la nueva traza urbanadel lis - mexico franciamexicofrancia.org/articulos/p29.pdf · 2013-06-17 ·...

TIITÉXICO: LA NUEVA TRAZA URBANADEL PODER.FRONTER,AS ENTRE LIS PP.ACTICAS PORFIRISTAS

Y SU MODELO REPUBLICANO

Javier Pétez SillerBenemérita Univetsidad Autónoma de Puebla

El ordenamiento urbano refleja el proyecto de socíedad que se desea cons-

trui! pero ¿cuáles son las fronteras entre las prácticas políticas y los idealesque todo proyecto encierra? Desde 1896, los porfiristas propusieron crear unPalacio Legislativo Federal que se uniría en línea recta con el Palacio Nacio-nal, sede del poder ejecutivo. Así, se articrlaúa una nueva úaza de los pode-res republicanos. El gobierno 17amó aun concurso internaciond.paruescogerla mejor propuesta; pafticiparon más de cincuenta arquitectos venidos de

distintas partes del mundo. En 1898, el jurado declaró desierto el primerlugar y, con base en el proyecto de un arquitecto italiano, Ia Secretaria de

Comunicaciones y Obras Públicas (SCOP) contrató a un mexicano para su

ejecución. La decisión recibió numerosas críticas que provocaron, al cabo de

tres años, la renuncia del director de obras,Concebida como el proyecto más importante del régimen porfirista

-deseaban inaugurarla durante las fiestas del Centenario de 1a Independen-cia-,la obra no podía quedar en el abandono. Y para 1901 se contrató a unarqütecto francés, Émile Bénard. A los siete años ya se habían levantado lasestructuras metálicas de las crujías y de la sala de pasos perdidos, de lo quesería uno de los parlamentos más grandes del mundo.Elzl de septiembre de

232 Fronteras y sensibilidades en las Arr¿éricas

1910, en el marco de los festejos del Centenario de la Independencia, el pre-

sidente Díaz dirigió la ceremonia simbólica de la primera piedra.La Revolución sobrevino y, aunque Madero deseaba continuar su corts-

trucción, las urgencias sociales y las prioridades de los nuevos actores forzarona su gobierno a suspender los trabajos, rescindir el contrato con Émile Bénardy dejar abandonado el proyecto. Poco a poco la estructura fue desmontadapara reconstruir las destrozadas vías del tren. Hasta que en 1933, eI arquitectoCarlos Obregón Santacilia propuso convertir la gigantesca armadtua de la sala

de pasos perdidos en lo que hoy es el monumento alaRevolución.

Figura 1. Boceto del Palacio Legislativo Federal, rcalízado por Émile Bénard en l9O7 , y

boceto del Monumento a la Revolución de Carlos Obregón Santacilia. Fuente: JavierPérezsitl'e'r y Ma"haB::;i;ii:;';::l:,1:;#r!:":!ix'H,^;-patacio Legista'lh;o, hov

Con base en una exhaustiva investigación de archivos -oficiales y priva-dos- mexicanos y franceses', el artículo propone reflexionar sobre tres pro-blemas: el sentido simbólico del edificio dentro de las transformaciones que

experimentólatraza urbana de la ciudad de México;la sensibilidad políticaque subyace en la voluntad de construir una sede para los representantes delpueblo, y, alaluz de la historia del concurso, examinar las fronteras que exis-

ten entre unas prácticas autoritarias del podeq Ia dictadura porfirista y el

modelo republicano que la sustenta, lo que Franqois-Xavier Guerra denomi-nó <<1a ficción democrática>>.

' En México se consultaron: e1 Archivo General de la Nación, Ramo Comunicaciones y Obras

Públicas Palacio Legislativo Federal (en adeiante ACN-SCOP PLF); la Proyectoteca de 1a biblioteca de 1a

Secretaría de Comunicaciones y Transportes (ACf); el Archivo personal de José Yves Limantou¡ deposi

tado en el Cento de Estudios sobre México, CARSO (AJYL). Y en Ftancia el Centre des Archives Diplo-matiques de Nantes, Sérle Mexique (ceoN).

México: la nueoa traza urbana del poder 233

CREAR LA NUEVA TRAZA DEL PODER RE,PUBLICANO

los principios urbanísticos inspirados en el afrancesamientoque guiaron el desarrollo urbano de la ciudad de México fueron:Rectitil¿-uso de la línea rectay ángulos en el trazo de calles-,

Regularidad, U nifuruaidad y Monurn e ntalidad

Federico F emán dez Ch¡istlieb

Los porfiristas deseaban dejar inscrita enlaffazatrbana las aspiraciones quebuscaban como régimen -elevff el país al nivel de las naciones más civliza-das- y el modelo de sociedad que les servía de inspiración: la república. Eledificio del Palacio Legislativo debía competir con sus pares, encarnar eImodelo republicano y, a imagen de los trabajos aplicados en París por elBarón de Haussmann, propiciar una articulación de la geometría urbana quediera una nueva signifícación al conjunto,

Los modelos de padamentos que se conocían entonces eran los de lascapitales de las grandes potencias: la Asamblea Nacional de París, el Reichs-tag de Berlín, el Congreso de Viena, el del Imperio Austro-Húngaro, enBudapest, así como los congresos americanos de Lima, Bogotá, LaPlatay,sobre todo, el Capitolio de \X/ashington. Recordemos que el modelo para losedificios de Parlamento proviene de la tradición gnega y romana revivida enlos recintos masónicos. El primero que se construyó bajo ese espíritu en laera de las naciones fue el Capitolio, edificio que George \X/ashington inscri-bió en latnaza urbana con una concepción republicana.

Los fundadores de los Estados Unidos decidieron crear una ciudad sede

de los poderes de la Unión. En179r, Hamilton,Jefferson y Madison convoca-ron un concurso para construir la capital; lo ganó el arquitecto francés PierreCharles LEnfant. Su propuesta fue diseñar una ciudad donde se inscribieranlos ideales de la nueva nación. Así, se escogió un terreno colindante con elterritorio del mayor número de las antiguas colonias. Ala zona donde se ubi-caría la sede de los tres poderes la batttizarcn con el nombre de Columbia

-para honrar el trescientos aniversario del desembarco de Colón en América,que se celebraría en 1792_, mientras que las amplias avenidas llevarían 1os

nombres de las trece colonias que dieron origen a los Estados Unidos,George \X/ashington escogió el emplazamiento donde deberían estar los

edificios de los poderes. Ubicó el poder legislativo en el ápice de un triángu-lo con vista al Potomac. El eje izquierdo, avenida Maryland, iría d, río, parasimbolizar el lugar de llegada de los ingleses a esas tierras y aprovecharlacomo vía de comunicación fluvial. El lado derecho, avenida Pensilvania, iríadirectamente a la sede del poder ejecutivo, la Casa Blaruca, que ubicó exacta-mente a una milla de distancia. Detrás estaúa el poder judicial. Así, el poder

B4 Fronteras y sensibilidades en las Arnéicas

P A rr T o§

Frgwa2.Larraza de la ciudad de \Washington es de tipo masónico, rompiendo con la radicional úaza ortogonal apkcada desde la Edad Media. Se ca¡acferaa por su geometria t:il,an-

gular, cuyo centro es el Capitolio, que dista una mílla de la Casa Blanca. Fuente: Bibliotecadel Congreso de Washington

del pueblo -del que emana toda soberanía- jugaría el papel de intermediarioentre los otros dos.

