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LA.. Historia de la Sociedad Comienza con el Surgimiento del Hombre Por: Mara Linares | Mircoles, 08/08/2007 12:34 PM | Versin para imprimir En general damos por evidentes el aqu y el ahora, y nuestra actual concepcin del mundo nos resulta completamente natural. Las clases sociales dominantes, se han aprovechado siempre de este hecho, haciendo parecer que las cosas no cambian, que son eternas. La esencia de tales representaciones se reducen a lo siguiente: el mundo ha sido siempre como es hoy; en la naturaleza y en la sociedad nada cambia, nada nuevo surge que no existiera antes. Una de las concepciones que asume la inmutabilidad del mundo, es la cristiana. Por el contrario, el desarrollo de la sociedad es una sucesin de formaciones sujeta a leyes, de la sustitucin de una formacin econmica-social por otra ms avanzada. El movimiento progresivo de la historia de la humanidad ha ido de la rudimentaria formacin de la comunidad primitiva a la formacin esclavista, pasando luego a la feudal, a la capitalista y, finalmente, marchar a otra ms avanzada, a la comunista. El proceso de desarrollo es un movimiento que va de lo inferior a lo superior, de lo simple a lo complejo, como un proceso revolucionario en forma de saltos. Tanto es as que cuando hurgamos en el pasado reciente hace cien aos, por ejemplo- encontramos que todo era distinto, no exista la tcnica que domina hoy nuestra vida cotidiana. No conocamos ni los genes, ni las hormonas, ni la capa de ozono, ni las conexiones cerebrales, ni las armas atmicas, ni el espacio-tiempo, ni los fotones. Los tomos se consideraban indivisibles y los continentes inmovibles; hace doscientos cincuenta millones de aos, en el perodo Trisico, los seis continentes actuales formaban una nica masa enorme de tierra alrededor del Ecuador, que se conoce como Pangea. Hace once siglos atrs, nada se saba de la evolucin, los virus y otros agentes patgenos, de los dinosaurios, los neandertales o la radiactividad. En el siglo XII, en Europa, el modo de produccin era el feudalismo y en el siglo XXI, en este continente, el modo de produccin es el capitalismo. Todos estos cambios se rigen por la lgica del desarrollo y sus contradicciones, es decir, el carcter dialctico-materialista de los mismos. En efecto, el materialismo dialctico concibe el desarrollo como un proceso contradictorio, como lucha de los contrarios. Esta lucha, no slo se da en la naturaleza, sino tambin en la sociedad, donde lo nuevo y lo viejo, lo progresivo y reaccionario se enfrentan. De ah que, la historia de la humanidad se nos revele, por un lado, como la crnica de los incansables y continuos intentos de sus masas por transformar la sociedad; y, por el otro, se nos presente como una lucha permanente contra el hambre -la produccin material- y la conservacin de la especie humana, la reproduccin.

En el prrafo precedente hemos dicho que la naturaleza, la sociedad y el conocimiento estn en permanente movimiento, desarrollo, evolucin y cambio. De ah que, desde los tiempos ms remotos, el hombre se ha interesado, entre otras cuestiones, por la aparicin y evolucin del hombre y por el desarrollo de la sociedad humana. A los pensadores siempre les ha preocupado las cuestiones acerca de cmo evolucion el hombre y cmo se ha ido desarrollando la sociedad humana. Este natural inters por comprender y explicar estas cuestiones, ha permitido establecer que el hombre actual es el resultado de largas etapas de evolucin siete millones de aos- y, asimismo, determinar que la sociedad contempornea es el producto de extensos perodos de desarrollo social. De acuerdo con las evidencias de que se disponen hasta ahora, el hombre aparece muy tarde en los registros geolgicos, en cambio, la tierra se form hace cuatro mil ochocientos millones de aos y los primeros seres vivos, las bacterias, aparecieron un mil millones de aos despus. Ningn esqueleto fsil al cual se le pueda dar el nombre de hombre es anterior a la penltima parte de la historia terrestre, o sea a la poca del pleistoceno, hace un milln de aos. Pero, todo comenz hace siete millones de aos, cuando algunos monos se vieron obligados a correr sobre dos patas. En los siguientes cinco millones de aos, esos simios bpedos se ramificaron en muchas especies distintas. Una de ellas continu su camino en direccin al hombre: desde hace alrededor de dos millones fue desarrollando su cerebro cada vez ms grande, lo que llev a esta especie, a ser capaz de utilizar herramientas y desarrollar el lenguaje, y hace unos cien mil aos se puso manos a la obra en la tarea de desarrollar una cultura diversa, la cual le servira para llegar, despus de pasar por los griegos, hace tres mil aos, y luego por la Ilustracin, hace unos trescientos, a la ciencia moderna. En efecto, desde que apareci en escena el homo sapiens, hace unos ciento sesenta mil aos, su desarrollo social ha alcanzado extraordinarios logros culturales e intelectuales. Sobre todo, hace unos cincuenta mil aos cuando dio el gran salto, producindose en la cultura del hombre algo similar a lo ocurrido hace quinientos cuarenta millones en el reino animal, en la poca de la explosin cmbrica o de la vida, que dio lugar a la evolucin de una diversidad de organismos multicelulares. Con este salto, el homo sapiens se convierte en un ser cultural que sobrevive como nica especie del gnero Homo: aparece el pensamiento cientfico hace seis mil aos, inventa la escritura hace cinco mil aos de la ciudad sumeria de Uruk proceden los caracteres escritos ms antiguos que se conocen-, y desde hace poco es capaz de descifrar su propio genoma, ste fue secuenciado en el dos mil tres. En fin, el homo sapiens sapiens, nombre con el que se conoce cientficamente a nuestra especie, es el resultado de un largo proceso evolutivo que se inici en frica a finales de la poca del pleistoceno. Cabe sealar que, su evolucin ya no se da por la gentica sino a travs de la cultura. Posiblemente, hace veinticinco mil aos la evolucin corprea del hombre se detuvo. La diferencia fsica entre los hombres de las culturas auriaciense y magdaleniense, ambos de la ltima edad de hielo, por una parte, y los hombres actuales, por la otra, es insignificante; en tanto que su diferencia cultural es inconmensurable.

