enormes.Las grandes civilizaciones siempre se distin-guieron por la generosidad con que mima-ban la lengua del mandarn, del autor, delactor, del mago. Pero, en estos casos, se tra-taba de ensear unos cdigos particulares auna lite. Y hasta el coste, en sociedadestradicionales, de la enseanza de lenguajessecretos a unos pocos es incomparablemen-te menor que la capitalizacin del lenguajeen las sociedades industriales.

    En nuestros das, la gente de los pasespobres sigue hablando sin poseer la lenguacapitalizada, aunque en todos estos paseshaya una reducida lite que se las arreglamuy bien para consagrar una buena partede la renta nacional a su lengua de presti-gio. Y yo me pregunto: Qu diferencia hayentre el lenguaje diario de grupos cuya len-gua ha recibido o tendra que decir, ab-sorbido, resistido, sobrevivido, aprovecha-do, sufrido? cantidades enormes y el ha-bla de aquellos cuya lengua se ha manteni-do al margen del mercado? Al comparar es-tos dos universos lingsticos, quiero cen-trar mi curiosidad tan slo sobre una de lascuestiones que surgen en este contexto:Cambian la estructura y la funcin de lalengua con el volumen de inversiones? Sonestas modificaciones tales que todas las len-guas que absorben fondos muestran cam-bios en la misma direccin? En esta explo-racin preliminar del tema no puedo de-mostrar que sea as, pero creo que mis argu-mentos hacen que ambas proposicionessean altamente probables y muestran la va-

    en las culturas preindus-triales. La actual depen-dencia de profesores retri-buidos y de modelos para

    ~ " ^ ^ ^ ^ ^ ^ la adquisicin del habla or-dinaria es una caracterstica nica de la eco-noma industrial as como la dependenciade los combustibles fsiles. Si bien la nece-sidad de ensear la lengua materna fue des-cubierta har cuatro siglos, tan slo ennuestra generacin la lengua y la energahan sido ambas tratadas efectivamentecomo dos necesidades universales que de-ben ser satisfechas en todos los individuos atravs de una produccin y de una distribu-cin planificadas y programadas. Se puededecir con razn que, al contrario de la len-gua verncula, el lenguaje capitalizado re-sulta de la produccin.

    Las culturas tradicionales subsistan gra-cias a la luz solar. La azada, la acequia, elyugo eran los instrumentos primordiales dela domesticacin del sol. Las grandes velaso las norias, si bien conocidas, eran raras.Las culturas que vivan del sol subsistanfundamentalmente gracias a valores vern-culos. En estas sociedades, las herramientasconstituan esencialmente una prolonga-cin de los brazos, de los dedos, de las pier-nas. La necesidad de una produccin cen-tralizada de energa en fbricas y de su con-duccin hasta lejanos clientes no exista.Igualmente, en estas culturas esencialmentevitalizadas por el sol, la necesidad de unaproduccin de la lengua no exista. Cadacual extraa su lengua de su entorno cultu-ral, la aprenda en la convivencia con otrosque poda conocer, amar u odiar. La adqui-sicin de la lengua verncula se daba de lamisma forma como se compartan las cosasy los servicios, es decir, a travs de mltiples

    Archipilago 11'/ 122

  • OIKOS

    muchos otros, aunque enun estado menor de desa-rrollo.

    suministro,ncula no

    formas de reciprocidad, y "~""^^^^^^^^~"^no por la mediacin de un La lfngua eternaprofesor o de un profesio- enseada ha adquirido unnal con este cargo. De la monopolio radical sobre elmisma forma que el com- hablf ** "* misma forma

    L a l e n g u a m a t e r n abustible no era objeto de que los transportes sobre la

    c o m o mercancamovilidad o, mas en

    general, la mercanca sobre P e r o s e t r a t a d e u n c o n .

