la protesta humana_06

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MIGUEL ANGIOLILLO Hay momentos en la vida de los pueblos oprimidos y vejados que todo el odio que sienten hacia sus tira .os odio que ilota en la atmósfera y hace mover todos los labios balbuceando por lo bajo maldiciones, se condensa en un cerebro y arma un brazo hasta entonces desconocido. España atravesaba por uno de estos períodos. Las guerras de Cuba y Filipi- nas, promovidas por la inepcia y avari- cia de gobernantes y burgueses; Mon- tjuich sintetizando la brutal opresión lle- vada hasta los más inquisitoriales lími- tes; escarnecidas todas las leyes y holla- dos todos los derechos como en Bilbao, amasaron este odio en el fondo de un revolver y el plomo se hundió en el co- razón y en el cerebro de quién repre- sentaba en aquellos momentos la eterna injusticia Era inevitable lo sucedido. La tempestad desencadenada por la opresión hizo brotar el rayo que ha de- rribado un ídolo. Y la ley humana que ni evita la tempestad ni puede actuar de pararrayos, puso el inri á tanto desqui- ciamento haciendo funcionar de nuevo el garrote que ha llevado á Miguel An- giolillo á la tumba. Opresores y oprimidos habrán pro- nunciado satisfechos la palabra ¡ven- ganza!, pero la causa de tanto inevitable estrago y matanza continúa aún en pié. Nosotros que nos esforzamos por no odiar las personas, que combatimos los sistemas que estas rapresentan é impo- nen, ante el espectáculo deesta matanza personal y recíproca, creemos sincera- mente que. mejor que recurrir a ella, se impone la acción enérgica y colectiva de las muchedumbres, acción que borre con revolución saludable y para siempre de la faz del planeta, el sistema social que engendra é inevitablemente da na- cimiento á esta lucha desesperada. En las multitudes mejor que en los hombres, se encierra el secreto la tuerza necesaria para cambiar nefastos sistema de muerte. Hagamos que las mu titudes ignorantes sean conscientes. Enseñé- mosles que la Autoridad la Religión y la Propiedad son la causa de la ruina de los pueblos y de este desencadenamien- to de odios Demos á estas multítudes un ideal de Libertad y Solidaridad que oponer á esta causa, un sistema econó- mico en harmonía con este ideal, y no tardará en producirse la Revolución sa- ludable. Ante los cadáveres, calientes aún de Cánovas y de Angiolillo solo nos resta decir á los opresores, ¡He aquí vuestra obra! y á los oprimidos: Tu indiferentis- mo la perpetúa 1a unión consciente de tus huestes podría hacerla cesar! Y en lugar de exclamaciones que á nada conducen, nosotros» anarquistas, repitamos bien alto é la burguesía nues- tros firmes propósitos de difundir y tra- bajar por el triunfo de la Anarquía. LA REDACCIÓN. El individualismo en el anarquismo No pretendemos hablar en modo alguno, en este artículo, de aquellos que, con lla- marse individualistas, creen justificar las más repugnantes acciones y que tienen tanto que ver con el anarquismo como los esbirros del orden público del cual se creen los defensores, ó como los burgueses con sus principios de moral y justicia con los cuales tratan de defender sus homicidas privilegios. Tampoco pretendemos hablar de aque- llos compañeros que se llaman «individua- listas en los medios, cuyos, en la lucha que hoy combatimos, prefieren, ó admiten esclusivamente la acción individual, sea porqué la creen más eficaz, sea por medi- das de prudencia, sea porque temen que una organización cualquiera, una inteli- genciación colectiva cualquiera, menos cabaria su libertad. De esta cuestión, que en parte es cuestión de táctica y en parte de principios, nos ocuparemos otro día tra- tando la cuestión de organización. Actualmente queremos hablar del indi- vidualismo como filosofía,como concepción general de la naturaleza de la sociedad humana y de las relaciones entre indivi- duos y la colectividad, tal como profésanla (á veces sin saberlo) una parte de nuestros compañeros. Hay quién se llama individualista cre- yendo que el individuo tiene derecho á su completo desarrollo físico, moral é intelec- tual y que debe encontrar en la sociedad una ayuda y no un obstáculo para alcanzar e! máximo de felicidad posible. En este cutido somos individualistas todos y solo sería cuestión de una palabra más; y noso- tros no la adoptamos porqué, existiendo otras y varias concepciones solo serviría para crear confusión. No tan solo nosotros, anarquistas ó socialistas de todas las es- cuelas, somos individualistas en el sentido indicado, sino que lo son asimismo todos los hombres de las demas escuelas ó parti- dos; puesto que c ] individuo es el único ser inteligente y consciente, y todas las veces que sé nubla de placeres y sufrimientos, de libertad ó de esclavitud, de derechos, de deberes, de justicia, etc., no se tiene y no se puede tener presente sino los individuos vivientes. A veces, pues, se trata de una simple cuestión de palabra y no vate la pena de darle tanta importancia. Pero á menudo hay realmente una importante diferencia de'ideas entre aquellos que profesan el in- dividualismo y los que lo rechazan; é im- porta determinarla porque muy graves son las consecuencias que de ella se derivan, á pesar de que el objetivo de unos y otros sea el mismo. No es que haya motivo ni razón para mirarse de reojo y tratarse como á adversarios, tanto más cuando desde el momento que los anarquistas han querido hacer «filosofía, háse sucedido una tal confusión de ideas, y de palabras que á me- nudo no hay modo de saber si estamos de acuerdo ó nó. Pero si urge mucho explicar- no-, bien, y va que no sea por otra cosa, con el objeto de" desembarazarnos de una vez y para siempre, de estas cuestiones abstrac- tas que absorven la entera actividad de ciertos compañeros con grave daño del trabajo de verdadera propaganda. Examinando todo lo que se ha dicho y escrito por los anarquistas individualistas, no otros descubrimos la coexistencia de dos ideas fundamentales. contradictorias en- tre si,que muchos no afirman esplicitamente, pero que en una ú otra forma se encuentran siempre, y aún a veces las hallamos en las ideas de muchos anarquistas que no suelen llamarle individualistas. La primera de estas ideas consiste en considerar la suciedad como un agregado de individuos autónomos, completos en si mismos y capaces de bastarse a sí mismos, que no tienen razón de estar juntos si en ella no encuentran interés alguno, y que de ella podrían separarse cuando vieran que las ventajas que la sociedad les ofrece no compensasen los sacrificios de libertad in- dividual que les exige; en suma, consideran la sociedad humana como una especie de compañía comercial que deja ó debería de- jar libre a cada socio de formar ó dejar de formar parte de ella según sus convenien- cias. Actualmente, dicen, como que algu- nos pocos individuos han acaparado todas las riquezas naturales y producidas, todos los demás vénse obligados á sufrir por fuer za la regla impuesta por la sociedad ó por los individuos que en la sociedad ejerce su imperio. Pero si la tierra, si los medios de trabajo estuvieran libremente á disposi- ción de todos, y si la fuerza organizada de una clase no obligara al pueblo á ser es- clavo, nadie tendría razón de estar ó vi- vir en sociedad cuando su interés Je acon- sejara lo contrario. Y como que, una vez satisfechas las necesidades materiales, la suprema necesidad del hombre es la liber- tad, toda forma de convivencia que exigie- ra no importa el mínimo sacrificio de la libertad individual, tiene que repudiarse. Haz lo que quieras, tomado en el sentido mas absoluto de la frase, es el principio su- premo, la única regla de la conducta. Pero por otra parte, admitido el indivi- duo autónomo y su absoluta, ilimitada li- bertad, derivase que, apenas los intereses se encuentran en antagonismo y las volun- tades varían, surge la lucha, y en la lucha unos quedan vencedores y los otros venci- dos, y se vuelve á la opresión y á la esplo- tación que se pretende hacer terminar. Por esto necesitaban los anarquistas in- dividualistas, que nunca se quedan reza- gados cuando se trata del bienestar de to- dos, un modo de poder, más ó menos lógi- camente, conciliar con el bien permanente de todos el principio de la absoluta libertad individual; y este modo lo encontraron adoptando otro principio; el de la harmo- nía por ley natural. Haz lo que quieras; pero es seguro, cier- to, dijeron, que espontáneamente, natural- mente tú no querrás- sino aquello que no pueda ser nocivo al igual derecho de los demás á hacer lo que quieran. «Nuestra libertad,—nos escribe un amigo — esplicándóse en toda la amplitud de las facultades humanas, no lesionará nunca la libertad de los demás. Como los astros gra- vitando alrededor del propio centro reco- rrer trayectorias especiales, asimismo los hombres podrán recorrer la propia línea de libertad sin confundirse nunca y sin degenerar en el caos» Y otros, sustituyen- do la fisiología á la astronomía, hablan de una «simpática aglomeración de células en los vegetales y en los animales», y otros aún, hablan de la formación de los cristales todos pasando revista á todas las ciencias naturales. De los cristales torcidos, de la lucha por la existencia, de las catástrofes cósmicas, de las enfermedades, dé los abor- tos, de toda la infinita suma de desgracias y de dolores que existen también en la na- turaleza, nadie se acuerda. La desharmonía, el antagonismo de inte- reses son la consecuencia de las institucio- nes presentes. Destruid el Estado; respe- tad la completa libertad de comercio, de la banca, del dinero; que el derecho de pose- sión de la tierra esté limitado por la obli- gación de cultivarla ú ocupada personal- mente; que sea libre, completamente libre, la competencia, dicen los anarquistas indi- vidualistas de la escuela de Tucker, y la paz reinará en el mundo la renta econó- mica ó sea la diferencia del valor, por pro- ductividad y por posición, de las diversas partes del terreno, desaparecerá natural- mente, y la competencia nos conducirá na- turalmente á la más provechosa utilización de las fuerzas naturales en beneficío de todos. Destruid el Estado y la propiedad indivi- dual, dicen los anarquistas individualistas de la escuela comunista (la escuela existe A pesar de la aparente contradicción de los dos términos) y todo irá bien; todos marcharán naturalmente de acuerdo; todos trabajarán, porqué el trabajo es una nece- sidad fisiológica; la producción correspon- derá siempre y naturalmente a la petición del consumo, y no habrá necesidad de re- glas ni.de pactos porqué haciendo cada individuo lo que quiera se encontrara que habrá hecho, sin saberlo ni quererlo, pre- cisamente aquello que querían los demás. Así que, yendo al fondo del asunto, ha- llamos que el anarquismo individualista no es otra cosa que una especie de armonismo de providencialismo. Según nuestro modo de ver, los principios fundamentales del individualismo son com- pletamente erróneos. El individuo humano no es un ser inde- pendiente de la sociedad, sino el producto de ella. Sin sociedad no habría podido salir de la esfera de la animalidad brutal y no hu- biera podido convertirse verdaderamente en un hombre, y fuera de la sociedad no ha- ría otra cosa que volver, más ó menos rá- pidamente, á la primitiva animalidad. El doctor Stockmann de El enemigo del pueblo, cuando irritado por no verse com- prendido y seguido por el público excla- maba, «el hombre más fuerte es él que se halla más solo, » y que ha sido calificado de anarquista cuando no es sino un aristó- crata, decía una solemne barbaridad. Si él sabía más que los demás y mucho más que los otros podía, era porqué muchísimo más que los demás individuos habia vivido en comunicación intelectual con los hombres presentes y pasados, porqué mucho más que los otros habíase beneficiado de la so- ciedad, y por esto precisamente mucho más que los restantes individuos debía á la sociedad. El hombre puede ser en la sociedad li- bre ó esclavo, feliz ó infeliz, pero dentro la sociedad debe permanecer, porque esta es la condición de su ser hombre. Por esto, en lugar de aspirar á una autonomía no- minal é imposible, debe buscar las condi- ciones de su libertad y de su felicidad en el acuerdo con los demás hombres, modi- ficando de acuerdo con los demás aquellas instituciones sociales que no le convengan. Es vana, está completamente desmenti- da por los hechos, la creencia en una ley natural por la cual la harmonía entre los hombres se establece automáticamente sin necesidad de su acción consciente y que- rida. Aún destruido el Estado y la propiedad individual, la harmonía no nace espontá- neamente, como si la naturaleza se ocu- pase del bien y del mal de los hombres, si- no que es necesario que los mismos hom- bres la crean. Pero esto cuestión será para otro ar- tículo. Oración Fúnebre La del presbítero Sr. Suarez Salgado parece mejor dedicada á la muerte de la burguesía que no á Cánovas del Castillo. Sin duda ha- brá querido hacer bueno aquel viejo refrán español de que, "no hay peor cuña que la de la misma manera." Las clases privilegiadas tienen muy poco que agradecer á dicho señor, pues las ha puesto como chupa de dómine. Verdad es también que les pone una panacea en las ma- nos, y vayase lo uno por ío otro. Pasemos por alto e! elogio fúnebre del muerto, que es un compuesto de trasnochí'da retorica cursilona, y detengámonos un poco en las consideraciones filosóficas sociales acer- ca del tema: "anarquismo," que es lo que mas nos h a . . . conmovido. Dice ei Sr. Salgado: "Yo no vengo á pedir venganza contra él, —Angiolillo—porque no soy hombre de san- gre; ni en mi corazón caben odios, ni renco- res, puesto que aunque indigno, soy ministro de un Dios que amó a sus criaturas hasta la muerte, perdonando á los mismos que le cru- cificaron, y por otra parte, el dictamen de los juecej está cumplido de manera irrevocable." El presbítero no pide venganza, pero se tras- luce que está conforme conque los demás la tomen.... siempre que salga de las alturas gubernamentales, no es esto? Luego, preguntándole lo que es el anarquis- mo, agrega: "El anarquismo dígase lo que se quiera, no es solamente un hecha, sino una idea, Ó mejor dicho, una consecuencia lógica, ímpla- cable, de los príncipios disolventes que se levan- tan como estandarte de combate contra el Evangelio de Cristo, por los apóstoles de la nueva redención: ni sus adeptos son simples