Esa idea de alineamiento entre los edificios de gobierno la retomaronlos porfiristas. Querían hacer un corredor que fuera del Palacio Nacionalhasta el nuevo edificio del poder legislativo. De hecho, la zona del ponientede la ciudad ya se había expandido desde fines de los años 1880; al regresar alpodeq casado con Carmelita Romero Rubio, Porfirio Díaz cambió la sede de

la residencia presidencial, ubicada en el Palacio Nacional, al Castillo de Cha-pultepec. Parala década siguiente, el paseo de la Reforma se había embelle-cido y sobre las calles aledañas se levantaron numerosas mansiones y palace-tes de los «hombres prominentes del Régimen». El mismo José YvesLimantour, poderoso secretario de Hacienday <<1efe de los Científicos>>, hizoconstruir su casa, con estilo ciertamente afrancesado, en la intersección de laavenidaJtárez con Bucareli, frente a la estatua de Carlos IV, conocida como

México: la nueua traza urbana del poder D5

«El Caballito>>. Y en esa zona habían comprado los terrenos para levantar elnuevo Palacio del Poder Legislativo.

E1 alineamiento entre los edificios del Palacio Nacional y el PalacioLegislativo era posible y se tenía un antecedente. En L852, por órdenes delpresidente Mariano Arista, el presidente del Ayuntamiento, Miguel Lerdo deTejada, gestionó el traslado de la estatua de Carlos IV del patio de la uníver-sidad a la rotonda ubicada en la intersección del paseo de Bucareli y la calledel Calvario. Pero no se ubicó en el centro de la rotonda porque <<cuando se

eligió el paseo de Bucareli para colocar la magnífica obra del Sr. Tolsá, el Pre-sidente Sr. Arista quiso que fuese üsta la estatua desde Palacio>>. Detalleimportante para e7 futuro alineamiento que debería satisfacer el arquitectoÉmile Bénard y que merec e la pena referiq ya qúe los arquitectos de la Ciu-dad que entonces se encargaron de la nueva ubicación de «El Caballito»comprobaron que era posible llevarla a cabo:

Entre los señores Gargollo y Restori determinaron el lugar de su colocación,poniendo a las cinco de la mañana en el centro de la calle de Plateros [hoyMadero] una banderola blanca, para correr la visual científicamente, lo cualcausó gran alarma,pues la gente creía que la AcordadayTa Ciudadela se habíanpronunciado y que ya se ponía bandera de parlamento; luego que la quitaron se

disolvió la multitud2.

En esos tiempos de inestabilidad,la anécdota resulta hoy divertida y lacríticaque desató ese cambio en Ia prensa de entonces fue muy reveladora delos modelos políticos en pugna, ya que no era concebible que: <<en una Repú-blica se hiciera ostentación de la efigie de un Monarc»>. A lo que se respon-dió con el argumento de que se trataba de honrar a una obra de arte. En rea-lidad, desde l824la efigie de Carlos IV había sido escondída en los patios delá universidad por temor a que los sentimientos antiespañoles y antimonár-quicos enardecieran las masas y la destruyesen.

Buscar una nueva ubicación era como resucitar esos fantasmas. La esta-tua revestía un doble mensaje: por un lado, representabael reconocimiento a

las artes logradas durante e1 virreinato -en la efigie del rey español, ahoraorientado hacia una de las garitas externas en disposición de <<abandonar laciudad. ..>>-, clara expresión de sentimientos de nostalgia por una época y unrégimen. Y por la otra, confirmaba el cambio de articulación de la manchaurbana que venía dándose desde fines del siglo XVIII.

En efecto, si la extensión de la mancha urbana permaneció prácticamen-te igual desde esa época hasta los años 1880, su estructura geométrica se había

'z Rr,v.t¡¡ CmfB AS, 1972, t. t, 21 5-27 6.

236 Fronteras y sensibilidades en las Américas

modificado.Latrazavirreinal articuló la ciudad en torno alaplaza mayor,donde se fincaron los diversos poderes: espíritual -la iglesia-, temporal -elgobierno- y material-los negocios. El ordenamiento basado en la centralidadse mantuvo por casi trescientos años, hasta que los modelos introducidos porlos borbones en España comenzaron a llegar a las principales ciudades delImperio. Como ha demostrado Federico Fernández Christlieb, con la cons-trucción de los paseos de Bucareli, en 1775, de Revillagigedo, en l79O,y de

Azanza, en 1800, la ciudad de los Palacios empezó a cambiar <<Los tres paseos

virreinales se encuentran al exterior de la traza colonial cumpliendo de paso

dos funciones: por una parte reordenan la geometría de los suburbios, consi-derados demasiado irregulares, y por el otro ponen límite a la cíudad cual si se

tratase de los bulevares que circundan París>>r.

Estos paseos terminaron por quebrantar la centralidad virreinal y facili-taron el establecimiento de otros polos de articulación. A mediados delsiglo XIX, el paseo de Bucareli o Paseo Nuevo ya se había populari2ado comolugar de recorridos vespertinos y dominicales. Además, el reacomodo de laestatua de «El Caballito» acentuó la aperfira de la ciudad hacia el poniente.Disposición que se fortaleció en 1864 con la creación del paseo de la Empera-fúz,hoy paseo de la Reforma, que tenía el propósito de vincular el Castillo de

Chapultepec -sede de la casa de los Emperadores-, ubicado en una zonaentonces «despoblad a y lejana>> de la ciudad.

Lo que caructeizaa los procesos de avance de la manchatrbanahacia elponiente y al cambio de polaridad es una «sensibilidad afrancesad»>. Siguien-do a Fernández Christlieb, <dos principios urbanísticos inspirados en el afran-cesamiento que guiaron el desarrollo urbano de la ciudad de México fueron:Rectitud -uso de lalínea recta y ángulos en el trazo de calles-, Regularidad,Uniformidad y Monumentalidad»4. Ellos se fueron aplicando desde fines delsiglo XVIII hasta principios del XX. La nueva traza delpodeq proyectadaparael Palacio Legislativo, coronaría ese largo proceso.

Bénard lo sabía muy bien. Existe un plano en forma de tira, de cincuen-ta centímetros de ancho por más de cinco metros de largo, donde el arquitec-to trazílalnea de horizonte que une a los edificios de los dos poderes: iniciaen el epicentro del Palacio Legislativo y llega hasta la fachaáa del Palacio

Nacional. Sorprende la precísión del alineamiento que pasa por el centro de laestatua de «EI Caballito>>, atraviesa por un costado de la Alameda -frete a ella

Jtárez había instalado la Suprema Corte de Justicia y los porfiristas habíanmandado hacer el nuevo Teatro Nacional-, sigue por avenida Juárez hasta

I FpnNANo¡z CHRrsrLrEB, 1998,221 -265a FenNÁuopz CHRTSTLIEB, 2004, v. I, 151

México: la nueua traza urbana del poder 231

Figura 3. En 1864, Maximiliano promueve la construcción del Paseo de la Emperatriz, para

unir el Castillo de Chapultepec a la ciudad. <<El Caballito>> se convirtió en el vértice del Paseo

Nuevo y el de la Emperatriz. La cenualidad novohispana estaba ya superada.Fuente: La ciu-

dad de México, <<Vista desde un Globo», litografía de Hesiquio Iriarte, 1866. Mapoteca

Manuel Orozco y Berra

Palacio Nacional Teatro NacionalAlameda Carlos lV Palacio Legislativo

Z6calo Poder judicial (el caballito)

Figtra 4. Lalinea de horizonte dibujada por Émile Bénard es un documento que confirma elproyecto muy elaborado para attic,tlar la expansión de Ia urbe a 1o que podemos llamar «la

traza del poder republicano>>.Fuente: Archivo de la Subdirección de Documentación y Pro-yectoteca de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Foto de Víctor Huerta

entrar por Madero, cruzar el zócalo y car-;r ligeramente al costado norte de lapuerta principal del Palacio Nacional. Tal como lohabia deseado el presiden-

te Mariano Arista, también el general Porfirio Díaz podía ver desde la venta-na de su oficina el famoso <<Caballito>>, minúsculo ante las proporciones del

D8 Fronteras y sensibilidades en las Américas

nuevo edificio, e invitar a 1os visitantes que venían a Palacio a admirar esa

monumental obra desde el «Salón de embajadores>>.