    los valores vernculos c e p c in falsa. Respecto a la

    ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ~ lengua deliberadamenteenseada, el lenguaje que escapa a una en-seanza planificada pertenece a una clasediferente de fenmenos sociales. All dondela lengua adquirida sin maestro es el princi-pal indicio de un mundo compartido, elgrupo siente que posee una potencialidadque ninguna lengua suministrada le puededar. Lo siente notablemente en el dominiode la lengua, de su adquisicin. An hoy,los pobres de todas las naciones no indus-triales del mundo son polglotas. Mi ami-go, el orfebre de Tombuct, se expresa ensu casa en songhai, escucha su radio en laque se habla bambara, recita piadosamentey con una comprensin pasable sus cincooraciones diarias en rabe, hace sus nego-cios en el zoco en dos lenguas comerciales{sabir, pidgiri), conversa en un francs acep-table que aprendi en el ejrcito y ningu-na de estas lenguas le ha sido enseada se-gn unas reglas. No ha decidido aprender-las, cada una es un estilo con el cual recuer-da el conjunto particular de experienciasque encajan en el marco de esa lengua. Lascomunidades donde predomina el mono-lingismo son raras, excepto en tres clasesde sociedades: las comunidades tribales queno han salido del ltimo estadio del neolti-co, las comunidades que han sufrido du-rante mucho tiempo formas excepcionalesde discriminacin y los ciudadanos de losestados-nacin que se benefician, desdehace varias generaciones, de la escolariza-cin obligatoria. Es tpico de la clase mediacreer que la mayora de poblaciones sonmonolinges como ella y su admiracin

    no erala lengua ver-era objeto de

    ninguna enseanza. Habalenguas enseadas, pero ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ~eran raras, tan raras como las velas o losmolinos. Sabemos que en la mayora deculturas el habla resultaba de la conversa-cin de la vida diaria, de escuchar las peleaso las canciones de cuna, de los chismorreos,de los cuentos, de los sueos. Todava hoy,en los pases pobres, la mayora de las po-blaciones adquieren el dominio de su len-gua sin profesores remunerados, sin que seles ensee a hablar, sea de la manera quesea. Y aprenden a hablar de un modo queno tiene comparacin con esta inspidachachara constreida y engreda que mecrispa siempre que, despus de una larga es-tancia en Amrica del Sur o en el Sudesteasitico, regreso a una universidad america-na. Siento pena por esos estudiantes quecarecen de odo a causa de su educacin;que han perdido la facultad de percibir ladiferencia entre la expresin momificada dela lengua estandard de la televisin y el ha-bla viva de aquellos que se expresan sin quese les haya enseado. Si bien, por otra par-te, por qu voy a esperar otra cosa de gen-te que no ha sido amamantada con un senosino con un bibern, con leche condensa-da, si son de familias pobres, y de un breba-je preparado bajo la mirada vigilante deRalph Nader si provienen de un medioilustrado? Para aquellos que han sido edu-cados para elegir entre diferentes lechespreparadas, la de la madre no es ms queun opcin entre otras. Igualmente, paraaquellos que hanaprendido a escuchar y ahablar, la lengua verncula, adquirida sinmaestro, no es ms que un modelo entre

    123 Archipilago 117

  • OIKOS

    por el polglota vernculo ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ " ^ ~ nada. Frecuentemente, elseala infaliblemente al proceso de iniciacin ofi-arribista. Cada vez ms la lengua c i al n o otorgaba al iniciado

    Si bien, a lo largo de la materna es enseada, no u n a competencia lingsti-historia, prevaleci la len- por un personal retribuido c a nueva, simplemente logua no enseada, siempreha habido otros tipos delenguas. De igual maneraque los molinos de viento ylos canales captaban deter- ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ~minada energa en las culturas tradicionalesy aquellos que posean un gran barco, o quese haban asegurado una situacin propiciajunto al ro, podan emplear su herramien-ta para una transferencia directa de la ener-ga en provecho propio, siempre hubo gen-te que empleaba un lenguaje enseado a finde asegurarse un privilegio. Pero este tipode cdigos suplementarios resultaban siem-pre raros, o bien particulares, y no servanms que para unos fines limitados. La len-gua ordinaria, hasta Nebrija, fue la vern-cula, y ninguna otra. Y esta lengua verncu-la, ya se tratara del habla cotidiana, de unalengua vehicular, de la lengua de la plega-ria, de la jerga del oficio, del lenguaje de lacontabilidad, o del amor carnal, se apren-da de forma accesoria, sin abandonar unavida diaria cargada de sentido. Natural-mente, el latn o el snscrito se enseabanoficialmente al sacerdote, y lenguas de lacorte tales como el frncico, el persa o elturco eran enseadas al futuro escriba. Losnefitos eran iniciados en la lengua de la as-tronoma, de la alquimia o, ms adelante,de la francmasonera. Y el conocimiento delenguas enseadas oficialmente elevaba, deforma manifiesta, a un hombre por encimade los otros, un poco como la silla de mon-tar eleva al hombre libre por encima delsiervo de la infantera o el puente de la naveeleva al comandante por encima del restode la tripulacin. Pero, incluso cuando elacceso a una lengua de lite era despejadopor una iniciacin oficial, esto no implica-ba necesariamente que la lengua fuera ense-