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publicación anarquista Buenos Aires, 1897

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Page 1: La Protesta Humana_06

MIGUEL ANGIOLILLOHay momentos en la vida de los

pueblos oprimidos y vejados que todoel odio que sienten hacia sus tira .osodio que ilota en la atmósfera y hacemover todos los labios balbuceando porlo bajo maldiciones, se condensa en uncerebro y arma un brazo hasta entoncesdesconocido.

España atravesaba por uno de estosperíodos. Las guerras de Cuba y Filipi-nas, promovidas por la inepcia y avari-cia de gobernantes y burgueses; Mon-tjuich sintetizando la brutal opresión lle-vada hasta los más inquisitoriales lími-tes; escarnecidas todas las leyes y holla-dos todos los derechos como en Bilbao,amasaron este odio en el fondo de unrevolver y el plomo se hundió en el co-razón y en el cerebro de quién repre-sentaba en aquellos momentos la eternainjusticia

Era inevitable lo sucedido.La tempestad desencadenada por la

opresión hizo brotar el rayo que ha de-rribado un ídolo. Y la ley humana queni evita la tempestad ni puede actuar depararrayos, puso el inri á tanto desqui-ciamento haciendo funcionar de nuevoel garrote que ha llevado á Miguel An-giolillo á la tumba.

Opresores y oprimidos habrán pro-nunciado satisfechos la palabra ¡ven-ganza!, pero la causa de tanto inevitableestrago y matanza continúa aún en pié.Nosotros que nos esforzamos por noodiar las personas, que combatimos lossistemas que estas rapresentan é impo-nen, ante el espectáculo deesta matanzapersonal y recíproca, creemos sincera-mente que. mejor que recurrir a ella, seimpone la acción enérgica y colectivade las muchedumbres, acción que borrecon revolución saludable y para siemprede la faz del planeta, el sistema socialque engendra é inevitablemente da na-cimiento á esta lucha desesperada.

En las multitudes mejor que en loshombres, se encierra el secreto la tuerzanecesaria para cambiar nefastos sistemade muerte. Hagamos que las mu titudesignorantes sean conscientes. Enseñé-mosles que la Autoridad la Religión yla Propiedad son la causa de la ruina delos pueblos y de este desencadenamien-to de odios Demos á estas multítudesun ideal de Libertad y Solidaridad queoponer á esta causa, un sistema econó-mico en harmonía con este ideal, y notardará en producirse la Revolución sa-ludable.

Ante los cadáveres, calientes aún deCánovas y de Angiolillo solo nos restadecir á los opresores, ¡He aquí vuestraobra! y á los oprimidos: Tu indiferentis-mo la perpetúa 1a unión consciente detus huestes podría hacerla cesar!

Y en lugar de exclamaciones que ánada conducen, nosotros» anarquistas,repitamos bien alto é la burguesía nues-tros firmes propósitos de difundir y tra-bajar por el triunfo de la Anarquía.

LA REDACCIÓN.

El individualismo en el anarquismoNo pretendemos hablar en modo alguno,

en este artículo, de aquellos que, con lla-marse individualistas, creen justificar lasmás repugnantes acciones y que tienentanto que ver con el anarquismo como losesbirros del orden público del cual se creenlos defensores, ó como los burgueses consus principios de moral y justicia con loscuales tratan de defender sus homicidasprivilegios.

Tampoco pretendemos hablar de aque-llos compañeros que se llaman «individua-listas en los medios, cuyos, en la luchaque hoy combatimos, prefieren, ó admitenesclusivamente la acción individual, seaporqué la creen más eficaz, sea por medi-das de prudencia, sea porque temen queuna organización cualquiera, una inteli-genciación colectiva cualquiera, menoscabaria su libertad. De esta cuestión, queen parte es cuestión de táctica y en partede principios, nos ocuparemos otro día tra-tando la cuestión de organización.

Actualmente queremos hablar del indi-vidualismo como filosofía,como concepcióngeneral de la naturaleza de la sociedadhumana y de las relaciones entre indivi-duos y la colectividad, tal como profésanla(á veces sin saberlo) una parte de nuestroscompañeros.

Hay quién se llama individualista cre-yendo que el individuo tiene derecho á sucompleto desarrollo físico, moral é intelec-tual y que debe encontrar en la sociedaduna ayuda y no un obstáculo para alcanzare! máximo de felicidad posible. En estecutido somos individualistas todos y solo

sería cuestión de una palabra más; y noso-tros no la adoptamos porqué, existiendootras y varias concepciones solo serviríapara crear confusión. No tan solo nosotros,anarquistas ó socialistas de todas las es-cuelas, somos individualistas en el sentidoindicado, sino que lo son asimismo todoslos hombres de las demas escuelas ó parti-dos; puesto que c] individuo es el único serinteligente y consciente, y todas las vecesque sé nubla de placeres y sufrimientos, delibertad ó de esclavitud, de derechos, dedeberes, de justicia, etc., no se tiene y nose puede tener presente sino los individuosvivientes.

A veces, pues, se trata de una simplecuestión de palabra y no vate la pena dedarle tanta importancia. Pero á menudohay realmente una importante diferenciade'ideas entre aquellos que profesan el in-dividualismo y los que lo rechazan; é im-porta determinarla porque muy graves sonlas consecuencias que de ella se derivan, ápesar de que el objetivo de unos y otros seael mismo. No es que haya motivo ni razónpara mirarse de reojo y tratarse como áadversarios, tanto más cuando desde elmomento que los anarquistas han queridohacer «filosofía, háse sucedido una talconfusión de ideas, y de palabras que á me-nudo no hay modo de saber si estamos deacuerdo ó nó. Pero si urge mucho explicar-no-, bien, y va que no sea por otra cosa, conel objeto de" desembarazarnos de una vez ypara siempre, de estas cuestiones abstrac-tas que absorven la entera actividad deciertos compañeros con grave daño deltrabajo de verdadera propaganda.

Examinando todo lo que se ha dicho yescrito por los anarquistas individualistas,no otros descubrimos la coexistencia dedos ideas fundamentales. contradictorias en-tre si,que muchos no afirman esplicitamente,pero que en una ú otra forma se encuentransiempre, y aún a veces las hallamos en lasideas de muchos anarquistas que no suelenllamarle individualistas.