Pero eso no quedaba ahí.Laexistencia delalínea de horizonte confirmaque se tenia la intención de articular el desarrollo urbano hacia el orientey rcmozarlas fachadas de las casas y edificíos que había a 1o largo de ese corre-dor. En el programa arquitectónico de 19ú,ÉmileBénard así lo exponía:

He pensado que para encuadrar un edificio de la importancia del que tratamos,sería bueno contar con un ordenamiento arquitectónico regular y en armoníacon la arquitectura misma del edificio principal. Es evidente que mi propuestapuede ser modificada en los detalles, pero yo creo al menos que es indispensa-ble -desde un punto de vista general- imponer a esas fachadas una arquitectu-ra regular, uniforme y que tenga relación con la del Palaciot.

Los principios de Rectitud y Monumentalidad se habían aplícado; conestas ideas Bénard pretendía dar Regularidad y Uniformidad a los edifíciosdel entorno. Así, el corredor pretendía, en síntesis, inscribir enla traza trba-na el modelo republicano, pero a diferencia de la idea aplicadapor §Tashing-ton y Hamilton al unir el Capitolio con la Casa Blanca, aquí las elites porfi-ristas afirmarían además el ideal de equilíbrio entre los tres poderes en lanueva traza del poder republicano.

LOS RECINTOS DONDE SE CONSTRUYE LA SOBERANÍA

Los grandes dignatarios del réginaen

se codean en la Cámara

con los grandes norubres de la aristocracia tradicionalen una función que, a finales del porfiriato,e s e mine ntem e nt e h onorífica.

FranEois-Xavier Guema, 1984.

La imagen del porfiriato es la de una dictadura derribada por una violentaRevolución, que se prolongó durante muchos años. La de un general, Porfi-rio Diaz, que centralizó los hilos del poder y gobernó con mano tan férreacomo paternal. Sin embargo,los fundamentos del régimen estaban inscritosen la Constitución de i857 -liberal, democrática,laicay con vocación social-que todos considerabart Ley Suprema y proclraban honrar, al reproducir los

' AFB, Explicaciones sobre el proyecto, 14 de marzo de 1901, citado también por Cuoualo vBÉNARD,1995,86.


rituales que e1la imponía. Religiosamente se rcaluaban elecciones, todos losgobernantes juraban obedecer la Constitución, respeta rla y hacefla respetar,

aunque sus prácticas distaran mucho de los preceptos que ella encerraba. Enrealidad, como demostró el historiador FranEois-Xavier Guerra, se vivía una<<ficción democrátic»>6.

La <<ficción democrática>> es resultado de un largo proceso en el que lanovel soberaniapoprlar fue confiscaday elpoder fue centraiizado en la per-sona del general Porfirio Díaz. Ambos son un corolario. Sin embargo, pode-mos invertir los factores y preguntar: ¿se había construido una cultura y unasprácticas propias en el ejercicio de la soberanía popular? La historia del Pala-cio del Poder Legislativo y de las sedes que Ie antecedieron da mucha luzsobre algunas normativas que fueron construyendo la soberanía nacional, ypopular, y revela, al mismo tiempo, algunos aspectos del proceso en el que lasoberanía y el poder se concentraron en manos del dictador.

E1 <<milagro porfirist»> es fruto de un crecimiento económico sostenidoque se inicia a fines de los años 1880 y só1o se frena en l9O5.Las ciudadescambian y por prime ra vez el gobierno federal, en vez de ocupar inmueblesvirreinales, se plantea crear nuevos edificios que satisfagan las demandasadministrativas. Inicia entonces la construcción de oficinas públicas; correos,telégrafos, estaciones de ferrocarril, mercados y rastros, así como cárceles,

escuelas, normales para maestros, hospitales, cementerios y museos. Un con-junto de obras que, además de ocupar a numerosos trabajadores y consumirmaterias que fomentan la economía, contribuyen al cambio de la fisonomíade la ciudad, favorecen el nacimiento de nuevos polos urbanos y dan legiti-midad al régimen.

Desde el virreinato, las oficinas del ejecutivo tenían su asiento en pala-cio. como parte de la centralidad que se articulaba entorno alaPlaza Mayor.Manuel Rivera Cambas, en su libro México, pirutoresco, artístico y fir¿onurnen-

tal, enumera los despachos que permanecieron en palacio después de 1a

Independencia: <<Consumadalalndependencia continuó el Palacio sirviendode residencia al primer magistrado de la Nación, y con las oficínas necesariasparu el despacho de los Ministros, de la Suprema Corte de Justicia y IaMarcial,la comisaría, el tribunal de cuentas, el consejo de gobierno ylas cámaras,la tesorería y el Archivo GeneraL>7.

Por más de medío siglo, las oficinas de los tres poderes permanecieronjuntas. La descentralización se inicia conJuárez y se consolida en los años1890. Las primeras en mudarse fueron las dependencias de la Suprema Corte

6 Gupnne,1984.7 R¡vsne C¡}rsAS. 7912. t. r. 20,

240 Fronteras y sensibilídades en las Amérícas

Figura 5. En 1861, el poder judicial se mudó al norte de la Alameda central, en el antiguoconvento de la Enseñanza. Justo en medio del corredor que uniría el Palacio Legislativo con

el Nacional; referencia para significar el equilibrio entre los tres poderes

deJusticia, que permanecían en el ángulo noreste del palacio; en 1861, el pre-sidente Benito Juárez les asignó el ex-convento de la Enseñanza.

A fines de los años 1880, varios despachos del poder ejecutivo emigrarona edificios propios. Para 1892, por ejemplo, cuando se creó la secretaría deComunicaciones y Obras Públicas, se instaló en la ex-aduana de SantoDomingo, mientras se teminaba el magnÍfico palacio -hoy Museo Nacionalde Arte- frente a la Escuela de Minería. La de Gobernación ocupó el bellopalacio de Cobián en el paseo de Bucareli, donde hoy se encuentra;la de Rela-ciones en la avenidaJrárezy Ia deJusticia e Instrucción Pública , enla2." ca)7e

del Reloj. También se elevó un lujoso Palacio de Correos a un costado del pro-yectado Tearo Nacional (hoy Palacio de Bellas Artes). Por su magnitud, el


Palacio del Poder Legislativo estaba destínado a coronar ese proceso descen-

úaltzador, articular la nueva trazaurbana de los poderes de la República y dararmoníay significado al conjunto.

Sin embargo, además de afectar los procesos urbanos, hablar del recin-to del Poder Legislativo es tocar eI corazórt mismo del modelo de moderni-dad política que las élites impulsaron en la construcción del nuevo país. Porello es importante repensar lo que esto significay trazar su evolución en el

Figura 6. Palacio de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, construido de 1904 a

l9l2 por el arquitecto Silvio Contri. Fuente: tarjeta postal, colección particular

tiempo, Siguiendo al historiador FranEois-Xavier Guerra, ese modelo se fun-damenta en una doble ruptura de la antigua legitimidad: <<Ruptura por sepa-

ración del conjunto de comunidades que formaban la corona de España, yruptura también porque Ia nueva unidad se dio a sí misma como fundamen-to -de la autoridad pública- la soberanía del pueblo»8.