Ahora bien, de todos los animales, slo el hombre no puede sobrevivir adaptndose al medio ambiente, sino que debe esforzarse en dominar ese medio ambiente a sus propias exigencias. A pesar de los rganos especializados, de la mano de pulgar libre y del sistema nervioso desarrollado, el hombre no puede procurarse directamente su alimento. Si aceptamos que la humanidad existe desde hace un milln de aos, con la aparicin del homo erectus, tendremos que decir que durante novecientos ochenta mil aos como mnimo ha vivido en un estado de extrema indigencia, el hambre ha constituido una permanente amenaza para la supervivencia de la especie. Pero los rganos especializados, la mano de pulgar libre y el sistema nervioso desarrollado, s le han permitido la utilizacin de instrumentos de trabajo y, gracias al desarrollo del lenguaje, el esbozo de una organizacin social que ha asegurado la supervivencia del gnero humano en un nmero indeterminado de medios ambientes. Hasta aqu dos aspectos debemos inferir: a) los hombres no pueden existir sin alimentos, vestidos, viviendas y otros bienes materiales; y b) la naturaleza no le brinda estas cosas ya preparadas. Y para obtenerlas el hombre debe trabajar. El trabajo, actividad al mismo tiempo consciente y social nacida de la comunicacin y de la ayuda espontnea entre los miembros de la especie humana, constituye el instrumento mediante el cual el hombre acta sobre el medio ambiente. El trabajo es la base de la vida social, sin la actividad laboral, sera imposible la propia vida humana. Por eso, la causa principal y determinante del desarrollo social, es la produccin de bienes materiales. En sntesis, la historia de la sociedad comienza con el surgimiento del hombre, cuya particularidad, que lo distingue de los animales, es su capacidad para fabricar y emplear instrumentos de trabajo. En este sentido, el trabajo ocupa un importantsimo lugar en la formacin y desarrollo del hombre. Es decir, en el proceso del trabajo se form el propio hombre y surgieron y se desarrollaron las formas de su organizacin social.

En el perodo paleoltico, por ejemplo, la organizacin socio-econmica predominante fue la sociedad primitiva o comunidad primitiva. El paleoltico, es el perodo ms remoto, extenso y menos conocido de la historia de la humanidad, se inici con la aparicin de los primeros homnidos (australopithecus) a finales del Terciario y termin hace ms o menos doce mil aos, perodo Cuaternario, al desaparecer la ltima glaciacin. Esta poca se divide en tres subperodos: el paleoltico inferior, el paleoltico medio y el paleoltico superior. El primer subperodo, es la poca de las hordas primitivas de cazadores y recolectores. Por otra parte, durante el paleoltico superior se registraron grandes avances, tanto en la perfeccin biolgica del hombre, como en el desarrollo de la produccin y la organizacin social. En el paleoltico superior aparece el clan primitivo.

Anteriormente enunciamos que, la primera forma de organizacin econmica-social, en la historia de la humanidad fue el rgimen de la comunidad primitiva. Dicho rgimen existi varias decenas de milenios. Durante este inmenso perodo el hombre supo pasar del empleo de objetos naturales -palos y piedras- a la preparacin de los primeros instrumentos rudimentarios de produccin. En lo sucesivo estos utensilios se fueron perfeccionando y elaborando minuciosamente. As surgieron nuevos y medios de trabajo: el arco y las flechas, barcas, trineos, etc. El hombre aprendi a obtener el fuego hace setecientos mil aos-, circunstancia que tuvo particular importancia en el desarrollo de la humanidad.