La primera de estas ideas consiste enconsiderar la suciedad como un agregadode individuos autónomos, completos en simismos y capaces de bastarse a sí mismos,que no tienen razón de estar juntos si enella no encuentran interés alguno, y que deella podrían separarse cuando vieran quelas ventajas que la sociedad les ofrece nocompensasen los sacrificios de libertad in-dividual que les exige; en suma, consideranla sociedad humana como una especie decompañía comercial que deja ó debería de-jar libre a cada socio de formar ó dejar de

formar parte de ella según sus convenien-cias. Actualmente, dicen, como que algu-nos pocos individuos han acaparado todaslas riquezas naturales y producidas, todoslos demás vénse obligados á sufrir por fuerza la regla impuesta por la sociedad ó porlos individuos que en la sociedad ejerce suimperio. Pero si la tierra, si los medios detrabajo estuvieran libremente á disposi-ción de todos, y si la fuerza organizada deuna clase no obligara al pueblo á ser es-clavo, nadie tendría razón de estar ó vi-vir en sociedad cuando su interés Je acon-sejara lo contrario. Y como que, una vezsatisfechas las necesidades materiales, lasuprema necesidad del hombre es la liber-tad, toda forma de convivencia que exigie-ra no importa el mínimo sacrificio de lalibertad individual, tiene que repudiarse.Haz lo que quieras, tomado en el sentidomas absoluto de la frase, es el principio su-premo, la única regla de la conducta.

Pero por otra parte, admitido el indivi-duo autónomo y su absoluta, ilimitada li-bertad, derivase que, apenas los interesesse encuentran en antagonismo y las volun-tades varían, surge la lucha, y en la luchaunos quedan vencedores y los otros venci-dos, y se vuelve á la opresión y á la esplo-tación que se pretende hacer terminar.

Por esto necesitaban los anarquistas in-dividualistas, que nunca se quedan reza-gados cuando se trata del bienestar de to-dos, un modo de poder, más ó menos lógi-camente, conciliar con el bien permanentede todos el principio de la absoluta libertadindividual; y este modo lo encontraronadoptando otro principio; el de la harmo-nía por ley natural.

Haz lo que quieras; pero es seguro, cier-to, dijeron, que espontáneamente, natural-mente tú no querrás- sino aquello que nopueda ser nocivo al igual derecho de losdemás á hacer lo que quieran.

«Nuestra libertad,—nos escribe un amigo— esplicándóse en toda la amplitud de lasfacultades humanas, no lesionará nunca lalibertad de los demás. Como los astros gra-vitando alrededor del propio centro reco-rrer trayectorias especiales, asimismo loshombres podrán recorrer la propia líneade libertad sin confundirse nunca y sindegenerar en el caos» Y otros, sustituyen-do la fisiología á la astronomía, hablan deuna «simpática aglomeración de células enlos vegetales y en los animales», y otrosaún, hablan de la formación de los cristalestodos pasando revista á todas las cienciasnaturales. De los cristales torcidos, de lalucha por la existencia, de las catástrofescósmicas, de las enfermedades, dé los abor-tos, de toda la infinita suma de desgraciasy de dolores que existen también en la na-turaleza, nadie se acuerda.

La desharmonía, el antagonismo de inte-reses son la consecuencia de las institucio-nes presentes. Destruid el Estado; respe-tad la completa libertad de comercio, de labanca, del dinero; que el derecho de pose-sión de la tierra esté limitado por la obli-gación de cultivarla ú ocupada personal-mente; que sea libre, completamente libre,la competencia, dicen los anarquistas indi-vidualistas de la escuela de Tucker, y lapaz reinará en el mundo la renta econó-mica ó sea la diferencia del valor, por pro-ductividad y por posición, de las diversaspartes del terreno, desaparecerá natural-mente, y la competencia nos conducirá na-turalmente á la más provechosa utilizaciónde las fuerzas naturales en beneficío de todos.

Destruid el Estado y la propiedad indivi-dual, dicen los anarquistas individualistasde la escuela comunista (la escuela existeA pesar de la aparente contradicción delos dos términos) y todo irá bien; todosmarcharán naturalmente de acuerdo; todostrabajarán, porqué el trabajo es una nece-sidad fisiológica; la producción correspon-derá siempre y naturalmente a la peticióndel consumo, y no habrá necesidad de re-glas ni.de pactos porqué haciendo cadaindividuo lo que quiera se encontrara que

habrá hecho, sin saberlo ni quererlo, pre-cisamente aquello que querían los demás.

Así que, yendo al fondo del asunto, ha-llamos que el anarquismo individualista noes otra cosa que una especie de armonismode providencialismo.

Según nuestro modo de ver, los principiosfundamentales del individualismo son com-pletamente erróneos.

El individuo humano no es un ser inde-pendiente de la sociedad, sino el productode ella. Sin sociedad no habría podido salirde la esfera de la animalidad brutal y no hu-biera podido convertirse verdaderamenteen un hombre, y fuera de la sociedad no ha-ría otra cosa que volver, más ó menos rá-pidamente, á la primitiva animalidad.

El doctor Stockmann de El enemigo delpueblo, cuando irritado por no verse com-prendido y seguido por el público excla-maba, «el hombre más fuerte es él que sehalla más solo, » y que ha sido calificadode anarquista cuando no es sino un aristó-crata, decía una solemne barbaridad. Si élsabía más que los demás y mucho más quelos otros podía, era porqué muchísimo másque los demás individuos habia vivido encomunicación intelectual con los hombrespresentes y pasados, porqué mucho másque los otros habíase beneficiado de la so-ciedad, y por esto precisamente muchomás que los restantes individuos debía ála sociedad.

El hombre puede ser en la sociedad li-bre ó esclavo, feliz ó infeliz, pero dentro lasociedad debe permanecer, porque esta esla condición de su ser hombre. Por esto,en lugar de aspirar á una autonomía no-minal é imposible, debe buscar las condi-ciones de su libertad y de su felicidad enel acuerdo con los demás hombres, modi-ficando de acuerdo con los demás aquellasinstituciones sociales que no le convengan.

Es vana, está completamente desmenti-da por los hechos, la creencia en una leynatural por la cual la harmonía entre loshombres se establece automáticamente sinnecesidad de su acción consciente y que-rida.

Aún destruido el Estado y la propiedadindividual, la harmonía no nace espontá-neamente, como si la naturaleza se ocu-pase del bien y del mal de los hombres, si-no que es necesario que los mismos hom-bres la crean.

Pero esto cuestión será para otro ar-tículo.

Oración FúnebreLa del presbítero Sr. Suarez Salgado parece

mejor dedicada á la muerte de la burguesíaque no á Cánovas del Castillo. Sin duda ha-brá querido hacer bueno aquel viejo refránespañol de que, "no hay peor cuña que la dela misma manera."

Las clases privilegiadas tienen muy pocoque agradecer á dicho señor, pues las hapuesto como chupa de dómine. Verdad estambién que les pone una panacea en las ma-nos, y vayase lo uno por ío otro.

Pasemos por alto e! elogio fúnebre delmuerto, que es un compuesto de trasnochí'daretorica cursilona, y detengámonos un pocoen las consideraciones filosóficas sociales acer-ca del tema: "anarquismo," que es lo quemas nos h a . . . conmovido.

Dice ei Sr. Salgado:"Yo no vengo á pedir venganza contra él,

—Angiolillo—porque no soy hombre de san-gre; ni en mi corazón caben odios, ni renco-res, puesto que aunque indigno, soy ministrode un Dios que amó a sus criaturas hasta lamuerte, perdonando á los mismos que le cru-cificaron, y por otra parte, el dictamen de losjuecej está cumplido de manera irrevocable."

El presbítero no pide venganza, pero se tras-luce que está conforme conque los demás latomen.... siempre que salga de las alturasgubernamentales, no es esto?

Luego, preguntándole lo que es el anarquis-mo, agrega:

"El anarquismo dígase lo que se quiera,no es solamente un hecha, sino una idea, Ómejor dicho, una consecuencia lógica, ímpla-cable, de los príncipios disolventes que se levan-tan como estandarte de combate contra elEvangelio de Cristo, por los apóstoles de lanueva redención: ni sus adeptos son simples

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neuróticos y dementes, como afirman los fre-nólogos y frenópatas materialistas, sino, por elcontrario, hombres consecuentes, quizá losúnicos consecuentes de esta época decadenteé hipócrita, en la cual son contadísimos losindividuos que practican lo que creen.

Y estos individuos consecuentes ¿se quieresaber de quién son hijos?

"Después que el fraile apóstata de Alemaniaproclamó la independencia absoluta de la razónen materias de fe, se produjo como corolarioinevitable, la duda intelectual de Bailly, quesiguiendo libremente su camino, llegó á la in-credulidad de Rousseau y a la burda, cínicay sacrilega blasfemia de Voltaire.

"La Iglesia de Jesús puso en guardia al uni-verso, levantando diques á la invasión de error;mas los pueblos, ó continuaron en su letargode muerte, ó hicieron causa común con losenemigos del Crucificado, y entonces, de estecontubernio nefando, nació la Enciclopedia, cu-yos frutos amargos han sido sazonados al ca-lor de los principios del 89, cuando en con-cilio pleno se proclamaron los derechos delhombre, aboliendo los de Dios, para servirlos,humedecidos y rebozados en sangre de reyesy sacerdotes, en el gran festín de carne huma-na que el 93, los comensales del Terror, cele-braron en obsequio de la diosa Razón.

Un compás de espera, diré así, se produjoentonces, á fin de dar comienzo á las grandesrepresalias; pero poco duró, y la semilla sem-brada ha germinado, y la apoteosis de la ini-cua revolución, que con su mentido lema de"Libertad, Igualdad, Fraternidad," enloqueciólas multitudes, tanto más hambrientas, cuantomás progresaban las invensiones de la indus-tria y los adelantos del comercio, y estimula-das por la insolencia de los ricos, que despil-farraban en lujos y sensualidades, lo que sobra-ría á los pobres para vivir cómodamente, re-percutiendo aún en sus oidos aquel grito deProudhon: "La propiedad es un robo," dijeron,"repartámonos los bienes de la tierra, puestoque á todos nos pertenecen en proporciónigual", y vino á luz el socialismo."