Ambas rupturas se inician con la guerra de Independencia y, a grados

diferentes y en espacios sociales diversos, se fueron arraigando a lo largodel siglo XIX. Las asambleas que rcalizaron los independentistas y los pri-meros diputados del México nacional fueron los espacios donde encarnó

8 Gurnne, 1988, t. I, 181.


este proceso. En esos lugares -que en términos clásicos se podrían llamartemplos de las leyes y deTa ruzón- los representantes construyen y ejercenla autorida d, y la nación adquiere su carácter independiente. Cada unoaporta una piedra a 1a construcción de la soberanía del pueblo, formadopor ciudadanos iguales y libres.

El primer Parlarnento se dio en un local ubicado en la ciudad deZitácrarc. En agosto de 1811, ahí se reunió la Suprema Junta NacionalAmericana, presidida por el licenciado Ignacio López Rayón, y se aproba-ron los Elementos de nuestra Constitución, código que anuncia una sociedadregida ya no por el rey, sino por las leyes. El segundo tuvo asiento en laparroqüa de Santa María de la Asunción en la ciudad de Chilpancingo, quefue sede del Primer Congreso de Anáhuac, convocado por Morelos en sep-tiembre de 1811. Asistieron varios representantes -uno por la NuevaGa[cia, Valladolid, Guanajuato, Puebla, Méxíco y Verucntz; dos por laJurrta de Zitáctaro y otros dos por <<votación popula»>, de Oaxaca y deTecpan- paru aprobar el decreto de abolición de la esclavitud, losSerutimientos de la Nación y la solemne Acta de declaración de la Inde-pendencia de la Arnérica septentrionale.En esos documentos, los príncipiosde libertad e independencia -de México con relación a España y de losesclavos con relación a sus amos- se completaron con el de igualdad: igual-dad entre los hombres y entre las naciones.Paru ios insurgentes, los dere-chos a la libertad y ala igttil.dad se convirtieron en fundamentos de la sobe-ranía popular y nacional.

El tercer local fue una casa de Apatzingán donde se instaló el PalacioNacional del Supremo Congreso Mexicano, en plena guerra contra los realis-tas. Los participantes tenían muy clara su labor parlamentaria y, a través delos periódicos insurgentes, anunciaron;

La Comisión encargada de presentar el proyecto de nuestra Constitución inte-rina, se da prisa para poner sus trabajos en estado de ser revisados y aprobadossi es conveniente y así es que en breves días veréis, ¡oh pueblos de Américal,laCataSagrada delalibertad que el Congreso pondrá en vuesras manos comoun precioso instrumento que convencerá al orbe de la dignidad del objeto a

que dedicamos nuestros pasos'o.

EIZZ de octubre de 1814, en ese Congreso, los trece representantes san-cionaron la transferencia de la soberanía del rey al pueblo, y la del Imperioespañol a 7a nación mexicana, il. aprobar el Decreto corustitucional para la

e Z¡¡¡r¿ A¡¡scAr, 196810 Ibídem, 17.


Libertad de la América Mexicana, conocido bajo el nombre de Constituciónde Apatzingáru.Eltexto se divide en dos capítulos: uno dedicado a los Princi-pios constitutivos, y el otro a las Formas de gobierno. Ambos reconocen lasoberanía popular y se proponen organizar el Estado en tres poderes inde-pendientes y autónomos: Legislativo, Ejecutivo y Judicial.

Si la insurgencia fue vencida a fuego y sangre, la experiencia en la trans-ferencia de la soberanía de España al nuevo país y del rey a los ciudadanos se

afianzó en los ideales y en las prácticas políticas. Por ello, después de firmarel Acta de Independencia, la Regencia lfam6 a la primera reunión del Con-greso en el antiguo convento jesuita de San Pedro y San Pablo, en la ciudadde México. Fue inaugurado el 24 de febrero de 1822 para celebrar el primeraniversario del Plan de Iguala. La romántíca reseña que Enrique Olauarcia yFerrari escribió en el libro México a traués de los siglos, da tna idea de lasolemnidad y alcances del acontecimiento:

Al despuntar el dia24de febrero de 1822[...] el sonoro repique de más de res-cientas campanas y las.atronadoras salvas de la artillería anunciaban con estré-pito el gran acontecimiento de la reunión del Congreso; iba el acto áverrftcar-se en el aniversario del grito dado en Igrala, y eI complemento de una fechaseñalábase del modo más venturoso; los ciudadanos, por medio de sus legíti-mos representantes, iban á fijar sus derechos , y la naciín á establecer definiti-vamente su autonomía, desarrollando, sin obstáculo alguno, sus elementos deriqueza, de positivo progreso y de adelanto intelectual. Habíanse reunido en elpalacio virreinal ciento dos diputados, que debían constituir la AsambleaNacional. [...] concluido el sermón, los diputados subieron al presbiterio, don-de el libro de los Evangelios se hallaba colocado en una mesa bajo un crucifijo,y a77i, ante los ministros de la Regencia y secretarios de laJunta gubernativa,juraron conservar la religión católica, apostólica, romana, sin admitir algunaotta; güatdr y hacer guardar la independencia de la nación mexicana y formarla constitución política que ha de regir en ella, bajo las bases fundamentales delPlan de Igtalay del Tratado de Córdoba, estableciendo la separación absolutade los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial para que nunca pudiesen reu-nirse en una sola persona o corporación11.

La voluntad de evitar la tirartía o de impedir una dictadura estuvo muy pre-sente, aI menos en 1a pluma de Olavarría y Ferrari -que ya conocía, como nos-otros, las pretensiones monárquicas de don Agustín I y de los conservadores-,cuando subrayó que 1os poderes <<nunca pudiesen reunirse en una sola perso-na». También es indudable que ese espíritu inspiró la redacción de la primeraConstítución Federal de los Estados Unidos Mexicanos, aprobada el + de

11 Rrv¡ P¡recro, 1912, v, 55


Figura 7. Antiguo convento jesuita de San Pedro y San Pablo: primera sede del Congresomexicano en 1822. Ahí se redactó la Constitución de 1.824. Fuente: México a traués de los

siglos, tomo VIII, p. 57

octubre de 1824. Con ella, los diputados dotaron a1 nuevo país de un marco legalpara ejercer la soberanía y, a sl)vez,la trasfirieron a los veinticinco Estados de laUnión, para que cada uno se dotara de una forma de gobierno.

Ai decir de los contemporáneos, ese recinto era improvisado, <<demasiadofrío, poco acogedor y tenia un aspecto sombrío>>. Por ello, entre 7824 y 1828, elarquitecto Agustín Paz ürlrgió los trabajos que transformaron el Salón deComedias del Palacio Nacional en un recinto parlamentario, adecuado y dignopara recibir a los representantes del pueblo. Por su forma y comodidad, elrecinto se convirtió en modelo par:'_las legislaturas que, poco a poco, fueronnacíendo en las capitales de los Estados. Así lo describe Rivera Cambas:

El interior estaba bien y elegantemente dispuesto y muy a propósito al objeto dellocal: formaba un semicírculo, en cuyo centro estaba el solio que ocupaban losPresidentes de la República y el congreso, en las solemnidades de apertura y declausura de las sesiones. Los asientos de los diputados formaban dos gradas y enel medio se veía la mesa del presidente y secretarios. Veinte columnas de ordendórico sostenían el cornisamento y techo que figuraba una bóveda plana, y entre


ellas y sobre la comisa estaban las galerías para el público. Los nombres de lospersonajes que más participio tuüeron en la guerra de nuestra Independencia, se

veían inscritos con letras de oro en los intercolumnios, y á la derecha del solioestaba una lápída de mármol con esta inscripción: <<Agustín lturbide>>l2,

Esa descripción se complementa con detalles muy significativos querefiere Pedro Gualdi en su libro sobrc Monumentos de Méjico, donde inclu-ye una bella litografía del lugar:

Todo el intercolumnio de la parte de arriba de la puerta está ocupado por ungrandísimo pabellón de terciopelo carmesí con granjas y bodas de oro, en elque está colocada con su cuadro correspondiente la maravillosa imagen deNuestra Señora de Guadalupe; entre éste y la puerta hay otro gran cuadro quecontíene laBatalTa de Tampico, pintado por Cados París y en cuya composi-ción están los retratos de los generales Santa Anna y Teú¡. La Cámara se ilu-mina por las noches con hermosos candiles de cristal; su pavirhento está

cubierto de una magníltca alfombra, abajo del solio hay una gran mesa, en laque está un hermoso ciucifijo de metal doradolr.