    a tal efecto sino por lospadres, gratuitamente

    exima, en adelante, de untab, que prohiba a losotros emplear determina-das palabras, o tomar la pa-labra en determinadas oca-

    siones. La iniciacin de los hombres en ellenguaje de la caza o de la sexualidad es,probablemente, el ejemplo ms extendidode un levantamiento como ste, ritualmen-te selectivo de tabes lingsticos.

    Pero en las sociedades vernculas, el len-guaje enseado, no importa cul fuera suescala, apenas tena incidencia en la lenguaverncula. Que haya habido desde siemprecierta enseanza lingstica, y que los pre-dicadores y los actores hayan propagadodeterminadas maneras de expresarse no de-bilita en nada el argumento que quiero ha-cer valer: exceptuando las sociedades queactualmente llamamos europeas modernas,no se ha intentado nunca imponer a todauna poblacin una lengua diaria que estu-viera sometida al control de profesores re-tribuidos o de locutores. Hasta no hacemucho, en ningn lugar la lengua usual eraun producto concebido a propsito, enningn lugar se pagaba por ella y se espera-ba que fuera suministrada como una mer-canca. Y si bien los historiadores que tra-tan de los orgenes de los estados-nacindetienen su atencin en la imposicin deuna lengua nacional, los economistas, ge-neralmente, pasan por alto el hecho de queesta lengua materna enseada es la ms an-tigua de las mercancas especficamentemodernas, el modelo de todas las "necesi-dades fundamentales" por venir.

    Una mala imitacin de la lengua verncula

    Antes de contrastar el habla coloquial

    Archipilago 117 124

  • OIKOS

    enseada con el habla ver-ncula, el lenguaje caro conel que se adquiere gratuita-mente, he de aclarar anotra distincin. La frontera

    T i V complejo. As, por ejem-Las sumas gastadas para , \ \> . , i ihacer funcionar todos los P1G' e l , i n l e s d e M l d l a n dJ

    i - -/.. emergi lentamente comoeste segundo estilo comngracias al cual aquellos que

    motores de una nacin noson nada al lado de lassumas que afectan a la

    que trazo entre la lengua prostitucin de la palabra hablaban, no importa qumaterna enseada y la ver- en boca de aquellos a dialecto ingls podan ha-____i- -- J . T _^ . i. J_ quienes se les paga por blar, igualmente, una mis-ncula es diferente a la delos lingistas cuando dis-tinguen entre la lengua su- ^ ^ " ^ ~ ^ ^ perior de una lite y el dialecto hablado enlas clases inferiores, diferente de la fronteraque separa las lenguas regionales y suprarre-gionales, diferente de la divisin entre "c-digo restringido" y "cdigo normalizado",diferente de la lnea que separa el lenguajedel letrado del iletrado. Por muy precisosque sean sus lmites geogrficos, por muydistintiva que sea de un nivel social, pormuy particular que sea de un sexo o de unacasta, la lengua puede ser bien verncula(en el sentido que empleo este trmino) obien enseada. La lengua de lite, la jergacomercial, la segunda lengua, el idioma lo-cal no son nuevos. Pero cada uno de ellospuede ser enseado normativamente, y laimitacin enseada de la lengua vernculapasa a ser una mercanca, tratndose dealgo totalmente nuevo.