Al lado de la perfeccin de los utensilios de trabajo se desarroll y perfeccion la actividad productiva de los hombres. De la recoleccin de productos que proporcionaba la Naturaleza el hombre pas a cultivar plantas, a la agricultura; y de la caza de animales salvajes pas a domarlos y domesticarlos, a la ganadera. En la sociedad primitiva los hombres vivan en colectividades determinadas: comunidades gentilicias, en las que se agrupaban por parentesco. Trabajaban juntos la tierra comunal con utensilios comunes y tenan una vivienda en comn. Los productos obtenidos se repartan por igual. El paso de los utensilios de piedra a las herramientas de metal constituy un salto gigantesco en el desarrollo de la produccin. Fue posible dedicarse en mayor escala a la agricultura y ganadera. Sobrevino la primera gran divisin social del trabajo: la ganadera se separ de la agricultura. Algo ms tarde la artesana (fabricacin de herramientas, armas, vestidos, calzado, etc.) se separ, formando una rama independiente de la produccin. Con el aumento de la productividad del trabajo, la comunidad gentilicia empez a disgregarse en familias. Apareci la propiedad privada. La familia se hizo propietaria de los medios de produccin, concentrndose stos preferentemente en las familias de la antigua nobleza gentilicia. Finalmente, la igualdad primitiva cedi el sitio a la desigualdad social, apareciendo las primeras clases hostiles: esclavos y esclavistas.

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Gentileza de www.bioeticaweb.com para laBIBLIOTECA CATLICA DIGITALLA TICA DE LA VIDA EN LA SOCIEDAD ACTUALFrancisco Javier Len CorreaDirector del Grupo deInvestigacin en BioticaGaliciae-mail: [email protected] una tarea difcil tratar de resumir las distintas posiciones ideolgicas y filosficas que fundamentan la diversidad de posiciones en muchos temas referentes a la tica de la vida humana, o de la vida en general, de la biotica, y tambin las diferencias en las legislaciones de cada pas. Intentar realizar una sntesis, sin entrar por falta de espacio en el anlisis de cada cuestin.1. LA BIOTICA: LOS MODELOS TICOS DE REFERENCIADefinicin de la BioticaHistricamente, la biotica ha surgido de la tica mdica, centrada en la relacin mdico-paciente. Respecto a sta ltima, la biotica supone un intento de conseguir un enfoque secular, interdisciplinario, prospectivo, global y sistemtico, de todas las cuestiones ticas que conciernen a la investigacin sobre el ser humano y en especial a la biologa y la medicina.Las definiciones que se han dado son muy diversas y reflejan, en cierta forma, la variedad de enfoques y concepciones. Una de las primeras seala que "La Biotica es el estudio sistemtico de la conducta humana en el campo de las ciencias de la vida y del cuidado de la salud, en cuanto que esta conducta es examinada a la luz de los valores y principios morales"(Reich, 1978). Se aportan aqu importantes precisiones sobre el objeto de estudio: la conducta humana en dos terrenos especficos, las ciencias de la vida (biologa) y los cuidados de la salud; y este objeto es estudiado a la luz de los valores y principios morales y de forma sistemtica (Gracia, 1989; Ruiz Retegui, 1987: 7-51).Algunos ponen ms de relieve la necesidad de responder a los nuevos problemas planteados por las ciencias biomdicas. As, "la biotica es la bsqueda tica aplicada a las cuestiones planteadas por el progreso biomdico"; otros acentan los aspectos sociales o comunitarios: "La biotica es el estudio interdisciplinar del conjunto de condiciones que exige una gestin responsable de la vida humana ( o de la persona humana) en el marco de los rpidos y complejos progresos del saber y de las tecnologas biomdicas". O sealan su papel de solucin a "los conflictos de valores" en el mundo de la intervencin bio-mdica (Durant, 1992).Existen bastantes divergencias en cuanto al contenido de la biotica. Algunos la ven como un simple marco de reflexin y de investigacin interdisciplinaria sobre los desafos a raz de los progresos tcnico-mdicos. Otros van ms lejos y ven en la biotica un "mtodo de anlisis" que ayude en los casos de toma de decisiones. O ms an, si se considera que forma parte de la tica o es una forma de tica, se puede entender como una "bsqueda normativa" del deber ser en el ejercicio profesional.Dentro de esta bsqueda de normas que orienten la accin, cabe una posicin pragmtica que considera imposible el consenso en las cuestiones de fondo dentro de una sociedad pluralista, y propone por tanto una tica de mnimos aceptables que siga el parecer de la mayora, en la bsqueda de compromisos prcticos. "La biotica es la ciencia normativa del comportamiento humano aceptable en el dominio de la vida y de la muerte". En esta posicin, se borra prcticamente la diferencia entre tica y derecho.Otra posicin distinta es la que destaca la perspectiva tica de la palabra y de la reflexin, buscando una sistematizacin, el anlisis de los valores y postulados fundamentales que estn en juego y una bsqueda tica personal: "la biotica es el estudio de las normas que deben regir nuestra accin en el terreno de la intervencin tcnica del hombre sobre su propia vida". Si quisiramos precisar an ms esta definicin, tendramos que enumerar esos principios o valores fundamentales, que son el respeto a la persona humana, con la proteccin de las personas concretas, y