"Mas los factores ae los crímenes que cubrie-ron de luto á la Religión y abarrotaron de ca-dáveres los claustros de los conventos, enrique-ciéndose con sus bienes, cuyos réditos cons-tituían la herencia de los desheredados, al veramenazada su fortuna escandalosa, se reunie-ron en congreso para gritar, ¡al ladrón, al la-drón! ¡la propiedad es inviolable! ¿Es inviola-ble? ¿Y no nos decíais, exclamó la turba, quetodos somos iguales y que todos éramos libres?Pues entonces venga nuestra porción.. sino...iSocorro... favor... al criminal!... ¡Quécriminal!!! Y ahí tenéis de cuerpo presente alanarquismo; y dibujado el árbol de su genea-logía directa, con las líneas deficientes que im-pone la brevedad del caso.

"Ya veis que este mal, considerado en su orí-gen, se remonta muy atrás, y es absurdo yrisible á la vez pretender destruirlo respetandolas causas que lo engendraron."

Muy bien señor genealogista; ¿y el remedio?Pues, el remedio, ya está visto, el de siempre.Volver al punto de partida, anular todo loque se ha hecho desde el maldito fraile alemánque tanto escuece el alma del Sr. Salgado:

"Maestros de la ciencia y el saber, enseñadá los ignorantes; pero que el primer libro quecoloquéis en sus manos sea el Catecismo.. . .De este modo, regenerado el organismo socialpor la influencia del Evangelio, y restablecidoel reinado de Jesucristo,—¿cuál? él que prome-te el cielo, ó el que fundó la Inquisición y en-gendró las guerras religiosas?—desapareceránlos peligros del anarquismo y los hombres nostrataremos como hermanos, y la paz y el ordenreinarán en el universo."

Amen. Pero de este remedio se puede decirlo que del socialismo católico dice Alfredo Cal-derón en su libro Nonadas:

"Hay contra el pretendido socialismo, cató-lico un argumente incontestable. Se puede te-ner fé en la eficacia del aceite de hígado debacalao para combatir la debilidad y el raqui-tismo. Pero si alguien que viniese usándolodesde su más tierna infancia degenerase, ápesar de ello, en débil y raquítico, mal acogi-do sería quien le recomendase el tal aceitecomo remedio á su dolencia. Mil novecientosaños de catolicismo no han impedido que la lu-cha social surgiera. ¿A quién puede ocurrírseleque se halle en el catolicismo la soluciónde la lucha social?''

Por lo demás, nos parece que el Sr. Sal-gado, al establecer con tanta imparcialidad elárbol genealógico del anarquismo, hubiera de-bido decirnos los motivos que impulsaron alfraile alemán á rebelarse contra el dogma ca-tólico de aquellos sus tiempos, que ya nada decristianos tenían, gracias á los que predicandoanteriormente el cielo se repartieron católica-mente la tierra de los paganos» enseñando daeste modo el camino á esta burguesía que tantocombate el presbítero.

Claro que de decírnoslos no hubiera podidovolver al punto de partida, á la famosa pana-cea desacreditada, y no hubiera podido lanzará la faz de la sociedad contemporánea la frasedel Justo, ''todos habéis puesto en él vuestrasmanos" y que nosotros hacemos extensiva alviejo catolicismo.

Sí; "todos habéis sembrado vientos" señorpresbítero; "todos habéis abusado,—religiosos ylaicos—de la paciencia de la res humana;"seremos, pues, consecuentes con lo que todosnos habéis enseñado.

Es completamente inútil que católicos ran-cios y católicos galdosianos, que nobles anti-guos y capitalistas al día se recriminen mutua-mente y se arrojen unos á otros la famosapelota de la culpa. Inútil también que "los hom-bres del liberalismo tiemblen como cobardes''y que presbíteros trasnochados pidan leyes pro-tectoras y vueltas á lo que fue.

Lo que fue ha sido; el espíritu de aquellostiempos ha muerto y los cadaveres no se re-sucitan. El mundo marcha, pero no como loscangrejos, como pretende el Sr. Salgado.

Pero bueno es ver, aunque de tarde en tar-de, cuñas como el citado presbítero, hundidasá mazazos vengativos en el cuerpo de los quetan buenas migas hacen con ellos. Nosotros,ya que no podamos comer, reimos.

No, no es la oración fúnebre á Cánovas loque ha rezado el Sr. Salgado; es la oración fú-nebre de la burguesía, y lo mejor del caso,es que ei mismo se ha encargado de ponerlade cuerpo presente, en toda su nauseabundadesnudez, al final de su discurso. El presbíteroes sastre que conoce el paño. Y diga lo quequiera, lo que comenzó el fraile tiene que con-tinuar, pues éste es el progreso.

P.

El grupo "Los Ácratas" dará el Domingo5 del corriente una conferencia en la calleSanta Adelaida 340 (Barracas al Norte) tema:«La Cuestión Social» á l a s 2 p.m.

En el Café(CONVERSACIÓN DEL NATURAL.)

IVCésar — Me gusta hablar con V, porque

tiene un modo de exponer las cosas que pare-ce tenga razón.... y no digo que no la tengadel todo. Absurdos, aparentes ó reales, los hayen el actual orden social; por ejemplo, unacosa que no se explica es la aduana. Mientrasaquí la gente se muere de hambre ó de pel-lagra por falta de pan bueno y abundante,el gobierno pone dificultades en dejar entrarel trigo de América que lo tienen en abundan-cia y de sobras y otra cosa no desean sinovenderlo á buen precio. Esto parece como siuno tuviese hambre y se negara á comer;pero.. . .

Jorge. — Perfectamente, pero el gobiernono tiene hambre, como tampoco tienen ham-bre los propietarios del trigo en Italia en inte-rés de los cuales el gobierno establece fuertesderechos de entrada á los trigos del extranje-ro. Ya vería como no lo rechazarían si en vezde mandar el gobierno mandaran los ham-brientos!

César.—Lo sé, y comprendo que con es-tos argumentos logren Vs, abrir brecha en elpueblo que solo vé las cosas en conjunto y deun lado solo. Pero para no equivocarnos senecesita examinar todos los detalles de la cues-tión. Verdad es que el interés de los propie-tarios influye muchísimo en la imposición delos derechos de entrada. Pero por otra parte,si las fronteras estuvieran abiertas á todos, losamericanos que pueden producir el grano y lacarne en mejores condiciones que nosotros,acabarían por abastecer por completo todonuestro mercado, y entonces, ¿que harían loscampesinos? Los propietarios quedarían arrui-nados, pero los trabajadores aún estaríanpeor, y aunque el pan se vendiera á cincocéntimos el kilo, como estos cinco céntimosno se ganarían, moriríamos de hambre lo mis-mo. Además, los americanos que nos abaste-cerían de trigo, poco ó mucho querrán que seles pague, y si en Italia no se trabaja conque se les pagaría? Me dirá V. que en Italiase podrían cultivar aquellos productos para loscuales el terreno y el clima son más apropó-sito y cambiarlos con los extrangeros, comoel vino, la naranja, las flores, etc. Pero si es-tas cosas que nosotros podemos producir ba-rato los demás no las quieren, sea porque nolas usen ó porqué ya las produzcan, que ha-cer? Esto sin contar que para transformar loscultivos se necesita capitales, conocimientos ytiempo; ¿que comeríamos, pues, entre tanto?

Jorge — Perfectamente; V. ha puesto eldedo en la llaga. El librecambio no puede re-solver la cuestión de la miseria como tampocola soluciona el proteccionismo. El librecambiobeneficia al consumidor y perjudica á los pro-ductores y viceversa el proteccionismo bene-

ficial al productor y perjudica al consumidor, locual en definitiva, para tos productores, que sonal propio tiempo consumidores y productoreses siempre lo mismo.

Y continuará siendo siempre lo misma hastaque quede abolido el sistema capitalista. Si losobreros trabajaran por cuenta propia, y nopara aportar ganancias á los patronos, enton-ces cada país podría producir lo suficiente ásus necesidades y además solo le faltaría po-nerse de acuerdo con los obreros de los demáspaíses para distribuirse el trabajo de produc-ción según la calidad del terreno, el clima, lafacilidad de encontrar ¡a primera materia, ladisposición de los habitantes, etc., de modo quetodos los hombres pudieran obtener el máximode bienestar con el menor esfuerzo posible.

César. — Sí, pero esto son sueños de co-lor de rosa.

Jorge. — Serán sueños ahora; pero cuan-do el pueblo comprenda que así se puede vi-vir mejor, el sueño se convertirá en realidad.No hay mas obstáculos que los que opone elegoísmo de una parte y ia ignorancia de losmás.

César. — Hay otros aún, amigo mió. Seimagina acaso que suprimido el patrono na-daremos en oro....

Jorge. — No digo esto, al contrario; yopienso que para salir del estado de penuria enel cual nos mantiene el capitalismo, y paraorganizar la producción de modo que puedasatisfacer ampliamente las necesidades de todosse necesitará trabajar mucho. Pero no son lasganas de trabajar lo que falta al pueblo; es laposibilidad de trabajar. Nos lamentamos delsistema actual no solamente porque nos tocamantener los vicios de los ociosos, — y nome negará que lo hacemos á regañadientes —sino porque estos mismos ociosos reglamentanel trabajo ellos solos y nos impiden produciren abundancia para todos.

César. — Exagera V. Verdad es que ame-nudo los propietarios dejan de hacer trabajarespeculando con la escasez de productos, peromucho más a menudo aún es porqué estáníaltos de capitales. La tierra y las primeras ma-terias no bastan para producir. Se necesitanlos instrumentos, las máquinas, los locales, losmedios para pagar á los operarios mientrastrabajan, el capital, en una palabra; y este nose acumula sino lentamente. Cuantas empresasno quedan en proyecto ó fracasan apenas co-menzadas por falta de capitales! Y si vinierauna revolución social, según creo desea V. figúrese cuantas más no fracasarían! Con ladestrucción del capital y el gran desorden queacarrearía, iríamos á parar á la miseria gene-ral.