    All donde el contraste entre estas dosformas complementarias es ms notable yms importante es en el lenguaje coloquialenseado, es decir, el lenguaje diario ense-ado bajo una forma normativa. Pero anaqu, hay que evitar una confusin. No por-que una lengua prevalezca debe estar gober-nada obligatoriamente por una gramtica odebe ser enseada. En toda la historia, undialecto mutuamente comprensible ha ten-dido a predominar en una regin dada. Estaclase de dialecto principal era admitido, amenudo, como la forma ms comn. Dehecho, era escrito ms a menudo que losotros dialectos, pero de aqu no se seguaque fuera enseado. Ms bien, su difusinse realizaba a travs de un proceso ms sutil

    hablar ma lengua. La lengua de las" ^ ~ ^ ^ ^ ^ ~ hordas mogoles (Urd)tom forma en la India septentrional de unmodo bastante repentino. En dos genera-ciones, se convirti en la lengua del Indos-tn, la lengua vehicular de una vasta regin,y en el instrumento de una poesa exquisitaescrita en caracteres rabes o snscritos. Estalengua, no slo no fue enseada durante ge-neraciones, sino que los poetas que queranperfeccionar su arte se abstenan abierta-mente de estudiar el hindi-urd; explorabanlas fuentes persas, rabes o snscritas quehaban contribuido originalmente a su for-macin. En Indonesia, en media generacinde resistencia a los japoneses y a los holan-deses, las consignas y los pasquines apelan-do a la unidad y al combate y las radiosclandestinas a favor del combate por la libe-racin propagaron el malasio en todos lospueblos de un modo mucho ms eficaz queel ulterior programa de las agencias del go-bierno, llevado a cabo tras la independencia.

    No puede negarse que la escritura siem-pre ha reforzado la posicin predominantede la lengua de lite o la uniformizada. Laimprenta reforz sobremanera el poder co-lonizador del lenguaje de lite. Pero decirque a causa de la invencin de la imprentael lenguaje de lite est destinado a suplan-tar la variedad verncula no denota msque una singular falta de imaginacin,como si se dijera que despus de la bombaatmica tan slo las superpotencias sernsoberanas. El monopolio histrico que searrogaron las burocracias pedaggicas sobrela imprenta no prueba que las tcnicas de laimpresin no pudieran ser empleadas para

    125 Archipilago 117

  • OIKOS

    dar una nueva vitalidad a la ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ T " ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^expresin escrita y nuevas Es uPtC0 de ** clase mefaposibilidades literarias a creer que la mayora demillares de formas verncu- poblaciones sonlas. El hecho de que la im- rnonolinges como ella y suprenta poda aumentar la admiracin por eldifusin y el poder de las poliglota vernculo seala

    uso prctico, se aprende degente que piensa lo quedice y dice lo que piensa a

    interlocutor en el con-

    lecturas vernculas incon-troladas era precisamente loque ms inquietaba a Ne- mmm"^^^^m^brija y la principal justificacin de su argu-mento contra la lengua verncula. Que laimprenta, primordialmente, haya servidodesde el principio del siglo XVI (pero no du-rante los primeros cuarenta aos de su exis-tencia) para imponer las formas de expre-sin coloquial uniformizadas no significaque la lengua impresa deba revestir siempreuna forma enseada. El estatuto comercialde la lengua materna enseada, llammoslalengua nacional, lengua literaria o lenguade la televisin, descansa en gran parte so-bre axiomas que no han sido examinados,algunos de los cuales ya he mencionado:que la imprenta implica una formulacinnormalizada; que los libros escritos en lalengua que predomina no pueden ser ledoscon facilidad por aquellos que no han reci-bido la enseanza de esta lengua; que la lec-tura es, por naturaleza, una actividad mudaque debera realizarse habitualmente deforma privada; que el ejercicio de la capaci-dad universal de leer algunas frases y de co-piarlas por escrito aumenta el acceso de unapoblacin al contenido de las bibliotecas.Estas son, entre otras, las ilusiones que con-curren a reforzar la posicin de los ense-antes, la venta de diarios, la clasificacinde la gente en una escala de valores segnsu cdigo lingstico y, hasta el presente, alaumento del PNB.