el respeto y promocin de la vida humana en s misma. Es una concepcin que podramos llamar personalista de la biotica: "Llamamos biotica a la bsqueda del conjunto de exigencias del respeto y de la promocin de la vida humana y de la persona en el sector bio-mdico".Como puede verse, son distintas concepciones y distintos mbitos de aplicacin, ms o menos extensos.Principios, reglas y valoresComo comenta Guy Durand, "la reflexin biotica se basa en los hechos y en principios y reglas. La biotica no quiere principios determinados de forma abstracta y que se impongan a la realidad de forma autoritaria. Tampoco quiere un sistema de principios que funcionaran como prohibiciones incuestionables... quiere concluir en los hechos, pero necesita sin embargo de principios y reglas (Durand, 1992: 41).Existen dos principios fundamentales, unnimemente reconocidos, que son complementarios: el respeto a la vida humana, que pertenece al orden de la objetividad y debe servir de finalidad a la actuacin tica; y el principio de la autodeterminacin de la persona, que remite al dominio de la subjetividad y es esencial en la tica. Estos dos grandes principios no suprimen las reglas y normas ms concretas y especficas: el precepto de no matar, la nocin de medios proporcionados, el principio de totalidad, el acto de doble efecto, el consentimiento libre e informado, etc.Hay que tener en cuenta asimismo las reglas clsicas especficas de la deontologa mdica, como el principio de beneficencia, el principio de benevolencia y la confidencialidad; y tambin principios ms recientes que influyen en la consideracin biotica: el principio utilitarista de buscar el mayor bien para el mayor nmero de personas; el principio de universalizacin que propone siempre a la persona como fin y nunca como un medio; el principio de igualdad en dignidad y valor de todas las personas humanas; el principio de justicia y equidad, que puede compensar el utilitarismo primando la ayuda a los menos favorecidos.Estos principios designan, por tanto, una orientacin fundamental, inspiradora de la accin. Las reglas estn en cambio ms cerca de la misma accin, la determinan y enmarcan, y en definitiva, permiten la aplicacin concreta de los principios.La palabra valor incluye dos aspectos, la significacin y la orientacin a la accin, por lo que tambin puede utilizarse en relacin con los principios, aunque en su acepcin filosfica una moral de valores se opone a una moral de principios. Los valores pertenecen al orden del bien o del ser, como el valor de la vida, la dignidad de la persona o la autonoma del hombre como ser libre. El respeto a esos valores funda los principios ticos de respeto a la vida, prohibicin de matar, autodeterminacin, etc. Los principios y reglas -las normas- deben estar al servicio de los valores y traducirlos en trminos operativos.Como puede verse, el equilibrio entre todos estos principios y valores no es siempre fcil. En el mbito de la biotica nos encontramos frecuentemente con conflictos de principios y valores que es necesario jerarquizar o regular, en los casos concretos y a nivel terico. De cualquier manera, est claro que toda reflexin biotica de la persona est condicionada por sus propios valores, por sus opciones y creencias, por la manera de entender al hombre, la vida y la medicina. Son decisivas las opciones fundamentales sobre el sentido de la vida humana y su definicin, el sentido de la persona, del sufrimiento, de la vejez y de la muerte, el sentido de la procreacin y de la sexualidad, y por supuesto, el sentido de la misma tica.En este sentido, es de enorme inters la actual discusin, especialmente en los Estados Unidos, sobre si la biotica debe basarse en los principios o en la virtud: en un sistema normativo basado en principios o en una tica de la virtud personal (Palazzina, 1992: 59-85). Segn esta postura,"frente a una tica cientfica, que antepone el conocimiento, y la tica profesional que dicta los lmites deontolgicos sin establecer el contenido humano como nico fundamento del acto mdico, hay que levantar la tica del mdico: hacer cuanto pueda y sepa para el bien del enfermo... supeditando el mtodo cientfico al acto mdico... entendido como compromiso interpersonal" (AAVV, 1989). Tambin se est poniendo de relieve, en definitiva, la importancia de la actitud tica del mdico y la formacin de su propia conciencia, que puede llevar a su realizacin como persona y como cientfico, o a su destruccin desde el punto de vista moral (Sonnenfeld, 1991). Ambas posiciones no son excluyentes y depende tambin su relacin del modelo tico que se tenga.Modelos ticos de referenciaAunque la biotica trata siempre de permanecer cerca de las situaciones concretas, las teoras ticas estn siempre presentes en las discusiones y en las soluciones que se apunten.Podemos distinguir cuatro teoras principales:a) La tica ontologista. Existe una moral objetiva, una bondad y una malicia intrnseca; es decir, que hay actos siempre y en s mismos aceptables y otros, al contrario, condenables, cualquiera que sea la situacin. Por tanto, la rectitud moral no es subjetiva ni situacional, ni arbitrariamente fijada por el hombre o por Dios: el bien existe en las propias cosas. Existen principios que se imponen al hombre como absolutos.b) La tica utilitarista. El ncleo de la moralidad -para esta corriente- se encuentra en la