La máquina del señor Queen.

Un buen día soleado, en el almacén del profesor Queen, ocurrió algo asombroso .Queen,como todos los días, no paraba de probar piezas a ver si encajaban con la asombrosamáquina que inventó hace unos meses, pero nada daba resultado. Al atardecer Queenescuchó unos pequeños golpecitos en su puerta, se acercó y la abrió . No había nadie, asíque con las mismas la cerró . De nuevo, al darse la vuelta, otros dos golpecitos vuelven asonar en su puerta; Queen volvió a darse la vuelta y a abrir, esta vez miró hacia abajo yse encontró con unos pequeños marcianillos y una pieza que según sus cálculos encajabaperfectamente en su máquina. Él se frotó los ojos y volvió a mirar, pero los pequeñosmarcianos y su pieza seguían allí ;no era un sueño pensó Queen. Él con voz de asombro lepreguntó :-¿Qué queréis ? ¿Quiénes sois ? ¿Os puedo ayudar en algo?Los pequeños seres verdes no contestaron . Queen miró hacia atrás y los marcianillospasaron por debajo de sus piernas . Queen decidió dejarlos a ver qué es lo que hacían. Lospequeños seres verdes se subieron a la mesa donde estaba la máquina de Queen ypequeños seres verdes se subieron a la mesa donde estaba la máquina de Queen yempezaron a toquetearla . Trascurridos unos segundos, la máquina estaba perfectamentemontada y funcionaba a la perfección . El profesor quedó asombrado.

-¿Cómo lo habéis hecho ?...¡llevo meses intentando montarla !-………. siquigua chimiligua-gua chialimisalos marcianos empezaron a hablar en su idioma y el profesor se quedó boquiabierto.-No te diremos cómo lo hemos hecho pero sí te diremos para qué sirve.La máquina seguía funcionando y sonando como un tren a más de cien kilómetros por hora.-mmmmm pero, ¿por qué no me lo contáis?, Yo también he formado parte del trabajo.-Somos agentes secretos. Esta máquina se ha hecho para salvar la Tierra y que loshumanos no salgáis disparados hacia Marte, nuestro planeta . Es una de nuestras misionessúper secretas pero, tú no podrás contárselo a nadie.-¿Qué ? ¿Marcianos agentes secretos ?........Los marcianillos desaparecieron como si se hubieran esfumado de allí. El profesor sedesmayó, pero enseguida, cuando despertó, todo el mundo llamaba a su puerta:-Nos hemos enterado que has conseguido montar tu máquina, ¿cómo lo has hecho?-Nos hemos enterado que has conseguido montar tu máquina, ¿cómo lo has hecho?El profesor se acordó de los seres verdes y como prometió no desveló el secreto de losmarcianos.

Lucía Hidalgo Martos