    El monopolio radical sobre la lenguamaterna enseada

    La lengua verncula se difunde por su

    infaliblemente alarribista

    sutexto de la vida de cada da.No sucede as con el len-guaje enseado. En ste l-timo caso, aqul de quienaprendo no es alguien que

    ^^^^^^^^ me importe o que yo ame,sino un orador profesional. En el lenguajecoloquial enseado, el modelo es alguienque no expresa su pensamiento sino que re-cita aquello que otros han puesto a punto.En este sentido, un vendedor ambulanteque lanza su pregn en la forma acostum-brada no es un orador profesional, mientrasque el heredero del trono o el cmico de latelevisin s son prototipos. La lengua colo-quial enseada es la del presentador que si-gue el texto de un redactor a quien un pu-blicista ha transmitido lo que un consejo deadministracin ha decidido que haba quedecir. El habla coloquial enseada es la re-trica impersonal e inerte de la gente paga-da para declamar, con una conviccin fin-gida, textos compuestos por otros, que a suvez han sido pagados para concebir esos tex-tos. Aquellos que hablan una lengua ense-ada actan a la manera del presentador delas noticias, del cmico que vende las gra-cias que se le han ocurrido, del instructorque sigue el manual del profesor para expli-car un libro de texto, del cantor que venderitmos mecnicos, del presidente cuyos dis-cursos son escritos por sus colaboradores.Es un lenguaje que miente explcitamentecuando lo empleo para deciros algo de vivavoz, est destinado al espectador que con-templa la escena. Es el lenguaje de la farsa,no del teatro, el lenguaje del farsante, no eldel verdadero artista. El lenguaje de los me-dia se dirige siempre a un tipo preciso deauditorio que el presentador quiere conmo-ver (herir, trastocar), y conmover de formacontundente. Mientras que la lengua ver-

    Arcbipilago 117 126

  • OIKOS

    ncula nace en m del trato ordenadores. No pretendo1 l^-l^^* ^ L X U X -A.v4r^ v^ b' ^wX X 1 1 1 1 ^4.^^X **X ^V ^ ^ ^ ^ ~ V^ 1 ^ . ^^X X^V^^l.^^ X. ^ b*U t 1. 1 \~J L / X ^ * L-^ ^X I v l i ventre hombres que conver- Decir que a causa de La d e d r que la lengua vern-san entre ellos con total in- invencin de la imprenta

    c u k m u e r e ; u n i c a m e n t etegridad, el lenguaje ense-ado est en sintona conlos altavoces cuya misin estransmitir unilateralmenteun torrente de palabras.

    La lengua verncula y lalengua materna enseada ^^^^^~mmmson como los dos extremos del espectro delhabla coloquial. La lengua sera totalmenteinhumana si fuera totalmente enseada.As lo entenda Humboldt cuando decaque la verdadera lengua es la que se cultiva,pero que jams puede ser enseada como lamatemtica. El habla es mucho ms que lacomunicacin, y slo las mquinas puedencomunicar sin referencias al fondo verncu-lo. En Nueva York, las mquinas obstruyencon su parloteo las tres cuartas partes de laslneas que la compaa telefnica pone enservicio bajo una franquicia que garantizael acceso del simple ciudadano. Se trata dela perversin evidente de un privilegio le-gal, resultante de un agrandamiento polti-co y de la degradacin de los mbitos ver-nculos en mercanca de segunda categora.Pero an ms indignante y deprimente queeste requisamiento de un foro de la palabralibre por robots, es la incidencia de los cli-chs, frases robotizadas que plagan las res-tantes lneas en las que se supone que lagente "habla" entre s. Un porcentaje cre-ciente de las palabras, en su contenido y es-tilo, no se compone ms que de simplesfrmulas. As, sobre el espectro del lengua-je, el habla coloquial se desplaza ms y msde la lengua verncula a la "comunicacin"capitalista, como si no fuera otra cosa quela variedad humana del intercambio queigualmente se da en las abejas, las ballenas ylos ordenadores. Cierto que siempre sobre-viven determinados elementos o aspectosde la lengua verncula, pero lo mismo suce-de con la mayor parte de los programas de

    el lenguaje de lite estdestinado a suplantar lavariedad verncula nodenota ms que una

    singular falta deimaginacin

    que languidece. El hablacoloquial de los america-nos, de los franceses o delos alemanes se ha conver-tido en un conjunto hete-rogneo de dos clases de