maximizacin de la felicidad y la minimizacin de la miseria y del sufrimiento. Una accin es buena si tiende a este fin y mala si se aleja de l. Por tanto, la moralidad depende de las circunstancias, de la situacin. En definitiva, el fin justifica los medios. Algunos autores toman en consideracin slo el propio inters personal como fin; otros tienen una visin ms altruista, con el principio utilitarista de "el mayor bien para el mayor nmero de gente", de modo que se vean las ventajas e inconvenientes y se escoja la que ms ventajas aporte a todas las personas implicadas en la accin.c) El deontologismo. Se opone a las anteriores teoras. Un acto es moral, no porque sea bueno en s o porque sea til, sino porque es correcto; la rectitud le viene de la voluntad, pues el bien se impone como un deber, un imperativo. Dentro de esta corriente, unos siguen a Kant, fijando grandes principios universales inevitables, y otros aceptan reglas, pero con excepciones en algunas circunstancias. Para otros, finalmente, slo cuenta la evaluacin del acto en la situacin singular y nica que le rodea.d) La tica personalista. Podemos reunir en esta corriente todos los esfuerzos que se han hecho para evitar el utilitarismo y el deontologismo, sin volver por ello exclusivamente a la escuela ontologista o, al menos, tratando de evitar sus excesos, o de conciliar objetividad y subjetividad en una tica de los valores. Esto se ha llevado a cabo desde diversas posiciones, algunas fuera de todo apoyo en una ontologa, y otras basadas en la metafsica del ser. Se trata de dar importancia al sujeto, a la persona, no en oposicin pero s en preeminencia frente a una ley objetiva que se impondra desde fuera. A esta corriente se debe la importancia que se da desde hace algunos aos a los derechos fundamentales de la persona, con un inters manifiesto por las declaraciones de derechos, incluidos los de los enfermos, y la insistencia en unos determinados principios bioticos. Estos principios son, en breve resumen, una concepcin personalista de la corporeidad humana, el valor fundamental de la vida fsica, el principio de totalidad o teraputico, el de la libertad y responsabilidad, y el principio de socialidad o subsidiariedad (Sgreccia & Notarfonso, 1992: 123-129).Ms all de las perspectivas de fondo, pueden encontrarse semejanzas entre algunas de estas teoras en lo que se refiere a la reflexin biotica concreta, y los lmites entre ellas a veces no estn tan claros. De todas maneras, la aplicacin de esas teoras da lugar, de hecho, a unos diferentes modelos ticos de referencia prctica, con muy desiguales consecuencias y jerarqua de valores a la hora de evaluar cualquiera de las cuestiones debatidas y, sobre todo, a la hora de enfrentarse con las dos cuestiones fundamentales de la biotica, que antes mencionbamos: el respeto a la dignidad de la vida humana y la defensa de la libertad de la persona. Al menos podemos mencionar cuatro: el modelo liberal radical, el pragmtico-utilitarista, el modelo sociobiolgico y el personalista (Sgraccia & Notarfonso, 1992: 119-123; Ruiz Retegui, 1987: 12-14).a) El modelo liberal-radical.La referencia ltima y suprema del juicio tico es la libertad: es lcito lo que es libremente querido, libremente aceptado y no daa la libertad de los dems. As, respecto a la ingeniera gentica, se sostiene la "libertad de investigacin": el investigador debe ser objetivo en la evaluacin de los resultados y no debe tener ninguna regla tica ms.Se advierten bien las conclusiones de este modelo en la vida cotidiana: la liberalizacin del aborto, la eleccin del sexo de los hijos, el cambio de sexo por parte del que lo desee, la libre actuacin en la fecundacin "in vitro", la libertad de decidir el momento de la propia muerte, etc.En este modelo no se profundiza suficientemente en la verdad de la libertad humana. En el fondo, se defiende "la libertad para algunos, solamente para los que pueden hacerla valer ... se trata de una libertad de los vnculos y no de una libertad para un proyecto de vida y de sociedad que se justifique por su finalidad. Se trata, en otras palabras, de una libertad sin responsabilidad" (Bonete, 1995).Desde un punto de vista estrictamente tico, en la jerarqua de los valores, la vida antecede a la libertad: todo acto libre, lo es de un hombre que acta libremente. Sin vida humana, no es posible ser libre.b) El modelo pragmtico-utilitarista.En el terreno de la biotica, este modelo se basa en la teora de la praxis y una justificacin del utilitarismo social. Es una posicin bastante difundida en algunos centros y comits de biotica. El entendimiento humano no puede llegar a alcanzar ninguna verdad de tipo absoluto y, por tanto, tampoco puede definirse una moral vlida para todos y para todos los tiempos. Es necesario recurrir a una moral "comedida", pragmtica: la moral del clculo de la utilidad evaluable, de la relacin entre costo y beneficio.Ese clculo, imprescindible en cualquier intervencin mdica, por ejemplo, se aplica tambin entre el valor de la vida humana y los valores econmicos, sociales o simplemente de progreso cientfico, de forma que se puede llegar a un utilitarismo extremo de corte pragmtico. El criterio de la utilidad no puede ser nunca el ltimo en biotica: siempre debe considerarse la utilidad respecto a quin o a qu, es decir, respecto a la finalidad del propio acto