Existen otros objetos significativos e importantes, como un cuadrodorado que pendía en el centro de los intercolumnios con el Acta de laIndependencia y otro que tenía como fondo un pedazo de la bandera deseda de las tres garuntías. En fin, el cielo raso tenía un fresco en cuyo cen-tro estaba pintado un triángulo, con un ojo en medio, del que salía unaráfaga dorada que bañaba todo un círculo. Todos, símbolos inequívocosde la fuente de la nueva legitimidad y preciosas reliquias de la funda-ción de la naciín mexicana.

E1 ambíente que se respiraba al entrar en el edificio no deja duda de lasolemnidad de los trabajos que ahí se rcalizaban. Los símbolos patrios y reli-giosos crean una atmósfera sacra; es el lugar donde los representantes delpueblo se consagran al ministerio de sancionar las leyes que regirán a lanación. La transferencia de Ia soberanía del rey -que se fundamenta en elderecho divino- a la popular -por el derecho a Ia libertad y a la igualdadentre los ciudadanos-, también incluyó la construcción de una sacralidadcívica; la «religión de la República>>, con sus ritos, héroes y lugares de pere-grinación; que se encuentra representada enla arquitectura oficial, en unaversión del pasado y en un calendario cívico qlue act:ualiza públicamente losmitos que sustenta la religión dela patria.

u Rrvr¡¡ C¡¡rBAs, 1972, t. t, ll.rr Gu¡ror, 1841.


Figura 8. Interior de la Cámara de Diputados, recinto diseñado en 1826 por Agustín Paz y termi-nado a mediados de 1828 por el arquitecto Francisco Zápai.Frette: Pedro Gualdi , Monumentos

de México, Méúco, Imprenta litográfica Masse y Decaen, Callejón de Santa Clara, n." 8, 1841

En ese recinto se entablaron sesudos y enconados debates sobre los inten-tos separatistas de Tejas o de Yucatán, sobre la actitud y las políticas a tomar fren-te ala invasión de los Estados Unidos, a la libertad de cultos, a la separación dela Iglesia y el Estado, alaltbertad de prensa, a los derechos indiüduales, d, carác-ter federal o centralista del gobiemo nacional, en fin,las razones de las contro-verridas leyes de Reforma y, daro está, los ñmdamentos filosóficos de cada unode los artículos de la Constitución lucay liberal de 1s57. Fue también ahí dondelos representantes del pueblo y las autoridades: presidentes, magistrados y jue-

ces, protestaron cumplir y hacer cumplir los ordenamientos legales en ügor. Ese

recinto fue testigo de medio siglo de historia parlamentaria que definió la nor-matiüdad de México. Y fue en ese lugar donde los actores políticos, de diversastendencias, aprendieron a construir la soberanía en el ejercicio de su mandato.

Desgraciadamente, el zz de agosto de 1872, ese recinto fue destruidopor un incendio que consumió algunas de las reliquiasla, por lo que el

1a El diputado Gabriel Mancera salvó el archivo y parte de sus muebles; don Alejandro Casarín el bas-

tón y el sable de Iturbide. «El voraz elemento acabó con la Cámara de Diputados en el Palacio nacional. Y de ella

sóio queda la memoria indeleble en una hermosa litogefra de don Pedro Gualdi». Ze¡¡re A¡¡sc¡r,1968,84.


Congreso tuvo que sesionar en el Salón de Embajadores del Palacio Nacio-nal mientras se adaptó el Teatro Iturbide, que había sido construido en losaños 1850 por el ingeniero Santiago Méndez, y que tenía buen espacio paruese objeto. Ya adaptado, el nuevo local fue inaugurado el 1' de diciembrede 1872 con motivo de la protesta constitucional, como Presidente interino,del licenciado Sebastián Lerdo de Tejada. Por la cercanía con el falleci-miento del licenciado BenitoJtárez,la ceremonia fue muy sencilla. La rese-

ña que escribió el periodista Enrique Chavarú -conocido bajo el seudóni-mo de Juvenal- decia: <<no hubo brindis ni versos, ni odas, ni madrigales.Sólo un té, acompañado de muy buen <<champagne>>, dispuesto por algu-nos diputados de buena voluntad [...]rrt'.

Con sendas adaptaciones que en los años 1880 realizó el arquitecto Emi-Iio Dondé, el antiguo Teatro Iturbide funcionó como sede parlamentaria has-

ta 1909, cuando otro incendio <<no dejo piedra sobre piedr»>. Entre 1872 y1909,1a vida parlamentaia tuvo momentos de mucha actividad, que poco a

poco se fue extinguiendo. En los primeros años, se libraron elocuentes bata-llas entre los partidarios del gobierno civilista de Lerdo de Tejada y 1os

entonces jacobinos que apoyaban al general Díaz. Para desprestigiar aIgobierno y a su Presidente, estos ultimos, como buena oposicíón, lanzabanreclamos contra actos que denunciaban como atentados contra la soberaníade los Estados, las libertades individuales o favorecían la reelección del Pre-sidente o de los gobernadores; y criticaban el uso de las facultades extraordi-narias acordadas al Ejecutivo para pacificar a los rebeldes.

Ya en el poder, entre 1877 y 1884, aparecieron diversas facciones de por-firistas: liberales, puros, jacobinos, moderados o francamente reformistas.Entre ellos animaron profundas controversias, pero ahora debatían sobre losmedios paru dar un rumbo al país y sobre las medidas para alcanzarlo. Lasfacciones quedaron superadas y los partidos históricos: conservador y liberal,encontraron una manera de entendimiento. Para los años 1890, esa vida agi-tadafue cediendo paso a la monotoníay ala conciliación de intereses bajo ellema; <<order,, paz y progreso>>, <<poca política y mucha administración». Aprincipios del siglo XX, extinguidas las pasiones, armonizados los intereses,en la Cámara se observan activos y diligentes tribunos -la mayoúa excedíalos cincuenta años-, que nutren una obra administrativa importante, peroconsensuada con los intereses de una «oligarquía gobernante>>, sin debate nioposición, buscando la mejor conveniencia, en un ambiente donde reina laurbanidad y el beneplácito.

t5 El Monitor Republicano,2 de diciembre de 1872.


I

Figura 9. El 5 de febrero de 1901, algunos intelectuales promotores del Partido Liberalmexicano organizaron un Congreso en San Luis Potosí donde criticaron al gobierno deDiazpor haber abandonado la Constitución de 1857. Pata 1.906lanzaton un programa y crearonClubes liberales que, en 1909, fueron las bases de los Clubes Anti-reeleccionistas. Fuente:

Caricatura aparecida en El Colmillo Público,26 de mano de 1905, n.' 81, p. 200

Al igual que la de gobernadores, la elección o reelección continua dediputados -representantes de un pueblo domesticado y sometiáo- se hacíapor el sistema de <<palomeo>>: desde Ia planta baja del Palacio Nacionalsubía el subsecretario de gobernación, Rosendo Pineda, con las listas decandidatos a diputados y senadores . La dejaba en e1 escritorio de la oficinadel Presidente, para que, con un fino lápiz, don Porfirio agtegara una palo-mita al lado derecho de los nombres de los elegibles. Con su equipo, losgobernadores se encargaban de asegurar la voluntad del Príncipe. No habíaun David que reclamara la confiscación de 1a soberanía popular por las éli-tes gobernantes: el poder legislativo era ya diminuto, ¿existía realmente elciudadano del que emanaba toda soberanía, o se trataba también de un ciu-dadano imaginario?; ¿tenían razón los liberales cuando manifestaron <<1a

Constitución ha muerto»?