    ^ ^ ^ ^ " " ^ ^ lenguas: una lengua facti-cia uniformizada, enseada y suministradacomo una mercanca y una lengua verncu-la encajonada, catica, desmenuzada, quelucha por sobrevivir. La lengua materna en-seada ha adquirido un monopolio radicalsobre el habla, de la misma forma que lostransportes sobre la movilidad o, ms engeneral, la mercanca sobre los valores ver-nculos.

    Tabes

    A aquellos que han sido modelados porla vida en una sociedad industrial, una re-sistencia, a veces tan fuerte como un tabsagrado, les impide reconocer la diferenciade la que estamos tratando aqu, la diferen-cia entre la lengua capitalista y la verncula,la que se da sin ningn coste econmica-mente mesurable. Este mismo tipo de inhi-bicin hace difcil, a aquellos que son cria-dos en el seno del sistema industrial, sentirla distincin fundamental entre la crianzacon el pecho y la de bibern, entre literatu-ra y manual, entre un kilmetro recorridocon mis propias fuerzas y un kilmetrocomo pasajero, aspectos de esta cuestinque he discutido en los ltimos aos.

    La mayora de la gente est dispuesta areconocer que hay una gran diferencia degusto, de sentido y de satisfaccin entreuna comida cocinada en casa y el plato pre-parado producido industrialmente a gustode los televidentes habituales. Pero esta di-ferencia fcilmente puede ser obviada poraquellos que defienden la igualdad de dere-

    127 Archipilago 117

  • OIKOS

    chos, la equidad y la ayudasocial para los pobres. Estagente sabe cuntas madresno tienen leche en sus pe-chos, cuntos nios en elsur del Bronx sufren caren-cia de protenas, cuntosmexicanos, rodeados de r-

    fiada, ni en la destruccinde la lengua verncula acargo del monopolio radi-cal de la lengua maternaenseada sobre el habla, ni

    El habla coloquialenseada es la retrica

    impersonal e inerte de lagente pagada paradeclamar, con una

    conviccin fingida, textos siquiera en la intensidad decompuestos por otros, que a esta parlisis del mbito

    su vez han sido pagados vernculo con su colora-boles frutales, estn raquti- para concebir esos textos cin de clase. Aunque hoy

    Des- ^ ^ ^ ~eos por avitaminosisde que propongo la distincin entre valoresvernculos y valores susceptibles de cuanti-ficacin econmica y, por tanto, de distri-bucin, siempre aparece alguien que se eri-ge en tutor del llamado proletariado paradecirme que evito la cuestin crtica dandoimportancia a sutilidades no econmicas.Acaso lo primero no es buscar la justa dis-tribucin de lo que responde a las necesida-des fundamentales? La pesca y la poesavendrn despus de forma natural. As con-cluye la lectura de Marx y del Evangelio se-gn san Mateo interpretado por la Teologade la Liberacin.

    Aqu, una loable intencin presenta unargumento que se habra reconocido ilgi-co en el siglo XIX y que numerosas expe-riencias han probado como falso en el XX.Hasta el presente, toda tentativa de susti-tuir un valor vernculo por una mercancauniversal ha llevado, no a la igualdad, sinoa una modernizacin jerarquizada de la po-breza. En el nuevo esquema de reparticin,los pobres no son aquellos que sobrevivengracias a sus actividades vernculas, dadoque no tienen ms que un acceso marginal,cuando no ningn acceso, al mercado. No,los pobres modernizados son aquellos cuyodominio vernculo, en el habla y en la ac-cin, es el ms restringido, aquellos que sa-can el mnimo de satisfaccin de las pocasactividades vernculas a las que pueden anentregarse.