mdico, que es la salud de una persona enferma. El fn lo marca de modo ltimo la propia persona enferma.c) El modelo sociobiolgico.Segn este modelo, la vida y la sociedad estn sujetas a la evolucin biolgica y sociolgica, y los valores morales deben tambin modificarse de modo evolutivo. El motor es el "egoismo biolgico" que da lugar al derecho y la moral, como expresiones culturales. Desde esta perspectiva, el nico valor tico es el que permite mantener el equilibrio evolutivo del ecosistema, en continuo progreso. Todo lo que est a favor de ese progreso, est bien, y lo que comprometa el equilibrio, est mal.Es preciso, sin embargo, que el progreso haga referencia a un valor que lo haga autntico, por el que pueda medirse. Adems, el hombre est rodeado de hechos y valores que le acompaan siempre y a los que debe encontrar significado, por encima de las variaciones culturales o de costumbres: la muerte, el dolor, la verdad, la solidaridad y finalmente, su propia libertad.d) El modelo personalista.En el panorama cultural actual, la concepcin personalista es la que mantiene el primado y la intangibilidad de la persona humana, considerada como valor supremo, punto de referencia, fin y no medio. Dentro de las diversas posiciones, la que pensamos ms fundamentada es la que remite la persona al ser: la persona humana "es digna" porque "es ms". Slo a partir de este fundamento es posible construir una biotica plenamente respetuosa con la dignidad ltima de la persona humana. Esta dignidad es la que exige el mximo respeto y una efectiva tutela, en el terreno de la biotica, desde el momento de la concepcin al de la muerte natural, y siempre que se muestre necesitada de ayuda.Segn nuestro parecer, esta concepcin responde ms plenamente al propio ser del hombre, y explica mejor la relacin existente entre dignidad de la persona y libertad, no como valores divergentes sino complementarios. Lo explicaremos de modo ms detallado a continuacin.2.- POSICIONES FILOSFICAS SOCIALMENTE EXTENDIDASDira en primer lugar que se observa un "abordaje" de las cuestiones de biotica como si fueran meras cuestiones pertenecientes al mbito econmico -en la gestin sanitaria, costes y utilidad, investigacin farmacolgica-, al mbito poltico -cmo resolver social y jurdicamente los problemas planteados por el aborto, etc, con una tica de mnimos-, o al mbito cultural, al que perteneceran las "opiniones" de cada grupo social con su tica de mximos.En el mbito econmico domina el modelo utilitarista. "Al orden econmico de la sociedad le concierne la organizacin de la produccin y la asignacin de bienes y servicios... El principio axial que rige es la 'racionalidad funcional': es decir, lograr eficacia, menores costes, mayores beneficios, maximizacin, optimizacin... El valor que predomina es el de la 'utilidad'"(de Santiago, 1997: 29-80). Est clara la aplicacin de este principio en toda la discusin acerca de la tica de la gestin de las instituciones de salud y en el debate en torno a la asignacin de recursos escasos en la atencin sanitaria. Es importante su aplicacin, no lo dudamos, pero no puede extrapolarse a toda la atencin sanitaria o imponerse, sobe todo, en las relaciones interpersonales entre el mdico y el paciente: ste ltimo quedara as -queda as, de hecho, en muchas ocasiones- en un mero 'usuario' de los servicios profesionales del trabajador-funcionario sanitario.El campo de accin de la poltica es el de la justicia y el poder. Resalta el control de los usos legtimos de la fuerza y pretende regular los posibles y reales conflictos entre concepciones particulares de la justicia, herederas de tradiciones sociopolticas diversas. El principio axial del orden poltico es la 'legitimidad' democrtica con que se ejerce el poder, en el sistema democrtico. La legitimidad presupone el principio tico de la 'igualdad', y la tica discursiva (Apel, Habermas) o neocontractualista (Rawls) son las que mejor concordaran en este mbito. Es indudable su aplicacin y sus ventajas en la consecucin del consenso, siempre necesario en poltica. Pero tampoco puede extrapolarse a todo el mbito social y a todo el campo poltico, como una 'tica de consenso a la baja'. Es decir, tratar de consensuar a base de prescindir cada uno de los valores y opiniones que difieren de los que mantienen los dems. Esto sera -es, en el caso del aborto, por ejemplo- un plano inclinado hacia abajo.Por ltimo estara el mbito de la cultura: recursos artsticos, religiosos, morales, etc con los que se expresan los sentidos de la existencia humana. El principio axial es aqu la bsqueda de la 'autorrealizacin', de la respuesta al sentido de situaciones existenciales comunes a todos los tiempos y todos los seres humanos: la muerte, la obligacin moral, el amor y el sacrificio, el sentido de la vida, etc. Las filosofas morales y polticas que ms hincapi hacen hoy en estos problemas existenciales y en la bsqueda de la autorrealizacin son las que podemos denominar personalistas en sus variadas versiones, neoaristotlica, comunitarista, etc (Bermudez 1990: 357; Len, 1992: 5-22).Una de las claves de la Biotica es, precisamemte, la multidisciplinariedad, que es tambin lo opuesto a una visin reducida, angosta, pequea, de cada especialista en su especialidad cientfica. Por esto, pienso que debemos tratar de integrar cada una de esas posiciones filosficas dentro del conjunto, a