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Cristian Camilo Cárdenas Aguirre. 2014

LA NAVIDAD, UN SUEÑO HECHO VIDA

Hemos llegado a una época en la que para muchos es de alegría, descanso

y compartir: La Navidad. Diciembre es el mes más preciado por muchos, ya

que es el tiempo donde se examinan los proyectos, logros y objetivos que se

trazaron durante el año; además surgen las tristezas por quienes han partido

y las nostalgias por quienes se encuentran lejos.

Es curioso observar, que cada fin de año, surge el ánimo de proponerse algo

para el año siguiente. Muchas de estas propuestas no se satisfacen, quizás

porque se quedaron en meras propuestas.

El ser humano en este mes, se mueve en un versus: satisfacción vs

frustración. La evaluación de un año, generalmente se basa entre el haber

obtenido logros y evitado fracasos. Para algunos, los sueños de cada año se

han convertido en hacer cosas grandes y hasta querer cambiar el mundo;

Para otros, diciembre, ha sido un mes de frustración, porque los logros en su

mayoría no se han obtenido, y esto se debe a que los sueños han sido solo

sueños, más no proyectos. Pero, ¿por qué, cada año se repite la misma

historia? El hombre vive cada fin de año la ilusión de ser mejor, sin embargo,

esos sueños bonitos que se presentan en diciembre se van obnubilando en

la cotidianidad del año que inicia, debido a que este mes se convierte en el

mes del adormecimiento: se duerme y se sueña, y se despierta al inicio del

nuevo año; al llegar a despertarse, se levanta, y se continúa como antes, y

ese sueño se ha olvidado, por no haberlo convertido en proyecto de vida; es

decir, haberlo escrito, trazando en ello, unos objetivos, un plan y unas metas;

ya que, sueño que no se escriba al momento de despertarse, este se olvida

o se distorsiona.

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Cristian Camilo Cárdenas Aguirre. 2014

Diciembre, aparte que se ha convertido en una quimera, este ha sido

inyectado con el opio del comercio y del consumo. Para el cristiano, el mes

de diciembre no ha de ser una quimera, es un mes tan sagrado y lleno de

signos, que se debe estar despierto para vivenciar felizmente un gran

acontecimiento que mueve la vida del creyente: El nacimiento de Cristo

Salvador.

La navidad, no es sólo de los niños, es de todo cristiano que gira en torno al

nacimiento de Jesús. La navidad no inicia con la decoración de una casa, ni

con los concursos que se realicen a mejor decoración, sino con la alegría de

poder compartir con los demás. Si buscas una verdadera navidad, no la halles

en lo superfluo de la sociedad, sino en el corazón del que sufre, del pobre, el

huérfano, el menospreciado; ese necesitado quizás, no está lejos de ti, puede

estar en tu misma familia. Dios no quiere excentricidades, sino sencillez para

compartir con el otro. De esta manera, su proyecto de vida adquiere solidez

y toda bendición recaerá sobre quien comparta. Los mejores sueños no se

quedan en la mente, sino en el accionar de la vida; un sueño no se frustra

con pensarlo, sino con no cumplirlo. Así, que si deseas una navidad vivida

con autenticidad, empiece por compartir y escribir sus anhelos para el año

siguiente, trazando en ello, un objetivo, unas metas y un propósito por el cual

quieres realizarlo. En pocas palabras; la navidad es un sueño hecho vida y

no una frustración del vivir adormecido.

Publicado: Periódico Kerigma. Arquidiócesis Ibagué – Tolima, (Colombia). Mes de diciembre. 2014