    El tab de segundo grado que estoy vio-lando no consiste en la distincin entre lalengua verncula y la lengua materna ense-

    ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ estas tres cuestiones estnlejos de ser claramente comprendidas, hansido ampliamente discutidas en un pasadoreciente. La cuestin a debatir y que se pasapor alto es otra: cada vez ms, la lengua ma-terna es enseada, no por un personal retri-buido a tal efecto sino por los padres, gra-tuitamente. Estos ltimos privan a sus hijosde su ltima posibilidad de escuchar aadultos que tienen alguna cosa que decirse.Esto se me hizo evidente hace algunosaos, en Nueva York, cuando volv a un ba-rrio que conoca bien, la parte sur delBronx. Atenda a la demanda de un jovenprofesor de facultad, casado con una cole-ga. Este hombre quera mi firma para unapeticin de formacin compensatoria enlengua para pre-escolar, destinada a los ha-bitantes de un conjunto de tugurios, altasedificaciones parcialmente destruidas por elfuego. Por dos veces, de un modo tajantepero no sin sentirme molesto, haba rehu-sado. Para vencer mi resistencia a esta ex-pansin de los servicios pedaggicos, mellev a visitar los "hogares" morenos, blan-cos, negros, en su mayor parte privados de"cabeza de familia". Vi desfilar decenas denios en inhabitables pasillos de cemento,expuestos todo el da al torrente ensordece-dor de la televisin y de la radio en ingls,en espaol y hasta en yiddish. Parecan per-didos tanto en la lengua como en el paisaje.Como mi amigo me presionaba para fir-mar, me reafirm en la necesidad de prote-ger a estos nios contra una castracin ma-yor por su inclusin en la esfera educativa.Entre nosotros haba un malentendido, ha-

    Archipilago 117 128

  • OIKOS

    biabamos sin ponernos deacuerdo. Y fue por la no-che, cenando en su casa,cuando comprend brusca-mente por qu. Este hom-bre, que yo admiraba por-que haba escogido vivir enaquel infierno, no era unpadre sino un educador in-tegral. Ante sus hijos, esta ^ ^ ~ ^ ^ ^ ^ " "pareja se situaba in loco magistri. Sus hijosdeban crecer sin padres, pues estos dosadultos, con cada una de las palabras quedirigan a sus dos hijos y a su hija, los esta-ban "educando". En la cena, eran conscien-tes en todo momento de que estaban mo-delando el habla de sus hijos y me pedanque yo tambin lo fuera.

    Para el padre profesional, que engendranios como amante profesional, que ofrecebuenamente sus consejos semi-profesiona-

    El habla es mucho msque la comunicacin, y

    slo las mquinas puedencomunicar sin referencias

    al fondo vernculo

    les a las organizaciones desu barrio, la distincin en-tre su contribucin gratui-ta a la sociedad gestionaday a lo que podra ser, porcontraste, el restableci-miento de los mbitos ver-nculos, resulta incom-prensible. Es la vctima de-

    ^ ^ ^ ^ ^ ~ "i signada para un nuevo tipo

    de ideologa orientada al crecimiento: laplanificacin y la estructuracin de unaeconoma fantasma en expansin, la ltimafrontera de la arrogancia a la que se enfren-ta el homo economicus.

    Traduccin del francs de Alfons Garrigs

    El texto de Ivan Illich es la traduccin del cap.III de El trabajofantasma. Se han consultado las versiones inglesa y francesa:Shadow work (Marin Boyars, Londres, 1981) y Le travailfantme (Seu'd, Paris, 1981).

    129 Archipilago 117

  • 1994

    XXII PREMIOANAGRAMADE ENSAYO

    Miguel Morey

    Deseo de serpiel roja

    m

    ANAGRAMA25AOS 1969 1994

    Aula XXI

    ltimos ttulos publicadosUNESCOInforme mundial sobre la educacin 1993Samuel Genio PalaciosParticipacin en la gestin educativaM" Dolores Busquis, Manuel Camos, Teresa Fernndez,Aurora Leal, Montserrat Moreno y Genoveva SastreLos temas transversales.Claves de la formacin Integral

    Emilio Snchez MiguelLos textos expositivos.Estrategias para mejorar su comprensinCsar Cali, Juan Ignacio Pozo, Bernab Sarabia y Enric VaLos contenidos de la reforma.Enseanza y aprendizaje de conceptos, procedimleolosy actitudes