la hora de abordar cualquier problema de biotica: es necesario contar con los medios econmicos para tener un buen sistema sanitario, y distribuirlos segn justicia; es precio el debate social que influya en el orden poltico y en la consiguiente legislacin de las nuevas tecnologas que afectan a la vida humana. Pero no podemos dejar encerrados los valores y creencias en el mbito estrictamente cultural, sin repercusin en la vida pblica y en el orden poltico y jurdico. Cada grupo social, cada grupo cultural, debe aportar lo mejor de s mismo al conjunto de la sociedad, sin imposiciones intolerantes del signo que sean, frecuentemente desde posiciones que, en Europa por lo menos, se escudan detrs de la palabra 'tolerancia'. El debate poltico y social debe contar con el respeto a unos valores y bienes humanos, por debajo de los cuales una sociedad sera in-humana, y entre esos bienes est la dignidad de la persona humana, y como expresin jurdica, una decidida y efectiva tutela de los derechos humanos fundamentales.3.- LOS DERECHOS HUMANOS COMO BASE DE LA LEGISLACIN EN BIOTICAPartimos del rechazo del positivismo tico, y la necesidad de una fundamentacin tica de los derechos humanos, como derechos fundamentales. As, son la concrecin y el desarrollo histrico de los valores de la persona, que los integran y unifican en el mundo jurdico moderno. "Suponen, desde el punto de vista de dichos valores, su concrecin e integracin (libertad e igualdad), detectables en el anlisis histrico de los sistemas jurdicos, y se sitan por tal motivo entre la moral y la poltica: constituyen la realizacin social -a nivel formal-jurdico- de la moral positiva por parte del poder"(Serna Bermdez, Pedro 1990: 357.). Por tanto, tienen un doble fundamento: desde el punto de vista material estn determinados por los valores; pero el constitutivo formal, lo que permite que verdaderamente sean designados con el rtulo de "derechos humanos", es la asuncin por la norma positiva, por el derecho vlido.Y al contrario, esto implica que "el poder poltico, para ser legtimo, ha de organizarse en funcin de los derechos humanos... estos, aunque se dan en la sociedad, puesto que slo constituyen una deuda jurdica si hay alteridad, no emanan de la misma, sino de una instancia anterior -lgica y ontolgicamente, aunque no histricamente- al poder poltico y a la sociedad misma: a saber, la realidad misma del ser hombre"(Serna Bermudez, 1990: 361).La dignidad del hombre y su ndole personal son el fundamento de los derechos, que aparecen as como instrumentos de realizacin de la libertad. Los derechos humanos surgen precisamente "como lmites de lo que el poder social puede interferir en cumplimiento de su funcin organizadora... y se configuran como 'libertades' de los ciudadanos que posibilitan que se haga efectivo un ncleo esencial de aquella originaria libertad psicolgica".Como hemos comentado anteriormente, la libertad en definitiva, en alguna de sus manifestaciones -las protegidas por los derechos como "libertades" concretas- posee una importancia primordial que la convierte en valor. "Eso que convierte a la libertad en valor es precisamente la dignidad de la persona. La dignidad del hombre exige el respeto de ste como sujeto de una independencia y autonoma que hay que garantizar socialmente, puesto que la persona y los grupos humanos no se reducen a su presencia social y, mucho menos, a su presencia en el Estado; es ms, la sociedad misma tiene como fin el desarrollo del ser personal (...) Esta es, pues, la funcin ms alta de los derechos humanos: la proteccin de la dignidad de la persona y la moralizacin del derecho"( Serna Bermudez, 1990: 362-364).Los derechos humanos, actuando como factores posibilitantes de la libertad, constituyen "verdaderas necesidades humanas, en la medida que delimitan exigencias mediales para el desarrollo moral del hombre". Por lo tanto, aparecen como derechos inalienables y tambin irrenunciables, en la medida que ningn hombre puede renunciar desde el punto de vista tico a su propia dignidad como persona.Por esto precisamente, la primera base del ordenamiento poltico es la dignidad de la persona y su libertad, y en segundo trmino estn los valores instrumentales de justicia, igualdad, etc. Y el ordenamiento jurdico -la Constitucin Espaola de 1978- propugna como valores superiores la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo poltico; pero a la hora de establecer cul es la base de esos valores, de los derechos y deberes fundamentales, establece con precisin en su artculo 10: "La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los dems son fundamento del orden poltico y de la paz social"(B.O.E. 1978).4.