Jorge. — Esto es otro error ú otra mentirade los defensores del orden actual: la falta decapital. El capital puede faltar á esta ú á otraempresa á causa del acaparamiento que efec-túan algunos, pero tomando la sociedad en ge-neral, encontrará que hay una gran cantidadde capital inactivo, del propio modo que existeuna gran cantidad de tierra inculta. ¿Nó vécuantas máquinas enmohecen, cuantas fábricasquedan ociosas, cuantas casas sin inquilinos?Se necesita el alimento para los obreros mien-tras trabajan, pero, en suma, estos obrerosaún que no trabajen deben comer del mismomodo! Comen poco y mal pero viven y estánprontos á trabajar apenas un patrón tiene nece-sidad ds ellos; por consiguiente no es porquefalten los medios de vivir que los obreros notrabajan!

Figúrese, cosa que se ha visto varías ve-ces, que un terremoto destruye una ciudad, óa sóla una entera comarca. En poco tiempo laciudad ser reconstruye, mas bella que antes, yen la comarca no quedan ni trazas de desas-tres. En este caso, como que los propieta-rios y capitalistas tienen interés en hacer traba-jar, los medios se hallan enseguida, y sereconstruye en un abrir y cerrar de ojos unaciudad entera en la cual acaso anteriormentehacia diez años que se venia diciendo que nohabía medios para fabricar siquiera una "casaobrera. „

Respecto á la destrucción del capital que seproduciría en tiempos de revolución, hay quecreer que, en un movimiento consciente hechocon el objeto de poner en común las riquezassociales, el pueblo no será tan tonto de ir ádestruir aquello que vé á pertenecerle.

No; ciertamente habrá dificultades antes quelas cosas se arreglen buenamente; pero impe-dimentos serios» sin vencer los cuales no sepuede principiar, yo solo veo dos, la incons-ciencia del pueblo y los guardiasciviles.

Ambrosio-Pero dígame, Vd. siempre ha-bla de capital, trabajo, producción, consumo;y de derecho, de justicia, de moral, ¿porqué notrata Vd. nunca?

Las cuestiones respecto el mejor modo deutilizar la tierra y el capital son muy impor-tantes; pero mucho más importantes aún, por

que son fundamentales son las cuestiones mo-rales. También yo desearía que todos estuvieranbien, pero si para alcanzar esta utopia hay queviolar la ley moral, si hay que renegar de losprincipios eternos del derecho, sobre los cualesdebe fundarse toda sociedad civilizada, !ohlentonces prefiero antes mil veces que con-tinúen para siempre los sufrimientos actuales.

Cesad de una vez de seducir á las masas in-concientes, no suscitéis quiméricas esperanzas-en el ánimo de los desheredados, no sopléis enel fuego que desgraciadamente se oculta bajolas cenizas y amenaza extenderse. Acaso que-réis, bárbaros modernos, destruir en un terriblecataclismo social la civilización que es la glo-ria de nuestros padres y nuestra? Si queréishacer buena obra, si queréis disminuir, en lamedida de vuestras fuerzas, los sufrimientos delos miserables, predicad ¡a santa resignacióncon su propia suerte, la verdadera felicidad con-siste en saber contentarse. Por otra parte to-dos llévamos nuestra cruz a cuestas; cada clasetiene sus tribulaciones y sus deberes y no-siempre son felices ¡os que viven entre rique-zas.

Jorge—Vamos, Señor magistrado: deje ustedá un lado las declamaciones sobre los gran-des principios y las convencionales indig-naciones; aquí no estamos en el tribunal, y porde pronto, Yd. no tiene que pedir o pronun-ciar ninguna sentencia en contra inia.

Al escucharle se adivina perfectamente queusted no vive entre los desheredados. La re-resignación de los miserables es muy útil . . . .para los que viven á su costa.

Escuche Vd. lo siguiente si fuera verdadque el derecho, la justicia, la moral, exigieran yconsagrarán la opresión, y la infelicidad ani-dara solamente en un ser humano, yo diriá áusted enseguida que e¡ derecho, la justicia, y lamoral son mentiras, armas infames forjadasen beneficio de los privilegiados, y armas in-fames son, de hecho, cuando los estudiamosconcretados en los códigos de las varias so-ciedades.

Derecho, justicia, moral, deben tender almáximo bienestar posible de todos, de !o contra-rio son sinónimos de poder e injusticia. Y estanta verdad que este concepto de la existen-cia del bienestar social responde á la necesidaddel desarrollo del género humano, que se haformado y persiste ápesar de todo el interés-que en contra han tenido aquellos que hasta elpresente han mandado en el mundo.

Usted mismo no podria defender, sin recu-rrir al sofisma, las présentes instituciones socia-les con estos mismos principios de justicia yde moral, tales como Vd. los entiende cuandohablar en abstracto.

Ambrosio—Es Vd. muy presuntuoso, Nole basta negar, como me parece está Vd. hacien-do, el derecho de propiedad; sino que pretendaque nosotros estamos incapacitados para defen-lo con nuestros propios principios

Jorge- Precisamente; y si Vd, quiere, se lodemostraré en nuestra próxima entrevista.

(Continuara)

INCONCEBIBLESi; es inconcebible ei desparpajo con que

una parte de la prensa burguesa osa aúndesmentir sean ciertas las atrocidades queel gobierno de Cánovas ha cometido enlas personas de los procesados ,anarquistasy no anarquistas, que durante más de tre-ce meses han expiado en las cárceles yfortalezas de Barcelona crímenes quenunca soñaron cometer.

En vano ha sido que la prensa imparcialde toda Europa y Américas, hac ¡endoseeco del dolor de centenares de encarcela-dos, haya puesto de manifiesto lo que de-trás de la versión oficial, ha ocultado de infa-me éste proceso. Aun hay periodistas quecon intencionada y rastrera mala fé pre-tenden disculpar al Gobierno español,cebándose en las victimas cuyas rotundasafirmaciones ponen en duda, só pretestode que es más verídico el testimonio deun diplomático, como si no supiéramos desobra como se escribe la historia en estoscasos, y la estrecha solidaridad que uneá todos los hombres de gobierno de dis-tintas naciones, solidaridad que les impo-sibilita para culparse reciprocamente.

Cabíale al Corteo Español de esta ca-pital el alto honor de ser imparcial y seapresuro en su edición del 27 de Agostoá ocupar el puesto de los lacayos, en lassiguientes líneas.

LOS ANARQUISTAS EN MONTJUICH«Siempre dispuestos á recoger todo lo

que sea materia de escándalo, algunos pe-riódicos madrileños de oposición ministe-rial comentan las falsedades que un anar-quista español ha contado al Daily Chro-nicle, y fingiendo dudas que no se puedentener ante imputaciones notoriamentecalumniosas, dirigen al gobierno preguntasinnecesarias y piden rectificaciones, inne-cesarías también. Otros periódicos publi-

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carón telegramas en que a proposito deltrato dado á los anarquistas en Mont-juich, se hablaba de una carta que publicóel Times, y que, por su origen autorizado,debíó ser la última palabra en esteasunto.

Esa carta, de la cual hemos dado ya áconocer en estas columnas algunos párra-fos, es del ministro de Holanda en Madrid,y á continuación la reproducimos integra,considerando que nadie ha de preferir,como dichos periódicos,, las calumnias deun anarquista al honrado testimonio de undistinguido díplomatico:

"Madrid. 27 de junio de 1897.«Cuando estuve en Barcelona hace unos

quince dias, fui á visitar el castillo deMontjuich en donde se encuentran pre-sos los anarquistas. Se hallan en él en grannúmero unos 17 segun creo pocos con-denados, á cadena perpetua, algunos otrosque seran enviados a Rio de Oro y otrosvarios serán puestos en libertad en lafrontera.

«Como usted sabe, el castillo está ex-plendidamente situado, y todas las celdasson excelentes saludables y claras. Pre-cisamente el día que fui habían ido á vi-sitar á los presos sus familias; los vi muycontentos, asomados a las ventanas delas espaciosas salas donde estaban reu-nidos.

«Cuando se permite á las familias unao dos v e c e s a la semana visitar a lospresos, éstos salen al recinto exterior ycomen con sus parientes. También vilas celdas de los presos peligrosos. Gene-ralmente estan dos ó tres juntos; las cel-das tienen grandes ventanas (con barrasde hierro, por supuesto!, y son mejoresestas habitaciones que el mejor sotabancode las casas de Londres.

«A mi llegada, lo que me llamó la aten-ción inmediatamente fué observar lo con-tentos que parecían aquellos individuos,que inspiran tanta lástima al pueblo; ycuando e] comandante del castillo y yovisitamos las celdas de los presos peligro-sos, me chocó !o cariñosamente que lesaludaron y la bondad con que este señorcorrespondió á su saludo.

«—Buenos días mi general, buenos d í a s -dijeron agitando á la par la mano, comose acostumbra a hacer aquí.

«Manifesté al general mi asombro al vertanta amabilidad.

«—Ya veis me contestó—yo procuro sercon ellos tan bueno como la ordenanza yel buen orden me permiten. Comen bieny se les da buen trato, y por eso estánagradecidos. Después de todo—añadió —nunca han tenido mejor casa ni camas tanbuenas.

«Poco después vi á la única mujer queestaba presa: la famosa émula española deLuisa Michel.

«Está alojada en una buena habitación,con grandes ventanas situadas en el pi-so bajo, donde vive en compañía de suesposo.

«Después de todo lo que he visto en lascuatro horas que duró mi visita al casti-llo, debo decir que será difícil ver unaprisión más saludable, ni presos mejortratados.

«Como todos sabemos, el pueblo españoles generalmente bueno y de buen cora-zón, y he adquirido el convencimiento deque el comandante del castillo y los oficia-les á sus órdenes son personas que confir-man esta opinión generalizada. Porque sicumple con su deber y hacen respetar laordenanza, lo verifican con toda la genero-sidad que les permiten las circuntaucias.»

De calumnia califícalo relatado al DailyChronicle por el aludido anarquista; peronosotros que no nos duelen prendas, noscomplacemos en oponer al honrado testi-monio del distinguido diplomático, el si-guiente documento que, debería llenar devergüenza á todo el que nombre de españollleve.