PRÁCTICAS Y MODE,LO: HISTORIA DE, UN CONCURSO

El primer edificio que nuestru patria ua erigirtiene una desdichadísima historia

Antonio Rivas Mercado, 1900

En ese ambiente se dio la iniciativa para construir un palacio para el poderlegislativo federal. Fue el licenciado José Yves Limantour, secretario de

Hacienda y poderoso jefe del <<grupo de los Científicos>>, quien la envió aI

Congreso el t5 de mayo de 1896 justo después de haber anunciado que <<por

primera vez en la historia del México Independiente, la Hacienda públicahabia arcojado un superávio>16. Los argumentos no fueron extensos, ya que

todo el mundo sabía que las Cámaras estaban separadas y no contaban conrecintos propios y adecuados. En el fondo, se trataba de fliar en piedra y en

la rraza urbana el modelo social al que aspiraba el régimen -la soberaníapopular- y el objetivo que. se habían ffazado: <<elevar el país al rango de las

naciones más civilizadas>>. Soñaban en construír un edificio notable como el

Capitolio de \X/ashington, el Reichstag de Berlín, el Congreso de Viena o laAsamblea Nacional de París.

Lainiciativa enviada por el ejecutivo alaCárnaruparccía sólo un trámi-te: <<ha llegado ya la oportunidad de que se destine algunas cantidades á la

construcción del Palacio Legislativo Federal, que desde mucho tiempo atrás

se proyecta, y es hoy una verdadera necesidad>>. Los argumentos fueron sim-plistas. Decía que se quería evitar una posible especulación urbana; si se anti-cipaba el lugar donde estaria el nuevo Padamento , <<traeria evidentementeserios inconvenientes parula compra de las propiedades donde haya de edi-

ficarse>>. Y solicitaba que se autorizaru <<hasta la suma de doscientos cincuen-ta mil pesos>> patala compra y el inicio de los trabajoslT.

Limantour yateniamuy claro el lugar escogido. Justo al lado de su casa,

ubicada en la avenidaJtárez y Bucareli, se encontraba un terreno muy pro-picio para fortalecer una planeación urbana, inspirada en las obras que el

barón de Haussman¡ rcafizó en París. A un costado de la glorieta dondeestaba la estatua de «El Caballito» había una plaza de toros, Plaza del Paseo

Nuevo (se puede apreciar en las litografias de Hesiquio Iriarte, más arriba),que había sido demolida.Para entonces, el terreno a(xttenía huertas y era

presa de la especulación urbana por parte de políticos e inversionistas.

'u PÉnrz SrLLER,2002.t7 Diario de los Debates de la Cánara de Diputados, México, Imprenta de Palacio, 1896,917 .

250 Fronteras y sensibilid'ades en las Arnéricas

Desde la desamortización de los bienes de la Iglesia, algunos especula-

dores, entre ellos franceses como el padre de Limantour, se habían percatado

del negocio urbano y, a pesar de las amettazas de <<excomunió»>, habían

invertido en ello. Durante la Intervención se asentafon en unos terfenos que

se conocían como la <<Colonia francesa>>, que abarcaba desde la calle de Revi-

llagigedo hasta el paseo de Bucareli. Ahí se levantaron nuevas residencias y

algunos palacetes de tipo francés donde vivían comerciantes, índustriales y

banqueros, Es el caso de1 acaudalado Thomas Braniff, que <<mostfó interés

por la especulación con bienes raíces en los teffenos que el crecimiento de la

ciudad iba engullendo>>. Los socios eran familias acomodadas, empresarios ypolíticos <<como: Léon Signoret, Julio Limantour (hermano del ministro de

Hacienda), Hugo Schereq Porfirio Díaz hljo, Félix Cuevas y Rafael Don-

dé>>18. Fue ahí donde el ministro de Hacienda propuso realizat la obra.

A Ia compra del terreno siguió la «desdichadísima hístorio> de un con-

curso internacional organizado pof la Secretaría de Comunicaciones y Obras

Públicas. La convocatoria se inspiró en la que lanzó el gobierno alemán en

1882 paru construir el Reichstag, debidamente traducida por Von Vlumen a

petición del ingeniero Luis Salaza{e. Este ingeniero había alcanzado fama

por su pfoyecto de pabellón de estilo mesoameficano pafa la Exposición

Universal de París de 1889, y era bien conocido entre el gremio de construc-

tores y la élite gobernante. El l0 de octubre de 1896, Salazar envió el pfoyec-

to a Limantour, quien le pidió esperaf a que el gobierno tomara posesión de

los terrenos pamlanzar la convocatoria.El PresidenteDiaznombró al general Francisco Z.Mena, entonces secfe-

tario de Comunicaciones y Obras Públicas, pafa ocupafse del asunto. Éste soli-

citó ayuda a los mejores arquitectos a su alcance -Emilio Dondé, AntoníoAnza, Antonio Torres Toijay Luis L, Arozamena- pafa establecer una lista de

precios de materiales y mano de obra, con el fin de ponerla en el anexo de la

convocatoria pafa que los <<arquitectos extraniefos puedan, hasta donde sea

posible, aproximarse a la suma> máxima attorizada patala construcción, cal-

culada en 1.500.000 pesos. Publicada el tZ de mafzo de 1897, la convocatoria

estipulaba las características que debería tener el pfoyecto para satisfacer las

necesidades de ambas Cámaras. La lista contiene la descripción detallada de

los servicios para cincuenta y nueve departamentos, revelando las expectativas

que tenía el gobierno y la amplitud del proyecto mismo2o.

r8 CoLL¿oo, 1981 ,45.,, AGN-SCOP, Palacio Legislativo , exp. fi\h,[. J4. Sobre la obra y el pensamiento de Luis Sala-

za¡ ver OLrvAxES, 2001, 17 3 -186.20 AGN-SCOP, Palacio Legislatívo, exp. 5 3 0 / 7, f . 69.


La convocatoria se dio a cono-cer a ttavés de la recién creadaUnión de las Repúblicas America-nas. Para Europa, Ios diplomáticosmexicanos contrataron anuncios enlos principales periódicos: en Lon-dres se publicó en el Telegraph o/Londoru; en París através de Le Jour-nal des Arts,IJArcbitecture y Le Cou-rrier de la Presse; en Bruselas por Le

lourrual de Bruselles. Lo mismo se

hizo en Roma, Florencia, Nápoles,Hamburgo y San Petersburgo2l.Como sucede en estos casos, huboun sinfín de contratiempos: el núme-ro de ejemplares enviados a Europano fue suficiente, llegaron con hastados meses de retraso y los interesa-dos solicitaron sin éxito prórrogaparala entrega de planos y proyec-tos. El paquete con las propuestas se

extravió en las aduanas y sólo fuerecuperado elz) de febrero de 1898.