- BIOTICA Y DERECHONinguna ley o disposicin normativa puede ir en contra de este principio fundamental, tico y jurdico. Y esto es importante tenerlo en cuenta en la elaboracin de la legislacin en materias de biotica, actuales y futuras. En definitiva, el derecho no puede desentenderse u oponerse a la moral. Tampoco debe identificarse con la moral, en el sentido de que no debe condenar todo lo que es inmoral o imponer todo lo que la moral exige. Pero no puede perder nunca su relacin con los valores fundamentales de la persona y, por tanto, con la moral.Desde la primera de estas posiciones, el positivismo jurdico recurre en ocasiones a una justificacin basada en la tica de consenso. Ya vimos que la ley espaola sobre tcnicas de reproduccin asistida responde muy directamente a una concepcin utilitarista o pragmtica, que ciertamente es difcil tratar de conciliar con "los contenidos constitucionales" que menciona, especialmente con el ya citado artculo 10 de la Constitucin.La legislacin en materia de biotica, dentro de la pluralidad de un sistema democrtico, debe basarse en la llamada "tica de mnimos", pero no de unos "mnimos a la baja", pues no deben son fruto exclusivo de un consenso pactado: el propio consenso y la democracia no son posibles sin la aceptacin de unos mnimos ticos objetivos. "Esto supone varias cosas: primero, que la moral no es meramente convencional, ni mero resultado de la estrategia o el pacto, sino que puede fundamentarse objetivamente; segundo, que esta moral tiene niveles: uno es el de la moral individual, que se identifica con la tica de mximos propia de cada persona (su personal proyecto de felicidad y perfeccin), y otro el de la moral civil, o conjunto de mnimos requeridos para que la vida en sociedad pueda ser considerada ticamente digna; y tercero, que tica y derecho son cosas distintas, pero intimamente relacionadas"(Gracia, 1989: 575-576).En esos "mnimos ticos objetivos", exigibles en una legislacin sobre biotica, de acuerdo con todo lo expuesto anteriormente sobre la dignidad de la persona, debe estar una eficaz y mxima tutela de los derechos humanos, y un efectivo respeto por parte del legislador a la finalidad propia de las ciencias de la salud, siempre al servicio de la persona humana.Como se ha escrito recientemente, "en la defensa y vigilancia de los derechos Humanos, la Biotica incide en la prctica al orientar a los investigadores, tcnicos, cientficos, legisladores y gobernantes en la valoracin de la repercusin de sus respectivas acciones y labores, as como en las medidas correspondientes para evitar excesos y abusos que denigren la dignidad humana"(Velasco Suarez, 1993: 9-28)En definitiva, la prctica de la biotica est lejos de ser algo inocente o superficial. Incide profundamente sobre las convicciones personales de cada uno y sobre los valores colectivos de una sociedad. Es lo que hace difcil la reflexin biotica, tanto a nivel de coherencia personal como de discusin social. Pero esto precisamente nos seala la urgencia que tiene si queremos un progreso cientfico, mdico y social a la altura de la dignidad del hombre.________________________Notas bibliogrficas(1) W.T. Reich (ed.), Encyclopedia ob Bioethics I. The Free Press, New York 1978,XIX.(2) Para la historia del nacimiento de la Biotica dentro de la tradicin mdica,y para su fundamentacin, Diego Gracia, Fundamentos de Biotica. Eudema, Madrid, 1989. En cuanto a la relacin entre ciencia y tica, imprescindible en una fundamentacin de la biotica, ver Antonio Ruiz Retegui, "La Ciencia y la fundamentacin de la Etica", en Varios Autores, Deontologa Biolgica, Facultad de Ciencias, Universidad de Navarra, Pamplona, 1987, pp. 7-51.(3) Guy Durand, La Biotica. Descle de Brouwer, Bilbao, 1992, pp. 29-34.(4) Ibidem, p. 41.(5) Laura Palazzani, "Bioetica dei principi e bioetica delle virt: il dibattito attuale negli Stati Uniti". Revista Medicina e Morale, Istituto di Bioetica della Facolt di Medicina e Chirurgia "A. Gemelli", Roma, n 1/1992, pp. 59-85.(6) Varios Autores, "Etica mdica e investigacin clnica", Revista Medicina y Persona, Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra, vol.XXXIII,n 2, abril-junio 1989. pp. 113-117.(7) Alfred R. Sonnenfeld, "La conciencia y la actitud tica en el oficio del mdico". IMABE-Quartalsbltter, Institut fr Medizinische Anthropologie und Bioethik, Viena, enero 1991. Original publicado en "Deutschen rteblatt-rztliche Mitteilungen,10-V-1990 (87, revista 19).(8) Elio Sgreccia y Daniela Notarfonso, "La bioetica: fonti, orientamenti, centri di ricerca", en Ingegneria genetica e biotecnologia nel futuro dell'uomo. Vita e Pensiero. Roma, 1992, pp. 123-129.(9) Ibidem, 119-123. Ver tambin, Antonio Ruiz Retegui, ob.cit. pp. 12-24, sobre las modernas concepciones de la tica y una fundamentacin creacionista.(10) Enrique Bonete. La faz oculta de la Modernidad. Tecnos, Madrid, 1995.(11) Para los fundamentos de una biotica personalista, ver el reciente estudio de Dr. Manuel de Santiago: "Una perspectiva acerca de los fundamentos de la Biotica", en Biblioteca bsica de Dupont Pharma para el mdico de Atencin Primaria, ed. Doyma, Barcelona, 1997, pp. 29-80.(12) Pedro Serna Bermdez, Positivismo conceptual y fundamentacin de los derechos humanos. Ediciones Universidad de Navarra, Pamplona, 1990, p. 357. Para las diferentes concepciones ticas que estn en la base de los diferentes sistemas jurdicos, ver Francisco J. Len, "Dignidad humana, libertad y biotica", en la revista Cuadernos de Biotica, n 12, 4 1992, pp. 5-22.(13) Pedro Serna Bermdez, Positivismo conceptual y fundamentacin de los derechos humanos. Ediciones Universidad de Navarra, Pamplona, 1990, p. 357.(14) Pedro Serna Bermdez, ob.cit., p. 361.(15) Ibidem, pp. 362-364.(16) Constitucin Espaola. Texto oficial en B.O.E. 29.XII.1978. Ttulo 1. De los derechos y deberes fundamentales. Artculo 10.1.(17) Diego Gracia, Fundamentos de Biotica, ob.cit. p.p. 575-576.(18) Manuel Velasco Surez, "Biotica y Derechos Humanos", en la revista Medicina y Etica, 1993/2, pp.9-28.