Helo aquí:Señor director de El País.—Madrid.Muy señor nuestro: Hemos leído en el

Heraldo de Madrid, fecha 25 del pasadojulio, un escrito titulado «Manifestacionesá Cánovas», y en él, entre otras cosas, sedice:

«El señor Cánovas recomendó á los pe-riodistas leyéramos el Times, que llegóayer, en que se publicaban las opinionesde Huel, ministro de Suecia.

»Espontáneamente, ha hecho un estudiodel trato que se da á los anarquistasde Montjuich, y bajo su firma desmienteesas atrocidades que nos han atribuido, yelogia á España por las condiciones de laprisión.»

Los firmantes que aún no há tres sema-nas hemos salido del castillo de Mont-juich y de la cárcel pública, debemoshacer constar, en defensa de la justiciay de la propia dignidad, lo siguiente.

Que en el castillo de Montjuich se hanefectuado terribles torturas en las perso-nés de Francisco Gana, Tomás Ascheri,Juan Bautista Oller; Antonio Nogues, JoséMolas, Francisco Callís, Sebastián Sunyer,Luis Mas, Joseph Thioulouse, y algún otroque no sabemos fijamente el nombre.

Que estas torturas eran por medio delhambre, sed, sueño, retorsión de testícu-los, hierros candentes aplicados á las car-nes, un casco de hierro que aplasta lacabeza, latigazos, introducción de cañitasen las uñas etc., etc.

Que estos procedimientos se emplearonpara lograr que las víctimas firmasen lasdeclaraciones en que se basa el procesode la calle Cambios, declaraciones todasfalsas, inventadas por los inquisidores ójetes inmediatos.

Por lo tanto, repetimos, una vez más:1º Que es cierto todo cuanto se ha di-

cho respecto haberse efectuado en elCastillo de Montjuieh torturas tan terri-blemente crueles é inhumanas, de lasque no es posible formarse una idea des-cribiéndolas.

2º Que todo el proceso, resultancia detales torturas es una mentira sin nombre;pues ni Tomás Ascheri fue autor de labomba, ni los otros infelices condenadostienen absolutamente nada que ver con elatentado de referencia.

Suplicamos en conclusión, á las personashonradas de todos los países, que no sepresten á servir de escudo á estos repug-nantes inquisidores, y que por amor á lahumanidad se pongan resueltamente departe de las inocentes víctimas, ya que to-do es pasagero en las sociedades y la His-toria queda, y realmente seria sensible queel nombre de algún hombre de corazón que-dara confundido con el de otros que nacie-ron para ser maldecidos.

Londres 2 Agosta 1897.Calletano Olles, Antonio Romanet, Cris-

tobal Ventosa, Salvador Prat, Pedro Bures,Abdon Navarro, Emilio Navarro, A. Belv Oller, Juan Ventura, Narciso Puig, Pe-dro Padre, Magin Fonell, José Torres,Vicente Pi, José Testarl, Francisco Mano-beur, José Artigas, Jaime Torrents, JoséMiguel, Manuel Barrera, José Bonet, Pont,Tomás Calima, Pedro Pons, Juan Beron-treus, Alfredo Rugiero, Teresa Claramunt,Sebastián Lerdaños y Antonio Gurri.»

(De El País, Madrid, 7 Agosto 97.Como se vé, ya no es un anarquista so-

lo, son varias las personas que con su firmay responsabilidad acreditan todo lo queha circulado en la prensa europea.

Sean ó nó de oposición ministeriallos pe-riódicos españoles que se han hecho eco detanta infamia, nadie nos negará que mayo-res afinidades tienen con el orden de cosasexistentes que con los anarquistas, y esto,que da testimonio de su imparcialidad, de-bería hacer meditar á estos periodistas,que como el Correo Español, defienden to-das las malas causas á trueque de estarbien con quienes mandan, sobre la honradezgubernamental de sus amos y señores.

Y no es esto todo. Con anterioridad áesta carta de los presos, el propio Paísde Madrid, encargóse de poner de mani-fiesto la duda que á todo escritor honradoasalta cuando se leen rectificaciones ofi-ciales por el estilo de la que tanto créditole merece al citado Correo Español.

No nos cabe duda alguna que este últi-mo periódico habrá leido los comentariosque al País mereciéronle los desmentís delaludido diplomático, pero creemos tambiénque desde el momento que su imparciali-dad vedóle publicar el pro y el contra eneste asunto, es señal evidente de una ma-la fé digna solamente de las inquisitoria-les instituciones que defiende.

Pueden de ello convencerse los lectores,con leer lo que el País, de Madrid, con fe-cha 1o de Agosto, dice entre otras cosasen su articulo de fondo titulado, «Por Ho-nor de España.»

Hay un periódico en Londres tituladoDaily Chronicle, cuyo número tenemos ála vista, el cual, á pesar de su importancia,debe estar vendido al oro de los enemigosdé la sociedad.

Sólo así se explica lo que sucede.Daily Chronide opone á la carta del di-

plomático, y con tanta oportunidad comoéste, la declaración jurada ante funciona-rio competente, y acompañada de certifica-dos del médico de Londres, en la que seafirma y prueba lo siguiente:

Que Francisco Gasea, uno de los anar-quistas extrañados, fue detenido sin autode juez, permaneció preso sin formaciónde causa, no se le recibió declaración judi-cial, y, á más de todo esto, fue sometido átormentos que explica.

En sn cuerpo están impresas las señalesde los afables tratos, los médicos certificande las causas de ciertas horribles cicatricesque Gasea tiene en algunas partes de sucuerpo.

Y eso que, por respeto á la decencia y alpudor, el diario ingles suprime una intere-sante parte de la declaración.

Esa declaración del Daily Chronide escomo un conforme puesto al pié de las ma-nifestaciones de los procesados; es una co-sa á la que no se puede contestar con unsuelto de pacotilla, coa una negativa bur-lona, con una cuchufleta de agradecidoministerial.

J. PERMAR

Quien eseribe estas líneas ha tenido oca-ción de seguir paso a paso todas las peri-pecias de este odioso proceso, y tal comole ha sugerido su escasa inteligencia harecopilado en voluminoso folleto (1) datosy documentos que cree elocuentísimos, yafirma son verídicos y sinceros, más ve-races que el honrado testimonio del distin-guido diplomático; y no tiene por consi-guiente, reparo alguno en ofrecer al Im-parcial Correo Español un ejemplar quele demuestre la mala fé en que ha incurri-do al publicar lo inserto en sus colum-nas.

No es la sola convicción moral de lainocencia de todos los procesados y con-denados lo que ha reflejado la piensade Europa; es la convicción material loque ilota en el ambiente: no es la bola denieve del rumor público; es el contra-pro-ceso con pruebas aplastantes y testimoniosirrecusables formado por todos los hom-bres decorazón y de humanossentimientosincapaces de anidar en el pecho del autordel suelto del Correo Español.

Que el público compare y juzgue.— J. P.

(1) Vease en otro lugar de este número: el anuncio<Barbarie gubernamental en España>.

CánovasTanto se nos atronó los oidos con la pér-

dida del hombre de estado cuyo nombreencabeza estas líneas, á tan elevada alturamoral, intelectual y no sabemos si física,pusiéronle los periódicos de gran circula-ción de esta capital, que por un momentodímonos á creer (?) serían ciertas tantasvirtudes y cualidades.

Pero como nosotros creemos buena lafrase aquella de que, «los hombres nos pa-recen grandes porque los contemplamos derodillas, » liémonos entregado á la compro-bación de la verdad de tantas alabanzas, yde la lectura de algunos periódicos que na-da tienen de anarquistas, resulta que el co-loso es un coloso de á centavo según pue-de leerse á continuación:

¡A LA BARRA DE LA OPINIÓN!

Cánovas, el verdugo español, se imaginahaber acabado ya con sus víctimas, comoha concluido con su conciencia: la cual sehalla convertida en una bestia muerta.

Cinco hombres fusilados, una veintenaprecipitados en el fondo de los presidios ymás de cien arrojados al lado allá de lasfronteras, á sufrir las penalidades del des-tierro; he aquí su obra....

¡Puede estar orgulloso de ella! Tenien-do presente la sangre derramada, los quehan escapado á sus torturadores, al mismotiempo los que han sufrido las torturas, seproponen instruir á su vez el proceso deeste hombre cruel.

Un valeroso y ardiente ciudadano, M.Tarrida del Mármol, el autor del libro pal-pitante titulado Los Inquisidores de Mon-tjuich, del cual Rochefort ha citado infini-dad de párrafos en su diario, todos ellos im-pregnados da sangre, se ha puesto á la ca-beza de esta obra de reparación y de jus-ticia.

Achaca todas estas infamias á la incuriade ese tribunal regular, á ese tribunal queel dinero, las promesas ó la corrupción nopodían nunca corromper: la opinión pú-blica.

Allá, en Inglaterra, se han agrupado al-rededor de esta idea hombres de una noto-riedad y de una imparcialidad incontesta-bles.

En Francia se ha dirigido igualmente ávarios ciudadanos representantes de losdiversos matices de la opinión, para que nose le pueda acusar de pleitear su causa másque delante de amigos políticos.

Este jurado de honor que Tarrida propo-ne estará compuesto del modo siguiente:

M. Paul de Cassagnac, director de L'Au-torité.

M. Henri Rochefort, director de L'/n-transigeant.

M. Edouard Drumont, director de LaLibre Parole.

M. Georges Clemenceau, director de LaJustice.

M. Alexandre Natanson, director de LaRevue Blanche.

Debemos hacer constar de paso que Cas-sagnac está condecorado con la gran cruzde Carlos III y de Isabel la Católica. ¡Ah!...y la reina Isabel es madrina de sus doshijos.

Es decir, que aceptando tales jueces con-tra el ministro Cánovas, el ciudadano Ta-rrida del Marmol salva de antemano todaslas garantías de autenticidad que deberánacompañar á sus afirmaciones.

Estas afirmaciones son muy precisas:El tiende á probar;1o Qué el verdadero autor del atentado

por el cual tantas inocentes víctimas hansido torturadas, no ha estado jamás entrelas manos de la justicia.

