En esta Unidad te vamos a presentar un tema muy importante para los cristianos: La Iglesia.

Muchos pensaréis que hablamos de edificios: iglesias románicas, iglesias góticas, iglesias platerescas, iglesias renacentistas, barrocas, neoclásicas, bizantinas… Otros diréis que las hay muy grandes como las catedrales o muy pequeñas como las ermitas. Para otros las iglesias son edificios que se diferencian de los demás, porque tienen campanas, una torre y en lo alto, una cruz.

Sin embargo, no nos referimos sólo a ese tipo de iglesias. Esos son tan sólo lugares. La Iglesia es mucho más. Es el Pueblo de Dios formado por todos los cristianos del mundo.

LA PALABRA IGLESIA.

Al igual que la gente acude a la llamada de la campana, de la misma manera Dios ha llamado y sigue llamando a todas las personas para formar su familia, su grupo de amigos, su comunidad.

La palabra Iglesia proviene del término griego ecclessia, que significa “asamblea de los llamados” y fue utilizado por los primeros cristianos ya desde el siglo I d. C.

Hoy en día esta llamada de Dios sigue presente en nosotros.

LA VOCACIÓN

Dios nos llama a cada uno de nosotros de muchas maneras, en diversas situaciones y en distintos momentos. Esto es la vocación.

Es una palabra de origen latino que significa “llamada”, porque todos los cristianos estamos llamados a ser testigos de Cristo Vivo en el mundo.

Cada uno de manera diferente pero todos con la misma importancia.

La vocación es algo que tenemos todos, no sólo los curas y las monjas. Cada uno la vive de forma distinta: unos desde su trabajo, su vida en familia y tratando de mejorar nuestro mundo; otros desde la entrega personal a los más necesitados y a la oración; otros transmitiendo el Evangelio y atendiendo a la comunidad eclesial; otros llevando la Palabra de Dios a los que no la conocen,…

UN SOLO CUERPO CON DISTINTOS CARISMAS

San Pablo, en su primera carta a los cristianos de Corinto, ya nos dijo que: “Así como el cuerpo está formado por diferentes miembros y, si uno de ellos falla el cuerpo no funciona, así la Iglesia es el Cuerpo de Cristo y necesita de todos los miembros para funcionar”.

En la Iglesia todos tienen su sitio y todos somos importantes: laicos, religiosos, sacerdotes,… porque todos tenemos encomendada la misma misión: Construir el reino de Dios. Aunque cada uno con su propio carisma o talento:

Los sacerdotes, celebrando los sacramentos y guiando al Pueblo de Dios.

Los religiosos/as, viviendo al estilo de Jesús y rezando por los demás.

Los laicos, transmitiendo la Palabra de Dios allí donde vivan y colaborando en todas las tareas de la Iglesia.

EL PAPA: EL PRIMER SERVIDOR

Todo comenzó cuando Jesús le dio a Pedro el encargo especial de cuidar a todos sus amigos: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” (Mt 16, 18)

Jesús le dio la autoridad, pero le indicó muy claramente que quien dirigiera la Iglesia debía estar al servicio de toda la Comunidad. La autoridad no es ni fácil ni cómoda, porque consiste en estar a

disposición de los que te necesiten, como Jesús vivió y nos enseñó a vivir: “Yo no he venido a ser servido, sino a servir” (Mc 10, 45)

CON LA FUERZA DEL ESPÍRITU

Desde aquel momento los cristianos tratamos de ser fieles a este mandato. Pero como no podemos solos, Jesús nos envía la fuerza de su Espíritu, que nos acompaña, guía y anima desde el día de Pentecostés.

Porque ese día, como Jesús ya no estaba con los apóstoles de la misma manera que antes, les envió al Espíritu Santo, que es la

presencia cercana de Dios. Él fue el que les dio fuerza y valentía para comprender y vivir todo lo que les había enseñando.

El Espíritu de Dios sigue trabajando también hoy en el corazón de todos los cristianos y hace que se extienda su Palabra por todos los rincones de la tierra, porque…