El espíritu representativo, prac-ticado en este tipo de eventos, se

observa en la composición del jurado. Estaríaformado por siete ingenieros oarquitectos: tres nombrados por las autoridades y cuatro serían electos porIos mismos concursantes de una lista de diez <<peritos>> propuestos por laSecretaria de Comunicaciones y Obras Públícas (SCOI; De esa manera se

ffataba de garantizar los intereses de los participantes. Presidido por el gene-

ra1 Mena, el jurado estuvo formado por las siguientes personas:

Por l¿ Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, el Sr. Don SantiagoMéndez; por la Cámara de Senadores, el Ingeniero Civil y Arquitecto, Ignaciode la Hidalga; por la de Diputados, el Arquitecto Emilio Dondé; y cuatro porlos mismos concursantes, después de hecho el cómputo de votos, eligiéndoseentre diez personas propuestas por la citada Secretaría y fueron nombrados losArquitectos Juan Agea, Ramón Agea; Guillermo Heredia y el Ingeniero Civil y

21 ARCtNT¡:,ca, 1991, ]-:.O.

Figura 10. Portada de la convocatoria delConcurso Internacional para el Palacio

Legislativo Federal que fue enviada a las

representaciones diplomáticas de Méxicoen Estados Unidos y Europa.

Fuente: AGN-SCOP-PLF

E§TA.[}O$ UNIDO§ MEXICANOS

c()§vocA:l'r)rila

DEL PR( )YI{:f0 D[, IIDIFICI0

e PHXIÍ n[ flatl m§uü{g

FEOEÉAL


Arquitecto Antonio Anza.El ingeniero Don José Ramón de Ibarola fue nom-brado relator del certamen2'.

El señor Everardo Ortiz de Montalbán fue comisionado paru recogerlos proyectos que fuesen llegando. Recibió un total de cincuenta y seis de dis-tinta procedencia: catorce de Italia, tres de diversos puntos de los Estados

Unidos, uno de Berlín, Viena, Madrid y la ciudad de México, y cinco de los

estados de la República; otros no señalaron su lugar de origen. El t+ de abrilde 1898 fueron expuestos en los patios de la Secretaúa de Comunicaciones yObras Públicas, ubicada en la ex-aduana de Santo Domingo.

Un día después, a las cuatro de la tarde, el jurado se reunió para proce-der <<a la votación definitiva acerca del lugar que en la calificación debieranasignarse a los proyectos>>. Sin mediar explicación alguna, el jurado declaródesierto el primer lrluga¡' a tres proyectos adjudicó un empate en el segundohtga4 y abrió los sobres lacrados paru revelar la identidad de log premiados:

2." Premio: N." 17r.<<San Georgius Equitin in tempestate securitas>>, 7 votos (el

ingeniero arquitecto Adamo Boari, de Femara, Italia); N." 44,<<Roma México>>, 6 votos (arquitectos-ingenieros Pio Piacentini yFilippo Nataletti de Roma), y N." 26, <<Una cabeza de Minerv»>,5votos (P. J. §íeber y D. H. Burnam, Arquitectos de Chicago, Ills.)

J."Premio: N." 52, <<Magestas>> (ingeniero Caballero Piero Paolo Quaglia de

Nápoles).4." Premio: N." 18, <<Estrella dorad»> (Ramsvo y Cía. Arquitectos, dirigida por

Antonio Rivas Mercado)5.o Premio: N." 45, <<Roma-Rom»> (Arquitecto Giacomo Misuraga, Decano de

la Escuela de Ingenieros de Roma)2r.

E1 no haber atribuido e1 primer lugar causó una decepción tan grande,

como la esperanzaque se había puesto en un concurso internacional, que todospresumían que tenía reglas democráticas y donde los participantes estaban indi-rectamente representados. Se desató ufi escándalo en la prensa -El Tiernpo, El(Jniuersal o Mundo- que se prolongó durante tres años, amén del gran des-

contento entre los participantes. El ministro plenipotenciario de Gran Breta-ñ.a, encargado de la Legación italiana, envió una misiva al Secretario de

Relaciones Exteriores en defensa de Adamo Boari con el fin de exigir que hubie-

ruun ganador: <<en todo concurso, el vencedor es el que obtiene mayor número

2 Convocatori a parala formacíón del Proyecto del Edificio destinado a1 Palacio del Poder Legis-

lativo Federal, Diarío Oficíal del suptemo gobierno, t. )oocv'I, n! 97,2) de abril de 1897.2r AGN SCoP, exp. fi0/28, f . )O,Instalación del jurado y resultados de la calificación de los pro-

yectos para la ejecución del Palacio Legislativo Federal.


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ñ>

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Figura 11. Perspectiva del proyecto Majestas áel ingeniero caballero Piero Paolo Quaglia, de

Nápoles. Fuente: ACT. Foto de Vctor Huerta.

de votos, como pacto sobreentendido de la acción de competir, resultando,pues, vencer el señor Boari, y debiéndole corresponder el primer premio auncuando su proyecto no fuese aceptado [...] Un concurso público internacionales un contrato regido por las bases de la convocatoria,la ctal, por tanto, debecumplirse fielmentefa.

Para calmar los ánimos del mínistro, la SCOP distribuyó proporcional-mente el dinero de los premios entre los <<ganadores>>. El proyecto de AdamoBoari quedó tan archivado, que actualmente sólo se conservan algunos boce-

tos dispersos.Lo más sorprendente de todo fue que, unos meses más tarde, la SCOP

anunció que el proyecto Majestas, del arquitecto Pier Paolo Quaglia, <<a

pesar de haber sido inferiormente calificado respecto a los otros tres, cree

esta Secretaría que es el que más se aproxima especialmente en distribucióna1 objeto de la convocatori»> y que, con algunas modificaciones, fuese ejecu-

tado por algún arquitecto prestigiado25.Durante e1 concurso, ese proyectohabía sido objeto de un voto particu-

lar y razonado emitido por el arquitecto Emilio Dondé y el ingeniero Santiago

AGN-SCOP, Palacio Legíslativo, exp. fi0/94,f .9.AGN SCOP, Palacio Legislativo, exp. 5)0/94, oficio n." »1, ¿el2l de julio de 1898


Méndez, donde subrayaron sus bondades y alegaron que debería obtener el

segundo lrtgar'6. Ahora era escogido como el <<triunfador>>, pero como<damentablemente>> Quaglia había muerto el 28 de enero, antes de que su

proyecto fuese dictaminado, el problema paru el gobierno era decidir quién

sería ese <<arquitecto prestigiado>> para dirigir la obra. El 1' de diciembre de

1898, para sorpresa de todos, la SCOP reveló las verdaderas intenciones de la

intriga: designó como director de la obra al arquitecto Emilio Dondé.Emilio Dondé Preciat, campechano, estudió en París enla famosa Éco-

le des beaux-arts, rcaliz1 algunos proyectos importantes como el templo de

San Felipe de Jesús, el Café Co1ón, así como obras de adaptación en el Pala-

cio de Iturbide, entonces sede de laCámaru de Diputados. Fue catedráticoen la Escuela de Ingenieros, proyectó y ejecutó su residencia en Bucareli

-luego convertida en sede de la Secretaúa de Gobernación-, que el historia-dor de arteJustino Fernández apreció con elogios:

la amplitud con que fue concebido, sus terrazas, columnatas y balaustradas, sus

arcos y almohadillado y su cuerpo central saliente, tienen severidad, gtandezaybuen gusto; empleó el orden jónico para las columnas y supo restarle pesadez

al edificio con recursos arquitectónicos legítimos, por todo lo cual puede con-

siderarse como la mejor residencia que se construyó a fines del siglo XIf7.