2o Que dicho autor se ha declarado de-lante de muchas personas.

3o El verdadero origen de las bombasempleadas.

4o Que las declaraciones que han servidode base al monstruoso proceso de Montjiuichson falsas, y que han sido arrancadas afuerza de tormentos, ó por las amenazas detorturas inquisitoriales.

Todo esto no lo ignoraba Cánovas, perono fue obstáculo a que desahogara sus ma-las pasiones sobre los primeros que le vi-nieron á mano.

La civilización no puede tolerar que enpleno siglo XIX puedan cometerse estos es-pantosos crimenes

Cánovas y sus cómplices serán llamadospersonalmente o por delegación, ante estejurado de honor. El acusador se ofrece áconstituirse prisionero en Madrid si el jura-do declara ser falsas sus acusaciones.

No conozco nada demás atractivo ni de'más solemne que este llamamiento supre-mo a la conciencia francesa.

Vosotros sonreís?,... Cánovas se encoge-rá de hombros; más él no impedirá que al-guien se los marque con hierros canden-tes.

Ernest ROCHE, diputado.(L'íntransigeant de París, 22 Junió l897 .

Hemos recibido una sentida carta dt iospresos en el castillo de Montjiuich, en lacual se nos dice que aún no está dispuestoque vayan á cumplir la pena de extraña-miento, para la que tan injustamente fue-ron por el Gobierno condenados.

Verdaderamente que raya ya en lo irri-tante esto que el gobierno de Cánovas hacecon ciudadanos honradísimos, muchos delos que ni siquiera han sido procesados niinterrogados en el curso del proceso.

Y esto es tanto más vergonzoso, cuantoque en Alemania se ha publicadoun folletorelatando los martirios que se han realiza-do en esa moderna Bastilla que se llamaMontjuich ven Inglaterra acaba de publi-carse otro folleto con los retratos del juezSr. Marzo y de su ayudante Sr. Portas.

Y esto de Montjiuich es tanto más irri-tante, cuanto que está siendo el nombre es-pañol, por esta causa, la befa y el escarniodé las naciones cultas.

Por Barcelona está pasando un estado decosas que. francamente, el hombre libre nopuede vivir dentro de él.

La famosa policía judicial, para acreditarlos 20 reales diarios que gana cada indivi-duo, inventa semanalmente hallazgos debombas, depósitos de dinamita, y tras detales hallazgos vienen prisiones y registrosá primeras horas de la madrugada.

¡Y luego querrán los burgueses que elproletariado no les tenga cada día más odiomás rabia, y este odio y esta rabia no setraduzcan en bombas!

¡Maldito régimen éste! ¡Cuando quedaráreducido á escombros y sembrado de sal ellugar que ocupara, como aconteció con lasciudades biblicas de Sodoma y de Gomo-rra!

(Germinal, revista semanal ilustrada,Madrid 16 Julio 1897).

CÁNOVAS

El mundo entero condena el asesinatopolítico, y los mismos enemigos —muy nu-merosos—del ministro español, protestancon indignación contra el crimen que aca-ba de arrebatar á la penísula el hombre quela conducía á la ruina con una energía yuna buena voluntad dignas de mejor causa.

Pero si la muerte de Cánovas levanta laindignación, es necesario confesar, sin em-bargo, que no puede sorprender á nadie, yque las atrocidades cometidas en las pri-siones de Montjiuch dejaban presagiar eldesenlace actual.

La política española no podía sufrir evi-dentemente una impulsión peor de la quele imprimía Cánovas..

Tuvo á menudo la mano pesada y variasveces suprimió adversarios políticos, sacri-ficando sin vacilar las vidas humanas antela razón de Estado.

Nadie como él ha combatido mas ruda-mente las aspiraciones del pueblo españolhacía la libertad, nadie como él ahogó sinpiedad todas las tentativas de emancipa-ción, y las terribles ejecuciones que ordenósolo tenían una excusa, la sinceridad de lasconvicciones del atleta conservador.

Louis BRETÓN.(De Le Journal, Buenos Aires, 9 y 10 de

Agosto 1897. Y basta por hoy.(Se continuará.... si la paciencia nos lo

permite).Los compañeros que publicaban La Re-

volución Social avisan á los compañeros yperiódicos no manden mas correspondenciapara dicho periódico por haber dejado deaparecer.

LOS compañeros edictores de folletos yperiódicos pueden mandar dos ejemplaresal compañero F. Callis que junto con cintocompañeros más, han comenzado á sufrirlos 20 años de presidio que injustamentefueron condenados en el proceso de Barce-lona.

Dirección la siguiente: Francisco Callis.Confinado-Peñón de la Gomera (España)

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En defensa de nuestros ideales

Continuacion

El Sr. Flores amparandose en el artepara causar efecto deduce que es im-posible de todo la avisión del tra-bajo por falta de estimulo ya que todoslos hombres son iguales en la esfera economica esfera eco-nomica.

Explicado habemos la razón de estaigualdad y el estimulo. Contestaremosahora al argumento de ser imposible ladivisión del trabajo. ¿Por que es imposi-ble? Porque no hay otra razón. Ver-daderamente que es engorroso dilucidartan extremos detalles, ya que el funcio-namiento social no es una operación ma-temática, supuesto que depende del mo-mento en que se implante el nuevo ordende cosas, de la ilustración, de los senti-mientos de la conciencia de los miem-bros que compongan la nueva sociedad.Sin embargo, y aparte de los progresosque realice la humanidad, nos apoyare-mos en consideraciones naturales, en todotiempo y ocasión apropiable.

Si la división del trabajo es un mediode perfección y simplificación convenientea todos y á la mayor suma productiva,¿por que no ha de ser adoptada por lasociedad anarquista? ¿Es que cree el Sr.Flores que por ser los hombres libres hande hacer todo aquello que contrario seaá sus intereses, á su conveniencia, á susplaceres? ¿Se quiere suponer que los an-tojos han de constituir la general reglaen positivo daño social? Precisamente unade las causas más poderosas por qué Jahumanidad no avanza todo lo que conci-be factible es su rutina y acomodamientoá toda situación; porque colectivamenteama tanto el bienestar y tranquilidad,como pueda apetecer el individuo; lo cuales también garantía de armonía y esta-bilidad. Así, ;cómo cabe concebir que setenga, por ejemplo, el capricho de dormirde día y trabajar de noche, y hacerlotodo de suerte que sea contrario á lanaturaleza, á la higiene y al sentido co-mún? O se conceptúa muy imbécil ai hom-bre, ó hemos de confiar que adoptará lomás racional y conveniente; y si la divisióndel trabajo es conveniente y racional,¿cómo no ser adoptada? Lo natural esque estudiadas las necesidades sociales,la colectividad se avenga a procedimien-tos adecuados para satisfacerlas con todaslas posibles ventajas. Del mismo modo,si trabajando colectivamente unas horasdadas se obtiene la produccion necesariacon notable economía y menos esfuerzo,¿quien será el excéntrico que no apro-vechará tales condiciones, ya que redun-dan en su propio provecho? Además, lacolectividad, por más que el individuomantenga toda la integridad de su derechoy de su libertad, representa una fuerzamoral, á la que es difícil sustraerse; y silas costumbres productivas y sociales sonracionales y por demás convenientes, ¿quéindividuo, sin presión alguna, contra razóny justicia, ha de singularizarse? Se creeque una vez abandonados de la guardiacivil hemos de convertirnos en salvajes.Nada más erróneo. La vida expansiva ylibre de la sociedad regida por sí misma,garantida y garantizadora de la liberdaddel individuo; es á la vez la más exigente,extricta y justiciera. Véanse sino los mo-mentos en que los pueblos quedan dueñosde sus destinos, y se verá con cuántoafán entonces cuídanse de preverlo todo;de atender todas la necesidades, de ase-gurar el orden y la armonía sociales;diríase que el pueblo se ha convertidoen una sola familia. Todo esto. pues, nosasegura nuestra futuras conquistas.

De la parte del trabajo del Sr. Floresque analizamos, resta todavía el últimopunto, el derecho de poseer el productodel trabajo y su consecuencia la propie-dad individual.

(Continuará).

MISCELÁNEASRecientemente, un hombre, un anarquista,

dio muerte en España á i). Antonio Cánovasdel Castillo.

La prensa burguesa sin distinción de colorpolítico ni nacionalidad, puso el grito en elcielo gubernamental reclamando leyes de pro-tección contra el anarquismo.

Alas recientemente aún, estos días, el telé-grafo nos ha comunicado que lriarte Borda,presidente del Uruguay, fue muerto también abalazos, por otro hombre, un correligionario ájuzgar por lo que dice La Nación vie estacapital, por un patriota. Yes el segundo casoen la vecina República.

Diferentes escuelas han producido idénticasmatanzas.

¿Porqué la prensa burguesa no pids ahoraleyes especiales contra el patriotismo?

¿Porqué en el primer caso confunde las ideascon los actos individuales y no en el segundo?

¿0 es que la imparcialidad periodístico-bur-guesa tienen dos pesos y dos medidas?

Esperamos ( sentados ) a que El CorreoEspañol nos aclare esta, a nuestro modo dever, diferencia.

Leemos y pegamos."Aquel mismo detenido á raiz del atentado

de la calle de Cambios Nuevos, y que, comootros compañeros suyos, a pesar de haber sidoreconocida su inocencia por los tribunales com-patentes, ha sido condenado a la pena de ex-trañamiento, que no puede cumplir por faltade dinero para costearse el viaje, viendo quetodas cuantas gestiones ha hecho para procu-rárselo han sido infructuosas la rifa de sushijos, que ya dimos á conocer, propone desdela cárcel la siguiente oferta, cuyo sangrientosarcasmo no escapará al lector:

"Sr. Director de El Diluvio.Muy señar mió y de mi mayor considera-

ción:Anunciaba en mi carta anterior la subasta

de mi esposa y cuatro hijos, para poder mer-car mi libertad, solo fuera en extrañas tierras.