Era un constructor con una carrera y productividad admirables. Para

organizar el traba¡'o encomendado, Dondé dividió su responsabilidad en dos

áreas: é7 se encargaría del Departamento de Composición y, ¡para colmo!,gitaban los críticos, nombró al ingeniero y arquitecto A¡tonío Anza --otrojtez en el concurso- como encargado del Departamento de Construcción.La obra se inició en enero de 1899. Para agosto del año siguiente, Dondé via-jó a Estados Unidos y a Europa con el fin de estudiar parlamentos y hacer

correcciones al proyecto, pero no pudo terminar su encomienda. Las críticas

de la prensa, el descontento entre los participantes y una serie de artículosque publicó el arquitecto Antonio Rivas Mercado en 1a revista El Arte y laCierucia -que pusieron en evidencia la deshonestidad del designado porhaber sido <<juez y parte>> en el certamen y <<aprovecharse de las ideas de los

competidores para ganar la lid sin parficipar en ello>-'8 minaron la saludprofesional de Dondé y provocaron su renuncia a principios de agosto de

1902. ¿Qué había sucedido?

'6 AGN-SCOp, Palacio Legislativo, exp. Y0/28,f. )0.27 FsnNANosz, 200I, 114.

'8 RrvAS MEnc¡oo, 1902.IJna buena ptesentación de este <<affaire>> 1o da Olivátes Corea en su

tesis de licenciatura y en el lib¡o, 2007, 75-90.

México; la nueua traza urbana del poder 255

,.,1,r4, 1r-a

Figura 72. Proyecto definitivo presentado por el arquitecto Emilio Dondé y aprobado por laSecretaría de Comunicaciones y Obras Públicas en enero de 1902. Fuente: ACT. Foto de

Víctor Huerta

Uno de los articulistas de primera hora se preguntaba: <<¿AprovechóDondé las circunstancias del fallo del concurso para entablar negociacionescon la Secretaría?>>. La composición era un secreto a voces: desde la SCOP, elgeneral Francisco Z.Menay el ingeniero Santiago Méndez habían abogado a

favor del representante de los diputados, Emilio Dondé, quien extendió ese

apoyo al representante de la Academia de San Carlos, Antonio Anza, paraincluírlo en su equipo. En realidad se trataba de un importante grupo deinterés -desde 1867 habían fundado la Asociación mexicana de ingenieros yarquitectos, y habian desarrollado una profunda filosofía- que deseaba

fomentar una arquitectura propia, mexicana, y que se proponía aprovecharlas obras públicas paraavanzar en esa dirección; no quería, no podía dejar enmanos de extranjeros una obra tan importante como significativa para Méxi-co; exigía realizarla a toda costa2e.

Los artículos de Antonio Rivas Mercado fueron la ocasión para que elfogoso experto expresara su concepción sobre la arquitectura y sobre lo quedebería ser un modelo de Palacio Legislativo. El responsable en el fracasodel concurso, acusaba el crítico, fue el jurado porque olvidó los preceptos

'e Sobre los esfuerzos por crear una corriente nacionalista en la arquitectura ver: Kerzl,t¡N, 1991,

yVARGAS,1998.

lffi

256 Fronteras y sensibilidades en las Arnéricas

que regían la convocatoriay aplicílos propios y a conveniencia. Lo estipu-lado en la convocatoria sería el <<programa-ley>>, mientras que e1 jurado apli-có un <<programa-capricho>>: dualidad entre una norma y las prácticas dequienes deben aplicarla. El concurso repitió la misma natrraleza del régi-men, cuya normatividad se fundamentaba en la Constitución de 1857

-democrática, social ylaica- y cuyas prácticas políticas y de gobierno dista-ban mucho de ella: autoritarias, dictatoriales, excluyentes, conciliadoras y

favorables a la Iglesia.

Reflexión: fro?xtera y perspectiaa de aruálisis

La disociación entre el modelo y las prácticas es un espacio de frontera,<<nomads land>>, donde habita una compleja rcalidad calificada de «ficcíóndemocrática>>. Esa ficción funciona gracias a un imaginario, aun cbnjuntb derepresentaciones que tbica a cada actor e individuo en la jerarquía socíal quele corresponde y que atribuye sentido a sus prácticas. En nuestro caso, elimaginario porfírista comporta dos grupos de imágenes míticas: <<el hombreprovidenciaL>, que podemos traducir como el buen y paternal tirano, encar-nado en la persona de1 general Porfirio Díaz, <<I{éroe de la Paz>>. Y el mitode1 <<progreso>>, que se alcanzaúa con el orden y con una dirección férrea.Ambos se articulan bajolahegemonía del hombre providencial y se expresanen dos prácticas del régimen: <<poca política y mucha administració»>, y laeliminación de toda oposíción al caudillo.

Como trasfondo de esos mitos está el sentimiento de que sus resultadosbenefician a todos por igual y no a unos cuantos privilegiados que se sirvendel poder e impiden que otros lo ocupen. Una contradicción que se revelacon crudeza en momentos de crisis o en crisis provocadas por la cfitica; lafortaleza del imaginario se pone a prueba en esas condicíones. Esto sucediódurante la elección Presidencial de 1910: la críticaminó la articulación de losmitos y resquebrajó lalógica del imaginat'ro.La entrevista deDíaz con Creel-man, el movimiento anti-releccionista de Madero, y la decisión de los Cientí-ficos de continuar en el poder y exigir la reelección deDiaz y Corral, fueronlos detonantes; cayó entonces el telón y aparecieron aristas punzantes de unarealidad social que permanecía disimulada y que devino intolerable. Fue en

el espacio de frontera -creada por la no correspondencia entre la normativi-dad y las prácticas- donde se fracturó el imaginario porfirista y se operó uncambio: emergió un David, en la persona de Francisco Madero, que se atre-vió a desafiar al Héroe delaPaz,y nacióla esperanza de un cambio; mito yesperanza fueron creíbles y permitieron que aflorara otro imaginario.


Ese ejemplo nos aleja de la historia del Palacio Legislativo, aunque tíenela virtud de ilustrar la na:.rraleza dela problemática y los alcances de esos

conceptos para comprender la frontera abietapor Ia «ficción democrátic»>.Sin embargo, lo sorprendente del concurso, como dirían los franceses de l'af-

faire, fiteLa úpida reacción del gobierno porfirista, que logró enderezar elentuerto en L9O3 al contratan a un arquitecto francés, Emile Bénard, para

ocuparse del tan anhelado proyector0. Pero ésta es parte ya de otra historia.

Figua 13 . «El general Diaz testatralaPaz en la República>, aparecido en Luis Go¡zálezObregón y Antonio Cortes, Colección de caadros de Historia de México, México, Herrero

Hnos, 1904. Col. Ricardo Pérez Escamilla

'o PÉnrz STLLER y BENARD,2009

258 Fronteras y sensibilidades en las Arnéricas

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FR O¡ü TE,RAS Y SE¡üS/B ILIDADE SE¡ü LAS AMÉRICAS

Salvador Bernabéu yFrédérique Langue (coords.)

E»rcroxBs DocB CarrpsMescpo-UMR s168

Este monográfico se enmarca en el Proyecto <<Las frontetas y sus ciudades:herencias, experiencias y mestizajes en los márgenes del imperio hispánico(ss. XVI-XVIII)>>, Ministerio de Ciencia y Tecnología, HIJM20O7-64126, y en<Glistoria y anropología de las sensibilidades. Paradigmas americanos, his-toria y memoria, siglos XVI-XXI>> («projet quadriennab>/plan esffatégicoMascípo-CNRS UMR 3168).

lmagen de cubierta: Ma¡ti¡ez Compañón, Trujillo del Peni, tomo II, lámina B.VI.

@ De cada texto: su autor.

@ De la presente edición: Ediciones Doce Calles, S.L.

Apdo. de Correos,27028300 Aranjuez (Madrid)www.docecalles.com

ISBN: 978-84-97 44-tlo-0Depósito legal : M-I3 85 6-2071

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