Como no se ha presentado ningun postor ápesar de la mucha garantía que ofrecia, y comopor otra parte veo que los que tenían dinerohan salido y los que quedamos llevamos tra-zas de pasar toda la vida en la cárcel, puestoque cuantos, más días pasan más difícil nossera recojer ei importe dei pasage, para com-prar mi libertad acudo al último recurso; mevendo el título de español con solo que meden lo suficiente para poder marchar, advirtien-do, que si no sale un alma generosa que mecompre título tan digno y honorífico, me haréel resumen de que estoy condenado á cadenaPerpetua— José Montemar.

Cárceles Nacionales de Barcelona'.—Dormi-torio núm. 6.—Julio 22, 1897.

Y no comentamos porque ya se lleva lasaiza.

* *Y de la tan zarandeada manifestación de

duelo á Cánovas ¿qué?Pues. . . .nada entre dos platos.Y eso que fue anunciada á son de bomba

y platillos, y que las invitaciones a! público, yá las sociedades extrangeras acreditadas conlas firmas raspadas á lo mas selecto y pu-lido, anduvieron cono llovidas.

En resumen para poder reunir cuatro galle-gos de la raza más bruta, que muy entusias-mados ellos, y como el vientre como un farol,siguieran a remolque del pingajo gualdad y rojo,03'eron un discursito que les endilgó el muyilustre y coloradote ministro de su muy empo-brecida patria, y á casita á esperar la muertede algún otro de los gordos para manifes-tarse de nuevo.

A eso queda reducida la gran demostra-ción ó entierro, ó cuento del tío, ó lo que fue-ra, porque muchas dudas tenemos sobre ello.

Como se comprenderá, el pueblo que con tan-to interés había sido invitado dió la nota mássaliente quedándose en casa.

Las sociedades argentinas y extrangerasbrillaron también . . . por. . . su ausencia.

Y á todo esto los de El Correo Espa-ñol rabiando y pensando en la tinta y en elsaber, y en los centavos gastados por asuntode tan poca monta ¡Tan felices que se lasprometían!

Nos alegramos.En todo, un medio queda todavía para re-

conquistar lo perdido, se mata otro ministro yvuelta a las andadas, ó á la demostración quesolo demostró lo imbéciles que son algunos.

** *

Con eí sentimiento que nos es propiopor la muerte de Cánovas, también nosotrosqueremos asociarnos al duelo para demostrarnuestra admiración por el g r an . . . tío.

Y si nuestra opinión ha de ser escuchada, ásemejanza de Tomás de Torquemada, este ben-dito de Dios, con más virtudes que el agua derosas, que ptonuoció 800 condenas de muerte,proponemos que se le santifique

Méritos los tiene sobrados.Por menos han canonizado á otros.Y otra cosa, mas, pues b¡en merecido lo tiene

el pobre, que á guisa de inri se le coloquela siguiente inscripción ''VICTIMA DE SU DEBER.ASESINO DEL PUEBLO Y ACERRIMO DEFENSOR DELA CANALLA BURGUESA.,.

Sería ia mejor manera de honrar su memo-ria y un gran ejemplo para el resto de los in-quisidores.

" . . . Pues s í . . . . como iba diciendo, ¡Que-rido pueblo! elige si quieres ver pisoteadas, digo-defendidos tus sacrosantas libertades á hombresconsecuentes con sus principios radicales cómoyo, á hombres rectos, probos, que sólo a tu.bien estar (y á llenarse los bolsillos de ester-linas) aspiran dispuestos á luchar por. la patria,por el bien de1 pueblo, de ese pueblo que lospolíticos sin conciencia, ni vergüenza ni dig-nidad, han engañado tantas veces, á hombres

salidos del seno de este partido radical, sano,liberal etc., etc. Elegidme y veréis la libertady los cosas buenas qee desde las cámaras osproporciono. „

Asi, decía un político consecuente a unoscuantos babiecasque lo escuchaban con la bocaabierta, y el hombre salió diputado,

A lo pocos meses leíamos en todos los dia-rios, los siguiente: "El señor Fulano de Tai,diputado radical, presentara a la aprobación dela Cámara, un proyecto de ley semejante alque rige en Francia y Norte America de repre-sión contra el anarquismo.."

No se podrá negar que aquél que hablabaá los babiecas sino cumple al pié de la letralo prometido no es por falta de voluntad; sinoporque sus colegas no aprueban sus proyec-tos.

Decididamente eso de los candidatos paraotra legislatura habrá que multiplicarlos,y como se van a presentar los socialistas,será muy conveniente también dividirlos.

BIBLIOGRAFÍAEditado en Brookiln por los compañeros

españoles, hemos recibido un importanteVolumen de más de 400 paginas tituladaLa Barbarie Gubernamental en España,en el cual están con admirable arte coleccio-nados, gran numero de documentos res-pecto al inquisitorial proceso seguido anuestros compañeros de Barcelona, cartade los fusilados, de los condenados, artícu-los y opiniones emitidas por gran númerode diarios de casi todos los paises del globoque de tan infame proceso se han ocupado.

Dicho libro viene á probar de una.manerainconcusa, precisa irrefutable lo siguiente:Que en España se ha sometido a la torturaá gran número de trabajadores para obli-garles a que se declarasen autores y cóm-plices de delitos que no cometieron.

Que por toda prueba para condenar Ámuerte, a presidio y á la deportación ánuestros compañeros existen las declara-ciones arrancadas por las torturas.

Que la bomba que ha servido de pretestopara asesinar 1egalmente a seis hombres,para mandar á presidio á 29\ y para depor-tar á gran número de honrados trabajadoresfue arrojada por la policía de Barcelonacomo se prueba con gran números de datosy documentos firmados y rubricados.

Es un libro que todos los hombres de co-razón sano deben adquirir facilitando deeste modo el apoyo á los compañeros edie-tores que, para poder publicarla han con-traído grande compromisos que deben sal-dar para continuar ia publicación de otrosno menos importantes libros.

—De Ancona (Italia ) hemos recibido elvalieate periódico anarquista L'Agitazionecon tres artículos denunciados y secues-trados.

Su dirección Via Cialdimi no. 10 Ancona.—De Ñapóles un nuevo periódico anar-

quista ¡Sempe Avanti!Dirigirse á M. Acamfora-Ferma in Posta

Ñapóles.De la Capital El Mecánico órgano de los

obreros del ramo.Editado por el grupo Los Aeratas de

Barracas un folletito de 14 páginas Capaci-cad revolucionaria de ia clase obrera.

Precio voluntario.Suscripción voluntaria á favor de

LA PROTESTA HUMANA.

LISTA NUMERO G.Suma anterior & 247,71

Capital.—J B. I,ÜO; Montero 2,00, B.ti.li. T.UO;Roberto 0,20; Lo que te dé gana 0.50; Costa.s0,5o; Un cura o,2o; G. J. i.oo; Lo que quieras0,20; Un asesi-o uurgneá 0,20; Zapatero 0,20¿Noy chic I,oo; J S. 0,50; K. M. 0,50; i o quequieras 0,25; Sobrante üe copas 0,25; P. S. 0,50;¥..• I,oo; J. V. 0,40; Satanás 0,50; Para ei duelode Cánovas x£milio Centeney Io.oo; Un fundidor0.5o; Asiunano 0,2o; Un Nergamasco o,lo; JoséDonati o,2o; Un anarquista etc. 0,20; De Lumasde Zamora H. Cuero 0,20; H G. ̂ \'° 3 0,50; Li-brería Esmeralda 0,20; Vicenta Bella 0,30; Aitair1,00; Cual sevol 0,50; Un .rengo 0,20; Un ga-llego 0,50; Baños deSanta Águeda 1,00; ün alde-ano ríe C bran 0,50.

Recolectado en la librería SociológicaUn affamato 0,50; H. G. N9 3 o,le; Los com-

pañeros del Tigre 0,50; Grupo Recoleta 1,00;' Al-fredo Merlo I,oo, BaJcounifne o,[5; .Spies 0,15: El33 0,20; Un panadero 0,70; Un panadero de hs4 estaciones 0.7o; Juan tepeyre 0,50; Cualquiercosa l.oo; L. D I.po; • Víctor Valle 0,50; Carien-zuela 1,00; Reunión ueaibiñileá 0,52; Angiolillo0,30; De Bahía Blanca A G. 0,50; D^ AyacuchoP M- 1,05; Uno qué desea á los burgueses etc.etc 0,40; P. l'assi l.oo; Ün Argentino 0,90; UnZaparero 0,40; Para kerosene etc. etc, 0,10; LaM, 1,0a; J. N. 0,50; Muerte á sagasta 0,15; Ua*zapatero descalzo 0,20,—Totáí; peios 5,70

Cuya suma viene répartid*<30tño sigue: « Pro-• testa Humana » 3 pesos, «Autonomía > pesos 1.70

- Agitazione » I peso.INTERIOR

• Rosario.—Un vjejo panadero etc. 0,20; Una queri*Üesea la Re^olüéón Social o,2o; Uno que grita

abajo la explotación 0,10; Cabeza de acero o, lo;

Uno de laudi» 0,20; Uno cualquiera 0,10; Unoque se llama el bón 0,20; A la «evolución So-cial 0,10 Un aburrido del trabajo 0,1o Un tu si-nese nemieo de Hurgúese l.oo; 1> Victoria J. M.1,5o; Hija de un burgués o,15; L.i uuigcr i*man-cipada o.oí Un guerrero anarquista o,¿o; ¡,i viu-na de Cánovas o,lo; l 'no que lira como Arredon-do o,to; Viva el revólver de Angiolilio o,lo; Unocualquiera o,l< ; I no (jue n> lo ¡>is6 el trtn 0,10;L.t mano de un muerto o,2o; Uu arzobism» 0,10,Uno cansado de e^iv.-u o,2»; Julio Koe.i o,lo,

I>H I'andi! P. crp 0,50; i*. Callista Tren-inv> o.̂ <>; v. Mataburgueses 0,50. - fotal gene-

BALANCE!> i 1° ¡M \! ] - ¡ : i 1. La Protesta Humana

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tualidad, hemos tenido que suprimir la pu-blicación del Movimiento Social, algunosartículos que nos han remitido, y tres listasde suscripción, una del grupo los Ácratasy de otros grupos, las otras que publicare-mos en el próximo número.

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